LIBRARY Michigan State University PLACE IN RETURN Box to remove this checkout from your record. TO AVOID FINES return on or before date due. MAY BE RECALLED with earlier due date if requested. DATE DUE DATE DUE DATE DUE 6/01 C'JCIRC/Dateoue.p65-p.15 MEMORIA Y TRAUMA EN LOS TESTIMONIOS DE LA REPRESION FRANQUISTA By José Ignacio Alvarez-Fernandez A DISSERTATION Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance and Classical Language 2003 ABSTRACT MEMORIA Y TRAUMA EN LOS TESTIMONIOS DE LA REPRESION FRANQUISTA By Jose Ignacio Alvarez-Fernandez The subject of this dissertation are the personal testimonies written by Franco's political prisoners that narrate the terror, the torture, and the massacre of Franco's repression. The first chapter of this dissertation presents the hypothesis that this testimonies belong to the literature of trauma. The chapter also provides the criteria for the inclusion of the group of testimonies that are the object of the study. In chapter two I analyze the nature of trauma, memory and oblivion within the context of the Spanish transition to democracy and, propose that these testimonies try to redefine the past by providing a counter-narrative that gives voice to a previously voiceless subject. Chapter three, that has at its core Pierre Nora's concept of lieux de mémoire, aims to identify, classify and analyze the memory places of the defeated of the Spanish Civil War. According to Nora, a lieu de me’moire can be anything, material or non-material, created by human will or by the work of time, to preserve and protected the collective memory of any human group. In the present chapter I propose the ports and concentration camps as "memory places". These geographical places capture better than any other site, the collective memory of republican Spain. Chapter four tries to demonstrate how Franco's Spain conforms to the panoptic society drawn by Foucault in his study. The chapter argues that in Franco's Spain the prison system plays a fundamental role in disciplining the population. The chapter shows how Franco's political prisoners use resistance strategies, such as humor, irony and political commitment, to contest Franco's oppression, and to keep up the morale as an act of survival. Chapter five reflects on testimonial writing as a therapeutic and pedagogical practice. Within this context, the chapter considers the nature of Spanish testimony and elaborates on its relationship with trauma / healing and pedagogy. Chapter six summarizes the ideas developed in this study, and concludes underscoring how these texts overcome the legacy of fear created by Franco's military regime by offering testimony as a way to initiate a national process of healing. Copyrigth by José Ignacio Alvarez-Fernandez 2003 Para Marisol y Mariel, con todo mi amor. AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer al Profesor Colmeiro 1a ayuda y el apoyo prestados en la elaboracién de esta tesis. También quiero mencionar a la Profesora Greene, por sus palabras de animo y sus inteligentes observaciones y comentarios. La Profesora Marino fue, asi mismo, una ayuda inestimable durante e1 proceso de elaboracién de esta tesis. A todos ellos mis mas sinceras gracias. -vi- Indice Preambulo Capitulo 1. Introduccion 1. I-Iipétesis de nuestro trabajo de investigacion 2. Caracteristicas de los testirnonios de la represion franquista 3. Criterios de seleccién de las obras 4. Descripcién de los textos 5. Guién de los capitulos Capitulo 2. iAy de los vencidos! 1. Los testimonios: crénica de la venganza y del exterminio 2. La represion franquista en la postguerra 3. El holocausto espafiol 3.1. Condiciones de vida en las carceles y campos franquistas 3.2. La tortura sistematica 3.3. Las sacas 4. El olvido de la represion franquista 5. La memoria de la represién franquista Capitulo 3. Los lugares de la memoria 1 Marco teérico 1.1. Foucault y la contra-memoria 1.2. Maurice Halbwachs y la memoria colectiva 1.3. Pierre Nora y los lugares de la memoria 2. La memoria impuesta: Los monumentos del franquismo 2.1. Cruz de los Caidos 2.2. Caidos de Madrid 2.3. El Arco de la Victoria 2.4. El Valle de los Caidos -vii- Pagina 13 18 18 20 26 27 32 34 36 45 54 54 54 61 63 68 69 70 7O 71 3. La reescritura de la historia 4. Los desaparecidos espafioles 5. El temor a la venganza y la huida hacia los puertos 6. Los "lugares de la memoria" de la Espafia vencida 6.1. Los puertos del Norte 6.2. Los puertos del Levante 6.3. Los campos de concentracion 6.4. El campo de los Almendros 6.5. Campo de Albatera 6.6. Camposancos Capitulo 4. La sociedad disciplinaria 1. Temas y formas de la literatura carcelaria 2. El advenimiento de la sociedad disciplinaria y la literatura carcelaria 3. Franquismo, panopticismo y testimonio carcelario 3.1. Delaciones y denuncias: dos hitos de la sociedad franquista 3.2. Franquismo, religion y disciplina 3.3. Las monjas y los capellanes castrenses 3.4. Toda Espafia era una prisién 4. La naturaleza precapitalista de la represién franquista y la semantica de la muerte 5. Estrategias de resistencia en los testimonios carcelarios del franquismo 5.1. Poesias y canciones 5.2. E1 bulo 5.3. El hambre y el rancho 5.4. La represién 5.5. Los juegos de palabras 5.6. Los personajes carnavalescos Capitulo 5. Trauma y pedagogia 1. Testimonio y trauma 2. La memoria traumatica en los testimonios de la represién franquista 2.1. Los desaparecidos del franquismo 2.2. Las detenciones 2.3. Las diligencias 2.4. Los consejos de guerra 2.5. Las sacas -viii- 77 81 93 100 100 111 128 130 134 138 151 151 156 164 166 174 175 188 192 199 200 214 218 220 221 223 229 229 237 238 240 243 247 251 3. La memoria pedagégica en los testimonios de la represién franquista 259 Capitulo 6. A modo de conclusion 269 Apéndice 280 Bibliografia 319 -ix- Preambulo Ojeando un dia algunos libros en la biblioteca de MSU, me encontré con un titulo que desperto fuertemente mi curiosidad. El libro en cuestion era e1 testimonio de Juan Busquets Sentenced to Death under Franco (Londres 1996) y acababa de ser publicado en Inglaterra. El testimonio, aunque corto, me causé una honda impresién ya que me abrié, por primera vez, las puertas a un universo hasta entonces insospechado: e1 infierno penitenciario de la dictadura franquista. Que diferente era este libro que tenia en mis manos de los libros de historia, tan impersonales a la hora de tocar el tema de la represién. El testimonio de Busquets me ofrecié la oportunidad de ver y oir, por primera vez, a las verdaderas victimas del franquismo, esa gran masa informe y anénima cuyas fotos no suelen aparecer en los libros de Historia. Después del testimonio de Busquets, lei otros, pcomo los del periodista Eduardo de Guzman, que me dejaron sorprendido y horrorizado. A Guzman lo siguié Cabezas, Leiva, Nufiez, Molina, Subirats Pifiana y muchos otros. Todos ellos me ofrecieron una vision panoramica de la dictadura que hasta entonces desconocia. Fue entonces cuando me plantee la posibilidad de hacer 1a tesis sobre los testimonios de la represion franquista. Mi primera sorpresa a1 tomar tal resolucién fue comprobar e1 abandono en que se encontraban estos textos. Abandonados y dispersos por diferentes bibliotecas sin haber merecido ni e1 trabajo de una triste resefia. Ni El Pais periodico con el que me puse en contacto, fue capaz de ofrecerme alguna ayuda en lo que respecta a la recepcion que estos textos pudieran haber tenido en el momento de su publicacién en Espafia. Segt’m parece los textos habian sido completamente ignorados por la sociedad espafiola. Que duda cabe que en ello hubo de tener gran parte de culpa e1 hecho de que la literatura testimonial carcelaria ha sido siempre una literatura marginal. Pero en el caso espafiol habia, ademas, otras circumstancias: e1 pacto de silencio firmado entre las distintas fuerzas politicas al final de la dictadura. La imposibilidad de su venta en Espafia, primero y, después, 1a ignorancia y el olvido favorecido tanto por el régimen franquista como por el sistema democratico, hicieron de los testimonios aqui tratados una literatura marginal y marginada. Fue, precisamente, la marginacién y el abandono en el que se encontraban estos testimonios de la represion franquista lo que me movio a iniciar este trabajo, que tiene como uno de sus objetivos basicos la recuperacién de la memoria colectiva de los vencidos, memoria que forma parte fundamental de nuestro acervo cultural. El presente trabajo se propone, por tanto, recuperar la memoria de la resistencia antifranquista, una memoria que merece ser preservada y protegida para que las generaciones no vuelvan a incurrir en los errores del pasado. Capitulo 1: Introduccién 1. Hipétesis de nuestro trabajo de investigacién En el presente trabajo mantenemos la hipétesis de que los testimonios de la resistencia antifranquistas aparecidos a1 finalizar 1a guerra civil narran e1 trauma psicolégico sufrido por las victimas como consecuencia de la tortura, la carcel y el exilio impuesto por la represién franquista. Estos testimonios formarian asi parte de una "comunidad de memoria" politica-histérica cuyo objetivo seria recordar con el fin de, por una parte, rehabilitar 1a memoria de todos aquellos que lucharon y murieron en la larga batalla contra el franquismo, en un perpetuo homenaje a su sufrida memoria; y por otro, evitar que caigan en el olvido las lecciones del pasado para en un futuro poder evitar la repeticion de la tragedia. De ahi que en todos estos testimonios se manifieste una clara confrontacién entre la memoria de las victimas, por un lado, e1 discurso franquista, por otro y, finalmente, la amnesia impulsada por la clase politica espafiola a partir de 19751. Las diferentes voces que integran estas narrativas propugnan 1a recuperacién, sin odios pero también sin prejuicios reduccionistas, de ese pasado conflictivo y doloroso. Pero a1 mismo tiempo, si aceptamos los principios establecidos por la siquiatria respecto a las experiencias individuales y colectivas de tantos holocaustos pequefios y grandes que acontecieron durante este siglo XX, todos estos testimonios tendrian un subtexto que iria mas alla de las pretensiones denunciadoras y los objetivos reconciliadores que la critica Duplaa sefiala en su estudio dedicado a Montserrat Roig (La voz 37). El objetivo de la escritura de estos testimonios seria entonces el de reintegrar en el esquema cognitivo del individuo esa realidad dolorosa y brutal vivida en las carceles de la dictadura. Si como mantiene Mariana Pianca "1a politica del olvido es mas dafiina por sus efectos sobre el futuro que [por los que pueda ejercer] sobre el pasado mismo" (citado en Bergero y Reati: 21), no cabe duda de que en la Espafia del tardofranquismo la mordaza impuesta sobre el pasado seguia y sigue distorsionando nuestra relacién con el presente, impidiéndonos comprender y constatar e1 peso que aquellos acontecimientos at’m ejercen en nuestra sociedad. Esto es lo que pretenden subsanar estos testimonios a1 rememorar hechos que estén at’m vivos y cuyas heridas, no sanadas del todo, "at’m marcan y delimitan familias, sentires, [y] pasiones" (Guardia Abella 8). 2. Caracteristicas de los testimonios de la represién franquista Aunque parece dificil determinar la naturaleza del género testimonial ya que se destaca por su amplia variedad de formas, modos de publicacién y contenidos, existen ciertos elementos retéricos que nos pueden ayudar a identificar los textos que aqui vamos a estudiar como testimonios. El primero seria 1a condicion que todos comparten de ser un relato (mas o menos corto) narrado en primera persona. Esto no quiere decir que el yo singular pierda 1a conciencia de su identidad colectiva, de su pertenencia a una clase social historicamente deterrninada. La conciencia histérica y colectiva de pertenencia a un grupo (revolucionario, religioso, politico, étnico) es constante a lo largo de todas las obras testimoniales que vamos a estudiar aqui y es, por otra parte, e1 aspecto que diferencia a1 testimonio de la autobiografia, género que, en palabras de John Beverley, "construye para el lector e1 imaginario liberal de un yo auténomo e imperante como la forma 'natural' de existencia tanto publica como privada" (Del Lazarillo 163). Las palabras de Beverley sobre el testimonio latinoamericano son extrapolables a los textos espafioles, en algunos de los cuales también "e1 yo testimonial funciona... como un 'dispositivo lingiiistico' (shifter) que puede ser asumido por [cualquier interlocutor]" (Del Lazarillo 163). Otro aspecto muy relevante de la literatura testimonial son los paratextos (a los que dedicaremos parte del capitulo cinco), es decir, las advertencias, prologos, introducciones, prefacios y exordios que acompafian y enmarcan a los testimonios aqui tratados. Segun Sklodowska, la imprecision en la que se mueve e1 texto testimonial en lo que respecta a sus origenes y a sus fronteras textuales socava las tradicionales convenciones literarias que rigen los géneros mas establecidos, creando una linea de inseguridad y zozobra entre e1 autor/lector. "De ahi que los prélogos lleguen a ser una autoridad importante en el establecimiento del contrato de lectura y en la configuracién de las expectativas del lector" (Sklodowska, Testimonio 8). Es por medio de ellos como el autor dicta, sugiere o, inclusive, amenaza. Todos los narradores de nuestros testimonios son, a la vez que testigos y protagonistas, autores de su propio relato, siendo este aspecto e1 elemento que diferencia al testimonio peninsular que aqui tratamos, del testimonio etnografico centroamericano, donde encontramos generalmente la figura de un intelectual actuando de intermediario entre la clase subaltema y el poder establecido. Otro aspecto digno de mencionar en este apartado es la diferencia que existe entre los testimonios argentinos de la guerra sucia y los textos espafioles de la represién franquista. A pesar de ser contemporaneos, difieren grandemente en las 5 estrategias narrativas que utilizan para referirse a la violencia y a la represién. Mientras que los textos espafioles manifiestan una mayor confianza en el poder mimético del discurso realista, los textos argentinos parecen servirse de otras estrategias ("alusivas, eufemisticas, alegéricas o desplazadas") no tan miméticas para referirse a la realidad horrorosa (Reati, Nombrar 34). La condicién de periodistas que comparten la mayoria de los autores/ as de estos testimonios es otra caracteristica que les da cohesion y que los entronca con una tradicion propia de la Peninsula: la del periodismo documental de la Segunda Republica que se dedicaba a dar cuenta de todos los acontecimientos politicos y sociales mas importantes del momento ademas de denunciar las condiciones de explotacién y opresién en que Vivian las clases subalternas. Segt’m Victor Fuentes, "desde la sublevacion de Jaca hasta la insurreccién de octubre del 34, todas las rebeliones populares tuvieron sus cronistas y los excesos represivos gubemamentales su denuncia" (105). "En la historiografia espafiola", corrobora 1a critica Christina Duplaa "ha sido ese periodismo el que ha dado vida a los testimonios, mientras que en América Latina e1 testimonio etnografico es el hegeménico" ("Mujeres, escritura" 138-39). En palabras de Duplaa, Las técnicas que utilizan los testimonios espafioles proceden "de planteamientos ideologicos y metodolégicos... [del] periodismo de denuncia" ("Mujeres, escritura" 139), que fue tan popular en la Espafta de principios de siglo. 0 sea que estos escritos forman parte de "ese género de periodismo-historia, que ha producido y seguira produciendo nuestra guerra civil" (Cabezas, Asturias 9). Literatura que busca 1a forma de libro con el animo de que "palabras, pensamientos y hechos no lejanos,... tengan alguna perdurabilidad, antes de que el temporal los destruya" (Ramon Rubial en el ”Prologo” a Pifiana vii). La "unidad narrativa" de los testimonios espaftoles coincide con la descrita por Beverley para el testimonio latinoamericano. E1 esqueleto vital de ellos es "una 'vida' o una vivencia particularmente significativa (situacion laboral, militancia politica, encarcelamiento, etc.)" Del Lazarillo 175). Asi mismo, todos estos testimonios estan motivados por la necesidad de comunicacién que surge de una experiencia vivencia] traumatica relacionada con situaciones que tienen que ver con acontecimientos traumaticos que dejan una profunda huella en el animo del testigo. El testimonio de la represién politica franquista nace como reaccion ante el exterminio y la tortura y, también, como reaccion ante e1 silencio y el olvido. Los testimonios aqui tratados son textos en los que se denuncia 1a represién y la brutalidad sufrida por las victimas anonimas, que se constituyen asi en testigos de cargo contra el miedo, 1a tortura y la muerte. Por ello, entre los diferentes objetivos trazados por estos testimonios de la resistencia antifascista, uno de los mas importantes es el de luchar contra el olvido y el silencio al que se les ha querido condenar, primero durante la dictadura y después durante la democracia. Finalmente, otra de las caracteristicas que exhiben estos textos tiene que ver con lo que Gareth William ha identificado como "the writing of loss in the written documentation of socio-political struggle" (84). Las palabras de Gareth, definen perfectamente otro de los objetivos de los testimonios espafioles: "to provide the reader with an exemplary narrative of martyrdom and self-sacrifice, of heroic self-divestment that will serve to inform future generations of their historical patrimony of revolution" (84). 3. Criterios de seleccion de las obras Intentar determinar la lista de testimonios a incluir en este trabajo ha sido una tarea dificil y complicada, no 5610 por la multiplicidad de perfiles que cada testimonio despliega, sino también por el alto numero de ellos que se ha venido publicando desde el final de la guerra. No obstante, creemos que el conjunto de obras que agrupamos aqui es bastante representativo del género testimonial (tal como aparecié --y sigue apareciendo--- dentro y fuera de Espafia). El primer criterio que nos ha guiado para elegir este grupo de testimonios ha sido el de la pluralidad e inclusividad. El grupo esta formado tanto por hombres como por mujeres pertenecientes a todo el espectro ideolégico que sufrié 1a represién y que actuaron en diferentes periodos histéricos. Por ejemplo, los testimonios de Mercedes N ufiez, Juan Antonio Cabezas y Eduardo de Guzman, narran la represién franquista durante y al final de la guerra, mientras que los testimonios de Juan Manuel Molina 0 Juan Busquets reflejan la represién de la década de los afios cuarenta—cincuenta. En este trabajo no se incluyen testimonios de los simpatizantes del franquismo, no porque no creamos que no hayan sufrido también 1a represién por parte de sus enemigos politicos, sino por la simple razon de que, como vencedores, su historia ha sido la version oficial de los hechos durante casi cuatro décadas. El discurso politico que todos estos testimonios desplegan a lo largo de sus paginas es otro de los criterios utilizados para su agrupacion. Todos ellos coinciden en ofrecer un contra-discurso con el que la voz testimonial presenta batalla al discurso hegemonico, en este caso el discurso franquista. Otro rasgo que los agrupa es el de haber sido publicados tanto en Espafia como en el extranjero (Francia, México, Inglaterra, Estados Unidos) a lo largo de un periodo que comprende casi sesenta afios. Finalmente, todos sus protagonistas comparten e1 haber sido condenados a la pena capital y haber pasado muchos afios en las carceles franquistas. 4. Descripcién de los textos En "Sobre la memoria" Vazquez Montalban afirma que "La oposicién a1 franquismo esta llena de datos y aromas; los historiadores pueden llegar a los datos pero no a los aromas" (Elias oct. 26 1988). No son las fechas ni los lugares comunes, como se desprende de la afirmacion del escritor catalan, lo que nos puede devolver la imagen mental de la tortura, de la humillacién y el atropello sufrido por las victirnas del franquismo. La incapacidad del género histérico para captar "los aromas" no la sufre e1 discurso testimonial, género que nace para expresar las experiencias de opresién vividas por las clases subalternas. E1 testimonio, como explica Jara, es para aquellos que han sufrido en propia carne "e1 dolor, e1 terror, 1a brutalidad de la tecnologia del cuerpo; seres humanos que han sido victimas de la barbarie, la injusticia, la violacién del derecho a la vida, a la libertad y a la integridad fisica" (Jara 1). Eso es, precisamente, lo que denuncian los testimonios incluidos en este trabajo y que describimos brevemente a continuacion. Carggl dg Ventas (Paris 1967), de Mercedes Nunez, es un testimonio sobre la violencia sufrida por las mujeres espafiolas que se opusieron a1 fascismo. El testimonio describe la vida en la carcel madrilefia de Ventas, donde eran encerradas las mujeres por delitos politicos. El testimonio presenta cuadros desgarradores de la vida de estas mujeres y sus hijos pequefios con los que eran encerradas. Debido a la insalubridad y falta de una dieta adecuada la mortalidad infantil se disparo en esta carcel, alcanzando cotas de escandalo. Segt’m cuenta Nufiez, los bebes eran apilados en los retretes y las madres tenian que hacer guardia para que las ratas no se los comiesen. "Explica a los de la calle lo que has visto aqui" (Nunez 12). Este deseo expresado por boca de una de sus compafieras de presidio es lo que motivo la escritura de Mercedes Nunez, testimonio con el que pretende "restituir con la mayor fidelidad posible aquella hora demencial de la postguerra vivida por las reclusas de Ventas" (12). La muerte de la gsperanza (Madrid 1973), El Afio de la Victoria (Madrid 1974) y Ngsgtrgs. lgs asesinos (Madrid 1976), del militante anarquista y periodista de profesién, Eduardo de Guzman, es una trilogia testimonial sobre las desventuras vividas por los vencidos en los puertos y los campos de concentracion y carceles franquistas. Esta trilogia es fundamental para entender lo que fue 1a represién franquista. Mgmgrias dg un cgndenadg a muerte (Barcelona 1978), es un testimonio del anarquista José Leiva. Los escenarios de este testimonio son los mismos que aparecen en la trilogia de Guzman y, por ello, se nos hacen familiares por repetidos: Puerto de Alicante, Campo de los Almendros, Plaza de Toros de Alicante y los consiguientes traslados y carceles de rigor, como el Castillo de Santa Barbara, Prisién de Santa Engracia, Carcel de Toreno y de Pamplona. h s bre Es afia (México 1958), es un testimonio escrito por el destacado anarquista Juan N. Molina (Juanel). El testimonio evoca, en cortos 10 pero dramaticos cuadros, los siete afios vividos por el protagonista en las diferentes prisiones por las que pasé en sus afios de internamiento. Asturias: Catorce meses de Guerra inil (Madrid, 1975), es un testimonio escrito por Juan Antonio Cabezas, periodista del diario socialista Avance. En este testimonio se narran las experiencias del autor en el puerto gijonés del Musel, su condena a muerte y su estancia en diferentes campos y prisiones de la dictadura. El Testimonio de la Guerra Civil (A Corufia, 1990), rescata las peripecias del matrimonio formado por Isabel Rios y su esposo, e1 médico Manuel Calvelo Lopez. E1 matrimonio fue detenido a1 comenzar la guerra y condenado a muerte por sus ideas de izquierdas, a Isabel Rios se le conmutara la pena pero su marido, que fue ejecutado. Entre las carceles que adquieren relevancia en este testimonio se encuentra la de Saturraran, regida por la orden religiosa de las Mercedarias. Pilatgs 1939-1941: Prisién de Tarragona (Madrid, 1993) es el testimonio escrito por Josep Subirats Pifiana, director del diario republicano-catalanista _E_1 _P_Qb_le, de Tortosa. En palabras del prologuista Ramon Rubia], las memorias carcelarias de Subirats Pifiana nos introducen en "un periodo de la historia de [nuestro] pais de la mano de quien sufrio como miles y miles de espafioles e1 sadismo y la represién mas cruenta durante los afios que permanecirnos en las carceles del régimen franquista" (vii). El libro describe la vida en esta prisién provincial y ofrece diferentes semblanzas de muchos de los reclusos que compartieron con Pifiana el infortunio de haber tenido que pasar por tales esperiencias. El libro-testimonio de Juan Busquets Veinte afios de prisign: los anarquistas en las gérceles franguistas, (Madrid, 1998), fue publicado primero en 11 inglés por la editorial The Meltzer Press con el titulo Sentenced to Death under m (1996). En él nos relata su experiencia de condenado a muerte y preso en la Modelo de Barcelona y en San Miguel de los Reyes, entre otras carceles. El libro comienza con una dedicatoria que es de pct Si bastante expresiva de cuales son las intenciones del narrador: "Este libro lo dedico a la memoria de los luchadores que dieron sus vidas y a todos aquellos que sufrieron afios de privacién de libertad en establecimientos penitenciarios franquistas. La Espafia democratica ha silenciado conscientemente esta verdad histérica para no molestar a los franquistas, aun actualmente presentes en la vida publica" (14). De carcel en carcel (A Corufia, 1988) es un testimonio de Diego San José, escritor y periodista madrilefio que colaboré en las mas prestigiosas revistas y diarios de la época y que tiene en su haber una ingente produccién literaria (articulos, obras de teatro, poesia, novelas). San José fue condenado a muerte al final de la guerra por defender la Republica con su pluma y por ocupar la jefatura de prensa de la Direccién General de Seguridad. Conmutada la pena pasé a la prisién de San Simon y mas tarde a la de Vigo. Recuperé la libertad en 1944 y fallecié en Redondela en 1962. El libro tiene e1 valor afiadido de incorporar una serie de dibujos del pintor José Robledano que nos ayudan a visualizar como era la vida en las carceles de la dictadura. Death Row: Spain 1936, testimonio escrito por Patricio P. Escobal, fue publicado en inglés en 1968. La version espafiola aparecié en 1974 en la misma ciudad donde se publico la version inglesa, Nueva York, pero con el titulo _La_s sagas. Escobal, funcionario del ayuntamiento de Logrofio, narra aqui e1 calvario vivido en las carceles clandestinas de Falange. Victima de un par de simulaciones de ejecucién, se libro de la muerte después de muchas torturas y 12 palizas. Después de su liberacién se fue a Estados Unidos, donde aparecio primero este testimonio. 5. Guién de los capitulos El capitulo uno es, como se puede ver, una introduccién en la que se presentan las hipotesis del trabajo, las caracteristicas de los testimonios peninsulares y los criterios de seleccién, asi como este apartado en el que se describen brevemente e1 guién de los capitulos. El capitulo dos reflexiona sobre las consecuencias sicolégicas, éticas y politicas de la represién franquista en la sociedad espafiola. El capitulo ofrece una breve descripcién de los métodos empleados por la dictadura para silenciar a sus opositores y sefiala semejanzas de la represion franquista con el holocausto judio. La escritura testimonial cumple asi una funcién restauradora ya que recupera la memoria colectiva de la izquierda espafiola, una memoria amenazada por el olvido impuesta durante e1 cambio politico acaecido a la muerte de Franco. Finalmente, e1 capitulo propone que los testimonios de la represién franquista pertenecen a la literatura del trauma ya que en ellos se escenifica textuahnente la dialecta fundamental del trauma, que la siquiatra Judith Lewis Herman resume en la presencia de un conflicto entre ”the will to deny horrible events” y ”the will to proclaim them aloud” (5). Ese contradictorio deseo de recordar y olvidar a1 mismo tiempo tiene su reflejo en la Espafia de la democracia, una sociedad en la que la constante aparicién 'de seminarios, conferencias, exposiciones y libros dedicados a la guerra civil, a1 exilio y la 13 represién, contrasta notablemente con la aparente desmemoria que domina la vida espaf'tola actual. La preocupacién por la memoria, su control, su manipulacién y conservacién, asi como con su antagonista, la historia, son los temas centrales que se abordan en el capitulo tres de este trabajo. E1 capitulo establece 1a importancia de los testimonios de la represién franquista como fuente de resistencia contra la version de la historia impuesta por los "vencedores" de la contienda espafiola. Al rescatar para la posteridad personajes, hechos y situaciones que habian sido silenciados o habian permanecido en zonas de sombra, estos testimonios dan un paso importante en la preservacién de la memoria colectiva de los vencidos, a la vez que construyen nuevas, y mas problematicas, versiones del pasado Estre los diferentes soportes que utiliza la memoria de los vencidos para su preservacién, se encuentran los lieux de mémoire, espacios simbélicos donde cohabitan la historia y el recuerdo colectivo de una comunidad dada. El capitulo tres trata aside identificar, clasificar y analizar los "lugares de la memoria" de los vencidos en los testimonios de la represion franquista. E1 capitulo se centra asi en los muelles y los puertos que aparecen en los testimonios de La muerte de la gsperanza y El afig de la vigtgria de Eduardo de Guzman; Memorias de un condenado a muerte, de José Leiva y Asturias: catorce meses dg guerra civil, de Juan Antonio Cabezas. Estos parajes azquieren en el relato testimonial unas dimensiones que van mas alla de sus puras hubiucaciones geograficas y los convierten propiamente en ”lugares de memoria”, ambitos, como dice Nora, "where the living heart of memory still beats" (Nora 19). Los puertos y campos de concentracion que aparecen en estos 14 testimonios son los signos que resumen, de forma sintética y condensada, todo lo que signified 1a derrota republicana. El capitulo cuatro explora la relacién entre la sociedad disciplinaria, descrita por Foucault en su trabajo Discipline and Punish, y la sociedad franquista. El capitulo se abre con un breve resumen sobre los beneficios y perjuicios de la carcel como instrumento de reforma para pasar, seguidamente, a plantear la naturaleza "panoptica" de la sociedad irnplantada por el franquismo. El analisis que hace Foucault respecto a los grupos religiosos como centros de control y de disciplinamiento social nos sirve para establecer ciertas relaciones de semejanza con la Espafta franquista. E1 capitulo analiza asi e1 trabajo realizado por los capellanes castrenses y las monjas de clausura dentro de las carceles franquistas, equiparando a estos dispensadores de la religion con los profesionales de la disciplina y la normalizacién dibujados por el filosofo francés en su estudio. El capitulo se divide en un segundo apartado en el que se analizan las estrategias irnplementadas por los presos politicos para sobrevivir en las carceles de la dictadura. Una de las estrategias usadas amenudo por los presos para resistirse a la victimizacion fue el humor, que junto con ”e1 bulo”, funcionabaron como verdaderas valvulas de escape para aliviar 1a tension de la vida carcelaria. El humor en las narraciones de la represion franquista ademas de ser un elemento de resistencia politica, ya que buscaba ridiculizar a la dictadura y a sus hombres mas ilustres, tiende a desdramatizar lo vivido haciéndolo asi mas soportable. El capitulo cinco estudia los testimonios desde 1a vertiente pedagégica y terapéutica. El capitulo mantiene que los testimonios de la represion franquista 15 representan un proyecto que tiene una doble finalidad; por un lado, reintegrar 1a personalidad fracturada por las experiencias extremas vividas en los campos y carceles franquistas; por otro, dejar constancia de lo ocurrido para que no se vuelva a repetir. Como relatos del trauma, los testimonios de la represién franquista tratan de recobrar una realidad amenazada por el olvido y por las fallas de la memoria. Por ello, sus protagonistas insisten en la honestidad de sus intentos de recordar, y al mismo tiempo en la dificultad de hacerlo. Sus palabras ponen de manifiesto e1 caracter inefable de las experiencias traumaticas, vivencias cuya explicacién sélo es posible mediante un relato eliptico que jamas alcanza la esencia. El objetivo pedagégico de estos testimonios se materializa fundamentalrnente en los paratextos, es decir, los prélogos, prefacios, y otros artefactos retéricos con los que el testimonialista trata de condicionar nuestra lectura. El apartado final de este capitulo cinco aporta un conjunto de ejemplos que ilustran y apoyan esta tesis. E1 capitulo seis resume y sintetiza los pricipales puntos de los capitulos previos. 16 Notas del capitulo 1 1 "En una coleccién de ensayos sobre la memoria, e1 historiador britanico Peter Burke nos recuerda que la palabra 'amnesia' esta etimologicamente emparentada con la palabra 'amnistia', y que ésta ultima significa un acto de olvido voluntario a la vez que un borramiento oficial de la memoria" (citado en Bergero y Reati: 11). 17 Capitulo 2: iAy de los vencidos! 1. Los testimonios: crénica de la venganza y del exterminio E1 presente trabajo tiene como centro de su investigacién la literatura testimonial espaftola originada a raiz de los acontecimientos ocurridos en Espafia durante la guerra civil (1936-1939) y la larga dictadura del general Franco (1939- 1975). Es ésta una literatura en la que se narran las experiencias vividas por los vencidos en los distintos recintos que fueron habilitados por los franquistas para recluir y aniquilar a sus victimas (comisarias, cuartelillos, colegios, conventos, plazas de toros, teatros, cines, campos de concentracion y carceles). Toda esta proliferacién de espacios represivos fue necesaria para dar cabida a una poblacion reclusa que a1 acabar 1a guerra rondaba 1a cifra de los 2.500.000- 2.800.000 de personas (Rufat 24; Molina 135). El nt’tmero, aunque parezca excesivo, e incluso inverosimil, no debe andar tan desencaminado de la realidad si tenemos en cuenta que el ejército republicano, compuesto de centenares de miles de hombres, fue detenido en su totalidad, cosa hasta entonces nunca vista, e internado en carceles, campos de concentracién y batallones de trabajo. Rodriguez Vega, secretario general de la UGT, calculaba que en 1942 habian pasado por las carceles y campos de concentracién franquistas unos dos millones y medio de personas. Segt’m el historiador Max Gallo, "Es posible que hubiese en Espafia mas de un millén y medio de prisioneros" al final de la guerra (citado en Suiro y Nosti: 85-86). De la elevada cantidad de carceles y campos de concentracién y de trabajo que aparecen en estos testimonios, se puede concluir sin temor a exagerar que toda Espafia era una enorme prisién de la que resultaba irnposible escapar. 18 En aquel inmenso "gulag" en que se habia convertido Espafia quien no tenia un familiar en la carcel, tenia un amigo, 0 un conocido, 0 un antiguo vecino o compafiero de trabajo. Por otra parte, quien permanecia en libertad tampoco estaba seguro de no set encarcelado dada la arbitrariedad de las leyes franquistas. No es de extrafiar, por tanto, que en el género testimonial, aqui estudiado, la carcel se manifieste como una prolongacién del aparato represivo del franquismo. La dictadura, a juzgar por estos testimonios, creé una sociedad disciplinaria, "panoptica", en el sentido analizado por Foucault en su estudio sobre el nacimiento de los sistemas penitenciarios europeos. Al denunciar la amplitud y el horror de la represién realizada a lo largo de la geografia espafiola por los vencedores de la guerra, estos testimonios se erigen en testigos de cargo contra el olvido y la impunidad de los crimenes cometidos por el franquismo, crimenes que han dejado una huella indeleble en la memoria individual y colectiva de los vencidos. Cabria preguntarse, como hace Santos Julia en un trabajo monografico dedicado a las victimas de la guerra y la represién, "gCémo fue posible tanta crueldad, tanta muerte? Y luego, cuarenta afios después, ges cierto que nos hemos olvidado de tanto crimen, de tanto muerto?" ("De 'guerra'" 11)1. La voluminosa literatura testimonial que ha venido emergiendo y desarrollandose tanto fuera como dentro de Espafia es una prueba inequivoca de que aquellos acontecimientos todavia permanecen muy vivos en la memoria colectiva de los vencidosz. La dispersion y abandono en el que se encuentran estos testimonios nos ha motivado a realizar este trabajo, que tiene como uno de sus presupuestos 19 basicos la recuperacion y estudio de aquellos que, a nuestro entender, tienen un valor no 5610 documental sino también literario3. Si tuviéramos que determinar el elemento que unifica y da cohesion a la coleccién de testimonios que estudiaremos en nuestro trabajo, diriamos que es el de la lucha contra el fascismo y las fatidicas repercusiones que tal hecho tuvo en las vidas de tantos seres anénimos que, contra toda esperanza, buscaron retornar la libertad a la sociedad espafiola. Las paginas de estos diarios ofrecen asi una version altemativa a1 discurso de la historiografia oficial, para la cual los unicos motores de la historia son los lideres politicos y las elites intelectuales y no las clases sociales subalternas. Como artefactos literarios estos testimonios cumplen una doble mision: por un lado, dan voz a los sin voz para que den cuenta de la represion ejercida por el franquismo, represion que se realizé con el mismo ahinco "tanto en la Espafia autarquica de 1939-1959 como en la Espafia paradesarrollista de 1959- 197 " [sic.] (Vilar, Historia 27); por otro, reivindican 1a memoria de la resistencia antifranquista, que es una forma de reivindicar la identidad pues "No hay identidad sin memoria" (El Pais 18 nov. 1997). Estas caracteristicas hermanan a los testimonios espafioles con la literatura de resistencia, género para el que, en palabras de Barbara Harlow "The struggle over the historical record is seen from all sides as no less crucial than the armed struggle" (7). 2. La represién franquista en la postguerra Las horribles consecuencias sociales e individuales que las guerras acarrean son suficientemente conocidas por todos. Como escribe Eduardo de Guzman en el prélogo a uno de sus testimonios sobre la guerra civil espafiola, "si 20 todas las guerras son temibles, ninguna supera en dolorosa angustia a las de caracter civil. No 5610 por su mayor crueldad, sino porque la nacién dividida pierde con los dos bandos en pugna" (£13119 7). Mientras que en las luchas internacionales la confrontacién se dirime entre naciones extrafias, cuyo vencedor "se cobra en los despojos de la vencida; en las peleas civiles, al ser hermanos todos los contendientes, las facturas recaen sobre la propia familia desgarrada entre vencedores y vencidos" (de Guzman, m 7). De acuerdo a Cipriano Rivas Serif, los cientos de miles de muertos han convertido la contienda espafiola de 1936 "en la mas cruenta de cuantas guerras intestinas han movido a matarse a los espafioles unos contra otros en el transcurso de los siglos y las generaciones" (citado en Zaragoza: 25). La sublevacién militar fascista ocurrida en Espafia el 18 de julio de 1936 contra el gobierno legitimo de la republica dio a1 traste con cualquier posibilidad de solucionar pacificamente los problemas histéricos que tenian pendientes los espafioles. Pero si devastador fue el precio en vidas que se cobro la contienda civil, no fue menor e1 numero de victimas de la postguerra, periodo en el que se desaté una persecucion brutal y sistematica contra los vencidos. A tenor de las experiencias, declaraciones y testamentos escritos por las victimas, se puede afirmar que la represion aplicada por las fuerzas de seguridad del nuevo Estado fue implacable. Como apunta José Manuel Sabin, en el franquismo "El exterminio del adversario... [fue] algo primario y demostrativo de la fortaleza del regimen al pretender ser ejemplificante" (20). Amparandose en la impunidad que les otorgaban un conjunto de leyes hechas a la medida de sus propositos represivos, los nuevos Agentes del Orden se disponen a elirninar y reprimir a todos aquellos 21 que se habian opuesto o seguian oponiéndose a la Victoria del Movimiento Nacional4. Aunque oficialmente la guerra terminé en 1939 1a represién continuara hasta el final de la vida del dictador. Un ejemplo de esa falta de clemencia que la dictadura mostrc’) en todo momento hacia los vencidos se puede observar en la actitud del general Franco quien, de acuerdo a su cufiado Serrano Sufier, siempre "se las arreglaba para que las ordenes de suspension de las penas de muerte llegasen después de que las ejecuciones habian tenido lugar" (citado en Preston: 145) Segun afirma 1a historiadora Gabrielle Ashford Hodges, e1 temperamento autoritario de Franco tiene sus raices en el ambiente familiar en el que crecié y se desarrollé. La familia de los Franco-Salgado Araujo estuvo marcada por la falta de afecto, los conflictos matrimoniales, las necesidades econémicas y la tiranica figura del padre. Todo ello propicié la conformacién de un caracter en el joven Francisco que, de creer a Ashford Hodges, es el mismo que "Erich Fromm links to the sado-masochist personality, and to the 'authoritarian personality' with which it is closely linked" (4). Y afiade, a renglén seguido, que personalidades como las de Franco come from cold families who, anxious about their status in society, maintain rigid and prurient ideas about sexuality and aggression, and impose their values upon their children 'with a heavy hand'. Their neurotic offspring often display symptoms of 'narcissistic personality disorders', which usually occur in 'persons who have suffered intense injuries to self-esteem in early life, compensate for 22 this by developing a grandiose conception of themselves, and respond to attacks on their inflated self-image with rage. (4) En el discurso pronunciado en Zaragoza el 19 de abril de 1938, Franco deja entrever esa personalidad vengativa e intolerante de la que nos habla Ashford Hodges. Franco advierte a sus oponentes que toda oposicién a sus ideas sera considerada como un acto criminal que sera castigado con toda severidad: "cada dia que pase, cada vida mas que sacrifiquéis, cada crimen que cometais, es una nueva acusacién para el dia en que comparezcais ante nuestra justicia" (citado en Sueiro y Nosti: 82). Esa justicia a la que Franco alude en esta cita fue una especie de ”justicia a1 revés”, ya que las victimas eran ejecutadas por haber defendido el orden constitucional. Hasta e1 propio Serrano Stifier ---apesar de que él mismo participé en la represion como ministro en el apogeo de los fusilamientos franquistas--- ha reconocido 1a frialdad de Franco en lo concerniente a las penas de muerte. Segt’m Serrano Stifier, Franco despachaba el tema de las ejecuciones a la hora del café. Franco ojeaba, en colaboracion con el asesor juridico del Ministerio del Ejército, teniente coronel Lorenzo Martinez Fuset, el pequefio resumen de cada condenado y daba su "enterado". Se ha dicho ademas que llegé a exigir que no se le pasaran conmutaciones de penas de muerte hasta que las ejecuciones no se hubieran realizado. No sabemos si tal noticia es cierta o, por el contrario, pertenece a la aureola de crueldad que rodeo a1 personaje durante toda su vida. En cualquier caso, lo cierto es que Franco continuara ejecutando a sus opositores politicos hasta pocos meses antes de su muerte. E1 2 de marzo de 1974 moria a garrote el anarquista catalan Salvador Puig Antich. Y poco mas de un afio 23 después, exactamente e127 de septiembre de 1975, eran ejecutados cinco jovenes antifranquistas, tres militantes del FRAP y dos de ETA. Franco acababa pues su longeva dictadura como la habia comenzado, vertiendo 1a sangre de sus enemigos politicos. Aunque no hay numeros oficiales de las victimas caidas después de acabada la guerra, diversos estudios mencionan cifras que rondan las 200.000 personas ejecutadas en los primeros afios de la postguerra. Otras publicaciones aseguran que la represién franquista rebasc’) e1 medio millon de personas5. Sean estas cifras correctas o no, lo que si parece verificable es que durante estos afios la dictadura se marco un doble objetivo: por un lado, eliminar a todo aquél que se habia destacado politicamente por sus ideas de izquierdas, o simplemente republicanas y, por otro, erradicar de la poblacion civil cualquier animo de resistencia y rebeldia hacia el nuevo regimen. Para lograr este objetivo Franco se dotara de un marco juridico que le permitira criminalizar y reprimir toda actividad considerada como atentadora contra el "orden" y la seguridad del Estado por él establecido. A pesar de la pretendida apariencia de "legalidad" y "orden" que el régimen se quiso dar para amparar su posterior actuacién como Estado, la violencia y los centros penitenciarios seran, en tiltima instancia, los verdaderos baluartes sobre los que descansara todo el entramado legalista del regimen franquista. De la lectura de los documentos que ofrece Sabin en su estudio Prisién y muerte, se desprende que la represién realizada por el franquismo sobrepasc’) todas las previsiones, creando graves problemas en la infraestructura penitenciaria de la época. En 1940 el director general de Prisiones enviaba una 24 circular al Jefe del Estado, Francisco Franco, anunciandole que de no remitir e1 numero de detenidos "se necesitaran unos tres afios para dictar sentencia" (citado en Sabin: 111). Y eso a pesar de que el decreto del 31 de agosto de 1936 de la Junta de Defensa Nacional establecia como norma la rapidez para todas las acciones castrenses. De acuerdo a1 Director de Prisiones el aumento de la poblacién reclusa y la escasez de personal con conocimientos sobre jurisdiccion militar dificultaba la condena de los presos a la velocidad que el caso requeria: La carencia de un cuerpo juridico experto suficiente para atender el volumen de la represién, ha obligado a habilitar para las funciones de la justicia militar a un gran numero de abogados sin experiencia, sin conciencia profesional y sin la especializacion militar, y que por consecuencia no se dan cuenta del problema gravisimo que tienen entre manos y de la necesidad apremiante y angustiosa de terminar su liquidacién. (énfasis afiadido, citado en Sabin: 111-12) Por el tono de la circular no parece que para el funcionario franquista e1 problema radicara en la desmedida represion ejercida contra un enemigo derrotado e indefenso, sino en la falta de personal militar capacitado para realizar la tarea encomendada. La misiva parece estar pidiendo una solucién a la alemana para "liquidar", de una vez por todas, e1 problema de los "rojos" espafioles, algo, por lo demas, en consonancia con el proyecto franquista durante los prirneros afios de la postguerra. De hecho, como afirma Gabrielle Ashford Hodges en su biografia sicologica del general Franco, "many aspects of Hitler's policies echo Franco's attitude to the Republicans" (198). 25 3. El holocausto espafiol Existen rasgos comunes entre e1 sistema represivo franquista y el irnplementado por los nazis, a pesar de que, como sefiala Angel Suarez, no se puede decir que hayan sido idénticos pues lo que "en el nazismo fue planificacion racional... en el franquismo no paso de ser una tentacién, pues ni la estructura industrial ni e1 menguado imperio falangista precisaban en realidad del 'espacio vital' ni de las conquistas a que se lanzaron los industriales alemanes con el partido nazi a su frente" (8-9). No obstante, tras obras como Cuelgamuros o 108 batallones de trabajadores, asoma e1 deseo del trabajo esclavista, de la explotacion hasta el exterminio del obrero. Es conocido que la ideologia totalitaria de Hitler y Mussolini ejercié gran influencia en la derecha espafiola. Cabe recordar a este respecto el viaje que, en fecha tan temprana como 1933, hizo e1 lider de la derecha espafiola, Gil Robles, al congreso nazi celebrado en Nuremberg, donde dedicara los cinco dias de su estancia a1 estudio de "la organizacién nazi, los campos de concentracién y las milicias" (Preston 120). A su regreso a Espafia, Gil Robles se pronunciara sobre el sistema politico que habia visto en Alemania de forma entusiasta: "En el fascismo hay mucho de aprovechable: su raiz y su actuacién eminentemente populares; su exaltacién de los valores patrios; su neta significacion antimarxista; su enemiga [sic] a la democracia liberal y parlamentarista" (citado en Preston: 120-21). Pero la creciente simpatia de la derecha espafiola hacia el fascismo extranjero no se limito solo a la teoria, su puesta en practica correra a cargo de Franco, influenciado por los consejos que, a través de su cufiado Ramon Serrano Sufier, recibia de Hitler y Mussolini (Salgado-Araujo 275). La simpatia hacia 1a 26 Alemania de Hitler ya se habia iniciado durante el Bienio Negro, periodo en el que Gil Robles, en su calidad de ministro de la Guerra habia manifestado los deseos del Gobiemo espafiol de establecer una colaboracién entre la policia espafiola y la Gestapo. En septiembre de 1935, se llegé incluso a un acuerdo de principio entre Gil Robles y el baron aleman Rolland "sobre intercambio de noticias militares y policia" (citado en Vidal, Recuerdo: 28). Mas que simpatia, lo que la derecha espafiola sentia por la Alemania Hitleriana era verdadera pasién, como se desprende de las palabras que el conde de Mayalde, jefe de la policia, 1e dedico a Himmler, en uno de los viajes de asesoramiento que éste hizo a Madrid: "gQué podriamos ensefiaros nosotros que pudiera compararse con lo que alli hemos visto?" (citado en Sueiro y Nosti: 94). Tal vez no tenia nada que ensefiarle la Espafia franquista a la Alemania hitleriana, pero en todo caso los fascistas espafioles estaban aprendiendo a gran velocidad, a tenor de la proliferacién de campos de concentracién y carceles que estaban floreciendo en la Espafia nacionalista desde el final de la guerra. Hasta un total de 500 prisiones, la mayoria en lugares improvisados y en deplorables condiciones, estaban funcionando en el territorio espafiol en el periodo que va de 1939 a 1940 (Moreno 291). 3.1. Condiciones de vida en las carceles y campos franquistas Las condiciones de sanidad, higiene y alimentacién que imperaban en estos lugares eran tan terribles que los presos caian como moscas. No resulta descabellado pensar que el regimen, de la misma manera que se deshacia de los vencidos ejecutandolos, pensaba eliminarlos creando las condiciones precisas para que enfermasen y muriesen. Segt’tn Juan M. Molina, una de las tantas 27 victimas de aquella represion, "Los nombres de los campos de concentracién y de las prisiones espafiolas suenan para los demécratas espafioles como deben sonar Buchenvald, Mathausen, Belsen y Auchswitz para los... demécratas europeos" (105). La propaganda del régimen decia que los campos de concentracién y carceles de la Espafia franquista eran "un modelo sin par en Europa", pues los reclusos recibian un trato excelente, tanto desde el punto de vista de la alimentacién como de la asistencia médica. La verdad, sin embargo, era bien distinta, pues e1 sistema penitenciario franquista coincidia en muchos casos con el que existia en los terribles campos de concentracion nazis. La tasa de mortandad de las carceles espafiolas alcanzé durante algunos afios cotas de exterminio. La enfermedad y el hambre se cobraron en ocasiones mas muertos que los pelotones de ejecucion. De acuerdo a Marcelino Laruelo Roa "Las enfermedades fueron para muchos presos otras condenas de muerte de las que, como si una cruel repesca se tratase, no se pudieron librar" (La libertad 176). E1 propio Ministerio de Justicia, a través de la Inspeccién Central de Sanidad, reconocia en la circular del 7 de abril de 1941, que la situacién sanitaria de las carceles era de extrema gravedad debido a1 hacinamiento que sufrian los presos y a las carencias de medios sanitarios y de todo tipo que sufrian las carceles. La circular, secreta y reservada a los directores de prisiones, iba firmada por el inspector de Sanidad doctor Rey-Stolle y decia asi: [...] Las circunstancias epidemiolégicas que atraviesan Madrid y algunas ciudades del sur de Espafia, y por otra, la enorme aglomeracion de reclusos de todas las prisiones, que dificulta las practicas de aseo personal cotidiano. El peligro de que la prisién 28 pueda ser e1 foco inicial de un brote epidémico que pueda propagarse a la vida libre; viceversa, 1a existencia de epidemia en alguna ciudad exige tomar las rigurosas medidas profilacticas para evitar se extienda a la prisién, con el consiguiente peligro de exacerbacién de su contagiosidad y aumento de la virulencia, a1 invadir el recinto de la prision, por el enorme hacinamiento y el factor carencial que existe en la misma. (citado en Sabin: 126-27) En arcel de Ventas tenemos un buen ejemplo del drama de la insalubridad de las carceles espafiolas. La carcel madrilefia de Ventas, presidio habilitado por el franquismo para recluir a mujeres condenadas por motivos politicos, contaba con una galeria donde estas mujeres eran recluidas con sus hijos pequefios, muchos de ellos lactantes. En esta galeria escuché Mercedes Nur'iez un relato que ilustra no 3610 las horribles condiciones sanitarias de las prisiones franquistas sino también la innecesaria crueldad del franquismo, que no se compadecio ni tan siquiera de los hijos de los vencidos: ---Yo tenia una nifia como un sol. Era recién nacida cuando me detuvieron. Se rne murié aqui, el afio pasado. Hubo una epidemia terrible y, sin agua, sin higiene ni cuidados ningunos, los nifios se morian como moscas. Seis o siete por dia y a veces mas. Como no sabian qué hacer con ellos hasta el momento del entierro, amontonaban los cuerpecitos en un retrete. Las ratas acudian a devorarlos y las madres, para irnpedirlo, haciamos guardia. Yo me pasé la noche espantando a las ratas porque no queria que me lo mordieran. . . .(18) 29 Al drama de los nifios presos alude también Juana Dofia en su testimonio Desde la ngcie y la niebla: Esta galeria de nifios era una pesadilla para toda la reclusién, mas de mil mujeres estaban alli concentradas con sus hijos, algunas tenian dos o tres con ellas, por lo que aquella galeria albergaba mas de tres mil personas. Los nifios en su mayoria sufrian disenteria, aparte de los piojos y la sarna. E1 olor de aquella galeria era insoportable, a las ropas estaban adheridas las materias fecales y los vémitos de los nifios, ya que se secaban una y otra vez sin poderlas lavar. En aquellos momentos se habia declarado una epidemia de tifia, ninguna madre, a pesar de la falta de medios para cuidarles, queria desprenderse de sus hijos para llevarles a una sala, llamada enfermeria de nifios. Esta sala era tan tragica que los pequefios que pasaban a ella morian sin remedio, se les tiraba en jergones de crin en el suelo y se les dejaba morir sin ninguna asistencia. (citado en Moreno: 300-01) Las carceles de hombres padecian las mismas deficiencias higiénicas y sanitarias causadas por la masificacion. Un simple ejemplo puede servir para hacerse una idea de la gravedad del problema: 1a prisién de Manzanares, en Ciudad Real, habia sido construida para unos 35 o 40 presos, pero acabara albergando a mas de 480 detenidos. Segt’m Antonio Bermudez, Las condiciones de vida en el interior de la prisién eran absolutamente inhumanas, y la enorme masificacién hacia ins0portable la vida de los detenidos. En cada celda, de unos cinco 30 metros cuadrados, se encerraron hasta diecisiete hombres, preferentemente aquellos sobre los que recaian cargos mas graves... Por otra parte, 1a escasez de servicios y medios higiénicos hizo que los piojos y otros parasitos colonizaran ampliamente aquellos antros, lo que, unido a la frugal alimentacién, a base de coles semipodridas, zanahorias y cascaras flotando en agua caliente, generé pronto miseria, desnutricién y enfermedades. El estado famélico de los hombres y el riesgo de muerte por inanicion decidieron a la direccion del centro permitir el paso de desayunos a base de café con leche, que las angustiadas familias llevaban cada mafiana a sus deudos. (citado en Sabin: 125-26) Situaciones como las denunciadas por Bermfidez no son la excepcién, sino la regla. Referirse a la represién franquista con el nombre de "holocausto" no es, por lo tanto, un apelativo gratuito. Francisco Moreno, por ejemplo, alude a este término para sefialar las terribles condiciones que sufrian los presos en la carcel de Cordoba, juicio que, en palabras de Sabin, debe hacerse extensible a todo el sistema penitenciario franquista: [...] Ello permite, si no comparar, al menos relacionar lo ocurrido en la carcel de Cordoba con los campos de exterminio nazi. Es cierto que en Espafia no se llego a los excesos del nazismo en Alemania, pero 1a enorme mortandad de las carceles franquistas, sobre todo en 1941, revela también voluntad de exterminio de los vencidos. (citado en Sabin: 225) 31 De acuerdo a Miguel Nunez, dirigente de las juventudes comunistas durante aquel periodo, "La carcel de aquella época era terrible. No 5610 era muy duro desde el punto de vista de la alimentacién, de la higiene, del amontonamiento, etc., sino que lo peor eran las 'sacas' diarias, los fusilamientos constantes. Habia una tension enorme" (Vilar, Historia 37). Angel Suarez incide mas en este hecho al sefialar que durante los afios cuarenta las carceles franquistas no 3610 eran centros de privacién de libertad, sino también de "aniquilacién fisica" y "moral" donde se trataba de amedrentar al preso, de "inutilizarlo, humillarlo, demostrar quién es el vencedor, a1 tiempo que se utiliza su fuerza de trabajo" (63). 3.2. La tortura sistematica La tortura es, junto a la insalubridad y el hambre, 1a gran protagonista de los testimonios de la lucha antifascista, ya que todos los presos del franquismo sufrieron e1 infierno de los castigos fisicos y psicolégicos. La Direccién General de Prisiones habia intentado poner fin a esta practica por medio de una serie de circulares cuya efectividad, al parecer, fue nula pues pocos funcionarios respetaban la integridad fisica de los presos, mientras que los directores de prisiones, por obvias razones, no tenian ningun interés en denunciar tales hechos. Por otro lado, el intento de poner coto a las torturas obedecia mas a una operacion de maquillaje del régimen que a un verdadero deseo de mejorar la condicion de los presos. Un aspecto que corrobora lo dicho es el hecho de que la preocupacién por la integridad fisica de los penados empezase cuando la Segunda Guerra Mundial parecia decantarse contra las potencias del Eje, en las que la dictadura franquista habia puesto sus esperanzas. 32 La tortura fue una practica sistematica en las comisarias y las prisiones franquistas, practica que durara hasta los ultimos dias de la vida del dictador. Segt’m e1 historiador Francisco Moreno, "Nunca en la historia de Espafia se habia puesto en marcha una estrategia de tortura [tan] masiva como la que practicc’) e1 régimen de Franco desde el dia de la Victoria" (301). La tortura era ejercitada por todas las fuerzas franquistas con diferentes propositos. A veces e1 objetivo era forzar a1 preso a delatar a sus compafieros/ as; otras obligarle/ a a firmar una confesién en la que se confesaba autor/ a de crimenes que no habia cometido. En otras ocasiones e1 proposito era sencillamente humillar e intimidar al adversario politico para evitar su futura reorganizacién. Como consecuencia de las torturas muchos de los presos se vieron obligados a revelar informacién vital o a colaborar con el enemigo debido a la dureza de los interrogatorios y de las palizas. Estos fueron los que peor parados salieron pues al dolor fisico infligido por la tortura tuvieron que afiadir e1 dolor moral de verse despreciados por sus camaradas a1 haber delatado a sus compafieros. Para Marcos Ana, decano de los presos en las carceles franquistas, aguantar las torturas de sus captores era preferible al dolor que le producia la posibilidad de regresar a la carcel convertido en un traidor: Yo, por ejemplo, cuando he sido interrogado, de la manera que podéis imaginar, a pesar de todo, para mi fue mas facil aguantar aquello que convertirme en un traidor. Era un problema de imaginacién: yo pensaba en mis camaradas, pensaba lo que significaba mi vuelta a prisién. Si yo vuelvo con dignidad, si yo no denuncio a nadie, yo me voy a encontrar con los abrazos de mis 33 camaradas, con el orgullo de mis camaradas. Pero si yo vuelvo vencido voy a estar como un mufieco sin resorte en un rincén del patio: eso, para mi, era mucho mas dificil que soportar todo lo demas. (78) No cabe duda de que para poder salir sano y salvo de las carceles franquistas sin haber denunciado a nadie habia que tener una gran entereza y una conviccién muy firme en los ideales por los que se luchaba. La falta de esta fuerza moral restaba capacidad de resistencia para soportar la tortura, lo que hacia a los presos mas proclives a la denuncia y delacion de sus compafieros. La brutalidad del sistema penitenciario franquista 5610 se podia sobrellevar por la fuerza moral que ofrecia la fe en unos ideales, como asi lo expresa Marcos Ana: "Lo que me ha hecho a mi aguantar la carcel ha sido la fuerza de mis ideas, e1 estar convencido de que mi vida era justa" (78). 