a A‘ —'l A 0L; _; #Slfoé‘i‘ti’l This is to certify that the dissertation entitled LA NUEVA NOVELA LATINOAMERICANA DEL DICTADOR. UN ESTUDIO DE LA AUTORIDAD DISCURSIVA presented by Maria Dolores Colomina - Garrigés has been accepted towards fulfillment of the requirements for Ph . D degree in Philosophy web W W pr/rofesspr DMC 4/21/03 MS U is an Affirmative Action/Equal Opportunity Institution 0-12771 LIBRARY Michigan State University PLACE IN RETURN Box to remove this checkout from your record. TO AVOID FINES return on or before date due. MAY BE RECALLED with earlier due date if requested. DATE DUE DATE DUE DATE DUE 6/01 c:/CIFlC/DaIeDue.p65-p.15 LA NUEVA NOVELA LATINOAMERICANA DEL DICTADOR. UN ESTUDIO DE LA AUTORIDAD DISCURSIVA By Maria Dolores Colomina-Garrigos A DISSERTATION Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance and Classical Languages 2003 ABSTRACT LA NUEVA NOVELA LATINOAMERICANA DEL DICTADOR. UN ESTUDIO DE LA AUTORIDAD DISCURSIVA By Maria Dolores Colomina-Garrigés This dissertation provides a framework for analyzing the evolution of some of the most significant ‘novels of the dictator’ produced timing the past quarter century since 1985. This narrative genre has been previously studied from a thematic perspective. Critics have principally focused on the depiction of tyranny, but have not analyzed how the authors approach the question of authority from a discursive point of view. I undertake a discursive approach to explore how different narrative strategies of the authors in question allow them either to impose their view on the reader or undermine it. Based on a close-reading of a representative corpus, I contend that ‘novels of the dictator’ written after 1990 have gradually returned to a unifying narrative perspective that sets aside the self-reflexive multi-perspectivism that was typical of the ‘novels of the dictator’ written during the 1970s and 19803. This study establishes the evolutionary trajectory of this literary genre while providing new data on how contemporary Latin American narrative deals with issues of power and historical representation. Chapter 1 provides the methodological framework that will be used to undertake the discursive analysis of the narrative corpus. Chapter 2, entitled “La problematizacién de la autoridad discursiva en La novel; de Peron: el proceso textual como objeto del 9 discurso narrativo,’ examines multi-perspectivism as well as the polyphonic and metafictional nature of the discursive strategies utilized by the author, Tomas Eloy Martinez. This examination brings to the fore the anti-authoritarian nature of a discourse that calls into question its own ‘truth value’ when it exposes both the process of writing and the interested inclinations implicit in any given version of the past. This more ‘democratic’ narrative discourse questions “official” historiographies while it interrogates and undermines its own discursive authority through self-reflexive narrative. Chapter 3, “Los cuatro reves de la baraja o la imagen alegorica como mecanismo de codificacion y mediacion histérica,” studies the discursive techniques used by Francisco Herrera Luque to convey a codified image of Venezuelan dictators José Antonio Péez, Antonio Guzman Blanco, Juan Vicente Gomez and president Romulo Betancourt. Chapter 4, “Estrategias de legitimacion y verosimilitud de la autoridad discursiva en El seductor de la pauia. de Enrique Sema” analyzes how the information on the life of General Santa Anna - taken from both the Mexican dictator and his detractors - is collected, integrated and hierarchized into the compiler’s unifying vision of ‘what really happened.’ Chapter 5, “La fragmentacion totalizante de La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa,” studies how the novel offers a collective historical account of the assassination of Dominican dictator Trujillo whose evidence is self-corroborating: there are no gaps in the tale, nor is the recounting of events in any way interrogated. Copyright by MARIA DOLORES COLOMTNA-GARRIGOS 2003 A mi abuelo Julian, por su infinita capacidad de sacrificio por los demas. AGRADECIMIENTOS Mi mas sincero agradecimiento a todos aquellos que con su apoyo, aportaciones y consejos han hecho posible 1a realizacion de esta tesis doctoral. Quiero agradecer especialmente a mi directora de tesis, Prof. Maria Eugenia Mudrovcic, la confianza puesta en mi para realizar este proyecto de investigacion asi como su dedicacion y esfuerzos por que agudizara mi sentido critico y de autocritica. A 105 profesores George Mansour, Rocio Quispe-Agnoli, y Joseph Francese, por toda la ayuda prestada y por sus valiosas observaciones a1 proyecto. Al profesorado asi como a los estudiantes graduados del departamento de espafiol de Michigan State University, por el apoyo brindado a lo largo de todos estos afios y por haberme inspirado a seguir la carrera critica y docente. También me gustaria agradecer el apoyo incondicional que he recibido de mi familia y amigos. A mi madre, Loli, y a mi abuelo Julian, por su amor, fe y comprension. A mis familias espafiola y americana. F inalmente, a Nathan por creer en mi y ayudarme asi a creer en mi, y por su amor, paciencia y apoyo infinitos, todo lo cual ha contribuido en gran manera a la realizacion de esta tesis doctoral. vi II. III. IV. VI. VII. VIII. INDICE INTRODUCCION .................................................. l CAPITULO UNO - CRITERIO METODOLOGICO PARA UN ESTUDIO DE LA AUTORIDAD DISCURSIVA EN LA NUEVA NARRATIVA LATINOAMERICANADELDICTADOR.... . . . . . . . . . . ..........18 CAPITULO DOS - LA PROBLEMATIZACION DE LA AUTORIDAD DISCURSIVA EN LA NOVELA DE PERON: EL PROCESO TEXTUAL COMO OBJETO DEL DISCURSO NARRATIVO. . . . . . . .. . . . . . . . . .39 CAPITULO TRES - LOS CUATRO REYES DE LA BARAJA 0 LA IMAGEN ALEGORICA COMO MECANISMO DE CODIFICACION Y MEDIACION HISTORICA . . . . . . . . . . . . . . .75 CAPITULO CUATRO - ESTRATEGIAS DE LEGITIMACION Y VEROSIMILITUD DE LA AUTORIDAD DISCURSIVA EN EL SEDUCTOR DELAPATRIADEENRIQUESERNA............. . . . . . . . . . . .114 CAPITULO CINCO — LA FRAGMENTACION TOTALIZANTE DE LA FIESTA DEL CHIVO DE MARIO VARGAS LLOSA ............ 156 CONCLUSIONES............. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .205 OBRAS CITADAS ................................ 226 vii Introduccit'm A pesar de la opinion de algunos criticos sobre un decrecimiento en la produccién narrativa del ciclo del dictador durante los ochenta, y que en opinion de Carlos Pacheco tiene que ver con el giro a regimenes democraticos de muchos paises a partir de esta década (Narrativa de la dictadura, 7-8), la creciente tendencia literaria hacia un revisionismo histéricol durante las ultimas décadas ha favorecido, a su vez, una mayor produccion de novelas del dictador. Asi lo demuestran e1 gran numero de novelas publicadas recientemente, que tocan en mayor o menor grado el tema del dictador 0 de la dictadura:2 La novela de Peron (1985) de Tomas Eloy Martinez; Los cuatro reyes de 1a m (1991) de Francisco Herrera Luque; L35 memorias de Holofemes (1992) de Félix Alfonso del Granado; En el tiempo de las mariposas (1994) de Julia Alvarez; Melgareio (1997) de Juan Carlos Martelli; Margarita, esta lindaJa mg (1998) de Sergio Ramirez; fl l I I ' 0 U I c . Véase articulo de Fernando Amsa “La reescntura de la hiStOl’la en la nueva narrativa latinoamerlcana”, Q nueva novela historica hispanoamericana de Hermans y Steenmeijer, 0 Latin America’s New Historical Novel de Seymour Menton. 2 Alain Rouquié replantea el concepto dictadura dado que “no es siempre evidente que una dictadura dada sea mas ilegitima que el poder ‘normal’ al que sustituye” (l l). Esto lleva a Rouquié a hacer un analisis mas especifico de la cuestion, que le lleva a defender que “en su gran mayoria, los sistemas politicos latinoamericanos descansan sobre mecanismos de exclusion de los ‘dominados’ (...) cualquier intento de participacion no controlada, es decir, no derivada de un acuerdo de los participantes correspondientes a la ‘escena privada’ es percibido como una amenaza para el ‘pacto de dominacién’ y por lo tanto como ilegitimo” (14). De aqui se deduce que el triunfo del poder autoritario depende del consenso que exista sobre una legitimidad gubernamental en una sociedad dada, y que “en ultima instancia, no resulta exagerado considerar que cualquier gobiemo puede ser calificado de dictadura por un grupo social, cualesquiera sean sus origenes, en la medida que perjudica los intereses de ese grupo mediante medidas de excepcion que, por otra parte, pueden ser adoptadas legalmente” (16-17). Para Rouquié, la personalizacion del régimen en la figura del dictador y la duracion del régimen constituyen los dos elementos fundamentales de una dictadura. Cabe, sin embargo, no caer en una homogeneizacion del término, especialmente cuando se incluye en una misma categoria a distintos personajes historicos y sus respectivos regimenes politicos como seria el caso en Los cuatro reve§ de la bmjg. Esta cuestion sera tratada en el capitulo tercero. seductor de la patria (1999) de Enrique Serna; Q1 tempestad y la sombra (2000), de Nestor Taboada Teran; La Fiesta del Chivo (2000) de Mario Vargas Llosa; El principe (2000) de Federico Andahazi; y Tengo miedo torero (2000) de Pedro Lemebel. Esta ultima homada de novelas del dictador no es mas que una muestra de la significativa produccion literaria que en tomo a esta tematica se ha dado, especialmente a lo largo del siglo XX, y que ha llevado a parte de la critica a elevar a este grupo de novelas a la categoria de ge’nero narrativo. Con respecto a la problematica que la categorizacion de “novela de la dictadura 0 del dictador”3 conlleva y que ha llevado a invalidar en ocasiones dicha categoria -pues parece que desde una teoria modema la tematica no constituye un criterio de definicion- Carlos Pacheco defiende que el criterio tematico ha funcionado como uno de los mas importantes criterios de organizacién en la narrativa latinoamericana: “es en razon de la tematica predominante que puede hablarse de ‘novela indigenista’, ‘novela de la revolucion mexicana’ [...]. Desde una optica similar parece también posible, por tanto, hablar de ‘narrativa de la dictadura’” (Narrativa de la dictadura, 20-1). El critico argumenta también sobre la gran aceptacion que este sistema tematico ha tenido por parte de la critica en los ultimos afios, una aceptacién de la que participa este estudio.4 E1 tratamiento generico de una determinada tematica suele provocar un interés en abordar los cambios que se van produciendo en dicho tratamiento. En el caso de la novela del dictador, sin embargo, y a pesar del gran intere's que por parte de publico y critica ha 3 Rosalia Comejo Parriego elige utilizar “novela de dictadura” por la mayor amplitud del término, que “permite expresar mas adecuadamente la evolucién que se ha producido en este género o subgénero novelistico del dominio hispano” (Historia, mito y ficcion en novelas de dictadura, 3). 4 También en ambitos académicos comienza a observarse la aceptacién de una visién de conjunto sobre este corpus tematico. Su categorizacién, sin embargo, bien como género o como subgénero narrativo, que viene condicionada por la mayor o menor relevancia concedida, sigue debatiéndose. suscitado dicho género a lo largo de las ultimas de'cadas, son escasos los estudios que han abordado las obras en su conjunto con el objetivo de trazar posibles nuevas directn'ces del género. La mayoria de los estudios genéricos han analizado las novelas de manera individual 0 han establecido semejanzas y/o diferencias entre ellas en base a un criterio tematico que, en muchas ocasiones, no ha resultado demasiado util para proponer una linea de desarrollo en este tipo de narrativa. Un ejemplo de este tipo de estudios es Q novela del dictador en Hispanoamérica (1985), de Julio Calvifio, donde el autor procede a hacer un repaso de las denominadas “novelas del dictador 0 de la dictadura”5 mas significativas. El recuento de Calvifio comienza con El matadero (1838), de Esteban Echevarria, y finaliza en 1981 con Y 105 dioses se volvieron hombres, de Carlos de la Torre Reyes, incluyendo un total de noventa y cuatro obras.6 E1 critico clasifica las novelas de acuerdo a su pais de produccién y ofrece a continuacion un breve resumen del argumento y de algunos aspectos teméticos relevantes. Por ultimo, Calvifio establece algunas comparaciones a manera de esquema entre las diferentes novelas a partir de parametros semanticos y estructurales, tales como los sustantivos utilizados en las novelas para designar a los dictadores, e1 tipo de focalizacién narrativa 0 las claves miticas empleadas. Unos parametros que distinguen las novelas individualmente lo que 5 Calvii’lo incluye no solo obras ambientadas en dictaduras sino que recoge otras obras que problematizan la cuestion del poder individual y sus efectos, sea en forma de caudillismo, caciquismo, etc., de ahi que en ocasiones denomine a esta narrativa “novelistica del poder personal”. 6 Calvifio menciona el no haber incluido diecisiete obras, por diversos motivos, y entre las que se encuentran precisamente las -tradicionalmente consideradas- cuatro grandes “novelas del dictador” latinoamericanas, a las que el critico les dedica su Historia. ideologia v mito en la narrativa hispanoamericana contemporanea (1987), y que han sido gran objeto de estudio y aclamacion por parte de la critica: El sefior presidente (1946) de Miguel Angel Asturias; El recurso del método (1974) de Alejo Carpentier; Yg gl Supremg (1974) de Augusto Roa Bastos; y El gtofio del patriarga (1975) de Gabriel Garcia Marquez. impide, en cualquier caso, establecer una hipotesis con respecto a1 desarrollo del género desde sus origenes hasta el presente. En un estudio similar, Los dictafidores y la dictadura en la novela hispanoamericana (1851-1978) (1989), Adriana Sandoval ofrece un recuento de las novelas del dictador mas relevantes desde sus inicios hasta casi los afios ochenta, detenie’ndose en aquéllas7 que a su parecer merecen mayor atencion. Aunque Sandoval se aventura algo mas que Calvifio en la comparacién entre novelas del dictador de distintas e'pocas, continua valiéndose -como ella misma conflesa- de un criterio descriptivo y temético, tanto cuando evalua las obras individualmente como cuando las compara. Algunos de los puntos tematicos de su estudio comparativo -al que dedica el capitulo quinto- son la relacion entre autor y personaje -basada en el enfoque critico con que los diferentes autores se aproximan hacia la figura del dictador, donde mayormente se le presenta “bajo una luz desfavorable, si bien los matices varian” (230)-, el tema de la represién, el de los militares o la cuestion de los dictadores y la muerte -donde Sandoval se dedica a clasificar a los dictadores representados en las diferentes novelas de acuerdo a la manera en que mueren (241-42). El estudio de éstos y otros puntos tematicos resulta, sin embargo, infructuoso para poder establecer un estudio comparativo serio sobre la novela del dictador. Principalmente, porque muchos de estos temas son comunes a la mayoria de las dictaduras y, en cualquier caso, vienen determinados por la mayor o menor “fidelidad historica” con que cada una de estas novelas se aproxima, o no, a un cierto modelo -o modelos- histérico dado. En este sentido, la mayoria de los puntos 7 Estas son Amalia (1851), El sei’ior presidente (1946), Tirano Banderas (1926), El gran Bumndu-Burunda' ha mugrtg (1952), La fiesta del rey Acab (1959), Oficio de difuntos (1976), La sombra del caudillo (1929), Casa de campo (1978), Yo el Supremo (1974), El recurso del método (1974) y El otofio del patriarca (1975). tematicos mencionados no dejan de ser elementos extraliterarios que a menudo tienen que ver con las circunstancias particulates del contexto historico en el que se inspira e1 autor y no con los recursos propiamente literarios de la obra en cuestion. Las obras de Sandoval y Calvifio son asi ejemplos 8 representativos de como los estudios criticos sobre la novela del dictador han recurrido a criterios de comparacién primordialmente tematicos que, en su mayor parte, no han ayudado a desarrollar la labor analitica y comparativa con respecto a este género narrativo. Carlos Pacheco, en un acercamiento a la narrativa del dictador y a sus estudios criticos que lleva por titulo Narrativa de la dictglura y critica literaria (1987), ha observado el caracter “errado y heteroge’neo” (41) de estos principios o criterios de comparacion utilizados por la mayor parte de la critica literaria. Asi por ejemplo, critica el que Conrado Zuluaga, en su Novelas de dictadores/dfldores de novela (1977), base la gran parte de su estudio sobre El recurso del método. El otofio del patria_rca y Yo, el Supremo en el grado de efectividad con que estas novelas reflejan la realidad histérica. Para Pacheco este criterio comparativo invalida el estudio de Zuloaga ya que “deviene asi en una especie de (inutil) tabla de equivalencias entre los productos literarios y la serie histérico-politica que actua como su referente” (41).9 Urge, pues, encontrar un criterio que ayude a establecer una linea dc desarrollo en cuanto al tratamiento narrativo del dictador, lo que al mismo tiempo serviré para comprender mejor la direccion que la novela del dictador contemporanea esta tomando. Carlos Pacheco emprende esta labor sirvie’ndose de un 8 0 ' I I I o u p c Otro critico que tambien se concentra en el aspecto tematico pero que estudla el contexto historlco y las causas del surgimiento de la novela del dictador asi como ciertas caracteristicas del género y las novelas mas importantes, es Juan José Amate Blanco en su articulo “La novela del dictador en Hispanoamérica”. 9 Pacheco también menciona Ia invalidez del procedimiento comparativo utilizado por Aida Cometta Manzoni, quien recurre a patrones de comparacion tales como la sofisticacién, el caracter revolucionario o la “imagen del dictador” (42). corpus de ciento veintiséis novelas y observando las obras en su conjunto. Previamente, e1 critico utiliza un doble criterio de pertinencia para delimitar el corpus a estudiar. Por un lado, el género, donde opina que el corpus no deberia restringirse exclusivamente a la novela y al cuento sino que deberia incluir todo texto literario de caracter narrativo, desde las biografias noveladas pasando por las memorias, testimonios, crénicas y reportajes literarios. Por otro, el tema central, donde considera como parte del corpus a toda aquella obra narrativa cuyo tema principal sea la figura del dictador -sea 0 no éste el protagonista- 0 el regimen dictatorial. A partir de esta idea de conjunto, Pacheco se propone explicar e1 surgimiento y persistencia de la tematica dictatorial desde sus origenes hasta los afios setenta, asi como establecer una linea evolutiva de la novela del dictador. Para ello, el critico emplea un criterio comparativo relacionado con la cuestion del poder y su tratamiento tanto en el plano de la historia 0 de contenido como en el plano formal o narratologico. Este mismo criterio es el empleado por aquellos criticos cuyo analisis comparativo de la novela del dictador ha reportado unos resultados mas fructiferos. Entre estos criticos destacan Roberto Gonzalez Echevarria y Rosalia Comejo Parriego. Gonzalez Echevarria dedica e1 capitulo tercero de su The Voice of the Masters. Writing and Authority in Modern Latin American Literature (1987) a analizar las novelas del dictador mas representativas, enfocandose en como problematizan la cuestion del poder y la autoridad tanto al nivel de la historia como de la narracién. En este tercer capitulo, “The Dictatorship of Rhetoric/The Rhetoric of Dictatorship”, Gonzalez Echevarria comienza por sentar las bases de lo que é] considera novela “modema” del dictador: aquella que establece una identificacién entre la nocion de autor y la de dictador al exponer el grado de poder ejercido por el narrador en el nivel discursivo, convirtiéndole en una especie de “dictador” narrativo. El mismo criterio parece adoptar Comejo Parriego en su tesis doctoral Historia, mito y ficcion en novelas de dictadura (1991) asi como en su posterior Escritura posmoderna del poderIO (1993). Para la critica, la posicion de las novelas de la dictadura con respecto a las cuestiones de poder y escritura y, mas concretamente, con respecto a la nocion de autor y los paralelos que se establecen con la nocion de dictador, constituiran los parametros a partir de los cuales se compararan dichas novelas (Historia mito y ficcién. 4—5). A partir de este criterio comparativo y en lineas generales, la mayoria de estos criticos coinciden en distinguir tres etapas bien diferenciadas en la evolucion de la novela latinoamericana del dictador. Una primera etapa seria la denominada “literatura antirosista” de la generacion romantica argentina de primera mitad del siglo XIX, cuya produccion narrativa se encuentra caracterizada, entre otros aspectos, por lo que Pacheco califica un “excesivo intervencionismo” (56), donde predomina e1 contar sobre el mostrarll y que se asemeja a un panfleto politico. En este sentido, las primeras obras narrativas del género, entre las que destacan El matadero (1838) de Esteban Echevarria, Facundo12 (1845) de Domingo F. Sarmiento, y Amalia (1851) de José Mérmol, 10 La critica se enfoca también en novelas del dictador o que giran alrededor de este tema para, apoyandose en las teorias de Linda Hutcheon, analizar el uso y subversion de tres discursos tradicionalmente autoritarios -el historico, e1 mitico y el ficticio- en lo que ella denomina la “narrativa del poder” en cuatro novelas histéricas: W (1958) de Francisco Ayala, WM (1975) de Gabriel Garcia Marquez, Mm (1974) de Augusto Roa Bastos, y W13 (1988) de Juan Goytisolo. n Basandose en los conceptos de telling y showing que Wayne Booth expone en su Rhetoric of Fiction (1961), donde e1 mostrar seria una forma mas artistica para Booth pues la historia es presentada objetivamente, de manera que el lector extraiga sus propias conclusiones (7). 2 Para Echevarria, sin embargo, Facundo seria la primera obra que pone de manifiesto esta identificacion entre autor y dictador y por tanto introduce el elemento de autorreflexion sobre la autoridad discursiva ya que a1 proclamar “Yo soy Facundo Quiroga”, “Sarmiento realizes that the power of his own consciousness in the book, the energy allowing him to interpret history in order to write it, is analogous to the power of his constituyen novelas de tesis, tal y como las define Susan Rubin Suleiman: “a novel written in the realistic mode (that is, based on an aesthetic of verosimilitude and representation), which signals itself to the reader as primarily didactic in intent, seeking to demonstrate the validity of a political, philosophical, or religious doctrine" (Authoritarian Fictions, 7). Es decir, la instrumentalizacién politica del mensaje de estas obras apunta hacia una identificacién entre los conceptos de autor y dictador, donde el primero reproduce e1 poder que denuncia en el segundo, pero a nivel discursivo. Para Pacheco, esta estrechez de perspectivas y el caracter maniqueista de esta narrativa tienden a descalificarla estéticamente (57). En 1926, con la publicacién del T_ir_ano Banderas de Valle-Inclan, se inaugura lo que Pacheco considera “una nueva manera de enfrentar el tema del dictador en la literatura en lengua espafiola” (60). En este nuevo periodo,l3 se superara e1 utilitarismo politico inmediato y se producira un distanciamiento y ampliacién del universo representado. Ademas, la perspectiva de narracién, aunque todavia extema, se acerca un poco mas a la figura dictatorial. A estos elementos innovadores hay que afiadir una mayor elaboracion y experimentacion narrativa y lingiiistica que culminara en obras como E_1 Sefior Presidente (1946) de Miguel Angel Asturias, cuyo empleo de técnicas surrealistas como la escritura automética y de elementos de la narrativa indigenista como la superposicion de 10 real y lo onirico-fantastico, contribuye a conformar su version mitico- antropologica de la dictadura guatemalteca de Manuel Estrada Cabrera. Otra de las own creature, F acundo Quiroga” (“The Dictatorship of Rhetoric”, 68). Esta narrativizacion de la autoconciencia del poder discursivo del escritor es, en cualquier caso, desarrollada y perfeccionada durante los afios 70, con el surgimiento de la llamada “novela posmoderna”. 13’ Pacheco distingue una cuarta etapa entre ésta segunda y la anterior que estaria caracterizada segun el critico por la evasion y la glosa adulatoria del tirano en el periodo modernista. grandes contribuciones de esta novela no 5610 al ciclo del dictador sino a toda la narrativa latinoamericana es la fragmentacion del eje espacio-temporal y, especialmente, del eje discursivo, donde el uso de una multiplicidad de voces y perspectivas permite avanzar en la problematica autor-dictador: “E1 narrador se limita casi por completo a mostrar, a describir, evitando sus opiniones. Situados como en una pantalla cinematografica, los personajes adquieren una insolita libertad, que contrasta con la descarnada opresion que soportan; desprendidos de la omnisciencia del narrador, que les concede la interpretacion de los acontecimientos, los personajes parecen aun mas monstruosamente sujetos a1 dictador” (F rancini 266). Durante los afios sesenta y setenta puede percibirse un mayor auge de la produccién novelistica asi como del interés por parte de critica y publico sobre este tema y que segt'm Pacheco se debe al renovado predominio de gobiernos dictatoriales durante dicha época (34-35). Esta tercera etapa se caracteriza, desde el punto de vista narratologico, por un acercamiento e intemalizacién de la perspectiva narrativa en el personaje del dictador y una mayor complejidad del punto de vista narrativo. Angel Rama sefialaba hace de'cadas las diferencias en cuanto a la aproximacion narrativa de obras como El sefior presidente. que parecen contemplar desde 1ejos las figuras de los tiranos, y textos mas actuales cuya unidad radica “en que interrogan directamente e1 poder omnimodo, ven su pleno funcionamiento, descubren los motivos ignorados de sus acciones, las bene’ficas y las perversas, disefian los mecanismos de su terca y en apariencia ilogica continuidad historica” (Los dictadores latinoamericanos, 16). Este seria el caso de algunas de las obras producidas en los 70 y entre las que destacan El recurso del método (1974) de Alejo Carpentier, El otofio del patriarca (1975) y Yo e1 Supremo (1974) de Augusto Roa Bastos, novelas que intentan ofrecer una caracterizacion mas intima, mas completa, que también muestre las flaquezas del dictador, su lado mas humano y vulnerable. Probablemente e1 elemento innovador mas importante de esta nueva etapa es el de la nueva actitud adoptada por el escritor ante su obra, quien abandona “su antiguo papel de dictador ideolégico absoluto. El novelista se apea asi de su podio magistral y dogmatico e intenta compartir con un lector adulto y activo la responsabilidad critica” (Pacheco 70). El reiterado uso de estos elementos dara lugar al surgimiento de una tendencia discursiva “antiautoritaria” que caracteriza a las novelas antes citadas y donde cada una recurre a una serie de estrategias discursivas y de contenido particulares a la hora de exponer al lector las estructuras de poder que controlan e1 discurso y de destruir “la nocion misma de Autor(idad), el correlato literario del Dictador” (Comejo, Escritura posmoderna, 15).l4 Para Gonzalez Echevarria, si en El recurso se desmitifica la autoridad a través de la parodia de la retorica politica y de la identificacién del autor con el dictador, en El otofio, la multiplicidad de voces narrativas provoca un “caos sintactico” (75) que, junto con la “carnavalizacion” y consiguiente degradacion sufrida por el personaje, consigue deconstruir la figura del dictador a la vez que la posicién de control y autoridad narrativos. La novela mas representativa de esta tendencia antiautoritan'a es Xg e1 Supremo, obra polifénica15 cuya estructura narrativa es una compleja red de relatos ” Segun Roberto Gonzalez Echevarria, la novela latinoamericana del dictador experimenta un proceso evolutivo similar al de la novela posmoderna: “The postmodern novel, even going as far back as F laubert, holds a mirror, so to speak, up to that image of the author-dictator, of the author-rhetor, and reveals instead a weak and fragmented scriptor, who is the secretary of a voice no longer enthroned, no longer his or hers. The Latin American dictator-novel undergoes and reflects a similar process” (“The Dictatorship of Rhetoric”, 71). '5 Por novela polifonica entendemos aquella que, de acuerdo a la definicién de Mikhail Bakhtin en Problems of Dostoevskv’s Poetics, ofrece “a plurality of independent and unmerged voices and consciousnesses, a genuine polyphony of fully valid voices” (6). 10 yuxtapuestos, provenientes de multiples fuentes, voces y formatos narrativos, por encima de los cuales se halla la parodica figura del compilador. Este compilador funciona como agente des—autorizador no 5610 de los distintos relatos que componen 1a novela sino también de su propio discurso, al satirizar su propia funcion de compilador y subvertir asi su propia autoridad como agente organizador y co-autor del macrodiscurso. _Y_Q_el Supremo destaca, ademés, por su revisionismo historico, en contraste con obras anteriores como Tirano Banderas 0 El sefior mesidente y coetaneas como El otofio o _E_l recurso, que optan por universalizar el fenomeno sociopolitico de la dictadura.l6 La novela de Roa Bastos no 5610 presenta intere's por la veracidad histérica al basarse en personajes y circunstacias historicas, sino que ambiciona un revisionismo historico que se traduce en la recuperacion y/o reescritura de sucesos pasados en tomo a la dictadura representada, que a menudo contradice la version historiografica oficial. La fuerte tendencia revisionista se refleja en esta novela en la yuxtaposicién de textos contradictorios entre si, y que resultan en el cuestionamiento y deslegitimizacién no 5610 del discurso historiografico oficial, del discurso autoritario del régimen dictatorial, sino l6 Asi por ejemplo, El otoi’lo del patriarca recurre a un discurso mitico, que no proporciona un marco historico, un contexto espaciotemporal concreto, en el que situar la figura del dictador, ni tampoco busca identificar al dictador con un personaje histérico en particular. Mediante distintas técnicas discursivas y tematicas, la novela de Garcia Marquez pretende dar a la figura del dictador un caracter universal y atemporal, que refleje el caracter ciclico y omnipresente de la figura del tirano (Proai‘io 393). En cualquier caso, esta atemporalidad no impide que estas novelas participen también de un caracter historico ya que se trata, al fin y al cabo, de procesos y personajes histéricos cuyas circunstancias o rasgos han sido al menos parcialmente incorporados a los personajes, como en ocasiones los mismos autores han confesado. Es el caso de Garcia Marquez, cuyo Otofio del patriarca recrea “un dictador imaginario del Caribe construido con pedazos de muchos, pero con el modelo central del venezolano Juan Vicente Gomez” (Cambio 1). Lydia D. Hazera y Seymour Menton, entre otros, han observado y estudiado los rasgos caracteristicos de dictadores reales que autores como Garcia Marquez han inyectado en sus personajes. En el caso de El 919119, Menton percibe rasgos de dictadores como Manuel Estrada Cabrera, Anastasio Somoza, Juan Vicente Gomez, Trujillo, Fidel Castro, etc., en la personalidad del patriarca (“Ver para no creer” 208-9). En el caso del Recurso, Mario Benedetti apunta como “Carpentier incluso ha llegado a decir que su novela esta construida con un 40% de Machado, un 10% de Guzman Blanco, un 10% de Cipriano Castro, un 10% de Estrada Cabrera, un 20% de Trujillo y un 10% de Porfirio Diaz, sin perjuicio de reconocer que el personaje contiene, ademas, ciertas caracteristicas de Somoza y de Juan Vicente Gomez” (1 l). ll también en la deconstruccién del caracter univoco de todo discurso, incluido el histérico. De esta manera, a la fragmentacion interna, a1 desdoblamiento en diferentes voces e identidades que sufre el protagonista -el dictador decimononico del Paraguay J osé Gaspar Rodriguez de Francia- y que ya podia verse en El otox‘io, Roa Bastos afiade la fragmentacién extema, del discurso, que tiene como ultimo objetivo mostrar la no correspondencia entre texto y referente a través de lo que Carlos Pacheco describe como “la multiple y variable estructura de la realidad” (“Introduccién a Yo e1 Supremo”, xiv). Es precisamente en torno a la problematizacién de la relacién entre pasado, historia y ficcién, asi como de la relativizacion de la autoridad discursiva, que la novela de Roa Bastos ha sido considerada una obra innovadora y de ahi que constituya una de las primeras novelas latinoamericanas sobre la dictadura en haber sido analizadas bajo una perspectiva critica posmoderna.l7 La deconstruccién que de los conceptos de verdad, historia y autoridad se lleva a cabo en parte de la novela del dictador de los setenta, particularrnente en Yo e1 Supremo. contrasta con una tendencia narrativa previa, mas tradicional, que ha cuestionado y denunciado las estructuras de poder de los regimenes dictatoriales, pero que a1 mismo '7 El presente trabajo se abstiene, sin embargo, de aplicar la categoria de novela posmoderna a aquellas novelas del dictador estudiadas aqui y que problematizan cuestiones de poder y discurso, por diversos motivos. En primer lugar, debido a la “maleabilidad” del concepto de posmodernismo, donde cada critico construye su propia concepcion del término a partir de un contexto particular y bajo una perspectiva diferente -McHale y Hutcheon hacen referencia a1 caracter ficcional del término y a las teorias que sobre el postmodemismo han propuesto un gran numero de criticos como, por ejemplo, Fredric Jameson, John Barth, Jean-Francois Lyotard, Ihab Hassan asi como los mismos McHale y Hutcheon, entre otros. A esto hay que afiadir la inviabilidad de aplicar libremente el concepto a un tipo de literatura sin tener muy en cuenta los rasgos propios de cada contexto geografico, socioeconomico y politico. En este sentido, Williams considera que la variedad y heterogeneidad de la narrativa latinoamericana reciente hace del estudio sobre las posmodernidades una tarea arriesgada. Ademas, considera que parte de la literatura contemporanea continua valiéndose de estrategias narrativas “tradicionales o modernistas” (126), con lo que no existe una separacion clara entre las précticas modernistas y posmodemas y un mismo autor, en muchas ocasiones, tiende a utilizar técnicas de ambas corrientes. Lo mismo puede decirse de la mayoria de novelas que aqui nos ocupan, de ahi que optemos por hablar del grado de autoridad discursiva desplegado en este género narrativo. tiempo ha legitimado la acumulacién de poder de la voz autorial a través del uso de una sola voz narrativa, de un unico discurso, provocando lo que Rosalia Cornejo Parriego ha definido como “narrativas, supuestamente anti-totalitarias que, sin embargo, repiten e1 mito de la autoridad” (La escritura posmoderna del poder. 15). El cambio hacia una menor autoridad discursiva que tiene lugar en al menos parte de la narrativa del dictador de los setenta constituye asi e1 punto de partida del presente trabajo. Mi intencion en esta tesis es demostrar como esta tendencia antiautoritaria que caracteriza a las novelas del dictador mas representativas de los setenta, y que también puede percibirse en al menos parte de la narrativa de los ochenta, es en su mayor parte abandonada hacia finales de siglo. La relativizacion que de cuestiones como la representacion historica y la autoridad discursiva llevaba a cabo la narrativa de los setenta es reemplazada en los noventa por un mayor interés en recuperar versiones historicas marginadas y contraponerlas a la version historiografica oficial. A pesar del tono contestatario implicito en la yuxtaposicion de versiones historicas contradictorias, la novela del dictador de los noventa tiende a legitimar una o varias versiones por encima de otras por lo que recae, tal y como era tipico de la novela del dictador tradicional, en la imposicion a1 lector de una mirada interpretativa particular. De esta manera, y a pesar del tono parcialmente contestatario y revisionista, la narrativa del dictador actual tiende a caer nuevarnente en un discurso que ejerce una autoridad narrativa que no se plantea o cuestiona y, por lo tanto, tiende a alejarse de esa tendencia antiautoritaria que caracterizo a la produccion literaria anterior. El siguiente estudio analizara asi las novelas del dictador mas representativas de los ultimos veinte afios sobre todo con énfasis en el plano discursivo con el fin de cubrir, al menos parcialmente, la escasez de estudios sobre este enfoque y proponer la direccién que la novela del dictador contemporanea esta tomando en su tratamiento de las cuestiones de poder y discurso, y representacion histérica. El corpus seleccionado incluye La noveLa de Peron (1985) de Tomas Eloy Martinez; Los cu_atro reyes de lafibaraia (1991) de Francisco Herrera Luque; El seductor de la natria (1999) de Enrique Serna; y La Fiesta del Chivo (2000) de Mario Vargas Llosa. El criterio de seleccion de este corpus ha venido determinado por su relativa coetaneidad, por el enfoque tematico -todas ellas tienen como figura protagonica a uno o mas dictadores histuricos- asi como por el objetivo revisionista con que todas ellas se aproximan a estos personajes historicos. Todas estas obras recuperan y reinterpretan varios de los momentos mas significativos en las vidas de algunos de los mas populares y, al mismo tiempo, controvertidos dictadores latinoamericanos del ultimo siglo y medio: 1a novela de Martinez revisa ciertos momentos historicos trascendentales en la historia argentina a1 recrear fragmentos de la vida de Juan Domingo Peron; e1 titulo de la obra de Herrera Luque, Los cuatro reyes de la gmja, alude a los cuatro hombres mas poderosos que han gobemado Venezuela desde 1830 hasta recientemente, aunque la novela se enfoca primordialmente en Antonio Guzman Blanco; El seductor de la patria constituye una especie de autobiografia novelada de Antonio Lopez de Santa Anna; finalmente, la novela de Vargas Llosa recupera los ultimos dias en la vida de Rafael Leonidas Trujillo, enfocandose especialmente en la noche de su asesinato, el 30 de mayo de 1961. El primer capitulo se enfoca en el criterio metodologico y en los conceptos criticos empleados para llevar a cabo e1 analisis discursivo del siguiente corpus narrativo. El segundo capitulo analizaré el tratamiento de la cuestion del poder en La novela de Peron (1985) del argentino Tomas Eloy Martinez. La obra, escrita todavia durante los ultimos afios de represion y los primeros de transicién democratica en Argentina, reproduce a nivel discursivo 1a crisis de la verdad histérica que segun Raymond L. Williams afecto a todos aquellos paises oprimidos por las dictaduras militares, especialmente los paises del Cono Sur. Para reproducir esta crisis de verdad historica, la novela se vale de la yuxtaposicién de textos y voces narrativas que subvierten todo discurso, especialmente e1 discurso oficial historiografico del régimen peronista. Este capitulo analizara el caracter revisionista, polifonico y metaficcional que la novela posee y que pone de manifiesto en distintos planos de la narracion, desde el proceso de reescritura -y reinvencion- de las “Memorias” que Peron y su secretario Lopez Rega llevan a cabo, pasando por la constante revision y cuestionamiento de otros textos que componen la novela, hasta llegar al elemento autorreferencial que desemboca en un autocuestionamiento de la novela en si y en una deconstruccion de su propia autoridad discursiva.También se estudiarén la similaridad entre e1 discurso literario y el historico que el autor propone en su novela a partir de la constante revision y reescritura historica, y también al contrastarla con otra obra suya sobre Peron, Las memorias del general (1996) El capitulo tercero se enfocara en Los cuatro reyes de la baraig (1991) del venezolano Francisco Herrera Luque. Aunque la novela se concentra especialmente en reconstruir e1 relato biografico del dictador decimononico Antonio Guzman Blanco (1829-1899), también abarca otros periodos en la historia de Venezuela, periodos caracterizados por los regimenes autoritarios de otros presidentes, concretamente los de José Antonio Paez, Juan Vicente Gomez y Marcos Pe’rez Jiménez. Se estudiara la lectura historica propuesta en la novela a partir de la inclusion en un mismo grupo de los cuatro 15 personajes historicos anteriormente citados, asi como las diferentes estrategias discursivas que permiten al narrador ficcionalizado justificar su omnisciencia y legitimar su relato historico y su particular visién de los diferentes dictadores. El capitulo cuarto analiza 1a novela del escritor mexicano Enrique Serna _E_l seductor de la patria (1999), obra que reconstruye la vida de uno de los personajes mas controvertidos de la historia mexicana decimonénica, el militar y dictador mexicano Antonio Lopez de Santa Anna (1794-1876). La novela se presenta en forma epistolar, donde los diferentes personajes se intercambian cartas, aunque también encontramos fragmentos de diarios, decretos y otros documentos de caracter historico que tienen la funcién de completar la informacion obtenida por los protagonistas y/o refutar la version histérica que nos ofrece Santa Anna de su vida publica y privada. La variedad de textos de diferente naturaleza que se encuentra en la obra, conforma lo que viene a ser una especie de biografia novelada de Santa Anna, en la que se yuxtaponen las memorias del personaje a los testimonios de otros personajes cercanos al dictador. Este capitulo estudiara las diferentes estrategias discursivas de los diferentes narradores ficcionalizados para legitimar su particular version historica, asi como las “fallas” discursivas que evidencian la manipulacién discursiva del compilador y sus efectos en la verosimilitud del relato. En el capitulo quinto se estudiara La Fiesta del Chivo (2000) de Mario Vargas Llosa. Esta novela presenta una yuxtaposicion de perspectivas narrativas, espacios y tiempos: la protagonista, Urania Cabral, regresa a su tierra natal, Santo Domingo, después de haber estado alejada de su pais durante 35 afios. El regreso espacial supone también un regreso temporal, donde el personaje recupera sus memorias del pasado, un pasado muy 16 doloroso para ella como para la mayoria de dominicanos. Pero no esta sola. En su viaje al pasado la acompafian otros personajes que juegan un papel primordial en los acontecimientos historicos que recrea la novela. De esta manera, la obra se presenta en forma de collage, aunque ordenada en capitulos, donde e1 relato de Urania se entremezcla con el de otros protagonistas de la historia dominicana en 1961, y mas concretamente en los dias cercanos y la noche del asesinato del dictador Rafael Leonidas Trujillo. Este capitulo analizara el estilo discursivo y las diferentes técnicas narrativas empleadas en la novela para reconstruir los hechos historicos, ofreciendo una vision abarcadora del pasado y, al mismo tiempo, lograr el efecto multiperspectivista y polifonico anunciado en la contraportada de la misma novela. Tambie'n se estudiara el enfoque tematico de la obra y la caracterizacion de ciertos personajes, especialmente de Trujillo y Urania, que ayudaran a mostrar cierta posicionalidad ideologica por parte del autor. F inalmente, el capitulo sexto, se concentrara en exponer las conclusiones del presente trabajo. Capitulo I Criteria metodolugico para un estudio de la autoridad discursiva en la nueva narrativa latinoamericana del dictador 1. La problematizacion de la representacion historica a través de la metaficcion historiografica. Estudios sobre poder y discurso, historia y ficcién. Rasgo comun a todas las novelas a estudiar es su dimension histérica, su interés por recuperar y reescribir circunstancias y personaj es histéricos bajo nuevas perspectivas. El tratamiento que cada novela da a la cuestion historica, la aproximacion de cada texto a la historia y la manera en que reconstruyen los sucesos del pasado incorporados al mundo novelesco, determina en gran medida la postura de cada autor frente al tema de la autoridad discursiva. Esto se debe a] vinculo que se llega a establecer entre los conceptos de historia, verdad, y poder en el discurso, como veremos a continuacion. El renovado interés en la reescritura histérica debe en parte vincularse, segun Fernando Ainsa, a la preocupacion de la narrativa actual por una “busqueda de la identidad a través de la integracion de las expresiones mas profundas y raigales de la cultura latinoamericana (...). La narrativa concilia las raices didacticas e histéricas del género novelesco con la recuperacion estética de formas anteriores como la oralidad, mitos y tradiciones y la actualizacion de los sub-géneros que estén en el origen del discurso ficcional (parabolas, cronicas, baladas, leyendas, ‘caracteres’, etcétera), la mayoria de los cuales no habian tenido expresiones americanas o estaban olvidados 0 en desuso” (“La reescritura de la historia en la nueva narrativa latinoamericana”, 13-14). 18 Aparte de la recuperacion de tradiciones estéticas, surge la necesidad de revisitar e1 pasado y recuperar versiones historicas olvidadas o enterradas por la historiografia oficial. En muchos casos, este interés por la reconstruccion historica entronca con el surgimiento de una literatura de tipo contestatario que tiene lugar especialmente en los paises del Cono Sur, a raiz de lo que Raymond L. Williams califica como una “crisis nacional de verdad” provocada por las dictaduras militares de los afios 70 y 80. Tomando el caso de Argentina, Williams defiende que la represion que tuvo lugar durante las dictaduras militares que comenzaron en 1966 y terminaron durante los 80, “made it impossible to affirm truth publicly within Argentina and created a crisis of authority and truth equivalent to 1968 Mexico and 1973 Chile” (The postmodern novel in Latin America 69). Esta crisis de autoridad y verdad se reflejara en el campo literario a través de una relativizacién de dichos conceptos en un discurso donde “there is no privileged narrator upon whom the reader can rely for complete information, nor is there an authoritative discourse or figure to whom we can turn for something like an objective, final truth regarding its fiction” (Williams 80). Es decir, en un intento por destronar al narrador omnisciente en tercera persona de su tradicional posicion de autoridad, se buscaran estilos narrativos alternativos asi como una polifonia que destruya 0 al menos cuestione la autoridad de este narrador omnisciente. Este caracter polifonico se traduce a menudo en una yuxtaposicion de voces narrativas que ayuda a problematizar la cuestion epistemolégica a través de diferentes versiones contradictarias que imposibilitan en ultima instancia e1 conocimiento de una realidad dada, deconstruyendo asi la autoridad y univocidad de cualquier texto. Aplicada a la narrativa de caracter historico, esta relativizacién epistemologica busca cuestionar la posibilidad de acceder a un 19 conocimiento total de los hechos del pasado, lo que conllevaria a su vez un replanteamiento del caracter univoco y “de verdad” que tradicionalmente se le ha otorgado al texto historico. La problematizacion de los conceptos de historia y verdad que este tipo de narrativa busca se encuentra vinculada a1 cuestionamiento del concepto de poder o autoridad discursiva en la medida en que este discurso novelistico busca poner de manifiesto el que nuestro conocimiento de la historia sea a través de textos, no de hechos. Este caracter textual de nuestro conocimiento historico implica una subjetividad y parcialidad inherente a1 proceso de narracion de los hechos del pasado y, por lo tanto, un determinado grado de poder discursivo. Como observa Rosalia Cornejo Parriego, el proceso de codificacion y contextualizacion de los hechos historicos “no 5610 conduce a una representacion fragmentaria, sino también ‘culpable’ e interesada donde la nocion de exclusion funciona como criterio determinante y sirve a los intereses del poder” (Escritura posmoderna, 13). Este carécter codificador y mediatizador de la historia comun a todo texto trae consigo una serie de planteamientos con respecto a la tradicional oposicién entre e1 discurso historico y el literario. Estas y otras cuestiones son problematizadas por aquella narrativa -especialmente a partir de los setenta- que comparte un objetivo revisionista y que participa de una preocupacion por la cuestién de la representacion histurica. Entre aquellas técnicas discursivas que han sido empleadas para problematizar la ambigua relacion entre los discursos literario e historico y entre la ficcion y la realidad destaca la metaficcion. El elemento metaficcional busca e1 cuestionamiento de toda autoridad textual tanto del discurso literario como del histérico, llegando a proponer otros discursos alternativos, provenientes de sectores sociales marginados y relegados a1 20 olvido, a la vez que defender la imposibilidad de ofrecer una imagen del pasado “completa y verdadera”. De la idea de que solo puede accederse a conocer el pasado de manera limitada se deduce que toda representacion o recreacion de los hechos historicos tendra un caracter limitado e inconcluso. Esto se ha traducido en un esfuerzo por romper e1 mito de una identidad entre pasado e historia (Juan-Navarro 46) y por problematizar la cuestién de la representacion histérica. Este objetivo, como ya se ha mencionado, se consigue en muchas ocasiones a través del caracter metaficcional,18 reflexivo, de la obra en cuestion. Patricia Waugh describe 1a metaficcion como “a term given to fictional writing which self-consciously and systematically draws attention to its status as an artifact in order to pose questions about the relationship between fiction and reality” (Metafiction. 2). Es decir, e1 proceso metaficcional se caracteriza por exponer e1 proceso de escritura dentro de otra escritura, dentro de la narracion. En un primer momento, la literatura se vuelve sobre si misma y parece desvincularse de cuestiones exteriores a ella misma, del mundo exterior, para concentrarse en cuestiones estéticas, linguisticas y de estilo. En este sentido, las obras metaficcionales han sido criticadas por aislarse de los problemas de la sociedad actual y por no evidenciar un compromiso sociopolitico. Sin embargo, esta reflexividad implicita de la obra metaficcional no la despoja automaticamente de toda referencialidad al mundo exterior 0 de toda carga critica sino que puede revelar una serie de implicaciones a nivel ideologico. En primer lugar, el hecho de que un texto o discurso reproduzca el acto de escritura dentro de si mismo -“transformando la escritura como proceso en la escritura 18 Aunque la metaficcion no es un fenomeno exclusivo de la narrativa contemporanea y forma parte de una antigua tradicion literaria -un ejemplo temprano de ello seria Don Quiiote y uno mas reciente, las F icciones de Borges-, lo que distingue a la obra metaficcional contemporanea es el caracter provisional que hoy dia se le concede a la realidad o la historia. (Archival reflections. 42). 21 como sujeto” (Francese 50)- implica ya una reevaluacion discursiva, que tradicionalmente no ha sido cuestionada o reexaminada. Este seria uno de los rasgos contradictorios de lo metaficcional y que ha sido asociado particularrnente con la obra posmodema, en opinion de Linda Hutcheon y Raymond L. Williams: “the cultural phenomenon of postmodernism is contradictory, for it installs and then subverts the very concepts it challenges” (The postmodern novel. 