IIIIMIHIHIJIIIIIIIHIIhHL r mews IVESIR SITY LIBRARIES IIIIIIII IIIII I IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII This is to certify that the dissertation entitled “FELISBERTO HERNANDEZ: PROCESO DE UNA CREACION” presented by Rosario Fraga de Leon has been accepted towards fulfillment of the requirements for Ph.D. degreein Spanish ! "/16 /{//_/v0 Ma )01' r essor 0h/O7/93 Date MS U i: an Affirmative Action/Equal Opportunity Institution 0-12771 LIBRARY I Mlchlgan State Unlverslty PLACE IN RETURN BOX to remove this checkout from your record. TO AVOID FINES return on or before date due. DATE DUE DATE DUE DATE DUE II I IL__I I__":_] _—I I_ __I T— LIL _I_I TI—T MSU Is An Affirmative Action/Equal Opportunity Institution 6mm ”ii-pd FELISBERTO HERNANDEZ: PROCESO DE UNA CREACION BY Maria del Rosario Fraga de Leén A DISSERTATION Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance and Classical Languages 1993 ABSTRACT FBLISBERTO HERNANDE: PROCBSO DB UNA CRBACION By Maria del Rosario Fraga de Leon The prevailing literary tendency among writers in the Uruguay of Felisberto Hernandez was to emphasize "nativis mo" and regionalism. The first chapter of this study places Felisberto within the context of his time while revealing how he differs from his contemporaries. Felisberto takes a step forward. joining the avant-garde in the intuitive recreation of characteristics that challenge his classification within any "ism". "La singularidad en la creacion“ (ch. 11) studies the diverse labels imposed upon him. Accepting the validity of the fantastic genre. I analyze three stories. illustrating that. although certain apparently fantastic elements exist in these works. they do not satisfy critical definitions of the fantastic. The same is true with regard to surrealism and its impact on other stories of Hernandez. The chapter concludes with some reflections on the absurd. which appears frequently in his discourse. Chapter III. deals with the conjunction of humor and erotism. In the development of characters the author recreates an aesthetic of Valle lnclan known as "esperpentismo". I establish a dialogue between the recreation of Pelisberto and the creation of Valle lnclan. examining the differences in motivation and result. In Hernandez, an omnipresent erotism is intrinsically connected with humor. However. in the special treatment that he gives to erotism. there is no aspect that leads to the discourteous or aberrant. “El universe disociado” (ch. IV). addresses the author's peculiar literary conception of the world. The "misterio" animates the world of objects which come alive and are filled with memories. 0n the other hand. human characters become objects. thus accomplishing a universe that transgresses all rules. Hernandez achieves a complete dissociation of the ego and body. which leads ultimately to the creation of a double. The process by which this occurs is discussed here in the light of the analyses of Freud and Lacan. The fifth chapter studies the mechanisms of Hernandez on the basis of the influence of the Uruguayan philosopher Carlos Vaz Ferreira. The idea of process. evoked through memory and literary creativity, produces a particular metafiction. A Daniel, sin cuyo constante apoyo. no hubiera llevado a cabo este trabajo. i.v ACKNOWLEDGEMENTS Thanks to: Dr Helena Tzitsikas; Dr Malcolm Compitello; Dr Robert Fiore; Dr George Mansour; Dr Priscilla Melendez; Dr Walter Rela; Lic. Alia Segovia; Dr Jesus Guiral; Andres Ferrari; Marcela Lema; Marta Jesus Iruleguy; Mario Simeto; Lizzy Vieira, my family, and friends for the encouragement through the preparation of this work. INTRODUCCION CAPITULO II. III. IV. V. CONCLUSIONES BIBLIOGRAFIA INDICE PRETEXTU PARA UN CDNTEXTD LA SINBULARIDAD EN LA CREACIDN HUMOR Y EROTISMD EL UNIVERSD DISOCIADO EL PROCESO CREADDR 144 173 179 INTRODUCCION Felisberto Hernandez abre una brecha entre las generaciones literarias que conforman el Uruguay de la primera mitad del siglo XX.‘ Autor practicamente desconocido e ignorado en sus primeros tiempos, hizo decir a Vaz Ferreira: "tal vez no haya en el mundo diez personas a las que le resulte interesante y yo me considero una de las diez”.2 Y ello no porque su obra sea extensa. alambicada o barroca. sino por su singularidad que fue incomprendida y lleva a la imposibilidad de cualquier encasillamiento en corrientes de su tiempo. Posteriormente en su propio pats despierta la curiosidad de criticos y admiradores que acaban reconociéndolo como uno de los grandes representantes de la vanguardia uruguaya. Uno de los aspectos que mas atrae la atencién del lector es el apartamiento del contexto socio-politico que caracteriza su creacion. Feiisberto3 no se detiene a analizar la realidad circundante en cuanto a su aspecto comprometido o comprometedor. De la lecture de su obra no se desprende ninguna conclusién al respecto de sus ideas politicas 0 de la situacién reinante en el pais. Incluso la naturaleza parece estar ausente, exceptuando algunas menciones que contextualizan su narracién. Es la suya una mirada infantil y distraida que se pasea por los exteriores, hasta encontrar el motivo que la incita a detenerse. Es ahi cuando su visibn se agudiza, hurga, penetra los rincones. en busca del secreto de casas y seres que las habitan. El mundo de Felisberto es intimo. cerrado. impregnado de misterio y fantasia. Al respecto dice Cortazar: Totalmente entregado a una visibn que lo desplaza de la circunstancia ordinaria y lo hace acceder a otra ordenacién de los seres y de las cosas, a Felisberto no se le ocurre nunca reflexionar sobre su pais. sobre lo que esta sucediendo en el piano histérico. y se diria que su mirada se detiene en las paredes que lo rodean, sin esfor- zarse por extrapolar sus experiencias, por entrar en una estructura de paisaje 0 de sociedad.‘ Cabe sin embargo el preguntarnos la razén de este alejamiento y si lo es totalmente conciente. De una lectura entre lineas pareceria desprenderse la critica a una sociedad que desvaloriza al artista, condenandolo a una existencia mediocre, exenta de estimulos. Nuestro trabajo no intenta hacer un estudio sociolégico, pero si dejar la puerta abierta a nuevos cuestionamientos, soslayando un hecho reflejado en el discurso en forma implicita. En su estudio sobre Felisberto. Cortazar se refiere a este aspecto y aun cuando pudiera parecer paradojal "cada uno de sus relates tiene la terrible fuerza de instalar al lector en el Uruguay de su tiempo...como todos nuestros grandes escritores. nos denuncia sin énfasis... (p. 94). Es por esta razén due una ambientacién del Uruguay de la epoca permitira la compenetracién con el narrador- personaje que pasea su desencanto entre pianos de cola. objetos que se animan y mujeres insélitas que lo integran a ese mundo fantastico-real. Asi es como fundidos en la misma persona, en autobiografica transposicién. el escritor y el pianista mueven los hilos de un acontecer pobre de anecdotes, pero riquisimo en evocaciones. Hay una transcripcién de la realidad a la narracién; los hechos parecen ser los mismos pero vistos bajo la luz del recuerdo y la imaginacién. Vanguardista en su literatura y conservador en su posture politica, Felisberto no puede sustraerse al rechazo del medio que lo margina. Autodidacta sin escuela ni adhesién a nuevas postures, no deja influencias claras en escritores uruguayos inmediatamente posteriores a él. Por todo ello intentamos explicitar ese fendmeno de inde— pendencia y aislamiento. unido al hecho de que las ediciones de sus mayores libros no pasaron de la distribucién entre amigos y conocidos. permaneciendo desconocidas para el pdblico lector. hasta que despues de su muerte. en 1964. su circulacion aumenta y se expande fuera de fronteras. Por la originalidad de su creacidn y su profundo individualismo, Hernandez convierte su literatura en un discurso transgresivo que contraviene los estereo- t'IDOS narratives de sus contemporaneos. Intentamos profundizar el estudio de su obra para poder probar la riqueza de matices que ésta encierra y que determinan su singularidad. En uno de los relates de la etapa memorialista, Tierras de la memeria. dice el narrador-personaje: Yo sé que por el cuerpo andan pen- samientos descalzos...suben por el cuerpo y se instalan en los ojos. Desde alli buscan un objeto para clavarles la mirada... tambien hipnotizan a los pensamientos que estén encerrados y éstes tienen que abandonar sus deli- beraciones.5 Estes pensamientos desprovistos del ropaje conven- cional son an si la metafora de su creacién. de sus prepias vivencias transfiguradas en una inquietante ficcién. El narrador procura rescatar de lo mas profundo de su yo, aquellas ideas en estado embrionario, salvajes y libres, que dominarén a las otras que ya nan side de alguna manera contaminadas. Esta metafora encierra la clave de su poética asi como la filesofia de toda su obra. Siendo el objeto literario un complejo de elementos heterogéneos, practicaremos diversas formas de andlisis para poder extraer del texto lo que cada una de ellas per :separado no pedria. Es asi que nos apoyaremos en la critics psicoanalitica. aplicando conceptos freudianos y lacanianos a aquellos textos que por sus simbolos llaman a esta interpretacion. Un estudie estilistico es fundamental para 491 tratamiento del lenguaje. herramienta tan peculiar en Felisberto. Nos referiremos también al pensamiento filosefico de Vaz Ferreira. que influyo en Hernandez en su concepto intuitive de la creacién literaria. Consideramos que el objetivo de este trabajo es el estudie sobre el texto. Aun asi, -y particularmente en este case- no dejamos de lado la presencia de un creador implicito en él. Coincidimos con Marcello Pagnini en que: no se menospreciara el estudie de la biografia ni el de la historia. aunque habra que distinguir. para mayor cla- ridad en el trabajo, entre biografia e historia integradas en la literatura -analizadas con todo escrdpulo y, por consiguiente. consideradas come pre- sencias funcionales- y biografia e historia come discurso en torno al objeto literario.6 Por lo tanto hablaremos de "corroboracien auxiliar de la interpretacien" ya que esta, “no sele apoya la inter- pretacien en cases determinados, sine que da respiro a la obra,la situa en un espacio" (p. 139). A través de los cinco capitulos que integran nuestro estudie iremos analizande los relates mas representatives del aspecto a dilucidar. Dada la constante reiteracién de temas y recursos que se dan en el discurso felisberteano, un mismo cuento servira de modelo a diferentes aspectos y sera analizado bajo distintos puntos de vista. De tal manera nuestro método no sigue el orden cronolegico de la producciOn sino el tematico de los capitulos. Para facilitar la lecture y clarificar el analisis. consideramos necesario agrupar las obras de acuerdo a su publicacion y particularidades que las caracterizan. Jose Pedro Diaz recopilador de sus trabajos y profundo estudioso de su obra, le divide en tres etapas, aunque en definitive se trate de une sole per ser los diferentes estedos de une misma creecién artistica. La primera etapa corresponde a sus primeros intentos literarios y comprende el periodo ubicado entre 1925-1931. Se trate de breves textos, publicados en formato pequefio, algunos sin tapas. Precisamente este es el titulo de uno de ellos: Libro sin tepe§ (Rocha). 1929; Fulano de tal (Montevideo, 1925);La care de Ane (Mercedes, 1930) y La ”gyenenagg (Florida, 1931) y algunos textos aperecidos en periedicos. La obra de esta primera etapa permenecio cesi desconocide hasta que en 1969 fue recogida bejo el titulo de Primeras invenciones, publicada per la editorial Arca. En estos textos. enseyos y reflexiones filoséficas. edemes de algunos cuentes. se esbezen les que seren constantes de su obra: le preocupecien y reflexién por el acto de la escriture, les elucubracienes filosefices, el desdoble- miente del yo y le cenjuncien humor-erotisme que se ecentuera en sus altimas publiceciones. La segunda etapa corresponde el periodo 1942-1944 e incluye tres novelas cortes: Per los tiempos de Clemente Colling (1942); El caballo perdido (1943) y Tierras de lg memggla, escrite en 1944 y publicada pestumamente. Este titulo puede perfectamente abarcer las tres. pues se trate del periodo memorialista, donde las situeciones y anecdotes sirven de estimulo para la evocacién y auto-reflexién. Es solamente en 1947. que Felisberto publice su préximo volumen: Nadie encendie las lampares, con los cuentos mes famosos y ya rondando ese halo fantastico que hizo posible pare algunos criticos el ubicarlo dentro del género. Posteriormente, publice La case inundeda, El cocodrilo, Les Hortensias, Diario del sinvergUenze y altimas invenciones. Incluidos bajo estos titulos se encuentran varies relates que enelizeremos, especificendo su procedencie. Esta tercera etapa corresponde el periodo mas productive y -dentro de las limitecienes- mes exitoso. Son en su meyerie relates breves, que incursionen en el limite de lo fantastico, con carecteristices surrealistas, cargedos de simbolos y connoteciones ereticas en un mundo donde le relecien sujeto-objeto se trestoce y disloce. Al eborder este estudie nos propusimos une doble finelided. En primer luger preber le singularided de le obra de Hernandez. dentro de la literature uruguaye y le imposibilidad de todo encesillemiento. Para ello hemes rastreedo ceracteristices de corrientes y tendencies diversas que permiten su enelisis bejo diferentes Optices, pero que se den a traves de un proceso recreedor. Este proceso es el referents eberceder de nuestro objetivo. Per otra parte, intentamos propeger su obra, fomentendo el interés per una creecién que esteblece une original relacion con el lector: lo etrepe. lo seduce, lo inquieta . dejendole la extrefie sensecién de ester leyende "lo que no sabe“.7 NOTAS 1 Nos referimos a la ”Generacien de 1932” y a la "Generacien de 1945", de acuerdo e Emir Rodriguez Monegel. Este aspecto sera tratado en el capitulo primero de nuestro trebejo. 2 Norah Gireldi de Dei Ces, Feliberto Hernandez: del creador el hombre (Montevideo: Ediciones de le Bende Oriental. 1975) p. 47. 3 A través de nuestro estudie. al referirnos el eutor, lo citaremos por su nombre de pile (la mayor parte de les veces). Este es debe a la peculiaridad de su nombre que le distingue de un apellido muy comUn en el Rio de le Plate. Al respecto remitimos el lector al articulo publicado por Ricardo Pelleres. ”A probesito de Felisberto Hernandez”, Garcin (Montevideo, 1981). 4 Julie Cortezer, "Felisberto no responds a influencias perceptibles", 5 cuentos magistreles. Critices per extrenjeros (Montevideo: Ciencies. 1979) p. 94. 5 Felisberto Hernandez, Tierras de la, memorie Obres completes. III: (Montevideo: Area, 1988) p. 30. 6 Marcelo Pagnini, Estructure literaria y metedo critice (Madrid: Cétedre, 1978) p. 126. 7 Nos referimos al sintagma "escribir sobre lo que no se sebe". cleve de la composicidn de Felisberto, que eperece por primera vez en_Epr los tiempps. de Clemente Colling, Qbras_ggmgletas Tome I (Montevideo: Area. 1981) p. 23. CAPITULO I PRETEXTO PARA UN CONTEXTO Felisberto Hernandez es su texto y su propio contexto. En su case particular se hace dificil -por no decir imposible- separarlo de sus circunstancias. Es la suya una narrative egocentrica. a traves de la cual el narrador intenta develar el misterio de los seres y las cosas, todo ello entretejido con oeculiares dosis de humor. erotismo y fantasia. Resulta por tento imprescindible, para la comprensién global de su obra, destecer los hechos que determinaron esta singular creecién. Per otra parte nos interesa -éste es nuestro pretexto- su ubicacién en un contexto del que se desteca eun antes del reconocimiento de sus contemporaneos. come creador de une “venguerdie sin retaguerdie".‘ Intenteremos trezer un breve panorama del fondo politico y cultural. reseltendo figures del mundo literario. aportes veliosos a nuestro cempo pare deslinder est la figure de Hernandez. Felisberto nace al comenzar el siglo XX. fecha en que Uruguay comienze e estebilizarse después de violentes luchas entre partidos politicos disidentes: Blancos y Colorados. La gestacion y evolucién de los partidos tradicionales data del periodo ”mas convulsive y tragico de nuestre historia".2 Desde 1830 hasta 1876 en que se 10 eliminan los caudillos y se instaura el militarismo con Letorre, Santos y Tejes, hasta llegar el presidencielismo representado per Julio Herrera y Obes en 1890. A pesar de esta convulsién politica, Uruguay disfrute de une economia favorecide per la fuente de riqueza natural: agriculture y ganaderia. Siendo la principal entrada aquélle eportada por el campo, no deja de existir une luche entre este y la ciuded -Montevideo. la capital- que concentra el crecimiento demografico del pais. Es en este époce que surgen dos grandes escritores, testimonio de este proceso: Javier de Viana y Florencio sanchez, narrador y dramaturgo respectivamente. Anteriormente, situamos a Acevedo Diaz, cuya altime obra, sin embargo. se publice en 1914. Todos ellos emparentades por el elemento teldrico, la preeminencia de lo regional, aunque en Sénchez se hace mas evidente el preblema del hombre de ciuded, del inmigrente, del llegado a mes. Florencie Sanchez y su teatro natu- reliste equivale a lo que hizo Viane en el cuento, ya que "embos escritores introducen en nuestre literature la fiel observecién de los tipos, la pinture veriste del ambien- te. el anelisis de los ceracteres".3 Llegados a fin de siglo, el pais se enriquece con la multiplicidad de corrientes e ideologies. Es en esta époce que surge el poeta Zorrilla de San Martin, situedo en mitad de camino entre el Romanticismo y el Simbolismo. Se funde el Ateneo, ergano de defense de les ideas liberales, interesado mes en politica y sociologia que en literatura. 11 El positivismo se pone de mode en filosofia y "en la novela y el teatro el realismo. el impresionismo en la plastica y el decedentismo en la poesia" (Zum Felde ,Proceso histérico, p.280). Spencer se convierte en el apéstol de los intelectueles. Durante veinte afios el evolucionismo deterministe seguire siendo la doctrine semi-oficiel de la Universided, en todos sus curses. Examinando a fondo nada escape a ese orbita cultural del positivismo en que se mueve la mentalidad del primer cuarto de siglo" (Zum Felde, Proceso histérico...p.282). Este influencie sere notorie en uno de los lideres mas importantes e influyentes del siglo. Nos referimos a Jose Batlle y Ordefiez, que asume la presidencie del pais en 1903 y debe enfrenterse con el ultimo gran caudillo blenco. Apericio Serevia. Dos figures, dos divisas. dos tendencies. En Batlle la prioridad de la ciuded sobre el cempo; en Serevie la luche por el campesinede. por el productor, por la tierra. Le guerra se resuelve a fever de Batlle y culmine est une luche por el poder due habie perdurado durante todo el siglo XIX. Con el triunfe de Batlle, y por ende del pertide colorado, se instaura en el pais une tendencie due llege a nuestros dies: le primecia de lo ciudadano. Beneficiedo por el capitalismo y la Guerra Mundiel. el Uruguay entre en un periodo de pez y prosperided. Retomendo el hilo de los econtecimientos culturales de fin de siglo. podemos distinguir tres actitudes idelogi- cas: una conservadore de valores tredicionales; otre 12 idealiste propagada por los universitarios y la tercera de reiz materialiste, marxiste. Surge también el intelectual de cafe 0 bohemio intelectual, fomentedo per la crisis de la ensefienza universitaria y por los libros que antes eran privilegio de una "élite". Otros econtecimientos son propicios para la aparicién de grupos de ideas revolucionarias, la llegada el pais de desterrados de la Argentina (por ideas marxistes y enerquistes). Por ese entonces se forme el Centre Internacionel de Estudios Sociales que admits todes les tendencies teoricas. Empero, el ergeno de mes influencie en la llamada "Generacién del 900", fue la Bgyista Necionel de Literature y Ciencies Socieles, que fue una de las mas importantes en todo el continents emericano ya que reunio en sus pagines tendencies necionales y extrenjeres. Aperecen en ella los hombres de José Enrique Rode, Victor Pérez Petit, Carlos y Daniel Martinez Gili, algunos modernistes como Dario, Lugones e internecioneles: Tolstoi, Ibsen. Verleine, D’Annunzio, etc. En cuanto a la modalided modernista se propago mes en Doesie y enseyo. Hey controversie en torno a la fuerza de su implentecién en el pais. Dice Zum Felde en Proceso lntelectuel del Uruguay: .. no respondie a ningUn factor social 0 moral de arraigo en la vida platense. a ninguna necesidad propia del ambiente cultural del pais... era un estado... que aqui en el Plate no respondie .a ningun factor interno... siendo el luJo intelectual de una minoria... Le 13 Revista Necionel fusra de los articulos de y Redo y Perez Petit, no presente mayores sintomes de modernismo ni literarios ni ideoldgicos. (II: p.21) Por otre parte Angel Rama acuse al Modernismo de une "interns contradiccién pues presentandose como agresivo rechazo de le sociedad... destinado a: 'épater le bourgeois’ se unia al burgués que dominabe ese sociedad perdiendo asi su eficacia".‘ De todos modes. tuvo sus insignes representantes, entre ellos, Rode, Reyles, He- rrera y Reissig y el propio Quiroga en sus inicios. Dentro de la lirica de la "Generacion del Novecientos" dos hombres merecen ser citados: Delmire Agustini y Eugenie Vaz Ferreira. poetisas originales. Delmire se ceracteriza por su espontaneidad y un particular sello erético. En cuento a Marie Eugenia Vaz Ferreira. con otre formacion. de familia intelectual. poses "la forma de un idealismo estético absolute" y une poesie "profundamente angustiose" (Zum Felde,Proceso intelectual.... II: pp.286-289). Con respecto a las ceracteristicas de este "Generacidn del Novscientos“. ss pueden encontrar dos slemsntos comunes. el eutodidectismo, debido a la crisis de la culture univer- sitarie y la contemporansidad. Estan por cierto separa- dos en estilo, genero y modalidad. Comisnza per entonces a tomar auge el cuento come genero dilecto de los uruguayos, popularizedo e trevés de Deribdicos y revistas de la época. Se desteca la figure de Horacio Quiroga como el gran representante de esta 14 modalidad. Influido per Edgar Allan Poe, en sus inicios, comienze e adquirir su propio estilo que ineugura una linee de cuento fantastico en el Uruguay. Para Zum Felde. se trate mes bisn de "llamarle magico, puss si bien la fantasia es la agents, elle opera siempre en el plane del misterio, mas alla de les leyes natureles, dejando entrever une ultra-realidad, une cuarte dimensién, mundo de fuerzas y fendmenos maravillosos" (II: p.298). De todos modes. aunque parezce contradictorio. Quiroga era un reelista y esta corriente es la que cerecteriza en su mayorie a los creadores uruguayos. De aqui proviene su punto de contacto con Hernandez: el tratamiento de la realidad cotidiana y en elle encuentran lo extraordinario. En cuanto al resto, temas, estilo, estructure, difieren totalmente. Histéricemente las dos decades de 1910 a 1930 consti- tuysn la "belle époque", dede la situacién beneficiosa creeda por la Primera Guerra Mundial. El fomento de la inmigracien, la creacien de actividades comsrcialss y la gratuided de la ensehanza, traen come consecuencia la creecien de une class media fuerte. Por eso es habla de una genereciOn sin rebeliones profundes. ya que no hay grandes problemas contra los cuales lucher. En este fondo socio- histerico surge en filosofia la presencia predominante ds Vaz Ferreira. que en realidad pertenece a la "Generacibn del Novecientos", pero cuya influencie se deja sentir 15 después de sus primeras publicaciones (1910) hasta su musrte en 1958. Es positivista "en cuanto prescinde de todo apriorismo metafisico admitiendo 3610 el método de la legica experimental, de la comprobacion empirica... Y aun cuando admits les ideas de Spencer... denuncie les graves insuficiencias... Toda su critica se dirige a combatir el sistematismo en filosofia... ”En sicologia sus ideas se acercan a la corriente del "vitalismo y del intuicionismo" (Zum Felde, II: pp. 94-95). Vaz Ferreira ssra gravitante en la formacién de Hernandez, como comprobaremos posteriormente, sobretodo en la concepcién filoséfica de la obra literarie. En la decade del veinte aparecsn las primeres influencias de los movimisntos de- vanguardia. En 1924. Andre Breton lanza el primer manifiesto surrealista, aunque se encuentran caractsristicas comunes en sus antecesores cubistes, dadaistes y futuristas. Estes corrientes traen eparejedo un desso por la experimentacién, la espontaneidad y la incursién en el campo del subconsciente. Sin embargo, en comparacién con el vanguardismo ergentino, el uruguayo fue sobrio y moderado. En el proceso literario del Uruguay debsmos tener presente el arraigo del netivismo, mas logredo en la narrative que en la poesie. Una de les excspciones serie Felisberto Hernandez que se muestra alejado de ese co- rriente y tiende dec1didamente a la pinture del ambiente ciudadano. Dades las caracteristices de su literature (halo 16 fantastico, tintes surrealistas, autoreflexién sobre su creecién, unido el uso de un metalengueje). podemos emplazarlo dentro de la narrative de vanguardia. a la que accede como un original autodidecta. En cuanto a su ubicacion generecionel, surgen discrepancies. De acuerdo al ano en que nacio, 1902, puede ser incluido en lo que Juan Jose Arrén5 denomina "Generacién de 1924“, cuya zona de fechas de nacimiento comprende desde 1894 hasta 1924, con un periodo de predominio que abarce desde 1924 hasta 1954. Este generacién vivio el edvenimiento de les escuelas vanguardistas, el cambio de ideas y la Segunda Guerra Mundial. En cambio, para Emir Rodriguez Monegal: El exemen de la realidad nacionel rsvela muy cleremente la emergencia de un grupo hacie 1945. Hey coincidencias con respecto e lo que puede llamerse fecha de iniciecién del grupo. Esa fecha es de 1940. Tel fecha besica marce el comienze del periodo de gestacién del grupo, es decir el memento en que irrumpe en la vida literaria y comienze a polsmizer con la generacién anterior para hacerse sitio... 5 Esa “generacién anterior“ es llamada por Rodriguez Monegal "Generacién de 1932" y corresponde a la "GenereciOn ds 1924“ del esquema de Arrén. Dice de elle el citado critico: fue mas polemica y hasta cierto punto resulte secrificade por les circunstancias politicas. A elle correspondio absorber la crisis 17 economica de los afios treinta que en el Uruguay se objetiva con el golpe de estado del presidents Terra (31 de marzo ds 1933)... la catastrofe emocionel y politica de la Guerra de Espafia, el estallido de la Segunda Guerra Mundial... A sea generacién pertenecen Carlos Quijano, el novelista Enrique Amorin (tembién nacido en 1900). el primer escritor importante que abraza en el Uruguay la cause comunista; Victor Dotti... Desde el punto de vista estrictamente literario, esta generacion —que cuenta con algunos escritores importantes, como Morosoli, Hernandez y Espinola (necidos en 1899, 1902 y 1901, respectivamente), edemas de los ya nombredos- deja poce obra creadora. (p.49) En el bienio 38-40. coincidiendo con la fundacién en 1939 del semanario Marche. ocurre el "cambio de voz"7 del que heblaria mas tarde Benedetti. Surgen jovenes escritores que eporten ideas prepias y originales, a menudo polémices sobre el proceso histérico y politico que se esta vivisndo. Estes escritores son los que forman la "Generacién de 1945", incluyendo el criterio de Angel Rama que los llama "Generacién de 1939" e de Marche. Estes fechas sirven pare separar radicelmente e escritores antsriores (Generacién del 24 0 del 32), con los representantes del "cambio ds vez". (Generacipn del 39, 45 e de Marche). identificedos con el cuadro social y humeno de su epoca. Felisberto se diferencie de ambes promociones; de los de la “Generacion de Marche. por la carencia de critica 0 simple referencia e problemas de cerectsr social, politico o econémicos -aunque. come mencionemos. una lecture entre linees pudiere der come resultado una denuncie inconsciente 18 del artiste a su medio-. De los que psrtenecen cronolégicemente a su propia produceién, se diferencie por la tematice. ya que éstos sscribieron preferentsmente sobre la vida campesine o temas pueblerinos. Si bien en los relates felisberteanos se recrean lugares. aspectos y costumbres de Montevideo y de pueblos del interior del pais. éstos aparecsn tenuements velados. como un telén de fondo, excuse para la svocecién de personas, anecdotes, hechos relecionedos especificamente con su nifiez. De la tradicibn de la epoca tome la tendencie al relate breve. La mayor parte de su produccion son cuentos o pequefios snsayos, con la excepcién de algunes novelas cortas ds dificil clasificacion. Por todo ello es dable afirmar su originalidad en la construccién de un mundo del cual él es el personeje central. un narrador que se mueve en un ambients que nos es famil'far y rsconocible a través de la nostalgia que emana de sus paginas. Es por tento que consideramos pertinente el cenocimisnto del elemento biografico que permitira comprender y explicar sus motivacionss creadores. Si estimamos la literatura como una "transposicion poética de la realidad"°. en el caso especial de Felisberto Hernandez, se cumple el pie de la letra. Casi toda su obra puede ser considerada como un discurso autobiografico, avocado, metaforizado. pero que hunde sus reices en las "tierras de la memoria"9. Per ese su texto habla per si 8070 Y‘ancontreremos en él. epoyados en testimonies (certas 19 y entrevistas), el hilo del misterio que despliega. En los comienzos del siglo XX. Montevideo era une ciuded tranquila, todavia ajena al ritmo acelerado que impone el hecho de ser capital. Como ya mencionamos. muchos inmigrantes habien sido etreidos por la promesa de un bienestar economico, aparejedo a la placidez de la vida aldeene. Asi fue con los padres de Felisberto, que fue el rnrimer hijo de los cuatro que tuvieron Prudencio Hernandez, lespafiol nacido en las Canaries y Juana Hortensia Silva. El 20 de octubre de 1902, bajo la sombre intelectual del '1mpvecientos" y la politica de Batlle, nace Felisberto Hernendez. Queda inscripto en el Registro Civil con un nombre equivocado. Su padre dicta al sscribiente Feliciano Felisberto y el funcionario por error ascribe Feliciano Felix Verti. Este error fue cause de numerosos problemas en la irida. civics del escritor. Al respecto dice Ricardo Palleres: Indudablemente el nombre de este narrador no es comun y posse algo peculiar, cierto exotismo, una singularided sonora y una imprecisién semantics cisrta. Son rasgos que lo contrastan con sl apellido, comun en el Plate. y que monopolizaron les pre- ferencies a favor suyo en detrimento de este.