3.3. Las sacas Otro gran protagonista de de las carceles franquistas eran las famosas sacas, nombre con el que los presos denominaban las dramaticas visitas nocturnas de oficiales y soldados armados a las galerias en busca de victimas. En las listas venian los nombres de los infortunados que iban a ser ejecutados en la madrugada. El testimonio que Cipriano Mera ofrece sobre su experiencia en la carcel madrilefia de Porlier muestra, como tantos otros, la terrible angustia que dominaba la vida diaria de los presos en las carceles de Franco: E1 26 de abril de 1942 fui conducido con otros mas, atado de pies y manos, a la Prision de Porlier, donde me mantuvieron aislado, sin 1a menor relacién con el resto de los presos. Ese mismo dia tuve la 34 triste ocasion de presenciar a través de la mirilla de la puerta la primera 'saca' de condenados, los cuales habrian de ser ejecutados en la madrugada del dia siguiente. Horas antes habia escuchado sus conversaciones, de celda a celda: u-gQué tal estas, Rubiera? ---Bien, Angel. gY hi? ---Pues mira, esperando la ultima hora tan tranquilo. Supe luego que los siete fusilados el dia 27 en el Cementerio del Este fueron Carlos Rubiera, Tomas Rodajo, Angel Ocafia Prieto, Ginés Ruiz, Mariano Hernandez Sanz, Luis Garcia Humanes y Antonio Vallés. [...] Me quedé luego solo, sin poder dormir, con los nervios en punta, atento a las llamadas que se hacian unos a otros los que aguardaban ser ejecutados a las pocas horas, llamadas que se iban espaciando hasta caer en el silencio a medida que la madrugada se aproximaba. Luego se oyeron los cerrojos de las celdas, lo cual queria decir que la hora fatidica habia llegado. Por e1 'chivato' --- agujero que hay en las puertas de las celdas para que los guardianes nos puedan vigilar sin ser vistos--- pude seguir la salida de algunos de los condenados, todos ellos con los brazos atados hacia atras y con una mordaza en la boca para que no pudieran hablar; para mayor escarnio, el capellan de la prisién les colgaba un escapulario al cuello. (262) 35 4. El olvido de la represién franquista Han pasado ya veinticinco afios desde la muerte de Franco y sesenta del final de la guerra y sin embargo nadie parece querer acercarse con una vision abierta y sin tabries a aquella brutal y despiadada aniquilacion perpetrada por los vencedores. E1 cambio politico que trajo la transicion se ha fundamentado en el silencio y olvido de los crimenes cometidos por el franquismo, uno de los "totalitarismos militaristas-policiacos mas monstruosos del siglo XX" (Vilar, Historia 35). La Espafia constituyente negaba asi, tal vez en la creencia de que era necesaria la falsificacion de la memoria histérica para que el nuevo sistema democratico pudiese arraigar en nuestro suelo patrio, a las victimas del franquismo, un colectivo que pago un alto precio por tratar de reconquistar la libertad perdida. Pero 1a amnesia total no existe, nos dice Fernando Reati, en uno de sus trabajos dedicado a la literatura argentina de la "guerra sucia". Tampoco en el caso espafiol pues, a pesar de los casi treinta afios transcurridos desde la muerte del dictador, los efectos traumaticos de aquella cruenta represion at’tn permanecen entre nosotros, si no bajo 1a forma de un recuerdo activo, si bajo la realidad de nuestras patologias, de nuestros discursos politicos, de nuestros temores. La amnesia colectiva con la que se buscé anestesiar a la sociedad espafiola durante la transicion iniciada en 1975 es, en si misma, una constatacion de que las heridas del pasado aun no habian cicatrizado y de que el trauma at’m perduraba en el imaginario social espafiol6. Que se exigiese a una parte de la sociedad ---a las victimas fundamentalmente--- e1 olvido, como condicién para 36 poder participar en el nuevo entramado politico elaborado por los vencedores es, en palabras del ensayista Gregorio Moran, una prueba patente de que, ni se habian perdonado los contendientes de antafio, ni la division causada por la conflagracién habia sido superada por la sociedad espafiola durante aquel periodo de transicién y cambio politico. Todavia ahora, a mas de medio siglo del final de aquella tragedia, la guerra y sus terribles consecuencias sigue levantando profundas emociones y discrepancias tanto en lo que atafie a su interpretacién como en el origen de sus causas y consecuencias. Aunque son un caso extremo, no deja de ser ilustrativo de lo que decirnos las manifestaciones del presidente de la Conferencia Episcopal Espafiola, Antonio Maria Rouco. Al preguntarle por qué 1a iglesia espafiola no pedia perdén por haber bendecido como "cruzada" 1a larga y sangrienta dictadura del general Franco, e1 cardenal Rouco respondié lo siguiente: hay que tener en cuenta dos supuestos: la verdad histérica y la valoracion teolégica de los hechos. Se ha pecado por ambos lados y dar un paso mas en la delincuencia de esos hechos es histéricamente imposible. Por tanto, no se puede declarar a la iglesia en su conjunto culpable de la evolucion de la guerra sin herir a muchos y, por tanto, no se puede entrar en esos juicios ni irnplicitamente ni explicitamente. Se trata de pedir perdon a Dios y eso conlleva la promesa de que la Iglesia y los catélicos seran gente de paz, a pesar de que en la actualidad espafiola sigue habiendo una semilla de guerra y un resto dramatico y tragico. (Bedoya 1) 37 Las palabras de Rouco no pueden ser mas claras. La jerarquia catélica no siente ninguna necesidad de pedir perdén por su actitud beligerante y partidista en la contienda espafiola. Argumentos como el de que todos los bandos enfrentados pecaron dificihnente exoneran a la Iglesia de sus responsabilidades en la tragedia y de sus obligaciones morales para con los que sufrieron e1 régimen franquista. Por otra parte, argumentos como el ”se ha pecado por ambos lados”, desnaturalizan e1 conflicto convirtiéndolo en una especie de fenémeno natural sin origenes ni culpables. Que la Iglesia espafiola, por medio de uno de sus maximos pontifices, pida perdén a Dios en lugar de a los cientos de miles de victimas causadas por la represién franquista pone de manifiesto la falta de sensibilidad y el desfase de esta institucién con la sociedad espafiola. Otro ejemplo de lo mismo, aunque sin el tono lébrego y premonitorio que creemos percibir en las declaraciones/gamenazas? de Rouco, son las discrepancias protagonizadas recientemente por las distintas fuerzas parlamentarias con motivo de la condena o no condena del alzamiento militar de mil novecientos treinta y seis. Como apunta irénicamente e1 escritor Vazquez Montalban, para los hijos o nietos de los ganadores de la guerra civil y evidentemente ganadores de la transicion la condena del levantamiento militar es inadmisible ya que seria como sacrificar a la gallina de los huevos de oro que "les devolvié el poder para siempre" (321$ 20 sept. 1999). En su estudio sobre el papel de la memoria y el olvido de la guerra civil en la transicion espafiola, Paloma Aguilar Fernandez senala que hay situaciones en las que la reconciliacién no es posible sin e1 olvido. "Esto suele ocurrir," dice "cuando las ofensas que deben ser perdonadas son tan indigestibles que sélo cabe la reconciliacién mediante el olvido" (47). E1 tema es complejo pues el 38 olvido, ademas de ser la solucién, se convierte aqui en el principal obstaculo. En palabras de Aguilar Fernandez, la memoria en la transicion espafiola juega... un papel ambiguo, puesto que si bien ha sabido sacar de la historia esas lecciones que le han permitido ignorar o, mas precisamente, fingir que olvida el problema, a1 no haber desaparecido realmente el recuerdo, debido a su entidad especialmente traumatica, éste puede reemerger de forma inesperada y con resultados imprevisibles. (47) For tanto, continua la autora de este estudio, en transiciones como la espaftola lo mas normal es que no se condene a los causantes de la catastrofe y a sus secuaces, pues el temor a repetir los mismos errores condiciona la actitud de todos los protagonistas. La reconciliacion es en este sentido, "algo ficticia", ya que no esta fundamentada en el perdén y reconocimiento de la responsabilidad de cada parte enfrentada, sino mas bien en un olvido forzado con el fin de no suscitar de nuevo la repeticién de los viejos fantasmas. El problema, concluye Aguilar Fernandez, queda pendiente de una resolucién final y sera preciso una firme voluntad de dialogo y entendimiento entre las partes implicadas en el conflicto para que el resurgimiento de las memorias latentes no venga acompafiado de sus consiguientes efectos de rencor y de odio. La represién ejercida por el franquismo fue de tal magnitud que sus efectos siguen teniendo repercusiones en la sociedad espafiola actual. La impunidad y el olvido en el que se ha envuelto todo el periodo de la dictadura es, asi, el resultado directo de ese temor que atin persiste en la sociedad espafiola a abrir viejas heridas. Pero cabe preguntarse, como lo hace Jorge Semprt’m, si 39 gNo habra llegado el momento de dominar colectivamente el 'retorno de lo reprimido', de salir de nuestra amnesia voluntaria de los contenidos de la guerra civil, para abordarlos en fin ---sin espiritu de retomo, de revancha 0 de rencor, naturalrnente--- con la voluntad de un avance social que no tenga en cuenta ni los mitos del pasado ni los silencios u olvidos del presente? El olvido e impunidad de los crimenes franquistas son hoy la continuacién de aquel proyecto militar y politico iniciado en los afios treinta, proyecto que no se desmorono ni fue derribado, conviene recordarlo, y que tenia como objetivo subordinar a la clase obrera espafiola por medio del militarismo fascista a un determinado modelo econémico, cultural, juridico y politico con el que se pretendia defender tanto los intereses de las oligarquias autéctonas como los del capitalismo transnacional7. Es por ello que muchos de los testimonios de la represion franquista que vamos a estudiar aqui cuestionan la legitimidad del sistema democratico que sucedio a la dictadura franquista. Juan Busquets, por ejemplo, luchador libertario que paso veinte afios en las carceles de la dictadura, alude a este hecho cuando sefiala que "Después de la muerte de Franco, el Poder, e1 Capital y la Iglesia deseaban salir del aislamiento en que se encontraba Espana. La solucién era el rey Juan Carlos. La democracia entro tranquilamente, sin prisas, para mejor salvaguardar los privilegios y las fortunas mal adquiridas durante la dictadura" (Veinte afios 204). For eso los testimonios aqui tratados, ademés de recuperar toda una herencia politica que tuvo por bandera 1a lucha contra el fascismo y la 40 consecucién de una sociedad mas justa y libre, denuncian y se rebelan contra esa politica onerosa del silencio/consenso/impunidad que ha dilapidado los ideales por los que dieron la vida una buena parte de las masas silenciosas. Politica perjudicial, por lo demas, ya que hurta de forma subrepticia las razones profundas por las que se habia batido la clase trabajadora espafiola, dando lugar asi a lo que el escritor Javier Marias ha calificado como la "falacia igualadora". Este argumento permite, bajo la presuncion de que "todos tuvimos la culpa", equiparar al progresista con el reaccionario, a1 fascista con el antifascista, al intelectual que sufrié e1 exilio interior por su negativa a participar o reconocer el nuevo régimen, con el que adopto una actitud colaboracionista. Esta actitud es, en palabras de Javier Marias, deplorable y denuncia 1a miseria moral de esa intelectualidad que adopté una actitud acomodaticia frente a1 franquismo y que ahora, sin embargo, se reclama heredera de la lucha antifranquista. Max Aub, con la sagacidad que le caracterizaba, se hace eco ya de este hecho en 1969, cuando en las paginas de su Diario espafiol, declaraba sus dudas y sospechas sobre la reconversién democratica de la intelectualidad franquista al manifestar que "Algo falla y chirria en esa generacion de los arrepentidos" (en italicas en el original 506). Tal vez buena parte del malestar que se detecta en la cultura espafiola actual tenga su origen en el acuerdo tacito de no mentar e1 pasado a1 que llegaron los distintos protagonistas politicos del momento. Para e1 escritor José Antonio Gabriel y Galan "El pacto de no agresién firmado en los albores de la transicién entre las fuerzas democraticas emergentes y los colaboracionistas [franquistas] es una de las mas sutiles y paradéjicas convenciones realizadas en este pais a lo largo de toda la historia" (El Pais 20 feb. 1988). Ese "pacto de silencio", cuyo 41 objetivo era intercambiar 1a culpabilidad del grupo colaboracionista por las manos libres de las fuerzas democraticas conducira, en palabras de Gabriel y Galan "a un retorcirniento de la interpretacién histérica de consecuencias nefastas [para la sociedad espafiola]" (m 20 feb. 1988). La falsificacion de la figura de Franco y de su dictadura fascista sera una de las consecuencias que se derivaran de esa confabulacién entre las distintas fuerzas politicas, "pacto de silencio" con el que se estrenaba esa voluntad de olvido de nuestra historia inmediata que ha regido la vida espafiola de los ultimos decenios. Pero la operacién de "lavado de imagen" del sistema franquista venia gestandose, con el beneplacito de los poderes facticos, desde mucho antes de la transicién. Segun Gregorio Moran, fue el sociélogo J. J. Linz el primero en formular la idea de que lo de Franco no era un fascismo totalitario, como si 10 habia sido el de sus dos amigos y colaboradores, Hitler y Mussolini, sino un regimen autoritario, en el que hasta se podia vislumbrar "un pluralismo politico limitado" (citado en Moran: 114). Es mas, Linz cree detectar en los discursos de Franco algo "muy similar a valores liberales" (citado en Moran: 115). La diferencia que media entre e1 "totalitarismo" y el "autoritarismo" no es baladi, pues merced a esta distincién se justificaba y eximia de responsabilidades a todos aquellos que habian colaborado con "[l]a dictadura mas implacable de la historia de Espafia" (Moran 120). Conscientes de que el término fascista era, ademas de una injuria, un obstaculo insalvable, la prolija familia de "servidores del Estado" creada por el dictador a lo largo de su dilatada vida, utilizara 1a reforma politica para reciclarse politicamente. Por arte de birlibirloque, los 42 antafio secuaces del regimen dejaban de ser tales, para convertirse en reformistas demécratas. E1 argumento de que el regimen franquista no habia sido una tirania cruel y sanguinaria sino un sistema autoritario susceptible de cambios, ha sido después avanzado por otros turiferarios de forma torticera (Moran 118). Este sera el primer peldafio para que los actores y beneficiarios del franquismo pudieran exonerarse, su absolucion final llegara con la reforma politica. "Gracias a ella," afirmara Vidal-Beneyto en un articulo aparecido en la prensa "desde el jefe del Estado y su jefe de Gobierno hasta la casi totalidad de las estructuras de poder de la dictadura, incluida la policia politica, adquirieron una nueva legitimidad: la de compartir 1a paternidad de la democracia" (El Pais 3 noviembre 1999) Las consecuencias éticas y morales para la sociedad espafiola y para la historiografia oficial de tal falsificacion histérica, ---tema recurrente ultimamente en gran parte de la prensa escrita espafiola--- han sido denunciadas por diferentes personalidades, como el historiador Paul Preston, entre otros. En su ya clasico estudio sobre las derechas espafiolas, sefiala este historiador que [e]l afan de exonerar a1 régimen de Franco del tinte de fascismo... [va] acompafiado de la disposicién a olvidar que, después de alcanzar el poder por medio de una guerra civil que costé cientos de miles de vidas y obligé a otros de miles a exilarse, la dictadura ejecuté por lo menos a un cuarto de millon de personas, mantuvo campos de concentracion y batallones de trabajos forzados. (20) 43 También Ms se ha hecho eco de este afan cosmético de la derecha politica, que en su deseo por redirnir al régimen franquista ha llegado a postular la figura de Franco como la de un protodemécrata. De ahi que desde las paginas de este diario se haya venido reclamando una mayor atencion a la memoria histérica, a la vez que se ha denunciado la impunidad de los que, en mayor o menor grado, colaboraron con los crimenes de los vencedores. Vézquez Montalban, por ejemplo, en uno de sus articulos de opinion, acusa a los "fontaneros" de la transicién de ser los principales enemigos de la memoria de la resistencia antifranquista, pues con sus ardides politicos "barrieron bajo las alfombras las memorias mas conflictivas y han reducido una pelicula casi épica a un film de Manolo Summers, probablemente titulado To el mundo es giieno" (_E._l_ Pais oct. 26 1988). Sin el mismo humor que caracteriza 1a pluma de Vazquez Montalban, otros intelectuales han emitido la misma opinion. E1 forzado enterramiento de la memoria colectiva que ha regido la vida espafiola de los ultimos afios ha sido, para Vidal-Beneyto, "[e]l precio mas alto, y también [mas] perverso que pagamos los espafioles por la entrada en la democracia" (Torres s/ p). Segun Vidal- Beneyto, no puede haber un verdadero conocirniento de nuestro ser colectivo e individual sin una recuperacién de la memoria colectiva pues "[n]o hay identidad sin memoria" (Torres s/ p). Tal vez ello obedezca a que la memoria, como nos recuerda James Olney, "is the guarantor of identity and continuity of being across time, the only liaison... between past experience and present consciousness" (6). El desenterramiento de nuestro mas reciente pasado es necesario, por tanto, no 3610 para lograr una auténtica reconciliacién nacional sino también para restablecer 44 una continuidad histérica que fue fracturada con el levantamiento militar. "Conocer para comprender," esa es para Julia "la tarea todavia pendiente" en la Espafia postfranquista ("Rastros" s/ p). La impunidad que domina la vida social y politica de la Espafia democratica ha sido denunciada también por el periodista Miguel Angel Aguilar. No se trata aqui, sefiala el columnista, de volver "al reino tenebroso del rencor" ni de intentar "un ajuste de cuentas con el pasado", sino "[t]an 5610... de atender inexcusables deberes sociales que no pueden traicionarse sin producir graves efectos de disolucién colectiva" (El Pais 13 julio 1999). Y que mayor error, concluye e1 escritor Javier Marias que intentar equiparar todos los comportamientos, confundiendo y difuminando malintencionadamente las conductas nobles y desinteresadas con las mas viles y oportunistas. 5. La memoria de la represién franquista De acuerdo a la sociologia politica y a la medicina, la mejor manera de superar un evento traumatico y de realizar la tarea de la reconciliacién es impulsando un dialogo de los individuos y de las sociedades con sus pasados. Pero e1 franquismo que gano 1a guerra y sobre cuyos cimientos se edifico el nuevo sistema democrético no se caracterizc’), precisamente, por una actitud dialogante y ecuanime para con los vencidos. Muy a1 contrario, la demonizacion y degradacién total del adversario politico fue su sello mas caracteristico. Baste recordar como ejemplo las palabras que Isidro Castrillén Lopez, director de la Carcel Modelo de Barcelona, dirigié a los presos en Abril de 1941: "[T]enéis que saber que un preso es la diezmillonésima parte de una mierda" (Julia, "De 'guerra 278). Ann ahora, después de sesenta afios y de una transicién que ha 45 sido estimada por muchos como obra magistral de ingenieria politica, e1 historiador Hugh Thomas no acierta a explicarse "la falta de sentimientos de arrepentimiento y de perdon del franquismo vencedor" (Bayon s/ p). Pero si 105 franquistas niegan con su actitud cualquier responsabilidad en los crimenes cometidos, también 1a sociedad espafiola en su conjunto se empefia en ignorarlos a1 enterrar en el olvido y la indiferencia a las victimas de la Espafia vencida, a las que, en palabras de Miguel Garcia-Posada, "no se le[s] concedié otra disyuntiva que la del paredon (la proscripcién y la carcel)" (ELF—ais 1 octubre 1999). Como apunta José Colmeiro, ”la personalidad esquizofrénica”, asi como ”la irnperante amnesia histérica” y la ”excesiva gestualidad rememoradora” que caracteriza a la sociedad espafiola contemporanea, tienen su origen en el sentimiento de culpa producido por ”su complicidad con el franquismo” M moria historica 155). Esta actitud de amnesia voluntaria con la que se pretende borrar de la conciencia un pasado conflictivo, no es, sin embargo, muy efectiva pues, como observa la siquiatra Judith Lewis Herman, "As powerful as the desire to deny atrocities is the conviction that denial does not work" (4). De acuerdo a esta doctora, "Our folk wisdom and classic literature are filled with ghosts who refuse to rest in their graves until their stories are told, ghosts who appear in dreams or visions, bidding their children, 'Remember me.'" (4) Recordar se convierte, por tanto, en un requisito ineludible si se quiere realizar una reconciliacion auténtica. Pero e1 ejercicio de la memoria es siempre una tarea dolorosa porque abre viejas heridas y, por ello, las sociedades que no han resuelto satisfactoriamente sus conflictos evitan confrontarse con su pasado. No obstante, para la doctora Herman recordar y decir la verdad sobre acontecimientos traumaticos "are essential tasks both for the healing of 46 individual victims, perpetrators, and families, and for the restoration of the social order" (4-5). Desgraciadamente, como nos recuerdan los hermanos Mitscherlich en su estudio sobre la sociedad alemana de postguerra In political practice, however, this knowledge takes us not a single step forward... [because] we are asking [here] that this therapy be carried out by a society which, at least materially, is on the whole better off than ever before. Therefore, it feels no incentive to expose its interpretation of the recent past to the inconvenient questioning of others; especially now that the manic defense of using the 'German economic miracle' to obliterate the past has been so successful, and the world, whatever else it may think about Germany, acknowledges the German virtue of industriousness (15). Y si en el caso aleman el éxito econémico impidic’) una auténtica reflexién sobre las responsabilidades individuales y colectivas en las atrocidades cometidas por los nazis, en el caso espafiol sera e1 peculiar proceso de la transicién a la democracia, con su pacto politico para asentar el nuevo ---o reformado—- sistema, el que obligara a cerrar en falso las heridas del pasado. E1 olvido se convirtio asi en el mecanismo de defensa con el que la sociedad espafiola se protegia "against collective responsibility and guilt whether of action or of tolerance" (Mitscherlich, viii). La lucha entre la memoria y el olvido es una constante en las sociedades que mantienen una relacién traumatica con su pasado. La recurrencia del discurso de la memoria y el olvido demuestra que la transicion espafiola no consiguié borrar enteramente el sentimiento de culpa por lo ocurrido en el 47 treinta y seis. José Colmeiro describe este fenémeno de memoria y olvido, en el cual se da simultaneamente un exceso de memoria ”fragmentaria” y ”una falta de memoria compartida” que conlleva ”un paradigmatico proceso de inflacién cuantitativa y devaluacion cualitativa” (”La crisis” 223). Segt’m Moran, e1 proceso iniciado en mil novecientos setenta y cinco tampoco consiguié 1a reconciliacién entre los espafioles, ya que mas que un proceso de dialogo y reflexién entre los bandos enfrentados, 1a Transicién fue una operacién de travestismo impuesta por las clases dominantes, con el beneplacito de los partidos politicos, para salvaguardar sus intereses (Moran 17). Jennifer E. Michaels describe en un estudio sobre la sociedad austriaca durante e1 periodo nazi un proceso semejante a1 ocurrido en la sociedad espafiola. Segfin esta autora, la sociedad austriaca contemporanea se caracteriza por padecer una desmemoria en relacién con su pasado nazi. "Instead of actively confronting the past", ser'iala Michaels "many Austrians were content to accept the comfortable myth that their country was occupied in 1938 and liberated in 1945" (10). Para la sociedad austriaca, este razonamiento actua de coartada "to resist coming to grips with disturbing questions about their... guilt, responsibility, and complicity" con el holocausto hitleriano (10). También las clases politicas y econémicas espafiolas durante la transicién crearon una version reconfortante y nada problematica sobre las causas de la guerra civil para tranquilizar su conciencia. De acuerdo a esta version, la guerra civil no fue causada por la desigualdad social y el egoismo de clase que caracterizo a la sociedad espafiola del primer tercio del siglo XX, sino mas bien por "una barbarie cainita, una derivacién malsana de las tendencias sociales del pais que coexistian a duras penas desde finales del siglo XVIII" (Moran 16). En 48 opinion de Gregorio Moran, esta version ademas de desvalorizar la lucha contra 1a barbarie fascista, 1e roba a la guerra civil su valor de vanguardia, de ser la primera batalla de la democracia contra el fascismo europeo. En palabras de Julia se debe rechazar cualquier explicacion sobre la guerra civil que oscile entre el determinismo y la etnosicologia 0 el caracter de los pueblos, pues con ese tipo de explicaciones "la naturaleza especifica de la guerra de 1936 se perderia en el magma de las filosofias de la historia y la responsabilidad de los causantes de la catastrofe quedaria sumergida en un genérico caracter espafiol" ("De 'guerra'" 13). La manipulacion que se dio del pasado durante la transicién, ha llevado a cierta critica a reivindicar 1a apertura de una segunda transicién, ya que la primera les parece estar deslegitimizada debido a tantos silencios y confabulaciones (El Pais 8 dic., 1997). Para Vidal-Beneyto la reforma politica fue una mascarada con la que se pretendié reciclar no 8610 el sistema franquista sino también a sus actores y beneficiarios. Lo triste, se lamenta este escritor, es que esto se haya logrado con la ayuda de la izquierda espafiola. Gregorio Moran incide en este mismo argumento a1 sefialar que la transicién politica espafiola ha sido promovida, en gran medida, por las mismas clases sociales que apoyaron en su momento el regimen del Caudillo. Desde los prirneros dias de diciembre de 1975 se inicia un proceso de desmemorizacién colectiva. No de olvido, sino de algo mas preciso y voluntario, 1a capacidad de volverse desmemoriado. Franco ha muerto. iViva e1 Rey! Si sus promotores pretendian que fuera el monarca de todos los espafioles no cabia otra posibilidad que iniciar e1 encubrimiento del pasado; primera etapa, antes del 49 borrén y cuenta nueva. Si el recuerdo se confunde, e1 pasado se va haciendo borroso, ambiguo, irreconocible. Detras de Juan Carlos de Borbon, primero en fila india, luego en montén atropellado, se fue colocando la mayoria del pais. Quienes debian, fueron conscientes de que la memoria era un elemento que dificultaba e1 camino hacia una democracia estable. (75) La cita no deja lugar a dudas con respecto al origen de la actual amnesia espafiola. Esta actitud no nace de una comprensién superadora de aquellas conflictivas memorias, por el contrario, e1 olvido surge aqui como una panacea con la que se trata de conjurar un pasado doloroso y problematico. Lejos de suponer un avance, representa un retroceso, pues como ha demostrado la siquiatria, e1 olvido funciona "[as] a makeshift solution to an uncomprehended guilt factor" (Mitscherlich 14). Remitiéndonos a1 caso espafiol, podemos decir que los eventos que los testimonios de la represién franquista narran son tan traumaticos y sus heridas estan atin tan vivas que dificilmente podemos considerarlos olvidados. Para resumir, los testimonios de la represién franquista, en la medida en que entablan un debate con la sociedad espafiola, y especialmente con aquella parte de la sociedad empefiada en ofrecer un new look sobre el pasado franquista, establecen una batalla dialéctica y ponen en evidencia la existencia de un trauma individual y colectivos. 50 Notas del capitulo 2 1 En el cuerpo de este trabajo, las referencias bibliograficas se mencionan abreviadas (i.e.: El afig de la Victoria aparece como BE); lo mismo con los articulos. El apellido del autor, ademas de la version abreviada del titulo, sera la informacién parentética que aparezca en el caso de citar un autor con dos o mas obras en la bibliografia (i.e.: de Guzman, 5111in 8). 7- Ademas de los aparecidos en Espafia a la muerte del dictador, existe otra larga listas de testimonios que han sido publicados en el extranjero. Por sefialar algunos, podemos destacar los siguientes: Doy Fe... Un afio de actuacién en la Espafia nacional de Antonio Ruiz Vilaplana, publicado en Paris en 1937; originalmente en francés, La Fin de L'espoir de Juan Hermanos, fue traducido a1 espafiol con el titulo El fin de la esperanza y se publico en Buenos Aires en 1956; aunque escrito en espafiol, el testimonio de Patricio E. Escobal Death Row: Spain 1236 vera primero la luz en 1968 en version inglesa a cargo de Tana de Gamez y en 1974 aparecera en Nueva York la version original en espaftol bajo e1 titulo La_s sagas; En las prisiones de Franco, testimonio escrito por el secretario del POUM Joaquin Maurin, fue publicado en 1974 en México; en 1976 la editorial Ruedo Ibérico sac6 a la luz Guerra, exilio y carcel de un anarcosindigalista, de Cipriano Mera; en 1972 aparece en Londres Franco's Prisioner, testimonio del anarquista Miguel Garcia, que no ha tenido afin traduccion a1 espafiol; Sentenced to Death under Franco (1996) impreso por la editorial anarquista The Meltzer Press, aparecio dos afios mas tarde en espafiol publicado por la Fundacion de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo en su coleccién Testirnonios con el titulo Veinte aft ' i n: l anar uista n las arceles de Franco. 51 3 También la literatura testimonial espafiola "puede verse como una nueva modalidad de novela en el sentido de experimentar con estrategias expresivas para decir lo que afin no se ha dicho y / o negar lo ya dicho sobre ciertos aspectos de la realidad histérica y socio-cultural" de la Espafia franquista (Sklodowska, Testimonio 99). 4 El regimen franquista elaborc’) en un corto periodo de tiempo un serie de leyes con las que pretendia satisfacer las necesidades represivas del momento. E1 mismo afio de la contienda Franco aprueba e1 decreto que prohibia toda actividad politica a los partidos y sindicatos. A este decreto 1e sucedera el de Unificacién en 1937, con el que se crea e1 partido unico encargado de encauzar todas las aspiraciones de la ciudadania. La lluvia de leyes y decretos continua en 1938 con el Fuero del Trabajo, que restringe 1a libertad de los trabajadores, y con la tramitacién de la Ley de Prensa, indispensable para la criminalizacién de la libertad de expresién. A éstas les seguiran 1a Ley de Responsabilidades Politicas, 1939; la Ley de Unidad Sindical y la de Represién de la Masoneria y el Comunismo, 1940; la Ley de la Seguridad del Estado, 1941; 1a Ley sobre la Universidad espafiola, 1943; y en 1944 se reforma el Codigo penal. Finalmente, la Ley de represion de los delitos de Bandidaje y Terrorismo aparece en 1947. 5 Las cifras mencionadas en este apartado provienen de El libro blanco sobrg las carcgles franquistas de Angel Suarez y el Colectivo 36. Véase también Stanley G. Payne, Lgs militares y la politica en la Espafia contemporanea (Paris, 1968) 367— 368 y Gabriel Jackson, La Republiga gspafigla y la guerra civil (Mexico, 1967) 446, citado en Suarez 64-65. También Paul Preston Las derechas espafiolas en el siglo XX: autoritarismg, fascismo y golpismo (Madrid, 1986): 20 y Daniel Sueiro y 52 Diaz Nosti Hietoria del franguisme I (Madrid, 1977): 64. En Espafia baje e1 terror franguieta (Material de informacién) (México, D. F.: Convencién de solidaridad con el pueblo espafiol, 1943) pagina 6, se hayan las cifras mas abultadas. 6 Por imaginario social entendemos lo que Pirelli define como "that magma of meanings which operates as referent in the symbolic sphere of a society" (150). 7 Los datos que Horacio Vazquez-Rial ofrece en su libro La Guerra Civil Espafiela: Una historia diferente (1996) no dejan lugar a dudas sobre el importante papel que el capitalismo extranjero jugé en la derrota de la Republica espafiola. Véanse a este respecto las paginas 107-113 del citado libro. Véase también Helen Graham y Jo Labanyi, especialmente las paginas 16 y 17 de su "Introduction: Culture and Modernity: The Case of Spain." 3 En su original significado la palabra trauma, de origen griego, aludia a una herida corporal. No obstante en palabras de Cathy Caruth "In its later usage, particularly in the medical and psychiatric literature, and most centrally in Freud's text, the term trauma is understood as a wound inflicted not upon the body but upon the mind" (Unclaimed 3). Para todo lo relacionado con la definicién y el cuadro de sintomas del trauma, Véase Diagnosg'e and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-III), de la American Psychiatric Association. 53 Capitulo 3: Los lugares de la memoria 1. Marco teorico 1.1. Foucault y la contra-memoria La critica postmoderna ha arrasado con muchas de las pretensiones cientificas de las ciencias humanas. Michel Foucault, por ejemplo, ha ejercido una considerable influencia en diversas disciplinas a1 rechazar el supuesto moderno de que existe un sujeto unificado y coherente susceptible de conocimiento y estudio. En las paginas finales de su libro The Order of Things, asevera que el sujeto humano es un modo de significacién renacentista que no existia ni como objeto de estudio ni como ente autonomo en siglos anteriores: One thing in any case is certain: man is neither the oldest nor the most constant problem that has been posed for human knowledge. Taking a relatively short chronological sample within a restricted geographical area ---European culture since the sixteenth century --- one can be certain that man is a recent invention within it. . . . As the archaeology of our thought easily shows, man is an invention of recent data. And perhaps nearing its end. (386-87) De la misma manera que el sujeto solo tiene existencia como una construccion verbal del discurso cientifico-humanista, el sujeto histérico solo tiene existencia en el plano lingiiistico, formando parte de un discurso que es, en esencia, un fenémeno textual con unos propésitos politicos. De ahi que tanto Foucault, como Roland Barthes 0 Hayden White, entre otros, no encuentren 54 grandes diferencias entre la historia y la ficcion pues ambas disciplinas se manifiestan narrativamente y, como tal, comparten técnicas comunes. Para Hyden White, lo que el historiador hace con el dato es, fundamentalmente, un acto poético que, en poco, o nada, se distingue de la literatura: "[T]he historian performs an essential poetic act, in which he prefigures the historical field and constitutes it as a domain upon which to bring to bear the specific theories he will use to explain 'what was really happening' in it" (x). De lo expuesto hasta aqui se desprende que las versiones del pasado que ofrece la historia son subjetivas pues éstas surgen como resultado de un proceso de seleccién, organizacién y subordinacion de los datos. Por medio de estas operaciones, e1 historiador trata de validar una hipotesis que ha sido elegida a priori y que, por 10 general, coincide con su particular vision del mundo. De lo que se concluye que la explicacién histérica no es el resultado de una observacién "cientifica" y "objetiva" de los datos, sino mas bien un producto derivado de la imaginacién poética del historiador. De la misma opinién es Roland Barthes cuando escribe que el discurso historico es, en esencia, "a form of ideological elaboration, or to put it more precisely, an imaginary elaboration" (121). Hayden White ofrece un buen ejemplo de como opera, a nivel estético y literario, el discurso historicista, en su estudio sobre la imaginacién histérica europea del siglo XIX: First the elements in the historical field are organized into a chronicle by the arrangement of the events to be dealt with in the temporal order of the occurrence; then the chronicle is organized into a story by the further arrangement of events into the components of a 'spectacle' or process of happening, which is 55 thought to possess a discernible beginning, middle, and end. This transformation of chronicle into story is effected by the characterization of some events in the chronicle in terms of inaugural motifs, of others in terms of terminating motifs, and yet others in terms of transitional motifs. (en italicas en el original 5) Y a continuacion explica White lo que entiende por "inaugural..., terminating [and] transitional motifs": An event which is simply reported as having happened at a certain time and place is transformed into an inaugurating event by its characterization as such: 'The king went to Westminster on June 3, 1321. There the fateful meeting occurred between the king and the man who was ultimately to challenge him for this throne, though at the time the two men appeared destined to become the best of friends... A transitional motif, on the other hand, signals to the reader to hold his expectations about the significance of the events contained in it until some terminating motif has been provided: 'While the king was journeying to Westminster, he was informed by his advisers that his enemies awaited him there, and that the prospect of a settlement advantageous to the crown were meager'. A terminating motif indicates the apparent end or resolution of a process or situation of tension: 'On April 6, 1333, the Battle of Balyboume was fought. The forces of the king were victorious, the rebels routed. The resulting Treaty of Howth Castle, June 7, 1333, brought peace to the realm ---though it was to be an uneasy peace, 56 consumed in the flames of religious strife seven years later'. When a given set of events has been motifically encoded, ---concluye White-- the reader has been provided with a story; the chronicle of events has been transformed into a complete diachronic process, about which one can then ask questions as if he were dealing with a synchronic structure of relationships. (en italicas en el original 5-6) Lo expuesto hasta ahora pone en tela de juicio 1a supuesta "objetividad" de la historia y nos confronta con la pregunta de qué son los hechos histéricos, de si existen fuera del soporte textual en el que habitualmente se manifiestan 0, de si por el contrario, son 5610 un producto que se diferencia muy poco de la literatura de ficcién. Como veremos, e1 pensamiento postmoderno mantiene una actitud muy escéptica hacia cualquier nocion que preconice "teleological notions of history' and towards the Enlightenment confidence in the inherently progressive forces dictating relations between past, present and future"1 (Wood, Vectors 4). Foucault reflexiona sobre estos y otros temas en su ensayo "Nietzsche, Genealogy, History". Del proceso histérico no se puede deducir ninguna constante absoluta ni eterna, nos dice Foucault, con 10 cual todas las interpretaciones que se hagan del pasado son legitimas ya que surgen de las preferencias o afinidades subjetivas de cada individuo y no de unos hechos "objetivos" y "verificables". Como notara primero su maestro Nietzsche, para Foucault la disciplina histérica esta impregnada de creencias religiosas que se manifiestan en el deseo de encontrar verdades inmutables en los fenomenos naturales, verdades que apoyen la idea que tenemos de nosotros mismos y del progreso histérico: "We 57 want historians to confirm our belief that the present rests upon profound intentions and immutable necessities. But the true historical sense confirms our existence among countless lost events, without a landmark or a point of reference" (Foucault, "Nietzsche" 155). Ningt’m proceso historico, sostiene Foucault, tiene su fuente en una sola causa. Por e1 contrario, éstos son siempre el resultado de una compleja e intrincada trama de relaciones causa/efecto que retan nuestra capacidad de comprension y ponen en entredicho todos nuestros sistemas de conocimiento: History has no meaning though this is not to say that it is absurd or incoherent. On the contrary, it is intelligible and should be susceptible of analysis down to the smallest detail ---but this is in accordance with the intelligibility of struggles, of strategies and tactics. Neither the dialectic, as logic of contradictions, nor semiotics, as the structure of communication, can account for the intrinsic intelligibility of conflicts. (citado en Hamilton: 138) No es que los sucesos historicos sean incognoscibles sino que la reconstruccién historica es, esencialmente, una construccién externa a1 hecho mismo, que surge no tanto de los hechos mismos sino de la manipulacion a la que esos hechos han sido sometidos por el discurso historico. En opinion de Foucault se deben rechazar las tradiciones historiograficas por estar viciadas por una vision antropolégica y metafisica. Como explica en el ya mencionado ensayo, "'Effective' history differs from traditional history in being without constants. The traditional devices for constructing a comprehensive view of 58 history and for retracing the past as a patient and continuous development must be systematically dismantled. (Foucault, "Nietzsche" 153) Las versiones del pasado son operaciones discursivas con las que el historiador pretende imponer su version de los hechos, lo que ineludiblemente irnplica la exclusion de otras posibles construcciones del pasado. Lo que subyace en el fondo de todo ello es el "deseo de poder" que, segun Foucault, se traduce en un "deseo de verdad" que penetra todas las practicas discursivas y que en el caso del discurso histérico se manifiesta como una prodigiosa maquinaria de exclusion. De ahi que, para el filésofo de Poitiers, conocimiento y poder no sean nada mas que el anverso y reverso de una misma moneda. Es por ello que la idea que equipara a la historia con el conocimiento, la verdad y el progreso es, para el filésofo, historiador y activista francés, un subproducto tipico de la modemidad y su "theology of reason". La voluntad de poder (término que Foucault recoge de su confesado maestro Nietzsche) que satura el discurso histérico tiene su perfecta encamacién en el "episteme" (en analisis posteriores este concepto ha sido sustituido por el de "statement"), concepto en el que se encarna la suma y compendio de todas las leyes que regulan las convenciones discursivas. "By episteme," sefiala Foucault "we mean, in fact, the total set of relations that unite, at a given period, the discursive practices that give rise to epistemological figures, science, and possibly formalized systems" (Foucault, Archaeology 191). En otras palabras, e1 "episteme" determina lo que es (y no es) posible pensar y decir sobre cualquier area del conocimiento humano. El "episteme" es el responsable de establecer las relaciones y fronteras que separan los distintos elementos discursivos y textuales con los que se construye el acontecimiento 59 histérico, lo cual equivale a decir que sélo aquello que mantiene al "episteme" en su lugar es inteligible para la historia. En consecuencia, lo que la historia preserva para la posterioridad son "relations of power, not relations of meaning" (Hamilton 138). La "neutralidad", la "objetividad", "e1 dato", son para Foucault palabras ilusorias ya que aluden a una supuesta existencia del "hecho histérico" mas alla de la estructura lingiiistica, como si éste pudiera tener otra existencia que no fuera dentro del sistema de signos donde se origina. En realidad, como sefiala Foucault, todas esas palabras no son mas que coartadas para generar consenso y legitimizar una version del pasado que es la que el historiador favorece: "Historians take unusual pains to erase the elements in their work which reveal their grounding in a particular time and place, their preference in a controversy-- -the unavoidable obstacles of their passion" ("Nietzsche" 156-57). Por otro lado, como sefiala Norman J. Wilson, la narracion "teleolégica" de la historia "frequently results in a history of the winners without adequate consideration of other outcomes that might have occurred" (8). Por tanto, aconseja Foucault, se debe democratizar la disciplina historica y para ello nada mejor que abolir las jerarquias y construir una contra-memoria, una historia desde abajo en la que tengan cabida todas las voces que por diferentes razones han sido excluidas de la Historia: "The point is to make such use of history as to free it forever from the model,... The point is to turn history into a counter-memory" (citado en Horrocks y Jevtic: 98). De esta manera, asevera e1 critico Paul Hamilton, "the 'accidental' connections masquerading as historical, once their ruse is perceived... will no longer stand in the way of an authentic recovery of the losers of history" (139). 60 1.2. Maurice Halbwachs y la memoria colectiva2 Como Foucault y los otros postestructuralistas mencionados, Maurice Halbwachs también sospecha de las versiones del pasado que ofrece e1 historiador. Aunque en su estudio no se ataca explicitamente la disciplina histérica, no es dificil deducir de su trabajo la conclusion de que la historia no es mas que una construccién narrativa favorecida y propiciada por el grupo de filiacion, es decir, la clase social a la que pertenece e1 historiador 0, en el mejor de los casos, la expresién creativa de una vocacién literaria frustrada. Como afirma Fernando Reati, citando a Strout: "en todo historiador hay un artista y en todo artista hay un historiador, y asi como el artista no tiene el monopolio de la imaginacién, el historiador no lo tiene del pasado" (Nombrar 135). Tanto para Halbwachs como para Foucault, los fenémenos sociales son externos, es decir, existen independientemente de la conciencia individual y de las representaciones mentales que de ellos tenga e1 individuo. Para Halbwachs estos fenémenos son accesibles solamente a través de las representaciones colectivas que caracterizan la vida social. A esas representaciones colectivas se accede por medio de la memoria, ambito de la experiencia humana determinado por el grupo de filiacién a1 que pertenece e1 individuo. De ahi que la memoria y su verbalizacién cobre un papel relevante pues a ella le corresponde subsanar los vacios dejados por la historiografia. La memoria es ahora "produccién social" en la que participan todos los grupos, y al corpus de conocimiento histérico deben agregarse todas las formas de construccién social. Segun Halbwachs cada grupo social tiene su propia comunidad de memoria: "Social classes, families, associations, corporations, 61 armies, and trade unions all have distinctive memories that their members have constructed, often over long periods of time" (Coser 22). Aunque el acto de recordar es siempre un hecho individual, escribe Halbwachs, "the individual memory could not function without words and ideas, instruments that the individual has not himself invented but appropriated from his milieu" (51). Es decir, que si 105 miembros de una comunidad dada pueden recordar su pasado es, precisamente, por estar vinculados a un marco social que les permite coordinar los recuerdos de hechos y personas en el tiempo y en el espacio. Tampoco se puede afirmar que la memoria sea enteramente un proceso subjetivo ya que "[n]o real and complete memory ever appears in our dream as it appears in our waking state. Our dreams are composed of fragments of memory too mutilated and mixed up with others to allow us to recognize them" (Halbwachs 41). En palabras de Halbwachs, 1a actividad mental que caracteriza al suefio impide cualquier tipo de verdadera memoria ya que "[t]he dream is based only upon itself, whereas our recollections depend on those of all our fellows, and on the great frameworks of the memory of society" (42). Sin la pertenencia a un grupo social no habria posibilidad de recordar ya que son los intereses y experiencias del grupo los que ayudan a1 individuo a rememorar y a reconstruir colectivamente sus propias vivencias. De ahi que Halbwachs acufie e1 término "the social framework of memory" para sefialar su naturaleza colectiva. La memoria colectiva permite a1 individuo mantener vivo e1 vinculo de union con su grupo social y por ende con un espacio geografico, politico y colectivo. El olvido representa, por el contrario, la excisién del individuo del grupo de pertenencia. 62 Si Foucault preconiza e1 abandono de la tradicién historiografica y la construccién de una contra-memoria, Halbwachs no le va a la zaga a1 proponer que la memoria individual y la memoria colectiva son una misma cosa, dos cara de una misma moneda: "[T]here are no recollections which can be said to be purely interior, that is, which can be preserved only with individual memory. . . . The individual calls recollections to mind by relying on the framework of social memory" (169; 182). En el analisis final, para Halbwachs, la memoria solo puede existir a partir de su exterioridad, es decir, a partir de su encarnacién social como fendmeno colectivo e histérico. 1.3. Pierre Nora y los lugares de la memoria El "lugar de memoria", concepto que el memorialista francés Pierre Nora elabora apoyandose en los trabajos de Maurice Halbwachs y Frances Yates, es el receptaculo donde se encama la memoria colectiva de un pueblo. Nora mantiene que la memoria depende de sitios concretos, por ejemplo, monumentos, paisajes, instituciones, para su preservacion. Segt’m Pierre Nora, la verdadera historia es memoria pero ésta ha sido completamente distorsionada por los historiadores y sus métodos pretendidamente "cientificos". El concepto de memoria que aparece en el conjunto de trabajos dirigidos por Nora bajo e1 titulo Realms of Memory, no debe ser entendido de forma literal, sino como "frames of remembrance" que la comunidad utiliza para sancionar su existencia como real. Como sefiala el critico Benedict Anderson, e1 concepto de comunidad social y politica es una construccién imaginaria "because the members of even the smallest nation will never know most of their fellow- members, meet them, or even hear of them, yet in the minds of each lives the 63 image of their communion" (6). Son, por tanto, 1a memoria y la imaginacién las facultades encargadas de establecer e1 lazo de union entre e1 yo individual y el yo colectivo. E1 proyecto de Nora tiene como finalidad ofrecer una historia de Francia desde la memoria. A juicio de este investigador, todos los elementos culturales que se pasaban de generacién a generacién y que mantenian a la comunidad unida han sido devorados por la globalizacién, la proliferacién de los sistemas democraticos y los medios de comunicacion de masas. La memoria, sin embargo, permanece aun viva "in the warmth of tradition, in the silence of custom, in the repetition of the ancestral" (Nora, I. 1). Si 105 "lugares de la memoria" son los espacios simbolicos donde cohabitan la historia y el recuerdo colectivo de una comunidad dada, 103 "no lugares" son los espacios que simbolizan 1a crisis de las estructuras espacio- temporales causadas por la revolucién tecnolégica. Como sefiala Nancy Wood, "Faced with a mass-mediated world of disorienting temporalities, where the sense of 'before' and 'after' increasingly gives way to (miss)perceptions of simultaneity, memory must once again assume the task of providing the sense of identity through time that was... previously performed by the nation" (Veeters 5). E1 antropologo Marc Augé afirma que nuestra tecnolégica y postmoderna sociedad actual se caracteriza por la uniformidad de los espacios, las gentes y las opiniones. Aeropuertos, autopistas, cajeros automaticos y grandes superficies comerciales conforman asi ese abanico de "no lugares" en los que consumimos nuestra diaria existencia. La preocupacién, sino obsesién, de nuestro tiempo, no ya con la memoria, sino con el mero hecho de recordar, estaria asi asociada con la 64 desaparicién de los "lugares de la memoria", ambitos en los que se encarna la continuidad de la comunidad, de lo que fuimos (individual y colectivamente) pero ya no 8011105. Segun Nora "[the] acceleration of history", metafora con la que alude a los cambios propiciados en nuestras sociedades por la globalizacion, la democratizacién, e1 advenimiento de la cultura de masas y los medios de comunicacién, ha convertido nuestro siglo XX en el milieu de mémoire por excelencia: The "acceleration of history", thus brings us face to face with the enormous distance that separates real memory-«the kind of inviolated social memory that primitive and archaic societies embodied, and whose secret died with them-«from history, which is how modern societies organize a past they are condemned to forget because they are driven by change; the distance between an integrated memory, all powerful, sweeping, un-self-conscious, and inherently present-minded---a memory without a past that eternally recycles a heritage, relegating ancestral yesterdays to the undifferentiated time of heroes, inceptions, and myths---and our form of memory, which is nothing but history, a matter of sifting and sorting. (I. 2) Precisamente, 1a proliferacién de la memoria durante e1 presente siglo surge como contraposicion a la metodologia cientifica aplicada por los historiadores. Como nos recuerda Charles S. Maier, e1 ejercicio de la memoria no busca "causal sequencing but access to vivid and intense past experiences" (144), 65 pues las memorias de las victimas "[need] to be retrieved and relieved, not explain " (143)3. Para Nora, la memoria, antes a1 servicio de la Historia, se convierte en el siglo XX en una entidad de igual o superior importancia. Las diferencias que separan estos vocablos son explicadas por el memorialista francés en los siguientes términos: Memory is life, always embodied in living societies and as such in permanent evolution... History, on the other hand, is the reconstruction, always problematic and incomplete, of what is no longer. Memory is always a phenomenon of the present, a bond tying us to eternal present; history is a representation of the past. [...] Memory situates remembrance in a sacred context. History ferrets it out; it turns whatever it touches into prose. [...] Memory wells up from groups that it welds together, which is to say,... that there are as many memories as there are groups, that memory is by nature multiple and yet specific; collective and plural yet individual. By contrast, history belongs to everyone and to no one and therefore has a universal vocation. Memory is rooted in the concrete: in space, gesture, image, and object. History dwells exclusively on temporal continuities,... Memory is absolute, while history is always relative. (I. 3) Como se puede apreciar en la cita, para Nora la memoria es una entidad viva, siempre en constante adaptacién a1 medio y a las nuevas circunstancias que éste favorezca; fenémeno externo y colectivo que no deja de ser, sin embargo, 66 individual y concreto a1 mismo tiempo. En contraposicién, la historia es presentada como una prosa muerta, una operacién discursiva incapaz de dar libre cauce a la expresion subjetiva y espontanea del individuo. Los trabajos reunidos en Realms of Memogy, elaborados desde diferentes disciplinas como la historia, la literatura, las ciencias politicas, la sociologia, tienen e1 proposito de localizar, estudiar y analizar "the places [sites, causes] in which the collective heritage of France was crystallized, the principal lieux, in all senses of the word, in which collective memory was rooted, in order to create a vast topology of French symbolism" (Nora, I. xv). Nora defines el lieu de mémoire "[as] any significant entity, whether material or non-material in nature, which by dint of human will or the work of time has become a symbolic element of the memorial heritage of any community" (I. xvii). Se podria afirmar que el proyecto de Nora refleja el rechazo a la globalizacién y sus no lugares y la nostalgia por un modelo de identidad basado en el estado-nacién, paradigma que, como apunta Wood, "forged unchallenged continuities between nation’s past, present and future" (Vectore 4). Salvar del olvido las tradiciones, ideas, imagenes y, en fin, todo aquello que dio vida y sentido a la vida colectiva de un grupo humano es lo que la memoria pretende preservar por medio del lieu de mémoire, concepto que nace de la conciencia de que there is no such thing as spontaneous memory, hence that we must create archives, mark anniversaries, organize celebrations, pronounce eulogies, and authenticate documents because such things no longer happen as a matter of course. When certain minorities create protected enclaves as preserved memory to be 67 jealously safeguarded, they reveal what is true of lieux de mémoire: That without commemorative vigilance, history would soon sweep them away. (Nora I. 7) La tipologia de "lugar de memoria" es compleja pues su clasificacién ofrece muchas variantes. De acuerdo a Wood, la plétora de elementos materiales y conceptuales que se pueden convertir en lieux de mémoire "range from symbols..., to... institutions... and personages..., to commemorative events,... honorific dates... and exhibitions... [as well as] text[s]..., historiographical schools of thought..., mottos... and national heritage sites" ("Memory's Remains" 124). For otro lado, existe una divisién entre lo que Nora llama dominant 'lieux de mémoire'" y dominated' ones". Los prirneros son creados e impuestos por una autoridad nacional y estan cargados de oficialidad. De acuerdo a Nora: "One doesn't visit such places; one is summoned to them" (I. 19). Los "dominated sites [of memory]", por el contrario, son creados por una fidelidad espontanea, convirtiéndose en "places of refuge, sanctuaries... where the living heart of memory still beats" (I. 19). 2. La memoria impuesta: Los monumentos del franquismo El franquismo fue prédigo en la construccién de lugares de la memoria que actuaban como signos externos de la Victoria. Como dice el verso latino, ademas de servir de recordatorio de que "mientras vive el vencido, venciendo esta el vencedor", estos "lugares de la memoria" funcionaban como mecanismos simbélicos de legitimizacién ideolégica del propio regimen. Segt’m e1 estudio- catalogo de Javier Fernandez Delgado, en cuanto a la construccién de monumentos se refiere, las cuatro décadas de la dictadura franquista representan 68 e1 periodo mas importante de toda la historia monumental de Madrid. Si se dividen 108 238 monumentos construidos en la capital de Espafia a lo largo de los cuarenta afios que duré la dictadura, "la media aritrnética del periodo... es de seis monumentos por afio" (31). Entre los diferentes ciclos que el estudio presenta destaca el grupo dedicado a1 tema de "la Guerra Civil y los Caidos", ciclo de gran importancia ya que, a decir de Fernandez Delgado, las obras que conforman este grupo "expresa[n] una politica monumental de recuerdo colectivo enfocada a reproducir constantemente la vigencia de unos hechos determinados" (55). Este conjunto de obras esta constituido por una tipologia muy variada de monumentos de medio y gran tamafio que rinden homenaje a diversas instituciones, personalidades y grupos colectivos, a los que se caracteriza como caidos, martires o héroes de la causa nacional. Sirvan de ilustracion algunos ejemplos que a continuacién transcribirnos. 2.1. Cruz de los Caidos Este es uno de los monumentos construidos por el franquismo en Madrid y descrito por Fernandez Delgado en su catalogo. E1 monumento esta formado por una cruz de granito que fue esculpida con las piedras traidas de la carcel Modelo, prisién de infausto recuerdo para los nacionales pues alli perdieron la vida un numero de ellos en los sucesos ocurridos en agosto del 36. No obstante, la cruz no homenajea a estos martires, sino a los doscientos cincuenta y dos "'caidos de Canillas, Canillejas y Vicalvaro", cuyos nombres aparecen grabados en el monumento. Preside la parte superior de la cruz e1 busto de José Antonio que, segt’m se afirma en el catalogo, fue afiadido en fecha mas tardia. 69 2.2. Caidos de Madrid El monumento, de acuerdo al concurso publico anunciado por el Ayuntamiento de Madrid el 29 de mayo de 1949, fue ideado para homenajear a los "Caidos" de la "Villa". Manuel Herrero Palacios, ganador del proyecto, describe asi su obra, ubicada en la actualidad en la Plaza de la Moncloa: Edificio monumental de plaza circular cubierto con cupula, en cuyo centro se destaca una lintema coronada por una cruz laureada. Se abre a la plaza por medio de cuatro enormes pilares de seccion cuadrada. La rotonda se encuentra flanqueada por dos alas de planta rectangular que cierra e1 conjunto de la plaza y repiten, a mayor tamafio, el esquema circular del mausoleo. En el muro posterior aparecen los ladrillos dispuestos en forma de cruz. (citado en Fernandez Delgado: 387) A la idea original de Herrero Palacios se afiadié la cruz monumental del proyecto de Corrales Gutierrez y Aburto. E129 de octubre de 1954 fue colocada la primera piedra en presencia de las mas altas autoridades del régimen, pero tres afios después fueron paralizadas las obras por problemas técnicos. En noviembre de 1965 el monumento entra en su fase final pero debido a1 alto coste, se calculaba entonces que se necesitarian unos 70 millones mas para completar e1 conjunto, las obras tuvieron que ser nuevamente suspendidas. En la actualidad e1 monumento continua inconcluso. 2.3. E1 Arco de la Victoria Iniciado en 1950, este arco, levantado en honor del "forjador de la Victoria", fue construido sobre el mismo campo de batalla de lo que entonces fue 7O la Ciudad Universitaria. El monumento, concluido en 1956 y nunca inaugurado oficialmente, tuvo cambios sustanciales a lo largo de sus diferentes etapas. El mas importante, sin duda, fue la desaparicion del homenajeado, Franco, cuya estatua ecuestre inicialmente debia ocupar e1 centro del Arco. Aguilar Fernandez critica duramente e1 monumento a1 que acusa de perpetuar e1 recuerdo de la Victoria de una parte de Espafia sobre la otra a través de una guerra civil. Segt’m esta autora, construir un arco de triunfo sobre un frente en el que ambos bandos contendientes habian derramado tanta sangre, demuestra una nula voluntad de reconciliacién. 2.4. El Valle de los Caidos Aunque no aparece en el catalogo de Fernandez Delgado lo introducimos aqui por considerarlo sin duda e1 monumento mas emblematico e ilustrativo de la voluntad de perdurar en la memoria que guiaba a la dictadura franquista. E1 "faraénico" Valle de los Caidos que Franco se hizo construir, considerado la "novena maravilla" del Mundo por los panegiristas del momento, es fruto de una concepcion de la historia que parangona a las fuerzas nacionales con los defensores del Bien y a los luchadores republicanos con las fuerzas del Mal. Esa lectura de la historia hara posible que una cruenta guerra civil fuese transformada en guerra de liberacién y exterminio del hereje. La cruzada contra las fuerzas del Mal contara con la anuencia y bendicion del Vaticano, cuyos jerarcas, empezando por el propio Papa, estaban gratamente sorprendidos por "los nobilisimos y cristianos sentimientos de que ha dado pruebas inequivocas e1 Jefe del Estado y tantos Caballeros, sus fieles colaboradores..." (citado en Sueiro: 10). 71 En el preambulo del decreto de fundacién del Valle de los Caidos, fechado el 1 de abril de 1940, se pueden leer las razones utilizadas por el régimen para justificar 1a construccién de tan colosal y costoso monumento. El texto establece nuevamente la naturaleza religioso-militar de la contienda y reclama para sus héroes y martires un recuerdo que esté a la altura de sus sacrificios y hazafias: la dimension de nuestra Cruzada, los heroicos sacrificios que la Victoria encierra y la transcendencia que ha tenido para el futuro de Espafia esta epopeya, no pueden quedar perpetuados por los sencillos monumentos con los que suelen conmemorarse en villas y ciudades los hechos salientes de nuestra Historia y los episodios gloriosos de sus hijos. Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos antiguos, que desafien a1 tiempo y al olvido y que constituyan lugar de meditacién y de reposo en que las generaciones futuras rindan tributo de admiracién a los que legaron una Espafia mejor. A estos fines responde la eleccién de un lugar retirado donde se levante el templo grandioso de nuestros muertos, en que por los siglos se ruegue por los que cayeron en el camino de Dios y de la Patria. Lugar perenne de peregrinacién en que lo grandioso de la naturaleza ponga un digno marco a1 campo en que reposen los heroes y martires de la Cruzada. (citado en Sueiro: 11) Parece ser que la idea del Valle no pertenecié en principio a Franco, aunque éste después, la asumié como propia. Tres personas, de creer a Sueiro, son los responsables de este gigantesco suefio arquitecténico de piedra: e1 72 escultor Manuel Laviada, e1 arquitecto Luis Moya y el militar Uzqueta. Estando refugiados en el Madrid rojo, como los propios implicados manifiestan en la revista falangista "Vértice", sintieron "la necesidad de combatir de un modo espiritual por un orden" asi como "de disciplinar 1a mente en un momento tan dificil de perderla" (citado en Sueiro: 7). El resultado, en palabras de Sueiro, es un monumento "especie de exaltacién funebre y triunfal", con el que Franco, como los viejos sefiores de la guerra, desafia a la posteridad. Franco Salgado-Araujo, a la sazén secretario y primo del Jefe del Estado, registra en sus memorias algunas observaciones sobre el monumento funerario. Imagina éste que con la construccion de la "gran tumba", su primo tal vez "haya querido imitar a Felipe II, que levanté e1 monasterio de El Escorial para conmemorar la batalla de San Quintin". Y como si intuyese el agravio comparativo que tal monumento podia provocar en los vencidos, afiade: "En Espafia no hay ambiente para ese monumento, pues aunque dure e1 miedo a otra guerra civil, gran parte de la poblacion tiende a perdonar y a olvidar. No creo que ni los familiares de los blancos ni de los rojos sientan deseos de que sus deudos vayan a la cripta, que si solo es para los blancos establecera para siempre una etema desunién entre los espafioles" (215). El monumento de Cuelgamuros, como muchos prefieren llamarlo ya que no lo consideran representativo de todos los caidos en la guerra, se compone de una cripta cavada en pura roca. Esta obra, sino en su totalidad si en un altisimo porcentaje, corrié sobre las espaldas de los presos politicos. E1 monumento de exaltacién cuenta también con una cruz de ciento cincuenta metros de altura construida en el llamado risco de la Nava por la compafiia Huarte. Esta gigantesca cruz, por cuyos brazos de cuarenta y seis metros, como dice la guia 73 oficial con cierto orgullo, "'pueden cruzarse dos vehiculos de turismo'", esta adornada en su basamento por cuatro estatuas monumentales de San Juan, San Marcos, San Lucas y San Mateo. Un peldafio mas arriba, aparecen las cuatro virtudes cardenales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza), "a través de las cuales --escribia Diego Méndez, sustituto del fallecido Muguruza en la direccion arquitecténica del Valle--- puede el hombre elevarse al simbolo de la Cruz" (citado en Sueiro: 128). El grupo escultérico que acompafia a la cruz y la Piedad que figura encirna de la puerta de entrada a la basilica, corrié a cargo del escultor Juan de Avalos. Las cuatro estatuas de los evangelistas tienen 18 metros de altura por 12 de ancho y cinco de fondo, las cuatro virtudes tienen 16 metros de altura, seis de ancho y tres de profundidad. La Piedad, aunque se contraté con menos metros, acabaria midiendo doce metros de anchura por cinco de alto y tres de profundidad. Estas medidas ilustran la dimension grandiosa con la que se construyo e1 Valle. El monumento funerario cuenta ademas con un monasterio y otras edificaciones adicionales, como la explanada principal y las zonas de jardines. Las obras para la realizacion de este "colosal" mausoleo se iniciaron en abril de 1940 , terminandose diecinueve afios mas tarde, es decir, e1 1 de abril de 1959. Se calcula que durante los casi veinte ar‘ios que duraron las obras pasaron por Cuelgamuros unos 20.000 trabajadores, la mayoria de ellos prisioneros de guerra y presos politicos. Los vencidos acudian a trabajar al Valle porque, como manifiesta Jesus Cantelar Canales, encargado de obra y antiguo barrenero, "trabajando seis u ocho afios [en el Valle] sabias que tenias la libertad asegurada". 