10). Es decir, la metaficcion trata de subvertir la tradicional autoridad de un discurso dado valiéndose precisamente de otro discurso autoritario. Y esto es asi porque, al plantear cuestiones de lenguaje y estilo, e1 autor esta exponiendo e1 caracter artificial, de construccion lingiiistica, inherente a todo texto o discurso de cualquier tipo o género. Esta exposicién de la naturaleza artificial del texto revela, a su vez, una serie de implicaciones ideolégicas por parte del creador del texto quien recoge, selecciona, ordena y reescribe una serie de datos. En este sentido, la obra metaficcional revela e1 caracter subjetivo y la carga ideologica que existe detrés de toda decision de reproducir el proceso de escritura dentro de la narracién. En el caso de la ficcion historica, estos textos metaficcionales subrayan, mediante su reflexividad, el hecho de que todo discurso, incluso en el caso de textos que se autoproclaman “objetivos” como los textos historicos, es una construccién linguistica donde la misma seleccion de datos implica un criterio de seleccién por parte del historiador que puede o no responder a objetivos personales o satisfacer las necesidades informativas de un lector potencial. Una seleccion de datos que, en cualquier caso, ya implica una limitacion obvia y la consiguiente carga ideolégica afiadida por el historiador. En este sentido, Linda Hutcheon menciona como Hayden White “points to how the historians suppress, repeat, subordinate, highlight, and order those facts, but once 22 again, the result is to endow the events of the past with a certain meaning. To call this act a literary act is, for White, in no way to detract from its significance” (Politics of Postmodernism, 67-8). Es decir, que en muchos sentidos, el discurso literario y el histérico no se diferencian tanto, pues ambos son construcciones lingfiisticas, que siguen pautas narrativas convencionales, que poseen carécter limitado y que portan determinada ideologia a1 tomar la narracién un camino determinado, dependiendo de cuanta “historia” quieran abarcar sus autores. Es con el fin de exponer la base narrativa y, por tanto, mediatizada, comun tanto al género literario como a1 histérico, que el concepto de metaficcio’n historiogrcifical9 es empleado. Linda Hutcheon lo usa para referirse a “novels that are intensely self-reflexive but that also both re-introduce historical context into metafiction and problematize the entire question of historical knowledge. [...] this kind of novel [...] forces us to recall that history and fiction are themselves historical terms and their definitions and interrelations are historically determined and vary with time” (“‘The Pastime of Past Time’”, 285-86). Hutcheon sefiala como en el siglo XIX la literatura y la historia eran ramas pertenecientes a un mismo arbol de aprendizaje. Mas tarde, vino la separacion en distintas disciplinas. Es esta separacic’m de lo literario y lo historico que se cuestiona en la actualidad, precisamente por la semejanza que ambas disciplinas presentan: “They have both been seen to derive their force more from verosimilitude than from any objective truth; they are both identified as linguistic constructs, highly conventionalized in their 19 Amalia Pulgarin, que precisamente titula su obra Metaficcion historiografica (1995), es una de las primeras criticas en aplicar e1 concepto de Hutcheon a cuatro novelas historicas de los 80: La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza; Los perros del paraiso. de Abel Posse; El general en su laberinto, de Gabriel Garcia Marquez; y Urraca, de Lourdes Ortiz. El proposito de Pulgarin es el de estudiar la dificultad de la representacion de la historia en la novela espafiola y latinoamericana contemporaneas y los mecanismos de que se sirven estas novelas para representar esta cuestion. 23 narrative forms, and not all transparent, either in terms of language or structure; and they appear to be equally intertextual, deploying the texts of the past within their own complex textuality” (285). Segun Hutcheon, el uso comun de recursos y técnicas narrativas asi como sus implicaciones ideolégicas son 5610 algunas de las semejanzas de aproximacion tanto formal como estilistica de ambas disciplinas y que la metaficcién historiografica pretende mostrar a1 confrontar el discurso literario con el historico.20 En este sentido, una de las cuestiones mas relevantes que la metaficcion historiografica ayuda a proponer es lo que Hutcheon denomina “narrative emplotting”, término con el que se refiere a1 proceso de narrativizacion a través del cual se ordena y da coherencia a una cadena de sucesos, manipulando consecuentemente la realidad al imponerle un significado especifico (300-301). De ahi que distinga entre events y facts: “Historiography and fiction, [...] decide which events will become facts [...]. It is this very difference between events (which have no meaning in themselves) and facts (which are given meaning) that postmodernism foregrounds” (302). En este sentido, e1 aspecto metaficcional pondria de relieve e1 proceso selectivo e interpretativo que tiene lugar en toda textualizacién de un referente, lo que a su vez lleva a replantear el concepto de verdad historica. Hutcheon sugiere que “truth and falsity may indeed not be the right terms in which to discuss fiction, [...]. Postmodern novels imply that there are only truthS in the plural, and never one truth; and there is rarely falseness per se, just other truths” (290). La metaficciun historiografica cuestionaria precisamente estas “verdades 20 Louis Mink sefiala que la diferencia fundamental entre e1 texto historico y el literario reside en que el primero declara ser una representacién verdadera, y asi es entendido tanto por el autor como por el lector, mientras que el segundo no (Historical Understanding, 183). 24 absolutas” que la Historia propone, siendo ésta una de las diferencias fundamentales entre este tipo de textos metaficcionales y la novela histérica (294-95).21 La problematizacién de la verdad histérica cobra una gran importancia sobre todo en el caso de novelas que recuperan versiones historicas marginadas o silenciadas por regimenes politicos totalitarios. Este es el caso de novelas como Yo el Supremo y L_a novelide Peron. donde los dictadores proceden a reescribir sus memorias exponiendo la manipulacion historica que llevan a cabo para conseguir un juicio benévolo de generaciones futuras. La yuxtaposicion de sus propias versiones historicas, aquellas que forman parte de la historiografia oficial, contrasta con aquellas proporcionadas por voces marginales, y en ocasiones anunimas, que denuncian e1 autoritarismo del regimen. Esta yuxtaposicion de versiones historicas22 contrarias no 3610 sirve para mostrar al lector 1a manipulacion histérica que llevan a cabo estos personajes sino también para cuestionar la linearidad y univocidad de los textos historicos, que se han autoproclamado tradicionalmente como los portadores de la “verdad” sobre el pasado. De ahi se deduce que este tipo de novelas van a presentar el pasado como un espacio abierto y siempre susceptible a nuevas interpretaciones. La cuestion de la aproximacion al pasado y el cuestionamiento o no del acceso al conocimiento de los sucesos historicos en la obra narrativa sera otra de las cuestiones a 2] Hay que destacar, sin embargo, que criticos como Fernando Ainsa consideran 1a metaficcién historiografica como una implementacién reciente dentro del corpus de la novela historica latinoamericana. Sin embargo, tampoco toda nueva novela historica participa de este caracter reflexivo, metaficcional. Este es el caso de algunas de las novelas a estudiar aqui, como por ejemplo Melgareio 0 La Fiesta del Chivo. que no presentan un caracter metaficcional en ultima instancia. Ahora bien, no siempre 1a yuxtaposicion de versiones histéricas contradictorias tiene como objetivo relativizar toda version historica. Frecuentemente, el narrador principal o compilador legitima una o varias versiones por encima de otras. Este seria el caso de El seductor de la patria (1999) de Enrique Serna, como se vera en el tercer capitulo. De ahi que la yuxtaposicion textual no resulte per se un modo efectivo de distinguir las metaficciones historiograficas. 25 estudiar en el presente trabajo, y que sirva para determinar el grado de autoridad discursiva desplegado en esta nueva novela del dictador. El estudio del tratamiento del concepto de verdad histérica que las metaficciones historiograficas intentan cuestionar y deconstruir, no debe confundirse con el seguirniento de una fidelidad historica a la cual la novela no se haya sujeta. Es en este sentido que Michel Foucault ofrece la siguiente definicién de verdad: “por verdad no quiero decir ‘el conjunto de cosas verdaderas que hay que descubrir o hacer aceptar’ sino ‘el conjunto de reglas segun las cuales se discrimina lo verdadero de lo falso y se ligan a lo verdadero efectos politicos de poder’” (Microfisica del poder, 188). For consiguiente, Foucault no cree que el problema resida en separar la verdad de la no verdad en un discurso, sino en “ver historicamente cémo se producen los efectos de verdad en el interior de los discursos que no son en si mismos ni verdaderos ni falsos” (181-82). Aplicando esta cuestion a nuestro corpus, se deduce que lo que interesa no es saber cuanta “verdad historica” aportan estas novelas sino cual es el combate por la “verdad” de los discursos incluidos dentro de esta narrativa, qué efectos de poder y, por tanto, de “verdad”, produce la yuxtaposicion de discursos en las novelas a estudiar. En este sentido, no se va a estudiar la correspondencia exacta entre los hechos narrados y la realidad historica, una correspondencia a la que el género novelistico no se haya sujeto ni siquiera cuando se trabaja e1 género de novela histérica. Tal y como explica Tomas Eloy Martinez, “La historia se hace con palabras, como la ficcién. Las armas del duelo son, pues, idénticas. Y tanto en la historia como en la ficcion toda palabra alude a la realidad pero no es la realidad. Ficcion e historia, entonces, pueden considerarse metaforas de la realidad: una, la historia, luchando por afirmar su principio de verdad; la otra, por imponer su principio de ilusion” (“La batalla de las versiones 26 narrativas”, 27). El discurso literario, incluso cuando presenta un caracter de revisionismo historico, se rige por unas reglas de verosimilitud distintas a las del discurso historico: se trata de hacer creer al lector que el mundo ficcional representado en la novela es susceptible de haber ocurrido pero que no necesariamente constituye una version fiel de los hechos historicos. Para lograr este objetivo, este “principio de ilusion” del que habla Tomas Eloy Martinez, e1 texto debe mantener una consistencia interna al emplear una serie de estrategias narrativas y de contenido para que el lector no descubra precisamente la estructura artificial y ficcional que supone la base del mundo novelesco. En este sentido, son dos las acepciones de verosimilitud que interesan a1 siguiente trabajo: una en la que se entiende lo verosimil en referencia alas reglas particulares del ge’nero cultivado, y otra en la que se entiende la “verosimilitud de una obra en la medida en que ésta trate de hacernos creer que se conforma a 10 real y no a sus propias leyes; dicho de otro modo, lo verosimil es la mascara con que se disfrazan las leyes del texto, y que nosotros debemos tomar por una relacion con la realidad” (Lo verosimil, 13). Este pacto que la novela establece con el lector no tiene que ver necesariamente con la veracidad historica, por lo que el presente trabajo tampoco busca establecer si las novelas a estudiar guardan en mayor o menor grado una fidelidad con respecto a su referente histérico.23 En cambio, nuestro objetivo reside en analizar cumo estas obras tratan 1a cuestién del acceso a1 conocimiento del pasado, si problematizan o no e1 proceso de representacion historica, lo 23 . , . . . , . Ironicamente es frecuente que las escenas veridicas de una hlStOI‘la sean menos verosnmtles que otras escenas fabuladas. Este es el caso de Fernando del Paso y su novela historica Noticias del Imperio, de quien Fernando Ainsa comenta que “los episodios reales y veridicos de su historia son tan surrealistas que se ha visto obligado a tratar de convencer al lector por todos los medios de que todo lo que cuenta fue cierto” (“La reescritura de la historia”, 21). Ainsa también hace alusion a “la escasa verosimilitud que puede tener lo veridico” en La ngvela de Peron, pues “testimonios, declaraciones y documentos adquieren una dimensién ficticia, si bien son en realidad auténticos” (21), una cuestion que comenta el propio Tomas Eloy Martinez en su articulo “Ficcion e historia en La novela de Peron”. 27 que a su vez desemboca en el grado de autoridad que el mismo autor concede a su texto para ofrecer una o multiples versiones historicas. Es en este sentido que el tratamiento de la cuestién histérica determina el grado de verosimilitud y de autoridad discursiva desplegado en cada novela. Del mismo modo, tampoco nos interesa distinguir entre el grado de autoridad desplegado por cada dictador y su gobierno, o profundizar en las diferencias entre los distintos tipos de regimenes politicos que las novelas a estudiar recuperan.24 El presente trabajo quiere concentrarse en el estudio del tratamiento de la autoridad a nivel discursivo para poder establecer si dichas obras optan por reproducir la autoridad del dictador a nivel narrativo o bien cuestionan y deconstruyen su propia autoridad textual tal y como hacian novelas del dictador de los setenta como Yo el Supremo 0 El otofio del patriarca. 24 Gonzalez Echevarria destaca la importancia del tratamiento de la cuestion de la autoridad por encima de especificaciones historicas en la novela del dictador: “Novels dealing with dictators do not establish clear- cut distinctions between the various types that appear in history but tend to deal more abstractly with authority figures and with the question of authority” (“The Dictatorship of Rhetoric”, 65). 28 11. El enfoque discursivo y sus efectos en el estudio de poder y escritura en la novela del dictador The study of verbal art can and must overcome the divorce between an abstract ‘formal’ approach and an equally abstract ‘ideological’ approach. Form and content in discourse are one, once we understand that verbal discourse is a social phenomenon. - Mikhail Bakhtin, The Dialogical Imagination (259) Para llevar a cabo un analisis de la autoridad discursiva en la novela del dictador, necesitamos estudiar la obra literaria en su totalidad, para trascender lo que Fredric Jameson considera “that sterile and static opposition between formalism and a sociological or historical use of literature between which we have so often been asked to choose” (Marxism and Form, 331). Para Jameson, el primer problema pendiente a la hora de desarrollar una teoria diale’ctica de la obra literaria reside precisamente en la reconciliacion entre la aproximacion forrnalista y la sociologica. Una reconciliacion ya propuesta por las corrientes hegeliana y marxista que, a pesar de sus diferencias,25 coinciden en considerar que la perfeccién historica de la obra artistica reside en la perfecta adecuacién entre forma y contenido (Marxism and Form, 331). Es por este empleo de un doble criterio analitico que ahora nos vamos a enfocar en el aspecto discursivo. Un aspecto que, como explicamos anteriormente, resulta fundamental a la hora de analizar la cuestién del poder en este tipo de novela, a1 poner de relieve las semejanzas y/o diferencias existentes entre e1 abuso de poder ejercido por el dictador o su 25 El pensamiento dialéctico hegeliano se enfoca fundamentalmente en la manera en que los procesos mentales del individuo determinan y delimitan los resultados de sus pensamientos, mientras que la dialéctica marxista se concentra en el reconocimiento o la autoconciencia por parte del individuo de su posicion social e histérica y de los limites ideologicos impuestos por esta posicion sociohistorica (Marxism Mm, 330- 29 regimen autoritario, y el tratamiento de lo mismo a nivel narrativo. La cercania o distanciamiento entre el tratamiento concedido a la cuestion de la autoridad en estos dos planos determinaré también el grado de autoridad discursiva desplegada en la actual novela del dictador. Muchos han sido los intentos criticos por aproximarse a1 estudio del discurso novelistico y ofrecer una serie de conceptos que ayuden a distinguir las unidades estilisticas y narrativas de estas novelas para lograr un analisis critico mas pertinente. Cabe, en primer lugar, concretar 1a acepcion de discurso que emplearemos en el presente trabajo, por cuanto que determina el tipo de criterio metodolégico a seguir. Por discurso vamos a entender la actualizacion -en nuestro caso, la produccion lingiiistica- de una serie de procesos semioticos y su ordenacion narrativa. El proceso de ordenacion narrativa forma parte del conjunto de elecciones que posee la enunciaciun26 para transformar los hechos en discurso.27 Este conjunto de elecciones incluye el orden al que los hechos a narrar van a ser sometidos (e1 argumenta o fdbula), el modelo narrativo,28 asi como la eleccion de una retorica particular. Con respecto a esta eleccion retorica, para Jose' Maria 26 Concepcion Otalola define enunciacio’n como “acto de produccion de un enunciado, el proceso complejo que lo engendra o, dicho de otra manera, el acto individual de utilizacion de la lengua, opuesto al enunciado, producto de esta enunciacion. Por tanto, en lineas generales, el analisis de la enunciacion consistira en el estudio de las huellas del sujeto enunciador en el enunciado” (“La modalidad”, 97). 27 Greimas y Courtés hacen referencia a este proceso selectivo en la “discursivizacion” de las estructuras semiologicas a que nos referimos arriba: “When the semio-narrative structures are viewed as the repertory of the forms which can be altered, the enunciation has then as its task the selection of those forms it needs ‘to make a discourse.’ Thus, the choice between the pragmatic or cognitive dimensions of the envisaged discourse, the choice between the forms which are appropriate for a discourse characterized by the construction of a subject (cf. The Bildungsroman) and those which are necessary for a discourse characterized by the construction of an object (cf. For example, the recipe for vegetable soup), etc., determine in advance the type of discourse which will finally be manifested” (Semiotics and Language, 85). 28 Pozuelo considera el concepto de modelo narrativo clave para los estudios narratologicos, “pues implica que toda narracién se desarrolla dentro de una logica de accidn y de un nivel de generalizacion que hay que tener en cuenta, puesto que no todos los relatos responden a1 mismo modelo y pueden constituir un mismo corpus. Hay diferentes corpus y segun sea su modelo narrativo trae implicados unos conceptos clave y una logica de accién concreta, no siempre extrapolable a otros corpus” (222). 30 Pozuelo, el principal foco de analisis de la teoria del discurso narrativo reside en el estudio de lo que denomina “pactos narrativos”, “que fijan las relaciones del ‘alguien que cuenta’ con el que escucha o lee”, y de “lo que podriamos llamar las ‘figuras de la narracion’, e1 procedimiento retorico de esa disposicién y elocucion narrativa: la focalizacion o punto de vista, la voz, la modalidad de discurso elegido y la temporalidad que administra dicha narracion” (“Teoria de la narracion”, 228). El estudio de éstos y otros elementos narrativos son fundamentales para determinar la posicién de la enunciacion con respecto a cuestiones de autoridad discursiva, por lo que vamos a tratar mas detenidamente cada uno de estos elementos. Entre los teéricos que se han dedicado a distinguir y analizar las distintas unidades narrativas del discurso novelistico se encuentran Ge’rard Genette,29 Tzvetan Todorov30 y Mieke Bal.“ Genette apela a la interdependencia de los distintos elementos constitutivos de lo que puede entenderse por narracion -texto narrativo (narrative), la historia que cuenta este texto (story) y el acto de narrar esta historia o enunciacion (narrating)- para comprender la naturaleza de esta narracién: “Story and narrating thus exist for me only by means of the intermediary of the narrative. But reciprocally the narrative (the narrated discourse) can only be such to the extent that it tells a story, without which it would not be narrative (...), and to the extent that it is uttered by someone, without which (. . .) it would not in itself be a discourse. As narrative, it lives by its relationship to the story that it recounts; as discourse, it lives by its relationship to the 29 Narrative Discourse: An Es_sgy in Method (Ithaca, New York: Cornell UP, 1980). 30 Véase el capitulo 2, “Analysis of the Literary Text”, de Introduction to Poetics. de Todorov (Minneapolis: U of Minnesota P, 1981). 3‘ Véase su obra Qn Story-Telling: Essays in Narratologv. especialmente la introduccion y los capitulos l y 4. (Sonoma: polebridge P, 1991). 31 narrating that utters it” (29). El analisis del discurso narrativo requiere por lo tanto de las relaciones que se establecen entre estos elementos o niveles que definen una narracién. A1 mismo tiempo, Genette concibe la narracion como “el desarrollo 0 expansion de una forma verbal” (30), lo que justifica la formulacion de los problemas que puede presentar el analisis del discurso narrativo segun tres parametros o categorias verbales: tiempo (relaciones temporales entre el texto narrativo y la historia), modo (estudia las formas y niveles de la representacion narrativa: el punto de vista que se ofrece de la historia asi como el grado de distancia con que se cuenta dicha historia) y voz (relacion entre el sujeto de la enunciacién y la historia y el texto). Todorov, por su parte, distingue entre el modo -“the degree of presence of the events evoked in the text” (28), el tiempo -“the relation between two temporal lines: that of the fictional discourse (figured for us by the linear thinking of the letters on the page and the pages in the volume) and that of the (much more complex) fictive universe” (28), y la perspectiva, que define como el punto de vista desde el que observamos un objeto y la calidad de esta observacion: “the phenomena that compose the fictive universe are never presented to us ‘in themselves’ but from a certain perspective, a certain point of view, etc” (32). Dentro de estas categorias que permiten analizar el discurso narrativo, destacan la perspectiva y la voz narrativa, por su estrecha relacién con el grado de mayor o menor autoridad discursiva que proyectan en el texto. Dos categorias que no deben confundirse, segun estos criticos, entre ellos Mieke Bal: “my narratology tries to produce a non- coincidence between technical speaker, or voice, and ideological ‘speaker,’ or focalizer. Thus it leaves room for ideological subjects intruding into the speaking subject’s 32 discourse while the latter, by virtue of the narrative mode, can continue to perceive and present itself as unified” (1). Es decir, que cabe la posibilidad de que se nos muestren varias perspectivas diferentes pero que todas estén representadas por una misma voz. Ese es el caso, por ejemplo, de _L_a Fiesta del Chivo. de Mario Vargas Llosa, que estudiaremos en el capitulo cuarto, donde puede decirse que existe una pluralidad de sujetos cuyas perspectivas vienen dadas por una sola voz narrativa que proviene de un narrador omnisciente en tercera persona. Este multiperspectivismo de la novela de Vargas Llosa sugiere un carécter polifonico que, en ultima instancia, no se corresponde con la autoridad discursiva del narrador en tercera persona. Relacionado pues con la cuestion de la perspectiva pero en otro nivel diferente, en el nivel enunciativo, esta el problema de la voz narrativa y el grado de autoridad que esta voz -o voces- presenta con respecto a la narracion del relato y que puede variar enorrnemente: It is the narrator who incarnates the principles from which judgments of value are brought to bear; he conceals or reveals the characters’ thoughts, thereby letting us participate in his conception of ‘psychology’; it is he who chooses between direct and transposed discourse, between chronological order and temporal disruptions. Yet the degrees of the narrator’s presence can also vary a great deal. Not only because his interventions, (. . .), can be more or less discreet; but because the narrative possesses an additional means of rendering the narrator present: making him figure within the fictive universe. (Introduction to Poetics. 38) 33 Como afirrna Todorov, el grado de libertad o autoridad discursiva que puede llegar a desplegar e1 narrador es casi ilimitado y puede representarse de multiples maneras. Una de las mas frecuentemente analizadas es la del grado de omnisciencia y subjetividad que el autor concede al narrador. Segun Genette, esta cuestion se encuentra relacionada con el concepto de la focalizacion de la narracion, donde se distinguen fundamentalmente tres tipos: focalizacion cero o narracion no focalizada, donde el 32 cuando la vision del narrador esta narrador es omnisciente; focalizacién intema, limitada a la del personaje; y focalizacién extema, en la que el narrador cuenta menos de lo que sabe el personaje, pues se da una vision desde afuera (Narrative Discourse. 189- 94). Sin embargo, para Mieke Bal esta categorizacion no viene definida por la focalizacién sino por el grado de conocimiento del narrador: “That typology, it is true, cannot be defined by focalization -whose definition needs more precision- but solely and entirely by the narrator’s knowledge, and this is betrayed by the very formulation Genette uses in defining his types: the narrator says more than, as much as, or less than the character knows. In that formulation, knowledge and speech go hand in glove with each other” (84). Segun Bal, esta confusion de Genette queda mas que demostrada con el tercer tipo de focalizacién, pues la focalizacion extema ya no depende del punto de vista del personaje sino del punto de vista del narrador: “In the second type, the ‘focalized’ character sees, in the third type, s/he is seen. The difference this time is not between the ‘seeing’ agents, but between the objects of that seeing” (“Narration and Focalization”, 83-84). 32 La focalizacion interna puede ser a su vez 1) fija en un personaje; 2) variable, donde pasa a varios personajes; o 3) multiple, donde existe focalizacion en todos Ios personajes (Narrative Discourse 189-90). 34 En cualquier caso, e1 grado de omnisciencia del narrador viene determinado generalmente, aunque no siempre, por la ‘ubicacion’ del narrador, si es 0 no un personaje de la historia. Este factor suele influir, a su vez, en la persona narrativa utilizada. Usualmente, el narrador heterodiegético -ausente de la historia que cuenta- suele emplear la tercera persona gramatical33 y es a menudo omnisciente, donde puede incluir juicios suyos o no. En cambio, el grado de omnisciencia del narrador homodiegético -personaje dentro de la historia- suele depender de si este narrador cuenta su propia historia o si es un mero observador que cuenta la historia de un tercero (Genette 186). En cualquier caso, no siempre el grado de omnisciencia y autoridad discursiva corre paralelo a la eleccién de un determinado tipo de narrador y persona narrativa. Ese es el caso de una de las obras a estudiar en el presente trabajo, Los cuatro reyes de la baraia (1991). Su autor, Francisco Herrera Luque, elige como narrador principal a un personaje dentro de la historia, personaje que reconstruye y narra la vida del dictador decimononico Antonio Guzman Blanco a un grupo de contertulios. Por su condicién de personaje, este narrador debe, en teoria, tener una vision del pasado limitada a sus propias experiencias. Sin embargo, nos encontramos con un narrador omnisciente que incluso reporta los pensamientos de los personajes, excedie’ndose asi en el grado de autoridad y omnisciencia que tradicionalmente caracterizan a un narrador homodiege'tico. 33 Cabe recordar en todo caso la inexistencia del tradicionalmente conocido como “narrador en tercera persona” pues se trata siempre de un narrador en primera persona: “By definition, a ‘third person’ narrator does not exist: anytime there is narrating, there is a narrating subject, one that to all intents and purposes is always in the ‘first person’. The ‘person’ of the narrator (...) can be distinguished only in terms of his/her presence or absence in the narrative at the level in question. The narrator who is present in the story s/he tells is ‘homodiegetic’; the narrator who is absent (invisible), or who tells at a higher level a narrative from which s/he is absent, is ‘heterodiegetic’” (Bal 79). 35 E1 grado de control narrativo y de omnisciencia del narrador influye a su vez en otra de las cuestiones narratologicas que juegan un gran papel a la hora de determinar el grado de autoridad discursiva, la distancia narrativa. Este concepto esta relacionado, como su propio nombre indica, con la distancia -o grado de mimesis- que toma el autor con respecto de la narracion de la realidad representada. Genette distingue tres grados diferentes del discurso de los personajes en relacion con esta distancia narrativa: El primer grado es aquel denominado “narratized or narrated speech”, grado mas distante de narrar la accion o discurso de un personaje al ser controlado por el narrador; el segundo seria “transposed speech” en estilo indirecto, un grado interrnedio de cercania en la recreacién del discurso del personaje pues, a pesar de ser mas mimético, tampoco el lector tiene una garantia de la fidelidad del discurso. Por ultimo, el tercer grado denominado “reported speech” y que seria e1 mas mimético de los tres, pues e1 narrador desaparece para dar paso a1 personaje, que emite directamente su discurso. En este grado es donde se dan e1 dialogo 0 e1 monologo y segun Genette supone uno de los pasos mas importantes hacia lo que el critico considera 1a emancipacion de la novela modema (Narrative discourse, 173). Estos diferentes grados de distancia narrativa guardan relacion con los conceptos de show y tell de Booth y, por consiguiente, con el grado de autoridad discursiva de la obra literaria en cuestion: a mayor control por el narrador de los discursos de los distintos personajes, mayor autoridad discursiva, y a la inversa. Aunque 5610 se trate de un efecto formal, donde e1 autor elige “disfrazar” su posicién autoritaria en el discurso, la eleccion de una determinada posicion enunciativa influye de manera fundamental no 5610 en la manera en la que el lector va a interpretar un texto dado sino, lo que es mas importante, en la manera en que ese lector va a 36 aproximarse a toda lectura, de cualquier texto. En este sentido, el elemento polifénico por ejemplo puede producir un efecto dialogico34 donde la constante interaccién y negociacion de significados lleve consigo la relativizacién del caracter de “verdad” de los diferentes discursos yuxtapuestos. Este efecto dialogico se encuentra vinculado segun Mikhail Bakhtin al concepto que él denomina heteroglosia,35 y que sirve para identificar la interaccién entre el acto de la enunciacion, de produccion de la lengua, y el contexto particular en que este acto es producido. Implicita en esta definicion se encuentra la idea de que cualquier acto de enunciacién es inadecuado a la hora de trasmitir los diferentes significados que resultarian si ese acto de enunciacién fuera producido en un contexto diferente. Esta posicién narrativa orientada a relativizar 1a univocidad de los textos yuxtapuestos puede ademas afectar a varios niveles discursivos. Por una parte, puede afectar a los distintos discursos que componen el macrodiscurso que es la novela, bien legitimando uno o varios de esos discursos por encima de otro u otros -suele darse en aquellas novelas que quieren subvertir la version del discurso oficial mediante 1a recuperacién de versiones provenientes de sectores marginados-, bien ubicando todo discurso en un mismo nivel de cuestionamiento para mostrar la no correspondencia entre 34 Bakhtin define lo dialogico como “the characteristic epistemological mode of a world dominated by heteroglossia. Everything means, is understood, as a part of a greater whole —there is a constant interaction between meanings, all of which have the potential of conditioning others (....). A word, discourse, language or culture undergoes ‘dialogization’ when it becomes relativized, de-privileged, aware of competing definitions for the same things. Undialogized language is authoritative or absolute” (1h; Dialogig Imagination, 426-27). 35 El concepto de heteroglosia es definido por el teorico ruso como “The base condition governing the operation of meaning in any utterance. It is that which insures the primacy of context over text. At any given time, in any given place, there will be a set of conditions -social, historical, meteorological, physiological- that will insure that a word uttered in that place and at that time will have a meaning different than it would have under any other conditions; all utterances are heteroglot in that they are functions of a matrix of forces practically impossible to recoup, and therefore impossible to resolve” (428). 37 texto y realidad. En otro nivel enunciativo se encuentran aquellas obras que no 5610 pueden llegar a plantear lo anterior, sino que ademas presentan un caracter reflexivo y en ocasiones hasta autorreferencial que busca relativizar su propio discurso -el macrodiscurso que es la novela- y deconstruir asi su propia autoridad discursiva. La posicionalidad enunciativa a la hora de tratar cuestiones de poder y escritura y de representacion historica, asi como los diferentes niveles discursivos en los que se tratan estas cuestiones, seran los aspectos fundamentales a estudiar a continuacién para establecer el grado de autoridad discursiva desplegado por la nueva novela del dictador. 38 Capitulo 11 La problematizacién de la autoridad discursiva en La novela dc Perun: el proceso textual como objeto del discurso narrativa La novela de Peron36 (1985), del escritor y periodista argentino Tomas Eloy Martinez, introduce una serie de interrogantes a través de su ambiguo titulo. Por una parte, la combinacién de dos términos como son “novela” y “Peron” y sus respectivas connotaciones literaria e historica, desconcierta cuando menos a1 lector en cuanto al grado de fidelidad historica del texto asi como al marco gene’rico en que encuadrar la obra. Por otra parte, la ambigua preposicion del titulo provoca que pueda ser interpretado como la novela sobre y/o por Peron, introduciendo la cuestion de la autoria del relato o relatos que conforman la obra. Estos interrogantes planteados en el titulo son posteriormente desarrollados y problematizados a lo largo de la novela. La novela de Peron es un complejo entramado de historias, y de historias sobre historias, cuyo vinculo tematico, como indica el titulo, es la vida de Peron y los distintos momentos historicos en que se encuadra su trayectoria vital y politica. El presente historico de la obra puede ubicarse un 20 de junio de 1973, dia en que tiene lugar el esperado regreso de Per6n a Argentina, tras su triunfo electoral y después de dieciocho afios dc exilio espafiol. Este momento historico sirve de punto de partida y de referencia a los distintos relatos en que se fragmenta la novela, unos relatos narrados bajo multiples perspectivas, espacios y tiempos, y que versan sobre personajes préximos a1 protagonista 36 Todas las referencias y citas recogidas en este articulo corresponden a La novela de Peron. New York: Vintage espai’iol, 1997, primera edicion. 39 o relacionados con el momento historico de su regreso. Dentro de estos relatos destacan dos, por el espacio narrativo que ocupan y por conectar el resto de relatos que conforman la novela. El primero es el narrado bajo la perspectiva de Peron, que se enfoca fundamentalmente en la revision y reescritura que de sus “Memorias oficiales” lleva a cabo e1 General justo antes de emprender su vuelta a Argentina. El segundo relato destacado se enfoca en el periodista Emiliano Zamora y en su investigacion histérica sobre Peron, una investigacién que forma parte del reportaje especial que la revista Horizonte esta publicando con motivo del regreso del General al pais y a la presidencia. Otros personajes importantes bajo cuyas perspectivas son narradas otras historias son el secretario de Peron, José Lopez Rega, los lideres montoneros Abelardo (Nun) Antezana y Diana Bronstein, los hombres del bando fascista Arcangelo Gobbi y Lito Coba, Isabel Peron, el presidente Campora, y el primo Julio Peron, entre otros. Las perspectivas aportadas por estos personajes ayudan a obtener una mirada mas amplia con respecto a distintos sectores de la sociedad argentina y su papel en este momento histérico.37 Muchos de estos relatos incorporan a su vez otras historias38 que reconstruyen distintos momentos en la vida de Peron y entre los que pueden distinguirse basicamente dos tipos de versiones. Una primera version, que podriamos denominar “oficial”, es ofrecida en las “Memorias” de Peron, escritas por e’ste y por Lopez Rega. Estas memorias, que quedan insertadas dentro del relato de su revision en los capitulos 4, 6, 9, 13 y 17 y que aparecen en italica para distinguirse del resto del texto, cubren desde 37 Sobre la funcion de algunos de los personajes mencionados arriba y de la representacion de los bandos de izquierda y derecha en la novela, Véase el articulo de Silvia Ganduglia (282-90). 8 Estas historias sobre Peron vienen insertadas en otros relatos yuxtapuestos entre si -ya que la novela va rotando diferentes capitulos segun la perspectiva-, y se nos ofrecen en fragmentos aunque en orden cronolégico. No ocurre lo mismo con los relatos que contienen las versiones historicas ya que en ocasiones no estan narrados de manera lineal, saltando a diferentes contextos espaciotemporales segun convenga. 40 informacién sobre los antepasados del General hasta su progresivo ascenso a1 poder, deteniéndose especialmente en su juventud, en su experiencia militar y en su relacién con Evita.39 Las Memorias ofrecen una version altamente romantizada del personaje, quien parece predestinado a gobemar e1 pais gracias a su valentia, disciplina y determinacion. Silvia Ganduglia propone que las caracteristicas estructurales de las “Memorias oficiales” responden al modelo de romance, donde “Peron pertenecera al grupo de los he'roes y establecera su lucha, tanto personal como social, contra el grupo de los villanos. Como bien lo interpreta Lopez Rega, esta vision polarizada evita las ambigiiedades de la vida cotidiana, donde todo es mezcla de bien y mal, y donde es dificil tomar partido” (273). Tal y como explica el propio Peron, el objetivo es crear un modelo de conducta heroico cuyos valores morales y éticos40 sirvan para adoctrinar al pueblo (48) y de paso justifiquen su regreso al poder y su actual proyecto politico mediante la revindicacién de su pasado. A las “Memorias oficiales” se contraponen otras versiones historicas, que podriamos denominar -tal y como hace e1 capitulo cinco- las “Contramemorias”, y que difieren a menudo de la oficial. Entre estas otras versiones sobre Peron destaca la recopilada por el periodista Zamora para Horizonte, quien construye una biografia no oficial a partir de las declaraciones de unas cien personas, entre los que se encuentran Ios relatos de siete testigos de la infancia y juventud del personaje, algunos de los cuales son parientes del protagonista. Esta especie de biografia titulada “La vida entera de Peron/El 39 Perdn revisa sus Memorias dias antes de partir para Argentina pero no le da tiempo a revisarlas en su totalidad (e1 personaje comenta que no ha podido ni revisar la mitad de las Memorias, 310), por lo que el relato cubre hasta 1944. 40 Para Marina Guntsche, “Las ‘Memorias oficiales', pues, mas que una autobiografia de hechos pasados, constituye la cuidadosa reconstruccion de una heroica trayectoria vital cuya autenticidad se deriva de su eventual canonizacion historica” (98). 41 Hombre/El Lider/Documentos y relatos de cien testigos” -que aparece como parte de los capitulos 5, 8, 11, 12 y 18- quiere ahondar en el Peron desconocido. Por esta razon se concentra en la reconstruccion de la vida de Peron hasta su progresiva llegada al poder a mediados de los afios 40.41 En contraste con la imagen heroica de las “Memorias oficiales”, Peron aparece aqui caracterizado como un hombre marcado por ciertas inseguridades, algunas de las cuales provienen de cuestiones familiares como su posible ascendencia india, el adulterio de su madre y la precariedad econémica de su familia. Esta version también expone algunas de las contradicciones historicas entre la version oficial de Peron y aquellas proporcionadas por otros testigos, como por ejemplo, la que destaca el protagonismo del General en el golpe de estado a Yrigoyen, en 1930, y que Peron niega (221). A estos dos relatos sobre Peron hay que afiadir otros que incluyen fragmentos de algun momento o suceso especifico en la vida del General y que, de manera similar a] relato publicado en Horizonte, ofrecen una versién bastante diferente de la oficial. Asi por ejemplo, e1 diario personal de Mercedes Lonardi -parte del capitulo 12- expone la traicion de Peron a su amigo el General Lonardi durante su etapa diplomética en Chile, mientras que las memorias del teniente Maidana -parte del capitulo 15- socavan el papel protagonico que Peron se asigno en su relato sobre su visita a Europa durante la segunda 1.42 guerra mundia La yuxtaposicion de éstos y otros relatos resulta en la contraposicién de 4‘ Peron se unio a un complot militar que derrocu al gobierno civil liberado por Yrigoyen en 1943. Primero Secretario de trabajo y bienestar social, en 1945 se convirtio en Vice Presidente y Ministro de Guerra. En febrero de 1946 Peron fue elegido Presidente con el 56 por ciento de los votos. Ganduglia comenta que “el Peron que descubre Maidana es el de la mentira. Un Perén que no vio Berlin, no viajo a los lagos Masurianos, nunca tuvo una entrevista personal con el Duce y, mas significativamente, distorsiono su concepto de realidad segun las circunstancias histéricas que le tocara vivir” (278). 42 multiples y dispares versiones sobre la figura historica de Peron. La novela se vale asi de la fragmentacion extema -a través de la yuxtaposicién textual, la mezcla de géneros narrativos43 y de voces, perspectivas, tiempos y espacios- para mostrar la fragmentacion interna del personaje histérico y su version oficial. La mayor parte de la critica se ha enfocado en esta “intencionalidad dialogica de interrogar la realidad historica” (McDuffie 300), en el estudio de esta diversidad de versiones, géneros y voces que componen la obra, y en como estos elementos tematicos y narrativos ayudan a contraponer las diferentes aproximaciones a la figura historica de Peron.44 Esta yuxtaposicion de versiones historicas contradictorias desemboca en el cuestionamiento del concepto de . r . 45 verdad historica, un concepto que ademas viene problematizado en la novela a través de la imagen de los “ojos de la mosca”. Dicha imagen quiere enfatizar la vision fragmentada que de la realidad percibe la mosca, caracterizada por sus “compuestos ojos, de cuatro mil facetas cada uno. La verdad dividida en cuatro mil pedazos” (192). Con el reiterado uso de esta imagen, que incluso da titulo al capitulo de’cimo,46 1a novela insiste en plantear la existencia de multiples o infinitos matices en que se fragmenta una realidad, lo que a su vez implica la imposibilidad de percibir todos los matices y, por 43 La novela incluye diversos ge’neros narrativos, con mayor o menor caracter historico, como por ejemplo, fragmentos de diarios, cartas, telegramas, etc. Tambie’n reproduce entrevistas, algunas de ellas historicas, como la concedida por Peron a Eloy Martinez en marzo de 1970 (7). 44 Véanse los articulos de Marina Guntsche, Keith McDuffie y Silvia Ganduglia, entre otros. 45 Raymond L. Williams vincula la problematizacion del concepto de verdad historica a la “crisis de verdad” que afecto a todos aquellos paises oprimidos por las dictaduras militares, especialmente Ios paises del Cono Sur y, entre ellos, Argentina (69). La novela de Peron. escrita todavia durante los ultimos afios de represion y los primeros de transicion democratica en Argentina, reproduce a nivel discursivo esta crisis de la verdad histérica a través de la yuxtaposicion de textos y voces narrativas que subvierten todo discurso, especialmente e1 discurso oficial historiografico del régimen peronista. La imagen de la mosca se repite en tres relatos diferentes dentro del capitulo 10: e1 narrado bajo la perspectiva de Zamora; el que gira en tomo a la ex cufiada de Peron, Maria Tizon (199); y el narrado bajo la perspectiva de Peron: A mi abuela Dominga le impresionanban mucho. Juan, me decia: (,qué ve una mosca? gVe cuatro mil verdades, o una verdad partida en cuatro mil pedazos? Y yo nunca sabia qué contestarle. . .” (21 1-12). 43 tanto, de acceder al conocimiento completo de dicha realidad y a la “verdad”. En otras ocasiones, la obra parece relativizar la percepcion de la realidad descrita y mostrar la imposibilidad de precisar o medir la realidad con exactitud a través de diferentes escenas y/o reflexiones del narrador omnisciente en tercera persona 0 de algun personaje. Es el caso de la escena del viaje en avion de Peron, donde el narrador destaca la imposibilidad de determinar el tiempo en ese punto espacial: “el reloj del General sefialaba las cinco, pero alli mismo, en ese punto movil del espacio, ninguna hora llegaba a ser la verdadera” (1 1). Con esta idea se sugiere la relatividad de la percepcion de una realidad dada y la falta de correspondencia entre la realidad y nuestra percepcion, que esta determinada por unas pautas de conocimiento determinadas y que dependera y variara en cada individuo. También se quiere destacar 1a idea de que la realidad no puede ser plasmada tal y como es, no puede ser representada de manera que se corresponda con su referente.47 En tomo a esta cuestion, en la novela también se hace alusion al axioma de Godel (277) que, como explica Cristina Parodi, revoluciono en su dia el campo de la logica mediante “la demostracion de la imposibilidad intrinseca de todo sistema formal de expresar el universo de la aritmética elemental o -dicho con otras palabras- la comprobacion de que en toda verdad, por evidente que sea, siempre hay algo que puede no quedar demostrado” (41). La novela pone en practica esta problematizacion de la representabilidad del referente historico no 5610 a través del cuestionamiento de la veracidad histérica de la 47 Eloy Martinez mismo ejemplifica esta imposibilidad de representar verbal o textualmente la realidad: “Borges imaginé un imperio de cartégrafos donde el afan por el detalle es tal que se acaba por dibujar un mapa cuyo tamafio es igual al tamafio del imperio: un mapa inutil, que las lluvias y los vientos desgarran y que los aiios dispersan. No conozco mejor metafora para demostrar e1 absurdo de todo signo que pretende repetir con exactitud los laberintos de la realida ” (“Ficcion e historia”, 45). 44 versién ofrecida por la historiografia oficial sino también de otras versiones que forman parte de las “Contramemorias”. Asi por ejemplo, la viuda de Lonardi califica e1 reportaje de Horizonte de “chismografia” (229), mientras que un narrador omnisciente en tercera persona critica otro articulo de Zamora por su estilo “cenagoso”, su prosa “intrincada”, y por filtrar “reflexiones autobiograficas” en su discurso (96).48 Estas criticas parecen sugerir que incluso aquellas versiones que intentan desenterrar testimonios y memorias olvidadas o marginadas -tal y como se propone el articulo de Horizonte- son textos mediatizados que no pueden abarcar el referente historico en su totalidad. La reiteracion de éstas y otras cuestiones en tomo a la representabilidad de la realidad sugiere la importancia que la novela concede al proceso de representacién histérica, es decir, a1 proceso textual mediante el cual e1 acontecimiento se convierte en discurso. Curiosamente, la critica ha pasado por alto una cuestion cuya relevancia viene anticipada en el titulo -que no 5610 alude a1 proceso literario en si sino que también abre el interrogante sobre la autoria del mismo- asi como en los multiples relatos que tienen su tema principal en la lectura, escritura y reescritura de otros relatos o historias. Es por esta ausencia de analisis asi como por la importancia que el mismo titulo de la novela parece anticipar en tomo a la cuestion textual, que el siguiente capitulo quiere analizar 1a manera en que la obra trata la representacion historica como creacion textual, asi como sus efectos en el tratamiento de la autoridad discursiva. 48 Otros personajes legitiman, sin embargo, la version sobre Peron publicada en Horizonte. Es el caso de Nun Antezana (69). 45 1. El proceso textual como tema discursivo: Reflexividad, autorreferencialidad y metaficcion Las versiones historicas contenidas en la novela se caracterizan por estar incluidas dentro de otros relatos y por sernos ofrecidas a través de la lectura que diferentes personajes hacen de las mismas. Asi, por ejemplo, Peron relee su propia version, sus Memorias; Julio Peron, Nun Antezana, Diana Bronstein, y Mercedes Lonardi, entre otros, leen parte de la version publicada en Horizonte; y Zamora lee un fragmento del diario de Mercedes Lonardi asi como parte de la version de Augusto Maidana sobre su convivencia con Peron en Europa. Ademas, algunos de estos personajes no 5610 leen e1 texto sino que reflexionan y escriben su impresion o critica junto al mismo. El capitulo 15, por ejemplo, narra el viaje de Zamora en taxi hacia Ezeiza. Durante el trayecto, Zamora comienza a leer las hojas sueltas de documentos que Tomas Eloy Martinez le acaba de confiar para que reconstruya los afios de Peron en Europa. Dichas hojas contienen parte de la version de Maidana sobre su experiencia europea con el General durante la segunda guerra mundial. En el aspecto narrativo, destacan las anotaciones que aparecen a1 principio de cada fragmento de la versién de Maidana y que parecen ser obra de Eloy Martinez, a juzgar por algunos comentarios personales49 y por ser 6] la fuente proveedora de dichos documentos. Estas anotaciones no 5610 buscan esclarecer y comprobar 1a veracidad de las versiones histéricas recogidas, sino que también prestan particular atencion a los térrninos y la sintaxis empleados por las fuentes testimoniales. Si por una parte encontramos 49 . . . . , . . En una de estas anotacrones, su autor comenta tambien en paréntesns que ‘ Alguien, a1 cruzarse conmrgo en la calle, no me llamo' T omds sino Nucho, como a mi padre” (268). 46 anotaciones sobre el contenido de la version: “Las fuentes provienen todas del teniente coronel Maidana. Buscar otras” (269); por otra, aparecen reflexiones de caracter semantico y sintéctico: “(Desgrabacio'n. Averiguar que' quiere decir bunraku, en caso de que la palabra esté bien escrita)” (268), “Salvar las traiciones de la sintaxis” (275). Estas dos ultimas citas aluden a la importancia que la eleccion de términos asi como de orden y organizacion de ideas, tienen a la hora de narrar los sucesos. La reflexividad de dichas anotaciones parece querer destacar e1 papel que juega el proceso de construccion textual de un contenido. El relato donde mas destaca la presencia de un lector ficticio que examina el texto y su proceso de construccion, es el narrado bajo la perspectiva de Peron, donde el personaje relee, revisa y reescribe, el texto de sus Memorias.50 A 10 largo de este relato, el personaje reflexiona sobre el objetivo de la escritura de sus Memorias asi como sobre el impacto que tendra en los lectores. Son estas cuestiones las que le hacen revisar y modificar en ocasiones su texto. Peron actua aqui de lector de su propio texto, detectando aquellos “fallos” tematicos o estilisticos que pueden perjudicar su imagen. En este sentido, su lectura le provoca una serie de reflexiones que en ocasiones le llevan a modificar el texto de una forma u otra, bien sea reescribiendo o afiadiendo fragmentos - por ejemplo, reescribe y desarrolla el tema de sus antepasados remarcando su ascendencia escocesa-, bien desechando cierta informacion o estilo narrativo -como cuando decide eliminar algunos adjetivos afiadidos por Lopez Rega, como “ilustre”, 50 Keith McDuffie sefiala que “este libro no es solo una novela escrita por Tomas Eloy Martinez sobre la vida de Peron, sino que es a la vez la novela escrita por Peron, es decir, sus Memorias. Quiere crear una Memoria ideal que de’ su version de la historia argentina de los primeros setenta y cinco afios del siglo XX y de su propia figura y rol en esa historia: 0 sea, quiere crear una ficcion a base de la historia” (302). 