.xl v .or. t ¢ 5:35. é? a a E: 1 . . h 3 IlllllllllllllllllltlllllllllIllllllllillllllllllllllll (7'0:- 3 1293 01812 [I This is to certify that the dissertation entitled LA LENGUAJE BIBLICO COMO DISCURSO SUBVERSIVO EN LA POESIA ESPANOLA DE POSTGUERRA presented by M6nica Jato has been accepted towards fulfillment of the requirements for Ph . D . degree in Spanish Language and Literature /%44 flmw Major professor Date 46/121753 MSU is an Affirmative Action/Equal Opportunity Institution 0-12771 —.—-——.—__r_ m.— LIBRARY Michigan State University PLACE IN RETURN Box to remove this checkout from your record. TO AVOID FINES return on or before date due. MAY BE RECALLED with earlier due date if requested. DATE DUE DATE DUE DATE DUE 1/93 WIMpas-p.“ EL LENGUAJE BiBLICO COMO DISCURSO SUBVERSIVO EN LA POEsiA ESPANOLA DE POSTGUERRA By MONICA JATO A DISSERTATION Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance and Classical Languages 1999 ABSTRACT EL LENGUAJE Bianca couo DISCURSO suavznsztvo an LA pozsn nspafiom on: POSTGUERRA BY’ Mon: ca arm This dissertation studies the use of biblical language in the Spanish poetry of the 19405 and 19505 as a bridge to link the territorial and inner exiles in the wake of the Spanish Civil War. Applying Paul Ilie’s theory of the reversibility of exiles to the biblical myths and symbols found in the poetry of this period, we see that the biblical language evoked by the writers studied can help us to understand and to reconcile the traditional View of the "two irreconcilable Spains." In fact, this discourse can be seen as a strategy of reintegration that enables them to express the two sides of the same spiritual exile while subverting hegemonic Franquist ideology. Chapter 1 examines the contrast between the suffocating aesthetic formalism found in the poetry of the Falangist "official" writers and the role played by the emerging contestatory voices who turn to the Bible in their search for a new poetic language. The latter poets undertake the rewriting of some of the most preeminent myths from the Old and New Testament such as the Paradise Lost, Adam and Eve, the rebellious Job, Cain and Abel, as well as certain religious symbols: light, wind, blood, water. These elements constitute what we have called "biblical language," a valuable device to subvert the ideology enforced by Franco's dictatorship and to renew the impoverished poetic language. In the second chapter of the dissertation I analyze the works by Miguel de Unamuno and Antonio Machado as predecessors in the use of this biblical language to unveil the national crisis of Spain. The main works studied in chapters 3, 4, 5, include: Leon Felipe’s Qanaras la Luz (1943), Carmen Conde’s Mujer sin Eden (1947), Maria Beneyto’s Eva en el tiempg (1952), Angelina's Gatell Pgema del sgldado (1955) and selected poems by Angela Figuera. All these writers coincide in the reconstruction of their lost identities through the use of this language. Leén Felipe, in territorial exile, becomes the prophet whose mission is to denounce the moral sickness afflicting his people. He has seen the redemptive death of Spain and its resurrection in a new utopian and timeless entity called "Hispanidad,9 his new homeland. From their inner exile, Conde, Beneyto, Gatell and Figuera, rewrite the myth of Eve and project in their poetry the image of a rebellious maternity against the irrationality of wars. The reconfiguration of their own identities becomes a crucial issue for these women poets since the reconstruction of a new Spain will only take place when all its segments on the margins are embraced in a renewed homeland. Copyright by MONICA JATO 1999 AGRADECIMIENTOS Quisiera expresar mi mas sincera gratitud al Profesor José Colmeiro, por su entusiasta dedicacién, .paciencia y diligente direccic’m. A la Profesora Patricia Greene, por su interés y por compartir conmigo sus sugerencias en la elaboracién de este proyecto. A 105 Profesores George Mansour y Joseph T. Snow, por todos estos afios de incondicional apoyo y, sobre todo, por contagiarme su pasién por la literatura. iNDICE INTRODUCCION ................................................ 1 CAPiTULO 1 CONTEXTO HISTORICO Y MARCO TEORICO .......................... 7 1.1. Aspectos preliminares ............................. 7 1.2. Garcilasismo vs Rehumanizacién..... ............... 11 1.3. El lenguaje biblico .............................. 16 CAPiTULO 2 ANTECEDENTES DEL LENGUAJE BIBLICO: EL LEGADO DE MIGUEL DE UNAMUNO Y ANTONIO MACHADO EN LA POSTGUERRA ................. 27 2.1. 'Poesia, cosa cordial'; la preocupacién por lo humano ......................................... 27 2.2. Los salmos y Rosario de sonetgs lirigos: el agonismo existencial de Unamuno .................... 30 2.3. La tregua espiritual de El gristg de yelézguez .......................................... 47 2.4. El tema cainita .................................. 67 CAPiTULO 3 LA VISION PROFETICA DE LEON FELIPE: DEL EXODO A LA TIERRA PROMETIDA ...................................... 82 3.1. Principios poetOlOgicos .......................... 82 3.2. En busca del "Hombre Heroico" .................... 94 3.3. El nacimiento de la vocacién profética .......... 104 3.4. El paradigma profético Exilio-Restauracién ...... 107 3.4.1. Exilio ................................... 110 3.4.2. Redencién ................................ 139 3.4.3. Restauracién ...................... . ....... 152 CAPiTULO 4 LA REVERSIBILIDAD DEL LENGUAJE BiBLICO Y LA RESINTEGRACION DE LOS EXILIOS ............................. 161 4.1. La ruptura de la entidad tierra—cancién ......... 161 4.2. La reversibilidad del lenguaje biblico y el restablecimiento de la entidad tierra-cancién ....................................... 167 CAPiTULO 5 , UNA REESCRITURA DE Los MITOS BIBLICOS DESDE LA HERMENEUTICA DE LA SOSPECHA: LA POESIA DE CARMEN CONDE, MARIA BENEYTO, ANGELA FIGUERA Y ANGELINA GATELL ........... 182 5.1. Consideraciones generales ....................... 182 5.2. El despertar de la vocacién profética ........... 185 5.3. La experiencia poética del destierro espiritual ........................................... 201 5.4. La reescritura de los mitos biblicos: hacia la consolidacién de una autoconciencia femenina ............................................. 211 5.4.1. La deconstruccién del paradigma profético Exilio—Restauracién ................... 215 vi 5.4.1.1. Exilio ............................ 217 5.4.1.2. Redencién ......................... 257 5.4.1.3. Restauracién ...................... 260 CONCLUSIONES ......................................... 2 6 9 BIBLIOGRAFTA ......................................... 273 vfi INTRODUCCION La atenciOn prestada a la poesia espafiola de postguerra en los ultimos afios ha resultado en una amplia variedad de trabajos que vienen a cubrir el vacio critico del que adolecia este periodo. Con todo, quedan aun ciertos aspectos por tratar que han de esclarecer algunas de las aparentes contradicciones de dicha época. Uno de estos aspectos es el uso recurrente de un lenguaje que se nutre de ciertos mitos y simbolos de raigambre biblica, y que constituye el Objeto de estudio de esta tesis. El lenguaje biblico de la postguerra se presenta asi como un elemento de renovacién poética frente al agotamiento formal de la tendencia neogarcilasista, aspecto desarrollado en el capitulo primero. A diferencia de la postura evasiva que exhibian los epigonos de Garcilaso, esta poesia marcada por el lenguaje biblico se vuelve hacia lo humano, en su preocupacién por encarar las secuelas que la reciente guerra civil habia dejado en la sociedad espafiola. El fratricidio, el exilio y el silencio de la censura marcaran su discurso poético, que encuentra en la reescritura de estos mitos y simbolos la estrategia O mecanismo de subversién mas apropiado respecto a1 programa ideOlOgico franquista, sustentado en otra infraestructura mitica muy diferente, la que se remonta al esplendor imperial de los Reyes CatOlicos. Conviene matizar, sin embargo, que, en este estudio, el término "postguerra" hace referencia estrictamente a una realidad temporal, y no espacial. Esta aclaracién tan Obvia tiene su razén de ser, dado que el término parece haber arrastrado en la tradiciOn critica ciertas connotaciones geograficas al circunscribirse al ambito de la peninsula y excluir a los escritores del exilio. Segun el Dicgionario de la Real Academia Espafigla la postguerra es el "tiempo inmediato a la terminacién de una guerra y durante el cual subsisten las perturbaciones ocasionadas por la misma." A esas perturbaciones pertenece la experiencia del exilio, tanto en su variante territorial como interior,l en el que se inscribe el grupo de poetas seleccionados en este trabajo: Maria Beneyto, Carmen Conde, Leén Felipe, Angela Figuera y Angelina Gatell. Aunque el trance de la guerra y sus consecuencias acentuara el uso de este lenguaje, sus antecedentes se hallaban ya en Miguel de Unamuno y Antonio Machado. A don Miguel le deben los escritores y escritoras de la postguerra el nuevo tono poético: el grito. Sus salmos no son otra cosa ' Se sigue aqui la distincién que establece Paul Ilie en Literature_and_;nner_§xile entre exilio territorial e interior. Por "exilio territorial" entiende e1 desplazamiento geografico de un determinado contingente humano al verse Obligado a abandonar su pais de origen. El exiliado territorial es, segun Ilie, "that human being who is compelled to leave his country or to remain outside its borders for fear of persecution, but who nevertheless hopes to return when circumstances allow." (5) En lo que se refiere al exilio interior aplicado a la circunstancia histérica espafiola aclara que a resident population may live as much as in exile from the expelled segment as the latter does from the former. Indeed, an emigration seldom sweeps the nation clean Of disaffected inhabitants. In the Spanish exodus of 1939, many citizens who remained behind shared the marginality, alienation, and general sense of loss vis- é-vis their devastated homeland that were experienced by the territorially departed. (2) que su religién puesta en grito. Su singular agonismo presenta un concepto de la religién alejada de los dogmas y la liturgia, que renueva su espiritu en la lectura directa de la Biblia. Por otro lado, el lenguaje tremendista unamuniano, su lucha con la divinidad a brazo partido, la humanizacién de Dios, el profetismo y la preocupacién por el dolor humano desembocaran en el movimiento rehumanizador de la postguerra,2 del que beberan Carmen Conde, LeOn Felipe, Angela Figuera, pero también Damaso Alonso y Blas de Otero, entre otros nombres. NO Obstante, el gran legado de Unamuno en la poesia de postguerra, y en esto coincide con Antonio Machado, sera la preocupacién por el tema cainita. En el tratamiento poético del mito de Cain se halla la radiografia esPiritual del problema de Espafia que desembocara trég’icamente en el conflicto civil de 1936. Para Unamuno, la SUblimaciOn del mitO de Cain se halla en la imitacic’m del Hombre Nuevo por excelencia, Cristo, modelo que describe con t0‘10 lujo de detalles en El Cristo de yelazguez. Paralelamente, en Nueyas Cangignes anticipa Machado su idea de la "otredad" y la fraternidad universal de Cristo comO \ 2 f El término "rehumanizacién" expresa la tendencia que surgiO rundamentalmente a comienzos de los afios treinta comO eaCClOn a la consigna del arte por el arte propagada por José Ortega y Gasset en su ensayo La deshmanizagién del arte éi925) . Esta Obra hacia hincapié en la necesidad de separar arte de la Vida y recordaba el autor que "el poeta empieza Onde el hombre acaba" (371) . Sin embargo, esa distancia ira :goi‘tandose progresivamente en losmanifiestos artisticos y deg 61 poesia publicada en la inmediata preguerra, para acabar inCVanec1endose en la postguerra con la progre51va Dr C>1:‘porac1on de la problematica del ser humano como pozogupacic’m poética, proceso que culmina finalmente en la Sla soc1al de mitad de siglo. superacién de la envidia cainita, puesto que amar al prOj imo significa respetar su propia identidad; el "otro" no es un espejo en el que se refleja nuestro narcisismo. Todos estos aspectos conforman el contenido del capitulo segundo. El tercer capitulo arranca precisamente del paralelismo entre el profetismo de WW y el de m la Luz. Tanto Unamuno como Leén Felipe reproducen en sus obras el paradigma profético Exilio—Restauracién para articular su mensaje de perfeccionamiento y superacién del ser humano, que, en ultima instancia, le permita acceder a esa Nueva Jerusalén. En el caso de LeOn Felipe, el hallazgo de esta Tierra Prometida, que él denominara Hispanidad, tiene una significacién especial, puesto que viene a ocupar el lugar de la patria perdida tras el destierro. El capitulo cuarto introduce el concepto de Paul Ilie SObre la reversibilidad del exilio aplicado aqui al lenguaje biblico. El analisis comparado de un conjunto de mitos (Job, Cain, el Edén Perdido) y de simbolos (la sangre, la luz, las tinieblas) evidencia el mismo desarraigo existencial prOV<>cado por la ausencia de una de las dos Espafias. Bajo el poder reintegrador de este lenguaje, estamos contemplando una misma entidad que Vive la tragedia de su escisiOn y las consecuencias espirituales que ésta provoca. Como el exiliado territorial, los protagonistas de esta "interior expatriacic’>n"--en palabras de Carmen Conde~-, comparten esa perciida de la patria cuya reconstruccién llevaran a cabo a través de la redefiniciOn de su identidad individual y nacional. La reformulaciOn de la identidad adquiere una dimensiOn sin precedentes en la poesia femenina, tema del capitulo quinto. Dentro del marco del exilio interior, y a la luz del mencionado concepto de la reversibilidad, la reescritura de los mitos biblicos llevada a cabo en Mujer sin Edén, de Carmen Conde, ma en el tiempo de Maria Beneyto, Poema del soldadg de Angelina Gatell y numerosos poemas de Angela Figuera, expresa la necesidad de concebir la experiencia de la maternidad desde una perspectiva antibelicista que haga posible la reconfiguracic’m del concepto de PATRIA en el de MATRIA. El alzamiento de esa matria requiere a su vez la bfisqueda y hallazgo de su propia identidad, para lo cual la mujer tendra que desmarcarse de las estructuras patriarcales que han falsificado la representacién de su propia espiritualidad. En esta linea, Carmen Conde deconstruye el paradigma profético Exilio—Restauracion para desnudar la COndiciOn del exilio permanente en el que ha vivido la mujer. COHIO "perpetua desterrada, " a la mujer se le niega toda pOSibilidad de redencién y, por consiguiente, la oportunidad de :recuperar el Paraiso Perdido. Encerrada en la identificacic’m con la tierra, como asi lo demuestra la SiIlgular interpretacién que estas poetas hacen del mito de Eva, e1 sujeto femenino se halla atrapado en la prisic’m del TIEMPO CICLICO, en el que queda conceptualizada como una SeQuencia mas de este mito. Para salirse de ese circulo fatal, la mujer tendra que ir descubriendo progresivamente su propia espiritualidad en todos aquellos personajes femeninos biblicos silenciados en la historia y a los que la persona poética dara voz. Las conclusiones hacen hincapié en el proyecto de reconstruccién nacional que este lenguaje biblico trae consigo, al considerar que la reconciliacién de las Espafias sélo tendra lugar por .medio de la incorporaciOn de sus segmentos exiliados, tanto en lo que se refiere al exilio territorial como al interior. CAPITOL-O 1 con-rnx'ro msrértrco Y moo TEORICO 1 . 1 . Aspectos preliminares La escasez de trabajos sobre la poesia de postguerra ha venido subsanandose en los ultimos afios a través de diversas monografias, como las de Paulino Ayuso, José Luis Cano, Victor Garcia de la Concha, José Luis Garcia Martin, Manuel Mantero o Pilar Palomo, entre otras, que han cobrado ya caracter de estudios definitivos.l En ellos se han perfilado en especial las distintas tendencias y poéticas que con signo aparentemente contradictorio configuran el panorama de estos afios. La mayoria de los trabajos ha insistido en aspectos particulares de la produccién poética de este periodo, como la poesia social, politica, comprometida, 0 en los poetas de arraigo y desarraigo como expresién de una queja existencialista agudamente sentida en momentos de desolacién. Queda por tratar, sin embargo, un aspecto indispensable que resume las claves basicas de explicacién de las poéticas de estos afios: la poesia religiosa, que empezo a despertar el ' Son considerados estudios clasicos en este campo las respectivas monografias de Paulino Ayuso, La_pge§ia_en_el siglo XX; desde 1939, José Luis Cano, Pgesia espafigla contemporanea. Las generaciones de posguerra, Biruté Ciplijauskaité, E o a l ia m ' i m a pgesia_sggial), Victor Garcia de la Concha, La_pge§ia espafigla de 1235 a 1975, José Luis Garcia Martin, L n a generagién poética de posguerra, Manuel Mantero, Pgetas espafigles de pgsguerra y Pilar Palomo, La pgesia en el siglo XX (desde 19 2). . . . {Effig interés de algunos antOlogos a finales de los afios 60.2 Esta poesia, mucho mas alla de una simple tematica fortuita, se convierte en un modo de sentir poético, una verdadera "metapoética" que hace del poema una busqueda espiritual de distintos horizontes y expresiones. Uno de los aspectos mas llamativos es la recurrencia de un lenguaje biblico que no sOlo crea un universo poético especial en sus temas, motivos, tratamientos o simbolos, sino que abre vias de renovaciOn y consolidacién formal. Este "lenguaje biblico" va llegando progresivamente a la postguerra desde diferentes horizontes intertextuales; tal es el caso del agonismo de Unamuno, el versiculo de Whitman, el tono religioso dolorido de César Vallejo o la lectura machadiana del Eclesiastés, referencias indispensables para comprender la gestacién de un lenguaje que encuentra durante los afios 40 y 50 su mas ajustada formulacién. Desde estos presupuestos, proponemos un analisis del lenguaje biblico utilizado en la poesia de postguerra, comenzando por sus mas directos antecedentes, Antonio Machado y Miguel de Unamuno, para continuar cronolOgicamente en la década de los afios 40 con las obras de LeOn Felipe, Gaaaraa la Luz (1943) y Mujar sin Edén (1947) de Carmen Conde; y ya en la década de los 50, enfocaremos nuestra atencién en la obra de Maria Beneyto, Eva en el tiempo (1952) y el Poema del solaadg (1954) de Angelina Gatell, asi como en un nutrido 2 Nos referimos a las respectivas antologias de Leopoldo de Luis, Egaaia raligigaa, Antologia y Ernestina de Champourcin, Digs ea la pgasia aapafigla actual. ‘.fihflnll1ll’wfi . .r. Iii-flashy NJ conjunto de poemas de Angela Figuera, dado que en esta escritora e1 lenguaje biblico no se encuentra en una obra determinada, como es el caso de los otros poetas seleccionados. NO Obstante, también se mencionaran ocasionalmente en este ensayo los poemarios de Damaso Alonso, Hijos de la ira (1944), los de Blas de Otero Angal fieramente humano (1950) y Redobla de conciencia (1951), asi como los de Emilio Prados Qardin cerrado (1946) y Rio natural (1953), puesto que el uso de este lenguaje no se limita al grupo de obras y poetas citados mas arriba, sino que traspasa tanto el concepto generacional como el de tendencia estética o ismo para encauzarse en la urgente renovacién que la postguerra reclamaba ya frente al imperio del neogarcilasismo reinante en los afios 40. De hecho, aunque este estudio se restrinja a la mencionada nOmina de autores, hemos de considerar la utilizaciOn de este lenguaje como una tendencia plural que se inscribe, de manera mas notoria, en el camino de rehumanizacién iniciado ya en la poesia de la inmediata preguerra, y que dara sus frutos en la postguerra,-3 lo que no impide que sea a su vez un canal de expresién apto para el simbolismo surrealista, y quien mas acusaria dicha tendencia seria José Eduardo Cirlot;4 o, incluso, situados en el extremo 3Para seguir el proceso de rehumanizacién de la preguerra vease el estudio de Cano Ballesta, La oe ’ n n re pureza y rayolacién (1930-1936). 4 La vinculacién de Juan-Eduardo Cirlot al surrealismo ha de formularse siempre con ciertas reservas pues, como advierte Clara Janés en su introducciOn a la Qbra_pga;iga de Cirlot: contrario, este lenguaje se convierte en un vehiculo de satira social en manos de José Agustin Goytisolo en sus lm i n .5 Para otros poetas, en cambio, como es el caso de Blas de Otero, constituye el paso previo a la poesia social. No deja de ser util también este lenguaje para la poética culturalista, que encuentra en Aminadab de Alfonso Canales un precedente de lo que sera la poesia de los Novisimos en los afios 70.6 No Obstante, a pesar de la disparidad existente en las poéticas mencionadas, a pesar de su diferente talante estético e intencionalidad, existe un elemento comun que las auna: la necesidad de acudir a la Biblia para poner en marcha otra vez el pulso poético, tan maltrecho tras la traumatica experiencia de la guerra. En esta tesis nos ocuparemos, sin embargo, de estudiar principalmente el uso del lenguaje biblico como punto de La incorporacién de Cirlot a Dau a1 Set, uno de los primeros intentos de posguerra por rescatar e1 arte del estado regresivo en que se hallaba, es algo natural. Cirlot encuentra en el grupo terreno propicio para desarrollar todo su potencial creativo, ya que Dau al Set se mueve entre las mismas coordenadas que su espiritu: es seguidor del surrealismo estético, pero no del ideolégico. (14) 5En $almaa_al_yiaaag se percibe ademas de la satira religiosa, una satira de los valores sagrados que la incipiente burguesia habia ido adquiriendo en las primeras décadas de las postguerra. 6Francisco Ruiz Soriano comenta este aspecto de la poesia de Alfonso Canales: se asienta sobre la busqueda de la belleza poética y el culturalismo: desde el conocimiento de la tradiciOn clasica hasta la poesia de Cummings y la 'Beat Generation.’ Bagaje culturalista que también vamos a encontrar de nuevo en los poetas de la generacién del setenta o novisimos (Pere Gimferrer, Luis Antonio de Villena, Leopoldo Maria Panero, etc). (100) 10 encuentro de los exilios espafioles, lo que justifica nuestra seleccién de autores y obras. Tanto desde el exilio territorial como desde el interior, la necesidad de reconstruir esa patria tragicamente escindida tras la guerra civil se convierte en un objetivo comun para estos poetas, que encuentra en la utilizaciOn compartida de dicho lenguaje su canal de expresiOn mas apropiado. 