74 Por e1 contrario, "en cuanto te sacaran de alli, esto no lo podias conseguir" (citado en Sueiro: 63). Ese era e1 beneficio de la redencién de penas por el trabajo, modalidad de régimen penitenciario implantada por José A. Pérez del Pulgar. Juan M. Molina mantiene, sin embargo, que la redencién de penas por el trabajo ”fue una reforma establecida durante la Republica siendo ministro de Justicia Juan Garcia Oliver” (114). En cualquier caso y dejando a un lado las polémicas, al jesuita Pérez del Pulgar se debe e1 documento La solucién gue Espafia da al preblema de egg presoe peliticos publicado en 1939 y en el que puede leerse lo siguiente: "Es justo que los presos contribuyan con su trabajo a la reparacién de los dafios a que contribuyeron con su cooperacion en la rebelion marxista" (citado en Sueiro: 50). Aunque e1 principio que reconoce el derecho a1 trabajo podia parecer como una obra de excelsa caridad cristiana, la realidad es que los que fundamentalrnente se beneficiaban del trabajo semiesclavo de los presos eran las empresas privadas (San Roman, Banus, Agroman y el Estado), como ha quedado demostrado por diferentes estudios. La idea, segfin Sueiro, fue calificada de enteramente nueva y genial'", y atribuida, naturalrnente, al Caudillo. [Slacada por el Generalisimo de las entrafias mismas del dogma cristiano'", afirmaba Pérez del Pulgar, que ostentaba entonces e1 cargo de vocal del Patronato Central para la Redencion de Penas por el Trabajo (citado en Sueiro: 50). Otro panegirista religioso, e1 reverendo padre José Maria Lépez Riocerezo escribira que "'La obra de redencién de penas por el trabajo es el mejor exponente del espiritu en que se inspiré la Cruzada espafiola (citado en Sueiro: 51). 75 El discurso del regimen pretendic’) enmascarar el trabajo penado detras de una oratoria religiosa y caritativa que, no obstante, no podia esconder la légica maniquea bajo la que operaba. Asi, se habla de una tarea o mision de "rescate espiritual" del vencido para después referirse al mismo como la "delincuencia roja". De acuerdo a la orden ministerial del 7 de octubre de 1938, 1a idea persigue formalmente el mejoramiento espiritual y politico de las familias de los presos y de estos mismos'", para 10 cual se crea e1 ya mencionado Patronato Central para la Redencién de Penas por el Trabajo. Dicha institucién se propone "'acometer la ingente labor de arrancar de los presos y de sus familiares el veneno de las ideas de odio y antipatria'", asi como educar a "'los hijos de los reclusos en el respeto a la ley de Dios y el amor a la Patria (citado en Sueiro: 51). Parece ser que el trabajo forzado fue ya usado por el franquismo en fechas tan tempranas como 1937. En El Valle de los Caidos libro que nos ha sido de gran ayuda para elaborar este apartado, Daniel Sueiro afirma que los vencedores se sirvieron del trabajo penitenciario de los presos politicos desde muy temprano para construir monumentos dedicados a figuras politicas del régimen: El primero de estos destacamentos de presos politicos se constituyo en plena guerra, el 3 de julio de 1937, con el especifico objeto de levantar otro monumento, aunque muy modesto en este caso. Los prirneros prisioneros republicanos tuvieron a su cargo, en efecto, 1a construccién del monumento con que Franco quiso perpetuar la memoria del general Mola, en el mismo lugar en que su avion se habia estrellado, cerca del pueblo burgalés de Alcocero, en lo sucesivo Alcocer de Mola. (59) 76 "A partir de esa fecha," afirma el padre José Maria Lopez Riocerezo, "los destacamentos penales han proliferado en infinidad de puntos de Espafia, interviniendo los penados en la construccién de numerosas obras publicas: los canales del Bajo Guadalquivir, Bajo Alberche y Montijo; las reconstrucciones de Belchite, Teruel, Potes, Oviedo, etc." (citado en Sueiro: 59). 3. La reescritura de la historia Y silos monumentos franquistas son e1 intento de grabar en la memoria la vigencia de unos hechos y la permanencia de unas ideas, también la educacién puede servir para fijar en la memoria una determinada vision de la historia. La literatura franquista introdujo en la ensefianza de la historia una serie de elementos mistificadores propios de una educacion de propaganda, elementos que estaban encaminados a justificar ideolégicamente a los militares sublevados. No cabe duda que un regimen como el franquista, que consideraba su Victoria militar como el resultado de un proceso historico providencial, necesitaba expresar tales creencias en una serie de soportes externos destinados a bloquear la accién del olvido y a recordar constantemente a los "buenos" y a los "malos" espafioles. Este binomio de "buenos/malos" queda resumido perfectamente en el catalogo de comportamiento publicado por el Diario de Navarra, en el que se ofrecen los siguientes consejos para ser un "buen espafiol": "disciplina en la profesién, disciplina en la familia, disciplina en la ciudadania. Lo esencial en la disciplina consiste en obedecer sin vacilacién a quien manda, teniendo la intima persuasion de que lo que manda es lo mejor" (citado en Gonzalez Calleja et al: III, 15). Pero para que los nuevos espafioles pudiesen llegar a tal grado de "docilidad" era necesario ayudarlos. Eso es lo que pretende, precisamente, la nueva Ley de Reforma de la Segunda Ensefianza de 1938. El proposito y filosofia del nuevo Bachillerato lo explica asi José Pemartin, jefe del Servicio Nacional de Ensefianza Superior y Media del Ministerio de Educacién Nacional, en una conferencia a los padres de familia en San Sebastian: "La Doctrina de la Iglesia en este respecto que la Espafia de Franco, profundamente catolica, como lo es nuestro Caudillo, acata y sigue, es que el derecho y deber de la Ensefianza reside primordialmente en la Iglesia Catélica, en tanto que es responsable de la salvacién de las almas, y en los padres de familia por derecho natural cristiano" (citado en Valls: 240). El catolicismo sera asi la piedra angular de la educacion y su negacién equivaldra a la negacion del ser espafiol. Rafael Valls sefiala que la historia que se impartia en el anterior régimen tenia una funcion puramente apologética y de exaltacion de los valores patrios, identificados con la Espafia Imperial y contrarreformista. Funcionando como "el bardotirador, e1 limpia étnico", de que habla Goytisolo en uno de sus articulos periodisticos, los gerifaltes franquistas habian determinado que "la historia, si no es nuestra, no debe existir" (m Qgite; 29 de julio de 2001). El nuevo bachillerato franquista girara en torno a una serie de figuras (los Reyes Catolicos, Carlos V, Felipe H) y de eventos historicos (e1 concilio de Trento, la conquista de Granada, 1a anexién de Navarra) apr0piados por el franquismo para sus fines "patriéticos". Como sefiala la nueva Ley de Reforma, lo que se pretende recuperar es "la Espafia formada en los estudios clasicos y humanisticos de nuestro siglo XVI, que produjo aquella pléyade de politicos y guerreros... 78 hacia la que retorna la vocacién heroica de nuestra juventud" (citado en Valls: 232). Frente a estos "lugares de la memoria" de la Espafia Nacional, estaban los identificados con la anti-Espafia, e1 marxismo, e1 materialismo, e1 liberalismo, la masoneria y, por extension, todo lo extranjero. Para la mentalidad del Nuevo Orden todos estos movimientos estaban confabulados para destruir a "la Espafia eterna". Asi, pues, segun el nuevo régimen, a la educacién le correspondia corregir los tres siglos nefastos (XVIII, XIX y XX) durante los cuales Espafia se habia ido deslizando progresivamente por la pendiente revolucionaria: La revalorizacion de lo espafiol, 1a definitiva extirpacién del pesirnismo antihispanico y extranjerizante, hijo de la apostasia y de la odiosa y mendaz leyenda negra, se ha de conseguir mediante la ensefianza de la Historia Universal..., principalmente en sus relaciones con Espafia. Se trata asi de poner de manifiesto la pureza moral de la nacionalidad espafiola; la categoria superior, universalista, de nuestro espiritu imperial, de la Hispanidad, segt’m concepto felicisimo de Ramiro de Maeztu, defensora y misionera de la verdadera civilizacién, que es la Cristiandad. (citado en Valls: 232) Toda la iconografia religiosa que acompafiara al franquismo a lo largo de sus cuatro décadas es fruto de esa concepcién de la Historia en la que Espafia se dibuja como la fiel guardiana de unos supuestos valores asociados con Occidente y con el Cristianismo. Es natural, por tanto, que, como sefiala Daniel Sueiro en su ya mencionado y exhaustivo estudio sobre el Valle de los Caidos, al terminar 79 la guerra empezasen a proliferar por todos los pueblos y ciudades espafiolas cruces en homenaje a los muertos nacionalistas: Sobre las piedras seculares de las ermitas romanicas, sobre los muros, sobre las fachadas de las altivas catedrales géticas, a las puertas de las iglesias, bajo los soportales y los aleros de las construcciones renacentistas, en las grandes poblaciones, en las pequefias capitales de provincias y en los remotos pueblos, se inscriben en torno a los brazos de la cruz los nombres de los muertos en el bando de los vencedores. (10) Resumiendo, podriamos decir que la estatutaria inaugurada en Madrid, como capital administrativa y politica de Espafia, y los proyectos de reforma de la educacion, iniciados a1 poco de la Victoria del nuevo régimen y en los que se da preeminencia a la iglesia en el mundo educativo, reflejan perfectamente no $610 105 presupuestos ideolégicos del franquismo sino también su estética del Poder y su voluntad de perdurar. Son unos "lugares de la memoria" que pretenden imponer una determinada lectura de la nacién y la historia. Como sefiala José I. Madalena Calvo et al., 103 "lugares de la memoria" no son simbolos estéticos, sino mas bien elementos dinamicos que, en el caso que nos ocupa, coadyuvaron a la formacién y establecimiento del poder franquista: El Poder que asumié Franco fue el resultante de un proceso histérico en el que intervinieron diversos componentes (falangistas, militares, catolicos, etc.). Su conformacién segregara una variedad de signos que reflejaran el proceso de constitucién del Poder. Por ello los Lugares de Memoria no son algo estético por cuanto ellos 80 mismos contribuyen a conformar este proceso; son e1 marco que lo contiene. (citado en Arostegui: II, 489) 4. Los desaparecidos espafioles La Espafia republicana no ha gozado de grandes monumentos ni celebraciones a la memoria de sus muertos y desaparecidos. En vida del dictador era imposible mencionar la dura represion experimentada por la oposicién a1 franquismo y cuando llego la transicion recordar lo ocurrido durante la postguerra se consideré algo pasado de moda y poco democratico. Recordar --- se decia--- no favorecia la superacion del trauma y, ademas, no ayudaba en nada a crear una imagen de Espafia que se queria moderna y cosmopolita. La realidad es que se favorecir’) la amnesia tanto por motivos personales como por razones politicas y economicas que tienen que ver con el deseo de salvaguardar los intereses de ciertos clanes. La censura de nuestro inmediato pasado fue motivada también por la necesidad de conseguir e1 consenso politico entre las diferentes fuerzas politicas para restablecer la democracia. Siguiendo la terminologia de Nora, en este capitulo presentamos la trilogia testimonial La muerte de la esperanza, El afio de la Victoria y Nosotros les gsesinee (1973, 1974, 1976) de Eduardo de Guzman y los testimonios Aeturias: eateree meses de guerra eivil (1975) y Memorias de un condenade a muerte (1978) de Juan Antonio Cabezas y José Leiva respectivamente, como "lieux de mémoire" de la izquierda espafiola. Los textos que aqui trataremos son auténticos monumentos conmemorativos dedicados a los desaparecidos del franquismo. Pero tan importante como reivindicar la memoria de los desaparecidos es el deseo, que palpita en toda esta literatura testimonial, de construir una contra- 81 memoria épica de la resistencia a la Dictadura, contra-memoria con la que se espera contrarrestar la funesta propaganda que durante décadas sufrio la oposicién democratica al franquismo. En su interesante ensayo "Short of Memory: The Reclamation of the Past Since the Spanish Transition to Democracy", afirma Joan Ramon Resina que los vencidos no pueden perrnitirse el lujo de olvidar ya que tienen la necesidad, casi diriamos la urgencia, de volver sobre el pasado para determinar e1 cémo y el por qué de su derrota. Mientras que para los vencidos la memoria es compulsiva, para los vencedores el pasado, por utilizar una frase de David Lowenthal, "looks like a foreign country" (citado en Ramon Resina: 92). En ese paisaje extrafio e1 pasado se presenta como una aparicion fantasmagérica. Y en otro articulo excelente sobre la literatura, e1 cine y la historia espafiola reciente, Jo Labanyi asevera que hay muchas maneras de enfrentarse con un pasado conflictivo, se puede negar obsesivamente su existencia, lo cual conlleva alguna forma de paralisis social 0 se puede reconocer y aceptar como parte de la historia reciente, lo que supone enterrar para siempre los fantasmas del pasado evitando asi su inoportuna presencia. En cualquier caso, la no aceptacién del pasado irnplica asumir su amenazante recurrencia [for] ghosts must be exorcised not in order to chase them away but in order '...to grant them the right [...] to [...] a hospitable memory [...] out of a concern for justice' (175). For ghosts, as the traces of those who have not been allowed to leave a trace... are by definition the victims of history who return to demand reparation, that is, that their name, instead of being erased, be honoured. (Labanyi 66) 82 El desinterés por los muertos y desaparecidos de la Dictadura que ha caracterizado la Espafia postfranquista podria ser entendida, utilizando las palabras de Arendt, "...[as] the most obvious external symptom of a deeply rooted, obstinated and occasionally brutal refusal to confront and come to terms with that which actually happened'" (citado en Ramon Resina: 91). Los testimonios de la represion franquista que aqui tratamos se enfrentan a ese olvido pactado por la Espafia transitiva a1 inscribir en sus paginas las voces y los sufrirnientos de aquellos / as que han sido ignorados por la Historia. La escritura de estos testimonios se plantea asi "as a[n]... act of reparation, rescuing the defeated from the 'enormous condescension' of posterity" (Samuel viii). El universo de estos textos funciona "[as] a virtual space of spectrality" (citado en Labanyi: 66) ya que son espacios habitados por "los fantasmas del pasado", cuya encamacién mas emblematica y dolorosa estaria constituida por los desaparecidos del franquismo, personas que fueron asesinadas y después enterradas en fosas clandestinas. Estos "fantasmas" nos recuerdan la deuda que la democracia espafiola aun tiene pendiente, a1 tiempo que su voz nos retrotrae a un tiempo que creiamos totalrnente cerrado y concluido. Pero como aseveran los criticos Avery F. Gordon y Derrida, "ghosts are not psychic projections, but the form in which the past lives on the present." (citado en Labanyi: 77). Lo fantasmal es, por lo demas, una caracteristica consustancial a la modemidad, de creer a Gordon, para quien "haunting is 'neither pre-modem superstition nor individual psychosis' but 'a constitutional element of modern social life'" (citado en Labanyi: 77). Podriamos decir que, "haunting", en el sentido en que lo utiliza el critico sefialado, es decir, como la constante intromisién del pasado en el presente, es lo 83 que ocurre en estos textos, que casi podrian ser llamados narraciones "fantasmales" mas que testimoniales, ya que estén habitados por "the living dead". Cadaveres vivos que nos hablan desde las brumas del pasado exigiéndonos que reivindiquemos su memoria. Un buen ejemplo de lo dicho son las palabras del condenado a muerte Jorge Pons Argilés, alias Tragapanes, fusilado en el Campo de la Bota en 1952. En el transcurso de una conversacién con Juan Busquets, Pons Argilés clavandome los ojos me dijo con gravedad: 'Tt’i has salido de esta con vida, de lo cual me congratulo, pero el dia que este Régimen se derrumbe tendras que testimoniar sobre los crimenes que ha cometido y, sobre todo, explicar que fuimos asesinados por haber luchado contra la tirania y por la libertad del pueblo espafiol.’ Siguié mirandome como si quisiera asegurarse de que habia comprendido bien sus palabras. (Veinte aftos 73) Asegura Labanyi que en el cine de Victor Erice los fantasmas "have an objective existence as the embodiment of the past in the present" (78). La misma idea la podemos aplicar a los testimonios aqui tratados pues, como sefiala de nuevo Avery Gordon, "To write stories concerning exclusion and invisibilities is to write ghost stories" (17). "Ghost[s],... give 'embodirnent' to those figures from the past who have been rendered invisible, that is, 'desaparecidos'" (Labanyi 70). Y qué son sino los personajes "desaparecidos" retratados aqui, como Amos Acero, diputado socialista y alcalde de Vallecas, fusilado en la carcel de Porlier o José Gomez Osorio, Javier Bueno y Rafael Henche de la Plata, alcalde de Madrid hasta el mismo dia 28 de marzo de 1939. Todos ellos muertos, o, mejor dicho, asesinados en una de tantas noches de saca. Personajes como Molina Conejero, gobemador civil de Valencia, "hombre entero, socialista desde que pudo serlo" --que escribiera Max Aub-- asesinado a los pocos dias de su detencion (Campo 163; 644); como Navarro Ballesteros, director de Munde Obrero, gfue él al que obligaron a comer la foto de la Pasionaria antes de ser fusilado?; o como el diputado socialista Carlos Rubiera 0 e1 libertario Amor Buitrago, a quien de nada 1e valié su "colaboracién" porque ya era tarde y no le perdonaron la vida. Todas estas vidas proveen, como escribe Labanyi, "tangible evidence of the suffering of history's losers, whose story could not be told" (79). Precisamente a Derrida se debe el término "hauntology", nuevo concepto filoséfico del ser que, segt’m Labanyi, ofrece e1 filésofo francés como altemativa mas adecuada para describir 1a naturaleza de la historia: "...[T]hat is, the past as that which is not and yet is there ---or rather, here" (Labanyi 66). "Haunting", escribe Labanyi citando nuevamente a Avery Gordon, "is the result of 'irnproperly buried bodies'" (79) Como veremos mas adelante, los escenarios por los que merodean estos "improperly buried bodies" estan relacionados, en una primera instancia, con el mar, los barcos y los puertos. La topografia maritima en estos textos se convierte en un enclave narrativo fundamental, espacio narrativo en el que la memoria evoca e1 infierno vivido en los muelles del Levante espafiol. Las historias que cuentan estos textos tienen un alto valor documental ya que, si como dicen, la historia 1a escriben siempre los vencedores, las paginas de 85 estos testimonios han sido pergefiadas por los derrotados cuyas memorias son, normalmente, condenadas al olvido o falseadas por los vencedores Paloma Aguilar Fernandez muestra bien a las claras como la memoria de los muertos nacionales fue siempre honrada y homenajeada periédicamente en espacios pfiblicos bien visibles, mientras que la de los vencidos fue, primero, envilecida y después ignorada. Podriamos decir que para los franquistas ”los rojos”, palabra que utilizaban tanto para insultar como para englobar a personas de muy variada ideologia, encarnaban la forma mas completa de su "Otro" radical, toda vez que esa construccién imaginaria les servia de espejo para autodefinirse y distinguirse. La diferencia ideolégica entre e1 "nosotros" y el "ellos" se proyecta, asi, en el plano de diferencia moral y hasta racial, de creer a1 doctor Vallejo Nagera. Segun éste, "El tronco racial del marxista espafiol es judio-morisco, mezcla de sangre que le distingue psicologicamente del marxista extranjero, semita puro" (citado en Diaz Nosti: 71). En esa Orientalizacién del "Otro", por utilizar la terminologia de Edward Said, esta la raiz que posibilité el inhumano trato dado a los vencidos. El "Otro" es siempre una construccion imaginaria hecha para satisfacer las necesidades autojustificadoras del vencedor o, como en este caso, del victirnario. Ante tales "monstruos", llamense éstos liberales, comunistas, marxistas, socialistas o anarquistas, cuya sola presencia amenazaba los depésitos de la "genuina cultura espafiola" se justificaba cualquier comportamiento, incluso aquellos que suponian una regresion a los ambitos mas cainitas y bérbaros de la naturaleza humana. 86 John T. Witaker, periodista norteamericano y confidente de muchos de los militares sublevados, transcribe la conversacién tenida con un militar rebelde que ilustra perfectamente la solucién franquista a1 problema obrero: 'We have got to kill and kill and kill, you understand,‘ said one of Franco's chief press officers, over and over again. He was Captain Don Gonzalo Aguilera, Count of Alava de Yeltes. A great landowner and sportsman, Aguilera had served as the Spanish military attaché in Berlin and he perfectly mirrored the mentality of the rnilitarist who tried to bring Spain into the Second World War on the side of Germany. (108). Segun Aguilera, lo que se inicié en 1936 era una guerra profilactica necesaria para acabar con la infeccién marxista y regenerar el cuerpo enfermo de la nacién espafiola. 'You know what's wrong with Spain?’ Aguilera used to demand of me. 'Modern plumbing! In healthier times ---I mean healthier times spiritually, you understand--- plague and pestilence could be counted on to thin down the Spanish masses. Held them down to manageable proportions, you understand. Now with modern sewage disposal and the like they multiply too fast. The masses are no better than animals, you understand, and you can't expect them not to become infected with the virus of bolshevism. After all, rats and lice carry the plague. Do you understand now what we mean by the regeneration of Spain?'... 87 "It is our program, you understand, to exterminate one third of the male population of Spain. That will purge the country and we will be rid of the proletariat. (108) Para Witaker, Aguilera no era una excepcién dentro de la Espafia nacionalista: "I quote Aguilera at length because his social and political ideas were typical. I heard his own ideas voiced by scores and hundreds of others on the Franco side. Except in the broad outlook ---the destruction of the proletariat and ultimate war against the democracies--- they were split with their own divisions and cleavages" (110). La crueldad del franquismo para con los vencidos se asemeja bastante a la sintomatologia asociada con "el retorno de lo reprimido", mecanismo de defensa siquico que se manifiesta, segun Dominic LaCapra, "in the form of phobic ritualism and paradoxical sacrificialism bound up with a desire for purification and regenerative, even redemptive, violence toward victims" (3). Es por ello entendible que buena parte de la literatura testimonial que aqui se estudia pretenda restaurar el buen nombre de los vencidos al tiempo que rinde un encendido tributo a los compafieros que cayeron en la lucha contra el franquismo. Segt’m afirma Aries, "La supresién de la pena, la prohibicion de sus manifestaciones publicas, la obligacion de sufrir solo y en secreto, [agravan] e1 trauma que surge de la pérdida de un ser querido" (citado en Reati, Nombrar: 27). En este sentido se puede afirmar que los testimonios de la represion franquista tienen una funcién terapéutica ya que la escritura tiene efectos positivos en las personas que sufren de memorias traumaticas. Por otra parte, 88 estos testimonios, con sus paginas llenas de nombres y apellidos, ofrecen un lugar de culto y conmemoracion para los desaparecidos. La ausencia de monumentos dedicados a los vencidos es patente tanto en la Espafia de Franco como en la Espafia democratica. Sartorius y Alfaya asi lo hacen constar en su ultimo trabajo, La memoria insumisa, en el que también critican la actitud de la izquierda espafiola a la llegada de la democracia: Y en cuanto a1 espiritu de reconciliacion... resulta algo mas que curioso constatar que mientras que la izquierda ha puesto sordina a la reivindicacién de la lucha antifranquista, con sus represaliados y sus martires, y apenas existe un lugar en Espafia donde se honre el recuerdo de las innumerables victimas de la represién, la Iglesia se haya dedicado en los ultimos afios a beatificar y canonizar a un ritmo acelerado a cuanto cura, obispo, religioso o religiosa murié asesinado en el campo republicano. Por no hablar de ese permanente recordatorio que significan las lapidas dedicadas a los ’Gloriosos Caidos por Dios y por Espafia’ que se encuentran en no pocas iglesias parroquiales de Espafia. Sin duda, la Iglesia espafiola, a1 contrario que la izquierda, cree en la necesidad de la memoria histérica y no tiene inconveniente en resucitar episodios del pasado que demuestran que el espiritu de Cruzada, aunque amortiguado, sigue vivo, a la vez que continua negandose a pedir perdén por su actitud durante e1 periodo liberticida. (128) S610 hay que mencionar, para ver 10 acertado de tal aseveracién, que lugares tan emblematicos para la memoria colectiva de la izquierda espafiola 89 como el puerto de Alicante y de Valencia, no cuentan at’in con una debida historiografia. Estos "lugares de la memoria" apenas si han merecido un breve comentario en los libros de historia, mientras que los hechos y gestas de los vencedores, como constatan los autores arriba indicados, han estado y siguen estando muy presentes en la sociedad espafiola. De hecho, aunque se ha operado una profunda renovacién en la Espafia postfranquista, todavia existen instituciones que siguen ofreciendo una version franquista de la historia. Este es el caso de los museos militares, algunos de los cuales, como nos informa Selma Reuben Holo en su estudio sobre la museistica espafiola, siguen ofreciendo una narrativa identificada plenamente con la dictadura y sus mitos: "With Franco's portrait still staring down on the visitor on the... [Museo del Ejército] and the story of the Spanish civil war siege told by the right in antiquated heroic terms in the... [Museo del Alcazar de Toledo], it seemed as if they were stuck in time capsules" (79). El olvido no se ha cernido solo sobre los desaparecidos, sino también sobre los campos de concentracion del franquismo, "lugares de memoria" por antonomasia. E1 importante papel que han jugado estos centros de represién y muerte se puede constatar a1 contemplar la amplia literatura testimonial que han generado en los ultimos cincuenta afios. Segt’m Anna Caballé, el testimonio peninsular es un fenémeno relativamente reciente, originado, fundamentalmente, durante la etapa franquista (citado en Cristina Duplaa, "Memoria colectiva": 39). Los campos y carceles que con tanta contundencia y descaro marcaban 1a geografia espafiola, hoy se han desvanecido entre las brumas del pasado. Algunos se han salvado gracias a una reconversion de tiltima hora, cumpliendo 90 otros cometidos que ya nada tienen que ver con la triste misién que tenian encomendada. Este es el caso del tristemente célebre campo de concentracién de San Marcos, en Leon, convertido en la actualidad en un Parador Nacional 0 de la prisién provincial de Badajoz, sede en la actualidad del Museo Extremefio e Ibero-Americano de Arte Contemporaneo. E1 nombre 0 e1 numero de victimas causado por tal sistema concentracionario tampoco se conoce con exactitud. Y qué decir de tantos "paseados" o "mareados", como también se decia, de los que aun hoy se desconoce donde descansan sus restos. Resulta por ello incomprensible que, después de transcurrido tanto tiempo, se siga obstaculizando la posibilidad de exhumar las fosas comunes para darles e1 debido enterramiento a los represaliados por el franquismo. La ausencia de tumbas y lapidas que conmemoren a los luchadores republicanos representa un irnperdonable olvido de la Espafia democratica y un claro ejemplo de amnesia histérica. "La presencia material de la tumba es de gran importancia tanto para el sobreviviente como para el que se prepara a morir, porque 1e permite a1 familiar inmortalizar al ausente a través del rito de la memoria, y simultaneamente 1e garantiza a1 agonizante e1 consuelo de la relativa inmortalidad del recuerdo" (Reati, Nembrar: 28). En el caso que nos concierne han sido principalmente los propios sobrevivientes los que se han encargado de rehabilitar la memoria de las victimas del franquismo y de proveer las debidas tumbas. Algunos utilizando la escritura como medio, como los testimonialistas que aqui tratamos; otros, promocionando homenajes, conmemoraciones y monolitos. Un caso ejemplar es el de Antonio Ontaftén Toca, pensionista de 66 afios, que lleva invertidos tres afios y gastadas miles de pesetas de su bolsillo en 91 investigar la represién franquista en Cantabria. Su trabajo ha sacado del anonimato los restos de 1.119 hombres y mujeres que yacian en las fosas comunes del cementerio civil de Santander. E1 14 de abril del 2001, aniversario de la 11 Republica, se rescato del olvido a estas victimas con la inauguracion de nueve monolitos en el cementerio y dos lapidas de granito con todos los nombres inscritos. Otro ejemplo de lo mismo lo constituyen Manuel Dominguez y Juan Noya Gil cuyo compromiso con los companeros caidos tuvo como recompensa la construccién, conservacién y dignificacion de la fosa comun del campo de concentracién de Camposancos. En estos testimonios la represion esta asociada con una serie de lugares y figuras. Lugares como los puertos, los campos de concentracion y las carceles ocupan un espacio preeminente en cualquier narrativa sobre el tema. Junto a ellos tenemos la constante sombra de la venganza y de los encargados de perpetrarla, figuras como la del Coronel Eymar, de infausta memoria para la izquierda espafiola, la del comisario Quintela, de la Brigada Social de Barcelona, la de Lisardo Doval, que ya se habia destacado en la represién de los mineros asturianos, o la del mas reciente comisario Conesa, especializado en palizas y torturas. Estos personajes (y muchos otros que no aparecen aqui no porque su tarea represora dejara de ser importante sino porque sus nombres no alcanzaron tanta notoriedad) son una fiel representacién del estado policial y carcelario que implanté el franquismo con su Victoria sobre las fuerzas democraticas5. Aunque en aquel mundo no era todo negativo, como sefiala el luchador libertario Juan Busquets, pues a pesar de la violenta represién y las vejaciones sin fin, la moral y la solidaridad de los luchadores antifranquistas era sélida y 92 aunque los franquistas intentaron quebrarla, no lo consiguieron (carta personal de Busquets). El compafierismo conllevaba, no obstante, un alto riesgo ya que los carceleros lo consideraban una actividad sospechosa y subversiva, como asegura Antonio Granados Valdés: "[E]l funcionariado represor castigaba cruelrnente e1 compafierismo solidario al que consideraban actividad comunista contra el Movirniento N acional" (108). 5. El temor a la venganza y la huida hacia los puertos Los lugares en los que se representa por vez primera el drama de los perdedores son las zonas fronterizas y los puertos. Hacia la frontera francesa se dirigen los restos que quedan del ejército republicano, hacia alli se encaminan también todas las personalidades que estuvieron comprometidas con el Frente Popular o que simplemente simpatizaron con él. Una inmensa marea humana camina desolada y fatigosamente en direccién a lafrontera francesa. Caminan kilometros y kilémetros entre un barullo descomunal de coches, camiones, bicicletas, caballos. Esta tétrica imagen se puede ver por todas las carreteras que se adentran en los Pirineos. Aquellos que no pueden alcanzar 1a frontera francesa dirigen sus pasos hacia los puertos que aun estan en manos republicanas para tratar de huir por mar7. Es una fuga masiva y desesperada no 5610 de militares, sino también de mujeres, nifios y ancianos. Todos son conscientes de que los rebeldes no tendran piedad con los derrotados. Sefiala Subirats Pifiana en su testimonio Pilatos 1939-1941 que se puede comprender que la muerte sea la protagonista principal en una guerra civil como la espafiola, "[l]o que no se puede entender es que una vez finalizada... siguiera la sistematica persecucion, la prisa por realizar consejos de guerra sumarisimos y de urgencia, 93 que continuasen los fusilamientos masivos y que las carceles estuviesen a rebosar; todo ello mientras Franco paseaba bajo palio por los templos espafioles" (XIII). El temor de los vencidos a la venganza no era gratuito, pues los odios venian alimentandose desde hacia afios. Segun Victor Alba el miedo es la sensacién que mejor define los prirneros afios del franquismo, un miedo contagioso, que se podia palpar y que estaba en todas partes. Miedo que enrarecia la atmésfera dando a todo una apariencia fantasmal y que hacia vivir a la gente en una tension continua y dolorosa. Pero la aplicacion indiscriminada de la violencia, con su carga de incertidumbre y de amenaza indefinida, mas que miedo lo que produce es terror. Como explica Pablo Uriel, el terror no existe solamente durante la aplicacion de la violencia; existe también cuando ya no se emplea la violencia y se cierne sélo como una amenaza constante sobre la cabeza de los hombres. La amenaza del terror es la atmésfera, el elemento del terror; en esta atmésfera, la vida esta mas envenenada que durante la accion efectiva del terror. (citado en Moreno: 277) La Victoria de Franco y sus ejércitos era 1a causa de aquel miedo general que se palpaba en la poblacién. Ese miedo, que mas bien era terror, venia precedido por una serie de advertencias, como la de Franco ante las gestiones realizadas por diferentes personalidades politicas y militares para solucionar e1 conflicto por medios pacificos. Se rumoreaba, en concreto, la posibilidad de firmar un armisticio entre las fuerzas en lucha. Pero Franco se mostro 94 radicalmente opuesto a esta solucién y prohibié cualquier solucién negociada. La {mica solucién para los vencidos era la rendicién total y sin condiciones: Cuantos deseen la mediacion, consciente e inconscientemente, sirven a los rojos y a los enemigos encubiertos de Espafia. La guerra de Espafia no es una cosa artificial; es la coronacion de un proceso historico en la lucha de la Patria con la anti-Patria, de la unidad con la secesién, de la moral con el crimen, del espiritu contra el materialismo, y no tiene otra solucién que el triunfo de los principios puros y eternos sobre los bastardos y antiespafioles. El que piense en mediacién, propugna por una Espafia rota, materialista, dividida, sojuzgada y pobre en que se realice la quimera de que vivan juntos los crirninales y sus victimas; una paz para hoy y otra guerra para mafiana. La sangre de nuestros gloriosos muertos y la fecundidad de tanto martir, caeria sobre el que escuchase tan insidiosa maniobra; la Espafia Nacional ha vencido y no dejara arrebatarse ni desvirtuarse su Victoria, ni por nada ni por nadie. (citado en Diaz-Plaja: 352) Pocos dias después del levantamiento, e1 futuro jefe del ejército del Norte, el general Mola, anunciaba duras represalias en su alocucién dirigida desde Radio Navarra. Segun Mola "la Victoria de las armas no es mas que una fase, una etapa... luego viene la reconstruccién de Espafia y el castigo de los miserables, de los malvados y de los asesinos" (citado en Reig Tapia, Violencia y terrer: 58-59). La demonizacién que el general hace de la zona republicana en sus discursos 95 radiofénicos no puede ocultar e1 deseo de venganza y su manifiesto desprecio por las leyes y los codigos internacionales que protegen a los presos de guerra contra tratos crueles o inhumanos. En otra alocucién a través de Radio Castilla e1 15 de agosto de ese mismo afio Mola dejaba claro que no habria piedad para los derrotados: "Va mi palabra, ademas, a los enemigos, pues es razén y es justo que vayan sabiendo a que atenerse, siquiera sea para que, llegada la hora de ajustar cuentas, no se acojan a1 principio de derecho de que jamas debe aplicarse a1 delincuente castigo que no estaba establecido con anterioridad a la perpetracién del delito" (citado en Diaz- Plaja: 57). Y finaliza su alocucién aludiendo a la futura venganza: "Pero, jahl, todo esto se ha de pagar y se pagara muy caro. La vida de los reos sera poca. Les aviso con tiempo y con nobleza; no quiero que se llamen a engafio" (citado en Diaz-Plaja: 58). Otras declaraciones del mismo tono emitidas por el director de la sublevacién militar y que aparecen recogidas en el libro de Ian Gibson sobre Queipo de Llano, expone’n sin tapujos que podian esperar unos hombres cuyo unico delito habia sido permanecer fieles a la legalidad republicana: "gParlamentar? iJamés! Esta guerra tiene que terminar con el exterminio de los enemigos de Espafia" (324) "En este trance de la guerra yo he decidido la guerra sin cuartel. A 103 militares que no se han sumado a nuestro Movimiento, echarlos y quitarles la paga. A los que han hecho armas contra nosotros, contra el ejército, fusilarlos. Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo" (318) "Hay que sembrar el terror... Hay que dejar sensacién de dominio eliminando sin escrt’tpulos ni vacilacién a todos los que no piensen como nosotros." (325) Los vencidos son conscientes de las ansias cainitas que consumen a1 adversario e 96 intuyen que nada se puede esperar de su clemencia, razén por la cual muchos prefirieron quitarse la vida antes que caer en sus manos. La temprana desaparicién de Mola no cambiara 1a politica del regimen respecto a los vencidos, como demuestra la alocucion radiofénica de Ramon Serrano Sufier en marzo de 1939. Desde los microfonos de Radio Nacional de Burgos el "cufiadisimo" de Franco usara la misma tactica que Mola, atribuir a los milicianos republicanos toda clase de crimenes para justificar e1 inhumano trato que ya estaban recibiendo o iban a recibir: Gentes que traicionaron los mas puros valores humanos y pisotearon el honor, ahora, tras la conquista de Barcelona, a guerra perdida, quieren acabarla en una forma humanitaria y honrosa. Olvidaron que a nosotros nuestros muertos, y la propia nocién del saber, nos exigian que 5610 la Victoria y su absoluta vencimiento fueran e1 término de esta prueba terriblemente dura, de la que es preciso deducir, de una vez para siempre, todas las consecuencias positivas para afirmar sobre ellas, en el mundo, la voz y la voluntad de Espafia. (citado en Diaz Nosti: 30) Y qué se puede decir del general Queipo de Llano y sus diarios discursos radiofénicos (a los que el poeta Alberti calificé como "rebuznos") ante los micréfonos de Union Radio de Sevilla. Sirva de botén de muestra la transcripcién de un pasaje de sus charlas para comprobar 1a estrategia de terror empleada por los nacionales, una estrategia que recuerda mucho 1a aplicada posteriormente por los nazis en los paises ocupados: 97 En Moron se ha hecho un escarmiento, que supongo impresionara a los pueblos que at’in tienen la estulticia de creer en el marxismo y en la esperanza de poder resistirnos. Como en Arahal, hubo en Moron un grupo de hombres ciegos que han cometido salvajadas sin ejemplo, atropellando a personas de derechas que no se habian metido con ellos. Y tengo noticias de que en varios pueblos tienen los marxistas prisioneros de derechas, con los que piensan hacer parecidas barbaridades. A todos les recuerdo que, por cada persona honrada que muera, yo fusilaré, por lo menos, diez; y hay pueblos donde hemos rebasado esta cifra. Y no esperen los dirigentes salvarse, apelando a la fuga, pues los sacaré de bajo la tierra, si es preciso, y si estan muertos, los volveré a matar. (Gibson 47) La primera semana del mes de febrero de 1939 y como consecuencia de la caida de Catalufia, 0 de su liberacién, como también se decia, marca e1 momento culminante del éxodo espafiol ante el empuje de los ejércitos franquistas. Todos los caminos que conducen a la frontera francesa, y la frontera misma, van a presenciar el espectaculo desgarrador, tragico, de casi medio millon de espafioles que huyen de la represién abandonando sus casas, campos y ciudades, con el miedo y el dolor empujando sus pasos. Pero e1 exilio espafiol de 1939, el mas dilatado y cuantioso de cuantos se han producido en nuestra historia, tiene sus raices en el mismo verano de136, y no cesa durante toda la guerra. En lugares en los que el éxito de los ejércitos franquistas se decide en los prirneros meses, como Galicia, e1 éxodo se produce como consecuencia de la represién. En otras zonas, 98 como toda la zona Norte, se registran las salidas de acuerdo con el avance de los frentes, con las tomas de esos puntos por las fuerzas enemigas. En cualquier caso, e1 gran éxodo hacia la frontera francesa esta marcado por el caos, la desesperacion y el terror. Poco después, durante la ultima semana del mes de marzo, tendra lugar un nuevo drama colectivo en las costas levantinas. Entre Valencia, Alicante, Gandia, Cartagena y Almeria hay un numero indeterminado (se sabe que es muy alto pero se discrepa sobre las cifras) de republicanos de cara a1 mar y con las ametralladoras del enemigo a la espalda. Son las tropas que han quedado atrapadas después de mantener una lucha desigual en los frentes de Extremadura, Andalucia y Levante, rendido ya Madrid. Derrotadas y desmoralizadas, la {mica esperanza de estas tropas era escapar8. Pero e1 drama se habia iniciado mucho antes en los territorios del Norte. Tras catorce meses de guerra civil y sufrimiento, Asturias se encuentra desangrada y sin fuerzas materiales para hacer frente a1 imparable avance del ejército franquista. La noche del 21 de octubre de 1937 las tropas de Franco entran en Gijén e inician de inmediato la represién con la ayuda de la quinta columna. El Consejo Soberano de Asturias y Leon, en reunion urgente celebrada e1 20 de octubre, acuerda la inmediata evacuacién de Asturias. Ramon Alvarez Palomo, dirigente de la CNT y Consejero miembro de la Comisién de Evacuacion, relata en una entrevista con Laruelo Roa como se tomé esta decision de evacuar Asturias un dia antes de la entrada de los nacionales en Gijén. Segun Palomo la reunién se celebré en "la Casa Blanca", nombre con el que se conocia e1 edificio gijonés donde se hallaba la sede de este organo creado para defender a la 99 Republica. E1 coronel Prada, miembro del Estado Mayor, plantea 1a situacién lirnite en que se encuentra e1 frente asturiano y propone que la evacuacién se haga esa misma noche, vaticinando que si se esperaba un dia mas seria demasiado tarde. A partir de ese momento las personas mas comprometidas, como consejeros y dirigentes de partidos y sindicatos, milicianos, periodistas y militares, se vuelcan sobre el puerto de El Musel para intentar huir. Esta reaccién no estaba injustificada pues se sabia que cuando entrasen los nacionales, y al contrario de lo que Franco aseguraba, todos iban a tener mucho que temer, incluso los que no tuviesen las manos manchadas de sangre. La frase "nada tienen que temer los que no tengan las manos manchadas de sangre," fue un éxito propagandista que se apunté el franquismo tanto fuera como dentro de Espafia. En apariencia constituia una garantia de justicia irnparcial y estricta; en realidad, podia significar algo totalrnente opuesto, como lo demuestra el caso del poeta Garcia Lorca 0 el del rector de la Universidad de Oviedo Leopoldo Alas Argiielles, que sin estar involucrados en ningt’m delito de sangre fueron ejecutados. Los huidos eran conscientes que lo peor que les podia ocurrir no era la muerte en si, sino la tortura, el tormento, las mil facetas de una represién brutal que muchos de ellos ya habian experirnentado durante la revolucion del 34. 6. Los "lugares de la memoria" de la Espafia vencida 6.1. Los puertos del Norte El "Dunkerque asturiano", como lo llama Marcelino Laruelo Roa en su libro sobre el "Cervera", queda muy bien reflejado en el testimonio del periodista 100 Juan Antonio Cabezas titulado Asturias: Catorce meses de Guerra Civil. Testigo presencia] de aquellos acontecimientos, Cabezas nos relata los dramaticos acontecimientos ocurridos aquella noche de120 de octubre de 1937, cuando miles de combatientes y de personas civiles comprometidas con la causa republicana intentan escapar, bien por las montafias o a través del mar. Como recuerda Nicanor Rozada, aquel mes de octubre de 1937 coincidia con otro que estaba marcado a sangre y fuego en la memoria colectiva de los asturianos: El recuerdo de Octubre de 1934 trae a nuestra mente los martires de Carbayin, enterrados vivos, Villafria y el hachu de Mieres, Convento de las Adoratrices de Oviedo, los moros y el tercio, comandante Doval, Nilo Tella y el capitan Marin. Lugares y personajes que los obreros asturianos, futuros combatientes, en fechas no lejanas, habrian de tener presente en otro octubre tragico e inesperado. Este Octubre, el de 1937, habria de marcar el inicio de la mas tragica represion que registra la Historia en esta provincia. No sélo por las victimas habidas, sino por su larguisima duracién. . . . (Relatos 26) Como el resto de los demas puertos espafioles que at’m estan en manos republicanas el puerto gijonés de El Musel esta abarrotado de gentes que luchan por conseguir un espacio en un barco para escapar a la represién. Pero sin un plan previo de evacuacién, la situacién de esas miles de personas se torna desesperada. Pocos dias antes de aquella azarosa evacuacién el presidente del Consejo Soberano, Belarmino Tomas, en un mitin celebrado en el Teatro Dindurra habia pronunciado aquella frase que tan popular se haria después: 101 "Asturianos, combatientes, no hay que mirar al mar, que la lucha esta aqui". Como si la historia se complaciese en gastar bromas pesadas, el mar era ahora la {mica esperanza, de él lo esperaba todo la Espafia republicana. Pero el mar formaba, al mismo tiempo, una barrera infranqueable. La memoria de Cabezas nos transporta a las horas inmediatas antes de iniciarse 1a huida relatandonos como él y todos sus compafieros de redaccion fueron citados la mafiana del miércoles 20 por el periodista Javier Bueno, a la sazon director del diario socialista Avance9. E1 plan de Bueno consistia en salir por la noche en coche hacia el puerto de El Musel donde un barco estaba esperandolos a tal efecto. Por diversas razones relacionas con el desconcierto final provocado por la huida de los mandos politicos y militares, el plan se vio alterado. Bueno les ofrecié entonces partir en el pesquero "Maria Elena" que estaba en el Muelle Chico y tenia previsto zarpar de madrugada pero la oferta fue rechazada a1 juzgar los redactores que era demasiado arriesgado esperar tanto tiempo. El grupo se dirigio a pie esa misma noche hacia El Musel con la idea de embarcar donde pudiesen. Por el camino tuvieron que abandonar a un compaftero de redaccion que era cojo y no podia seguirles el paso. Mas tarde consiguen subirse a un coche que los lleva al Musel. Una vez en el puerto, comprobaron con sorpresa que estaba ya poblado por un barullo inmenso de gentes y automéviles. "Al llegar a la explanada del Musel, el coche tenia que avanzar esquivando a la masa de los que estaban parados con las puertas abiertas y los coches en marcha. Alli estaban todos los automéviles que habian rodado por la retaguardia, desde Irt’m a Gijén. [Ya] [n]o les quedaba suelo para rodar..." (Cabezas, Aeturiae 160-61). 102 Narrativamente hablando e1 puerto de El Musel se convierte asi en un "memory place", no por ser un receptaculo en el que se encarna la memoria, sino mas bien por ser e1 lugar donde esta memoria es elaborada. Es, a1 mismo tiempo, un espacio problematico en la medida en que representa los limites impuestos a la memoria histérica por la nueva Espafia democratica. Este "teatro de la memoria" en el que una vez se represento uno de los momentos mas tragicos de nuestra historia contemporanea es rescatado por Cabezas del olvido al que habia sido condenado restituyéndole e1 valor emotivo y simbélico que tiene para la izquierda asturiana y espafiolalo. Cuando llegaron en el Musel se encontraban ya mas de veinte pesqueros con las cubiertas repletas de personas de pie mientras que el caos reinaba por doquier. Durante todo el dia 20 de octubre no pararan de entrar y salir barcos pesqueros y pequeftos barcos de cabotaje cargados de soldados y fugitivos civiles. El ansia por escapar es grande y las personas pierden los nervios, creando situaciones de gran peligro: "Los embarcados, [como] los que estaban embarcando y los aspirantes a embarcar, gritaban, se insultaban, se amenazaban, incluso con las armas" (Cabezas, Asturias 161). En otra ocasion, "[u]n comandante llego con su unidad y se abr[i6] paso a tiros" (Cabezas, Asturias 161). Otros percances sirnilares se repiten a lo largo del dia, como aquel en el que "[c]entenares de soldados con fusiles y pistolas asalta[ron] los barcos sin esperar tumo ni 6rdenes de nadie" (Cabezas, Asturias 161). Aunque muchos no lo saben la costa asturiana esta siendo patrullada por la escuadra franquista, entre la que destaca e1 crucero "Alrnirante Cervera", un barco y un nombre que permanecera grabado en la memoria colectiva de las 103 sucesivas generaciones de asturianos. Es éste el mismo barco que ya a los pocos dias de la sublevacién aparecia delante de la playa de Gijén y estaba cafioneando la ciudad hasta que se cansaba 0 se le agotaban las municiones. El mismo "Cervera", que apresaba mercantes y aterrorizaba a los pescadores y cuyos cafiones se exhiben en la actualidad como monumento en la capital céntabra. Ademas del "Cervera", Gijén se encuentra vigilado también por el minador "Jupiter" y el bou "Alcazar de Toledo". La costa de Avilés, por su parte, esta siendo patrullada por los bous "Fantastico", "Tito" y, posiblemente, "Tritonia" que hacia poco se habia incorporado a la vigilancia después de haber repostado en Ribadeo. La situacién se vuelve por momentos insoportable, a la tension psicolégica del momento hay que sumar e1 agotamiento fisico de la mayoria de los hombres y mujeres que alli se encuentran. Cabezas consigue meterse con sus compafieros en el "Montseny", un barquito de madera viejo y achacoso que no parece ofrecer muchas garantias. Serian cerca de las once de la noche cuando el barco consiguié poner en marcha sus fatigadas calderas de vapor. La velocidad maxima que podia alcanzar era de siete nudos lo que no auguraba mucho éxito a la expedicion. Uno de los periodistas del grupo, Ovidio Gondi, alarmado ante la descripcién del barco hecha por el patron, cambio en el ultimo minuto de borde y se paso a la cubierta de otro pesquero, que en aquel momento iniciaba la marcha1 1 . El capitan del "Montseny" era José Fernandez, un pescador natural de Gijén que no causaba mucha confianza entre el grupo de periodistas. Para la mayoria de cuantos habian acudido al Musel con el deseo de huir, las pocas 104 horas que duré la travesia fueron de una tension indescriptible. El texto de Cabezas coincide asi con otros testimonios que veremos mas adelante en los que "space rather than time provided the significant markers" para recuperar e1 pasado (Samuel viii). La memoria de Cabezas reconstruye y da vida a aquellos momentos, [t]eniamos conciencia de estar viviendo... una "situacién limite". Nuestros corazones acompasaban los latidos al "sistole" y al "diastole" de los fatigados cilindros del "Montseny". Nos dabamos cuenta de que alli, sobre el Cantabrico, a la luz de una clara luna de octubre, se estaba decidiendo nuestro destino. (Asturias 163-64). El barco es finalmente apresado por la escuadra franquista, hecho que produce en sus ocupantes un estado prolongado de panico. Muchos son incapaces de soportar la idea de ser hechos prisioneros y se vuelven locos 0 se suicidan. Cabezas relata el caso de una de las mujeres que presa de un repentino ataque de histeria se puso a gritar: "'iQué hundan el barco. Yo prefiero morir que caer prisionera!”' (Asturiae 165). Este acontecimiento creo una atmésfera de inquietud y de terror que se contagic’) entre todos los que ocupaban e1 barco. El tumulto, en vez de cesar, fue en aumento. Aquel barco lleno de seres aterrados, parecia la nave de los locos. Un militar sacc’) la pistola contra el patron y le conminé a continuar pasase lo que pasase. Las posibilidades de escapar eran, sin embargo, minimas, y se desvanecieron definitivamente cuando comprobaron que El "Montseny" no era el unico barco apresado por la escuadra franquista. "Los que at’in tuvimos decision para mirar, vimos como los reflectores 105 del barco de guerra descubrian barcos a babor y a estribor. A todos les daban la orden de absoluta inmovilidad" (Cabezas, Asturias 166-67). Algunos de los pasajeros del barco toman una determinacién extrema ante 1a imposibilidad de huir12: Aunque estabamos relativamente cerca unos barcos de otros, nadie hablaba. En las cubiertas de algunos se veian mas mujeres. En el nuestro muy pocas. Observamos algo tragico. Desde que empezé a clarear el dia empezaron a oirse disparos de pistola y verse cuerpos que caian por las bordas a1 mar. Eran los militares que no podian soportar la 'situacién limite'. Corri hacia la proa. Tenia un presentimiento. Llegué a tiempo de ver como mi amigo el capitan se acercaba a la borda y se disparaba la pistola en la sien. (Aeturias 167) Una vez capturado, el "Montseny" fue conducido por el Ciudad de Valencia al Ferrol y después a La Corufia. Mas tarde, los prisioneros seran trasladados a1 campo de concentracién de Cedeira, villa de pescadores abrigada tras e1 Cabo de Ortega]. Alli asistiran por vez primera, entre la incredulidad y el temor, a la ceremonia castrense de arriar la bandera y cantar e1 "Cara a1 sol". Durante este tiempo recibieron la "visita negra" o "cazadores de hombres", como se llamaba también a los grupos de falangistas que llegaban a los campos en busca de prisioneros. Los reconocidos eran trasladados a su lugar de origen para ser juzgados, aunque 1a mayoria nunca llegaban a su destino ya que eran asesinados por el camino. 106 Javier Bueno, por su parte, pudo posponer temporalmente su cita con la muerte, que se verificara e126 de septiembre de 1939 en la carcel de Porlier, pues e1 pesquero "Maria Elena" en el que embarcc’) el periodista fue de los pocos que consiguieron burlar la persecucién de la escuadra franquista llegando a Francia. Segt’m Cabezas, e1 "Maria Elena [ina mandado por un viejo marino gijonés, que supo navegar pegado a la costa y burlar el semicirculo formado en torno a1 Musel por los barcos de guerra italianos y espafioles" (Asturias 163). Marcelino Laruelo Roa rescata otra serie de testimonios que tienen también a1 Musel y al Muelle Chico, como "lugares de memoria". El primero es el del socialista asturiano Avelino Fernandez Cabricano, natural de Barros, cerca de La Felguera y teniente del Estado Mayor del XIV Cuerpo del Ejército. En su testimonio, Cabricano recuerda las horas de angustia vividas en los muelles del puerto asturiano y cuenta las circunstancias de su huida aquel 20 de octubre de 1937. Cabricano consiguio embarcarse en el "Anciola", barco que habia partido del muelle gijonés con mas de doscientas personas y que fue detenido por el minador nacional "Jupiter": Tardé en llegar un coche. Ahi ya empezaron las cosas a torcerse. Fuirnos hasta mi casa a despedirme de mis padres. Serian las diez de la noche y no habia quien se separase, todos abrazados: mis padres, una cufiada, dos sobrinos. Cumplia yo ese dia 23 afios. Por fin, arrancamos para Gijon. Un poco antes de llegar a1 paso a nivel que hay muy cerca de El Berrén, se nos estropeo e1 coche. Pasaban coches y coches y no paraba nadie. Entonces se me ocurrié atravesar e1 coche en medio de la carretera para que tuvieran que parar a la fuerza. Efectivamente, el primer coche paro. Decian que 107 iban llenos, que no nos podian llevar. Bajamos a1 chéfer para que no escaparan. El coche venia lleno y nosotros éramos tres. Entraron ellos dos y yo tuve que venir en el estribo del coche hasta Gijon. Llegamos al puerto y una vez que nos apeamos todos, el chofer tiro e1 coche a la mar. Manuel Suarez Villanueva y yo subimos a un barco, que resulté ser e1 "Anciola". . . . Era una noche serena y el mar estaba en calma. Aparecio entonces un compafiero nuestro de la Academia, Pereda, que era de Madrid. Salimos hacia medianoche. Seriamos doscientos o doscientos y pico a bordo, no lo sé. La mar siguié tranquila toda la noche. Vimos amanecer. Avanzada la mafiana, se averié el barco. Nosotros no sabiamos con exactitud lo que pasaba: "que habia averia", decian ..... Hacia medio dia, avistamos un barco francés,... La gente se puso contenta porque decian que iban a venir a recogernos como naufragos. . . . Y de repente: "ibarco faccioso a la vista!". Se nos cayo e1 alma a los pies. Era el "Jupiter". Vino directamente a por nosotros. Nos ordené poner proa a1 Norte bajo amenaza de cafionearnos,... Disparé unas rafagas de ametralladora de advertencia. . . Abordo del "Anciola", hubo dos o tres que se tiraron a1 mar y uno que se suicido. . .. (citado en La libertad: 446-47) Como ocurrié con la tripulacién del "Montseny", la del "Anciola", después de una breve peripecia por la geografia gallega, acabara en el campo de concentracién de Camposancos. 108 El siguiente texto, titulado Prisionero del odio proviene de las memorias inéditas de José Enrique Llera, otro superviviente de aquellos acontecimientos. A pesar de que las experiencias que narra coinciden y repiten lo contado por otros testimonios, hasta producir la sensacion de estar leyendo un mismo texto, lo introducimos aqui por considerar que cada testimonio es esencial para tener una vision de conjunto: Un grupo de cuatro amigos nos teniamos marcada una meta: llegar a Gijén antes de la rendicion a ver si podiamos coger un barco con el que llegar a Francia, pasar de nuevo a Espafia por la frontera de Catalufia, incorporarnos a1 ejército de la Republica y seguir luchando. Después de mil peripecias y al cabo de dos dias, alimentandonos con manzanas y castafias, llegamos a Gijén la noche del diecinueve 0 e1 veinte de Octubre. En Gijon, e1 espectaculo era dantesco, con el gran resplandor de los depésitos de la CAMPSA incendiados iluminando la ciudad en tinieblas. Por las calles habia personal civil y soldados por miles. Unos, con la ilusion de embarcar; otros, que se marchaban para los pueblos de los alrededores y, otros mas, a esconderse donde buenamente pudiesen. Habia una psicosis general de miedo a la represién; era como un presentimiento que, fatalmente, se cumplié. Fueron muchos miles que, unos por las "checas" de Falange y otros en consejos de guerra sumarisimos, perdieron la vida. A la entrada de Gijén nos dividimos en dos grupos. Dos compafieros de Mieres, de los que nunca mas volvi a saber nada, se 109 dirigieron directamente para E1 Muelle, mientras que el otro y yo nos fuimos para su casa. Gran alegria llevo su madre al verle llegar. Nos dio de cenar y, mientras cenabamos, teniamos los pies metidos en agua caliente con sal, lo cual, como estabamos llenos de llagas de tanto caminar, nos sirvié de gran alivio. Cuando nos dispusimos a partir, la madre, llorando y suplicando, se planté en la puerta y consiguié convencer a su hijo para que se quedara. Marché, pues, solo; desde Ceares en direccién al Muelle. Habia guerreras y gorras militares tiradas por doquier. Los urinarios que habia en el Paseo Begofia estaban atiborrados de ellas. Una vez en El Muelle, me puse en una larga cola que habia para subir al "Maria Elena", un barco del gobierno de Euzkadi que llevaba varios meses en el puerto. Faltarian unas veinte personas para llegarme e1 turno para embarcar, cuando se formc’) un tiroteo. En medio de un gran desconcierto, todo el mundo echo a correr, y yo me refugié en un portal. Cuando renacié la calma y volvi a la zona de embarque, e1 "Maria Elena" ya habia levado anclas, retirado la pasarela, y, poco a poco, se alejaba del muelle, iniciando una singladura que le llevaria a su meta. Afios después, supe que este barco, sobrecargado como estaba y con una gran via de agua en una de sus bodegas, logrc’) llegar a Francia, hundiéndose pocas horas después en el puerto de Burdeos. El cansancio era enorme, pero, no obstante, me uni a un grupo y partimos caminando hacia El Musel, a ver si en este puerto 110 teniamos mejor suerte, pues nuestra obsesién era marcharnos a toda costa. Mas tampoco alli nos acompafiaria la fortuna, y ya no hubo forma alguna de embarcar. (citado en La libertad: 54-55) Después de estar quince dias en la Plaza de Toros de Gijén, Llera Iglesias sera trasladado a un campo de concentracién de Galicia. Finalmente mencionaremos brevemente la experiencia del médico y diputado avilesino Carlos Martinez, que dejo escritas sus memorias en el testimonio titulado mal del sendero. Lo ocurrido con el "Tofiin", barco en el que huia el republicano Martinez, es una historia realmente increible y, si pudiésemos obviar la gravedad de lo que estaba ocurriendo, diriamos que hasta graciosa. El barco fue descubierto a las pocas horas de echarse a la mar por los reflectores del crucero nacional "Cervera". Los ocupantes, como era habitual, fueron deshaciéndose rapidamente de todo lo que pudiese ser comprometedor. Hasta aqui todo era normal, 10 extrafio fue lo que ocurrié después, es decir, que el "Tofiin" no fuese apresado ni escoltado a tierra, lo que posibilitc’) su huida. Esto fue posible, segt’m afirma Martinez, gracias a la persuasion de un tal senor X que consiguié convencer a1 comandante del Cervera de que tanto él como el pasaje que iba en el barco eran personas de orden que huian de los bombardeos de Gijén. El "Tofiin" fue asi, escribe orgullosamente Martinez, e1 unico barco apresado que tras el apresamiento logrc’) escapar, atracando a los pocos dias de su huida en el puerto francés de Lorient. 