47 “heroico” o “noble” (50), por idolatrar demasiado a la familia del General-,51 0 bien aceptando como verdadera y legitima la version que de su vida ha escrito o traducido su secretario. Asi por ejemplo, e1 General considera un acierto el que su secretario haya eliminado de sus memorias a buena parte de su familia con el objeto de no enturbiar su pasado familiar (58). En este sentido, el personaje elogia el poder de manipulacion historica de Lopez Rega, “con cuanto esmero e1 secretario ha reparado los deslices. Ha interpretado la historia verdadera: la que debio suceder, la que sin duda prevalecera” (55). Peron borra todos aquellos recuerdos que le son desagradables y los substituye con otros recuerdos fabulados que le inmortalicen. Pero si, por una parte, e1 General se muestra orgulloso de haber podido “gobemar a la historia” (186), de haberse valido de diferentes versiones o criterios opuestos como estrategia para explicar su trayectoria politica, y donde reconoce que “la exacta memoria de las cosas no es lo que importa, sino lo que uno aprovecha de ella: el color con que se la tifie” (58); por otra, Peron desarrolla un sentimiento de culpa por la manipulacion historica que llevan a cabo tanto él como su secretario y que le provocan temor y casi arrepentimiento. En cierta ocasion, el personaje escribe la version que le hubiera gustado escribir sobre su vida en el Colegio Militar (103-7) y la contrapone a la escrita por Lopez Rega, lo que le hace recapacitar que “debio mostrarse firme y ordenarle a Lopez que lo escribiera de aquel modo tan intimo: la familia, el desierto, tal como él lo sentia. Pero e1 secretario pensaba en la historia. Sea mas historico, mi General, (310 ve?, ponga un poco de marmol en el retrato. No se revele, no se dé a conocer. Una grandeza se hace de silencios” (107). En este sentido, la 5] 0 r “ u a o u u u , 0 Keith McDuffie sefiala como Peron a pesar de querer idealizar su historia, critica a veces las pagmas escritas por Lopez Rega porque le parecen demasiado idealizadas, 0 sea, inverosimiles. Como todo buen escritor de ficcion, reconoce cuando se sobrepasan los limites de la credulidad del lector” (302). 48 reflexividad mostrada por el personaje implica un reconocimiento de las estrategias retoricas y narrativas empleadas para construir el texto de las Memorias. Este reconocimiento del proceso de textualizacion dentro del relato sobre la revision y reescritura de las Memorias sugiere que hay un intento por denunciar la autoridad discursiva del metarrelato que son las Memorias, y la manipulacion historica de que hace uso su secretario, que incluso llega a incluirse en las mismas (109), y que a menudo relega al General a un segundo plano a la hora de confeccionar sus Memorias como el mismo protagonista reconoce: “Esta corrigiendo sus Memorias. O mejor dicho, va colocandose a si mismo en las Memorias que le ha escrito Lopez” (48). Este caracter reflexivo que Peron muestra ante su version historica a través de su comentarios o correcciones sirve, por un lado, para detectar el grado de manipulacion al que los personajes someten su version historica de acuerdo a unos intereses especificos y en consonancia con unas circunstancias historicas también precisas. En este caso, su interés -y el de su secretario- reside en legitimar su persona y su proyecto politico ante el pueblo argentino, al que ahora retoma. Por otro lado, el relato de la revision y reescritura historica sugiere la manipulacion implicita en el proceso de textualizar una serie de sucesos historicos, a través de la seleccion de unos hechos determinados y al darles una coherencia y un significado particular. Peron es consciente de ambos procesos: si por una parte reconoce su manipulacion historica, también se da cuenta de que su memoria esta siendo manipulada al convertirse en texto y que representa una version historica que viene determinada por las necesidades politicas del presente historico en que se escribe: “se pregunta si este después desde el cual esta narrandose no ha destruido ya para siempre e1 ayer donde las cosas ocurrieron” (114). E1 personaje se da cuenta en este 49 sentido de que esta siendo victima de un proceso narrativo que se escribe con frecuencia independientemente de e'l mismo: “Algo le falta a estas Memorias, Lopez. No sé qué puede ser. Ya los recuerdos que fueron a la Segunda Guerra no son mios. Los leo y me parece que siguieran viviendo por su cuenta” (253). Esta reflexion del personaje sobre la influencia del proceso textual en el contenido de su version historica se intensifica cuando el mismo personaje confiesa sentirse parte de una novela donde el texto dicta lo que esta por venir y no al contrario: “(Que drama viene ahora? gQué desgracias me traera e1 proximo capitulo?” (190). Esta reflexion se distingue, sin embargo, de las citadas anteriormente ya que puede interpretarse en dos niveles narrativos distintos. Por una parte, puede interpretarse como la incertidumbre del personaje ante e1 contenido de unas Memorias que en su mayor parte han sido confeccionadas y, por tanto, fabuladas por Lopez Rega. Por otra, estas preguntas pueden interpretarse como referentes a un nivel superior, a1 texto mismo que es la novela. De ser asi, Peron, consciente de su condicion de personaje y del poder discursivo del autor de la obra, se pregunta qué nuevos problemas le traera el proximo capitulo. Esta ultima interpretacion lleva la cuestion reflexiva y autorreferencial al nivel del suprarrelato. La existencia de otros ejemplos de autorrefencialidad con respecto a1 texto de la novela en si legitima la interpretacion propuesta arriba. Uno de los casos mas claros tiene lugar en el capitulo once, titulado “Zigzag”, que narra como se requisan las pertenencias de Nun Antezana y Diana Bronstein, entre ellas, recortes de los articulos sobre Peron publicados en Horizonte y cuyo capitulo quinto se narra a continuacion. Este metarrelato se enfoca en la época del entonces capitan Peron en la Escuela Superior de Guerra, en como conocio a la que seria su primera mujer, Aurelia -Potota- Tizon, y en las 50 circunstancias en tomo aI derrocamiento del presidente Hipolito Yrigoyen. A lo largo de la historia, e1 narrador salta a distintos tiempos para aclarar algunos detalles con respecto a las acciones o circunstancias en relacion con el relato sobre Peron. Uno de esos saltos temporales nos transporta a la primavera de 1970, donde una serie de individuos, entre ellos Tomas Eloy Martinez, interrogan a Peron sobre su intervencion en el golpe que acabo con el gobierno democratico de Yrigoyen en 1930. Estos “zigzagueos” temporales del articulo periodistico, que dan titulo al capitulo de la novela y no al metarrelato - titulado “Ya nunca mas seremos como éramos”- son sefialados por el narrador del relato de Horizonte en diferentes ocasiones. Destaca, sin embargo, la ultima mencion con la que el narrador concluye e1 capitulo quinto: “Fin del zigzag. Comienza un nuevo capitulo con musica del tango que Discépolo escribiria cinco afios después: Cambalache...” (223). Este comentario puede aplicarse a dos textos diferentes y a dos niveles enunciativos distintos: por un lado, a1 capitulo narrado por la revista y que alude a los zigzagueos temporales que se ha permitido el narrador para poder explicar al lector de Horizonte las distintas circunstancias en torno a Peron. Por otro, el comentario puede aplicarse a la misma novela ya que el “Fin del zigzag” puede referirse al término del capitulo once, titulado “Zigzag”, mientras que la referencia a “Cambalache” resulta ser el titulo no solo del siguiente capitulo de la biografia sino también del capitulo doce de La novela de Peron. Esta cita constituye uno de los muchos ejemplos donde se juega con la textualizacion en diferentes niveles narrativos y donde la obra muestra su sentido autorreferencial.52 52 Otro ejemplo puede encontrarse en el capitulo 9, durante una de las revisiones conjuntas que Peron y Lopez Rega llevan a cabo sobre las “Memorias”. Aqui el General le pide a su secretario que acabe con los paréntesis (177). Estas palabras pueden interpretarse nuevamente en dos niveles narrativos distintos: por 51 Tras la conclusion del articulo de Horizonte, aparece una “nota del oficial sumariante” donde se concluye que los textos requisados -los recortes del articulo periodistico- prueban “Ia ideologia extremista imperante en los cabecillas inculpados” (223). Como ejemplo de esta “ideologia extremista”, el sumariante reproduce las anotaciones que Diana Bronstein hizo al leer e1 articulo periodistico. Una de estas anotaciones es precisamente la que da titulo al articulo quinto de Horizonte, “ya nunca mas seremos como éramos”, y del que Diana comenta que es un “Rebusque plagiado de Las Alas de la Paloma. Henry James, frase final” (223). Esta anotacion resulta muy importante por varios motivos. Por una parte, nos indica la apropiacion que hace Peron de ciertas frases, ideas 0 citas, algo que por otra parte el mismo Peron reconoce en diversos momentos. Por otra parte, y tras leer el resto de la novela, nos damos cuenta de que esta cita no solo ha sido empleada por Peron u otros personajes sino por el mismo narrador en tercera persona de la novela -en las paginas 183, 210, 213 y 355-, lo que sugiere que este mismo narrador esta “plagiando” y que el autor de la obra elige estos “plagios” conscientemente. El motivo de jugar con esta cita plagiada es, en nuestra opinion, el de retar al lector a descubrir estrategias narrativas o tematicas utilizadas en diferentes niveles discursivos para mostrar el proceso de apropiacion y resemantizacion de que es susceptible todo discurso y, de esta manera, relativizar la jerarquizacion de relatos considerados como literarios o historicos. Otro ejemplo de apropiacion discursiva en diversos momentos de la novela y por distintos sujetos enunciativos lo proporciona la aplicacion de la frase “Ya nunca mas seremos (seriamos) como éramos” a varios momentos criticos de la historia argentina. La primera cita es obra de Peron quien, en su una parte, aluden a los vacios historicos que Peron ha dejado en sus Memorias; por otra, pueden aludir a los paréntesis -a las marcas textuales- que el narrador del relato sobre esta revision ha empleado también. 52 version del golpe de estado a1 presidente Yrigoyen, asegura que “el 6 de setiembre de 1930 murio una Argentina y otra ocupo su lugar. Cual era mejor lo dira la historia. Pero aquel dia fue como la linea que trazo el conquistador Pizarro sobre la arena, en su marcha hacia el Peru. Una linea sin regreso. Ya nunca mas seriamos como éramos” (183). La segunda mencion no es obra de Peron, sino que da titulo al capitulo quinto de Horizonte, “Ya nunca mas seremos como éramos”, donde se narra la entrada de Peron al cuerpo militar (210 y 213). Ademas de la resemantizacion que de la frase de Peron lleva a cabo el diario, llama la atencion el que dicho titulo se mencione dos veces y el que se ofrezcan dos comienzos ligeramente diferentes a dicho capitulo. Por una parte, Nun Antezana se adentra en las paginas de un quinto capitulo que comienza asi: “Cierto domingo de 1922. . .” (210); por otra, se reproduce el capitulo quinto de Horizonte en su totalidad tras e1 requisamiento de las pertenencias de Nun y Diana. En esta ocasion, e1 capitulo comienza de la siguiente manera: “Un domingo de 1922, ...” (213). Aunque minimo, este cambio en el comienzo del capitulo biografico parece querer llamar nuevamente la atencion sobre la arbitrariedad del significante con respecto a su referente. La ultima mencion de la frase “Ya nunca mas seremos como éramos” (355) cierra precisamente la novela y es pronunciada por Zamora para destacar el momento de transicion politica que tiene lugar tras la muerte de Peron. Esta aplicacion de un discurso a diferentes contextos y por distintos sujetos de la enunciacion deja de manifiesto 1a importancia del juego intertextual y reflexivo en la novela. Por ultimo, las anotaciones de Diana exponen nuevamente el caracter reflexivo del texto, donde Diana juega el papel de lectora y descubre las mismas estrategias que nosotros, los lectores reales, buscamos. El personaje reflexiona, al igual que nosotros, sobre lo que lee y detecta, en este caso, el plagio de 53 Peron. Ademas, a la reflexion de Diana sobre el texto de Horizonte, hay que sumarle las anotaciones del oficial que requisa la revista y que denuncian el caracter subversivo de las notas escritas de Diana (223). La frecuencia con que la novela se va desdoblando en diferentes relatos que a su vez van siendo analizados en progresivos niveles narrativos y por distintos personajes sugiere la importancia de la relectura de historias como proceso de resemantizacion de un discurso dado -y que viene dado, por ejemplo, a través de la cuestion del plagio-, como modus operandi de la obra. El tono reflexivo y autorreferencial se incrementa con la inclusion del propio autor como personaje de la novela. Primero hay varias menciones (185; 220) a la entrevista grabada que Eloy Martinez le hizo a Peron en 1970 y de la que se reproduce parte en las paginas 185 y 186. Pero es en el capitulo catorce, titulado precisamente “Primera persona”, donde e1 personaje lleva a cabo una serie de reflexiones que pueden extrapolarse al contexto y experiencias del autor y que explican algunos de los factores que motivaron la escritura de La novela de Peron. Dicho capitulo narra la entrevista que Tomas Eloy Martinez mantiene con el periodista Zamora en el diario La Opinion en Buenos Aires, el mismo dia del regreso de Peron, el 20 de junio de 1973. Durante esta entrevista, Martinez 1e refiere a Zamora parte de las conversaciones entre e'ste y Peron, y le confiesa que HE CONTADO MUCHAS VECES ESTA HISTORIA, pero nunca en primera persona (. . . .). Voy a seguir contandole todo en primera persona porque ya es hora de que las mascaras bajen la guardia, Zamora. El periodismo es una profesion maldita. Se vive a través de, se siente con, se escribe para. Como los actores: representando 54 ayer a un guapo del novecientos y anteayer a Peron. Punto y aparte. Por una vez voy a ser e1 personaje principal de mi vida. No sé como. Quiero contar 10 no escrito, limpiarme de 10 no contado, desarmarme de la historia para poder armarme a1 fin con la verdad. (259-60) Estas palabras pueden interpretarse o aplicarse a dos niveles enunciativos diferentes: por una parte, pueden interpretarse como que Tomas Eloy Martinez, como personaje y actante dentro del relato, critica esa objetividad del periodismo convencional que le ha impedido durante mucho tiempo participar en la interpretacion de los hechos transforrnados en noticia. Dicha reflexion sobre su papel como periodista resulta en su decision de participar mas activamente en la narracion de su relato periodistico, aportando un tono mas testimonial a sus reportajes. Por otra, estas palabras pueden interpretarse como que el autor, en su calidad de novelista, ha contado esta historia muchas veces pero siempre a través de entes ficticios, de personajes, por lo que ha decidido introducirse a si mismo en el relato y contar la historia en primera persona. En ambos casos, esta frustracion con respecto a la verdad historica que el Eloy Martinez- personaje revela a Zamora es una cuestion muy presente para el autor y ha sido reiterada por éste en diversas ocasiones. Concretamente, Tomas Eloy Martinez 10 ha explicado en su articulo “Ficcion e historia en La novela de Peron”, articulo que asegura se vio obligado a escribir debido a los malentendidos que la novela levanto entre los argentinos a raiz del titulo y de la doble carga historica y ficticia de la misma. Eloy Martinez alude a 55 . , . , . 5 . , . . . . , . esta frustramon periodistica 3 en dicho articulo y justifica las dOSlS de ficcron inyectadas en la obra a partir de las “ficciones” que supuestamente el mismo Peron construyo a1 ser entrevistado por el autor: Mientras escribia la novela, me dije que, habiendo publicado yo unas memorias canonicas a las que Peron habia sembrado de falsedades, gpor qué no fabricar también otras memorias igualmente verosimiles pero novelescas, en las cuales yo, como narrador, podia entablar un duelo de versiones narrativas con el personaje de Peron? La falsedad de una version (la mia) tomaria mas evidente aun la falsedad de la version ofrecida por el personaje historico. (44) Segun esta declaracion y por lo que se deduce también de la novela, Tomas Eloy Martinez parece entremezclar sucesos reales con sucesos ficticios o posibles -pero no historicamente demostrados o demostrables- para que el lector los contraponga y cuando menos dude de la veracidad de aquellos datos que siempre ha creido verdaderos. El tono reflexivo y autorreferencial con que el autor se refiere a si mismo y a su novela, sirven 53 La carrera periodistica de Tomas Eloy Martinez es extensa. En Buenos Aires, fue critico de cine del diario La Nacion (1957-61) y jefe de redaccion del semanario Primera Plana (1962-69). Entre 1969 y 1970 fue corresponsal de la editoral Abril en Europa, con sede en Paris, y luego director del semanario Panorama (1970-72). Dirigio el suplemento cultural del diario La Opinion (1972-75). Entre 1975 y 1983 vivio exiliado en Caracas, donde fundo El Diario de Cara_cg, del que fue director de redaccion (1979). En 1991 participo en la creacion del diario Siglg 21 de Guadalajara, México, y creo el suplemento literario “Primer Plano” del diario Pagina/ 12 de Buenos Aires, que dirigio hasta agosto de 1995. Desde mayo de 1996 es columnista permanente del diario La Nacion de Buenos Aires y de The New York Times Syndicate. que publica sus articulos en doscientos diarios de Europa y las Américas” . 56 para que el lector se dé cuenta de los distintos niveles y de las diferentes maneras en que puede contarse una historia. Al mismo tiempo, problematiza y cuestiona la legitimidad de todo texto que pretenda recoger los sucesos del pasado y mostrarlos como la “verdad historica”. Para conseguir e1 efecto propuesto y relativizar la univocidad del texto historico y de la misma novela, “el texto se desdobla sobre si mismo, se explica a si mismo, porque ese desarmarse de la historia es escribir 1a novela que incluye estas palabras. El mismo texto es ese intento de armarse con la verdad, pero con una verdad personal que lo llevara a desempefiar el papel protagonista” (Ganduglia 289). A excepcion de Silvia Ganduglia -que escuetamente ha aludido a la cuestion- ningun critico ha observado el grado en que la novela reflexiona sobre el proceso de escritura y se desdobla sobre si misma y, sin embargo, resulta esencial para la comprension del mensaje de la obra. Esta autorreferencialidad de la que hablamos encuentra su mejor definicion en el término metaficcion. Cabe recordar que Patricia Waugh describe 1a metaficcion como “a term given to fictional writing which self- consciously and systematically draws attention to its status as an artifact in order to pose questions about the relationship between fiction and reality” (Metafiction, 2). Es decir, la metaficcion expone el proceso de escritura dentro del texto literario. En el caso de Q novela de Peron. no solo encontramos la construccion de un relato dentro de otro -por ejemplo, e1 metarrelato de las “Memorias oficiales” incluido dentro del relato sobre la revision y reescritura de dichas “Memorias”- sino que, como hemos visto, a través de diversos relatos encontramos alusiones al texto en su totalidad, a la novela. Linda Hutcheon denomina metaficciones historiogrdficas a este tipo de obras que, al incorporar e1 proceso de escritura dentro del relato, sugieren la condicion mediatizadora de todo 57 texto, lo que conlleva una serie de implicaciones con respecto a la textualizacion de todo suceso historico. Hayden White elabora la teoria adoptada por los historiadores modernos de que el discurso narrativo no es una forma neutra sino que posee ya un contenido anterior a su actualizacion verbal o escrita (Content of the Form. xi). Este contenido entrafia una serie de decisiones de caracter ontologico y epistemologico -como por ejemplo, qué datos son seleccionados, cuanta historia se quiere abarcar- que a su vez vienen determinadas por cuestiones ideologicas -como el criterio metodologico empleado 0 el tipo de lector a quien va dirigido el texto. De este modo, y en contraste con la nocion de la historiografia tradicional basada en la correspondencia entre e1 referente historico y su representacion verbal o textual, e1 discurso historico es hoy dia considerado, al menos por los historiadores modernos y la critica posmodema, como una construccion lingiiistica que somete los datos a un proceso de seleccion, organizacion y modificacion, que no se corresponde con el referente real ya que el mero proceso selectivo implica la imposibilidad de abarcar todos los matices de dicha realidad. Linda Hutcheon emplea el término “narrativization” -también el de “narrative emplotting”- para referirse a1 proceso mediante el cual ciertos datos historicos son escogidos y sobre los que se impone un orden y una linealidad para poder ser textualizados (Politics of Postmodernism. 66-7). Es en este sentido que la metaficcionalidad pone de relieve e1 proceso interpretativo de la representacion historiografica, ya que “knowing the past becomes a question of representing, that is, of constructing and interpreting, not of objective recording” (Politics, 74). Como el mismo Tomas Eloy Martinez ha comentado, “ningun hecho revela la plenitud de su verdad cuando se convierte en lenguaje” (“Ficcion e historia”, 45). E1 58 elemento metaficcional sirve asi para llamar Ia atencion sobre la condicion textual de aquello que el lector esta leyendo.54 Esta condicion textual conlleva, al mismo tiempo, una serie de implicaciones sobre la mediatizacion de todo texto que afecta a todos los géneros narrativos, inclusive e1 historico,55 y que problematiza la cuestion genérica. II. El tratamiento de la cuestion genérica en La novela de Peron Ya hemos visto como la novela se vale de nurnerosas estrategias narrativas para exponer los elementos comunes de la base textual que caracteriza al género historico asi como al literario. Pero esta problematizacion que lleva a cabo la novela del proceso textual no afecta solo al status genérico de los discursos historico y literario, sino a otros que también tiene por objeto la narrativizacion de sucesos historicos, como es el caso del género periodistico. Dentro de la obra, el relato que mas se acerca al ge’nero periodistico es el articulo, con carécter biografico y testimonial, publicado en Horizonte. Sin embargo, este articulo periodistico se caracteriza por emplear un estilo narrativo mas cercano a aquel utilizado en el género de novela, a juzgar por la serie de estrategias narrativas empleadas. Dicho estilo guarda semejanzas importantes con aquel desarrollado por el 54 El interés por el juego entre historia y ficcion parece llevar en ocasiones al uso del concepto de “historia” en circunstancias donde dicho término puede ser interpretado en sus dos concepciones. Un ejemplo puede encontrarse en el capitulo décimo, donde Nun Antezana confiesa a Zamora que él asesino al general Aramburu pero le advierte que nunca podra escribirlo: “Si 10 hicieras, Zamora, seria tu fin. Te quedarias sin familia. Se acabaria tu historia” (191-92). El uso de “historia” puede interpretarse por una parte como proceso historico y, por otra, como el proceso mediante el cual un hecho es transformado en relato (“story”). En este sentido, e1 autor acerca e1 concepto de “historia” al concepto de relato, donde se han hilvanado unos sucesos o acciones: “story”. Este paralelismo que el autor propone deja de manifiesto su interés por mostrar como el proceso historico y el proceso de “historiar” connota su estructura de seleccion, organizacion y fonnatizacion de una serie de hechos o datos. Como afirrna Ganduglia: “Tanto la historia como la ficcion tratan de dar una imagen verbal de la realidad y utilizan sustancialmente las mismas estrategias en la composicion de sus discursos” (271). 59 llamado “new journalism” -algunos criticos lo definen simplemente como “experimentation of fictional techniques in reporting” (Hollowell 154)- y del que Tomas Eloy Martinez constituye precisamente uno de los ejemplos mas representativos en Argentina.56 Esta nueva forma de hacer periodismo, desarrollada en los sesenta en Estados Unidos, se diferencia del periodismo convencional en una serie de puntos basicos, entre los que destaca eI abandono de un estilo de narrar objetivo, que solo recoge los hechos y la version oficial y que no cuestiona las circunstancias del suceso ni ahonda en la psicologia de los personajes involucrados. Este “nuevo periodismo” se caracteriza también por hacer uso de una serie de técnicas estilisticas y narrativas tipicas del discurso literario mediante las cuales el periodista “attempts to reconstruct the experience as it might have unfolded” (Hollowell 25). Dentro de los recursos narrativos comunmente empleados por el nuevo periodismo, destacan la reconstruccion y descripcion completa del desarrollo de la historia asi como el uso de un estilo narrativo mas interiorizado donde a menudo se le describe a] lector una escena a través de los ojos de un personaje concreto y donde incluso se recurre a veces a1 uso del monologo interior (Hollowell 26-29).57 El relato de Horizonte comparte muchos de los elementos y técnicas narrativas empleadas por el new journalism, comenzando por un estilo narrativo internalizado a través del uso del estilo indirecto libre, que permite una vision del personaje “desde adentro”, ya que el narrador crea Ia ilusion de acceso a la interioridad del personaje en 56 r I I I I , - , Tomas Eloy Martinez aboga por un periodismo “personalizado’ , donde “la narracron, el relato, es el camino que atrapa al lector de un modo mas rapido e inmediato” (El espectador, 16). 57 Tom Wolfe describe su primera incursion en esta nueva practica periodistica de la siguiente manera: “Lo que me intereso no fue solo e1 descubrimiento de que era posible escribir articulos muy fieles a la realidad empleando técnicas habitualmente propias de la novela y el cuento. Era eso... y mas. Era el descubrimiento de que en un articulo, en periodismo, se podia recurrir a cualquier artificio literario, desde los tradicionales dialoguismos del ensayo hasta el monologo interior y emplear muchos géneros diferentes simultaneamente, o dentro de un espacio relativamente breve... para provocar a1 lector de forma a la vez intelectual y emotiva” (El Nuevo Periodismo, 26). 60 cuestion, Peron en este caso: “Se iba. Desertaba. Perdia la beca, el destino. Dejaba de ser nadie para empezar a ser nada” (156). Este estilo narrativo interiorizado y omnisciente, contrasta con el tipo de focalizacion empleada por el periodismo convencional,58 que suele ser 0 una focalizacion externa, en la que se da una vision desde afuera -aunque lo mas completa posible-, o bien una focalizacion interna, donde el narrador es el testigo, que cuenta su historia tal como él la vio y la vivio. En la biografia de Horizonte, sin embargo, abunda la narracion de escenas que dificilmente han podido ser proporcionadas por testigos -tal y como afirrna el titulo del articulo- y que, sin embargo, son contadas como si el narrador las hubiera presenciado 0 el mismo Peron se las hubiese relatado. Asi por ejemplo, cuando Peron se reune con su padre tras haber sido nombrado subteniente a finales de 1913, el narrador cuenta como “a Juan Domingo le parecio que, en vez de andar buscando una vida nueva, el padre queria inventar una ciudad donde se perdieran todas sus vidas pasadas” (165). Ademas, e1 narrador afiade comentarios propios e informacion no conocida por el protagonista, actuando asi como el tipico narrador omnisciente en tercera persona: “Tenia poco mas de veinte afios y no le importaban demasiado los dobleces del azar 0 de la historia. No sabia que un hombre con Ios espacios cambiados puede perder en cualquier momento su centro de gravedad” (168).59 Esta intromision del narrador en la historia es otro de los aportes del nuevo periodismo, que aboga por una mayor participacion e involucracion del periodista con respecto de la 58 Wolfe comenta como la recopilacion de material informativo se vuelve mucho mas exhaustiva para estos “nuevos periodistas”: “Las facetas mas importantes que se experimentaban en lo que a técnica se refiere, dependian de una profundidad de informacion que jamas se habia exigido en la labor periodistica. solo a través del trabajo de preparacion mas minucioso era posible, fuera de la ficcion, utilizar escenas completas, dialogo prolongado, punto de vista y monologo interior. Con el tiempo, yo y otros fuimos acusados de ‘metemos en la mente de los personajes’ . .. iPero si de eso se trataba!” (Nuevo Periodism_o, 35). 59 Otro ejemplo de este estilo poético donde el narrador muestra su omnisciencia: “La Gran Guerra se disponia a ensangrentar la historia. Juan Domingo no lo sabria de veras sino mucho después” (167). 61 noticia. Asi por ejemplo, y como si de una novela se tratara, el narrador interrumpe la narracion para explicar ciertas cuestiones sobre la historia relatada a la vez que llama “he'roe” a1 protagonista: “Quiza tanto zigzag en la vida de nuestro he’roe desoriente a1 lector. Como en la historia se avecinan hechos de indole militar (go tal vez politica?): se avecinan inundaciones donde aguas de las mas variadas especies habran de confundirse, parece prudente hacer un alto y recordar ciertos detalles de interés. . .” (218). La autoridad del narrador no solo se ve en el hecho de que seleccione la informacion, los “detalles de interés”, que debe mostrarse al lector, sino también en sus reflexiones personales que, en ocasiones, aparecen entre paréntesis: “Recogeremos solo el desnudo dialogo donde las voces se entremezclan y rearman el pasado (ese pasado) tal como fue” (220). En esta ultima cita, e1 narrador reconoce primero que ha seleccionado una cierta cantidad de datos y mas tarde afiade su comentario entre paréntesis, “(ese pasado)”, para destacar que se trata 5610 de una version historica particular que interpreta los hechos del pasado. Esta aclaracion en paréntesis del narrador de Horizonte que, en apariencia no parece tener mas importancia, revela en realidad uno de los aportes mas significativos del new journalism. Aquel en que el periodista no 5610 decide incluir sus propios juicios y reacciones ante la realidad hecha noticia, sino que lo hace en parte para poner de manifiesto el caracter subjetivo implicito en cualquier texto periodistico: “The new journalist’s stance is often openly critical of the powerful interests that control the dissemination of the news. By revealing his personal biases, the new journalist strives for a higher kind of ‘objectivity’. He attempts to explode the myth that any report can be objective by freely admitting his own prejudices” (Hollowell 22). En este sentido, estos elementos del nuevo periodismo que se encuentran presentes en el relato periodistico de Horizonte también presentan un 62 caracter reflexivo que, de manera similar a los textos metaficcionales, muestran al lector el caracter selectivo -cabe recordar la intromision del narrador cuando aclara que se trata de “(ese pasado)”- y, por tanto, subjetivo y limitado de la version ofrecida. Este seleccion de contenido y estilo novelesco que denuncia el texto de Horizonte es también detectado por personajes dentro de la novela y que en ocasiones funcionan como lectores. Es el caso de Mercedes Lonardi, quien tacha el articulo biografico de chismografia tras leer fragmentos como el siguiente: “1937: Nuestro héroe ha conquistado Chile (. ...)” (229). Este tipo de lenguaje “novelizado” y el tono mediatizado y grandilocuente de éste y otros fragmentos del articulo, crea una imagen magnificada y mitificada de la figura de Peron que provoca los reproches de Mercedes Lonardi a Zamora sobre la falta de seriedad y objetividad de los periodistas en su reconstruccion historica: “gAsi, con esta clase de harapos, escriben la historia ustedes: los periodistas?” (234). For otra parte, algunos personajes reconocen o comentan la seleccion de informacion historica que el articulo lleva a cabo. Asi por ejemplo, Maria Amelia, prima de Peron, accede a contar sus recuerdos sobre Peron porque “contaba con la promesa formal de que no se ofenderia la memoria de su padre, Tomas Hilario Peron, cuyo suicidio en una farmacia de la calle Cerrito aun daba qué hablar de vez en cuando. Nos entregaran las fotos que han descubierto, Julio: las pericias policiales. Yo voy a ir, si tal precio debo pagar para dorrnir tranquila” (39). Nuevamente, la novela ofrece pistas sobre como aquellos textos que en teoria deben ajustarse a una mayor objetividad y que en un principio se proponen buscar toda la verdad sobre una figura o suceso -tal y como proclama el director de Horizonte- seleccionan aquella informacion que mas les interesa 63 ofrecer, con lo que vuelve a exponerse la similaridad entre el género periodistico y otros géneros narrativos. Parece, pues, haber una tendencia hacia el empleo de elementos estilisticos caracteristicos del género literario en relatos como las “Memorias oficiales”, cuyo fin es crear una imagen idealizada del protagonista, como en aquellos que no estén sujetos a la objetividad y fidelidad historica pero que aun poseen un caracter historico como podria ser el diario de Mercedes Lonardi, como cuando se trata de un relato periodistico, como es la biografia de Peron publicada en Horizonte. Aunque el uso de las estrategias discursivas y de contenido en este relato resulta algo desmesurado y desemboca en un tono altamente mediatizado, dichos recursos sirven en cualquier caso para mostrar su condicion textualizada y los lazos discursivos comunes entre e1 género periodistico y el historico 0 el literario. El que compartan este elemento narrativizador sugiere que tanto un género como otro va a seleccionar una serie de sucesos, les va a dar un orden y un formato, que a su vez vendran determinados por el bagaje socio-idelogico del escritor, por el tipo de lector a quien va dirigido y por el tipo de reaccion que se pretende provocar en dicho lector. Cabe recordar la reflexion que sobre el género periodistico introduce el autor en el capitulo catorce, al tiempo que se introduce a si mismo como personaje. En dicho capitulo, Tomas Eloy Martinez le confiesa sus frustraciones como periodista a Zamora. Unas frustraciones fruto de las contradicciones historicas que segun e1 personaje surgieron tras sus entrevistas con Peron en 1966 y 1970, y que le hacen reconocer que “Creo conocerlo bien y sin embargo llevo mas de siete afios desconociéndolo” (259). 64 Estas declaraciones se corresponden con aquellas expresadas por el autor,60 quien resolvio emprender otro tipo de aproximacion textual a la figura de Peron y adoptar otro tipo de registro linguistico -el literario-, tras la imposibilidad de esclarecer la informacion con respecto a la figura del ex dictador. La reflexividad y el tono autorreferencial de Eloy Martinez con respecto a si mismo y a su novela parecen expresar la idea de las limitaciones que en cuanto a contenido y forma impone el género periodistico -al menos el periodismo convencional- y que impiden quizas una mayor indagacion historica por parte del autor. Hay, pues, un interés por mostrar las limitaciones del género periodistico y su similaridad con otros géneros narrativos. La problematizacion que sobre el discurso periodistico parece llevar a cabo la novela contrasta con la opinion de Maria Uzin,“ para quien Tomas Eloy Martinez se aprovecha del estilo legitimado del discurso periodistico a la hora de cuestionar las distintas versiones de la realidad ofrecidas por otros géneros. En nuestra Opinion, el autor parece hacer lo contrario: no pretende subordinar unos géneros o discursos a otros sino que busca ponerlos al mismo nivel a1 mostrar los elementos comunes de que se valen para construir sus historias. Si hay algun tipo de discurso al que se le concede preponderancia por encima de los demés e'se es el literario62 y, en cualquier caso, e1 autor no se vale de un registro periodistico legitimado sino que, a la manera del nuevo periodismo, introduce recursos tipicos del discurso literario dentro del discurso Declaracnones expresadas en su articulo Ficmon e hlStOl‘la en La novela de Peron”, (44-50). 6' Maria Magdalena Uzin. “La novela como encrucijada de géneros y discursos”. Calibar Sin rastros. Aportes para una historia social de la literatura argentina. Cérdoba, Argentina: CONICET, 1996. En su articulo sobre la novela, Tomas Eloy Martinez subraya la libertad que la novela ofrece al escritor en contraste con las limitaciones del biografo 0 e1 historiador: “ningun hecho revela la plenitud de su verdad cuando se convierte en lenguaje. De alli que los biografos y los historiadores afioren la libertad con que trabaja el novelista, la facilidad con que el novelista ilumina los pensamientos mas secretos de un personaje y lo desenmascara atribuyéndole una frase definitiva (...). El punto de partida de un biografo es, fatalmente, 1a aceptacion de su fracaso. Ninguna vida puede ser escrita, ni siquiera la propia vida” (45). 65 periodistico, lo que resulta en el desdibujamiento de las lineas divisorias entre ambos géneros narrativos. Asi pues, la problematizacion que del proceso textual lleva a cabo la novela no afecta 5610 al status genérico de los discursos historico y literario, sino a todo discurso narrativo. Aunque las estrategias teméticas y narrativas comunes a algunos relatos delatan una autoridad discursiva fuerte, creemos que el texto deconstruye mayormente su propia autoridad a1 usarla como estrategia discursiva para denunciar precisamente dicha autoridad."3 Esta cuestion funciona en varios niveles narrativos. Por una parte, la reflexividad mostrada por el personaje de Peron con respecto del texto de las Memorias implica un reconocimiento de las estrategias retoricas y narrativas empleadas para construir dicho texto. Este reconocimiento del proceso de textualizacion dentro del relato sobre la revision y reescritura de las Memorias sugiere que hay un intento por denunciar 1a autoridad discursiva del metarrelato que son las Memorias. Por otra parte, y a nivel del suprarrelato, la novela se vale de ciertos recursos narrativos que buscan dirigir la mirada del lector hacia algun aspecto tematico o discursivo concreto. A las alusiones al texto mismo o la repeticion de frases en diferentes relatos, hay que sumar unas cuantas y 64 asi como el orden aisladas intromisiones de un narrador omnisciente en tercera persona, de los relatos yuxtapuestos y los titulos de los distintos capitulos, que adelantan el tema a tratar o incluyen algun tipo de posicion ideologica o comentario sobre dicho tema. Es e1 63 Raymond L. Williams comenta que “the cultural phenomenon of postmodernism is contradictory, for it installs and then subverts the very concepts it challenges” (The Postmodern novel, 10). Es decir, la metaficcion trata de subvertir la tradicional autoridad de un discurso dado valiéndose precisamente de otro discurso autoritario. 64 Un ejemplo de intromision narrativa aparece en el capitulo sexto: “(Zamora escribio en Horizonte, por aquellos dias, un articulo cenagoso, de prosa tan intricada que nadie le presto atencion. Aludia indirectamente a Cémpora. En verdad era -como todo lo suyo- una reflexion autobiografica. El lector puede pasarlo por alto. El novelista no” (96). A continuacion, se reproduce parte de dicho articulo. 66 caso del capitulo quinto titulado “Las Contramemorias”, donde el narrador (o compilador) anticipa al lector e1 caracter subversivo de la version historica ofrecida en dicho capitulo. Estos recursos que denotan una autoridad discursiva parecen, sin embargo, funcionar para que el lector participe activamente en la comprension del texto y capte estos recursos, detecte estas pistas para reconocer las conexiones entre los distintos relatos, en particular la condicion textual y autorreferencial de los mismos y que apunta a la condicion mediatizada y parcial de todo discurso. Esta autoridad discursiva busca, por lo tanto, ser “descubierta” por el lector, en contraste con la autoridad discursiva que suele distinguirse en otros textos y que busca pasar desapercibida. La muestra del caracter autoritario y mediatizado de todo texto, incluido el historico, problematiza aun mas las dos cuestiones principales planteadas en el titulo a causa de la yuxtaposicion de los términos “novela” y “Peron”: la relacionada con el grado de veracidad historica de 105 relatos constituyentes de la obra, y el marco genérico. Estos dos interrogantes crearon tal confusion en los lectores y la critica que el autor, como ya mencionarnos, se vio obligado a escribir su articulo “F iccion e historia en La novela de Mn” para despejar dudas sobre la naturaleza del texto. Con respecto al género de la obra, Eloy Martinez aclara que “La novela de Peron no es una fabula de no ficcion, ni una contribucion herética a1 nuevo periodismo, sino lisa y llanamente una novela poblada por personajes historicos, muchos de los cuales estén todavia vivos” (42). En cuanto a la cuestion de la veracidad historica, ya hemos visto la problematizacion que la novela lleva a cabo de esta cuestion y que viene anticipada en el primer epigrafe. Dicho epigrafe, extraido del prefacio de Paris era una fiesta de Ernest Hemingway, invita a1 lector a considerar el libro como una obra de ficcion ya que 67 “siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficcion deje caer alguna luz sobre las cosas que antes fueron narradas como hechos” (7). Tomas Eloy Martinez explica esta cita en su articulo: “Puesto que las palabras son convenciones, y el modo en que ordenamos los hechos también es convencional, un escritor puede violentar ese conjunto de convenciones y, situandose en el otro lado, en el lado de la imaginacion y de la fabulacion, descubrir algunas construcciones de la verdad mas legitimas aun que las construcciones fundadas en las viejas relaciones racionalistas de causa a efecto” (45). Esto sugiere, al igual que el epigrafe, la idea de replantear los limites impuestos a los géneros historico y literario y propone que le demos mas margen al género literario pues puede sugerir otras vias para acceder al conocimiento del pasado.“ Es asi quizas como podemos explicar el énfasis en mostrar ciertos elementos comunes a distintos géneros narrativos para tratar de desdibujar las lineas divisorias entre ellos. Este planteamiento de la novela enlaza con la tendencia que segun Edgardo Berg esta teniendo lugar “en el horizonte cultural de las ultimas décadas” y donde “asistimos a un verdadero estallido o continua desestabilizacion de los géneros puros y sin mezcla, a una profunda refiguracion de las formas narrativas canonicas que hacen imposible pensar en categorias fijas y estables” (97). En este sentido, la novela no intenta ofrecer soluciones ni respuestas a 65 La idea de que el texto sigue escribiéndose en la realidad es ejemplificada por el autor en su articulo: “Al llegar al mausoleo, el anciano mayor me tomo del brazo y me dijo: ‘Yo rescaté a Evita de la tumba donde la tenian escondida, en Milan. Evita es mia.’ Lo miré fijamente. Era en verdad Osinde, y aquellas palabras eran las mismas que yo habia puesto en su boca, en una novela que él no podia haber leido. En ese instante supe, de una vez para siempre, que si bien la historia nace de la realidad, hay ciertas realidades que solo pueden nacer de la ficcion” (49). For otra parte, un ejemplo de la influencia que La novela d9 Peron ha ejercido en la realidad es la invencion de la frase que Evita le dirige a Peron “Gracias por existir” y que se repite a lo largo de la novela. Martinez comenta como la frase fue incluida posteriormente en dos biografias y en otra novela. Ademas, la frase ha entrado a formar parte de las citas famosas de Peron que, grabadas en una placa de marmol, recoge el Museo de Peronismo de Buenos Aires. El autor escribio un articulo explicando e1 caracter fabulado de la frase pero los peronistas continuaron defendiendo que Evita realmente pronuncio aquellas palabras. (Bach 18-9). 68 ninguna cuestion sino que esta mas interesada en problematizarlas para que observemos todos los matices y detalles que hacen imposible una vision total y unica del problema, en este caso, del problema de la representacion historica. El tratamiento de la representacion historica y de la cuestion genérica en Q novela de Peron puede delimitarse con mayor claridad si se la compara a una obra posterior de Tomas Eloy Martinez, Las memorias del General. Esta obra, publicada en 1996, tiene como punto de partida la entrevista que el autor mantuvo con Peron del 26 a1 29 de marzo de 1970 y cuya version aprobada aparecio en el semanario Panorama el 14 de abril de 1970. Los vacios historicos dejados por Peron, las intromisiones de Lopez Rega en el testimonio del General, asi como las contradicciones entre la version “oficial” y aquellas aportadas por testigos y documentos, llevan al autor a escribir una reconstruccion historica que contiene muchos de los datos y versiones recogidas en sus largos afios de investigacion historica en tomo a la figura de Peron. De esta manera, a la version “oficial” de las memorias que se publico en Panorama y que esta incluida al final de la obra, Tomas Eloy Martinez afiade la transcripcion de los siete cassettes grabados en sus cuatro dias de entrevista con Peron y Lopez Rega. Este texto titulado “Las memorias de Puerta de Hierro” no 5610 separa las voces de Peron y Lopez Rega -ya que las numerosas intervenciones del secretario hacen necesario el uso de la letra bastardilla para “evitar las confusiones de un yo que se encarama sobre otro” (15)-, sino que incorpora “todos los documentos y entrevistas que Peron no quiso comentar, asi como otras investigaciones posteriores a su muerte” (15). Al texto de las memorias, 1e sigue un apartado titulado “Documentos” y que, como su titulo indica, aporta distintos tipos de documentacion que o bien completan Ios vacios dejados por las memorias oficiales o bien 69 aportan algun dato que contradice en algun punto la version oficial de la vida de Peron. Entre los documentos se encuentran el acta de casamiento de los padres de Peron, numerosos testimonios de familiares y allegados al General en algun momento de su vida, fragmentos de archivos sobre propiedades de la familia o algun colegio a1 que asistio el General, y varias cartas entre Peron y el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. A estos textos Eloy Martinez afiade una serie de viejos ensayos en torno a Peron, Lopez Rega, 0 al régimen de terror que siguio a su muerte, unos ensayos que en el momento de su publicacion fueron tergiversados y que ahora el autor reproduce en su forma original: “Dias de exilio en Madrid”, que trata sobre la llegada de Peron a Madrid y sobre el proceso de adaptacion a su vida en Espafia; “Ascenso, triunfo, decadencia y derrota de José Lopez Rega” -texto que fue publicado en La Opinion de Buenos Aires, el 22 de julio de 1975-, que gira en torno al creciente poder del secretario de Peron. Ambos textos nacieron como fragmentos de la biografia que el autor empezo a escribir en 1974 y, como afirma el autor, “ambos adolecen de una pasion documental excesiva” (15). Otros textos incluidos son “E1 miedo de los argentinos” -publicado por La Opinion en agosto de 1975, testimonio personal sobre el estado de represion y terror que ejercio la Triple A, liderada por Lopez Rega, y que forzo el exilio del propio Eloy Martinez. Y finalmente “Peron y los Nazis”, traduccion del ensayo acade'mico que el autor escribio en 1984, sobre el alto numero de nazis emigrados a Argentina durante el primer gobierno peronista. La lectura de Las memorias del General pone de manifiesto la importante base historica de muchos de los personajes y sucesos narrados en La novela de Peron. Desde la 70 grabacion del testimonio de Peron por Eloy Martinez, a las intromisiones de Lopez Rega en dicho testimonio y, por supuesto, gran parte de lo relatado por Peron, esta basado en la entrevista real entre el autor y el General. De hecho, algunos de los episodios que en la novela parecen tener un mayor caracter fabulado, resultan ser algunos de los mas historicos, segun la version de Tomas Eloy Martinez. Entre estos episodios destaca el concemiente a Lopez Rega y que narra su pasion por las ciencias ocultas y su gradual influencia sobre Peron hasta apoderarse de su discurso. No 5610 el contenido historico es similar sino también algunos de los temas que son objeto de preocupacion en la novela. Tal es el caso de la cuestion sobre el uso de la primera persona narrativa por el periodista, tratada en el ensayo “El miedo de los argentinos”. A pesar de haber desconfiado en el pasado, Eloy Martinez argumenta aqui a favor del uso de la primera persona narrativa por parte de los periodistas, debido a1 caracter protagonico que éstos, él entre ellos, han cobrado en el presente historico de su ensayo. Con esta argumentacion, e1 autor justifica la inclusion de su propia historia sobre la presion que la Triple A ejercio sobre él y su familia para que abandonara e1 pais y que resulto en el exilio del periodista y su familia. Como vimos, esta preocupacion por la necesidad de emplear la primera persona para narrar la historia ya habia sido planteada en La novela de Peron. En aquella ocasion, e1 autor convertido en personaje reflexionaba sobre las limitaciones en cuanto a contenido y formato que el género periodistico impone y que provoco el que quisiera liberarse de las limitaciones de género y “desarmarme de la historia para poder armarme al fin con la verdad” (260). A pesar del tiempo transcurrido entre las entrevistas del autor a Peron (1970), 1a publicacion de La novela de Peron (1985) y la de Las memorias del General (I 996), hay una permanente preocupacion por la busqueda de la verdad y otras cuestiones ' 71 relacionadas con esta busqueda. Esta preocupacion y afan de veracidad historica se refleja en sus mas de tres décadas de investigacion historica, investigaciones que han dado fruto no 8610 alas dos obras anteriores sino a otras de distinta naturaleza en tomo a Peron y otras figuras cercanas a él, en especial Evita."6 Ahora bien, a pesar de las semejanzas de contenido que apuntan hacia la intertextualidad entre La novela de Peron y Las memorias del General, ambas obras tratan 1a recuperacion de sucesos historicos asi como la cuestion de la autoridad discursiva desde posiciones enunciativas distintas y recurren a una serie de marcas textuales orientadas a establecer diferentes “pactos” con el lector. En Las memorias, e1 autor utiliza e1 prologo para clarificar los motivos del origen de la obra asi como para dirigir al lector hacia un objetivo de lectura mas especifico. Este objetivo parece ser el de convencer al lector de la veracidad historica de los hechos narrados mediante la aportacion de documentos que verifiquen su version, tal y como explica el mismo autor en el prologo: “Cada uno de los datos de este libro tiene un documento, una carta, una cinta grabada que avala su veracidad. En los inciertos afios en que estas paginas fueron escritas, la ilusion de verdad era todo lo que los argentinos podiamos llevar de un lado a otro y tal vez Io unico de lo que no fuimos despojados” (15). Esta argumentacion a favor del empleo de una serie de estrategias -los documentos aportados- para demostrar la veracidad historica de lo narrado, busca la legitimacion del procedimiento discursivo utilizado por el autor en esta obra. Este procedimiento se basa en la exposicion de datos y 66 De entre las novelas en torno al tema Peron o Evita destaca Santa Evita (1995). Ademas, el autor continua publicando articulos sobre ambas figuras historicas en periodicos como The New York Times 0 1:31 BLIS- Recientemente, y con motivo del 50 aniversario de la muerte de Eva Peron, Tomas Eloy Martinez ha publicado en El Pais una serie de articulos entre Ios que se encuentran “La lucha por el cadaver” y “Una bomba para Peron”. 