1.2. Garcilasismo vs rehumanizacién En este trabajo estamos poniendo en juego dos conceptos de dificil definicién: poesia religiosa y lenguaje biblico. El primero ha hecho correr mucha tinta, empezando por el mismo Damaso Alonso que en el articulo "En busca de Dios" (1945), incluido en Pgetas eapafigles cgatamporanaga, lanzaba la conflictiva sentencia "toda poesia es religiosa," y que provocé reacciones virulentas como la de Blajot en la revista Razéa y Ea. Afirmaba Damaso Alonso alli que: Si; no hay, no puede haber poesia que no sea religiosa. Mas 5610 de vez en cuando, recogida en deleite o retorcida en agonia, se pone, directamente care a Dios. La poesia, religiosa por su naturaleza, se hace ahora religiosa por el tema también. (376) Seran los afios de la postguerra espafiola, "retorcidos en agonia," aprovechando las palabras del propio Damaso Alonso, propicios para que el hombre le increpe su dolor a Dios: aA quién puede maravillar que, cuando la Vida es mas dura, cuando parece que la Humanidad se va a deshacer en terribles espasmos, cuando el hombre mas se siente particula de horrendas fuerzas indiferentes, e1 corazOn del poeta se vuelva mas cercanamente a Dios y le pregunte 0 le cante? Buen ejemplo son de ello los ultimos afios de la poesia espafiola. (376) 11 £1. 5; fififlfflafi ‘ En realidad, habria que distinguir primeramente una serie de categorias dentro de la poesia religiosa, como lo son la poesia sacra o divinista, la devocionaria o la poesia de tema mariano, que quedan fuera de este estudio, pues, por paradojico que resulte, no utilizan tan visiblemente un lenguaje biblico. En su estudio monografico, Victor Garcia de la Concha reitera en sucesivas ocasiones que muchas de las composiciones poéticas de los afios 40 pertenecen a la primera categoria, es decir, a la poesia sacra: [son composiciones] que se resuelven casi siempre en puro desahogo retérico. La Antolggia de poesia aagra publicada por Peman en 1940 facilita, para alimento del espiritu del nacional-catolicismo, la tradiciOn devota de la lirica aurea, que va a prestar pauta y tono a la renacida poesia: Navidad y Cristo crucificado son los polos de mayor atracciOn. (La poesia 319—320) Bajo este tipo de inspiracién sacra nacerian obras como el Retablg aacro del nacimiento del Senor, de Luis Rosales, publicado en 1940 en Escorial (Garcia de la Concha, La poesia 320). En realidad, toda esta poesia sacra o divinista forma parte del programa fascista de revitalizacién cultural que, en su intento por volver a los origenes "auténticos" de la nacién, a la Espafia de los valores eternos, asienta sus pilares en el catolicismo mas exacerbado. Como escribia Sanchez Mazas en "Exhortacién a los poetas," (Esggrial, 1942): "cuando todo se cree que perece, hay que volver a los origenes. Por encima de la leccién clasica y la romantica licencia, el cristianismo es nuestro origen cierto y la fuente de nuestra originalidad; nuestra revolucién poética" (Cit. en Garcia de la Concha, La poesia 320). Junto al 12 cristianismo, los otros dos pilares tematicos de esta poesia serian el amor, motivo que reinstaura una linea de poesia neorromantica, y el Imperio. De ahi que se viera en Garcilaso el modelo mas adecuado a imitar: el poeta-soldado y perfecto amante. Se entiende en estos afios que la reforma poética es inseparable de la reforma religiosa. Sanchez Mazas, en su mencionada "Exhortacién poética" plantea en estos términos dicha "renovacién": [...] toda voluntad seria de renovar una vida poética-- mucho mas si se trata de una vida poética comun--esta condicionada por una voluntad mas o menos latente y resuelta de renovaciOn religiosa. [...] La reforma catélica y el apogeo mistico de Espafia coinciden con el apogeo poético. La pastoral humana de Garcilaso hace pareja a la divina de San Juan de la Cruz. [...] No sera vano recordar que en el origen mismo, la Falange se diferencia de todos los demas movimientos de Europa, que puedan parecer afines, por haber establecido el primado de la contemplaciOn y luego la voluntad religiosa y poética--raiz de nuestro Imperio—-sobre las cosas mortales. (Cit. en Garcia de la Concha, La poaaia 321) Y sera precisamente esta ideologia la que campee en los primeros nfimeros de la revista Escorial, nacida en noviembre de 1940 y en Gargilasg, cuyo primer numero vio la luz el 13 de mayo de 1943. Ambas revistas iran experimentando una evolucién y se abriran progresivamente hacia posturas mas conciliadoras. Si bien es cierto que el talante ideolOgico de Escorial fue desde el principio mas tolerante, hecho por el que ha sido considerada como un antecedente de la revista poética leonesa Espadafia (1944), auténtica abanderada del movimiento rehumanizador. Entre las paginas de r ila se encuentran una gran cantidad de poemas "sacros" escritos algunos para celebrar el nacimiento de Cristo, otros para 13 cantar su PasiOn; todos parecen acusar las restricciones formales que una forma tan fija como el soneto impone. A este respecto sefiala Victor Garcia de la Concha que Cuando esta sustancia de contenido se vierte en un soneto, la estructura del molde impide que el sentimiento se desborde. Parece, sin embargo que los garcilasistas necesitan imperiosamente romper los limites habituales de contenciOn y gritar a campo abierto su dolor espiritual. (La poesia 382) Pero jamas llega a desbordarse su voz en el grito; en los poemas de los garcilasistas hallaremos mucha exclamacién hueca ";Sefior, Sefior!"--como en la "Oracién a Cristo en la Cruz" de Manuel Segala (Garcilaso num 9)--mucha retOrica y ninguna emociOn. Esta sera una de las diferencias con la poesia religiosa de los poetas seleccionados en este trabajo. En los capitulos correspondientes se tendra ocasiOn de comprobar cOmo los motivos biblicos liberan al poema de la vacua retérica religiosa de los poetas falangistas y cOmo, en definitiva, este lenguaje es un paso previo y necesario en las auténticas renovaciones poéticas que tendran lugar en los afios venideros, y un cauce apropiado para continuar la experiencia rehumanizante iniciada antes del conflicto bélico. En realidad, el término "Rehumanizacién" aparece por primera vez en 1934, utilizado por Carlos y Pedro Caba en la revista Egg,7 En aquellos afios de exaltados fervores poéticos 7Dos afios antes del inicio de la Guerra Civil, aparece el primer "manifiesto" rehumanizante (aunque la polémica venia de mas atras): Ni Arte puro ni arte social, porque todo arte es esencial social y puro o no es Arte. Lo que empieza a incorporarse a nuestro tiempo es un arte que si hemos llamado 'rehumanizado' no es porque en todo arte no haya 14 tiene lugar la confrontaciOn entre una poesia pura y una poo-in llcna do impurezas humanas, que establece un paralelismo con los afios de la postguerra en donde la postura evasiva del garcilasismo forzaba la aparicién de una poesia que se volviera hacia el hombre, que se impregnara de cierto humanitarismo, dentro del momento histérico vivido tan precario. Es asi como el lenguaje biblico abre las compuertas de lo humano y se convierte en una alternativa expresiva a las poéticas falangistas. En este laberinto de precisiones terminOlogicas en el que nos hallamos, topamos una vez mas con otro obstaculo, y es que la combinacién "lenguaje biblico-poema" no siempre nos conduce a una poesia estrictamente religiosa. De esta opiniOn es Leopoldo de Luis, quien, tras estudiar Majar ain Edaa de Carmen Conde concluye que "No es un libro religioso, a despecho de la intertextualidad que tanto lo vincula a la Biblia [...] Carmen [Conde], en su obra, no tiene nada de mistica; ni siquiera de asceta. Es rebelde. Su libro es de protesta e imprecacién" ("Mientras los hombres" 48). Sin embargo, en la Biblia se encuentran explicitos textos raices y proyecciones humanas (no faltaba mas), sino porque habia que Oponer ese concepto, siquiera por razones dialécticas, a1 de 'deshumanizacién' aplicado por Ortega. El nuevo Arte ha de ser natural, pero no naturista; serio, pero sin énfasis ni teatralidad; recio y genesiaco, con noble paternidad; lirico de vibraciOn y filoséfico de tejido, pero sin tesis, ni realismos ni vidas vulgares y fotograficas; arte que conviva con la vida sin confundirse ni copiarse ambos, pero nutriéndose mutuamente en corrientes interosméticas. Que la vida fecunde al arte y el Arte irrigue y fertilice la vida. (Carlos y Pedro Caba. Ec cg. Be yiat a da Espafi a 2. 9 [octubre 1934]; cit. en Francisco Ruiz Soriano 19-20). 15 rebeldes y de imprecacién, como el de Job, como el de Jeremias, que, de misticos tienen poco. gNo son por eso religiosos? gEstariamos cayendo asi en la trampa de la definién ilimitada que planteabamos a1 transcribir la palabras de Damaso Alonso? A juzgar por la polémica que dicha cuestién ha levantado, no parece que tenga una solucién inmediata, sino que, mas bien, se halla sujeta a los criterios particulares de cada autor. Con todo, la apreciacién de Leopoldo de Luis no ha de colocarse en un segundo plano: los poemas de Leén Felipe 0 Angelina Gatell no podrian ser "etiquetados" estrictamente como de "religiosos" y, sin embargo, la presencia de la Biblia juega un papel decisivo tanto en la tematica como en la estructura formal del poema. 1.3. El lenguaje biblico gQué es entonces lo que distingue a esta poesia, llamese o no religiosa, del resto de las categorias mencionadas anteriormente (devocionaria, sacra, divinista)? La respuesta a este interrogante la hallamos en el ya mencionado uso del lenguaje biblico, sintagma que designa la utilizacién de simbolos y mitos tomados de la Biblia, y cuyo vehiculo o canal de espresién es el versiculo en una gran parte de las obras seleccionadas.8 Los poetas tomaran prestados en sus — 3 El estudio del versiculo en la postguerra constituye una monografia de por si, por lo que nos limitaremos estrictamente en el presente trabajo a1 analisis de los mitos Y simbolos biblicos. Conviene, sin embargo, sefialar aqui que 61 uso del versiculo en tono salmOdico trae una libertad ritmica, sin precedentes en la historia de la poesia l6 composiciones simbolos de raigambre biblica como los de "la luz," "las tinieblas," "el viento," "la sangre,“ "el agua" y mitos como los de Eva, Adan, Cain, Abel, Job 0 Jonas para establecer su discurso renovador. En primer lugar, y en lo que respecta a los mitos, se ha de tener en cuenta que nos estamos refiriendo aqui a un tipo muy determinado, los biblicos; en segundo lugar, nuestro enfoque se centra en su uso estrictamente literario; en tercer y ultimo lugar, estos mitos poseen a su vez un uso histérico que los actualiza. Compartimos en este punto, los comentarios de Jo Labanyi referidos a la importancia de la actitud en el uso del mito con respecto a la historia: My supposition is that all literature, being constructed out of the culturally-mediated instrument of language, entails an attitude—-explicit or implicit-—to history; [...]. If all books are manifestations of the Universal Book, there seems little point in writing-~or reading-- anything new. What seems to me interesting about literary appeal to myth is, first, what it reveals about the particular writer's attitude to history; and second, the different uses to which myth has been put by different writers. Myth critics, with their View of the writer as unconscious medium, have missed a fundamental point; that many contemporary writers have used myth ironically to expose its distortions or limitations. (2) En conexiOn directa con esta actitud hacia la historia, hay que situar el valor catartico que el mito ejerce en la sociedad espafiola de la inmediata postguerra, en ese preciso espafiola, que sera caldo de cultivo del futuro prosaismo, o mejor dicho, de la apariencia prosaica de la poesia social. Esta libertad ritmica del versiculo cobra una mayor relevancia si se consideran las constricciones formales de la poesia neogarcilasista, con sus preferencias por el endecasilabo y el soneto. Sobre la procedencia y uso del versiculo consultese la obra de Isabel Paraiso, El yarao ' his ni ri enes corrientes. 17 V u‘.‘ a. ‘i ~.~ momento histOrico en el que la vida cotidiana se ha roto por completo y el presente mantiene abiertas las heridas de la reciente guerra civil. El mito llega a poseer entonces propiedades regenerativas. El nacional—catolicismo se sirvio del mito para Ofrecer una interpretacién del conflicto armado como un sacrificio necesario por medio del cual la Espafia de los valores eternos renacia de sus cenizas y era capaz de remontar la decadencia que habia sido su historia desde la época del esplendor imperial hasta el presente, julio de 1936, fecha del "Glorioso Alzamiento Nacional." Para resucitar los valores tradicionales de la Espafia eterna, e1 nacional-catolicismo echara mano de una serie de mitos y simbolos como el de la "Santa Cruzada"--que conceptualiza la Guerra Civil como una guerra santa——, y, dentro del campo literario, el mito de "Garcilaso," que llegara a transfigurase en "el patrono de la poética falangista" (Garcia de la Concha, La poasia 382);9 en definitiva, esta utilizaciOn del mito responde a la necesidad de establecer--o restablecer-—ese orden nuevo que habia de surgir tras el caos de la guerra. Frente a las mitologias oficiales del Imperio, los poetas del exilio, tanto territorial (Leén Felipe, Emilio Prados) como interior (Damaso Alonso, Carmen Conde, Angela Figuera, Blas de Otero, Angelina Gatell, Maria Beneyto) se 9Respecto a1 garcilasismo, sefiala Jo Labanyi: "The poetic cult of Garcilaso as imperial soldier—poet--known as 'garcilasismo'—-evolved into an inward—looking lyricism concerned to express the more anodyne 'universal values' of human sentiment" (41). 18 serviran, en cambio, de los mitos biblicos para sacar a la luz una poesia "subterrénea"——como decia Max Aub-- que hable verdaderamente de la realidad del ser humano.lo Aqui el mito si que ejerce una auténtica labor terapéutica, y también subversiva, pues, tras su apariencia religiosamente "ortodoxa," y gracias a su disfraz biblico, enmascara la rebeldia latente en aquellos afios dentro de unos cauces bien vistos por los estamentos oficiales.ll Estos poetas se sirven de la cobertura universal del mito para expresar su rabiosa individualidad, para intentar encontrar una respuesta a las grandes preguntas que asaltan al ser humano, al poeta, cuando la muerte esta tan a flor de piel, y aun se oyen con claridad los ecos de miles de fusilamientos y se vive la represién de la postguerra. Por otra parte, la intemporalidad del mito funciona como un mecanismo de distanciamiento de la realidad, atenfia la inmanencia de la circunstancia vivida y de sus consecuencias espirituales, para poder contemplarla con cierta objetividad. De este modo, podria aplicarse aqui la definiciOn de Brevard '“En su Pgasia eapafiola gontempgranea (1969), Max Aub profetizaba la salida a la luz de esa poesia soterrada: Cuando se habla de poesia espafiola hoy, suele aludirse a los poetas que han publicado sus libros en la colecciOn 'Adonais,’ en la que se encierran algunos valiosos y muchas piruetas hechas en las orillas de Garcilaso o a la rémora de Vicente Aleixandre, olvidando que, como no podia menos que suceder, hay una poesia enterrada o, mejor, soterrada, en espera de la luz. (Poesia 160) llAfirmacién que se constata en las palabras de Emilio Alarcos Llorach: "La vuelta a Dios, sincera o no—-que de todo habria--, era un portillo de escape por donde podian salir vivencias del poeta inexpresables sin la envoltura religiosa" (Blas da Qtarg 23). 19 (A S. Childs en su estudio Myth and Reality in tha Old Testament "The myth is an expression of man's understanding of reality [...]. In order to understand the structure or being of the present world as an ocurrence, myth projects the establishment of this order back to an event in the primeval age" (17—18). Y esto es precisamente lo que hacen LeOn Felipe, Carmen Conde 0 Angelina Gatell. Ante la muerte de toda una época y el nacimiento de una Espafia que lleva a sus espaldas e1 fratricidio, e1 exilio y el silencio de la censura, entre otras cargas, estos poetas buscan en los mitos tomados de la Biblia las explicaciones al presente que aflora del caos de la guerra. Sera precisamente LeOn Felipe uno de los poetas que mas se beneficie de la utilizacién de mitos y simbolos biblicos. La Biblia sera un intertexto crucial en una gran parte de su producciOn poética, especialmente la que arranca de El payaso de Las bofatadas y el pescador de cafia, y se consuma en Ganaraa la Lag, en donde profecia y mito caminan de la mano: el poeta asume la labor del profeta, no tanto en una misién de advertencia hacia el futuro, sino, mas bien, en adquirir plena conciencia del presente. Intimamente ligado al mito se halla el elemento narrativo, portador de micro-historias que dan sentido a la realidad del ser humano. De este elemento narrativo se nutrira 1a poesia de estos poetas, especialmente la de Carmen Conde y Angelina Gatell, por hacer menciOn de dos casos representativos. Segun José Angel Ascunce, 20 El lenguaje mitico, simple "correlato objetivo," es presentado a través de personajes vitales con un comportamiento concreto y una conducta especifica. El desarrollo arquetipico y psicolOgico del mito esta exigiendo el estilo narrativo, ya que la ejemplificacién de los principios abstractos 0 ideas doctrinales quedan objetivadas para facilitar al maximo la asimilacién receptiva. (147) - Ganaras la Luz comienza con una busqueda de identidad del yo-poético formulada en las obsesivas preguntas "gQuién soy yo?" "aCOmo me llamo?" y a las que responde a lo largo de la obra dramatizandose poéticamente en distintos personajes: "Tal vez me llame Jonas," "Pero acaso me llame también Job," "gY si yo me llamase Walt Whitman?," "gY si me llamase Prometeo?"12 El hilo que ata las historias de estos ” Técnica que se relaciona estrechamente con la del "autonombrarse" o "ponerse por delante," como también la denomina Max Aub: Todos se llaman, se dicen, se nombran-—tal vez para asegurar su permanencia, defensa del olvido. Aqui estoy, aqui estuve, yo fui-—parecen decir al modo de los prisioneros en las paredes de sus carceles. No les bastan las iniciales enlazadas que se graban, por amor, en los troncos de los arboles. LO mismo da unos que otros: los que creen en otro mundo terreno o trasterreno; ateos, agnésticos, catélicos; todos declinan su identidad: Me llamo José Maria y Valverde, y quiza otras cosas. Y en el verso anterior asegura: y no soy ya mi fantasma interior.[...] Como no podia menos de ser, habia empezado Damaso Alonso: Ah, pobre Damaso, tu, e1 mas miserable; tu, el ultimo de los seres. [...] Este nombrarse, este enfrentarse con la responsabilidad de lo que se escribe, este subjetivismo objetivo que sefiala no 5610 los sentimientos, sino al individuo mismo, a la vista de todos, muchas veces acompafiado de fotografias, da a esta generacién un muy peculiar tinte de valentia personal. Tal vez haya que buscar las raices de este respeto por si en la lecciOn de los mejores de sus mayores, vivos y muertos en el exilio, dando la cara y el nombre. (Pgeaia 199—200) 21 II) I 4 personajes proviene de la Biblia: e1 mesianismo whitmaniano encaja con el profetismo de Jonas, y tanto Prometeo como Job encarnan la rebeldia humana frente a Dios: el primero se atreve a robar el fuego de los dioses para darselo a los hombres; Job se queja ante Dios de sus sufrimientos y se atreve a maldecir el dia en que nacio, hasta rozar la blasfemia; todo con tal de romper el silencio de Dios. De la misma manera, en Mujar ain Edan la poesia de Carmen Conde echa raices en los mitos del Génesis y el yo-poético se dramatiza en los distintos personajes de mujeres a los que este "yo" proporciona su voz, al mismo tiempo que quedan implicitas las semillas narrativas que esas figuras conllevan. Son ahora Eva, la mujer de Noé, Agar, Sara, las hijas de Lot, 0 incluso, desde el Nuevo Testamento, la Virgen Maria, las que se apropian del discurso poético y abandonan el "exilio verbal" al que habian estado relegadas bajo el poder de la Palabra Sagrada. Carmen Conde nos proporciona en estos cinco cantos una genuina reescritura de los mitos biblicos, entre los que destaca e1 del Edén perdido, y el de Eva culpable, estrechamente relacionados. En ambos casos, es decir, tanto en la poesia de Leén Felipe, como en la de Carmen Conde, la utilizacién del mito se halla intimamente ligado a lo que se ha denominado en este capitulo "dramatizacién poética": la personalidad de estas figuras miticas queda suplantada por el yo-poético. Dichos mitos actualizan sus valores intrinsecos en la circunstancia histérica que la persona poética les proporciona al darles su 22 .u .b E. \- voz. A través de este mecanismo, esto es, el hecho de reencarnarse el poeta en estos héroes, se consigue la reconstruccién mitica de una identidad perdida tras la experiencia de la guerra y el consiguiente exilio, sea territorial O residencial.l3 Por otro lado, hay que afiadir que los vinculos entre lo poético, lo narrativo y lo dramatico se estrechan asi para proporcionar mayor eficacia expresiva a1 mito. En lo que se refiere a la definicién del simbolo, vamos a seguir algunos de los criterios que ya sefialabamos para el mito; por lo que, en primer lugar, centraremos nuestra atencién en aquellos simbolos que han jugado un papel relevante en la exégesis biblica, como, por ejemplo, e1 simbolo de "la luz," "e1 viento," "la sangre," "el arbol, "la espada" 0 "el angel," entre otros, pero sin descartar, por supuesto, el cotejo con las interpretaciones adquiridas en otras culturas y religiones. En este sentido, sera de consulta inevitable el Diggionario da aimbglgg de Juan— Eduardo Cirlot, cuyas aportaciones se intentara conjugar aqui con las de otras autoridades en el campo del pensamiento simbélico. Igualmente util es la obra de Manfred Lurker, WWW que. como el prOpio titulo indica, se enfoca mas directamente en la interpretacién biblica. En segundo lugar, haremos hincapié en el uso literario de estos simbolos, mas que en el ‘ l3El término "reencarnacién" lo hemos tomado prestado de Max Aub, quien lo utiliza para referirse a las "dramatizaciones" pOéticas de LeOn Felipe ("LeOn Felipe" 15). 23 ll antropolOgico, y en la actualizaciOn hiltérica que el poeta lleva a cabo al incluirlos en su obra bajo unas determinadas circunstancias existenciales. A todo esto hay que afiadir que los simbolos no se articulan en esta poesia solos, sino en estrecha colaboracién con los contextos miticos en los que se desenvuelven; tal es el caso del simbolo de la sangre, que aparece frecuentemente vinculado a1 mito de Cain 0 el de la espada, que se asocia al de la expulsiOn del Edén. Ahora bien, dada la naturaleza de las obras que estamos tratanto en este trabajo, es decir, dado su aliento religioso que roza siempre la pregunta de lo transcendente, que le habla a Dios, desde su finitud, el simbolo va a convertirse, de este modo, en un intermediario entre esas dos esferas: el mundo fisico (la realidad palpable, la que se percibe a través de los cinco sentidos) y el transcendente (la realidad "invisible," "intangible" de las abstracciones).l4 Gilbert Durand advertia asi su funcién mediadora: Al no poder representar la irrepresentable transcendencia, la imagen simbOlica es transfiguracién de una representacién concreta con un sentido totalmente abstracto. El simbolo es, pues, una representacién que hace aparecer un sentido concreto; es la epifania de un misterio. La parte visible del simbolo, el 'significante,‘ siempre estara cargada del maximo de concretez, y como bien dijo Paul Ricoeur, todo simbolo auténtico posee tres dimensiones concretas: es al mismo tiempo 'cOsmico' (es decir, extrae de lleno su representacién del mundo que nos rodea), 'onirico' (es decir, se arraiga en los recuerdos, los gestos, que ” Una gran parte de la poesia que vamos a comentar aqui adopta la técnica del monOlogO dramatico, que adquiere una tremenda fuerza expresiva al encaminar a1 yo-poético hacia esa busqueda de un interlocutor infinito. Consultese a este respecto el estudio de Manuel José Rodriguez, Dioa an la poesia espafiola de posguerra (94 y 55.). 