‘° Es entendible la tendencie de la critica a utilizar su DOMDFG. dejendo de lado el apellido que puede dar luger a confUS*ONes. Por ello, no es casual en el narrador uruguayo la tendencie a evitar el nombre de los personajes. Les 20 sefies o ceracteristicas prepias tienen mas fuerze que la necesidad de nominarlos. Sus primeros recuerdos son del barrio Atahualpe. en las inmediaciones del Cerrito de la Victoria: En Atahualpe. Alli naci y tengo recuerdos desde un poco antes de los tres anos. Uno de ellos cesi lo perdi del todo... Después el recuerdo fue mas fugez, borroso. diferente y yo dejé de perseguir su rastro. Pero algune otra vez debo heber cruzedo o pasado cerce de ese rastro y debo heber sentido un desvanecido matiz de angustia. ("Primera case“, III: p.154) Felisberto vivio rodeedo de figures femeninas que ‘mmvieron decisive influencie en su vida y por ends en su obra, muy en particular su madre. En una entrevista realizada a la Sre. Deolinda Hernandez de Helena, hermana del escritor. rsfiriéndose al hecho, nos dijo: Los hijos verones son muy epegados a la madre. Les madrss, a cierta edad. tienen celos de sus hijes, y eso fue lo que peso conmigo y con mi hermana... Elle sstaba celosa y no nos daba el peso hacie él. Fue absorbente... una rslacidn enfermiza... Esteba en pleno Paris y elle ls escribio: “Me muero si no te veo", y él se vino dejando todo...11 Su tie abuela. que hizo les vecss de abuela. es un recuerdo doloroso y aterrorizedor en la vida del adulto-nifi0u Frente a la sobreproteccién de la madre. rscibia de aquelle castigos corporales por nimias pillerias infantiles” Asi lo testimonia Paulina Medeiros. una de las relaciones 21 mas profundas que tuvo el escritor, cuando sl matrimonio no llege a concreterse: El.sadismo con que su tie le castigo siendo nine. levantandole la frezada pare golpearle a la mafiana, cuando aun el miedo no le habia permitido dormir, en vez de extirparle defectos y fellas prepias de su extrema concentracion. exacerbo fobias y la confusién de su ceracter apocado. temeroso siempre ante dificultades.12 De pequefio se desperto en él una etreccion muj eres mayores , DOV se "enamoreba” con el candor y la picardie de sus afios: ‘Y mas terde Celina, maestra de piano, Recuerdo que estabamos en un pueblo del departemento de San Jose... Libertad ... Y en la escuela la maestra dijo: "Felisberto se porto mal y tuve que ponsrlo en psnitencia"... Haste yo mis- me me extrafié porque era muy tranquilo ... Y entonces. gqué habia pasado? Se ls cayo el lapicero, fue a buscarlo y aprovecho para pellizcarle la pierna... (Deolinda Hernandez). en §l_£aabello¥nerdido Penseba que Celina y yo habiemos terminedo. Nuestra historia habia sido bien triste. Y no 6610 porque elle fuera mayor que yo -me llevaria treinta afios-... Nuestras relaciones hebian empezado -como ocurre tantas vsces- per una vieje vinculacién familiar... Pero Celine me habia inspirado el desso de que yo fuera para ella una noveded interesente. (11: p.19) eun les en particular por sus maestras de les que DOCOS aparece recreada La particular conjunciOn de humor y libido aparece en 22 estas evocaciones, creando a través de ellas neologismos que muestran su ludico manejo del lenguaje. En Tierras de la memoria. resurge su atraccion por la maestra y en sus ensofiaciones infantiles. desea acericiar su brazo. La palebra ebedules. le tree una fuerte connotecién sensual y curiosided per la arbitrariedad del lenguaje. Por su valor sonoro. lo aplica a las caricias " que hicieran a un brazo blanco: ebe serie la parte abultade del brazo blanco y dules serian los dedos que lo acaricieban. Entonces... (sscribi: Yo quiero hacerle abedules a mi maestre“. (III: p.19) La sducacién de Felisberto se limita a la escuela elemental. No era consecuents en sl estudie porque no puedo seguir en orden nada, todo lo tsngo que inventar -decia Felisberto-' (Deolinda Hernandez). Esta inconstancia no se da en los estudios musicales a los que dedica el ssfuerzo de una vida compertida posteriormente con la vocaciéwrliterarie. Conoce al excentrico maestro de musics Clements» Coiling. personeje central de Per los tiempos de de Clemente Colling, del que nos dice: ... apoyabe un codo contra el cuerpo. tenia dobledo el brazo para arribe y tomeba el cigarrillo, con tres dedos -y lsvantabe los demas como si lo que tomera fuera une masita-. Al hebler. estiraba o ampolleba la parte de la boca que iba desde el borde fine de los labios hasta les hornallas ds la neriz. que se ensanchaban el llegar a la care. En ese regidn movible que estaba debajo de la neriz y Que ere muy grands, tenia dos manchas marron oscuras; y después de heber pasado mucho tiempo, me di 23 cuente que esas manchas eran del humo del cigarrillo que le salia por la neriz. (I: pp.39-40) Para Felisberto cada persona encierra un misterio, algo inexplicable, que incite e penetrarlo y le hace decir: “Pero no creo que solamente deba escribir lo que sé. sine también lo otro" (p.23). Ese misterio. ese no saber lo que ascribe, lo aplicara al maestro de musica, al insolito (Siemente Colling. representante del misterio que rodeabe a los seres de su infancia. Todo en él (Colling) tenia sabor rmwnentico, ignoto, de un pasado velado por la sombre, el narrador encuentre que el misterio y su sombre se le perdian, y “desde aquellos tiempos ha crecido en el recuewdo“ (p.67). Tanto Clemente Colling como Celina son centros de energie de los que se vs a desprender el hez de les recuerdos . .Aparece en su obra la nostalgia evocadora de un barric>, el Prado y de les viejes quintas que la familia habito per efios. Los trenvias que recorrian les calles y los arbolss ahosos conservados como reliquies de un pasado. forman el marce de sus relates: Los trenvias que van por la calle Suarez y que ten pronto los veo yendo sentedo en sus asientos de paja come mirandolos desde le vereda son rojos y blancos. con un blanco amarillento. Hace poco volvi a pesar por aquellos lugares... hey muches quintas. En Suarez cesi no habia otre cosa. Ahora muches estan fragmentadas. (pp.23-24) En su temprene Juventud va a desempefierse como 24 pienista-acompahante en los cines, con el fin de ayudar al presupuesto familiar. Posteriormente fundera un conservatorio de musice que se llemo ”Conservatorio Hernandez". Para él la masica es una necesidad vital. a la vez que un medio de vida. Mientras tento su formacion cultural es la de un autodidecta. asistematica e irregular. En 1919 conoce a la que sera su primera esposa: Maria Isabel Guerra, madre de su primera hije. Amor adolescents y apasionado. le impulse a dedicarle el Libro sin tapes, en cuyo Prelogo dice Pienso decir algo de alguien. Sé desde ya que todo este sera come darme dos inyecciones de distinto dolor: el dolor de no heber podido decir cuanto me propuse y el dolor de heber podido decir algo de lo que propuse... Yo emprendi esta terse sin esperanza. per ser Maria Isabel lo que despropor- cionadamente admire sobre todas las casualidades maravillosas de la natureleza. (I: p.78) Por' ese época se rslacione con quienes seran sus grandes amigos. el doctor Carlos Vaz Ferreira y el matrimonio Alfredo y Esther ds caceres. Esta altima expresa refiriéndoss a Felisberto: Puede considererse a Hernandez un soliterio en nuestro medio; en el arte de nuestro pais; en el arte de América. Y he marcado Zum Felde en su magistrel enseyo some para gusLar ) estima: la producciOn de Borges o Hernandez "es necesario un cierto grado de medurez de culture. que en estes tierres, no se da en funcidn del medio: y que su indole requiere el cultivo de gustos intelec- tueles mas refinados“. Es interesante 25 relecioner esta afirmacién con un hecho evidente: la formacion de Felisberto Hernandez fue la de un autodidecta (en el sentido y grado en que esta palebra puede emplearse licitamente). Recibio de un medio de amigos elegidos. entre los de culture mas fine, ese accion que misteriosamente invade el ambiente y penetra como por osmosis. segun afirma Vaz Ferreira en lucida edivinacién.‘3 Comisnzan a aparecer sus primeras publicaciones. Fulano dev tel (1925), pequefio libro editado por su amigo el librero Jose Rodriguez Riet. Fragmentos. primeros esbozos de un estilo que se ira perfeccionando y adquiriendo su propia modalidad. Ya se perfilan las caracteristicas que muestran su singularided y los pnoblemas metafisicos que la influencie de Vaz Ferreira iba despertando en él. Norah Giraldi de Dei Cas, acertadamente utilize. les palabras de Cortazar para definirlo: un cronopio come cualquier otre".H .A pesar de la critica favorable, Felisberto no puede superar la angustie que le provoca su situacién de pianista de cafe muy mal rsmunerado. Esa angustia. disfrazade ds humor y dessmbocando en el absurdo aparece en la mayor parte de sus relates: "Tuvs una angustie parecida a la de los ninos mimados cuando hen vuelto de pasear y les sacan El treje nuevo... pero entonces cai en otra angustie mucho "ms cruel... y haste podia realizar el poema de lo absurdo (“El vapor", I: 0.121). Posteriormente en el mas autobiografico de sus cuentos VUGIVG a transmitir la angustia. materializada en lagrimes involuntar-ias, El narrador—concertista se ha transformado 26 en un "burgués de la angustie". obligado por sus circunstancias.. El artiste es ahora un simple vendedor de medias de mujer y esa realidad es expresada a través del recurso de las lagrimas que no puede controlar: "De pronto y sin habsrme propuesto imitar al cocodrilo, mi cara por su cuenta, se echo a llorar ("El cocodrilo", III: pp.101-102). Por influencie de su padre viaja a Mercedes para trabajar como director y pianista en un “cafe concert". Este vivencia y en especial el dolor de la partida esta retratado en Ilerras de la_m m C;§I Al principio de la conversacién yo habia tenido cuidado de que él no viera los alargados y débiles filamentos de la melaza que yo sentia a1 irme despegando de Montevideo. Me mareaba la angustia. el ruido del ferrocarril, los grises en las casa rayadas... (III: p.12) Entrstanto su relecien con Maria Isabel es cada vez mas endebls al tiempo que nace su hija. a la que conocera cuatrr: meses después y no volvera a ver hasta el dia ds su bode. Les giras como concertista seran su medio de vida desde 1926 hasta 1942, alternando con conciertos en Montsvi deo . Edita Libro sin te9§§ (1929) y_Lazcare de Ana (1930), subvenCionadas por él mismo y de escasa circulacién. Visto el CODDexto socio-histOrico y la modalidad nativista que impereba en el Uruguay de la época, no es de extrahar la 27 falte de eco que tuvieron. Haste el momento Felisberto era rsconocido —y no en la medida de su merito- como concertista. Nos dice en "Viaje a Fermi“: Mi primer cartel lo tuve en musica. Pero los juicios que mas me enorgu- gullecen los he tenido por lo que he escrito... Creo que mi especialidad esta en escribir lo que no sé, pues no creo que solamente se debs escribir lo que se sabe... me seduce cierto desorden que encuentre en la realidad y en los aspectos de su misterio. (II: 'p.100) La angustie seguia creciendo en el, al sentir la indiferencia del medic. la ausencia de estimulos, la soledad del artiste: Pero esperaba esta noche para después decirlss a esas sefioritas que charlan, como un pianista de cafe -yo habia ido contratado a tocar en un café- puede dar conciertos; porque elles no seben que puede ocurrir lo contrario, que en este pais un pianista de conciertos tenga que ir a tocar a un cafe. ("Mi primer concierto", II: p.100) En 1937 as case con Amalia Nieto, pintora de renombre, quien lo hara padre per segunda vez. Comisnza la época preponderante de la literatura y la produccién de dos relates relacionados con sl proceso evocador a la manera proustiana. Son ellos_Por los tiempos de Clemente Colling (1942) y Elwgaballowpsrdidp (1943). Empero, el artiste no se concilia con la imagen practice de un marido burgués, reSDonsable de la manutencion de su hogar. De tal modo. la libreria "El burrito blanco' instalada por el matrimonio en 28 la propie case fracasa irremediablemente, a la par que su matrimonio. culminendo en la rupture definitive en 1943. En esos tiempos visita con asiduidad el servicio de siquiatria del Hospital Vilardebo y el Hospital Pereira Rossell, donds trabaja el doctor Alfredo cacerss. Alli encuentre una fuente inagotable del misterio que espoleeba su imaginacion creative. Tiene la oportunidad de conocer a una enferma, que vivia recluida en una antigua casa de la Ciudad Vieja de Montevideo. Se trataba de una muchacha gordisima y muy joven que no salia de su cuarto. Felisberto atraveso la sala y llegando a la recamara quedo sorprsndido al no encontrar una ventana. No cabia mas que la came de la enferma. Ella estaba acostada y sufrie de hidropesia. Al retirarse, manifesto su perplejidad ds que un ser pudiere vivir sin luz. Este hecho. material vivo de inspiracién, trajo come consecuencia la creacién de la historia de una mujer enamoreda de un balCOn (“El belcén"). Por ese entonces conoce a Jules Supervielle, poeta franco-uruguayo. que le envia uno de los mas importantes slogios a su obra. Se esteblece una selida amistad en base a la mutua admiracién y rsconocimiento. Parelelamente crea una relacién sentimental con la escritora Paulina Medeiros. de la que tenemos emplio testimonio epistolar a través de la obra publicada por la misma. Felisberto flernandez y yo: Yo alente el presente epistolario. Se prolonga desde 1943 hasta 1948 29 inclusive: seis enos. Nuestras cartas quedaron apretadas y como soldadas en camadas de papel amarillento. rose viejo ahora. come si por elles volviera a circular una sangre muy destenida, antigua. El escritor terminaba de regalarme Por los tiempos de Clemente Colling. Y la dedicatoria donds elude a su primer debate conmigo y profetiza que no he de ser el ultimo, me movie a escribirle. Pero si él no hubiera conquistado la fame, el destino de esta correspondencia hubiera desaperecido con el mio. (p.11) La relacién con Paulina fue large, intense y tormente- se. Termino despues de su regreso a Europe y se transformo en una sincere amistad. De esa correspondencia podemos inferir les variantes de caracter de Felisberto. que se traducian en furiosos arranques ante lo que él suponia incomprensién de sus ideas. Estendo Paulina en Busnos Aires. la correspondencia aumentaba. a la par que las crisis por las que pesaba el escritor. Es concisnte de su tsmperamento cambiante, susceptible a toda critica negative, aun de la persona mas involucrada a él. Es asi que le ascribe: ... Nunca me senti separado ds ti por lo que en tu carta me pides. Son otras cosas les de nuestro problema terrible: nuestros tempsrementos. mi especial soledad necesaria con su tiempo caprichoso; mi caprichosa manera de sustraerme a los demas y otras cosas por el estilo. (p.85) La sustitucion del amor por la amistad muestra un cambio de tono en las cartas. Le relacién se vuelve mas formal, no asi el conflicto intimo de Felisberto. que sigue 30 sintiendo la incomprensién de los demas: Muy bisn dicho, Ud comprende elgo muy parecido; pero de consecuencias muy distintas. Cuando Ud comprende un error e une intensidad suya piensa, natural- lmente, que en mi eso pasera tan rapi- demente como en Ud, e per lo menos no se imaginara hasta que punto y hasta qué tiempo ese mal queda en mi. (p.101) A mediados de 1943, comienze a trabajer en A.G.A.D.U. (Asociacibn uruguaya de autores). Este hecho trajo la consabida carga de frustracion y el inconsciente resentimiento de no poder vivir de sus actividades artistices. debiendo recurrir a un anodino empleo poblico que lo superaba y -de algun modo- degradaba. En 1945. Supervielle lo presente en un acto que se realize en "Amigos del Arte", definiéndolo como un gran cuentista poético, entsndiendo per ello el escritor en sl cual la poesie, lejos de tornar moroso su discurso, lo alimente y lo hace vivir. En Hernandez. el poeta as ten detedo como el cuentista. fundiendose estes dos ertss en armbnico resultedo. El 16 de diciembre de 1945 se publice ”El Balcén" en la primera pagine del Suplemento Literario de La Necién de Busnos Aires. En 1946. recibe una bece del gobierno frencés, e instancies de Supervielle, para vivir dos afios en Paris. Es su gran oportunidad. como la de todo artiste de la epoce, pare entrer en contacto con los representantes de 31 les nueves tendencies y el mundo intelectual que los rodea. Sin embargo. ve a dedicar su tiempo e escribir, visiter pocos amigos, recibir homenajes y encerrarse en su mundo interior. En 1948. durante un homsnajs realizado en la Sorbonns, dice Superviells: Ud. cuente como el agua corrs. pero esta en el mejor ds los cases, no tiene para si sino la frescura y la pureza. Ud. reuns esas dos cuelidades, dones eon mas preciosos. Sus cuentos aceleran los movimisntos ds nuestro corezon y nos suben a la cabeza pare ponerle de fiesta y marevillerla.1s Sefiale asi dos caracteristicas prepias de su narrative. la humildad y la originalided. Le primera implice la manera sencille de nerrer y la segunda, un resgo visto por toda la critice, su intuicien ertistica. En Paris conoce a la que sera su tercera ssposa, une espafiole. Maria Luisa Les Heras. modiste de prestigio con la que se cesara en 1949 a su regreso. Este matrimonio. producto de la soledad de ambes, ofrsce poco comentario. Si bisn elle procure brindarle un ambiente propicio para la expresién ds su creativided. la relecion edolece del ingredients intelectual que fue factor decisive en la unidn con otras mujeres. A poco mas de un ano se separen definitivements. Entrstanto su produccién se acrscienta y aunque sl éxitc» no la acompefia, ls permits sl alejamiento ds la 32 rutine y depresien de su trabejo. En 1954 surge una nueva relacién. la psdagoga Reina Reyes. Su cenocimisnto data desde 1943. y a partir de la decade del 50 viven un gran amor testimoniado a través ds les certas que esta publice. Reine juega un rol gravitante en su vida, por su afinided intelectual, per la intense pasién que los une y por la protsccion que elle le brinda (un cargo de taquigrafo en la Imprsnta Necionel). elentandolo continuamsnts en su labor creative. Es en esta époce que slebora paginas clavss. tales come "Diario ds un sinverguenze" y "Explicacién false ds mis cuentos", edemas de sus reflexiones sobre sl pensamiento de Vaz Ferreira. De la mutua correspondencia merece dsstecarss la carte fechede el 11 de egosto de 1954. En este carta. que podriemos titular "El poeta y el premio Nobel", el autor en forma de cuento plentse una original idea sobre la forme correcte ds premier y estimuler a un escritor gelerdonado. El dinero y la fame son motives de transtorno. por tento no es debs declarer a quien pertenece sl premio hasta la muerte y con ese dinero ss creeria un grupo ds personas que "estudien y favorszcan el escritor en el tiempo que le quede de vida... En sintesis: nada de fame, de dinero. ni ds ir a cobrarlo a Suecia".16 Este texto, sncuedrado dentro de une carta de amor a Reina. es estudiado per Ricardo Palleres. como un paredigme narrative. un cuento atipico. Al respecto nos dice: No es un cuento tipico pero es mas que una carta. Lo que en F.H. fue hermose .- «\i 33 realidad y la fantasia que slla suscita, se transformo en lsnguajs. La materie. es decir lo marevilloso que vivs y lo que piensa, se transforma organizandose esteticemente en un relate. (p.43) Continuan les ediciones y produccion de varios cuentos cortos, entre ellos una Antologia ds Cusntos Hispenoamsricengs en la que aparece ”Le mujer parecida e mi“. vsrdadera alegoria de su vida. En 1960. conoce a la Sra. Maria Dolores Rossello, con quien formelizara un noviazgo. truncado por la muerte del escritor. Durante esos dos enos previos al dssenlece. da lecciones ds piano. trebaja en la Imprente Necionel y prepare un concierto que no llegara a ejecutar. Se edita en la editorial Alfa de Montevideo su Ultimo releto, "La case inundada". en la coleccién que dirige Angel Rama “Letras ds hoy". En ese mismo afio recibe una msncidn en un concurso literario "Ancep". por "La casa inundada". La editorial El Puerto en Punte del Este (principal balneario uruguayo). de a conocer "El cocodrilo" en impresién de lujo (1961) y en Italie se publice la treduccién de "La case inundada“ ("La Case Allagata"). A fines ds 1963 comienze e sentir grandes e inex- Dlicables censencios. La idea de la muerte le cause angustie y miedo. Estes paginas premonitorias (pertsnscsn a sus primeras publicaciones). expresan de algune manera sus altimos dsseos: 34 Estaria sentedo en sl céspsd de un pequeno bosque. Psnsaria en otras cosas que no tendrian nada que vsr con sl bosque... antes ds terminar de suponerme el camino, cruzarie una mujer joven... no se me ocurriria ssguirle ... pero aquella mujer y las demas cosas dsl pequefio bosque dsscensarian en mi olvido hasta quien sabs cuando. Seria ds noche. ("Cosas que me gustaria que me paseran", I: p. 167) El 13 de enero de 1964. musre en el Hospital de Clinicas, victime ds una leucsmia eguda. Dias antes en la antigua case del Prado. donds todavie vivs su hermana Deolinda, bajo la sombre ds un anacahuita, se despiden Felisberto y su madre -quizas con la premonicion del fatal «dssenlece-. Nos cuente su hermana que les altimes palebras del hijo. fusron les mismas con que solian despsdirss: "<3uidete... cuidate mucho... (Deolinda Hernandez). Su musrte trunca une creecién, que aunque breve, encierra una filosofie y una poética muy eutenticas, muy quyas. El literate y el concertista continuan vivisndo en sus paginas pare guiarnos "por los tiempos de Felisberto He rnandez" . Este capitulo-prstexto es sl inicicio de un estudie <3l4€3 pretends mostrar los distintos aspectos caracterize- Cores de le obra de este autor, pare dessmbocar en la <3<>r1c:‘lusion de su singularided. Es el peso previo. aCTar-etorio. que lo sitda en un contexto. del cual es en CVTEerrtza manera marginedo y confronte el lector a unas C1 "Cunstancias biograficas, posibilitandole un acercemiento a] 1Z-exto, metafore de la vida y creacién de Hernandez. NOTAS 1 Carlos Martinez Moreno. L66 vanguardias literarias.Enciclopsdia Uruguaya No. 47 (Montevideo, 1969) p. 130. 2 Alberto Zum Felde, Proceso histérico del Uruguay (Montevideo: Arca, 1967) p. 191. 3 ____. Proceso intelectual dsl Urgggay (Montevideo: Arce. 1967) II: p. 9. 4 Angel Rama. Qjen afios dangeros (Montevideo: Alfe, 1966) p. 10. 5 Juan Jose Arron, Esquema Generecional de lasgLstres. Hispanoamericenes (Bogota: Institute Caro y Cusrvo), 1963) D. 33. 6 Emir Rodriguez Monegal, Literature urugueye ds msdio siglo (Montevideo: Alfe, 1966) p. 33. 7 Mario Benedetti. Literature uruguaye. siglo XX (Montevideo: Alfe, 1963) p. 42. 8 Gabriel Garcia Marquez. El olor de la gueyeba (<30lombia: Le ovsja negra, 1983) p. 35. 9 Nos referimos a la metafore sxtraida del titulo de 1 ea novela Ilsgraswgsnla_msmogia (MontsVideo: Arca, 1988) 10 Ricardo Pallares. "A probesito de Felisberto Hernandez, 96.12913 I (Montevideo: 1981) p. 8. 35 36 11 Deolinda Hernandez. Entrevista personal. Montevideo, 11 de mayo, 1989. 12 Pauline Medeiros. Eslisberto Hernandez any Lye (Montevideo: Astillero, 1982) p. 9. 13 Esther de cacerss, ”Testimonio sobrs Felisberto Hernandez” (Montevideo: Fundacién de Cultura Universitarie. 1970) p. 8. 14 Norah Giraldi de Dei Cas. Eslisbert9_Hsrnandez: del creador al_nombne (Montevideo: Bande Oriental, 1975) p. 46. 15 Carlos Benvenuto, "Una conferencia ds Jules Superviells”. El Pais (Montevideo) 21 ds mayo, 1948. 16 Ricardo Pallares. Reine Reyes,a0tro Felisberto? (Montevideo: Image, 1983) p. 43. El critico transcribe les palebras de Felisberto Hernandez ds la carte fechade el 11 de agosto ds 1954. dirigida a Reina Reyes. CAPITULO II LA SINGULARIDAD EN LA CREACION Le experiencie que suscita la lecture ds le obra ds Hernandez se puede esociar a lo que Freud denomino "una inquietante sxtrafieza"‘. Es penetrar en un mundo donds lo reel y lo fantastico ss dan la mano; un mundo pobledo ds objstos que cobran vida y de seres caricaturescos, espsrpsntos cosificados, todo envuslto en un clima ds merbide vigilia. Por ello recurrimos a la visién que nos ofrsce Cortazer aplicable a su cuentistica: El gran cuento breve condense le obsesién de la alimaha. es una presencia elucinante que se instele desds les primeres frases para fascinar el lector, hacerle psrdsr contacto con la desvaide realidad que lo rodea, errasarlo a una sumsrsién mas intense y evesalladora. De un cuento asi se sale come de un acto ds amor, agotado y fuera del mundo circundante, el que ss vuelve poco a poco con una mirada ds sorpresa, de lento reconocimiento. muches vecss de elivio y tantas otras de resignecién.2 De este experiencie, y una vez vueltos al "mundo circun- dante", ss desprende un concepto que, a nuestro perecer, define precisemente su obra: singularided. Singular en la nocién stimolégica de la palebra: especial, peculiar, extraordinario. Felisberto aparece como un solitario y como un raro en el sentido marginal de la literatura como produccion en el Rio ds la Plate de ese periodo. Su modalidad fue 37 38 asistematica, es decir, no surge de una militancia estétice, tempoco ds un "ismo". msnos eon ds lo que pudiere ser un movimisnto artistico o literario. Es un "gordo genial" que rsbasa categories como “un pis gordo en un zapato sscotado".3 Rsspecto a su singularided nos dice Josefina Ludmer: El concepto ds singularided (y rereza), fundamento ds la sstetice de Felisberto. oscila entre dos sentidos: por un lado la singularided desds edentro, como modo en que un sujsto vivs su rslacién consigo mismo (yo soy Unico) y sus derivedos: estetizacion ds la memoria. los suenos, sl pasado personal. los modos en que habla el cuerpo. los silencios y ritmos interiores: sl universe Proust, su eutobiografia ficticia y, sobrs todo. la correleciOn entre experiencie del sujeto y obra de arte (que encarno siempre lo singular, anico e incembiebls), marce ds la literature "alte" de principios de siglo. Por el otro lado la singularided desds efusre, para los otros, come perspective exterior y social: diferencie corporal (marce. sstigme) o rareze espiritual y de cisrtas practices (manias, ritos, locuras). Le perspective social y popular de la singularided piensa le diferencie como desgracia, separacién del grupo. irrisién. y ss burla ds lo que diferencie: su modo ds representeciOn es la caricature. Felisberto practice a la vez una estetica ”alte" ds la subjetividad singular y una estética popular ds la caricature: sus sujstos no son nerredos solamente desds edentro y hacie si mismos sino. edemas, desds afuera (sl que narra ss vs desds afusra y vs desds edentro a los demas: este oscilacién define su sistsma narrativo.