72 en tratar de convencer a1 lector de que lo que esta leyendo es verdad. En este sentido, el afan de veracidad historica que la obra implementa tanto a través del prologo como en la introduccion a cada articulo o ensayo, funciona como un marco textual que busca “sefializar un mapa de lectura previo -para evitar lecturas ‘erroneas’- o [inscribir] el deseo de ser leidos como ‘verdaderos’ a partir de la recurrencia de operadores de legitimacion” (Berg 100). El objetivo de Las memorias parece ser, por tanto, el de cuestionar la version aportada por Peron y Lopez Rega, encontrar las “falsedades” o “errores” de la version oficial, al contraponerla a las “verdades” de versiones marginadas o desconocidas. También Q novela de Peron se ha valido de una serie de marcos textuales que buscan orientar al lector en una direccion interpretativa particular. Las primeras ediciones de la novela por la casa editorial Legasa portaban la siguiente nota del autor en la contraportada: “Esta es una novela donde todo es verdad. Durante diez afios reuni millares de documentos, cartas, voces de testigos, paginas de diarios, fotografias”. Tal y como afirma Edgardo Berg, esta nota pretende “convencer al lector sobre el rigor de la investigacion o sobre la ‘veracidad’ de lo relatado” (101). Ediciones posteriores han continuado enfatizando la veracidad historica del contenido de la novela a través de la contraportada. En la edicion empleada aqui, la contraportada esta escrita por un comentarista anonimo que afirma que la obra “es una ficcion que cuenta la verdad”. Sin embargo, tanto e1 texto de la novela como los epigrafes que la preceden optan por no imponer una direccion interpretativa sino mas bien dejar que el lector extraiga sus propias conclusiones. Si el primer epigrafe concede a1 lector la libertad de leer la obra como ficcion o como historia y sugiere que, en cualquier caso, “cabe la posibilidad de que un libro de ficcion deje caer alguna luz sobre las cosas que antes fueron narradas como 73 hechos” (7), el segundo reproduce una cita de Peron a1 autor donde e1 ex dictador alude a1 problematico concepto de verdad: “A esta casa vienen muchos argentinos querie'ndome vender una verdad distinta como si fuese la unica. LY yo, que’ quiere que haga? gLes creo a todos!” (7). Este epigrafe introduce una de las ideas mas reiteradas a lo largo de la novela, especialmente a través de la imagen de “los ojos de la mosca”: la imposibilidad de una correspondencia entre el suceso o historia vivida por personas y la historia contada, lo que desemboca en una multiplicidad de versiones, donde cada una de las cuales puede tener su grado de verdad, pero donde ninguna de ellas se corresponde totalmente con su referente. Al nivel discursivo, La novela de Peron vuelve a subrayar esta idea a través del desdoblamiento en una serie de textos que son sometidos a un continuo proceso de analisis, de relectura y reinterpretacion, para cuestionar y deconstruir la autoridad discursiva de cualquier texto, incluyendo e1 suprarrelato que constituye la misma novela. Es con respecto a este continuo cuestionamiento de la representabilidad del referente historico y, consecuentemente, de la univocidad del texto historico pero también de cualquier otro texto, que La novela de Peron se diferencia del acercamiento historico llevado a cabo en Las memorias del general. Es también en este mismo aspecto que puede decirse que la novela de Tomas Eloy Martinez continua la tradicion antiautoritaria que novelas del dictador de los setenta como Yo el Supremo implementaron a la hora de tratar la cuestion del poder a nivel discursivo asi como la problematica de la representacion historica. 74 Capitulo III Los cuatro reyes de la baraia o la imagen alegorica como mecanismo de codificacion y mediacion historica Siempre he creido que la historia la escriben los que ganan. Y creo que ha llegado el momento en la historia de Venezuela de revisar a fondo, precisamente, nuestros antihéroes. . 67 - FranCIsco Herrera Luque El bagaje cientifico68 del psiquiatra y escritor venezolano Francisco Herrera Luque (1927-1991) se tradujo, por un lado, en un significativo numero de obras ensayisticas sobre el estudio de la ascendencia y evolucion genética y patologica del 69 ’ I r 0 r pueblo venezolano. Por otro, este componente crentifico desemboco en un mteres por el revisionismo historico que le llevo a concentrarse, dentro de su obra literaria, en la produccion de narrativa historica. Como el mismo autor manifestara,70 este interés revisionista proviene de un afan por despojar a la historia venezolana del sustrato mitico 67 Cita recogida en el articulo de Alejandro Arapé “Los antihéroes en la realidad y ficcion de Francisco Herrera Luque”. 68 Graduado en medicina por la Universidad de Salamanca en 1952, estudio posteriormente psiquiatria en Madrid. En I955 presento su anteproyecto de tesis doctoral: Bosgueio para una interpretacion antropologica de Venezuela. Entre ese momento y 1969, el autor genero mas de 60 trabajos cientificos y docentes, ganando e1 Premio Nacional de Medicina en 1969. En I970 abandono la vida universitaria y la actividad cientifica para dedicarse a la produccion de novela historica. En 1974 fue nombrado embajador de Venezuela en Mexico y en 1977 se reincorporo a la docencia. Tras su muerte en 1991, se creo la fundacion que lleva su nombre y que pretende continuar el espiritu y la obra del autor promoviendo la actividad artistica y cientifica nacional. . 69 Algunas de sus obras de investigacion cientifica mas importantes son Los viajeros de lndias (1961), que analiza distintos componentes genéticos transmitidos por los conquistadores espafioles; La huella perenne (1969), con la que el autor obtuvo el Premio Nacional de Medicina, y que analiza la ascendencia patologica de miembros de la realeza europea y de la oligarquia latinoamericana desde principios del siglo XVIII hasta el siglo XX; y Las personalidades psicopéticas (1969), que de nuevo se adentra en el estudio de la patologia. Para un estudio de dichas obras, Véase C inco siglos de historia irreverente (2000). 0 En su entrevista con Joaquin Soler Serrano, Herrera Luque sefiala que no le interesan los mitos y leyendas sobre los que se sustenta la historia de Venezuela. No le gusta la historia oficial, que ademas no se corresponde con la que escuchaba de sus abuelos. Como hombre de ciencias, no soporta la mentira y de ahi que, para no set tachado de mentiroso, incluya documentacion historiografica al final de muchas de sus novelas (“Mis personajes favoritos”, 1983). 75 y de leyenda sobre el que a menudo se ha sustentado y quiere devolver un poco de la condicion humana de que ciertas figuras historicas han sido despojadas por la historiografia oficial. El caso quizas mas famoso sea el de Bolivar,71 de quien Herrera Luque muestra facetas no reveladas o contradictorias con la imagen construida por los textos historiograficos. Asi por ejemplo, en Manuel Piar: caudillo de dos colores (1987) el autor sugiere la injusta condena y posterior muerte de Piar por decision de Bolivar. Sobre Boves, el Urogallo (1972), Antonio Isea concluye que la novela “nos confronta con el hecho de que Simon Bolivar fue ante todo un miembro de la oligarquia blanca criolla y desde esa posicion como sujeto el padre de la patria vio en Boves y en su liderazgo sobre las masas de color una amenaza a sus intereses socio-raciales” (“Reestructura historiografica”, 80). Esta misma postura reivindicadora de figuras historicas cercanas a Bolivar es compartida por algunos historiadores contemporaneos como Alicia Rios, quien ha observado la “vision exageradamente bolivariana” (61) que ha marcado la lectura de casi toda la historia venezolana, y que ha convertido en antihéroes a figuras historicas como Boves, Paez y Piar que, en su opinion, rivalizaron con el Libertador.72 Segun la critica, la cuestion del antihéroe constituye precisamente uno de los temas mas recurrentes en la narrativa de Herrera Luque. Alejandro Arapé comenta como el autor intenta “limpiar” e1 origen de Manuel Piar,73 0 Como “atribuye como ‘viciadas’ e injustificadas las razones para condenar a Piar a la pena capital” (3). Es en esta direccion, 7‘ Probablemente la figura historica mas trabajada por Herrera Luque, Bolivar aparece también en Bolivar de carp; y huesp (1983), Bolivar en vivo (1997), y El Vuelo del Alcatraz (publicada postumamente en 2001), asi como menormente en muchas otras de sus obras. 72 Rios dedica todo un apartado de su tesis doctoral, La idea de nacion v cultura nacional en la independgnpia venezolana: 1810-1830 [Univ. de Maryland, 1992], a estas tres figuras historicas y a los motivos de su, posteriormente adquirida, categorizacion como “antihéroes”. 73 Para mas informacion sobre el tratamiento otorgado por Herrera Luque a la figura de Piar, léase el articulo de Antonio Isea, “mnuel Piar: caudillo de dos colores. En tomo a los logros y limitaciones de un proyecto de reescritura historiografica”. 76 hacia una relectura de algunos de los personajes mas controvertidos de la historia venezolana, que Herrera Luque orienta la tematica de su produccion literaria. Entre las figuras historicas mas controvertidas trabajadas por Herrera Luque destacan también las de dictadores74 como Juan Vicente Gomez, en En la casa del pez que escupe el agpa (1975), 0 Antonio Guzman Blanco,75 en Los cuatro reyes de la baraja (1991). Esta ultima novela, publicada postumamente, propone una lectura historico-politica particular al agrupar, bajo el comun denominador de “los cuatro reyes de la baraja”, a algunas de las figuras historicas de mayor protagonismo en el ultimo siglo y medio de historia venezolana. Para ello, la obra no solo cubre el periodo vivencial del dictador decimononico Guzman Blanco (1829-1899) sino también otros momentos historicos, lo que permite establecer analogias entre distintos dictadores y revisar la manera en que sus gobiernos influyeron en el desarrollo historico de la nacion. El siguiente capitulo quiere analizar la manera en que la novela caracteriza, presenta, a estos personajes historicos y las estrategias narrativas de que se vale para llevar a cabo su particular revisionismo historico. También formara parte del analisis Ios efectos que la lectura historica propuesta por la novela tiene en el tratamiento de la autoridad discursiva. 74 El concepto de dictador/dictadura y el problema de la inclusion o no de éstas y otras figuras historicas bajo dicho concepto, son cuestiones que seran tratadas mas adelante. 5 Arapé considera que Herrera Luque ha sabido plasmar esa otra cara del dictador que, en su opinion, la historia ha olvidado: “Guzman Blanco se muestra como un gran benefactor de obras publicas que realzaran 1a trascendencia de su gobierno. Aunque la ‘historia oficial’ no ha reconocido suficientemente Ios inmensos progresos hechos en sus periodos presidenciales, Herrera Luque muestra los aciertos y los errores de un hombre que fue puesto muchas veces en la ‘lista negra’ de nuestra sociedad, catolica en su mayoria” (3). 77 1. El leitmotiv de los cuatro reyes de la baraja o la alegoria como recurso codificador de la historia politica venezolana El abarque de los distintos momentos historicos representados viene dado a partir de los tres relatos de que se compone la novela. Estructuralmente, uno de los relatos contiene los otros dos, a modo de caja china. El primer relato -o relato en primer grado- se ubica temporalmente a finales de 1957 y principios de 1958, durante los ultimos meses de la dictadura del General Marcos Pe’rez Jime’nez,76 y se enfoca principalmente en la tertulia que tiene lugar cada tarde en la Plaza del Panteon asi como en lo sucesos ocurridos en este marco espaciotemporal. Todos los personajes que acuden a la tertulia son conocidos por su apodo: E1 Viejito del Panteon -tambie’n conocido como El Poeta-, E1 Diplomatico, El Quincallero, E1 de la Nariz Roja, El Sefior de las Sillas. A e'stos hay que sumar Chucho y Ticote’, los dos universitarios, que también acuden a la Plaza y llegan a formar parte de la tertulia. Sera uno de estos personajes, el Viejito, el que se encargara de contar a sus contertulios los otros dos relatos. Uno de estos relatos se enfoca en el dictador Juan Vicente Gomez77 y puede ubicarse en 1928,78 durante el segundo mandato de Gomez tras la revuelta estudiantil79 en rotesta contra el dictador ue esta Y P Cl 76 Presidente de Venezuela desde 1952 a 1958, establecio un regimen de represion y terror contra la oposicion. En 1958, una revuelta popular lo obliga al exilio y en 1963 Ios Estados Unidos lo extraditan a Venezuela, donde es juzgado y sentenciado a cinco afios en prision. Tras su puesta en libertad en 1968, marcha a Madrid, donde vive hasta su muerte, e1 20 de septiembre del 2001. (The Washinggon Post 22 Sept. 2001 . 77 Juan Vicente Gomez (1857-1935) fue lider de la guerrilla que apoyo a Cipriano Castro en 1899. Tras e1 derrocamiento de éste ultimo, Gomez se alzo con el poder en 1908. Aunque oficialmente gobemo en tres ocasiones (1908-1914, 1922-1929 y 1931-1935), eligio a presidentes titere durante sus ausencias del poder. . 78 En la pagina 10 Gomez comenta que faltan dos afios para el centenario de la muerte del Libertador (1783-1830), de ahi que sepamos que se trata de 1928. No se ofrecen mas fechas, por otra parte. 79 Manuel Caballero dedica el capitulo tercero de su obra Las prisis de la Venezuela contemppranea a las revueltas estudiantiles y las huelgas de 1928 contra el regimen de Juan Vicente Gomez (41-54). 78 encabezada, entre otros, por Romulo Betancourt.80 El tercer relato, aquel que ocupa la mayor parte de la novela, reconstruye las vivencias de Guzman Blanco. Dicho relato, que es narrado con cierta linealidad,8| se detiene especialmente en aquellos episodios que marcaron la vida del dictador decimononico. Entre estos episodios destaca en primer lugar el de su nifiez y juventud. Esta primera etapa en la vida del personaje esta marcada por el escarnio y el rechazo social de la clase oligarquica debido por una parte a las sanciones impuestas a su padre -acusado de conspiracion contra diversos gobiernos- y, por otra, a los rumores de tener sangre mezclada en una época en que la pureza de sangre blanca es determinante en el status social. Guzman Blanco, resentido por el rechazo social, dedicara su vida a escalar socialmente, como el personaje reconoce en la novela. Los frustrados intentos de ascender por vias burocraticas y diplomaticas, lo mueven a comenzar una carrera militar y politica, alineandose al lado de la faccion liberal encabezada por Juan Crisostomo F alcon y Ezequiel Zamora en la Guerra federal, iniciada en 1859. Una carrera militar para la que desarrollara una singular habilidad estratégica que le reportara grandes e'xitos, entre ellos, su protagonismo en el desenlace de la Guerra Federal, con el cambio de gobierno de Paez a Falcon en 1863, y donde Guzman Blanco, empezaré a detentar cargos importantes que le llevaran a su primera presidencia en 1870. 80 Romulo Betancourt (1908-81) comenzo por liderar grupos estudiantes radicales y por fundar Organizacion Venezolana (1935) que mas tarde se convertiria en el partido Accion Democra'tica. En 1945, Betancourt subio al poder gracias a un golpe militar. Entre otras reformas, declaro el sufragio universal. Forzado a1 exilio en 1948 por Marcos Pérez Jiménez, volvio a Venezuela en 1958. Elegido presidente, continuo su programa de reformas economicas y educativas hasta su sucesion por Raul Leoni. (me Columbia Engyclopedia: http://www.bartleby.com/65/be/Betancou.html). l Aunque el relato continua en una secuencia mas o menos lineal, no siempre sigue un orden cronologico estricto. En diversas ocasiones, el narrador yuxtapone distintos momentos de la vida del protagonista para ilustrar alguna idea 0 rasgo concreto. Asi por ejemplo, e1 capitulo segundo, titulado precisamente “Marcha del tiempo atras”, comienza narrando las ultimas horas de vida de un Guzman Blanco consumido por el cancer y por viejos y desagradables recuerdos que le hacen volver a su nifiez, secuencia a partir de la cual prosigue 1a narracion del relato. 79 La novela fragmenta el relato sobre Guzman Blanco en tres partes. En la primera, “Remembranzas de agonia”, que comprende los primeros cinco capitulos, se narran los afios de juventud y las primeras experiencias militares de Guzman Blanco asi como algunos momentos importantes en la vida politica y familiar de su padre, Antonio Leocadio Guzman.82 La segunda parte, titulada “Vuela, vuela, Gavilan”, que abarca seis capitulos, cuenta sus altibajos en su ascenso a1 poder y sus continuos viajes a1 extranjero, especialmente a Paris, donde disfruta de su nueva condicion de burgués adinerado. La tercera, “El Ilustre Americano”, que también comprende seis capitulos, narra su consagracion politica como presidente de Venezuela y sus sucesivos mandatos,83 delegaciones de gobierno84 y pérdidas de poder hasta su muerte en Paris, en 1899. El final del relato sobre Guzman Blanco coincide, a1 término de la novela, con el relato del fin de la dictadura de Pérez Jiménez: e1 endurecimiento del re'gimen provoca e1 aumento del descontento nacional y de la tension politica, desencadenando una serie de luchas, huelgas y presiones por parte de los militares que desembocaran, finalmente, en la huida del dictador. El hecho de que la novela trate sobre una tertulia donde se debaten cuestiones politicas de diferentes momentos historicos de Venezuela justifica la yuxtaposicion de relatos sobre diferentes e'pocas. La situacion de represion politica bajo la que transcurre la 82 Antonio Leocadio Guzman miembro del gabinete de José Antonio Paez, fue expulsado del gobierno acusado de traicion y oportunismo. Fundo e1 Partido Liberal conocido como “El Venezolano” en 1840 y en 1847, acusado nuevamente de conspiracion, el entonces presidente José Tadeo Monagas 1e conmuto la pena de muerte por la de exilio. Monagas 1e permite volver del exilio y le nombra primero ministro del Interior y luego vicepresidente. Disfruta del poder durante Ios gobiernos de su hijo, Antonio Guzman Blanco. . 83 Gobemo en tres ocasiones (1870-77, 1879-85, y 1886-87). Durante su tercera presidencia elige como sucesor a su antiguo colaborador Juan Pablo Rojas Paul. (Fuente informativa anterior) 84 Tras sus distintos mandatos, Guzman Blanco hizo elegir a algunos de sus partidarios como Presidentes: el General Francisco Linares Alcantara, el General Joaquin Crespo, 0 e1 General Hermogenes Lopez. (Fuente informativa anterior). 80 novela motiva la reflexion politica y la emision de juicios sobre diferentes dictadores en el ultimo siglo y medio de historia venezolana. E1 tema del dictador, eje de todos los relatos, se convierte asi en motivo de paralelismos y reflexiones sobre la historia politica de Venezuela, sobre todo en lo que respecta a1 relato “presente” de los contertulios y al relato pasado sobre Guzman Blanco. La novela versa sobre un dictador decimononico y, al mismo tiempo, se enmarca temporalmente en otra dictadura mas reciente, la de Marcos Pe'rez Jiménez. En multiples ocasiones, e1 Viejito establece paralelismos entre la dictadura de Guzman Blanco u otros, y el momento politico “actual”, caracterizado por el clima de represion impuesto por Jimenez.85 Pero estas reflexiones politicas y los paralelismos establecidos entre gobemantes también tienen lugar dentro de los relatos de Guzman Blanco y Gomez, coincidiendo con el relato de la tertulia en utilizar la imagen que da titulo a la novela y a] primer capitulo de la misma, la imagen de los cuatro reyes de la baraja. La imagen de los reyes de la baraja es introducida desde la primera pagina de la obra a través del relato sobre Juan Vicente Gomez, quien le anuncia a su compadre Pimentel que Betancourt sera e1 cuarto y ultimo rey de la baraja. A continuacion, e1 Viejito, que es el narrador de este relato, cuenta la explicacion de Gomez sobre la identidad de los otros reyes asi como la funcion -e1 “palo”- que segun el personaje desempefia cada rey: “Paez, Guzman y yo somos Ios reyes de la baraja. Paez es el Rey de Espadas, porque tuvo que echar mas machete que todos nosotros juntos; Guzman es el de 85 La dictadura de Jimenez esta representada en la novela a través del personaje del Gaviota, el jefe de la policia del regimen, y que actua a veces de censor de la tertulia. Sin embargo, la presencia de este censor no silencia a los contertulios, quienes frecuentemente critican el modo en que Pérez Jimenez impuso su régimen, e1 golpe de estado que lidero en 1948 contra el recién instaurado sistema democratico de Romulo Gallegos, y que culmino en su subida a1 poder en 1952. 81 copas, por serfisno y elegante, y yo, como no tengo modales, segun dicen los malos hijos de la patria, no puedo ser otro que el Rey de Bastos” (. . .) Betancourt (. . .) tendra que ser necesariamente El Rey de Oro, lo que le asegurara a Venezuela, no so si para bien 0 para mal, mucho dinero, progreso y riqueza” (IO-11). Ante el escepticismo y la contrariedad que estas palabras provocan en los contertulios, el Viejito alega haber estado presente cuando Gomez 1e revelo a Pimentel que los reyes son capaces de reconocer a su sucesor de un vistazo. Gomez ejemplifica su argumento con el relato de su encuentro con Guzman Blanco en el afio 1872, donde e1 entonces Presidente de la Republica 1e auguro a1 joven Gomez que un dia gobernaria Venezuela. A continuacion, e1 Viejito continua desconcertando a sus compafieros de tertulia a1 afirmar que también estuvo presente cuando Guzman Blanco recibio en Paris, a finales de 1899, la noticia de la Victoria de Gomez en la revolucion andina. Guzman recuerda aquella “energia extrafia” (13) que sintio al conocer al joven Gomez y que solo sintio en otra ocasion, cuando conocio a Paez. Guzman recuerda también las palabras que Paez le dirigio tras su derrota en la guerra federal, donde 1e revelo que siempre supo que él, Guzman Blanco, 1e sustituiria en el poder (21). En este primer capitulo, la cuestion de la sucesion del poder en tomo a los reyes de la baraja es abarcada por distintos personajes en distintos niveles narrativos: e1 Viejito narra las historias de Gomez y Guzman Blanco, y éstos, a su vez, insisten en la importancia de esta cuestion, ejemplificando con relatos de otros momentos historicos que prueban su postura en tomo a los reyes de la baraja. En este sentido, la inclusion de Paez, Guzman Blanco, Gomez y Betancourt como reyes de la baraja y el argumento de su capacidad para reconocer a sus sucesores, sirven de marco introductorio a la lectura historica propuesta en la novela. 82 A partir del primer capitulo y a lo largo de la novela, es el Viejito quien reincide frecuentemente en la clasificacion de estos personajes historicos -y no otros- como reyes de la baraja. En el capitulo sexto, titulado “De escribano a caudillo” y con el que da comienzo la segunda parte de la obra, el relato de la autoproclamacion de Paez como dictador supremo tras derrocar a1 presidente Tovar, lleva a1 Viejito a reflexionar sobre el poder acumulado por los tres reyes. El Viejito critica, en primer lugar, la perpetuacion de las relaciones entre opresores y oprimidos a lo largo de la historia venezolana, y a pesar de reformas o regimenes disfrazados de legitimidad y oficialmente garantizadores de libertad e igualdad. Esta reflexion lleva a1 personaje a defender que “no hay nada mas sincero en nuestra vida politica que la autoproclamacion de la dictadura de Ios jefes de Estado; porque eso y no otra cosa es lo que han pretendido ser nuestros gobemantes; con tres excepciones, han aspirado siempre a perpetuarse en el poder de malas maneras 0 con hipocritas artimafias. Tan solo tres, y nada mas que tres, han logrado este proposito en toda nuestra historia: e1 mentado Paez, Guzman Blanco y El Benemérito” (76). A partir de esta afirmacion, e1 Viejito argumenta sobre por qué y en qué manera estos personajes historicos se diferencian del resto de gobemantes que ha tenido Venezuela. Entre otros rasgos comunes, el Viejito menciona Ios largos periodos historicos en que se han mantenido en el poder, su caracter omnipotente y su influencia en el pueblo, asi como el que hayan ejercido su poder abiertamente y sin tapujos. En este sentido, el Viejito cree que Paez, Guzman y Gomez han marcado con su particular estilo de gobierno a cinco generaciones de venezolanos (77) y que, dentro de su mision como gobemantes, “Ios reyes deben ser sobrecogedores, envueltos por un nimbo de energia, que ante su presencia se dobleguen, cual si fuesen una divinidad, e1 mas pintado de los hombres” 83 (77). Este argumento sugiere cierta inclinacion del narrador hacia un tipo de gobernante que logre la sumision de su pueblo. Esta subordinacion popular implica 1a aceptacion por parte del pueblo de un regimen de autoridad impuesto “desde arriba” y que viene condicionado por una cierta atmosfera de terror, a juzgar por esta concepcion del gobemante, capaz de doblegar a cualquier hombre. A continuacion, sin embargo, el Viejito utiliza un tono mas critico con respecto a estos personajes y a la hora de establecer diferencias entre sus respectivos gobiernos. Si de Paez destaca el que quisiera “resguardar e1 antiguo orden colonial de la insurreccion popular que amenazaba con derruirlo” (77-78), de Guzman asegura que se valio precisamente de esta insurreccion popular para alzarse a1 poder, dandole a1 pueblo la falsa ilusion de participacion en la vida politica del pais. Gomez es para el narrador e1 mas autocratico de los reyes pues “hollo, quebro y descuartizo los mas elementales principios del derecho de gentes” (78). Ante las quejas de algunos contertulios, que estiman el gobierno de Gomez, e1 Viejito aclara que “Yo no estoy juzgando (...) qué fue mejor: si e1 gobierno dictatorial o la democracia. Yo tan solo digo que hay tres hombres, que para bien 0 para mal, han gobemado en Venezuela en forma omnimoda, imponiéndole a los venezolanos y hasta los tuétanos su estilo de vivir” (79). En este sentido, e1 Viejito ejemplifica la atraccion ejercida por el poder en hombres como Gomez pero también en partidos politicos como Accion Democratica, del que comenta que una vez en el poder consiguio una gran mayoria de adeptos que buscaban enriquecerse a través del partido, lo que le hace reflexionar que los partidos politicos “en Venezuela son, antes que instituciones, sociedades mercantiles de mutuo auxilio y con afan de lucro. Por eso hacen lo indecible por etemizarse en el poder. Gomez no hizo otra cosa que lo que ya habian hecho sus 84 predecesores y lo que harian los que vendrian luego: se hizo presidente perpetuo” (80). La comparacion entre e1 afan de lucro y poder entre e1 gobierno de Gomez y Accion Democratica -donde acusa a partidos democraticos de aprovecharse del poder a1 igual que los regimenes dictatoriales- conlleva un tono al menos parcialmente reivindicativo hacia una figura tan desacralizada como es la de Gomez. Este tono contrasta con la critica que el Viejito hacia anteriormente contra la falta de libertades personales que trajo e1 re'gimen de Gomez y sugiere cierta ambivalencia con respecto a la caracterizacion del personaje. El debate sobre los reyes de la baraja vuelve a retomarse al final de la obra. El ultimo capitulo, titulado “Sota, caballo y rey”, se abre con un dialogo entre Guzman y Rojas sobre la manera en que se ha ejercido e1 poder en Venezuela a lo largo de siglos, dialogo que antecede a un monologo de Guzman antes de morir. Al relato sobre Guzman 1e sigue el de Gomez, quien recibe un telegrama con la noticia de la muerte del ex dictador. La muerte de Guzman Blanco 1e hace reflexionar una vez mas sobre los reyes de la baraja y sobre la identidad del cuarto rey, reiterando que Betancourt tomara e1 relevo. La reincidencia del tema de la sucesion de los reyes en las historias narradas por el Viejito pasa a debate entre los tertulieros, tal y como ya ocurrio anteriormente. En esta ocasion, e1 debate se centra fundamentalmente en las diferencias y/o semejanzas entre los personajes asi como entre éstos y su pueblo. Aunque uno de Ios tertulieros, El Diplomatico, comenta que no ve nada en comun entre Paez, Guzman, Gomez y Betancourt, pues los considera “expresiones de cuatro mundos diferentes” (250), el Viejito comenta que son la encamacion de cuatro momentos distintos en la evolucion historica de Venezuela pero insiste en sus semejanzas, a las que dedica gran parte de su intervencion: 85 Los reyes de la baraja son Venezuela. De analizar sus virtudes y defectos, nos llamaran 1a atencion la serie de rasgos que tienen en comun, ademas de ser la mas vivida expresion de nosotros los venezolanos. Fueron leales amigos, implacables enemigos y hombres valerosos. Fueron Iadrones y aprovechadores, malos maridos y mujeriegos. Amaron a sus madres sobre todas las cosas, admiraron profundamente a sus progenitores y antepusieron por encima de los intereses del pais su sentido familiar y tribal. Los tres descendian de canarios; llevaban sangre de los conquistadores y de las razas vencidas; procedian de hogares modestos economica y socialmente. [....] -Los reyes de la baraja -prosiguio El Poeta- tienen innumerables rasgos en comun, desde su actitud ante las grandes decisiones hasta detalles insignificantes para los historiadores. (250-5 1) De entre los argumentos del Viejito destaca la conexion que establece entre los reyes y el pueblo venezolano, y de donde parece sugerirse que el comportamiento de cada uno de estos dictadores es producto de un contexto historico concreto. En este sentido, e1 narrador parece buscar difuminar Ia responsabilidad historica de estos personajes a1 conectar sus virtudes y defectos a aquellos tipicos del pueblo venezolano en cada periodo historico, y que finalmente han determinado la direccion en que se ha desarrollado e1 pais.86 Este tipo de argumentaciones recuerda a1 tono al menos parcialmente legitimador de algunos textos historiograficos ahistoricistas en torno a1 tema del poder. Unos textos creadores de lo que Alicia Rios califica “historia monumental y anticuaria” (34) y 86 En la pagina intemautica sobre el autor se citan algunos de estos “males comunes”: “1a incapacidad para asumir su esencia mestiza, la fascinacion degradante por Europa -especia1mente Francia-, el desprecio por las libertades, la falta de respeto por el adversario y el culto fanatico por el arniguismo” (2). < http://www.cyberven.com/luque/susobrasl .html>. 86 carentes de sentido critico. Rios, en su anélisis de los valores determinantes del ideario nacional a partir del estudio historiografico del periodo independentista, critica a historiadores como Laureano Vallenilla Lanz87 por atribuir este sistema de gobierno a la idiosincrasia y al grado de cultura de su pueblo. Para la critica, esta postura del historiador no hace sino “desarrollar su teoria justificadora del poder de Juan Vicente Gomez -‘el gendarme necesario’-, utilizando como modelo la época emancipadora y la enorme fuerza que alcanzaron, dentro de las masas, caudillos como Boves o Paez” (41). En este sentido, esta “teoria justificadora del poder” parece también formar parte del hilo argumental empleado por el narrador para ofrecer una vision mas favorecedora de los dictadores conocidos como los cuatro reyes de la baraja. Paradojicamente, estos paralelismos entre los dictadores y su pueblo solo se establecen cuando e1 narrador habla de los rasgos negativos pues a la hora de sefialar su magnificencia, el narrador invierte la cuestion y prefiere distanciar a los dictadores del pueblo. Entre los multiples rasgos comunes en que, segun e1 Viejito, los reyes se diferencian de su pueblo se encuentra el de las cualidades excepcionales de que estén dotados estos individuos para dirigir a la nacion: “-Los conductores de pueblos marchan un paso adelante de la muchedumbre. En ese paso adelante estan contenidas imagenes arquetipicas, que si el pueblo no cumple, si 10 exige a sus gobemantes. (...) El venezolano por momentos es mal padre. Los reyes de la baraja, contradictoriamente, lo ”88 fueron amantisimos (251-52). En este sentido, el narrador establece un distanciamiento 87 Vallenilla Lanz publico en 1919 una coleccion de ensayos dedicados mayoritariamente al periodo de la Independencia. Esta coleccion se titulo Cesarismo Democratico. Estudios sobre las bases sociologicas d9 lg constigpcion pfectiva de Venezuela. 88 Estas fimciones que el narrador otorga a estos dictadores sugieren una concepcion del gobemante que se asemeja a la imagen del héroe épico y que, segun José Javier Miguez Rego, Herrera Luque ya utiliza en otras obras como Los Amos del Valle: “El héroe épico se convertia en el colector de los ideales, metas y 87 entre e1 gobemante y su pueblo, donde otorga unas cualidades excepcionales a1 primero que le permiten, y legitiman, e1 poder que ejerce sobre el segundo. De esta serie de argumentos empleados por el Viejito se desprende cierto fin reivindicador que también puede percibirse en otros momentos. Asi por ejemplo, e1 Viejito redirige la cuestion de la legitimidad y validez del gobierno de los cuatro reyes, a1 compararlos con el lider por antonomasia del pueblo latinoamericano, con la figura del ‘Libertador’. Segun el Viejito, muchos de estos dictadores tomaron como modelo a Bolivar y lo emularon a la hora de poner en practica sus regimenes autocraticos: “Bolivar sembro el ejemplo de que solamente la autocracia podia hacer de nuestro pais una nacion fuerte y poderosa. gAcaso no se declaro dictador, por mas que lo hiciese a la manera de los romanos? (3A qué se debe la profunda admiracion que Guzman y Gomez sintieron por El Libertador? La razon esta muy clara: la imagen del Libertador les sirve como ejemplo y justificacion a sus respectivas dictaduras” (252). Esta comparacion establecida entre Bolivar y los cuatro reyes sefiala las semejanzas entre el caracter autoritario del sistema de gobierno implantado por el Libertador y aquellos regimenes dictatoriales impuestos por Guzman y Gomez. A1 acercar a los diferentes personajes, e1 narrador consigue recontextualizar tanto figuras altamente idealizadas como la de Bolivar, como las de personajes desacralizados como seria el caso de Paez, Guzman y Gomez. En general, el caracter ambiguo que se observa entre los diferentes argumentos empleados por el narrador refleja cierta ambivalencia a la hora de reevaluar a los distintos personajes historicos que protagonizan 1a novela. Esta ambivalencia ha sido reconocida sentires de su pueblo. Pero estos procesos de colectivizacion, (...), no se dan unicamente en los origenes, sino también en aquellos momentos de la historia caracterizados por profundos cambios y crisis sociales” (“Las (re)escrituras simbolicas de la historia y el mito en Los Amos del Valle”, 110). 88 por el propio Herrera Luque, y se debe en parte a su proximidad a varias de las circunstancias historicas relatadas en la novela y, en especial, a dos de los reyes, Juan Vicente Gomez y Romulo Betancourt.89 Sobre el primero, e1 autor ha sefialado que “tuve oportunidad de conocer a Juan Vicente Gomez, el gran dictador del Caribe, y mi vida cabalgo sobre el odio y el amor, porque la familia de mi madre, mi abuelo, era presidente del Estado de Miranda; era un gran caudillo y un hombre incondicional de Gomez. Mi padre y mi abuelo eran enemigos mortales de Gomez, de modo que Gomez a los Herrera Ios persiguio a muerte, y los Luque eran sus aliados. Entonces, por eso quizas tu encontraras en la figura de Gomez una ambivalencia” (Moody 40). En otra entrevista, aquella concedida a Joaquin Soler, el autor ha afirmado que hay en su obra un afan de sintesis, donde trata de conciliar dos mundos opuestos, el de su familia matema y el de la paterna, 90 y que nuevamente explicaria e1 tono parcialmente ambivalente de la novela. Con respecto a los otros dictadores, e1 autor también estuvo relacionado con muchos de ellos, directa o indirectamente. Asi por ejemplo, Maritza Jimenez sefiala e1 odio de Guzman Blanco a la familia Herrera, “una familia que Guzman Blanco juro exterminar, y casi lo logra” (El Universal. 47). La familia Herrera también tuvo problemas durante la dictadura de Pérez Jimenez. Como el mismo Roberto Lovera nos comentara, Herrera Luque, que era estudiante a mediados de los cincuenta, solia acudir a 89 Ramon J. Velasquez, intimo amigo de Herrera Luque, ha afirmado que hizo editar Los Viaieros de Indias en 1961 -obra que originariamente formo parte de la tesis doctoral del autor- ya que “me impresiono profundamente esa interpretacion antropologica de Venezuela” (Cinco Siglos, ix). Velasquez era en ese mismo aflo Secretario General de la Presidencia en el gobierno de Betancourt, lo que obviamente, sugiere la amistad 0, al menos, la cercania entre e1 autor y el presidente. 90 En su entrevista para Michael Moody, el autor menciona que “Mi familia procede de esa oligarquia de la conquista de Venezuela y de la Independencia y me molesto siempre mucho darme cuenta de que la historia oficial no correspondia a la verdad tradicional y oral, que me es referida por la generacion de mis abuelos” (39). Ramon Velasquez menciona que Herrera Luque es “hijo de un gran siquiatra venezolano el doctor Francisco Herrera Guerrero, oligarca” (Cinco Siglos, xi) 89 la Plaza del Panteon y participo en manifestaciones estudiantiles en contra del régimen de Jiménez. Carmen Verde ha sefialado que el autor, informado de que Pedro Estrada lo tenia vigilado, decide exiliarse en Espafia hasta el término de la dictadura (“El dialogo solitario”, 86). Estos datos sugieren el caracter semi-autobiografico de la novela, sobre todo en lo que respecta a1 relato de la tertulia y sus reuniones en la Plaza del Panteon asi como a las expectativas del regreso de Romulo Betancourt, tras la caida del re’gimen de Pérez J ime’nez. Quizas relacionado con estas expectativas que el autor tuvo en su dia con respecto a1 regreso de Betancourt a Venezuela se encuentre la cuestion de la identidad del cuarto rey de la baraja, y en la que el narrador pone especial énfasis. En opinion del Viejito, Romulo Betancourt es el cuarto rey de la baraja, a pesar de que en el presente historico de la novela se encuentra exiliado a causa de la dictadura de Pe’rez Jimenez. Es con respecto a Betancourt que el narrador despliega sus mayores elogios y elabora una mayor argumentacion para justificar y legitimar su inclusion dentro del grupo de los reyes: “- Pérez Jimenez, a excepcion del terror que ha impuesto con el esbirro de Pedro Estrada, no ha podido echar marcha atras a los logros sociales y politicos que impusiera Betancourt tras su fugaz mandato. La seguridad social de las clases trabajadoras se ha mantenido; a1 igual que la necesidad de apoyar en el sufragio universal por el mandato presidencia]. La gente afiora a Betancourt. Su presencia sigue vigente y viva, a pesar de estar en el exilio” (252). Pero no todos los personajes aceptan la opinion del Viejito con respecto a la identidad del cuarto rey. Asi por ejemplo, El Sefior de las Sillas se inclina a favor de Pe’rez Jiménez, por encima de lo que el personaje califica como el “bochinche de democracia que tuvimos cuando el gobierno de Betancourt” (79). Este debate sobre la 90 identidad del cuarto rey podria conectarse nuevamente a la ambivalencia que estos gobemantes tuvieron para Herrera Luque. Aunque el autor mantuvo una estrecha relacion con presidentes como Betancourt y Carlos Andres Pérez, con quien incluso se reunio para comentar Los cuatro reyes antes de su publicacion, y quien decreto tres dias de luto oficial tras e1 fallecimiento del autor, Herrera Luque afirmo no pertenecer a ningun partido politico91 e incluso llego a reevaluar a antiguos “enemigos” politicos como Pe'rez Jime'nez. Tal y como Herrera Luque reconocio en su entrevista con Andre's Miliani, e1 aumento del indice de criminalidad y corrupcion en Venezuela en las décadas posteriores al mandato de Jimenez 1e hacen reconsiderar su postura politica: “Yo luché contra Pérez Jiménez y estoy arrepentido. Te 10 digo sinceramente, en vista del caos que significa esta democracia nuestra. Ahora no se le puede negar que establecio una serie de infraestructuras...” (26). También en la entrevista con Joaquin Soler, Herrera Luque afirma que el unico modo de mantener a raya e1 indice de criminalidad es con una coaccion politica y policia] fuerte, y el autor pone como ejemplo Ia reduccion del indice de violencia durante e1 re'gimen de Pe’rez Jimenez.92 En cualquier caso, y a pesar del escepticismo del resto de los contertulios, el narrador principal reitera a lo largo de la novela su opinion de que, el una vez presidente de Venezuela (1945-1948), es uno de los 9‘ ' u ' ° ' a, u o - En el articulo Hay en mi 500 afios de historia venezolana , e1 autor afirma que nunca fun de partidos, ni comunistas, ni adecos, ni copeyanos” (Imagen, 4). 92 Con respecto al indice de criminalidad, e1 autor desarrollo una serie de teorias sobre determinismo genético que intentan explicar las causas de tan alto indice. Esta especie de determinismo sociopolitico sugerido en la argumentacion a favor del concepto de los cuatro reyes de la baraja, entronca con Ios numerosos estudios cientificos que Herrera Luque produjo sobre la evolucion genética de los venezolanos donde “atribuyo a los espafioles Ia carga genética negativa del devenir historico” (Cinco Siglos, 86), teoria que le reporto acusaciones de “racista por el enfoque cientifico de atribuirle a la genética el origen de nuestros males” (83). Segun Herrera Luque, siglos de luchas en la Peninsula Ibérica hacen que incrementen las propensiones violentas en la poblacion blanca, una poblacion que fue 1a portadora de genes psicopaticos que han influido en la perpetuacion del caracter violento de los venezolanos. Dicha teoria ha sido rebatida a la vez que defendida por distintos criticos. Véanse Ios articulos de Jesus Alberto Leon y Edmundo Chirinos recogidos en Cinco siglos. 91 reyes de la baraja por su influencia en los jovenes venezolanos (250) asi como por los cambios sociopoliticos que su gobierno implemento. E1 narrador cree firmemente que Betancourt, el mas democratico de todos los reyes, volvera a gobemar e1 pais. Aunque la novela no cubre e1 regreso de Betancourt a Venezuela y su segundo mandato,93 el final de la obra, con la huida de Jimenez del pais, augura un cambio politico hacia un gobierno mas democratico. Un dato importante a tener en cuenta es el caracter fabulado que segun Roberto Lovera tienen Ios relatos de los encuentros entre los diferentes personajes historicos y la revelacion de su sucesion en el poder."4 Un caracter fabulado que ademas pude comprobar al examinar Ios manuscritos originales95 de la novela y sus tres primeras versiones. La cuestion de los reyes de la baraja no aparece hasta la segunda version y aunque las circunstancias en torno a1 encuentro entre Betancourt y Gomez son las mismas, el relato de Gomez sobre su encuentro con Guzman Blanco es diferente a1 que aparece en la version final. En esta ultima version, Gomez tiene ya quince afios y marcha en busca de Guzman para confirmarle e1 apoyo de su padre y otros liberales. De manera fortuita se encuentra con el que es ya Presidente de la Republica quien augura que algun dia le sucedera en el poder. En cambio, en la segunda version de la obra, Gomez es un muchacho de doce afios que acompafia a su padre, Pedro Cornelio Gomez, a saludar a1 entonces General Guzman Blanco. Lo encuentran reunido con la negra Isolina que le esta 93 Betancourt volvio a su pais en 1958, fue elegido presidente -el primer presidente elegido por voto universal- de Venezuela en las elecciones del 7 de diciembre de 1958 y goberno hasta la presidencia de Raul Leoni, en 1964. 94 El profesor Roberto J. Lovera De-Sola, biografo y estudioso de la obra de Herrrera Luque y miembro de la Fundacion, nos confirmo que los relatos de los encuentros entre los distintos dictadores, y que dan pie al tema de los reyes de la baraja, pertenecen a la ficcion. Estos manuscritos se encuentran en la Biblioteca Nacional de Caracas, e incluyen tres de las siete versiones que Herrera Luque escribio de Los cuatro reyes. En una entrevista con Joaquin Soler, e1 autor afirma haber escrito cada uno de sus libros siete veces. 92 echando las cartas y que le dice que él sera e1 segundo rey de la baraja, el rey de copas. Tras su encuentro, la negra Isolina predice que Gomez sera algun dia e1 tercer rey, el de bastos. La diferencia de versiones también apunta a que toda esta cuestion es fabulada, tal y como afirma Roberto Lovera. 96 En diversas ocasiones, Herrera Luque ha sefialado que el problema que presenta la novela historica es que no permite fabular libremente, sino 3610 en los pequefios detalles.97 Asi por ejemplo, aunque e1 autor decidiera por primera vez no incluir documentacion historiografica en Los cuatro reyes de la baraLa. muchos de los datos historicos que aparecen en la misma se ajustan a la “historia oficial” de los textos historiograficos.98 Sin embargo, e1 elemento fabulado parece jugar un significativo papel aqui, ya que son estos “pequefios detalles” ficticios, las escenas sobre la sucesion de poder entre los diferentes dictadores y que dan validez a1 concepto de cuatro reyes de la baraja, Ios que ayudan a portar e1 mensaje de la novela. La relevancia del leitmotiv que constituye la imagen de los cuatro reyes queda de manifiesto también a nivel extratextual a través de la nota previa a la obra, una nota escrita tras e1 fallecimiento de Herrera Luque por Mariana Herrera de Azpurua, hija del autor, quien paso en limpio la misma y se encargo de publicarla.99 Esta nota sugiere e1 vinculo ideologico entre e1 autor y el narrador principal a1 afirmarse que la novela 96 E1 elemento fabulado de estos episodios forma parte de la técnica narrativa empleada por el autor y que denomina “historia fabulada”. Herrera Luque aludio a esta técnica en el prologo a su primera novela Boves, e1 Urogallo (1972), y la definio como una te’cnica mediante la cual el autor narra Ios sucesos del pasado basandose en tres premisas: narrar la “historia veridica, fabulada y verosimil” de su protagonista (9). La técnica de la “historia fabulada” fue posteriormente analizada y explicada por el autor en una serie de ensayos sobre la recreacion de episodios historicos, en su obra La Historia Fabulada (1981-90). 97 Entrevista con Joaquin Soler Serrano: “Mis personajes favoritos. Entrevista a Francisco Herrera Luque”. 98 Entre estos textos historicos, hemos consultado Democracy & Dictatorship in Vengzuela: 1945-1258 (1974) de Glen Kolb, Caudillism and militarism in VenezuelL18IO-I910 (1964) de Robert Gilmore, Caudillo. A portrait of Antonio Guzman Blanco (1951) de George S. Wise, y Antonio Guzman Blanco y su é oca (1994), de Inés Quintero. Véase entrevista de Joaquin Soler Serrano a Mariana Herrera de Azpurua en “Mis personajes favoritos. Francisco Herrera Luque”. C inemateca Nacional de Venezuela. 93 “contiene e1 pensamiento de Francisco Herrera Luque acerca del manejo del poder en Venezuela” (5) y que, en opinion del autor, solo Paez, Guzman Blanco, Gomez y Betancourt “tuvieron e1 poder en sus manos, Ios demas fueron solo imitaciones de ellos mismos. Paez tuvo por contrafigura a los Monagas; Guzman a Crespo; Gomez a Castro, y Betancourt a Perez Jimenez, son los caballos de la baraja, hombres que aparte de sentarse en la silla presidencial nada pudieron hacer para liberarse de la influencia de estos cuatro hombres. (gQue' viene ahora? gQué vendra después si han muerto los reyes, y los hombres de a caballo? Con esta incertidumbre se fue su alma” (5). Estas palabras coinciden basicamente con la idea, reiterada por el Viejito a lo largo de la obra, de clasificar a dichos personajes dentro de un mismo espacio comun. Por otra parte, no es e'sta la primera vez que Herrera Luque utiliza la imagen de los cuatro reyes de la baraja. La primera alusion aparece en una novela anterior, En la casa del pez gue escupe el agua,'00 obra que trata sobre el proceso que llevo a Juan Vicente Gomez a1 poder y las transformaciones que sufrio Venezuela a raiz de su mandato. Concretamente, la referencia aparece en uno de los pasajes finales, durante la narracion de los ultimos minutos de vida de Gomez: “En una cama humilde, de pastor acomodado, yace el duefio y sefior de Venezuela. E1 gran padrote de aquella inmensa prole. El tercer rey de la baraja como piensa Méndez Llamozas. Dos ases lo preceden: Paez y Guzman. Entre los tres han centrado a su alrededor ciento veinte afios de vida republicana. LCuando aparecera e1 cuarto?” (552). Los cuatro reyes de la baraja no solo retoma la cuestion sobre la identidad de los gobemantes mas influyentes, sino que la pone en un primer plano, proponiendo e1 término que da titulo a la novela como categoria ‘00 (Barcelona: Pomaire, 1978). 94 codificadora y explicativa de la historia politica venezolana. La novela propone que los cambios sociopoliticos y economicos que trajeron Ios gobiernos de José Antonio Paez, Antonio Guzman Blanco, Juan Vicente Gomez y Romulo Betancourt han determinado el devenir historico venezolano desde la Independencia. La extension del argumento del Viejito, con el que se cierra la tertulia de los personajes al final de la obra, sugiere la importancia que la novela concede a sefialar las semejanzas entre los diferentes gobemantes. Luis Britto Garcia ha investigado el significado de la imagen de los reyes de la baraja, Ios rasgos comunes a estas cuatro figuras historicas asi como aquellos que llevan a Herrera Luque a distinguirlos segun su “palo”. Britto se apoya teoricamente en los estudios del pensador y antropologo francés Gilbert Durand, quien postulo que todos los sistemas simbolicos derivan de “cuatro puntos cardinales, codificados en los ases de los naipes” (1). Con respecto a1 significado simbolico del rey, Britto cree que el autor lo escogio por representar Ia soberania, la maxima autodeterminacion del yo, ya que la figura del rey viene a ser en alguna forma para el psiquiatra e1 centro de la personalidad y la individualidad. A partir de esta teoria, Britto intenta explicar historicamente la aportacion politica de cada presidente y su papel correspondiente dentro de la imagen de los reyes de la baraja: “La espada de José Antonio Paez impone la Republica oligarquica entre 1830 y 1863. La afrancesada copa de Antonio Guzman Blanco dirige la Oligarquia liberal entre 1870 y 1884. El contundente mazo de Juan Vicente Gomez apuntala la dictadura positivista entre 1908 y 1935. El oro amarillo o negro permite a Betancourt financiar desde 1945 y 1958 la Republica populista que agoniza a finales de siglo” (l). A pesar de sus diferencias, Luis Britto enumera una serie de rasgos comunes a los diferentes reyes, alrededor de los cuales 95 gira un tipo diferente, pero parecido, de Republica: cada Republica surge de una guerra, revolucion o crisis economica; todos los caudillos se caracterizan por su personalismo, nacionalismo y bolivarianismo; su perrnanencia en el poder tiene que ver con el apoyo del ejército y de potencias extranjeras. Britto concluye que todas estas republicas han sido “poderes constituidos por variantes de un mismo arreglo entre oligarquias y poderes extemos” (3) y que esto explica que Herrera Luque codifique la historia de Venezuela en tomo a dicha imagen. En nuestra opinion, sin embargo, existen ciertas diferencias entre estos personajes historicos -a las que apenas se alude en la novela- que hace que resulte cuando menos arriesgado incluirlos en una misma clasificacion. Una de las diferencias mas significativas entre los cuatro gobemantes reside en el grado de legitimidad de sus respectivos regimenes. Existe una dificultad implicita a la hora de distinguir e1 grado de legitimidad empleado por estos gobiernos, principalmente porque el recurso de procedimientos legales no basta para asegurar la legitimidad de la designacion de gobemantes. Este seria el caso de algunos de los mandatos de Paez, Guzman Blanco y Gomez. Los tres fueron elegidos presidentes por el congreso pero tras reformar la Constitucion para que alargara sus periodos de gobierno y para que permitiera su reeleccion,lm con el fin de disfrazar sus respectivos gobiernos de legitimidad. Ademas, estos comicios no eran generales, con lo que no garantizaban Ia representacion popular.102 '01 Alain Rouquié seilala que existe cierto consenso con respecto a los dos componentes caracteristicos de la dictadura: el de la personalizacion y el de la duracion del régimen de excepcion, e insiste en que “una dictadura no es un gobierno autoritario o aun arbitrario, sino un sistema politico en el cual los gobemados no tienen la posibilidad de apartar a Ios gobemantes del poder por medio de procedimientos regulates o institucionalizados” (“Dictadores, militares y legitimidad en América Latina”, 20). '02 Rouquié: comenta que “en la dinamica de la politica latinoamericana, las elecciones, aun siendo libres, no sirven para determinar sin apelacion quién debe gobemar, sino que expresan relaciones de fuerza. (...) Algunas veces los electores votan, pero no eligen, porque no tienen poder de elegir; otras, Ios resultados del sufragio se hallan cuestionados y el acceso al poder depende de negociaciones posteriores al proceso 96 8610 la élite politica podia votar y de ellos una mayoria se encontraba vinculada previamente a1 futuro presidente. A pesar de este revestimiento de legalidad, los gobiernos de Paez, Guzman Blanco y Gomez han pasado a la historia como gobiernos autocraticos, cuyos regimenes de represion politica variaron segun las circunstancias historicas pero que se mantuvieron durante sus largas permanencias en el poder. Ademas, este revestimiento de legitimidad politica no fue siempre empleado por estos personajes durante sus sucesivos mandatos y, en ocasiones, implantaron regimenes dictatoriales sin prestar atencion a procedimientos legitimadores de gobierno.103 Por otro lado, el recurso de métodos no legitimados a la hora de implantar nuevos regimenes gubemamentales no indica o lleva necesariamente a un gobierno autoritario.104 En un primer momento, las circunstancias en torno a la primera presidencia de Betancourt (1945-1948) no varian mucho de aquellas que caracterizan el establecimiento de regimenes dictatoriales: el 18 de octubre de 1945, una junta civico-militar derroca a1 presidente Isaias Medina Angarita'os y establece una junta de gobierno presidida por Romulo Betancourt. Sin embargo, en esta ocasion y a diferencia de los moviles electoral que ratifican o invalidan el resultado de las urnas. La legitimidad de origen no pasa solamente por los mecanismos concordantes con la organizacion legal aparente de la vida politica” (13). '03 Paez, por ejemplo, regreso a Venezuela tras un largo destierro para establecer un régimen dictatorial en 1961 que acabaria tras largas luchas civiles en 1963; Gomez, por su parte, impuso uno de los regimenes mas largos (1908-1935) y opresivos en la historia politica de Venezuela. A pesar de las multiples acepciones del término, e1 apelativo de dictador no resulta inadecuado para referimos a estos tres obernantes. 