24 aparecen en nuestros suefios y que constituyen, como demostro Freud, la materia muy concreta de nuestra biografia mas intima) y por ultimo 'poético,’ 0 sea que también recurre al lenguaje, y al lenguaje mas intimo, por lo tanto el mas concreto. (15-16) Esa transmutacién de la realidad desemboca en la revelaciOn de los misterios mas ocultos, como afirma también Mircea Eliade: "El simbolo revela ciertos aspectos de la realidad—— los mas profundos——que se niegan a cualquier otro medio de conocimiento" (12). Dicho poder o capacidad transfiguradora del simbolo resultara una estrategia altamente provechosa para los poetas de postguerra, puesto que les dota de esa apremiante libertad expresiva, en una época no propicia a las libertades: Asi se revela el papel profundo del simbolo: es 'confirmacién' de un sentido a una libertad personal. Por eso el simbolo no puede explicitarse: en ultima instancia, la alquimia de la transmutacién, de la transfiguracién simbOlica, sOlo puede efectuarse en el crisol de una libertad. Y la potencia poética del simbolo define la libertad humana mejor que ninguna especulacién filosOfica: esta ultima se obstina en considerar la libertad como una elecciOn objetiva, mientras que en la experiencia del simbolo comprobamos que la libertad es creadora de un sentido: es poética de una trascendencia en el interior del sujeto mas objetivo, mas comprometido con el acontecimiento concreto. Es el motor de la simbOlica; es el Ala del Angel. (Durand 44) La carga de emociOn que el simbolo contiene transciende las barreras del tiempo y el espacio para situarse en otras coordenadas: "[la lengua simbOlica] obedece a categorias que no son e1 espacio y el tiempo, sino la intensidad y la asociacién" (Cirlot, Diccionarig 11). Y es precisamente dentro de estas coordenadas en donde hemos de situar esa poesia subterranea que lentamente va emergiendo a medida que 25 la postguerra avanza y que, si bien al principio tan sOlo causa pequefias turbulencias en la superficie de la poesia falangista, poco a poco llegara a provocar un auténtico movimiento de tierras que acabara tragandose los vacuos formalismos de toda una década y desembocara en la poesia social. El lenguaje biblico viene a ser, entonces, el puente que conecta a los poetas del exilio interior y el territorial, como tendremos ocasiOn de comprobar en el capitulo cuarto. A la hora de encarar la realidad social que provoca su exilio y la consiguiente escisiOn nacional, un determinado grupo de escritores, de una y otra orilla, acuden a la Biblia para expresar e1 drama de su desarraigo. Este lenguaje evidencia asi e1 concepto de reversibilidad que Paul Ilie despliega en su monografia Litarature and Inner Exila: "Inner exile [...] is an emptiness that awaits restoration, much the same way that the territorial exile is the absence that compensates itself by nostalgia and hopeful anticipation" (13). Gracias al uso compartido de ciertos mitos biblicos, como el de Job 0 el de Cain, y de ciertos simbolos, como el de la sangre, contemplamos una patria que ha sido destruida tras la experiencia de la guerra civil y el triunfo de la Dictadura franquista, pero que busca su reintegracién final en la necesaria redefinicién de su identidad. 26 CAPITULO 22 ANTECEDENTES DEL LENGUAJE BiBLICO: EL LEGADO POETICO DE UNAMUNO Y ANTONIO MACHADO EN LA POSTGUERRA 2.1. 'Poesia, cosa cordial': 1a preocupacién por lo humano Los tres pilares que sustentan el edificio de la poesia espafiola contemporanea son, sin lugar a dudas, Miguel de Unamuno, Juan RamOn Jiménez y Antonio Machado. Lo son también en lo que se refiere a la poesia religiosa, cuyo liderazgo desemboca en caminos muy diferentes y que, formulados de manera sintética por Leopoldo de Luis, vendrian a ser los siguientes: "Unamuno, o la religién hecha poesia. Juan RamOn, o la poesia hecha religién. Antonio Machado, 0 el Dios que se suefia" (Poasia aspafigla 16). De estas tres rutas, es la de Juan RamOn Jimenez la que queda mas alejada del tema a tratar en este estudio, puesto que ese "dios deseante y deseado" que alcanza su plenitud en Aaima1_da fgadg es "un Dios de invencién propia, extraido de su misma conciencia de belleza. [...] Juan RamOn fue un mistico que previamente invento su dios por la via unitiva" (De Luis, Pgeaia aapafigla 20), por lo que carece de esa raigambre biblica que si tienen en cambio algunos de los poemas de Unamuno y Machado. De hecho, ambos poetas comparten cierta afinidad de pensamiento como revela la obra de Aurora de Albornoz La ptaaaagia da Unamuno en Aatgaig Maghadg, y el 27 contacto epistolar que mantuvieron durante afios asi lo evidencia.l La ingente obra poética de Unamuno comienza en 1907 con la publicacién de sus Poesias-—aunque sabemos que venia componiendo poemas desde mucho antes—-y se continua con el Rosarig da sgnatos litigoa (1911), El Cristo da yalazgaez (1920), Aadanzas y visiones espafiolas (1922), Rimas de dentro (1923), Tataaa (1924), De Fuerteyantara a Paris (1925), el Romancero dal destierro (1928) y, publicado ya pOstumamente en 1953, el Qancionero; poemarios que dan buena cuenta de la preocupacién de Unamuno por poner en verso todo su pensamiento y todo su sentimiento. Lo cierto es que don Miguel siempre quiso ser considerado, antes que cualquier otra cosa, todo un "hombre"2 y todo un "poeta,"3 que eran las dos columnas fundamentales sobre las que descansaba su alma. Y es que a Unamuno las grandes verdades se le revelaron siempre por via cordial, igual que a Antonio Machado. Para ambos poetas la lirica va a ser una "cosa cordial," como ‘ El contacto epistolar Miguel de Unamuno-Antonio Machado se halla recogido en la obra de Manuel Garcia Blanco, Ea tgrng a namun ; si bien es cierto que 5610 se conservan las cartas de Machado. 2 "Y ser todo un hombre, un hombre entero, es ser mas que semi-dios, mas que dios-hombre. Hombre puro es lo que hay que ser y no sobre—hombre" (Epistalario inéaitg 1: 219). Esta tematica conecta con la de su novela Nada mangs gaa todo mm. 3"Al morir quisiera, ya que tengo alguna ambiciOn, que dijesen de mi:'ifue todo un poeta!‘" (Cit. en Garcia de la Concha, ed. El Criatg aa Valazgaaz 6) 28 escribe Machado en el "Poema de un dia" de Campga_da Dean—11a: siempre te ha sido, ioh Rector de Salamancal, leal este humilde profesor de un instituto rural. Esa tu filosofia que llamas diletantesca, voltaria y funambulesca, gran don Miguel, es la mia. Agua del buen manantial, siempre viva, fugitiva; poesia, cosa cordial. (Poesias cgmplataa 221) En cualquier caso, es el tema del "hombre," sus crisis espirituales y sus problemas "humanos" sobre los que gravita la atencién de Unamuno y Machado, de ahi que el camino rehumanizador de la poesia de postguerra los tenga como antecedentes. Sin embargo, dentro de las diferentes vertientes poéticas de la postguerra que se mencionaban en el capitulo introductorio, va a ser la poesia religiosa-existencial la que se convierta en la legitima heredera de los versos unamunianos: La vertiente poética religiosa-existencial se recrea principalmente en la experiencia humana, en los sentimientos de angustia y dolor, posiciOn claramente contrapuesta a1 tono sereno y arménico de la linea estetizante que caia en la deshumanizacién. Estos poetas se plantearon una poesia reflexiva-—muy en la linea de Miguel de Unamuno--, acorde con la desoladora situacién histOrica. Frente a la actitud evasionista de los poetas neoclasicos que exhortaban esplendorosos pasados guerreros--fruto de trasponer al presente la euforia vencedora y cegados ante un pais destruido y en ruinas-—, los vates existenciales y religiosos se encararon con la realidad presente, derivando, con el tiempo, hacia la poesia social. (Ruiz Soriano 59-60)4 4Véase a este respecto el estudio monografico de Francisco J. 29 Mientras Unamuno cala mas hondo en los llamados poetas del desarraigo, la poesia de Antonio Machado va a alimentar, en cambio, la linea de la poesia arraigada de la postguerra, si seguimos la distinciOn establecida por Damaso Alonso en WW. Lo cierto es que Machado proporciona a los poetas de la postguerra esa dimensiOn temporalista que tanto las necesidades estéticas como las circunstancias culturales del momento reclamaban: Poesia, pues, nacida de la personal existencia sentida como tiempo; pues 'al poeta no le es dado pensar fuera del tiempo, porque piensa su propia vida que no es, fuera del tiempo, absolutamente nada,‘ como aclara en el propio texto [Antonio Machado]. Y poesia, a la vez, surgida de unos empefios comunes, que hermanan a todos los sufridores de una misma desazonante situacién colectiva 0 social. Abreviadamente: poesia del tiempo existencial y del tiempo histOrico, las dos lineas mas resaltadas en la lirica espafiola de la posguerra. (Olivio Jimenez 16) Puesto que nuestro objetivo es trazar el camino seguido por el lenguaje biblico desde sus antecedentes hasta la postguerra, nos interesa aqui sobre todo la faceta religiosa existencial que Unamuno desarrolla en sus versos, en la que exhibe ese agonismo tremendista que heredara afios después la poesia de Démaso Alonso, la de Blas de Otero o la de Angela Figuera, por poner un ejemplo. 2.2. L0: salmos y Magma—1.111.321: el agonismo existencial do Unamuno En 1907 publica don Miguel su primera entrega poética Poesias y el ensayo "Mi religiOn," que se hallan estrechamente Pefias Bermejo, La poesia axiatencial gal siglg XX- 30 ligados. De su primer libro, interesa destacar los poemas introductorios, que acogen sus principales ideas poetolégicas, y los salmos.5 En cuanto al ensayo, en él incluye Unamuno dos conceptos de gran transcendencia vinculados a su poética: la definicién de lo que es su religién y el concepto de "grito" asociado al salmo. Del primero escribe: 'Y bien, se me dira: acual es tu religién?‘ Y yo responderé: 'Mi religiOn es buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad, aun a sabiendas de que no he de encontrarla mientras viva; mi religiOn es luchar incesante e incansablemente con el misterio; mi religiOn es luchar con Dios desde el romper del alba hasta el caer de la noche, como dicen que con El lucho Jacob [...].' Esos, los que me dirigen esa pregunta quieren que les dé un dogma, una soluciOn, en que pueda descansar el espiritu de su pereza. [...] Buscan poder encasillarme [...] diciendo de mi: 'Es luterano, es calvinista, es catélico, es ateo, es racionalista, es mistico.’ [...] Y yo no quiero dejarme encasillar, porque yo, Miguel de Unamuno, como cualquier otro hombre que aspire a conciencia plena, soy especie unica. (Qbraa gamplatas 3: 820-821) . En estas palabras de Unamuno residen varios principios bésicos enraizados en la poesia de postguerra. Esa busqueda de la verdad y esa lucha constante, a brazo partido con la Divinidad, son los dos elementos que se convierten en piezas imprescindibles para recomponer una identidad fragmentada tras la experiencia devastadora de la guerra. Basta releer 10s poemas de Blas de Otero O 105 de Angela Figuera para comprender el sentido de esa lucha. De ahi que esta poesia 5 En Poesias tiene también una importancia considerable la jpresencia del paisaje, especialmente en las secciones tituladas "Castilla," "Catalufia" y "Vizcaya." Esta ‘preocupacién noventayochista por el paisaje tendré una Calida acogida en los poetas temporalistas de la postguerra. 31 existencial de postguerra resulte inclasificable desde el punto de vista religioso: gatea? gheterodoxa? acatélica? Mas bien antidogmatica, a diferencia de la poesia falangista: canta-—o incluso grita-—a Dios para desnudar el alma del ser humano que, mas que nunca, siente un miedo atroz a ser, precisamente, eso: humano. Reverbera en la postguerra esa reflexién unamuniana consecuencia de una profunda crisis de fe no sOlo en Dios, sino también en la Humanidad. Para Unamuno, esta crisis nacia de una inagotable lucha interior, colmada en agonismo, puesto que queria creer con el corazOn pero la lOgica racional se lo negaba. Y tal fue la envergadura de su lucha que no le quedo otro remedio que acogerse a la via cordial que le revelaba la lectura constante, y casi obsesiva, del Nuevo Testamento: "Y si creo en Dios, O, por lo menos, creo creer en El, es, ante todo, porque quiero que Dios exista, y después, porque se me revela, por via cordial, en el Evangelio y a través de Cristo y de la Historia. Es cosa del corazOn" (Obtaa_aamplata§ 3: 821). El poeta de la postguerra también quiere creer en Dios para hallar un poco de consuelo a tanto dolor, pero, después de ser testigo del sacrificio de tantas vidas, le cuesta mantener firme su fe en Dios cuando la unica respuesta que Obtiene a sus suplicas es el silencio. Sin embargo, a diferencia de Unamuno que calmo su busqueda agénica en la figura redentora de Cristo, el poeta de la postguerra no halla respuesta O soluciOn posible a su sufrimiento: se queda 32 estancado en el silencio, en el vacio, o, como mucho, en el eco prolongado de su interrogante. NO Obstante, la figura de Cristo como camino de salvacién no aparece todavia en los salmos recogidos en Poesiaa, sino que lo que se nos presenta aqui es esa lucha abierta con Dios, la necesidad de creer frente a la continua agonia de no poder encontrar pruebas que convenzan a la razOn de una vez por todas, y el insistente silencio de Dios que se convierte en casi una amenaza para el hombre-Unamuno de su propia inmortalidad. Con razOn decia el poeta que estos salmos eran su religiOn puesta en grito, en alarido desgarrado, ronco, abrupto, frente a las vacias musicalidades de los epigonos modernistas: En nuestra menguada literatura apenas se le oia a nadie gritar desde el fondo del corazén, descomponerse, clamar. El grito era casi desconocido. Los escritores temian ponerse en ridiculo. [...] Yo, no; cuando he sentido ganas de gritar, he gritado. Jamas me ha detenido el decoro. [...] Cuando he sentido un dolor he gritado, y he gritado en publico. Los salmos que figuran en mi volumen de Poesias no son mas que gritos del corazén, con los cuales he buscado hacer vibrar las cuerdas dolorosas de los corazones de los demas. [...] Esos salmos de mis Poasias, con otras varias composiciones que alli hay, son mi religiOn, y mi religién cantada y no expuesta légica y razonadamente. Y 1a canto, mejor o peor, con la voz y el oido que Dios me ha dado, porque no la puedo razonar. Y el que vea raciocinio y légica, y método y exégesis, mas que vida en esos mis versos, porque no hay en ellos faunos, driadas, silvanos, nenufares, 'absintios' (0 sea ajenjos), ojos glaucos y otras garambainas mas o menos modernistas, alla se quede con 10 suyo, que no voy a tocarle el corazén con arcos de violin ni con martillo. (Qbras ggmplataa 3: 823) Se podria afirmar que Unamuno instaura, con preferencia en sus salmos, un lenguaje agOnico que marcara en general el 33 lenguaje poético de la postguerra y, mas en particular, el lenguaje biblico que venimos describiendo. Esta transformaciOn se lleva a cabo en varios frentes: en el nuevo tono, el grito; en la busqueda de un interlocutor infinito (la presencia de "el otro," sea Dios, sea uno de esos "yo ex- futuros," de los que habla en el prélogo a Tarasa); en la lucha con Dios, que representa ademas el anhelo del poeta por mantener intacta su rabiosa individualidad, pues no puede aceptar disolverse en Dios, lo que alejaria esta poesia de los postulados de una mistica, como asi deja constancia en sus salmos y mas en concreto en la composicién titulada "La uniOn con Dios" (CXXI), incluida en Rosario de aonetos liricos: Querria, Dios, querer lo que no quiero; fundirme en Ti, perdiendo mi persona, este terrible yo por el que muero y que mi mundo en derredor encona. (Poeaia completa 1: 336) Recurre ademas a un cierto inmanentismo, es decir, al dialogo con un Dios personal y necesario, segun Leopoldo de Luis (Poesia aspafiola 40) cuya presencia también se observa en Damaso Alonso, Blas de Otero, Carmen Conde, Angela Figuera, Maria Beneyto y Angelina Gatell. Y tal vez, por encima de todos estos elementos, la formulacién de ese silencio divino que cercena la fe a cada instante y que pasa a un primer plano en el soneto "Poderoso silencio" de Blas de Otero (Anga1 fieramanta humano) y en la composiciOn "Habla" de Angela Figuera (Los dias duros). El Salmo I constituye precisamente un buen ejemplo de los aspectos mencionados. 34 Dicho salmo comienza con una cita del Ex. 33.20: "[...] pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida": Sefior, Sefior, épor qué consientes que te nieguen ateos? ' gPor qué, Sefior, no te nos muestras sin velos, sin engafios? [. . . . . . . . . . .] gDOnde estés, mi Senor; acaso existes? gEres Tu creacién de mi congoja, o lo soy tuya? [. . . . . . . .] aPor qué hiciste la vida? aQué significa todo, qué sentido tienen los seres? [. . . . . . . . .] Sefior, épor qué no existes? adOnde te escondes? Te buscamos y te hurtas, te llamamos y callas, te queremos y Tu, Sefior, no quieres decir: ivedme, mis hijos! [. . . . . . . . . . . .] idi por qué y para qué, di tu sentido! idi por qué todo! éNo pudo bien no haber habido nada ni Tu, ni mundo? iDi el porqué del porqué, Dios de silencio! [. . . . . . . . . . . . .] éTu, Sefior, nos hiciste para que a Ti te hagamos, 0 es que te hacemos para que Tu nos hagas? [. . . . . . . . . . .] ' uien a Dios ve, se muere' dicen que has dicho Tu. Dios de silencio; ique muramos de verte y luego haz de nosotros lo que quieras! iMira, Sefior, que va a rayar el alba y estoy cansado de luchar contigo como Jacob lo estuvo! iDime tu nombre! itu nombre, que es tu esencial idame consuelo! idime que eres! [. . . . . . . .] RazOn de Universo, adOnde habitas? apor qué sufrimos? épor qué nacemos? Ya de tanto buscarte perdimos el camino de la vida, 35 el que a Ti lleva si es, ioh mi Diosl, que vives. (Eaaaiaa_aamplataa 1: 108-111) Son sin duda los salmos de Unamuno una fuente de motivos tanto tematicos como formales para la poesia de postguerra. En lo que se refiere al salmo transcrito, el yo orante confronta dramaticamente su propia dialéctica interior: que Dios le proporcione una prueba para acallar sus dudas, dialéctica de la que se derivan las posteriores tensiones poéticas. El salmo se articula en una serie de preguntas que se encadenan como las cuentas de un rosario: aDOnde esta Dios? gExiste? gQué sentido tiene la vida del hombre como busqueda? gPor qué sufrimos? Preguntas que tan sélo conducen a la exclamaciOn, a la suplica, a1 grito: "i Di el porqué del porque, Dios de silencio!" Y a mas silencio, mas se empefia el hombre en buscar estrategias para romperlo: el yo que se desdobla en multiples voces, los monOlogos dramaticos, la busqueda incansable de un interlocutor, como tendremos ocasién de comprobar en la obra de los poetas de postguerra. De este modo, lo unico que se le presenta al yo poético del salmo Clara y distintamente es su propia congoja: "mi yo infinito; / sustanciacién del eternal anhelo; / sueno de la congoja;" y que alcanza su expresién maxima en las bimembraciones: "Te buscamos y te hurtas, / te llamamos y te callas, / te queremos y Tu, Senor, no quieres / decir: ivedme, mis hijos!" Es precisamente este ritmo bimembre, constante a lo largo de la composiciOn, el que produce esa perturbadora ansiedad que deja el salmo a1 ser leido. Como 36 consecuencia de este agonismo tienen lugar dos preguntas tremendamente decisivas: "apor qué sufrimos? / apor qué nacemos?" en las que resuenan los ecos de la queja de Job y que Blas de Otero volvera a gritar roncamente en su soneto "Vivo y mortal," del que transcribimos a continuacién un fragmento: Pero sé que se muere si se nace, y se nace, épor qué?, épor quién que quiso? Nadie quiso nacer. Ni nadie quiere morir. gPor qué matar lo que prefiere , vivir? gPor qué nacer lo que se ignora? (Angal 43—44) De la misma manera, en el soneto "Cara a cara" se expresa el deseo irrealizable de querer ver a Dios y la angustia que esa imposibilidad trae consigo: Enormemente terco, insisto, grito contra tu noche: no sé ya qué hacer, abro, cierro los ojos; pongo, quito trabas el suefio. Oh Dios, si aun no estoy muerto, matame con tu luz: ite quiero ver, , necesito dormir--morir——despierto! (Ancia 46) Versos, tanto los de Unamuno como los de Otero, que hallan su correlato en la queja de Job 23.8—9 y 17: Pero me dirijo al levante, y no esta alli al poniente, y no lo distingo; lo busco a1 norte, y no lo veo, me vuelvo a1 mediodia, y no lo encuentro inala me desvaneciera en las tinieblas y velara mi rostro la oscuridad! en donde se observa también un ritmo bimembre que resulta eficaz para confrontar 1a busqueda y anhelos del hombre con la ausencia de Dios. 37 Pero, antes de seguir comentando otros aspectos de los salmos unamunianos, conviene tratar una caracteristica consustancial al género que ha podido ser la causa del interés despertado no 5610 en Unamuno sino también en poetas como Valverde, Bousofio 0 el mismo Leén Felipe. Se trata precisamente de la finalidad con la que nacen estos salmos y su relaciOn con el yo lirico. En las paginas introductorias a su edicién y comentario de los salmos biblicos, Alonso SchOkel advierte que "los salmos, de modo particularisimo, nacen 0 son destinados a la ejecuciOn: se han de recitar o cantar" (18), es decir, que requieren una disposicién activa por parte de sus futuros receptores que prestaran su voz para ejecutarlos; de esta manera, se produce un efecto coral del yo-orante inicial puesto que otros "yo" compartiran esas mismas circunstancias cantadas, y gracias a esta comunidad de experiencias hacen suyo el salmo, que pasa a ser una estrategia de liberacién del dolor individual, dado que a1 compartirse las vivencias en el canto 0 en la oraciOn, éste adquiere una dimensién colectiva. En otras palabras otros textos nacen simplemente para ser escuchados; los salmos para ser rezados. Si e1 poeta lirico hace hablar a su yo en el poema, e1 autor de los salmos se sacrifica, se retira de la escena, para que otros, quiza desconocidos y futuros, tomen sus versos y digan en ellos 'yo.