‘ Su obra. si bisn breve, es ds una complsjidad que supera ins6lito y lo trivial; particular una realidad desecomodada, lsnguejs sencillo negamos el valioso fantastice, catalogecién. Si. que los envuslve surrealismo suyo, un dsbsrien sin embargo su large busqusda de rice no rsgido Hernandez se resists podriemos genero fantastico: Casi falta falso que todas y explicerse optimismo siglo XVIII, rsgido un rslaciones ideologies cartografiadas. sl del mundo por de bisn Morslli, Antes de toda rotulacién. use del humor unido al erotismo; que podemos afirmar que por todos pertenecen de inicier 39 E110 se debs a la conjuncion ds lo sl misterio y le ingenuidad; sl la crsecion ds en frenco contrasts con un capture y sorprsnde al lector. No aporte que hace a la literatura aunque muy pocos cuentos sntren dentro ds esta el halo fantastico es propiamsnte suyo asi como un proustismo suyo. un sicoenalisis suyo heber sido los puntos de referencia ds msdios exprssivos"5. Es un universe petrones tredicionalss. La obra de a los intentos ds categorizacién. Asi, hacer suyes les palebras de Cortazer respecto al escrito por que he fantastico oponsn e ese en creer describirse por sentedo cientifico dentro ds un armoniosemsnte de principios, efscto, de gsografias ds los cuentos gensro nombre. que los el mejor reelismo les se consists cosas pueden como lo deba filosOfico y es decir, mas o menos de leyes, de cause a definidas, ds (La casille sistema p. 62) el analiSis ds algunos cuentos felisberteanos considerados fantasticos, debsmos preciser y delimiter e1 alcance La cusstion de los ds este genero. 4O géneros es una de las mas antiguas y no he dsjade de susciter problemas hasta nuestros dies. Esta cusstien tiene muches facstes y puede ssr aberdada de varios puntos ds vista: historico, teerice, 'inductive, deductive. descriptive, etc. La divisién en géneros tiene un sentido utilitario y organizador, que permits clerificer y clasificar la mayor parte de les obras dentro de ellos. Dede que nuestre autor ha sido catalegade per muchos dentro del genere fantastice, partimos de la aceptacien del misme, vale decir ds la existencia de dsterminadas caracteristicas que agrupan un tipo de literatura. En base a este distincien rsductore. intentarsmos demostrar la exclusion de la obra de Hernandez del génere fantastice, aun y a pesar de cisrtas similitutudes. El teme de lo fantastico no es nuevo en la literatura, si bien lo es su actual apreximacien. Le visién de América come magice y merevillesa tiene sus reices en los relates que transmitisron les Cronistes de Indies. Ellos fusron les primeros en escribir la novela americena del "reelisme magice“ en su version hiperbelica ds cuente vieron: la fauna, la flora y la crsacien del mite. Le merevillose, segUn Carpentisr esta en la realidad americena, su geegrafia. su historia y su espiritu. Bastenos citar a Cristebel Colon. Hernan Cortes. Bernel Diaz del Castillo, Alvar Nunez Cabeze de Vaca. A partir del siglo XIX. podemos rastrsar slementes fantasticos en autores tales come Miguel Cans. Macedonio Fernandez, Julie Herrera y 41 Reissig, Ruben Dario, Horacio Quiroga. Consideramos fundamental el aperts de Tederev en Intreduccién a la literatura fantastica donds el autor presente tres categories:6 Le extrefie: los acentecimisntes rsletades ne presenten un desafie a les leyes del munde, no discuten la causelided a la que estames acestumbrades. pero generalmente el narrador sscoge deliberedemsnte cases de experiencias limites que prevecen en el pretagonista y en sl lector una sensecien de malestar y extrafieza. Le merevilloso: fundede en la existencie y aceptecien de slementes sobrenaturales que no prevecen en el psrsenajs reeccienes particulares (es el caso de los cuentos ds ha- das, de le merevilloso exotice e de lo merevilloso tipo ciencie ficcien, en el que le sobrenatural es explicade de mode racionel, pero a partir de leyes que la ciencie contemporanea no recenece). Lo fantastico: en un munde que es el nuestre, sl que cenecemes, sin diebles silfides ni vampires, se produce un acentecimisnto impesible de explicar por las leyes de ese mundo familiar. El que psrcibe el acentecimisnto debs opter per una de les des selucienss posibles: e bisn se trate de una ilusien ds los sentides, de un producto ds la imagi- nacien, y les leyes del munde sigusn siendo lo que son, 0 bien sl acentecimisnto se predujo realments, es parte integrante ds la realidad, y entonces esta realidad esta regida per leyes que descenecemes. Le fantastico ocupa el ’I‘w V‘ii 42 tiempo de esta incertidumbrs. Tiene una existencie sfimera y puede ubicarse entre lo sxtrano y lo merevilloso. TedeTederev. citande a Roger Cailleis dice que. le fantastico es une rupture del orden recenecide, una irrupcien de le inadmisible en el sene de la ineltereble vida cotidiana" (Intreduccien a la literatura fantastice, p. 36) Per otre parte. en 1925 sl critico de arte Franz Reh acufia un términe nuevo "realisme magice" para designer un grupo de pintorss alemanss. Dice Andersen Imbsrt al respecto: Franz Reh habia observede que ciertes expresienistas se escaperen de la realidad pintande ebjetes quimérices 0 tan remotes que parecien supratsrrestres; y que, come reeccien. les postexpresienistes regresaben a la realidad pintande objetes erdinaries con ejes marevilledes porque. después de un fantastico apecalipsis. veian que sl mundo estaba rssurgisnde, intacte, inecente, en una luz metinal; psre come sl pregrame de los pest-expresienistes ne era reincidir en el realismo. sine centempler la megia ds una segunda Crsacien, Franz Reh bautize ese arts come "rsalisme magico".7 Posteriormente Arturo Uslar Pietri, utilize ese términe per primera vez, aplicandele a las letras hispaneamericanas. En su libre sobrs Letrasgy hombres de Venezuela8 se rsfisre al hombre come misterio, ese hecho fue lo predominante en sl cuente. A ese edivinacien poética e negacien poética de la realidad, la llama a falta de otre nombre, rsalisme magice. 43 A este términe se le vine e agregar el de "10 real merevilloso" propuesto per Aleje Carpentier en sl preloge ds El ggsine de este munde. Ds acuerdo al autor hay una literatura maravillese ds erigsn europee, superada per la realidad merevillosa emericane. Este "real merevilloso" selo pedra ser trasladede a la literatura, dependiende ds la fe que se tenga en ese America magica y maravillosa. La controversie sobrs la validsz y las aplicecienss de esta tsrminelegia continua vigsnte hey en die. El deslinde entre elles es sutil y ss hace susceptible a cenfusienes cen respecto a la clasificecien de obras y autores dentro de los mismes. Persenalmsnts nos inclinames a cempartir el criterie de Lucile Ines Mene9 que edjudice estes dos altimes términos al campe de le merevilloso definido per Tedorev ya que lo misteriese. lo sobrenatural no entre en conflicte con la realidad sine que la cemplsmenta. Teniende en cuente estes criteries se puede cencluir que realisme magice y literatura fantastica se excluyen mutuaments". Retornando al género fantastice, no podemos prescindir del estudie que Emir Rodriguez Monegal hace de les manifestaciones de Borges al respecto. En su articulo titulede: "Borges: una tsoria ds le literatura fantastice", el critico estudie dos articulos y una conferencia. En el primero. "El arts narrative y la megia". sl autor parte de la cencepcien del arts narrative come artificie y le elucide de un doble punto de vista: sl de les "precedimien- tes y sl de la "trama". El otre texto es el prelege de W 44 Borges a La invencien ds Morel10 novela ds Biey Cesares. Este preloge puede considererse un manifiesto en sl que da los fundementes ds une teorie de la narracien. Sintetizande su pensamiento, ss rsfiere a la causelided magica come sl sello de distincion entre la novela sicelegica y la que él y Biey practican. El tsrcer trabaje enelizade es de indols erel, une conferencia que die Borges en Montevideo, en 1949." La literatura fantastica". En elle va a examiner les procedimientes que la caracterizan, rsductibles a unes pocos: a) La obra de arte dentro de la misma obra; b) la centeminacien ds la realidad per el susno; c) el viajs en el tiempo; d) el doble. Para finalizar cencretande el pensamiento borgsano nos dice Monegal: Pare él. sin embargo. la literatura fantastica se vale ds ficcienes no para svedirse ds la realidad sine para expresar una vision mas henda y cempleje de la realidad. Toda ese literatura esta destinada mas a efrecer metaferas de la rselidad- por las que el escritor quiere trascsnder les observacienss superficialss o pedestres del realisme- qus svedirse a un territorio gratuite.“ A les categories de Borges podriemos agregar les que incorpera Emilio Cerrilla:‘2 la lecure y la transmutecien de especies y rsines de la natureleza. El propie Tederev habla de que la literatura fantastice gira alrededer ds dos temas: la lecura y le sexual, dividiéndeles entre temas del ye y temas del to. La primera pertenscsrie puss a les temas del ye y dentro ds 45 ella. encontrariemes el pan—determinisme que "significa que el limits entre lo fiSico y lo mental. entre la materia y el espiritu. entre la cesa y la palebra, deja ds ser cerrade”;l3 les metamorfesis; la multiplicacien de la persenalidad; la desaparicien del limits entre ebjsto y sujste; la trensfermacien del tiempo y del espacie. Incluidos en los temas del to la literatura fantastica ejsmplifica diversas transformeCienes dsl desso. que pertenecen mas a le extrane que a le sobrenatural. Dentro de les variantes podemos hallar el inceste; la hemesexualidad; el amor ds mes es des; sl sadisme; la necrefilia y el amor a la muerte. Si bisn ceincidimes con Tederev en cuanto e la inclusion de estes temas dentro del génere fantastico. no les aceptames come privativos de él. ya que se les puede encontrar -y muy frscusntements- dentro del "realisme magico”. Bastenes citer come ejsmple significative _Qisn__afies de soledad de Garcia Marquez. donds le realidad se trensfigura y la magie alcanza a les crieturas y a las cosas. En tento. les cembies y sl avancs de dsterminadas estudios trasn una nueva vision sobrs estes temas. Par- ticularmsnte sl psicoanalisis que segun Tederev. velvie inutil la literature fantastica. Ya no se necesite recurrir al diablo para explicar e justificar dssees ssxualss excssivos e patelegices, ni a les vampires pare aludir a la atraccien ejerCida per les cadaverss. El psicoanalisis puede explicerles con rigor cisntifico. Estes cases que 46 eran privativos de la literatura fantastice, pertenecen a la erbita de la ciencie. Le creecien felisberteana incluye varies de estes slementes y se presta -cemo ya se ha heche- a un analisis psicoanalitico. Pedriamos hablar con mucha prudencia y las limitacienes del case, ds un discurso con caracteristicas de esquizefrenia.H que lo cenvierten en un materiel cempleJe y rice. desafie para los estudieses e interregante para los lecteres. Nos apoyames nusvaments en les epiniones de Cortazer para eplicarlas a la narrative de Hernandez: Quizas sea sxagerade afirmer que tede cuente breve plenaments logredo. y en especial les cuentos fantastices, sen preductes neurotices, pesedilles e alucinacienes neutralizedes mediante la ebjetivecien y el traslede a un medie exterior al terrene neurotice; de todas mensras, en cualquier cuente breve memorable se psrcibe esa pelarizacien, come si sl autor hubiera queride desprenderse lo antes posible y de la manera mas absolute de su crietura, exercisandela en la Onica forma en que le era dede hacerle: escribiéndela. ("Del cuente breve y sus alredederss". p. 69) El proceso creador de Felisberto cemperte ese esfuerze per dar e luz a sus psrsonajes. en particular la obsesiva presencia del yo que se desdobla, se segmente. se transfi- 9ure. Estes aspectos constituyen el estudie de les preximos capitules en los que mediante ejemplos significatives aprscieremes el inselito e inquietante rssultade. Procederemes al analisis de tres cuentos posiblss de ‘ A‘U .\~ In eflfl Av" 47 cateleger come fantasticos. Preferimes hablar de los aspectos e mas propiamente diche del hale fantastico que les rodea pare justificar nuestre posicien que defiende la imposibilidad de catalegacien e mejer sen ds una recrsacien singular. La meyerie de les critices ceincidsn en censidsrar "El Acemodador“ come un cuente fantastico. Asi es minuciesa- mente estudiade per Maryse Reyneud y per Rosario Ferré.15 Aen, y e pesar ds elle, hay coincidencias en cuanto a le forma particular del tratamiento y en la intervencien de cisrtes slementes que le apartan de la clasificacien pura. Asi lo afirma Angel Rama: Excentricidades, aberracienes, manias, no pueden cenfundirse con slementes fantastices y convisns delimitarlo. ya que con frecuencia se enjuicie a Felisberto Hernandez come uno ds les cuentistas fantasticos ds la vanguardia. llegandese (A. Zum Felde en su Indies critico de la narrative hispaneamericana) e openérsele per tal rasge a Jorge Luis Borges. En toda la literatura de Hernandez hay un solo rasge estrictamente fantastico: es en "El Acemededer” la luz que arrejan les ejes del persenaje.16 El cuente trate ds la existencie monetena y solitarie de un jeven quien apenas habia dsjado la edelescsncia. se traslede a una ciuded grands y censigue empleo come ecomedader de teatro. Dades sus escases recursos, elquile una pieza y es llevede per un amigo sxtranjero a un comeder gratuito dos vsces a la semana. Pece a pece se va insinuen- do la aparicien ds un elemento sobrenatural, hasta la 48 eclesien del misme: "gQuién en el munde, veia con sus prepies ejes en la escurided?” (II: p. 62) Su mirada adquiere luz propie y este hecho ls despierta la "lujurie de ver" (p. 64). Tiene encuentres furtives con la hija senambule del dusne del comeder. Estes encuentres se desarrellan en una atmesfera onirica y cargada de erotismo. Paulatine y tan misteriosamente come su aparicien, cesa en el persenaje este fantastica fecultad. dsjandelo sumide en la angustie de una existencie gris. Veemes ahera cuales son los slementes que crean la atmesfere fantastica y de qué manera sen ceincidsntes con les teerias presentadas sobre el génere. En primer lugar, el elemento fantastico per antenemesia es la luz que preyecta la mirada dsl protagonists. Aqui la linterna, metenimia del ecemededer. truece su valor metenimico per el literal. sus ejes se vuslven des linternas que le permiten intensificar sun mas ese vicie de vsr. ese lujuria que lo lleva a peseer lo que su vista reze. ADn antes de la acaricien de ese fecultad. la necesidad de ver era compulsive ya que esperaba etisbar algo mas a través de les Duertas entreabiertas. Cuando el extrafie fenemene deja de ser una insinuecien para cenvertirse en la certitud de la Dosssien de un poder extraordinario. se acentue la carge eretica expresada a través del propie lenguaje y sl verbe "meter" adquiere un sentido metaferico: “senti dsseos ds meter les ejes alli“ (p. 62). La “lujurie ds ver" ss transforms en la necesidad de pesssr: sl narrador pedia 49 mirar una cesa y peseerla. Le necesidad ss acrecisnta. hasta slcanzar el climax en sl aceplamisnte metaferice: "Yo recorria su cuerpo con mi luz...ne sole iluminaba e aquella mujer, sine que tomeba algo de elle" (p. 69). El otre elemento prepiamente fantastico es la dsscempesicion de la personalidad, la fragmentecien del ye. Si bisn este teme sera ebjete de estudie sspecifico en el capitule IV, no podemos dejar de hacer mencien ds ejemples significatives que acercan el texto a la literatura fantastice, segun les teerices ds la misma. Le fragmen- tacien se da de mode cerperee, es decir, los ejes cobran autenemia y desprenden luz independiente de la veluntad ds su duefio. Estames enfrentades a un solitarie nictalepe. Hay una gradacien de sensacienes en el protagonists que crece conjuntemente con la luz. De la superioridad pese al horror cuando ve su care y sus ojes iluminades con su propie luz en el espeje. Finalmsnte surge la segmentacien total ante uns vision fragmentada y dividide en psdazes que nadie pedria junter y cemprender. Le multiplicacien de la persons a través del espejo -elemsnto tipicamente fantastice- nes presente une modalidad de la transgresien 09 ese realidad que se presente dividide y desmateria- lizada. Le aparicien de la mujer esta representada metenimicamente per la cola del peineder que se enrsde suavemente en las patas de las vitrinas. No es elle. es su Drende intima. Le escisien de la realidad se acentua a medida que la cola del peineder se acerca. En sl sueno que 50 posteriormente tiene el persenaje. ss vs e si misme come un perro lenude que profane la pursze de la nevia echede en la cola del vestide nupcial. Hs equi la presencia del ye dividide: en etra manera suya. Este suefie y toda la atmesfera onirica que redea al rite sexual es otre elemento propio de la literatura fantastica. Per Ultimo, y llegemes al memento en que sl lector es etrepade per ese "inquietente sxtrefisza“, la pesssien es interrumpida per la presencia de la muerte: .. de pronto mis ejes empezaren a ver en los pies ds elle un color amarille verdese parecide el de mi care aquella noche que la vi en el espeje de mi repsre. Aquel color se hacie brillante en algunes lades del pie y se escurecia en etros. Al instants aperecieren pedacites blencos que me hicieren psnsar en los huesos de los dedos.(p. 70) El horror se apodera del protagonists. El cuerpo de la mujer he perdide su envelturs y sole recenece psdazes de la que despertara su apetencie sexual. Al recerrer su cuerpo. no pedia recenecsrle, de sus menes no ve mas que los huesos. Carecie de pelo y los huesos de la care brillaban en forma sspectrel. Hay una descempesicien total y una anticipacien de la realidad de ultratumba en los ojes del nerredor-persenaje que recerren come dos gusanes. Eros y Thenatos aparecsn vinculades ants el vislumbre de una imaginarie copule. Nos es facil asimiler esta situecien e la planteeda per Tederev; la necrofilie. amor per una muerta. mujer fantasma. creacien sspectrel. situacien en la 51 que se cenjugen merbesaments el rechazo y la fascinacien. Haste ahera hemes podido cemprebar ds que manera se den en “El Acemodader" caracteristicas que hecen posible la caracterizacien de relate fantastico. Ne cabs dude ds que es sl que mas ss presta a esta clasificacien, partisndo ds la cualided sobrenatural que aparece en el narrador- persenaje. Es fantastica la capacidad de emitir luz aunque ceincidimes con Maryse Renaud en que : "sl unice ebjeto fantastico ds este texto es el hombre. y que le fantastico del siglo XX se prepons come objetive transcribir la cendicien humane" (p. 268). Segun la critics nos encon- treriamos con otre tipo de fantastice, mas humane, que provoca le destruccien de les categories establecidas per Tederev. “El Acemodader" tiene el elemento merevillose, la luz, pero su munde no nos es desconocide. Nos movemes en un contexto que nos as familiar. El relate se inicia con une serie de dates. edad. eficie. luger que permiten presagiar un cuente "realista". Posteriormente surgen situacienes extranas: la escena en el comeder gratuite en que un hombre anuncia su propie musrte y enssguida caye con la cabeza en la sepa; la cemplicidad de los encuentres entre el protagonists y la mujer fantasma. Estes situacienes, si bisn inselites pueden ssr rsductibles e une explicecien racienal. Le fantastico no irrumpe, se ve insinuande poco a pece y se mantiens hasta el fin del discurso. Per tento. deja de ecupar el tiempo de la incertidumbrs. Comprebames que en este case les teerias ds Tederev son dificilmente all Ch .‘V Phi ' V- e. uh. R. I |. I 52 aplicables. Per otre parte sl humerisme legra degradar la atmesfera onirica, cortande el halite que suspendia al lector en un munde irreal. Cuando sl narrador inicia la persecucien de a pareJa extranjera, se edvisrte el terror que le hace sentir cesr en un peze de airs, pero también ss ls ve trepezande con una gerda que le dice: “Mira per donds vas. imbécil" (p. 68): perseguide per les hombres de gerra, se subs a un tranvie. Velvemes a sentir inquietud hasta que un hombre gordo descarga su cuerpo, al ssnterse a su lado. En sl climax de les sesienss de pesadilla con la senambula sece une gerra y le hace sefiales "come con un ferol negre"(p. 69), lusge per obra del miedo ls erreja la misma gerra y Siente sl ruido que hace su cuerpo al cesr. Es evidente que la atmesfera dense que crea esta situacien onirica es destruide per estes slementes ds humor sui gensris". Dice Alzraki respecto a lo fantastico: "En tede relate fantastico y neofantastice hay una ceherencia de la historia narrada que se express desds les primeres frases del cuente ... Esa unided de tsme que se express en una unidad de forma parsciera ester ausente de los cuentos de Felisberto”.‘7 Parscs heber un esfusrze per frustrar un premstsdor argumente. En el case particular ds ”El Acemo- dader”, hay una trams deshilachade. en la que un hecho inselito alterna con lo trivial. para terminar cen sl misme desencanto que sobrsviens al final del suene. La realidad ‘_i———" 53 gr-is y cestumbriste aparece al final del cuente: cries siguisntes el narrador tuvo mucha deprssien y le eczharaen del empleo. La pesibilided de emitir luz borrando poco a poco. ”Lucrecia“ es el relate mas extremists tendencie felisberteana de desdibujar argumentes. Intentames sefielar en principio las caracteristicas fantasticas y ds que manera al final ds nuestre analisis pedra ssr rescstsde el hale fantastice, el clima enirico, el misterio. es decir, sl sello propie de Hernandez impide su cetalegecien pure y esquematica dentro génere. En primer lugar, la ambigUedad permeabiliza tede el relate. A partir del titulo, el lector ss pregunte: es Lucrecia? gDende tiene luger la accien? Qué preposite tiene ese viaje y ese informs? Al seguir la trams y su desarrelle. sncentrames que el narrador-protagonists a una specs lejana: al Renecimiente desds el siglo XX. Nos tresledames puss. en espacie y en tiempo e otre dimensien. Llega a un cenvente y le musstre e une menja un sobrs que ha treide pare Lucrecia. Recibe tede lo que vs cen evidez y incontsnible curiosidad. Posteriormente tiene el encuentre con Lucrecia. a través de una parts raspada del vidrie y ls acercan la certs que el narrador-escritor lleveba para elle. Per su parte. elle ls da la bienvenida efreciéndele aleJamisnte. El reste ds la trams sen relates breves interceledes y sin ninguna censxien con sl ebjetive 5 l .4.‘ 'v ‘___——— ' 54 central: "A mi me encargaren que escribiera slge sebre usted, algune cesa que testimonisra habsrla viste en este cenvento... y estes amabilidades" (III: p. 111). El narrador hace continues digresionss que es transferman en piszas incenexes: el “raccente” ds su viaje y come fue assltade; cinco incengruentes histories ds ojos que partsn del estimule de los 0305 de Lucrecia y lo llevan a recorder inselitas situacienes ds cune surrealista. Estes histories sen treidas a su mente en la ssmi-vigilia que sucede al susfie del arbel que seguie al viente; la sxtrena historia de le nine de diez shes. su madre y un soldado. que culminera con la muerte de aquella; su amistad con la plantits y el gate: is visits a la tumba de la nine y finalmente la cena en la taberna con el vendedor de patos. El cuente termina con la abrupta partida del persenaje. su fallide informs y un salvecenducte ofrscido per la belle Lucrecia. Es un final dessncantede. sin sentido. gEs a este ergumente deshilschade al que Hernandez ds prioridad? En absolute. Si asi lo fuera. cerecsria de tede valor literario y artistico. Le que el autor Jererquize es ese contexto donds impera el suene y la semi-vigilia. Ese disene personal y desdibujado cuyo msnsaje puede ser interpretede a través de la lecture del inconsciente del narrador. Al respecto dice Alazraki: Desde este plane geluden a les infortunies y fantasies del pianista errante come en "La mujer parecide a mi? La respueste a este interregante es menes impertante que ese velunted de incehersncis que les configure come in luv .1— F- N‘- I: It .4‘ .P‘ ‘SC is U C» av l U A: LIV Ah» .‘5 Abe eh Ch a}. (V Ce .0“ I ‘___—'__——T——' T " 55 imagenes retaceades. Hubiera side muche mas facil para Felisberto organizer eses psdazes de historia en un relate coherente. No es ese, evidentsments lo que queria. Muche mas sensete es ssumir que buscaba sl fragmentarisme de los suefios. (p. 40) La ambigUedad, caracteristice fantastice impregna el discurso. Per otre parts aparece el precedimiente definido per Borges. el viajs a través del tiempo: “Siempre que me preguntaban come habia hecho para ir a vivir en una specs ten leJana. me debs un fastidio inaguentable" ( p.103); "Ni por un instants pense en decirlss que yo ere del siglo XX. Y en case de que hubieran cemprendide mi pasada vida future aye sabria explicar alge de mi siglo?“ (p. 113). Per boca de la propie Lucrecia se confirms el anecrenisme de la historia: ”Tenge muche curiosided per saber come seran eses libros que heran en Espefia y lo que elles diran de mi“ (D- 111). Otre precedimiente ds la literatura fantastice es la apericien del doble. Aqui no se trate de une presencia e de un desdoblamiente que tenge peso ni en la trams ni en el discurso. Aparece si come una inquietud del personaje que cree verse identificade en un otre: "De une puerta salio un hombre que die unos pesos a mi lado y snseguide entre en otre puerta y se deje caer en una sills ... No sé per que pensé que equel hombre era ye y que yo tenia que seguir en sus asuntes" (p. 105). La presencia inquietente del otre ss hace sentir, en ese desdoblamisnto del yo que es una constante en la obra felisberteana. 1’! o. p I 0" ' Lwe h 1" 56 Al tratar de la falta ds cohesion argumental, mencienande los breves relates interceledes, hicimes elusien e otre precedimiente definido per Borges come fantastice, la conteminacien ds la realidad per el suefie. En tede memento la atmesfera onirica es preponderante, sun en la vigilia o semi-vigilia. El inicie del cuente, si bisn presents cisrtes detallss. éstos son menes importantes que la impresien de lo sofiade que trensmiten. El "gran ceneje blanco del surrealismo“ (Cortazer. p.93), perece smergsr de les palebras del narrador cuando inicia su viaje en sl tiempo: Le altima vez que me interrumpieron ye iba subiendo una escelers detras de una menja vestide de negro. Ella soltebs les pesos centre los escelenes come si fuera tirando tiestos sobrs estantss. Sus zepatos habien ensuciado ds pelvo el berde de le pellera. (Yo estaba tentado de sacerle uns hilache que tenia cerca de la cintura). Parecie que aquella mujer estaba muy censeda y que le costaba ceordinar cede peso con cede escelen. No se volvia hacie mi ni aun cuando se detenia a descsnser. (p. 103) En la semi-penumbra, la vels ds su hebitacien tenia una llama que se movia come si hicisre sehales. el narra- dOr tiene un suefie que ya mencienamos, recordabe un arbol que habia side errancedo ds cuaje. Ibe silbende muy contento y sabia que él iba siguiende el viento. Al pro- seguir la lecture. podremes comprebar que esta referencia al viento no es casual y tiene une clsre relecien con la respueste de Lucrecia ante le falta de airs que aqusje el personajs. Las histories de eJes son reminiscencias de su I I r h P .19 .n: e a» g u .- . .3 .I :3 ..w H: .9. I» :e r e e .1 Cu . e a v e . a: on». . v e... per 0 .e . . F A V a .v o . u h b an! F :5 gflw J I b can 1' PI A v .\\ A e H Al.