04 Rouquié aclara que “Los gobiernos procedentes de golpes de estado militares son evidentemente muy diversos por sus orientaciones y sus practicas. Un poder ‘de hecho’ establecido por una intervencion militar que restaura las libertades y se propone restablecer la democracia escamecida aparece como dictadura solamente a los partidarios del regimen destituido" (21). 105 Isaias Medina Angarita (1897-1953) es elegido presidente de la Republica por el congreso, en abril de 1941. E1 gobierno de Angarita propicio una apertura democratica a1 modificar la constitucion para permitir 1a creacion de partidos politicos considerados “revolucionarios” -como Accion Democratica 0 e1 partido comunista- y para establecer el sufragio universal para los diputados aunque no para la presidencia. Su negativa a éste ultimo punto desemboco en su derrocamiento e1 18 de octubre de 1945. . 97 individualistas que motivan la imposicion de los regimenes anteriores, es la negativa de Medina Angarita a modificar la constitucion para que la eleccion presidencial se haga a través del voto universal y no a través del congreso, lo que provoca el golpe de estado. Aunque este primer intento de democratizacion no logra consolidarse,106 en 1958 y tras 1a huida de Pérez Jiménez que marca el fin de seis afios de dictadura, Betancourt regresa a Venezuela y es elegido presidente en las primeras elecciones legitimamente democraticas. Betancourt, que ejerce 1a presidencia hasta la eleccion de Raul Leoni en 1964, es por tanto e1 unico presidente democratico de los reyes. Aunque la novela no puede referirse a esta eleccion democratica de Betancourt por abarcar unicamente hasta el derrocamiento de Pérez Jiménez en 1958, si que se hace alusion a1 papel del primero en el proceso democratizador del pais. La novela, sin embargo, propone una imagen mucho mas homogénea del grupo de personajes que conforman Ios cuatro reyes de la baraja, no 5610 al enfatizar sus rasgos comunes sino a1 compararlos en diversos momentos de su trayectoria vital o politica. Asi por ejemplo, en un momento del debate, e1 Viejito asegura a sus contertulios que Betancourt volvera “tal como volvio de nuevo José Antonio Paez, tras diez afios de exilio” (81). Esta contraposicion resulta menos que adecuada si recordamos que Paez volvio a Venezuela en septiembre de 1861 para imponer una opresiva dictadura mientras que Betancourt lo hizo para propiciar e1 proceso democratico siendo el primer presidente venezolano elegido a través del voto universal. Creemos que la obra no llega a profundizar lo suficiente en los rasgos diferenciales de estos cuatro 106 En 1948, Romulo Gallegos (1884-1969), que habia sido presidente de Accion Democratica, es elegido presidente de Venezuela por sufragio universal. Derrocado el 24 de noviembre de 1948 por un golpe militar, vive en Cuba y México hasta su regreso a Venezuela en 1958, tras el derrocamiento de Pérez J iménez. . 98 personajes historicos,107 ni siquiera en la escueta explicacion que Gomez y el Viejito ofrecen en cuanto a la asignacion de los “palos” de la baraja en funcion del tipo de gobierno ej ercido por cada “rey”. En contraste, pensamos que la novela propone una lectura que codifica la historia venezolana alrededor de cuatro personajes historicos, tal y como afirmaba Luis Britto. Esta lectura historica quiere explicar una realidad -el devenir de la historia politica venezolana- ubicada en un nivel de significacion concreto, a partir de una imagen codificada -la de estas cuatro figuras historicas- que se encuentra en otro nivel de significacion diferente. Este deseo por sobreponer ambos niveles de significacion, al intentar explicar e1 desarrollo politico del pueblo venezolano a través del retrato psicologico de Paez, Guzman Blanco, Gomez y Betancourt, recuerda a la imagen alegorica como técnica narrativa que busca entrelazar dos sistemas distintos de significacion (Sommer 42). Viviana Plotnik,” por su parte, define la alegoria como “un mecanismo compensatorio de mediatizacion entre la experiencia directa de un Estado sin mediaciones en una cotidianidad traumatica y el intento por comprenderla, explicarla, racionalizarla, o legitimarla” (539). Plotnik se basa en los estudios de Angus Fletcher109 en tomo al fenomeno alegorico como mecanismo reflector de ideologias, para quien la alegoria concreta “abstracciones dando forma a partes de un todo complejo, permitiendo 107 Otra gran diferencia entre los tres primeros “reyes” y el ultimo es su habilidad como estrategas y su experiencia militar, en contraste con la actividad politica de Betancourt: activista politico desde muy joven, fue fundador de las organizaciones politicas Agrupacion Revolucionaria de Izquierda (ARDI), Organizacion Revolucionaria (ORVE) y el Partido Accion Democratica (AD). 108 Viviana Plotnik, en su estudio “Alegoria y proceso de reorganizacion nacional: propuesta de una categoria de mediacion socio-historica para el analisis discursivo”, aplica el recurso alegorico para estudiar e1 grado de totalizacion historica de tres obras argentinas escritas en torno a1 estado autoritario del periodo 1976-1983. Dichas obras son el testimonio Preso sin nombre celda sin numero (1981) de Jacobo Timerman, el ensayo Caso Timerman, punto final (1982) de Ramon J. A. Camps, y la novela Quarteles de inviemp (1982) de Osvaldo Soriano. '09 Angus Fletcher, Allegogy: The Theory of a Symbolic Mode (New York: Ithaca, 1964). I 99 que los personajes asuman las caracteristicas de una idea abstracta. Fletcher supone que la alegoria tiene agentes que representan ideas abstractas o personajes reales, historicos que forman parte de la estructuracion de un orden superior. E1 agente alegorico actua junto a similares agentes, lo que limitara toda obra a una problematica especifica” (540). Los diferentes personajes historicos categorizados como reyes de la baraja fimcionan precisamente de manera similar a estos agentes alegoricos de los que habla Fletcher ya que, mas alla de su propia funcion, dependen de una idea mas abstracta que en esta novela gira en torno a1 ejercicio del poder y a los cambios historicos que este ejercicio de poder trae consigo. Los reyes tienen en comun haber generado cambios substanciales en el devenir historico de su pueblo, con lo que, mas alla de sus diferencias, son caracterizados como parte de un “Todo”. Quizas asi pueda explicarse que ellos mismos intenten ajustarse a esa idea abstracta que representan entre todos, y que la novela enfatice los rasgos comunes en lugar de profundizar en sus diferencias. La aplicabilidad del proceso alegorico a1 concepto de los cuatro reyes queda también de manifiesto gracias a la gran relevancia que la cuestion de la sucesion del poder tiene en la novela. Plotnik sefiala como “para un agente alegorico, e1 efecto de toparse con otro agente, seré elevarse o descender, perjudicarse o beneficiarse, pero nunca sera un encuentro sin consecuencias” (540) y como “la accion simbolica en la alegoria consiste en la peregrinacion del héroe. (. . . .) En algun punto de su viaje, el héroe tiene una vision clara e iluminadora de su destino. (...) El viaje culmina con una visio'n apocaliptica triunfal o catastrofica” (541). Este encuentro entre los diferentes agentes alegoricos y que resulta en una revelacion de su destino tiene también lugar en la novela a 100 través del énfasis puesto en los diferentes encuentros entre los personajes y su habilidad para reconocer a su sucesor en el poder. Teniendo en cuenta estas teorias, podemos interpretar la imagen de los cuatro reyes de la baraja como un mecanismo alegorico que funciona como una totalizacion explicativa o descriptiva del pasado historico.llO Tal y como comentaba Luis Britto, “Francisco Herrera Luque organizo narrativamente nuestra mitologia politica alrededor de cuatro reyes de la baraja” (1). En este sentido, la novela propone una vision un tanto reduccionista de la historia politica venezolana al despojar a estos personajes historicos de su individualidad, a1 desubicarlos de su particular contexto politico y hacer que compartan un mismo 0 similar papel historico y una misma clasificacion simbolica. Esta especie de homogeneizacion historica que la novela propone mediante el uso de la imagen de los cuatro reyes de la baraja, podria deberse en parte a la ambivalencia de Herrera Luque con respecto a unos personajes historicos con los que el autor o su familia estuvieron vinculados directa o indirectamente. “0 En Allegory, Fletcher concluye que la alegoria “allows for instruction, for rationalizing, for categorizing and codifying” (368). 101 II. Niveles y voces narrativas: estrategias de ficcionalizacion de la voz narrativa y sus efectos de “desverosimilizacion” del discurso Los cu_atro reyes de la baraja presenta una estructura discursiva compleja, a juzgar por la multiplicidad de relatos y por la estructura narrativa empleada, donde dos de los relatos estén incluidos dentro de un primero, a modo de caja china. Los diferentes niveles narrativos, generados por esta estructura de relatos encajados, pueden apreciarse ya en la primera pagina, donde primeramente se narra e1 encuentro entre el entonces presidente Juan Vicente Gomez y Romulo Betancourt. Este ultimo ha sido arrestado por liderar una revuelta estudiantil. Tras ver desde lejos a Gomez, les comenta a sus camaradas que aquel que ven es “el satrapa del Caribe, e1 mas grande y camicero déspota nacido jamas en la patria de Bolivar” (9). Por su parte, Gomez 1e comenta a su compadre, profe’ticamente, que Betancourt gobemara un dia Venezuela y que sera e1 cuarto y ultimo rey de la baraja. A continuacion, el lector descubre que esta historia esta siendo relatada por el Viejito a un grupo de contertulios, historia que a su vez esta siendo contada por otro narrador, uno extradiegético, que no funciona como personaje y que también es heterodiegético, es decir, se encuentra ausente de la historia que cuenta. En ocasiones encontramos un tercer nivel narrativo como cuando, dentro del relato contado por el Viejito, Juan Vicente Gomez le relata a su compadre Pimentel como conocio a Guzman Blanco cuando joven (11-12). Los diferentes relatos suelen aparecer yuxtapuestos sin aviso ni signos de puntuacion -aunque a veces estan separados por un espacio-, con lo que a menudo aparecen las conversaciones de los contertulios junto con las voces de los personajes del segundo y tercer relatos. 102 Esta complejidad narrativa contrasta con la simplicidad en cuanto a niveles y narradores de las primeras versiones. Curiosamente, al menos las dos primeras versionesl 11 de la novela no incorporan ni diferentes relatos ni varios narradores. solo utilizan al tradicional narrador omnisciente en tercera persona para narrar la historia de Guzman Blanco. En cambio, la version final le concede poco protagonismo a1 narrador extradiegético, que se limita basicamente a aclarar quién habla en cada momento y a informar escuetamente sobre lo que ocurre en el presente de la novela -ademas de legitimar el discurso del Viejito al considerarlo “e1 duefio de la tertulia” (166)-, mientras que propone a un personaje que funciona a1 mismo tiempo como narrador. El Viejito es el que proporciona 1a mayor cantidad de informacion en la novela: no solo es el narrador de los dos metarrelatos sobre Guzman Blanco y Gomez, donde ofrece su version historica de e'stos y otros personajes historicos, sino que también es el que principalmente emite juicios sobre la situacion politica actual, bajo 1a dictadura de Pérez Jimenez, y quien establece paralelismos entre el regimen politico presente y otros anteriores. El estudio del “comportamiento discursivo” de este sujeto plurifuncional permite ver el tratamiento de la verosimilitud narrativa de la novela, cuestion conectada a su vez a la autoridad discursiva. El Viejito es, en primer lugar, uno de los personajes principales de la novela. A pesar de ser e1 protagonista del primer relato, apenas se nos facilitan datos sobre él, ni por el narrador del primer relato ni por alguno de los personajes que comparten escena con él. solo sabemos que desde hace meses e1 Viejito -también llamado “Poeta”- asiste todos los III Dichas versiones y una tercera, se encuentran en la Sala de Libros raros y manuscritos de la Biblioteca Nacional de Caracas. En la que parece ser Ia tercera version de la obra, ya aparecen todos los relatos, incluido el ambientado durante la dictadura de Pérez Jiménez y que incluye a1 Viejito como narrador principal. 103 jueves por la tarde a la tertulia que tiene lugar en la Plaza del Panteon, donde les narra historias a sus contertulios y donde debate sobre politica. La falta de informacion sobre el personaje tiene que ver con su funcion como sujeto de la enunciacion, es decir, con el hecho de que se dedique principalmente a narrar a los contertulios diversos relatos sobre determinados personajes historicos. Dentro de su faceta como narrador, el Viejito se caracteriza no 5610 por incluir juicios personales -como por ejemplo, los argumentos a favor del regreso de Betancourt al poder, o aquellos en torno a la legitimidad de identificar a Paez, Guzman, Gomez y Betancourt como los cuatro reyes de la baraja- sino también, por incluir una gran cantidad de datos sobre la vida publica y privada de numerosos personajes historicos. Dentro de estos datos revelados por el Viejito, destacan aquellos provenientes de la interioridad de los personajes, escenas privadas y conversaciones que muy dificilmente han podido ser conocidas por otros individuos que los alli presentes. El Viejito se revela asi como un narrador omnisciente que parece conocer incluso Ios pensamientos mas intimos de los diferentes personajes. Para justificar o encubrir su omnisciencia a la vez que para autolegitimar su version historica, e1 Viejito alega varios posibles motivos. En primer lugar, asegura haber sido testigo ocular de los hechos narrados: “Yo estaba alli, cuando Gomez dijo a Pimentel...” (10) o “si hubiese visto lo que a mi me ha tocado ver, no se sentiria tan extrafiado” (54). Este caracter en parte testimonial que la narracion parece tener afiade, en principio, verosimilitud a1 discurso. Sin embargo, lo inverosimil de su presencia en todos los sucesos de que dice haber sido testigo -donde habla, por ejemplo, de sucesos ocurridos en 1848, “como si hubiese estado presente en un acontecimiento sucedido hacia ciento diez afios” (42)- y el hecho de que no intervenga en ninguna de las escenas que narra, denuncia la ubicuidad y 104 omnisciencia del narrador, lo que provoca dudas e incredulidad entre sus compafieros de tertulia. Por otra parte, e1 Viejito sugiere en una ocasion que sus relatos son, al menos parcialmente, producto de su fantasia: “-Por supuesto que estaba alli -agrego con suave ironia- con los ojos del entendimiento y la luz de mi fantasia” (14). En cualquier caso, y a juzgar por el numero de ocasiones en que lo menciona, e1 Viejito parece decantarse por el argumento del caracter testimonial de sus historias. Sin embargo, tampoco llega a explicar en detalle esta postura, lo que afiade ambiguedad a la cuestion de la fuente de informacion y desemboca en el cuestionamiento de la legitimidad de su version historica. Por su parte, la novela desarrolla una serie de episodios que parecen conectar o explicar los argumentos aportados por el Viejito sobre su fuente de conocimiento. En primer lugar, son los contertulios e1 publico receptor de la informacion ofrecida por el Viejito, dentro de la novela. La manera en que este publico reacciona ante los argumentos del narrador nos ofrece la primera indicacion sobre el objetivo legitimador o no de la novela. En un primer momento, Ios contertulios se muestran escépticos sobre la veracidad de dichos testimonios asi como sobre el caracter testimonial en si de dichos relatos. Esta incredulidad por parte de los personajes aporta un grado de reflexividad y verosimilitud a la novela, a1 ser ellos mismos los que cuestionan la verosimilitud del relato narrado. Sin embargo, son ellos mismos los que gradualmente terminaron aceptando la version del Viejito, a1 interpretar la ubicuidad y longevidad del enigmatico personaje como un elemento sobrenatural,“2 pero posible. Esto es lo que se deduce a juzgar por el debate que mantienen sobre la enigmatica edad del Viejito, donde se llegan a barajar hipotesis “2 Alexis Marquez Rodriguez ha observado el interés de Herrera Luque “por lo maravilloso, por lo magico, por lo esotérico” (Historia y ficcion en la novela venezolana. 229); y Carmen Verde Arocha 1e dedica todo un apartado a la cuestion del realismo magico en La Luna de Fausto (1983), en su estudio El gueiido tragico en Herrera Lugue. Una lectura de La Luna de Fausto (1992). 105 fantasticas: “El Sefior de las Sillas declaro dias atras que El Viejito no era ningun espectro salido del Panteon Nacional, como llego a pensar, por el 3610 hecho de que muerto no puede ni oler e1 ajonjoli. También fue descartada por ridicula la hipotesis del Quincallero cuando asevero que el anciano podia ser el celebe’rrimo Conde de San Germain, con mil afios de existencia” (42). Tras descartar varias hipotesis Ios contertulios concluyen lo siguiente: “-Yo no creo que nuestro amigo El Viejito -habia respondido E1 Diplomatico- de haber tenido esos poderes, hubiese detenido la muerte a los ochenta afios, ya convertido en un vejestorio. Seria una babiecada sin sentido. Y como resulto convincente dej aron para otro dia e1 enigma del extraiio vate” (42). En esta conversacion, los contertulios dudan de un hecho casi sobrenatural pero se plantean otros y, en ultima instancia, aceptan la historia del Viejito. Esta racionalizacion de hechos sobrenaturales por parte de los personajes, parece querer producir e1 efecto literario de “suspension of disbelief”, que segun Calvino “is the condition on which the success of every literary invention depends, even it it is admittedly within the realm of the fabulous and incredible” (The Literary Machine. 105). Este elemento sobrenatural de la omnipresencia y omnisciencia del narrador se ve corroborado por otro personaje que no forma parte del grupo de contertulios. Hacia el final de la novela, una vez que El Viejito ha desaparecido de la Plaza del Panteon y mientras Ticoté y Chucho se preguntan las causas de su desaparicion, aparece en escena Timoleon, defensor de Betancourt y uno de los fundadores de Accion Democratica. Timoleon 1e comenta a Ticoté que el Viejito es el mismo hombre que él vio en 1899: “cuando Ios andinos entraron a Caracas en 1899, y yo tenia trece afios, vi a ese mismo Viejito, con igual edad que ahora, vestido también de blanco y con idéntica gorrita” (255). 106 Ante 1a incredulidad de Ticoté, Timoleon se marcha enfadado (256). Esta y otras escenas pretenden explicar la omnisciencia del Viejito, sugiriendo su condicion sobrenatural, con lo que parece que la misma novela quiere corroborar o ejemplificar los argumentos aportados por el personaje. Aunque al final de la novela se sugiere que el Viejito no es mas que el bedel del Panteon -pues, tras la revuelta estudiantil y la huida de Pérez Jimenez, los estudiantes creen ver desaparecer a1 anciano dentro del Panteon- la novela deja abierta la cuestion sobre la identidad del Viejito y, lo que es mas importante, sobre como un personaje puede tener acceso a toda la informacion, incluyendo los pensamientos de otros personajes. A pesar del tono ambiguo creado por la novela en tomo a la naturaleza del Viejito para poder verosimilizar y legitimar su vision historica, el tema de la verosimilitud narrativa sigue remitiendo a1 problema narratologico principal, que viene dado por la condicion ficcionalizada del narrador principal: su doble funcion de narrador y personaje. La novela se vale de esta doble funcion del Viejito para proponer una lectura historico- politica que, si fuera planteada por el tradicional narrador omnisciente en tercera persona, denunciaria 1a intromision de este autor implicito. En este sentido, esta doble funcion provoca, en principio, un efecto de distanciamiento entre los juicios emitidos por este narrador ficcional y los del autor implicito -o, en ultima instancia, Ios del mismo autor- lo que a su vez produce e1 efecto de libertad de palabra del personaje. Estos juicios emitidos por el narrador intradiegético van encaminados, principalmente, a convencer a su publico -tanto e1 publico “ficcional”, el de la tertulia, como el mismo lector- de la validez de sus argumentos para incluir en una misma categoria a Paez, Guzman Blanco, Gomez, y Betancourt. Para lograr su proposito y hacer verosimiles sus argumentos, el narrador 107 recurre a una serie de argumentaciones y estrategias narrativas a la hora de imponer su particular vision de los que considera “grandes hombres” de la historia venezolana. Entre estas estrategias narrativas, el narrador ficcionaliza sus propias opiniones a1 narrar escenas donde los mismos dictadores “predicen” a sus sucesores en el poder, tal y como él ha argumentado que hicieron. Esta mediatizacion del narrador en sus propias narraciones puede verse tanto en el relato de Guzman Blanco, como en el de Gomez e incluso en un episodio protagonizado por Paez, como ya comentamos anteriormente. Todos estos factores -las intromisiones discursivas del Viejito, unido a su omnisciencia y a su condicion de personaje-H3 terminan “desverosimilizando” su doble funcion que, por otro lado, no debe verse como perteneciente a un mismo agente narrativo, ya que tanto el personaje -que Mieke Bal denomina actor o actante- como el narrador y el focalizador son agentes narrativos que se encuentran y actuan en planos diferentes: “Each agent effects the transition from one plane to another: the actor, using the acting as his or her material, produces the story; the focalizer, who selects the actions and chooses the angle from which to present them, with those actions produces the narrative; while the narrator puts the narrative into words: with the narrative it creates the narrative text” (Bal 88). De esta delimitacion de las funciones de cada “agente” se deduce que las condiciones que afectan al personaje no tienen por qué condicionar las funciones del narrador. Es decir, las posibles interpretaciones que se ofrecen en Los cuatro reyes de la baraja para legitimar 1a omnisciencia del personaje, e1 hecho de que sea un ser sobrenatural o que la parte mas privada de su relato sea producto de su imaginacion, 113 . . , . . . . . . Su condncron de personaje lo limita con respecto al grado de ommscnencna que pueda tener a la hora de narrar Ios relatos sobre Guzman Blanco y Gomez. Teoricamente, el Viejito solo puede conocer y hablar sobre los personajes “desde afuera”, haciendo uso de la llamada “focalizacion extema”. 108 constituyen estrategias de contenido que no afectan a1 plano superior”4 de la narracion y que definitivamente no encubren la naturaleza del narrador. De hecho, estas estrategias de contenido -la ambiguedad sobre los motivos creados alrededor de la omnisciencia del personaje con el que el narrador en teoria se identifica- le sirven precisamente a1 narrador principal para imponer su version de la vida de Guzman Blanco asi como de los factores e individuos que han influido en mayor grado en el desarrollo de los acontecimientos historicos en Venezuela. Por otra parte, el uso de varios niveles y voces narrativas, donde se le concede mayor protagonismo a un narrador que es a su vez personaje, no implica necesariamente un cambio en el tipo de focalizacion o perspectiva narrativa: “if a narrative begins in external focalization and changes to internal focalization, it is not necessarily the focalizer that changes; the change may equally well be in the focalized, with the character ‘seen from within’ being not the subject but the object of the focalizing” (Bal 92). Es decir, 1a perspectiva del narrador intradiegético/homodiegético puede ser la misma que la del narrador extradiegético/heterodiege’tico pero donde éste ultimo “se esconde” detras del primero para disimular su autoridad discursiva y crear el efecto de libertad de palabra de los personajes.”5 Esto es lo que parece ocurrir en Los cuatro reyes de la baraja. A pesar del debate politico en que a veces desembocan los temas abordados del Viejito, la novela solo ofrece una unica perspectiva, una sola version historica, aquella aportada por el Viejito. Una vision historica que no se ve desmentida por ninguno de los personajes. Al contrario, tanto los contertulios como aquellos personajes que no se encuentran ”4 Tal y como observa Mieke Bal, “the narrator as narrator is always at the higher diegetic level; at the very most, s/he can as a person be identified with a character” (86). 15 Mieke Bal observa como, aunque este narrador sea ‘invisible’, “it is well and truly the subject of the narrating. In this sense, it is as present as the other type -even though invisible” (89). 109 presentes en la tertulia, intentan explicar y, en definitiva, encubrir la omnisciencia del personaje para legitimar su version historica. Esta version historica ya viene ademas legitimada de antemano a través de la nota previa a la novela. Una nota que, como ya mencionamos, no fue escrita por el autor sino por su hija Mariana, y que deja sentadas las bases para la interpretacion de la obra, eliminando e1 efecto de distanciamiento ideologico y revelando la autoridad discursiva de la novela.”6 La novela no parece participar de aquella tendencia discursiva que llama al lector a participar en la lectura y extraer sus propias conclusiones, no intenta compartir la responsabilidad critica con el lector (Narrativa de la dictadura. 70). Al contrario, el autor delega la autoridad discursiva en un unico narrador de los relatos, que dirige al lector en su interpretacion sobre las dictaduras y sus protagonistas para que converja con la suya propia. La interpretacion del Viejito, a pesar de cierto tono critico, sugiere una actitud en parte reivindicatoria hacia aquellos personajes historicos condenados por la historia pero que, en su opinion, implementaron importantes cambios para el pais. Ademas, la incorporacion de escenas que corroboran Ios argumentos ofrecidos por el Viejito para justificar su omnisciencia, sugieren e1 interés de la novela por validar la vision historica aportada por el personaje. Extratextualmente, la figura del Viejito ha sido interpretada como una especie de ente colectivo representador del pueblo venezolano y su historia. Asi se 10 define en la pagina de internet117 que la “F undacion Francisco Herrera Luque” dedica a resumir y comentar brevemente las obras del autor: “el Viejito -personaje cuyo nacimiento se remonta imaginariamente a los inicios de la época de Bolivar- asume la funcion de ser la “6 Roberto Lovera llego a comentarme que, en su interpretacion de la obra, e1 Viejito es el alter ego del autor. I ‘7 . 110 vivencia colectiva de Venezuela” (2). Esta funcion de vivencia colectiva del personaje y narrador permitiria explicar 1a recoleccion de sucesos historicos ocurridos en espacios y tiempos distintos y el constante devenir entre pasado y presente de su relato. Este tipo de narrador como conciencia colectiva que rescata diferentes contextos espaciotemporales con un fin informativo y en ocasiones reivindicativo y que, al mismo tiempo, funciona como narrador y personaje, ha sido trabajado por autores como Elena Garro en _Lo_s recuerdos del porvenir (1963) 0 Carlos Fuentes en La region mas transparente (1958). En el caso de Los recuerdos. la voz narrativa de Ixtepec es “una voz hecha desde la ciudad donde nace, se desarrolla y finalmente se hace piedra. Es solo un testigo que describe el mundo que ha presenciado, para atras 0 para adelante, detenido por el tiempo, a fin de cuentas el elemento que estructura e1 universo de la novela” (Ruiz Abreu 9). Si el personaje de Ixtepec actua como la memoria del pueblo mexicano, un pueblo desgarrado por los efectos de la revolucion, e1 personaje del Viejito actuaria como la memoria del pueblo venezolano, desgarrado a su vez por los efectos de regimenes totalitarios, aunque un tanto condescendiente con estos personajes historicos. Tanto el narrador colectivo de Garro como el de Fuentes se caracterizan por adoptar diferentes perspectivas provenientes de distintos sectores marginados de la sociedad mexicana que funcionan a un mismo nivel donde “no one perspective is privileged over another” (Winkler 182). Con respecto a la naturaleza colectiva del narrador de Los recuerdos, Jean Franco destaca “the advantage of giving voice to all the marginalized elements of Mexico -the old aristocracy, the peasantry... the indigenous, and women; in sum, all those left behing by the modernization and the new nation” (Plotting Women, 134). Precisamente es este intento de inclusion, de dar voz a toda la 11] sociedad mexicana, evitando asi el riesgo de parcialidad, lo que explica que Garro elija al pueblo de Ixtepec como el narrador (Winkler 184).”8 Sin embargo, e1 narrador de Lg cuatro reyes no se desdobla en una plurivocidad 0 un multiperspectivismo, incluyente de grupos subalternos. Ni siquiera ofrece diferentes versiones sobre estas figuras historicas. Al contrario de lo que ocurre con Ixtepec 0 con Ixca Cienfuegos de La region mas transparente, cuyos “pensamientos se enlazan con las voces de los personajes que ha encontrado. Su cuerpo desaparece y Cienfuegos se vuelve capaz de adoptar numerosas perspectivas de manera simultanea” (Long, 2), el narrador colectivo de Los cpatro reyes ofrece una sola version historica y una sola perspectiva, adoptando un discurso monologico que, unido a su condicion de unico narrador de la tertulia, sugiere la imposicion autoritaria de un unico discurso (Dialogic, 335). De hecho, e1 narrador recurre a esta autoridad discursiva para crear ambiguedad o no revelar los motivos de su omnisciencia siempre que los contertulios cuestionan sus palabras: “-Yo sé muchas cosas, quizas demasiadas; pero no puedo decir como ni cuando las he sabido” (95).”9 El tipo de revisionismo historico llevado a cabo por Herrera Luque, no solo en Los cu_atro reyes de la bargia sino también en otros ejemplos de su narrativa historica, posee un gran valor historiografico o, si se quiere, cientifico, en cuanto que busca recontextualizar figuras historicas altamente mediatizadas y “maniqueizadas” por la ”8 El estudio de Winkler, sin embargo, plantea y desarrolla también las limitaciones gnoseologicas del narrador por su condicion de pueblo, que resultan en su marginacion con respecto de los mismos habitantes de Ixtepec (“Insiders, outsiders, and the slippery center: marginality in Los recuerdos delporvenir”, 184- 87). “9 Otra ocasion en la que el narrador pone de manifiesto su posicion de autoridad narrativa tiene lugar hacia el final de la novela, cuando habla de los caballos de la baraja y de los ases, y defiende que “José Maria Vargas fue el de Espadas, Juan Pablo Rojas Paul el de Copas y Eleazar Lopez Contreras el as de Bastos. Los tres fueron ejemplos hacia Ios cuales debemos mirar para sacar el pais adelante” (253). A 10 cual Chucho 1e recrimina que se contradiga con respecto al papel historico de Lopez Contreras. Frente a la acusacion del estudiante, El Viejito alega “-LY se puede saber por qué no tengo derecho a contradecirme?” 112 historiografia oficial. Sin embargo, el afan del autor por cubrir aquellos espacios historicos olvidados o marginados por la historiografia oficial, por ser el portador de la “verdad” sobre el pasado,]20 resulta en una vision totalizante de dicho pasado y, por lo mismo, en una incapacidad del autor para reconocer la imposibilidad de acceder a un conocimiento total de una realidad dada. Si comparamos Los cuatro reyes con La novela de Peron, veremos que ésta ultima no 5610 yuxtapone versiones historicas a menudo contradictorias entre si sino que ni siquiera se decanta por una de ellas en particular, dando a1 lector 1a oportunidad de juzgar por si mismo. De hecho, la novela de Martinez ni siquiera parece buscar que el lector elija unicamente una de las versiones. Mas bien, parece querer que este lector reconozca la parte de “verdad” contenida en cada version pero, al mismo tiempo, su caracter incompleto, limitado, subjetivo. Para ello, La novela de Peron se desdobla en una serie de voces, perspectivas y niveles narrativos que en ocasiones se critican 0 se rien de su propio discurso para mostrar su limitaciones y, en definitiva, para deconstruir su prOpia autoridad. Por el contrario, Los cuatro reyes intenta justificar y encubrir la autoridad discursiva empleada para proponer su particular lectura historica, mediante estrategias narrativas y de contenido tales como la ficcionalizacion del narrador o la incorporacion de escenas que corroboran su supuesto caracter sobrenatural. (253), para continuar posteriormente con su relato. Aqui el narrador recurre una vez mas al principio de autoridad discursiva para resguardar el secreto de su omnisciencia y también justificar sus contradicciones. 120 . , u . . . ,, . Herrera Luque afirma, en su entrevnsta con Joaqum Soler, hacer psncoterapia colectiva mediante su obra literaria. Al desvelar a la gente los secretos de su propia historia, los pone en paz consigo mismo. En cuanto a su obra como psiquiatra, afirma que su objetivo es liberar a Venezuela del pasado pero para ello hay que conocer bien dicho pasado. 113 Capitulo IV Estrategias dc legitimacion y verosimilitud de la autoridad discursiva en El seductor de la patria de Enrique Serna E1 seductor de la patria (1999) reconstruye la vida de uno de los personajes mas controvertidos de la historia mexicana decimononica, la del militar y dictador mexicano Antonio Lopez de Santa Anna (1794-1876). Erigido en el poder en once ocasiones durante las décadas subsiguientes a la independencia mexicana, se le ha culpado, entre otras cosas, de la derrota en la lucha por Texas de 1836 y del fracaso de la guerra con Estados Unidos (1846-48), que supuso la pérdida de la mitad del territorio nacional de Mexico.121 Recientemente, esta ultima cuestion ha desatado de nuevo la polémica y la discusion entre defensores y detractores de Santa Anna. La publicacion de la obra Pe_rfil del traidor de Jorge Veraza Urtuzuastegui, donde e1 autor “ubica al personaje como ‘factor clave’ en la conformacion de la ‘plataforma territorial’ desde la que Estados Unidos comenzo a construir su hegemonia mundial” (I), y el ciclo de mesas redondas122 sobre libros y peliculas en torno a1 personaje historico, otorgan al debate sobre Santa Anna mayor actualidad si cabe, y aumentan en cualquier caso la fascinacion que el carismatico personaje ha ejercido durante generaciones sobre historiadores y escritores como Carlos Fuentes'23 0 el autor de la presente obra. 121 Para mas informacion, Véase Siglo de caudillos: Biografigolitica de México (1810-1910) de Enrique Krauze. ‘22 Véase articulo de La Jomada (14 sept. 2001) por Arturo J iménez. 123 Fuentes rememoraba hace poco tiempo, en una entrevista para El Pais, e1 plan editorial que trazo hace ya 40 aflos con Gabriel Garcia Marquez para “completar una biblioteca con novelas biograficas de dictadores Iatinoamericanos” (2) y donde eligio a Santa Anna como tirano de su novela, aunque nunca llego a escribir 1a obra. 114 I. Estrategias de autolegitimacion y verosimilitud del prologo: el doble pacto de lectura y el silenciamiento de las memorias de Santa Anna Como en toda novela del género, en El seductor se funden e1 elemento ficticio y el historico. Esta fusion es sefialada por el autor en el breve prologo que, a modo de agradecimiento, antecede a la obra: En esta novela no intenté compendiar todo lo que se sabe sobre Santa Anna, ni mucho menos decir 1a ultima palabra sobre su vida, sino reinventarlo como personaje de ficcion y explorar su mundo interior sobre bases reales. Para dejar el campo libre a la imaginacion, renuncie’ de entrada a la objetividad historica. Sin embargo, 1a naturaleza de mi trabajo me obligo a estudiar a los clasicos de la historiografia mexicana del XIX y a revisar los documentos que sirvieron como base a los biografos de Santa Anna. (9) Serna sefiala también que tuvo en cuenta 1a labor de historiadores como F austo Zeron Medina, Ana Garcia Bergua o Ricardo Garcia, entre otros.‘24 Con la pertinente autorizacion de Enrique Krauze, Serna adopta, para el titulo de su novela, el calificativo de “seductor de la patria” con que el historiador encabeza el apartado sobre Santa Anna en su Siglo de caudillos. E1 autor también menciona como sometio su primer borrador a 124 Serna hace también alusion a la ayuda de su amigo José Joaquin Blanco en la reconstruccion de la época asi como a la de Margarita Villasei‘ior, por ofrecerle una perspectiva femenina para ayudarle a recrear la vida conyugal de Santa Anna (10). F inalmente, Serna agradece 1a ayuda de su hermana Ana Maria y su amigo Alberto del Castillo al facilitarle e1 acceso a las bibliotecas de sus respectivas universidades. 115 la revision de su amigo, el historiador José Manuel Villalpando, “quien espulgo cuidadosamente 1a novela en busca de dislates y anacronismos” (9-10). Se trata por tanto de una obra en cierta manera colectiva donde los detalles historicos han sido meticulosamente comprobados por numerosos investigadores. En este sentido, Serna intenta establecer un doble pacto de lectura: por una parte, se ampara tras un pacto de ficcion a1 decir que quiere reinventar al personaje historico, pero, por otra, pide a1 lector que crea en la verdad historica del texto al afirmar que su version ha sido sometida a una escrupulosa revision historica. Esta estrategia de autolegitimacion del texto que Serna despliega en el prologo otorga a1 texto mayor verosimilitud, una verosimilitud que se ve acrecentada con la inclusion de un mapa de los territorios mexicanos perdidos en la época de Santa Anna, un indice de personajes historicos asi como una cronologia y una bibliografia sumaria, al final de la obra. Esta inclusion -y revision- de datos historicos, propia de un trabajo historiografico mas que de un texto literario, provoca la confusion del lector con respecto a la naturaleza del texto y le avisa, cuando menos, del intento legitimador que el autor se propuso conseguir en su novela y que esta relacionado con el fin parcialmente vindicativo de la figura historica de Santa Anna. Como el mismo Serna ha manifestado en mas de una ocasion, “la novela plantea que su responsabilidad estaba compartida por la sociedad de la época y que todos los desastres que ocurrieron en el pais en esa época no fueron totalmente culpa suya” (Posadas 2). De esta manera, e1 autor condiciona a priori 1a lectura del lector, dirigiendo su mirada de antemano, lo que evidencia cierto grado de autoridad discursiva. La lectura del prologo revela ya la gran importancia que las cuestiones en torno a la legitimidad y la verosimilitud tienen para Serna, cuestiones que se van a ver reflejadas 116 también en el cuerpo del texto literario. En directa relacion con la novela, cabe destacar un ultimo factor a tener en cuenta en el prologo: e1 hecho de que Serna no mencione Mi historia militar y politica (1810-1874).125 las memorias escritas por Santa Anna. Curiosamente, El seductor se asemeja mucho a estas memorias tanto en su formato como en su contenido. Asi por ejemplo, en ambas obras destaca el caracter autorreivindicativo con que los narradores en primera persona revisten sus memorias para defenderse de sus criticos y limpiar su nombre de cara a un juicio mas benévolo por parte de generaciones futuras. En Mi historia, Santa Anna afirma que “zaherido constantemente por alevosas calumnias de implacables enemigos, resolvi escribir y publicar la historia de mi vida publica por toda contestacion, considerando suficiente oponer hechos notorios a mentiras absurdas; cuantos se impongan de ella no han de ver mas que a un patriota, sirviendo bien a su nacion y merecedor por tanto de gratitud; tanta asi es mi confianza, y mayor la tengo en que la posteridad me hara toda justicia” (188). Algo muy similar alega e1 Santa Anna de Serna. Ademas del relato del ex dictador en primera persona, Mi historia incluye, bajo e1 apartado de “anexos”, una serie de documentos historicos'26 entre los que se encuentran nueve cartas del coronel Giménez a Santa Anna y siete de este ultimo a1 primero. Tanto Santa Anna como Giménez emplean una serie de estrategias retoricas en las cartas auténticas tales como la ocultacion de informacion, la autodefensa y exculpacion, la autolegitimacion y el principio de verosimilitud. Unas estrategias que, como se vera, 125 La obra solo es mencionada en la bibliografia sumaria. La edicion utilizada aqui es la publicada en 1952 or Genaro Garcia (Mexico, DF: Editora Nacional). 26 Los Anexos contienen 2 manifiestos de Santa Anna al pueblo mexicano: el primero, fechado el 28 de febrero de 1864, pidiendo al pueblo que acate la monarquia de Maximiliano; e1 segundo, redactado el 8 de julio de 1865, llamando a1 pueblo a rebelarse contra Ios franceses; un comunicado de Bazaine a Santa Anna asi como la contestacion de éste ultimo; 9 cartas de Giménez a Santa Anna y 7 cartas de éste a1 primero. ll7 también emplean e1 Santa Anna y el Giménez de Serna, dos de los principales narradores y protagonistas de El seductor. Estas coincidencias entre ambas obras hacen pensar que el autor parece haberse inspirado en las auténticas memorias para escribir su texto, aunque su prologo silencie esta filiacion. 11. El formato epistolar como estrategia discursiva autorizadora de los enunciados La novela viene a ser una especie de biografia novelada de Santa Anna en forma epistolar. Junto a las cartas -mas de ochenta- que los diferentes personajes se intercambian, se encuentran también los testimonios de otros personajes -algunos historicos y otros ficticios- cercanos al dictador. Dichos testimonios se presentan en forma de fragmentos de diarios, decretos, discursos, actas, y otros documentos127 de caracter historico, que tienen la funcion de completar Ia informacion obtenida por los principales narradores y/o refutar la version ofrecida por Santa Anna de su vida publica y privada. Una estrategia discursiva empleada en El seductor para construir verosimilitud y legitimar las voces del relato es precisamente el uso del formato epistolar. Un formato gracias al cual los personajes pueden expresarse directa y libremente sin la intervencion de un narrador que filtre, resuma o afiada juicios sobre éstos y sus respectivos discursos. El formato epistolar también permite que algunos personajes se conviertan en narradores [27 Hay unos 35 documentos de distinta naturaleza en la novela, excluyendo las cartas. La diversidad de géneros narrativos que integran la obra no impide incluirla dentro del corpus de “narrativa de la dictadura”. Segun Carlos Pacheco, este corpus no debe restringirse estrictamente a las obras propiamente novelisticas sino que debe incluir otros textos literarios de caracter narrativo como son las biografias noveladas, las memorias, los testimonios, cronicas, etc. (Narrativa de la dictadura, 38). 118 y que incluyan su version del pasado dentro de las cartas. La novela opta asi por abandonar la tradicionalmente autoritaria posicion del narrador omnisciente en tercera persona, lo que desemboca en un menor control narrativo del discurso de los personajes. Ademas, la falta de intermediacion provoca la ilusion del contacto directo en el lector, la ilusion de “experimentar” la historia de primera mano, lo que nuevamente estaria relacionado con la verosimilitud que la novela pretende. En este sentido, 1a obra de Serna presenta un formato fragmentario -a juzgar por la gran variedad de voces que conforman el espectro narrativo- y “antiautoritario”,128 donde e1 autor se despoja al menos parcialmente de su autoridad narrativa y deja que los distintos personajes y narradores intervengan sin e1 control omnisciente y omnipresente de un supernarrador. Es con el objetivo de comprobar esta presunta tendencia antiautoritaria que se van a analizar en el presente capitulo las diferentes estrategias discursivas que funcionan como constructoras de verosimilitud y legitimidad en El seductor de la patria tanto al nivel del enunciado o historia como a1 de la enunciacion. III. Estrategias de manipulacion discursiva en las memorias: los narradores y su lucha por el espacio de la enunciacion Los narradores principales del relato de las memorias del dictador -considerando las memorias como un relato insertado dentro de otro- son e1 ex dictador y general Santa Anna, el ex coronel y amigo personal del ex dictador, Manuel Maria Giménez, y el hijo 128 Tal y como lo concibe Rosalia Comejo-Parriego. Véase la introduccion de su obra La escritura posmodema del poder (pagina 15). 119 de Santa Anna, Manuel. La inscripcion de Santa Anna y Giménez en el relato de las memorias acentuara una manipulacion discursiva por parte de estos dos narradores que ira revelandose conforrne avanza e1 relato. Manuel, en cambio, actuara principalmente de interlocutor y receptor de las versiones de las memorias. Un primer factor a tener en cuenta a la hora de estudiar las estrategias discursivas de autolegitimacion utilizadas por estos narradores es el contexto en que se inscriben sus personajes, los sujetos del enunciado. El momento historico elegido por Serna para recuperar a estos personajes es 1874, un momento de declive en todos los sentidos donde, por ejemplo, nos encontramos con un Santa Anna viejo y derrotado que vuelve a Mexico gracias a la amnistia decretada por el presidente Lerdo de Tejada. Santa Anna es un anciano ciego y enfermo que ha vuelto del exilio para encontrarse con un pueblo que o sigue odiandolo 0 1e ha olvidado. Es desde esta posicion desaventajada y casi de victima, que el autor decide situar a1 que sera e1 principal narrador de la novela, una posicion que puede favorecer una mirada mas bene’vola por parte del lector. A esto hay que afiadir e1 tono reivindicativo con que el narrador Santa Anna se propone escribir sus memorias y que responden a sus ansias de limpiar su nombre y “recibir e1 postrer homenaje de mis compatriotas” (14). Para otorgar mayor legitimidad y credibilidad a sus memorias, Santa Anna decide ‘disfrazarlas’ de biografia pidiéndole a su hijo Manuel que sea su biografo oficial. En cualquier caso, e1 narrador Santa Anna se compromete a escribir las memorias e'l mismo pero cederlas a Manuel para que e'ste “muestre mi lado humano a las generaciones futuras” (18). Asi pues, desde un principio Santa Anna manifiesta e1 objetivo de redactar su autobiografia para promover un juicio de su persona mas humano y favorecedor. No es de extrai'lar, pues, e1 caracter interesado del relato “entregado” per 120 Santa Anna que lo convierte en un retrato heroico de su persona y de sus acciones pasadas para lograr un ultimo reconocimiento del pueblo mexicano antes de morir. Aunque Santa Anna 1e pide a su hijo que no disimule sus defectos, esto se debe a que “la obra sera mas convincente 51 en vez de ocultar mis debilidades las pones en primer plano, minimizadas -eso si- por mis actos de valentia y heroismo” (19). Es asi como el narrador principal autolegitima su discurso y expone los motivos e intereses que lo mueven a contar su version de la historia. Esta version de la historia segun e1 narrador Santa Anna abarca toda su vida pero se detiene especialmente en los momentos historicos de mayor triunfo politico y militar. Seran otros narradores, como sus hijos Angel y Manuel, los que o bien aporten su testimonio sobre los actos mas controvertidos en tomo a Santa Anna, 0 bien lo insten a que é] mismo se refiera a ellos. El contenido de las memorias comienza con el relato de la infancia y adolescencia de Santa Anna y su temprana iniciacion militar donde ya toma parte en la Guerra de la Independencia (1810-1821), decanténdose por el bando espai’iol. Sin embargo, y tras la firma del Plan de Iguala (1821) por Iturbide y Guerrero, donde se proclama la independencia de México, Santa Anna cambia de bando. A partir de entonces, comienza su ascension social y politica, caracterizada por su falta de integridad e ideales politicos y sus continuas rebeliones y cambios de bando. El relato de la vida de Santa Anna es una sucesion de luchas por el poder, de intermitentes regimenes dictatoriales -como ocurre durante Ios periodos de 1842-44, 1846-47, 0 1853-55-, de reclusiones en alguna de sus numerosas haciendas y de destierros. Las memorias se detienen especialmente en sus victorias militares 0 en sus aCtos heroicos como, por ejemplo, la toma de Tampico (1829) donde Santa Anna derrota 121 definitivamente a los espafioles en una de sus victorias mas aplastantes, o la defensa de Veracruz ante los franceses (1838), donde pierde el pie izquierdo y es elevado por ello a la categoria de martir y héroe de la patria. Santa Anna también se detiene en el relato de su e'poca mas controvertida, la de la larga lucha contra los Estados Unidos. Aunque e1 narrador pone énfasis en el relato de la Victoria mexicana en la batalla de El Alamo (1836), también narra 1a emboscada de que son victimas por parte de los norteamericanos, y su posterior fuga y arresto. Su puesta en libertad en 1837, la posterior pérdida de Texas y la firma de los tratados de paz de Guadalupe Hidalgo, en los que Mexico cede a los Estados Unidos los territorios de Colorado, Nuevo Mexico y California, 1e valen el descontento del pueblo y la acusacion de traidor por los liberales. Santa Anna huye del pais refugiandose primero en Jamaica y después en un pueblo de Nueva Granada. Sin embargo, una sublevacion 1e lleva de nuevo a1 poder en 1853 donde vuelve a imponer un re’gimen dictatorial hasta 1855. Ante las criticas de su pueblo, Santa Anna incia conversaciones con Maximiliano de Habsburgo para que gobierne en Mexico. Una vez que Maximiliano es coronado emperador, Santa Anna es desterrado de Mexico por escribir un manifiesto politico. La narracion de su declive politico la lleva a cabo su hijo ilegitimo Angel, quien cuenta las estafas de que es victima Santa Anna durante su destierro en la isla de Santo Tomas, en Bahamas. Su ambicion por gobernar 1e lleva a volver a Mexico una vez mas, donde es arrestado y sometido a juicio por traicion a la patria en 1867. Santa Anna es fmalmente sentenciado a ocho afios de exilio, a1 cabo de los cuales vuelve a su pais para morir en 1876. 