6.2. Los puertos del Levante Y si e1 drama y la tension pueden ser dos de los vocablos que mejor caracterizan la narrativa de los testimonios asturianos, lo mismo puede decirse 111 de los testimonios en los que se narra la huida hacia los puertos levantinos. En Campo de los Almendros, ultimo de los testimonios que Max Aub 1e dedico a la guerra civil espafiola, aparece la estrecha relacion entre la derrota, con su cumulo de fatalidades, y los puertos del Levante espafiol. El espacio maritimo se convierte en los testimonios de Aub, de Guzman y Leiva en lo que Nora define como "lugar de memoria", es decir, "the official repository and guardian [of memory]" en el que "the [broken] heart of [republican Spain] beats loudest" (III. 9). "Teatro de la tragedia" que ejercera una influencia perdurable en la memoria de la izquierda espafiola: "Este es el lugar de la tragedia --escribira Aub---: frente a1 mar, bajo el cielo, en la tierra. Este es el puerto de Alicante, e1 30 de marzo de 1939. Las tragedias siempre suceden en un lugar determinado, en una fecha precisa, en una hora que no admite retraso" (Campo 326). Como en el puerto asturiano, también en el ambito portuario alicantino reina la confusion y el caos, a lo que hay que afiadir la incertidumbre que se cierne sobre el futuro de los que alli estan refugiados. Aub alude a esta circunstancia, a1 tiempo que denuncia, por medio del juego de palabras, la traicién y el abandono a que han sido condenados los ultimos combatientes de la Republica. El espacio maritimo, premonitoriamente, empieza a parecerles a los alli refugiados, como un gran cementerio: No saben, ni saben qué hacer. Perdidos. Han perdido, estan perdidos... Han caido de la altura de Madrid a la de la huerta de Alicante; verticalmente, como de un cantil altisimo a una playa enorme sin mas salida ni limite que el mar que no es ni lo uno ni lo otro, a menos que les sustente. Estan encerrados, enrejados sobre la dura piedra del puerto. Llegar a puerto, tomar puerto, naufragar en el 112 puerto. En el puerto, hechos unos puercos. Unos puercos perdidos. Despojados, despefiados, perdidos. No muertos, sino rematados, subastados, a tanto 1a libra, a tanto el kilo de republicanos transidos por el agua mansa que sigue cayendo sin ruido sobre la otra, que mirandola bien, parece burlarse de ellos, salpicada. (en italicas en el original 310) E1 puerto de Alicante en Max Aub es el espacio donde se reconstruye "[the] ghostly presence [of the past]". Lugar habitado por las sombras de miles de seres que vagan en la noche como sonambulos y para los que perder la guerra era, hasta hacia muy poco, una idea inconcebible. La derrota ha sido un mazado tan terrible que ha sumido a los vencidos en un estado de estupefaccién que ronda e1 sonambulismo, de ahi el tono fantasmagérico que destila este ultimo testimonio Aubiano dedicado a la guerra espafiola y que se puede observar en pasajes como el que sigue: Aqui, en la noche negra, aquién esta sentado a mi lado?, gquién esta de pie detras de mi? En la noche totalrnente oscura. La noche suele ser algo si tiene algun punto de referencia, una luz. No hay luz, ni en el cielo ni en la tierra. Estoy solo en la oscuridad, siento e1 calor de veinte, de treinta mil hombres a mi alrededor; respiran. En dos o tres kilometros cuadrados; diez, veinte, ochenta, cien mil hombres que estén, como yo, dormidos y despiertos, inméviles y andando, frente a1 mar, esperando. Esperando: gqué? Han dejado, como yo, su vida atras, tras las rejas. Lo que sucede es que estamos en el infierno, o, mejor, esperando entrar en él, que nos 113 den un numero, mal sentados frente a la pared horizontal del mar, esperando turno. Duermo. gNo duermo? Quisiera saber si duermo. Si lo que siento sobre los hombros es mi camiseta, mi camisa, mi chaqueta, mi abrigo. Quisiera saber si estoy dormido o no. Si todos los que estén a mi alrededor estan despiertos o no. Me pesan los parpados y los pies. Quisiera dormir, estar dormido, sonar. Pero no puedo dormirme, sabiendo donde estoy no sé dénde estoy, cémo estoy, qué seré. Ando ---quieto, sentado--- a tientas. gQuién esta a mi lado? Quisiera olvidar e1 olvido. (Campo 316-17) "A memory that will not let up, ---escribe Joan Ramén Resina--- that insists on being there in its paradoxical nonpresence, is the territory of the ghost" (102). El espacio fantasmagérico de estos testimonios es el ambito portuario, lugar por el que pululan los espectros del pasado y entre los que se encuentra muy a gusto e1 escritor Aub, él mismo otro fantasma del pasado: "En el fondo ---escribe--- da gusto estar entre ellos, sin saber quiénes son. Que te posean de verdad estos millares de sombras. Hundirse lentamente mas alla del olvido, en el mar negro, en lo negro de la mar. El olvido de verdad, mas alla del suefio" (Campe 318). E1 libertario José Leiva ha dejado escritas sus experiencias vividas en los puertos de la costa levantina en Memorias de un condenado a muerte. La narracién comienza un 28 de marzo con las fuerzas nacionales entrando en la capital. Leiva ha pasado las ultimas noches en la sede madrilefia de la CNT quemando ininterrumpidamente documentos e informes que pudieran ser utiles para el enemigo. 114 Leiva es consciente de que la derrota republicana es el fin de un suefio personal y colectivo; suefio que se le representa ahora como fuego quimérico de cuyas llamas se desprende un humo sarcastico y despiadado: "Ante mi, las llamas del fuego que consumen e1 archivo [de la CNT en Madrid] se retuercen espasmédicamente, me hacen guir‘ios grotescos y burlones y me dan la sensacién de que se rien a carcajadas cada vez que suena e1 seco chisporroteo" (29). Como corresponde a1 género testimonial, la derrota personal se transforma en una derrota colectiva que deja en Leiva un profundo sentimiento de culpa a la vez que la firme conviccién de que su vida ha quedado irremediablemente devaluada: Yo no quiero ni puedo pensar, pero sé que lo que se esta consumiendo en el fuego es la pagina mas intensa de mi vida, las ilusiones mas puras, los suefios mas luminosos, la obra mas acabada de mi juventud. gQué quedara después si logro escapar de las garras de Franco? Después sera e1 exilio sin juventud, en el que mi espiritu no podra sustraerse a la fatal amargura que producira nuestra derrota total. La gran batalla inutil. . . . (29-30) Desorientado y anonadado ante 1a marcha de unos acontecimientos que escapan por completo a su control, Leiva acaba siendo presa del fatalismo. El estupor que lleva aparejada la falta absoluta de certeza 1e hace enfrentarse a la tragedia que se avecina no desde la perspectiva del sujeto inmerso en el marasmo de la misma, sino desde la de un hipotético testigo que la focalizara desde un plano superior: 115 E1 cielo era de un azul inmaculado. Los arboles, plenos de savia, mostraban e1 magnifico verdor de sus hojas. Se sentia a la naturaleza fuerte, viva, exuberante, generosa. Por doquier, una incontenible ansia de vivir, de gozar. E1 contraste entre el mundo fisico y el mundo humano era tan notorio, tan desequilibrado, tan singular, que tuve la sensacién de que los hombres estabamos representando una farsa, y una farsa, ciertamente, ridicula y grotesca, puesto que el escenario natural no respondia en ningun aspecto a1 artificio que estabamos representando. Decidi anular toda accién volitiva. Quise dejarme llevar décilmente por los acontecimientos. Sucederia lo que tendria fatalmente que suceder. 5A qué, pues, tratar de modificar el curso de la fatalidad? 5A qué, pues, tratar de aplicar moldes de razon a las fuerzas ciegas que los hombres gustan desencadenar? 3A qué podria conducirme el intento vano de buscar leyes y principios a lo que no tenia mas ley ni principio que la propia naturaleza humana? (32) De las aciagas horas y minutos vividos en estos momentos e1 reloj no puede dar perfecta cuenta pues su irnpacto escapa las medidas del tiempo fisico, es decir, del tiempo objetivo de los relojes. Son horas de tristes pensamientos, incertidumbre y desesperacion. La derrota de la Republica, aunque previsible, ha transformado al joven Leiva en un viejo prematuro: Yo también comenzaba a sentirrne viejo. Tenia 1a sensacion de que en esos momentos estaba cambiando mi piel espiritual, como las serpientes cambian su piel fisica en determinadas épocas del afio. 116 Hay emociones particulares que maduran el espiritu mucho mas que afios y afios de existencia. Y horas, minutos y segundos cuya densidad y cuyas dimensiones llenan el ciclo de una vida. (31-32) La derrota ha sido terrible para toda la izquierda espafiola en cuyas filas se encuentra e1 joven Leiva, que se describe a si mismo como "anarquista", "timido", "ingenuo", "romantico" y "carente en absoluto de toda cultura utilitaria" (27). Aquel joven adolescente, que cuenta dieciséis afios cuando comienza la sublevacion franquista, tendra que abandonar e1 colegio a edad temprana para incorporarse al mundo del trabajo donde conocera las agonias y dolores que afligen a su clase. La falta de una educacién formal no le impide, sin embargo, adquirir una clara conciencia de la injusticia social de la que eran victimas las clases subaltemas a las que él mismo pertenecia; conciencia que en su caso fue favorecida y fortalecida por la temprana lectura detextos anarquistas que heredc’) de su padre. De acuerdo a Leiva los pocos libros que su padre le dejé, entre otros textos de Federico Urales y Anselmo Lorenzo, fueron fundamentales para su formacion y su futura adscripcion a la CNT. De la filosofia anarquista lo que mas 1e sedujo, ademas de las posibilidades que ofrecia para establecer una organizacién social mas justa e igualitaria, fue "la radical exaltacién de las cualidades mejores del hombre: [la] bondad, [el] amor, [e1] sacrificio y, por encima de todo, su magnifico optimismo respecto a la naturaleza humana y su supremo culto de la libertad" (26). Pero ahora la posibilidad de conseguir un futuro mas justo y humano se esfumaba ante la dura realidad de la Victoria franquista. Este hecho sume a la 117 voz testimonial en una dolorosa y terrible disyuntiva: escapar para salvar la vida o quedarse y afrontar una muerte segura. Aunque en un principio su juventud e idealismo romantico lo lleve a ver la muerte como algo heroico y deseable, al final la voz del instinto se irnpone: gY si no escapo? iBahl, entonces todo habra terminado. Al fin y a la postre he vivido con intensidad y he dado al mundo, a mis ideales, lo mejor y mas valioso de mi mismo. Me quedé tranquilo un momento. Pero hay algo dentro de mi que se agita, que protesta e incluso me acusa. El interrogante no debe estar bien resuelto. Debo, sin duda, haber falsificado mis sentimientos. Entonces, aplicando mejor e1 oido a mi propio espiritu, siento una débil vocecita que me dice: 'jNo! Es mentira; tu prefieres vivir, tu quisieras vivir, tu suspiras por vivir. Es estupido y loco decir que a los veinte afios se dio a1 mundo y a los ideales lo mejor y mas valioso de si mismo. Estas jugando al héroe y al personaje historico, y tu no eres ni un héroe ni un personaje histérico. (30) Se inicia entonces la huida hacia Valencia: "Para nosotros," escribe Leiva "Valencia, en esos momentos, tenia la magia y la seduccion que la contemplacion de la tierra prometida tuvo para Moisés" (43). La huida se representa como un momento de terrible zozobra ya que con ella comienza la dolorosa experiencia del exilio y la pérdida de las raices que, en definitiva, supone la pérdida de la identidad: 118 Estabamos entrando y viviendo en lo desconocido. No solamente estabamos dejando atras geografias, sino que atras quedaban todos los limites sentimentales, ideolégicos y humanos que habiamos conocido. Ahora no teniamos ningun asidero. Ningun punto de referencia. Estabamos desnudos de toda experiencia y, de la nada, debiamos levantar la arquitectura Calida de una nueva vida. Era simplemente eso: lo desconocido. . . . (41) La urgencia del momento, sin embargo, exige actuar con prontitud y determinacién: "Montamos en el coche y éste arrancé a gran velocidad. Uno de mis amigos se senté al lado del chéfer con un fusil 'naranjero', dispuesto a hacer fuego sobre todo aquél que pretendiera detener nuestro automévil. Empezc’) esa carrera cuya sensacién y cuya angustia permaneceran etemamente en mi espiritu" (33). A pesar de que la ciudad era una colmena de vehiculos que llegaban ininterrumpidamente de todas partes para embarcar, en el puerto de Valencia no se observa ningun movimiento de barcos. "E1 mar se mantenia tranquilo," constata Leiva, dando a los acontecimientos un aura tragica por medio de la personificacién: "con la superficie tersa, sin el menor estremecimiento emocional, indiferente, como los viejos sepultureros, a las congojas humanas" (54). Nadie sabe cuando se podra embarcar, ni, en realidad, si esto sera posible. Mas tarde les comunican que en Valencia no se puede embarcar todavia. Salen, entonces en direccién a1 puerto de Alicante donde, de acuerdo a la informacién que reciben, se encuentran esperando tres barcos con ordenes de recoger a la mayor cantidad posible de gente y dirigirse a Casablanca u otro puerto del Marruecos francés. 119 Era ya de noche cuando abandonamos Valencia. Una enorme fila de coches nos precedia por la carretera. La marcha, a1 principio, tenia que ser muy lenta. . . Cuando nos alejamos unos cincuenta kilometros de Valencia la carretera comenzé a estar mas expedita. Nuestro coche empezé nuevamente a correr vertiginosamente. Volvia la huida desesperada en busca de un nuevo destino. (48-49) La llegada a Alicante no puede ser mas premonitoria. La ciudad se encuentra envuelta en tinieblas y en silencio, lo que lleva a Leiva a compararla con un cementerio. Los que aun permanecen en la ciudad se dirigen apresuradamente hacia el puerto: "Marchabamos con pasé rapido," escribe Leiva "guardando una cierta compostura. Sin embargo, el anhelo de la mayoria hubiera sido correr, ampararse dentro del recinto del puerto, donde no podian entrar jamas los enemigos." (59) Se afirmaba que el puerto habia sido declarado zona intemacional y que 5610 se permitiria la entrada de barcos para recoger a 103 miles de refugiados que se encontraban amontonados de forma inverosimil en el limitado espacio del puerto mediterraneo. Las horas y los dias se suceden, sin embargo, sin que aparezcan los barcos que se esperan. Se sigue manteniendo, no obstante, que las fuerzas de Franco respetaran e1 espacio portuario y no entraran hasta que no se hayan embarcado cuantos lo deseen. La esperanza y la desesperanza se suceden a ritmo pendular en el espiritu de los cientos de miles de personas que aguardan por unos barcos que, finalmente, no llegaran nunca. En los testimonios La muerte de la esperanza y El afio de la victeria, del también periodista anarquista Eduardo de Guzman, se reconstruye 120 narrativamente de nuevo aquel drama que, en lo fundamental, coincide con 10 relatado previamente por Leiva y Aub. El puerto de Alicante, ultimo trozo de tierra espafiola en poder de la Republica, es el "teatro de la memoria" donde cae e1 telon sobre la gran tragedia espafiola. La entrada en el puerto de los buques de guerra nacionales y las tropas de la divisién Litorio mandadas por el general Gambara, el mismo que no pudo hacer honor a su palabra de permitir la evacuacién de todos los republicanos que se quisieran ir de Espafia13, ponia el R.I.P. definitivo a la Segunda Republica y a sus aspiraciones de transformar 1a sociedad espafiola. "Atras, en los muelles," escribe de Guzman en un tono épico y con una prosa embargada por el dolor y la desesperacién dejamos los cuerpos de cuantos no quisieron o no pudieron sobreponerse a1 dolor y vergiienza de la derrota. Junto a ellos, con ello, tan muertos como ellos, quedan nuestras ilusiones de treinta y dos meses de lucha; mas aun, las esperanzas acariciadas amorosamente durante toda la vida por millones de liberales, republicanos, marxistas y libertarios espafioles. Abandonamos el puerto entre una doble fila de soldados enemigos. Caminamos despacio y en silencio. No tenemos prisa por llegar a ningun sitio ni ganas de pronunciar una sola palabra. Cada uno carga con 10 poco que pudo salvar del general naufragio, [...] Muchos van con las manos tan vacias como su propio espiritu en esta hora de hundimiento moral y material. Sobre todos pesa, con mayor carga 121 que los livianos equipajes, 1a abrumadora conviccién de haber sido vencidos. ---Pronto envidiaremos a los muertos. La amarga frase, escuchada momentos antes, continua resonando en mis oidos. Empieza ya a ser realidad para mi. (El afie 11) Como en los otros testimonios, de Guzman juzga la muerte como la salida mas digna y envidia a los compafieros que, como Mariano Vifiuales y Maximo Franco se quitaron la vida en sefial de protesta contra el fascismo triunfante: Envidio con mayor fuerza min a cuantos murieron luchando durante los afios precedentes, con un arma en las manos, alentados por una fe inquebrantable en el triunfo proximo de las ideas regadas con su propia sangre, seguros de que su sacrificio no resultaria estéril. ---Nosotros no tendremos ni siquiera ese consuelo. (Jim 11-12) Testigo y Victima de tales acontecimientos, de Guzman narra magistralrnente en La muerte de la esperanza la ansiosa espera que durante cinco dias mantuvieron los refugiados en el puerto alicantino. De Guzman tiene aun muy viva en su memoria esta experiencia, a la que califica como "el infierno de la esperanza" y compara con las torturas sufridas por los reos de la Inquisici6n14: A mi mente acude de nuevo, igual que en los dias de pesadilla que vivimos en los muelles, un cuento alucinante de Villiers de l’Isle Adam, que describe los tormentos a que la inquisicién somete a una de sus victimas. Con cuidadosa delectacion, convencidos los inquisidores de que los sufrimientos fisicos no son castigo 122 suficiente para sus culpas, afiaden a sus dolores materiales los morales de la esperanza. La noche que precede a su ejecucion, e1 preso puede escapar del calabozo, aprovechando la aparente negligencia del carcelero y recorre diversos pasillos y estancias donde los guardianes duermen placidamente. Se considera libre y salvado cuando gana la calle, para descubrir en el postrer instante la terrible verdad. Arde ya la pira en que han de quemarle vivo y junto a las puertas de la prisién 1e aguardan pacientemente los verdugos que van a conducirle a ella. (El afie 14). Como en el cuento, el cruel trato dado a los defensores de la republica no es para de Guzman producto de la casualidad sino fruto "del refinamiento inquisitorial" (E11139 348). Tan importante como aniquilar a los enemigos, quizas mas aun, es aterrorizarlos, inculcar en su fuero interno 1a certeza de que estén inermes ante la fuerza del victorioso y que de nada les vale 1a resistencia. Como demuestra Reig Tapia en su estudio sobre la violencia y el terror, a1 bombardear Guernica, que estratégicamente no tenia ninguna importancia bélica para el enemigo, e1 ejército franquista pretendia destruir algo mas que un hermoso pueblo vasco. El verdadero objetivo de aquel bombardeo era aterrorizar a la poblacion, para que cesara en su resistencia, y humillar tanto los simbolos, con los que se representaban las libertades y tradiciones del pueblo, como su historia (Vieleneia y terrer 166). La crueldad con la que los vencidos fueron tratados debe ser entendida desde esta perspectiva pues, como escribe el historiador Francisco Moreno, "La violencia fue un elemento estructura] del franquismo. La represién y terror subsiguiente no eran algo episédico, sino el pilar central del 123 nuevo Estado, una especie de principio fundamental del Movimiento" (en italicas en el original 277). Diaz Nosti ha escrito que en el fondo de la ideologia franquista latia un sentido inquisitorial destinado a la persecucién, a la denuncia, a la confeccién de listas negras y a la creacién de tribunales especiales contra los enemigos. Ese sentido racista de la Cruzada queda fielmente representado por los escritos del doctor Antonio Vallejo Négera, a quien la Espafia Nueva galardonara con la primera catedra de Psiquiatria de la Universidad de Madrid. "Corre sangre de inquisidores por nuestras venas --escribi6 en 1938--- y en nuestros genes paterno y matemo restan incrustados cromosomas inquisitoriales" (citado en Diaz Nosti: 71). Y afiade: Quien quiera hacerlo puede tacharnos de retrégrados y obscurantistas, sin que el dictado contenga nuestro impulso propugnador del resurgimiento del Tribunal de la Santa Inquisicién. Una Inquisicion modernizada, con otras orientaciones, fines, medios y organizacién; pero Inquisicién rigida y austera, sabia y prudente, obstaculo a1 envenenamiento literario de las masas, a la difusién de las ideas antipatriéticas, a la ruina definitiva del espiritu de la hispanidad. . . . (citado en Diaz Nosti: 71) Con razén de Guzman equipara la experiencia vivida en el puerto alicantino con la del reo torturado por la Inquisicién. Un tormento que alcanza los mayores grados de refinamiento ya que consiste en parecer que se facilita la huida de las victimas cuando en realidad los cientos de miles de refugiados que se amontonan en el puerto de Alicante no tienen ninguna posibilidad de escapar: 124 Hundidos los frentes entre el 26 y el 28 de marzo, pudimos salir de Madrid cuando e1 enemigo estaba dentro porque dejé abierto un portillo que alimentase nuestras esperanzas. Unas horas después, en Valencia ya, nos dieron seguridades verbales de rapida evacuacién y nos encaminaron a Alicante quienes sabian que un barco de guerra inglés, anclado en Gandia, garantizaba la salvacién de unos cuantos y les libraba de correr nuestra suerte. Luego, en los muelles de Alicante, donde llegan a reunirse mas de veinte mil personas, vivimos durante tres dias interminables una dantesca peripecia. Amontonados en el puerto, sin dormir, sin comer y casi sin reSpirar, ateridos de frio por las noches, empapados por la lluvia a todas horas, aguardabamos con la mirada fija en el mar unos barcos que no llegan. Nuestras ilusiones se desvanecen, destrozadas por una serie interminable de decepciones; pero a cada instante alguien trata de hacerlas resucitar en nuestro pecho con una mentira compasiva o burlona. Por espacio de sesenta y dos largas horas todos ---Consejo Nacional de Defensa, organizaciones internacionales de evacuacién, cénsules alicantinos y militares italianos que a partir de la tarde del 30 ocupan la ciudad se esfuerzan y compiten ---como los inquisidores del cuento francés--- por mantener vivas nuestras ultimas esperanzas. (El afio 15) "For algo llaman alicantina, al engafio, a la treta, a la trampa" (420) escribira Aub en el Campo, aludiendo con ello al mismo sentimiento de engafio de que se hace eco de Guzman. "jPalabras, palabras, palabras...!" exclamara el 125 director de Castilla Libre decepcionado ante tantas promesas que, sin embargo, no alteraron para nada el triste final de aquellos hombres y mujeres desesperados y hambrientos: Frases tranquilizadoras, seguridades verbales, garantias solemnes que alimentan las mas rosadas esperanzas. Pero frente a todas las declaraciones adormecedoras, los hechos concretos y brutales: barcos que viran en redondo al llegar a la bocana del puerto 0 se mantienen al pairo a media milla de los muelles; lento discurrir del tiempo mientras e1 hambre se aduefia de todos y los nervios de muchos saltan, incapaces de soportar la tensién a que se les somete; casos de locura y epidemia de suicidios; hombres desesperados que se tiran al agua 0 se levantan la tapa de los sesos y mujeres desoladas que lloran sin lagrimas y se retuercen las manos con expresién de suprema impotencia. (El afio 15) Hace ya mas de cuarenta y ocho horas que una multitud angustiada y hambrienta espera la llegada de alguna embarcacion que acuda en su ayuda. Sin embargo, los refugiados del puerto observan irnpotentes repetirse, dia tras dia, la misma operacién: barcos que llegan hasta muy cerca de la bocana y que retroceden en el ultimo minuto y se alejan de la costa. El cuarto dia cunde la desmoralizacién y la rabia entre la multitud a1 observar otra de estas operaciones realizada esta vez por una flota de barcos franceses: El chasco se produce en forma semejante a la noche anterior. El supuesto crucero o destructor francés que marcha en cabeza, llegando a trescientos metros del rompeolas, para sus maquinas, 126 primero, y da marcha atras después. Lo mismo hacen los dos mercantes que le siguen... ---;Que me aspen si 10 entiendo! iEsto es ya para morirse...! Es terrible la decepcién general. Si a muchos no les quedan fuerzas ni para expresar su rabia, son mas los que parecen haberse vuelto locos. El muelle entero estalla en gritos y maldiciones. (Le muerte 360-61) Tan extrafio comportamiento es explicado por el almirante de las fuerzas Nacionales, Juan Cervera en sus Memorias de Guerra. Segun éste, para evitar la huida de los ultimos restos del ejército republicano refugiados en el puerto de Alicante, e1 Generalisimo Franco dispuso que la Escuadra cruzara frente a Cartagena y lanzara un avuarnave, decretando e1 bloqueo de la costa todavia no ocupada. Fue fechado e1 avuarnave con fecha de 8 de marzo y en él se declaraba absolutamente cerrada para la navegacién a toda clase de embarcaciones, cualquiera que fuese su bandera mercante, por toda la costa de Espafia del Mediterraneo, comprendiéndose la zona entre Sagunto y Adra, sin que pudiera acercarse barco alguno sin autorizacién del almirante de las fuerzas del bloqueo del Mediterraneo a menos de tres millas de la costa. Cualquier barco que no obedeciera tales 6rdenes seria apresado. También en su articulo 2.° se preveia que frente a la plaza de Cartagena, y a lo largo de una extensién de costa que comprendia desde la Farola Torre de la Mesa hasta Cabo de Palos, habria 127 submarinos nacionales con la orden de hundir a todo barco que intentara aproximarse a la costa, dentro del limite de tres millas, fuese cual fuese su bandera. (citado en Llarch, Batallones: 59) En conclusién, los testimonios de la represion franquista se revelan como "lugares de memoria" (o, tal vez, seria mejor denominarlos "trauma sites" como hace LaCapra) ya que son espacios en que una determinada comunidad de memoria, en este caso la de los que perdieron la guerra, recuerda colectivamente acontecimientos del pasado. La memoria nunca podra olvidar el drama final de la gran tragedia espafiola vivida en los puertos asturianos y levantinos, en los que miles de compatriotas esperaron inutilmente por unos barcos de socorro que jamas llegaron. 6.3. Los campos de concentracién The concentration and death camps of the twentieth century, wherever they exist, under whatever regime, are Hell made immanent. They are the transference of Hell from below the earth to its surface. They are deliberate enactment of a long, precise imagining. Because it imagined more fully than any other text, because it argued the centrality of Hell in the Western order, the Commedia remains our literal guide-book ---to the flames, to the ice-fields, to the meat-hooks. In the camps the millenary pornography of fear and vengeance cultivated in the Western mind by Christian doctrine of damnation, was realized. (citado en Davies: 66) 128 Otro de los "lugares de la memoria" que recuperan estas victimas/testigos/testimonios de represién y muerte son los campos de concentracion. El espacio de investigacion "Linea 900" emitido por televisién espafiola e1 4 de julio de 1999 aporté documentos inéditos y nuevos testimonios que prueban la existencia de estos lugares de tortura sistematica en la Espafia franquista. Creados al final de la guerra, permanecieron en funcionamiento hasta mediados de la década de los afios 40. Se tiene noticia de al menos medio centenar de campos de concentracién en los que vivieron, durante meses, cientos de prisioneros. Algunos historiadores, como Lloan Llarch, calculan el numero de reclusos de esos campos en 700.000 personas; el programa de investigacién menciona, sin embargo, la existencia de 500.000 fichas de prisioneros en 193815. A pesar de estar ubicados, casi siempre, en grandes superficies, el constante incremento de presos los convertia rapidamente en auténticas latas de sardinas, lo que empeoraba aun mas, si cabe, sus condiciones de salubridad. El frio, el hambre y la enfermedad, ademas de la represién, fueron las causas de mortandad que diezmaron indiscriminadamente a la poblacién reclusa. La direccién de todo este complejo aparato represivo corrié a cargo del coronel Luis de Martin de Pinillos y Blanco de Bustamante, que era el Inspector General de Batallones Disciplinarios de Trabajadores y Campos de Concentracién. Segun consta en las instrucciones dadas por el coronel jefe de la Inspeccién de Campos, los prisioneros internados en los campos estaban militarizados y sujetos a1 Cédigo de Justicia Militar y a los convenios de Ginebra. Existia también un reglamento en el que se estipulaba todo lo concerniente a1 régimen y funcionamiento de la vida en un campo de concentracion. Los 129 prisioneros tenian que formar por la mafiana, para izar la bandera, y al anochecer, para arriarla, ademas de otras llamadas a formacién a lo largo del dia. Estaban también obligados a saludar brazo en alto, cantar los hirnnos y dar los tres 'vivas’ de rigor a Franco. De la labor religiosa entre los prisioneros se encargaba el clero castrense, contando con sacerdotes todos los campos de concentracién y batallones de Trabajadores. Asi mismo, la asistencia a misa los dorningos era obligatoria, concurriendo a ella los prisioneros en formacién. 6.4. El campo de los Almendros16 En los testimonios de Leiva y de Guzman hay referencias a este campo de concentracién a1 que fueron trasladados 1a mayoria de los refugiados del puerto de Alicante. Segun Eduardo de Guzman, e1 campo, que estaba en las cercanias de la ciudad, ocupaba 1a mitad de una especie de valle que se extendia entre e1 monte de Santa Barbara y las alturas de Vistahermosa y calcula que su extension debia rondar los tres kilémetros de largo por unos quinientos o seiscientos metros de anchura (_E_la_fig 30). E1 nombre 1e fue dado por los presos debido a la abundancia de almendros que alli crecian. El fruto de estos arboles evitc’) que muchos muriesen de hambre pues "los alrnendrucos van a ser ---aunque ninguno lo sospeche en las primeras horas-- casi nuestro unico alimento durante los seis dias que permanecimos alli" (El_a_r1(_> 31). Estos "almendrucos" supusieron un tenue obstaculo para los soldados del Nuevo Régimen que, segun Leiva, pretendian "desembarazarse de nosotros por inanicién" (77). Sobre el numero de prisioneros que se encuentran en el improvisado campo de Los Almendros no existe certeza absoluta. Si para el historiador Francisco Moreno en el campo alicantino se amontonaban 15.000 prisioneros 130 (281) para de Guzman la cifra pasaba de los 20.000 llegando, muy probablemente, a los 40.000 0 45.000 ya que, segun este superviviente, en Los Almendros estaban detenidos, ademas de los que buscaron refugio en los puertos, millares de personas de los pueblos vecinos, ademas de otros procedentes de todos los frentes de Espafia. Pero si existen dudas sobre el numero de prisioneros no existe ninguna sobre el régimen de detencién, en la que todos los testimonios coinciden. E1 intento de fuga se castigaba de forma inmediata con el fusilamiento. Eduardo de Guzman recuerda uno de los prirneros casos ocurrido en este campo en el que fueron fusilados siete jovenes: "---A1 amanecer fusilaron alli, contra aquella roca y a la vista de todos para que nos sirviera de escarmiento, a siete muchachos. A tres les mataron tumbados en el suelo porque, heridos de gravedad durante e1 intento de fuga, no podian tenerse en pie" (El afio 66). Heliodoro Sanchez, otro superviviente de los Almendros y Albatera, alude a las ejecuciones que se hacian a la vista de todos los presos para que sirviesen de escarmiento: "Presencie tres veces ejecuciones: Formaban a todo el personal y lo alineaban dentro de las alambradas interiores frente a los que iban a ejecutar, pero a nosotros, los aislados, nos ponian fuera de esas alambradas, a unos 100 metros de los que iban a morir" (citado en Suarez: 68). Otro de los hechos que recuerda tanto Leiva como de Guzman y Cabezas son las visitas de los grupos de falangistas que venian al campo a llevarse a sus victimas. Estas "visitas negras", como Cabezas las llama en su testimonio, causaban entre las filas de reclusos estremecirnientos de terror. Llegaban en coche e incluso en camionetas y autocares de los que se apeaban grupos nutridos de individuos, generalmente 131 uniformados con camisa azul y boina roja, correajes nuevecitos y pistolones al cinto. En ocasiones los acompafia algun cura y les escolta una pareja de la Guardia Civil... A 103 pocos segundos empiezan las llamadas por los megafonos. . .. (El afio 87-88). Las primeras presas de "estos cazadores de hombres", o "ruedas de reconocimiento", como también se las llamaba, eran los elementos que se consideraban de mayor significacién o actividad politica, militar y Sindical, como comisarios, militares de graduacion y dirigentes politicos. Junto a estos en orden de importancia, estaban los jueces, fiscales, abogados, policias y agentes del SIM, es decir, toda la estructura judicial encargada de guardar y mantener el orden en la zona republicana. Entre los prirneros ---escribe de Guzman, sefialando algunos de los nombres mas representativos que son trasladados a las dependencias policiales de Madrid--- estan David Antona y José Rodriguez Vega, maximos representantes de la C.N.T y de la U.G.T, respectivamente: Junto a ellos, diputados como Ricardo Zabalza, presidente de la Federacién Nacional de Trabajadores de la Tierra; gobemadores civiles como Antonio Trigo Mairal, que 10 ha sido de Madrid; médicos como Gonzalez Recatero, jefe de Sanidad del Ejército de Levante; numerosos comisarios politicos y jefes militares como Molina y Guerrero que mandaron sendas divisiones; periodistas como Navarro Ballesteros, director de "Mundo Obrero" 0 yo mismo; Manuel Amil, organizador del transporte madrilefio en horas criticas, Julian Fernandez, secretario de la Federacién Local de Sindicatos de Madrid; Leiva, figura descollante en las 132 Juventudes; German Puerta, secretario de la F.A.I; Melchor Baztan, Juan Ortega, Cayetano Continente, Gonzalez Villarreal, Valcarcel, José Garcia, Antonio Paulet y medio centenar mas de valiosos elementos republicanos, socialistas, libertarios y comunistas. (E_l aim 355) Otro tipo de visitas eran las hechas con animos propagandisticos. Diferentes testimonios mencionan las visitas realizadas por grupos de oficiales y soldados italianos de la divisién Litorio, la que mandaba el general Gambara, con fines proselitistas. También los gerifaltes falangistas visitaran los campos y prisiones del nuevo Estado con fines propagandisticos. Uno de los que prirnero que lo hara seré Ernesto Giménez Caballero, director de La Gaceta Literaria. Aquel transfuga de la Republica, teérico de falange y de "la sonrisa del Caudillo", habia escrito un célebre articulo en el que hablaba del "falo incomparable" del "Generalisimo", aludiendo con ello a la estilografica con la que firmaba las sentencias de muerte que todos los dias, a la hora del café, 1e presentaba su asesor juridico Martinez Fuset. Mas que discursos, lo que el surrealista Giménez Caballero echaba por la boca eran exabruptos, segun dejan constancia muchos de los presos del franquismo. De Guzman recuerda uno de los discursos del intelectual franquista. Segun e1 periodista su "perorata" fue "larga, deslavazada, de un barroquismo delirante y casi ininteligible" (ELa_fi_Q 319). Y cuando los presos esperaban ansiosos que hablase del inminente indulto Giménez Caballero sorprendic’) a su forzada audiencia hablando de "los Reyes Catélicos, de la Espafia cesarea y eterna, del imperio que nos llevara a Dios y de la unidad indestructible de las 133 tierras y los hombres de Espafia" (m 319). Finalmente, dirigiéndose a los presos en forma desafiante, abric’) la boca y comenzo a insultarlos: ---Cuando como ahora os miro no veo en vosotros mas que una masa amorfa... No distingo los rostros individuales, las personalidades, los hombres. No sois mas que las moléculas o 103 atomos integrantes de una inmensa mole. Habéis sido derrotados porque teniais que serlo, porque vuestros jefes, dignos jefes de estos rebafios, huyeron cargados de millones luego de aprovecharse de vuestra ignorancia; la torpe mente de unas masas primitivas en cuyo cerebro no brilla la luz de la inteligencia. (El afio 320) Otro prisionero, Leiva, resume de forma diafana, igual que el anterior, e1 género de oratoria que tenian que soportar los reclusos de los campos y prisiones de la postguerra. Para Leiva el discurso de Giménez Caballero habia estado plagado de injurias, de humillaciones y amenazas contra los presos politicos. "Hace falta mucho cretinismo y mucha maldad" --escribira lleno de indignacién y desprecio--- "para venir a injuriar, so pretexto de convencer, a unos hombres cornidos de piojos, de sama, de debilidad e inquietud" (99-100). 6.5. Campo de Albatera17 El apeadero Albatera-Catral esta junto a un pequefio grupo de casas. Lo demas, desierto; a lo lejos un plantio enorme de palrneras... Cuatro barracones de madera, dos con literas. Veinte mil metros cuadrados. Alambradas. Millares de prisioneros. ---;Cuantos? 134 ---Pues, por el momento, no lo sé. Dicen que dieciséis o diecisiete mil. (Campe de lee Almendroe 613) Sobre el campo de concentracion de Albatera escribe Llarch que "estaba formado por saladares y lagunas arenosas donde se cuajaba la sal en las marismas, formando superficies de terrenos salobrales, que quedaban facilmente inundados por las aguas del mar, causantes de la esterilizacién de las tierras" (Batallones 72). El campo de Albatera fue creado por las autoridades republicanas para la aplicacion de la Ley de Vagos y Maleantes y tenia una capacidad, segun Aub, de 700 presos. A 103 presos nacionales que con anterioridad estuvieron confinados alli se les habia encomendado la mision de volver fértiles aquellos ingratos terrenos. Los testimonios aportados por diferentes prisioneros atestiguan la diferencia de trato que recibieron los enemigos politicos de la Republica durante su cautiverio en aquel campo. Los hombres que la Republica recluyé alli, comenta A. Barrena, que dice haber recogido tal informacién de un prisionero de los "rojos", tuvieron un trato bastante bueno: "Se les exigia trabajar pero se les permitia que sus familiares o caso de visitarles algunas amistades, se les toleraba que comieran con ellos fuera del Campo e incluso pernoctar en el exterior, bajo la condicién de presentarse a1 trabajo sin falta al dia siguiente" (citado en Llarch, Batallenes: 165). En la misma linea se manifiesta Eduardo de Guzman que asevera que ninguno de los presos "se quejaba, porque en el campo disfrutaban de mayores libertades que en cualquier prisién. Comian relativamente bien --- que su racionarniento era superior a1 de la poblacién civil-u, recibian abundantes 135 paquetes y comunicaban sin vigilancia ni cortapisas con sus familiares, pudiendo incluso acompafiarles a la estacion 0 al pueblo" (El afio 193). Pero, en adelante, en su nuevo periodo bajo la Espafia nacional e1 campo de Albatera se haria tristemente famoso por su dureza. El panorama que ofrece tiene poco de atractivo: "Una dilatada llanura en la que sélo crecen matorrales y piteras y en el que destacan algunas palmeras muy espaciadas entre si" (de Guzman, m 180). El campo no tiene agua potable y hasta que el camién cisterna llegaba y depositaba el suministro en los depésitos del campo podian pasar semanas enteras sin que los presos viesen tan preciado e indispensable liquido. A1 tormento del hambre se unia ahora el de la sed. No es de extranar que la perspectiva para los alli recluidos no resultase muy halaguefia, como se puede deducir de este pequefio intercambio, cargado de humor negro, que el periodista Eduardo de Guzman escucha y transcribe: --—Empiezo a vislumbrar la esperanza de que no nos maten de hambre. ---gPor qué? ---Porque antes nos moriremos de sed. (m 188) Sobre el numero de prisioneros de este campo también hay discrepancias. Angel Suarez habla de diferentes testimonios recogidos por el CICRC (Comisién Intemacional Contra el Régimen Concentracionario) cuyas cifras van de 8.000 a 17.000 mil prisioneros. De nuevo el que fuera director de Castilla Libre ofrece numeros mas abultados ---Guzman habla de 18.000 a 20.000 personas (E13319 189), 10 cual concuerda con algunas de las ultimas tendencias en las investigaciones sobre la represion franquista. "[L]a linea de investigacién 136 histérica parece claramente definida:--- escribe e1 historiador Francisco Moreno--- los datos tradicionales son casi siempre corregidos a1 alza, en cuanto a la represién franquista, y corregidos a la baja, en cuanto a la represion republicana" (410). Por lo que respecta al régimen de detencién no hay diferencias con el campo de Los Almendros: la alimentacién "una lata de sardinas de 100 gramos y un panecillo negro de un peso aproximado a 103 300 gramos que debia partirse entre cinco" (citado en Larch, Batallones: 167). Fusilamiento inmediato de los que intentaban evadirse. "En mi experiencia como prisionero", comenta A. Barrena "fui testigo de una docena de fusilamientos, todos ellos a causa, segun se dijo, de intentos de fuga" (citado en Llarch, Batallones: 169). En Albatera se llega incluso al macabro espectaculo de obligar a los presos a desfilar delante de sus compafieros muertos para que sirviera de escarmiento y acabar asi con las fugas. En lo que respecta a las famosas visitas de las comisiones de busqueda y captura, el campo de Albatera fue, si cabe, peor que Los Almendros. Relata de nuevo de Guzman que durante su estancia alli, una de las grandes torturas "sobre todo en la etapa de ayuno absoluto, cuando dificilmente podiamos mantenemos en pie y el agua caia sobre nosotros, calandonos hasta los huesos, era permanecer varias horas cada dia formando mientras los que en el Oeste americano llamaban 'cazadores de hombres' pasaban lentamente mirandonos a las caras con gesto despectivo y cubriéndonos de insultos" (E_l_a_fte 295). Mas tarde, para facilitar la tarea de reconocimiento de las comisiones, el campo de Albatera fue dividido en dos. Los reos eran obligados a pasar por un pasillo hecho en el medio que acababa en un porton estrecho al que los presos habian 137 puesto el nombre de "puerta de arrastre" aludiendo sarcasticamente con ello al final que les espera a los que lo cruzaban (Aub, Campo 620-21). 6.6. Camposancos Camposancos ocupa un lugar destacado en la memoria colectiva de la izquierda asturiana. Este campo de concentracion, antiguo monasterio situado junto al pueblo pontevedrés de La Guardia que fue convertido en colegio por los jesuitas en el siglo XIX, era considerado por los presos asturianos como la antesala del infierno ya que alli funcionaba el Tribunal Militar Numero 1 de Asturias, por el que tenian que pasar todos los presos asturianos recluidos en los distintos campos de Galicia para ser procesados y, en la mayoria de los casos, condenados a muerte. Segun comenta Cabezas el nombre del lugar se pronunciaba, en Asturias y en toda Galicia, con horror. Con razén e1 periodista gijonés Vega Pico reacciona de forma tan pesimista a1 recibir la noticia del traslado a Camposancos de su compafiero Cabezas: "Este viaje nos acerca a lo definitivo. Como en el 'Infierno' de Dante, cada nuevo circulo nos traera una mayor desesperanza" (Asturias 277). La mencion de Vega Pico no es gratuita ya que Camposancos si no era e1 infierno se le aproximaba mucho. Una vez atrapado por la burocracia de los tribunales franquistas era aconsejable abandonar toda esperanza pues las posibilidades de salir indemne eran muy escasas. La falta de piedad del Tribunal Militar Numero 1 de Camposancos era de conocimiento publico, como se trasluce del comentario de unas mujeres del pueblo que, sabiendo e1 destino de los periodistas asturianos, comentan con marcado acento gallego: "iAy, cuitados!" "Alla matanlos a todos" (Cabezas, Asturias 206). 138 El testimonialista presenta asi una escenografia tétrica acorde con la terrible fama que tenia el lugar. Ya antes de llegar a Camposancos, Cabezas y su compafiero, Vega Pico, son advertidos de lo que les espera en aquel lugar. Al parar en Tuy para hacer noche, los periodistas son recluidos en la carcel provincial donde conocen a Pedro, un maestro asturiano que se ha trastornado porque han fusilado a su padre por confusion cuando él era el condenado a muerte. Segun Pedro por aquella celda han pasado mas de un centenar de asturianos que ya dan malvas, geranios o simples hierbecitas en cementerios de Orense, Pontevedra, Tuy, Redondela y algun otro. Los que estamos aqui somos 'Desechos de tienta'. Todos pasaron aqui su ultima noche en el mundo. Este fue su Huerto de los Olivos pero sin olivos (Cabezas, Morir 281) Y si las palabras del orate no fueran suficientes para convencemos, nada mejor que presentar una estampa mas macabra aun en la que aparecen unos reclusos construyendo féretros de pino. Resumiendo para concluir este apartado, mantenemos que los escenarios que aparecen retratados en estos testimonios son "lugares de memoria" porque son espacios que van mas alla del mero ambito fisico para convertirse en simbolos de la gran tragedia espafiola. Si, como sefiala la critica Christina Duplaa, en la narrativa de Monserrat Roig los patios interiores o galerias y balcones estan asociados con la sumisién de la mujer a1 orden patriarcal burgués, en la narrativa testimonial de los sobrevivientes de la represion franquista e1 espacio portuario esta asociado con el dolor de la derrota y la represién. En estos 139 "lugares de la memoria" se dramatiza la pérdida colectiva de un ideal que, como escribe de Guzman, fue acariciado "amorosamente durante toda la vida por millones de liberales, republicanos, marxistas y libertarios espafioles" (fla_fi_o 11). A través de estos enclaves e1 sujeto colectivo, es decir, los sobrevivientes de aquellos acontecimientos, re/construyen su pasado y, al hacerlo, perpetuan su memoria. 140 Notas del Capitulo 3 1 Maria Moliner describe 1a "teleologia" como una disciplina perteneciente a la metafisica. En una segunda acepcion la palabra aparece definida como "[d]octrina filoséfica de los 'finalistas', que, por oposicién a1 mecanicismo, sostiene la existencia de una finalidad en la marcha del universo" (Diccionario de use del Eepafiel 1280). Segun Norman J. Wilson, "Teleology involves uncovering great developmental patterns in history that show either progress or decline" (7). 2 En este trabajo consideramos equivalentes términos como "memoria colectiva", "memoria histérica" y "memoria social". Todos estos términos tienen la virtud de capturar 1a naturaleza social y colectiva de la memoria, de la que indefectiblemente se desprende e1 contenido histérico que, segun Aguilar Fernandez, representa la memoria que una comunidad tiene de su propio pasado. 3 Aunque aceptada hoy como un elemento indispensable para reconstruir e1 pasado, algunos criticos han comenzado a sefialar los riesgos que la fascinacién y la nostalgia por el pasado puede acarrear. Ya Nietsche advirtié sobre los peligros de recordar demasiado, oponiendo a los poderes del recuerdo los mas beneficiosos del "olvido": "Now this naturally forgetful animal, ---escribe en Genealegia de la meral--- for whom oblivion represents power, a form of strong health, has created for itself an opposite power, that of remembering, by whose aid, in certain cases, oblivion may be suspended... (citado en White: 337). Para Charles S. Mair, la industria de la memoria que florece en la actualidad es el producto de una fijacion enfermiza causada por la desaparicién del estado- nacién. El territorio nacional era, segun este autor, e1 ambito en el que se 141 configuraba el proyecto individual y colectivo. La crisis del estado-nacién, razon por la cual se ha convertido en un "site of memory", ha acarreado una profunda crisis de identidad y de confianza en el futuro. Norman J. Wilson también advierte sobre los peligros del exceso de memoria cuando escribe, resumiendo las ideas de Nietzche, que "memory and action contradict each other, and thus the danger of too much memory would be a culture that cannot act" (5). 4 En concreto, lo que Labanyi escribe en su articulo es lo siguiente: "The sense of place in the films of Erice or the novels of Marsé and Llamazares is extraordinarily strong --but in all cases these are spaces where the possibility of collectivity and communication is denied or at best curtailed" (67). 5 En su trabajo History and Memory Dominic LaCapra relaciona e1 lugar de memoria con el trauma: "a memory site is generally also a site of trauma, and the extent to which it remains invested with trauma marks the extent to which memory has not been effective in coming to terms with it,..." (10). Tal vez sea ésta la razén por la cual los testimonios de la represién franquista han permanecido en el anonimato durante todos estos afios pues, como sefialan al respecto José Alvarez Junco y Edward Baker, el pueblo espafiol ha tendido a crear mas "lugares de olvido" que de memoria debido a lo enconado y violento de sus conflictos colectivos. 6 Sobre Eymar, ha escrito Juan M. Molina lo siguiente: "El coronel Eymar es el jefe de ese tribunal de la Primera Regién Militar. El coronel Eymar ha eclipsado 1a figura del inquisidor Torquemada. Torquemada, durante su ejercicio, hizo quemar vivos ocho mil ochocientos espafioles. Los condenados a muerte por el coronel Eymar y ejecutados pasan de doce mil. Tal vez muchos mas" (83-84). 142 7 Sobre el trato dado por el gobierno francés a los exilados republicanos ha escrito Francisco Moreno unas palabras que merecen ser recogidas aqui: "Que 1a Espafia de Franco tratara como hemos visto a los republicanos vencidos cabe dentro de cierta logica, pero que la Francia democratica recibiera con golpes, alambradas y exterminio a los republicanos espafioles es algo que la historia contemplara siempre con escandalo y estupor" (283). Aun hoy no se pueden mencionar sin vergiienza los nombres de tantos campos con nombre de apeadero, de playas de vacaciones, como Argeles-sur-Mer, Saint-Cyprien, Prats- de-Mollé, Bacarés, donde los ultimos guerreros de la legalidad republicana, rebautizados por la prensa francesa como "la haz de la tierra", fueron recibidos por una falange de guardias de trafico, de gendarmes, y de senegaleses como material defectuoso, carne averiada lista para su destruccién. Segun Arthur Keostler, en el cementerio del campo de concentracién de Vemet, en Ariege, "Las primeras hileras de cruces llevan nombre y apellidos espaftoles. No hay ninguna inscripcién, pero uno de los prisioneros, José, 0 Diego, 0 Jesus, esculpié con su navaja en la madera: 'Adios, Pedro. Los fascistas querian quemarte vivo, pero los franceses te han dejado morir de frio en paz. Pues viva la democracia'" (citado en Thomas: 22). 8 Sobre el numero de personas que se encuentran atrapados en el puerto de Alicante hay bastantes discrepancias. Solé i Sabaté y Villarroya hablan de 15.000 (Vietimee 272); la misma cifra ofrece Secundino Serrano en su reciente Maguis. Hie teria de la resistengia antifranquieta (69). Eduardo de Guzman menciona mas de 20.000 (£1.1le 14) mientras que Leiva habla de 30.000 refugiados en el puerto de Alicante (Memeries 54). 143 9 Los periodistas, junto a los maestros, fueron de los prirneros gremios depurados por el nuevo régimen. La ley del 24 de mayo de 1939, firmada por el ministro de Gobernacién y de Prensa y Propaganda, Serrano Sufier, requeria a todos los periodistas para que se presentasen a los jefes provinciales de Prensa, ante el que deberian hacer referencia tanto de su actividad laboral como de su pertenencia a partidos y sindicatos. Eduardo de Guzman ha publicado una larga lista con los nombres de los periodistas represaliados en Madrid (mum n° 710, 4-XI-1976). La lista de de Guzman comienza con el nombre de Javier Bueno, que fuera director de Am y Claridad y presidente de la Asociacién de la Prensa de Madrid. Javier Bueno fue una de las personalidades mas importantes de la izquierda asturiana. Habia llegado a Asturias en 1933 y se convirtio en un corto periodo de tiempo en una de las cabezas mas importantes y visibles de la revolucién del 34. Segun relata Paco Ignacio Taibo 11 en su espléndida obra en dos volumenes dedicada a la revolucién asturiana (Asturias 1934), Bueno habia puesto como condicion para aceptar la direccién de Avance tener un conocimiento previo de Asturias y del movimiento obrero regional. Con esta idea en mente e1 periodista "Recorrié las cuencas mineras, asistié a reuniones, hablé con los trabajadores, presencié asambleas, caminé por los pueblos, visitc’) las fabricas y las bocaminas... Mas tarde diria ---escribe Taibo II--- que habia sido ganado por este contacto vivo con los trabajadores para el socialismo... Para e1 socialismo entendido a la asturiana" (Aeturias I. 35). Sobre la muerte de Bueno hemos encontrado versiones contradictorias. Segun el testimonio de Cabezas, a1 caer e1 frente Norte, Bueno escapé a Francia 144 en el pesquero "Maria Elena" volviendo a Espafia a1 poco tiempo para encargarse del periodico madrilefio Claridad. Casi dos anos mas tarde Cabezas lo encontrara en la carcel de Porlier adonde fue a parar después de que la embajada panamefia, en la que él y muchos otros comprometidos politicamente con la Republica se habian refugiado, fuese asaltada por una patrulla del Tercio. Cabezas asegura que Bueno fue fusilado e126 de septiembre de 1939 y afiade que sus restos fueron enterrados en una fosa comun en el Cementerio del Este (hoy de la Ahnudena). Mirta Nunez Diaz-Balart corrobora esta version y ofrece como prueba la exhumacién del cadaver del periodista, que se hizo afios después para trasladarlo de la fosa comun donde se encontraba en el Cementerio del Este. La forma, que no la fecha, es puesta en tela de juicio por Damian Rabal, yerno de Bueno y hermano del actor Paco Rabal. En la entrevista que mantuvo con Daniel Sueiro, Damian Rabal afirma que tiene casi la completa seguridad de que su suegro fue ejecutado a garrote vil. Tampoco esta de acuerdo con esta version Manuel Grossi Mier, que escribe que Javier Bueno fue hecho prisionero a1 no poder salir de Madrid y "fue condenado a muerte por garrote vil, condena criminal, llevada a cabo en la carcel de Madrid en 1939" (citado en Diaz-Balart: 14) En el Archivo General de la Administracién del Estado, sito en Alcala de Henares, hemos encontrado e1 expediente de "Responsabilidades Politicas" de Javier Bueno. La ley sanciona retroactivamente a1 periodista madrilefio a la pena capital por su participacién "en la revuelta marxista que ensangrenté Asturias en 1934" y por dirigir los periédicos marxistas Claridad y Avance. La impronta de Bueno en el movimiento obrero asturiano queda confirmada por el discurso que despliega el expediente militar, en el que se acusa a Bueno de excitar a toda clase 145 de desmanes a los elementos rojos, sobre los que se dice ejercia una inusitada influencia. Por este motivo, continua el informe, "el Ayuntamiento rojo de Madrid dio el nombre del procesado a la calle de esta Plaza denominada Divino Pastor". Sin embargo, e1 expediente no despeja las dudas sobre el procedirniento utilizado en el cumplimiento de la pena capital ya que en él 5610 se constata que la sentencia fue cumplida el 27 de septiembre de 1939. 10 Josep M. Solé i Sabaté y Joan Villarroya se hacen eco de otro "lugar de memoria" de la izquierda asturiana, el puerto de Tazones, por el que intentaron escapar en enero de 1939 cerca de 700 huidos que habian quedado atrapados en las montafias asturianas. Para una explicacién mas detallada de lo sucedido aquel 14 de enero de 1939 en la playa de Tazones Véase gPor gué sangre la mentafia?, de Nicanor Rozada. Es relevante sefialar a este respecto la divisién temporal que Francisco Moreno hace entre "huidos" y "guerrilla". Segun este historiador, el primer periodo, el de los "huidos", abarcaria de 1939 a 1944 y tendria un marcado cariz defensivo. El periodo de la "guerrilla", propiamente dicha, comprenderia desde 1945 a 1950 y seria mas ofensivo. 11 El periodista Ovidio Gondi se radico en México, siendo jefe de redaccién de la revista Tie—mpg. Gondi era hijo del guerrillero asturiano "Cachupa", autor de innumerables poesias inspiradas en la dura realidad de los huidos. En Rem de una lucha Rozada ofrece algunos poemas dedicados por "Cachupa" a sus compafieros de lucha. Sobre el destino de otro de los componentes del grupo de Cabezas, e1 del dibujante Goico Aguirre, Véase 1a entrevista que sostuvo Laruelo Roa con su hija en La libertad. Otro de los miembros de la huida, Juan Antonio Hernandez, murié ejecutado en Redondela "debido ---como recuerda Cabezas--- 146 "a su obstinacién en presentarse ante el Tribunal Militar que le iba a juzgar dando informacion fidedigna sobre su persona" (Asturias 164). Cabezas y Vega Pico se libraran de la "pepa" gracias a su trabajo en Redencién, 6rgano principal del régimen franquista en las carceles. Por este motivo todos los que han colaborado con esta publicacién han sido acusados de traidores y "arrepentidos". 12 El suicidio fue muy utilizado por los republicanos atrapados en el puerto de Alicante para manifestar su rechazo absoluto a1 franquismo. "Hubo un grupo de varios hombres que, puestos de acuerdo, se subieron sobre una de las grandes pilas de sacos llenos de cereal que alli habia. Se colocaron en estrecho circulo. Y dando sus vivas mas queridas, uno de ellos hizo explotar en el centro una granada de mano que destrozé al grupo. 'Se llegé a rogar publicamente que no se quitasen la vida, al menos de aquella forma'" (citado en Sueiro y Nosty: 1.33). Segun un sobreviviente de aquellos acontecimientos, el estado de animo de las gentes refugiadas en el puerto de Alicante era terrible: ”Todos teniamos 1a sensacion de que nos iban a violar. Tanto es asi, que estaba uno tranquilamente y de repente un tipo se desplomaba y debajo de él aparecia una mancha roja;... Hubieron [sic.] muchos suicidios: unos se suicidaban disparandose y otros tirandose al agua” (citado en Pla Brugat: 106). '3 Sueiro y Nosti (Véase también Zugazagoitia) reproducen los nueve puntos del acuerdo firmados entre e1 general italiano Gambara y el comité de evacuacién que se encargaba de organizar la salida: 1.° Los republicanos espafioles permanecerian en el puerto sin poder salir a la capital, excepto los que renunciaran a marchar a1 extranjero. 147 2.° Los republicanos espafioles que desearan permanecer en Espafia abandonarian el puerto y recibirian un salvoconducto con el que podrian trasladarse donde deseasen, sin ser molestados. 3.° Las fuerzas italianas de ocupacién entregarian los viveres que fueran necesarios para el abastecimiento de los refugiados en el puerto, encargandose a1 Comité de su distribucién. 4.° Los republicanos se comprometian a hacer entrega de todas las armas que tenian en su poder. 5.° La custodia del puerto seria ejercida por las fuerzas italianas. 6.° El puerto quedaba declarado zona intemacional, bajo la proteccién del Cuerpo Consular, representado directamente por el cénsul de la Republica Argentina, enarbolando la bandera de dicho pais. (Esta bandera llego a izarse en el puerto). 7.° En la zona intemacional no podrian entrar fuerzas de ocupacion. 8.° La permanencia de los republicanos en la zona intemacional se prolongaria hasta la llegada de los barcos necesarios para su total evacuacién. 9.° El Comité recomendaria a las personas no incursas en graves responsabilidades, que permanecieran en Espana, asegurandoles que serian respetadas. (1.34) 14 El historiador Southworth ha escrito que "...la cruzada es a la guerra lo que la Inquisicién a la paz: e1 Estado, con la aprobacion de la Iglesia, destruye violentamente los enemigos de la fe. El Estado es el que actua, puesto que la Iglesia no puede hacer la guerra" (175). No es de extrafiar, por tanto, que tanto de Guzman, como Leiva, hablen de la Victoria franquista como de la Victoria de 148 una nueva Inquisicién. Para este ultimo los castigos y tormentos que practicaba la Inquisicién tenian su exacta réplica en los torturadores franquistas, descendientes directos de aquellos. "Ejerciendo ese oficio se encontraban en su propio elemento natural" pues, como afiade a continuacién, "En muchisimos aspectos e1 regimen de Franco es un retorno a1 medievo. Y la aplicacién de la maxima: conversion, aunque no fuera mas que de labios para afuera, o exterminio, que a su modo y con las variantes naturales aplicaba Franco, era un remedo de la férmula que con tanto fanatismo catélico aplicaron Torquemada y Portocarrero" (153). 15 La proliferacion de campos de concentracién en el siglo XX, segun Reyes Mate, "no fue un accidente, sino e1 despliegue de una de las posibilidades de la modemidad." Y continua con una serie de preguntas sobre la modemidad cuya respuesta es, cuando menos, inquietante: "gLo sigue siendo hoy?, ganida en la modemidad ese germen letal? Empieza a hacerse camino la tesis, drasticamente formulada por G. Agamben, de que el fascismo no crece 3610 en las turbias aguas del totalitarismo, sino, también, en las placidas del liberalismo. Es una afirmacién osada, pues viene a decir que los muros de separacién entre fascismo y liberalismo son muy delgados, o, si se prefiere, que aquél es la cara oculta de éste" E1 Paie’ Digital (13 mayo 2000). 15 Sobre este campo espafiol y otros campos franceses en los que fueron internados los espafioles del éxodo, Véase la coleccién de textos de Max Aub conocida por el nombre de El laberinto ma’gico. 17 Joan Llarch y Francisco Moreno utilizan los nombres de Albatera y Los Almendros indistintamente para referirse a este campo: "En Valencia se hallaba 149 e1 Campo de Concentracién de Albatera, llamado también de los Almendros" (en italicas en el original) (Llarch, Batallones 71-72). Y Moreno escribe: "otro campo tristemente célebre: el de Albatera 0 Los Almendros" (281). No sabemos a que se puede deber esta confusion en historiadores tan bien informados, pero parece claro que es un equivoco. 150 Capitulo 4: La sociedad disciplinaria 1. Temas y formas de la literatura carcelaria La carcel cumplié una funcion primordial dentro del sistema punitivo establecido por la dictadura franquista. Como apunta certeramente Matilde Eiroa, en aquella Espafia militar, catélica y fascista, la carcel "llegé a convertirse en el eje de una sociedad conscientemente aterrorizada y politicamente inerme" (citado en Moreno: 288). El presente capitulo considera algunos aspectos del universo penitenciario creado por el franquismo a la luz de las interpretaciones avanzadas por Foucault sobre el advenimiento de las sociedades disciplinarias. Conviene, por lo tanto, declarar de antemano nuestra deuda con el estudio Diecipline and Punish, que sirve de hilo conductor a nuestros comentarios y reflexiones. Como se vera a lo largo de este capitulo, los testimonios carcelarios de la lucha antifranquista se componen de elementos muy heterogéneos (poesias, canciones, himnos, elementos autobiograficos, memorias, narraciones, chistes, bromas, etcétera) unificados por un discurso transautorial que reitera una y otra vez los mismos hechos pero en diferentes tonos. Y lo que nos dicen estos testimonios esta relacionado con la represion, con la tecnologia del cuerpo, con la carcel y, también, con los mecanismos de defensa utilizados por los presos para resistir la victimizacién. Otro aspecto que explora este capitulo esta relacionado con la reaccién de la poblacién reclusa ante las técnicas punitivas aplicadas por el franquismo (tortura, malnutricién, incomunicacién, religion, etcétera). E1 capitulo se cierra, por ello, con una seccion dedicada a las estrategias de resistencia adoptadas para 151 sobrevivir en un universo carcelario que buscaba destruir no 3610 al preso politico, sino a todo el conjunto de valores que éste representaba y que, como tal, le daban su verdadera personalidad humana. Aunque son tan viejas como la humanidad, ha sido durante los siglos XIX y XX, periodos que Michael Foucault asocia con el advenimiento y desarrollo de las sociedades disciplinarias, cuando mas se han prodigado las carceles y las detenciones como método punitivo. De acuerdo a George Mikes Never in the past have so many people been in prison--- most of them innocent people in political captivity; never before has prison record conferred such distinction as it now does in so many countries;... There is hardly anyone... who did not lose a relation or a close friend in the Nazi concentration camps; the Communist prisons were full of innocent people..