- R,U Q I . .nu -\e to 1 F a: a e r AU. IP- 57 future pasado. Le lecture de elles eres un clima de pesadilla. en que los organes trasmisores de la mirada estan descritos en forma hiperbolica. en situacienes ds texture abiertamsnte onirica: "habia una sirviente que limpieba uno de sus ejos; era de vidrie y es la caye de las menes; se le rompie y elle lleraba" (p. 109). Posteriormente describe a un hombre que tenia alge horrible en los ojes. sin poder discernir si eran orbitas vaciss e cernosidades desbordadas. El recuerdo de les ejes de Lucrecia sobrevisns con fuerze. remsmerende la historia de los dos hermanos que rssultsron tusrtos, haste llegar a le obsesién de los ojos de la protagonists. Les noches del narrador son pasadas entre suefio y vigilia. El deslinde entre los dos mundos es imperceptible y elle es la cause del clima onirice. En une de les tantas vsces que ss despierts visne a su mente el recuerdo del cilicio que use Lucrecia. Objsto de eutotortura que nos retrotrae a otre épeca. psre tambien nos presents ls dualidad de la mujsr satanice que purge sus dslitos. Esta Lucrecia Borgia18 es una recreacién felisberteana sutilmsnte desgajada del interregno de los susfios. Hemes analizado hasta ahera les caracteristicas y precedimientos fantastices que aparecsn en "Lucrecia". nos reste probar que no llegen a permitir una caracterizecion total. En primer lugar, come ye mencionames. el caracter incehersnte y fragmentedo de la trams exaltede per un final sorpresivo e intencienelmente abortade (el narrador-scritor A‘v PIN r ‘1‘ .o a: on‘ e o uh- I sub lb 3: 0'. ‘V ‘MI I and :5 .0 i A v I. i NJ AN) 58 desiste de su objetivo): Decide salir de alli lo mas pronto posible. Este hecho hace impesible la rotulacien de cuento fantastice. En cuanto a les categories respecto sl génere fantastico de Tederev, nos es dificil de situarlo. Hey un elemento merevilloso o mas bisn fantastice, el visje el pasado. pero este elemento no irrumpe sine que se presente desds un principio. Si bisn es cierto que nos sncentrames en un mundo eJeno, este lo es por la dimensién del tiempo y no per la presencia de slementes distorsionantes de nuestre realidad cotidiana. Per otre parte toda la historia es presentada a través de is familiar mentalidad ds un hombre del siglo XX. Lo fantastico no ocupa el tiempo ds une incertidumbrs. El lector se asimile al narrador-persenaje sin malestar. pusste que lo recenece come contemporanee, y el tiempo de la narracien permits superar la incerti- dumbre. Con respecto al humor. elemento modificente propie de los cuentos de Hernandez, aparece con discrecien, pero la suficients pare alterar dsterminadas situacienes. En la “euesi” surrealista pressntacien inicial que ya ejemplifi- camos, sl protagonists subs una escelera detras ds une menJa. El clima es de sxpectacien pero esta es interrumpida per la inselita compulsion que le sobrevisns : ”(Yo estaba tentado ds sacarle una hilache que tenia cerca de la ointura)” (p. 103). La solemne atmesfera creeda per la protocolar bienvenida de Lucrecia se dssbarata ants un b :- P . «4‘ h ’A 59 incidents graciose protagonizade per sl narrador y la monje anfitriene: "La espahola retire bruscamsnts sus manes Aquel movimisnte me hizo mirar hacia el luger de donds sus manes habisn huido. Y entonces vi la punts de mi plums -ye tenia mi gerro dsbeje del brazo- y comprendi que le habia hecho cesquillss en la piel blenca de sus manes regordetas” (p. 106). Ante hechos sxtrafios ocurren situacienes. que como en los suehes, terminan con un giro de peculiar humor: “Ahora yo me sorprendi con los ojos en la leguna y decidi tirer a elle una piedra: fui a tomar une triangular y oscure que habia cerca de mi mane y de pronto elle salte. Le piedra tuvo tiempo ds seguir seltando y llegar al borde del agua antes de darme cuente de que era un sspe" (p. 115). Pere sun, cuando hasta shore nos hemes limitsdo a presenter algunes ejemplos de la utilizacien del humor, cuya finelided es desbareter el posible clima fantastice, en toda la obra de Felisberto este elemento es prepon- derante y sera objete de un tratamiento mas sspecifico. El tercer ejemplo Significative que nos detendremes a analizer es un cuento muy poco trebejado y desvalorizedo por la critics en general. ”Muebles El Canario“. conjun- tamente con "Les Hortensias”. han side considerades per Benedetti come: “sus dos anices -e ilsventables fraca- sos. ‘9. Ne compartimos plenaments su criterie -parti— cularmente en sl case ds " Les HortsnSias”-. De todos modes en estes dos relates el autor parecs corter les amarras con 60 la realidad. es decir presentande slementes que aperentemente transgreden les barreras de ese realidad. "Muebles El Canario", es uns satire a los precedi- mientos a que ecuden las estecienss ds radio en las propagandes comerciales. El narrador va en un tranvia e inesperedemente se le acerca un hombre que ls frets el brazo y le pone una inyeccien. Hecho insolito. per cierto, pero es transforms en fantastice cuando su cabeza comienze a recepcioner transmisienss de una determinada radiedifu- sera que le snuncia la propaganda de unes musbles: "...oi sonar en mi cabeza una vez que decia: Hols. hole; transmits difusera "El Canario“ ... Ahora volvian a hablar de les mueblss (II: pp. 123-24). Aqui el elemento fantastico tiende hacie 1a cien- ciaficcien. Inmersos en el mundo real, cotidiane. abrupta- mente surge el hecho extrafio -la inyeccion— ssguide de un elemento sobrenatural -le recepcien de la emisora en su cebeza-. Coincidimos plenaments con Arturo Visca2° en sl caracter sobrenatural de este suceso y ds acuerdo a ello y al contexto trivial que redea al narrador-protagonists, pedriames clasificar el relate come fantastico. Empero, dos slementes atentsn contra esta catalogecien. El humorisme. patents en tede sl relate y el final absurdo y fallide. A punto de volverss loco per les trensmisionss. decide interpeler a otre hombre con jeringa en procure de un antidote de ese enfermedad: “era enormel come une enfer- medad nueve: pero tambisn habia un matiz irenico; come 51 V! On It! (It in (I! I. I Am. “A hr“ 1) I'S !Ce bi. It f V. ‘r‘? p.‘ v'd/‘A 1.,1 61 la enfermedad ss sintiera contents y ss hubiera pusste a center" (p. 123); sl hombre le aconsejs la tome de unes tebletas, frents a le imposibilidad de comprerles ls ofrsce otre selucion -y equi llegemes al colmo del absurdo-z "Déss un bane de pies bien caliente" (p. 124). A través del analisis de estos paredigmes. consi- deredos per la mayoria come psrtenecientes el génere fantastico. creemos heber podido probar lo inacertado ds ese clasificacien. No hemes negade en ningdn memento les caracteristicas que les particularizan, pero en definitive siguen siendo prusba de la singularided felisberteana. En un maneJo ludico de circunstancias, procedimientes y personajes. el autor manipula una relidad, la transfigure y le pone su sello propio e incenfundible. Concluimos el viaje a través de lo fantastice con las palebras de Cortazer: Releyendo a Felisberto he llegado al punto maximo de este rechazo de le etiqusts ”fantastice"; nadie come él para diselverla en un increibls enriquecimiento de la realidad total, que no sele centiene lo verificable sine que lo epuntale en el leme del misterio come sl elefente apuntala al mundo en la cesmogenia hindu. (Cortazer, “Felisberto no responds a influencias perceptibles". p. 92) Peseremes ahora a censidsrar la legitimidad de otre retulo que tiende a impenerse sobre la obra de Hernandez. Nos referimos especificamente al surrealismo. utilizado por los critices para tratar de situar de algune manera la preduccien felisberteana. I‘M-r. numm . 62 Con respecto al cenocimisnto que tuvo Felisberto de este movimisnte vanguardista, hay discrepancies. De tedas mensras, sus primeros relates. ye tefiidos de caracteristicas surrealistas, datan ds muche antes del viaje a Paris, dende pudo heber tenido o no -come prefisre creer Certazar- contacto con los principeles representantes . Antes ds analizer algunos de les cuentos que se prestan a la clasificecien, cenviene retrotraernos al nacimiente de este ”ismo", sus caracteristicas y relaciones con la literature en particular. Partimos de la definicien que lanza Andre Breton en su ”Manifiesto" (1924): El surrealismo es un autemetismo psiquico pure mediante el cual se nos prepons expresar, sea verbalmente e per escrito. el funcionamiente real del pensamiento fuera ds tede control ejercide per la razon. al margen de toda preecupacien estética o moral... el surrealismo se funde en la creencia en la realidad superior de cisrtas fermas de aseciacien hasta shore descuidadas. en la omnipotencia del suene. en el juege desinteresado del pensamiento. Tiende a destruir definitivemente todos los demas mecenismos psiquices y a sustituir a éstos en la reselucien de les principales problemas de la vida...21 Podemes comprebar la preeminencia de la liberted sobrs toda logica; la clara influencie de Freud en el proceso de les suefios; la velerizacien de la imagen necide de dos realidades distantes y arbitrarismsnts unidas. Pare Bre- ton. la imagen mas fuerte es aquella que centiene el mas I‘LL-LL 'A' _ 63 alto grade de arbitrariedad, aquella que mas tiempo se tsrde en traducir a lengueje practice. En Felisberto es cleremente rsconocible la atmesfsra onirica que centextualize sus cuentos. En la gran mayoria de ellos aparecsn suenes. en otros la realidad vivida es como un sueno. Sin embargo no as treta ds un autemetismo psiquico. No se da en su obra le escritura automatice. Formas fregmsntarias e imagenes que se suceden nunca ocurren de mode espontanso e inmotivadas. Sismprs hay un estimule que provoca el recuerdo y su imagen. Aperecen esociacienes inselitas. chocantes. cesi contradictories que lo smperenten con los surrealistss. De ese yuxtaposicien surge sl humor. la risa, come mecenisme de defense contra la extraheza que comienze a invadirnos. En la obra de Felisberto aparecsn tres simboles diseminsdes y recurrentes: el agua. el caballo y las Dlentas. A nivel de esta triads simbélica ssria bastante posible sl planteemiente de su narrative come un despla- zsmiento metenimico de contenidos que no emergen mani- fiestos en sus relates y que lo eproximan a algune de los pestulades esenciales del surrealismo: la liberecion de les pulsiones del inconsciente a través de la escritura. En lenguaje psicoanalitice se manejan dos conceptos que eplicaremos al texto y que nos interesa clerificer. En el suehe se den imagenes, la mayor parts ds las veces inconsxas e incengruentes. Esa repressntacien tal come 64 aparece al sujete es conocide come sl contenido manifiesto. De acuerdo a Freud éste es: .. sl suene antes ds heber side sometido a la investigecien anelitice. tel come se presente al sujete sefiador que sfsctde la narrscien del misme. Per extension se habla del contenido manifiesto de toda produccien verbelizada (desds la fantasia a la obra literaris) que se intenta interpreter por el métode anelitice.22 Una vez analizado el susno, el significado y dece- dificecion del misme, corresponds al contenido latente: Conjunto de significecienes a les que cenduce el analisis de una preduccien inconsciente. especielmente el suehe. Una vez descifrsde. el suene no aparece como una nerracien fermada per imagenes. sine come une organizacien de pensamientos. un discurso, sxpresande une o varies dsseos. (p. 23) Este concepto, splicede nos lleva a un analisis e interpretacien mas profundes de la recurrencia simbelica que aparece en el texto. Felisberto sabs que el munde esta rsgido per reglas y leyes que lo condicienan; es asi que busca la magia del suehe para violar la norme de la cetidisnsidad. Dice Alzraki: Felisberto sabia que ese doble fondo donds viven los suenos es un espacie inaccesible. Habia que aceptarles come crieturas que trascienden nuestre escele recienal y que si dejen sospechar un sentido. es menos importsnte que la realidad misme del suene. (p. 43) De tel mode sl peso ds la realidad. siempre al eceche. 65 es comparable sl orden de la vigilia y aparece al final de cada cuento como el desencanto del despertar. De todes mansras come lecterss consideramos importsnte sl contenido latents del texto. que nos conduce a una mayor cemprsnsien y ecercamiento al misme. Cemenzaremos per analizar algunos de los rasgos que hecen de ”La casa inundada" un cuento "quasi” surrealista, destacande en él la importancia del agua en su valor pelissmico. El argumente puede sintetizarss de la siguisnte mane- ra: El narrador rscuerde sus visitas a la casa inundeda de la sehora Margarita. Tedo gira dentro de la orbits de les recuerdos a los que vive entregada la protagonists. Des- puss de heber perdide su marido en Suiza. hace desecar una fuente pare convertirla en isle y passerse en bots per la avenide del agua que la redea. Inunda su casa de agua -de ahi sl titulo, literal y metaferice- y centrate les ssrvicies del narrador para que escribe lo que elle ls ha contado. Este se convierte entonces en narrador-escri- tor-botero y ss sisnte atraide per la inselita persenalidad es la muJer que conguga lo gretssco y lo mitice. Toda la anecdote esta centextualizada per une atmesfsra onirice. que surge desde el principio misme, inundeda por el agua que une a los psrsonejes en un sxtrafie culte. Per su funcion de simbole, consideramos necesario recurrir a la definicien que sl Diccienariejes_simbgles. da del agua: 66 Elemento manteneder de la vida que circula a través de toda la neturaleza en forma de lluvia, savia. lechs, sangre... De las agues y del inconsciente universal surge tede lo vivisnte come de la madre. Una smpliacien secunderia ds este simbolismo se halls en la asimilacien del agua y la sabiduria (intuitive)... La exprssien mitice "surgido ds les endes" o "salvado de les agues" simboliza la fecundidad y es una imagen metaferica del parte... Elemento femenine come la tierra... msdiedor entre la vida y le musrte. en la doble corriente positive y negative, ds creacien y destruccien.23 El agua es tede en "La casa inundada“. porque esta en contacto metenimico con tede y todos. Es sl elemento que da vida al pasado de la protagonists. la mensajere de los recuerdos que come plantas crecen y son regades per elle; portadera de la sabiduria. es decir del cenocimisnto. Este cenocimisnto pedria tambien ser interpretede en el sentido biblice. cenocimisnto carnal. Tengamos en cuente que el narrador se sisnte atraido per la sefiore Margarita y-el agua actua come vehiculo mediader de sus releciones. Per otre parte. el mirar y mirsrse en el agua nos relacione intertsxtualmente con el mite de Narcise. que responds en este texto al desso de conecsrse e si misme (de leerse a través de lo que el narrador rscogera y ds escribirse. crearse). El narrador rsitsre en este cuento la misma obsesiva idea del "agua de les recuerdos" que versmes en El caballo perdide (cerrespondients a la triads evocadora de su segunda steps, conjuntamente con Ber los tiempos ds Clemente Colling y IJQrLas ds la_msmer1a. Per beca del *fln.” 67 narrador nos enteremos ds les palebras de la protagonists respecto a esta conjuncion ds agua y recuerdos: Entencss supe, por primera vez, que hay que cultivar los recuerdos en el agua. que el agua slabera lo que en elle se reflsja y que recibe el pensamiento. En case de dssesperacién no hay que sntregar sl cuerpo al agua; hay que entregar a elle sl pensamiento; slla lo penetra y el nos cambie el sentido de la vida. (p. 68) Le ambigUeded de la cite es evidente y conlleva la ides de suicidio, lo que corresponderie al otre sentido mitice del agua: musrte en centreposiciOn a la vida. El agua unida a les plantas que la berdean y a la isle que esta en el centre. llege a cenvertirse en un senti- miente. prepiamente un culto: "el agua ss iba presentande come el espiritu ds una religion que nos sorprendiera en forma diferents, y los pecades en ese agua, tenian otre sentido y no importaba tento su significado” (p. 70). El agua come elemento ds vida es utilizeda en la religien pare borrar les pecades y de ese manera tree aparsjade la idea ds nacimisnto a une nusva vida. Per otre parte hemes viste que este elemento puede aparecer baJe forma de lluvia y lagrimas. En sl texto la protagonists sisnte sus prepias lagrimas que caen en su camison; etra imagen del agua come llUVia nos retrotrae a la idea de fertilidad: “esta agua parece una nine equivocada: en vez de llover sobrs la tierra llueve sobrs otre agua“ (p. 74). Sin embargo al centinuar su relate. Margarita ls da otre connotecien a le 68 misma lluvia, le idea de musrte aparece en estes palebras: "tuvo la idea de que la nine iba hacie su musrte" (p. 74). La lluvia iba a ssr tragada por el mar (el mar aparece por medie de la evecacien ds un viaje que relate la protagonists al narrador). A través de la lecture ds este relate. se puede comprobar la multipliCidad del vocablo agua. que aparece 109 veces en su sentido original. edemas de la reitsrecien ds lluVia, lagrimas. fuente. arroyo. peze y pentano. El lector recibe sl mensaje de esta presencia y las imagenes urdsn una sxtrena. pero no inverosimil historia. No hay un selo elemento que trespass el concepto de "lo extrane”. sl que se rsfiere Tederev. Si bien la existencie de una case inundeda es muy poco probable, sbsurda, no deje de ser una pesibilided reel. La atmesfera onirica creeda per la inselite releciOn de les personejes y el culto que comparten, forma parte de uns anecdote inscripta en los limites de lo real. El contenido latents ds este texto. lo acerca a algun postulado surrealista. pero sestenemos que tresciende los intentos de categorizacien. Uno ds les caracteristicas que mas acercan este cuente al mode surrealista, es la ausencia ds preambules y trensicienes. El espacie es nstaments onirice. Estames envusltos en un sueno del que solo despertames con las palebras finales de Margarita: ”Si por casualidad a usted ss ls ocurriera escribir tede lo que le he contedo. cuente con mi permise. sele ls pide que al final ponga estes 69 palebras: 'Esta es la historia que Margarita ls dedica a Jose. Este vive e muerte’" (p. 78). Es la realidad que eceche, la frustracidn de un final fallido porque corrobora la segunda lecture del texto: el agua come escritura. que el narrador habra de transcribir, no el lector, sine come une ofrends al maride musrte. El climax del relate es la sbsurds y gretssca cere- monie del “vslorie”. que corresponde a una sesiOn de hemenaJe al agua. En tede este rite. donds les persensjss contemplan les velas navegando en budinsras. asistiendo a este espsctacule desds la propie came. no hay un solo valor que no se trastoque. Lo onirico se vuelve caricaturssce: en ese seria sesien de hemeneje. el narrador eye ruido de budinsras y corridss ds Marie. la sirviente. Resignadamsnte acepta que debe acempafiarla en su "vslorie". Lo erotice deviene gretssco: "La sefiera Margarita se quite les zepates y me dije que yo hicisra lo mismo: subie a la came que era muy grands" (p. 75). La irrupcien de lo prosaico frustre sl simbolismo que represents la imagen de un chive: “se dirigio e la pared de la cabecera donds habia un cuadro enerme con un chive blanco parade sobrs sus petas traseres. Tome el marce. abrie el cuadro y aparecie un cuarto de bane” (p. 75). El chive, simbele de la fertilidad, pierds tede valor. Estes slementes chocantes dedos en yuxta- posicion ds dos realidades crean el absurdo y el elemento de sorpresa. Empero, en esta creacion no hay una sols imagen que ocurre ds mode espontanse. Todo es producto de ... 7O una minuciose eleberacien, que es en definitive. uns caracteristica de la literatura moderna, la reflexien sobre la propie escritura, vale decir, sl mstalenguaje que sera ebjeto de especial tratamiento en el capitule V. El caballo perdide, pertenece a su etapa memorialista, come hemes msncionsdo anteriormsnts. Es uno de les relates mas inquietentes de Hernandez y que permits distintos tipes de ecercamientes y analisis. Ssra estudiedo come ejemple ds desdoblamiento y de ectitud reflexive sobrs sl proceso creador en los capitules IV y V. Precurarsmos subreyar shore la presencia de slementes surrealistas y tres aspectos fundamentales en la simbolegia del recuerdo: agua, caballo y plantas. que cenfluyen en una misme narrecien. En primer lugar, partisndo del titulo y de su contenido latents, creemos poder asignarle el valor de la inocencia perdide, de la etapa irrscuperebls de la infancia. De acuerdo al Diccienario de simboles . sl caballo es: Simbole del movimisnte ciclice de la vida... les dsseos exaltedes. los instintes... Jung llege a preguntarse si simbolizera el caballo la madre y no dude que express el lado magico del hombre, la "madre en nosetres”. le intuicien del inconsciente... Psrtensce a les fuerzas inferieres. asi come tembién al agua. per lo cual se explica su relecien con Pluten y Neptune. (p. 110) A través del “mOVimiento ciclice": la “madre en nesotres": la “intuicien del inconsc1ente", es deducibls en 71 su contenido latents que el narrador ss rsfiere a la primera etapa, en la que durante une noche oscure encuentre un caballo perdide... Todo el relate se centre en la svecacien de la infencia del narrador. en particular la etapa relacienede con Celina. su maestra de piano. En un memento la narracien se interrumpe ante la imposibilidad de la escritura. El narrador na descubierte la presencia del otre, un “secie” que represents al munde. Despues de una large pugna entre ambes. sobrevisns la rsconciliacien y con elle resparecen les recuerdos que se transformaran en escritura. En la confrontacien con sus recuerdos, aparece otra vez en el adulte aquel caballo perdide. simbolo ds su infancia. Les pulsiones del inconsciente bregen per impenerse a través de la escritura. aunque esta es impuesta por los recuerdos y no se sustenta de forma automatica a la manera surrealista. El agua. ye mencienade y ejsmplificade en el anterior analisis aparece pare "regar los recuerdos", per intermedie ds un verbe directemente relacienedo: "Tenge que remer con todas mis fuerzas hacia el presente“ (II: p. 23). El rio de les recuerdos es el espacie al que acude el narrador para ver cerrer el agua que los encierra. El simbolismo del agua se hace mas fuerte frents a la ausencia ds la misma: "eran come animales que tenian la cestumbre de vsnir a bebsr a un Iugar donds ya no habia mas agua“ (p. 34). En cuanto a les plantas. estan presentes sus frutes, mm 1‘— 72 las magnolies —con un dsje proustiane de sensecienes—, refiriéndese el narrador a los mueblss ds la sala de Celina que tenian resplendor de magnelias. Al despedirse de elle. la tristeze que le embarga le hace sentir "les magneliss apagades" (p. 19). El use metaferico del verbe apagar tiene relecien con los recuerdos que se apegen en su memoria y por ends con el relate “Nadis sncendia les lamperas“ (les del recuerdo). En Elwpaballe_perdido aparecsn dos suefies. si bisn sus recuerdos crean sl espacie onirice que le es ten propie. El primere es el antecedents de la crisis que lo llevara al desdoblamiente del yo y la creacien del “socie”. En él. Celina rsjuvenecida ss perseguide per el narrador. No es dificil recenecer el contenido latents, la atraccien que esta ejercia sobrs él. legrandose a través del susfie un trestocamiento de papslss, con un obvio simbolo falice: Una noche tuve un suene extrafie. Esteba en el comeder de Celine. Habia une familia de mueblss rubies: el aparader y une mesa con tedas sus sillas alrededor. Después Celine corria alrededor de la mesa; era un poco distinta, debs brinces come une nine y yo le corria con un palito que tenia un papel envuslto en la punta. (p. 22) El segundo sueno que tiene el narrador es de cufie surrealista dadas les esociacienes inselites que as can an él: Después ms dormi y sons que estaba en une inmense Jaule ecempanedo es personas que habia conocide en mi ninsz; edemas habia muches terneres que II V. A‘h -\\ ADE 9‘» Au» an: 73 salian per una puerta para ir al matadsro. Entre les tsrneras habia una niha que tsmbisn llevarien a meter. La nine decia que no queria ir porque estaba censade y tedes aquellas gentes se reian per la manera con que la inocente queria evitar la muerte, pero pare ellos ir a la muerte era una cesa que tenia que ser asi y no habia por que afligirse. (p. 34 La nine pedria representar la inocencia, que es cendenede a musrte por el munde adulte y por el propie narrador que la ve y suena con oJes de adulte. De ahi su compleJo de culpa y su despertar banado en lagrimas. Nuevamente, podemos comprobar de que manera sl clima surrealista. provocado por los suenes. es producto de un estimule y no de una escritura automatica. Aqui la angustie es motivada per "ssqueletes de pensamientos" (p. 34), per recuerdos, y en especial per sl caballo perdide de la infancia. Este relate produce en el lector ssa "inquietante extraheze”, ya mencienade, no ya per su clima fantastico. sine per el desgarredor desdoblamiento que sufre el narrador en busca del tiempo perdide. A preposito de ello dice Zum Felde: Ne dudemos en considerar tales paginas come de las mas valiesas de la literature platense... Hernandez... ha realizaeo lo que es hezana grands: eportar alge nuevo. propio. despues de A_J_a_sr_e9_her_cne du tempsmerdu . 2 ‘ Coincidimos con el criterie de Ruben Cetele en que 74 esta historia y en general toda la narrative de Felisberto eres un estado especial en quien la lee: se la disfruta e se la rechaza. pero nunca el lector permanece indiferente. Asi la celifica el critico: “libro curiese. enigmatico, desagredable a veces. confuse otras, pero ds la primera a la ultima pagina. un documento impar, sin companero en nuestre literatura”.25 Ls diferencie con Proust es que el analisis retrospective de Hernandez nace ds una rupture con ese munde y no per un acuerdo. Es a través de la metafore que el narrador recupera el recuerdo y funCiene su propie “teatro del recuerdo"... El alma ss acomeda pare recorder. come se acomeda el cuerpo en la banquets de un cine” (p. 25). En este analisis de la singularided felisberteana, nos es precise refsrirnes a otre aspecto que lo particulariza: el sentimiente del absurdo que surge de dsterminadas situacienes. relates y persenejes, e incluse del propie titulo de algunes de sus cempesiciones. Se he tratado -cen polémicas conclusienes- la influencie de Kafka en su ebra. Ne nos detendremes a sspeculer a preposite de este cenocimisnto. y si fue anterior o posterior a su produccien. Le cierto es que el absurdo aparece. se desteca. impregna su discurso, manifestade la mayor parte de les veces con un gran sentido del humor. Antes de analizar este concepto en Felisberto, es impertante rastrsar sus antecedentes literarios y dramaturgicos. pare destacar sl tratamiento diferents que impone en elles. Segun el DJ scionari0.__Gr-i.i_s._l-_t_>c_>__d_e__is...Lengua ‘r:—n' 'J.:. 75 espefiola. absurde es ”lo impesible o que carece de significado” (p. 7). Para Camus, per ejsmple, es: Un munde que puede ser explicade per rezenemientos , aunque defectuose, es un mundo familiar. Pere en un universe que sabitamente se ve privade de ilusionss y de luz, el hombre se sisnte como un extranjsre. Es el suye un exilio irremediable. ya que esta falte de los recuerdos de una patria perdide, asi come de la false ssperanza de una tierra premetida que se eproxima. Este divorcio entre el hombre y su vida. el actor y sus decorades, constituye oiertamente el sentimiente del absurde.26 En un ensayo sobrs Kafka. define Ienesco lo que entiende per este términe al decir: Absurdo es lo desprevisto de prepesite... Separade de sus reices rsligiosas. metafisicas y trascsn- dentales, el hombre esta perdide, todes sus sccienes se transferman en alge falte de sentido. absurdo. inutil. (p. 15) La expresien absurde surge principalmente, come un nuevo tipo de teatro, cuyes principales sxpenentes fusron Ionesco. Beckett. Adamev y Genet. Sin embargo, el llemade “teatro del absurde". acege tendencies que ya se habian manifestede en el siglo pasado y prinCipies de este. tales cemo la de otros representantes: Alfred Jerry. Apollinaire. les dadaistes. expresienistas. surrealistas, el “teatro de la crueldad". Dice Martin Esslin a prepeSito ds la definicien de ”teatro del absurde”: 1*! n"...- "—- ‘f'-.1"m. 31 76 La angustie metafiSica eriginada por el absurde de la condicien humane, es en linees gsnerales. el tema de les obras de Beckett. Adamev. Ionesco, Genet... no intentamos definir el Teatro del Absurdo sxclusivamente per lo que pudisrames considerar su tema. Identica idea sobrs la falta ds sentido de la vida. de la ineVitabls devaluacien de los ideales, de le pureza. de los fines, sncentrames en gran parte del trabeje de dramaturgos come Giraudeux, Aneuilh, Salacreuy, Sartre y el mismo Camus. Ne obstante estes escritores difieren de los dramaturgos del absurdo en un aspecto impertsnte. Pressntan la irracionalidad de la condicien humans. con un razenamiente altamente lucide y censtruide con toda logice. mientras que el Teatro del Absurdo hace lo posible per presenternes esta misma idea y lo inadscuado de los mecenismos raCienales, mediante el abandone sistematico ds les cenvencienes tradicioneles y el razenamiente discursive. les y el razenamiente discursive. (p. 15) En cuente a Kafka, si bisn no escribie dramas. es evidente su influencie sobrs estes dramaturgos. Es el tema del hombre perdide en un laberinte, que no poses brujula. ni la desea y de ahi el sentimiente de culpa y absurde. En Kafka. el absurdo es cetidiano, no se habla de suefios, a le sumo de “suenos despiertes“, al decir de Guillermo de Torres. Le singular en su obra es la fusion de lo cetidiane y de le sobrenatural en extrafia copule. Esa fusion se da en Felisberto entre le cetidiane y lo sxtrafio. pero la radical diferencie entre elles estribs en la canelizacien de la angustia. Ls angustie es patents en los relates de nuestro autor. y es provecada. come ya senalamos per la indife- rencie de la seeiedsd haCia el artiste. El contenido 77 latents de su discurso express un resentimiento al medio que le es hestil. Este sentimiente es cleremente rsconocible en "El cocodrilo", cuente autobiografico -ne en tedes sus circunstancias-, pero si en la angustie desprendide de su situacien. Sin embargo, es a través del humor que logrera diselverla y cresr el absurde de las peripecias cetidianas. lo que Italo Manzi dsnomina ”absurdo en tone menor".27 Este "absurde en tone menor" es el que campea per su obra, provocande la extraneza e la sonrise. Es el antidote para su desezen existencial y sl recurso para eludir situacienes que lo cempremetsn afectivamente. Dede que el absurdo esta intimamente ligade el humor. no intentamos ahondsr mas en la exposicien ds ejemples. que ssran analizades en el proximo capitule. Nos interesa sehalar someramente algunes modelos que representan el absurde per antenemesia. Pedremes cempreberle en el inselito case de une mujer enamoreda de un belcen (“El balcen); un pianista que para legrar su sustente se convierte metafericamente en un cocodrilo, derremando lagrimas pars acrecentar sus vsntas ("El cocodrilo"); un hombre peseide de uns extrafia enfermedad. que lo lleva a la compulsive necesidad ds palpar ebjetos ("Msnos Julia"); la extrafia relecien de una masstra y un caballo ("La mujer parecida a mi”); un concertista que hace dspender su estadia en uns ciuded del cempertamisnto fisiolegico de un nandu (“El corazen verde”); un cigarrillo que se niege a ser fumede (”Historie de un cigarrillo”). Les eJemplos proliferan en la obra felisberteana. Hemes citado aquellos 78 que posteriormente analizaremos en prefundidad. no 8610 del punto ds viste del humor y/e absurdo, s1ne baje diferentes epticas pertinentes a los temas que trataremes. En este capitule hemes precurado mostrar les presuntas influencias que aparecsn en la produccien felisberteana y al misme tiempo deslinder su discurso de les mismas. De acuerdo al titulo tratames de subreyar les peculiaridades que lo individualizan de tede genero e “isme” con el cual comparts rasgos, caracteristicas, y/e trazes en comdn. Una incursion per el campe de la literature 0 género fantastice permitio entrever Similitudes, al misme tiempo que subreyar les notables diferencias. El surrealismo que se passe per sus paginas. es tamnbien objeto de cuestienamientes rebatibles y comprebables. En cuanto al concepto del absurdo. nos perecio eprepiedo tratarle en este espacie, desde el punto de viste filesefico del misme. ya que en cuente a su resultsde sera comprebable en el tratamiento que al humor se dispensers en el capitule III. Si bien este es el inicie de nuestro estudie, creemos que este capitule condense la mayor parte de nuestre propuesta: la expesicien de una obra que reune “influencias“ de la vanguardia. pero a les cuales Felisberto Hernandez accede de una forma directs. sin interneeierios. prusba de un singular proceso de necreaciOn, lo cual no excluye sl hecho de ser un genuine representante eel caetice siglo xx. NOTAS l Lucien Mercier. en ”La cajita de musics”. Escrjtura (Caracas: Imprente universitarie de la UniverSidad central de Venezuela. 