122 El narrador Santa Anna recurre a una serie de estrategias retoricas tales como la construccion del yo como héroe, donde construye un discurso que no solo legitima todos sus actos, especialmente durante la guerra con los Estados Unidos y afios mas tarde, durante su ultima presidencia, sino que, a1 estilo de los discursos coloniales, crea una imagen heroica de si mismo, legitimando todas sus acciones y comparandose a grandes personajes historicos como Napoleon Bonaparte (32) 0 Simon Bolivar (402). También, al estilo de Hernan Cortés y otros cronistas de la conquista siglos atras, Santa Anna pretende legitimar todos sus actos y decisiones mediante estrategias retoricas como la Providencia, 1a Fortuna y Satanas -a quienes achaca sus derrotas, en un intento por deshacerse de sus responsabilidades (394)-, o incluso el tema de lo fantastico (391). Otro de los temas recurridos en la época colonial y también empleado por Santa Anna es el de la naturaleza como enemigo del hombre, donde fenomenos tales como las tormentas y diluvios, o enfermedades como las epidemias sirven al narrador para excusar las retiradas y los fracasos de sus tropas, retiradas que en algunos casos se deben a sus deserciones. Este parece ser el caso de sus varias retiradas antes de luchar contra el general Juan Alvarez que se rebela e1 6 de marzo de 1854. En su ultimo intento de lucha contra Alvarez, Santa Anna recuerda que “30h desventura! Cuando me disponia a ordenar el ataque se desato una tempestad pavorosa acompafiada con rafagas de granizo, que se prolongo por mas de diez horas. Yo habia ido a luchar contra Ios rebeldes, no contra Ios elementos, y decidi posponer 1a campafia para el tiempo de secas” (458). Esta cita pone de manifiesto la similitud entre esta estructura retorica y tematica y la de las cronicas, pero esta proximidad le afiade a la vez un matiz de exageracion y parodia. 123 Otra de las estrategias discursivas empleadas por el narrador Santa Anna es la negacion o silenciamiento de la “verdad” historica, una estrategia que se “descubre” al contrastarla, por una parte, con las versiones de otros narradores. E1 relato del ex dictador se vera a menudo yuxtapuesto a diferentes textos de otros personajes que en la mayoria de los casos contradicen al menos parte de la informacion narrada por el protagonista. De esta manera, en multiples ocasiones nos encontramos con diferentes versiones de un mismo hecho historico que, cuando menos, avisan de la manipulacion del discurso por parte del narrador Santa Anna y desautorizan su version. En uno de los muchos ejemplos donde se da esta situacion, e1 personaje afirma tener el apoyo y amor de su pueblo. Pero, a continuacion, la carta del sargento Ignacio Iberri lo acusa de conducta altanera y despotica y de la explotacion que sufren los campesinos a manos suyas (73-74), desautorizando en ultima instancia la version de las memorias. En otras ocasiones, es el mismo Santa Anna quien contradice su propia version debido a1 estado de semi-inconsciencia en que cae y que provoca el que confunda versiones y se contradiga. Este estado semi-inconsciente explica e1 gradual cambio en su perspectiva temporal, que hace que Santa Anna pase de narrar los hechos en pasado a confundir pasado y presente: “Venga para aca, Giménez, 1e voy a dictar un decreto” (297). Esta confusion de tiempos historicos tiene 1a funcion de presentar a un Santa Anna mas “honesto” o confiable -tal y como desea su hijo Manuel- que describa los hechos “tal y como ocurren”, sin intentar revestir sus acciones de legalidad o revelando precisamente como las intenta legitimar. El personaje va confesando los multiples delitos y abusos que comete durante su estancia en el poder donde, a pesar de tener un congreso que le otorga legitimidad a su re'gimen, implanta “una dictadura militar con fachada democrética” 124 (515). Aunque sin mostrar arrepentimiento necesariamente, Santa Anna va relatando de una manera mas verosimil como en este periodo de su vida politica -durante su presidencia provisional (l841-45)- se aprovecha del poder en beneficio personal, confiscando tierras, objetos de lujo y dinero, que pasan a ser propiedad suya. Esta ilusion de imparcialidad que va cobrando la version de Santa Anna es causada, a1 parecer, por Dolores Tosta -su segunda mujer- y el doctor F ichet. Este le ha suministrado a1 viejo un “liquido magnético” con el fin de que Santa Anna hable en suefios y les revele la combinacion de la caja fuerte para que su mujer pueda tener acceso a su interior. Es asi como la enunciacion hace verosimil la gradual sinceridad del narrador y la confusion de voces que se encuentran en su enunciado ya que, segun e1 doctor Fichet, “un sonambulo no puede mentir” (323). La yuxtaposicion de voces unido a la “sinceridad” con que aparentemente habla ahora Santa Anna, revela un efecto comico en el relato que parece correr paralelo a esta mayor profundidad e interioridad de sus pensamientos: “solo cuando me imploran siento amor por el projimo. Ojala fuera e1 Santo Padre o la Virgen Maria, para estar escuchando ruegos a todas horas” (314). De hecho, Ia narracion va adquiriendo un constante tono ironico y sarcastico conforme avanza. La actitud ironica de Santa Anna donde condena a aquellos politicos condicionados por su ambicion personal y su vanidad no hace sino enfatizar mas sus propios defectos. La tematizacion de este efecto ironico de “autocritica” se repite constantemente en la obra cuando e1 narrador Santa Anna critica y condena actitudes adoptadas por él mismo, o bien desmiente las acusaciones de abusos para mas tarde comentar con otras palabras que los cometio, aunque sin reconocerlos como tales. 125 La contraposicion de actitudes contrarias que revelan la falsedad de aquella adoptada por el narrador hace que el tono ironico predomine en estos momentos. Ante los abusos que, segun Santa Anna, Dolores Tosta y el doctor Fichet cometen contra su salud, Giménez decide llevarse en secreto al viejo general a un cuarto de vecinos en la calle de la Moneda para que éste pueda recuperarse. A1 no ingerir mas “liquido magnético”, Santa Anna parece volver a un estado de mayor lucidez mental y, aunque todavia no recuerda el numero de la caja fuerte, se dedica a revisar Ios soliloquios que Giménez envio a Manuel como parte de sus memorias. E1 protagonista reconoce lo perjudicial que estos monologos serian en caso de ser publicados, asi que rectifica o suprime aquellos pasajes que comprometen e1 fin vindicativo que quiere imponer a su biografia. Santa Anna 1e informa a su hijo que Apenas una quinta parte de los manuscritos paso la censura, pues eliminé cualquier inconveniencia que pudiera perjudicarme. Giménez hara favor de enviarte la version corregida, para que te atengas a ella con el mayor escrupulo. Nada de frases cinicas ni de confesiones autodenigrantes: debi estar drogado cuando las proferi, o bien Giménez tergiverso mis palabras, pues nunca he juzgado mis actos en términos tan severos, ni he cometido faltas tan graves que exijan un acto de contricion. (341) De esta forma, el narrador se convierte en censor de su propio discurso, eliminando Ios aspectos subversivos de sus propias memorias y reescribiendo sus “confesiones”. La yuxtaposicion de estas dos versiones historicas, producidas por el 126 mismo yo-Santa Anna, pone de manifiesto 1a manipulacion de la verdad historica ejercida por el narrador en pos de una legitimacion personal. De ahi también que, ya con la mente serena “para mirar atras y [...] ajustar cuentas con el pasado” (341), Santa Anna proceda a refutar la version de aquellos historiadores -que él denomina como “fantasiosos novelistas”- que 1e sefialan como complice de la victoria estadounidense en la guerra por Texas. De nuevo, se asiste a la yuxtaposicion de versiones contradictorias sobre un mismo hecho o, deberiamos decir, perspectivas diferentes de un mismo hecho, que en ultima instancia revelan cierta complicidad del general con el bando norteamericano a cambio de que se le perrnita entrar de nuevo a su pais, después de haber sido desterrado (345-46). Este fragmento de sus memorias se destaca por el fin exculpatorio y autodefensivo de un narrador que pretende cambiar 1a imagen negativa con que ha pasado a la historia: Si Taylor y yo nos pusimos de acuerdo para montar una sangrienta farsa, gqué sentido tenia exponer mi vida en ella? No, sefiores, no fui yo quien desamparo a la Republica y la entrego indefensa a la expoliacion extranjera. De esos cargos debe responder la faccion impia que hizo estallar una guerra civil para proteger los intereses del clero, en vez de combatir a1 formidable enemigo comun. (355) En otras ocasiones, confiesa haber ejercido e1 poder sin ninguna limitacion y haber adoptado una serie de medidas represivas como las que adopta a la vuelta de su destierro jamaicano, tras destituir a1 hasta entonces presidente Arista. En ese momento, 127 Santa Anna decide “nombrar veintitrés gobemadores en lugar de los elegidos por sufragio universal” (412), exiliar o asesinar a sus detractores, o censurar duramente los periodicos. Santa Anna justifica el estado dictatorial que impone “porque estaba en juego la supervivencia de la nacion” (412). En el terreno economico, el mismo narrador confiesa haber despilfarrado grandes cantidades de dinero -y parte de la indemnizacion norteamericana por la compra de tierras mexicanas- en la ostentosa omamentacion de su Palacio 0 en los uniforrnes de sus militares, despilfarro que Santa Anna llama inversion y que juzga mas que necesaria. Son 105 enunciados de otros narradores, como por ejemplo el de Benito Juarez (415-16), los que nuevamente acusan a1 dictador de sus abusos y de no invertir e1 capital en el progreso de la nacion sino en lujos innecesarios. En suma, Ios enunciados de Santa Anna poseen un carécter claramente autodefensivo que, sin embargo, se ven desenmascarados por la yuxtaposicion de versiones contrarias a la version ofrecida por el ex dictador. Pero hay otros intereses cifrados en la escritura de las memorias de Santa Anna que se van revelando conforme avanza el relato y que desembocan en la intromision y manipulacion discursiva del mismo por parte de al menos un narrador mas: Giménez. Manuel Maria Giménez es, junto a Santa Anna, e1 narrador mas influyente dentro de la historia y, a su vez, de la narracion. Ayudante de Santa Anna aflos atras en la defensa de Veracruz (1838), donde pierde un brazo, se convierte mas tarde en su secretario personal. Giménez se presenta ahora ante Santa Anna para brindarle su apoyo y proteccion y para ayudarle a escribir las memorias. El viejo ex dictador informa a su hijo que “le tengo absoluta confianza y puedo dictarle sin temor a que cometa indiscreciones” 128 (33). Giménez se convierte asi en el transcriptor “oficial” de las memorias que Santa Anna envia a su hijo. Sin embargo, a1 igual que los enunciados de Santa Anna quedan deslegitimados en la confrontacion con otros enunciados, de la misma manera e1 discurso de Giménez, al aparecer “legitimado” por el ex dictador, se contagia de desconfianza. Esta desconfianza queda confirmada con la gradual intromision y apropiacion de los enunciados de Santa Anna por parte del transcriptor. A medida que avanza la novela, Giménez se va involucrando y entrometiendo mas y mas en el relato, no 3610 en la reescritura de estas memorias, sino también en la manipulacion del discurso segun quién sea e1 destinatario de la informacion. Asi, por ejemplo, con el fin de apagar las ansias de poder de Santa Anna, Giménez le sugiere que escriba una carta a Porfirio Diaz apoyando una insurreccion, carta que el mismo Giménez se encarga de destruir. Ante la inquietud del ex dictador en espera de una respuesta, Giménez escribe una carta en nombre de Diaz desmintiendo 1a insurreccion (156). Al ser e1 intermediario de la comunicacion entre Santa Anna y su hijo, a1 enviar y recibir la correspondencia de ambos, es Giménez quien decide e1 destino final de la informacion. Ante 1a carta recriminatoria que Manuel escribe a su padre por su aun patente ambicion, e1 transcriptor decide no darsela a leer a1 anciano, argumentando su delicado estado de salud (186). E1 fieI secretario va mas alla a1 decidir reescribir la carta de Manuel e incluir también un cuestionario, que interroga a1 general sobre algunos de los aspectos mas controvertidos de su ascenso al poder en Me'xico (187-207). Ya en la segunda parte de la novela, la intromision de Giménez llega aun mas lejos cuando decide suplantar a Santa Anna y continuar e1 relato de sus memorias él 129 mismo, debido presuntamente a la enajenacion mental del viejo ex dictador causada por su edad y por los medicamentos que toma. El secretario desplaza a Santa Anna como sujeto de la enunciacion argumentando que el viejo esta empezando a narrar el pasado en presente y a juzgarse con una severidad que puede perjudicar “n uestros fines vindicativos” (260) -notese como el personaje se incluye en el discurso mediante el uso del nosotros. E1 secretario desautoriza la version (16 Santa Anna alegando que “no creo que el testimonio de un anciano mesmerizado tenga valor historico alguno. Mientras permanezca bajo el dominio de Fichet, seguiré la narracion desde mi punto de vista, el mas fidedigno y autorizado” (274). Otro motivo que Giménez alega para legitimar su intromision enunciativa es la gran compenetracion que le une a su jefe “al punto de que muchas veces adivino su pensamiento” (260). Giménez procede a contar los hechos que siguieron a1 cautiverio del general en Texas, curiosamente porque es en este momento de la vida de Santa Anna cuando e1 personaje aparece en escena. El secretario y confidente victimiza a Santa Anna y lo muestra noble, generoso y heroico, una caracterizacion que claramente contradice la que otros personajes tienen del mismo. La version que Giménez da sobre la vida familiar del protagonista, donde “si don Antonio fue un padre generoso y responsable, como marido se desvivia por hacer feliz a su esposa” (276), contradice la version que Inés de la Paz, primera esposa de Santa Anna, ofrece del violento y egoista comportamiento de su marido. Inés escribe cartas a su madre donde 1e habla del caracter egocéntrico y vanidoso de su esposo asi como de su naturaleza mujeriega y de su obsesion por tener hijos varones. Inés 1e confiesa a su madre que “he sufrido tanto en mi matrimonio que ya me estoy volviendo inmune a1 dolor” 130 (145) 0 “es horrible estar casada con un hombre que te desprecia y ni siquiera intenta disirnularlo” (146). Una de las razones de Giménez para ensalzar a su antiguo jefe es la de construir una imagen heroica y especular del mismo que se refleje en parte en su persona. De hecho, pronto vemos e1 interés del narrador en destacar su aporte a “la gloria” conseguida por Santa Anna: “al cabo de unas semanas logré hacerme tan necesario que el general no podia resolver ningun asunto sin mi” (269). Este caracter oportunista que la intromision de Giménez parece tener es observado inmediatamente por Manuel, un narrador que actua de interlocutor y juez pues es a él a quien se dirigen las memorias de su padre. Ante Ios enunciados de Giménez que retratan a Santa Anna como una figura llena de nobleza, virtud y valentia, Manuel reitera en primer lugar que quiere “escribir la vida de un hombre, no la de un santo, y mi padre siempre fue tempestuoso, iracundo, mordaz. (gPor qué no habria de maldecir a una patria que le pago tan mal?” (291-92). Por otro lado, Manuel le reprocha a Giménez el haberse apropiado de la voz de su padre: “(3Con qué derecho se atreve a escamotearme las transcripciones de sus monologos? [...], advierto en usted una tendencia a colocarse en el primer plano de la historia” (292). Aqui, Manuel lo denuncia como narrador poco fidedigno y le reprocha su afan de protagonismo en una biografia que no es la suya. En este sentido, Manuel descubre e1 mecanismo de escritura interesada con la que Giménez busca construirse un papel relevante en los sucesos historicos narrados. Ante tales acusaciones, e1 secretario 1e responde de manera contundente: 131 Si en verdad se ha propuesto evitar que otras voces interfieran con la de su padre, menudo trabajo 1e espera [...]. Siempre delego la escritura de sus cartas, discursos, manifiestos y partes de guerra en personas de su confianza que conjugaban la buena pluma con el conocimiento de la arena politica. E1 Santa Anna que la gente conoce y la posteridad juzgara es una creacion colectiva de todos los que alguna vez hablamos en su nombre [...]. Le guste o no, su padre es nuestro invento, y aun si decide reinventarlo tendra que partir de un modelo mas o menos ficticio, mucho mas elocuente y pulido que el original. (293) De esta manera Giménez se defiende de las acusaciones desautorizando a Santa Anna como sujeto de enunciacion, a1 tiempo que se autolegitima a si mismo como sujeto enunciador usurpando e1 centro de emision del relato. Giménez niega e1 yo de Santa Anna como autor o “propietario” de “su” palabra, sugiriendo 1a imposibilidad de la busqueda de Manuel. De esta forma deslegitima la busqueda del hijo por encontrar la voz del padre. Por otra parte, este alegato de Giménez puede sugerir la idea de que el personaje historico de Santa Anna es una invencion y que, a la hora de reconstruir su vida y figura, deben tomarse en cuenta diferentes voces y versiones historicas que conforrnen una version mas fidedigna de su persona, tal y como hace la novela. De esta manera, se cuestiona 1a legitimidad de utilizar una sola voz 0 version de los hechos o personajes de la historia, y se defiende el que muchas voces, complementadas, conforman una version historica mas fidedigna. Por ultimo, Giménez parece querer destacar como el elemento ficticio -del que, por otra parte, toda version historica esta contaminada- puede ayudar a 132 intuir y de esa manera a reconstruir partes del pasado, una idea que ya deja patente Serna en el prologo (9). Ante Ios reclamos y las acusaciones de Manuel por haber suplantado a su padre en la narracion de las memorias, Giménez promete a partir de ahora reproducir las palabras del ex dictador con la mayor exactitud. Se vuelve a la narracion de la historia por Santa Anna, y donde las pocas intromisiones -en forma de notas- del secretario estaran sefialadas a partir de ahora en italica. En cualquier caso, Giménez va incorporandose sutil pero eficazmente a1 relato a1, por ejemplo, utilizar el nosotros no solo en la narracion de fragmentos de las memorias sino también como una estrategia discursiva de sus cartas. Es asi como pretende ganarse 1a confianza de Manuel: “Pero aunque Fichet sea un charlate’m, no debemos subestimar 1a influencia que puede ejercer sobre don Antonio” (274). En numerosas ocasiones, puede verse como Giménez recurre tanto o mas que el mismo Santa Anna a estrategias discursivas que le reporten un mayor protagonismo historico. E1 presuntamente sumiso secretario actua de transcriptor a ojos del ex dictador pero, ademas, ejerce de censor, esconde informacion, corrige y reescribe, e incluso suplanta a Santa Anna no 3610 a la hora de relatar las memorias sino de escribir en su nombre otros manifiestos. Asi ocurre cuando en una nota aclara que, ante la exclusion que sufre e1 general por el gobierno a raiz de su derrota ante los norteamericanos, “me tomé 1a libertad de redactar una defensa de sus acciones y publicarla con la firma del general en El pajaro verde” (380). La libertad de usurpar el nombre y la propiedad de la palabra que se toma Giménez sugiere si tal vez otras partes del relato de Santa Anna no seran también obra del secretario y transcriptor. 133 Incluso e1 viejo ex dictador termina por sospechar de su secretario y llega a despedirlo por un breve espacio de tiempo, informando a su hijo sobre el panfleto firmado por Giménez “donde exigia que se me rindieran honores por haber participado indirectamente en la defensa de Churubusco” (381) asi como sobre la peticion de una pension por los servicios de Santa Anna a la patria, que el secretario ha hecho a1 Ministerio de Guerra sin su consentimiento (381). Santa Anna dice que “su maldita costumbre de hablar en mi nombre y abrogarse funciones de albacea ya me ha metido en muchos problemas. Obra de buena fe, pero en su afan por protegerme ha pasado de la admiracion a la suplantacion” (381). También le hace saber que “a veces empieza a escribir antes de escuchar mi dictado. Te aconsejo revisar con lupa las ultimas transcripciones, pues tal vez haya colado muchas opiniones suyas” (381-82). En este sentido, Santa Anna resiste ceder su lugar de enunciacion y delata la manipulacion discursiva de la que Giménez hace objeto a su narracion. Si e1 afan de protagonismo resulta ser uno de los intereses de Giménez, no lo es menos e1 economico. Su aparente estado de estrechez economica 1e lleva a pedirle dinero a Manuel en diversas ocasiones y con el pretexto de cuidar de Santa Anna. Asi por ejemplo, en una ocasion pide dinero para recuperar unos uniformes del ex dictador que su mujer Dolores Tosta ha vendido. Manuel 1e envia solo 200 pesos asegurando estar también en bancarrota. Giménez, sin embargo, alegando no tener suficiente con ese dinero, decide tefiir uno de sus viejos uniformes de azul. Del fin con que se utiliza e1 dinero nunca se sabe pero pronto e1 secretario vuelve a pedirle mas a Manuel (108). Este ultimo decide comunicar sus sospechas sobre Giménez a su padre (125-26). Santa Anna se ofende con las acusaciones de su hijo porque 1e consta que su “fiel secretario” 134 recupero su uniforme -cuando e1 lector y Manuel saben que no fue asi-. Ademas, Santa Anna revela un dato hasta ahora oculto a1 lector por parte de Giménez: la renta mensual que el viejo ex presidente recibe ahora de los herederos de Manuel Escandon, “e1 agiotista a quien otorgué tantas concesiones en mi ultima presidencia” (126). Es asi como se descubre e1 caracter oportunista del secretario, que decide ocultar esta informacion sobre la renta con el fin de continuar pidiendo dinero a Manuel. E1 interés economico es lo que mueve a Giménez a escribir en nombre de Santa Anna la solicitud de pension al Ministerio de Guerra. E1 viejo ex dictador, que lo descubre accidentalmente, decide cambiar de transcriptor, aunque finalmente lo perdona y sigue valiéndose de sus servicios. Curiosamente, a este interés economico de Giménez también hacen referencia las cartas auténticas del coronel incluidas en Mi historia militar y politica. En la carta fechada e1 26 de agosto de 1864, Giménez 1e comenta a Santa Anna que “hemos hablado Pancho Castro y yo acerca de la presentacion de los de U. a1 Emperador para que le abonen mensualmente la media paga mandada dar, desde este mes a todos los Generales Gefes y Oficiales que no estén empleados; porque no hubo justicia ninguna para que el ingratisimo de D. Mariano Salas lo echase a U. abajo” (232). Aunque en realidad e1 ex coronel informo a Santa Anna sobre el plan de pedir la paga, cosa que no ocurre en la novela pues intenta ocultarselo, la caracterizacion del pesonaje novelesco sigue parecie’ndose mucho al que escribe estas cartas. El Giménez de Mi historia también se queja, en esta ocasion, de habérsele negado tanto su solicitud de entrada al servicio de la casa del Emperador como la cantidad de 1000 pesos que le adeuda e1 erario nacional (236). En este sentido, los derechos y pagas reivindicados por el Giménez historico se aproximan mucho a aquellos reivindicados por el amanuense de El seductor. 135 El interés economico de Giménez es también, al menos parcialmente, compartido por el biografo oficial y heredero de Santa Anna, su hijo Manuel. Este personaje actua principalmente como interlocutor de Santa Anna y Giménez y desempefia una serie de funciones tales como desenmascarar la intromision de Giménez en el discurso, o intentar obtener un relato “objetivo” de las memorias. Sin embargo, ni él mismo esta libre de sospecha y, aunque dice preocuparse por la “fidelidad” historica de su biografia asi como por la polémica que e'sta puede desencadenar [“mi obligacion como biografo es encaminarla hacia los episodios de tu accidentada vida que han despertado mayor controversia” (125)], 10 pole'mico también puede derivar en una mayor venta de libros y, por lo tanto, significar mayores ganacias para su autor. Esto es lo que opina Angel. Su hermanastro 1e reprocha que “si te has metido a biografo no ha de ser por abnegacion filial, sino para ganar algun dinerillo con la venta del libro” (477). El mismo Manuel en ocasiones se queja de los cambios de fortuna en su vida, de su infancia de nifio rico y su mediocridad actual: “Yo que me crié entre damascos y brocados, yo que tuve caballos de pura sangre desde Ios siete afios, y regalaba mis pistolas con cacha de plata a los caporales del Encero, me he convertido en una gente de mediano pasar” (83). 0 “yo soy un principe convertido en sapo que a los 40 afios, después de una vida placentera y frivola, tuvo que valerse por si mismo sin e1 temple necesario para luchar por el diario sustento” (183). En este sentido y al igual que ocurre con Santa Anna, se recupera a1 personaje de Manuel desde una posicion desaventajada que favorece e1 tono vindicatorio de la novela. Ya sea por un interés puramente lucrativo o por fines también reivindicatorios, Manuel deja claro en algunos momentos del relato que a pesar de la manipulacion de 103 136 hechos del pasado que puedan llevar a cabo Santa Anna 0 Giménez, es él e1 ultimo filtro por el que pasa la informacion: “no importa si pierde la chaveta 0 se autodenigra: ya decidiré yo lo que se puede publicar o no” (292). Este y otros ejemplos ponen de manifiesto la lucha por apropiarse del lugar de sujeto de la enunciacion y desde ahi imponer un sentido a la historia que entablan todos y cada uno de los principales narradores. Cada narrador tiene un interés particular y todos, conforme avanza el relato, comienzan a desconfiar el uno del otro y a desautorizarse mutuamente. Este conflicto entre distintos intereses -de tipo vindicativo, economico, protagonico, etc.- lleva a los distintos narradores a discrepar en cuanto al contenido y formato que deben tener las memorias, resultando en la intromision y manipulacion de las memorias de Santa Anna. A su vez, esta manipulacion discursiva por parte de los narradores parece querer mostrar las inclinaciones ideologicas implicitas en cualquier reescritura de unos hechos del pasado y que resulta en versiones al menos parcialmente contradictorias del pasado. IV. Estrategias de manipulacion discursiva en el suprarrelato: la intromision autorial De la misma manera que los diferentes narradores dentro de la historia -especial- mente Santa Anna, Giménez y Manuel- se sirven de una serie de estrategias discursivas para autolegitimar su derecho a hablar y sus versiones particulares, la enunciacion también lucha por construir su propio espacio de autolegitimacion a nivel del suprarrelato. 137 IV.1 La caja fuerte como reveladora de espacios enunciativos y de significado Uno de los ejemplos mas claros gira en tomo a la escena de la caja fuerte, una escena a partir de la cual se despliega una serie de estrategias retoricas y enunciativas que revelan la manipulacion discursiva y los intereses de diferentes personajes a1 tiempo que intenta hacer mas verosimil e1 relato. Dentro del relato, e1 recurso de la caja fuerte sirve para hacer verosimil la palabra del dictador. E1 “liquido magnético” suministrado por el doctor Fichet y su mujer Dolores para averiguar la combinacion hace que Santa Anna confiese todos los abusos cometidos durante su época dictatorial, ganando asi la confianza del lector, mas cerca que nunca de creer en su palabra autocondenatoria. Ademas, la caja fuerte sirve para revelar las expectativas e intereses economicos del ex dictador y de su secretario, que creen que la caja fuerte contiene documentos sobre propiedades en las que ambos cifran sus esperanzas de prosperidad: “por la noche nos dedicamos a elucubrar en qué gastaremos nuestra renta mensual cuando seamos ricos” (399). Santa Anna y Giménez creen que el interés de Lolo es también de caracter economico. Sin embargo, 1a revelacion del contenido de la caja fuerte -aunque no sabemos con total certeza si se llega a descubrir todo el contenido pues 1a caja fuerte ha sido abierta por un Iadronzuelo contratado por Giménez- desmiente la especulacion de Santa Anna y su secretario ya que, una vez que el viejo consigue recordar e1 numero de la caja fuerte, solo consiguen recuperar las cartas de amor de Lolo y Didier Michon. Estas cartas de amor traicionan doblemente a Santa Anna ya que la mujer del dictador le habla de amor a su amante pero a la vez emplea un fuerte tono politico, criticando 1a tirania de su esposo: 138 estoy empezando a entender los terribles males de mi pais. gNo crees que deberia aprovechar mi posicion para aliviar los sufrimientos del pueblo? En particular me preocupan Ios perseguidos politicos. Desde que Antonio tomo el poder, ha enviado a1 exilio a muchos liberales, que dejan a sus familias en total desamparo. Alguien debe hacer algo por esa gente y convencer a Antonio de que cesen las persecuciones. (426) De esta manera, las cartas de amor ventilan “la recamara” de la dictadura y tienen un efecto acumulativo denunciando e1 caracter despotico del protagonista. Es asi como la dictadura invade 1a escritura de lo privado -o 103 espacios privados- y los contamina. Por otra parte, el descubrimiento de las cartas desencadena una serie de situaciones que desenmascaran otro tipo de estrategias de la enunciacion. En la “Nota de Giménez” e1 secretario cuenta como Santa Anna ha desaparecido llevandose los papeles encontrados en la caja fuerte. No creyendo tampoco la version de Giménez sobre las recetas de cocina, e1 ex dictador averigua por si mismo e1 contenido de las cartas y, una vez descubierto, decide ir a un notario para desheredar a su mujer por haberle traicionado con Didier. A continuacion, aparecen en el texto las “deposiciones” del personaje a1 notario Adalberto Sénchez Jiménez. Llama 1a atencion el que estas declaraciones no estén escritas con un lenguaje judicial, sino que el notario parezca escribir todo lo dicho por Santa Anna, incluidos Ios insultos a su mujer: “Ni un centavo para esa ramera, ésa es mi ultima voluntad” (443). Ademas, Santa Anna no solo dicta su testamento sino que continua la narracion de sus memorias ante e1 notario, a1 que en algunas ocasiones llama 139 “licenciado” y en otras “padre”, haciendo del relato una especie de confesion: “Me acuso, padre, de haber desdefiado e1 carifio del pueblo con la arrogancia de un Don Juan atosigado por sus amantes” (445). Santa Anna continua su relato rememorando como ante los rumores de que el pueblo 1e esta volviendo 1a espalda a causa de su tirania, decide “disfrazarse” de paisano para escuchar personalmente lo que la gente opina de él. Ofendido por las criticas, decide castigar a su pueblo y escribir a diferentes embajadas europeas para ofrecerles una monarquia en México (449-50), aunque tenga en mente seguir gobemando detras de este monarca. Al mismo tiempo, e1 general Juan Alvarez se rebela el 6 de marzo de 1854 y después de varias luchas, deserciones e incluso de inventar alguna victoria, Santa Anna se ve obligado a abandonar el pais. El relato del pasado se ve interrumpido de manera abrupta por los sucesos del presente de la narracion, donde miembros de la policia entran a la notaria para devolver a1 anciano a su casa. Fiel a la transcripcion mecanica de lo que escucha, e1 notario anota absolutamente todas las palabras de Santa Anna, incluso su reaccion al ver a la policia: “Pero, (gquiénes son estos infelices? (gPor qué me estén amarrando? gUsted Ios llamo, licenciado?” (459). La narracion no quiere dejar ningun espacio en blanco y el notario parece asi cumplir celosamente la funcion de una grabadora. La necesidad de la enunciacion por cubrir todos los vacios del relato vuelve a observarse en el testimonio de su hijo Angel, quien accede a continuar con el relato de su padre debido a las sefiales de demencia que éste presenta. Es Manuel quien 1e pide a su hermanastro que continue el relato, narrando sus vivencias en el exilio, a la vez que ayude a su padre economicamente. Angel se niega a lo segundo argumentando que Santa 140 Anna se burlo una vez de su nacimiento ilegitimo pero accede a dar su “testimonio sobre los primeros afios del exilio, en los que fui un testigo impotente de su progresivo deterioro mental y animico” (463). Durante e1 periodo narrado por Angel, Santa Anna da sus ultimos coleteos en el mundo de la politica, donde intenta diferentes y contradictorias maniobras -aliandose primero con franceses,129 luego con estadounidenses, hasta acabar siendo rechazado y rechazando a ambos- para que le ayuden a recuperar el poder, pero que en ultima instancia resultan infructuosas. Ya hacia el final del relato, Giménez escribe una carta a Manuel refiriéndole el estado lamentable de suciedad, delgadez y enfermedad en que se encuentra el ex general, quien padece de diarrea cronica y apenas puede ya hablar. El secretario también 1e aconseja a Manuel que concluya 1a biografia en el momento en que Santa Anna abandona la presidencia por ultima vez: “A mi entender, en ese momento no solo se acaba su vida publica, sino la historia de Mexico, y creo que seria un insulto a la memoria del general complacer a los amantes del morbo narrando sus tratos con los prestamistas de Nueva York y sus funestas tentativas por volver a los primeros planos de la escena politica. Reflexione usted sobre esto” (476). De nuevo, Giménez intenta decidir donde y cuando terrnina la historia, queriendo silenciar el declive vital y politico de Santa Anna. La decadencia mental y fisica corren paralelas y los elementos escatologicos y grotescos se hacen mas evidentes conforme e1 protagonista va acercandose a la muerte.130 El mismo Santa Anna se reconoce como un “monigote grotesco” castigado por Dios a causa de su 129 Napoleon III elige a Maximiliano de Habsburgo para reinar sobre Me'xico, lo que desencadenara la guerra de la Intervencion Francesa (1862-1867) y reducira su reinado a tres aflos, finalizando con el fissilamiento de Maximiliano en Quere'taro en 1867 (Krauze 20). 130 A1 igual que ocurria en otras novelas del dictador anteriores como E1 otofio del patriarca. 141 soberbia (499). Antes de morir, Santa Anna se confiesa finalmente culpable de sus actos y, ante un Giménez disfrazado de cura, 1e hace participe de sus ultimos pensamientos: “-Me arrepiento de haber sacrificado a mis hombres sin necesidad, para obtener victorias que me dieran renombre. Me arrepiento de mis cobardias y de mis intemperancias. Lo hice todo por una estupida vanidad, padre” (502). Se diria que el hecho de que Giménez actue de censor y desautorice la confesion del moribundo hace mas verosimil e1 arrepentimiento de Santa Anna. La ultima palabra censurada de Santa Anna, (gno hace pensar en la absolucion historica que al menos Serna 1e concede al controvertido dictador? Por otra parte, cabe también preguntarse si e1 verosimil tono de arrepentimiento de Santa Anna -que no se detecta sin embargo en Mi historia militar y politica- no puede ser leido como un efecto mas de la autoridad discursiva, donde e1 autor parece querer legitimar todas aquellas voces y versiones que a lo largo de la novela han ido yuxtaponiéndose a la del dictador. De esta manera, Serna Iograria construir un relato totalizante en el que practicamente no se dejan espacios por cubrir o descubrir y donde finalmente se le confirma a1 lector la legitimidad y el tono fidedigno de estas voces contrarias a la voz oficial pues ésta ultima les otorga finalmente 1a razon a las primeras. Estariamos pues ante un relato historico totalizante, en el sentido de que no deja practicamente ningun espacio historico que pueda ser completado por el lector, aun mas si se tienen en cuenta e1 mapa, e1 indice de personajes historicos, 1a cronologia y la bibliografia sumaria, que cierran el libro. 142 IV.2. La autoridad discursiva del compilador: estudio comparado de Yo e1 Supremo y El seductor de la patria Otra de las estrategias de intromision autorial, de invisibilizacion del poder, viene a través de la figura del compilador, que aparece por encima de todas las voces y textos que conforman la novela. Una figura que se deja ver explicitamente en el texto por primera y unica vez ya avanzada la novela, concretamente en la pagina ciento veinticinco, donde aparece una “nota del compilador”. Alli, desde ese espacio desvinculado del relato y por ello autorizado desde la enunciacion, se nos asegura que el cuestionario enviado por Manuel a su padre para que se limite a contestar ciertas preguntas “no fue hallado en el archivo de la familia Santa Anna” (125). (JCabe entonces suponer que es este compilador el que ordena las memorias y cartas de los narradores principales -en su mayor parte cartas pero también fragmentos de diarios, decretos, nominas, actas juridicas, etc.- a las que no pueden haber tenido acceso Santa Anna 0 su hijo? gDesenmascararia esta nota a pie de pagina la posicion de control del compilador en la enunciacion? La sintaxis con que el compilador ordena los diferentes documentos junto a los fragmentos de las memorias del ex dictador, parece querer subrayar la contradiccion de versiones narradas y, en ultima instancia, la manipulacion discursiva asi como la falsedad de algunas de las circunstacias historicas narradas por Santa Anna. Por ejemplo, las cartas de Inés de la Paz a su madre -donde la primera 1e confiesa su infelicidad junto a su marido violento y su caracter mujeriego, entre otros muchos defectos- aparecen justo antes o después de que Santa Anna describe su hogar como un remanso de paz. 0 las cartas del soldado Juan Tezozomoc a su compadre Camerino Sénchez, donde 1e cuenta 143 las penurias que sufren los hombres de las tropas de Santa Anna mientras él “parece un catrin que vino de vacaciones a1 campo” (363). Otros espacios donde se puede inferir la mano del compilador es en el encabezamiento de muchas cartas donde, con el fin de aclarar a1 lector quiénes son los autores y los destinatarios de las mismas, aparecen sus nombres en letras mayusculas: “DE GABRIEL DURAN A MARIANO ARISTA” (188). Finalmente, los asteriscos que separan textos de diferente origen y autor también son espacios de autoridad que el compilador tiene en el discurso. La existencia de este compilador acerca aun mas la obra de Serna a _Y_o__e_1 Supremo (1974) de Augusto Roa Bastos. Por las afinidades entre ambas novelas en cuanto a tema y formato, es de gran utilidad contrastarlas con el fin de indagar en la cuestion de la autoridad discursiva y su tratamiento en El seductor. Ambas novelas proceden a reescribir la historia. En ambos casos los dictadores “dictan” sus memorias o reflexiones, con un fin autolegitimador, a dos escribientes -Gime'nez y Patifio- sospechosos de manipular el discurso. En las dos obras encontramos diferentes versiones historicas yuxtapuestas, contradictorias entre si, y ordenadas por un compilador. En ambas, la contradiccion de versiones parece denunciar, por un lado, la manipulacion discursiva a manos de la historiografia oficial de los regimenes dictatoriales y, por otro, las dificultades y limitaciones del acceso a los hechos del pasado que lleva consigo la consiguiente imposibilidad de acceder a la “verdad” del pasado. La sintaxis contradictoria de versiones y relatos puede problematizar el acceso a Ios sucesos del pasado y cuestionar 1a veracidad de la historiografia oficial, pero cabe tener en cuenta que el compilador actua como una especie de “dictador” que decide y dicta e1 orden y jerarquia de los diferentes relatos incluidos. Es decir, la posicion del 144 compilador es autoritaria y “dictatorial” por definicion. Ahora bien, el grado de autoridad puede variar en cada novela y precisamente constituye una de las diferencias fundamentales entre la obra de Roa Bastos y la de Serna. En primer lugar, en la novela de Roa Bastos 1a figura del compilador consistentemente introduce multiples notas a pie de pagina131 que desempefian una serie de funciones. Entre estas funciones se encuentra e1 afiadir otra informacion -en ocasiones citando otras fuentes- para completar la que se da en el texto “de arriba” (101); otras veces incluye diferentes versiones historicas, como la del historiador Julio César (145- 46); otras simplemente contradice aquello dicho por el Supremo o corrige algunos de los datos historicos que aparecen en los diferentes textos -como la confusion de fechas por el dictador en la pagina 271; otras llega incluso a criticar las versiones de otros personajes historicos, o a desechar como improbables versiones ofrecidas (179); y finalmente, en ocasiones, reconoce sus propias limitaciones a1 decir que no ha podido acceder a la informacion que buscaba (218-19). En mi opinion, la funcion principal del compilador de Yo e1 Supremo es la de desautorizar no Solo 10 narrado por el Supremo sino cualquier relato, incluido el de la novela en su totalidad. Con este fin se introducen diferentes historiadores en la obra y con este fin se parodia el lugar mismo de la compilacion. Segun Carlos Pacheco, a pesar de la supremacia del compilador sobre las otras voces narrativas, ésta “revela su torcedura y aparece entonces como un juego (el compilador se rie de lo compilado y de si mismo; e1 lector puede ser su complice), como una transgresion (e1 compilador insurge contra 1a norma univoca de El Supremo) y como 131 Cabe sei’lalar que también aparecen notas a pie de pagina de otros historiadores, personajes historicos cercanos a1 dictador o entes ficticios (aunque hayan sido insertadas en el relato por el compilador), lo que parece indicar que este compilador “comparte” e1 poder de enunciacion. 145 un engafio (e1 compilador es un ‘tramposo’ que altera lo compilado y ‘embauca’ asi a1 lector)” (xli). Esa parece ser 1a funcion de la “nota final del compilador” cuando éste alude a 103 miles y miles de documentos y testimonios de que se ha servido para el proceso de compilacion. Ademas, afiade “unas quince mil horas de entrevistas grabadas en magnetofono, agravadas de imprecisiones y confusiones, a supuestos descendientes de supuestos funcionarios; a supuestos parientes y contraparientes de El Supremo, que se jacto siempre de no tener ninguna; a epigonos, panegiristas y detractores no menos 1 2 supuestos y nebulosos” 3 (383). E1 elemento parodico de la nota enfatiza las propias limitaciones para acceder a1 conocimiento de los sucesos del pasado y como este acceso es textual, lo que supone no solo una limitacion sino también una desviacion hacia aquella perspectiva -aunque involuntaria- ideologica desde la que el historiador o autor enfoca su investigacion historica.133 La reflexion que Yo e1 Supremo plantea sobre la problematica naturaleza de todo texto historico -0 de otra indole- y que es producto de la yuxtaposicion de diferentes versiones historicas contradictorias asi como de la reproduccion del proceso textual por parte del Supremo, confirma e1 caracter metaficcional de la novela. Este recurso de lo metaficcional ayuda a subrayar el hecho de que todo discurso, incluido e1 historico, es una construccion lingiiistica que recoge, selecciona, ordena y rescribe Ios hechos del pasado. Esta reflexividad puede leerse claramente en la obra de Roa Bastos, donde el mismo narrador-Supremo se dirige a un “compilador-acopiador” (41) para guiarle en su 132 Ademas de estar en italica 1a “nota final del compilador” aparece en letra mas pequefia, a1 igual que el resto de sus notas a pie de pagina. 133 Linda Hutcheon argumenta como “both history and fiction are cultural sign systems, ideological constructions whose ideology includes their appearance of being autonomous and self-contained” (“‘The Pastime of Past Time’: Fiction, history, Historiographic Metafiction”, 292). 146 recopilacion del relato. También e1 hecho de que el Supremo ejerza de historiador y que seamos testigos del proceso de reescritura historica -donde pone a1 descubierto las estrategias retoricas y de manipulacion textual- pone en evidencia el caracter reflexivo y metatextual de la novela, asi como la similaridad entre los discursos historico y literario. Este seria, segun Linda Hutcheon, e1 objetivo de lo que ella denomina metaficcio'n historiogrdfica. Por una parte, el de subvertir 1a autoridad del discurso oficial a nivel textual, mediante 1a yuxtaposicion de multiples textos con distintas versiones historicas que frecuentemente resultan contradictorias entre si y que revelan e1 caracter provisional y relativo de cualquier discurso, incluido e1 historico. Por otra, este enfrentamiento de versiones historicas revela, ademas, 1a problematica manipulacion de la “verdad” por parte de los regimenes dictatoriales. De esta manera, la cuestion del poder y la autoridad quedaria demitificada tanto en el nivel discursivo como en el de la historia. Precisamente, Hutcheon estudia 1a novela de Roa Bastos y la considera un ejemplo de metaficcion historiogrcifica, pues defiende que el rol del compilador cumple todas estas funciones a1 deconstruir no 3610 la autoridad del Supremo -que escribe la historiografia oficial- sino también y de manera mas relevante, a1 deconstruir la autoridad discursiva por medio del caracter polifonico de la obra y, en gran medida, del caracter antiautoritario del compilador (Politics, 47-49). Porque, en opinion de Pacheco, el compilador no 3610 rivaliza con la autoridad del dictador-autor supremo sino también con la autoridad del autor-Roa Bastos: En efecto, e1 compilador puede verse como uno de los polos de poder (un antipoder) des-autorizador que se opone: a) a la autoridad de El Supremo, 147 a1 ser un transgresor profesional de su pretendida univocidad y el revelador de los secretos (e1 cuaderno privado, las criticas del ‘TU’ colectivo, etc.) que son garantia de su dominio; y b) a la autoridad del autor real, que queda distanciado por su intermediacion del objeto narrativo, de manera tal que queda impedido para determinar ‘abusivamente’ e1 relato. Finalmente, e1 compilador aparece como un agente de relativizacion que desnuda/denuncia los mecanismos ideologicos (que e'l mismo practica) a1 permitirnos verlos en parodico funcionamiento. (xlv) En El seductor, sin embargo, el texto no admite Ia autoparodia. Si bien existe un tono ironico y burlesco con respecto a Santa Anna como narrador principal, no hay ironia con respecto a1 texto en si 0 a1 proceso de reescritura historica que el texto propone. Por otra parte, 1a precision con que el compilador “ordena” los textos yuxtapuestos a la version de Santa Anna de manera que éstos siempre se correspondan con el momento historico y los sucesos que el ex dictador acaba de relatar, 1e otorgan un caracter mas totalizante a la novela. De ahi que pueda decirse que, a pesar de la intromision de voces narrativas y de los diferentes tipos de textos incluidos, E1 seductor refuerza su poder de enunciacion a través de la forma coherente, lineal y unificada del material escogido para construir la historia e imponerle sentido. Yo e1 Supremo cuestionaria precisamente este tipo de narrativas totalizantes con lo que ambas obras se diferencian de manera substancial en su objetivo ultimo. 148 Por otra parte, y aunque e1 compilador de Serna también desafie la version del narrador y protagonista introduciendo otras versiones/voces que desmienten la “version oficial”, e1 hecho de que Santa Anna termine dando pruebas de su manipulacion discursiva y que reconozca su culpabilidad en distintos momentos del relato -en momentos de enajenacion o antes de morir, por ejemplo- refuerza 1a autoridad de la enunciacion y hace menos efectiva 1a labor del compilador como ente desautorizador del relato-novela. En otras palabras, no solo e1 compilador puede decir lo que quiere sino que también el autor, por medio de efectos verosimilizadores, Ie hace reconocer a Santa Anna su culpa historica. Por ejemplo, la enajenacion de Santa Anna y su mayor sinceridad ocurre justamente en el momento en el que esta narrando su periodo de gobierno mas autoritario y despotico: autoridad en el discurso y en el nivel de la historia de la novela. Otro ejemplo de e110 se da cuando Giménez 0 Angel aportan su testimonio de sus afios junto a Santa Anna, un periodo que justamente cubre e1 vacio historico no narrado por el viejo dictador, a1 haber interrumpido su relato. Un tercer caso se da con la revelacion de las cartas de amor entre Lolo y Didier, cartas producidas durante el mismo periodo historico que Santa Anna esta narrando. Todos estos ejemplos son marcas del fin totalizador que propone la novela y que no deja espacios por completar. Yo e1 Supremo. en cambio, no proporciona toda la informacion y frecuentemente se dice que diferentes textos reproducidos en la obra fueron rotos o quemados (300), que faltan folios (70), etc., con lo que en ocasiones las frases se ven cortadas bruscamente. Este es el caso de la frase que cierra la obra -anterior a1 ape'ndice- cuyas palabras, al igual que el cadaver del Supremo, aparecen carcomidas e ilegibles: “gQué tal, Supremo Finado, si te dejamos asi, condenado a1 hambre perpetua de comerte un gfievo, por no 149 haber sabido...” (374). Esta suspension textual subraya las dificultades con que se enfrentan en muchas ocasiones Ios historiadores a la hora de trabajar con textos deteriorados y, a la vez, muestra el caracter antitotalizador de la novela. Segun Rosalia Comejo Parriego, la novela de Roa Bastos problematiza e1 conocimiento de los hechos del pasado y la misma narracion de los hechos (66), una narracion irrealizable para el Supremo, quien afirma que “ninguna historia puede ser contada” porque “Ios hechos no son narrables” (La escritura posmodema. 