- [T]hink of Franco's prisons in Spain, Salazar's in Portugal, Verwoerd's in South Africa, Nkhruma's in Ghana, Mao's in China and all the prisons in the Arab and Caribbean dictatorships. (viii) Como se puede ver, la carcel se ha convertido en un elemento esencial del paisaje contemporaneo. Y esto a pesar de que, como institucién, su eficacia ha estado siempre en tela de juicio. Las dudas no se desvanecen, sino que aumentan cuando se comprueba e1 cariz represor que ha ido adquiriendo a lo largo de los afios, funcién que, en teoria, estaba muy alejada del ideal rehabilitador que le adjudicaban sus ideologos. Hace ya mas de cien afios que Kropotkin denunciaba el sistema penitenciario como "wrong from the very foundation" y reclamaba su abolicién 152 total por incompetencia: "the more one reflects about the partial improvements which might be made; the more one considers them under real, practical aspects, the more one is convinced that the few which can be made will be of no moment, while serious improvements are impossible" (citado en Hawkins: vii-viii). Kropotkin ofrecia, asi mismo, una vision bastante negativa de sus ideélogos: "the philanthropists who have schemed our prison discipline", a los que describia como "those 'respectable people' who conceal under a Christian exterior a Pharisaic egotism'; and the 'cold' contempt for human nature" (citado en Hawkins: viii). Pero a pesar de las criticas y del tiempo transcurrido, las carceles no 5610 han sobrevivido sino que, como escribe Foucault, se han convertido en "the penalty par excellence" Disci line 232). En palabras de Foucault, "We are aware of all the inconveniences of prison, and that it is dangerous when it is not useless. And yet one cannot 'see' how to replace it. It is the detestable solution, which one seems unable to do without" (Discipline 232). Con razén se ha dicho que el nombre que mas justicia le haria al siglo XX seria "the Age of Prison" (Mikes viii). El considerable incremento experimentado por la poblacién penal desde el siglo XIX hasta nuestros dias ha generado, como consecuencia, un boom de la literatura carcelaria. En Writers in Prison Ioan Davis mantiene que mucha de la mas influyente literatura de la civilizacién occidental ha sido escrita en la carcel 0 en el exilio involuntario. Para Davis seria imposible comprender una gran parte del pensamiento occidental sin tener en cuenta e1 papel central que en su desarrollo ha jugado, tanto a nivel teérico como artistico, la privacién de libertad y el exilio involuntario. 153 Respecto a las particularidades formales de esta literatura, los criticos han sefialado, entre otras, su naturaleza hibrida, es decir, su tendencia a agregar e incorporar formas de muy diversa procedencia. "Prison writings include narratives, confessions, memoirs, autobiographies, poetry, stories, and novels, ranging from biblically-derived allegories of captivity to frequent testimonial accounts of oppression", escriben Janet y Genaro Pérez (12). En otras palabras, la literatura carcelaria, como toda literatura "descentrada", transgrede las tradicionales convenciones literarias y sus rigidas clasificaciones genéricas. Entre los diferentes géneros que pueblan 1a escritura carcelaria, se encuentra el testimonial. Los elementos que distinguen y caracterizan al testimonio han sido ya codificados por un elenco importante de criticos, por lo que no consideramos necesario entrar aqui en mas detalle. Cabe, no obstante, resumir en unos pocos trazos las senas de identidad que lo definen. El primer rasgo distintivo seria el de denunciar una situacién de injusticia y opresién; a ello habria que afiadir 1a concepcion colectiva de la experiencia individual y; finalmente, el deseo de preservar del olvido la memoria de las victimas. Como observa Rene Jara, el yo testimonial se colectiviza en un nosotros conformado por "aquellos que han sufrido el dolor, e1 terror, la brutalidad de la tecnologia del cuerpo; seres humanos que han sido victimas de la barbarie, la injusticia, la violacion del derecho a la vida, a la libertad y a la integridad fisica" (1). Por consiguiente, se puede afirmar que el marco en el que surge la literatura testimonial carcelaria es el de la represién institucionalizada. E1 testimonio carcelario deviene asi en una forma de resistencia contra 1a opresion ejercida desde el poder mismo. Siguiendo a Jara, habremos de afiadir que en el 154 testimonio "[l]as imagenes del dolor y del terror se transmutan... en testigos de sobrevivencia, y su escritura en acicate de la memoria" (1). El testimonio se entrevera asi con la memoria para luchar contra el olvido impuesto por la historiografia de los vencedores. En Resietence Literature, Barbara Harlow dedica un apartado a1 testimonio carcelario y sefiala que éste "narrates the resistance struggles and their separate and combined histories across prison walls and national boundaries" (121). En la misma linea se manifiesta Massimo Pavarini, que sostiene que la escritura carcelaria surge como reaccién a un modelo en el que la carcel "assumes the dimension of an 'organized project for the subaltern social world (citado en Harlow: 123). La escritura carcelaria instrumentaliza la represién de la que es fruto tanto para denunciar, como para documentar el sufrimiento y la resistencia de las clases subalternas. Y esto es asi porque, tal como apunta Jaime Concha, las condiciones que crean los sistemas represivos anulan las diferencias entre lo politico y lo literario y vuelven al punto cero la escritura. "El simple hecho de escribir es, ahora, literario y politico. Todo retorna a la raiz comun, a la raiz comun del lenguaje, la de ser expresién; es decir, lo opuesto y lo que esta en las antipodas de la opresién" (98). Conviene, antes de concluir este apartado, sefialar otros temas que Genaro y Janet Perez apuntan como parte de esta literatura y que son: "prison as redemption, as salvation or its opposite, damnation; as spur to creativity or spiritual void; as purely mechanistic institution, dehumanized degradation without redemptive potential" (10). 155 De lo expuesto hasta ahora se puede concluir que el eje sobre el que descansa la tematica de esta literatura, a la que Kropotkin se referia en tono despectivo como "the bulky literature of prison discipline" (citado en Hawkins: viii), lo forma la carcel y su correlato, e1 cuerpo y el castigo. Todo lo cual nos lleva a1 estudio de Michael Foucault en el que se investiga e1 origen de los sistemas penitenciarios en Europa. 2. E1 advenimiento de la sociedad disciplinaria y la literatura carcelaria. Michael Foucault cifra e1 nacimiento de la sociedad disciplinaria a finales del XVIII, pues es durante ese siglo cuando se establecen los mecanismos y las instituciones asociadas con este tipo de sociedad. Respecto al tipo de disciplinas, Foucault distingue entre dos tipos: There are two images, of discipline. At one extreme, the discipline- blockade, the enclosed institution, established on the edge of society, turned inwards towards negative functions: arresting evil, breaking communications, suspending time. At the other extreme, with panopticism, is the discipline-mechanism: a functional mechanism that must improve the exercise of power by making it lighter, more rapid, more effective, a design of subtle coercion for a society to come. The movement from one project to the other, from a schema of exceptional discipline to one of generalized surveillance, rests on a historical transformation: the gradual extension of the mechanisms of discipline throughout the seventeenth and eighteenth centuries, their spread throughout the 156 whole social body, the formation of what might be called in general the disciplinary society. (Discipline 209) La sociedad franquista, como veremos a lo largo de los testimonios carcelarios, conjugc’) ambos proyectos en sus inicios, balanceandose entre uno y otro a lo largo de los afios. Con el tiempo, sin embargo, iria abandonando e1 "bloqueo" en beneficio del panopticismo. Foucault sefiala que con el advenimiento y proliferacion de las instituciones disciplinarias e1 cuerpo pierde la centralidad que ocupaba en el enjuiciamiento criminal. Por otro lado, la conceptualizacién del "crimen" y la metodologia para su castigo sufren también transformaciones importantes debido a que se pasa de un sistema penal, que descansa sobremanera en la ejemplaridad publica del castigo corporal, a otro que enfatiza mas e1 juicio y la sentencia, 0 sea, la naturaleza no corporal del castigo. El cambio de modelo disciplinario estuvo, naturalrnente, supeditado en su base a las concepciones y necesidades econémicas del Estado burgués. Pero no hay que desatender tampoco otros motivos que, sin ser propiamente econémicos, actuan sobre el proceso material de la sociedad. Uno de ellos fue la progresiva toma de conciencia, por parte de la burguesia, de que la violencia publica ejercida sobre el cuerpo del condenado, ademas de ser un método muy poco practico de control politico, era un espectaculo que podia despertar en la poblacién un espiritu de rebeldia y solidaridad con "el criminal", amenazando asi su status quo. Como sefiala Foucault, It was as if the punishment was thought to equal, if not to exceed, in savagery the crime itself, to accustom the spectators to a ferocity 157 from which one wished to divert them, to show them the frequency of crime, to make the executioner resemble a criminal, judges murderers, to reverse roles at the last moment, to make the tortured criminal an object of pity or admiration. (Discipline 9) Una vez comprendidos estos peligros, e1 poder empieza a sustituir e1 castigo corporal por la carcel, en la certeza de que la prisién es la mejor solucion para sus intereses. Como apunta Foucault, "The prison, that darkest region in the apparatus of justice, is the place where the power to punish, which no longer dares to manifest itself openly, silently organizes a field of objectivity in which punishment will be able to function openly as treatment and the sentence be inscribed among the discourse of knowledge" (Discipline 256). Desde entonces, e1 castigo fisico ha ido progresivamente desapareciendo hasta llegar a la sociedad actual en la que "the torture body... [is] avoided; the theatrical representation of pain... [is] excluded from punishment" (Foucault, Dig’pline 14). La desaparicion del cuerpo de la Victima como la fuente principal de la represién penal "... marks a slackening of the hold on the body" (Foucault, Diecipline 10). Ya no se busca destruir e1 cuerpo transgresor por medio de una venganza ejemplar, sino confinarlo en la prisién donde se lo separa, clasifica e investiga para extraer de él conocimiento y poder. Como deciamos, estas transformaciones conllevaron, a su vez, un cambio tanto en el objeto como en la metodologia del castigo. En las sociedades contemporaneas la tecnologia del castigo ya no apunta tanto al cuerpo sino a1 alma, no a lo ejemplificador sino a lo correctivo. El principio queda claramente expresado por Mabbly: "'Punishment, 158 if I may so put it, should strike the soul rather than the body (citado en Foucault, Die' cipline: 16). No obstante, e1 sistema punitivo no abandonara enteramente el uso del cuerpo como método sancionador. De hecho, como precisa Foucault unas lineas mas adelante, la justicia aun depende, en cierto grado, del castigo corporal para su eficacia: the hold of the body did not entirely disappear in the mid- nineteenth century. Punishment had no doubt ceased to be centered on torture as a technique of pain; it assumed as its principal object loss of wealth or rights. But a punishment like forced labour or even imprisonment ---mere loss of liberty--- has never functioned without a certain additional element of punishment that certainly concerns the body itself; rationing of food, sexual deprivation, corporal punishment, solitary confinement... There remains, therefore, a trace of 'torture' in the modern mechanisms of criminal justice ---a trace that has not been entirely overcome, but which is enveloped, increasingly, by the non- corporal nature of the penal system. (Discipline 16) Como hemos visto, 1a "humanizacién" del castigo, mas que ser el resultado de un cambio en la sensibilidad colectiva 0 en los procedimientos penales, forma parte de las nuevas tacticas politicas con las que el Estado burgués pretendia afianzar su poder en unos siglos de grandes transformaciones y cambios. Esta nueva reconfiguracién del poder burgués se opera a través de diferentes 159 mecanismos ideolégicos (i.e.: las doctrinas del humanismo y del igualitarismo base del complejo cientifico-legal utilizado para justificar los nuevos métodos punitivos) con los que se materializa una ruptura efectiva con la legislacién del Antiguo Régimen. Como asevera Foucault, "'Enlightenment', which discovered the liberties, also invented the disciplines" (Discipline 222). Segun e1 estudio de Foucault, la llamada "sociedad panéptica" surge como resultado de las transformaciones operadas en la conceptualizacién del "crimen" contra la propiedad privada, pilar del modelo de produccién capitalista: "In the late 18th century, an organized police apparatus, statistical information on the population, an increase in wealth, and moral value imposed on property relations placed everyday behaviour under surveillance" (citado en Horrocks y Jevtic: 115). O, dicho en otras palabras, [pluesta 1a riqueza en manos del productor directo bajo la forma de utiles de trabajo y materias primas, e1 regimen burgués debié constituir un sistema de vigilancia individual y continuo ofrecido a la mirada de todos en prevencion a cualquier substraccién realizada por todo trabajador que se convertia en un depredador posible. Es probable que la constitucién de un poder central, de un sistema de intercambio, de la divisién del trabajo y hasta el eclipse de dios jueguen también su parte en esta alteracién que ha conducido al capital al proyecto insolente de invadir la totalidad del tiempo de vida y de los cuerpos. (Pérez Cortés 125) La tortura y las ejecuciones publicas son manifestaciones muy rudimentarias del capitalismo europeo, periodo descrito "[as] a system of 160 production in which labour power, and therefore the human body, has neither the utility nor the commercial value that are conferred on them in an economy of industrial type" (Foucault, Discipline 54). En el caso espafiol que aqui trataremos, esta etapa se podria asociar con el periodo inmediatamente posterior al final de la guerra civil, en el que lo econémico no ha estado en relacién directa con la productividad, sino con la lucha de clases, cuya agudizacién fue el origen de la guerra de 1936 y de la instalacién de la dictadura franquista. Mas tarde, una vez hecho e1 "escarmiento", e1 franquismo recuperara, a través del régimen de trabajos forzados, una mano de obra necesaria para reactivar e1 proceso productivo de la economia capitalista. Como sefialan Rusche y Kirchheimer, los objetivos del castigo cambian a medida que se producen transformaciones socioeconémicas que afectan a la sociedad. Fueron estos autores los prirneros en establecer una relacién entre los métodos punitivos y los diferentes modos de produccién. Segun su teoria, ...in slave economy, punitive mechanisms serve to provide an additional labor force ---and to constitute a body of 'civil' slaves in addition to those provided by war or trading; with feudalism, at a time when money and production were still at an early stage of development, we find a sudden increase in corporal punishment --- the body being in most cases the only property accessible; the penitentiary (the Hopital Général, the Spinhuis or the Rasphuis), forced labor and the prison factory appear with the development of the mercantile economy. But the industrial system requires a free market in labor and, in the nineteenth century, the role of forced 161 labor in the mechanisms of punishment diminishes accordingly and 'corrective' detention takes it place. (Foucault, Discipline 24-25) Foucault esta de acuerdo con esta proposicién pero subraya la importancia excepcional que el cuerpo sigue teniendo incluso en las modernas sociedades, ya que es en él donde se inscriben las técnicas disciplinarias y se hace visible e1 poder. Como escribe en las paginas iniciales de su estudio, en las actuales circunstancias "the systems of punishment are to be situated in a certain 'political economy' of the body: even if they do not make use of violent or bloody punishment, even when they use 'lenient' methods involving confinement or correction, it is always the body that is at issue --- the body and its forces, their utility and their docility, their distribution and their submission" (Discipline 25). Y esto es asi porque el cuerpo, "the seat of needs and appetites, the locus of physiological processes and metabolisms," "[the] target for the attacks of germs or viruses...", es ademas un importante medio de produccién, "la mano de obra" sobre la que descansa e1 edificio capitalista, de ahi que "power relations have an immediate hold upon it; they invest it, mark it, train it, torture it, force it to carry out tasks, to perform ceremonies, to emit signs" (Foucault, Dis_c_ipline 25). Segun Foucault, "This political investment of the body is bound up, in accordance with complex reciprocal relations, with its economic use; it is largely as a force of production that the body is invested with relations of power and domination" (Digipline 26). Cuanto mas sofisticado es el conocimiento y mayores son los avances tecnolégicos, mas cerca estamos de lo que Foucault llama "the political 162 technology of the body". Esta tecnologia del cuerpo tiene su manifestacién mas I" H concreta en "the 'body politic a set of material elements and techniques that serve as weapons, relays, communication routes and supports for the power and knowledge relations that invest human bodies and subjugate them by turning them into objects of knowledge" (Discipline 28). Junto a la politica del cuerpo, Foucault sefiala también e1 ”panopticon” como parte fundamental en el establecimiento y concrecién de la sociedad disciplinaria. El ”panopticon” nace del afan de control que caracteriza la etapa mas avanzada del capitalismo. Este afan de vigilancia y observacién tiene irnplicaciones inmediatas para todos los sectores de la sociedad, como se deduce de la siguiente explicacién: "The panopticon... is a tower from which warder, doctor, teacher or foreman can spy on and penetrate behaviour. It locates bodies in space, in relation to each other. The subjects under surveillance never know quite when they are being watched, and so effectively police themselves" (citado en Horrocks y Jevtic: 118). El ”panopticon” esta basado en el principio de que todos los cuerpos pueden y deben ser penetrados, estudiados y clasificados: We know the principle on which it was based: at the periphery, an annular building; at the centre, a tower; this tower is pierced with wide windows that open onto the inner side of the ring; the peripheric building is divided into cells, each of which extends the whole width of the building; they have two windows, one on the inside, corresponding to the windows of the tower; the other, on the outside, allows the light to cross the cell from one end of the cell to the other. All that is needed, then, is to place a supervisor in a 163 tower and to shut up in each cell a madman, a patient, a condemned man, a worker or a schoolboy. By the effect of blacklighting, one can observe from the tower, standing out precisely against the light, the small captive shadows in the cells of the periphery. They are like so many cages, so many small theatres, in which each actor is alone, perfectly individualized and constantly visible. The panoptic mechanism arranges spatial unities that make it possible to see constantly and recognize immediately. In short, it reverses the principle of the dangeon; or rather, of its three functions ---to enclose, to deprive of light and to hide--- it preserves only the first and eliminates the other two. (Foucault, Digipline 200-01) 3. Franquismo, panopticismo y testimonio carcelario. El estado policial creado por el franquismo al final de la guerra comparte muchas de las obsesiones de la sociedad disciplinaria dibujada por el estudio de Foucault. Como ésta ultima, la sociedad franquista también estaba obsesionada con la supervisién/sujecién y el "orden". Una de las técnicas mas utilizadas por la sociedad carcelaria, de la que el franquismo es una viva muestra, es la vigilancia. De acuerdo a Foucault, la vigilancia "[is] like a faceless gaze that transformed the whole social body into a field of perception: thousands of eyes posted everywhere" (pm 214). La vigilancia provee a las autoridades en control con la informacién adecuada para separar y segmentar a1 individuo "according to a double mode; that of binary division and branding (mad/sane; dangerous/harmless; 164 normal/ abnormal); and that of coercive assignment, of differential distribution (who he is; where he must be; how he is to be characterized; how he is to be recognized; how a constant surveillance is to be exercised over him... etc.)" (Foucault, mm 199). A Las leyes aprobadas al final de la guerra por el franquismo suponen, de hecho, la implementacion de un proyecto disciplinario que concuerda con la descripcién foucaultiana. Basta recordar, a este respecto, e1 decreto del 26 de abril de 1940 del Ministerio de Justicia en el que se expresa la necesidad de investigar y recolectar datos sobre el periodo republicano, ya que a "...la Historia y al Gobiemo les interesa poseer una acabada y completa informacién de la crirninalidad habida bajo e1 dominio marxista" (citado en Sabin: 55). E1 proceso de criminalizacién del oponente politico, tan necesario, para justificar 1a posterior victimizacién, se inicia asi con el citado decreto, que establece las normas para la formalizacion de un proceso en todas las provincias, una Causa general que deje constancia de todos los actos efectuados por los dirigentes republicanos con el fin de "...investigar cuanto concieme a1 crimen, sus causas y efectos, procedimientos empleados en su ejecucién, atribucién de responsabilidades, identificacién de las victimas y concrecién de los dafios, lo mismo en el orden material que en el moral, contra las personas, contra los bienes, asi como contra la religién, la cultura, el arte y el patrirnonio nacionales" (citado en Sabin: 55). La constitucion de los campos de concentracién tuvo como finalidad, precisamente, la de servir de filtro para la depuracién de las responsabilidades politicas. El franquismo encerré en estas grandes superficies a todo el ejército republicano con el fin de buscar entre sus filas a los comisarios, a los militares de 165 graduacion, a los politicos significados, cargos publicos o personas de historial revolucionario. Es decir, que los campos tuvieron una clara finalidad clasificadora. 3.1. Delaciones y denuncias: dos hitos de la sociedad franquista A la vez que se creaba toda una legislacién para sancionar y depurar a todas las personas contrarias al Movimiento nacional, los servicios de seguridad, la Guardia Civil y la policia, con la ayuda de la Falange, los Sindicatos verticales y otras instituciones, montaban a lo largo y a lo ancho del pais una tupida red de confidentes, soplones, chivatos que tenia como fin "reunir la mayor cantidad de informacién posible para reprimir, controlar y, en algun caso, chantajear a los disidentes" (Alfaya y Sartorius 279). Un ejemplo de este entramado de supervisién y vigilancia fue el llamado Gabinete de Enlace, organo que dependia del Ministerio de Informacién y Turismo. Esta inmensa telarafta, manejada por el ministro Fraga Iribame, trabajaba en conexion con la Direccién General de Seguridad, la Guardia Civil, los servicios de informacién de la Falange, los Sindicatos oficiales, los de la Presidencia de Gobiemo, e1 Servicio de Informacion Militar, etc., ademas de con los restantes departamentos ministeriales, recababa y emitia informacién acerca de personas vinculadas con el mundo de la cultura, e1 espectaculo, los partidos politicos, los colegios profesionales, e1 movimiento obrero, e1 clero de base, etc. (Sartorius y Alfaya 286) Fue impresionante la cantidad de informacién que este Gabinete llegé a acumular sobre los opositores a1 franquismo. De acuerdo a Alfaya y Sartorius, 166 "No hay nada ni nadie que trabajara en el campo de la cultura, de la politica, del sindicalismo, del clero, etcétera, que no contara con una ficha en el Gabinete, con informaciones que no 3610 se refieren a la ideologia o actividades politicas de los sospechosos, sino también a los aspectos de su vida privada, tendencias sexuales, amistades, etc." (288). Como sostiene Moreno, y demuestran estudios como el de Alfaya y Sartorius, en la nueva Espafia franquista "[n]adie estaba seguro de nadie. En el propio bloque de vecinos 0 en la misma calle, todos se hallaban expuestos a las denuncias..., que podian conducir a la muerte" (309). Toda esta proliferacién de soplones fue favorecida por el franquismo que, segun sostiene Juan Antonio Molina, concedia "toda clase de facultades y prerrogativas a los delatores" (162). Nada ni nadie pudo escapar a este afén inquisitorial. La universidad espafiola, por ejemplo, estuvo infiltrada por la policia franquista a través del Sindicato Espafiol Universitario (SEU), Sindicato formado por "chivatos", "soplones y confidentes" que eran "reclutados entre profesores y estudiantes" (Alfaya y Sartorius 50). El SEU disponia de un detallado fichero de cada estudiante, con sus antecedentes politicos y familiares. "Al igual que la policia politica fue modelada bajo la supervisién de la Gestapo alemana después de la visita de Himmler a Espafia en 1941, el servicio de informacién e investigacién del SEU también se modelé Siguiendo las lineas del aparato represivo alemén e italiano" (51), concluyen Alfaya y Sartorius. La induccién, cuando no coaccién, a la colaboracion con el regimen se convirtié, como la tortura, en un pilar central del nuevo Estado. Diego San José narra en sus memorias como la policia le ofrecié atenuar los rigores de su detencién si se prestaba a colaborar denunciando a sus compafieros de profesién. 167 ---Algo hay, sin embargo, que puede mejorar mucho su situacién, y, que, si en otras ocasiones pudiera parecer indigno, en ésta no es sino prueba de lealtad a1 glorioso 'movimiento nacional' y seguridad de que arrepintiéndose de lo pasado, desea usted... colaborar en el engrandecimiento del nuevo régimen, que, ya es inmutable. ---Usted me dira --1e respondi. Y replicé haciendo cada vez mas insinuantes las palabras que iban cayendo de sus labios: ---Dar los nombres de sus compafieros en el periédico y de cuantos usted sepa que han tornado parte muy activa en la desdichada revolucién marxista. ---;Denunciar? ---exclamé. ---En este caso no puede llamarse denuncia ---dijo el sinuoso chupatintas--- sino coadyudar al completo esclarecimiento de los desmanes y crimenes de la horda roja. (30) La tarea de "colaboracién" fue favorecida desde todos los estamentos sociales. No es de extrafiar, por tanto, que la misma prensa, como hace este diario de Mataré aparecido en 1939, pidiese a la poblacién su ayuda para detener a aquellos que "contribuyeron con actos u omisiones graves a forjar 1a subversion roja" (citado en Sabin: 39): La Justicia de Franco necesita y pide la cooperacion de todos los espafioles... 168 Se recuerda y encarece a todas las personas, la obligacién de coadyudar a la accion de la Justicia, en la labor de depurar y sancionar a los verdaderos culpables de toda clase de delitos, saqueos, profanaciones e incendios de Conventos e Iglesias, etc., y asesinatos cometidos en las personas en que los rojos saciaron sus inhumanos y crueles instintos. Se requiere para ello a todos aquellos que, teniendo conocimiento de tales delitos, puedan dar razén de los verdaderos culpables, en los diversos conceptos de autores, complices, encubridores, formulando las denuncias y cargos correspondientes, pasando a1 efecto por las oficinas del Juzgado Militar, calle San Agustin, 25. (citado en Moreno: 309-10) Los estudios sobre la represion de la postguerra exponen claramente el importante papel jugado por las denuncias y las delaciones en la maquinaria de "justicia" franquista. Los "soplones" causaron graves dafios a todas las organizaciones antifranquistas, como a la CNT, que sufrié un total desmantelamiento en 1949 a consecuencia de tales actividades: "En la prisién de Ocafia llegaron a coincidir en 1949 componentes de siete comités nacionales caidos sucesivamente, minados sin cesar por la infiltracién de confidentes de la policia, un cancer que sufria toda la oposicién" (Moreno 404). La historia de la resistencia antifranquista esta llena de paginas heroicas pero también, desgraciadamente, de traiciones y cobardias. Los casos de Eliseo Melis Diaz y de German Gilabert no fueron tan infrecuentes en aquella Espar‘ia dulce y amarga. Eliseo Melis era un militante muy influyente dentro de la CNT y su colaboracion con el jefe de la Brigada Social de Barcelona, Eduardo Quintela 169 Béveda, supuso un gran descalabro dentro de la organizacién confederal. En lo que respecta a Gilabert, éste habia estado condenado a muerte y tras su detencién habia pasado a trabajar con la Brigada Politico-Social. Segun recuerda e1 comunista Miguel Nunez, Gilabert "[f]ue e1 causante de la caida de cientos y cientos de compafieros que habian estado en prisién con él. Centenares en toda Espafia: Andalucia, Asturias, Galicia..." (citado en Rodolfo y Daniel Serrano: 72). Segun el anarquista Juan Garcia Duran, es la figura del "chivato" la que mejor resume lo que fue la dictadura franquista: "El reptil mas venenoso que ha dado esta época es el confidente que arrastra su vientre por las comisarias para dejar su carga de ponzofia y de baba" (101). A pesar de tanta traicion, hay que decir que fue de la poblacién penal de derecho comun de la que, mayoritariamente, se sirvié la administracién penitenciaria para reclutar a los confidentes, esquiroles y matones. No obstante, también acabaron colaborando algunos presos politicos en la creencia de que asi podrian evitar la muerte o, simplemente, las torturas y palizas. Todos ellos se constituyeron asi en el "ejército de reserva del poder", por utilizar una expresién de Foucault. La persona del "chivato , soplén , colaborador , confidente" o "gancho", todos ellos nombres usados en estos textos, es tema de preocupacion y reflexion en todos los testimonios de la represién franquista. A nivel estructura], e1 personaje del "chivato" funciona, junto con la maldad de los policias, guardianes y demas fuerzas represoras, como un elemento contrastante con el que se enfatiza la lealtad de los que, a pesar de todo, no traicionaron la causa del pueblo. 170 De la misma manera que "el rojo" es el Otro radical del franquismo, "e1 chivato" es el Otro radical de los presos politicos. En este sentido, tanto e1 discurso franquista como el de la izquierda, se mueven en un maniqueismo flagrante. Se comprende que los presos politicos no tuvieran ninguna simpatia por aquéllos que, de mano, optaron por la solucién que creian mas facil y ventajosa para ellos: denunciar a sus compafieros. No obstante, hubo otro tipo de "colaboradores" que nada tuvieron que ver con los prirneros y a los que, sin embargo, esta narrativa demoniza por igual. Son los que, por mas que lo intentaron, no pudieron mantener su resistencia fisica y acabaron cediendo. Resulta dificil aceptar que muchos testimonialistas no hagan mayores distinciones entre los prirneros y los segundos. Es sin embargo ésta una actitud que concuerda con el proposito de los testimonios, descrito por Gareth Williams como "the written documentation of socio-political struggle". "In these epic-style testimonios," asevera Williams "lamentation is designed to provide the reader with an exemplary narrative of martyrdom and self-sacrifice, of heroic self- divestment that will serve to inform future generations of their historical patrimony. . (84). Parece, por tanto, légico, que uno de los temas de conversacién mas frecuentes entre los presos politicos fuera e1 relacionado con la traicién y sus causas, como en el caso que a continuacién transcribimos de uno de los testimonios de Guzman: Hablamos, inevitablemente, de los chivatos y de las miles de razones que pueden inducir a un hombre a traicionar y vender a sus compafieros. Coincidimos plenamente en el concepto que merecen los confidentes de cualquier clase y condicién que sean,... 171 Son hierbas perniciosas que conviene arrancar de raiz sin contemplaciones de ninguna especie. Y tan despreciables como ellos mismos las causas que siempre les mueven. (El afio 339) Ademas de los ya citados Melis y Gilabert, otra de estas "hierbas perniciosas" a las que alude la voz testimonial fue el anarquista Amor Buitrago, cuya aficién delatora alcanzé tanta notoriedad que incluso Max Aub se hizo eco de él en su testimonio Campo de los Almendros: "Amor Buitrago denuncié a cien de la CNT como lo habia hecho con Rodriguez Vega" (629). La sicologia del "chivato" fue, a su vez, tema de caluroso debate entre la poblacién penitenciaria. Como hara e1 franquismo primero con sus opositores, la resistencia también medicaliza a1 "chivato" para su posterior victimizacién. Asi, una gran parte de los presos politicos acabara considerandolo un sujeto mentalmente enfermo; para otros, sin embargo, sera, pura y simplemente, un cobarde. El comandante Velasco, mencionado en los testimonios de Guzman, representa uno de estos personajes en los que se dan ambas condiciones ya que, segun se dice, es "un tipo morboso, que disfruta con el sufrimiento que causa a sus antiguos camaradas. Es también un cobarde, que pretende salvar la piel como premio a sus confidencias, pero esencialrnente una mentalidad enfermiza y retorcida" (flefig 340). En Careel de Ventas Mercedes Nunez ofrece un ejemplo de una de las muchas funciones para lo que eran utilizados los colaboradores: "En cuanto a la chivata, nadie en la carcel le dirige la palabra. De cuando en cuando se la llevan unos dias y entonces ya se sabe: a1 poco tiempo llega aqui una redada de 172 jovenes, detenidas por 'complot' y cuando les preguntamos resulta que han caido en el cepo tras una entrevista con la Vives..." (34). El nombre completo de esta mujer era Carmen Vives Samaniego, descrita por las presas como una persona "pequefiaja, que no vale dos bofetas,... [pero] que tiene decenas de muertos sobre la conciencia" (Nunez 32). Segun aseveran las reclusas de Ventas, por la Vives fueron detenidas y fusiladas las "trece rosas": Las muchachas fueron a consejo a Las Salesas ---y la Vives junto con ellas--- y alli las condenaron a muerte; la Vives, a 20 afios. Cuando regresaron aqui, ya puedes irnaginarte la consternacién de todas las reclusas, que las esperaban con el alma en un hilo. Pero las chicas no perdieron los animos ni 1a sonrisa. ---Nos han condenado a muerte ---dijeron--- y la sentencia sera cumplida dentro de 48 horas. - No nos importa, ni nos arrepentimos de nada. Con nosotras 0 sin nosotras, nuestra causa triunfara. Pero si queremos que sepais que en el proceso se ha descubierto que hemos sido detenidas gracias a esa chivata --- dijeron sefialandola--- y que es ella misma quien 10 ha dicho ante el tribunal para tratar de disculparse. (Nunez 33) Llamadas asi por su extrema juventud, las "trece rosas" pertenecian a las Juventudes Socialistas Unificadas y fueron ajusticiadas en el cementerio del Este (hoy de la Almudena) e1 5 de agosto de 1939. E1 delito por el que fueron condenadas era el de haber participado en el atentado que costé la vida al comandante de la Guardia Civil Isaac Gabaldén, a su hija de 17 afios y al conductor del vehiculo. 173 El uso del confidente se completaba con el triple informe de las autoridades locales, cuyo control sobre la poblacién era absoluto. Esta "triada municipal" estaba formada por el cura, e1 alcalde y la guardia civil. Con este material se organizaban los expedientes acusatorios que desembocaban en penas de muerte o larguisimas condenas. 3.2. Franquismo, religion y disciplina De nuevo e1 trabajo de Foucault, a pesar de que se constrifie al contexto francés, nos es de gran ayuda para entender e1 papel jugado por la Iglesia Catélica espafiola durante la Dictadura franquista. Mantiene Foucault que las entidades religiosas tienen, desde su mismo nacimiento, una naturaleza disciplinaria. Es decir, que la religion, como institucién, forma parte de los centros establecidos por el poder para vigilar y disciplinar a la poblacién: Religious groups and charity organizations had long played this role of 'disciplining' the population. From the Counter- Reformation to the philanthropy of the July monarchy, initiatives of this type continued to increase; their aims were religious (conversion and moralization), economic (aid and encouragement to work) or political (the struggle against discontent or agitation). (Foucault, Discipline 212) Uno solo tiene que mirar el caso espafiol para darse cuenta de lo acertado de tal analisis. E1 franquismo encargé "[l]a labor de purgar, reeducar y 'limpiar' las ideas... [de los malos espafioles] fundamentalrnente a la Iglesia", afirma Moreno en la pagina 351 de su trabajo. En el mismo sentido se manifiesta Matilde Eiroa, cuando sefiala que, en el franquismo, "la religion se utilizaba como 174 instrumento para cubrir una operacion ideolégica cuyo principal objetivo era la justificacion del regimen" (citado en Moreno: 355). Y afiade, a continuacién, que los grupos religiosos "no 5610 llevaban la palabra de Dios, sino la ideologia social y politica del Estado. Inculcando las consignas de disciplina, servicio, obediencia, sumisién, paciencia, resignacién, se pretendia mantener inmévil a una poblacién castigada" (citado en Moreno: 355). Mucha de la informacién que cita el historiador Francisco Moreno proviene del trabajo de José Manuel Sabin, estudio fundamental para tener una cabal compresién de lo que era la vida y la muerte en las prisiones de la dictadura. En su trabajo Sabin recoge toda la legislacién franquista respecto a la materia religiosa de la que se deduce que la religién se convirtié en un importante vehiculo de coaccién y propaganda del nuevo Estado. 3.3. Las monjas y los capellanes castrenses La Iglesia espafiola se hizo complice, al dar cobertura, con sus silencios, apologias y justificaciones, a los crimenes del franquismo. Uno de estos crimenes fue su intento de eliminar a un importante numero de la poblacién obrera con el fin de reducir su fuerza y, si creemos las descabelladas razones del Capitan Gonzalo Aguilera, acabar con el problema del paro: "It's our program, you understand, to exterminate one third of the male population of Spain. That will purge the country and we will get rid of the proletariat. It's sound economically too. Never have any more unemployment in Spain, you understand" (Witaker 108). La Iglesia espafiola justificara tales programas sin ningun tipo de empacho. Es mas, los justificara como un mal menor ante las graves amenazas 175 que, en su opinién, se cernian sobre la Patria. Como afirmaba e1 arzobispo de Zaragoza, Rigoberto Domenech, ya a principios de 1936, "La violencia no se hace en servicio de la anarquia, sino licitamente en beneficio del orden, la Patria y la Religion" (citado en Casanova: 113). Estudios como los de Julio Casanova, Francisco Moreno y José Manuel Sabin, entre otros, ponen de manifiesto el papel disciplinario desempefiado por la Iglesia en el nuevo Estado. Para realizar tal cometido la dictadura dejé en manos de la Iglesia todo el aparato educativo y materializé legislativamente sus valores morales. Con estos y otros poderes, e1 clero se dedico en cuerpo y alma a la formacién y transformacién de las "almas" para mayor gloria y fama del franquismo. En el testimonio El fin de la esperanza, Juan Hermanos apunta esta funcién disciplinaria de la Iglesia cuando afirma que "en Espafia existen dos dictaduras: la del Partido oficial y la de la Iglesia" (57). De su poder omnimodo nos dice bastante la potestad que tenian los curas para castigar a la poblacién que no se comportaba de una manera debidamente "cristiana": "en numerosos pueblos, el cura tiene derecho a infligir multas a los feligreses que trabajen en domingo o que bailen en cuaresma o que simplemente se ponen a bailar un domingo cualquiera mientras hay un oficio en la iglesia" (Hermanos 57). E1 decreto del 17 de diciembre de 1943, que restablecia e1 cuerpo de capellanes de prisiones disuelto por la Republica en 1931, convirtié a la Iglesia espafiola en parte integrante de lo que Foucault llamo profesionales de la disciplina, de la normalidad y de la sujecién. La incorporacién de los capellanes franquistas a las prisiones supuso, por citar nuevamente 1a terminologia acufiada 176 por el filésofo francés, un cierto desplazamiento del castigo del cuerpo a1 alma del reo, alma que se intentaria "salvar" a toca costa. En las carceles franquistas, segun menciona 1a Memoria del Patronato de Redeneién de Penas, "[c]uando se tiene conocimiento de que a un procesado 1e ha sido pedida en juicio la ultima pena por el Ministerio Fiscal, se le aisla de los demas... a fin de hacerle objeto de una especial y constante atencién religiosa, que facilite e1 arrepentimiento final..." (citado en Rodolfo y Daniel Serrano: 46). A pesar de esta nueva anatomia politica basada en el castigo, la supervision y el confinamiento, se puede decir que el franquismo fracasé estrepitosamente en su intento de transformar a1 preso politico en Otro respecto a su personalidad previa. Se puede afirmar que, en general, 105 presos politicos que han sobrevivido han seguido siendo, en su inmensa mayoria, antifranquistas. No obstante, 1a dictadura franquista nuncarenuncio a su proyecto de evangelizar a aquella media Espafia que no comulgaba con sus ideas. Manuel Sabin recoge en su estudio un plan de propaganda religiosa aprobado y puesto en practica en 1939 en todas las prisiones espafiolas en el que se encomendaba a los capellanes de prisiones elaborar un registro con todos los reclusos que se arrepentian antes de ser fusilados. Esto introdujo una especie de competitividad entre los capellanes que para evitar quedar mal vistos entre los capitostes de la Nueva Espafia extremaban las medidas de presién para obtener la confesién de los reos a la ultima pena. Nada tiene de extrafio, pues, la beligerancia de los capellanes para con los "obstinados" que se resistian a confesarse antes de ser ejecutadosz. 177 Segun Sidra DeKoven Ezrahi, "la resistencia a la victimizacién no 8610 involucra una estrategia para sobrevivir sino ademas una eleccién que puede conducir a la salvacién o la muerte" (citado en Reati, Nombrar: 88). Muchos de los testimonios carcelarios aqui tratados dramatizan esa disyuntiva, como el caso de Julia que narra Mercedes Nunez en sus memorias, cuadro que nos ofrece, al mismo tiempo, la imagen de lo que podian ser las ultimas horas de las condenadas a muerte no 3610 en Ventas, sino en cualquiera de las carceles espafiolas: Julia, comunista, estaba embarazada cuando fue condenada a muerte. Los franquistas esperaron, pues, que diera a luz. Tuvo una nifia mas maja que un sol. A 105 dos meses del part0, vino a buscarla una funcionaria por la tarde, con un pretexto cualquiera. Juli, que iba precisamente a amamantar a la nena, la dejé en brazos de una compafiera. ---Ahora me sacan. ---No, mujer, gCémo iban a llamarte a estas horas? ---exclamaron las demas. La metieron acto seguido en capilla e inmediatamente empezé el repugnante chantaje: ---Confiésese usted y le haremos entrar la nifia para que le dé el pecho. ---No. El llanto de la pequefia, cada vez mas fuerte, llegaba hasta 1a capilla. ---Confiésese usted, confiésese usted... 178 Julia les contemplaba con desprecio: ---Soy comunista convencida, no creo en Dios y no me confesaré. Toda la noche se prolongé la odiosa escena: el llanto angustioso de la nena y los otros, insistiendo... Julia no cedié. En represalias, las monjitas llevaron por la mafiana la nifia a la Inclusa. Cuando la familia vino a reclamarla, se encontré con que habia desaparecido3. (65-66) Permanecer fiel a los ideales no era una tarea facil en las carceles de la dictadura. Habia que tener mucha conviccién en las ideas politicas profesadas para escapar a esa nueva tecnologia del alma compuesta por monjas y curas que "pasa[ba]n la terrible noche atosigando a la condenada para que se conf[esase],... llegando a servirse de los peores chantajes para tratar de conseguir sus fines" (Nunez 65). Cuando no conseguian e1 "arrepentimiento" de los reos, los capellanes reaccionaban con un fanatismo brutal. Relata el periodista Diego San José, preso por entonces en la carcel de Porlier, el caso de un capellan que, como las monjas de Ventas, se vengaba sadicamente de los que se negaban a "salvarse" recibiendo sus auxilios. "Pregunten en tierras de Galicia por un jesuita llamado Nieto excapellan de la carcel de Vigo, que insultaba a los reos puestos en capilla, y cuando yacian sin vida, acribillados a balazos, profanaba los cadaveres de aquellos que se habian negado a recibir sus 'auxilios', introduciéndoles 1a contera del bastén en la boca" (88). 179 Todos estos actos llevaron a la poblacion reclusa a considerar personajes odiosos a estos capellanes del franquismo, como el cura de la carcel de Santa Engracia, José Toledo Abril, conocido también bajo e1 remoquete de "comisario politico", del que José Leiva ofrece 1a siguiente semblanza en sus _MegLriae: El cura de Santa Engracia, José Toledo Abril, era un sacerdote tipicamente nuevo regimen. Unas decenas de millares de la misma especie repartidos por el mundo seria suficiente para hacer descreidos a quien todavia tiene fe. Creia el hombre que trabajaba mejor por Cristo glosando los veintiséis puntos de la Falange que glosando los Evangelios. Estimaba mas util para la Iglesia catolica glorificar a Franco que glorificar a Dios. Consideraba que el camino mas directo para nuestra conversion era el desprecio, la injuria, la amenaza, no la persuasién, la caridad, y el perdén. Era llana y simplemente eso: un sacerdote tipicamente nuevo régimen que exhibia sobre la sotana e1 yugo y las flechas, que caia en éxtasis cuando levantaba e1 brazo cantando e1 'Cara al 501' y que pensaria, en lo hondo de su pensamiento, que se deberia salvar nuestra alma quemandonos vivos en medio de la plaza de la Cibeles. En sus discursos politicos, a mitad de la misa, cuando su deber era glosar e1 Evangelio del dia, salian a relucir los socialistas, los republicanos, Prieto, los treinta mil curas y monjas que segun él habian asesinado los 'rojos', 1a generosidad del Caudillo que todavia nos permitia vivir, e1 Fuero del Trabajo, etc. A él fue a1 que 180 1e oi por primera vez, gritando con una exaltacién de mitin, que no pensaramos en revanchas ni desquites, ni en 'vuelta de la tortilla', porque e1 triunfo de Franco era rotundo, definitivo, para siempre, hasta la consumacién de los siglos... (188—89) Otro tipo de capellan era e1 cura verdugo, llamado asi porque daba e1 tiro de gracia a1 ajusticiado. Sobre este detestable personaje compusieron los presos un romance cuyos versos dicen asi: Muy de mafiana, aun de noche, antes de tocar diana, como presagio funesto, cruza el patio la sotana. Mas negra, mas que la noche, menos negra que su alma, llego al pabellén de celdas. Alli oimos sus pisadas. Y 105 cerrojos lanzaron agudos gritos de alarma. 'Valor, hijos mios que asi Dios os 10 demanda'. Mas negro, mas que la noche, menos negro que su ahna, como presagio funesto e1 cura verdugo marcha. 181 (citado en Rodolfo y Daniel Serrano: 58) Ya fuesen los capellanes 0 las monjas, en el franquismo gran parte del trabajo disciplinario fue realizado por la iglesia catolica. En la carcel de Ventas, por ejemplo, son las monjas del Buen Pastor las encargadas de dividir, encerrar y aislar a los presos, operaciones todas ellas ad0ptadas por el poder panoptico para que los presos intemalicen mejor la disciplina: La llegada de las monjas del Buen Pastor significo la introduccion en Ventas de alguna transformacién... En unas cuantas expediciones las monjas han liquidado todos los pasillos, bafios, patios, etc., y nos han encerrado a llave en las galerias. Con el espantoso desorden de los prirneros tiempos han desaparecido también ciertas ventajas. iAdiés e1 ir y venir de un lado para otro, las charlas en los patios, e1 quedarse en el petate a la hora de la misa! Las monjas nos tienen bien encerradas, sin contacto unas galerias con otras. Bajamos a los patios cuando nos toca y en fila. Y, siempre en fila, obligatoriamente, se nos fuerza a asistir a misa. (Nunez 65) Afiade después Nufiez un percance que revela la naturaleza despética de la disciplina franquista y el ingenio de las presas para describir de un brochazo a los personajes que pululaban por las carceles de la dictadura4: El primer domingo ofici6 'El gato montés", un curita joven, de pelo alborotado, que segun se cuenta anduvo camuflado en las filas republicanas. A1 principio habia silencio. Pero de pronto "El gato montés" volviose con ademan brusco hacia nosotras. 182 ---Vosotras ---grit6 con voz estentorea--- que os encontrais aqui expiando vuestros crimenes... La que se armé fue menuda. Hubo murmullos, comentarios en voz alta. Una anciana a mi lado no pudo contenerse: ---Hablan de nuestros crimenes y gQué hacen ellos? 5A mi me han fusilado a mi marido y a mi hijo! Resultado: las monjitas, con su dulce caridad cristiana, incomunicaron a toda la reclusién. Ni paquetes, ni visitas. La cosa ha durado mas de un mes. (64-65) Los pasajes transcritos nos traen a la mente las palabras de Foucault respecto a1 aislamiento sensorial como técnica punitiva: "Lastly, and perhaps above all, the isolation of the convicts guarantees that it is possible to exercise over them, with maximum intensity, a power that will not be overthrown by any influence; solitude is the primary condition of total submission" (Discipline 237). Otro caso similar se relata en Abajo las dictaduras, testimonio escrito por la maestra Josefa Garcia Segret, presa que consiguié salvar su vida simulando un embarazo. En sus memorias relata las desventuras vividas por las presas en Saturraran, prision vasca regida por las monjas mercedarias ---"carceleras del dolor", como las llama la voz testimonial. El odio de las presas se manifiesta, como en el testimonio de Nufiez, en un lenguaje apelativo con el que se pretende subrayar ciertas cualidades o condiciones asociadas con las carceleras. En el testimonio de Garcia Segret se nos dice que las presas recluidas en aquella prisién estaban 183 Sujetas a una disciplina férrea, tan férrea en Saturraran, cuya superiora, sor Maria Aranzazu ---conocida entre nosotras por la 'Pantera blanca' [suponemos que en alusion a1 habito blanco que vestian estas monjas]---sélo satisfacia sus entrafias con castigos glaciales; la mas ligera ondulacién en la disciplina acarreaba un castigo, que podia llamarse ejemplar. Habia que cefiirse, pues, a la disciplina sino se queria ir a parar a los sétanos, lugar de tortura... siempre que la crueldad lo requeria. (citado en Laurelo Roa, _L_a libertad: 223) Isabel Rios, presa en el mismo penal, recuerda como a1 llegar a Saturraran fue recibida por las monjas mercedarias "con una sonrisa que resultc’) mas falsa que el mismo Judas" (143). Nada escapaba a la mirada escrutadora de estas "monjitas", cuya misién primordial era evitar la libre comunicacién entre las presas: ...recuerdo que ibamos a1 comedor totalrnente en silencio, con los brazos cruzados y en fila. En los prirneros y prolongados tiempos, comiamos sentadas en el suelo del comedor y en un silencio total y absoluto. Al volver a1 pabellén debiamos permanecer sentadas... sin hablar entre nosotras... Las monjas vigilaban todo el dia mirando por las mirillas colocadas en todas las puertas. Si alguna intentaba pasar silenciosamente a charlar con una compafiera, inmediatamente se abria la puerta y la monja, tratandonos con una dureza innecesaria, nos hacia volver a nuestros sitios... (Rios 145-6) 184 El régimen disciplinario impuesto por las mercedarias en Saturraran nos recuerda a1 "Auburnian system" de que habla Foucualt en su estudio. Segun éste, en "[t]he Auburn model... [t]he prison must be the microcosm of a perfect society in which individuals are isolated in their moral existence, but in which they come together in a strict hierarchical framework, with no lateral relation, communication being possible only in vertical direction" (Diseipline 238). Para los proponentes de este tipo de modelo disciplinario "assembly without communication and law guaranteed by uninterrupted supervision, must rehabilitate the criminal as social individual..." (Dieeipline 238) "The silence order is an essential ingredient of indirect repression", nos dice Inger Agger. "[T]he silence order is part of the censorship and the systematic manipulation of information that belong to the indirect techniques [of discipline]" (Agger 59). Podemos, por tanto, interpretar la prisién de Saturraran como una imagen metonimica que nos revela la situacién de toda la poblacion espafiola que perdié 1a guerra y que permanecié caufiva y amordazada dentro de la carcel-pais que era entonces Espafia. El silencio impuesto por las "monjitas" a la poblacién reclusa se corresponde asi con el impuesto por las autoridades militares a la poblacién civil. El silencio impuesto era psicolégicamente muy duro y dificil de sobrellevar, tanto que, segun nos dice Rios, llego a echar de menos el humedo y deprimente calabozo de la carcel de Santiago: Cuando llegamos todo estaba en periodo de organizacién, asi que no habia ni oficinas, ni elementos minimos para dormir y comer pero la disciplina se irnpuso desde el primer momento y en tal forma que yo llegue’ a afiorar aquel calabozo tenebroso de la 185 carcel de Santiago. E1 trabajo, la comida y en general 1a mayor parte de las horas que pasabamos en el pabellén, debiamos mantenemos en silencio. En el comedor una monjita con un cuaderno y un lapiz, vigilaba atentamente que esto se cumpliera; daba vueltas todo alrededor, atenta como una arafia en su tela esperando la caida de un insecto; pasaba descuidadamente con gesto de indiferencia y de pronto con una velocidad increible, se daba la vuelta y alli atrapaba a su Victima. No se habia oido ni un sonido, pero e1 movimiento de los labios, que ella creia percibir, era suficiente para que, como castigo minirno, esa semana no recibiera la 'delincuente', 1a unica tarjeta de la familia, que semanalmente nos era permitida y que constituia para nosotras, la mitad de la vida, era mas importante incluso que la propia comida. (147-48) Por otro lado, intentar dejar constancia escrita del calvario sufrido podia ser una aventura peligrosa pues, como explica la critica Barbara Harlow, en el universo panéptico "[p]aper and pencils are as subversive... as weapons, guns, and knives might be, and the retrieval and use of any scrap of paper... on which to compose words to break the ideological chains incarcerating the prisoners is an important motif in all prison literature" (citado en Janet y Genaro Pérez: 10). A pesar de las amenazas, los presos politicos del franquismo no se arredraban y escribian, como lo hace Antonio G. Pericas, para dejar constancia de lo vivido: Escribo desde esta urgencia 186 de decir que es el afto éste desde este mismo cercado que inventé el odio y la violencia N 0 me callo en este silencio desde mi silencio escribo sospechando que hay mar y manos dulces y nifios.... (91) Antonio G. Pericas tuvo suerte, consiguio componer todo un libro de poesia en el penal de Burgos sin ser descubierto. Otros, sin embargo no fueron tan afortunados y fueron duramente castigados por ello. Isabel Rios relata un caso ocurrido en Saturraran que pone de manifiesto e1 peligro que suponia para los presos tratar de documentar su experiencia carcelaria: Por la mirilla observan las monjas que una presa, escribe con frecuencia en un cuaderno. Nos hacen salir, a todo el pabellon, a la playa, iqué felicidad! Cuando volvemos, llaman al despacho de la Superiora a la 'escritora' y le ensefian el cuaderno... La mujer, condenada a doce afios, es procesada de nuevo y condenada a otros 12 afios. Asi 1e cargan 24 afios, no sé por qué los prirneros pero si sé que los segundos fueron por relatar la vida en la carcel y decir, con respecto a la Superiora, que parecia un gallo en un corral dominando alas gallinas. (148) 187 3.4. Toda Espafia era una prisién Al leer estos textos se puede contemplar la funcién primordial que tenia la carcel en el entramado franquista. Si el primer rasgo de los encarcelamientos fue su caracter masivo, e1 segundo fue 1a funcion represiva. Joan Llarch habla de 700.000 campos de concentracion en la Espafia nacional. A ellos habria que afiadir un numero indeterminado de carceles, habilitadas a marchas forzadas para dar cabida a una poblacién reclusa que la infraestructura penitenciaria existente en aquellos momentos no podia soportar. Los campos y carceles franquistas se convirtieron en centros donde se procedia a la clasificacién y "etiquetado" de todos aquellos que se habian sublevado contra el "Glorioso Alzamiento" militar. Foucault se refiere a estos procesos con el nombre de "exclusion" y "branding" y sefiala que son las formas mas prirnarias del "disciplinary power". Un caso muy representativo de esta forma de actuar del franquismo fue el tratamiento dado a los militantes anarquistas a los que la autoridad franquista tachaba de delincuentes. Otro seria 1a tipologia del "rojo" y del "rojillo", dos nombres que establecian una divisién entre la vida y la muerte. Los "rojillos" pertenecian a la familia democristiana y a los socialistas moderados "con relaciones familiares, profesionales 0 de amistad suficientes para evitarles la asimilacién a la delincuencia o a los rojos de verdad, los fusilables" (Suarez 13). El ex-ministro socialista Enrique Mugica Hergoz relata una anécdota ocurrida durante su detencion que pone en evidencia la diferencia de trato que el franquismo tenia para con los hijos de los prohombres del regimen y los vastagos de la burguesia5. Segun cuenta Mugica Hergoz, el agente de la policia de la 188 Brigada Politico-Social que le interrogaba se dirigié a él en tono paternalista diciéndole: ---’Pero gsabe usted lo que han hecho? Van a provocar ustedes otra guerra civil. Mire, mire usted la lista de detenidos'. Y alli estabamos todos: Tamames, Ridruejo, Pradera... Eso si, con el don por delante: don Enrique Mugica, don Miguel Sénchez Mazas. Asi que pensé: 'Cofio, pues no esta la cosa tan mal si nos tratan de don'. (citado en Rodolfo y Daniel Serrano: 108) Los palos, las palizas, la tortura y la muerte quedaban para los presos comunes 0 para esos viejos republicanos que llevaban afios dando tumbos de prision en prisién por toda Espafia. En la carcel los presos eran observados, separados y clasificados de acuerdo a sus ideas politicas, cargos ocupados, etcétera. El objetivo no era otro que erradicar cualquier idea relacionada con el marxismo, con el liberalismo y el laicismo, identificados por el nuevo poder franquista como los causantes de 108 males de Espafia. Para ello se recurre a la medicalizacién, segun 1a cual los vencidos, por razén de sus ideas, eran una especie de leprosos que no tenian sitio en el nuevo Estado y que, por lo tanto, debian ser excluidos para evitar el contagio de la poblacién. Proceso que corre paralelo al descrito por Foucault respecto a los proyectos autoritarios: "Underlying disciplinary projects the image of the plague stands for all forms of confusion and disorder; just as the image of the leper, cut off from all human contact, underlies proyects of exclusion" (Essiehne 199). 189 La idea de "plaga", con todas sus connotaciones de enfermedad y azote, fue utilizada por toda la pléyade de psiquiatras franquistas. Por ejemplo, "e1 doctor Marcos Merenciano sostenia que el marxismo era una enfermedad y que su tratamiento debia ponerse en manos de los médicos" (Alfaya y Sartorius 351). El militar siquiatra, Antonio Vallejo Najera, consideraba a1 marxismo como una enfermedad mental y, por tanto, proponia que su seguidores debian ser apartados de la sociedad desde la infancia: "si militan en el marxismo de preferencias psicopatas antisociales, como es nuestra idea, la segregacion total de estos sujetos desde la infancia podria liberar a la sociedad de plaga tan temible" (citado en Cendrés y Valls: s/ p). For 10 demas, sus descabelladas teorias y su odio a todo lo que oliese a libertad 1e llevaron a sostener opiniones tan extemporaneas como la siguiente: "Tiene la democracia e1 gran inconveniente de que halaga las bajas pasiones y de que concede iguales derechos al loco, al imbécil y al degenerado" (citado en Alfaya y Sartorius: 351). Lépez Ibor, por su parte, no iria mucho mas lejos llegando a conclusiones tan poco cientificas sobre la enfermedad psiquica como ésta: "no cabe duda de que los pecados producen a veces enfermedades" (citado en Alfaya y Sartorius: 351). Si bien e1 poder disciplinario se sirve de procesos discursivos con los que medicaliza y crirninaliza a aquellos que quiere excluir y marginar, se puede decir que el régimen franquista se decanté mas por el segundo de los términos que por el primero. Tal vez la medicalizacion intentada por Vallejo Najera no cuajo debido a que el cuerpo médico estaba en franca desventaja respecto a1 cuerpo juridico-militar, mas numeroso y con mas poder dentro de las estructuras del Estado. O quizas fuera que era un discurso tan burdo e incongruente que ni ellos 190 mismos se lo creian. En cualquier caso, el que impuso su semantica, criminalizando toda actividad politica anterior y posterior a su pronunciamiento, fue el ejército sublevado y no sus sicofantes psiquiatras. El militante anarquista José Leiva recuerda en su testimonio como después de haber pasado por el tribunal militar de Benalue, donde "[h]acian una filiacién de cada prisionero, donde constaba su historia politico-militar, no solamente durante la guerra, sino antes de ella" (78), la casi totalidad de los detenidos volvian a sus centros de confinamiento clasificados como criminales y bandidos y condenados a muerte: "Ocho mil criminales y bandidos que viviamos todavia gracias a la generosidad inagotable del Caudillo de Espafia" (79). E1 franquismo utilizé las filiaciones politicas de los detenidos para incriminar a los detenidos. Este comportamiento concuerda con las apreciaciones sostenidas por Foucault respecto al enjuiciamiento criminal. Segun escribe en su estudio, ”The introduction of the 'biographical' is important in the history of penalty. Because it establishes the 'criminal' as existing before the crime and even outside it" (Discipline 252). Fiel a esta maxima, e1 franquismo ideé delitos a posteriori y, asi, mando fusilar a personas por haber sido concejales en el afto 32, por ejemplo, o por haber dirigido un coro de obreros o por ser la esposa de un gobemador civil republicano. Documentos canonicos de aquel saber/poder del régimen carcelario franquista son e1 Fichero fisiotécnico, disefiado y dirigido por el reverendo Pérez del Pulgar y las memorias, disposiciones y decretos publicados por los distintos organismos penitenciarios. En el fichero fisiotécnico, encargado a la Inspeccion General de Prisiones y a los generales jefes de cuerpos del Ejército, constaba una 191 detallada biografia de los presos, en la que figuraban sus "nombres y apellidos, profesién, edad, naturaleza y estado; nombre, apellidos y domicilio de la mujer en su caso; numero, sexo y edad de los hijos, si 105 tuvieren, e1 lugar de residencia y su situacién economica" (citado en Sabin: 181). 