1982) p. 229. elude al concepto freudiano de la ”inquietante extransza , que segdn Ali Semi en ”L’sspece de l’inquietante strangste“. en Neuvelle Revue de Psychanalyse, Paris, Gallimard, 1974, es un concepto definido per Freud que corresponderie a este tipo de lo herrerose que tiene relecien con las cosas conecidas desds hace muche tiempo y desds siempre familiares. 2 Julie Cortazer, ”Del cuente breve y sus alrededores” ultimourpund (Mexico: Sigle XXI, 1984) p. 67. 3 Felisberto Hernandez. ”La casa inundada“. Scuentes magistrelss . Criticas per extranjeros (Montevideo: Ciencies, 1979) p. 61. 4 Josefina Ludmer, "La tragedia comics” Escritura (Caracas: Imprente universitarie de la Universidad Central de Venezuela. 1982) p. 116. 5 Italo Calvine. "Felisberto Hernandez es un escritor que no se perece a ningune” 5 cuentos magistralss. Critics per extranjsres (Montevideo: Ciencies, 1979) p. 89. 6 Per razenes de indols practice nos basames en la sintesis que de les categories de Tederev. hace Maryse Reynaud. ”El Acomodador. texto fantastico” Eelisperte Hernandezumants la critics actual (Caracas: Monte Avila. 1977) p. 264. 7 Enrique Andersen Imbsrt. ”Literature fantastice. realisme magico y lo reel maraVilleso". Qtres_mundes, etrgs fueges; EanteSia y_vrealisme_gmagice(nen_rIberoamerlca(Eest Lanaing: Latin American Studies. 1975) p. 39. 79 l W. ' I 80 8 Arturo Uslar Pietri. Letres_my hombres de Venezuela (Mexico: Fondo de Cultura Economics, 1948) pp. 161-162. 9 Lucile Ines Mena, "Fantasia y realisme magico. Qtrgs mundos. Otros fueggsz Fantasia x realisme magico en Ibergamerlge (East Lansing: Latin American Studies, 1975) pp- 64-65- 10 Jorge Luis Borges. ”PrOIOQO“ a Laminyencipn-deIM9rel. per Biey Casares (Busnos Aires: Lessee, 1940) pp. 9-13. 11 Emir Rodriguez Monegal. ”Borges: una teeria de la literatura fantastice” Revistaalbergamerlcana (Abril-Junio 1976) p. 188. 12 Emilio Carrille. “Reelisme magico o cuente fantastice. Otros.-mundesI,_Qtre§hiuegos;_Eantaaia y realisme magico en Ibereemsclca (East Lansing: Latin American Studies. 1975) p. 57. 13 Tzvetan Todorov. Introduccion a la literatcuca Vientastjca (Barcelona: Busnos Aires. 1982) p. 136. 14 Nos basemes en la definicien de esquizefrenie del Diccienario de Psiceanalisis de J. Laplanche y J. B. Pentalis (Barcelona: Labor, 1981) p. 128. en particular al sintema fundamental de esta pSlCOSlS, segun Bleuler: la disocieCien. Etimologicamente. el términe en griege Significa “hendir”, ”escindir" y "espiritu”. En el discurso de Hernandez es caracteristice la disociecien del yo y la pressntacien de aspectos fragmentades de la realidad en forma autenema ( partes del cuerpo que cooren Vida propie. el doble. etc). 15 Maryse Renaud. "‘El ecemooador. texto fantasti— co “(Ceracasz Monte Avila. 1977) y Rosario Ferrs. jEJ .ecemededer.J_Una lecture fantastice ds felisberte Hernandez (MeXico: Fenee de Culture Ecenemica, 1986). sostienen y fundamentan el caracter fantastice eel misme. 81 16 Angel Rama. "Su manera original de enfrentar el munde“. Espritura (Caracas: Imprente universitarie de la Universidad Central de Venezuela, 1982) p. 250. 17 Jaime Alazraki. “Center como se suefia: relecture de Felisberto Hernandez". Escrltura (Caracas: Imprente universitarie de la Universidade Central es Venezuela. 1982) p. 38. 18 En base a dates del propio texto. specs. reclusien de la protagonists en un cenvento, la future celebridad: "tenge muche curiOSidad per saber ceme seran les libros que haran en Espana y lo que ellos diran de mi”, nos inclina- mes a afirmar que se trate ds Lucrecia Borgia, recreada per Hernandez. La leyende no se explicita. pero no nos cabs dude que se trate de la muJer criminal y de vida licenciose que page en un convente per sus dslitos. 19 Marie Benedetti. ”Felisberto Hernandez o la credibilidad de lo fantastice”. theratura uruguaya, siglo xx (Montevideo: Area. 1963) p. 173. 20 Arturo Sergio Visca. Antologia~ del cuente uruguayo contemporanee (Montevideo: Universidad de la Republics, 1962) p. 31. 21 France Fortini. ELJJ..v...’m,_i_e.n_1;_o____sur:___es_1_ieta (Mexico: Utehs. 1962) p. 5. 2 J. Laplanche y J.B. Pentalis. chcionarlgwm_g§ DSIQQ§0611§J§ (Barcelona: Labor. 1981) p. 81. 23 Juan Eduardo Cirlot. DiCCienerio es-“ simboles (Barcelona: Labor. 1978) p. 54. 24 Alberto Zum Felde. Indicsw critico de la- Literature Hispanemeclsene. Ls__Ner£stha Tome II (MeXico: Guarania. 1959) p. 460. 82 25 Ruben Cotele. “El caballo perdide”. Noteswwcriticss Cusdenos de Literature (Montevideo: Fundacien de Culture universitarie. 1970) p. 88. 26 Martin Esslin. Elwteatre‘dsl absurde (Barcelona: Seix Barrel. 1966) p. 14. 27 Italo Manzi, "Una variants de la literature fantastice: situacion de Felisberto Hernandez", Revista del _I_n__s.1:.j_tu_te___de_lj_te.r.atyr_a-_A:9en_ti;es (Busnos Ai res. 1970) p. 38 O 9' CAPITULO III HUMOR Y EROTISMO Nustra temeridad al abordarle también tiene le excuse de que no aspirames a encerrar el concepto de lo comico en los limites de una definicien.1 La pertinencia de esta cite de Bergson en relecien a nuestro tema, nos lleva a ubicarla come punto de partida del misme. En la obra de Felisberto Hernandez. el humor es de de una forma peculiar que no provoca en el lector la cercejeda llana y a veces, ni siquiera une sonrise. Es un humor que inquieta. desconcierta, frustre situacienes extrafiss y en la mayor parte de les situacienes desembocs en el absurdo. Hemes viste en el capitule precedents la utilizacion de este recurso para alterar la atmesfera fantastice. asi come los slementes chocantes dedos en yuxtaposicien, precedimiente que lo emparenta con los surrealistas. Dada le importancia y reiteracien de este tecnica, creemos cenveniente ampliar y analizarla a través de ejemplos significatives. Al hablar del humor y lo gretssco se hace necesario recurrir al citado autor y su estudie sobrs La rise, referencia de gran utilidad para este analisis. Bergson lo divide en tres partes: lo comico en los 83 84 movimisntos y las fermas; lo comico en los caracteres. y lo comico en las situacienes. Aplicando estes conceptos en la produccien felisberteana notamos que hay rasgos de humor que ss esbezen en la primera etapa, es decir la de sus primeras obras, se hacen evidentes en la etapa recerdetoria y alcanzan su maximo en desarrello en la final. De la primera etapa, merecen dsstecarss algunos pasejes de "Cosas para leer en el tranvia". Se trate de pensamientos sueltos. sxtrafias reflexienes, que concluyen en un humor de las palebras y sus inselites esociacienes: Juege de inteligentes: Les despsjados juegan a les esquinitas y aprevechsn la confusien general para quedarss con una esquinita. Teerie simplista de las almas gerdas. Pienso en una nusva teoria teesefica de la reencarnacien. Es necesario explicar la desprepercion de les hebitentes que necen en relecien con los que se mue- ren. Pienso que les delgades tengan alma delgada y los gordes alma gorda. Si al morir un delgado, el alma le vuelve a nacer en el almita ds un nine, un gordo hace rsencsrnar cuatro, cinco o mas almites a la vez.2 En "La enveneneda", del volumen hemenimo y de sus temprenas publicaciones, realize por primera vez la trens- formacien per medio del humor ds una situacion tragice en grotesce. El personaje, un literate en busca de tema es llamado a presenciar un tragice hecho: sl cadaver ds une mujer que se habia envenenado per amor. La dsscripciOn de su cadaver conjuga les dos aspectos mencionedos lo tragice 85 de une vida Joven truncada por su propie mane, y lo gretssco de su posicion: el cuerpo de la envenenada estaba erqueado, tenia per punto ds epoyo un talen y los hombres... la cabeza estaba doblada y su posicion hacie penssr en lo mismo de los pies... Lo mas terri- ble. la protests mas desssperente estaba en el otro brazo, en sl que no le servia ds marce a la cabeza: estaba muy separado del cuerpo, y desds sl code hasta el pufio habia quedado parade ceme un pararraye; el puno no estaba cerrado del tede, y ds entre los dedos que estsben crispedes y juntos, salia un panuslito. que flameaba con la brisa. (pp. 127-128) Posteriormente el humor burlen se preyecte en la conciencia que se dsspierta al observer sus propios pies: "...se die cuente que la punts de sus pies se movie un poco. que hacie rate que sus ejos la estsben mirando y que él no habia side censcients ds ese hecho" (I: p.132). Les situacienes sen contradictories, eponiéndose a la tragedia de la musrte. baneles hechos de la vida. En la etapa recerdetoria. censtituida per la triads Per les tiempos de Clemente Colling; El caballo perdide y Tierras de la memoria, prevalecs el humor a través de lo cemice en los movimisntos y los caracteres. Es legico ya que el proceso evocador se concentra en torno a unes pocos persenejes: Clemente Colling. Celina, les lengevas, su tie Petrone y otros caracteres menores ceme sus dos compafisres de viaje a Chile. Vsremes el humor cencentrado en la excentricidad. la feeldad, la sxageracien de cisrtes rasgos 86 fisices que conducen a lo gretssco. Estes personajes que Felisberto caricaturiza. fusron sin embargo figures gravitantes de su infancia. Hay en la pinture de ellos une cierta ternura que es ebruptemente truncada por el efecto del humor. SegUn Bergson: Toda situacion pedra hacernes rsir, sea grands o leve siempre que el autor sepa presentarla de mode que no nos cenmue- va... Inseciabilidad del persenaje, insensibilidad del espectador... No hay nada esencialmente risible sine lo que es ejecuta automaticamsnte. (p. 35) De acuerdo a este, podria parecernes paredejica la conjun- cien del recuerdo smecienade y la pinture grotesca de quienes le despisrten. No obstante este hecho se de fre- cuentemente en su literatura autobiografica ya que hay une tensien conmovedere que es destruide a través ds 10 no cenmovedor y de ahi surge el humor. De acuerdo a Bergson, toda deformidad susceptible de imitacien per parte de uns persona bisn cenformsda puede llegar a ser cemice. Asi el persenaje Clemente Celling, al hablar estira la beca de forma tel que ensancha las enormes hornallas de la neriz, mostrandesenos en forma caricaturesca. En la medida que nos ocupemes de la moral ds una persona, tede incidents que atrae nuestre stencion sobrs la parte fisica, resulte humoristico. Todos los recuerdos ds Celling tratan de exaltar sus virtudss, en centraposicion de su aspecto fisico y sus movimisntos. Rasgos que pueden ser series as transforman en grotescos: 87 Una tarde llege Celling con su lazerillo. que se llamaba Fito... Su cigarrillo, la tos, Ia mane, les unes, las manchas marrones debaJo de la neriz, la peeicien un tento egipciaca. la ereja pegada a la cabeza, large... Toda la oreJa ere parecida e unes bizcochos frites que hacian en cesa y que ls llamaban lentejuslas... (I:p.44) En cuanto a les lengevas, se da el misme proceso que con Colling. Aperecen redeadss de nostalgia y afecte: "iPsre elles! i Que neblemente ideales eran! Per eses tres lengeves yo alcance a darle la mano a una gran parte del siglo pasado". (I: p.27). En otre descripcien altera lo cemico de la situacien. personejes y movimisntos. Estendo "las longevas" de visita en su case, tocs une pieza y es elegiade caluresemente per elles. La atmesfera sentimental de la evececien, es ebruptemente trunceda per una anecdote graciose: ... cuando tocaba una mezurka que se llamaba GerJee ds Pajares...Le que nos hebiames reide. porque mi hermanita -cua- tre anos, la que le toce la cola al lere- muy apurede habia diche: "mama. decile que toque "Gerjee de lechenes". (pp.31-32) Una tie lejena. Petrone. gustaba ds hacerle bremas crueles. El narrador eveca al nine que era, envuslto en une atmesfera ludica: Una noche de lluvia... vino a mi came y vi que lsvantabe las cobijas apresura- demsnte; snseguide senti en los pies la barriga fria y viscose del sapo. Algu- nas noches despuss, mi madre note un ruido rare despues de apageda la luz: prendie rapidamente un fesfore y 5.7 Ila-u. s are H: i an! F El 0h .5» P. ...: F. 88 descubrie que yo dermis con los pies y las piernas para arribe, pegados centre la pared. (I: p. 34) El humerisme certs la atmesfera evocadora. Pareciera que el narrador en forma express certs el hilo de sus recuerdos, rscurrisndo a efectos humeristices. Tembién en El‘gaballegperdido, Felisberto se ha pusste los ejes del nine y prepios de éste son los toques de humor que redesn la atraccien que le inspire Celine, su prefesora de piano. La presents a través de ocurrentes similes: su peinede es "redonde ceme el de una reins que habia viste en unas menedas y perecia un gran budin quemado" (II: p. 14); “endurecia el cuerpo ceme si estuviera en un cerriceche" (p. 15). Al final de la primera parte de El caballo perdide, la emotividad del recuerdo de Celina es barrida per la vision humeristica y ridiculizadera que el nine ofrsce de elle a través de un susno: Después Celina corria alrededer de la mesa; are un poco distinta, daba brinces ceme una nine y yo la corria con un palito que tenia un papel envuslto en la punts, (p. 22) En Tierras de la, memoria. novela que eveca tres diferentes stapes de su nifiez y juventud, sl narrador nos presents a un personaje conocide en el viaje a Mendoza. La descripcien de MandoliOn, sinécdeque metenimica del eficie que desempena. nos ofrsce un paradigms de lo gretssco. relacionedo con lo que Bergson llama cemicidad de perso- najes: 89 El Mandelien sente lentamente su cuerpo, que habia engordado dentro de una piel amerillenta y dura: parecia hinchade come un animal musrte. En la cintura, donds terminaba el pantalen y empezebe el chalsce, tenia desbordada la camisa blenca come si se hubiera pusste un salvavidas. (III: pp. 11-12) Le tercera etapa de Felisberto es rica en ejemplos de humor. En este etapa, la mas valiesa y lindendo con la frentera fantastice, el humorisme ligade al absurdo, impregna cesi todos sus relates. El humor a través de les palebras es un terrene en el que Hernandez descuella per les mencionedas esociacienes inselites, logradas por medio de un lenguaje serprenden- temente llene y del sentido metaforico que les edjudice. "El balcen", sea quizas une de sus cuentos mas le- grades. En él. el humorisme esta intimamente ligade a la libido y el absurdo. La trams gira alrededer de uns mujer, que per su propie neurosis, hace de un balcen su ebjete amorese. y de un narrador-pianista que visita la casa en la que esta habits con su anciano padre. Neda trascsndente parece suceder, pero per razones inexplicables, el balcen "se suicide". Partimos de uns situacion absurde, en une atmesfera extraha, donds el humorisme irrumpe para aliviar tensiones. Al refsrirse al piano, el narrador pregunta: --Y ese inocente gne es amigo suye tambien? (II: p.48). La esocia- cien del adjetivo inocente con piano, busca un sfecto u’. -..E!‘ '- -"‘-I-l I 1H.- 90 concertante per la etribucien inapropieda del misme. La confusion engendrada per una conversecien involunta- riamente oida per el narrador, corresponds a lo que Bergson llama "interferencia de les series". Toda situacien es cemica cuando pa pertenece a dos series de hechos ' abselutamente independientes y se . puede interpreter a la vsz en dos I sentides totalmente distintos... El "quid pro que" es una situacien que presents simultaneamente dos sentides diverses, posible sl une, el que los autores ls dan, y real el otre, el que le da el publice. (pp. 111-112) En este cuento, la "interferencia de series” as de entre la fantasia de la mujer y la interpretscien del narrador ...;pero no me explico ceme Ursula puede encontrar buen mezo e ese negro viejo y renge que ayer llevaba sombrero verde de ales tan anches! --iAh! -dije el anciano-, usted no he entendido. Desde que mi hija era cesi una nine me obligaba a escuchar y a que yo interviniera en la vida de persena- jes que elle inventaba... Si ayer vie pesar un hombre de sombrero verde, no se extrane que hey se lo haya pusste a une de sus persenajes. (II: pp. 54-55) Posteriormente la protagonists va a le habitacien del narrador: "--Es inutil que tenga la puerta entorneda; ye veo per la rendija el espejo y lo refleja a usted desnudito detras de le puerta" (p. 55). El humorisme continue cumplien- do la misma funcion. disuelve al final la inexplicsbilidad, el ambiente de irrecienalidsd en que se habia desarrellede 91 el relate. Per medie del diminutive "desnudito” legra romper el clima eretice que podris heberse logredo y ridiculizar la situacien. Le cemicidad de situacienes y sl absurdo llegen al climax cuando el balcen se cas: --gVio come se nos fue ? --;Pere sefiorita! Un balcen que se cae... --El no se caye. El se tire. --Buene, pero... --No solo yo lo queria a él; ye estey segura de que él tembién ms queria a mi; él me lo habia demostrado. (p.57) En "Nedie sncendia les lamperas", cuente hemenime del volumen, se estatuye un ye narrador-protagonists, que es escritor y conneta a Hernandez, centrandese en el mode de recorder mas que en lo recerdado. Se de en él la creacien de persenajes grotesces. Come en la mayoria de les cuentos, estes personajes sen anenimes y el humor radics en la forma peculiar de designerles. Le trams se desarrella en une sala en la que el narrador lee un cuente. El reste gira alrede- der de les comentaries despertades per el misme y la des- cripcien de persenajes: ...habis un joven que tenia alge extrefio en la frents: ere una franja oscure en el lugar donds aparece el pelo... el joven de la frents pelada... Al velver la cabeza me encontré con un jeven que me fue presentado por el de la frents pelada. Esteba recién peinede y tenia getas de agua en la punts del pelo. Una vez yo me peiné asi cuando era nine, y mi ebuele ms dije: ”Parecs que te hubieran lambido las veces... --iAh. Dies mio, ese senor del cuente, ‘H .. I‘L' 92 ten recalcitrante! De buena gens yo le hubiera dicho: "gY usted?, gtan femenino?.. (p. 43) La formula humor + libido, tan evidente en Felisberto, aparece en "Menes Julia". Trate de una extrafie "enfermedad" de su protagonists, la compulsive necesidad de tocar obje- tes. Circunstancia absurde. rayande en lo patolegice, pre- sents rasgos de humor basede en situacienes. El protege- niste es duene de un tunsl en su propie case, a través del cual colece objetes para ser palpados. Invite a un amigo de la infencia para compartir esta extrane experiencie. En la primera visita el tunsl, el narrador palpa, entre otres objetes, un polle vive, sensacien que le resulte muy desagredable. Posteriormente, durante la cena, el mismo polle del tunel, sera el alimente y sl objeto del sueho del narrador: Alli encontre un conocide: el polle del tunel... ... records lo que habia senade: Mi amigo y yo estabemos parades frents a une tumba; y él me dijo: "gSabes quien yace equi? el polle en su ceje". Nose- tros no teniamos ningun sentimiente de musrte. Aquella tumba era come una heladera que imitara graciesamente a un sepulcro y nesotres sabiemes que alli se elejaben todos los muertes que despues cemeriames. (pp. 79-80) El protagonists esta enamorede de une de les j6venes que colaberaban en el ritual del tunel, Julia. El colmo del absurde y el ridicule es alcanzado cuando explica la razen que lo inhibe de ceserse con Julia: 93 --gY no te puedes casar con elle? --No. Ella no quiere que toque mas cares en el tUnel. (p. 85) Le citada cembinecien del amor y erotismo produce en la narrative de Hernandez efectos sorprendsntes. ”La mujer parecide a mi", es nerrada per alguien que recordabe heber side caballo. Desde ese punto de vista se dsserrollara la historia que censistira en les anecdotes de su recerrido de amo en amo, hasta llegar a casa de Tomese, la maestra del pueblo. Con elle vivs una tierne relecien interrumpida por los celos del novio, hecho que lo lleva a abandonar la casa pare seguir su vagebundeje. Ese metamorfesis de su ser en caballo tiene reminiscencias ksfkaianas, excepte que Gregorio Semse, personaje de La metamorfesis, no vuelve nunca a su condicien humane y en este case, el narrador Is he recuperade y sole le queda el recuerdo de heber side un caballo: “Apenes yo ecosteba mi cuerpo de hombre, ya empezebe a andar mi cuerpo de caballo" (II: p. 86). Le maestra de la historia es ridiculizada porque "tenia cara de caballo" (p. 89). El humor de situacienes se da cuando dice: Al poco rate de hallerme en el gransre -sra une de les dies que no estaba Alejandro- vino la maestra. ms sace de alli y con un esombro que yo nunca habia tenido, vi que me llevaba a su dormitorio. Después me hizo les cesquillss dessgradebles y me dijo: “Per favor, no vayes a relincher”. No sé por que salie snseguide. Ye, sole en aquel dormitorio. no hacie mas que pregunterme: gPere que quiere este mujer de mi (p. 93) 94 El narrador-caballo dsspierta une extrane ternura en la maestra que se le parecia y se convierte en rival del nevio: "senti que él hablaba ds casemiento y al final, ye fuera de 51 y en actitud de marcherse, dije: ‘0 el caballo e ye’"(p. 95). gAbsurde?. gextrane?, ghumoristice? Simplements. felisberteano. En ”El corazen verde", cuente particularmente evo- cative, surge (para interrumpir el clima sentimental) una situacien humoristica debido e lo absurdo de la misma. El narrador va a un cafe donds habia un nandu muy manse que rondabe les mesas. Este le sace el alfilsr de cerbata que tenia en la mane y se lo trage. Al otre die en el diarie, junte con les crenices de les conciertos aparece: “La estadia del pianista depends del henda"... Al otre die el meze del cafe me traje el alfilsr y me dijo: --Ya ls habia dicho ye, senor; el henda es muy serio y devuelve tede. (DD. 120-121) Aqui se juege con la imaginacien del lector para explicar lo sucedide. Le ironico de la situacien es que le estadia del pianista depends del proceso fisielegico de un animal, ya que ese alfilsr de cerbata tenia un gran valor sentimental para el (el narrador). A través de lo expueste ss puede verificar que en esta etapa sl humorisme se convierte en el “sentido misme del relate”. Al respecto dice Zum Felde: . su humorisme. ye tan active en el de E291: ...] o_§_ wtJearrings415%.ng amen te___9_9_l_lj_ng (y alge mas entornado aunque no ausen- te, en "El caballo perdide"), se 95 agudize ceme su rasge dominante. Su humorisme no es. empere, su finelided. sine su consecuencia, aun cuando este see la caracteristice que mas inmedia- tamente psrcibe el lector en sus relates. Al entrar en el terrene de lo fantastice, que cesi equivale a decir, en su case. en sl de lo absurdo (con respecto a la normalidad recienal), el humorisme se convierte sn sl sentido misme del relate.3 Hemes viste ceme el humor en Felisberto se puede ajuster e algunes preceptes sxpuestes per Bergson, pero ceme dice el propio filosofo. "no es posible encerrar el concepto de lo cemice en una definicien”. Coincidimos con Marie Benedetti en que su humor es muy dificil ds catalogar pusste que no es satirice. Se rsfiere a Borges come un ejemplo de la actitud satirica del creador frents a alge que le atrae y rechaza a la vez pero "la cleve del ecercamiento a Hernandez a la abyeccien y al absurdo. acese reside en la curiosidad. Este escritor se sisnte atraido y se divierte, y es su propie diversien lo que lo salve ds la nausea."‘ Llegados a este punto del analisis, cisrtas censiderscienes y rsflexienes deben ssr establecidas pare clerificer conceptos. Haste shore nos hemes rsfsrido al humor, su division en tipos segun Bergson y la manifes- taciOn del misme en la obra de Felisberto. La lecture prefunde de su texto nos ha llevado a reconocer en cisrtes personajes un recurso utilizade que ya lleva nombre y apellido. Nos referimos especificemente al "esperpentismo" 96 e creacien del esperpente de Valle Inclan. No interesa recalcar que nuestre autor le concibe en forma indepen- diente de toda influencie, pero si observer ds que manera se manifieste esta recreecien coincidente en muchos aspectos con la del dramaturgo espanol. Rastreendo el erigsn del vocablo. reconocsmos una palebra del habla cetidiane que pass a designer una actitud ertistice. Ese significecion nos remite a la idea ds deforms, gretssco, chocants. El Diccienario de la Reel Academia Espefiola5 explica la palebra esperpente con dos ecepciones: fem. 1 Persona 0 cesa notable per su feelded, desalifie 0 male treza. 