189; 102). En El seductor, sin embargo, si en el nivel de la enunciacion no encontramos un autocuestionamiento de la obra en su conjunto, tampoco en el nivel de la historia se percibe una problematizacion de la personalidad y de los actos de Santa Anna. En ultima instancia, la imagen obtenida del dictador es una imagen homoge’nea que redunda en confirmar e1 despotismo y todos los aspectos negativos del personaje. El unico aspecto de mezcla que Serna introduce parece ser el de la culpabilidad compartida con el pueblo mexicano por los errores y los fracasos en la pérdida de Texas y el mal gobierno del pais. Esta idea queda expuesta en la novela en el inforrne secreto que el embajador de los Estados Unidos en Mexico James Gadsden envia a1 secretario de estado norteamericano Buchanan, donde 1e informa de la gran corrupcion del gobierno mexicano y de la tirania de Santa Anna, pero también de la indolencia e indiferencia de la sociedad mexicana ante esta situacion (430). En el caso de Yo e1 Supremo. las diferentes versiones historicas que se ofrecen no consiguen constituir una linealidad narrativa como ocurre en la novela de Serna, pues en muchas ocasiones simplemente se contradicen entre si y no se llega a saber cual de ellas aporta mas “verdad” a1 relato. Este seria el caso de la parodica recopilacion de teorias 150 (375-82) por parte de los historiadores paraguayos con respecto la identificacion y ubicacion de Ios restos del dictador: “Una repentina e inesperada incertidumbre parece ensombrecer la conciencia historiografica nacional acerca de cual puede ser e1 unico y auténtico craneo de El Supremo. Las opiniones se dividen; los historiadores se contradicen, discuten, disputan ardorosa, vocingleramente” (375). Segun Cornejo Parriego, y debido a la gran cantidad de voces cuyas versiones historicas se yuxtaponen en la novela, “e1 texto final representa un tejido de distintas perspectivas y versiones que se desautorizan unas a otras, sin que ninguna de las voces domine sobre el conjunto” (65). También Pacheco defiende e1 caracter antiautoritario de la novela, la cual encierra una propuesta conceptual, una concepcion ‘anti-autorial’ de la literatura, para la cual e1 escritor no es un CREADOR, un diosecillo caprichoso, omnisciente, omnipotente y por tanto monologico (como el que en algunos momentos quiere ser El Supremo); sino mas bien un ARTESANO que, desde una perspectiva particular -no unica ni superior- trabaja sobre materias primas culturales ya elaboradas, digeridas, codificadas por otros. (xliii) Tanto en Yo e1 Smpremo como en El seductor existe una conciencia reflexiva de la manipulacion discursiva que llevan a cabo los dictadores, manipulacion que en ambos casos obedece a un fin legitimador. Ambas obras muestran 1a parcialidad de las versiones de los protagonistas y como la situacion presente condiciona 1a reescritura del pasado. Por ejemplo, en YES, el que el dictador-narrador escriba junto a su texto que debe 151 “profundizar esto, si puedo...” (283) 0, en otra ocasion, afirme que “Yo no escribo la historia. La hago. Puedo rehacerla segun mi voluntad” (I73). En la novela de Serna, e1 tono nostalgico con que Santa Anna habla de su primera esposa cuando sabemos que ésta lo odiaba, o la vision negativa hacia su segunda esposa en las memorias, una vez que ha descubierto que ésta le engafiaba. Sin embargo, la obra de Serna no problematiza “Ios métodos y la nocion de Historia tradicional” (Comejo 63) tal y como hacia 1a obra de Roa Bastos, a1 no intentar tanto e1 cuestionamiento de toda version historica como el cuestionamiento de la version historica ofrecida por Santa Anna, ofrecie’ndonos de esta manera versiones contradictorias a la del dictador pero que se unen para formar una reescritura monologica de la historia de Santa Anna. IV.3. Los ‘deslices” de la enunciacion y el fracaso del principio de verosimilitud En ocasiones, se cometen en la novela pequefios ‘deslices’ que denuncian la autoridad discursiva de esta especie de alter ego del autor. Un ejemplo de estos ‘deslices’ puede verse en la carta de Moses Y. Beach a1 secretario de estado norteamericano Buchanan, donde el primero informa al segundo de, entre otros asuntos, sus contactos con la Iglesia para que no ayude economicamente ni a1 gobierno ni al ejército en su campafia contra los Estados Unidos. Una carta que no esta escrita en inglés -como corresponderia entre dos norteamericanos, aun mas cuando uno de ellos esta actuando de infiltrado y escribe desde México- sino en espafiol, probablemente para la comodidad del lector, pero que resulta mas que sospechosa en una obra que trabaja a partir de la ilusion de verosimilitud. Este documento sefiala 1a intromision y manipulacion de la informacion 152 por parte de una mano invisible que debe ser la del compilador ya que no se explica que Santa Anna, su hijo o Giménez tengan acceso a estas cartas. Otro ejemplo de posible intromision autorial tiene lugar durante la narracion del estado de semiinconsciencia en que se encuentra e1 yo de Santa Anna. En este momento del relato, no solo e1 enunciado sino también 1a forma retorica del mismo se ve gradualmente alterada debido a1 cambio progresivo en la puntuacion del texto de las memorias. Si en un principio las intervenciones de los diferentes personajes que el narrador recuperaba aparecian con guiones y sefializadas, ahora, y debido también a1 estado senil y de enajenacion mental del narrador, tiene lugar una yuxtaposicion de distintas voces sin signos de puntuacion que las separen y distingan: “Que sean quinientos pesos. Usted tiene crédito, excelencia, no hace falta que deposite su apuesta. Muchas gracias, sefior juez” (309). Sin embargo, hay que recordar que es Giménez el que escribe y, por tanto, el que puntua y distingue las diferentes intervenciones de los diversos personajes, con lo que no hay motivo verosimil para que esta confusion de voces ocurra. Es en este sentido que la enunciacion comete un ‘desliz’. Un tercer caso de intromision autorial en las memorias de Santa Anna se da después del relato de la derrota de San J acinto y una vez que Santa Anna ha sido detenido por los norteamericanos. El narrador protagonista reconoce que no entiende e1 idioma anglosajon. Sin embargo, e1 texto transcribe las frases que le dijeron en inglés: “Don ’t move, bastard! Where did you steal these clothes? No entiendo una palabra de inglés y 5610 atino a decir que soy gente de paz” (237). Queda claro que el responsable ultimo del relato, es decir, e1 autor -porque ni puede ser obviamente Santa Anna ni puede ser el compilador pues su funcion es la de compilar textos, yuxtaponerlos y aclarar datos, no la 153 de incluir informacion en los relatos de los personajes- comete aqui un desliz y pone a1 descubierto 1a autoridad que él mismo pretende limitar con respecto al discurso pues nadie mas que el autor puede conocer las palabras en inglés que escucho Santa Anna y que no entendio. Y si por una remota posibilidad se escribieron las palabras de los norteamericanos, no se explica como llega e1 protagonista a conocerlas, lo que delataria nuevamente el abuso de poder discursivo por parte del autor y los ‘deslices’ o ‘errores’ de la enunciacion que provocan en ultima instancia e1 fracaso del principio de verosimilitud que la novela intenta conseguir. En conclusion, El seductor de la patria hace uso de una serie de estrategias discursivas que intentan legitimar las intervenciones de cada uno de los narradores dentro del relato -especia1mente Santa Anna, Manuel y Giménez. Cada narrador aspira a legitimar su yo como si cada uno debiera ganar su derecho a hablar. Y, a continuacion, se autodeslegitima lo que ese yo dice cuando se exhibe 0 se hace explicito su interés u objetivo. Los principales narradores de la novela quieren validar su version pero todos acusan un interés particular que acaba desautorizandolos. También en la enunciacion se da una serie de estrategias retoricas y discursivas que ayudan a representar y legitimar enunciados, como es el formato epistolar. Sin embargo, y como se ha visto, las “trampas” o “deslices” que tienen lugar en la obra, asi como la autoridad discursiva del compilador, hacen fracasar el principio de verosimilitud a1 que responden los enunciados. Por otra parte, El seductor de la patria. a pesar de la variedad de narradores y versiones que la componen y que podrian prometer una descentralizacion y desautorizacion de la voz autorial y de la verdad historica, tiende en ultima instancia a 154 consolidar la version de aquellos que contradicen la version del dictador pero también a reivindicar e1 hecho de la culpabilidad compartida entre Santa Anna y el pueblo mexicano. Una reivindicacion que el propio Serna ha explicado en diferentes entrevistas,I34 y que quiere cuestionar aquellas versiones historicas que han culpado a Santa Anna de todos los desastres ocurridos durante su época, con lo que la novela -a la vez que las memorias del ex dictador contenidas en ella- posee un tono reivindicativo. De esta forma, a pesar de la yuxtaposicion de diferentes versiones historicas, Ia obra no logra invalidar e1 caracter absoluto y autoritario de toda historiografia sino invalidar aquellas versiones historicas que han culpado a Santa Anna de todos 105 males acaecidos en su pais durante aquella época. Este constituye uno de los motivos esenciales en la diferencia de tratamiento de la autoridad discursiva con respecto a la novela de Roa Bastos. 34 Otra entrevrsta donde Serna alude a esta cuestion seria la realizada por la periodista Lesly Mellado para La meada de Oriente. 155 Capitulo V La fragmentacion totalizante de La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa A juzgar por el gran éxito de ventas y por la gran cantidad de articulos criticos producidos en tan breve espacio de tiempo, la reciente novela de Mario Vargas Llosa Q Fiesta del Chivo (2000) ha reavivado e1 interés en la figura del dictador y su representacion novelistica que en su dia despertaron El otofio del pgtriarca (1975) y _Y_c_>_q1 Supremo (1974). De manera similar a estas novelas, La Fiesta se caracteriza por una fragmentacion textual que favorece 1a aproximacion a la figura del dictador desde perspectivas, tiempos y espacios distintos. E1 dictador recuperado en esta ocasion es el dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina (1891-1961). F ormado con los ‘marines’ durante la e’poca en que la Republica Dominicana fue un protectorado de los Estados Unidos (1914-1924), Trujillo fue nombrado Jefe de la Policia una vez que los norteamericanos abandonaron 1a isla. En febrero de 1930, derroco al Presidente de la Republica, Horacio Vazquez, autoproclamandose Jefe del Estado. Trujillo se mantuvo en el poder durante 31 afios, ocupando personalmente 1a Presidencia de la Republica 18 afios. Los restantes afios coloco a presidentes titeres: su hermano He'ctor, Jacinto Peynado, Manuel de Jesus Troncoso de la Concha y Joaquin Balaguer. La constante violacion de los derechos humanos provoco finalmente la oposicion de la Iglesia Catolica a] regimen, sanciones economicas y diplomaticas por parte de la Organizacion de los 156 Estados Americanos y la ruptura del apoyo norteamericano a1 pais.I35 Como explica Héctor Lopez, “la CIA, que tanto protegio a Trujillo por su anticomunismo, termino prestando ayuda logistica a sus asesinos” (2). El dictador fue abatido a tiros la noche del 30 de mayo de 1961, uno de los momentos historicos que recrea La Fiesta del Chivo. La controversia que rodea a muchos de los sucesos ocurridos durante la larga dictadura de Trujillo es en parte compartida por la novela de Vargas Llosa que, desde el momento de su publicacion, ha provocado multiples y dispares reacciones, desde numerosos elogios y gran aceptacion por parte del publico hasta duras criticas por parte de algunos estudiosos. La novela también ha despertado controversia a raiz de una serie de denuncias sobre la naturaleza historica o fabulada de algunos datos incorporados a la misma. Asi por ej emplo, ha sido criticada por involucrar a personajes historicos proximos a Trujillo dentro del grupo represivo y aniquilador del regimen.I36 Pero quizas 1a mayor polémica provenga de la denuncia por plagio que el historiador Bernard Diederich ha presentado en contra de Vargas Llosa y por la que éste sera llevado a los tribunales.I37 Diederich alega que La Fiesta incluye detalles de su libro Trujillo: The Death of the Goat (1978) sobre el asesinato del dictador. Otro caso de denuncia por plagio corre por parte 135 Informacion extraida del articulo de He'ctor Lopez “El ‘Chivo’ historico”. Sobre las relaciones entre el gobierno trujillista y los Estados Unidos, Véase The Dictator next door. de Eric P. Roorda. Para mas informacion sobre las circunstancias de su asesinato, Trujillo. The death of the goat, de Bernard Diederich. '36 Asi por ejemplo, en el diario La hora, e1 general retirado Félix Herrnida ha pedido a Vargas Llosa “que se retracte de las alusiones que en La Fiesta del Chivo hace a su padre como testigo de un interrogatorio y tortura” (1). . 137 Segun Frauke Gewecke, a pesar de que Vargas Llosa ha negado categoricamente haberse inspirado en la obra de Diederich, “las coincidencias entre los dos libros no se Iimitan en modo alguno a la enumeracion de datos historicos concretos; abarcan asimismo, precisamente en tomo a la actitud y accion de los conjurados, tanto la conformacion y yuxtaposicion de estos datos como su valoracion e interpretacion” (“Perspectivas de recepcion”, 159). Para mas informacion sobre la denuncia, Véase e1 articulo intemautico http://www.estrelladigital.es/OOO916/articulos/cu1tura/vargas.htm 157 del periodista y escritor dominicano Lipe Collado,138 quien acusa a Vargas Llosa de lo que él califica como “plagio ideologico”. Segun Collado, e1 personaje de Urania Cabral, protagonista de La Fiesta, es “idéntico” a1 de Alfredo Verguero, protagonista de su novela Despue’s del viento. En el presente estudio, sin embargo, no interesan este tipo de controversias ni Ios supuestos paralelismos con la realidad politica que pueden encontrarse en la novela y que el mismo autor ha sefialado en mas de una ocasion.I39 Tampoco encontrar una correspondencia exacta entre los hechos narrados y la realidad historica.140 La Fiesta, como novela que es, no esta sujeta a las reglas de objetividad historica de un texto historiogréfico aunque se base parcialmente en hechos y personajes historicos. Independientemente de la exactitud historica de lo narrado, interesa mas bien la manera en que las diferentes historias que componen 1a obra son relatadas y el modo en que recuperan el pasado. A primera vista, 1a fragmentacion de los relatos sugiere e1 caracter dialogico y “antiautoritario” del discurso: la yuxtaposicion de perspectivas, tiempos y espacios, ayuda a conformar una imagen mas completa pero también mas heterogénea del pasado. Precisamente, 1a estructura discursiva fragmentada y la complejidad de las técnicas narrativas utilizadas por Vargas Llosa en esta obra han sido algunos de los elementos que mayor interés y elogios han recibido por parte de la critica.141 '38 Para mas informacion Véase e1 articulo en http://www.elsiglo.net/mundo/16e/3.htm 139 Véase articulo recogido en http://www.caretas.com.pe/2000/l608/articulos/mvll.phtm1 '40 La relacion entre ficcion y realidad ha sido una de las grandes preocupaciones de Vargas Llosa y una de las cuestiones mas recurridas dentro de su trayectoria critica y literaria. A nivel critico, esta cuestion se refleja en diversos ensayos. En su obra La verdad de las mentiras: Ensayos sobre literatura (1990), el escritor estudia e1 concepto de verdad y la relacion entre ficcion y realidad aplicandolo a una serie de clasicos de la literatura universal. Su interés por el tema queda recogido a nivel literario en novelas como Historia de Mayta (1984). Para un estudio de esta obra, Véase e1 capitulo “Fiction and ‘Real life’” de Booker: Vargas Llosa among the Postmpdemisgs; (99-120). 141 Véase e1 articulo de Fernando R. Lafuente, “La Fiesta del Chivo. Una espeluznante precision”, donde se dice que la novela “afronta una realidad brutal bajo la impronta de una narracion impecable y compleja 158 E1 siguiente capitulo se enfoca fundamentalmente en analizar 1a estructura discursiva de la novela. E1 multiperspectivismo, la existencia de una o mas voces narrativas, los estilos discursivos, y la existencia o ausencia de un revisionismo historico, seran algunas de las cuestiones mas importantes a tratar. E1 objetivo de este analisis discursivo es el de comprobar si se consigue la plurivocidad y fragmentacion enunciativa que en un primer momento la novela parece implementar y que parece acercarla a algunas novelas del dictador con tendencias discursivas antiautoritarias como es el caso de las novelas de Gabriel Garcia Marquez y de Augusto Roa Bastos. E1 analisis narrativo o enunciativo conllevara también e1 estudio del marco tematico de Ios diferentes relatos intercalados y su tratamiento del tema del dictador. 1. El caracter fragmentado de La Fiesta del Chivo y la vision abarcadora del pasado La Fiesta del Chivo esta compuesta fundamentalmente por tres relatos superpuestos o intercalados. Estos relatos estén narrados desde perspectivas, tiempos y espacios distintos pero remiten a un mismo contexto historico, el de la dictadura trujillista (1930-1961), principalmente en sus ultimos dias de existencia. La novela arranca con las reflexiones de la protagonista, Urania Cabral. Urania, abogada en una prestigiosa firma neoyorquina y funcionaria del Banco Mundial, regresa a su tierra natal, Santo Domingo, en 1996, tras un exilio autoimpuesto de 35 afios. Este regreso espacial supone un regreso temporal para la protagonista pues 1e hace revivir sus memorias de la nifiez y juventud en su pais, cuando Rafael Leonidas Trujillo aun regia la vida de todo dominicano, incluida la —cuajada de técnicas narrativas cuya mayor efectividad es pasar inadvertidas para el lector” (2). Plinio Apuleyo Mendoza, en su articulo para El Espectador, considera 1a novela “una prodigiosa obra de ingenieria narrativa” (1). . 159 de su padre, e1 ex senador y ministro trujillista Agustin Cabral. La razon de su regreso no parece clara: “gSintoma de decadencia? gSentimentalismo otofial? Curiosidad, nada mas. Probarte que puedes caminar por las calles de esta ciudad que ya no es tuya, recorrer este pais ajeno, sin que ello te provoque tristeza, nostalgia, odio, amargura, rabia. 50 has venido a enfrentar a la ruina que es tu padre? A averiguar qué impresion te hace verlo, después de tantos afios” (12). En cualquier caso, el dia antes de regresar a Nueva York Urania se siente lanzada a enfrentarse a los fantasmas del pasado y decide visitar a su padre, con quien no ha mantenido comunicacion alguna desde que abandonara la isla mas de tres décadas atrzis.I42 E1 una vez influyente Presidente del Senado Agustin Cabral es ahora un pobre anciano, imposibilitado en silla de ruedas y en estado semivegetal debido a un derrame cerebral sufrido diez afios antes. Esta visita hara revivir a Urania los momentos claves de su despertar a1 mundo adulto y a la realidad sociopolitica de la época trujillista. Mas tarde, el reencuentro con sus parientes -su tia Adelina, sus primas Manolita y Lucinda, y su sobrina Marianita- provocara 1a revelacion del secreto que Urania ha guardado durante treinta y cinco afios y que explica su larga ausencia y el profundo rencor hacia su padre. No es hasta el final de la novela que se nos revela la razon de su odio, su violacion a manos de Trujillo, una violacion consentida por su padre en un ultimo intento por recuperar la confianza perdida de su J efe. El caracter retrospectivo de la historia de Urania, narrada ‘desde el presente’ de la novela -1996- sirve de puente para el resto de historias intercaladas, historias que estén ”2 Rosa Boldori considera “la carencia nostalgica de una figura patema positiva” un denominador comun en la narrativa de Vargas Llosa y lo relaciona con la vida del autor: “la separacion de sus padres en la época de la infancia; la crianza por unos abuelos y tios hasta 1a reconciliacion patema” (Vargas Llosa: un narrador Wm, 34)- 160 narradas ‘desde el pasado’ -1961- y desde 1a perspectivam de los protagonistas de los hechos relatados. Por un lado, se obtiene e1 relato de Trujillo, desde cuya perspectiva se narra el que sera su ultimo dia de vida, e1 30 de mayo de 1961. Este relato cubre parte de la agenda que el dictador lleva a cabo tal diazl44 comienza con la rutina de aseo y ejercicio que el dictador cumple rigurosamente a1 levantarse cada dia, pasando por las entrevistas con distintos miembros del régimen -especialmente las entrevistas con el Jefe del Servicio de Inteligencia Militar, e1 coronel Johnny Abbes, con el senador Chirinos, y con el Presidente de la Republica, Joaquin Balaguer- asi como otras obligaciones, hasta sus ultimos minutos de vida. El tercer relato tiene un caracter colectivo, ya que se narran los sucesos acaecidos ese 30 de mayo por la noche145 desde el punto de vista de distintos componentes del grupo sublevado contra el regimen y perpetrador del asesinato de Trujillo. El grupo conspirador esta compuesto por Antonio de la Maza, e1 teniente Amado (Amadito) Garcia Herrero, Antonio (Tony) Imbert y Salvador Estrella Sadhala (Turco), mas los otros tres hombres (Pedro Livio Cedefio, Huascar Tejeda y Roberto Pastoriza Neret) que esperan en la carretera de San Cristobal a que pase Trujillo para asesinarlo. Desde las perspectivas de todos estos personajes -a excepcion de los dos ultimos- se narran las horas de espera, asi como el asesinato del dictador y los hechos que suceden 143 . . Con “perspectiva” me refiero a1 punto de VlSta desde el que se narran los sucesos y que no se corresponde necesariamente con la figura del narrador o quien narra, como resulta ser aqui. Véase e1 capitulo 4 del Naerative discourse de Genette dedicado al modo (161-211). Véase también concepto de perspectiva de Todorov en el capitulo 1 del presente estudio. Hay momentos del dia que no son narrados pero si son mencionados en el relato, como la entrevista de Trujillo con los ministros de Relaciones Exteriores y del Interior, y su reunion con Ios jefes de la Aviacion en la Base Aérea de San Isidro, reuniones que tienen lugar tras su entrevista con Johnny Abbes (168). 14 . . . . . 5 El contexto espacrotemporal desde el que se narran las otras historias yuxtapuestas a la de Urania es as: cercano pero distinto. 161 posteriormente, la persecucion de la que son victimas y el tragico final que les espera a la gran mayoria. La distribucion de los capitulos depende en gran parte de la alternancia de las diferentes perspectivas y éstas, a su vez, de las necesidades del relato. Los capitulos 1, 4, 7, 10, 13, 16 y 24 se encuentran narrados desde el punto de vista de Urania;I46 desde la perspectiva de Trujillo, Ios capitulos 2, 5, 8, 11, 14 y 18; y desde el punto de vista de algunos de los diferentes personajes sublevados, Ios capitulos 3, 6, 9, 12, 15, 17, 19, 21, 23: concretamente, los capitulos 3 y 17 estén narrados desde 1a perspectiva de Amadito; Ios capitulos 6 y 19, desde la de Antonio de la Maza; los capitulos 9 y 23, bajo la de Tony Imbert; 12 y 21, desde la perspectiva de Salvador Estrella; y el capitulo 15 se encuentra narrado desde la de Pedro Livio Cedefio. Los capitulos 20 y 22 son narrados desde las perspectivas del general Jose' René Roman y el presidente Joaquin Balaguer respectivamente, dos personajes centrales en el desenlace de los acontecimientos. Por un lado, obtenemos 1a perspectiva del general Jose’ René (Pupo) Roman, Jefe de las Fuerzas Armadas y sobrino politico de Trujillo. Roman, que se compromete a asumir e1 poder si Trujillo es asesinado, impone como condicion de su apoyo al grupo conspirador ver el cadaver del tirano. Sin embargo, esta condicion no se va a ver cumplida, Roman no tendra la oportunidad de comprobar la muerte del dictador. Este hecho, unido a1 panico de la reciente amonestacion de que ha sido victima por parte de Trujillo, provocara que se eche atras en el ultimo momento imposibilitando e1 golpe de estado tan ansiado por el grupo antitrujillista y propiciando 1a brutal persecucion del régimen contra Ios involucrados en el asesinato de Trujillo. Una persecucion de la que él tampoco escapara: 146 En los capitulos 13 y 16 también se obtiene la perspectiva de Agustin Cabral, como se explicara después. 162 e1 miedo lo delata y el general Pupo Roman acabara siendo torturado y finalmente asesinado por el ajusticiador de Trujillo, su hijo Ramfis. Por otro lado, desde el punto de vista del Presidente Balaguer se nos relata como vive este personaje los sucesos posteriores a1 asesinato de Trujillo y como su astucia y manipulacion politica 1e llevaran a continuar desempefiando e1 rol de presidente en la transicion ‘democratica’. Balaguer dej ara de ser e1 ‘presidente fantoche’ para pasar a ejercer con mano firme el poder. Llama 1a atencion e1 orden con que a1 principio se alternan los capitulos en funcion de estas perspectivas, ofrecie’ndose primero la perspectiva de Urania, seguida por la de Trujillo y después por la del grupo resistente, sucedie'ndose en este orden hasta el capitulo 15, donde se narra e1 asesinato del dictador.147 A partir de la narracion de este suceso, los capitulos pierden e1 orden que hasta ahora habian conservado con respecto a los puntos de vista desde los que se narraban los acontecimientos. Las necesidades del relato hacen que sea mayor el numero de capitulos narrados desde 1a perspectiva de los agentes del asesinato y que ahora se dan a la fuga ocultandose en distintos lugares. La superposicion de tiempos y espacios en una misma secuencia narrativa recuerda a la técnica de los “vasos comunicantes” y que, segun el mismo Vargas Llosa, consiste en asociar dentro de una unidad narrativa acontecimientos, personajes, situaciones, que ocurren en tiempos 0 en lugares distintos; consiste en asociar 0 en fundir dichos acontecimientos, personajes, situaciones. A1 fundirse en una sola realidad narrativa cada situacion aporta sus propias tensiones, sus propias emociones, sus propias vivencias, 147 El asesinato de Trujillo es narrado desde dos perspectivas diferentes: desde la perspectiva de Salvador Estrella (Turco), en el capitulo 12, y desde la de Pedro Livio Ceder‘io, en el capitulo 15. 163 y de esa fusion surge una nueva vivencia que es la que me parece que va a precipitar un elemento extrafio, inquietante, turbador, que va a dar esa ilusion, esa apariencia de vida. (Establier, 76) En el caso de La Fiesta del Chivo. la narracion desde el punto de vista de los diferentes protagonistas del pasado, desde tiempos y espacios distintos, permite observar mas de cerca e1 desarrollo de los hechos -especialmente aquellos en tomo a1 asesinato de Trujillo- y ahondar en la psicologia de la figura del dictador, de sus hombres mas allegados y sus asesinos, para conformar una vision mas completa de las circunstancias y figuras novelescas. De esta manera, 1a fragmentacion del tiempo y el espacio asi como el uso del elemento multiperspectivista buscan ofrecer una vision abarcadora del pasado que ofrezca a1 lector todos los datos necesarios para conformar una vision clara del pasado y aceptar como verosimil el relato. Sin embargo, en su busqueda por ofrecer el mayor numero posible de puntos de vista asi como la mayor cantidad de informacion posible, la novela rompe en parte e1 efecto de verosimilitud que se propone en un principio. Esto se debe a la inclusion de lo que llamaré “perspectivas imposibles”, que forman parte de las anacronias narrativas que tienen lugar en la obra. 164 II. Anacronias narrativas, “perspectivas imposibles” y sus efectos en la verosimilitud novelesca. Aunque e1 orden en que se narran los diferentes sucesos en cada relato es lineal, su yuxtaposicion a otros relatos narrados en tiempos distintos'48 y que recuperan momentos historicos diferentes, provoca lo que Ge'rard Genette denomina anacronias narrativas y que define como “the various types of discordance between the two orderings of story and narrative” (3 6). Es decir, que la alternancia entre presente y pasado que tiene lugar dentro del collage de perspectivas y tiempos que componen Ios diferentes relatos de la novela provoca la no correspondencia entre el orden temporal de la historia y el orden temporal del discurso. Ademas, cada uno de los personajes desde cuya perspectiva se narra una secuencia temporal nos transporta a su vez a un tiempo anterior mediante 1a retrospeccion.149 En el caso de Urania, su regreso a la Republica Dominicana provocara 1a recuperacion de los hechos del pasado en una serie de flashbacks que en muchas ocasiones son producto de la experimentacion de sensaciones -olores, paisajes, ruidos, etc.- vinculadas a su pasado y que transportan a1 personaje a la época trujillista. Asi por ejemplo, Urania besa una vieja foto de su madre que encuentra en la habitacion de su padre. Este acto provoca e1 regreso a1 pasado desde donde se narra una hipotética visita de Trujillo a la madre de Urania, quien rechaza la visita del Generalisimo - hipotética porque a1 regresar del flashback Urania 1e pregunta a su padre si estas visitas tuvieron lugar (67-68), con lo que no se trata de un momento vivido por la protagonista. 148 El presente de Urania -1996- asi como algunos de los momentos recuperados de su pasado aparecen narrados en el tiempo presente, mientras que la narracion de los sucesos desde la perspectiva del resto de los personajes se da desde un tiempo pasado y aparece narrada en pasado. 9 Genette la denomina analepsis: “any evocation afier the fact of an event that took place earlier than the point in the story where we are at any given moment” (Narrative discourse. 40). 165 El resto de los personajes desde cuyas perspectivas se narran las distintas historias también tienen sus momentos de flashback. Asi por ejemplo, Trujillo hace un repaso de algunos de los momentos mas relevantes de su trayectoria politica y vital, desde sus tiempos de marine junto a1 sargento Gittleman hasta 1a aniquilacion haitiana de 193 7. Por otra parte, tanto Antonio de la Maza, como Amadito, Turco, Tony Imbert y Pedro Livio Cedefio, recuperan e1 pasado para examinar los motivos que los han llevado a tomar parte en el asesinato de Trujillo. Ironicamente, muchos han sido trujillistas ace'rrimos en el pasado pero todos han sufrido la pérdida de algun ser querido o conocido a causa de los caprichos del dictador 0 de las necesidades represoras del régimen: Antonio de la Maza, por ejemplo, pierde a su hermano menor Tavito, eliminado por Trujillo para borrar toda huella sobre la desaparicion y asesinato de Galindez. Antonio Imbert y su hermano Segundo, gobernador de Puerto Plata y comandante militar respectivamente, son destituidos de sus puestos, encarcelados y hostigados por supuesta complicidad con el desembarco de antitrujillistas en la playa de Luperon, e1 19 de junio de 1949.150 En el caso de Salvador Estrella, son sus convicciones religiosas, la Carta Pastoral del episcopado del 25 de enero de 1960 donde la Iglesia condena abiertamente la opresion y tirania del régimen dictatorial de Trujillo, asi como la “autorizacion” que obtiene de la Iglesia para eliminar a la “Bestia” (42-43), lo que mueven a1 personaje a acabar con el dictador. Pedro Livio Cedefio, administrador de la Fabrica Dominicana de Baterias - perteneciente a la familia Trujillo- decide rebelarse contra el régimen después de conocer la noticia del asesinato de las hermanas Mirabal e1 25 de noviembre de 1960. Finalmente, '50 Un grupo de antitrujillistas encabezado por Horacio Julio Omes intento invadir la provincia de Puerto Plata e1 19 de junio de 1949. La invasion, sin embargo, resulto un fracaso. Algunos invasores fueron amnistiados por Trujillo y los demos, eliminados. Este intento de invasion provoco una operacion represiva donde “fueron arrestados, torturados y muchos fusilados en secreto” (172-73), como se dice en la novela. 166 en el caso del teniente Amado Guerrero la pérdida es doble: por un lado, tiene que renunciar a casarse con su prometida Luisa Gil por ser hermana de un ‘enemigo del régimen’, un presunto comunista; por otro, se ve obligado a eliminar a un antitrujillista, y mas tarde se le informa que era hermano de Luisa Gil. Estos son algunos de los motivos que mueven a los implicados a conspirar contra el dictador y que se nos dan a conocer a través de estas retrospecciones. De esta manera, todo los relatos se fragmentan en distintos tiempos que suponen un devenir entre presente y pasado para conformar un mapa completo de todas las historias, sus acciones y, sobre todo, el motivo de sus acciones. En este sentido, podria afirmarse lo dicho por el autor en uno de sus articulos, que “el tiempo novelesco es un artificio fabricado para conseguir ciertos efectos psicologicos” (“La verdad de las mentiras”, 9). En La Fiesta del Chivo. el tiempo novelesco es ordenado con el objeto no 3610 de mantener sino de incrementar el interés del lector a1, por ejemplo, no revelar - aunque se insinue- e1 secreto de Urania hasta las ultimas paginas de la novela. La violacion de que es victima por parte de Trujillo ocurre precisamente unos dias antes del asesinato del dictador. De esta manera, e1 relato de la violacion constituye una de las mayores anacronias de la obra, pues se narra al final de la novela, una vez que ya se ha relatado la muerte del dictador asi como el fin de la mayoria de sus asesinos. Las diferentes perspectivas narrativas limitan 1a cantidad de informacion proporcionada en torno a1 secreto de Urania para crear suspensel5 ' y mantener e1 interés, lo que sugiere a1 mismo tiempo cierta autoridad discursiva. 151 . . . . . . . . Segun Helena Establier, 1a técnica narrativa de los vasos comumcantes, con su multiplierdad de historias, “constituye una especie de contrapunto ritmico, que dota de fluidez, variedad, interés, tension y suspense a1 relato” (Vargas Llosa y el nuevo arte de h_a_cer novela; 77). I67 En su intento por ofrecer un mapa completo del pasado, la novela recurre a una técnica narrativa en la cual 1a retrospeccion o la narracion en tercera persona nos transporta a1 momento pasado en cuestion, donde e1 0 Ios protagonistas de ese momento concreto retoman la narracion del mismo, y donde en ocasiones se introduce 1a perspectiva de un personaje del pasado que no se encuentra presente en el momento de la retrospeccion. Esta técnica recuerda a la de la cajas chinas, también muy empleada por Vargas Llosa, donde “Ios personajes de sus historias cuentan, a su vez, historias, y en las historias que cuentan estos personajes estan también encerrando otras historias que son contadas por los personajes de estas historias” (Establier 80). Asi ocurre, pues, en los capitulos 13 y 16, cuando a la conversacion entre Urania y su tia Adelina se yuxtapone la perspectiva de Agustin Cabral, treinta y cinco afios atras. Desde su perspectiva se narra e1 momento en que el ya ex Presidente del Senado ha caido en desgracia debido a los caprichos de Trujillo y el momento critico en que Cabral decide “ofrecer” a su hija a1 dictador en pos del status perdido. En un intento desesperado por recuperar e1 favor de Trujillo y su cargo, Cabral 1e pide a Manuel Alfonso —playboy malogrado que le consigue mujeres a1 dictador ademas de ser su asesor de moda- que interceda por él y que no olvide “decirle que estoy dispuesto a todo, para recobrar su confianza” (336). Despue's de reunirse con el Jefe, Manuel Alfonso 1e explica que Trujillo esta dolido con él por haberse “enfriado” ultimamente -en realidad, Trujillo confesara mas tarde que todo ha sido una maniobra para probar una vez mas la confianza del que sabe fiel subordinado. Cabral, a pesar de saberse leal y trabajador como siempre, acepta toda la culpa. Para recuperar el favor del “Jefe”, Manuel Alfonso 1e propone ofrecer a su hija de catorce afios a1 dictador. A pesar del terror que lo embarga, Cabral esta dispuesto a sacrificar a su hija 168 con tal de recuperar su posicion de favorito. En su turbacion, Cabral reflexiona sobre por qué no volvio a casarse y a tener hijos: “(JPor Urania, como decia a todo el mundo? No. Para dedicar mas tiempo a1 Jefe, consagrarle dias y noches, demostrarle que nada ni nadie era mas importante en la vida de Agustin Cabral” (343). Es aqui donde se confirma e1 grado de dependencia y ofrenda del padre de Urania que ha afectado no solo su vida politica sino también su vida privada y familiar. E1 relato de Cabral, asi como su conversacion con Manuel Alfonso, aporta asi la informacion que le faltaba a1 lector para completar su conocimiento de los hechos del pasado. Una informacion que Urania no podia aportar pues “[no] conocia los pormenores de la conversacion entre Manuel Alfonso y su papa” (347). Pero 1a inclusion de la perspectiva de Cabral supone mucho mas ya que rompe e1 efecto de verosimilitud152 novelesca que el mismo relato se impone en un principio: en el capitulo séptimo 1a imposibilidad de comunicacion entre Urania y su padre parecia limitar la informacion a1 quedar sin respuesta muchas de las preguntas forrnuladas por la protagonista. En este sentido, la novela hacia uso de una de las propiedades de lo verosimil segun Todorov, donde “Ia libertad del relato es restringida por la exigencias internas del libro mismo”(13). Sin embargo, estas “exigencias internas” que, en un principio, parecen dejar abierta 1a puerta a1 lector para que construya sus propias hipotesis y juicios, son “violadas” por la intromision del relato de Cabral treinta afios antes. Este relato constituye una “perspectiva imposible” que rompe, en mi opinion, e1 efecto de 152 Como ya comentamos en el capitulo primero, de todos Ios sentidos de “verosimil” expuestos por Todorov en su introduccion de Lo verosimil, escogemos el siguiente: “se hablara de la verosimilitud de una obra en la medida en que ésta trate de hacernos creer que se conforma a lo real y no a sus propias leyes; dicho de otro modo, lo verosimil, es la mascara con que se disfrazan las leyes del texto, y que nosotros debemos tomar por una relacion con la realidad” (13). 169 verosimilitud que establece el relato. Ademas, la inclusion de esta “perspectiva imposible” sugiere un objetivo totalizador de la novela al ofrecer una vision completa del pasado donde no quedan detalles por explicar o personajes que dejen de aportar su vision de los hechos. Otro ejemplo en que el relato retrospectivo de un personaje contiene otros relatos narrados desde el pasado, tiene lugar en el capitulo 11 donde, desde 1a perspectiva de Trujillo, se narra e1 almuerzo que el dictador ofrece a su gran amigo y ex marine Simon Gittleman y a su esposa tras condecorar al estadounidense con la Orden del Mérito Juan Pablo Duarte por su apoyo a1 régimen. Cuando Gittleman pregunta a Trujillo cual ha sido la medida mas dificil que ha tenido que tomar en sus afios de gobierno para mejorar e1 pais, éste le responde que la que tomo e1 2 de octubre de 1937 para evitar la invasion haitiana. E1 flashback del dictador sobre la aniquilacion de haitianos nos transporta a 1937, a una conversacion entre éste, Henry Chirinos y Agustin Cabral, donde éstos ultimos informan a1 dictador de la grave situacion que corre 1a Republica Dominicana ante la invasion haitiana. La conversacion entre los tres personajes es reproducida en estilo directo. Lo mismo ocurre a continuacion, cuando a1 relato de Trujillo se yuxtapone 1a conversacion entre Cabral y Chirinos, en la que no esta presente e1 dictador (218). Esta intromision de perspectivas seria otro ejemplo de “perspectiva imposible” a1 recuperar una conversacion desconocida por Trujillo, rompiendo nuevamente con esta intromision 1a ilusion de verosimilitud que el relato propone. Esta intromision de perspectivas asi como el devenir entre diferentes secuencias temporales y la yuxtaposicion “ordenada” de perspectivas, son e1 resultado de la manipulacion narrativa de un texto que quiere dar una imagen de heterogeneidad y 170 fragmentacion, pero que resulta tener elementos homogeneizantes, a1 decidir de modo preciso cuando y como introducir Ios diferentes relatos que conforman e1 texto narrativo. 111. El control narrativo: el narrador omnisciente y la técnica de la narracion intemalizada Within the text of the novel, it is the novelist, through the voice of omniscience, who has replaced God. The third person is the novelist’s unholy, yet powerful, ghost. (69) - Roberto Gonzalez Echevarria, The Voice of the Masters En relacion con la yuxtaposicion de perspectivas narrativas, La Fiesta del Chivo presenta una estructura de estilos complej a, que va mas alla de la clasificacion tradicional de estilos narrativos. En la novela de Vargas Llosa predomina una internalizacion de los modos narrativos'53 donde, si bien e1 discurso esta controlado por una sola voz, la de un narrador omnisciente en tercera persona, esta voz nos ofrece una vision intemalizada de la mayoria de personajes. Para lograr esta vision intemalizada de los personajes se recurre a1 estilo discursivo denominado estilo indirecto libre, narracion en tercera persona pero donde se tiene acceso directo a los pensamientos de los distintos personajes. En Narrative discourse (1980), Gérard Genette 10 define como el estilo donde “the narrator takes on the speech of the character or, if one prefers, the character speaks through the voice of the narrator, and the two instances are then ‘merged’” (174). Este estilo seria uno intermedio -entre e1 estilo directo y el indirecto- en relacion con lo que Genette denomina la distancia narrativa y que alude a1 grado de mimesis con que el narrador reproduce e1 discurso de los personajes de una obra (171). Este concepto, definido en términos 153 Segun Todorov, e1 modo de un discurso consiste en “the degree of exactitude with which this discourse evokes its referent: a maximum degree in the case of direct style, a minimum degree in the case of the narrative of nonverbal phenomena; intermediary degrees in the other cases” (Introduction to Poetics, 29). 171 parecidos por Todorov,‘54 esta relacionado con la autoridad discursiva pues a mayor control discursivo ejercido por el narrador, mayor distancia narrativa y, por lo tanto, mayor autoridad. Mikhail Bakhtin también menciona e1 estilo indirecto libre en su ensayo “The Problem of the Text in Linguistics, Philology, and the Human Sciences: An Experiment in Philosophical Analysis” incluido en Speech Genres & Other Late Essays (1986). Bakhtin lo llama quasi-direct speech,155 y lo situa entre e1 estilo directo y el indirecto: “Quasi-direct speech involves discourse that is formally authorial, but that belongs in its ‘emotional structure’ to a represented character, whose inner speech is transmitted and regulated by the author” (130). Se trata, pues, de un estilo similar a1 monologo interior pero conducido a través de la tercera persona, donde los pensamientos del personaje pasan por el filtro del narrador,’56 con lo que existiria un mayor control por parte de este narrador que en el caso del monologo interior. Es un estilo narrativo que recurre preferentemente a1 tiempo verbal imperfecto -aunque también a1 condicional- para dar mayor sensacion de que realmente se esta dentro de la mente del personaje. Ya en la primera pagina de la novela, se recurre a este estilo indirecto libre: “Que ella recordara, [...] nadie habia vuelto a llamarla Urania, como antes en su casa y en el Colegio Santo Domingo, donde las sisters y sus compafieras pronunciaban correctisimamente e1 disparatado nombre que le infligieron a1 nacer. gSe 1e ocurriria a él, a ella?” (l l). ‘54 Véase el capitulo 2 de su Introduction to Poetics. “Analysis of the Literary Text”, p. 29. 155Te'rmino recogido por V. N. Voloshinov en Marxism and the Philosophy of Language (1973), y a su vez ya empleado por criticos anteriores como Tobler. Aunque en ocasiones no sepamos con toda certeza si e1 narrador omnisciente ha intemalizado su narracion, en muchas otras es facil detectar el uso del estilo indirecto libre a partir de la filtracion de ideas 0 comentarios tipicos de algun personaje concreto. 172 La internalizacion narrativa facilita Ia transicion entre diferentes perspectivas y contextos espaciotemporales distintos, a1 tiempo que produce e1 efecto de una mayor cercania con respecto a los personajes, especialmente e1 dictador. De hecho, el uso de la internalizacion narrativa es en parte producto de la mayor relevancia que la figura del dictador y su mundo interior cobran a partir de la década de los setenta y que se reflejara en la novela del dictador durante las décadas siguientes. Angel Rama, en Los dictadores latinoamericanos (1976), se refiere a1 cambio de perspectiva de los nuevos narradores a la hora de aproximarse a la narracion del mundo del dictador. Rama distingue entre textos como El Senor Presidente (1946) de Miguel Angel Asturias, donde e1 narrador “contempla desde afuera” a1 dictador y otros textos mas recientes donde “los nuevos narradores (...) se instalan con soltura en la conciencia misma del personaje y de ese modo ocupan el centro desde donde se ejerce el poder y ven e1 universo circundante a través de sus operaciones concretas. Se trata de una drastica inversion de la vision” (15- 16). La F iest del Chivo perteneceria a este segundo grupo de novelas del dictador que exploran el mundo interior del tirano y quieren ofrecer una imagen introspectiva mas “humana” que la usualmente ofrecida por las novelas del género previas a los 70. La humanizacion de la figura del dictador se consigue en muchas ocasiones al ofrecer tanto aspectos negativos como positivos de su personalidad. En la novela, Trujillo es representado como una persona extremadamente pulcra y disciplinada, un mandatario capaz y lucido a pesar de su edad avanzada y su desgaste fisico, que cumple puntualmente sus compromisos politicos, que sopesa las decisiones criticas pero que a1 mismo tiempo no vacila en ejecutarlas y asumir responsabilidades de aquello que bajo su vision esta justificado. Un hombre que, por una parte, presume de coraje y disciplina pero 173 que, por otra, se deleita en abusar de su poder omnipotente a la hora de castigar a todo aquel que le defraude, especialmente si se trata de algun miembro cercano a1 re’gimen. Esta imagen polifacética del dictador que se nos da en la novela es producto fundamentalmente de la internalizacion narrativa, que permite conocer las largas divagaciones del dictador. Asi por ejemplo, e1 personaje nunca reconoce haber cometido errores o crimenes contra su pueblo. A1 contrario, culpa a1 pueblo dominicano por no reconocer los sacrificios que por él ha hecho: “nada ataba tanto como la sangre, cierto. Seria por eso que él se sentia amarrado a este pais de malagradecidos, cobardes y traidores. Porque, para sacarlo del atraso, e1 caos, 1a ignorancia y la barbaric, se habia tenido de sangre muchas veces. {Se 10 agradecerian en el futuro estos pendejos? (97-98). Es asi como el dictador no solo se exime de culpa, defendiendo que el fin justifica Ios medios, sino que invierte la cuestion, culpando a su pueblo de no reconocer todo lo que el re'gimen trujillista ha hecho por él. En el fragmento anterior, la narracion intemalizada permite a1 lector ahondar en la psicologia del personaje, quien muestra su faceta despotica pero también su lado trabajador y disciplinado. De esta manera, la exposicion de los pensamientos del personaje, que acusan una ausencia de autocritica, favorece 1a proyeccion de una imagen del tirano menos maniquea que aquella proyectada en novelas tempranas del género como Tirano Banderas 0 El sefiorfipresidente. Aparte de esta aproximacion psicologica a la figura del dictador, 1a intemalizacion narrativa consigue ofrecer una vision multiperspectivista de todo lo relatado en la novela, lo que a su vez desemboca en una vision abarcadora de los hechos y personajes representados. E1 estilo indirecto libre -a través de la voz del narrador omnisciente en tercera persona- se yuxtapone en ocasiones a una voz en segunda persona que también favorece 174 una vision intemalizada del personaje. Esta voz en segunda persona se da fundamentalmente desde la perspectiva de Urania y parece ser una especie de voz de la conciencia, en muchas ocasiones autorrecriminatoria: “(3L0 detestas? (3L0 odias? gTodavia? ‘Ya no’, dice en voz alta. No habrias vuelto si e1 rencor siguiera crepitando, la herida sangrando, la decepcion anonadandola, envenenandola, como en tu juventud, cuando estudiar, trabajar, se convirtieron en obsesionante remedio para no recordar” (14). En realidad, esta voz en segunda persona parece provenir del mismo narrador omnisciente, el cual no 3610 se apropia de las voces de los personajes sino que adopta también 1a identidad de esta especie de voz de la conciencia. A veces la voz en tercera persona intemalizada y la voz en segunda persona aparecen juntas: “Cierto, tu vida en Manhattan es agotadora. Todas sus horas estén cronometradas” (145). Esta rapida transicion de estilos narrativos favorece e1 dinamismo de la narracion pero no deja de acusar un control narrativo que se ve confirmado por la posicion omnisciente del narrador en tercera persona.‘57 Asi ocurre al final del capitulo 17, capitulo narrado desde la perspectiva de Amadito. Aqui, e1 narrador en tercera persona afiade y completa la informacion que ya no puede ofrecer Amado después de haber sido asesinado por los calie's: “aniquilado por innumerables balas de metralleta y revolver, no vio que, ademas de matar a un calie', habia herido a otros dos, antes de morir él mismo. No vio como su cadaver fue sujetado [...], fue exhibido a los mirones del parque Independencia, por donde sus victimarios dieron una vuelta triunfal” (362). Ademas de afiadir informacion, otras funciones que lleva a cabo e1 narrador omnisciente son distinguir entre los 157 . . . . . . Segun Genette, el dialogo o monologo corresponden a1 estilo directo, donde e1 narrador ejerce un menor control narrativo, mientras que la narracion en tercera persona por un narrador omnisciente seria e1 estilo mas autoritario. E1 estilo indirecto libre estaria en un nivel intermedio de autoridad (Narrative discourse, 171-74). 175 diferentes interlocutores, aclarar quién habla en los dialogos, y confirmar datos. De esta manera, a pesar de la frecuencia con que se da la vision intemalizada de los personajes, a pesar del multiperspectivismo que propone el uso del estilo indirecto libre, Ia posicion de autoridad narrativa a cargo del narrador omnisciente en tercera persona se deja sentir a lo largo de toda la novela. La existencia de un unico narrador aleja a La Fiesta de novelas del dictador anteriores y mas subversivas, desde un punto de vista narratologico, como E1 otofio del patriarca (1975). En esta novela, Garcia Marquez introduce multiples voces narrativas constantemente intercaladas, sin avisos de signos de puntuacion o pausas que indiquen la identidad de la voz narrativa en cuestion: “dicho sea sin e1 menor respeto mi general, pero a él no le importaba la insolencia sino 1a ingratitud de Patricio Aragonés a quien puse a vivir como un rey en un palacio y te di lo que nadie le ha dado a nadie” (28). En este fragmento, aparecen yuxtapuestas las voces de Patricio Aragonés, un narrador en tercera persona y la voz del patriarca. Esta técnica de intercalacion de voces tan recurrida en El Mp logra una mayor fragmentacion y polifonia narrativas, destronando a1 narrador omnisciente en tercera persona de su tradicional posicion de autoridad en el discurso. Estas voces no 3610 ofrecen diferentes perspectivas de lo relatado sino que en ocasiones llegan a contradecirse, eliminando toda posibilidad de una version unica sobre los hechos narrados y, consecuentemente, destruyendo la autoridad del discurso oficial. Como argumenta Rosalia Cornejo Parriego: “one can hear a collective laugh at the expense of officialdom, one that has a deconstructive effect on the General’s whole regime. This delegitimizing laugh, however, is not that of a single voice, but rather that of the congregation of voices that make up the community. In Garcia Marquez’s novel it is a 176 multiple, heterogeneous, polyvalent guffaw, and in it are mingled several discourses, sometimes superimposed on one another, sometimes contradictory” (“The Delegitimizing Carnival of E1 otofio del Patriarca”, 67). En el caso de La Fiesta, sin embargo, la existencia de un unico narrador, la supremacia de esta voz omnisciente en tercera persona, acentua 1a autoridad discursiva, el carécter monologico de la obra. La confirmacion de la existencia de este unico narrador omnisciente tras 1a lectura de la novela contrasta curiosamente con el caracter polifonico aunciado en la contraportada de la edicion de Alfaguara: “Vargas Llosa, un clasico contemporaneo, relata e1 fin de una era dando voz, entre otros personajes historicos, a1 impecable e implacable general Trujillo”. Segun R. Barton Palmer en su articulo “Languages and Power in the Novel: Mapping the Monologic”, esta ‘otra voz’ que suele aparecer en las contraportadas de las novelas, como es el caso de La Fiesta se diferencia de la voz del narrador en que tiene un obj etivo representacional y no informacional, donde se dirige a1 lector como un comprador potencial: “Unlike the narrator, however, these voices conceive the novel as an object of value, not as an object of knowledge. (...) the information they [the voices of production] provide is only that which serves the text’s promotion and what is necessary for the text as commercial object to conform to the law” (119). Sin embargo, estas “voces de produccion” seleccionan su formato y contenido promocional en colaboracion con el autor de la obra en cuestion: “The blurb was written, the review quotations researched and selected, the short biography conceived, the cover art program designed and executed by those working for the publisher and under the supervision of an editor collaborating with the author” (119). Cabe, pues, tener en cuenta 177 la informacion seleccionada en la contraportada ya que deja sefiales de como debe leerse la novela segun a1 autor. En el caso de La Fiesta del Chivo. e1 caracter publicitario y comercial de la contraportada se refleja especialmente en la gran cantidad de elogios dedicados tanto a1 autor como a su obra asi como a la apelacion de Ios temas mas comercialmente explotables como es el de la cuestion amorosa. Los fragmentos de la contraportada comienzan con estas preguntas que apelan a la curiosidad del lector potencial: “gPor qué regresa Urania Cabral a la isla que juro no volver a pisar? gPor que' sigue vacia y llena de miedo desde los catorce afios? gPor qué no ha tenido un solo amor”. Esta ultima pregunta representara curiosamente el mayor enigma que encierra la novela y que no sera revelado hasta el final de la misma. La construccion del suspense y la intriga con respecto a1 tema de la violacion de Urania y el tono melodramatico del mismo, desvia 1a atencion del lector hacia este asunto al tiempo que pone en un segundo plano el tema del dictador, como se vera mas a fondo a continuacion. 