4. La naturaleza precapitalista de la represién franquista y la semantica de la muerte En oposicién a lo ensefiado por Foucault, en los prirneros afios de la Dictadura e1 sistema represivo franquista no buscé conservar e1 cuerpo contraventor para su estudio y transformacién, (dos de los aspectos que caracterizan a las técnicas disciplinarias modemas), sino liquidarlo a través de las torturas y ejecuciones. En la Espafia de la inmediata postguerra se produce una reversion de esa tendencia y se vuelve a tecnologias del castigo corporal, que ponen el acento en la tortura y la destruccién absoluta y colectiva del cuerpo. Como se puede comprobar en muchos de estos testimonios, e1 deseo de venganza era el motor que alimentaba a1 sistema represivo franquista. Segun Subirats Pifiana, uno de los periodos mas dramaticos y tragicos de la prision de Tarragona fue el mes de noviembre de 1939, ya que durante este mes, "Para que no se olvidara que en la zona republicana se habia fusilado a José Antonio, sélo en Tarragona el franquismo mandé ejecutar a 116 condenados a muerte en tres dias: el 15, e1 16 y el 17 de noviembre" (39). Y afiade mas adelante: "Después de las ejecuciones llevadas a cabo en octubre y noviembre, la mayoria de los presos de la sala 1a de Pilatos se consideraban ya muertos y todos estabamos aturdidos e inquietos" (43). En el castillo de Pilatos, comenta mas adelante, "no era frio en el 192 cuerpo lo que sentiamos; era el corazén el que teniamos helado aquel mes de enero" (47). La tensa espera (en algunos casos afios, en todos meses, dias y horas insufribles) que los presos estaban obligados a soportar entre la notificacién de la pena y su cumplimiento es, a nuestro parecer, otra manifestacién de ese animo de venganza que caracterizé a la justicia franquista. La situacion que José Maria Aroca denuncia es la misma que vivia 1a inmensa mayoria de los condenados a muerte: Justa o injusta, opino que una sentencia de muerte debe cumplirse en un plazo breve. Prolongar la agonia del condenado durante meses enteros no sera antijuridico, pero es inhumano. El caso de Chessman levanté una gran polvareda en todo el mundo. Pero Chessman, a fin de cuentas, provocaba los aplazamientos de su ejecucion, luchaba con todos los recursos legales a su alcance para conservar la vida, quizas por aquello de que mientras hay vida hay esperanza. En nuestro caso éramos simples entes pasivos, borregos con la cuchilla de matarife suspendida indefinidamente sobre sus cabezas. (116-17) La incertidumbre producida por no saber cuando se iba a ser ejecutado mantenia a los presos en continua zozobra e inquietud. Esas interminables noches de tortura acabaran generando toda una semiética tragica de la muerte. Un nuevo vocabulario cuyo léxico no eran las palabras sino los gestos, las miradas, e1 ruido de un camién 0 de una moto en la puerta de la carcel. Todo 193 esto era leido por los condenados a muerte como signos inequivocos de que se avecinaba una saca inminente. "Un condenado a muerte ---escribe Juan Garcia Duranm adquiere un supersentido de percepcién y una sensibilidad muy aguda: los gestos, las palabras, los ruidos, todo, absolutamente todo, es objeto de analisis y deduccion" (51). Aroca alude también a esa rara cualidad que adquirian los presos a los pocos dias de estar en la celda de los condenados a muerte: "El dia 28 era jueves. Yo habia asimilado ya las costumbres de mis compafieros de infortunio y empezaba a distinguir las distintas calidades de los sonidos que captaba" (115). "En mi prisién las 'sacas' se hacian de tres a cuatro de la tarde. Podias presentirlo. Saberlo, diriamos mejor. Si a1 anochecer del dia anterior oias, antes de retreta, e1 ruido de un plato de rancho sonando en el suelo, habias de pensar que el dia siguiente tendrias sangre", (20) escribe a1 respecto Guarda Abella. Fermin Lopez Vega explica como se enteraban de las préximas sacas los condenados a muerte de la carcel del Coto, en Gijén: "Cuando iban a ejecutar a gente, nosotros lo notabamos enseguida: Primero, porque habia varios hombres, por ejemplo, el que iba con el oficial haciendo recuento, un tal Emilio Vera,... iba mirando la lista y si no miraba para nosotros era que a1 dia siguiente iba a haber 'saca', 0 sea, que ya tenia en la oficina 1a orden con los que iban a fusilar; pero si miraba para nosotros y sonreia, significaba que al dia siguiente no fusilaban a nadie, asi que podiamos dormir tranquilos" (citado en Laruelo Roa, La libertad: 288). En la Prisién de Pilatos de Tarragona era la fabrica de ataudes cercana a la carcel la que comunicaba las malas noticias: "E1 ambiente en la [carcel de la] 194 Punxa era dramatico porque en un edificio cercano estaba ubicada la funeraria en la que fabricaban los ataudes para los ejecutados. Con frecuencia oiamos el martilleo dia y noche sin parar. Obviamente ellos nos anunciaban que serian numerosos los fusilados... y no nos equivocabamos" (Subirats Pifiana 8). Finalmente, Marcos Ana ofrece otro ejemplo de este asombroso lenguaje de la vida y de la muerte que tanto proliferé en las carceles de la dictadura. A Ana e1 aviso de la proxima "saca" se lo notificaba el sonido de la corneta: Acaban de sonar las once de la noche. Desde mi petate a través de una ventana enrejada, veo la esfera iluminada del reloj sobre el muro. Hace mas de una hora que han tocado silencio, y la carcel parece mas hundida que nunca en su soledad de piedra. El toque de silencio no tiene el mismo significado para todos nosotros. Yo no puedo evitar un sobresalto, una tensién instintiva, cuando la corneta rasga la noche. En mis tiempos de condenado a muerte, el "toque de silencio" nos traia la noticia estremecedora de la "saca". Si el corneta alargaba e1 final del toque, dejandolo morir tristemente, sabiamos que un grupo de nosotros vivia su ultima noche. Si, por el contrario, el toque elevaba su final como la cola de un latigo, podiamos dormir tranquilos, porque nuestra vida se prolongaba, al menos, durante 24 horas. (citado en Suarez: 107) Otra manifestacién que testifica la naturaleza precapitalista de los prirneros afios franquistas es el regreso a practicas barbaras asociadas no con la carcel modema, en la que el preso deviene un sujeto de estudio y conocimiento, sino mas bien con el castigo corporal asociado con la etapa feudal. Como anota 195 Moreno, "En la postguerra se restauraron métodos de crueldad primitivos basados en la descomunal paliza, que a veces concluia con la muerte" (302). Nos han llegado multiples testimonios en los que se repiten los mismos hechos que nos describe aqui un testigo presencia]: Cada poco rato, de dia y de noche, sin aviso previo, tregua ni descanso, vienen a buscar a cualquiera de nosotros. Cuarenta o cincuenta minutos después 1e traen de nuevo, desfigurado y sangrante, generalmente a rastras porque los golpes recibidos le han sumido en una profunda inconsciencia. Le tiran al interior desde 1a puerta abierta de par en par mientras reclaman a gritos: ---;Venga, Cayetano! iTe ha tocado e1 premio...! Cuando no llaman a Cayetano, lo hacen a José, Manuel, Antonio, Avelino, 0 German. A veces escucho mi nombre sin e1 menor agrado. A1 ponerse en pie y avanzar vacilante hacia la salida, ninguno de los llamados se hace ilusiones. Teme lo peor y acierta en el 99 por 100 de las ocasiones. Oficialmente va a ser interrogado..., aunque casi nunca se molestan en preguntarle nada. O los golpes se anticipan de tal modo a las cuestiones que cuando formulan alguna pregunta e1 interesado no esta ya en condiciones de pronunciar una sola palabra. [...] con algunos han terminado ya, practicamente antes de haber comenzado. Quiza no fuera ese su propésito, pero se les fue un poco la mano y, que sepamos, tres de los nuestros han fallecido en estos dias. Dos estrellados contra las losas del patio, luego de atravesar una ventana; el tercero destrozado materialmente a 196 patadas. Cabe temer que a los demas nos ocurra lo mismo en cualquier instante. (de Guzman, Nosotros 14-15) Pero no 5610 fueron los métodos, también los centros de reclusion retrocedieron a periodos historicos lejanos con la proliferacién de tantos castillos, colegios religiosos y conventos medievales que, en el calor de la represién, se habilitaron para dar cabida a una poblacion penitenciaria numerosisima. En ese sentido, son reveladoras las palabras de Selma Reuben Holo, respecto a las carceles franquistas: "The purpose of Franco's prison,... was not only to exercise its power of inspection over the prisoners within its walls; it was also intended to make an unnerving impression on passersby. A perversion of the ubiquitous Spanish medieval castle,... With its blank eyehole windows it would seem that the whole... [country] was under constant surveillance" (124). Ademas de ser un trabajo de gran interés por su original enfoque, e1 estudio de Reuben Holo saca a la luz 1a impronta que Jeremy Bentham dejé en el sistema penitenciario franquista. De acuerdo a Reuben Holo, las ideas del filésofo inglés, "were held in great esteem in nineteenth-century Spain" (124). Aun hoy se puede observar su impacto en diferentes carceles espafiolas como, por ejemplo, la de Badajoz: Inspired by the panopticon of Jeremy Bentham, the prison [of Badajoz] was based on the notion of the all-seeing eye of central inspection: 'An abstract and eloquent paradigm, it is an authentic machine for guarding and watching over, an ad hoc apparatus for the custodianship and punishment of prisoners.... In this way the omnipresent eye of power would produce the dread and respect 197 necessary to assure the inmate's proper behavior.’ (Reuben Holo 124-25) Que e1 Museo Extremefio e Iberoamericano de Arte Contemporaneo de Badajoz esté enclavado hoy en lo que fue la carcel franquista es, sin duda, una prueba inequivoca del poder redentor de la arquitectura. En "Perennidad del panéptico", se explican las razones que llevaron a elegir un lugar de tan nefasta memoria como escenario del nuevo museo: "[T]o create a new museum in the location where a prison previously existed is to bring to completion an act of social transformation... The space for punishment is transformed thus into a space of freedom" (citado en Reuben Holo: 125). Este mismo proceso de transformacién ha ocurrido con la antigua prisién de Vigo, convertida recientemente en Museo de Arte Contemporaneo de Vigo. Segun comenta la noticia periodistica, la reforma de la vieja carcel franquista ”ha respetado 1a tipologia de la arquitectura original, inspirada en el concepto panéptico del filésofo britanico Jeremy Bentham” (E_1£ei_§ 14 noviembre 2002). En el testimonio de Garcia Duran encontramos 1a descripcién de una de esas carceles modeladas segun las teorias del citado filésofo utilitarista britanico y cuya estructura y funcion se ajusta a1 analisis Foucaultiano: "Estamos cerca del centro, que es donde se halla la jefatura. Esta es de forma octagonal y completamente de cristal, lo que permite vigilar a la vez las cuatro galerias en cruz" (19). Eduardo Saborido, militante comunista que paso largos afios en las carceles de la dictadura, confirma lo dicho por Reuben Holo y Garcia Duran. Segun Saborido, "todas las carceles franquistas estaban organizadas de la misma manera, en el centro una especie de quiosco con cristaleras, donde te tomaban 108 198 datos, donde te fichaban" (citado en Rodolfo y Daniel Serrano: 252). No hace falta poner mucha imaginacién para concluir que este "quiosco" a1 que alude Saborido era una de esas torres que el franquismo habia construido en el centro de las carceles para observar y controlar constantemente a los presos politicos. En Memerias, José Leiva describe sus primeras irnpresiones del castillo de Santa Barbara y de los profesionales de la disciplina, 1a normalidad y la sujecién: En el castillo de Santa Barbara nuestra vida fue poco a poco reglamentandose. Dejamos lentamente de ser montén informe, propicio siempre a la disimulacién de la verdadera personalidad politica. Traté de imponérsenos, desde el primer momento, un régimen interior semejante al de una prisién celular. Paulatinamente, con una idea fija cuya tenacidad nos asombraba, se nos fue, en repetidas ocasiones, clasificando, clarificando, aplicandonos un inexorable cedazo investigatorio. (95) 5. Estrategias de resistencia en los testimonios carcelarios del franquismo A pesar de la honda tragedia vivida durante los largos afios de reclusién en las catacumbas franquistas, los presos politicos espafioles siempre han mantenido un rayo de esperanza, incluso en los peores momentos, que se ha manifestado en trazos innegables de burla e ingenio. E1 humor surge en estos testimonios como reaccién, como espontanea defensa contra un medio, la carcel franquista, que amenazaba la integridad fisica y psiquica del individuo. Juan A. Molina, luchador anarquista y director de las publicaciones "Tierra y Libertad" y "Tiempos Nuevos", escribe a1 respecto que 199 El pueblo espafiol, tan rico en reservas morales, no se ha desmoralizado del todo, ni ante las situaciones mas dificiles. Si en épocas de opresion no ha podido exteriorizar su descontento, traduciéndolo en hechos subversivos, 10 ha hecho inventando chistes, frases mordaces y graciosas que, corriendo de boca en boca, han alcanzado la maxima popularidad. (67) Desde todas las prisiones de la Peninsula saldran abundantes testimonios, cartas y documentos con los que los presos antifranquistas trataran de romper e1 silencio y dar noticia de su dramatica supervivencia. A esa ruptura contribuiran también esos otros testimonios compuestos de anécdotas, chistes, versos y canciones que pasaron de boca en boca y en los que se utiliza el humor como instrumento de denuncia y resistencia contra la opresién. 5.1. Poesias y canciones La mayoria de los testimonios antifranquistas recogen poesias y canciones que tratan, en tono de burla y chanza, los temas que ocupaban y preocupaban a la poblacién reclusa. Recuerda el escritor y periodista Diego San José, que a1 poco de llegar a "Porlier" su amigo, e1 pintor y dibujante costumbrista José Robledano, organizé una sesién de cantos carcelarios para levantarle e1 animo entre los que pudo escuchar e1 famoso chotis dedicado a "La Pepa", nombre que le daban en esta cércel los presos a la pena de muerte (segun comenta Subirats Pifiana, en la prisién de Pilatos se la conocia como "La cantimplora"). En las carceles corria el dicho de que si se pertenecia a las tres pes, pepa segura. Las tres pes se correspondian con las iniciales de policias, porteros y periodistas. Segun Eduardo de Guzman, de la pepa "se libran pocos policias que 200 hayan servido a la Republica, casi ningun portero de un edificio en que haya sido detenido algun elemento de la quinta columna y muy pocos redactores y colaboradores de los diarios madrilefios que siguen publicandose entre 1936 y 1939" (Historias 366). Otro preso del franquismo, e1 intelectual republicano Régulo Martinez, transcribe integramente la letra de esta composicion oral que tanta popularidad gozé entre los condenados a muerte, también llamados "peposos"5. Es la Pepa una gachi, que esta de moda en Madrid, y que tié predileccién por los rojillos. Cuando viene esa mujer a Torrijos o a Porlier, a cualquiera se le arruga e1 solomillo. Y como es caprichosa, y a veces se presenta y para divertirse se lleva veinte o treinta. Y como del paseo no suele regresar, yo con mucho cachondeo. .. 201 asi 1e suelo cantar: (coro) jPepa! iPepa! gDénde vas con tantisimo tio? iPepa! iPepa! Que te vas a meter en un lio. Y si sigues de ese modo, Y no quieres tu parar, Dejaras Madrid vacio, Aranjuez y El Escorial. (28-29) La lectura de testimonios como el de Diego San José o Régulo Martinez, corrobora la naturaleza no literaria que Ioan Davis adjudica a la cultura carcelaria, una cultura que depende, fundamentalmente, de la palabra hablada para su transmision y que abunda en composiciones que, como la transcrita, tienen su origen en la oralidad. La oralidad ha dejado huellas visibles en los testimonios antifranquistas. Desafortunadamente, no todas las composiciones orales que pulularon profusamente por las mazmorras franquistas tuvieron tanta suerte como el chotis de "La Pepa". Diego San José alude a una serie de composiciones que el escuché en la carcel de Porlier y de las que 3610 se han salvado fragmentos. En su testimonio, San José transcribe un trozo de una composicién dedicada al célebre don Amancio Tomé, personaje carnavalesco del que hablaremos mas adelante y que fue director de la carcel de Porlier. 202 Alli escuché una graciosa parodia de la archipopular zarzuela 'La verbena de la Paloma', en la que [los presos] hacian, protagonista a nuestro barbudo y espectacular Director, y que comenzaba [asi]: 'gDonde vas con las barbas de Chico? (sic.) gDonde Va, Don Amancio Tomé? ---A la plaza, a comprar zanahorias, 'pa' los 'rojos' que tengo en 'Porlier'... (124) El escritor cita, asi mismo, otra serie de composiciones, como "[e]l tango de 'La amnistia', creacién de las 'vedettes' de la carcel de las 'Ventas'" (124) de la que sélo nos ha llegado el titulo. Por fortuna, se ha salvado para la posteridad "La Pepa", la composicién mas importante y popular de todo el folklore carcelario. Segun San José, inquilino por un tiempo en la galeria de la muerte de la carcel de Porlier, esta composicién era cantada por los condenados en su camino hacia el cadalso: "Y, icuéntas noches 'La Pepa' llegaba hasta nosotros desde la Capilla, como hirnno de despedida de los que habrian de desertar de la vida con las primeras luces del alba" (125). "[U]n preso" escribe Subirats Pifiana, "no puede vivir sin esperanza; si se abate, se convierte en una piltrafa" (16). El humor, en canciones como "La Pepa", 0 e1 bulo, como veremos mas tarde, fueron recursos, o mas bien estrategias, utilizadas por los presos para no caer en la desesperacion y reducir la tensién. Era una manera de hacer de tripas corazon, de convertir e1 infierno de las carceles franquistas en caricatura, en esperpento para contrarrestar la tragedia. Claro que no todos los presos recibian 1a noticia de la muerte con tan buena 203 disposicion de animo como los que describe San José. Para otros, generalmente aquellos cuyas convicciones politicas eran mas flojas o nuevas, las ultimas horas de vida eran siempre un calvario. El mismo Subirat Pifiana ofrece en su testimonio una clasificacién de los condenados a la ultima pena de acuerdo al grado de conviccién que estos tenian en sus ideales politicos. Como se deduce de su clasificacién, cuanto mayor era el convencimiento del condenado en lo justo de los ideales por los que habia luchado e iba a morir, menor era su sufrimiento. Lo inverso era también cierto. Aquellos que se habian significado en la zona republicana pero carecian de una fuerte ideologia sufrian enormemente y no acababan de aceptar su situacion. "Las noches con ellos las recuerdo aun hoy con horror" (Subirats Pifiana 61). "La Saca", composicién anonima recogida por el anarquista gijonés Ramén Alvarez Palomo es, como quien dice, la antitesis de "La Pepa". En ella e1 humor y la chanza desaparecen para dar paso a un agudo sentimiento de horror e impotencia ante la asechanza de la muerte. E1 titulo alude a1 nombre que se le daba a la lista de personas que iban a ser fusiladas a1 amanecer: Fria celda de penados donde el sol nunca penetra, lugar de recogirniento donde reina 1a tristeza. El tiempo se va pasando sin un lamento siquiera. Altas horas de la noche, la esperanza ya se aleja. 204 La prisién esta callada, la muerte ronda la reja, e1 suefio huye de nosotros, e1 frio nos despereza. Rompen e1 silencio unos pasos, lo que esperamos ya llega. Han encendido una luz, una llave abre la puerta; en el dintel de la puerta hay un guardian que se acerca. Tiene una lista en sus manos, Da unos nombres con firmeza. Los compafieros nombrados, se despiden y nos dejan. Han apagado una luz, cierran de nuevo 1a puerta. .. La prisién queda callada, la muerte ronda la reja. Cada minuto que pasa la esperanza esta mas cerca, 205 viene con el nuevo dia al borrarse las tinieblas. Solos con los pensamientos Nadie duerme. . ., todos velan. Tétricos amaneceres hechos de sangres y de nieblas, ruidos de hierros. . ., de nombres, abrir y cerrar de puertas. .. Los ojos tristes, cansados, ...el sitio que queda. (citado en Sabin: 168-9) Como se ve desde la primera estrofa, la poesia ”La saca” esta dominada por un tono lugubre y premonitorio que concuerda con la gravedad del momento. La poesia nos habla de los estados de animo de los condenados a muerte y de las interminables horas que cada noche tenian que soportar esperando la llamada para su ejecucién. Para trasmitirnos el dramatismo de aquellas horas nocturnas, la voz poética utiliza 1a focalizacién de forma pendular. El poema se centra asi primero en la descripcion del tiempo objetivo del reloj, representado por las horas de la medianoche y la imagen de la celda de penados. Inmediatamente después, la focalizacion se desplaza a1 tiempo interior de los condenados, ese tiempo que se debate y se consume en la des/esperanza y del que, como sefialaramos en otro lugar de este trabajo, ningun reloj puede dar perfecta cuenta pues su impacto escapa las medidas del tiempo fisico. 206 Pero a estos momentos de agudo dramatismo siguen, sin solucién de continuidad, otros de broma y chirigota, como los que se presentan en la siguiente cancién: Al puerto de Alicante yo marché para embarcar; yo queria los mundos correr, yo queria los mares cruzar. Esperaba un barquito muy blanco como mi esperanza que nunca llegé. No me quejo, pues todo paso por viajar, por viajar, por viajar. Desde entonces, iayl, todo es padecer. iLas maletas mias no las vuelvo a ver! Me trataron como a un asesino, Como a un incendiario, Como a un criminal. No me daban nada de comer; No me daban nada de cenar. Me tuvieron durmiendo en el suelo expuesto a los vientos, la lluvia y el sol. No me quejo, pues todo ocurrié por viajar, por viajar, por viajar. . . . (El afio 323-24) 207 De anonima autoria, la cancién ironiza los verdaderos motivos de la represién franquista sufrida en el puerto de Alicante por los ultimos defensores de la Republica. Sorprende contemplar la sorna con la que las victimas se enfrentan a1 trato recibido por los vencedores pero, como ya se ha dicho en otra parte de este trabajo, para los represaliados del franquismo e1 humor era un antidoto fundamental para poder seguir viviendo. Los actos de exaltacién de los emblemas y simbolos de la dictadura franquista, tan importantes dentro del organigrama propagandistico del régimen, tampoco escaparon a este filc’m jocoso y cachazudo. Segun José M. Aroca, "[s]obre e1 canto de los Himnos en las carceles espafiolas hay un anecdotario fabuloso y rigurosamente cierto" (72). Y afiade a continuacién: "En realidad, mas que canto aquello era un guirigay imponente" (72). Algunas de las letras inventadas llegaron a hacer fortuna, como la parodia que los presos hicieron del "Oriamendi", e1 himno de los carlistas en el que se reclama el regreso a Madrid del rey y se cantan las virtudes de la patria y la tradicién. La cancién se mofa de los simbolos carlistas y de sus seguidores y acaba reclamando el regreso a Madrid no del rey, sino de destacados lideres republicanos: Por Dios y la pata del buey lucharon nuestros padres. Por Dios y la pata del buey lucharemos nosotros también. Si tu padre se tirara desde lo alto de un balcén tu también te tirarias 208 por seguir la tradicién. Cueste lo que cueste se ha de conseguir que Negrin y Azafia vuelvan a entrar en Madrid. (72-73) Tampoco e1 himno de Falange, "Cara a1 sol", escapé a la enjundia demoledora de los presos. Con el brazo en alto, a la manera fascista, se entonaban los versos de este himno del que, segun Aroca, los que mas sobresalian eran aquellos que decian "Volveran banderas victoriosas/ a1 paso alegre de la FAI..." (74) Y cuando llegaba 1a respuesta a las voces de ritual, "se reservaba todo el entusiasmo y toda la potencia pulmonar para el final. E1 'iUnal' y el 'iGrandel' apenas era un murmullo; e1 'iLibreeeeeel', en cambio, brotaba con fuerza de mas de diez mil gargantas, en un grito que hacia estremecer al vetusto edificio" (74). Aunque hoy puedan parecer un desahogo pueril e inofensivo, estas canciones eran una forma de resistencia contra el proyecto franquista que pretendia transformar a1 preso politico en un nuevo individuo, un ”otro” respecto de si mismo, mas sumiso y productivo, segun las exigencias que tenia planteadas el nuevo regimen. Otras veces las canciones son himnos que evocan las luchas pasadas y presentes y despiertan esperanzas para el futuro. Estas canciones sirven para fortalecer y sostener la moral de los presos y sus convicciones politicas en situaciones limite. La importancia de estas canciones de lucha y protesta es constatada en el testimonio de Juan M. Molina, que reproduce la letra del 209 "Himno de alianza" en alusién a la Alianza Nacional de Fuerzas Democraticas constituida en Espafia en 1944, a instancias de la CNT clandestina. Segun Molina, los presos de la carcel de Alcala de Henares cantaban emocionados las estrofas de este himno, que decia asi: Los libertarios, republicanos y socialistas Unen su esfuerzo contra el tirano ruin y traidor por la Victoria de la Alianza y su inmediata revolucién. Toda la noble y roja sangre que hay derramada es garantia la mas excelsa de nuestra union, todos unidos, somos hermanos, muera e1 tirano, tiemble ante el pueblo que esclavizé Estribillo Es la Alianza antorcha sin par que a1 sol flamea. Su Victoria sera la nueva aurora que alborea, la democracia y la libertad, la libertad. Como una aurora que a1 mundo irradia con luz ardiente 210 Es 1a Alianza que a Espafia une un ideal, Luchemos todos por la Alianza que ella ha de darnos la libertad Los espafioles en esta ruda y magna epopeya la nueva Historia con sangre de héroes sabra forjar, es nuestro lema, que el pueblo entero, tenga trabajo, préspera vida, justicia y paz. Estribillo, etc. (65-66) El objetivo de estas canciones, como hemos dejado dicho, era elevar la moral y fomentar 1a unidad de accién. Pero la carcel franquista no 5610 propicié canciones parédicas o himnos politicos, sus muros alimentaron también una poesia introspectiva e intimista, una poesia que lucha contra la cosificacion impuesta por el universo panéptico. El decano de los presos politicos del franquismo y poeta, Marcos Ana, sefialaba en una entrevista, que muchos de sus poemas son un ejercicio que surge de la necesidad de escapar a1 opresivo ambiente carcelario. La poesia le sirve para evadirse de esa atmésfera que ha acabado por posesionarse enteramente de su vida y persona y que amenaza con hacer de él un fantasma sin pasado, ni presente ni futuro: Algunos de estos poemas me 103 arranqué del ahna en momentos inenarrables: cuando después de veintidés afios encarcelado los recuerdos de la vida se me comenzaron a desvanecer, a perder su color y sus contornos. Hasta las puertas del suefio se cerraron para 211 los recuerdos y la carcel se impuso definitiva e implacablemente en el dia y en la noche de mi cautiverio. (8) Con "gLa vida?", Marcos Ana trata de recuperar e1 sabor de la libertad perdida durante tantos afios de carcel. E1 propio titulo del poema empieza planteando un interrogante, gpuede existir la vida sin libertad? éLa vida? Decidme Como es un arbol. Decidme e1 canto de un rio cuando se cubre de pajaros. Habladme del mar. Habladme del olor ancho del campo. De las estrellas. Del aire. Recitadme un horizonte sin cerraduras y sin llaves como la choza de un pobre. Decidme Como es el beso de una mujer. Dadme el nombre del amor: no lo recuerdo. gAun las noches se perfuman de enamorados con tiemblos de pasién bajo la luna? 50 Solo queda esta fosa, la luz de una sepultura y la cancion de mis losas? 212 Veintidés afios. .. ya olvido 1a dimension de las cosas, su color, su aroma... escribo a tientas: 'el mar', 'el campo'. .. digo 'bosque' y he perdido 1a geometria de un arbol. Hablo por hablar de asuntos que los afios me borraron. (N o puedo seguir: escucho los pasos del funcionario). (17-18) La respuesta, después de haber leido e1 poema, es clara y contundente: no. La carcel es la antitesis de la vida ya que constrifie y pone rejas a lo que, por naturaleza, ha nacido libre. En la cosmovisién povética de Ana, la libertad es la condicién natural de todas las manifestaciones de la vida y, por lo tanto, aquello que no goza de tal atributo no puede considerarse realmente vivo. Esta visién tiene su perfecta encarnacién en las imagenes que utiliza para presentar e1 conflicto del poema, conflicto que puede resumirse en la siguiente ecuacién: vida=libertad; muertezfalta de libertad. E1 universo concentracionario, representado por las ”llaves” y ”cerraduras”, es una ”fosa”, una ”sepultura”, construida por la mano del hombre para coartar la libertad de sus semejantes. Por e1 contrario, la vida es evocada por medio de imagenes asociadas con la naturaleza (mar, pajaros, horizonte), (y con el amor, ”e1 beso de una mujer”), imagenes que acentuan la sensacién de libertad, de movimiento, de dicha. 213 5.2. El bulo Como ha constatado e1 superviviente de los campos de exterminio nazis, Bruno Bettelheim, "The attitude of denying 'reality' to events so extreme as to threaten the prisoner's integration was a first step toward developing new mechanisms for surviving in the camp" (4). También los presos republicanos espafioles utilizaron mecanismos defensivos para poder sobrevivir el terror implantado por el sistema franquista. Uno de ellos fue el bulo, que se propagaba de boca en boca y corria como la pulvora por las carceles franquistas en noches tan tragicas y negras como a las que alude el poema "La Saca". En esos momentos se ponia en accién "Radio Petate" 0 "Radio Perola" en las que "Unos sofiadores humoristas y humanos, inventaban bulos tejidos de esperanza y los lanzaban a 105 miles de hombres para sostener la moral colectiva" (Molina 39-40). En momentos de debilidad, desmoralizacion y desaliento, la unica luz en aquella larga noche de piedra para muchos antifascistas fue el bulo. Aunque en ocasiones su eterno optimismo y sus predicciones siempre fallidas alcanzara cotas de un voluntarismo extremo. Las palabras que Zugazagoitia 1e dedicé al periodismo de partido durante la guerra son una premonicién de lo que iba a ocurrir después en el universo penitenciario franquista: "En periodismo se iniciaba, con la mejor buena fe, el periodo de las mentiras heroicas" (81). "Mentiras heroicas" que toda la poblacién reclusa deseaba escuchar aunque $610 fuera porque levantaban e1 animo con sus toques de humor y fantasia. "Se diria que todas las fuerzas y recursos del hombre se ponen al servicio de una situacién psicolégica especial, encargada de mantener la moral indispensable en la vida de los presos" (22), afirma Garcia Duran para explicar la fuerza del bulo en las carceles franquistas. "El bulo circula, se extiende y vuelve 214 a1 punto de partida, ---escribe Molina--- agigantado, deformado y adornado. Cada uno, a1 trasmitirlo, pone un poco de su fantasia" (39). La carcel fue, en palabras de José Maria Aroca, ”1a fabrica” mas importante de bulos de la Espafia franquista. En ella se originaban el noventa y nueve por ciento de los bulos que después, por boca de los familiares de los presos, salian a la calle para volver a entrar en las prisiones, aparentemente confirmados desde el exterior. La noticia del estallido de la Segunda Guerra Mundial, recibida con gran jubilo por los presos franquistas, dio origen a infinidad de bulos y a comportamientos que, vistos desde la perspectiva actual, pueden parece demasiado ingenuos. Segun comenta Aroca, Por aquellas fechas se tenia el convencimiento de que la contienda repercutiria favorablemente en la causa republicana: Alemania seria derrotada, y con ella caerian sus amigos. La fabrica de bulos funcionaba a pleno rendimiento. Las noticias mas disparatadas circulaban de boca en boca: los ingleses atacaban desde Gibraltar, los franceses habian cruzado 1a frontera, viniendo en nuestra ayuda... Muchos presos llegaron a dormir vestidos, esperando su liberacién de un momento a otro. (81) Cabezas cita otro ejemplo de un bulo cuyo objeto no era otro que relajar un poco la atmésfera de tensién que se vivia entre la poblacién reclusa a consecuencia de las sacas diarias: Un dia corrié la noticia pintoresca de que los nacionales habian bombardeado con panecillos las capitales de Madrid y 215 Barcelona. Al dia siguiente replicaron los republicanos, con un bombardeo de ciudades nacionalistas con camisas y calcetines. Hasta 'Sacona' se reia al comentarlo. El campo de prisioneros de Cedeira habia vuelto a disfrutar de una cierta tranquilidad que duraria muy poco. (Aeturiae 195) Para e1 periodista Vega Pico, "Todos los bulos por disparatados que parezcan llevan en su interior un pequefio nucleo de verdad" (Cabezas, Asturias 193). Y refiriéndose a los que circulaban por el campo gallego sefiala que "...proceden de unas noticias que se nos niegan", lo que le lleva a concluir que "No hay duda de que algo no les va bien a los franquistas" (Cabezas, Asturiae 194). "A falta de noticias nos alimentamos de bulos", comenta otro preso en el testimonio de Cabezas (Asturias 193). Eduardo de Guzman, sin embargo, se muestra contrariado ante la popularidad del bulo ya que en su opinion e1 bulo es negativo porque levanta en los presos expectativas infundadas y acaba convirtiendo su estancia en la prisién en un verdadero tormento. "'Dejaréis de temer cuando dejéis de esperar, --- escribe en tono biblico en m --- porque e1 temor y la esperanza, que parecen irreconciliables, estan en realidad perfectamente unidos'" (17). De Guzman preconiza asi abandonar toda esperanza en la clemencia del vencedor para no caer en "el infierno de la esperanza" que "lejos de sostener la vida, contribuyen a su destruccién" (Elm 17). Pero no todo el mundo es capaz de adoptar una actitud tan espartana, el ser humano necesita tener esperanza, aunque ésta no sea mas que un producto de su desatada fantasia. Asi lo reconoce el propio de Guzman a1 referirse a1 bulo 216 del indulto que se propago por el campo de concentracién de Albatera. Primero fue con motivo del desfile de la Victoria, que muchos consideraban que vendria acompafiado de una generosa clemencia; luego fue a raiz del anuncio de la visita a Albatera de una personalidad importante. Para de Guzman Es absurdo y disparatado que, en caso de promulgarse un indulto, haya de venir a comunicarnoslo personalmente una personalidad cuyo nombre seguirnos desconociendo. Pero basta que uno lo diga para que muchos lo repitan y todos los razonamientos en contrario no sirven de nada. Existe, pues, un clima de general euforia cuando una tarde se obliga a formar en el campo para oir... [l]a perorata de Giménez Caballero... No dice, claro esta, lo que algunos ingenuos esperaban que dijera; en cambio, dice otras muchas cosas que sorprenden a la mayoria de sus forzados oyentes. . . . Una de las consecuencias directas de la interminable perorata de Giménez es que... se deje de hablar automaticamente del supuesto indulto. Después de oirle hasta los mas delirantemente optimistas han de decir adiés a sus infundadas ilusiones. Pero como la gente no se resigna nunca a perder las esperanzas, y cuando no tiene motivos en que basarlas las inventa, muchos empiezan a hablar y a especular de nuevo. (E1 afio 319-20) E1bulo,junto con el humor, forman parte de las estrategias de resistencia que los presos antifranquistas utilizan para sobrellevar y superar las situaciones limite a que se veian expuestos. Menciona Juan M. Molina que estando en el 217 penal de Alcala de Henares llegé a sus manos un album de chistes ilustrado que habia sido elaborado por distintos presos y que circulaba por la prisién de forma clandestina. El humor en situaciones como éstas es, ademas de heroico, revolucionario pues, como escribe unas lineas mas adelante el mismo Molina, "Muchas veces e1 ingenio, 1a burla, el chiste y el comentario clandestino, han derribado idolos y regimenes en los cuales la fuerza no habia logrado hacer mella" (67). Los presos politicos del franquismo respondian asi al dolor con una sonrisa de esperanza. 5.3. El hambre y el rancho El rancho fue uno de los temas que mas preocupé a la poblacién reclusa que moria, ademas de por ejecuciones, por enfermedades producidas por una inadecuada dieta alimentaria. Contrariamente a la propaganda realizada por el régimen, la carcel franquista no fue ningun modelo ni desde el punto de vista de la alimentacion ni desde el punto de vista higiénico-sanitario. La pobre o inadecuada dieta alimentaria producia casos de avitaminosis, gastroenteritis y caquexias. Es légico, pues, que muchas de las situaciones chistosas tengan en el rancho el objeto principal de su burla. He aqui unos ejemplos extraidos del testimonio de Molina the sobre Es afia: Una caldera de rancho, que es todo caldo, sobre el cual flota un solo garbanzo carcomido, por cuyos agujeros asoman los bichitos: "Nueva edicién del Arca de Noé", reza e1 pie del dibujo. (69) Ante la bazofia que se les da como alimento, los penados se plantan. El chiste alude al episodio. 218 ...[L]os penados, negandose a comer, desfilan ante la caldera del rancho y arrojan en él su racién sin probar. Un preso interroga al otro: iQué! gcémo te va? ---Vamos tirando ---contesta el interesado, echando 1a comida a la caldera. (69) Al hambre alude este otro chiste en el que "El artista ha dibujado una caldera transparente; en el fondo del liquido una patata negra. Al pie este titulo: 'Tesoros submarinos” (70). La situacién de hambre que vivieron los presos de la dictadura no tuvo nada de graciosa y divertida. Lejos de ello, fue una tragedia cuyas consecuencias causaron insoportables sufrimientos y graves dolencias, cuando no la propia muerte. Comenta Eduardo de Guzman e1 prolongado cuadro de estrefiimiento sufrido por los presos a causa de la falta de una alimentacién adecuada. La capacidad de poder sacar una sonrisa ante situaciones tan dramaticas como ésta es fundamental para sobrevivir, como lo demuestra e1 siguiente fragmento extraido del testimonio m: Generalmente, empezamos a sufrir las primeras contracciones intestinales, cuatro o cinco dias antes de conseguir evacuar absolutamente nada. Una y otra vez vamos hasta las letrinas, permanecemos largo rato en cuclillas haciendo violentos esfuerzos que nos agotan, y al final, sudorosos y doloridos, volvemos igual que fuimos. Uno, poniendo a mal tiempo buena cara, hace un 219 retruécano con un juego de palabras que millares repiten en dias sucesivos a1 volver desolado (sic.) de las letrinas: ---Me esta bien empleado por haberme hartado de 'albaterina'. ng eso qué es? Esta bien claro: que he ido 'al water y na'. (252) 5.4. La represién Incluso la terrible realidad de la represién no escapc’) a la beta de "humorismo heroico" que, de acuerdo a Molina, es un rasgo distintivo del caracter espafiol (68). "En las carceles hay, felizmente, sus alegrias, su humor, sus distracciones gratas" afiade Leiva. "Aunque parezca inverosimil, también en las carceles de Franco, porque e1 humor esta en los presos, no en los carceleros" (Leiva 220). Anécdotas humoristicas hay muchas en los testimonios que aqui tratamos. Molina ofrece en su testimonio una serie de adivinanzas humoristicas que eran populares por entonces en las carceles franquistas. Por ejemplo, la severa represién iniciada por el franquismo una vez acabada la guerra sirve de motivo a la siguiente: "ngn qué se parece Espafia a una plaza de toros?", 1e pregunta un recluso a otro: "---En que la mitad esta 'cara al 501' y la otra mitad a la sombra" responde. La siguiente tiene como tema de la chanza 1a tortura: Un preso, con la cara livida, pelado a1 raso, mostrando chichones y protuberancias, nacidas a1 calor de los interrogatorios en 1a 220 Direccién General de Seguridad, lee emocionado una carta de la familia que le dice entre otras cosas: ..."Ademas, si te ves ahi es por tu mala cabeza." (70) Transcribe Molina en su testimonio un gracioso suceso ocurrido a uno de los presos durante la celebracién de un consejo de guerra. La anécdota pasé a formar parte del repertorio de chistes de los penados, que la comentaban con evidente hilaridad. Dice asi: Cuando el simpatico amigo X comparecic’) ante el tribunal, invitado por el presidente a explicar los hechos, comenzé con la mayor tranquilidad y con su sorna acostumbrada: ---Sefiores del tribunal: cuando empezé el follén, yo me hallaba. .. El presidente 1e corto la palabra indignado: ---Sefiores del tribunal: el procesado ha tenido 1a osadia de llamar follon a nuestro Glorioso Movimiento Nacional. (74) 5.5. Los juegos de palabras Los juegos de palabras son otro ejemplo de esa enjundia demoledora y humoristica con la que se pretende desprestigiar a1 gobierno franquista y a sus personalidades mas influyentes, empezando por su lider, e1 general Franco. Er; mis prisione , el que fuera ministro de la Monarquia, Sénchez Guerra, altera y cambia la grafia del adjetivo superlativo "Generalisimo" para convertirlo en "Criminalisimo", mas acorde con las caracteristicas que se adjudican a Franco. Otros lo llaman "el sordo" aludiendo sarcasticamente a los tres vivas a Franco que todos los presos tenian que gritar al unisono antes de romper filas. 221 Manuel Izquierdo, el que fuera director de m1) menciona una anécdota ocurrida en el patio de la prision de Santa Engracia que consignamos aqui porque, ademas de dibujar 1a intensidad de la represién franquista en la inmediata postguerra, no esta exenta de humor. Dice asi: Un 'destino' nombra a quienes les correspondia e1 préximo turno de entrada en el locutorio. El voceador, con su lista en la mano, leia los nombre. Después de hacer un silencio breve, en una fuerte exclamacién, voceé: ---;Franco! jFranco! jFranco!... iY su padre! Sonaron las carcajadas de los presos y las amenazas del vigilante. El ’pregonero’ hubo de hacer frente a la ira que le caia encima. Inmutable, traté de poner calma a su alrededor y 5610 entonces pudo explicar e1 guardian que él no habia hecho otra cosa que la llamada reglamentaria. En efecto, los Franco detenidos alli, eran tres hermanos, Santiago, Atilano y Jacinto. A ellos les acompafiaba su padre, Eugenio, mas su cufiado Tomas Rodriguez. Tres Franco, por ello. .. mas su padre. (30) Volviendo al juego de palabras, Subirats Pifiana menciona en su testimonio como un pequefio cambio de letras convirtié "Redencién" en "Maldicién", titulo mas acorde con el sentir general de los presos hacia aquel periédico penitenciario sufragado por la dictadura. Finalmente, José Leiva cuenta la anécdota de un preso cuya vida dependia de un capitan que se llamaba Calavera y de un director general de prisiones cuyo nombre era Maximo Cuervo (y al que los presos se referian como el "maximo cuervo") (213). 222 Segun Eduardo de Guzman, Maximo Cuervo fue el responsable del "turismo penitenciario", "luminosa idea" que "consiste en mandar a todos los presos de un extremo a otro de la peninsula en tales condiciones que, segun se afirma en todos los presidios, 'tres traslados equivalen a un fusilamiento (Historiae 365). 5.6. Los personajes carnavalescos No quisiéramos acabar sin dejar constancia de un aspecto que sefiala Davies en su libro sobre la escritura carcelaria y que tiene relevancia para nuestro trabajo. Segun menciona Davis, las diferentes composiciones que pueblan la literatura carcelaria ”merge in a collectivity of epic and self-critical ur—epic where the oral stories and songs become part of a folk-history... of collective resistence to opression7” (4). Estas composiciones orales o escritas, sostiene Davis, ”seen as the prison folklore, are in fact not mimicking of the dominant culture but classically antagonist to it” (13). En otras palabras, son historias que estén ”in juxtaposition to the solemnity of official culture and displayed a sense of laughter and liberation” (Davies 11). Historias como las que se narran en Republicanos de catagmbas, forman parte de esa lucha colectiva contra la represion franquista, que se han transmitido oralmente encontrando, finahnente, su fijacion en la pagina escrita. Estas historias ocupan, por tanto, un puesto importante dentro de la narrativa carcelaria ya que representaron una forma de lucha y resistencia contra el franquismo, como lo fueron los chistes, las canciones y los bulos. Sirva como resumen de este apartado y final de este capitulo 1a siguiente historia que tiene por protagonista a Amancio Tomé, director de la carcel 223 madrilefia de Porlier. Como manifiesta e1 testimonialista Régulo Martinez, los presos del franquismo se aprovecharon de personajes como éste para hacer sorna de la dictadura y "enriquecer [asi] e1 ya nutrido elenco de cuantos magnificaron e1 franquismo" (34). Narra Régulo Martinez lo ocurrido a una esposa que, alarmada porque su marido 1e habia dejado de escribir, se puso en contacto con el entonces director de prisiones, el ya citado Maximo Cuervo. La esposa del reo, valiéndose de sus influencias, obtuvo de éste una tarjeta para comunicar bis a bis con su esposo en la propia direccion: En posesion de esa tarjeta se entrevisto con don Amancio, y éste, en cuanto leyé la firma de su jefe, 1e dijo a la sefiora, tras enterarse de que su esposo figuraba en la enfermeria: ---Esté usted tranquila, sefiora, que su marido esta muy bien atendido y en su propia cama en la enfermeria. Cuando esto oyé el que hacia de su secretario, 1e dijo al oido: ---Perdone, don Amancio, pero ese sefior fue uno de los tres que murieron anoche en la enferrneria precisamente. ...[I]mpertérrito, el senor Tomé se dirigié a la sefiora, exclamando: ---Enhorabuena, sefiora, ya que su marido esta en los cielos. Cayé redonda la sefiora, y cuando consiguieron que volviera en si, rogo al director que le permitiera dar un ultimo beso a su difunto marido. Ordené don Amancio que la condujeran donde estaban los tres cadaveres, colocados en fila, y al no reconocer en el primero a su marido, 1e espeté e1 senor director: 224 ---Pase usted a esa otra habitacién y ya le encontraré, que hay surtido. (35-6) Como se ha visto a lo largo de este capitulo, el sistema penitenciario franquista y, por extensién la misma sociedad espafiola, guarda una estrecha relacién con el universo carcelario que Foucault describe en su estudio. Como hemos visto en estos testimonios, la prision, ademés de los fusilamientos, aparece ocupando un lugar central dentro del organigrama punitivo del franquismo. No obstante, siendo el elemento represivo por excelencia, la carcel no le basté a la Dictadura franquista, que tuvo que recurrir a otros elementos de apoyo o complemento, para intentar romper la resistencia de los presos politicos. En un primer nivel, e1 mas primitivo, estaria la técnica que utiliza toda la tipologia represiva corporal, sirviéndose de medios tales como la tortura, la privacién de alimentos, la incomunicacién, etcétera. A 10 largo de este capitulo se han ofrecido suficientes datos para comprobar la importancia que este aspecto de la represion ha tenido en el sistema carcelario franquista. A este primer nivel debe afiadirse el uso de otras técnicas de condicionamiento (la religion, las ceremonias patriéticas, etcétera) que tenian como finalidad destruir la autonomia de los presos politicos con el fin de someterlos mas facilmente. El franquismo fracasé a este respecto, entre otras razones porque la mayoria de los presos politicos no se han conformado con ser meros sujetos pasivos de la represién y pusieron en practica toda una serie de estrategias destinadas a resistir e1 proyecto franquista. 225 N otas del capitulo 4 1 Circunscribiéndose al caso espafiol, ademas de desarrollar una tarea economica punitiva, la carcel también ha desempefiado "una funcién de salvaguarda del progreso y la civilizacién burgues[a] y cat61ic[a]" (Suarez 5). 2 En este macabro registro aparecen las siguientes anotaciones: -Casi todos los intelectuales mueren arrepentidos y 5610 los mas incultos son los mas obcecados, salvo los andaluces, los cuales, a pesar de su incultura, mueren arrepentidos una gran mayoria. ~Los reos mas obstinados, segun este registro, son los naturales de Murcia, Valencia, Asturias y Barcelona. -Por ultimo,. .. segun una clasificacién de los reos por partidos politicos, el orden de arrepentimiento es el siguiente: nacionalistas vascos, republicanos, anarquistas, comunistas y socialistas (de la vieja escuela de Pablo Iglesias). En diversas ejecuciones se ha dado e1 contraste impresionante de que, mientras un grupo moria besando el Crucifijo y dando vivas a Espafia, otro esperaba la ejecucién cantando la Internacional y pronunciando blasfemias y maldiciones" (citado en Sabin: 115-16). 3 Recientemente El Pais Semanal ha publicado una serie de reportajes sobre este tema bajo e1 titulo "Hijos de las carceles franquistas." (24 marzo. 2002): n. pag. Online. Internet. 24 marzo. 2002. Véase también e1 capitulo "Internado (hijas de los vencidos)" en Tenia que contarlo, libro-testimonio en el que Maria Luisa Alvarez Llorente narra, entre otras cosas, sus experiencias en el colegio de las monjas claretianas del Corazén de Jesus, donde fue internada como huérfana de padre "rojo". Segun la autora, de este colegio "[s]ali con un lavado de cerebro que 226 tardé tiempo en volver mis neuronas a su estado natural" (41). En Lucie, e1 anarquista irreductible de Bernard Thomas (Madrid 2002), se menciona brevemente el caso de los nifios / as desaparecidos del franquismo y se anuncia 1a aparicién inminente de un libro en francés sobre el tema. 4 En otros apartados de este testimonio se alude a las funcionarias de Ventas con apodos tan ilustrativos como la "Morros", la "Boris Karlof" o la "Veneno". 5 De acuerdo a Barry Jordan, "the majority of the oppositional intelligentsia of the 19505 were sons and daughters of the winning side, the development of political dissent in their case would depend primarily on a process of disenchatrnent and ideological transition or conversion" (249). 5 Es curioso comprobar como muchas palabras del franquismo han perdido su significado en la actualidad. De aquel lenguaje franquista, cuyo significado las nuevas generaciones, afortunadamente, desconocen, se podrian destacar muchas palabras relacionadas con la represién y la muerte. Comenta Isidro Guardia Abella que entre 1939 y 1943 estuvieron de moda, entre otras, dos tétricas palabras: "paseo" y "saca". Cierto dia, corrigiendo su manuscrito, el hijo de un amigo 1e pregunto que queria decir la expresién "saca", que junto con "paseo" aun son, segun Guardia Abella, "motivo... de pesimismo, de agria recordacion" (7) entre los expresos del franquismo. Aunque en la mayoria de las ocasiones se puede inferir su significado por el contexto, lo cierto es que en la democracia expresiones como "saca , paseo" o "pepa" y "peposos" y otras semejantes, ya no tienen aquel sentido que tuvieron entonces. 227 7 Segun Davis, ”By ’ur—epic’ I mean the epic of the collective consciousness, not written but told. The prefix ’ur-’ is used because it comes from the beginning of human history” (18). 228 Capitulo 5: Trauma y pedagogia 1. Testimonio y trauma Como todo ejército victorioso, e1 franquismo tratc’) de borrar a sangre y fuego la memoria colectiva de la Espafta vencida en una ceremonia purificadora a la que se le podria aplicar e1 adjetivo de "memoricidio"1. En el presente capitulo mantenemos, prirnero, que los testimonios de la represién franquista pertenecen a la literatura del trauma ya que sus protagonistas han sufrido durante muchos afios e1 terror franquista. El énfasis de estas narrativas en la violencia, en la tortura y en la muerte tendria asi una justificacién intrinseca ya que el testigo habla urgido por la necesidad de sobrevivir. Como dice Dori Laub: "The survivers did not only need to survive so that they could tell their story; they also needed to tell their story in order to survive" (63). El método testimonial deviene asi en un instrumento terapéutico ya que, como han demostrado numerosas investigaciones, el relato testimonial ayuda a reintegrar las experiencias traumaticas en los esquemas cognitivos del individuo. En segundo lugar mantenemos que en esta literatura la memoria desempefia no 5610 una funcién terapéutica sino también pedagégica. Es decir, las victimas de la represién franquista hablan para sobrevivir, para salvar la memoria de la lucha antifascista, pero también para que las generaciones venideras aprendan. Estos testimonios reconstruyen asi aquellos afios no para desatar los viejos odios sino para que no se vuelvan a repetir. En Heleeaust Testimonies: The Ruins of Memory, contrariamente a todo lo hasta aqui expuesto, Lawrence Langer niega todo valor terapéutico o pedagégico a1 testimonio. Para Langer, nada se puede apre(he)nder de 229 experiencias que, como las del Holocausto nazi, sobrepasan nuestra capacidad de comprension. De acuerdo a Langer, el género testimonial se encuentra ante una paradoja irreconciliable: Testimonio is a form of remembering. The faculty of memory functions in the present to recall a personal history vexed by traumas that thwart smooth-flowing chronicles. Simultaneously, however, straining against what we might call disruptive memory is an effort to reconstruct a semblance of continuity in a life that began as, and now resumes what we would consider, a normal existence. ’Contemporality’ becomes the controlling principle of these testimonies, as witnesses struggle with the impossible task of making their recollection of the camp experience coalesce with the rest of their lives. In one theme links their narratives more than any other, it is the unintended, unexpected, but invariably unavoidable failure of such efforts. (3) En opinién de Langer e1 testigo/sobreviviente de catastrofes humanas tan enormes como el Holocausto se mueve constantemente entre diferentes categorias de memorias para poder sobreponerse a los efectos de tal experiencia. Este constante fluctuar entre diferentes memorias Langer 10 describe a través de los términos "common memory" y "deep memory"? Mientras que la memoria comun "urges us to regard the Auschwitz ordeal as part of a chronology, a dismail event in the past that the very fact of survival helps to redeem," la memoria profunda "reminds us that the Auschwitz past is not really past and never will be" (citado en Rachel N. Baum: 97). 230 Langer concluye afirmando la futilidad del testimonio y sus narrativas redentoras ya que, en su opinion, "Moral formulas about learning from experience and growing through suffering rapidly disintegrate into meaningless fragments of rhetorical consolation" (xi). Estas afirmaciones estan en franca oposicién con otros estudios que mantienen que el testimonio cumple una funcién primordial en la preservacién de la salud fisica y moral del individuo y de la sociedad. Criticos como Rachel N. Baum no estan de acuerdo con los postulados de Langer, ya que en su opinién 1a memoria es indivisible y, por tanto, no cabe hablar de ”common memory” 0 de ”deep memory”. La critica Kali Tal también critica la terminologia de Langer, de la que afirma que es tan confusa y fragmentaria como las vidas que pretende explicar. El acercamiento de Langer es acusado, ademas, de elitista ya que presupone que ni los propios sobrevivientes comprenden lo que han sufrido: Survivors, in Langer’s descriptions, are confused, bewildered, unconscious, frustrated, silenced, or anguished. They speak the truth, but do not know what it is they are saying. Thus, it is left to the critical audience to interpret the survivor’s narrative, to gloss the text; in fact, Lange’s theory requires a critical audience for the whole story to be told, for only the informed audience is capable of hearing the silence, of explicating the revealing incoherence" (51). Por otra parte, la amenaza de amnesia que Langer achaca a "common memory" y sus seductoras narrativas salvadoras, no es una prerrogativa de ésta, pues como afirma Rachel N. Baum, "deep memory has its risks as well: the risk 231 of absorbing the story too well, of losing one self to the dead, of being overcome with guilt and sorrow" (98). Para acabar con la dicotomia de "common memory" y "deep memory" Rachel N. Baum acufia "'pedagogical memory' which infuses both. Whether responding to deep memory or common memory, post-Holocaust generations are asked to learn from the testimony of survivors" (98). Y afiade a continuacién: "Whereas for Langer, redemptive narratives are inherently suspect, the values of Holocaust education push against that claim, embracing the possibility of optimism for the future at the same time that they acknowledge the impossibility of salvation" (98). El poder pedagégico y terapéutico que Rachel N. Baum adjudica a la memoria testimonial ha sido corroborado por diferentes estudios realizados a lo largo de este siglo. El psiquiatra francés Pierre Janet fue el primero que hablé de "memoria narrativa", concepto que entiende la memoria como una construccién mental empleada por el individuo para dar sentido a una experiencia traumatica. La memoria narrativa funcionaria asi como una especie de cohesionador gracias a1 cual esas memorias traumaticas acaban siendo integradas en el sistema cognitivo del individuo, proceso que, de acuerdo a las teorias de Janet, se realizaria a través de la verbalizacion de la experiencia: Memory, like all psychological phenomena, is an action; essentially it is the action of telling a story. . . . A situation has not been satisfactorily liquidated. . . until we have achieved, not merely an outward reaction through our movements, but also an inward reaction through the words we address to ourselves, through the organization of the recital of the event to others and to ourselves, 232 and through the putting of this recital in its place as one of the chapters in our personal history. (citado en Herman: 9) De ese "recital of events to others and to ourselves" al que alude Janet es de donde se desprende el valor terapéutico del testimonio. Basandose en estas premisas Julia Cinfuegos y Cristina Monelli realizaron un experimento en el que utilizaban e1 método testimonial con expresos de la dictadura chilena que habian sido torturados. Las conclusiones de su estudio estan en linea con lo que hemos venido diciendo hasta aqui. Segun afirman estas sicélogas "The testimony, aimed at facilitating integration of traumatic experiences and restoration of self- esteem, was found effective in providing symptomatic relief" (43). La memoria testimonial cumple asi una funcién reintegradora a1 transformar las experiencias traumaticas, como afirma Herman, "from sensation and images into words... [and] when this happened, the [traumatic] memories [of the survivors] seemed to lose their toxicity" (9). Para Inger Agger e1 método testimonial auna en un mismo ambito de accién la investigacién y el proceso terapéutico, elementos que, segun su experiencia clinica, son inseparables: For victims of human rights violations, testimony has special significance, because it becomes a documented accusation and a piece of evidence against the repressive system. 'Testimony' as a concept has a special, double connotation: it contains objective judicial, public and political aspects as well as subjective, spiritual, cathartic, and private aspects. Testimony thus contains the quality 233 of uniting within its structure the private and the political levels. (9) También Bruno Bettelhein, sobreviviente de los campos de concentracién nazis, utiliza el testimonio para dejar constancia de los horrores de los campos nazis y para intentar comprender el comportamiento humano en situaciones extremas. En "Trauma and Reintegration", Bettelhein afirma que existen "three different responses to being traumatized to the most extreme degree, one may say that one group of survivors allowed their experience to destroy them; another tried to deny it any lasting impact; and a third engaged in a lifelong struggle to remain aware and try to cope with the most terrible, but nevertheless occasionally realized, dimensions of man’s existence" (28). Este ultimo comportamiento, que aparece en su ensayo bajo e1 epigrafe de "Reintegration", es identificado por Bettelhein como el mas efectivo ya que los sobrevivientes, por muy horribles que sean sus experiencias, extraen algo positivo de ellas, lo que les permite mejor reintegrarlas y, consecuentemente, "to live as well as they could with the aftereffects of their concentration camp experience" (34). Y en otro de los ensayos que dan vida a Surviving and Other Eeeaxs, "Individual and Mass Behaviour in Extreme situations", Bettelhein afirma e1 valor terapéutico del testimonio a1 sefialar que lo que le llevo a escribir sus experiencias no fue la consecucién de "pure scientific knowledge", sino la necesidad de liberarse de sus experiencias en los campos de Dachau y Buchenwald. En otras palabras, sus observaciones sobre la vida en el campo, como expresa en la siguiente cita refiriéndose a si mismo en tercera persona, son 234 una especie de hibrido en el que se dan la mano tanto e1 deseo de conocer como la necesidad de sobrevivir para dar fe: Rather, the study of these behaviors was a mechanism developed by him ad hoc in order that he might have at least some intellectual interest and thus be bettter equipped to endure life in the camp. His observations and collection of data should thus be considered as a particular type of defense developed in the extreme situation. It was behavior individually developed, not enforced by the gestapo, and based on this particular prisioner's background, trainig, and interests. It was developed to protect this individual against a disintegration of his personality. (51) En las lineas finales de "Trauma", Bettelhein se muestra concluyente al respecto cuando sefiala que sus escritos, ademas de ser una reflexién sobre el horror nazi y sus repercusiones para el hombre y la sociedad contemporanea, "serve as steps toward the better integration of his person" (37). Eugenia Weinstein y Elizabeth Lira apuntan e1 valor terapéutico del testimonio en su estudio sobre los casos de personas que han sido torturadas y que, como consecuencia, sufren secuelas traumaticas. En su trabajo sobre las victimas de la dictadura militar chilena estas investigadoras observaron que para las victimas de la tortura la verbalizacién de la experiencia "was not only cathartic but was also a political and legal weapon against the aggressor. In this way, some of the aggression which the abuse had created in the victim could be channelled and elaborated in a socially constructive manner, whereby the self- destructive spiral was broken" (citado en Agger: 9). 235 Shoshana Fehnan y Dori Laub, también relacionan el testimonio con el evento traumatico a1 ligar e1 nacimiento de este género con las hecatombes ocurridas durante e1 siglo XX: Testimony has become a crucial mode of our relation to events of our times ----our relation to the traumas of contemporary history: the Second World War, the Holocaust, the nuclear bomb, and other war atrocities. As a relation to events, testimony seems to be composed of bits and pieces of a memory that has been overwhelmed by occurrences that have not settled into understanding or remembrance, acts that cannot be constructed as knowledge nor assimilated into full cognition, events in excess of our frames of reference. (5) Finalmente, hay que destacar las aportaciones de Simon, Rosemberg y Eppert al tema del testimonio y el trauma. Para estos criticos dos son las formas predominantes en que se articula la memoria testimonial. En la primera modalidad la memoria "is enacted as a difficult return, a psychic and social responsibility to bring the dead into presence, a responsibility that concurrently involves learning to live with, and in relation to, loss" (en italicas en el original, 3). En la segunda la memoria se constituye "as [an a] strategic practice in which memorial pedagogies are deployed for their sociopolitical value and promise" (en italicas en el original, 3). El marco teérico desgranado hasta aqui nos da pie para introducimos en el tema del capitulo que es, como hemos expuesto al principio, e1 trauma y la pedagogia en los testimonios de la represién franquista. Como veremos a lo 236 largo del presente capitulo, 105 testimonios de la represién franquista son sélo una pequefia manifestacion de la barbarie que ha caracterizado nuestro siglo XX, periodo en el que fueron asesinados millones de seres humanos en nombre de la libertad, de la justicia y de la igualdad. La violencia de este siglo no la podemos revivir en los frios datos estadisticos ni en la prosa muerta de la historia, que diria Nora, sino en las memorias testimoniales, como las que aqui tratamos, en las que el dato y el sentimiento, lo objetivo y lo subjetivo, lo publico y lo privado, se funden indisolublemente para intentar captar "la huella de 10 real" (J ara 2). 2. La memoria traumatica en los testimonios de la represién franquista E1 énfasis en los episodios violentos en los testimonios de la represién franquista no es gratuito ya que, ademas de servir para establecer una identificacién del publico con los protagonistas del relato testimonial, estas imagenes del dolor y del terror surgen del deseo de relatar la memoria traumatica, un intento que es siempre una aproximacién fallida ya que la experiencia limite en si queda sin voz. Como escribe Rene Jara "Mas que una interpretacion de la realidad... [e1 testimonio es] una huella de 10 real, de esa historia que, en cuanto tal, es inexpresable. La imagen inscrita en el testimonio es un vestigio material del sujeto" (2). La verdad a la que estos testimonios tratan de aproximarse es la de los sobrevivientes de las carceles y campos de concentracién franquistas que van a morir pronto y quieren, antes de desaparecer, dar fe de lo ocurrido para recuperar una identidad amenazada y para evitar que la memoria de las victimas caiga en el olvido completo. 