2 Desatino, absurde. Valle perece servirse de ambes acepciones para designer un genere literarie. Sus obras teatreles semejan mas al teatro para ser leide que representade. Son verdaderos "pastiches" y el lector colabera en este juege, no dejendo de verle ceme un artificie. Esta perspective "demiurgica", ceme la llama el autor. es el principio generador del esperpente. Si bien el esperpente es bautizado artisticamente en Luce§,de Bohemia (1924). sncentrames antecedentes en La pipe de Kif (1919). cencrstemente en el poema "Aleluya". Ahora bisn. gcuales son las motivacionss que lo llevan a defermar expresamente una realidad? Valle Inclan rechaza profundements su specs y a través de sus obras quiere ridiculizar a los literatos y el pueblo espanol, aunque su creacien tenga valor universel.El esperpente nace de la imposibilidad de crsar verdaderos heroes y responds a la estética del siglo XX, a 97 la vision degradeda del hombre y del munde. Su mensaje explicite se apoya en esta cosmovisien cargeda de deprssien melencelia y cansencio Asi come Dante emplaza a sus enemigos en los circulos del infierne, Valle deforms a través de los espejes cencavos de la medrilefia cells del Gate, a los heroes clasicos y en particular la Espana de la épeca. Podemes hablar a partir ds este memento de una estética del sspejo cencavo. ya anuncieda per Goya y Quevedo. Después de esta digresion interesa establecer el dialogo entre este vis1en distorsionada que hace Valle lnclan y la recreecion que de la misma origins Felisberto. Es mas que probable que después de une primere lecture, se hays podido observer un tratamiento especial que nuestro autor dispense a muchos de sus personajes y se comience a sspeculer con los motives que lo han llevado a presenterlos de esta manera . Si bien lo gretssco y la caricature de persenejes forman parte del humor de Felisberto, hemes censiderado que la creacien e mas bien recreecion de esperpentes. se aperts un tento del sfecto logredo y de la motivaciOn velleincla- nesca. Vimos de que manera el humor trunca situacienes evocadoras, eroticas o sentimentales. Si el lector sisnte conmisereCion por un personaje. entonces la atmesfera ladies se disuelve. per la corriente ds simpatia esteblecide. Per distintos caminos se puede llegar al absurdo. pero este, la mayor parts ds les veces es producto 98 de la angustie e resultado de elle ceme nos hemes podido cercierar. Felisberto trate a sus personajes con una especial y dilecte ternura. Emplea el humor ceme un refugio a sus prepias emecienes. pero cuando llege a la deformecion de une de ellos, y el lector no puede sustraerse de le sim- patie que este le ecasiene, se entre en el terrene de la sorpresa, que implice una actitud concisnte, motivadora de una sonrisa y no une estenterea carcajads. Aqui radice e nuestro parecer la principal diferencie con Valle. Si bien Felisberto presente una imagen dislocada del munde, come podremes comprobar en el capitule IV, no utilize la defermacien esperpéntica per rechazo e "castige" a sus personajes. La mayor parte de ellos sen figures representatives de su infencia a les que se sentia ligade afectivamente come el particular case de Clemente Celling, figure esperpentica. redeada de misterio, nostalgia y emecien. Les personales motivacionss de la recreecien esperpentica en Felisberto escapan de la erbita de nuestro estudie. nos limitames a presentarla ceme una estética inneminada por el autor. pero que permits esteblecsr un dialogo etico, estético y filosefice con otre creador de nuestro siglo. Entre los persenajes mas proclives a ser defermedos por su vision particular. se encuentran les mujeres, muches de elles de caracteristicas despreporcienedas. Ursula. protagonists del cuente de igual nombre, es un ejemplo 99 edecuedo de la rsprssentaciOn esperpentica. La primera oracien del cuente se rsfiere a un aspecto moral. pero en uns inselita combinacion: "Ursula era cellsda ceme una vaca”. El simil. nos connota una gordura sxagerade y asi lo confirms el narrador: Su cuerpo parecia heberse desarrellsde come los alrededores de un pueblo por los cuales elle no se interesaba. Sobre ls frents. muy blanca, se ebrisn dos grandes endes de su pelo rubie y yo pensabe en los cortinedos de une habi- tacion antigua; los ojos ss movian debajo de sus parpedos come personas dormides bejo les cobijes. (III: p.118) Las lengevas, que ejemplificemes ceme protagonistas del humor de situacienes. lo son de persenajes esperpen- tices, per ssr caricatures o cliches. En Per los tiempos de Clements Celling, el narrador describe a una de elles: Tenia un agujero grands en un lugar del tul; y cuando venie a case se arreglaba sl tul de manera que el agujero grands quedara en la beca. Y per alli metia la bembille del mete. (p. 67) El personeje mas denotetive de este recurso es sin lugar a dudes. Margarita, le protagonists de "La casa inundada". Si bisn algunes de les ejemplos que la describsn ye fusron usados en otres capitules, creemos pertinente la splicacien de les mismos para referirnos a este desprepor- cienade creacien que contemple el narrador: “Era muy gruesa y su cuerpo sobresalia del bote ceme un pie gordo de un zapato escetado“ (III: p.61). El peso de elle resulte ”monstruoso” (p. 62). Su nombre era ceme su cuerpo: les dos 100 silabas primeras se parecien a la cerga de gordura. Un personaje sxagerade en sus dimensiones. pero que sin embargo dsspierta sentimiente en el narrador: "Esta senora Margarita me atraia con una fuerze que parecia ejercer a gran distancia” (p. 71). Otre persenaje presentade a través de la vision defermente del narrador. es Mur, del cuento que lleva su nombre. Comparten una pieza de hotel y sl personeje lleva el nombre apecopado ds murcielege en relecien a su vicie y a su propio aspecto fisico: “Vi en los hombres desnudes de el dos mechenes de vello tan abultedos que parecien charre- teras, y la parte de la espalda que dejaba vsr la camisilla de verano ls tenia cubisrta per una cape ds pelo bastante espese" (III: p. 130). AOn persenajes secunderies sen descriptos per el narrador bajo esta particular optics. Clare esta que en estes cases. no dsspierten le corriente de simpatia en el lector, aunque si el desconcierte e sorpresa ante una diferents vision de la realidad. En ”Nedie sncendia les lamperas". esistimos a un desfile de personajes diverses. Entre elles nos habla de la sobrina de la case : "...ye pude mirarle la boce que era muy grands. El movimisnte de los labios. estirandose hacie los costados. parecia que no termineria mas... ahora mostraba toda la mesa del pelo; en un remolino de las endas se le veie un poco de piel . y yo records a una gallina que el viento le habia revuelto les plumes (II: pp.44-45). in 101 En este manera de ver y aprehender la realidad, exists un prepesite. concisnte e no, de mostrar determinades rasgos e caracteristicas que centren la stencien en lo fee y torpe en una forma de estilizaCion que se aperts de la transcripcien fotegrafice, sustituyendola por su exagsracien e deformacion. La mayor parte de les veces. estes persenaJes asi presentados, nos llevan a simpatizar con elles. De todos modes, en ese atmesfera ss mueven los protagonistas felisberteanos, esperpentos con alma. que el narrador implants a través del tiempo de les recuerdos. Tan patents -y fuertemente ligade al humorismo- sl erotismo es otre de los hilos que une les tremas de les cuentos de Felisberto Hernandez. ADn desds su visien al sesgo" (Per les tiempos de Clemente Celling (I: p. 28). los ejos del nine se cargan de curiosidad. impulsedes per el desso de ver. de tocar. de satisfecsr su interés infantil que desea hurgar en sl misterio de las cosas. Es impertente dejar sentedo que. son y a pesar de une fuerte carge erotics fluctuande en el ambiente, en ningun memento se encuentra una tendencie morbesa a la descripcien de pesibles aberracienes ssxualss. El tema es tratado con sutileze, envuslto siempre en un hale de misterio. Al respecto dice Saul Yurkievich: El estilo de Felisberto es muy "rs- catade“. Per ermplo se puede tal vez hablar de erotismo. pero no se puede hablar de sexualided. Hay manifesta- Ciones sugeridas de lo sexual. pero en forma metaforizada. que es lo que implice el erotismo.6 '41-! In..." 1 I ]1 102 Cuando la ssxualided irrumpe en su obra, es expresada siempre en forma indirects, sugeridora, cuyo verdadero sentido hay que buscarlo mas en lo que sugiere que en lo que cleremente parsce querer decir. Entre los relates de su primera specs de Libro sin tapas. "El vestide blanco". llama la stencion el per el tratamiento particular que da e unes ventenas que conformen el marce de une eventura sentimental. El narrador va a visiter a Marisa. la joven de la cual estaba enamorede. Le encuentra en el balcen recostade en las hojes de la vente- na. Percibe alge extrane en la relecien que las hojas tienen entre si, estan animadas de vida sexual y adeptan posiciones de placer cuando estan enfrentedes, rebelandose a ser separades: Del lado de edentro. estaban abiertas les dos hejas de la vsntana y coinci- dian muy enfrente una de la otre. Senti ceme que les hojes se habian estado mirando frents a frents... Al poco tiempo yo ye habia descubierte lo mas impertente. lo mas primordial y cesi lo anico en el sentido de les dos hojas: les posiciones. el placer de posiciones determinades y el dolor de violarlas. (I: p. 92) El narrador sisnte los musculos en tension frents al dolor de violarlas. Su obsesien de no interrumpir el placer se acrecisnts durante les noches al despedirse ds Marisa. Cuando elle intentaba cerrarlas, nunca concluia. "Ignoreba ese vielenta necesidad fisica que tenian les ventenas ds ester Juntas” (pp. 91-92). Las hejas lo tecan come si fuera 103 un intruse. sisnte que le tocaban la espalda muy despecie, ceme si ls quisieran hipnotizar. En estes jirones de recuerdos, inspirados per la imagen que mas lo impresiono, esta latents la presencia obsesiva de les objetos, animades con pulsiones prepiamente humenas. Es notorie que en la mayor parte de los relates. el amor. la pesien y el desee se de entre seres inanimades y humanos 0 como en este case entre objetos entre si. Sen pocos les cases en que la atmesfera eretica fluye entre un hombre y una mujer. Cuando aparece es muy velada y con un tratamiento pudoroso, casi romantico. En "La cara de Ana". relate incluido en el mismo libre, cuente les experiencias que tuvo el narrador en dos mementos lejanes del pasado: cuando are un nifio de seis shes y posteriormente un adolescents de quince, snalizades a través de la mente del adulte que les recuerda. A su case va de visita una nifia de echo shes: Ella se llamaba Ana... y miraba tede con una curiosidad libre y desfacha- teda. Ye la miraba mientras elle miraba tede, y elle miraba tede come si yo no estuviera. Entencss fui a decirle e mi madre que elle miraba tede. (I: p. 110) El use reiterado de tede. permits presumir que la funcien de la mirada se trestoce, se transforms en "lujuria de ver”. ese lujuria que agrega al ergsne de la visien las caracteristicas prepias del tecto. El narrador sugiere alge, come hemes dicho per ssa repeticien del vocablo. De 104 ese contenido latents se desprende una gran sexualided. Coincidimos con Jose 8. Tate en que " si se sustituye la palebra tede, per le de ergene sexual. se entendera el eculto sentido que tiene el parrafo."7 Posteriormente, siendo ambes adelescsntes, el narrador recibe le visita de Ana, recién salida de un manicemio. Una noche después de heberse acostade. Ana cruze la habitecien. llevando une vela en la mane, lo mire fijemente y ls sonrio. El erotismo irrumpe con fuerze: "senti toda la sangre en la cabeza. tuve la necesidad de corresponder a su sonrisa y debo heber hecho una mueca parecide a la de elle" (p. 113). Ese‘ clima fantasmagérice, donds lo onirice y lo erotico se cenjugan, coincide con la opinien ds Latchmen: “Asi he podido compararle con otres cuentistas y sorprender su extraha capacidad para descompener le realidad y altererla con precedimientos que conducen al suefio, a le pesadilla y al vertigo".a En este primera epeca surgen relates certes con nombre de pretegonistas identificadas. Amalie. Elsa, Ana, Irene. Ester, a les que Angel Rama llama “filles du feu"9. Con elles vive los primeros escercees emerosos, en une especie de ludice despertar de la sensualidad, pero ya se psrcibe el inicie de le extrafio e inquietante. De estes primeras experiencias recogemes la impresien de un narrador frustra- do. ya que le relecien amorese no se concrete 0 se trunca. Parece llegar al convencimiento "irrevocable sobre la soledad intrinseca de la existencie humena."‘° La it it (7 105 imposibilidad de concretar el amor en sus pretegonistas 0 el peculiar hecho de “erotizar” los objstos, es esa trensposicien poetics de la realidad, de su realidad. Dentro de la segunda etapa. en El caballo _psrd1go.lo puremsnts anecdotice queda diluido por el ambiente erotice que le envuslve tede. no selo per la atraccien que le motive la masstra, sine per la que igualmente ls despisrten en sl las cosas que lo redesn. Llegade el nine a la casa de Celine es atraido per los mueblss, en particular les sillas. Y debajo estaban todos los mueblss; se sabia que eran negros porque el termi- nar les polleres se veian les pates. -Una vez que yo estaba selo en la sale le lsvanté la pellere a una sills... (II: p. 9) En este transcripcién de la realidad. anecdote que mencienamos en el capitule I, es evidente ls connotecien sexual que se desprende de la relecien con las sillas y de la cemplicidad que se esteblece entre aquellos que compar- ten un secrete. Ante la presencia de Celina el nine y los mueblss actuan ceme si nada hubiera pasado. La necesidad de "violar algun secrete de la sale“ (p. 10), se preyecte en los ebjetes que lo redesn. En ese misma sale ds Celina, contexto de sus primeres fantasies ssxualss. ss recrsa ante la presencia de una estatua, un busto ds mujsr el que acaricia voluptuosamente: Pere en el placer due yo tenia al 'H. s ‘P.1F-.l..1 3.1....— l 106 acericiar su cuello se cenfundian muches cosas mas... Sin embargo, a la primera oportunidad de encontrarnes solos, ye los dedos se me iban hacie su gargante. (pp. 10-11) La reiteracien de verbes tales ceme violar, sacer la mirada. hurgar, demuestran una cesi obsesiva compulsion de entrar en relecien con los objetos y los seres. Este rela- cien es ingenua. eon desconocide en su vsrdadera signifi- cecion. El nine, por su propie condicien de tel desplaza su incipiente erotismo a los objetos e a les mujeres mayorss. pusste que son accesibles a su mirada e imaginacien. Esa insistencia de uns metaforica cepule se puede eprecier en "Mi primera maestre", que aparece en el volumen "La casa inundada y otres cuentos” y no deja de ser una evecacien de esta y anecdotes de su infancia. En este relate, refirien- dose a sus ensenaciones eroticas dice: Ese noche cuando estuvs solo en mi came, me ecerdé de la galline con pollos y smpecé a imaginarme que vivie baje la pellere de la maestra. Al die siguisnte. a la siesta, velvi a pensar lo misme... Supenia la maestra de pie. recostade al pareiso; y yo debeje de sus polleres le acaricieba una pierna; e mas bien las dos. Sentia su celer y veie que después de terminar les medias negras que yo conecia; les piernas eran gerdas come les ds mi abuela y muy blancas. (III: p. 151) En Tierras de la memoria, el nine eres un neologisme semantico con la palebra abedulss etergandele une connote- cien sexual: Yo quiere hacerle abedulss a mi maestre.H El misme desso aparece en El caballo Aperdide. "La 107 oculta pasien del nine por su belle maestra de piano", escribe Alberto Zum Felde. "es subconscientemente eretice, aunque se transfigure en ese ensuefio postice que nimba tede sl sentimiente y todo recuerdo de la infencia".12 La carge erotica se intensifies en los cuentos ds la tercera etapa y se encuentre relacionada con la locura. ”El balcen”. es uno de los cuentos, cenjuntamsnte con "Menes Julia”, que admits entre otras. una lecture psico- analitice freudiane, debido a la profusien ds simboles y su contenido latents que permits une segunda lecture e inter- pretacion a la luz del psicoanalisis. Ya al principio de este capitule nos hemes rsfsrido al argumente. aunque equi considereremes el aspecto erotico que no deja de ester estrechsmente unido al humor. En un minucioso estudie sebre este cuente dice Nicolas Brasotevich: “El balcen” parecs ester recubriende tres la anecdote explicite, un sentido latents emanade de la problematica de la cestracien concepto eje de la tredicien freudiana , y que aca se la vive desds una modalidad de vida donds el temor de la cestracien. tan conectade con la gestien edipica. ha sido elaborado msnos que a medias: a la vez es un hecho descubierte y negade, siempre en pugna per ser aceptade come un hecho y al misme tiempo des-aceptado: le cual explicaria la concepcien de unes pretegonistas donds ambes fermes de sexualided. la masculine y la femena. se autorreprimen al excese e se ejercen en forms retercida o sublimada, e incluse centradicteria.13 108 En este cuento, y a pesar de la dedicacien y amor que sisnte por su hija, la figure paterna, aparece desmerecida. En cambio, ls materna, sun en la ausencia (musrte) la sobrepase jerarquizeda. El prestigio de lo materno se da en el culto al piano: ”El ere un gran amigo de mi madre" (II: p. 48). Esta madre ausente, per reunir los dos atributos, masculine y femenine. podris ser censiderade la madre falica que castra con su poder. De tal mode la protagonists vivs aislada y encerrada en un munde propie conformandose con uns fantasia que crsa a través de les vidrios del balcen con personajes errantes y anenimos. La opcien en este cuento es multiple y es per medio de los simboles que podemos decedificar el cedige para justificar dsterminadas actitudes de les personajes. Segun Brasotevich. ester enamoreda de un balcen signifies la transposicien de la apetencie erotica femenine a un objete que no ofrsce riesges. El vivir en el balcen, es decir pesar la mayor parte de su tiempo en el,es una actitud regresive hacie sl atero materno, lugar de proteccien y defense, pero edemas el balcen es saliente. pretubsrante y per tel puede representar la imagen mixte de la madre falica, con quien ls protagonists se ha identificade. En la antigua case que hebiten, elle he instalado un correder en el jardin formade per sembrillas que abre y cierra segun su estado de animo. Ese correder. connota. huece, tunel, atere. cavidsd vaginal. Asi le sefiela Brasotevich. interpretendo les sembrillas abiertas ceme le necesidad de vslorizer el reducto de su propie erganismo. Cuando el 109 balcen se suicide. elle mande sacer todas las sombrillas en sefial de duelo. En ese memento cierra el correder. simbolo de su femineidad. el cenvertirse en la viuda del balcen. A su vez. una pesibilided queda abierta, ya que el objete de desso deje ds ser un sustituto, para cenvertirse en la realidad masculine, encerneda por el narrador. En ”Menes Julia”, el protagonists también pedecs de une rareza, pero frents al efrecimiente de ayuda medics responds: "--Yo quiero a mi... enfermedad mas que a la vida. A veces piense que me voy a curar y me viens una desespsrecien mortal" (II: pp. 72-73). Come dominede per ese“ enfermedad” se pasea per un tunel -significativo simbolo sexual femenino-. replete de ebjstes diverses para pederlos reconocer per medio del tecto. Zum Felde asegura que alli se palpa alge mas que cares y objetos: ...este lector ya sospecha que en extravagante oscuridad del tunel no se tecan selo cares... . aunque esta sospecha puede desvierls a un simplisme alge vulgar; tel vez aquel sole tecamiento insinue una forma delicada del enanismo. (Proceso intelectual... , D. 203) Nada esta dicho con claridad, selo suficientemente sugerido para que el lector recabe su propie interpre- tacien: Y snseguide me smpezo a crecer otre sospecha. Mi amigo estaba demasiade adelentado en aquel munde de les manes. Tel vez el les habrie hecho deserrollar inclinaciones que le permitieran vivir una vida demasiade independiente. (p. 81) 110 Esta persistents tendencie al gusto per la libido esta tenuements distribuida en sus cuentos. En todos ss pueden rastrsar simboles ssxualss, eroticos o sensuales. En m_s Hortvnmies. nos sentimes desconcertedos frents el sxtrafio mundo en que viven Horacio y Maria. sus persenaJss principales . Otre vez estames enfrentedos a una extrafia mania del protagonists: coleccionar munecas de tamafio y contextura natural y presentarlas en un espectacule alucinante que el centemplsra. Horacio y Maria estan cassdos desds hace muchos afios. no han tenido hijes y parsciera ssr que la monotonia he invadido su hogar. En la creacien y coleccien de eses mufiecas. Horacio sisnte que su vida tiene un sentido, y vivs para crear sl espectacule de la vida de cada una: Corrie le certine y subio al estrado... encima habia un sillOn y une mesita; desds alli dominabe mejer la escena. Le mufieca estaba vestide de nevia y sus ojos abiertos estaban celecades en direccien al teche. No se sabia si estaba musrte e sehaba. (II: p. 140) Horacio pasara de "voyeur” a un rel active y acabara "enamorandose" de une de elles, vivisndo un "manage a trois" con su espesa Marie y su amants-muneca Hortensia: Come ds cestumbre, los tres se pesearon per sl Jardin, Horacio y Maria llevaban a Hortensia abrazada... (p. 145) Esa cenvivencis llege al extreme de dormir los tres en la misma ceme. Pero los sentimientos de la pareJe sen 111 diferentes. Para Maria. la mufiece represents la hija que no pude engendrar; pare Horacio la noveded y excitacien de une relecien perturbadora y extrana: En ese memento se abrio la puerta, aperecio Maria y el se die cuente ds que habia tocado a Hortensia y que habia side Maria quien. mientras dermis, la habia pusste a su lado. (p. 146) Dos mundos ficticies ss entremezclsn: el ds Horacio y Maria y el de las muneces. Al heber "infundide“ vida a estes y transformarlas en objeto ds satisfaccien de un desso erotico, que ss he ido intensificande, Horacio ha borrado les barreras de ambes mundes. Le intense atraccien sexual que le inspiran les mufiecas va dominandolo y termina resultandole intolerable. En este "strez fantasmageria eretica sobrs munecas"l‘, el contenido latents es obvio. al punto de cenfundirse con el manifiesto. De una trams cursi de amor. celos y engafie se desteca la aberracién sexual come cleve para el lector. aunque ceme sefialarames no hay precacided en el lenguaje ni moresa deleitecien de descrip- ciones. Hay si. la natural inclinacien felisberteana de mostrar estedos que linden con lo anermal, un mundo fetichista que se transforms en su propio espectacule. A pesar de la profusion de simboles ssxualss ssparci- dos a lo largo ds su obra, no estames de acuerdo con Benedetti en que: "eses claves se hallan distribuidas con deliberada estrategie, come si estuvieran destinadas a epuntslar las mas clasicas interpretaciones 112 psicoanaliticas... este narrador es ssudo-hermético... vs deJande indicios que conducen al simbolo." (p.172) En Felisberto cuente mas la modalidad creadora, la reflexion sobre la misma y la evocacien. Preferimes pensar en un discurso autorreflexive en cuente al proceso e intui- tive en cuanto a sus simboles, y por ends la riqueza del contenido latents. Si bisn hemes separado para su meJor estudie el tratamiento del humor y erotismo. ss puede cleremente observer la interrelacion que sxiste entre ambes. El humor es en Felisberto un mecenisme limitador de situacienes. Cuando la evocacion tiende a ceer en el sentimentalisme, una frase. un personeje, una inselita aseciecién certs ebruptemente el proceso y distiende el clime. De igual mode actua en las situacienes ereticas que generalmente conlle- van matices de picardie e ingenuidad tales ceme les episo- dios de su ninez 0 ese directemente en el absurde que caracterize su tercera etapa. La recreecion ssperpéntica que hace de algunos personajes, origins en sl lector une sorpresa provecade per la defermacien de la realidad. Eses personajes vistos bajo el espeje deformante ds su visién epslsn a la simpatia del lector y de algune manera lo compromete afectivamente. Este particular meridaje entre humor y erotismo unido al estilo y lenguajs con que lo transmits. es una peuta mas de la irregularided que hace incenfundible su creacien. NOTAS l Henri Bergson. La rise (Valencia: Prometee. s.f.) ——-—.—.———.. V- Primers edicien frencesa 1900 . p. 12 2 Felisberto Hernandez. "Cosas para leer en sl tranvia", ulane de Tel tome 1 (Montevideo: Area, 1981) pp. 74-75. 3 Alberto Zum Felde. Proceso intelectual del Uruguay (Montevideo: Nuevo Mundo, 1987) p.199. 4 Marie Benedetti, "Felisberto Hernandez e la credibilidad de lo fantastico", Literature uruguaya. siglo 55 (Montevideo: Arcs. 1988) p.171. 5 Nos basames el la definicien del Diccienario ds la Lengua de la Real Academia Espahole (Madrid: Espass-Calpe, 1984) p. 594. 6 Seal Yurkievich, "Discusion de la pensncia de Nicasio Pereira: ’Sebre algunes rasgos estilisticos de la narrative de Felisberto Hernandez’", Felisberto Hernandez ante la criticagactual (Caracas: Monte Avila. 1977) p.254. 7 Jose Bernardo Tate. "Evocacien. erotismo y humor en la obra ds Felisberto Hernandez”, diss, Rutgers University, New Jersey, 1973. p.39. 8 Ricardo Letchman. "Les relates de Felisberto Hernandez“. 5 cuentos magistrales. Critics per sxtranjsres (Montevideo: Ciencies. 1979) p.82. 9 Angel Rama. “Felisberto Hernandez”. Capitgle oriental (Montevideo: Centre Editor de América Latina. 1968) p.455. AFL 6.... . unriv ”Ur 39 at: .11... 114 10 Rosario Ferré LE]“Acemodadericmwselectors fantastical e. de Eelisgsrgefigfiergand z (MeXico: Fondo de Culture, 1986) m... .. m. p.68. 11 Nos hemes rsfsrido a esta cits en el capitule primere de nuestro trabaJe. 12 Alberto Zum Felde, “Felisberto Hernandez". Nptas Criticas (Montevideo: Fundacien de Culture Universitarie. 1970) p.23. 13 Nicolas Brasotevich. “La problematica de lo inconsciente en Felisberto Hernandez", Metodes de analisis literario (Busnos Aires: Hachette, 1980) p.178. 14 Carlos Martinez Moreno. “Un viajere falsamente distraido" Ngmgfig (Montevideo. 1964) p.163. '1'" VUH arse 1‘9." C e her Ir 76. CAPITULO IV EL UNIVERSO DISOCIADO El universe felisberteane se caracterize per la presencia constante del yo en uns relecien directs con los ebjetes y los seres. El narrador es el entrenque entre ambes y sobrs ellos preyecte el misterio y la ”lujuria de ver". NingUn escritor en la narrative hispaneamericana he persistido tento en su obra sobrs este aspecto come Felisberto, ni tempoco creemos que nadie lo supe- re. El misterio es para Felisberto, el punto de parti- da. para la creacien de un universe disociado. en el cual los objetes cobran vida propie, autenoma de quienes lo peseen y los seres pierden su aspecto humane pare trensfermarse en representaciones "cosificadas"‘. Esta disociecien se de en diferentes modes y grades y como parte de ella, aparece el doble y la fragmentecion. El desso de descubrir secretes, develar enigmes. ss traduce en la mirada inquisidora del nine 0 el adulte. que trasladan a este sentido el goce sensual de lo tactil despertandose asi una extrafia voluptuosidad en la posesien visual de seres y objetos. Tode el discurso de Felisberto debe interpreterse como una besqusda constants de ”los hechos que espon- taneamente ocurren en el espiritu” (cesi todos sus 115 ‘n Va :4 r. a R! persenajes quieren conocer personas extrahes. entrar en "cases desconocidas e internarse en el drama ajeno".)2 Le explicacien nunca aparece y de ahi que su obra invite a reflexionar, a rsconstruir lo que ocurre en elle, partisndo de lo que él nos transmits hasta llegar a lo que "no se sabs”. En el breve enseyo. considerade su poética. “Explica- cion false de mis cuentos“, nos comunica que ha sido obligado a explicarlos y esta explicacion seria treicie- narss e si misme. ya que no estan sujetos a una teeria de la concisncie y cuando esta interviene ”su intervencion es misteriosa" (III: p.67). Tacitaments, acepta lo inexpli- cable. y lo transmits a la escritura. Inherente a cede ssr y a cada cesa exists una zone de misterio que contamina sl texto. Si el misterio desaperece. desaperece el encante de las cosas. asi come la necesidad de escribir sobrs elles. Esa constante repeticien de la palebra misterio (muy rsra vez utilize un sinonimo para designarlo) es prusba de une obsesiva basqueda de lo otre”. lo que no sabs, lo que subyace en su pensamiento. Toda su obra es una gran metafore del significante misterio cue comperta el significado y encento de lo inaccesible. Entre les primeres publicaciones. "Juan Mendez". subtituleda ”Drama 0 comedia en un acto y varios cuadros“, es un visible sjsmplo de lo entediche. Se nos presente el dilema de un personaje Juan, el cual no desea cemunicerle a 117 su espesa lo que esta pensando y ante su insistencia ls responds que "lo que mas nos sncenta de las cosas es lo que ignorames de elles, conociendo alge" (I: p. 106). De ahi, la fascinacien de lo desconocide. de lo que las cosas sugieren, cennotan. pero no dicen totalmente. En la mayor parte de sus cuentos. sus crieturas son difusas y la carencia de nominacien es frecusnts. Faltan los hombres prepios y son ceracterizades per sus cir- cunstancias e rasgos fisices. De tel mode categorize al ”anciene". "les longevas”. ”el senor del cuento”. “el politice“, “la sobrina”, “el ciego", etc.3 Les personajes deembulan en una atmesfera onirica y son consecuentemente distersionedes a través de la mirada del narrador. La captacien de la realidad no es facil porque en- cierra toda elle uh enigma y este se da en las sccienes de les seres. sus emociones asi come tembién en el mundo de los objetes que los redesn. La atraecidn del narrador por las mujeres esta subordinada a lo que ignore de elles. Parece existir en el una antinemice actitud. Per une parts le fascinacien del misterio y por otre la compulsién de dsvelarlo. En el caso de legrarlo, el encanto desaperece. El tema aparece ejemplificade en ”La casa de Irene”. Como en la mayor parte de les relates de su primers specs. la anecdote es cesi inexistente y el discurso gira en torno al misterio que smanaba ds la joven: Hey fui a la casa ds una Joven que se llama Irene. Cuando la Visita termine f (D (I) m (t) $6 398 Da EV C Sle muc mu} es: 98C; 118 me encentré con una nusva calided de misterio. Sismpre pensé que el misterio era negro. Hey me encontré con un misterio blanco. Este se diferenciaba del otre en que el otro tentaba a dsstruirlo y este no tentaba e nada: uno se encontraba envuslto en él y no le importaba nada mas. (I: p. 99) En los seres -tal come él misme explica- hay dos clases de misterio: el blanco y el negro. Este Ultimo es sl que ya conecia, el primero lo descubre después y tiene una carge positive. En la espontaneidad de Irene esta el mis- terio blanco, en su sinceridad, en la ausencia de mascaras. Sin embargo, el cenocimisnto profundo alters el misterio y se disipe el encanto: "Con Irene me fue bisn. Pero enton- ces. poco a poco, fue desapereciendo sl misterio blanco" (p. 102). Cuando el secreto es dificil de descubrir, el desafie aparece. Con la imprecisien que lo caracterize. el narrador evoca un lugar anenime y un persensje cesi anodino en "Mi cuarto en el hotel", pero que encierra un enigma, sun siendo "exterior y clare” (III: p. 159). Se trate de la mucama que se ocupa de su habitacion y con la que ha tenido muy peca cemunicecien. "El convente" trate la anecdote de un narrador-pianis- ta que vs a un concierto en un colegio de nines. Cuando ls estudiante vs a ejscuter su parte. él psrcibe que tenia un encento extrano que la destacaba de les demas. y que sobre- salia del "misterio rude y torpe que las envolvia”. Y al llegar su turno ceme concertista descubre que elles "me CCSQ'V IE JC 119 ebserveban el misterio a mi" (pp. 119-120). No sole el misterio aparece en seres y objstos, sine que también. se muestra con caracteristicas de objsto vivisnte y con aspectos protsicos. En Per les tiempos de lemente Colling, este, su maestro de mesica, es sl gene- rador del misterio que el narrador le adjudice, pero in- dependizandose del persenaje adquiere rasgos propios: De pronto el misterio tenia inesperados movimisntos; entonces pensabe que el alma del misterio seria un movimisnte que se disfrazaba de distintas cosas: hechos, sentimientos. ideas; pero de pronto el movimisnte se disfrazaba de cesa quista y era un objete extraho que sorprendia por su inmovilidad. ( II: p. 67) El misterio esta también en las cosas e intimamente relacionade con la animacien que les infunde sl narrador. Jose Pedro Diaz, en el estudie que hace sobre la obra de Felisberto. se rsfiere a este particular tratamiento de los objetos. relecionandolo con la ensjenacien que prevecen en él. Les ebjetes importen pero no son deleteres come en Balzac. ni desencadenantes de proceses sicolegicos a la manera proustiana. Dice Diaz al respecto: el objete vale per si y lo que en algunes mementos es todavie mas signi- ficativo, vale precisemente por su mude condicien de objeto, per lo que hay en el de inerte e de inane. Su presencia esta fuertemente destecada, pero el autor no se apoya siquiera en su mate- rialided, ni en su eventual peculiari- ded; no se trate de la presencia de algun objeto que puede resultar sacra- lizado per ssr precisemente lo que es; 120 no, su importancia radice en su mere existsncie.