‘ De verdad, no con la ficciOn del actor dramatico. (Alonso SchOkel, Salmga 1: 18) Desde este planteamiento se asume la presencia de un "tu" (Dios) con el que el yo—orante dialoga en forma de suplica, alabanza, narraciOn o, simplemente, de consuelo a su dolor 38 --que constituyen los diversos géneros de los salmos-—y de un "vosotros," todos esos "yo" futuros que actualizan la oraciOn con su voz, y que daran paso al "vosotros" de la poesia social de la postguerra, implicito ya en estos salmos: otras personas podran y deberan ocupar el yo del orante original; otras circunstancias analogas se impondran como referencia del texto original [...]: un destierro modelo de otro, un retorno de otro, una Victoria de otra. (Alonso SchOkel, Salmoa 19) De este modo, el salmo adquire una proyeccién hacia el futuro, puesto que esta trasposicién de experiencias analogas perpetua su uso indefinidamente, lo que permite a1 yo arraigarse en una determinada circunstancia personal 0 histOrica, y al mismo tiempo, transcenderla a través de la oraciOn para que forme parte del "comun dolor humano," que tanto preocupé a Unamuno: XCVI. Dolor comun Callate, corazOn, son tus pesares de los que no deben decirse, deja se pudran en tu seno; si te aqueja un dolor de ti solo no acibares a los demas 1a paz de sus hogares con importuno grito. Esa tu queja, siendo egoista como es, refleja tu vanidad no mas. nunca soparos tu dolor dol comun dolor humano, busca ol intimo aqua]. on que radica 1a homandad qua to liga con tu homano. el que agranda la mente y no la achica; solitario y carnal es siempre vano; 5610 el dolor comun nos santifica. (Pgaaia_ggmplata 1: 319, énfasis afiadido) 39 Tal vez fuera licito utilizar aqui la teoria de T.S. Eliot sobre las tres voces poéticas ("The Three Voices of Poetry") que incluye en su obra On Poatty aag Egeta: The first voice is the voice of the poet talking to himself--or to nobody. The second is the voice of the poet addressing an audience, whether large or small. The third is the voice of the poet when he attempts to create a dramatic character speaking in verse; when he is saying, not what he would say in his own person, but only what he can say within the limits of one imaginary character addressing another imaginary character. (96) De estas tres voces, sera la segunda la que adquiera un papel decisivo en la poesia de Unamuno y en la de algunos de los poetas seleccionados en este trabajo. Esta segunda voz se sirve del monélogo dramatico que proporciona a1 yo-poético el disfraz necesario para dirigirse a su publico o audiencia:6 What we normally hear, in fact, in the dramatic monologue, is the voice of the poet, who has put on the costume and make—up either of some historical character, or of one out of fiction. His personage must be identified to us--as an individual, or at least as a type—-before he begins to speak. (103) Y sera Robert Browning en sus Dramatia patsaaaa (1864) uno de los maximos exponentes de esta segunda voz, poeta al que Unamuno leyé y admiro, como asi nos deja constancia en su epistolario. De esta manera, el monOlogo dramatico va a encontrar en Unamuno una Calida acogida en poemas como "El buitre de Prometeo" (Poesiaa), en donde 1a persona poética se disfraza de Prometeo y dialoga, o, mejor dicho, monologa con su buitre. En este extenso poema se desarrolla a su vez toda 6 Esta tactica unamuniana de ponerse un disfraz y hablar por boca de ese personaje poético—-y su Teraaa es un buen ejemplo de ello-—es lo que Antonio Carrefio ha estudiado en La .' '1 d 9 ..nti”a e a 0.- i. . ‘ 9.__'o!-'1 4O una alegoria en donde Prometeo es el sentimiento y el buitre representa el pensamiento, dialéctica que Unamuno planteara repetidamente en sus obras y que alcanza la formulaciOn de una auténtica poética en los conocidos versos de su "Credo poético": Piensa e1 sentimiento, siente e1 pensamiento; que tus cantos tengan nidos en la tierra, y que cuando en vuelo a los cielos suban tras las nubes no se pierdan. (Pgesia gompleta 1: 53) En los salmos se vestira de "yo—orante," inaugurando casi un nuevo género que podriamos denominar "el salmo del incrédulo," en donde se reza desde la duda que acosa al ser humano. El dialogo que se instaura entre el yo-orante y Dios es ciertamente un monOlogo, pues aquél Obtiene por sola respuesta el silencio. Sin embargo, este dialogo o monOlogo no se clausura en la intimidad del silencio divino sino que se abre a las voces futuras que recitaran el salmo al encontrarse en la misma encrucijada existencial, lo que implica, en cierto modo, el compromiso activo de una audiencia: In the dramatic monologue, then, it is surely the second voice, the voice of the poet talking to other people, that is dominant. The mere fact that he is assuming a role, that he is speaking through a mask, implies the presence of an audience: why should a man put on fancy dress and a mask only to talk to himself? The second voice is, in fact, the voice most often and most clearly heard in poetry that is not of theatre: in all poetry, certainly, that has a conscious social purpose--poetry intended to amuse or to instruct, poetry that tells a story, poetry that preaches or points a moral, or satire which is a form of preaching. For what is the point of a story without an audience, or of a sermon without a congregation? (Eliot 104—105) 41 Al explorar los recursos del salmo como género, podemos entender por qué, afios mas tarde, otros poetas, desde distintas vertientes estéticas, se serviran de él en numerosas ocasiones. El autor de Ganaras la Luz, desde el exilio territorial, lo utilizara en su funciOn simbOlica para acentuar la escisién que sufre la poesia espafiola tras la guerra, como se comprueba en las composiciones "3E1 salmo es mio" y "El salmo fugitivo" de LeOn Felipe: La vieja viga maestra que se vino abajo de pronto, estaba sostenida sobre un salmo. E1 salmo sostenia la cupula y también la espada y el rencor, y al desplomarse el salmo vino la guerra; y el salmo se hizo llanto, y el llanto grito... y el grito blasfemia. [. . . . . . . . . . .] Que ahora aqui, en el mundo de las sombras, e1 grito vale mas que la ley, mas que la razén, mas que la dialéctica... Mi grito vale mas que la espada, mas que la Revelacién.. Mi grito es la llamada, en la puerta, de otra Revelacién. iCantad, llorad todos, gritad, Poetas! Haced de vuestras flautas un lamento y de vuestras arpas un gemido. Gritad: No hay pan, si hay pan, dOnde esta el pan. [. . . . . . . . .] Sin negar, sin afirmar, sin preguntar, gritad 5610. El que lo diga mas alto es el que gana. No hay Dios si hay Dios, dénde esta Dios... El que lo diga mas alto es el que gana. Gritad...gritad...iAullad! (Qaaataa_la_La_ 31) 42 Vemos aqui repetidos el concepto de grito asociado al salmo, aunque, en el caso de LeOn Felipe, se da un paso mas, y se llega a1 aullido como revelacién. Igualmente, dentro de la peninsula, en el exilio interior, tanto los poetas arraigados como desarraigados convergen en el uso del salmo para iniciar su andadura poética, de donde evolucionaran hacia otras posturas estéticas, como es el caso de Carlos Bousofio o José Maria Valverde. Al leer sus salmos hemos de considerar que, mas alla de la visible subjetividad que el uso de dicha "estrofa" nos comunica, se halla ese concepto de canto civivo colectivo-—rastreado ya en los propios salmos de Unamuno-—, pues el salmo permite conservar intacta la individualidad del orante mientras alcanza la dimensiOn colectiva en la oracién conjunta. En relacién directa con esta segunda voz poética que desarrollan los salmos se hallan las "dramatizaciones" que algunos poetas de la postguerra llevan a cabo en sus obras; tal es el caso de LeOn Felipe, que llega a identificarse con Walt Whitman, Jonas, Prometeo y Job, 0 Carmen Conde en mujer sin Edén, en donde el yo-poético se disfraza de los personajes femeninos del Génesis, en busca de un discurso alternativo a la palabra monolitica de la Biblia. Sin olvidar, por supuesto, la presencia del monOlogo dramatico, en la obra de Damaso Alonso7jy, desde luego, en la de Blas de Otero. 7 Aspecto estudiado por A. Debicki en su articulo "Satire and Dramatic Monologue in Several Poems of Damaso Alonso." 43 Lo cierto es que la presencia de esta segunda voz poética, que se esconde tras una mascara y que necesita de una audiencia o publico para realizarse por completo, también se puede hallar en la poesia profética, que culminaré en la obra de Leén Felipe Ganaras la Luz y en Mujar ain Edén de Carmen Conde, aunque los primeros atisbos de profetismo se hallan ya en la poesia de Unamuno, al recurrir éste continuamente a las figuras de Moisés y Cristo como profetas, con cuya misién acabara identificandose: Unamuno se comprendio a si mismo como el Moisés espafiol que tiene la correspondiente teofania y recibe la misién de profeta y guia del pueblo en el Sinai de Gredos. [...] De Moisés habia admirado varias cosas: su infancia amenazada, su soledad de guia, la travesia del desierto, su palabra profética, su paternidad sobre el pueblo, la intercesién orante ante Dios; todo ello en una fusién de perspectivas personales, religiosas y politicas, en las que la palabra, la acciOn y la oraciOn son inseparables. (Gonzalez de Cardedal 59) Las conexiones con la misién profética que adquiere LeOn Felipe-en el exilio son evidentes y tendremos ocasién de tratarlas en el prOximo capitulo, en donde desarrollaremos por extenso e1 paralelismo existente entre El Criatg da yalazgaaz y Ganaras de Luz, puesto que también el poemario de Leén Felipe reproduce el paradigma profético Exilio- Restauracién que Kathleen E. Willis aplica en su tesis The Prgphat'a yisiga in El CEISEQ de yalézgaez. A juzgar por todo lo que llevamos aqui descrito, se diria que la influencia de Unamuno en el lenguaje biblico de postguerra, tanto en la poesia del exilio territorial como en la del interior, fue inagotable. Sin embargo, este estudio quedaria incompleto si no se mencionara e1 legado de imagenes 44 que don Miguel proporcionara a la poesia religiosa existencial de postguerra y que consolida su particular lenguaje agOnico. Dichas imagenes provienen de lo mas variado de sus obras, desde sus salmos hasta el Cancionero. Se trata, por ejemplo, de la repetida imagen de la "sed de Dios" que aparece en el Salmo III: Es la sed insaciable y ardiente de 8610 verdad; dame, ioh Dios!, a beber en la fuente de tu eternidad. (Poesia completa 1: 115) y que Blas de Otero explotara en poemas como "Sumida sed" y "Cara a cara": Enormemente herido, desangrandome, pisando los talones a la muerte, vengo, Dios, a decirte--si no a verte—- mi inmensa sed, mi sed de ti: ahogandome. (Angia 46) 0 la imagen del beso de Dios que aparece en el salmo titulado "En el desierto": Me besa Dios con su infinita boca, con su boca de amor, que es toda fuego, en la boca me besa y me la enciende toda en anhelo. (Poeaia cgmplata 1: 121) Y que encuentra su eco otra vez en Otero, en el poema "Un relampago apenas": Oh Dios, oh Dios, oh D105, 51 para verte bastara un beso, un beso que se llora ’ después, porque ioh, por qué! no basta eso. (Angal 24) Otro recurso de la poesia unamuniana que marca e1 lenguaje tremendista de las primeras décadas de la postguerra es la somatizacién de la busqueda angustiosa de Dios: Y enardecido asi me vuelvo a tierra, me pongo con mis manos en el suelo a escarbar las arenas abrasadas, sangran los dedos, 45 saltan las ufias, zarpas de codicia, bafia el sudor mis castigados miembros, en las venas la sangre se me yelda, sed de agua siento; (Poesia gampleta 1: 121) El segundo poemario de Unamuno, Rosaric_de_§2netgs lirigga, va a suponer una influencia decisiva en la obra de los poetas de postguerra, y en especial en la de Blas de Otero, no 8610 por el uso del soneto, sino también por los temas tratados en esta obra y el tono utilizado. Es evidente que la eleccién de dicha estrofa en Otero viene de Unamuno mas que de las fuentes garcilasistas; y en ultima instancia, habria que remontarse al conceptismo de Quevedo, que es donde convergen ambos poetas. En cualquier caso, en este Rgaatio de sonetos liricos se encuentran muchos de los simbolos preferidos de Unamuno, como el del arbol, la esfinge (el enigma del destino humano), la luz, la mano de Dios, y que se repetiran en sus obras posteriores, con especial relevancia en El gtistg da yalazgaez, dada la naturaleza simbOlica de este poemario. En lo que se refiere a los motivos tematicos, basta mencionar algunos de los titulos de estos sonetos para darse cuenta de las concomitancias con los poetas de postguerra: "La oracién del ateo," "Incredualidad y fe,” "La palabra," "Mi Dios hereje," "Suefio final," "Ateismo" "Siémbrate,“' "Satan,”'"Al Dios de Espafia," "En la mano de Dios," "Por qué 8 Este poema se halla en estrecha relaciOn con el salmo "Libértate, Sefior" de Poesias. 9 La figura de Satan aparece en algunos poemas de Unamuno, lo que le coloca como precedente del Aminadab de Alfonso 46 me has abandonado." Es imposible dar cuenta de la inmensa huella que Unamuno deja en la poesia religiosa-existencial, tema que mereceria un estudio aparte; aqui tan sOlo nos limitamos a marcar las pautas mas relevantes. 2.3. La tregua espiritual do E1 Qriatg da Valaggaaz La angustia existencial proclamada en sus dos primeros poemarios se remansa en El Cristo da Valazgaez, obra que hemos de considerar clave en la configuracién del lenguaje biblico que heredara la postguerra por reunir en sus 2450 endecasilabos libres, distribuidos en cuatro partes y 89 composiciones, los simbolos y mitos biblicos mas frecuentes en su poesia. La estructura simbOlica de El Qtiatg da Velazgaez nace de la contemplaciOn de dicha pintura al hilo de la lectura de la Biblia. De ahi que el texto contenga en los margenes las citas biblicas que lo inspiraron, en un ininterrumpido dialogo entre el "yo-contemplativo" y la Palabra Sagrada.lo El verso se convierte en una exégesis poética de las Escrituras, gobernada por ese "yo- contemplativo" que va fijando su mirada en las diferentes partes del cuadro, transformando en simbolo, a través del poder creador de la palabra, lo que en un principio era material pictOrico: Tu, el Hombre, Idea viva. La Palabra que se hizo carne, Tu; que la sustancia del hombre es la palabra, y nuestro triunfo Canales. w Tomamos aqui prestada esta expresiOn del estudio de Carlos Blanco Aguinaga, El Unamaag gontemplatiyg. 47 hacer palabra nuestra carne, haciéndonos angeles del Sefior [...]. (255) En este fragmento queda formulada una de las claves poetolégicas de El Cristo de Velazgaez y en general de toda la poesia de Unamuno: si la Palabra de Dios se hizo carne, como dice e1 Evangelio de San Juan: La palabra se hizo hombre, y acampo entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de Hijo unico del Padre, lleno de lealtad y fidelidad. (Juan 1.14) a través de la redencién del cuerpo de Cristo, la carne del hombre se hace palabra. Ahi reside el triunfo del ser humano, su inmortalidad; el poder creativo de la palabra nos convertira en los nuevos angeles del Senor, transfiguracién, por cierto, que alcanzara su maxima expresién en el Aaga; fiaramenta hamano de Blas de Otero y cuyo titulo supone un desarrollo mas desgarrado, desde la clave existencial vivida en la postguerra, del concepto unamuniano. Ahora bien, antes de entrar en materia, conviene mencionar las cuatro premisas de las que parte Garcia de la Concha en su estudio preliminar a la ediciOn de El Crista de Valaagaaa para llevar a cabo su lectura.ll En primer lugar, "nos hallamos ante un poema y no ante un discurso teolégico" (43), consideracién necesaria puesto que la critica ha tendido a analizar el discurso ideolégico del poema, dejando a un lado el hecho de hallarnos, por encima de todo, ante una creacién artistica. Mas allé de cualquier dogmatismo llLos poemas citados de E1_gtiata_da_yalazgaaa en este estudio siguen la ediciOn critica de Victor Garcia de la Concha. 48 catOlico, el poema se centra en la humanidad del Cristo que muere en la cruz, como asimismo lo advierte Olegario Gonzalez de Cardedal: El texto de El rist elaz ez puede ser leido y entendido en la mayoria de sus partes como una afirmacién poética de la doctrina catOlica, pero en si mismo no la exige y queda en una ambivalencia que permite una lectura del poema como expresién de la sublime humanidad del hombre, que da de si a1 maximo, o como expresién de la humilde divinidad de Dios que da fe de 51 al maximo compartiendo e1 destino de los mortales para superarlo en su raiz y vencer. El texto por si mismo no rompe esa interna polivalencia [...]. Hay expresiones que son dificilmente integrables dentro de lo que exige el simbolo apostOlico de la fe. (Cit. en Garcia de la Concha 45) Entendido asi, El Crista da yalazgaaz se inscribe en los parametros de la poética rehumanizadora que culmina en la postguerra. La sola interpretacién teolOgica desenfocaria el punto de atencién de esta poesia, el ser humano. Y es precisamente esta lectura humanizadora la que distancia a estos poemas del dogmatismo catélico que estara presente, sin embargo, en los poetas falangistas de los afios cuarenta, distincién que permite contemplar desde otra ladera la poesia religiosa tratada en este estudio y cuyo discurso desmitificara esa fe de "carbonero"-—como diria el mismo Unamuno--presente luego en el nacional catolicismo. En segundo lugar, "el poema de Unamuno no trata de Cristo en si" (Garcia de la Concha 45); e1 punto de partida es el Cristo pintado por Velazquez, "ese Cristo que esta siempre muriéndose, sin acabar nunca de morirse, para darnos vida!" (Cit. en Garcia de la Concha 49), como asi advierte el poeta en W. Una vez mas, no 49 es el Cristo de la teologia, ni siquiera el de la Historia, sino el Cristo que proyecta la fe de los pueblos de Espafia. La tercera premisa nos conduce a la pregunta: "gQuién habla en 1 1’2 2?" (Garcia de la Concha 46). Tanto Renart como Alonso SchOkel en sus correspondientes estudios han distinguido entre "el autor" (Unamuno) y "el hablante poematico," en palabras de Renart, y entre "e1 yo del poema y el yo del poeta," segun Alonso SchOkel.12 Se vuelve a plantear aqui la presencia de esa segunda voz poética mencionada anteriormente al comentar los salmos, en donde la persona poética se disfrazaba de yo—orante; en E1 Crista aa ya1azgaez se trata de ese "yo-contemplativo" que describe el cuadro y cuyo narratario seria el Cristo contemplado. En algunas ocasiones ese "yo" se transforma en un ”nosotros" que viene a expresar su identificacién con el pueblo espafiol: (llamame a Ti, tu amigo, como a Lazaro! Llévanos Tu, el espejo, a que veamos frente a frente a tu Sol y a conocerle tal como El por su parte nos conoce; (268) en donde esa primera persona del singular acaba fundiéndose con la del plural, de la misma manera que en la oracién el yo termina hermanandose al "tu" y formando parte de un "nosotros." En este sentido, seria licito afirmar que E1 Criata da ya1azgaaz también participa de ese yo-orante que veiamos en los salmos. Una objeciOn podria hacerse a este l2Luis Alonso SchOkel,"Poesia biblica de Unamuno" y Augusto Renart, E1 Criata da Velazgaez de Unamaaa, Eatractara, 50 respecto: gDOnde se halla la audiencia? Esta vez el publico lo forman todos los observadores que contemplan dicha pintura, con lo cual, ademas del oido, se ejercita aqui, en teoria, otro sentido, el de la vista. AfirmaciOn esta que conecta con la cuarta premisa mencionada por Garcia de la Concha "gen qué género poético se encuadra El Crista ae Velazgaaz?" (48). La respuesta parece ser 1a indefinicién genérica, puesto que en el poema se combinan elementos visuales 0 de "recreacién sensorial de lo contemplado" (48) asi como elementos épicos y liricos. La composicién de esta obra viene acompafiada ademas de una cierta misién profética nacional, que el mismo Unamuno insinua, en su carta a Elvira Rizzo el 29 de enero de 1929, al describirse como "un hombre, ya no joven, a quien e1 dolor de su patria y del universo le empuja a la tarea de despertar a Dios en las conciencias de sus hermanos y hermanas de destino humano" (Cit. en Garcia de la Concha 48). Se acoge Unamuno a la figura de Cristo como predicador, como profeta, y como hombre-sufriente en la Cruz para potenciar su propio mesianismo: "Como Cristo, él quiere ser maestro eficaz de moral, conmocionador de entrafias, suscitador de empefios que saquen el alma del suefio del vivir" (Gonzalez de Cardedal 51). Pero Unamuno tiene claro que no es el Cristo de la Historia, ni siquiera el de la teologia el que esta presente en su poema, sino e1 Cristo espafiol, implicito en el titulo del poemario, el que le conduce a formular la religiosidad de su pueblo. De ahi que estudiosos de E1_Ct1ata_da_ya1aaaaaa 51 como el ya mencionado Gonzalez de Cardedal hagan hincapié en la fuerza de identificacién nacional que posee la figura de Cristo: Sobre ese fondo de honda preocupacién civil surge E1 Cristo da Velazgaez como gran creaciOn poética y politica, remitiendo a aquella hondura donde los pueblos se identifican a si mismos desde la abertura a la trascendencia y desde una misiOn histérica recibida de aquella. SOlo delante de Dios y delante de Cristo ——piensa Unamuno-— recibira el pueblo espafiol capacidad para volver a ser un pueblo a la altura de Europa y del mundo. (63) El poeta se convertira asi en el vate o guia espiritual de su tribu, en el mensajero O mediador entre Dios y el pueblo espafiol, con el que termina identificandose Es el mensajero de Dios para mediar descargas entre los hombres y para recoger con su palabra, como un pararrayos, las violencias que pesan en el aire de la conciencia colectiva, haciéndolas descargar sobre si. La palabra poética crea mediacién, comunicacién y respiro entre los hombres. [...] El poeta alcanza asi una funcién mesianica, que alcanza su punto cumbre cuando es precisamente e1 Mesias su tema creativo, porque en él pueden sentir y hablar fundidas la figura del redentor por antonomasia, la figura del pueblo sufriente y la figura del poeta que habla entre los dos. (GOnzalez de Cardedal 63-64) Esta funcién mesianica tiene consecuencias directas en la poesia de Leén Felipe, como ya se ha indicado anteriormente, puesto que después de la guerra civil y su consiguiente exilio, el poeta encarna al nuevo Moisés que guia los pasos de su tribu en el desierto del destierro, aspecto que desarrollaremos en el préximo capitulo. Bajo estos presupuestos se comprenden mejor las enigmaticas palabras que le escribio don Miguel a Teixeira de Pascoes el 28 de julio de 1913 y que manifiestan los propOsitos que le impulsaron a componer dicha obra: 52 A mi me ha dado ahora por formular la fe de mi pueblo, su cristologia realista, y ... lo estoy haciendo en verso. Es un poema que se titulara Anta e1 Cristo de Velazgaez, y del que llevo mas de setecientos endecasilabos. Quiero hacer una cosa cristiana, biblica y... espafiola. (Cit. en Garcia de la Concha 17) Ahora bien, aqué significaba para Unamuno escribir una cosa biblica? Como en ninguna otra obra castellana la palabra del poeta es la misma palabra biblica, trenzada, ampliada, resonada y aplicada. Parece como si Unamuno se hubiera propuesto seguir el precepto de Hamann, a quien leyo. Este escribia en sus Meditaciones biblicas (N 1,243): 'La Sagrada Escritura deberia ser nuestro diccionario y nuestro instrumental verbal, sobre los cuales se fundamentasen todos los conceptos y lenguajes del cristiano, en los cuales consistiesen y con los cuales compusiesen.