237 2.1. Los desaparecidos del franquismo Estos testimonios de la lucha antifranquista recuperan para la memoria personas y eventos del pasado de los que de otra manera no tendriamos conocimiento. Estos testimonios recuperan asi los nombres de aquellos luchadores anénimos que dejaron su vida en las comisarias, en las tapias de los cementerios 0 en las cunetas, luchando por la libertad. Es esta, por tanto, una literatura que tiene en buena parte una funcion restauradora ya que a través de la representacion literaria se reemplazan aquellos ritos y rezos que no se pudo administrar oportunamente a las victimas. El impacto de las desapariciones en la sociedad transciende e1 simple hecho de la muerte ya que viola los ritos sociales que tienen que ver con el entierro, con el duelo y la tumba. Como escribe Fernando Reati El terror colectivo producido por las desapariciones, asi como las profundas heridas psicolégicas causadas a nivel social, 5610 se explican a partir de una determinada concepcién de la muerte que se acepta colectivamente como 'natural', relacionada con el significado del morir, de los ritos funerarios...del... cuerpo en nuestra cultura. (Nombrar 26-27) Al grave shock siquico producido por la desaparicién debemos afiadir e1 relacionado con los ritos del entierro y el destino del cadaver, lo que empeora mas aun e1 trauma que produce la pérdida de un ser querido. Segun afirma Reati la tumba adquiere en nuestro tiempo una importancia superior ya que acaba convirtiéndose en un simbolo a través del cual se trasmite la individualidad de la muerte y la memoria del difunto: 238 La presencia material de la tumba es de gran importancia tanto para el sobreviviente como para el que se prepara a morir, porque le permite al familiar inmortalizar a1 ausente a través del rito de la memoria, y simultaneamente 1e garantiza a1 agonizante e1 consuelo de la relativa inmortalidad del recuerdo. La costumbre medieval de apilar los huesos en osarios colectivos se percibe ahora como una desacralizacién del cuerpo humano, tras varios siglos de ritos funerarios y tumbas individuales, lo cual explica e1 horror moderno ante la imagen de las fosas comunes. (Nembrar 28) Los sobrevivientes de la represién franquista quieren dar cuenta de esa catastrofe a través del testimonio que es, precisamente, un tipo de literatura que cumple, como hemos dicho, una funcién restauradora. En estos testimonios los desaparecidos son evocados y homenajeados, evitando asi su aniquilacién ultima, que seria la del olvido total e infinito. Al leer estos testimonios se hace verdad aquello de que las personas no mueren mientras haya alguien que las recuerde. Los asesinados por el franquismo siguen muy vivos, como demuestran estos testimonios de la resistencia antifranquista. Segun la Asociacién para la Recuperacién de la Memoria Histérica (ARMH), unos 30,000 cuerpos de esos desaparecidos yacen en las fosas comunes que se encuentran a lo largo de toda la geografia espafiola. Bilate 1239-1941, de Josep Subirat Pifiana, es un testimonio escrito para homenajear la memoria de todos los presos de esta carcel tarraconense. El testimonio relata los avatares vividos por él y sus compafieros de cautiverio al tiempo que documenta 1a burocratizacién de la vida y de la muerte que ocurria 239 en las carceles franquistas. El deseo de pagar tributo a todas las victimas del franquismo se traduce en un amplio cuerpo de notas y en un anexo de mas de sesenta paginas con los nombres de todos los procesados y ejecutados en consejos de guerra en Tarragona. Nada ni nadie parece haber escapado al deseo de testificar del testimonialista y a su afan de recuperar para la memoria colectiva los nombres de tanta gente caida en la diaria y anonima batalla contra la dictadura. Pero el libro de Pifiana no es una excepcién pues todos los testimonios antifranquistas rinden tributo a los desaparecidos. Como Mercedes Nunez, que con su testimonio Carcel de Ventas homenajea a las presas politicas ajusticiadas en esta carcel madrilefia. En su testimonio Nufiez recupera la memoria de muchas mujeres cuya anonima lucha ha sido fundamental para el restablecirniento de la democracia en Espafia. Muchos de los capitulos en los que esta dividida su narracién tienen nombres de mujeres que se han destacado por su la lucha y entereza ante la represién. Protagonistas como Matilde Landa, Matilde Revaque o Rosita Ventura son ya parte fundamental de la memoria de la resistencia que estos testimonios quieren preservar. 2.2. Las detenciones En el universo represivo del franquismo la detencion es un evento traumético por antonomasia ya que supone la suspension temporal del mundo conocido y predecible, es decir, el universo regido por los valores morales y éticos que se han intemalizado a lo largo del proceso de socializacién. Este universo, a1 que muy propiamente podriamos adjudicar e1 calificativo de democratico, desaparece para dar paso a un universo kafkiano en el que todo lo 240 que se habia asumido como prerrogativas inalienables del individuo es puesto patas arriba. La detencion se manifiesta en estos testimonios como el primer circulo de un viaje concéntrico que, como escribiera uno de los protagonistas de estos testimonios, se acerca cada vez mas a1 infierno. La detencién es la muerte civil, paso previo a la muerte biolégica. Una vez detenida, la persona pasa a convertirse en un bulto, un cuerpo listo para ser humillado y maltratado por el 5610 hecho de haber militado en un partido de izquierdas, haber luchado a favor de la Republica o haber puesto 1a pluma a su servicio. Como escribe Abella, "La detencion se convertia en espera atormentada sin conexién exterior, 5610 rota por la salida a diligencias o por el breve contacto familiar a través del locutorio, aquella 'tierra de nadie' que se llenaba de sollozos y de gritos porque las noticias de fuera eran las de unas familias a quienes la detencién habia dejado en el desamparo" (54). Del testimonio de Diego San José, entresacamos el siguiente pasaje por considerar que ofrece un buen ejemplo de la experiencia traumatica asociada con la experiencia de vivir la detencion en un sistema totalitario como la dictadura franquista: ---;Hombre...! Diego San José, e1 desempolvador de trastos viejos...! ---exclam6 uno, cuya fisonomia no me era desconocida. ---;El trapero honorario de Madrid. . .! ---afiadi6 un segundo. --—;Ya cayo e1 'pajaro'! ---afiadi6 un tercero mal encarado y bisojo, al que los demas oi que apellidaban Trevino. 241 Y levantandose de las sillas que ocupaban, dieron una vuelta en torno mio. Dos de los que fueron mis 'hurones', hicieron mi presentacion, diciendo: -—-Al cabo, dimos con la 'fiera'. Estaba agazapada en su cubil con su hembra y sus cachorros, fiado, acaso, en que perderiamos la memoria y le dejariamos tranquilo. Dice que tiene una hernia y que estaba en visperas de ser operado. .. ---Para lo que ha de durar. .. —--dijo el bizco. ---Lo que tarde en caer en manos del Auditor ---apoy6 otro---. Y que tenemos unos moritos que aciertan a ciegas. iNo le haran sufrir mucho! ---Esa es la lastima ---remat6 e1 bachiller de tisico---. Para esta canalla marxista, seria necesario resucitar los tormentos que ellos atribuyen a la Inquisicién. ---Con bajarle a1 sétano, ya puede darles [sic.] por resucitados. Hay alli un entrenador de boxeo que vale un imperio. ---de todas maneras, afiadié e1 bisojo ---no debe forjarse grandes ilusiones sobre su suerte, y si no lo tomase a mal, yo le adelantaria e1 camino... ---encarandose conmigo, prosiguié---. Yo, le dejo la pistola; se mata usted ahi, en el cuarto de bafio y se levanta la tapa de los sesos. Siempre es mejor morir de un solo tiro en la cabeza que acribillado a balazos. .. Y, echando mano a1 bolsillo trasero del pantalon saco una 'start' y la puso al alcance de mi mano. (23-24) 242 Si para el detenido e1 arresto conllevaba tener que sufrir todo tipo de humillaciones y castigos, ademas del riesgo real de una muerte anénima, para la familia suponia, ademas de angustias sin fin, a1 no saber e1 paradero ni la suerte del detenido, un grave quebranto econémico ya que se la privaba de unos ingresos que, en la mayoria de los caso, eran fundamentales para su sobrevivencia. Como el nazismo, con este comportamiento e1 franquismo perseguia dos propésitos: ”to break the prisoners as individuals and change them into docile masses from which no individual or group act of resistance could arise; [and] to spread terror among the rest of the population by using the prisoners as hostages for good behavior, and by demonstrating what happened to those who opposed the Nazi rulers" (en italicas en el original, Bethelheim, "Individual" 49). El éxito de tal estrategia de terror ha sido tan grande que han tenido que transcurrir mas de sesenta afios para que los familiares se atrevieran a pedir explicaciones sobre sus desaparecidos. Y es que para muchos, como manifestaba recientemente e1 hijo de una de las victimas, "aquello [aun] no ha terminado" (Rendueles s/ p) 2.3. Las diligencias La tortura ocupa un papel central en los testimonios de la represién franquista. Testimonios como Nosotres, los asesino , Carcel de Ventas o 13 eargel en parcel, por citar solo unos pocos, ofrecen pruebas irrefutables de la sistematicidad de la tortura en las comisarias y carceles de la dictadura. En Noeetres, que en palabras de Blanco Chivite es una joya "sobre los centros de tortura e interrogatorios y las carceles en el Madrid de la posguerra" (162), de 243 Guzman recuerda el caso de Fidel Losa, un compafiero libertario que sufrié horribles palizas diarias en las comisarias madrilefias de Almagro y Alcalé: Fidel Losa Petit ha estado varias horas tumbado sin sentido en el centro de la habitacion. Le trajeron a primera hora de la mafiana arrastrandole entre cuatro, con la ropa en jirones, 1a boca partida, un ojo amoratado y varios chirlos y descalabraduras. Apenas se cerré la puerta, Navarro, Molina y yo hicimos por él lo poco que podiamos hacer; lo poco que, cambiadas las personas, pueden hacer los demas por nosotros; lavarle un poco la cara para lirnpiarle la sangre y ponerle su propia manta debajo de la cabeza. Mas tarde, mucho mas tarde, cuando empieza a volver en si y quejarse, darle unos sorbos de agua y ayudarle a sentarse en el suelo recostado contra la pared. No 1e prestamos demasiada atencién. En realidad, ni lo ocurrido tiene nada de asombroso ni nos han sobrado el tiempo y las ganas. La jornada ha sido movida, agitada y dramatica. La tarde no se diferencia de la mafiana ni de la noche precedentes. Iguales exactamente a cualquiera de los diez interminables dias que llevamos aqui, durante los cuales escenas semejantes se repiten una y otra vez hasta convertirse para todos en una obsesién enloquecedora. (13-14) En los calabozos de la comisaria de Almagro también sufrié lo indecible el capitan Ventura Rodriguez, segun ha dejado escrito e1 testimonialista Diego San Iosé: 244 El infeliz estaba hecho una pura llaga desde la cabeza hasta los pies por las descomunales palizas que le propinaron desde el primer dia de su detencién. Todas las noches 1e llevaban a prestar declaracién, y al cabo de un par de horas volvianle a bajar a su encierro y le arrojaban en un petate, hecho una verdadera lastima. Por esto, cuando haciase de noche y veia abrirse la puerta del sétano, temblaba como un azogado. (27) Lo que denuncian de Guzman y San José no es una excepcion sino la regla general. Aunque menos a menudo, en la cércel también se torturaba. En Ventas, segun afirma Mercedes Nunez, la tortura era generalizada: "Hallar una reclusa... que haya sido maltratada y torturada, no es dificil: lo dificil ---por no decir imposible--- es encontrar una que haya podido escapar sin recibir siquiera las bofetadas de ritual" (38-39). Los métodos mas empleados por los carceleros en esta prision eran los "palos y [las] corrientes eléctricas" (Nunez 39). El choque brutal de escenas como éstas nos confrontan con la realidad traumatica que vivieron sus protagonistas, experiencia limite que tratan de capturar por medio del lenguaje. Pero aprehender la memoria traumatica es intentar siempre solo una aproximacién ya que, como apunta Rene Jara, "E1 testigo no puede capturar toda la realidad ---nadie puede hacerlo-u, pero puede fijar y escrudifiar sus huellas, trazar su imagen, proyectar la inmediatez de su inscripcién, representar aquello que por su lejania ---geografica, histérica, corporal-u amenaza con volverse inaccesible" (2). Los interrogatorios, ademas de los apaleamientos, fueron otra de las formas mas habituales de tortura utilizadas por las fuerzas represivas 245 franquistas. E1 interrogatorio, contrariamente a lo que se piensa, no tenia como finalidad unica extraer informacién a los detenidos ya que hacerles hablar era solamente un pretexto bajo el que se encubria un propésito superior que, como nos recuerda Crelinsten, no era otro que "to impose the will of the regime even upon those condemned to die" (39). Ese es precisamente e1 objetivo que perseguian los interrogatorios hechos a muchas de las Victima del franquismo. La tortura adquiria entonces la calidad de "tortura vengativa" ya que no cumplia nada mas que un fin sadico. "[H]ay muchas veces en que las torturas tienen un caracter simplemente gratuito y son 1a expresién de un odio feroz y de un sadismo rayano en la locura" (39), manifiesta Mercedes Nunez ante e1 ensafiamiento y la brutalidad demostrada por los vencedores con las presas de Ventas. "Me molieron a palos y se rieron mucho; pero ni siquiera me preguntaron como me llamo" (de Guzman, Nosetros, 14), comenta otro preso extrafiado después de venir de declarar. Por otra parte, en el universo represivo del franquismo la tortura se escondia bajo eufemismos diversos con los que se trataba de crear la apariencia de que las atrocidades no existian ya que los torturadores no las llamaban por su verdadero nombre. Esta estrategia, como nos recuerda Jenice T. Gibson, es utilizada por los torturadores para exonerarse de cualquier responsabilidad en lo ocurrido: "Euphemistic labeling, [is] a linguistic device that further disengages the individual morally and reduces strain by creating the appearance that the abhorrent act is the work of nameless forces, rather than specific people" (82). Los testimonios de la represién franquista son ricos en el uso de eufemismos. Asi, a los asesinatos se les llama "paseos" y a la muerte producida por arma de fuego "hemorragia interna". Las sentencias de muerte son llamadas, 246 con macabra ironia, "libertades provisionales" y la tortura "diligencias", como muestra el caso que extraemos del testimonio de Mercedes Nunez Una voceadora llega, lanzando un nombre: ---Soy yo u-responde una mujer-- gPara qué es? ---A diligencias ---contesta 1a voceadora a media voz y como con pena. ---;Madre de mi vida! ---murmura la mujer, palidisima, llevandose las manos al pecho. ---;Canallas! --masculla Angela con rabia. mgQué es eso de las diligencias? mpregunto. ---,;A diligencias? Pues que para hacerte cantar te sacan de la carcel y te pegan una soberana paliza, o te dan corrientes eléctricas, o hacen contigo lo que les da la real gana. Y que vuelves a1 cabo de unos dias o unas semanas, destrozadita... o que no vuelves mas. (20-21) 2.4. Los consejos de guerra Los consejos de guerra y los temores que despertaban estas "farsas juridicas" ocupan y preocupan estas narraciones testimoniales. Como explica Juan Garcia Duran, la vida de un preso del franquismo "puede condensarse en la historia de diez dias: los cinco anteriores a1 consejo que 10 ha de juzgarlo y condenarlo [sic.], y los cinco posteriores" (22-23). Por lo demas, los consejos de guerra a los que alude Garcia Duran eran casi siempre colectivos y su duracién era muy breve. Los procesados no tenian ninguna garantia juridica ya que el defensor (un militar) era sélo una figura de 247 tramite que desconocia los sumarios y solia limitar su intervencién a pedir clemencia para sus defendidos. "Cumpliendo con mi deber, solicito del Tribunal la méxima benevolencia para mis defendidos" (98), esta era la unica oracién que pronunciaban los oficiales franquistas nombrados para defender a los presos politicos, segun comenta Rafael Sénchez Guerra en sus memorias. Mas breve aun era la intervencién de los procesados si es que ésta llegaba a producirse. Como comenta uno de los compafieros de calabozo de Guzman, "---A nosotros solos [sic.] nos toca ver, oir lo que quieran llamarnos, callar como muertos y esperar una sentencia que pueda convertirnos en muertos efectivos en un plazo de dias o semanas" (Nosetros, 286). El consejo de guerra que proceso a Subirat Pif’tana ofrece todos los elementos tipicos de aquel ceremonial de la muerte que tanto proliferc’) en la Espafia de Franco: E1 consejo de guerra duré poco mas de media hora. Se desarrollo tan rapidamente que el relator apenas tuvo tiempo de leer los cargos contra los 15 acusados de nuestro turno; e1 fiscal se limito a resaltar la gravedad de los hechos relatados y a pedir las penas. La intervencion del defensor de turno se redujo a solicitar clemencia o penas inferiores a las pedidas por el fiscal. Todo de prisa, muy de prisa, como se suponen que han de actuar los consejos de guerra sumarisimos y de urgencia. (18-19) Para los presos franquistas los consejos de guerra eran una verdadera pesadilla en la que sus peores temores se veian confirmados. Era conocimiento publico que, en la practica, estos procesos no eran mas que simples tramites 248 burocraticos para legalizar el asesinato. Durante los meses que estaban esperando la sentencia todos los presos habian tenido ocasién de hablar con los demas camaradas y amigos y ya sabian lo suficiente para ponerse en el peor de los casos. La obsesién con la hora del consejo de guerra generaba mas de una angustia que después se materializaba en insomnio y pesadillas, como 1e ocurre a Eduardo de Guzman en la carcel de Yeserias, mientras aguarda su turno para ser procesado: Cuando me vuelvo a tumbar, cansado de estar de pie, tengo menos suefio que a1 incorporarme. No es mucho lo que consigo dormir y me paso horas enteras dando vueltas y mas vueltas en el suelo. Mas que la dureza del cemento, me molestan los pensamientos que corren desbocados por mi cerebro; si llego a conciliar el suefio un momento, me despierto a1 siguiente angustiado por visiones pesadillescas. (Nosetres, 295) En Asturias Cabezas describe e1 suefio que tuvo cuando estaba en espera de acudir a su consejo de guerra. La pesadilla captura la realidad de lo horrendo y del trauma, a1 tiempo que funciona como una valvula de escape con la que el reo se libera un poco de la angustia que le suscita la futura experiencia: ...Yo veia ante mi un Tribunal de cinco jueces, con uniformes... Miraba sus caras que me parecian de 'pocos amigos'. De pronto reparé que no estaba 5610 en el banquillo. Se alineaban otros reos. Observe que algunos solo estaban en 'radiografia'. Eran seres a los que se les trasparentaba la interior osamenta... No pude evitar un estremecimiento. 'Estan muertos'... El juez, que presidia en el 249 centro de la mesa, agité una campanilla, cuyo sonido no oia. Entendi que comenzaba e1 juicio. Vi que una pared lateral se iluminaba como una pantalla cinematografica. Empezaban a proyectarse letras luminosas. Lei con sorpresa mi nombre y apellidos... Unas letras mas gordas estallaron sobre la pantalla: 'iOCTUBRE!' Oi un zumbido como un huracan. Por la pantalla empezaba a desfilar una formacién de esqueletos con los huesos fosforescentes... Miré hacia el banquillo y reconoci mas radiografias de muertos: Leopoldo Alas, el médico Fernandez, mi hermano José Ramén, el maestro 'Jarero'. Otros que no conseguia identificar. El presidente agité de nuevo la campanilla y el desfile ceso de pronto. En la pantalla aparecieron letras y numeros: 'Articulos 172 y 173 del Codigo de Justicia Militar'. Seguidamente se repitieron unas palabras terribles: 'iA muerte!‘ 'iA muerte!’ 'iA muerte!’ (188) Pero mas traumatico aun era comprobar como la realidad no se diferenciaba mucho de las fantasias oniricas provocadas por el miedo: Amanecio e1 19 de octubre de 1938. Aquel fue para nosotros un dia fuera del tiempo. Un dia vivido entre la realidad y la alucinacién. .. ...Conducidos por soldados de la guardia exterior, los doce procesados fuimos ocupando puestos a lo largo del banquillo, frente a1 Tribunal. ...[E]l relator dio lectura al primer 'resultando' del proceso, que empezaba con las acusaciones 'hechos probados', contra el periodista Juan Antonio Cabezas Canteli... Entre las 250 acusaciones habia algunas totalmente falsas y disparatadas. Mi choque psicolégico fue tal, que por unos momentos dejé de ver y oir. Experimenté una autoevasién mental que me alejaba de la realidad circundante. Lo que ocurria en la sala me parecia un suefio. Hechos probados, gpor quién? Apenas tenia conciencia de que el relator continuaba leyendo 'resultados' de los demas. Me quedé sumido en un estado de sonambulismo. Mi imaginacion reproducia el juicio visto en la pesadilla premonitoria... Alguien hablé'de octubre del 34. Volvia a ver el muro, detras de los jueces, e1 fantasmagérico desfile de esqueletos con tricornios y fusiles. (Cabezas, Asturias 209-10) 2.5. Las sacas Estos textos dejan constancia de las horas de "saca", una de las experiencias mas horribles vividas por los condenados a muerte. Aun ahora, después de tantos afios, las victimas no pueden olvidar esas horas tragicas en espera de la muerte, horas que, en muchos casos, estan indisolublemente unidas a ciertos sonidos, gestos, comentarios. De acuerdo a1 excondenado Garcia Duran, el toque de fajina, que para los demas presos sei‘ialaba silencio, para los condenados a muerte anunciaban horas de tensa y triste espera, aguardando la confirmacién o conmutacién de la pena: "[ese] toque agudo, prolongado y fino como una saeta, entraba por los oidos y recorria todo el cuerpo. Parecia una estocada en la noche con una agonia lenta. Para toda la prision era la hora del descanso, del suefio; para nosotros, era la hora de montar la guardia a la muerte" (51). 251 Los testimonios de la represién franquista tratan de trasladar lo mejor que pueden esa realidad dramatica pero, como se trasluce de las manifestaciones de Mercedes Nufiez, es un intento fallido ya que las representaciones textuales no pueden aproximarse al abismo de la verdad del trauma: Una noche de 'saca' es algo que hay que haber vivido para poder comprender. Saber que una mujer que conocemos, que ha estado hace pocas horas hablando con nosotras, esta todavia aqui, viva, intacta, llena de energia y que dentro de unas horas sera un cadaver acribillado en el cementerio del Este y esto sin que podamos hacer absolutamente nada para impedirlo, es una tortura tal que parece imposible que un ser humano pueda soportarla. Y a medida que los minutos y las horas avanzan en esta noche de agonia, sabemos que implacablemente, inexorablemente, cada hora, cada minuto, va aproximando el instante espantoso: el aullido de los perros, e1 camién, el breve silencio, 1a descarga, e1 tiro de gracia... No, realmente, me seria imposible describir todo esto. (54) Esa imposibilidad de describir e1 horror por medio del lenguaje es parte del debate que Tali Kal entabla en su interesante trabajo Worlde ef Hurt, estudio en el que revisa una amplia bibliografia dedicada a1 tema. De acuerdo a Tali Kal, "The process of translation of traumatic experience into text is best understood in terms of Emile Benveviste's description of the dual semiotic and semantic function of language" (15). Segun Benveviste, "The difference between recognition and comprehension refers to two distinct faculties of the mind: that of discerning the identity between the previous and the present, and that of 252 discerning, on the other hand, the meaning of a new enunciation" (citado en Kal: 15). Benveviste también sefiala que "two systems can have the same sign in common without being, as a result, synonymous or redundant, that is to say, the functional difference of a sign alone matters, not its substantial identity" (citado en Kal: 15). Las palabras de Nunez toman un nuevo sentido a la luz de los argumento de Benveviste. El discurso testimonial espafiol, como se desprende de la cita de Nunez, esta polarizado por esta dualidad del lenguaje. Como explica Tal Traumatic experience catalyzes a transformation of meaning in the sign individuals use to represent their experiences. Words such as blood, terror, agony and madness gain new meaning, within the context of the trauma, and survivors emerge from the traumatic environment with a new set of definitions. On the surface, language appears unchanged ---survivors still use the word terror, non-traumatized audiences read and understand the word terror, and the dislocation of meaning is invisible until one pays attention to the cry of survivors, 'What can we do to share our vision? Our words can only evoke the incomprehensible. Hunger, thirst, fear, humillation, waiting, death; for us these words hold different realities. This is the ultimate tragedy of the victims'. (16) Lo que en principio era una imposibilidad del lenguaje para narrar lo inenarrable se desvela ahora como una imposibilidad de la persona no traumatizada para entender las experiencias del traumatizado. Pero a pesar de la aparente imposibilidad para acceder a la verdad del trauma, las victimas no se 253 resignan a que sus experiencias mueran con ellos y escriben y escriben con la esperanza de poder comunicar sus horrores y liberarse asi, aunque sea temporalmente, de tan pesada carga. Todos los testimonios que aqui tratamos rememoran esa traumatica experiencia de las noches de "saca". En las narrativas de Cabezas, de Guzman, Busquets y muchos otros, palpita esa necesidad de comunicar, de hacer entendible a los demas y a si mismos lo que eran aquellas noches interminables de espera en que el oido se agudizaba y el tiempo se detenia con una lentitud exasperante. La sucesién de los dias y las noches, de las fatidicas horas de saca, desencadena en los condenados a muerte verdaderos arrebatos de angustia y terror. Como escribe de Guzman, ”Pensar mucho es peligroso estando condenado a muerte” (Nosetres, 318). No obstante, pocos podian escapar a esa desesperada reflexién que los sumia en la recreacién de su propia muerte. Esas experiencias han dejado en Eduardo de Guzman una profunda huella, como se puede observar en sus testimonios, donde la evocacién de la muerte violenta y subita se convierte en uno de los motores principales de su narrativa. En el siguiente pasaje de Guzman repasa lo que pasaba por la cabeza de un condenado a muerte, sus temores e incertidumbres ante las horas préximas a la ejecucién, asi como el terror que producia entre los condenados la posibilidad de morir a garrote vil: Y en ese instante preciso, sin darse exacta cuenta de lo que sucede, su pensamiento, se desboca y su imaginacién 1e hace vivir --no una, sino centenares de veces, en una sucesion enloquecedora--- su propia muerte. 254 Mas que pensar, uno ve, siente, sufre sus horas postreras. Como entran a despertarle pasada la media noche, cémo en la puerta de la sala estan los funcionarios con los guardias que vienen por él, cémo le esposan con las manos a la espalda y le tapan con un enorme esparadrapo no solo la boca, sino la nariz y los ojos. Luego se encuentra en la capilla de Porlier, en union de otros cuarenta o cincuenta, negandose con la cabeza a doblegarse a la humillacién de quienes no 5610 desean matarle, sino que muera renegando de sus ideas, con la verguenza de una retractacion que utilizaran mas tarde como instrumento de propaganda. Pero también de la capilla le sacan. 3A donde? Unas veces a la calle, a1 camion que espera con el motor en marcha y las luces encendidas para llevarle a1 cementerio; alli a la luz incierta de la amanecida vera tenderse hacia su pecho la boca amenazadora de veinte fusiles; tal vez las ametralladoras que giran de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, llevandose en cada giro un pufiado de vidas. Pero hay algo todavia peor, mas espeluznante. Es cuando no le sacan a la calle para subirle a un camién que espera; cuando 1e hacen recorrer un corto pasillo dentro de la prisién para introducirle en un cuarto pequefio con un siniestro artefacto en el centro; cuando un verdugo indiferente y brutal le obliga a sentarse en un pequefio banquillo y rodea su cuello con un dogal de acero; cuando da rapidas vueltas a un torniquete y mientras la argolla oprime 1a garganta cortando la respiracién, una pequefta media luna rompe las vértebras cervicales y una larga aguja penetra por 255 debajo del mentén, atravesando la lengua para irnpedir que asome entre los labios en ultima, involuntaria y tragica mueca burlesca. Uno ve y siente todo esto, mientras su cerebro trata de razonar negando la veracidad. Con un esfuerzo para liberarse del anillo de hierro que nos ahoga, nos sentamos de golpe en el suelo. Por un minuto no sabemos si hemos sofiado o no. 8610 sabemos que estamos empapados en sudor frio, miramos con ojos desmesuradamente abiertos y experimentamos en la nuca un lacerante dolor. (Nosotros, 319-20) A ese "lacerante dolor" contribuyo, no en poca medida, e1 largo tiempo que se dejaba transcurrir entre la condena y su ejecucion, lapso de tiempo que en 1940 se alargé hasta cinco o seis meses, e incluso se prolongé un afio para los ejecutados en 1941, como ilustra el siguiente caso que cita Moreno: Antonio Baena, de Pozoblanco (Cordoba), fue juzgado e122 de abril de 1940, y lo fusilaron el 17 de noviembre de 1941. Dejé escrito un diario, como tantos otros presos, que refleja la angustiosa y lenta espera de la muerte: '22-julio-1940. Hoy hace tres meses que fui juzgado. iVaya tres mesecitos! iCuanto mas humano seria cumplir la sentencia rapidamente! Las familias dejarian de gastarse lo que no tienen, y el hecho consumado les llevaria cierta conformidad. Pero parece ser que lo que se persigue es que lleguemos al maximo de sufrimiento. (328) 256 A pesar de esta angustiosa situacion, los carceleros del franquismo, en su inmensa mayoria, no se compadecieron de los condenados a muerte y trataron de atormentarlos hasta el ultimo minuto. Recuerda Mera que uno de los momentos mas insufribles era e1 momento en que se llamaba a los presos que iban a ser sacrificados: [L]o mas horrible consistia, a la hora de dar lectura a la lista los dias de 'saca', en que el jefe de servicio, con un sadismo refinado, procedia efectuando una larga pausa después del nombre y del primer apellido o la hacia deletreando con parsimonia, produciendo en aquellos condenados homonimos, aunque solo fuese durante unos segundos, una ansiedad desesperante. (266) No resulta extrafio que muchos presos, incapaces de soportar la tension de la espera, se suicidasen. La incégnita de no saber si iba a llegar o no su hora fatidica, el momento terrible de dar el paso a1 vacio, a ese vacio absoluto que se llama muerte, acababa con su equilibrio y los trastornaba. Como ha dejado escrito Alberto Quesada, en la saca No es la muerte en el fragor de la batalla, a1 toque de clarines; entre el ruido de cafiones, de las explosiones de las bombas. Es la muerte a conciencia de que se muere, que avanza lenta, distraida. Es la muerte que deja tiempo para reflexionar cuanto vale la vida. (68) Las secuelas de aquellas traumaticas experiencias se manifestaran afios mas tarde de la mas insospechada manera. Una de ellas es a través de los recuerdos que ciertos sonidos evocan en los sobrevivientes de la represién 257 franquista. Recuerda Garcia Duran que afios mas tarde, ya en libertad, sentia verdadero horror ante cualquier ruido que le recordase vagamente el fatidico golpear de la puerta del rastrillo, ya que anunciaba "saca". "Este ruido me ha quedado de tal forma grabado que mucho tiempo después de conmutada la pena de muerte no podia oirlo sin estremecerme, y si viviera cien afios mas y al cabo de ellos sintiera de nuevo este ruido me produciria el mismo efecto" (59). Otro tipo de tortura que se da en estos testimonios es el que Peter Suedfeld denomina "primary mental torture" en la que "physical pain or discomfort are minimal or incidental, the emphasis being on mental effects" (9). Consideramos el uso que el nuevo régimen hizo de la religién y los capellanes castrenses como una manifestacién de esa tortura moral. José Manuel Sabin recoge en su libro toda la legislacién franquista respecto a la materia religiosa de la que se deduce que la religion se convirtié en un importante vehiculo de propaganda del nuevo Estado, ademas de un instrumento de coaccién constante y permanente para con los presos politicos. Como demuestran la mayoria de los relatos testimoniales aqui tratados, la asistencia a misa fue, durante muchos afios, obligatoria para todos los reclusos encerrados en los penales espafioles. Por 10 general, los servicios religiosos eran aprovechados para hacer propaganda politica del régimen, exaltando la figura del Caudillo y la importancia de la Cruzada. Juan Busquet deja constancia en su testimonio de esta tortura moral a la que eran sometidos todos los presos de Espafia: Como todos los domingos, a las nueve y media, después del desayuno, teniamos que asistir a misa. Durante e1 oficio religioso 258 los presos permanecian en formacién en sus respectivas galerias de cara a1 altar instalado en el centro, donde era visible por todos. La misa duraba unos cuarenta minutos, algunas veces mas. La ceremonia religiosa nos resultaba interminable y morahnente insoportable. Teniamos que asistir obligatoriamente, en contra de nuestra voluntad,... Esta imposicién de la jerarquia eclesiastica solo podia ser interpretada como una humillacién mas a los enemigos del Regimen. (61) 3. La memoria pedagégica en los testimonios de la represién franquista En este tercer apartado nos ocuparemos de la funcién pedagégica de la memoria. En la memoria "[as] strategic practice" e1 recuerdo se despliega por su valor pedagégico y sus potencialidades para crear un futuro mejor. Al unir la memoria con la pedagogia, Simon, Rosemberg y Eppert estan sugiriendo "that all formations of memory carry implicit and/ or explicit assumptions about what is to be remembered, how, by whom, and with what potential effects" (2). El objetivo pedagégico de la memoria testimonial de la represion franquista tiene en los paratextos su articulacién mas explicita. Con el nombre de paratextos nos referimos a los prélogos, prefacios, introducciones, advertencias, etc., que enmarcan a1 texto testimonial y que, en palabras de la critica Elzbieta Sklodowska, determinan la recepcién e interpretacion del texto por parte del publico lector. Como afirma esta critica, los paratextos son "una autoridad importante en el establecimiento del contrato de lectura y en la configuracién de las expectativas del lector" (Testimonio 8). 259 En los paratextos de la represion franquista la voz testimonial explica y da instrucciones de como deben leerse los testimonios. Una idea fundamental que domina la mayoria de los paratextos que acompar‘ian a los testimonios de la represion franquista es la de aprender de los errores del pasado para no volver a caer en ellos. Los testimonios no han sido escritos, se nos dice, para abrir viejas heridas o resucitar viejos odios sino para dejar constancia de aquel periodo de "clemencia colectiva". Se trata, como afirma otro testimonialista, de que lo ocurrido sirva "a todos de leccién para no incurrir de nuevo en el error de descender una vez mas a los infiemos" (de Guzman, _hlqeetrge, 10). Pasemos ahora a comentar algunos de los paratextos que acompafian y configuran e1 discurso testimonial peninsular. Al primero que nos referiremos es al testimonio Otofio de 1941 del anarquista Isidro Guarda Abella, publicado en Madrid en 1976. En "A modo de prélogo", Guarda Abella explica los motivos que lo llevaron a escribir su testimonio: En tiempo de noche oscura, me prometi a mi mismo, como homenaje a mis amigos idos, contar algo de aquella odisea. Sin duda, que algun dia surgira la pluma necesaria que narre aquel pasado triste e histérico. Esto es lo que debe ser: pasado. Nos toca, una vez mas, ceder. Y 10 hacemos con alegria si ello sirve para crear e1 marco necesario donde se desarrolle y potencie la convivencia. Pero hay que dejar testimonio, al menos, para que aquello no se repita. Las nuevas generaciones quiza tengan una idea fragmentaria de lo sucedido. Pretendo con esto tan solo darles elementos de juicio. (7) 260 El testimonialista se identifica como miembro de una comunidad de memoria a la que historicamente 1e ha tocado perder, no obstante, de su voz no se desprende animo de venganza 0 de odio Por el contrario, la voz testimonial ofrece sus experiencias con la esperanza de que se aprenda de ellas pues sélo asi puede cobrar sentido e1 sufrimiento vivido. Unas lineas mas adelante este testimonialista se refiere a la muerte de Franco y a la ocasién historica que este hecho representa para Espafia. El final del régimen franquista es, para Guardia Abella, una oportunidad excepcional para iniciar 1a reconciliacién nacional y acabar con el fatidico ciclo de violencia que, en su opinién, ha ensangrentado la historia espafiola de los ultimos siglos: Hemos de escoger un nuevo... camino que nos aleje definitivamente del cainismo espasmodico que ha sido la... constante de un largo --- y negativo-—- periodo de nuestra historia... Acaso nos hallemos ante un momento estelar. Otra de esas ocasiones unicas que podrian enderezar e1 camino de Espafia. (8) En la misma linea se declara Marcos Ana en el "Prélogo" a Carcel de Ventas. Ana da las gracias a Mercedes Nufiez por "su conmovedora aportacion a1 gran testimonio que esperan y necesitan las nuevas generaciones, no para agitar las aguas de la célera y desatar nuevamente las pasiones, sino para serenarlas; no para volver a lo vivido, sino para que, conociendo, sus horrores no puedan repetirse" (9). Y a renglén seguido advierte al publico lector: "Todavia hay una mano oscura que el polvo de los muertos nos arroja a los ojos para cegar la vida de Espafia con rencores, pero quien lea este relato y se queme los ojos con la cal de su espanto, cerrara de golpe la puerta del pasado" (9). 261 Como hiciera antes Guardia Abella, Ana espera que la lectura del testimonio de Nunez sirva a las nuevas generaciones de espafioles para cerrar para siempre la puerta de ese pasado de odio y violencia. Es mas, la misma Mercedes Nunez, entiende que el propésito de sus memorias no puede ser otro que la reconciliacion, como queda constatado al leer la dedicatoria con que concluye su "Introduccién": "A vosotros, jévenes, 'hijos de los vencedores y de los vencidos', os 10 dedico con admiracién y carifio" (12). El propésito pedagogico y conciliatorio se da asi mismo en los testimonios escritos por Eduardo de Guzman. En el prélogo a Nesetroe, de Guzman denuncia el fanatismo y la violencia como las causas desencadenantes de la guerra civil. En su prologo elude buscar culpables de aquella tragedia y se centra, por el contrario, en las ensefianzas que se deben extraer de aquellos acontecimientos. La distancia histérica, o quizas e1 temor a ser represaliado por el aun intacto aparato represivo de la dictadura, propician que la voz testimonial se muestre dubitativa sobre las superiores virtudes morales de los vencidos. Aunque no acepta el comportamiento de los vencedores tampoco los culpa ya que tanto los vencidos como los vencedores han sido victimas de la "incomunicacion", e1 "odio" y el "fanatismo", males que segun el testimonialista "acompafia[n] a todas las guerras" (10): ...pasados muchos afios de reflexién, cuando a nadie culpo ni acuso, torturado por la posibilidad de que, de estar cambiadas las tomas, acaso hubiéramos procedido en idéntica forma. Y cuando tras varios lustros de dar constantes vueltas al problema, sigo sin saber en qué lado me hubiera contrariado mas estar, exclusivamente desde el punto de vista moral y ético. (11) 262 Al leer "Humilde y sincera explicacién preliminar", titulo que lleva e1 prologo con que abre su testimonio Nosotros uno no puede dejar de pensar en el caso clinico conocido como "sindrome de Estocolmo". Las palabras de Eduardo de Guzman son, cuando menos, desconcertantes. La actitud de de Guzman hacia sus antiguos enemigos nos recuerda las palabras de Ervin Staub. Segun este sicélogo, "Whereas defining people as 'them' and devaluing them motivates or allows harming them, defining them as 'us,‘ as similar to or like oneself, generates caring for them and empathy with them" (53). Cabe 1a posibilidad de que ésta sea, precisamente, la tactica empleada por el testimonialista. Al romper con la ideologia del antagonismo, es decir, e1 binomio buenos/malos, de Guzman esta sentando las bases para la resolucién del conflicto que tan dramaticamente dividié y dividia aun por entonces a los espafioles. En el prélogo a uno de sus testimonios mas importantes, se incluyen unas manifestaciones de su viuda, Carmen Bueno Uribes, en las que asegura que la obsesién de su esposo, al final de los afios, "era escribir y escribir y hablar, 1e gustaba hablar y le gustaba e1 contacto con los jévenes. . ." (Blanco Chivite 27). De su aficion a la pluma nos ha dejado buena muestra con su abultada obra (testimonios, guiones cinematograficos, articulos periodisticos, reportajes, traducciones, libros de memorias y mas de cuatrocientas novelas del Oeste y policiacas); en lo que respecta a su segunda aficién, suponemos que ésta procede de su certidumbre de que sélo una nueva generacién de espafioles, libres de los odios y resabios del pasado, podria superar el enorme obstaculo de la guerra civil y la dictadura. En la juventud cifra de Guzman la superacion de nuestras desavenencias histéricas, y esto se ve claramente en los paratextos, en los que apela a todo el mundo, pero muy especialmente a los jévenes, para acabar, de 263 una Vez por todas, con "la guerra civil, compendio y suma de todas las iniquidades imaginables" (El afio 9): Desearia que las paginas que siguen constituyeran una leccion que se grabase a fuego en la mente de quienes las lean y, muy especialmente, de las generaciones nuevas para que eviten caer en los mismos errores que las anteriores. Aunque por desgracia nadie escarmienta en cabeza ajena, quisiera repetir y subrayar que todo lo que se cuenta en los capitulos que siguen fue fruto directo y en cierto modo inevitable de la violencia general alimentada por un irrazonado fanatismo. (Nosotros 11) La capacidad de los prélogos "para dictar, sugerir o, incluso amenazar" Testimonio 8), como escribe Sklodowska, se manifiesta en toda su fuerza en el parrafo siguiente, en el que la voz narrativa advierte de como debe leerse su testimonio. De Guzman no lo puede decir mas claro: Quien pretenda alirnentar la llama mortecina de viejos rencores con cuanto a continuacién se narra, haria bien en no seguir adelante. Al relatar un calvario ya pasado, una dantesca pesadilla difuminada entre las brumas de un ayer lejano, unicamente pretendo resaltar los lamentables excesos a que conducen la incomunicacion, e1 odio y la intolerancia. (Nosotros, 11) El tono de preocupacién que delatan Guardia Abella, Marcos Ana y Eduardo de Guzman por la interpretacién que reciban sus testimonios esta ausente en el testimonio de Josep Subirats Pifiana, Pilatos 1939-1941 (Madrid 1993). Esto se debe, en parte, a que para la fecha de publicacién de este 264 testimonio e1 franquismo era ya una entelequia histérica y la amenaza de involucién no se veia como una verdadera amenaza. Subirats Pifiana explica que son dos los motivos que le han llevado a escribir el testimonio. E1 primero, esta ligado al trauma y a la necesidad de testificar, aspecto que ya hemos tratado. El segundo tiene que ver con la celebracién, ya que es un homenaje a la Espafia nacida después de la muerte del dictador, un pais que, en opinién del testimonialista, ha sido capaz de establecer las bases para la convivencia pacifica entre todos los espafioles. ...basta con 10 dicho para que pueda manifestar el inmenso goce que me ha proporcionado ver como nuestro pais, contra el pronéstico de muchos, ha tenido y tiene nuevos hombres y mujeres capaces de convivir pacificamente y sin repetir errores; politicos que han sabido consolidar la democracia, modernizar el pais e integrar a Espafia en la Comunidad Europea. (xii) Como muestran los ejemplos ofrecidos hasta el momento, la preocupacion con la memoria del pasado y su interpretacién es una constante en los prélogos de los testimonios antifranquistas. La razén de tal preocupacién no era otra que el temor a que el recuerdo abriese las viejas heridas posibilitando la repeticién de la tragedia. Por otra parte, la memoria de la guerra civil y la postguerra era imprescindible si se querian esclarecer los hechos y extraer las lecciones oportunas para el presente. Los testimonios antifranquistas jugaron asi un papel importante a1 favorecer la creacién de lo que, utilizando la terminologia de Inger Agger, llamariamos a healing space, es decir, un espacio textual en el que el 265 testimonio de lo ocurrido "can be given and possibly transformed into insight and new [social] commitment" (1). Como hemos intentado probar a lo largo de este capitulo 105 testimonios espafioles de la represién franquista tienen una funcion tanto pedagogica como terapéutica. Estas funciones no son extrafias a1 citado género si tenemos en cuenta que el testimonio, como escribe Inger Agger, "provides both documentation and purification. In addition, the testimony method contains an element of ritual, since symbolically one can transfer the internalized evil to a sheet of white paper or into [a] therapeutic space: into a healing cicle." (107) Es, precisamente ese healing circle lo que otorga a la narrativa testimonial antifranquista aqui tratada su valor pedagégico y su calidad terapéutica. 266 Notas del capitulo 5 1 Segun Goytisolo, el "memoricidio" surge de la creencia de que "el vencido no es aplastado del todo si conserva e1 recuerdo tragico de su lucha" El Pais (29 julio 2001) 2 Con estas expresiones Langer alude a un fenémeno de desdoblamiento de la memoria que ha sido bastante cuestionado por la critica. Este fenémeno funciona como un mecanismo de defensa para superar situaciones traumaticas y poder seguir viviendo. Mientras que la memoria profunda mantiene a la victirna atada a la experiencia traumatica, la memoria comun funciona como una valvula de escape, ”a form of reassurance designed to sedate the surge of deep memory, that constantly theatens to erupt in the course of any survivor narrative” (Langer 6). Asi explica Lawerence L. Langer e1 funcionamiento de estas memorias: One effect of common memory, with its talk of normalcy amid chaos, is to mediate atrocity, to reassure us that in spite of the ordeal somo human bonds were inviolable. For instance, a recurrent theme in the oral testimonies is the mutuality that sustained sisters who went through the camp experience together. Common memory recalls family unity as nurturing value in one’s darkest moments ---and there is no reason to dispute this. But simultaneously deep memory, often in the same testimony, burrows beneath the surface of the narrative to excavate episodes that corrode the comforts of common memory. Remembering and recording what happpens operate 267 on several levels, leaving atrocity and order in a permanently disrupted suspension. (9) 268 Capitulo 6: A modo de conclusion Como hemos visto, e1 presente estudio investiga las obras testimoniales escritas por periodistas republicanos y de izquierdas que vivieron y sobrevivieron a la represién franquista. Durante los afios de la transicién e1 infierno vivido por esta media Espafia fue deliberadamente soslayado para facilitar e1 asentarniento de la democracia. Pero con el transcurso del tiempo y la progresiva cicatrizacién de las heridas dejadas por la guerra y la postguerra 1a decision, que en su momento se torno, de mirar hacia otro lado ya no tiene sentido, es mas, diriamos que es contraproducente. Como apuntaba el periodista Miguel Angel Aguilar hace ya algunos afios, no se puede mantener indefinidamente enterrado un pasado tan doloroso y traumatico sin producir "graves efectos de disolucién social" (16). Transcurridas ya mas de dos décadas de la muerte del dictador se impone una revisién de aquel periodo, no con el fin de levantar viejos odios y rencores sino con el propésito de hacer justicia a toda una generacién que, con su lucha y resistencia, fue la artifice de la democracia que hoy tenemos en Espafia. No se trata de volver al pasado para buscar culpables, pero tampoco de prerniar a los viejos represores disfrazados ahora de nuevos democratas. Con razon asevera Milan Kundera que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido1. Es por eso que son necesarios estos testimonios, manojo de recuerdos que tratan de recuperar la memoria de unos hechos que marcaron de forma tan determinante la vida de tantos espafioles. Los incluidos aqui son 5610 un pequefio ejemplo que denuncia los horrores del sistema represivo franquista a la vez que ilustran la importancia de un género, e1 269 testimonial, que durante e1 siglo XX encontré asilo y sustento en las tierras de Espafia. Testimonios que nos recuerdan lo que fue la dictadura franquista, un regimen que por mucho que queramos olvidarlo se consolidé gracias a los fusilamientos masivos, los campos de concentracién y las prisionesz. El capitulo uno con el que se abre esta tesis es una breve introduccion en la que se presentan las hipotesis del trabajo. El capitulo continua con una seccién dedicada a1 testimonio y sugiere que la narrativa testimonial es el género mas apto para reflejar el trauma producido por eventos catastréficos, como guerras, asesinatos masivos, depuraciones politicas. En el caso espafiol que nos concieme, fue la guerra y la dictadura franquista la que establecio una division entre los espafioles cuyas consecuencias aun se pueden vislumbrar tanto en 10 individual como en lo colectivo. Como sefiala Kai Erikson, en un interesante articulo sobre el trauma, los efectos del evento traumatico se manifiestan a nivel individual "a[s] [a] blow to the psyche that breaks through one's defense so suddenly and with such brutal force that one cannot react to effectively", y a nivel colectivo "a[s] [a] blow to the basic tissues of social life that damages the bonds attaching people together and impairs the prevailing sense of communality" (187). Precisamente, la fuerza de los testimonios de la represion franquista consiste en conectar ese ambito individual y colectivo de la experiencia traumatica que sefiala Erikson. A través de las voces testimoniales de estos textos se puede sentir un claro sentimiento de soledad y alienacién, producido no 3610 por las dramaticas experiencias vividas, sino también por la clara conciencia de que la comunidad ideologica, referente indispensable de la identidad 270 individual y colectiva, ya no es una fuente efectiva de apoyo para los sobrevivientes. Si a esto aftadimos la distancia generacional que separa a los (ya pocos) sobrevivientes de la represién franquista de las nuevas generaciones de espafioles, comprenderemos porque es tan marginal el discurso de las victimas del franquismo. La imposibilidad de establecer una continuidad histérica con la Espafia republicana queda puesta de manifiesto a través de estos testimonios. Las voces testimoniales pueden rememorar el pasado pero no recuperar la comunidad ideolégica que les dio alivio y sustento pues ésta ya no existe, o si existe ha sufrido una transformacion fundamental con la que los sobrevivientes ya no se pueden identificar. En el caso del PSOE eso es bastante claro ya que la direccién del partido que participo en la guerra civil muri6 en el exilio o fue reemplazada en el Congreso de Suressnes, quedando solamente como simbolo de la vieja guardia Ramén Rubia], fallecido hace unos afios. El caso de la CNT y de los partidos de orientacién republicana ha sido, si cabe, mas extremo, ya que practicamente han desaparecido del mapa politico espaftol. La unica excepcién ha sido e1 PCE, cuyo pulso vital ha venido languideciendo hasta que, finalmente, su personalidad histérica parece haberse diluido en la coalicién Izquierda Unida. La imposible comunicacién entre el "yo" testimonial, representado por las victimas de la represion franquista y e] "nosotros", representado por la comunidad ideolégica del periodo republicano, es uno de los muchos dramas que estos testimonios ponen de relieve. Es cierto que el "yo" testimonial forma parte de un "nosotros", pero éste es un "nosotros [that] no longer exists as a connected pair or as linked cells in a larger communal body" (Erikson 187). 271 Finalmente, este capitulo introductorio concluye ofreciendo los criterios de seleccién de los textos, asi como una pequefia descripcién de cada uno de ellos y un guion de cada uno de los capitulos de la tesis. En el capitulo dos se hace un breve recorrido por la Espafia represiva de la postguerra, una sociedad en la que, como se decia entonces, "el que no estaba preso, lo andaban buscando" (citado en Rodolfo y Daniel Serrano: 15). El capitulo traza algunos paralelos entre la Alemania nazi y la Espafia franquista y propone que en los afios iniciales de la postguerra, esos a los que Santos Julia se refirié como "el tenebroso periodo de la construccién del nuevo Estado desde e] I" fin de la guerra hasta 1944" ("De 'guerra 53), hubo un proyecto de genocidio por parte del franquismo. El proyecto no llegé a cuajar, entre otras razones, por la derrota del Eje y porque 1a aniquilacién fisica de los enemigos politicos, ademas de haber sido imposible por las dimensiones que) hubiera alcanzado, habria puesto en peligro la supervivencia del propio régimen3. El capitulo avanza la idea de que los testimonios de la represion franquista, ademas de dar fe del espiritu cainita que dominé a la dictadura, ofrecen una vision de ese contradictorio deseo de recordar y olvidar en el que se debate la sociedad espafiola4. El capitulo tres utiliza el marco teorico de Pierre Nora para identificar, clasificar y analizar los ”lugares de la memoria” de la Espafia vencida. Pero antes se ocupa de la disciplina histérica, confrontandola con textos teéricos de varios criticos que problematizan su estatus y sefialan su naturaleza no cientifica. Criticos como Gérard Genette, que mantienen la dificultad de establecer diferencias entre el relato histérico y el relato ficticio: 272 Si se consideran las practicas reales, hay que admitir que no existe ni ficcién pura ni Historia tan rigurosa que se abstenga de toda 'puesta en intriga' y de todo procedimiento novelesco, que los dos regimenes no son por lo tanto tan alejados uno de otro, ni cada uno por su lado, tan homogéneos como se pueda suponen... (citado en Bertrand de Munoz 242) Las representaciones del pasado que hace e1 discurso histérico contienen siempre una gran dosis de subjetividad y ficcién dada 1a insalvable distancia que media entre e1 evento histérico y su representacién escrita. O, como escribe a1 respecto Peter Hamilton: "The idea of a past restored to life in the present, or of a present irradiated by the life of the past, is a pretence" (139). For otra parte, la supuesta objetividad del discurso histérico queda en entredicho cuando se comprueba que, de una forma u otra, la disciplina histérica ha estado confabulada con el poder politico para ofrecer una determinada versién del pasado. Como bien es sabido, 1a impersonalidad de la enunciacién histérica es mas aparente que real pues nada ni nadie puede escapar a las condiciones materiales de su tiempo. Esta vieja verdad es la que palpita en la frase "la historia la escriben siempre los vencedores" que, aunque demasiado trillada, sigue conservando su punto de verdad, sino gpor qué 5610 se registra la memoria de los "fuertes", de los "vencedores" en los libros de la historia? La memoria juega asi un papel fundamental para recuperar las voces y los hechos que la parcialidad del discurso historiografico ha excluido de su registro. La memoria colectiva como fuente de la historia, pero de la historia particular de diferentes grupos humanos, es la idea fundamental que introduce 273 Maurice Halbwachs en este capitulo. Su trabajo Collective Memory, nos es de gran ayuda para ubicar las narraciones de la lucha antifranquista en el ambito de la memoria colectiva, mas que en el de la histérica. El capitulo continua después discutiendo e1 trabajo del memorialista francés Pierre Nora y su equipo de colaboradores, agrupados en su edicién inglesa bajo e1 titulo Realms of memory. Al hilo de las disquisiciones sobre el lieux de mémoire, concepto que da vida a todos los trabajos reunidos bajo este titulo, el capitulo propone la existencia de otros "lugares de la memoria", ademas de los favorecidos por la Espafia oficial. Lugares en los que, como manifiesta el historiador Pierre Vilar "deberian levantarse gigantescos monumentos expiatorios" (33). El "lugar de memoria", segun Nora, puede manifestarse en forma material 0 inmaterial, puede ser promovido desde las instancias del poder o surgir espontaneamente. Un ejemplo de lo que decimos podria ser la apelacion de los vencedores a la historia de Espafia, especialmente a la vieja herencia contrarreformista de la monarquia espafiola con la que el bando vencedor pretende entroncar para justificar sus actuaciones. La izquierda republicana, como nos descubre Santos Julia, también recurrio a imagenes cuya carga revela la importancia del "lugar de memoria" como apoyatura ideolégica: "la coalicion de leales a la Republica se identificc’) de inmediato con el unico y eterno Pueblo espaiiol, el que se habia levantado contra el invasor romano y resistido contra el francés como mostraban los heroicos ejemplos de Viriato y Agustina de Aragén" (énfasis afiadido, "De 'guerra'" 24-25). Otros enclaves tienen como objetivo preservar las experiencias vividas durante un momento histérico determinado, como los puertos y los campos de 274 concentracién que aparecen retratados en estos testimonios, lugares que se conforman perfectamente con la idea que Pierre Nora ofrece del lieux de mémoire. Segun 1a critica Carina Perelli, la memoria abarca los tres ambitos de la experiencia humana: 10 real, 10 imaginario y lo simbolico. Por ello, ademas de la reconstruccién de lo vivido, la memoria es también "los ecos de esas experiencias, las distorsiones, la colatura [sic.] emocional que las rodea, los fantasmas, las culpas, las proyecciones..." (120). Este es el caso de los puertos y campos de concentracién estudiados en este capitulo, espacios que aparecen asociados con la derrota y la huida republicana y en los que se entreteje por igual, 10 real y lo imaginario. Y también lo simbolico, ya que el lenguaje reemplaza lo vivido con el signo. Quizas las peripecias vividas en estos lugares sean hasta cierto punto irrelevantes para los historiadores ya que ellas no explican los grandes procesos econémicos, politicos y sociales. Pero justamente estos procesos sélo cobran sentido en la vida de los individuos cuando alteran o rompen, sus formas habituales de ser y estar. Como sefiala uno de los sobrevivientes que vivié aquel cataclismo, "En aquellas circunstancias todas las cosas eran raras y la rareza misma se convertia en una especie de normalidad" (Pla Brugat 143). Los puertos del Levante espafiol fueron asi los escenarios en los que se represento primero esa gran fractura que supuso la derrota, y con ella, la pérdida y el abandono de las cosas mas queridas para miles de espafioles. Lugares asociados con el sufrimiento, el hambre y el miedo, pero también con la derrota y la irreparable conciencia de la pérdida5. 275 El capitulo cuatro explora el régimen franquista desde la perspectiva aplicada por Foucault en su Discipline and Punish y plantea que el ingente numero de carceles que aparecen en estos testimonios define a] régimen franquista como una sociedad disciplinaria. Como escribe al respecto Angel Suarez, 10 social y lo penitenciario no se han diferenciado grandemente en la Espafia fundada por el poder franquista: Queremos decir pura y simplemente que en Espafia ha habido durante mas de 40 afios una dictadura y que una carcel no se ha diferenciado... gran cosa de un cuartel, un convento, un colegio, una fabrica, una oficina, un tajo, una mina o una familia. La hipertrofia de la jerarquizacién y del principio de autoridad que conlleva la dictadura no ha afectado solo, ni quiza siempre en mayor medida, a los reclusos, sino a toda la sociedad... (11) Como sefiala Foucault, y como se puede observar a1 leer este capitulo, la religion jugé un papel fundamental en el establecimiento de la sociedad disciplinaria de postguerra. Fuera de los muros carcelarios la funcién de la religién, a nivel de institucién y a nivel individual, consistié en justificar e1 Alzamiento franquista y la posterior represién de las fuerzas republicanas y de izquierdas. Tanto fuera, como dentro de las carceles, la religion catolica se convirtié en un vehiculo ideologico con el que el nuevo Estado intento someter y transformar a la poblacién cautiva. El capitulo analiza asi el papel de la religién como vehiculo usado por el franquismo, tanto dentro como fuera de las carceles, para controlar a la sociedad espafiola y, muy especialmente, a la poblacion reclusa. 276 Otro aspecto que se estudia en este capitulo esta relacionado con las estrategias de resistencia desplegadas por la poblacion reclusa para resistirse a la victimizacién. El humor y la ironia, que tanto se prodigan por los testimonios aqui estudiado, son asi defensas que los presos articulan para sobrevivir en un medio ambiente que amenazaba constantemente tanto su integridad fisica como siquica. La idea queda perfectamente resumida en las declaraciones de Manuel Diaz-Marta, uno de las sobrevivientes de aquel holocausto: "Yo me he reido bastante en los sitios en que todo el mundo padece. Afortunadamente e] humor me ha servido para seguir viviendo, y para seguir viviendo lo mejor posible" (Pla Brugat 48) El capitulo cinco se centra en dos aspectos muy presentes en estos testimonios: el trauma y la pedagogia. El capitulo se embarca en una discusién con diferentes textos teéricos sobre el trauma para concluir afirmando la validez del género testimonial como instrumento pedagégico y terapéutico. 277 Notas al Capitulo 6 1 Un ejemplo paradigmatico de lo que decimos es el "caso Bregon", ocurrido muy recientemente en Asturias. Julio Bregén fue nombrado director general de Interior del gobierno socialista del Principado en marzo del 2002 y tuvo que dimitir de su cargo el 15 de abril del mismo afio, después de que diversas personas que participaron en la lucha contra la dictadura le sefialaran como un destacado miembro de la Brigada Politico-Social y conocido torturador. La acusacion fue hecha por IU y, aunque en un principio el PSOE trato de desvirtuarla, finalmente tuvo que admitir la realidad de los hechos y pedir también la dimisién de Bregén. Qué pueda ocurrir esto a un gobierno socialista y a una comunidad tan marcada por la represién franquista da idea del grado de desmemoria en la que ha caido una gran parte de la sociedad espafiola. 2 Para Ervin Staub, "Torture is usually a part or occurs together with other forms of group violence, like genocide, mass killing, or intense ethnic conflict" ("Torture" 99). Un ejemplo seria el caso espafiol en el que la tortura era en muchas ocasiones e1 preambulo de la desaparicion. 