‘ Baje un enfoque sociologico se rsfiere e la hestilided ds los objetos, a los personajes presos entre ellos y a la tendencie a reificars o "cosificar" seres, sensacienes y ebstracciones, peculiar caracteristice del texto felisberteane. Pare fundamentar y sustentar su posicion utilize la siguisnte cite ds Marx, que aparece en los Manggcrites de 1844: El trebejador pone su vida en el objeto y su vida no le pertenece ya a él sine al objeto... le snajenacién del trabeja- der en su producto no selo significa que su trabsje se convierte en un obje- to, asume une existencie externa, sine que exists independientemente fuera de el misme... La vida que el ha dado al objete se le opens ceme una fuerze ajena y hestil. (p.108) No dejamos de reconocer el valor y la prefundided del estudie que hace Diaz, pero creemos que restringir la obra de Felisberto a una interpretecien marxiste. es desvirtuar- la y limitarla. El aperts sociolegice puede ser de gran valor. utilizado como una herramienta mas pare entender el texto y a ello nos referimos en nuestre Introduccien. De- ciames que una lecture minuciosa podris delater ese "denuncie sin enfesis“ a la que se rsfiere Cortazer, ese angustie desprendide del texto autobiografico. del artiste humillado per la falta de medies y de reconocimiento. En nuestre opinion esta segunda lecture corresponderie al contenido latents, ya que el manifiesto revela un narrador, 121 que con mirada infantil. bucee el misterio de las cosas y se releciena con los objetos de la misma forma que le hace un nifio, sin emitir un juicio sociologico, sine ceme un autentice renovador en su concepcion yo-objeto. En Felisberto. lo sxtraordinerio es ceme tede aparece relecionade. implicsdo y nos esta gredualmente introducien- do, a través del misterio. en une de les aspectos de su realidad. ese extrefia relecien entre seres y ebjetos. que crea sl sentimiente ds inquietud en el lector. la incer- tidumbre frents a la aperente vida de un objeto inanimade. Dede que su vision -la mayor parte de les veces- ha retrocedido a la del nine, es posible aplicar el concepto freudiano de la semejanza con el juego infantil, ya que los nines no distinguen cleremente entre lo animado y lo inani- mado, en ese primera etapa del desarrello siquice. En el estedie infantil ese fusien de lo animado y lo inanimado no produce ninguna reeccien (miedo, terror). En el adulte. en cambio, la reeccien se transforms en angustie per enfren- terse e lo desconocide, a aquéllo que escape de sus canenes habituales. Per lo tento, una concepcien animista del universe contribuye a sea extrafieza y al cheque de dos mundes contradictories, el familiar y el inquietante. El narrador-persenaje se sitUa entre les dos ele- mentos: seres y objetes s intenta. en una suerte de dialéctica, rslecienerles. esocierles, fragmentarles, diseciarles haste culminar en la desgarrante escicion del yo "Di (3 C) C) (I) 36 51 Le 06 122 ye come versmes posteriormente en El caballexperdide, ”Diario de un sinvsrgUenza" y otres ejemples. Desde sus tempranas publicaciones el espiritu de las cosas va poblendo los objetos-sujetos ds su narrscien. Une de les ejemplos mas representatives lo constituye "Historia de un cigarrillo” de Libro sin tapas. Tode sl cuento se centre en este tema. Si partimos del titulo. observamos que el objeto ya he side tratado como un ser humane, tiene su propie historia, importente en el mundo de le humane. No es un ssr pero tempoco uh simple objeto, esta gebernedo per fuerzas misteriosas. Este cigarrillo se niege a ser fumade per su dusfio que, veluntaria o invelunteriamente se rehusa a tomerle, lo va postergsndo. Se inicia ceme una sospecha: Ye estaba distraide en el memento de secarlos y no me habia dado cuente de mi imprecisien. Pero después pensabe que mientras ye estaba distraide, ellos pedian habsrme dominede un poquite. que de acuerdo con su poquita materie. tuvie- ran cerrslativemente un pequehe espiri- tu. Y ese espiritu de reserve pedia al- canzarles para escepar unos, y que yo temara otres. (I: p. 98) La tension aumenta a medida que eumentan los ci- garrillos que el narrador fume y que el rote continds eludiendele o eludiéndese mutuamente. Al decidirse a sacer todos los cigarrillos, ofreciéndole el ultimo a su cempe- here. compruebe sorprendido que este se niege a tomarlo. La situacien se terns cada vez mas extrafia y el otre psrsenaje parecs ester elejado de esta intervencion misteriese, inconsciente ds lo esoterico del case. Lo que hace 19‘- I), (1) DE 95 SE 1;: 123 hace interesante el cuento es la obsesien que hace press del narrador, aun justificade per reices sicelogicas, coincide con el proceso animista que Hernandez persigue. El misterio sigue snvolviendo. imbricando, inquietando al lector, aunque solo el narrador sea capez de atribuirle cuelidades sobrenaturales. El cuento permanece en una vaguedad que aumenta al agregar dos slementes mas: el cigarrillo ss comunica con los otres objetos: “La noche anterior habia pusste el cigarrillo rote en la mesa de luz. La mesa de luz me perecio distints; tenia une elianza y une esociacien extrana con el cigarrillo (p. 98)". Per otre parte, se escape de les manes del narrador, cae al suele y de forma inexplicable va absorbiende el agua que cubre parte del piso. La anecdote pudiere parecer trivial. y lo es, pero la atmesfera de inquietud es logreda a través de este simple objeto que se rebels. se resists, se obstine en tener su propie autenemia. Para el narrador. los objetes no selo tienen vida, sine que pueden sobrevivir al hombre. Sen espectadores, testigos de circunstancias en las que estén directemente involucrados y per lo tento encierran la cleve del misterio de los seres que los peseen, al compartir su secreto. Les sillas. per ser objetos que estan en intime contacto con los humanos, parecsn ssr rsiteredamente utilizedas en la narrative de Felisberto. Ya pudimos cempreberle al tratar el erotismo, la curiosidad que embarga al narrador-nine per descubrir sus secretes y F‘— eni. e1: SI‘ In 124 entrar en una relecien de cemplicidad que sugiere la de amantes ilicites. Es en El caballo perdide. extensa evocacion ds Celina, su maestre de piano. que aparece esta situacien perturbadora. Después de levantarle la pellere a una sills, frents a la aparicion de Celina, ambes (la sills y él) proceden come si nada hubiera pasado. El nine hurga en los secretes buscando rastres de tiempos antsriores. Descubre que ellos. los objstos. tenian relaciones primitives a les que el no pedia scceder. que "se burlaban, jugeban sntendimiento entre elles y yo quedabe desairado" (II: p. 13). El cuento que reune y concentra estes slementes pro- pies felisberteanes es, sin lugar a dudes, ”El balcen". En él aparece la intervencion de los objetes, asi como la co- sificscien" ds los seres y la fregmsntacien, en clsre in- terrelecien. Le "inquietante extraheza" de la que habla Freud, es provecade per ese trestocamiento de cuelidades: lo humane se "cosifica". lo material se anima, les sen- sacienes cobran vida y le visien de los seres se fragments en inselita dislocacien ds funcienes. En el capitule III, refiriendenos al erotismo. trate- amos el tema de la mujer que hace del balcen su objete erdtico y la sxtrsna relecien que mantiene con el mundo exterior. del que el narrador-pianista es unico repre- sentante. El clima que redea a les personejss es de mis- terio y perturbadora anormalidsd, llegando a su climax en la cene que compartsn con el ancisno padre de la 125 protagonists. En este "orgiastica" escsna los ebjetos adquieren vida y prestigio propio: alli se habian reunido ceme para una fiesta de recuerdos, los viejes objetes de la familia... Apsnas nos sentamos. los tres nos qusdemos calledos un memento... Empezeron a entrar en el mantel nuestros pares de manes: elles parecien hebitentes neturales de la mesa. Yo no pedia dejar de pensar en la vida ds les manes. (II: p. 49) Les manes, come metenimia sinécdequica del cuerpo. se se separen oe él y en forma natural se vuelven cemplices con el reste ds los objetos. los llenarian de recuer- dos (p. 49). Les seres de la vsjilla que ocupan la mesa se animan totalmente. pero son condensdos al silencie. Hay une transmigracien del alma a los ebjetos, lo que nos de la idea de une particular metempsicosis. La sirviente enana es presentade a través de otre sinécdeque "aparecio en la orilla del mantel la care colorada de la enana" (p. 50), que tambien parecs escindirse del reste de su cuerpo insignificante y de les brecitos que profanen los objetos al tocarlos. La protagonists vivs sumide en un mundo incorporee al que elle de Vida, y en ese aislamiento, en ese imposibili- dad de comunicacion con el exterior. dedica una poesie a su propie cuerpo, desplezedo metenimicamente por el camisén. Ese auto-erotismo a su vez se traslede al mayor objeto de su desso: el balcen. Al terminar de leer su poesie, sl encanto se disolvie “no quedabe ningun prestigio: ni el ds 5: $3 in (J (1 (W) —-h (E) Ci 126 les objetes de la mesa. ni el de la poesia" (p. 51)... 8610 el humor tan propie de Felisberto, legra una aperente unien de estos psrsonejes. La rise es factor desencadenante para que los rasgos de la protagonists se separen. No es su restro. sine su beca patéticamente estirada y sus patas de gallo que se prenden en los 0308. El cuerpo se hace autenomo. se dssmiembra, nos presents un conjunte ds piezas disperses. La disociecien se hace patents cuando el narrador va a acostarse y sisnte que su cuerpo no forma parte de su yo. y come a un nine rebelds le oblige a obedecsr: El -mi cuerpo- habia atraido hacie si tedes aquelles comidas y todo aquel alcohol... Le desnude completamente y lo hice passer dsscelze per la habi- tacion. (p. 52) A pesar de su pensamiento legice. no puede evitar este desdoblamiente, expresien ds una inconsciente pero evidente angustia. Este desdoblamiento se debs en gran parts a esa total libertad que cobran los miembros del cuerpo y los fendmenos siquicos del ssr pensants. En la protagonists. la disociecien de la realidad se compruebe per les imaginarias vivencias que recibe a través de les vidrios del balcen y le permits construir un munde irreal. El balcen es el objeto cemplice y el ”amante” que nutrs sus fantasies solitarias y preyecte la canalizacien de su libido. En este relate, no solamente esistimos a la conversion eve SI f6 98 D1 09 6' De f6 86 06 127 ser-ebjeto y viceversa. sine que les sensacienes parecsn cobrar vida propie, psrsenelizerss, tensr etributos humanos. Tel es el case del silencio. que asume un papel protagenice, cohabitando en cemplicidad con el misterio de les cosas. El silencio conforms la estructura en que se slabera la intrige: "Habia une ciuded que a mi me gustaba visiter en verano" porque alli reinaba un gran silencio: "Si yo me hubiera escondido... y soltede un grite, este snseguide se hubiese apagade en el musge” (p. 46). El silencio mimetize los gustos de les persenajes: ”Al silencio le gustaba escuchar la masica: eia hasta la altima resonancia y después ss quedabe pensando en lo que habia escuchedo. Sus epiniones tardaban" (p.46). Per mementos cobra vida como un animal pesado y a is par de un monstrue biblice. traga el sueno del protagonists: “Después empecé a deslizarme con tristeze y con cierte impudicia per alge que are come les tripes del silencio" (pp. 53-54). Esta personal manera de psrcibir el silencio teje une red intime y subjetiva sobre el ambiente y las cosas. La yuxtaposicien textual de dos mundes antinemicos, lo real y lo irreal cree la embigUedad y la incertidumbre que se mantiene a lo large del relate, a pesar de los esfusrzos del narrador de entregar una explicacion recienal. Este malestar llege a su apoteosis con el suicidio del balcen, escindido de la casa y de la realidad. Les objetos no 5610 se hen humanizado sine que hasta pueden cometer actos de desesperecien. urgides per la pssien y los celos. In In In (W rn n» (J (I) 128 En este punto consideramos necesaria una digresion, pare intentar analizar mas profundements les estimulos y resortes que mueven el discurso felisberteane. Glosando a Ortega y Gssset, consideramos que el hombre es producto ds sus circunstancias. El siglo XX preyecte a través de las expresiones srtisticas la vision de un mundo desintegredo. una terrible imagen de lo que se deshace. Le vsnguardia en su vertiginose cambio de "ismos” no he hecho mas que recoger, rscrear y rsconstruir ese imagen del mundo moderno. La pinture cubista nos da el esquema geometrice de les cosas escamoteadas, desintegredes. El sxpresienismo con sus "membra disjecta“5, preyecte un mundo dislocade, escindido, alterado en sus estructuras. Marcel Proust. en su introspective analisis de la vida siquica y su proceso evocador, echice su campe visual, desintegra y lo misme hace Gomez de la Serna, para quien el mundo es un inmense receptacule de objetes heterogeneos, incoherentes. caoticos. Todas estes caracteristicas aparecsn de algune manera en Felisberto en un particular proceso recreador. Sustentemos la idea de que su obra es producto de la vision de un nine. sin juicies ni prejuicios. pero no dejamos de alentar une segunda lecture en la que el contenido latents aparece. ssfumade. desdibujado pero coherents con su specs y tiempo. Clare esta que el escritor no 10 plasma en su discurso en forma de juicio. pero incenscientemente tiende a pintar la misma percepcion que sus contemporaneos, de una forma ingenue. espontanse. que lo deslinde y particulariza. Su condicien de autodidecta. su apartamiento del medio van; IMI We me UYI C6 VG CC it GI 129 vanguardista, nos permiten caracterizarlo ceme un innovader, en su estilo. que le es abselutamente propio y en la captacion de esa realidad que es ls escape, ss disecia hasta la conciliacion con ese socio que es el mundo. Ese proceso felisberteano, que parte de la evocacion. tiende a mostrar la desintegracion del individuo, partisndo de la autonomia de partes del cuerpo hasta la complete escision del yo. reflejo de le angustie que lo compels. Como ejemplo representative de ese autenemia. es necesaria la referencia a ”El cocodrilo". uno de los meJores cuentos ds su tercera etapa. La fabula se reduce a unos pocos dates. El narrador-concertista se rsfugia en un cafe para pensar en su vida, y llege a la conclusion que vender medias de nylon sera mas productive que der conciertos. Logrado el pusste de vendedor. sisnte el fracaso de ser rechazado en les tiendas. Entretsnto ha descubierte la pesibilided de llorar espontaneamente. Este recurso ls asegura la sfectividad en las ventas y durante el tiempo que no tiene conciertos. Asi continuan sus actividades. hasta que un die vuelto al hotel, se mire el espeje y observe -al misme tiempo que su care se pone a llorar- su parecide con un cocodrilo. De la lecture y la metafore propuesta se desprende ls angustie eriginada per la frustrscion de ser elgo que no quiere porque las Circunstancias economices se lo exigsn. Es sin lugar a dudes. el mas autobiografico de sus cuentos y en pocos come 130 en este se podra encontrar la expresien ds sus mas genuinos pensamientos. Como resultsdo surge la autonomia de una entided de su cuerpo, los 0303, y de ellos las lagrimas que fluyen sin motivacion y control: Cuando los amigos me llevaron al hotel ye pensabe en todo lo que habia llora- de en aquel pais y sentia un placer maligno en heberlos engafiedo; me con- sideraba ceme un burgués de la angus— tia. Pero cuando estuvs solo en mi pieza. me ocurrio alge inesperado: primere me mire al sspejo; tenia la caricature en la mano y alternative- mente miraba el cocodrilo y a mi care. De pronto y sin habsrme propuesto imitar el cocodrilo. mi cars. per su cuenta. se echo a llorar. Ye la miraba come a una hermana de quien igneraba su dssgracie. Tenia arruges nueves y por entre elles corrian las lagrimas. Apegué la luz y me aceste. Mi care seguie llorande... Y asi me dormi. (III: pp.101-102) Esa caricature que tiene en la mano es regale de una admiradera que asistio a su concierto y es la replica de su care que imita e la de un cocodrilo (per la creencia de que este derrame lagrimas falsas). Per su condicion de pianis- ta. los dientes estan rspresentedos por el teclede. Haste ese memento. no habia sentido la dicetomia que se dabe en él. no era concisnte de la presencia del otre ye, del que les demas veian en él. El espeje pone frents a frents a los dos el que es y el que seno ser. La angustie de "una concisncie desoichada“7. emerge a través de esta autonomia de las partes. recurso narrative que aparece ceme términe medio entre la disociaCion es la concisncie y la formu- laCion del tema del doble. 131 El tema de la disociecion del ssr aparece en “La enveneneda", del volumen hemonime. Este relate. trate de un literate en busca de asunto. La especulacion en torno sl motive de la escritura. as parts fundamental. hasta que surge el motive estimulante. el caso de une mujsr envenenade y las reaCCiones al respecto. El narrador. excepcionalmente omniscients, filosofe sobrs su propio cuerpo. después del espectacule de la mujer musrte. Asistimes a una separacion entre lo animico y lo corporal, en une visible interrelacion. Esta disociecien se nets mas cleremente en un parrafo metaforico del cuento Tedas les partes ds su cuerpo eran barrios de una gran ciuded que ahora dermis; eran ebreres brutos que ahera descansaban después de une gran taree y que el continue trabajar y descansar no les dejaban pensar en nada inteligente; solamente su cabeza estaba dsspierta y contemplabe con sabiduria y con indiferencia tede aquelle. (p. 131) Le metafore compare les partes del cuerpo con eses ebreres. Lo que aliens el ser es el continue "trabajar y descansar”. En su estudie sobrs ”La enveneneda", la pre- fesora de Dei Cas, acierta al rsvelar otre aspecto impor- tentiSimo de la disociecion: ese personaJe-litsrato (que son en la tercera persona. connota al autor). vs su vida y la de los que lo redesn como un “drama“, una comedia re- presentada per ellos mismes. Le alienaCion y disec1aCion del ssr producen en sl “una rupture interior eel persenajs. la que alcanza a un estado de rupture exterior en la que él misme se examine come 81 fuera una 'mise en scene’“.a 132 Les hombres que buscan al literate seran testigos de su actitud frents el caso. Este hecho le provoca miedo. no solo ante el espectacule en si sine ante la reeccion de los mismes. representantes de una sociedad que puede condenerlo. En el cerebro de los cuatro hombres habia una misma idea: en tres, la cu- riosidad por el geste de la care del literate. y en sl literate la preocu- pacion de lo que heria con su care. Si se abandonaba a la espontaneidad, tal vez pusiere una care inexpresiva e idiots y, edemas no podris ebendenarss a su espontaneidad porque sabia que lo ebserveban; tel vez no podris ssr espontaneo ni consigo misme. porque aunque no hubiera nadie, el mismo seria su observader. tendris la tension de espiritu del analitico y por mas fuerte que fuera el espectacule. su espiritu oscilaria entre la impresion que le preduciria y la impresion que él queria tomar de si misme. Entencss se sncentro con que no pedia ni sabia serprenderse y. entonces tenia que inventer un geste interesante. (p. 126) El personaje se desdobla en espectader y aute- espectador en un proceso introspective. Come este Ultimo se separa de si misme para observarse y, a medida que las situacienes se suceden, tiene dos opciones: actuar e ser espontaneo. Si se decide per lo Ultimo, sera censurado per una sociedad (la critics. el superyo freudiano). que le tildara de indiferente o curioso “no podris ssr espontaneo ni conSigo misme”. Si trate de actuar su propio drama. se sabs intimamente un hipocrita. pero debs tomar esta alter- native y prestarse al Juege que le impene la seeieoed. Hemes Viste de que manera la disyunCion se es en su propie 133 persenalidad, en la luche intime con el otre, el socio, (que es el munde. el que se referira posteriormente en El caballo psrdigg. Otre eJemplo representative de la autonomia de les partes. es ”El vapor". incluido dentro de los relates de La gays de Ana. Su titulo lo dice tede, puss es apenas un breve “recconte” de su experiencie al cruzar en berco e la Argentina: "Fui a otre ciuded que tenia un rio come para llegar o salir de elle en vapor“ (I: p. 121). Aqui el espacie aparece esociedo a un tema de gran importancia en la obra de Felisberto: le impersenelidad. Este es manifieste, ceme lo ssnalamos en la ausencia de hombres propies y en la vaguedad de dsscripcienes. Estendo el narrador en la punts del muelle sisnte la sensacion de heber perdide totalmente su persenalidad y su cuerpo entere pugna por salir a través de sus ejes. Es impesible dominar las partes que han cobrado autonomia y escapan de la velunted de su dueho. a la vez que despisrten la sensacion placentera de incerpereidad. El espacie personal se disuelve totalmente. Al final del cuente hay una evocacion de su figure en el espeje, le cual nos hace pensar en la fragmentacion de la persenalidad y en la expresion plastics de la epoca (especificemente. el cubisme). De pronto tuve genes de passarme sobrs cubisrta. pero cuando pass per dos espejos que fermaban un angule recto al encontrerse en dos paredes. mire al rincon y me llemo la atenCien que me viera la mitad de la cabeza mas una orsJe de la otre mitad. (p. 123) en Jl‘l :- v- has. 1' fl) '6 GE 06 SI. 81 SE ne 0‘.- 134 La cars fragmentada simboliza la disociecien ds su ye. en una luche constante. solo su reconciliacion traera le unided, proceso que podremes vsr en el analisis ds E1 caballo perdide. Previe al analisis de la creacien del doble en Felisberto, nos interesa hacer cisrtas censiderscienes al respecto. El tema del doble no es nuevo ni privativo de la literature de vanguardia. Encontramos antecedentes en Heffmenn, Chamisse, Andersen. Destoievski. Wilde, Poe, Maupassant y otres. En la literatura riepletense, dos grandes creadores. Cortazer y Borges hen incursionedo en él. Parece ser que el pUblico lector se ha orientedo en especial al tema del doble durante las mas grandes conmociones de la sociedad e inmedistamente después de elles. No es casual que este topico apareciese de manera destaceda cuando hacie el romenticismo aleman. les inicies del "Sturm und drung" y que siguiese apareciendo junto con el desarrello de la psicologia. No tedes les creaciones hen side producto de une época o situacion perturbadora, pero si es coincidente que la mayor parte de les creadores eran personalidades decididemente petelogicas que "en mas de un sentido desbordsbsn inclusive el limits de la conducts neurotica en otres aspectos permitide al artiste". ContinUa diciende Otto Rank: La dispesicion petelogica hacie las perturbaciones psicologices esta condicionada en gran medida per le division de la persenalidad, con un acento espeCial en el complsjo eel yo. el cual corresponde un interés enor- melmente fuerte por la propie persona. sus estades siquicos y su destino.9 Ila: Dar 135 No es ni nuestro tema hi preposite el refsrirnes a la persenalidad del autor. pero si a su discurso al que adju- dicames caracteristicas esquizofrenicas. abiertamsnte comprobablss en muchos de sus relates en los cuales la persenalidad del narrador se disecia en otre yo.l° aQué es lo que lleva a un creador a disecier su(s) personeje(s). ye see su cuerpo o su concisncie? Coincidimos con Rank en due: .. el doble indica el eterne conflicte del hombre consigo y con los demas, la luche entre su necesidad de semejenza y su desso de diferencie, conflicte que lleva a la creacion de un doble espiri- tual en favor de la auteperpetuacion, y en abnegacion del doble fisico que signi- fica mortalidad. (p. 19) Esta creacion (el doble). comperta diferentes formes de tratamiento. Puede ssr una division independiente y visible del yo (sombre, reflejo. etc); figures que se enfrentan entre si ceme personas reales y fisices. de similitud externe poco comUn y cuyes senderes se cruzan; 0 el caso del yo que se yergue ceme aparicion misteriosa; el doble representade per un espiritu e fuerze esetérice; el caso de doble concisncie, es decir la representacion per la misma persona de dos seres distintos separades per la amnesia; el doble ceme calco exacte (misme nombre, fecha de nacimiente y parecide fisico); el doble producto de la paranoia, etc. Algunas censiderscienes previas a nuestro analisis son OLE La: .Ala N. RH n1 , . a by QI p FL Uh} (11 85> 136 indispensables para aclararle y como punto de apoyo. Este tema no pertenece en exclusividad al campe literario, sine que es cempertido per la antropologia y el psicoanalisis. A partir de esta Ultima discipline, y basados en Freud y Lacen. estudiaremes algunos textos en los que el tema del doble se manifieste de forma significativa. Pare familiarizarnos y entender parte de la teeria lacsniana. en especial con la ”fess del espejo". pertinente a este trebajo. es preCiso refsrirnes a los terminos per él empleados: lo imaginarie y lo simbolico. En el estado imaginarie. predemine la relecion con la imagen del otre. En este relecion no existe todavie la individualided diferencieda. cemprendide por el sujete. per falter un accese al lenguaje. En uno de les primeros textos teorices Le moi dans la thsorie de Freud et dans la technique de la psychanalyse. el autor explica que desde el punto de vista del sujeto, la fess del espeje sehalarie un memento genético fundamental: la constitucion del primer esbozo del ye. El nine psrcibe en la imagen del semejants e en la propie rsfleJade en el espejo. une forma en la cual anticipe une unidad corporal que le falta y se identifies con esta imagen. SegUn Lacen. la fess del espsjo esta fundede en la relecion que se da entre un cierto grade de tendencies. desconectadas. dividides y per otre lado una unidad con la cual el sujeto se identifies y se iguala. El sujeto (el nine), se ve y conoce por primera vez como una unided, pero alienada. es decir. extrana a él misme. Surge u-ia 1'8 (3 (I) 137 una primera experiencie de reconocimiento del cuerpo a través de la imagen, que determine una sujecion del nine a la misma. De esta sensibilidad a la propie imagen , surge ls necion de alteridad. de alter ego, el otre ye. En este fess del espsjo se desteca otre aspecto importante y es la fescinacion fascinacion que es esencial a la constitucion del sujete. Es decir en el reconocimiento de su imagen a través del espeJo. sl nine experiments un gran placer y atraccion. Este concepto a su vez. puede relacienarse con la concepcion freudiana acerca del peso del auto-erotismo (anterior a la constitucion del yo) al narcisismo prepiamente dicho. Estes stapes ss corresponden mutuamente, lo que Lecan denomina "fantasies del cuerpo fragmentedo” , es el auto-erotismo freudiano y la fess del espejo seria la aparicion del narcisismo. Le imaginarie, a su vez aparece en la fess del espejo e implice la ore-existencie de le simbolico. Este es el que nos permits aclarar la necion del inconsciente estructurado ceme lenguaje, sl que rigs todos los mementos y las cuestiones fundamentales: la sexualided y el status. Estes cuestiones. vienen de efusre, desde el orden simbolico. El memento en que el nine nece al lsnguaje, es el predeminio de lo simbolico. Esta funcion Simbolica es definide per Lecan come trascsndente, porque significa les limitsciones impuestas per la sociedad, les leyes y la religion. Para Freud. el ye es ”una organizecion coherents de los procesos siquices."11 En el yo coexisten dos C) . (I5 81 V6 85 CC 138 diferenciacienes, en constante pugna, per une parts el elle que centiene les pasiones y esta gebernedo por el principio del placer; per otre el superyo que corresponde a la concisncie moral, e la censure limitadera del ello. Al ssr el yo ebjeto y sujeto, puede tratarse e si misme como el otro y per tento es disociable. Dados les procesos disocietivos que constantemente aparecsn en la obra de Felisberto. consideramos que estes teerias son aplicables para un mejor estudie. Una vez familierizades con esta terminologia psicoanalitice. pasarsmes a la aplicacion de ello en algunos de sus relates. ”El diario de un sinvergUenza“. es un snseyo en que el narrador reflexiona sobrs su propio cuerpo al que llama el sinvergUenza. Lo ve y lo sisnte come una entidad autonema, asi come su cabeza y tratendo de junterlos, es que busca vanamente su ye fragmentedo. Ese yo equivale al ye escindido ya que es objeto y sujete. El narrador he perdide "la organizecion coherents de sus procesos psiquicos”. Pedemos comprobar de que manera ss den las releciones cenflictueles entre sl superyo. representade por su cabeza y el ello. su cuerpo, su sinvergUenza: El cuerpo. el sinvergUenza. tiene une cabeza y le ha hecho une sens imper- ceptible, instintiva para que elle lo Justifique... Esta tranquilidad de la espera es de ellos. de mi cuerpo y de mi cabeza. Mi yo, en la situacien de quersrse agarrar e1 alma con une mane que no es de en, sisnte otre cesa. (III: p. 189) re PU Ev Hi “U IE 139 Come consecuencia de este division, de este intento vane de conciliar las partes. sl yo esta enfermo. "dividide como un feudo que ha ido cediendo terrene a otres” (p. 196). Si eplicamos el concepto es la ”fess del espejo” lacsniana. encontreriamos un queto alienaoo, que es recenece come unided, pero una unided fragmentada. ”enferma“. La diVision e elienacion. segUn Lecan se debs a que el queto habla y por lo tento. a través del orden Simbolico tema concisncie de su estado y de tel surge la angustia. Este tema se da de forma muy similar en Tierras de la msmgria. que corresponde a evececienes de distintas époces de su infancia y juventud. Hallandess el narrador en la ciudad de Mendoza, después de un concierto, decide tomar un bane y este ls tres la reflexion sobrs su cuerpo. Otre vez lo mire ceme obJeto separado de su yo. Es una entidad autonems con la cual esteblece una relecion ds to y yo: "yo nunca tuve muche confianza con mi cuerpo; ni siquiera muche cenocimisnto de él“ (p. 31). El cuerpo y él estaban decepcienados y el narrador sisnte que este (el cuerpo) lo ha arrastrado a una eventura pobre. Les partes del cuerpo tambien se autonomizan: “antes que les manes lsvantaran la tape de la canesta. di vuelta la cabeza" (p. 31). E] caballo perdlgg. es un ejemplo evidente de la disociecion que hace el narrador de su propie persona. Este relate puede divieirse an 005 partes. psrfectamente diferenCiadas. La primera corresponds a la evocaCion a mono .