‘ (Gonzalez de Cardedal 26) Y precisamente eso es lo que hace Unamuno, pues a través de la cita biblica carga el lenguaje de un contenido simbOlico que se halla en estrecha relaciOn con el elemento pictérico. El simbolo 1e proporciona a Unamuno la estrategia idénea para expresar esa realidad doblemente abstracta que es la contemplacién del cuadro y el tema de Cristo. El proceso de simbolizacién parte de lo material-referencial, es decir, de la percepcién sensorial de lo representado en el cuadro para dar el salto hacia la abstraccién. De todos los simbolos que forman parte de E1_Cr1ata_da Velazgaez tal vea sea la pareja "luz-oscuridad" la que mas importancia tenga en la obra, al ser el centro sobre el que gravitan el resto de los expresados simbélicos. Ese contraste entre la blancura exangue del de Cristo y el fondo oscuro del cuadro, que viene a ser e1 manto que lo cubre, anula la aparente lucha de contrarios establecida en el 53 binomio luz—tinieblas, hecho que se comprueba en las imagenes subordinadas a estos dos planos: Te envuelve Dios, tinieblas de que brota la luz que nos rechazas; escondida sin tu pecho, su espejo. Tu le sacas a la noche cerrada el entresijo de la Divinidad, su blanca sangre luz derretida; porque Tu, el Hombre, cuerpo tomaste donde la incorpérea luz, que es tinieblas para el ojo humano corporal, en amor se incorporase. Tu hiciste a Dios, Senor, para nosotros. Tu has mejido tu sangre, tuya y nuestra, tributo humano, con la luz que surge de la eterna infinita noche oscura con el jugo divino. Y es herida que abrio el fulgor rasgando las tinieblas de Dios, tu Padre, el sol que ardiendo alumbra por tu pecho, de hirviente amor llagado. [. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .] Tu humanidad devuelve a las tinieblas de Dios la lumbre oculta en sus hondones y es espejo de Dios. (104) En estos versos se observa que tanto la oscuridad como la luz proceden de la Divinidad; del contraste del Padre (Tinieblas) con el Hijo (Luz) resulta la unidad, puesto que es la humanidad de Cristo la que transciende la dialéctica de los opuestos. Y es asi como consigue Unamuno superar la unica y principal "contradiccién" que tiranizaba su alma: e1 deseo de inmortalidad en el ser humano, la eternizacién de su conciencia individual: III Y el Senor para el cuerpo Revelacién del alma que es el cuerpo, la fuente del dolor y de la vida, inmortalizador cuerpo del Hombre, carne que se hace idea ante los ojos, cuerpo de Dios, e1 Evangelio eterno: milagro es este del pincel mostrandonos a1 Hombre que murio por redimirnos de la muerte fatidica del hombre; 54 la Humanidad eterna ante los ojos nos presenta. inos también de carne, de sangre y de dolor son, y de vida! Este es el Dios a que se ve; es el Hombre; este es el Dios a cuyo cuerpo prenden nuestros ojos, las manos del espiritu. (92) Cristo se convierte en el mediador que le permite al hombre acceder al misterio, puesto que refleja la luz de Dios en su cuerpo, de la misma manera que la luna refleja la luz del sol, protegiendo al hombre de las tinieblas que dicho l3 deslumbramiento provocaria. Pero no se ha de pasar por alto que "Cristo es el Dios que se ve," por ello el hecho de que Unamuno parta de la contemplacién del cuadro de Velazquez es aun mas significativo, ya que ése es el Cristo que nos llega por la vista. Recordemos e1 salmo I transcrito paginas atras y cOmo en él el yo-orante clamaba con voz desgarrada las ansias de ver el rostro de Dios; ese grito ronco se ha calmado con la visiOn del Cristo pintado por Velazquez, al que se suma el discurso poético para crear una obra total. Resulta imposible, sin embargo, dadas las caracteristicas de este estudio, analizar todos los simbolos que aparecen en El Crista aa Valazgaaz; tan sélo vamos a tratar aqui los que, de alguna forma, se pueden rastrear después en los poetas de postguerra; como son, por ejemplo, el simbolo de la luz, el de la sangro, e1 del inbol, el de la cruz, si bien es cierto que ninguno de ellos se desarrolla independientemente, sino que acaban interrelacionandose mutuamente. De hecho, Unamuno se sirve de la técnica del ” Dicha explicaciOn la hallamos en el estudio de Roberto Paoli, Migaa1 aa Unamuaa. Poesie. 55 encadenamiento para poner en marcha este universo simbélico: la "luz" nace de la blancura del cuerpo de Cristo desangrado y se potencia al identificarse con la blancura de la hostia ("tu cuerpo de hombre con blancura de hostia" [100]), con la del cordero ("Cordero blanco del Senor, que quitas los pecados del mundo" [125]), con el espejo ("blanco tu cuerpo esta como el espejo / del padre de la luz, del sol vivifico" [94]), y con la de la luna ("luna desnuda en la estrellada noche" [98]), entre otros ejemplos. En lo que se refiere al simbolo de la cruz, Unamuno despliega toda una serie de asociaciones que concentran los principales valores simbélicos adquiridos en las diferentes tradiciones. La consulta del Diacionaria aa aimbalaa de Cirlot confirma el trabajo de orfebreria llevado a cabo por el poeta bilbaino a1 engarzar cada uno de esos significados en simbolos subsidarios que resaltan la multidimensionalidad del simbolo principal. Sobre la "cruz" escribe Cirlot: en el complejo simbolismo de la cruz [...] entran dos factores esenciales: el de la cruz propiamente dicha y el de la crucifixién o 'estar sobre la cruz.‘ En primer lugar, la cruz se ofrece como una derivacién dramatica, como una invorsién dol érbol do la vida paradisiaco. Cual acontece con el arbol de la vida, la cruz es un 'eje del mundo.‘ Situada en el centro mistico del cosmos, es o1 puonto o la oscalora por los quo las alma: subon hacia Dios. Consecuentemente, la cruz establece la relacién primaria entre los dos mundos (terrestre y celeste), pero también, a causa del neto travesafio que corta la linea vertical que corresponde a los citados significados (eje del mundo, simbolo del nivel), os una conjuncién do contrarios, on Io quo casan o1 principio ospiritual y vortical con o1 ordon do 1a manifostacién y do 1a tiorra; de ahi su transformacién en sontido agénico do lucha y de instrumento de martirio. [...] En sentido ideal y simbélico, estar crucificado es vivir la esencia del 56 antagonismo base que constituye la existencia, su dolor agénico, su cruce de posibilidades y de imposibilidades, de construccién y destrucciOn. Segun Evola, la cruz simboliza la integraciOn de la septuplicidad del espacio y del tiempo, como forma que retiene y a la vez destruye el libre movimiento; por esto, la cruz es la antitesis de la serpiente o dragOn Ouroboros, que expresa el dinamismo primordial anarquico anterior al cosmos (orden). Por ello hay una relacién estrecha entre la cruz y la espada, puesto que ambas se esgrimen contra el monstruo primordial. (154-56, énfasis afiadido) En el poema XXXVI de la Primera Parte, titulado "Serpiente," se presenta la cruz como inversiOn del érbol de la vida, y se rememora el momento de la caida del hombre en el Jardin de Edén. El yo—poematico no centra su atencién en los protagonistas, sino que vuelve su mirada hacia la serpiente, enroscada al arbol de la ciencia y portadora de las desgracias del hombre: [...] La serpiente primitiva, el dragOn que resistiendo servir a Dios rastrero se enroscara a1 arbol de la ciencia, a nuestros padres tenté, trayendo perdicién al mundo. Y Tu, blanco DragOn de nuestra cura, del Arbol do 1a Huorto suspendido todo el veneno del dolor recoges. [. . . . . . . . . . . . . . . .] iCon tu destral la muerte lefiadora nuestro arbol de la ciencia descuajando, tallO tu cruz, como quien talla un potro, y en ella fue a morir estrangulada entre tus brazos, rigidos de amor! (157-58, énfasis afiadido) Sin embargo, inmediatamente se confronta a esta serpiente con la serpiente blanca que simboliza el cuerpo de Cristo enroscado al arbol de la muerte, la cruz, y que en ultima instancia va a convertirse en el arbol de la vida para el hombre. El epiteto "blanco" tiene e1 poder de alterar las significaciones atribuidas habitualmente a los simbolos del 57 dragén y de la serpiente como fuerzas de destrucciOn. Pero, acOmo consigue el yo del poema darle la vuelta a estos simbolos de manera tan drastica? Lo hace acogiéndose a la unica significacién positiva de la serpiente que aparece en la Biblia; se trata del relato de Nm 21.8-9, en donde Yahveh, enfurecido por las quejas de su pueblo, les castiga con una plaga de serpientes venenosas; escarmentados, le piden a Moisés que convenza al Sefior para que les perdone y aparte de ellos las serpientes. Yahveh le responde a Moisés lo siguiente: "—Haz una serpiente venenosa y colécala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedaran sanos a1 mirarla." Cristo se identifica asi con la serpiente de acero que sana el dolor del hombre; su agonia en la cruz supera la lucha de fuerzas opuestas que escinden la existencia humana, es decir, transciende esa insistente batalla entre la temporalidad terrena y el ansia de inmortalidad, como expreSan estos versos del poema "Cuatro clavos”: "hijos del arte humano, te enclavijan / a1 arbol do tu muorto y vida nuostra" (223, énfasis afiadido). La cruz va a representar también el arbol del que penden nuestras almas como hojas secas y que el "cierzo del abismo" arranca de las ramas. En su trayectoria, las almas se deslizan por el pecho de Cristo hasta caer a sus pies, en donde un rio de sangre divina las arrastra finalmente al mar de la vida eterna: Forman las almas el follaje prieto del arbol de la cruz, por él unidas en hermandad de amor, y se estremecen en corro a la cabeza coronada por la melena, negra cual la noche, del blanco Nazareno; y cuando, al cabo, 58 el cierzo del abismo las arranca de la copa del arbol misterioso, van al caer rodando por el pecho blanco del Cristo, y a su pie se pierden en el rio de sangre que las lleva de la vida eternal al mar sin fondo. (150) En el fragmento transcrito aparece la cruz como eje del mundo, como "centro mistico del cosmos." En otro poema, "Escala," se presenta el simbolo de la cruz como escalera por la que el hombre alcanza la gracia de Dios: La escala de Jacob, cuando dormido en Haran——una piedra cabecera-—, sofié, donde subian y bajaban los angeles, era tu cruz; sobre ella voz de tu Dios nos dice: ';Soy contigo! iTe guardaré y te llevaré a tu patria!‘ Que es tu cruz graderia de la gloria y es la firme palanca con que el hombre, si tiene fe, traslada el universo de las montafias todas, y es el punto de apoyo el corazén, si diamantino del amor en el horno cristaliza. (156) estos versos asocian la cruz con la escalera de Jacob por la cual llega el hombre a conocer a Dios. Una vez mas, se comprueba la conexiOn que establece Unamuno entre el Antiguo y el Nuevo Testamento a través de la versatilidad de los simbolos utilizados. En estrecha relaciOn con el simbolo "cruz-arbol" aparece la zarza. El cuerpo de Cristo es la rosa de cinco pétalos que pende del "zarzal-cruz": Como la rosa del zarzal bravio --y zarzal es tu cruz, lecho de espinas——, blanco y con cinco pétalos tu cuerpo; como la rosa del zarzal que ardia sobre el monte de Dios sin consumirse, (119) Se podria decir que cada simbolo establece un hilo de continuidad entre e1 Antiguo y el Nuevo Testamento; en este 59 caso la zarza ardiente de Moisés en el Sinai proyecta su luz hacia la cruz de Cristo. De hecho, tenemos aqui insinuada la cruz como simbolo del fuego a través de la mediacién del zarzal en llamas. En el poema "Balanza" la cruz va a expresar esa "conjuncién de contrarios, en la que casan e1 principio espiritual y vertical con el orden de la manifestacién y de la tierra," como sefialaba Cirlot: Tu Padre, con sus manos tenebrosas bajo las tuyas, que la sangre alumbra, tiene a tu cruz la inmensidad cubriendo como balanza de pesar estrellas. Da libertad tu diestra ya enclavada, y a la igualdad nos citas con la mano del corazén, que te igualo a nosotros --siendo las dos un mismo travesafio--; y entre ambos brazos de la cruz al cielo, como retofio, de tu pecho sube de la fraternidad la fuerte viga, de tu lecho de muerte cabecera y sostén de la gloria. (191) El travesafio horizontal sostiene las manos de Cristo portadoras de los dones ofrecidos a1 hombre: libertad e igualdad; este travesafio simboliza lo humano, lo terrestre. El madero vertical simboliza, en cambio, lo divino, el ambito celestial. La cruz cobija asi esa conjuncién armOnica de contrarios por medio del sufrimiento humanizador del Mesias. Finalmente, el simbolo de la espada asume la identificacién del cuerpo de Cristo con la cruz. Se vuelve a1 episodio inicial de Gn 3.23-24 para establecer dicha conexiOn y eres espada que arde, brasa pura, cual aquella querubica que veda el camino del arbol de la vida del paraiso. Y eres blanca llama 6O de la hoguera, crisol de nuestras almas, que liquida el dolor y lo trasmuda en rio que va al sol, que es mar de fuego. Blanca llama, relampago que es sangre de las tinieblas, [...]. (145) Lo interesante del fragmento citado es la asociacién establecida a partir de los versiculos del Génesis con la espada llameante: "Echo al hombre, y a oriente del parque de Edén coloco a los querubines y la espada llameante que oscilaba, para cerrar e1 camino del arbol de la vida." No 5610 se identifica el cuerpo de Cristo con la espada por su forma sino que, a partir de la comparacién con la espada incandescente de los querubines, pasa a ser esa "blanca llama," lo cual nos remite otra vez a1 simbolo de la luz. Como se puede observar por medio de estos ejemplos, se crea un circulo simbOlico completamente cerrado cuyo centro es siempre e1 cuerpo de Cristo. De la misma manera, la sangre derramada, que simboliza la redencién del hombre a través del sacrificio de Jesucristo, vuelve a remitir a la luz: "Tu le sacas a la noche cerrada e1 entresijo / de la Divinidad, su blanca sangre / luz derretida" (103). La sangre de Cristo se mezcla, en el ritual de la muerte en la cruz, con la sangre del hombre y, en ultima instancia, "con la luz que surge / de la eterna infinita noche oscura" (103), como se comprueba en el poema transcrito mas arriba. Pero es el poema titulado precisamente "Sangre" en donde este simbolo alcanza su maximo desarrollo: Blanco Cristo que diste por nosotros toda tu sangre, Cristo desangrado 61 que el jugo de tus venas todo diste por nuestra rancia sangre emponzofiada; lago en seco, esclarece tus blancuras ese rio de sangre que a tus plantas riega el valle de lagrimas. La sangre que esparciste en perdOn es la que enciende, donde su planta fue, tu eterna lumbre; la sangre que nos diste es la que deja, pan candeal, tu cuerpo blanco. Sangre; roja tu sangre como luz cernida por panes--pétalos--del oro dulce, nunca sofiada flor de los redafios de la tierra en un tiempo incandescente iSangre! iSangre; Por Ti, Cristo, es la sangre vino en que ante la sed fiera del alma se estruja el universo. Los racimos de estrellas temblorosas que colgando de la celeste bOveda—-la parra que del eterno sol a nuestra tierra guarda que no la escalde—-esos racimos de estrellas, aqué destilan sino sangre? gQué es su luz sino sangre que se enciende con el amor? La sangre en la vida de la carne se guarda, nos redime; ni da fruto el amor sin sangre. Blanco quedaste al agotarla a fondo, entera; [. . . . . . .] Toda sangre se hizo la luna. Tu, Hijo del hombre, fuiste de nuestra sangre, y por nosotros vertiste toda y con el mar cubriste de tu sangre a los hombres. Tu, cordero de la sangre de amor siempre sin merma, restafiaste con esa sangre roja la mancha del pecado--la conciencia del mal obrar, que hace remordimiento—- y nos dejas marchar quitos del peso que al corazOn nuestra cabeza abruma. (109-111) Queda claro en los versos transcritos que la sangre vertida por Cristo es la fuente de la que bebe e1 ser humano para calmar su sed de eternidad, mientras que la sangre del hombre corre emponzofiada por sus venas y es un liquido venenoso que no genera mas que muerte. Unamuno recurre en este poema a la cita de Lv 17.11 "la vida de la carne es la sangre," cuya menciOn incorpora al margen del texto, para potenciar su valor como sede de la vida. Es ademas la sangre de Cristo la 62 que ilumina el camino que debe seguir el hombre para hallar el perdOn y la que instaura la nueva alianza entre Dios y su pueblo. En la postguerra se volvera constantemente a1 motivo de la sangre, pero esta vez, y tras el ingente sacrificio humano vivido en la dos guerras, la espafiola y la europea, es la sangre del hombre la que corre en un rio de angustia que asfixia hasta el exterminio, como se constata en los poemas de Otero "Crecida" y la "2' Palinodia: la sangre" de Damaso Alonso. Por su parte, y desde el exilio territorial, LeOn Felipe se apropia de este mismo simbolo como mecanismo de purificacién espiritual a través del cual habra de redimirse y renovarse la Humanidad entera. En este sentido, el simbolo de la sangre puede analizarse desde el concepto de reversibilidad con el que hemos definido e1 lenguaje biblico de la postguerra y que trataremos en detalle en el capitulo cuarto. La importancia del simbolo de la sangre pone en funcionamiento el mecanismo de los mitos en E1_Cr1§ta_aa Valazgaaz, al llevarse a cabo en ciertos poemas una singular .mezcla de liquidos: la sangre de Cristo se confunde con el sudor de Adan, y asi se produce la identificacién de ambas figuras. Es mas, la sangre de Cristo redime e1 sudor de Adén : [...] Angel del dolor. Y tu pedias que te apartara el caliz de la pena. Mas no, mi Adan, que con sudor de sangre regando nuestra tierra, has de ganarnos el pan de nuestra vida. (209) 63 Estos versos culminan el proceso que habia comenzado en el poema "Melena," en donde se fusionaban e1 sudor de Cristo con el de Adan: [...] Y por ellos, garba de luto, resbalaron por el huerto de olivar los densos goterones del sudor de la angustia del espiritu, y cayendo a la tierra dolorida mezclaronse al sudor con que en castigo Adan mojara e1 pan de su trabajo. (206) Pero la sangre de Cristo no sOlo redime a Adan, sino también a Eva, como expresan los poemas "Verija" y "Vientre." En este ultimo, el vientre de la Virgen Maria cobija el cuerpo redentor de Cristo y esta sangre "del rescate“ limpia la culpa de Eva: Los nueve oscuros meses que en el vientre de tu madre viviste de tinieblas, recibias la sangre del rescate, la sangre humana que pagO la culpa, del seno de mujer, la carne de Eva. (242) La eterna salvacién de Eva queda aun mas clara en el ya mencionado poema "Verija," en donde ésta se transforma en "Eva de la gracia" y Cristo recibe, asi, el nombre de "Adan de gracia": De la Eva de la gracia, madre virgen, en las entrafias Tu, Adan de gracia, carne de padre pecador tomando virgen la diste de la cruz al lecho. (243) No cabe duda de que estos versos se encuentran en estrecha relacién con los de Carmen Conde en Mujar ain Eaaa, en donde el llanto de Maria por el sacrificio de su hijo se iguala al dolor de Eva por la muerte de Abel; aunque en el texto de Conde ni la sangre de Cristo ni la pureza de Maria lleguen jamas a redimir 1a culpa de Eva. Mas adelante estudiaremos 64 las consecuencias que este paralelismo trae consigo en la poesia del exilio interior escrita por mujeres. Sin embargo, este proceso de identificaciones no culmina aqui, sino que, a través de la figura de Adan, Cristo se hermana con el hombre: 'iMi espiritu en tus manos encomiendo!,' le dijiste a tu Padre, ante quien tiemblan las aguas, y temblO la tierra toda de parto en agonia. Y era el alma de larga espera, la de Adan, Encélado que a1 sentir en sus huesos de tu sangre calarle el riego, sacudiO la capa del barro maternal que le cubriera. Por su boca enfusOle Dios el alma, y le entregaste tu postrer aliento por tu boca, Jesus, eterna fuente que canta en la espesura de la selva. (174) Garcia de la Concha aclara el significado de estos versos en su edicién critica: Y al toda El pasaje se entiende a partir de 'Encélado,‘ temible gigante mitolégico, hijo del Titan y de la Tierra, a quien Jupiter sepultO bajo el volcan Etna y que, segun la creencia popular, producia los terremotos de Sicilia. Nuevo Encélado, Adan, cuando en su larga espera de resurreccién siente en sus huesos el riego de la sangre de la vida, de Cristo, sacude la capa de tierra que lo cubre como sepulcro y hace temblar la tierra toda. El apoyo biblico del fragmento esta en Mateo 27,51 y sig.: 'temblO la tierra, rompiéndose la piedras y muchos cuerpos de justos que habian muerto, resucitaron.‘ (174) resucitar el primer hombre y limpiarse el primer pecado, la Humanidad queda redimida. No Obstante, el simbolo de la sangre no agota sus valores significativos aqui sino que conduce a otro de los mitos mas productivos en la obra de Unamuno, el de Cain: Cordero blanco del Sefior, que quitas los pecados del mundo y que restafias la sangre de Cain con la que corre de tu hendido costado, es mansedumbre divina la blancura de tu cuerpo, 65 resignaciOn la luz del foco ardiente de tu fiel corazOn: [...]. (125) En el pasaje citado, Cristo detiene la sangre de Cain, consecuencia del asesinato fratricida, con la misma sangre que brota de su costado. Manfred Lurker destaca en su I Diaciaaaria aa 1maganaa y aimbaloa aa la Biblia, a1 mencionar el texto de Gn 4.10, que "la sangre es pura fuerza vital, puede gritar al cielo." El texto biblico no puede ser mas explicito a este respecto: El Sefior le replica: -5Qué has hecho? La sangre de tu hermano me esta gritando desde la tierra. Por eso te maldice esa tierra, que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos 1a sangre de tu hermano. Aunque cultives la tierra, no te pagara con su fecundidad. Andaras errante y perdido por el mundo. Este fragmento constituye precisamente una de las claves interpretativas fundamentales de la postguerra, a la que volveremos en el capitulo cuarto: la sangre derramada del hermano le grita a Dios desde la tierra en sefial de los crimenes cometidos y maldice a Cain, maldice a1 hombre. Es el callején sin salida de la sangre, del que el fratricida no podra huir jamas. En el poema "Salud" se amplifican aun mas las posibilidades que este mito trae consigo hasta llegar a la identificacién de Cristo con Abel, ambos victimas de la muerte humana, simbolos de la sangre derramada por el justo: "nuevo pastor Abel, mas tus hermanos / te segaron e1 hilo de la vida; / no natural tu muerte, sino humana" (253). Afios mas tarde, Damaso Alonso incluira en H11a§_aa_1a_ira un poema titulado ”El ultimo Cain," heredero directo de estos versos 66 unamunianos. Este Cain ha asesinado a todos sus hermanos y anda errante por el mundo, sin rumbo, sin tener un lugar adonde ir, en absoluta soledad: Hundete, pues, con tu torva historia de crimenes, precipitate contra los vengadores fantasmas, desvanécete, fantasma entre los fantasmas, gélida sombre entre las sombras, tu, maldicién de Dios, postrer Cain, el hombre. (102) 2.4. El tono ¢.