3 La derrota alemana obligé a suavizar e1 virulento discurso que hasta entoces habia dominado a la Iglesia espafiola. Este cambio de actitud se vio reflejado rapidamente en los sermones de los capellanes castrenses, como recuerda uno de los sobrevivientes de aquel periodo: [Los curas] en las prisiones se distinguen por su odio a los detenidos politicos. A este respecto, se pueden sefialar etapas bien definidas. Desde e1 principio de la insurreccion hasta mediados del afio 1943, en los sermones dominicales, los detenidos politicos eran 278 run—w- llamados 'canallas rojos, ladrones y asesinos, hombres sin Dios'. A partir de mediados del afio 1943, la Iglesia empieza a dudar del triunfo de Alemania e Italia, y poco a poco la célera retorica de los curas va moderandose, hasta calificarnos de extraviados a quienes la Iglesia quiere devolver al camino de la verdad. (citado en Suarez: 69) 4 Las ultimas decisiones parlamentarias parecen indicar, por fin, que la sociedad espafiola esta dispuesta a confrontar ese negro periodo de la historia que conocemos como "el franquismo". La unanime condena de la dictadura franquista (con el apoyo de los nietos de los vencedores, es decir, e1 PP) por el parlamento del pais, asi como el reconocimiento de las victimas de la guerra civil y la represién y el apoyo econémico a los exilados, ademas del compromiso, por parte de los poderes publicos, de ayudar con el coste econémico que se derive de la exhumacion de las fosas comunes, abren un periodo nuevo en la escena politica espafiola. Nos congratulamos por ello y compartimos con Josep Lépez de Lerma la opinion de que con iniciativas como e’stas, "[e]l edificio que construirnos entre todos en 1977 sera desde ahora mas habitable" (Carmen del Riego, La Vanggardia Digital diciembre 21 2002). 5 Existen muchos otros parajes, ademas de los aqui apuntados, que merecen ser "catalogados" como ”lugares de memoria”, por ejemplo, "el camp de la Bota" en Pueblo Nuevo o e] castillo de Montjuich, entre otros. 279 Apéndice" El presente apéndice, organizado en forma de indice alfabético, incluye sucintas biografias de los protagonistas directos de aquellos acontecimientos. El apéndice se centra en algunos de los personajes que aparecen en estas paginas, nombres que, en la mayoria de los casos, son desconocidos para los lectores. Acero, Amos. Diputado socialista, colaborador de El Secialista y alcalde de Vallecas. Muric’) fusilado en la carcel de Porlier. Alas Garcia-Argiielles, Leopoldo. Rector de la Universidad de Oviedo e hijo de Leopoldo Alas "Clarin". Condenado por un Tribunal Militar, fue fusilado en los primeros meses de 1937. Dos afios después de su ejecucién seria depurado, inhabilitandole para cargos directivos. Aldabe, Mariano. Redactor de Castilla Libre. Condenado a la pena maxima y después conmutado. Ami] Barcia, Manuel. De origen gallego, participé en las milicias de Cipriano Mera. Secretario de la Regional de Galicia de la CNT, pasé muchos afios en prisién (Dueso, Cuelgamuros, de donde logro escapar). Delegado de transporte y secretario del Comité de Defensa Confederal, mas tarde sera elegido para dirigir 1a CNT en la clandestinidad. Para Ramon Rufat, Ami] fue el forjador de la CNT clandestina en Espafia. I Andrés Manso, José. Profesor de la Escuela Normal de Salamanca y diputado socialista por la misma ciudad. Fue una de las victimas de la masacre de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo [Badajoz] realizada por el general Yague. La noticia de como habian muerto aquellas miles de personas fue propagada por diferentes publicaciones y libros, causando honda consternacién e incredulidad. 280 Julian Zugazagoitia, escéptico ante las supuestas barbaridades cometidas con los reos antes de morir, escribe lo siguiente en su testimonio Guerra; "Yo mismo no estoy convencido de que aquel infortunado compafiero mio de grupo parlamentario, diputado por Salamanca, fuese ejecutado en la plaza de toros, en razon de su apellido, Manso, remedando las diferentes suertes de la lidia que se reserva para los toros que carecen de bravura. Me resisti entonces y sigo resistiéndome hoy a admitir como exacta una version tan monstruosa" (94-95). Antona Dominguez (rRodriguez?), David (Salamanca 1904-Madrid 1945). Albafiil, secretario del Comité Regional del Centro y del Comité Nacional de la CNT al iniciarse la contienda. Al lado de Mera, Moreno y otros dirigié la famosa huelga madrilefia de la construccién de 1936 que lo llevo a la carcel. Dentro de las corrientes internas que gravitaban en la CNT y en la FAI, Antona era considerado, junto con Cipriano Mera, como perteneciente a "los puritanos" grupo que, a diferencia de "los aliancistas", rechazaba cualquier tipo de compromiso politico y se manifestaba abiertamente a favor de la accion directa contra el Estado. En opinion de Gregorio Gallego, "David Antona no era el hombre idéneo para dirigir [la CNT]. ...[S]u manera de dirigir la organizacién me parecio siempre demasiado espontaneista y ligera, casi a remolque de la calle" (Gallego 89). Antona era gobemador civil de Ciudad Real en el momento de su detencién. Se 1e conmuto la méxima por la de treinta afios, de los que cumplié muy pocos ya que salio en libertad en 1943, muriendo a1 poco tiempo de una enfermedad en el pecho. Segun su compafiero José Leiva, la enfermedad de Antona 1e fue causada a1 comprobar e1 abandono y falta de informacion en que le tuvieron sus amigos de Madrid. 281 Arifio Remis, Antonio (El Catalan). Anarquista catalan fusilado en la carcel de Porlier junto con otros sesenta presos, entre los que se encontraban Avelino Cabrejas Platero, Fidel Losa Petit y Benigno Mancebo Martin. Se 1e acusé de haber acabado con la vida de muchos ricos al comenzar la guerra. Fue enjuiciado en el consejo de guerra contra "la cheka de Bellas Artes". Eduardo de Guzman no ofrece una semblanza muy positiva de él en uno de sus testimonios. En cambio para el republicano Régulo Martinez e1 anarquista Arifio representa la imagen del "hombre recio y noble, de cuerpo y alma enteros" (37-41). Ascaso Abadia, Joaquin (Huesca 1901-Barcelona 1936). Muerto prematuramente, Ascaso era uno de los lideres mas jovenes de la CNT. Participo activamente en las luchas sociales de su tierra que abandonara para residir en Barcelona, donde contacta con Durruti y otros miembros importantes del anarquismo espafiol. En Barcelona trabaja de camarero y se encuadra en el grupo Los Solidarios. Desde 1922 su vida corre paralela a la de su amigo inseparable, Durruti. Con é] estuvo en Paris, en Nueva York, en Méjico (donde asaltan una fabrica para financiar una escuela racionalista y la prensa CGT) Cuba, Chile, Buenos Aires, Bélgica y Berlin. Retorna con la Republica y se entrega a una febril actividad. Redactor de Selidaridad Obrera y secretario de la CNT catalana, muere inesperadamente en el cerco de Atarazanas, Barcelona, el 20 de julio. Ayensa. Redactor de El Liberal. Bajatierra Moran, Mauro (Madrid 1884-Madrid 1939). De acuerdo a Miguel Ifiiguez, Mauro, junto con el legendario Vallina, fue el alma del anarquismo madrilefio durante muchisimos afios actuando esencialmente desde el centro federal de la calle Aguilera. Fue presidente de la Federacién de obreros 282 y peones y ya en el periodo bélico se convirtio en simbolo de los corresponsales de guerra de la prensa anarquista. Colaboré, entre otros, en Q11, Fragga axial, Solidaridad brera y parece que dirigié Frente Libertario. El triunfo de los sublevados le pilla en la capital, que se niega a abandonar aduciendo que ya es viejo para el exilio. Muere a tiros por las fuerzas franquistas recién entradas en Madrid cuando se dirigia a su domicilio de la calle Pardifias. Bajo Mateos. Doctor perteneciente al Sindicato de Sanidad. Ocupé durante breves meses la Direccién General de Higiene Infantil. Estuvo detenido en el campo de Albatera y después en la prisién de Santa Engracia, junto con su mujer (Encarna) y su hijo (Paco) que acababa de cumplir los dieciséis afios y era miembro de las Juventudes Libertarias. Baréibar, Carlos de. Politico y periodista. Fue nacionalista vasco y después socialista, siendo una figura destacada de la UGT. Director General de Trabajo (1931). Editor, ademas de redactor-jefe, del diario Claridad. Colaborador cercano y amigo de Largo Caballero, influyé en él principalmente en cuestiones militares. Como subsecretario de guerra (1937), intento inutilmente sobornar a las tropas marroquies para que se sublevaran contra Franco. Barrado, Ignacio. "[C]alvo, cincuentén, [y] con una pronunciada cojera" (de Guzman, La muerte 65). Redactor de la Agengia Havas. Barriobero y Herran, Eduardo (La Rioja 1880-Barcelona 1939). Escritor, pedagogo, filosofo y abogado federal, invirtié muchos esfuerzos y ahorros en la defensa de presos sociales y politicos. Presidente de la Oficina Juridica de Catalufia y del Tribunal Popular de la misma ciudad, hecho que no le perdonaran mas tarde los Nacionales. Diferentes testimonios dicen que fue 283 fusilado a finales de enero de 1939, en e1 5% sin embargo, se dice que fue ejecutado a garrote vil. Tiene una amplia obra en la que se mezclan e1 cuento, los libros de viajes, los estudios juridico-historicos, los estudios literarios sobre Cervantes, artisticos sobre el Greco, traducciones de Balzac, Ovidio, Rebelais, Voltaire, Luciano, etcétera. También obras literarias, crénicas politicas y articulos periodisticos. Batet Mestre, Domingo (1872-1937). Capitan General de Burgos. E1 18 de julio no se sublevc’), pero tampoco opuso resistencia a los sublevados y se rindié. Fue acusado por sus compafieros franquistas de rebelion militar y condenado a muerte por un Consejo de Guerra Sumarisirno de Urgencia. Fue fusilado e] 18 de febrero de 1937. Baztan, Melchor (o Batzan). Muerto en Madrid en 1983 con 78 afios. Milité en la CNT desde joven y fue un miembro muy activo en el Sindicato ferroviario. Fue secretario del Comité de Defensa Confederal en febrero de 1939 y representante de la CNT en el Estado Mayor del general Miaja. Detenido en el puerto de Alicante 1939, sufrié largos afios de carcel. Bueno Bueno, Javier (Madrid, 1891-1939). Desde 1915 pertenecia a la Asociacién de la Prensa y desde 1927 a la Agrupacién Profesional de Periodistas. Precisamente fue esta Agrupacién la que le nombré presidente. Aunque durante este trienio estuvo casi siempre fuera de Madrid, su equipo directivo intenté paliar los desastres de la guerra, procurando ayudas médicas y de todo tipo a los socios. Escritor de Espafia Nueva y El Radical ocupé los cargos de redactor jefe en La Veg (1930-1931), director de los periédicos Avance (patrocinado por el SOMA) (1931-1933) y Claridad (6rgano oficial de la UGT y portavoz del sector caballerista del socialismo espafiol), y jefe del Negociado de Prensa del 284 Ministerio de Estado (1931). Al entrar las fuerzas de Franco en Madrid busco asilo en la embajada de Panama pero a los pocos dias la embajada fue asaltada por una compafiia del Tercio y todos los alli refugiados fueron detenidos. Contaba 48 afios de edad cuando fue fusilado en la carcel de Porlier. Bueno fue posteriormente amnistiado a titulo postumo. En 1983 la Asociacién de la Prensa Madrilefia creé un Premio con su nombre que desde 1994 sirve de homenaje "para distinguir una dedicacién sobresaliente especializada en cualquier campo del periodismo", galardén que se concede anualmente. Buitrago, Amor. Militante valenciano perteneciente a las Juventudes Libertarias y autor de Sigrir'ficado y fundamento de la unidad juvenil (Madrid 1938). Estuvo en los campos de concentracion de Los Almendros y Albatera donde claudicé y se puso al servicio de la policia. En los testimonios de de Guzman se denuncia su cobarde comportamiento y el sufrimiento moral que causé a su padre, un viejo luchador libertario, por su proceder. Segun Max Aub, "Amor Buitrago denuncié a cien de la CNT como lo habia hecho con Rodriguez Vega..." (Campe de los Ahnendros 614). A pesar de colaborar con el franquismo delatando a compafieros, fue ejecutado. Buitrago, Victoriano. Antiguo militante confederal del Puente de Vallecas y padre de Amor Buitrago. Sufrié moralmente mucho por el comportamiento de su hijo. Fue fusilado e18 de mayo de 1942. Burillo Stoller, Ricardo (1831-1939). Comandante militar del Ejército republicano. Oficial de carrera, estuvo a cargo de la defensa de Madrid. Formé parte de la "Junta de Evacuacién" que se encargé de negociar la salida de los refugiados del puerto de Alicante. Fue fusilado por los vencedores. 285 Busquets Verges, Juan (Barcelona 1928). Conocido como "E1 Sencill", empezé como aprendiz en la Hispano Suiza y en 1947 marché a Francia para trabajar en las minas de Cransac. En 1948 se unio al grupo de Massana con el que realizé actividades guerrilleras por Catalufia. Formo también parte del grupo de José Sabate y de Saturnino Culebras. Fue detenido en 1948 y condenado a muerte y conmutada por treinta afios. Estuvo en San Miguel de los Reyes, donde e1 intento de fuga casi 1e cuesta la vida, Yeserias, Carabanchel y Burgos. En libertad en 1969, se asienta en Barcelona y luego pasa a Francia, donde se muestra muy activo en la Comision de Presos. En 1977 crea la Asociacién de Presos Politicos del Franquismo en Francia con Llaster. Desafortunadamente esta asociacién ha dejado de existir por falta de recursos materiales. En la actualidad Busquets sigue residiendo en Francia. Cabezas, Juan Antonio (Cangas de Onis, 1900-13). Escritor y periodista, fallecido hace poco tiempo, director y redactor El Carbeye’n de Oviedo, colaborador de Eje] y redactor de Agnee y M, recibiendo varios premios por sus trabajos literarios y periodisticos; fue encarcelado y condenado a muerte por el régimen franquista, que lo liberc’) en 1944. Carbonell. Redactor de La Libertad. Caridad Pita, Rogelio. General de Brigada de Infanteria y Comandante Militar de La Corufia. Fue fusilado en noviembre de 1936. Carod Lerin, Saturnino (Zaragoza 1903-Barcelona 1988). Veterano militante confederal aragonés, analfabeto hasta los veinte afios. Trabajador infatigable desde los seis afios (labrador, segador por tierras castellanas, emigrante por Europa y, finalmente, en Barcelona en el ramo de la construccién, 286 donde aprendié las primeras letras y de donde tuvo que huir a Francia en la peor época represiva por su militancia en CNT. En la guerra fue comisario de la 118 brigada y mas tarde de la 25 Divisién. Organizé una columna de milicias (1a Columna Carod-Ferrer que se fusionara mas tarde con la de Ortiz) con campesinos del Bajo Aragén. Al finalizar la guerra fue a parar a los campos de concentracion de Albatera y los Almendros, de donde escapé con otros a Francia. Pasé también por los campos de concentracién franceses y a finales de 1940 se incorporé a la lucha clandestina (grupo Ponzan) hasta que es detenido en Barcelona en 1941, a] parecer delatado por un traidor. Estuvo preso en Figueras y Barcelona y finalmente en San Miguel de los Reyes hasta 1960 (habia sido condenado a 25 afios de carcel en 1949). Fallecié a los ochenta y cinco afios de edad. Carrefio, Luis Diaz. Redactor de La Voz. Fusilado en Valladolid. Casasus Lacasta, Mariano. Formé parte de la pena Salduaba de Zaragoza en 1931. En 1935 ayudé en el Centro Obrero Aragonés en Barcelona. Luché en la Columna Carod-Ferrer. Dirigio Qultura y Aecién con Salas. Fue redactor de ;I\_IT_ y mas tarde comisario de la 25 divisién. Entre 1945-1947 dirigié e1 diario clandestino Qlidaridad Obrera. Vivia en 1999. Castro, Eduardo. Redactor del Heraldo y corresponsal de numerosos periédicos de provincias. Fue condenado a muerte. Conejero, Molina. Diputado socialista y gobemador civil de Valencia hasta la mafiana de129 de marzo; Max Aub 10 describe como un "hombre entero, socialista desde que pudo serlo." Fue ejecutado a los pocos dias de ser detenido (Camps; 163, 644). 287 Continente Bermudez, Cayetano. Campesino aragonés y guerrillero confederal natural de Tueste, Zaragoza. Usaba el seudonimo de El Abuelo. Durante la guerra mandc’) un batallén de guerrilleros (Los Libertadores) que se infiltrc’) varias veces detras de las lineas fascistas. Detenido al finalizar la contienda, fue a parar al campo de Albatera, donde fue fusilado en 1940. Crespo Gallego, Juan (J aén 1885-México 1974). Militante prestigioso del anarquismo andaluz desde su juventud. Buen articulista, conferenciante y apasionado polemista. Su vida se dilata a lo largo del siglo en un sin fin de actividades politicas y culturales relacionadas con los ideales anarquistas. En 1911 intenta fundar una escuela racionalista en Bujalance, de donde tuvo que huir acusado de repartir propaganda antimilitarista. Participé en la huelga general de septiembre de 1911 y en los mitines en pro de los presos politicos. En 1916 representé a los zapateros en reuniones con los socialistas en Sevilla y dos afios mas tarde funda y dirige Accién Solidaria y colabora también en Selidaridad Qbrera. Durante la Republica es un militante destacado. Fue secretario de la confederacion Regional del Trabajo del Centro hasta el triunfo del franquismo. A] final de la guerra estaba en Albatera, de donde consiguié llegar a Francia. Mas tarde pasé a México donde vivira hasta el final de sus dias. Cuervo, Maximo Radrigal. Director General de Prisiones en los afios cuarenta. Fue responsable de la muerte de muchos presos y presas politicos por abandono y malos tratos. La Asociacién Catélica Nacional Propagandistica lo nombrara director de su afamada Biblioteca de Autores Cristianos. De este personaje ofrece Eduardo de Guzman una breve semblanza en uno de sus testimonios: ”[A]ntiguo y destacado pr0pagandista de Acci6n Catélica, e[ra], ademas de general auditor, director general de Prisiones. Idea suya ha sido la de 288 hacer grabar en la entrada de todas las carceles unas maximas salidas de su caletre que decian: 'En esta prision debe reinar la disciplina de un cuartel, la seriedad de un Banco y la caridad de un convento , lo que le valié su mote popular de "don Maximo el de las maximas" (Nosotros 248; La memoria 115; Histerias 340). Culebras Saiz, Saturnino (Guadalajara 1920—Barcelona 1950). Conocido como Primo. Entrc’) en Espafia en septiembre de 1949 con un grupo guerrillero (Vila, Manuel Sabaté, Busquets, etc.), detenido en octubre y condenado a muerte en diciembre. Fusilado con Manuel Sabaté. Diaz Carrefio, Luis. Redactor de _La_L/ez. Fusilado. Dicenta, Benedicto Joaquin. Autor teatral, narrador y poeta. Segun afirma Eduardo de Guzman, hay personas que tienen su familia al completo en la carcel. Este "[e]s el caso concreto de Joaquin Dicenta [hijo del literato del mismo nombre y nieto del autor teatral Joaquin Dicenta, cuyo melodrama social Iuan leee obtuvo un rotundo éxito en la Espafia finisecular], que se haya en Santa Rita, mientras un hijo comparte nuestra reclusién en la sala sexta y los demas deudos ruedan por otras prisiones, incluso la mujer esta en Ventas" (Nesotres, 204). Ejarque Pino, Antonio. Metalurgico, aragonés y militante de la CNT. Formo parte del Comité Nacional que desencadené el movimiento revolucionario de diciembre de 1933 en Aragén, Rioja y Navarra. Durante la guerra fue comisario general de la 25 Division con Ortiz y luego con Garcia Vivancos. Hasta la postguerra se pierde su rastro, a comienzos de 1947 pasa a Francia en tareas de comunicacion entre los cenetistas del interior y los del exterior. Retorna a Espafia para continuar sus labores clandestinas; detenido e] 289 Comité Federal de Enrique Marco Nada], del que formaba parte como delegado de Aragén, paso a ocupar la Secretaria General de la CNT hasta su detencién en 1947. Encarcelado en Ocafia escapc’), junto con otros once compafieros anarquistas, e1 8 de mayo de 1948. De acuerdo a1 historiador Julian Casanova, Ejarque cayé Victima de la represién realizada en Zaragoza contra el sindicalismo revolucionario a principios de 1936. Los testimonios de Eduardo de Guzman, Ramén Rufat y Abel Paz, ademas del Esbozo desmienten esta informacién al presentarlo vivo y activo hasta 1950. Esplandiu Pena, Enrique. A veces Nicanor Enrique Esplandiu. Linotipista. Militante anarquista perteneciente a1 Sindicato de Artes Graficas. Secretario Juridico del Comité Nacional de Inigo. Estuvo, con de Guzman, en el Campo de los Almendros y Albatera. Fernandez, Julian. Trabajador de la construccién, secretario de la Federacién Local de Sindicatos Madrilefia y Jefe del Cuerpo de Tren de Cipriano Mera con el grado de comandante. Su hermano, Tomas Fernandez, fue presidente del Ateneo Libertario del puente de Toledo. Entre enero y mayo de 1937, Julian fue director de las prisiones de Madrid, sucediendo en el cargo a Melchor Rodriguez. Tesorero de la CNT en Inglaterra en 1967. En la CR de CNT del Centro en 1977. En el CN de Gomez Casas en 1977. Fernandez Gémez, José Manuel. Periodista madrilefio y redactor de Le Libertad. Acabé la guerra de capitan. Fue condenado a muerte. Franco Cavero, Maximo (Huesca 1913-A1icante 1939). Colaboré en la prensa libertaria y trabajo de practicante. Participé en las sublevaciones de diciembre de 1933 proclamando e1 comunismo libertario en su pueblo, Alcala de Gurrea. Sufrio prisién por este motivo y saldra en libertad con la Victoria del 290 frente popular. La sublevacién fascista le alcanza en su pueblo, consigue pasar a zona republicana donde se incorpora a las milicias, primero como delegado de grupo y luego como jefe de una canturia de la Columna Rojo y Negro; 1a militarizacion le hizo comandante de la Brigada 127, hasta que en 1938 105 estalinistas de Modesto quisieron juzgarlo (tras el hundimiento del frente aragonés) posiblemente porque nunca 1e perdonaron su marcado anticomunismo; rehabilitado mando la 71 Divisién, con la que aplasté a los comunistas en Ciudad Real, en marzo de 1939. Consumada 1a derrota se suicidé, junto con su amigo Vifiueles, e1 1 de abril en el puerto de Alicante. Gallego Garcia, Gregorio (Madrid, 1916). Colaboré como redactor en Castilla Libre y ocupo diferentes cargos de responsabilidad dentro de la CNT. Interesado desde muy joven por temas literarios y sociales, su pluma participé en publicaciones libertarias y afines. Miembro de la primera Junta de Defensa de Madrid por la CNT (1936), combatié en los frentes de Madrid, Guadalajara, Alfambra y Teruel. Detenido en 1939, pasé por los inevitables campos de concentracion, batallones de trabajadores y carceles (Madrid, Alcala, Miranda, Renterias) hasta que fue liberado en 1943. Reintegrado a la actividad clandestina, secretario de la CNT y miembro del CN, es detenido en 1944 y condenado a treinta afios de los que cumplira diecinueve en diversas carceles del franquismo. Puesto en libertad en 1963, se dedicara fundamentalrnente a la literatura, trabajando en editoriales y fundando, con su amigo Angel Maria de Lera y Eduardo de Guzman la Asociacién Colegial de Escritores de Espafia. Cabe destacar, entre otras obras suyas Ardiente verane (Premio Asturias 1976), Aseltp a la eiudad (Barcelona 1984), Campo de Gibraltar (Barcelona 1992) y Madrid eerazén que se desangra (Madrid 1976). 291 Gambara, Gastone. General italiano que estuvo a1 mando de la division Littorio, la primera en llegar a los puertos del levante espafiol donde se hallaban refugiados los ultimos republicanos. Gambara negocié un acuerdo con los refugiados por el cual todo aquél que lo quisiera podria abandonar Espafia pero Franco se opuso a este acuerdo y los republicanos espafioles pasaron a ser encerrados en el Campo de los Almendros y en el de Albatera, asi como en otros lugares habilitados para la ocasion. En 1940 este general fue nombrado embajador en Espafia. Garcia Cascales, Mariano. De la barriada del Retiro, fue Secretario de la Federacién Madrilefia de Juventudes Libertarias. Se hizo cargo de la Consejeria de Informacién en la Junta de Defensa de Madrid formada el 7 de noviembre de 1936. Se fugé con un grupo de compafieros del campo de Albatera haciéndose pasar por loco. Fusilado en Carabanchel en 1945. Garcia Duran, Juan (V illagarcia de Arosa 1915-Alicante 1986). Miembro de las JJLL y de la CNT desde muy joven (secretario de los carpinteros con dieciocho afios). Pasé la guerra en la carcel ya que en 1936 fue detenido y condenado a muerte, pena que, finalmente, no se cumpliria. Se reintegra al movimiento anarquista clandestino en 1943, en que es nombrado secretario de la CNT gallega. En 1946 es nuevamente detenido y encarcelado por la policia franquista. Paso a Francia después de escapar de Yeserias en 1949. Viaja por muchos paises y se doctoré en la Sorbona en 1975 con un trabajo sobre la intervencién extranjera en la guerra de Espafia. Autor, entre otros libros, del testimonio Por la libertad (Come ee lucha en Espafia). Garcia Pradas, José (Burgos 1910-Londres 1988). Estudié bachillerato en Burgos y Vitoria, derecho en Zaragoza, que no acabo. Desde 1930 trabaja de 292 dependiente y oficinista y se introduce en los ambientes literarios (conoce a Max Aub), se acerca a CNT y en 1933 es corresponsal de La Tierra. Ingresa en la FAI y, tardiamente (1936) en CNT. Iniciada la guerra se traslada a Madrid, convirtiéndose en uno de los ejes de la CNT castellana. Director de la Q11 y de Frente Libertario. Miembro del comité de defensa del Centro (con Val y Salgado), combate en Guadalajara y alrededor de Madrid. Exilado e1 30 de marzo de 1939. Tras embarcar en Gandia, pasa por Francia, y se establece en Londres donde vivira hasta el final de sus dias. Trabajo primero como peén y camarero y después como redactor de radio britanica. Hacia 1950 defendié un anarquismo sin Bakunin y parece que en 1951 se dio de baja en CNT. Escribié mucho. Poesia: Milicias confederales (Madrid 1938), Bandera de la libertad (Madrid 1938). En periodismo, La traicién de Stalin (Nueva York, 1939). Y textos, como "Los rusos vuelven" o "Antifascismo libertario", entre muchos otros, impresos por publicaciones anarquistas. Cultivo e1 teatro en verso en sus obras Tierra de lebee (Nueva York, 1939, Al pie de la Vera Cruz (México, 1963), Remanee del cende Alardee. En novela publico, entre otras, las siguientes obras: Tribute de eangre y Nuestre eefior el Centaure (Rennes, 1948). Entre sus obras sociologicas figuran: La crisis del socialisme (Paris, 1957), Qrigen, eseneia y fin de la seciedad de clases, El Estado es una clase (Madrid, 1938), Tres epistolas a my; (Argel, 1946) y Cuatre cartae a Eueebie Carbe’. En periodismo iTeniames eue perder! (Madrid, 1974), finalista del Premio Larra de memorias de la Guerra Civil espafiola, organizado por la editorial G. del Toro. La geerra civil (Vesoul, 1947). En el International Institute of Social History Archives hemos encontrado que figura como autor de La muerte de la verge'enza, obra aun hoy inédita y que nacio como una respuesta a La muerte de la esperanza, de Eduardo 293 de Guzman. A pesar de la gran amistad que los unié, las relaciones entre estos dos personajes se deterioraron enormemente a raiz de lo que, para de Guzman, fue un comportamiento muy poco ejemplar de Garcia Pradas. El citado manuscrito fue donado a] Instituto Holandés por el libertario Fernando Gomez Pelaez. En uno de sus libros, Joan Llarch ofrece la siguiente semblanza sobre Garcia Pradas: "Por su temperamento vivo, arrojo y exaltacién, fisicamente de mediana estatura, delgadez y nervio, Garcia Pradas podia a veces, por sus extralimitaciones oratorias, calificarse del pequefio Dante de la C.N.T." (Qang'ones 211). Para Max Aub, sin embargo, Garcia Pradas es un individuo de dudosa catadura moral. Giménez Caballero, Ernesto (Madrid 1899-1988). También conocido por su apodo literario "Gecé", fue director de La aceta Lit raria en la que se presté atencién preferente a las corrientes literarias europeas mas innovadoras del momento. Contribuyé a la fundacién de Falange Espafiola y colaboro en Le Coneuista del Estade, E1 Fascio y Arriba entre otros. Es autor de diferentes obras literarias. Fue embajador en Paraguay y en 1979 publicé un libro autobiografico con el titulo de Memeriae de un dietader. Girauta, Pedro. Director General de Seguridad. Girén, Domingo. Militante comunista, fue comisario de Artilleria del Ejército del Centro y formé parte de la Junta Casadista, grupo que, a las 6rdenes del general Casado, intento negociar una paz honrosa con Franco. El 3 de julio de 1941 fue ejecutado, junto con Eugenio Meson (secretario provincial de JSU), Guillermo Ascanio (comandante jefe de la VII Divisién), German Paredes y otros, en la prisién de Porlier. 294 Gomez Fernandez, Manuel. Periodista madrilefio y redactor de _L_a_ Lieertae. Acabo la guerra de capitan y estuvo preso en el campo de los Almendros. Fue condenado a muerte. Gomez Morato, Agustin. General de Division y Jefe superior de las Fuerzas Militares de Marruecos. Condenado pero no ejecutado. Gémez Osorio, José (r?- rMadrid? 1940). Una de las figuras mas destacadas y respetadas de la vieja guardia socialista. Ademas de ser secretario del Sindicato Ferroviario, fue el ultimo Gobernador Civil de Madrid. Gomez Osorio y sus hijos, Bienvenido y Sécrates, acabaron sus dias delante del pelotén de ejecucion. Segun algunas fuentes consultadas, Gomez Osorio fue ejecutado en Madrid en 1940 en compafiia de Ricardo Zabalza y Angel Pedrero. Otras, sin embargo, mantiene que fue indultado y que murio en la carcel. Gonzalez Molina, Manuel. Viejo militante socialista, antiguo Comisario del Segundo Cuerpo del Ejército y Gobernador de Guadalajara durante e1 periodo de la Junta de Casado. Gonzalez Recatero, Doctor. Desempefio la Jefatura de Sanidad en el Ejército de Levante. Torturado despiadadamente, se quito la vida tirandose por una ventana de las dependencias policiales sitas en la calle de Alcala, Madrid. Guardia Abella, Isidro (Valencia 1922). Quedé huérfano a edad temprana, razon por la cual tuvo que empezar a trabajar muy joven en diversos oficios (camarero, botones, aprendiz de peluquero, dependiente, cajero, peon). De formacion autodidacta, Isidro se afilié a la CNT a la edad de 14 afios y lucho como sargento, con diecisiete afios, en la guerra civil. Estuvo en los campos de concentracion y mas tarde formo parte de la resistencia libertaria clandestina (como miembro del comité provincial del ML valenciano, responsable de 295 organizacién, que cayo en manos de la policia en 1940). Juzgado en 1941, fue condenado a la maxima pena, que le sera conmutada. Excarcelado tras diez afios de encierro en San Miguel de los Reyes (1950), donde comenzo a escribir. Publico un Boletin de CNT, dirigio el periodico de las JJLL, y ejercio de corresponsal para la prensa anarquista del exilio. Es autor del testimonio Qefle de 1941. Entre el ensayo y la historia publicado por la editorial G. del Toro. Guerrero, Comandante. Trabajador onubense y comandante de brigada en el Jarama. Lo ejecutaron en Huelva. Gutierrez de Miguel, Valentin. Redactor de M y El fleialieta, acabo prefiriendo, provisionalmente, la espada a la pluma, ya que mando la 112 Brigada Mixta. Fue condenado a muerte en consejo sumarisimo y posteriormente indultado. Paso la juventud en las carceles franquistas. Guzman Espinosa, Angel de. Redactor deportivo del diario La Libertad, al comenzar la conflagracion se incorporo al periodismo de guerra. De acuerdo a su hermano Eduardo, Angel murio en Alberche, que esta en los alrededores de Chapineria, el 15 de octubre de 1936. Segun Haro Tecglen, Angel fue asesinado junto con otros compafieros en un pueblo de la sierra de Gredos: "Cuando llego a San Martin de Valdeiglesias, habian tornado el pueblo los fascistas: cercaron el coche, les sacaron de dentro y les fusilaron alli mismo, en la plaza del pueblo, sin mas tramites. . . Ademas de ese hermano y una hermana, Isidora (Dora para la familia), Eduardo tuvo otro hermano, "Mariano de Guzman que tras ser sobreseido el sumario que se le instruia fue encerrado durante largos meses en el campo de concentracién de Nanclares de la Oca" (infie 112; "Periodistas" 153). Guzman Espinosa, Eduardo de (Palencia 1909-Madrid 1991). Una de las figuras mas importantes dentro del periodismo anarquista. Trabajo en Le 296 Libertad y La Tierra y fue el fundador y director de Castilla Libre, periodico madrilefio que publico su ultimo numero e128 de marzo de 1939. Depurado por su actividad profesional tuvo que utilizar diferentes seudonimos (Edward Goodman, Edward Thorny, Richard Jackson, Anthony Lancaster y Charles G. Brown) para poder seguir trabajando. Eduardo Haro Tecglen le dedica unos encendidos elogios en las paginas de uno de sus libros de memorias: "...[E]ste anarquista puro y valiente, fue atrapado a1 terminar la guerra, encerrado en campos de concentracion, apaleado; juzgado, condenado a muerte, conmutado luego, vuelto a encerrar acusado de conspiracién. Y, cuando a] fin quedé en libertad, tenia que escribir una novela ---policiacas, 0 del Oeste--- cada semana para poder, simplemente, comer" (El refugr'e 106). Entre las obras publicadas por Eduardo de Guzman figuran Madrid roje y negro (1938), Espar‘ia entre las dictaduras y la democracia (1967), 1930: Historia politica de un afio decisivo y Aurora de sangre (1973), e Historias de la prensa (1985). Con La muerte de la esperanza (1973), E1 afio de la vieteria (1974)-«obra galardonada con el premio Internacional de Prensa concedido por Le Nouvel Observateur, Newsweek The observer y Iri_un_f_ -- y Nosotroe, loe asesines (1976), --"joya del periodismo que espera su recuperacién" (Blanco-Chivite 15)-- de Guzman crea una de las mas importantes trilogias testimoniales que se hayan escrito sobre la guerra civil y la postguerra. Guzman Espinosa, Mariano de. Periodista de Castilla Libre. Segun comenta su hermano Eduardo, e1 sumario de Mariano fue sobreseido, lo que no fue obstaculo para que fuese encerrado en el campo de concentracion de Nanclares de Oca. 297 Haro Delage, Eduardo. Subdirector de La Libertad y padre del periodista Eduardo Haro Tecglen. "Antiguo marinero ganado por el periodismo, conoce la mentalidad de sus viejos compafieros de armas y no se hace excesivas ilusiones" (La muerte 35). Haro fue detenido, condenado a muerte y posteriormente indultado. Liberado a los cuatro afios de terminada la guerra nunca mas volvié a ejercer su profesion, como ocurria con todos los depurados. Henche de la Plata, Rafael. Miembro de la Ejecutiva del PSOE y de la UGT. Concejal elegido el 12 de abril de 1931 y alcalde de Madrid en el ultimo afio. Hermosilla, Antonio. Director y propietario de La Libertad. "Pudo escapar a Chile al terminar la guerra,..." (Age 60). Es "un hombre alto, delgado, con el pelo casi blanco y un ligero tic nervioso" (La muerte 23). Segun de Guzman, Hermosilla "[n]o es un escritor brillante, pero tiene un magnifico sentido periodistico y sabe rodearse de los hombres que necesita. En solo tres afios ha cuadriplicado la tirada de 'La Libertad', ahora uno de los diarios de mayor circulacion en todo el pais" (La muerte 23). Herran, Pepito. "[A]bogado inteligente y brillante,... cuyo terrible delito es haber actuado con el Comité Pro Presos antes y durante la guerra defendiendo a los detenidos de la CNT" (Nosotros, 205). Hidalgo, Gomez. Formaba parte de la redaccion de La Libertad y era diputado por Union Republicana. Ifiigo Granizo, Lorenzo (Guadalajara 1911- Madrid 1991). Viejo luchador antifascista y libertario, de origen humilde y familia numerosa, Lorenzo Ifiigo Granizo se vio forzado a trabajar desde muy joven a1 quedar huérfano de padres a los nueve afios. Afiliado a la CNT y a la FAI en 1930, desemper‘io para estas 298 organizaciones cargos de responsabilidad hasta el final de la contienda. Perdida la guerra, intenta escapar y es detenido en el puerto de Alicante. Estuvo encerrado en el campo de los Almendros, Albatera, carcel de Orihuela, reformatorio de Alicante, Alcala de Henares (junto a Enrique Marco Nadal) etc., hasta su liberacion en 1946. Una vez liberado continuo luchando contra el franquismo y en marzo de 1946 fue nombrado secretario general de la CNT. Detenido en abril del mismo afio, fue condenado a 15 afios, saliendo en 1952 con la salud muy deteriorada. Izcaray, Jesus. Redactor de sucesos de Claridad. Leiva Expésito, José (Ubeda 1918 Caracas 1978). Militante de las Juventudes Libertarias y redactor de luventud Libre. Hecho prisionero en el puerto de Alicante, fue condenado a muerte. Su pena fue conmutada por treinta afios de carcel y, finalmente, fue liberado en 1943. Estuvo encerrado en el campo de los Almendros, Castillo de Santa Barbara, carcel de Santa Engracia, Ocafia, Pamplona, etc. Es autor de En nombre de Dios, de Espafia y de Franee (Buenos Aires 1948) y del testimonio Memorias de un eendenade a meerte (Espafia 1978). Lezama, Antonio de. Subdirector de La Libertad. Se exilio en Chile. Segun escribe de Guzman, "Después del primero de abril de 1939 $610 dos informadores pudieron abandonar Espafia: Antonio Hermosilla y Antonio de Lezama, director y uno de los subdirectores de La Libertad que encontraron asilo en la embajada de Chile unica que admitio a medio centenar de refugiados republicanos." (La muerte 174). Lopez Ochoa, Eduardo. General del Ejército Espafiol. Mando las fuerzas que acabaron con la insurreccion asturiana de 1934. "E1 golpe de julio de 1936 1e cogio enfermo en el hospital militar de Carabanchel. Segun los datos recogidos 299 por la 'Causa General', fue sacado de alli por las milicias que, 'secundadas por las turbas, pasearon la cabeza del general por las calles céntricas de Madrid'" (Viee'mae 69; Nosotroe, 120). Losa Petit, Fidel. Militante libertario. Trabajo en la comisaria de Buenavista como policia y fue secretario de Benigno Mancebo. Los franquistas 1e acusaron de pertenecer a "la checa de Bellas Artes" --nombre con el que se aludia al Comité de Salud Publica que se habia constituido en el Circulo de Bellas Artes para actuar contra los quintacolumnistas--- y de ser e1 autor material de muchos asesinatos. Torturado salvajemente en las dependencias de la DGS en Madrid, acabo "colaborando". Fue fusilado junto con Benigno Mancebo, Avelino Cabreja y otros. Luis de Galvez, Pedro (37- Madrid 1940). Dificil, sino imposible, es definir en breves trazos a tan singular personaje. Eduardo de Guzman afirma, sin duda en tono jocoso, que Pedro Luis Galvez es "quiza el mejor sonetista castellano de nuestra época, bohemio empedernido, sablista contumaz, famoso hace largos afios mas que por su inspiracion poética por su increible habilidad para ablandar los corazones ajenos y hacerse con unos duros o unas pesetas". Sobre este personaje ha escrito unas sabrosas paginas Juan Manuel de Prada en uno de sus ultimos libros. El escritor y redactor de El Liberal, Diego San José, narra en su testimonio De carcel las ultimas horas de Luis Galvez antes de ser fusilado a las seis y media de la mafiana de un 30 de abril. Mairal, Trigo. Figura destacada del socialismo espafiol. Fue gobemador de Madrid. Mancebo Martin (r o Heméndez?), Benigno (Avila 1906-Madrid 1940). De familia anarquista, emigro a la Argentina en 1923 donde entro en contacto 300 con Abad de Santillana y otros. Deportado a Espafia con su padre en 1930. Miembro de la CNT y de la FAI, fundo y dirigio el periédico El Libertario. Colaboro en CNT, Revolucion Social Solidaridad Obrere y otros. Durante la guerra fue miembro del Comité de Defensa de la CNT y miembro del Comité Politico de la Direccion General de Seguridad. Fue fusilado junto a otras sesenta personas en Madrid una mafiana de 1940. Se 1e acuso de pertenecer a la "checa de Bellas Artes" y a la "de Fomento" y de ser responsable de las "sacas" de presos en noviembre de 1936. Mera Sanz (go Garcia?), Cipriano (Madrid 1897- Paris 1975). Empezo a trabajar de albafiil a los 11 afios, medio analfabeto a los 20 se inscribio en una academia nocturna, a1 tiempo que se preocupa por las cuestiones sociales. Afiliado por su padre a la UGT, formara un grupo anarquista dentro de este Sindicato y se ira acercando progresivamente a las tesis cenetistas y anarquistas. Presidio el Sindicato de la construccién de la CNT y fue miembro de los grupos de defensa confederal a nivel local y regional. El gran avance del anarquismo en esa zona se debe primordialmente a Mera. En 1936 se encuentra en la carcel al ser un miembro del comité de huelga de la construccion, liberado e1 19 de julio inicia su carrera militar con una fuerza inusitada. Dotado de notables cualidades para el mando militar, apoyo la desaparicion de las milicias y la militarizacion. Participo en la defensa de Madrid, en la batalla del Jarama, torno Guadalajara y Brihuega. Fue jefe de la 14 Division y del IV Cuerpo de Ejército del Centro como teniente coronel. En marzo de 1939 apoyo e1 golpe de Estado del coronel Casado. Es autor del testimonio Guerra, exilio y careel de un anarcosindicalista. Segun Gallego, "Mera no alcanzaba la talla de Durruti en muchos aspectos, pero en otros le aventajaba. No era buen orador, escribia mal y su caracter era mas bien 301 hurafio y taciturno. Sin embargo, tenia olfato de sabueso y una vista de lince. Mera era el hombre de accion sin ningun adorno ni alifafe. Seco, duro, insobomable, se imponia tanto por su valor personal como por su honradez" (268). Marco N adal, Enrique (Valencia 1913-Valencia 1994). Molero Lobo, Nicolas. Capitan General de la Séptima Region Militar, Valladolid. Fue condenado a muerte por Franco pero finalmente no se le ejecuto. Molina, Antonio. Procedente de las milicias, mando una Division en el Jarama. Molina, Gonzalez. Gobernador de Guadalajara. Ejecutado poco después de caer Alicante. Molina Mateo, Juan Manuel (Murcia 1901-Barcelona 1984). Conocido como "Juanel", este libertario desarrollo una ingente actividad politica primero en su pueblo, Jumilla, y después en Barcelona y en el exilio. Anarquista desde los 18 afios, y detenido en multiples ocasiones, su negativa a hacer el servicio militar le valio ser declarado profugo. Abandona Jumilla con documentacién falsa y entra en contacto con el movimiento confederal de Barcelona, integrandose en la CN y la CNT. Durante ese periodo colabora habitualmente con la prensa anarquista y conoce a Lola Iturbe, con quien formara familia definitiva desde 1922. Trabaja en cooperativas de Granollers y Barcelona hasta que tiene que huir a Francia en 1927, donde trabaja en la construccion y desempefia la Secretaria General de los Grupos Anarquistas de Lengua Espafiola. Detenido en el pais galo, paso por diferentes carceles antes de ser expulsado. Estuvo en Bruselas con Ascaso y Durruti y fue miembro del Comité de Defensa Anarquista Internacional colaborando en La Voz Libertaria. Regresa a Barcelona 302 a comienzos de 1930 y ocupa la secretaria de la FAI; durante e1 periodo republicano dirige y administra Tierra y Libertad y Tiempos Nuevos. Exilado en 1939, es nombrado Delegado del Consejo del Movimiento Libertario para los campos de concentracion lo que le lleva a colaborar muy estrechamente con el grupo de Francisco Ponzan. Detenido varias veces entre 1941-1943, trabaja duramente en la reconstruccion de la CNT en Francia y sera el primer Secretario General de la CNT exilada. En 1946, después de haberse internado en Espafia, es detenido y condenado a quince afios de carcel de los que cumple 7 en diferentes prisiones franquistas (Alcala, Ocar‘ia, Buitrago, Fuencarral). De nuevo en Francia, se establece en Toulosse hasta 1976, en que regresa para reconstruir e1 movimiento confederal desde el interior. Es autor de numerosos articulos en la prensa anarquista y de libros relacionados con el movimiento anarquista. A su pluma pertenece también e1 sobrecogedor testimonio Noche eobre Espafta. Siete afios en las prisiones de Franco, que fue publicado en México en 1954. Moreno Toledo, Antonio (r?1896-Madrid 1978) Sindicalista revolucionario que milito en la regional del Centro y dirigio la rama del Agua, Gas y Electricidad. Poco antes de la guerra se destaco por su extraordinaria actividad. Segun de Guzman, "Antonio Moreno es un hombre alto, corpulento, de palabra facil y gesto tranquilo. Ocupa provisionalmente la secretaria del Comité Nacional de la CNT porque e1 designado por la organizacion --David Antonau- se halla preso como consecuencia de la huelga de la construccién, en la que ha participado de una manera activa y directa" (La muerte, 70). E1 final de la contienda lo cogié en Alicante y estuvo encerrado en Albatera y Madrid; condenado a muerte, luego conmutada, salio en libertad provisional en 1945. Activo en la clandestinidad antifranquista, se exilo en Francia en 1954. Retorno a 303 Espafia en la década de los setenta y ayudo a la reorganizacion del movimiento libertario en 1976. Navarro Ballesteros, Manuel (Albacete r?-Madrid 1940). Fue director de Frente Roje y de Munde Obrero y colaborador en Mundo Proletarie y Q P_al_alga_. Antiguo militante de las Juventudes Socialistas, su oposicion a la linea irnperante del partido, (linea Besteiro-Saborit) acabo con su expulsion de las JJSS y con la de una treintena mas de militantes. Al acabar la guerra estuvo en el campo de los Ahnendros y Albatera. Sefialado por una de las llamadas visitas de "reconocimiento", Navarro Ballesteros fue trasladado a las comisarias madrilefias de Almagro y Alcala en compafiia de Eduardo de Guzman. En los interrogatorios a Ballesteros 1e obligaron a comer la foto de la Pasionaria y a Eduardo la de Durruti. Fue sacado de la carcel de Santa Rita y fusilado el 1 de mayo de 1940. Nicas, Antonio. Fue capitan durante la guerra y compafiero de redaccién de Eduardo de Guzman en La Libertad. Condenado a muerte y posteriormente conmutado. Nufiez del Prado y Susbielas, Miguel. General de division condenado a muerte y ejecutado. Nufio Pérez, Amor. "[DJirigente del Sindicato del Transporte y secretario de la Federacion Local de Sindicatos Unicos, a quien la policia no habia cesado de buscar en aquellos dias" (Gallego 36). Demagogo y populachero, optimista, impulsivo, facil presa de los extremistas, segun Gallego. Olmedilla, Martinez. Redactor del Heralde. Orobén Fernandez, Pedro. Miembro del Comité de Defensa confederal. Vivio en Paris en 1925-1926. Asistio a1 congreso anarquista de Marsella de 1926 y 304 participo en la fundacién en Paris de la CGTSR francesa; expulsado de Francia marché a Alemania, de donde volvio a los cinco meses. Ya en Espafia, en 1931 intervino en el congreso de CNT y mas tarde milito en Valladolid. Murio en 1937 destrozado por una bomba. Ortega, Daniel. Médico, miembro del Comité Central del partido Comunista y diputado por Cadiz. Director general de Seguridad y uno de los fundadores del Quinto Regimiento, asi como jefe de intendencia en el Ejército del Centro. Fue, junto con el también coronel Garijo, e1 encargado por el cuartel general de Casado para negociar una rendicion justa y sin represalias. Formo parte, junto con el teniente coronel Burillo, Gomez Osorio y otros, de la "Junta de Salvacion" que intento llegar a un acuerdo con las fuerzas de Franco para que pudiesen abandonar e1 puerto de Alicante los ultimos luchadores republicanos. Fusilado. Ortega, Juan. Viejo luchador obrero. Torturado y fusilado en Madrid en 1940. Paulet Garcia, Antonio. Comisario de CNT-FAI en 1930 con los republicanos. En julio de 1930, en Madrid, es miembro de la comisién pro amnistia. Delegado de la Madera a1 congreso de 1931. Fusilado en Porlier en 1940. Pedrero, Angel. Militante socialista y jefe del SIM [Servicio de Inteligencia Militar creado por Indalecio Prieto para combatir a la "quinta columna"], fue ejecutado en Madrid en 1940. Agustin de Foxa ofrece la siguiente descripcion de este personaje: "E1 feroz Angel Pedrero presidia el tribunal [de la checa de Atadell]. Era barbudo, verdoso, tacitumo." (Madrid de corte a cheka 309). De 305 acuerdo a Gerald Brenan, el SIM, "Como toda la policia espafiola, fue extraordinariamente incompetente" (394). Pérez, Antonio. Miembro del Consejo Nacional de Defensa en representacion de la UGT. Pérez Merino, Carlos. Redactor-jefe de Claridad, labor por la que fue condenado a muerte y posteriormente indultado. Paso los afios de su juventud en la carcel. Plaza, Aselo. Redactor-jefe de CN T a comienzos de 1939. Autor de Q salvacion revolucionaria de Espafia y de articulos en iCampe Libre! Condenado a muerte. Puerta, German. Diputado provincial hasta el 28 de marzo de 1939 y secretario de la FAI. Quintela, Eduardo. Comisario de la Brigada Social de Barcelona. Segun Paz, Quintela "manejaba los hilos de la confidencia introducida en la CNT y hacia asi casi imposible su continuidad" (272). Quintela sufrié varios atentados, pero de todos salio ileso. Rilqueme, General. "famoso por sus campar‘ias africanistas, es uno de los pocos generales abiertamente republicano" (La muerte 25). Ristori, Comandante. Marino republicano que murio luchando en Torrejon a los tres meses del levantamiento fascista. Robledano, José. Trabajo como dibujante en el diario Claridad (de Javier Bueno) y fue presidente de la Agrupacion Profesional de Periodistas. Condenado a muerte y posteriormente indultado, estuvo preso en la carcel de Porlier, entre otras. Sus dibujos, de gran valor testimonial, ilustran el testimonio De eareel, del periodista Diego San José. Murio en 1974. 306 Rodriguez Garcia, Melchor (Sevilla 1893-Madrid 1972). Militante anarquista desde 1920, seccion de automéviles del ramo de la madera de Sevilla. Quiso ser figura del torero pero abandono tales pretensiones tras una cogida en Madrid en 1918. Formo parte del grupo anarquista Los Libertos y fue uno de los prirneros militantes de la FAI en 1927. Ejercié una gran actividad durante la preguerra: delegado del Comité Republicano Revolucionario que se envio a Jaca en 1930 para persuadir a Fermin Galan de que aplazase su levantamiento, numerosos mitines proamnistia, entrevista con Martinez Barrio en 1934 para liberar a 200 cenetistas y figura destacada de la huelga de la construccién celebrada en Madrid en 1936. Apodado el "Angel rojo" por la propaganda nacional debido a las vidas de muchos derechistas que salvo durante su etapa como Director General de Prisiones (noviembre 1936-marzo 1937), puesto para el que fue nombrado por el también anarquista Juan Garcia Oliver, ministro de Justicia en aquel entonces. Estuvo preso en diferentes carceles, murié el 14 de febrero de 1972. 1 De su comportamiento como delegado especial de prisiones escribe Arsenio Izaga en su libro Les presos de Madrid: "Melchor Rodriguez ---;oh, misterioso designio de la providencia!--- fue el muro de contencion de esas turbias corrientes, el escudo de nuestra seguridad y de nuestras vidas" (citado en Gallego: 342-42). Segun Gallego, Melchor fue el autor de la cancion revolucionaria dedicada a Zaragoza ---la Meca por entonces, del anarquismo espafiol--- cuya primera estrofa dice asi: "Bella Zaragoza, ciudad libertaria/cerebro anarquista del bravo Aragon,/eres vivo ejemplo de la lucha diaria/por los ideales de emancipacion..." (citado en Gallego: 69) 307 Rodriguez de Leon, Antonio. Gobernador de Cordoba y redactor de E_l Sol. Rodriguez Vega, José. Sustituyé a Francisco Largo Caballero en la Secretaria General de la UGT. Fue puesto en libertad equivocadamente, huyendo de Espafia a finales del 1939. Romerales Quintero, Manuel. General de Brigada de Infanteria y Comandante Militar de Melilla. Fusilado en 1936. Romero, Isabelo (Cerro Andévalo 1909-Madrid 1937). Hijo de campesinos andaluces, forjado en la lucha y en la clandestinidad desde los tiempos de la Dictadura primorriverista, Isabelo Romero fue Secretario del Comité Regional del Centro y miembro del Comité de Defensa. Sobre este joven obrero, que también dirigio e1 Sindicato Metalurgico, recayo todo el peso de la Confederacién Nacional del Trabajo cuando la policia clausuro los locales de los Sindicatos y detuvo a1 Comité Nacional de la CNT por apoyar la huelga de la construccion, que el gobierno de la Republica consideraba ilegal. A Romero se debe 1a fundacion del periodico Caetilla Libre en enero de 1937. Isabelo Romero no estaba de acuerdo con la orientacion extremista que Garcia Pradas 1e estaba dando al periédico (All y por eso fundo Castilla Libre, poniéndolo bajo la direccién de su amigo Eduardo de Guzman, periodista libertario que "mas que orientar dogméticamente, como hacia Garcia Pradas, prefirio informar y reflejar la opinion de los diferentes nucleos regionales con sentido afirmativo" (Gallego 353). Roncero. Periodista de We, escape a Francia donde inicio un prolongado exilio. Royano, Manuel. Secretario del Sindicato de Sanidad. 308 Rubiera, Carlos. Abogado, diputado socialista por la provincia de Madrid, subsecretario de Gobernacion y presidente de la Diputacion Madrilefia. Formo parte de la primera Junta de Defensa de Madrid en representacion de la Agrupacion Socialista Madrilefia y fue uno de los mas brillantes oradores de la izquierda socialista. Colaboro también con articulos periodisticos en E_1 Social_i§ta. Gregorio Gallego lo acusa de haber estado demasiado a remolque de Largo Caballero. Condenado a muerte, fue fusilado en la carcel de Porlier e1 27 de abril de 1942 junto con otros seis compafieros, como recuerda Mera en sus memorias. Rufat Llop, Ramén (Maella 1916-Villanueva y Geltru 1993). Miembro de las JJLL en 1936, formo parte de las milicias catalanas y estuvo en el frente de Aragén. Detenido y condenado a muerte, sale en libertad en 1944. Activo participante en la lucha clandestina, fue detenido en 1945 y juzgado nuevamente por un consejo de guerra, en 1947, se le condeno a 20 afios de prision de los que cumpliria trece. Exilado hasta 1976, fecha en que regresa a Espafia. Autor de fl; lae prisiones de Espafia (Mexico 1966) y con otros de La oposieion libertaria al reg1_r_n' en de France 1936-1975 (Madrid 1993). Ruiz Villaplana, Antonio. Abogado y Secretario de Instruccion de Burgos. Escribio Doy fe libro en el que narra 1a represion franquista en la capital de la Espafia nacional. Esta obra, escribe Llarch, "a semejanza de la de Bernanos, Les grandes eementerios baje la luna, es un implacable alegato contra la represién franquista desencadenada en la zona nacionalista desde los comienzos de la contienda" (W 210) Salcedo Molinuevo, Enrique de. Capitan General de Galicia fusilado en La Corufia en 1936. 309 Sénchez Monreal, Fernando. Director de la Agencia Febus (la EFE de entonces). Fusilado. Sénchez Roca, Mariano. Republicano, abogado y subdirector de _I_._e_ Tier-re. Subsecretario de Justicia con Garcia Oliver durante los meses finales de la Republica impidiendo, con sus medidas y ordenes, el asalto a las carceles madrilefias. En 1964 vivia en Francia. San José, Diego (Madrid 1884, Redondela 1961). Periodista y escritor, poeta y dramaturgo. Colaboro con las mas importantes publicaciones del momento, dejando una amplia obra que en su tiempo fue muy reconocida. Durante la Republica formé parte de la jefatura de prensa del director General de Seguridad, Ramon Fernandez Mato. Procesado por el Juzgado Especial de Prensa y condenado a muerte en consejo de guerra "sumarisimo y de urgencia". Su pena, no obstante, sera conmutada por la de treinta afios de prision gracias a la intervencion del general Millan Astray que era, segun parece, asiduo lector de sus escritos. La mayor parte de su pena la cumplira en la isla de San Simén, situada en la ria de Vigo. A su salida en libertad condiciona], Diego San José pasara a residir en Redondela, donde permanecera hasta el final de sus dias. Tapia, Luis de. Republicano de toda la vida, colaboraba en La Libertad mandando coplas que escribia por los cafés madrileftos 0 en el mismo Congreso. Eduardo de Guzman lo recuerda como un sesenton que "no anda sobrado de salud y no suele trasnochar" (La muerte 33). Tomas Alvarez, Belarmino (Gijon 1887-México 1950). Socialista muy activo durante la Revolucion de Octubre en 1934. Gobernador de Asturias durante la guerra civil. Cercano a las ideas de Largo Caballero, fue miembro del Comité ejecutivo de la UGT. Secretario del Sindicato Minero Asturiano y vocal 310 de la Federacion Internacional de Mineros y concejal del ayuntamiento de Langreo. Miembro del Comité Nacional del Sindicato socialista espafiol Union General de Trabajadores (UGT). En 1926 fue director de la mina San Vicente, propiedad del Sindicato Minero Asturiano. Fue elegido diputado por Asturias en febrero de 1936. En 1937 consiguio pasar a la otra zona roja y fue nombrado comisario general del Aire (1938). Al perder la guerra se exilio a Méjico. Tomé, Amancio. No disponemos de datos biograficos de este viejo funcionario de prisiones que estuvo a1 frente de la Inspeccién Provincial de Madrid, cargo que habia ocupado en plena guerra el anarquista Melchor Rodriguez. Hemos optado por incluir aqui un fragmento procedente de Noeetroe, en el que se ofrece una pequefia y jocosa semblanza de este personaje tan pintoresco y popular en el Madrid de la postguerra. Segun de Guzman, [Amancio Tomé era] de mediana estatura y poblada barba, voz campanuda y ampulos ademanes. Visitaba con frecuencia las multiples carceles madrilefias y pasaba por delante de los presos formados en los patios 0 las galerias con el aire de un Napoleon victorioso. Lleva un uniforme impecable, con algunas condecoraciones y se le ve contento de si mismo, satisfecho y feliz con la importancia de su cargo... Juzgando por su aspecto y su manera de hablar, Amancio Tomé es un hombre vanidoso sobre toda ponderacion. Presume en sus visitas y en las alocuciones que gusta dirigir a los reclusos. Lo hace siempre en un tono paternalista, falsamente bondadoso, porque en todo momento tiene buen cuidado de marcar las diferencias existentes entre él y nosotros, simples pigmeos ante su 311 inteligencia de superhombre. Estalla furioso cuando sabe que muchos reclusos le llaman Valentin, comparando sus barbas, cuidadas y tefiidas, con las del Campesino. Circulan rumores de que su conducta con los condenados a muerte, a los que alguna vez visita en capilla, tiene poco de generosa y paternal. Tanto él como el parroco de Porlier tienen verdadero empefio en que confiesen y comulguen antes de morir. Casi todos se niegan en redondo y don Amancio pierde la paciencia. (278-79) Trigo, Fernando. Antiguo militante libertario, practicante de profesion. Durante la guerra estuvo al frente de una unidad de la Cruz Roja. Trigo Mayra], Antonio. Militante socialista y antiguo gobemador de Madrid. . Val, Eduardo (La Corufia 1906-Argentina 1993). "[S]ecretario del Comité de Defensa de la C.N.T. madrilefia. Dirige la lucha de los obreros de la construccion y encabeza los grupos confederales de accion" (La meerte 27). Gregorio Gallego ofrece la siguiente semblanza sobre este misterioso personaje, jefe indiscutible del Comité de Defensa de la CNT, el organismo mas clandestino y secreto del movimiento confederal: "Eduardo Val era un tipo muy singular. Profesionahnente era un camarero elegante, sonriente y amable. Cuando servia vestido de 'smoking' en los grandes banquetes politicos del Ritz y del Palace nadie podia sospechar que tras su gentil sonrisa, ligeramente irénica, se ocultaba el hombre que movia los hilos clandestinos de los grupos calificados de terroristas" (151). Al finalizar la guerra Eduardo Val se exilé en Argentina, alli continuo su actividad politica, fue representante del gremio de panaderos y se 312 vio involucrado en un proceso en los afios de Uriburi, asunto que le costo una pena de cadena perpetua. Liberado tras varios afios preso, siguio militando en la década del sesenta en el gremio de navales. Vega, Etelvino. Secretario nacional de la Union de Juventudes Comunistas y jefe de division que procedia de las rrulicias populares. Designado en los ultimos dias del Gobiemo Negrin para el cargo de gobemador militar de Alicante. Murio fusilado. Villar Mingo, Manuel (Burgos 1904-Buenos Aires 1972). Emigro con su familia muy joven a la Argentina. Contacté con el obrerismo y se afilio a la Federacion Obrera Regional Argentina (FORA), destacando en el gremio de la electricidad. En 1926 fue redactor del organo anarquista argentino, La Pretesta y dirigio el periodico La Continental Obrera. En 1930, con la dictadura de José Félix Uriburu y la aplicacién de "la ley de Residencia" fue expulsado del pais. Vivio en Chile y Uruguay. Entré clandestinamente a Argentina, pero nuevamente detenido fue expulsado en 1932. En 1933 aparece por Espafia al lado de Diego Abad de Santillana, con quien le unira una larga amistad. En Barcelona dirige Solidaridad Qbrera hasta diciembre de 1933 y en Madrid CNT. Ya en Valencia, durante la guerra, dirigio Fragea Social. Miembro del Comité Central de Abastos Catalan por FAI, en 1939 se le comisiono para ir a México. Condenado a muerte a1 acabar la guerra, fue conmutado a la pena de 25 afios. Detenido en 1941, después de haber escapado del campo de Albatera en compafiia de Saturnino Carod gracias a la falsificacion de unos avales, salio en libertad vigilada en 1946. Ocupo la Secretaria General de la clandestina ANFD [Alianza Nacional de Fuerzas Democraticas, constituida en Espafia en 1944, a instancias de la CNT, entre socialistas, ugetistas, cenetistas, libertarios y algunos 313 republicanos]. De acuerdo a Marcos Nadas, Manuel Villar fue también redactor de Redeneie’n, e1 periodico franquista que circulaba en las carceles y era escrito por los mismos presos. En 1960 marché a Argentina llamado por su amigo Abad de Santillana al que ayudé en la elaboracion de obras enciclopédicas. Vifiuales, Mariano. Maestro de escuela aragonés, Vifiuales combatio en las primeras lineas desde el mismo 18 de julio. Comisario de la 28 Division, se quito la vida como protesta contra el fascismo en el puerto de Alicante. Zabalza, Ricardo. Gobernador civil, diputado socialista por Badajoz, presidente de la Federacion Nacional de Trabajadores de la Tierra y subsecretario de la Presidencia del Gobiemo con Largo Caballero. Fusilado en Madrid e122 de febrero de 1940. Zambruno Barrera, Manuel (”Nobruzan”). Militante madrilefio del metal de CNT. Colaborador habitual de la prensa confederal con el seudonimo de Nobruzan, corresponsal de Selidaridad Obrera en Madrid y redactor y corresponsal en los frentes de los diarios confederales del Centro. Corresponsal de guerra de CNT y encargado de la seccion "Bombas de mano" en Caetilla Libre. Fue condenado a muerte y posteriormente indultado. Zugazagoitia Mendieta, Julian (Bilbao 1899 - Madrid 1940). Periodista, escritor y politico conocido como Zuga entre sus amigos. Redactor de La Lucha de la 5 de Bilbao y colaborador habitual de El Liberal, también bilbaino. Director y redactor de El Seeialista de Madrid, donde denuncié la violencia incontrolada de los prirneros afios republicanos. Colaboro también en Le Vangeardia y El Diluvio de Barcelona. Afecto a la tendencia moderada que encabezo Indalecio Prieto dentro del PSOE, fue diputado por Badajoz (1931) y por Bilbao (1936). Ministro de Gobernacion en el primer gobierno de Negrin y 314 Secretario de Defensa en el ultimo. Se refugié en Francia al final de la guerra pero Lequerica, embajador por entonces en la Francia de Vich, llevé a cabo con comandos falangistas y de la Gestapo su secuestro. Entregado a las fuerzas franquistas, junto con Teodomiro Menéndez, Cipriano Rivas Serif, Joan Peiro y su compafiero de redaccion, Cruz Salido, fue procesado en consejo de guerra sumarisimo y posteriormente fusilado con éste ultimo en la mafiana del 9 de noviembre de 1940. Zugazagoitia y Salido estan enterrados juntos en el Cementerio Civil de Madrid, bajo una lapida en forma de libro. 315 *La elaboracion de este Indice no hubiera sido posible sin las siguientes obras: Aub, Max. Campo de los Almendros. Madrid: Grupo Santillana de Ediciones, 1998. Brenan, Gerald. El laberinto espafiol: Antecedentes sociales y politicos de la geerra civil. Barcelona: Ibérica de Ediciones y Publicaciones, 1977. Busquets Verges, Juan. Veinte afios de prision: Los anarquistas en las cérceles de Franco. Madrid: Fundacion Anselmo Lorenzo, 1998. Cabezas, Juan Antonio. Aeturias: Catorce meses de geerra civil. Madrid: G. del Toro, 1975. ---. Morir en Oviedo. Historia en directo. (Vivencias de un periodista). Madrid: San Martin, 1984. de Guzman, Eduardo. La muerte de la esperanza. Madrid: G. del Tom, 1973. ---. El afio de la Victoria. Madrid: G. del Toro, 1974. ---. Nosetros, los asesinos. Madrid: G. del Toro, 1976. ---. Histerias de la prensa. Madrid: Penthalon, 1982. ---. "Periodistas en Madrid durante la guerra civil-La represién." Periodisme y periedistas en la guerra civil. Madrid: Fundacion Banco Exterior, 1987. 145-156. Diecionario de literatura espafiola e hispaneamericana A-M. Dir. Ricardo Gullon. Madrid: Alianza, 1993. Foxa, Agustin de. MadridI de eorte a cheka. Gallego, Gregorio. Madridl corazon que se desangra. Madrid: G. del Toro, 1976. Granados Valdés, Antonio. Autobiografia de algeien peee impertante. Nerva: autor-editor, 2000. 316 Haro Tecglen, Eduardo. El nine republicano. Madrid: Alfaguara, 1998. ---. Arde Madrid. Madrid: Temas de Hoy, 2000. ---. E1 refugr'e. Madrid: Suma de Letras, 2001. Ifiiguez, Miguel. Esbozo de una enciclopedia histérica del anarquismo espafiol. 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