“flv V» r a. 9'2 r"l re rE 140 proustieno de Celina. su maestre de piano y anecdotes de la infancia. La segunda parts as inicia ebruptemente con un cambie de tone y una interrupcion del hilo argumental, por el edvenimiento de un “socio”, que es en definitive la escicion de su yo. A partir de este memento, todo el relate estara cempuesto per les elucubracienes que hace sl narrador sobrs sl proceso de la escritura y la presencia del otre: el otro seria un amigo. Tel vez no fuera un amigo: bisn pedia ser un socio” (II: p.25). Este socio le impide volver a los recuerdos y de esta manera se ha cortade el proceso creador. El narrador quiere volver a la evocacion de Celina, pero poniendose los ejos del nine que era en ese entonces. Ver con los ojes del nine significa verse e si misme y este implice uns suerte de narcisismo. El narcisismo puede derse no solo a la imagen de lo que uno es. sine de lo que fue e de lo que quisiera ser. Para Lecan el ye ideal constituye una formacion esencialmente narcisista, que tiene su erigsn en la fase del espeje y que pertenece al orden de lo imaginarie. De ahi que el narrador no quiere renunciar a este ideal narcisista representade por los ojos del nine que fue. El "socio" esta decidide e no centinuar escribiendo. a prescindir de los recuerdos del pasado. El narrador se niege a compartir los recuerdos con él. Esta expresion de rebeldia interrumpe la escritura. el hecho de que los recuerdos se conVierten en alge escrito. La relecion entre el narrador y el "socio“ se ha disuelto. Posteriormente se 141 trabe una psrsecucion encarnizada del narrador per parte del “socio". hasta que esta dialectica cesa por el descubrimiento que hace el primero de que “mi socio era el mundo“ (p. 37). Con este descubrimiento hay una reconciliacion. une superacion ds la relecion imaginarie donds existia un to y un yo. Llegade al reconocimiento que ese socio es sl mundo. sl narrador traSCiende la fess del espejo. es decir la fragmentacion es su yo y en consecuenCia la dicetomia queda anulaoa. En otras palebras, el dividide se ha vuelto individuo. A través de este capitule. hemes viste la forme en que el autor eres un universe pobledo de crieturas insolitas. envusltas en un misterio que dsspierta un compulsive y lujurioso desso ds violar les secretes. Les personajes que alternan en este mundo se mueven dentro de un encuedre ds tipo cubista: son presentados per sus partes. que cobran vida autonems y tienen extrefiss relacienes con los objetos, a les cuales infunden vida para celebrsr ”fiestas de recuerdos". Algunos de eses seres hen retrocedido a la infancia al “pensrse les ojos del nine” 0 entablan un desusede dialogo con su cuerpo. llegando a la creacion de un doble, que Simbolicamente representera al mundo. Les ejsmplos tratados y muchos otres que abundan en el discurso felisberteane son prusba de la creacion de un universe fragmentedo. disec1ade, come si fuera captado a través de la vision ingenue de un nine y es la angustie del adulte que la Siente perdide. NOTAS 1 Dado el proceso de transformaCion que realize el autor en sus personaJes, utilizamos este termino,ya comUn en la critics. Remitimos al lector al estudie de Jose Pedro Diaz, ”Una concisncie que es rthsa a la eXistencia” y Felisberto Hernandez ante_laggritica_agtual ds Alain Sicard. 2 Felisberto Hernandez. ”Mi primer concierto”. Tome II (Montevideo: Area. 1976) p. 197. 3 Nos referimos el anciano de “El balcon”: les longevas oe Per los tiempos de Clemente Colling. sl senor del cuento. el politico de “Nadie sncendia les lamperas y el ciego de ”El cocodrilo”. 4 Jose Pedro Diaz. "Una concisncie que se rthsa a la existencie“ (Montevideo: Arcs, 1976) p. 105 5 Del latin res. cosa. Término aplicado en el sentido de volver cesa. Utilizade en la critics sociologica. La utilizecion del términe puede encontrarse en el citado estudie de Alain Sicard. 6 Término latino aplicado a la particular presentecion de les partes dssmembradas. Utilizado per Alain Sicard. 7 Jose Pedro Diaz. citande a Hegel en “Una conCianie que se rthsa a la existenc1a“. 8 Norah Giraldi de Dei Cas. “Sobre 'Le Enveneneds de Felisberto Hernandez" (Montevideo: Monte Sexto) I, 1969 142 143 9 Otto Rank. El_gebls (Busnos Aires: Orion, 1976) p. 85 10 Hemes explicade en la cite correspondiente al capitule II. el alcance y limitecion que adjudicamos al términe equizofrenico. 11 Sigmund Freud. El ye y el ello. Obres Completes, Tome I.(Medrid: Biblioteca Nueve, 1948) p. 1218. CAPITULO V EL PROCESO CREADOR En este capitule intentamos analizar los resortes que motivaron la produccion felisberteana, procursndo destacar un proceso evocador que tome los recuerdos come materia viva y un proceso creador que reflexiona sobrs si misme y la creacion. Esta preocupacion y bUsqueda del mecenisme creative, responden a la influencie de Carlos Vaz Fereira, filosofe y amigo personal de Felisberto. Hemes destecedo anteriormsnte la falta de conexion entre la literatura del autor y la realidad historica y social en la que esta inmerse. Hay empero, un laze, su concisncie filosofica, que de algune manera lo determine a ese entorno. Esa atraccion por los problemas filosoficos ss origins en un aprendizaje inte- lectual que estuvo muche mas cerca de la filosofia que de la literatura y se debs a la vinculacion que tuvo con Vaz Ferreira en su temprene juventud, su cencurrsncia asidua a les veladas en la casa del filosofe y al reconocimiento que este hizo de su obra. Vaz Ferreira ha side censiderado ceme el ”socrates de la filosofia uruguaya y se le valoro ceme modelo desce- lonizado de pensamiento hasta el derrumbe ds la'Suiza de América’ en el tiempo lstinoamericane."1 Guirsl se rsfiere a la autonomia del pensamiento del filosofe. que es des- prende de les modelos europees, para crear une nusva manera 144 145 de pensar, directs sobre la realidad, con prescindsncie del antecedents historico. Vaz Ferreira prepons un nuevo métedo de filesefar que replantes todos los problemas. Este métode de filosofia "viva“, se bests e si misme, parte de la complejidad de lo reel y encuentre la cleve del pensamiento en el proceso de pensar. Es decir, se trate de enfrenterse al cenocimisnto que parte de lo incegnoscible y la complejidad del munde real para llegar a la idea de proceso. La filosofia de Vaz es un intento de acceder a la realidad cempleje de: un mode directo sin (sistema ni esquemas previos: "El verdadero pensamiento, el lsgitime... consists en pensar, directemente, de nuevo y siempre la realidad".2 Su objetivo es crear una nueva filosofia que replantes todos los problemas "ad eve", porque "lo mas peligroso para la independencia del pensamiento humane. no es precisemente que haya soluciones hechas. sine ya, que haya problemas hechos" (p. 97.). Este rsplantear la realidad, emitiendo sl pensamiento anterior es uno de les rasgos mas originales de Vaz Ferreira que le permits independizarse del pensamiento eurepee. A preposite de elle. Felisberto escribio "Algo sobre la realidad en Vaz Ferreira": El humanisme de Vaz Ferreira lo sncentrames después de todo lo que se sabs. no como una formula mas de la realidad. pero si como una cemprension del inaprehsnsible hecho real en su complsjidad. Estames ten acostumbrados a estudiar la realidad a través de formulas que se esfusrzen en refsrirse a elle y que son intermediaries entre nuestro pensamiento y lo real, que 146 facilmente terminamos por creer que elles sen la realidad... Vaz Ferreira nos da, inmediatemente sl sentimiente ds lo real en la vida y en sl error de cenceptuarle. Es dificil tensr un cenocimisnto emplio para ver todos los aspectos posibles de la realidad, tantos come para que algunes de ellos hagen frecasar la formula facil, absolute, comodamente gensralizadora... Ye sabemos que cuanto mas se conoce. tede se vuelve mas complejo. Vaz Ferreira, sintiendo continuamsnts que la vida excede al pensamiento y a la rezon. no obstante nos oblige a utilizar honradaments el pensamiento y la rezon hasta donds ellos pueden.3 Para Vaz Ferreira, el proceso de pensar es la cleve del pensamiento. Esa actitud impene un caracter asiste- matico y fragmentedo a su filesefar que él denomina ”psiquee" Dice en su prologo a Fermentario: Tambien: ahi iris, expresado en lo posible. el psiquee antes ds la cris- talizecion: mas amerfo. pero mas plas- tico y vivo y fermentsl. Otre vez hay que repetir: "no sn lugar, sine ade- mas". El pensamiento el cristalizer, puede ganar (claridad, justeze, cum- plimiente, aplicacion... ) y puede psrdsr (espontaneidad, sincerided, vida e interés. fecundidad... ); y muches veces, al misme tiempo gene y pierds. Concluir que seria siempre preferible el fermento el producto elaborado, fuera exegerer y felsear. Psro en verdad lo preferible seria que el pUblico conocisre a veces el pen- samiento en los dos estades (y hasta en varios estedos "antes de la letra", edemas del definitive.) (pp. 6-7) El "psiquee" es puss el pensamiento antes de la cristalizacion, anterior s toda formula logica y fermentel y deSigna el poder generador que estimule la respueste viva 147 y espontanse. Estes censiderscienes llevan a sstablecer el vinculo entre las ideas del filosofe y lo que Felisberto asevera sobrs ese misme aspecto. En el camino literario, nuestro autor ha prescindido de su contexto, "reinventando" la literatura con exclusion de ”ismos”. géneros o tendencies. Asi lo dice en “El corazen verde", relate asimilable por su tematica a la triads evocadora ya referida: ”Todos estes recuerdos vivien en algUn lugar de mi persona como en un pueblito perdide: él se bastsba e si misme y no tenia comunicacion con el reste del mundo” (p. 116). En su notorie preferencia por los temas que atienden a los procesos del yo, Felisberto encuentra en el métedo de filesefar de Vaz Ferreira. una bass sobre la cual construir una literature egocentrica. autorreflexive, vuelte sobrs si misme y sobrs su acto creative. Todas sus narracionss. aUn les de halo "fantastico“ de la Ultima época, reflejan ese preocupacion, ese bUsqueda del yo a través de la enajenacion de les lagrimas ds “El cocodrilo", e de le metafore ds un discurso inundado en “La casa inundada" o la frustrants lecture de un escritor frents a una tertulia que "no enciende les lamperas".‘ En estes ejemplos sncentrames reiterademente un narrador-pianista o escritor que cennotan al autor, en procure de la esociacion consigo misme y con el mundo. La frustrscion que se desprende ds estes tres modelos. ya tratados en capitules antsriores, se preyecte en la autonomia de los oJes come en “El cocodrilo"; en un 148 discurso que inunda el texto pero que se queda en el proceso ("La casa inundada"); y en la angustie del escritor que explicite en forma metaforica la indiferencia de sus oysntes en “Nadie sncendia las lamperas”. Felisberto busca un espacie prepie, hurgendo en les ”tierras de la memoria” per una idsntided perdide, y esta actitud es la influencie mas notorie de Vaz Ferreira. Parts de lo no conocide para arribar e la idea del proceso. del camino, mas que del fin en si misme. Le realidad es pensada y replantsade, tratendo ds evitar esquemas antsriores. En el capitule anterior nos referimos al referents "misterio", tan comUn en la obra felisberteane. Explicamos les rezenes que prevecen en el narrador la compulsion de develarlo y a su vez. conocide el secrete, se pierds el encanto de les cosas y los seres. Esta bUsqueda metafe- rizada por el sintagma "escribir lo que no se sabs", tiene estreche conexion con la filosofia de Vaz Ferreira. En Logica viva. el filosofe describe al cenocimisnto humane como el mar. Su superficie se puede vsr y descubrir. pero el profundizar. tede se terns mas oscure, hasta psrdsr totalmente la vision. Si un artiste procure reproducir las capes mas prefundes, tendriamos un sofisma, es decir un artificie. Este mar oscure en su prefundided. represents el misterio, aquélle que no se sabs. lo otre. Al escribir sobre el, es mostrar el aspecto mas oscure de la realidad. 149 "Manes equivecedas", una temprene publicacion de Felisberto, encierra en forma de cartas. les ideas de Vaz Ferreira que hemes transcripte: Pensaba hace muche que si nuestro apreciado pensamiento sohaba con planteer concretamsnte el orden y la ponderacion de todo lo que hay en el espiritu, es posible que antes de morir su dusho, les fuerzas espontaneas ds la Neturalsza le despertaran ds semejente pesadilla, y ss encontrara con que a veces la realidad es oscure y confuse en si. y que cuando los escritores y psicologos creen habsrla aclarado se refieren e otra cesa; ellos convierten la realidad oscure en realidad Clara, y entonces ese no es la realidad con su real color, calided y condicion; ese que ellos plantsen es una realidad de sus cabezes y no tiene nada que ver con los hechos que espontaneamente ocurren en el espiritu.5 Para Vaz Ferreira. la realidad es mas compleja de lo que parecs y esta idea coincide con la "realidad oscure" a la que hace mencion Felisberto. Lo exterior del sujete corresponderie a la superficie del mar y la zena mas profunda el subconsciente. "lo que no se sebe". Este mode de ver y aprehender la realidad concuerda con la actitud de perplejidad y asombro propie de la vision del nifio. de una mirada desprejuiciada pero que vielenta y transgrsds ese realidad para captar el misterio que ls provocara toda una "orgia y lujuria de ver". (Per los tiempos de Clemente Colling pp. 28-43) La idea ds proceso aparece en Felisberto parti- cularmente en la segunda etapa creadore, la etapa 150 memorialista de Per los tiempos de Clements Collins; El caballo perdide y Tierras de la memorig donds apreciemes la mercada introspeccion de su discurso, la stencion a los procesos mentales y la reflexion sobre el acto de la escritura. Le anecdote pass a segundo lugar, es simplemente una excuse de la que se vale para crear una ficcion y hacer una afirmacion acerca ds la creacion. El proceso creador es para Felisberto come sl necimiento de una plants. En "Explicacion false de mis cuentos” (considerado su poética, come senalemos en el capitule anterior), esteblece ese parelslo: "En un memento dado piense que en un rincon ds mi nacera una plants" (III: p. 67). Confiesa no saber come hacerle germinar, es decir de que manera debs continuar el proceso de elaboracion para que esa plants as transforms en poesie. Le principal condicion es que sea elle misma. la plants que esta destinada a ser, la creacion personal y Unica, no im- pertendo su bellezs e intensidad. solo su autenticidad. Tendra una poesie natural, que desconecera. al desconocer le intervencion de la concisncie. Se trate ds no deterio- rar, mediante ese intervencion, el crecimiento de la plants y por ends de la elaboracion literarie. En resumen el escritor debs dar libertad a su pensamiento, aUn sabiendo que hay un control, lo importante es que la plants (la obra), "descenecsra sus leyes" (p. 67). No podemos dsjar de reconocer les ideas del filosofe Ti 151 en esta poética "explicecion". La idea de "psiquee". sl pensamiento anterior a toda formula logica, coincide con la libertad y espontaneidad que proclsma Felisberto pare su creacion. Otre idea que emparenta la produccion de Vaz Ferreira y Felisberto es la dicetomia materia-espiritu, o mas preci- semente, la oposicion entre pensamiento y realidad. Bajo este denominacion entendemos la oposicion entre le mental y lo fisico, el pensamiento y la realidad, el mundo fisico y el mundo espiritual, sujete y objeto. Hay une similar preocupacion per les relecienes entre los dos planes y como rssultade. una mayor preocupacion por el lenguaje ceme instrumento del pensamiento y le creacion. A lo largo ds la obra de Felisberto y de los ejemplos tratados -aUn cuando de estos se destaceran otres aspectos -hemes viste les oposicienes descriptas: un narrador que se mueve sntrs objetos y seres; una realidad que comparts y alterna el erotismo y sensualidad con los pensamientos y elucubra- cienes en el plane del espiritu En el capitule Iv. tratames de les diversas fermes que el Ye se alters. disloca. disecia. Esa obsesiva reiteracion del tema musstra la importancia del ye en el discurso felisberteane. A este ss uns sl proceso intresopectivo y la presencia cesi constante de un narrador en primera persona. Esa indegecion constituye la cleve y sl tema de su Iltsratura y su interés es una clara influencie de Vaz Ferrsire. 152 En 1929, publice Libro sin tapas que dedica al filosofe: Este libre es sin tapas porque es abierto y libre: se puede escribir antes y después de él. (I: p. 209) Este dedicstoria y sl formato (es un folleto sin encuadernar), coincide con lo que Vaz Ferreira prepons en su prologo a Eermemt_rlg: un tipo de ”publicacion" que rescate el psiquee "mas amerfo. pero mas plastico y vivo y fermental" (00.6-7). En "Juan Mendez". una de sus publicaciones tempranas, aparecsn algunes de los rasgos mas origineles de la lite- ratura de Felisberto, entre otres, la escritura ceme proce- so, come un trenscurrir y discurrir del pensamiento. Se trate de una elucubracion sobre la sctividad creadore, las ideas, el movimisnte. les errorss y los hallazgos. Todo el relate gira alrededer de la problematica de la escritura. El narrador se dispone a escribir un libre y medita sobrs la conveniencia de determinado titulo. les razenes que lo llevaron a hacerle y el motive sobre el cual se vs a expresar. El titulo. "Juan Mendez”, corresponde al nombre del nerredor-personsje. Siente que debs escribir per una necesidad compulsive de hacerle. En la medida que aneliza su proceso el texto se va creando y dssplegando. De una continua observacien de sus procesos interiores. resulte el desdoblamiento de su yo en otre personaje, que lo espolea a escribir. El sujete pass a ser objete de exploracion: 153 Entencss decidi observarme: no me perdia de vista ni un memento... mi desso, a medida que peso el tiempo. insistio con tents realidad y tanta violencia, ceme si hubiera necide edentro de mi un personaje con una absurde y fatal existencie. (p. 155) Aparece equi la concisncie que tiene el narrador ds su proceso introspective bifurcado. la necesidad de escribir sobrs alge prescindiendo del enfoque: "porque empecé a mediter sobrs sl viento y tenia dos proyectes: uno. escribir lo que pensabe sobrs la impresion del viento en un tratado ds psicologia. y sl otre escribir sobre el viento en forma de cuente" (p. 159). En Ultime instancis, el proceso scabs per impenerse, aunque se cuestione la finelided de su literatura, el camine es lo trascsndente. En fecha coincidente con sus narraciones largas de la etapa memorialista, Felisberto escribe un relate de carac- ter filosofice y reflexive en el que intenta explicar el proceso de su pensamiento y le necesidad de desdoblarse para poder psrcibir desds afuera los mecenismos de su yo. Lss dos versiones del relate "Tal vez un movimisnte”. aclaran aUn mas esta idea de proceso que venimos desa- rrollendo. La anecdote trate del diario escrito por un loco en cuyo encierre encuentre el tiempo y la cleve ds la genesis de su literatura. Empieza per tensr une idea y per elle le recluyen. Psro esa idea es su vida y necesite sentirla siempre. No es fija, implice un movimisnte y ese IIIC 154 movimisnte es el que comperta el proceso, mas importante en su discurrir que la propie idea. El narrador no se prepons otre cesa que perseguir ese idea, ese movimisnte y desde el memento que cree etreparla. ya no existe: ”Psro esto no es mi idea. Tel vez lo fuera mientras lo estaba pensando. Ahora ya peso” (p. 186). en ese "Novels metefisica”, come la subtitula, el sujete debs expresar cosas que se realizen en su propio pensamiento y come consecuencia de ello. el yo se desdobla para aprehender mejor ese realidad. En toda su narrative la fragmentaciOn del mundo y la familiar relecion con los obJetes, sxplican su preposite de buscar otre cesa, aquello que no sabs. el movimisnte inasible que se le escape, pero que es sl estimule para crear y reflexienar sobre el "mientras" de su creacion: ”Per see me interesa tento por el mientras de les ideas, y el mientras de muches cosas después" (p. 189). El proceso, come constante tematica en su literatura. se manifieste literal o metaforicamsnte a través de la rememeracion, el sueho. la creacion per la escriture, la locura. etc. Estes temas ls permiten una eproximacion a los estados interiores conscientes o inconscientes y se traduce en la aplicacion sistematica de algunes rasgos de estilo tales come la narracion en primera persona y la calidad autobiografice de sus relates que facilitan el habito introspective; el estilo fragmentario y la deserganizacion de la realidad asi ceme la preferencia ds tiempos verbalss de aspecto duretivo. 155 Dado el énfasis que la filosofia de Vaz Ferreira oterga al proceso, debs stender a los problemas del lenguaje come herramientas de su pensamiento. Eses releciones entre pensamiento y lengueje lo llevan a decir: Quizas se esta efectuando (y no la sentimes, porque estames en ella) la revolucion o evolucion mas grande en la historia intelectusl humane; mas trascsndentel que cualquier transfor- macion cientifica e ertistice. poque se trate de alge aUn mas nuevo y mas general que tede ese: del cambio en el mode de pensar de la humanided, per independizarse esta de les palebras. Se habrie confundido muche el lenguaje con el pensamiento: se habrian aplicade a este. propiedades y releciones de aquel. (Logica viva, p. 17) Posteriormente en ”Algo sobre la realidad en Vaz Ferreira", Felisberto trate este aspecto del pensamiento: Ya que la vida se modifies, crece e se crea con el pensamiento y que el pensamiento forma parte tan importante en elle, no sole tenemos que hacer respensable el pensamiento en su relecion con la realidad humane, sine tambien tenemos que hacer respensable a la palebra en sus releciones con el pensamiento. (p. 68) Este idea de independencia entre el pensamiento y el lenguaje se verifies en la escritura de Felisberto. Asi lo sehela José Pedro Diaz: "sl lengueje vs evidentemente demerado tres sus pensamientos".6 En un peseje de El gs llongergigo. cuye trama vimos en el capitule IV. al -A—wc— L- evocar la figure de su abuela, aparece la discerdancia entre les palebras y los pensamientos de la misma: 156 Otras veces ella intervenis espontaneamente movida per pensamientos que yo nunca pedia prever pero que reconocia come suyos apenas los decia. Algunos de esos pensamientos eran abstruses y para comunicarlos elegie palebras ridicules -sobretedo si se trataba de mUsica-... Sin embargo es posible que elle psnsara cosas distintas y que a pesar del esfusrze per decirme alge nuevo, eses pensamientos vinieran a sintetizarss, al final en las mismas palebras... Algunas veces parecia que elle se daba cuente. después de heber dicho una misme cosa. que no solo no decia lo que queria sine que repetia siempre lo mismo. (p. 16). Les releciones entre lenguajs y realidad son asunto de su literatura. Intenta sliminar la arbitrariedad ds la palebra en relecion con la realidad: La cara redonda y buena, venie muy bien para la palebra ”abuela"; fue elle la que me hizo pensar en la redondez de esa palebra. (Si algUn amigo tenia una abuela de care flaca. el nombre de ”abuela" no le venie bien y tel vez no fuera tan buena como la mia) (El caballo perdide. p. 15). En este fragmente, analize un recurso propio de la poesie. la coincidencia en la palebra del contenido semantico con sl elemento sonoro. ”La cesa inundada”, une ds sus Ultimas pUblicaciones, nos presents a la sshora Margarita. insolite crietura, habitante es una case inundada real y metaforicamsnte. ya que la escritura y su proceso aparecsn impregnando el texto. El narrador utilize nusvaments el recurso men- cionedo. aplicandolo a su nombre: “El nombre de elle es CI 157 ceme su cuerpo; les dos primeres silabas se parecsn a tede ese carge de gordura y las dos Ultimas a su cabeza y sus facciones pequsnas“ (p. 65). Su division en el nombre refleje el desdoblamiento que hace el narrador de ssa figure extraha que cenjuga atributos epusstes y en todo el relate ese disociecion simbolice de su nombre aparece, a través de la doble vision que tiene de elle. pasado y presente. atraccion y rechazo. materia y espiritu. Felisberto Hernandez descubre en el lenguaje la peeibilided de concilier pensamiento y realidad, asi ceme sl caracter lUdico de estos fragmentos. Esta caracteristi- ca emerge a través de sus elucubracienes filosofices y como mecenisme de defense -- la mayor parte de les veces -- contra la angustie que le provoca su condicion de artiste incemprsndide. aspecto reiterado a lo largo de su obra. Este juege con el lenguaje es caracteristice de la literatura moderna y lo integre a les vanguardias de Hispanoemérice. Haste ahora hemes tratado de demostrar ds que manera el metedo filosofice de Vaz Ferreira se hace lstre en nuestro autor. Este hecho no va en detrimento de nuestre tesis, vale decir la singularided con que lo hemes categorizado. ya que el proceso de elaboracion es abserbido y recreado en un discurso propio que lo indiVidualiza de otres creadores ssguidores de escuelas o tendencies. rJeufiwfig que EHIJ1 manerri