~.tit.’i.n:l.t:al4 El tema cainita se convierte asi en uno los motivos favoritos de Miguel de Unamuno, que desarrollO con intensidad en el ensayo, la novela, el teatro y la poesia.15 Lo sera también para Antonio Machado y, a partir de aqui, su huella inextinguible se rastrea en la poesia de postguerra. Este tema ha sido, de hecho, tratado extensamente en el estudio de Mercedes Acillona "El tema cainita en la poesia contemporanea," en donde se observa cOmo e1 mito de Cain se convierte en la expresién mas acabada del problema de Espafia en el siglo XX, al mismo tiempo que su versatilidad y capacidad plurisimbélica lo hacen adaptable a las diferentes sensibilidades poéticas.l6 El relato de Génesis 4 conmoviO ” Para el tratamiento y desarrollo de esta seccién hemos seguido e1 articulo de Mercedes Acillona, "El tema cainita en la poesia contemporanea." lsEl tema cainita en la obra de Unamuno ha sido Objeto de varios estudios. Destacamos aqui el de Carlos Claveria: "Sobre el tema de Cain en la obra de Unamuno" incluido en W. l6Desde los poemas existencialistas de Damaso Alonso y Carmen Conde a los surrealistas de Juan Eduardo-Cirlot--tal es el caso del "Poema de Abel" incluido en Canta aa la yiaa muerta. 67 profundamente a los poetas espafioles, que hallaron en la figura de Cain e1 modelo existencial mas adecuado para canalizar toda una problematica. Cain es el artifice del primer crimen sobre la tierra, resultado de la envidia que le profesaba a su hermano Abel, el preferido de Yahveh. Hay en Cain rebeldia, ira, soberbia. Su crimen es la culminacién de una pregunta: éPOI qué el carifio de Dios se inclina hacia Abel siendo Cain e1 primogénito, el que por derecho deberia recibir tales atenciones? gPor qué las ofrendas de Cain no satisfacen de la misma manera a Yahveh? El Génesis no da cuenta del por qué de esta preferencia. Sin embargo, Cain no saldra indemne de su falta: la maldiciOn de Dios recaera sobre él, sufrira el destierro, su destino sera el de vagar sin rumbo, arrastrando el peso de su culpa y de su estigma: "Y el Senor marcO a Cain, para que no lo matara quien lo encontrara" (Gn 4.15). Cain no es 8610 el precedente del primer asesinato, sino que la sangre de su hermano es precedente de la sangre derramada por el justo: Al asesinar Cain a su hermano Abel, se convierte en precedente biblico. Su sangre resulta también precedente de la sangre derramada por el justo. Job v.16,18 y Hebreos 12,24 aportan dos nuevas ideas: el justo, por serlo, padecera persecucién por el impio y la sangre del justo redimira la tierra. (Acillona, "El tema cainita" 146) Todos estos elementos colaboran para hacer de la figura de Cain un mito tremendamente atractivo y poseedor de unas potencialidades literarias inagotables. Ya desde el prerromanticismo podemos rastrear su huella en las obras de Gesshner, Metastasio o Kolpostock (Acillona, "El tema 68 cainita" 146), pero su culminacién tendra lugar en pleno Romanticismo y gracias a la pluma de dos de sus grandes vates, Lord Byron y Victor Hugo. El Cain de Byron, se aleja de la fidelidad al texto biblico para perfilar 1a figura de todo un héroe romantico que encarna la rebelién contra el orden establecido, incluso el motivo de la envidia queda en un segundo plano: Lord Byron, a1 rechazar la versiOn biblica de la envidia como motivo del primer crimen de la historia, esta guiado por su deseo de exaltar romanticamente en Cain al primer rebelde contra el dogmatismo y el orden injusto de la CreaciOn. (Marban 37) Este Cain representa al "hombre espiritualmente enfermo" (Acillona, "El mito cainita" 147), que sufre e1 desengafio provocado por la abierta confrontaciOn con ese orden establecido. Las consecuencias de la versién byroniana del mito se traspasaran a1 siglo XX: El ser culpable y castigado a la existencia, protesta viva ante la divinidad, encuentra en el modelo byroniano una definitiva expresién del hombre hostigado por el misterio de la vida. El paradigmatico personaje dramatico romantico de Byron es la base para la comprensiOn del tema cainita en el siglo siguiente. Asume todas las cualidades heroicas que el personaje biblico guardaba virtualmente y lo convierte asi no 5610 en el asesino sino en el hombre universal contagiado de muerte, mal y culpa. Cain no es ya el asesino estigmatizado, ahora cualquier hombre es Cain. (Acillona, "E1 mito cainita" 146) Afirmacién esta ultima que nos remite una vez mas a los versos arriba mencionados de Damaso Alonso asi como a los del Paama del aoldado de Angelina Gatell. No cabe duda que el legado de este Cain de Byron va a ser decisivo en el siglo XX, como tambien sera decisiva, aunque en menor medida, la imagen ofrecida por Victor Hugo en La aanaaiaaaa-—incluido en 69 LEW (1857)". en donde Cain es el fugitivo, el hombre errante que huye de Dios para escapar de su culpa y su consiguiente castigo. Y es aqui cuando le llega el turno a Miguel de Unamuno y a Antonio Machado, en ambos el tema cainita sera motivo de inspiracién literaria y asunto de reflexién, como demuestra e1 intercambio epistolar que mantuvieron. En ambos se vuelve a una lectura mas fiel al relato biblico en donde ese talante universal que veiamos en Byron cede su lugar para enfocarse en la particular circunstancia histOrica de Espafia, en la denuncia de ese odio ancestral que respiran sus pueblos: Y asi el Cain biblico recupera en la poesia de la generacién del 98 su sentido primitivo, el crimen por envidia. Cain no se revuelve contra Dios, se revuelve contra el hombre. Y el tema se aleja de la injusticia césmica para insertarse en la injusticia humana, en la ética del problema nacional. (Acillona, "El tema cainita" 148) Parece ser que el interés por el tema surgié antes en Antonio Machado en sus Campos da Castilla que en Unamuno, si bien es cierto que dicho mito se convertira en una constante "vital," en casi una obsesiOn para este ultimo. En 1910 publicaba por primera vez Antonio Machado unos versos dedicados a la tétrica figura del homicida: Veréis llanuras bélicas y paramos de asceta —-no fue por estos campos e1 biblico jardin--: son tierras para el aguila, un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Cain. (Eaaaiaa cpmnletaa 154) Estos versos, que pertenecen a1 poema titulado "Por tierras de Espafia" y que sera incluido posteriormente en Camaaa_aa Castilla, desarrollan una de las imagenes mas fructiferas en 70 lo que se refiere a la materializacién poética de Cain, la de su sombra; el mismo Unamuno tuvo oportunidad de comentar su importancia en el ensayo "Junto a la cerca del paraiso" (4— IX-l916): Y veis también cruzar la sombra de Cain, como la vio cruzar por tierras del alto Duero Antonio Machado, el poeta de estas soledades jugosas de misterioso genesiaco. Y cruza la sombra de Abel, el pastor que manda al cielo el humo de la ofrenda. Al cielo que apedrea los pastos y alguna vez mata con su pedrisco las ovejas. (Garcia Blanco 258) Unamuno extiende esta imagen a la figura de Abel, con lo que quedan sugeridas las dos estirpes que cruzan los campos de Castilla, la cainita de los labriegos, y la abelita de los pastores. Estos mismos versos de Machado llegaron a inspirar varias composiciones poéticas de su Caaaiaaara, especialmente la n. 1023: Por la cafiada va la cabafia, sigue el cordel, buscando sombra isombra en Espafia! sombra de Abel... (2aaa1a_aama1ata 3: 487) En lo que se refiere a1 poema de Machado "Por tierras de Espafia," la figura de Cain materializa la envidia nacional, y proporciona el perfil ético del hombre espafiol (Acillona, "El tema cainita" 148) que aparece trazado con un agudo realismo: Los ojos siempre turbios de envidia 0 de tristeza guarda su presa y llora la que el vecino alcanza; ni para su infortunio ni goza su riqueza; 1e hieren y acongojan fortuna y malandanza. (Poesias comalatas 54) Este retrato impresionO con hondura a don Miguel que en carta a José Maria Palacio escribe: Ese hombre-tipo con los ojos siempre turbios de envidia 71 - r go. 2» as~ .. ... § ... ... 5 «~» L- A ~‘ “‘1 0 de tristeza, a quien hieren y acongojan fortuna y malandanza, tiene sus virtudes, las recias virtudes cainitas. Y no me cabe duda de que si Cain no mata a Abel éste habria matado a aquél, pero poco a poco, a alfilerazos. (Garcia Blanco 224—225) En este fragmento Unamuno llega a superar el maniqueismo inicial que el tema encierra, al asumir la culpabilidad de Abel en el fratricidio. Esta idea la desarrollé aun mas en la resefia a Campos de Castilla publicada en La Naaian e1 4 de septiembre de 1912: Mas yo abrigo la triste creencia [...] de que si Cain no mata a Abel habria muerto a manos de éste. No es, pues, tan puro juego aquello que suele preguntarse para confundir al preguntado: 'gquién matO a Cain?‘ esperando que responda: iAbel! La experiencia ensefia que los abelitas, los que conducen sus rebafios, no son menos envidiosos que los que labran la tierra. Es la tierra, la tierra dura, la que hace envidioso al hombre que no sabe dominarla en espiritu. (Garcia Blanco 286—87) El tema cainita en Antonio Machado adquiere una dimensién mas tragica en el poema "La tierra de Alvargonzalez," publicado en 1912 en el Mundial Magazina y que constituye una de las piezas clave a la hora de configurar esa linea de objetivismo desplegada en su Camaas ae Caatilla. La sangre de Cain corre en las venas del labriego castellano: Mucha sangre de Cain tiene la gente labriega y en el hogar campesino armO la envidia pelea. (£aaaiaa_aama1ataa 185-86) Lo que se presenta como turbia amenaza en estos poemas es esa mezquina crueldad, ese rencor hacia el hermano, hacia el vecino gobernados por la envidia que encarna el gran problema de Espafia y que alimenta esta preocupacién tan tipicamente noventayochista. Pero lo que Machado ya veia en las tempranas fechas de 1910, y en 1912 al publicar "La tierra de 72 Alvargonzalez" llegara a transformarse en una terrible realidad durante la guerra civil, entonces la sangre de Cain se extiende por la tierra espafiola y la maldice. Las reflexiones de Antonio Machado sobre el tema cainita no terminan aqui sino que se expanden ampliamente en una carta que éste escribia a Unamuno con motivo de la lectura de su Aba1 sanahaz, la novela que aborda, como ninguna otra obra, el tema de la envidia. La carta, escrita en Baeza y con fecha del 16 de enero de 1918, es la mas extensa que don Antonio le escribiera a su maestro; transcribiremos aqui tan sOlo algunos fragmentos: Recibi su aael Sanchez, su agrio y terrible Cain, mas fuerte a mis ojos que el de Byron, porque esta sacado de las entrafias de nuestra raza, que son las nuestras, y habla nuestra lengua materna. [...] Cain, hijo del pecado de Adan, desterroné e1 paramo virgen; por él se convirtiO el paraiso en tierra de labranza. La segunda vuelta de arado la dio Jesus, el sembrador. Aprendamos, no obstante a respetar a Cain, porque sin él Jesus no hubiera tenido tierra que 'sembrar. [...] Su Abel Sanahez es libro precristiano que V.—-el hombre del Cristo en el pecho--tenia que escribir para invitarnos a expulsar de nuestras almas al hombre precristiano, a1 gorila genesiaco que todos llevamos dentro. Su Cain de V. es, ciertamente, la envidia: e1 odio a nuestro prOjimo por amor de nosotros mismos. [...] Yo no veo en este libro fundamental sino la gran lucha del hombre para crear el sentimiento de la fraternidad, que culmina en Jesus. [...] Porque e1 cainismo perdura a pesar de Cristo; pasa del individuo a la familia, a la casta, a la clase, y hoy lo vemos extendido a las naciones, en ese sentimiento tan fuerte y tan vil que se llama patriotismo. [...] Vengamos al Cristo. Si la envidia es el odio al prOjimo por amor de nosotros mismos, aqué sera la fraternidad? [...] Me parece mas bien la fraternidad el amor a1 préjimo por amor al padre comun. [...] Yo no tengo derecho a convertir a mi prOjimo en un espejo para verme y adorarme a mi mismo; este narcisismo es anticristiano; [...] Con el inmenso amor que sientes por ti mismo—~creo yo leer en Jesus--, ama a tu hermano, que 73 es igual a ti, pero que no eres tu; reconoceras en él a un hermano; pero lo que hay de comun entre vosotros es la sangre de Dios mismo, vuestro padre. [...] siempre me pareciO que la filosofia moderna, habiendo instituido en dogma la necesidad de separar la razOn de la fe, olvida demasiado la profunda significaciOn del cristianismo. [...] Pero entonces, 5a qué vino Cristo al mundo? El nos revelé valores universales que no son de naturaleza légica; los nuevos caminos de corazOn a corazén, por donde se marcha tan seguro como de un entendimiento a otro, y la verdadera realidad de las ideas, su contenido cordial, su vitalidad. (Garcia Blanco 253—58) Termina Machado su extraordinaria carta con la exclamacién "Guerra a Cain y viva e1 Cristo." En este texto quedan manifiestos los principios poetOlOgicos fundamentales de don Antonio, y en cierto modo, también los de Unamuno. Para ambos poetas, las dos fuentes primordiales de las que bebieron a la hora de tratar el tema fueron e1 Cain de Lord Byron y el texto biblico, que intentan arraigar en la realidad espafiola, "en las entrafias de nuestra raza." De hecho, la lectura del Antiguo Testamento les coloca en la veta de lo humano, pues es éste "el libro humano por excelencia." Las consecuencias de esta afirmacién resultan ilimitadas si tenemos en cuenta el uso del lenguaje biblico en la postguerra y el contexto de rehumanizacién en el que esta poesia se inscribe. Por otro lado, e1 vinculo de unién establecido entre Cain y Cristo que presenta aqui Machado, al ser Cain el que previamente labra la tierra para que luego Cristo siembre en ella, nos remonta a los versos de E1_Cr1ata da yalazaaaz "restafias / la sangre de Cain con la que corre / de tu hendido constado." Tanto en los poemas de Camaa§_aa Ca§t1lla como en el Abel Sanchez de Unamuno, se da escape a 74 esa "gorila genesiaco" u hombre precristiano, y que en otro lugar Machado denomina "lo elemental humano," a1 referirse a los romances que componen "La tierra de Alvargonzalez": Mis romances no emanan de las heroicas gestas, sino del pueblo que las compuso y de la tierra donde se cantaron; mis romances miran a lo elemental humano, al campo de Castilla y al libro I de Moisés, llamado Génesis. (Poesias aomaletas 79) Pero lo mas destacado de la resefia al Aha1_saaahaz es cOmo llega a incardinar Machado la envidia de Cain con la idea de la "otredad" tan presente en sus Nueyaa Caaaionaa, especialmente en la parte titulada "Proverbios y Cantares." La envidia, el odio a nuestro prOjimo, nace de un exceso de amor a nosotros mismos, a ese yo que gobierna nuestra alma: "No es el yo fundamental / eso que busca e1 poeta / sino el tu esencial" (Poesiaa comalatas 295). Se trata asi de amar a1 hermano reconociendo su propia identidad, pero siempre a partir de ese amor comun al padre: "ama a tu hermano, que es igual a ti, pero que no eres tu" (Garcia Blanco 256). De esta manera, Machado expresa en esta carta lo que por aquellas fechas andaba poniendo en verso. Esa misma idea de que el hermano no es un espejo en el que se refleja nuestro propio narcisismo se expresa en los siguientes cantares: IV Mas busca en tu espejo al otro, a1 otro que va contigo. (289) VI Ese tu Narciso ya no se ve en el espejo porque es el espejo mismo. (290) 75 Todo esta teoria del otro la resume Machado de forma definitiva en los versos que transcribimos a continuaciOn: XLII Ensefia e1 Cristo: a tu préjimo amaras como a ti mismo, mas nunca olvides que es otro. (296) Y es el amor al otro lo que le lleva al poeta a probar 1a existencia de Dios. El amor fraternal inicia el camino que conduce a la Divinidad y culmina su busqueda. Por ello, también a Machado, como ya mencionabamos para Unamuno, las grandes verdades se le revelaron por via cordial. El cometido de la filosofia moderna de separar razén y fe resulta completamente valdio, puesto que anula la propia misién cristiana: la revelacién de los valores universales por via cordial, "de corazOn a corazén." A juzgar por lo que llevamos expuesto, se diria que el tema cainita fue tal vez una de las grandes afinidades de pensamiento que compartieron Unamuno y Machado, que los coloca, sin lugar a dudas, en la categoria de precedentes absolutos de este lenguaje biblico cuya huella venimos rastreando a lo largo de este estudio. Sin embargo, don Miguel aun le dara mas vueltas a1 asunto en su obra. Anteriormente hemos estudiado e1 alcance del tema en E1 Crista da ya1azgaez, como parte del entramado simbOlico que sustenta este gran poema, pero dicho motivo habia sido tratado previamente en ensayos que se remontan a la temprana fecha de 1891, aunque no de forma tan directa como se tocara a partir de 1902 en La flaaha. En lo que se refiere a su 76 poesia, el primer poema que registra el tema se publica el 31 de mayo de 1910 como poema suelto; se trata de la composicién "Y dijo Pérez," en ella se identifican e1 beso de Judasl7 con el de Cain como simbolo de la traicién vivida por el hombre ante la inminencia de la muerte: Este es el beso, a1 fin, de despedida, la vida que se va; es el beso de Judas, ide Judas, de la raza de Cain! 3A1 fin, a1 fin, triste tributo, limosna vil, fruto de invierno que en el eterno hielo reposara conmigo, [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .] iOh sudor de Cain, sal de la tierra! envidia, alma del mundo, iahora me besas! Esas tus alabanzas de ultima hora aqué son sino venganzas? Desdéfiame, desdéfiame, no quiero prisionero de ti, de tus abrazos, en tus brazos morir, Cain cobarde, tu infamia bendiciendo... (Paesia aoma1ata 4: 108) "Civilitas," fechado el 19 de octubre, y que pertenece a su obra Rosaria ae sonetos liricas, vuelve abordar el tema. Esta composicién, segun Mercedes Acillona, sostiene el mismo tratamiento cainita como reflexiOn ética universal. La envidia, de imagen conceptista, es nuevo tema de desengafio ante una realidad que no es ya ley de vida, sino ley civil. Cain empieza a enraizarse asi en la vida social de Espafia antes en la poesia que en la prosa de Unamuno. ("El tema cainita" 150) Lo destacable de este soneto es esa dimensién civil que adquiere la envidia como pilar fudamental sobre el que descansa nuestra sociedad: Fue su hijo Cain el que erigiera primero la ciudad en que sustento buscan los lacios, pues la envidia era, ” El Canaianara vuelve a desarrollar esa misma identificaciOn Cain-Judas en el poema n. 1090. 77 es y sera el mas firme cimiento de la hermandad civil, y ley primera; idel crimen fundador el testamento! (Eaas1a_aama1ata 1: 305) El Cain esbozado en estos versos sienta las bases de los caines posteriores de la postguerra que tendremos ocasién de comentar en los prOximos capitulos. No obstante, a medida que pasan los afios y que las propias circunstancias vitales de Unamuno confrontan la problematica nacional, el mito de Cain se agudiza al insertar otros motivos anejos, como es, en este caso el del destierro. A partir de esa vivencia personal, el tema cainita canaliza el punzante dolor de Espafia que adquiere una relevancia extraordinaria en los poemarios Da Fuertayentura a Paris, El Ramaaaera aal dastierra y el Cancionero, escritos durante su exilio forzoso bajo la dictadura de Primo de Rivera. El tratamiento del mito llevado a cabo en estas tres obras experimenta una sensible evolucién hacia el elemento tragico, puesto que de la dimensién metafisica que veiamos en El Cristo as ya1aaaaaa, incluso del planteamiento ético que manifestaba e1 soneto "Civilitas," se pasa ahora al desgarro de una Espafia que comienza a encarar la inminencia de una guerra civil, de una auténtica lucha fratricida (Acillona, "El tema cainita" 151). La experiencia del destierro le situa al escritor cara a cara con la tragedia del mito. En la primera obra de esta triada, e1 soneto LXXXV presenta explicitamente a Cain como simbolo de Espafia: Ay, mas si duermes, sofiaras, ime aterra!, la historia de tu Espafia, pesadilla secular, asera Gredos la rodilla 78 de Cain sobre Abel tendido en tierra? No sofiaras la noble, civil guerra, sino de baderizos la guerrilla. (Poasia aomaleta 2: 334) No es ya Cain un motivo sobre el que escribir y reflexionar; ahora se vive, habita en el alma espafiola y se alza cada vez mas firme su inminente presencia. El destierro revela como nunca hasta ese momento su rostro destructor. Y es a partir de aqui, especialmente en los sonetos LXXXVIII y LXXXIX, cuando comienza a cristalizarse un lenguaje cuyo remanente sera punto de partida, tal vez continuacién, para la poesia de postguerra. Ahora bien, si Unamuno vislumbra y vive las causas de este conflicto, los poetas de los afios cuarenta y cincuenta sufriran en carne y hueso sus consecuencias. La primera estrofa del soneto LXXXIX ejemplifica con bastante elocuencia el nuevo cariz que adopta e1 mito: iAy triste Espafia de Cain, la roja de sangre hermana y por la bilis gualda, muerdes por que no comes, y en la espalda llevas carga de siglos de congoja! (Paasia camalata 2: 337) A medida que la circunstancia personal empeora, a medida que el dolor de Espafia crece en el corazén del poeta, el mito de Cain se sumerge poco a poco, casi de manera inevitable, en el terreno de lo politico. En el poema "AdiOs Espafia" de Ramanaara del destiarro, el yo-poético contempla el sacrificio de su patria a manos de sus verdugos, que tienen las manos manchadas con la sangre inocente de Abel: iAdiOs, mi Dios, el de mi Espafia adiés mi Espafia, la de mi Dios, se me ha arrancado de viva entrafia la fe que os hizo cuna a los dos! [. . . . . . . . . . . . . . . .] 79 Veo en las manos de tus verdugos, mi pobre Espafia, sangre de Abel, y mis hermanos bajo los yugos oigo me dicen: iadiOs, Miguel! (Poesia aomaleta 2: 376— 77) Aqui hemos transcrito tan sOlO dos estrofas, pero la lectura del poema completo permite escuchar las quejas contra la Dictadura de Primo de Rivera, motivo permanente de discordia para Unamuno. Se comprueba asi cOmo, desde la dimensién metafisica que el mito adquiria en El Crista ae yalazgaaz, Unamuno se apropia del tema hasta hacerlo descender a la coyuntura politica: El tema de Espafia vivido desde el destierro cobra una protesta airada que antes no tenia. El dolor de Espafia se hace amor a Espafia [...]. Las referencias a la Dictadura conducen el tema nacional a1 terreno circunstancial y politico. (Acillona, "El tema cainita" 152) El Cancionera prolonga dicha tematica con doce poemas que siguen la linea trazada en De Euertayantara a Paris y en Romancero ael destierro. El tema de las dos Espafias, la de Cain y la de Abel, queda asi visto para sentencia: su confrontacién material tendra lugar en la guerra civil del 36, en donde ambas sangres se aunan en la muerte, y en la que los rostros de la victima y el verdugo se confunden finalmente. No Obstante, a Unamuno no se 1e remansan los animos en su Cancianera, a pesar de ser ésta su ultima empresa poética, y todavia le oiremos gritar con fuerza, como hacia en sus salmos iniciales, para proclamar su misién profética mas acuciante, la de salvar a su pueblo: Sefior, perdona a tu pueblo su culpa, perdénanos! ten piedad de nuestro crimen 8O horrendo, libértanos. La vieja costra de Espafia limpianos de lepra, Dios; miranos rodando en polvo, se hace fango, miranos. El hambre nos ha comido, hambre de Ti, de tu amor; pobre Cain, que por celos cae; Senor, perdOnanos! (17 de febrero, 1929) (Poesia aomalata 3: 381) 81 CAPITULO 3 LA VISION PRorE'rICA DE LEON FELIPE: DEL Exono A LA TIERRA. PRONETIDA 3 . 1 . Principios pootoléqicos LeOn Felipe se halla temporal y espiritualmente ligado a la obra de Miguel de Unamuno y Antonio Machado en multiples facetas, como tendremos ocasién de observar en este capitulo.l Su andadura poética se remonta a la conferencia y lectura de sus versos que tuvo lugar en el Ateneo de Madrid en 1919; acontecimiento de singular importancia para la experiencia rehumanizadora, a1 haber sido considerado como uno de los ‘ Véase Manuel Alvar, Estudios y ansayas as literatara aontemaoranea. (343 y ss.) La figura de LeOn Felipe ha presentado graves problemas a la critica literaria a la hora de integrarlo en una de las tradicionales categorias generacionales. Garcia de la Concha en LeOn Faliaa; itinerario aaétiaa, resume las principales posturas adoptadas al respecto (14,15). Gustav Siebenmann en Los astilas ao ati aas ea Esaafla desaa 1209 y Margarita MUrillo en LeOn Faliaa, se eatiaa rsligiasa as sa aaasi , se inclinan por considerarlo como una "generacién unipersonal"; a1 igual que Max Aub en Eassia esaaaala aantamaoranea, que lo clasifica de "generacién aparte." Para Juan Felipe Villar Dégano en "Areas tematicas en la obra de LeOn Felipe," es un "poeta de encrucijada" (31) y Leopoldo de Luis on W Ea1raa lo ubica cronolégicamente en el Novecentismo (17), pero encuentra ciertas diferencias en cuanto a1 rechazo, por parte de Leén Felipe, del "clasicismo y el intelectualismo" que caracterizan dicha tendencia; asimismo el "cosmopolitismo" de su obra también lo diferencia profundamente de este grupo. Lo mismo sucede con la llamada generacién del 98: comparte ciertas afinidades, como la tematica cainita, y el uso de los mitos de don Quijote y Cristo, pero se distancia a su vez de esta generacién en el "compromiso permanente" que adquiere con la realidad humana y social (20). 82 precedentes, en la preguerra, de la poesia social de la postguerra espafiola (Carnero 283).2 Indiscutiblemente LeOn Felipe se inscribe en la linea de poesia profética capitaneada por Unamuno y Machado: "Todos son profetas: laico e1 soriano; luterano, el salmantino; el otro, a lo hebreo" (Aub, Poesia 44). En el caso de LeOn Felipe, el profetismo llega a establecerse como principio globalizador bajo el que se inscriben el resto de los aspectos biblicos: el salmo, las (dramatizaciones poéticas de mitos como Job y Jonas, la Ipresencia del Eclesiastés,3 e1 inventario de simbolos y la latilizaciOn del versiculo que culminan la configuracién del lenguaje biblico en su poesia. No cabe duda de que, entre los poetas seleccionados en Emste estudio, es LeOn Felipe, junto con Unamuno y Carmen Chande, uno de los autores que mas acusan la presencia de la Iiiblia. La lectura tanto del Antiguo como del Nuevo qkestamento sera crucial en una parte de su produccién INDética, especialmente la que arranca de El aayasa as las llafataaas y al aescaaor ae aafia, y se consuma en Canaras_1a LEEE. que ha recibido el nombre de poesia mitica, respecto a (Zonsultese Guillermo Carnero, "Precedentes de la poesia SOczial de la postguerra espafiola en la anteguerra y guerra Civil," Las armas ahisinias. 3Lapresencia del Eclesiastés se cifra principalmente en Obras posteriores a ganaras la Laz, como E1_a1arya (1958) y iQh” asta yiajo y roto vio1in! (1965). En este sentido, Antonio Machado se convierte en su antecedente directo. Respecto a este ultimo, Véase e1 articulo de Yvonne David- Peyre, "El Eclesiastés en la obra poética de Antonio Machado." 83 la etapa anterior que se consideraba como un "periodo de poesia de combate y propaganda" (Ascunce 48). De hecho, tal vez sea LeOn Felipe el poeta espafiol contemporaneo que mas abiertamente haya declarado su fascinaciOn por los Libros Sagrados: Me gustaria remojar la palabra divina, amasarla de nuevo, ablandarla con el vaho de mi aliento, humedecer con mi saliva y con mi sangre el polvo seco de los Libros Sagrados y volver a hacer marchar los versiculos quietos y paraliticos con el ritmo de mi corazOn. Me gusta desmoronar esas costras que han ido poniendo en los poemas biblicos la rutina milenaria y la exégesis ortodoxa de los pulpitos, para que las esencias divinas y eternas se muevan otra vez con libertad. Después de todo, digo otra vez que estoy en mi casa. El poeta, al volver a la Biblia, no hace mas que regresar a su antigua palabra, porque aqué es la Biblia mas que una Gran Antologia Poética hecha por el Viento y donde todo poeta legitimo se encuentra? Comentar aqui, para este poeta, no es mas que recordar, refrescar, ablandar, vivificar, poner de pie otra vez el verso suyo antiguo que momificaron los escribas. Cristo vino a defender los derechos de la Poesia contra la intrusiOn de los escribas, en ese pleito terrible que dura todavia, como el de los sofistas contra la Verdad. (Canaras la Luz 120) . A“: $610 se perfila aqui la Biblia como fuente de inspiracién ‘1 hogar poético al que regresar, como el hijo prOdigO, tras e1 largo viaje y la larga ausencia, sino que en ella se lIroduce el reencuentro del poeta con su palabra primigenia. HEijyademas otro aspecto en este fragmento citado que eStablece un parentesco muy estrecho entre LeOn Felipe y Uharmuno; se trata de su propOsito de huir del dogmatismo, de la liturgia vacia que la Iglesia y sus escribas han instaurado tras siglos de repeticiOn momificadora, de exegesis ortodoxa, asfixiando la libertad de los versiculos. En la Biblia se encuentran las grandes verdades limpias, sin 84 haber sido manchadas por las demagogias de los canénigos: "todas las demagogias han manchado de baba las grandes verdades del mundo [...]" (Esaafiol del éxodo y el llanto 15). Por ello, frente al cerrado dogmatismo de la Institucién CatOlica, LeOn Felipe se arriesga a hacer circular los versiculos milenarios libremente, a merced del Viento. Es éste un aspecto que tendremos oportunidad de comprobar en la genuina lectura que el poeta hace de la Biblia. Si bien es cierto que su uso del lenguaje biblico se concentra en obras como El aayaso de las bafataaas y al aesaador de cafia (1938), Esaafiol del éxoao y al llanto (1939), El gran resaonsable (1940) y culmina en Canaras 1a Ea; (1943), que incluye precisamente fragmentos de dichos poemarios, esto no quiere decir sin embargo que se limite estrictamente a ellos; ya en Versas y oraaianss aal aaainante (1920) hallamos algunos atisbos importantes, como el nacimiento de su vocaciOn profética en el "Prologuillo X," 0 el perfil renovador y casi revolucionario de la figura de Cristo como poeta-profeta en el poema XXIX (Libro II). Todo ello no hace sino apoyar la necesidad de Leén Felipe por acudir a la Biblia desde sus comienzos poéticos, lo que le lleva a Victor Garcia de la Concha a preguntarse: éPor qué recurre LeOn Felipe, desde el comienzo mismo de su quehacer poético, a la Biblia? [...] Habian sido las estampas del Viejo Testamento las primeras imagenes que se habian grabado hasta hacerse familiares, en su mente de nifio; y mas tarde habia alcanzado a comprender la necesidad que el mundo tiene de esa raza maldita que son los profetas. Pero cabe aducir otras razones mas inmediatas: por lo pronto, el precedente inmediato de don Miguel de Unamuno, al que tan afin se manifestaba, quien, en 1906, habia escrito sus salmos y que desde 85 1913 venia trabajando y adelantando fragmentos de E1 Cristo ae Velazaaez. (Lean Feliaa l9) Como hemos tenido ocasiOn de ver en el capitulo precedente, la huella de Unamuno en LeOn Felipe se cifra en diferentes aspectos, tal es el caso de la busqueda Constante de un interlocutor, el desdoblamiento del yo en multiples voces para romper e1 silencio de Dios, o, lo que es mas importante, el uso simbOlico, casi emblematico, que hace del salmo, partiendo de las caracteristicas esenciales de dicho género. A partir de Versos y araciones aal aamiaaata, el lenguaje biblico va arraigandose cada vez con mas fuerza en la poesia de LeOn Felipe, con especial intensidad en la etapa mitica, desde luego, pero asimismo presente en el resto de su produccién posterior. Obras como El aierva y iQh asta yiajo y rato yiolia!, en donde la influencia del Eclesiastés es determinante, o incluso su ultima entrega publicada péstumamente, Puesto ya el aia en el estriha, en la que, cercano a la muerte, retoma el tema del profetismo, dejan constancia del empleo ininterrumpido de este lenguaje, que se convierte en una de las sefias de identidad de su poesia.4 4 En Puasta ya s1 aia en el estripa y atras aaemas, LeOn Felipe dedica su "Discurso Poematico" al pueblo de Israel con motivo de la entrega, nominal y simbélica, de un bosque. Es ahi donde vuelve, por ultima vez, a proclamar 1a necesidad que los pueblos tienen de mantener viva la voz de los profetas: Los profetas eran hombres libres. Los unicos hombres libres que ha habido en el mundo... Y no hablaron nunca de 'libertad.' La tenian ya desde su nacimiento como un patrimonio inalienable: Vivian en la montafia, dormian en las cuevas abandonadas de las fieras, se vestian con pieles sin curtir, se alimentaban con yerbas y raices. No tenian nada, no pedian, no querian nada. Nada... Las 'cosas' no les importaban. 86 Conviene, sin embargo, antes de abordar propiamente e1 teuma del profetismo en Canaras la Luz, tratar algunos de los Lucincipios metapoéticos fundamentales que posibilitan la cmnasolidacién posterior de dicha tematica. Ya en Marsas_y orzaaiaaes asl caminanta descubre LeOn Felipe "la dimensién CCilectiva del quehacer poético—profético" (Garcia de la Cculcha, EeOn Feliae 26); e1 poema es ademas una entidad ahxierta que el lector tiene la potestad de alterar a su gtusto. "Enmienda" presenta precisamente esta idea apoyandose eri los famosos versos de Juan Ruiz: "Qualquier omne que lo Crya si bien trobar sopiere / puede mas afiadir e enmendar lo CDJe quisiere" (Libro de Buen Amor 1269). Canaras 1a Eaz Ixecibe directamente esta idea como piedra angular de su eastructura y'la amplia aun mas: Los poemas impresos siguen siendo borradores sin corregir ni terminar y abiertos a cualquier luminosa colaboraciOn. Aun muerto el poeta que los.inicié, puede otro después venir a seguirlos, a modificarlos, a completarlos, a unificarlos y fundirlos en el Gran Poema Universal. (255) Ni las buscaban tampoco. NO buscaban ni subsidios, ni becas ni prebendas. No tenian biblioteca. Algunos no sabian leer——ningun titulo: ni filaterias ni diplomas—-. Les instruia y les movia e1 Viento, les empujaba el Viento. Hablaban un lenguaje directo. No era el suyo ni cortesano ni elegante... era e1 lenguaje de los pastores, de los labriegos, de los menestrales... E1 lenguaje de los oficios. Sin embargo alguna vez usaban la metafora y la parabola. Las gentes entonces solian comentar aqué habra querido decir? Pero no eran sibilinos ni criptograficos. Su estilo era calido, afilado y duro de pedernal; desde luego... no era adulatorio. Su voz era grave y no se quebraba ante e1 tirano. Es posible que fueran la voz de Dios, pero eran también la voz de la tierra. [...] Cuando se acaban los profetas se acaba Israel, se acaba Israel como naciOn y la historia pierde la voz sagrada de la tierra... (84-85) 87 INero, por encima de estas premisas, el primer poemario de Ixeén Felipe sorprende al lector de la época con dos rxrincipios de gran resonancia poetolégica en su produccién fthura: el primero lo constituye "la eleccién de un lenguaje (flea comunicacién inmediata" (Garcia de la Concha, e6 11 e 1277) que se simboliza en una cruz de madera simple, evitando txodo tipo de ornatos y preciosismos formales (Poema XII, IuLbro II);5 el segundo principio consiste en el simultaneo 5 I I I I ‘El poema en cuestion d1ce aSl: XII Mas sencilla...mas sencilla. Sin barroquismo, sin afiadidos ni ornamentos. Que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos. 'Los brazos en abrazo hacia la tierra, el astil disparandose a los cielos.’ Que no haya un solo adorno que distraiga este gesto... este equilibrio humano de los dos mandamientos. Mas sencilla... mas sencillla... haz una cruz sencilla, carpintero. (165-166) Pflaora comparese este poema de yersos y araaiaaas aal Sfipninanta con el fragmento de Puesto ya a1 aia an a1 astribo: Hazme una cruz sencilla, carpintero, sencilla, sin afiadidos ni ornamentos, que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos. Los brazos, en abrazo hacia la tierra, e1 astil disparandose a los cielos, que no haya un solo adorno que distraiga este gesto, este equilibrio humano de los dos mandamientos... Sencilla... hazme una cruz sencilla, carpintero. 88 ruacimiento de la vocaciOn profética y de caminante, .irltimamente unidas y que tanto marcaran la trayectoria Losersonal y literaria de LeOn Felipe. Estos dos postulados cieesembocan en los siguientes versos incluidos en el Libro II (2L929) de esta misma obra: Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar solo ni pronto sino llegar con todos y a tiempo. (73) <311e bien podrian pasar como precedente apto de la poética Escocial de la postguerra espafiola. A partir de aqui, el yo—profético comienza a templar su ‘JIDZ colectiva, polifOnica, que intenta dar cabida a todos, Cnomo se observa en el poema "Un perro negro duerme sobre la lllz" de Drop a Etar (1935): iAaahi... iOoooohi... Es mi voz Es mi voz y tu voz. Nuestra voz, nuestra voz aqui dentro, nuestra voz aqui abajo, nuestra voz que retumba contra el céncavo barro de este cantaro hueco, nuestra voz negra que golpea vencida en la panza oscura del mundo, en el vientre ceniciento de todos los horizontes [apagados, y los hombros de mi cancién no pueden levantar. (196)6 Un astil disparandose a los cielos... (amar a Dios sobre todas las cosas) los brazos, en abrazo hacia la tierra (amar a1 préjimo como a ti mismo) La cruz esta contenida ya en el Decalogo. Y con los dos mandamientos (no son mas que dos) con los mandamientos cruzados se hace la cruz... (98-99) 5? éste era precisamente el lema de su Poesia y de su §Eligién, que le acompafiO desde el comienzo de su andadura 1~1.teraria hasta el final de sus dias. 6 IIris M. Zavala en La aosmodarniaaa y M1jai1 Eajtia propone J~El aplicacién de los conceptos bajtinianos a la poesia GEESjpafiola contemporanea como nuevo camino de investigacién. Earl este sentido, bien se podria utilizar el de polifonia a la 89 Empiezan ya a tocarse en este poema los grandes temas que deambularan luego en su obra, como el de la injusticia humana que el poeta-profeta intenta destruir con su voz afilada en grito: "Desgarraré mi voz porque alguien no ha oido bien. / Encenderé la estopa sorda de mi grito, / reventaré mi voz, esta voz (la mia, la tuya)" (204). Los planteamientos de rehumanizaciOn se instauran ya de manera abierta en Drop a Star, en donde el yo—poético declara que "mis poemas y todos los poemas del mundo / —-;oh, Poesia pura!-— / tendran una verruga violacea en la frente" (19).7 En este mismo libro toparemos con algunas de las principales formulaciones que dan cuerpo a Canaras la Lag. Ya en la presentacién que abre la obra, se introduce una de las mas felices y fecundas afirmaciones de LeOn Felipe: La poesia no es mas que un sistema luminoso de sefiales. Hogueras que encendemos aqui abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden. iAqui estamos, Sefior! (193)8 Como eje de esta imagen pone el poeta en funcionamiento dos de las que van ser sus coordenadas simbélicas preferidas, la obra de LeOn Felipe: El 'yo' es polifénico por definicién, y se comunica en una amalgama de 'voces‘ que provienen de contextos sociales y origenes diversos. Somos 'nosotros,‘ nunca e1 'yo' individual autOnomo. (58) 7 Victor Garcia de la Concha coloca a Draa a Star en la Orbita del "surrealismo" (LeOn Feliae: itineraria aaatiaa, 33-58). Sus comentarios echan mas lefia a la eterna polémica sostenida entre la critica acerca de si hubo 0 no un auténtico surrealismo en Espafia. ‘ El fragmento citado pertenece a un texto que, segun la ediciOn que manejemos de Draa a Star, suele omitirse. Véase la nota explicatoria a1 respecto que adjunta Paulino Ayuso en su ediciOn (Alhambra, 1979). 90 de la luz y la de las tinieblas, "dos nucleos semanticos basicos, correlativos de los de aspiracién hacia la altura y fuerza de gravedad que nos reclama hacia 1a realidad basica" (Garcia de la Concha, LeOn Feliaa 37). Las tinieblas o la sombra van a representar en multitud de ocasiones el mundo de dolor e injusticia en el que se halla inmerso el hombre; e1 simbolo de la luz, en cambio, supone la ultima esperanza para llegar a conocer y transformar esa realidad. También en la elecciOn de estas dos coordenadas coinciden Unamuno y LeOn Felipe. Recordemos que en E1 Cristo as yelazgaaz la pareja "luz-oscuridad" se erigia en el centro sobre el que gravitaban e1 resto de los expresados simbOlicos del poema. Las paginas que preceden a Draa a Star contienen ademas otro de los presupuestos organicos de Caaaras_1a_Laz: absolutamente todo lo que hay en el mundo es material valido, combustible apropiado para encender e1 fuego de la poesia, que no es sino un sistema luminoso de sefiales regido por "la férmula de Prometeo": Y todo lo que hay en el mundo es mio y valedero para entrar en un poema, para alimentar una fogata; todo, hasta lo literario, como arda y se queme. Y no vale menos un proverbio rodado que una imagen virginal, un versiculo de la Revelacién que el ultimo slang de las alcantarillas. Todo buen combustible es material poético excelente. [...] Lo importante es esta fuerza que lo conmueve todo por igual--lo que viene en el Viento y lo que esta en mis entrafias--, este fuego que lo enciende, que lo funde, que lo organiza todo en una arquitectura luminosa, en un guifio flamigero, bajo las estrellas impasibles. Y que no diga ya nadie: Esta fOrmula es vieja y vernacula, y aquella otra es nueva y extranjera, porque no ha habido nunca mas que una sola fOrmula para componer un poema: la fOrmula de Prometeo. (193-94) 91 Este fragmento, incluido practicamente intacto en la composiciOn "FOrmula de Prometeo" de Canaras 1a Luz, revela una de las claves primordiales para entender el proceso creativo de su poesia: e1 cauce del verso integra en su propia corriente las aguas de otros afluentes adyacentes y arrastra asi todo lo que cae a su paso; de esta manera los versiculos de la Biblia o los de Whitman, los personajes de Shakespeare o los de Cervantes entran a formar parte del poema. En el caso de los textos y personajes tomados de la Biblia, LeOn Felipe lleva a cabo una recontextualizacién que le permite comprender e interpretar con mayor lucidez el presente en el que se halla inmerso. Incluso se podria afirmar que, para el poeta, la Biblia es la Historia de la Humanidad y, al desempolvar los versiculos milenarios, alcanza la oportunidad de reescribirla otra vez bajo esa nueva perspectiva. En LeOn Felipe hay que contar siempre con el hecho de que la cita, el texto biblico y sus personajes, se funden simultaneamente con la autocita. El poeta intercala entre este maremégnum de intertextos sus propios versos colocados bajo diferente luz, esta vez la que mana de su circunstancia vital—histOrica, para reescribir, asimismo, su historia individual, incorporando progresivamente en su Obras versos anteriores. Caaaras_1a_Laa, que es la obra que nos ocupa, integra fragmentos de La 1ns1gn1a, E1_aayasa_aa W.W 11anta y de El gran resaonsabla. Igualmente, textos de Canaras la Laz formaran parte de posteriores poemarios. A 92 través de este "sincretismo" poético y el empleo del mito, la experiencia, e1 sufrimiento individual, se eleva a la categoria de lo universal; la coexistencia del verso del pasado, e1 del presente y el del futuro, perpetua esa vivencia personal que llega a convertirse en experiencia universal gracias a la interpretacién transcendentalizadora del mito. Por eso, no deja de ser una falacia querer romper la obra de LeOn Felipe en fragmentos y dividirla en titulos, pues los versos de este Viejo caminante viajan, sin interrupcién, del pasado al futuro y 5610 existe en realidad un presente, que es el tiempo del lector. Dichos titulos vendrian a ser los altos en el camino que este romero hace para descansar, las diferentes entregas de una gran obra en proceso, pero lo unico que importa es el camino en si, segun se comprueba en el fragmento transcrito a continuacién de Qflarés la Lag: En este libro hay versos mios antiguos y palabras recientes y dichas en otro lugar, moviéndose, transformandose, corriendo ahora como los rios a la mar en busca de otra estructura, de otro sitio y de otra rima de mas amplitud y mas sentido. Todos mis poemas anteriores, mis oraciones y blasfemias, Draa a Star, Ea Insignia, El Hacaa, El Esaafio1 as EEQQQ 1 gal Llaata, y todos los que vienen después...E1aaaama_aah11aaaa, E1 Cierya,9 etc. deben desembocar aqui naturalmente y' organizarse solos en una forma sencilla, en una linea casi procesional, en una sucesiOn de aventuras a la que tan aficionado fue siempre uno de los lados, el mas simple, el mas cervantino, del espiritu espafiol. [...] Se escribe dentro de un plan que el poeta ignora al comenzar y que conoce sOlo e1 Viento. Y ahora voo quo Como advierte Paulino Ayuso en nota, esta frase no pertenece a la primera ediciOn de Canaras la Luz, sino que es producto de las reelaboraciones llevadas a cabo por el poeta en ediciones posteriores. 93 yo no ho oscrito mas que un solo pooma, uno solo. En él todo lo anterior y todo lo vonidoro tionon Eu sitio. [...] Me incluyo y me reitero. A veces coloco un mismo verso y un poema completo en tres sitios distintos, pero en cada momento tiene una intenciOn diferente. Por lo demas, soy pobre, vivo del ritornelo y me repito como la noria y como el mundo. La llama, la Luz es la que cambia. Iluminar es repetir. Me gusta poner el mismo verso bajo distintas luces, bajo la luz del mediodia y de la estrella. En la mafiana no suena la canciOn como en la noche. Y el mismo salmo va diferente leido en el coro que cantado sobre el camino abierto del Exodo. (255—56, énfasis afiadido) Todas estas reflexiones sobre el quehacer poético proporcionan el contexto en el que se desenvuelve su uso tan personal del lenguaje biblico, que necesita ademas de esta dimensién colectiva del yo-poético y de la presencia inmanente de un publico para transmitir su mensaje con efectividad. 3.2. En busca dol "Hombre Horoico" En lo que se refiere a la propuesta profética de Leén Felipe, ésta ha sido ampliamente estudiada por José Angel Ascunce en su mencionada monografia Ea_aaasia_aratatiaa_aa_Laaa_Ea11aa asi como en los respectivos trabajos de Manuel Duran, "LeOn Felipe: La poesia como profecia" y William Little "Los motivos de Dios y la profecia en la poesia de Leén Felipe."10 m Del estudio de Manuel Duran se destaca el profetismo como caracteristica que explicaria la reencarnacién de Leén Felipe en distintos personajes: El profeta habla, pero su voz nos llega de muy lejos. Para Leén Felipe es el Viento el que habla a través de su voz. Y ello explica que LeOn Felipe asuma distintas personalidades en sus poemas. Personalidades muy diversas y quiza contradictorias. (165) La naturaleza profética de su poesia le emparenta, de hecho, con el poeta visionario romantico--"que se desdobla, que se hace poroso frente a otros seres y otras voces" (165). 94 Izadirectamente, la tesis de Kathleen E. Willis The Praahat's Vi sioa in El Crista de Vela’saaez aborda la misma tematica, auanque referida estrictamente a la obra de Unamuno. No cflostante, dadas las concomitancias literarias e histOricas enatre ambos autores, algunos de los criterios seguidos por Viillis en su disertacién resultan igualmente validos en el cxaso de LeOn Felipe. De esta manera, se podria establecer un txaralelismo en el modo en el que ambos poetas reaccionan a la <:risis espiritual y politica de Espafia que les tocO vivir, al éaceptar su papel de profetas sin reservas. Unamuno se salmo-->llanto -->grito-->blasfemia. LeOn Felipe venia preparando e1 terreno para que esta evolucién se produjera, ya que en "Pero, apor qué habla tan alto el espafiol?" habia tratado las causas que movieron al espafiol en la Historia a gritar y que resumia en tres: 1) El descubrimiento de América y el grito de "tierra"; 2) Don Quijote y su grito de "Justicia" y 3) La Guerra Civil, en la que el propio poeta participé con el grito de "iQue viene el lobo!"20 La tendencia al grito que m A estas tres razones afiade una cuarta en la composicién "El 132 tiene el espafiol esta perfectamente justificada puesto que "El espafiol habla desde el nivel exacto del hombre, y el que piense que habla demasiado alto es porque escucha desde el fondo de un pozo" (110). El simbolo del salmo tiene la capacidad de aunar Poesia y ReligiOn, lo que le lleva a afirmar a LeOn Felipe que La Poesia es lo que se salva siempre de todas las liturgias. (El salmo transformado y hecho copla en Espafia, es la sola reliquia poética y viviente del rito judaico y catélico.) Por eso la Espafia que se llevO la canciOn cree que la religién de mafiana sera la Poesia viva y libre, y con una dimensién nueva. (112) A partir de aqui retoma el poeta una de las composiciones que mas huella dejaron tanto en la poesia del exilio territorial como en la poesia de exilio interior, y que luego rectificara con ocasiOn del prOlogo al libro de Angela Figuera, leleza aras1. Se trata del poema "Hay dos Espafias," que ya habia aparecido en Esaafiol del éxoda y dsl llaata, y en donde manifestaba la existencia de dos Espafias, la de "la espada fratricida y la de la canciOn vagabunda" (112). Los espafioles del éxodo y del llanto son los que se llevan la cancién y el salmo, dejando a la otra Espafia en un vacio literario y religioso absoluto. Afios mas tarde, en "Poesia y exilio," José Angel Valente analiza las repercusiones de ese vacio creador que van a afrontar los poetas del exilio interior como condicionante maximo: "Nacimos, pues, de la palabra perdida y de su vacio en nosotros" (18). En el salmo," y es que las madres de Castilla "tienen la costumbre de arrullar a sus hijos con unas canciones de cuna cuyo tono esta tomado de las modulaciones mas altas de los salmos" (110). 133 prOximo capitulo trataremos en detalle las consecuencias culturales de este vacio. Veamos ahora lo que LeOn Felipe declaraba en su decisivo poema: Hay dos Espafias: la del soldado y la del poeta. La de la espada fratricida y la de la Cancién vagabunda. Hay dos Espafias y una sola cancién. Y ésta es la canciOn del poeta vagabundo: Soldado, tuya es la hacienda, la casa, el caballo y la pistola. Mia es la voz antigua de la tierra. Tu te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo... Mas yo te dejo mudo...;mudo! y gcémo vas a recoger el trigo y a alimentar el fuego 51 yo me llevo la canciOn? (112-113) Pero la pérdida va a ser total, pues el espafiol errante también se lleva el salmo, segun declara en "3E1 salmo es mioi": "Y la Espafia que se llevé la cancién, se llevO el salmo también" (113). Si antes de producirse el exilio, el salmo representaba la fuerza de uniOn entre los hombres-- "Todas las lenguas en un salmo unico"-—ahora se convierte en un elemento de escisiOn nacional y cercenamiento cultural. Los protagonistas del éxodo se llevan la esencia de la religiOn, el cristianismo, y la Espafia Solariega se queda con las formas huecas y obliteradas del catolicismo. Esta distinciOn contribuye a la visiOn de los primeros afios de la Espafia franquista, cuando la Iglesia CatOlica sofocaba con sus demagogias e1 auténtico cristianismo y condicionaba hasta los parametros estéticos, dando lugar a esa poesia de las formas encauzada en la tendencia garcilasista. Con todo, no ha de desdefiarse la dimensiOn universal que adquiere este 134 poema al integrarse en Ganaras la Luz, como ha visto Leopoldo de Luis: Por estos versos comprendemos que, para él, hay en los pueblos dos castas: la de quienes detentan la fuerza, el poder y la riqueza——la casa, el caballo y la pistola-—, y la de quienes hacen——digamoslo con palabra unamuniana --1a intrahistoria. Estos ultimos son la musica del mundo, son el ritmo y el canto, son el rumor activo del trabajo y de la esperanza, y estan interpretados por El Poeta, que asume una voz colectiva. (Aaroximaciones 33) En ";El salmo es mio!" proclama a gritos el rescate del salmo, que habia sido escondido por unos sacristanes en una vitrina y lo exhibian como si fuera un Objeto decorativo. El salmo obstenta asi un papel activo al convertirse en la "cancién del destierro" que acompafia al poeta—profeta en su peregrinaciOn por el desierto: Y siempre me preguntaba al entrar en las iglesias: ngnde estara el salmo? gdénde le habran escondido los canOnigos? Durante el expolio de la ultima guerra espafiola, lo encontré. LO habian guardado los sacristanes en una vitrina y alli lo retenian como un idolillo inutil ya y sin sentido, para que lo contemplasen la erudicién eclesiastica, los poetas pedantes y los turistas. Me 10 llevé. Entonces me lo llevé. Al final de la contienda, alla por los ultimos dias del afio 1938, cuando los 'rojos' se habian ya incautado de las iglesias y de los ornamentos sagrados (de los utensilios y los cubiletes de los malabaristas y de los mercaderes del templo), Yo me llevé el salmo. Denunciadme al Sumo Pontifice, dadle mis sefias, mostradle mi cédula (este libro es mi cédula). Decidle que eso que va aullando en la rafaga negra del Viento, por todos los caminos de la Tierra... es el salmo. Y que yo me lo llevo, que me lo llevo en mi garganta, que es la garganta rota y desesperada del hombre a quien él ha dejado sin altar y sin tabernaculo. No me lo robo. Me lo llevo...;lo rescato! El salmo es mio...;del poeta! El salmo es una joya que les dimos en prenda los poetas a los sacerdotes. (113-14) El salmo en manos de la Iglesia CatOlica y del discurso franquista deja de cumplir con su funciOn elemental, la de 135 aunar poesia y religiOn, a1 convertirse en un Objeto decorativo. Cuando el salmo se desploma, se produce el estallido de la guerra civil y el derrumbamiento espiritual de una naciOn. Como consecuencia, se desencadena su tragica evoluciOn hacia el llanto que pasa por el grito y termina en la blasfemia: y al desplomarse el salmo vino 1a guerra; y el salmo se hizo llanto, y el llanto grito... y el grito blasfemia. Pero el salmo esta aun de pie. Se fue de los templos, como nosotros de la tribu cuando se irguieron la espada y el rencor. Ahora es llanto y es grito... pero aun esta de pie, de pie y en marcha sin ritmo levitico y mecanico, sin rencor ni orgullo de elegido, sin naciOn y sin casta y sin vestiduras eclesiasticas. (115) El salmo entra asi a formar parte de ese mundo mitico que se distancia de la circunstancia histOrica nacional y anuncia la llegada de esa nueva patria sin fronteras geograficas que reside en el concepto de Hispanidad. De hecho, este salmo fugitivo es su primera piedra fundacional. Por su parte, e1 simbolo de la sombra entabla un juego dialéctico con la luz, sobre el que giran e1 resto de los expresados simbOlicos del poema, a1 igual que sucedia en E1 r's laz e . El mismo titulo del libro--Caaaras_1a Luz--supone la conceptualizacién del hombre como habitante de la sombra, de la oscuridad, en peregrinacién perpetua hacia la luz por el camino de las lagrimas. La consigna "ganaras la luz" contrahace aquella otra del Génesis "ganaras el pan." 136 1E1 destino heroico del hombre ha de ser el de transcender la InaldiciOn que recayO sobre Adan al ser desterrado del Jardin de Edén: "Ganaras el pan con el sudor de tu frente / y la luz con el dolor de tus ojos / Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz" (134). Segun ha sefialado Juan—Eduardo Cirlot en su estudio sobre los simbolos, "como el Sol es la luz espiritual, la sombra es el doble negativo del cuerpo, la imagen de su parte maligna e inferior" (419). Esta busqueda de la luz se vincula entonces a la capacidad de superacién que el poeta- profeta ha de alcanzar al poner en practica e1 genio prometeico. Para comprender el lugar que ocupan las sombras en el entramado simbOlico de Canaras la Laz, habria que trazar dos ejes perpendiculares. El horizontal representaria el mundo de lo doméstico, lo contingente, lo euclidiano y lo sérdido en el que se halla inmerso el hombre y la poesia; es el mundo de injusticias, sufrimiento y dolor que anegan la existencia, esa realidad que hay que transformar descendiendo, en el eje vertical, hacia el infierno para poder ascender, desde alli, hacia la luz: revelacién final de los misterios que ciegan la vida del hombre y territorio gobernado por lo épico, lo esencial, lo mistico y lo limpiamente ético. De hecho, la presencia de la sombra es tan acuciante, especialmente cuando el exilio comienza a arraigarse en la Vida del poeta, que éste llega a identificarse con ella: "Soy la sombra / el habitante de la sombra / y el soldado que 137 lucha con la sombra" (135). Por ende, si el poeta es el habitante de la sombra, su palabra residira también en ella: Y digo que la Poesia esta en la sombra, en la sombra del mundo donde el hombre ciego se revuelve y grita... que es un grito en la sombra, que es un coro de gritos que quieren burlar la sombra, escapar de la sombra, alancear la sombra, asesinar la sombra... La poesia esta escondida en la sombra. No son cerrojos, ni puertas clavadas, ni paredes de musgo ni ventanas herméticas lo que necesita la palabra del hombre... sino escalas, escalas y hogueras y piquetas y gritos...;gritos! El poema es un grito en la sombra como el salmo, hoy no es mas que un salmo en la sombra, y también una tea encendida en la niebla. La sombra es tuya y mia y hoy mas negra que nunca. La sombra es de todos... y el salmo y el grito también. (123—124) La repeticiOn obsesiva del sintagma "la sombra" golpea los sentidos del lector como si tratara de despertarlo de su inactividad y lanzarlo a la acciOn. El rescate de la luz se convierte en la unica opciOn valida para alcanzar esa dimensién espiritual que llegue a transcender las limitaciones humanas y que se expresa a través de ese ascenso por escalas, hogueras, piquetas y gritos en busca de las alturas siderales. Si bien es cierto que el exilio acentua la inmanencia de la sombra, no significa por ello que sea una cualidad exclusiva de esta circunstancia vital—histérica, dado que su existencia es anterior a la de la luz, como se nos relata en 138 Gn 1.1-2, versiculos que LeOn Felipe parafrasea en el poema "La espada": En el principio creO Dios la luz y la sombra. Dijo Dios: Haya luz y hubo luz. Y vio que la luz era buena. Pero la sombra estaba alli. Entonces creO al hombre. Y le dio la espada del llanto para matar la sombra. La vida es una lucha entre las sombras y mi llanto. Vendran hombres sin lagrimas... pero hoy la lagrima es mi espada. [. . . . . . ] Dios contO con mis lagrimas desde la vispera del Génesis. Y ahi van corriendo, corriendo, gritando y aullando desde el dia primero de la vida, a la zaga del Sol. Luz... cuando mis lagrimas te alcancen, la funciOn de mis ojos ya no sera llorar sino ver. (141-142) 3.4.2. Rodoncién Es evidente que al hablar de las sombras, estamos ya aludiendo al siguiente segmento, puesto que la Redencién supone el rescate de la luz a través del sacrificio purificador que ejercen las lagrimas, la sangre, el fuego y que culmina en ese descenso final a los Infiernos. En realidad, todos estos simbolos conllevan un mensaje de transito y de regeneracién espiritual que propicia el hallazgo definitivo de una Nueva Jerusalén, reino de la luz. Pero, desgraciadamente, "la luz es una dimensién que nosotros no conocemos todavia" (Ganaras la Luz 229) puesto que somos sombra, vivimos en la sombra y nuestra palabra tiene el aliento denso de la sombra. Esta es la unica dimensiOn que 139 nos es familiar en un mundo empobrecido y limitado. Sin embargo, tal vez si empufiamos la espada del llanto, consigamos derribar esa costra de tinieblas que no nos deja ver la luz. Este "tal vez" queda justificado en el "Epilogo" que cierra Canaras 1a Luz, cuando el poeta—profeta abandona e1 escenario con un sabor amargo en la boca, después de haber gritado y blasfemado tanto para acabar afirmando: "Me voy. Las ventanas son trampas. Ya no veo la luz...ya no la veo" (269). Es como si 1e abandonara la esperanza, como si su confianza en el ser humano se desvaneciera ante la realidad. Una vez mas, estos simbolos desempefian una funcién mediadora entre los mitos. El llanto (las lagrimas) y, mas en particular, la sangre remiten a la figura de Cristo; el fuego se asocia directamente al mito de Prometeo. La sangre y las lagrimas son agentes de purificacién espiritual y, al mismo tiempo, unica moneda de trueque aceptable en el comercio de la luz. Si en El Cristo ae Velazaaez la sangre derramada simbolizaba la redenciOn de la Humanidad a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz, en Canaras_1a_Laa se acude a esta misma imagen para integrar a la raza humana bajo una unica bandera posible, la del sufrimiento: Toda la sangre es roja... y humus para la tierra agonizante. Con Cristo, pero en los Olivos y en la cruz: con la fiebre y la esponja, con la sombra y el llanto, en la humedad cerrada de la angustia, en el reino de la semilla y de la noche, esperando... esperando a que broten de nuevo la espiga, la aurora y la conciencia. (137—138) 140 La sangre es signo de fertilidad, el humus de la tierra que hara brotar la semilla de una Humanidad renovada tras el sacrificio de su muerte. De ahi que, al igual que Unamuno, LeOn Felipe apele al ejemplo del Cristo sufriente, el que agoniza en la cruz y llora en el monte de los Olivos. Pero, a diferencia de Unamuno que abogaba por la humanizaciOn de Cristo al hermanarse con el hombre en su pasién, LeOn Felipe lleva a cabo la divinizaciOn del ser humano en la imagen de un Cristo colectivo: "Ya vino el Cristo colectivo. Ahora marchamos todos hacia una mistica colectiva" (264), que entronca con la idea de superacién que ha de poner en practica e1 genio prometeico si quiere derribar la sombra. En realidad, el poeta—profeta se identifica él mismo con la figura heroica de Cristo (263), recurso que emparenta con la linea de "reencarnaciones" miticas comentada mas arriba, y que se traduce finalmente en la imitaciOn colectiva del Cristo crucificado y de su hazafia redentora: Al tercer dia se rompera la cascara del huevo, abrira su ventana la semilla y se caeran las piedras de las tumbas. Me robasteis el trigo y los panes del horno, pero aun tengo las lluvias y mi carne. gQuién puso centinelas en los surcos? Cristo os la vida y la vida, la cruz. El sudario de un dios fue el pafial de los hombres. Me envolvisteis en llanto cuando vine, he seguido vistiéndome con llanto 3] ol llanto os ahora mi uniformo... Mi uniformo y o1 tuyo y o1 do todos los hombros do la tribu Crioto on ya la tribu. Vamos sobre sus mismas lagrimas. Por estas viejas aguas 141 navegaré en mi barca hasta llegar a Dios. (139, énfasis afiadido) Pero LeOn Felipe no agota en estos versos el tema de la sangre y las lagrimas como elemento de redenciOn, sino que lo extiende a los sacrificios de las religiOnes precolombinas, en donde el poeta—profeta ofrece su sangre a1 Sol: Sin embargo, mi sangre es para el altar. Sacad de los museos esa gran piedra azteca y molinera, afilad otra vez el navajOn del pedernal, regadme el pecho de la sombra y dad mi sangre al sol. iQué hay algo que los dioses no pueden hacer solos! (137) Sea en la linea del cristianismo 0 de los ritos aztecas, la tematica de la redenciOn se inserta en la dimensiOn universalizada que distingue a Canaras la Laz del resto de su produccién anterior y que ensalza la tendencia rehumanizadora de esta poesia, puesto que, segun Luis Pereira Reyes: Cualquier poesia que se centre en la problematica del hombre tiene por fuerza que tocar el tema de la ' redenciOn porque es un aspecto de universalizar al ser humano en su raza, en su especie, en sus semejantes. (37) Tanto la sangre como las lagrimas, que son las manifestaciones liquidas del dolor, aportan este valor de purificacién que las convierte en moneda de intercambio para ganar la luz: El hombre es hijo de las lagrimas y Dios no da nada de balde Todo se paga con sangre y con el sudor de la sangre icon llanto, con llanto! y se gana la luz...como se gana e1 pan. (142) De hecho, las lagrimas son la aa1aa moneda cotizable, junto con la sangre, cuando el ser humano quiere hacer negocios con Dios para que Este le conceda la luz: 142 Dios no es mas que un mercader, un buen mercader (ni sOrdido ni prédigo) que cotiza mi llanto para vender su luz. Dios no es mas que un vendedor, un vendedor de esclavas, y la luz, una esclava... iLa esclava! Lagrimas, lagrimas, lagrimas... e1 dinero del pacto, el tesoro del arca, el precio de la luz... iel rescate orgulloso de la Esclava! (143) No se ha de pasar por alto que tanto las lagrimas y la sangre como el Viento, el fuego (llama/luz) y el polvo representan los cuatro elementos metaforizados: agua, aire, fuego y tierra, que segun Luis Pereira Reyes en su estudio Las l n 05 n la br d ’ F i , conforman la estructura poética de toda su obra y "son la base de su creaciOn, es una cosmogonia muy personal, sin leyes ni légica, en donde él ubicara sus aspiraciones animicas" (73). De esta manera, el agua deviene en lagrimas, pero no deja de conservar algunos de sus valores simbélicos mas primarios, como es el del "bautismo." Podria afirmarse que el poeta prometeico nace a la vida en el bautismo por las lagrimas; rito en el que recibe su nombre y su identidad. Juan-Eduardo Cirlot destaca que el simbolismo del bautismo, estrechamente relacionado con el de las aguas, fue expuesto por San Juan Criséstomo (Hamil. in JOh., XXV,2): 'Representan la muerte y la sepultura, la vida y la resurreccién... Cuando hundimos nuestra cabeza en el agua, como un sepulcro, el hombre Viejo resulta inmerso y enterrado enteramente. Cuando salimos del agua, el hombre nuevo aparece subitamente.' La ambivalencia de este texto es sOlo aparente: la muerte afecta 5610 al hombre natural, mientras que el nuevo nacimiento es del hombre 143 espiritual, en esta particularizacién del simbolismo general de las aguas. (55) Este texto se integra perfectamente en el proceso de conversiOn del hombre doméstico (Viejo) en el hombre heroico (nuevo) que venimos describiendo; a1 sumergirse en las lagrimas el hombre pasa a ser "1a conciencia dramatica del llanto" (135) como punto de partida de su renacer espiritual, la gran revoluciOn que cambiara el destino de la Humanidad Es 1a época de los héroes. Es la época en que todo se reforma y se revuelve: las exégesis se cambian del revés, los presagios de los grandes poetas se hacen realidad, Prometeo se liberta, aparecen nuevos cristos. (170) En el poema "NO he venido a cantar" las lagrimas que corren por el cauce de las venas, escondidas en lo profundo de la sangre, son las que conducen hacia el desvelamiento de la identidad individual y colectiva del ser humano: He venido a mirarme la cara en las lagrimas que caminan hacia el mar y por el rio y por la nube... y en las lagrimas que se esconden en el pozo, en la noche y en la sangre... He venido a mirarme la cara en las lagrimas del mundo. Y también a poner una gota de azogue, de llanto, una gota siquiera de mi llanto en la gran luna de este espejo sin limites, donde me miren y se reconozcan los que vengan. (134) Es, sin embargo, en los 127 versos que componen el poema "gY no vale este llanto?" en donde se hace inventario de los diferentes tipos de lagrimas que el ser humano es capaz de .producir para proclamar el rescate de la "Esclava." Y es aqui precisamente donde la conciencia dramatica del llanto 144 adquiere su dimensiOn mas tragica. Dada 1a extensiOn de dicha composicién, transcribimos tan 5610 105 fragmentos mas relevantes: También vale este llanto, también este dinero para el rescate de la Esclava, también estas son lagrimas que cuentan: las que no se vertieron, las que nunca salieron de mis ojos o si salieron ni se contaron ni se vieron. Las que cayeron en la sombra, las que dejamos en el suelo todos los hijos prOdigos del mundo, todos los argonautas del ensuefio, los imantados por el Verbo, que en una noche oscura y decisiva, reteniendo e1 aliento, andando de puntillas, con los zapatos en la mano, pisando con la carne en el silencio, abandonamos al Padre y salimos de la casa paterna por el postigo del huerto sin que nadie nos viese.. llevados por un Viento mas fuerte que el amor y que la casta, porque somos soldados de un ejército donde la espada del Destino corta las lianas de amor que abrazan nuestro cuerpo, y las raices duras que nos clavan a1 suelo. También éstas son lagrimas que cuentan. Y las que estrangulamos en silencio cuando encontramos a los hermanos y a los amigos muertos. También éstas son lagrimas que valen. Y las que estrangularon ellos cuando subieron a1 patibulo. Nadie nos explica. Muy callado, unos hombres dijeron: fueron leales a 'la causa,’ ipor 'la causa del caudillo' murieron! Yo dije: No. No hay causas rojas ni blancas. Los caudillos no son mas que pretextos. iPor la Esclava!... También este es dinero para el rescate de la Esclava...;Por la Esclava! ipor 'la causa de la Esclava' murieron! \ Y las terribles, las lagrimas terribles que tendremos que tragarnos mafiana 145 l. . . . . . . . . .] Y el llanto que nunca viera nadie en los ojos ocultos del guerrero y oxidO, sin embargo, la visera y el barbote del yelmo. [. . . . . . . . . . .] Y el llanto que nos viene de la sombra, el llanto que vertemos ' sin conciencia y sin resortes, en el lecho. [. . . . . . . . . . . . .] Y las que se escurrieron transformadas en rabia por los canales de la sangre, las que empozofiaron nuestro cuerpo y, hechas babas después, salieron por la boca en un ataque epiléptico; . . . . . . . . . . .] e1 llanto que se pudre, el llanto hecho veneno, e1 llanto hecho blasfemia también vale. -]