1V. E1 enfoque tematico: lo melodramatico y la despolitizacion de La Fiesta del Chivo We never deal, in literature, with events or facts in the raw, but with events presented in a certain fashion. Two different visions of the same phenomena constitute two distinct phenomena. All the aspects of an object are determined by the vision we are afforded of it. (33) - Tzvetan Todorov, Introduction tp Poetics De la misma forma que el analisis de la estructura narrativa resulta fundamental para la comprension de la autoridad discursiva en La Fiesta del Chivo. también lo es el estudio de los sujetos del enunciado y sus circunstancias. Si e1 modo y las perspectivas desde las que se narra una historia repercuten en la vision que se ofrece a1 lector de 178 hechos determinados, 1a eleccion de unos hechos determinados y no otros, 0 e1 encuadre tematico de la historia, repercuten obviamente en la interpretacion que de dicha historia extrae el lector. La novela gira alrededor de dos sucesos, uno de ellos real, el asesinato de Trujillo, y otro aparentemente ficticio,158 la violacion que sufre Urania a manos del dictador. Es este segundo suceso el que articula toda la historia: si la novela comienza con las reflexiones de Urania sobre el motivo de su regreso a su tierra natal, Ios diferentes encuentros con sus parientes provocaran finalmente la revelacion del secreto en una especie de exorcismo que resulta en la esperanza de iniciar nuevos vinculos o lazos familiares. Esto es lo que se deduce de la reflexion del personaje al final de la novela, donde decide contestar las cartas de su sobrina Marianita (518). E1 relato de Urania abre y cierra asi la novela. Pero los otros relatos también se hayan conectados a este suceso, como vamos descubriendo a lo largo de la historia. Por una parte, Trujillo decide adelantar en un dia -el martes en vez del miércoles- su visita a la Casa de Caoba para satisfacer sus deseos sexuales y olvidar e1 mal recuerdo que tuvo la semana anterior con esa “muchachita esqueleto (que) le trajo mala suerte” (26) -y que resultara ser Urania. Sus crecientes problemas de gobierno, donde va perdiendo gradualmente e1 apoyo de la Iglesia Catolica y los Estados Unidos, parecen correr paralelos a su declive fisico, acrecentado por la incontinencia que padece. Este paralelismo que el mismo dictador establece entre su poder sexual y la estabilidad de su re’gimen mueve a Trujillo a adelantar un dia su encuentro sexual. El cambio de dia facilita a su vez Ia emboscada del '58 Vargas Llosa ha afirmado que el personaje de Urania es “totalmente inventado” y que “el Cabral de la historia no tiene 1a menor relacion con el senador Cabral, padre de Urania, que yo me inventé” (Magazing, 41). I79 grupo conspirador que terminara con la vida del dictador. De esta manera, la violacion de Urania conecta todas las historias de modo sutil pero claro, haciendo del relato sexual e1 eje tematico de la novela. La violacion de Urania es producto de la obsesion por el poder que caracteriza a Trujillo y que constituye e1 leit motif de la obra. Sexo, poder y violencia son elementos intimarnente ligados a la figura del dictador. En La Fiesta, Trujillo se sirve del sexo para reafirmar su poder, como él mismo reconoce en diversas ocasiones: “-Yo he sido un hombre muy amado. Un hombre que ha estrechado en sus brazos alas mujeres mas bellas de este pais. Ellas me han dado 1a energia para enderezarlo. Sin ellas, jamas hubiera hecho lo que hice” (74). El apetito sexual del dictador sirve en ocasiones para poner a prueba las relaciones de vasallaje que Trujillo establece con los miembros mas cercanos a1 régimen 0 con su pueblo. Al igual que Cabral, otros dominicanos “entregan” a sus hijas o mujeres al “Benefactor”,'59 como una especie de ceremonia ritual en la que se hacen ofrendas a1 Dios.160 El caracter ritual de estas ofrendas se ve confirmado en la novela cuando Manuel Alfonso insinua a Cabral e1 sacrificio pero también e1 gran honor que significa ofrecer su hija a Trujillo (343-46). La posesion sexual constituye una demostracion mas del poder del dictador y de su masculinidad: “the triumphal fuck is 159 En su entrevista a Héctor Aguilar, titulada “‘Nos mato la ideologia’”, Vargas Llosa afirma que “los extremos de devocion religiosa a los que se Ilego frente a Trujillo fueron increibles. El asunto de las hijas que los padres 1e regalaban a Trujillo, por ejemplo, me lo explico el secretario de Trujillo. Era un problema porque, durante las giras del jefe, en los pueblos aparecian los campesinos, llenos de admiracion hacia ese ser semidivino que se acercaba, y le hacian la ofrenda de lo mas precioso, de lo mas exquisito que tenian: sus hijas. E1 problema estaba en que el jefe no podia recibir a todas las nifias. Ese ministro accedia a los pggceres extraordinarios que Trujillo discriminaba, pues éste elegia los objetos mas preciosos” (4). E1 articulo de Augusto Wong Campos alude a la controversia creada por esta cuestion. Entre otros datos, se dice que “Euclides Gutiérrez Félix, hijo de un militar que fue colaborador cercano de Trujillo, se sumo a los criticos y desmintio que las mujeres dominicanas de esos tiempos vieran como un honor el hecho de poder tener relaciones sexuales con el tirano o entregarle sus hijas con igual fin, como insinua Vargas Llosa en uno de los capitulos” (2). . 180 virtually synonymous with masculinity. The legitimacy of a man’s civil dominance depends on the authenticity of his masculinity, which is articulated when he fucks” (Dworkin 149). Es por esta necesidad de penetrar a la mujer para sentirse poderoso que puede explicarse el modo en que Trujillo viola a Urania. Su incapacidad para conseguir la ereccion en el momento de penetrarla, lo enfurece hasta el punto de violarla violentamente con los dedos. La violacion resulta otra forma de imposicion de poder, donde “a patriarchal society does not hesitate to turn to rape in order to assert its power” (“The Delegitimizing Carnival of El otofio”, 65). Cornejo Parriego observa en este sentido 1a propuesta de algunos criticos de explicar e1 fascismo no solo a través de los condicionantes capitalistas de la produccion y la lucha de clases sino también de la lucha de sexos y la relacion patricarcal entre lo femenino y lo masculino (La escritura posmodema, 52). De esta manera, e1 acto de la violacion ejemplificaria 1a importancia de la cultura falocéntrica para la ideologia fascista. La obsesion de Trujillo por el poder, por imponer su autoridad, se refleja también en las relaciones de dependencia!“ que el dictador establece a todos los niveles, desde el economico hasta el emocional, con todos sus allegados. Todos se ven influidos o atraidos por el poder que irradia el dictador y, en ultima instancia, sus acciones son consecuencia de estas relaciones de amor, odio o miedo. En muchas ocasiones, se narra e1 grado de humillacion con que Trujillo pone a prueba a sus hombres y el regocijo y el placer que le produce hacerlo. Especialmente cuando se trata de acostarse con la mujer de uno de sus subordinados, como es el caso de la esposa de don Froilan Arala. Don Froilan es uno de 16' Vargas Llosa se refiere a1 culto rendido por los hombres de Trujillo al dictador y lo compara con el denominado “Sindrome de Estocolmo” de los tiempos de Hitler o Stalin, en el articulo de Caretas publicado el 2 de marzo del 2000. . 181 los brazos derechos del Benefactor y ostenta multiples cargos en el re'gimen, entre ellos el de ministro de exteriores, cargo que Trujillo 1e concede a proposito para poder acostarse libremente con su bella mujer cuando e'ste se encuentra de viaje. En una ocasion, Henry Chirinos cuenta como Trujillo, enojado por un discurso de Froilan, decide humillarlo “en su honor de varon” (74) y, en una recepcion del Partido Dominicano, e1 dictador sefiala a la mujer de don Froilan como “la mejor, de todas las hembras que me tiré” (74). En este sentido, e1 dictador lleva a1 extremo su obsesion por el poder al no solo poseer a la mujer del ministro sino también a1 hacer publica su relacion sexual y el adulterio de la mujer de don F roilan, dejando a1 ministro en el mayor escarnio y humillacion posibles. Las relaciones de dependencia que Trujillo establece con sus hombres provocan, por otro lado, el odio mutuo entre éstos en su afan por ser e1 favorito del “Jefe”: “a Trujillo 1e divertia -un juego exquisito y secreto que podia permitirse- advertir las sutiles maniobras, las estocadas sigilosas, las intrigas florentinas que se fraguaban uno contra otro, (....) para desplazar a1 compafiero, adelantarse, estar mas cerca y merecer mayor atencion, oidos y bromas del Jefe” (232). Estas relaciones de favoritismo se convierten en un juego para el dictador quien, con el objetivo de mantenerlos siempre alerta y divertirse, va desplazando altemativamente a sus hombres en su escala de favoritos. E1 dictador reconoce que eso es lo que ha hecho con “Cerebrito” Cabral con el fin de “alejarlo, hacerlo tomar conciencia de que todo lo que era, valia y tenia se lo debia a Trujillo, que sin e1 Benefactor no era nadie. Una prueba por la que habia hecho pasar a todos sus colaboradores, intimos o lejanos” (232). Sin embargo, a pesar de todos estos atributos negativos que caracterizan a1 dictador, también hay en la novela una serie de elementos que influyen en una 182 caracterizacion mas positiva 0, al menos, mas neutral del tirano. Uno de estos elementos es la narracion intemalizada, como ya comentamos. Por otro lado, cabe observar como y en qué momento recupera Vargas Llosa a1 dictador. De la misma manera que Serna hizo con Santa Anna, Vargas Llosa recupera a un Trujillo en su ocaso vital y politico. Trujillo es un viejo, que padece de problemas de prostata y al que empieza a fallarle 1a memoria: “Decidio llamarlo de inmediato. Pero, a1 volver a su despacho, olvido hacerlo. gEmpezaba a fallarle 1a memoria, igual que el esfinter? Cofio. Las dos cosas que le habian respondido mejor a lo largo de toda su vida, ahora, a sus setenta afios, se volvian achacosas” (169). Sin embargo, esta representacion del dictador en una posicion desventajosa no pretende denigrar o humillar al personaje como ocurria en otras novelas del dictador. En este sentido, La Fiesta del Chivo se aleja del modo en que novelas del dictador anteriores como El otofio del patriarca caracterizaban al tirano. En ningun momento se recurre aqui a la cuestion de la incontinencia 0 de la gradual senilidad de Trujillo con el objetivo de burlarse o denigrar a1 dictador. Tampoco se utiliza el elemento grotesco y lo escatologico, tan frecuentemente empleado en la caricaturizacion del patriarca, a la hora de representar a1 dictador dominicano. Quizas, una de las pocas excepciones sea la escena posterior a la violacion de Urania cuando, a1 ver la sangre, sefial del desvirgamiento de la nifia, e1 dictador rompe a llorar como un nifio “por su prostata hinchada, por su guevo muerto, por tener que tirarse a las doncellitas con los dedos” (509), como cuenta Urania. El mismo Vargas Llosa ha comentado e1 distanciamiento de su novela con respecto a otras del género como El sefimresidente y El otofio cuyo tratamiento del dictador “ha sido mas bien farsesco, extravagante, teatral” 183 y “donde esta fundamentalmente subrayado ese aspecto grotesco, extravagante, de anomalia humana y politica” (Letras Libres. 25). En la novela se exponen frecuentemente juicios positivos y negativos sobre el dictador. Distintos personajes comentan tanto las obras beneficiosas como aquellas perjudiciales que Trujillo ha llevado a cabo durante mas de tres décadas de dictadura. Incluso sus asesinos reconocen las muchas obras positivas del que muchos llaman “Benefactor”, como es el caso de Antonio de la Maza: “sin llegar a volverse un trujillista acérrimo (...) no pudo sustraerse al magnetismo que irradiaba ese hombre incansable, que podia trabajar veinte horas seguidas, (. . .) que, en esos afios en que Antonio formaba parte de su guardia de hierro, habia, en efecto, transformado este pais. Por las carreteras, puentes e industrias que construyo. . .” (108-9). Esta especie de objetivismo con respecto a la figura del dictador puede interpretarse como el efecto de la aspiracion totalizante de la novela, donde el autor no quiere dejar ningun juicio fuera sobre Trujillo, sea “bueno” o “malo”. Este objetivismo tiene como resultado una representacion mas “humanizada” y no “carnavalizada”,162 como era el caso del patriarca de Garcia Marquez. El caracter “humanizado” del relato del dictador tiende a enfocarse asi en una mirada un tanto nostalgica de la época dorada del trujillismo que se ve quizas enfatizada con la relevancia que se le da a la historia del asesinato del dictador. En opinion del autor, en su entrevista con Enrique Krauze para Letras Libres. el motivo de este tratamiento concreto del tirano y sus secuaces se basa en su predisposicion natural para ofrecer un “tratamiento realista del tema del dictador, del caudillo, de la dictadura. Realista en el sentido de que a mi como escritor me gusta fingir la realidad, asi como a los escritores dc tipo fantastico les 162 Aparte del articulo de Comejo Parriego, Véanse los de Lydia Hazera, “La desmitificacion del patriarca” y Tim Richards, “El patriarca rabelesiano (la desmitificacion de la dictadura a través del cuerpo grotesco)”. 184 gusta fingir la irrealida ” (25). Vargas Llosa enfatiza el que “uno no puede inventar a un personaje creible sin mostrar de alguna manera su humanidad (. . .). Es esa paradoja de la literatura: al final e1 horror, la violencia, la crueldad, son también hijos de quien los crea y con los hijos uno tiene una relacion entrafiable, una relacion que tiene que ver con los sentimientos, con la pasion, casi hasta con la admiracion” (26). Sea por el motivo que fuere, el tono simpatizante con que Vargas Llosa representa a Trujillo 1e resta tono critico a la novela, algo que se refleja también en la falta de profundizacion en momentos y circunstancias clave de la dictadura trujillista, como fueron la controvertida desaparicion del exiliado vasco Jesus de Galindez163 o la invasion del 14 de junio de 1959,164 a los que se hace referencia de manera superficial. A la manera en que es representado e1 dictador y a la superficialidad con que se mencionan episodios historicos clave del trujillismo, hay que sumarle e1 mayor protagonismo concedido a Urania y al relato de su violacion. La historia de Urania es la que mayor peso posee a1 abrir y cerrar la obra y al enlazar todos los relatos, como ya se comento. A pesar de que el relato de su violacion a manos del dictador no tiene lugar 163 Jesus Galindez Suarez, representante del Gobierno Vasco en el exilio, permanecio en la Republica Dominicana entre 1940 y 1946. Durante ese tiempo ejercio como profesor de derecho, asesor sindical y escritor, al tiempo que trabajaba como espia para los servicios de inteligencia norteamericanos. En 1946 marcho a Nueva York donde trabajo como profesor en la Universidad de Columbia. Su alegato contra Trujillo que constituiré su tesis doctoral postuma, La era de Trtjiillo. parece ser e1 motivo de su secuestro el 12 de febrero de 1956 en Nueva York y de su aparente asesinato por orden de Trujillo. Para mas informacion, Véase articulo de Manuel Vézquez Montalban, “Vascos en Santo Domingo”. . Montalban es también autor de la novela Galindez (1990). 164 El general Arturo Espaillat, uno de los hombres mas importantes del régimen trujillista, ofrecio su version del conflicto Castro-Trujillo en el capitulo 14 de Trujillo: the last Cm: con la ayuda norteamericana y venezolana, Castro ordeno varias operaciones para invadir la Republica Dominicana y derrocar a Trujillo pero las diferentes intentonas fracasaron, resultando en la persecucion del grupo de Liberacion Dominicana que apoyo las invasiones. Por otro lado, Miguel Aquino atribuye las invasiones a “la determinacion de Fidel Castro de ayudar al desmantelamiento de la tirania de Trujillo a través de un movimiento revolucionario usando como modelo su exitosa guerra de guerrillas” (154). También explica que “aunque la invasion por aire y mar fue répidamente desarticulada por la fuerza aérea, el ejército y la marina, la misma dio origen a un movimiento politico organizado, llamado 14 de Junio, cuya membresia prolifero rapidamente por todo el pais” (Holocausto en el Caribe. 143). 185 hasta el final de la novela, todas sus memorias o sus conversaciones giran en torno a esta cuestion y al tema sentimental en general. Ya desde el principio de su relato, Urania deja de manifiesto su aprension sexual (19-20), e1 hecho de que no soporte ser convertida en objeto sexual por las miradas de deseo de sus colegas o algunos transeuntes dominicanos con quienes se cruza en su paseo matinal. Mas tarde, a1 visitar a su padre, Urania 1e echa en cara su decision de perrnanecer soltera (65), revelando asi e1 trauma psicologico que le impide realizarse plenamente como mujer. Las circunstancias aun no reveladas de su propio trauma la llevan a preguntarle a su padre si Trujillo se acosto con su mama (66), una pregunta que queda sin respuesta -aunque podemos deducir por el relato que asi fue. Esta duda la lleva a recordar sus visitas a la casa de la mujer de don Froilan y, en particular, 1a vez en que vio a Trujillo visitarla (69-70), lo que hace que de nuevo pregunte a su padre si e1 Jefe se acosto con su madre (71). Urania continua hablando del dictador en su relacion con las mujeres y menciona como Trujillo, cuando bebia, pasaba de ser educado y refinado, a hablar vulgarrnente, “como hablan los hombres cuando necesitan sentirse mas machos de lo que son” (71). De manera similar, Urania caracteriza al primogénito -aunque en la novela se sugiere que en realidad no fue hijo de Trujillo- del dictador: “Ramfis no le habia heredado ninguna de sus virtudes ni defectos, salvo, quizas, e1 frenesi fornicatorio, la necesidad de tumbar mujeres en la cama para convencerse de su virilidad” (129). Sus memorias sobre Ramfis y como lo deseaba cuando nifia son recuperadas en el capitulo séptimo, donde nuevamente la protagonista lleva la cuestion del dictador al terreno sentimental. Aqui Urania recuerda su encuentro con Ramfis en la inauguracion de la F eria de la Paz y la Confratemidad del Mundo Libre, que tuvo lugar de 1955 hasta 1956 con motivo de los 25 afios de la Era de Trujillo. Durante ese acto, 186 Ramfis la halaga y le besa la mano (132-33), lo que provoca e1 enojo y los reproches de su padre. Este hecho 1e “hizo sospechar a Urania por primera vez que, acaso no todo era tan perfecto en la Republica Dominicana como decian todos, en especial e1 senador Cabral” (133). Urania confirma estas sospechas a1 relatar después la violacion de Rosalia Perdomo a manos de Ramfis y se pregunta “LA cuantas dominicanas sedujo, secuestro, violo, el bello Ramfis?” (134). En este sentido, e1 “desengaiio” amoroso conlleva para Urania e1 despertar al régimen trujillista, con lo que la protagonista se aproxima a1 proceso de la dictadura y, mas concretamente, a la figura del dictador, desde lo folletinesco. A pesar de considerarse una experta en el re'gimen trujillista, Urania no aborda la cuestion desde una perspectiva politizada sino desde una perspectiva caracterizada por lo melodramatico o circunstancial, como cuando rememora los fines tragicos de la familia Trujillo: “Me gustaria saber qué hubieras pensado del final melodramatico de los hijos del Jefe” (144), o cuando 1e comenta a su padre como 1e hubiera gustado hablar con e'l de mujeres y sexo (212). En los capitulos siguientes relatados desde su perspectiva, Urania rememora lo que fue su vida tras su salida de la Republica Dominicana. Una vida marcada por el estudio y el trabajo intenso en su esfuerzo inutil por olvidar e1 pasado. Asi por ejemplo, e1 reecuentro con su prima Lucinda, en el capitulo décimo, lleva a Urania a recordar sus afios de estudios en la Siena Height University, en Adrian, Michigan, afios que la protagonista pasa “trabajando para no pensar” (202) y mas tarde en Harvard. Durante todo ese tiempo, Urania se sumerge en sus estudios y huye de todo evento social que le recuerde su frigidez. Su unico hobby “perverso” sera “leer y coleccionar libros sobre la Era de Trujillo” (204). Una vez mas, la protagonista hace alusion a su aprension sexual y 187 recuerda las repetidas negativas a la propuesta de casamiento de un compafiero del Banco Mundial (210), recuerdo que le hace divagar sobre el tema y reconocer su infelicidad: “‘Todo, menos en ser feliz.’ (3L0 hubiera sido si, aplicando a ello su voluntad, su disciplina, llegaba a veneer e1 rechazo invencible, el asco que le inspiran los hombres en quienes despierta deseos? Tal vez” (211). Pero Urania prefiere no saber si podria superar su trauma. Al contrario, e1 personaje lo adopta como un rasgo mas de su caracter. Tampoco la revelacion de su violacion a sus parientes cambia en nada su aprension sexual a juzgar por los insultos con que contesta a1 turista del hotel que quiere invitarla a una copa, escena que cierra la novela (518). No parece, pues, haber ninguna posibilidad de cambio, de “salvacion”, para Urania. En este sentido, Vargas Llosa caracteriza a la unica mujer protagonista de su novela como un personaje resignado ante un mundo dominado por Ios hombres: Urania es una mujer insatisfecha, anclada en el pasado, cuya busqueda resulta inutil porque, para empezar, ni siquiera busca superar sus traumas e insatisfacciones. El personaje no supera la dominacion masculina, sino que la evita. Su silencio de treinta y cinco aiios, e1 hecho de que se enfrente a su padre cuando ya es demasiado tarde para establecer una comunicacion, delatan una actitud huidiza y pasiva, propia del rol femenino de toda sociedad patriarcalista. A pesar de su éxito profesional, la protagonista personifica y perpetua las limitaciones de la mujer de la sociedad dominicana en tiempos de Trujillo. Aunque su rechazo del sexo masculino puede verse como una actitud de desafio a1 sistema patriarca], su actitud conformista con respecto a su traumas y limitaciones 1e cierra las puertas a una autorrealizacionI65 personal y a la posibilidad de romper e1 165 . . Para Pat Caplan, la liberaCIon sexual es una forma de romper con las estructuras de poder: “through sexual liberation could come personal liberation, even social revolution, because the free expression of 188 vinculo de poder que Trujillo establece con todas sus “victimas”. Este contraste entre la personalidad de Urania -una mujer independiente, sumamente inteligente y con éxito- y su comportamiento resignado y traumatizado, ha llevado a Frauke Gewecke a defender que la historia de Urania “no convence ni por la psicologia del personaje ni por la estructura de la narracion ni tampoco por la funcion que le corresponde” (155). En su recientemente publicado articulo “La fiesta del Chivo. de Mario Vargas Llosa: perspectivas de recepcion de una novela de éxito”, Gewecke critica 1a falta de consistencia y solidez psicologica que caracteriza a1 personaje de Urania asi como el que no se haya profundizado en otro aspecto psicologico muy relevante, e1 del conflicto de identidades resultante de su nueva vida en los Estados Unidos.166 Gewecke también critica que el relato de Urania esté a merced del relato de la historia de Trujillo donde, de los recuerdos de la protagonista, pasamos a la narracion de otros sucesos historicos por una voz autorial (156). Vargas Llosa ofrece asi un juicio procesado del personaje donde no solo le niega al lector la participacion activa en la novela, 1a posibilidad de que éste construya su propio juicio sobre Urania, sino que le exige que lea 1a novela de acuerdo a sus reglas y a sus juicios. Y estos juicios con respecto a la protagonista caen nuevamente en esa tendencia del autor de caracterizar a1 personaje femenino desde una vision patriarcalista. Dicha tendencia ha sido observada por otros criticos como Joan Marx, quien comenta como “even in his first novels characters that tend to operate within the confines of both sexuality is antithetical to the exercise of power” (The Cultural Construction of Sexuality. 6). El rechazo del sexo y los hombres por parte de Urania puede interpretarse, segun 1a teoria de Caplan, como la resignacion del personaje ante un mundo patriarcalista. Gewecke comenta que “el conflicto de identidades, del que no se escapa ningun Hispanic 0 Latino que emigra a los Estados Unidos a los catorce afios y del que (supuestamente) tampoco se escapo Urania, no le merecio al autor ni un minimo desarrollo, limitandose a hacerle constatar a su personaje que por haber estudiado la historia de su pais ‘para no perder las raices’, no se ha vuelto ‘gringa’” (155). 189 gender and social class do so according to stereotypical behaviors and, as such, remain subordinate to plot development” (134). Rosa Boldori también observa como “en todas las novelas varguianas, desde La ciudad y los perros hasta Pantaleon y las visitadoras.167 observamos la misma falta de hondura y matiz psicologicos en la presentacion de la mujer; la misma inoperancia para superar la dualidad sin transiciones entre los extremos de madre y prostituta, mujer buena/mujer mala, esposa de adentrof’polilla” de afuera que corroe. En La ciudad, las madres y esposas son figuras opacas, desvaidas, resignadas ante e1 atropello viril” (35-36). Esta falta de profundidad en el retrato psicologico de los personajes femeninos creados por Vargas Llosa esta relacionado, en opinion de Boldori, con el “machismo” que caracteriza a la obra literaria del autor. Una opinion también compartida por Hugo Lamel quien observa una “funcion secundaria que asume el dibujo femenino, y es probable que obedezca a1 tono esencial de la narrativa de Vargas Llosa, en la que se ha visto -razonablemente- la exposicion mas o menos sistematizada del machismo, la explosion de la violencia concebida como ejercicio de los mas fuertes y, coronandolo todo, la radical soledad del ser humano” (“Las mujeres de Vargas Llosa”, 37). Boldori concluye que “la posicion machista denuncia la incapacidad de comunicacion profunda con la mujer” (38), una incapacidad de comunicacion que ciertamente caracteriza a Urania y que tiene su ejemplo mas visible en el monologo que lleva a cabo enfrente de su padre. Por otra parte, esta caracterizacion del personaje de Urania acentua e1 tono melodramatico de la novela, un tono mas que frecuente en la obra literaria del autor168 y 167 La ciudad file publicada en 1963 y Panta_"l_eon en 1973- 168 Corina Mathieu observa, en su articulo “Contenido y técnica en Elogio de la madrastra”, “Ia atraccion de Vargas Llosa por las novelas que suponen sexo y melodrama” (42). 190 que, al menos en esta ocasion, desvia la atencion del lector hacia un terreno menos politizado. Esta cuestion, e1 recurso de lo melodramatico para explicar una cuestion o proceso politico, acerca La Fiesta del Chivo a la novela latinoamericana decimononica. Doris Sommer ha estudiado 1a novela romantica169 del siglo XIX como un medio difusor del proyecto de nacion propuesto por el grupo burgués para conseguir una identificacion entre Nacion y Estado que consolidara su posicion de autoridad. Mediante el recurso del melodrama, estas novelas representaban uniones amorosas entre clases o razas distintas para formar alianzas que en ultima instancia beneficiaran al grupo social en el poder. El tono amoroso, folletinesco, de las mismas desviaba la atencion del lector del tema politico. Este lector no solo no detectaba en gran medida e1 componente politico de la obra sino que incluso se adheria, consciente o inconscientemente, a1 proyecto hegemonico que el grupo burgués proponia.170 En cierta manera, 1a novela de Vargas Llosa reproduce esta cuestion: si la novela romantica del XIX redirigia la mirada del lector hacia lo melodramatico al tiempo que introducia un proyecto ideologico que legitimaba y perpetuaba las jerarquias sociales, La Fiesta también recurre a1 melodrama, desviando la mirada del lector y poniendo en un segundo plano el tema politico. Esta desviacion del tema politico, del tema del dictador, hacia cuestiones mas bien de caracter folletinesco que tiene lugar en La Fiesta ha sido observada por Walter Kim, en su resefia '69 Sommer define romance como “a cross between our contemporary use of the word as a love story and a nineteenth-century use that distinguished the genre as more boldly allegorical than the novel. The classic examples in Latin America are almost inevitably stories of star-crossed lovers who represent particular regions, races, parties, economic interests, and the like. Their passion for conjugal and sexual union spills over to a sentimental readership in a move that hopes to win partisan minds along with hearts” (Foundational Fictions 5). 170 Sommer también comenta la posibilidad de que “the pretty lies of national romance are similar strategies to contain the racial, regional, economic, and gender conflicts that threatened the development of new Latin American nations. After all, these novels were part of a general bourgeois project to hegemonize a culture in formation” (29). 191 de la novela para The New York Times: “The most dictracting of these excursions involves the present-day homecoming of one Urania Cabral (...). Her major revelation, when it comes, is a typical melodramatic shock having to do with sexual abuse, (...). Talky, introverted and atmospheric, with lots of mediation and self-analysis, the Urania sections seem to be on loan from another sort of book” (2-3). Probablemente, este otro tipo de libro a que se refiere Kim sea e1 melodrama, a juzgar por el enfoque del relato de Urania y el tono con que se narra. La representacion de historias privadas -la historia de Urania y las de los distintos miembros del grupo conspirador- y no colectivas, presenta otra particularidad, tal y como observa Julio Valeiron en “La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa: Reflexiones para un analisis psico-social”: “En esta novela se van superponiendo en planos diversos el mundo trujillista, lo publico, con el submundo de la conspiracion antitrujillista. En la practica, ambos mundos pertenecientes practicamente a una misma condicion social: las capas media-altas y altas de la sociedad dominicana. El pueblo pobre y las capas medias quedan ausentes en La Fiesta del Chivo. Estos no tienen existencia propia. Se les ignora. Ni en la resistencia, ni en las fiestas de palo del dia de San Rafael” (1-2). En este sentido, la novela presenta a1 dictador y la dictadura “desde arriba”, desde la posicion de personajes provenientes de familias adineradas y bien situadas que sufren e1 despotismo a nivel individual. No existen, pues, alusiones a los efectos de la dictadura a nivel colectivo.I71 m A proposito de la voz del pueblo, también han habido criticas a Vargas Llosa por utilizar una terminologia (un habla) diferente a la usada por los dominicanos. Véase esta cuestion en el articulo “Los imposibles de Vargas Llosa”, en . 192 A1 contrario que en La Fiesta, en El otofio del patriarca el pueblo esta dotado de voz. Segun Cornejo Parriego, la voz colectiva del ‘nosotros’ representa a los sectores marginales de la sociedad y juega un papel fundamental en la deconstruccion de la figura mitificada del patriarca y, en general, en la destruccion de la “verdad” oficial del re'gimen. Esta voz colectiva popular sefiala y denuncia la manera en que la historiografia oficial ha engrandecido y mitificado la imagen del dictador, tanto a nivel fisico como moral e intelectual para legitimar su poder: “the implacable collective narrator unmasks the link between the mythification and falsification of historiography to give a version of history adapted to the interests of the totalitarian system. This community (...) destroys the messianic character with which the Patriarch seeks to endow his life story, and tries to lay bare the truths behind the monolithic ‘truth’ of the régime” (“The Delegitimizing Carnival”, 69). Junto con la voz popular, existe una multiplicidad de voces narrativas que ofrecen diferentes versiones de la realidad y que destruyen, en ultima instancia, e1 caracter univoco de la verdad oficial a1 tiempo que suponen un rechazo del discurso monologico, de la imposicion autoritaria de un unico discurso (70-71). Los aspectos analizados con respecto a1 enfoque tematico de la novela -la reincidencia por parte de Urania en lo melodramatico asi como la falta de profundizacion en episodios historicos clave de la dictadura trujillista y la ausencia del pueblo en el relato- contribuyen a despolitizar la obra y la figura del dictador. De esta manera, la novela parece contagiarse del tono sentimental del discurso de Urania no solo en el plano de la historia sino también en el plano narrativo o enunciativo: si Trujillo poseia a la mujer como medio de reafirmar su control sobre los hombres, Vargas Llosa se vale en parte de un relato femenino -marcado estereotipicamente por el tono sentimental- para 193 contar la historia de una dictadura y su dictador. Es mas, el poder falico del dictador, que Vargas Llosa se esmera en representar a lo largo de La Fiesta, es reproducido en el discurso172 a través de los juicios procesados sobre los personajes -especialmente, la autocondena de Urania. Este personaje se uniria asi a la larga lista de personajes femeninos de Vargas Llosa que no solo son victimas del hombre sino que también estén vistos desde su optica. En este sentido, Rosa Boldori concluye que el autor peruano no presenta ningun caracter de mujer “que sea superior a1 medio, que escape a sus condicionamientos. El mismo autor no ha podido superar las pautas del machismo dominantes en el mundo que sus propias obras denuncian” (40). Estas pautas de que habla Boldori son nuevamente impuestas a1 lector en La Fiesta del Chivo como condicion previa al pacto de lectura que la novela establece, fomentando asi un lector pasivo a1 estilo de la narrativa decimononica. V. La fragmentacion totalizante en La Fiesta del Chivo La yuxtaposicion de diferentes perspectivas y versiones de los hechos que caracteriza la estructura discursiva de la novela, sugiere la posibilidad de un revisionismo historico, tal y como se ha producido recientemente en un gran numero de novelas . , . 17 . . . . hlstoricas o novelas que recuperan sucesos del pasado. 3 Esta tendencra I‘CVlSlonlSta ”2 Cynthia Duncan aborda esta cuestion en su estudio de Los Cgchorros: “Does Vargas Llosa attempt to de-center and diffuse the source of Phallic power in his text? It seems not. To the contrary, one could argue that he upholds the status of the Phallus by granting authority and control to his collective narrative voice, who speaks for the Symbolic Order (....), we must accept what he gives us as “the story” of Pichula Cuéllar” (“The splintered mirror: male subjectivity in crisis in Los Cachorros, 317). 173 . . . . . . Segun algunos criticos, entre ellos Seymour Menton, novela historica es aquella cuya accron ocurre en un periodo anterior a1 del autor (Latin America’s New Historical Novel. 16). De acuerdo a esta definicion, La Fiesta del Chivo no podria considerarse novela historica, al igual que La novela de Peron. a1 estar ambas obras parcialmente ambientadas en un presente cercano al del autor. 194 pretende cuestionar las “verdades” oficiales de la historia mediante la recuperacion de versiones marginadas, excluidas de la historiografia oficial, y su yuxtaposicion a estas “verdades” oficiales. La contraposicion textual desemboca frecuentemente en una contradiccion de versiones sobre unos sucesos determinados del pasado, contradiccion que, cuando menos, revela e1 caracter provisional, no univoco, de todo discurso y relativiza en especial la aspiracion de verdad que se le da al discurso historico tradicionalmente. Como ya hemos comentado anteriormente, las metaficciones historiograficas han reproducido esta problematizacion de la busqueda del conocimiento del pasado tanto a nivel de la historia como a nivel narrativo o enunciativo. Con respecto a las novelas del dictador, e1 proposito de la metaficcion historiografica es principalmente subvertir la autoridad de los discursos historiograficos oficiales para mostrar la manipulacion que sobre la historia oficial llevan a cabo Ios regimenes dictatoriales. Al mismo tiempo, las metaficciones historiograficas replantean 1a relacion entre ficcion, historia -entendida como historiografia- y pasado mediante una reescritura historica que recupera testimonios, versiones marginadas y sumergidas en el olvido. Pero incluso después de recuperar estas voces marginales que no aparecian en la historia oficial, después de obtener una vision polifonica del pasado, las metaficciones historiograficas aun quieren destacar las limitaciones epistemologicas de todo acercamiento a la historia, la imposibilidad de todo texto para recuperar e1 pasado. En el caso de La Fiesta del Chivo no se procede, dentro del relato, a una reescritura historica tal y como sucede en La novela de Peron (1985) 0 en El seductor de la patria (1999). Si e1 Peron de Martinez y el Santa Anna de Serna procedian a escribir sus memorias con el fin de desmentir las acusaciones de sus criticos y de propiciarse un 195 juicio mas favorable por parte de generaciones futuras, e1 Trujillo de Vargas Llosa no parece muy preocupado por construir unas memorias que legitimen sus actos durante su gobierno dictatorial. Eso si, la novela recrea como el dictador manda castigar a aquellos que han escrito en contra de su persona, familia o regimen. Ese es el caso de los exilados vascos J ose' Almoina, autor de m satrapia en el Caribe -libro difarnatorio contra Trujillo y su familia- y Jesus de Galindez, autor de La era de Trujillo. Un estudio casuistico de dictadura hispanoamericana, obra que analiza los distintos periodos de gobierno de Trujillo y los aspectos politicos, sociales y culturales que caracterizaron a su regimen. En suma, la novela dc Vargas Llosa no tiene un caracter metaficcional. La ausencia de la escritura de memorias por el dictador o por cualquier otro personaje, hace que no se problematicen las dificultades, limitaciones y subjetividad implicitas en toda aproximacion textual a la historia.174 Sin embargo, esto no quiere decir que la novela no pueda llevar a cabo el revisionismo historico de que hablamos, problematizando la recuperacion de los hechos del pasado. Esto podria hacerse por medio de la contradiccion del recuento historico de las distintas voces narrativas o perspectivas, 0 de la incapacidad de los personajes para recordar y reconstruir algunas experiencias del pasado. Pero esta problematizacion de la recuperacion del pasado tampoco sucede en LafFiesta del Chivo. a excepcion de la incapacidad de Urania para recordar algunos datos del pasado, como el nombre de su antigua vecina, la esposa del canciller de la Republica, don Froilan Arala, y amante de Trujillo (69). Uno de los escasos momentos donde se reconocen Ios limites del acercamiento al pasado ocurre en el capitulo cuarto, mientras Urania monologa/dialoga '74 Frauke Gewecke también llega a esta conclusion: “e1 autor presenta la historia a su publico lector como un proceso asequible y comprensible, pero rehuye toda posibilidad de enfocar -como lo hiciera de modo convincente en Historia de Mayta- los supuestos epistemologicos del saber historico 0 sea, su origen y fundamento, sus modalidades y, a fin de cuentas, sus limitaciones” (“Perspectivas de recepcion”, 160). 196 con su padre y le cuenta su obsesion por la historia dominicana de la dictadura trujillista. La protagonista yuxtapone todo lo escrito a1 testimonio que podria darle su padre si pudiera hablar: “Me he convertido en una experta en Trujillo [...]. Lastima que no podamos conversar. Cuantas cosas podrias aclararme, tu que las viviste de bracito con tu querido Jefe” (66). El personaje reconoce asi la limitacion que los libros de historia presentan en contraste con el testimonio de aquél que ha vivido una experiencia concreta. Sin embargo, aunque Urania no consigue conocer todos los datos que ansia encontrar, e1 lector si llega a conocerlos a través de los relatos narrados desde las perspectivas de Trujillo, Agustin Cabral y el resto de personajes, que llegan a conformar una version bastante completa de los hechos, como ya se ha demostrado a lo largo del presente capitulo. La autoridad discursiva que se deduce de esta vision abarcadora del pasado se deja ver también en la ausencia de contradiccion de las versiones que sobre el pasado se ofrecen en la novela. A nivel del enunciado o historia, La Fiesta pone de manifiesto la contradiccion entre la “verdad” oficial y otras versiones marginadas mediante 1a revelacion de la manipulacion de la palabra escrita por parte del re’gimen, tanto a través de la historiografia oficial -donde Balaguer, Cabral y el senador Henry Chirinos, entre otros, escriben discursos apologéticos del trujillismo- como de los medios de comunicacion. Por ejemplo, e1 re'gimen inventa otras causas y verdugos para sus victimas como en el caso de Octavio de la Maza -Tavito: “e1 régimen [...] divulgo una supuesta carta manuscrita de Octavio de la Maza, explicando su suicidio [...]. No contento con mandarlo matar, e1 Chivo, para borrar las pistas de la historia de Galindez, tuvo e1 refinamiento macabro de hacer de Tavito un asesino” (116). En otra ocasion, el dictador 197 reconoce esta manipulacion de la “verdad” por el regimen y que es llevado a cabo también por el Jefe del Servicio de Inteligencia Johnny Abbes: “la mayor parte de las veces, ademas de acabar con el enemigo, Abbes Garcia se las arreglo para arruinarles la reputacion” (86). Sin embargo, la novela no problematiza las limitaciones y la parcialidad discursiva en el plano enunciativo, a1 no poner en duda las versiones y los recuerdos de los personajes. La novela legitima todas las versiones con lo que éstas ayudan a completar la totalidad del relato y nunca se contradicen, evitando asi la confusion que provocaria 1a yuxtaposicion de versiones contradictorias. A pesar de la fragmentacion en perspectivas narrativas y secuencias temporales, La Fiesta del Chivo tiende a conformar una unidad tematica y narrativa, ofreciendo una vision completa y unica de la historia, aunque relatada desde puntos de vista diferentes. En este sentido, la novela tiene un caracter totalizante, si por ello se entiende “the process [. . .] by which writers of history, fiction, or even theory render their materials coherent, continuous, unified -but always with an eye to the control and mastery of those materials, even at the risk of doing violence to them” (Politics of Postmodernism, 62). Este riesgo de “violentar” los relatos unificados a que se refiere Linda Hutcheon en su definicion de lo totalizante, ha sido observado por Walter Kirn: “Vargas Llosa fills in Trujillo’s daily calendar with copious notes on modern Dominican history. The transitions from present to past are sometimes awkward. To provide an excuse for expository digressions, characters ask questions of one another that they already know the answers to. Dialogue segues into reminiscence, not always naturally” (The New YorktTimes. 2). Algunos ejemplos de estas digresiones a las que alude Kim tienen lugar durante las entrevistas entre Trujillo y el coronel Abbes o 198 con Henry Chirinos. En estas escenas e1 dictador se explaya en recuperar vivencias del pasado y reiterar informacion que completa la vision de la historia ofrecida a1 lector pero que para los personajes resultan repetitivas e innecesarias. Asi por ejemplo, en el capitulo 8, Henry Chirinos -mas conocido como el Constitucionalista Beodo- le aconseja una vez mas a Trujillo que nacionalice las empresas a su nombre para que las pérdidas sean transferidas a1 Estado. El dictador 1e responde asi: “-Necesitas que te lo explique, por centésima vez? Si esas empresas no fueran de la familia Trujillo, esos puestos de trabajo no existirian. Y 1a Republica Dominicana seria e1 paisito africano que era cuando me lo eche’ a1 hombro” (154). Obviamente se trata de cuestiones ya tratadas entre los dos personajes pero que necesitan ser expuestas aqui para que el lector obtenga una vision lo mas completa posible de todas las circunstancias y motivos por los que Trujillo obra de un modo especifico. También las “perspectivas imposibles” comentadas anteriormente son buena muestra de este intento totalizador que provoca violentos cambios de perspectiva y no deja espacio al lector para que construya sus propias hipotesis o reconstruya fragmentos del pasado. La perfeccion con la que encajan Ios distintos relatos a la hora de proveer toda la informacion sobre el pasado delata el control de un supemarrador sobre los sujetos de los enunciados y sobre estos enunciados, es decir, sobre las historias que se cuentan desde sus perspectivas. Este control discursivo recuerda a la estructura panoptica planteada por Michel Foucault en Discipline and Punish (1977). El critico analiza e1 concepto del Panopticonm de Benthan como un mecanismo efectivo del ejercicio de poder en las ”5 Foucault resume e1 principio del Panopticon de la siguiente manera: “at the periphery, an annular building; at the centre, a tower; this tower is pierced with wide windows that open onto the inner side of the ring; the peripheric building is divided into cells, each of which extends the whole width of the building; they have two windows, one on the inside, corresponding to the windows of the tower; the other, on the 199 sociedades modemas, basado en la observacion de individuos con el objetivo ultimo de provocar un cambio en su comportamiento, de reformarlos. Benthan disefio un aparato arquitectonico que permite la constante supervision de individuos considerados “anormales” por la sociedad -tales como presos, locos, etc. Estos individuos son confinados en celdas individuales y, gracias a1 disefio arquitectonico y al manejo de la luz, se convierten en objetos de informacion, sin posibilidad de comunicarse con otros individuos 0 de detectar a su supervisor. E1 aislamiento del individuo resulta fundamental a la hora de poner en marcha este mecanismo de observacion: “The crowd, a compact mass, a locus of multiple exchanges, individualities merging together, a collective effect, is abolished and replaced by a collection of separated individualities” (201). Algo similar ocurre en La F iesta.I76 Este supemarrador -que quizas puede identificarse con el narrador omnisciente en tercera persona que controla toda la narracion- puede “ver sin ser visto”, tiene acceso a1 pensamiento de todos los personajes y va intercalando sus relatos a su conveniencia. Por otra parte, y como comentabamos antes, los personajes reiteran innecesariamente cierta informacion para que el lector tenga una idea amplia y clara de los sucesos en cuestion. En este sentido, el supemarrador parece imponer ciertas funciones a nivel enunciativo a la vez que actua de supervisor de los distintos enunciados outside, allows the light to cross the cell from one end to the other. All that is needed, then, is to place a supervisor in a central tower and to shut up in each cell a madman, a patient, a condemned man, a worker or a schoolboy. By the effect of backlighting, one can observe from the tower, standing out precisely against the light, the small captive shadows in the cells of the periphery (...). The panoptic mechanism arranges spatial unities that make it possible to see constantly and to recognize immediately” (200). '76 No todas las particularidades de lo panoptico pueden aplicarse a la novela. Por ejemplo, el principal efecto del Panopticon es “to induce in the inmate a state of conscious and permanent visibility that assures the automatic functioning of power” (201), lo que a su vez provoca e1 cambio de comportamiento en el individuo. En La Fiesta, este efecto de lo panoptico no se produce. Los personajes, desde cuyas perspectivas se narran las diferentes historias intercaladas, no saben que estén siendo observados por un supemarrador y que sus relatos estan siendo intercalados para componer el texto que es la novela, al contrario de El seductor de la patria, donde hay mas de un narrador y éstos son conscientes de que estén siendo supervisados por Manuel. 200 y de sus sujetos, proyectando una especie de mirada panoptica, similar a la discutida por Foucault: “whenever one is dealing with a multiplicity of individuals on whom a task or a particular form of behaviour must be imposed, the panoptic schema may be used” (205). La vision totalizante que se observa en La Fiesta del Chivo no es algo nuevo en la narrativa de Vargas Llosa. Este afan totalizador ha acompafiado a1 autor desde casi sus comienzos literarios 0 al menos desde su etapa de madurez, a partir de los afios sesenta. Segun José Miguel Oviedo, esta ambicion de “representacion totalizadora” (31) comienza en la etapa parisina del autor, a raiz de la lectura de novelas caballerescas y, en especial, del Tirant lo Blanc. A proposito de este subgénero novelistico, Oviedo reproduce un fragmento de la obra critica de Luis Harss Los nuestros (1966), donde Vargas Llosa manifiesta lo siguiente: Las novelas de caballeria dan soberbias representaciones de su tiempo. Abarcan la realidad en su nivel mitico, en su nivel religioso, en su nivel historico, en su nivel social, en su nivel instintivo. Ha habido una especie de decadencia de la novela en los ultimos tiempos, una especie de repliegue. Las tentativas modemas de la novela quieren dar una vision de un solo canal, de un solo nivel de realidad. Yo estoy, al contrario, por la novela totalizadora, que ambiciona abrazar una realidad en todas sus fases, en todas sus manifestaciones. No puede hacerse en todas. Pero, mientras mas fases consiga dar, la vision de la realidad sera mas amplia y la novela sera mas completa. (70) 201 A pesar del tiempo transcurrido desde esta declaracion, parece que Vargas Llosa ha continuado esforzandose por ofrecer una Vision lo mas completa posible del mundo novelesco recreado.I77 Ese es, en mi opinion, e1 objetivo del multiperspectivismo y la complementariedad de perspectivas en La Fiesta del Chivo. Relacionado con este afan de totalidad, se encuentra una de las mayores preocupaciones de Vargas Llosa: la busqueda de la “verdad”. Para e1 autor, las novelas “nos comunican unas verdades huidizas y evanescentes que escapan siempre a los descriptores cientificos de la realida ” (La verdad de las mentira_s, 15). En este sentido, e1 autor estaria de acuerdo con Tomas Eloy MartinezI78 en que las obras de ficcion pueden aportar alguna luz a los hechos historicos que en muchas ocasiones son narrados desde una posicion ideologica determinada, como ocurre en el caso de las historiografias oficiales de los regimenes totalitarios. Con esta idea finaliza Vargas Llosa su articulo: “nuestra historia secreta- 5610 1a literatura la sabe contar. Por eso escribio Balzac que la 177 Posteriorrnente, otros criticos han observado un esfuerzo por parte del autor de alejarse de la vision totalizadora que tanto caracteriza a sus novelas. Este seria el caso de Keith Booker, quien considera parte de la obra literaria de Vargas Llosa como posmoderna o parcialmente posmoderna. En su obra Vargas 1&1: Among the Postmodernists (1994), Booker estudia novelas como La Guerra del fin del Mundo (1981), la Historia de Mayta (1984) o ('Quién mato a Palomino Molero? (1986), dentro de un marco posmodemo. Segun Booker, en la Historia de Mayta Vargas Llosa pone de manifiesto la dificultad implicita en cualquier intento de reconstruccion de sucesos del pasado a partir de las investigaciones que lleva a cabo el narrador en primera persona, un novelista sin nombre, en tomo a la vida del revolucionario Alejandro Mayta. Los testimonios contradictorios producto de las entrevistas que lleva a cabo el narrador para averiguar mas sobre Mayta, denuncian esta dificultad de que hablamos. De esta manera, Booker defiende Ia metaficcionalidad de ambas obras y como éstas profundizan en la cuestion de la frontera entre ficcion y realidad. Otro critico que considera la obra de Vargas Llosa como modernista o totalizante pero que ha sido afectada ocasionalmente por lo posmodemo a partir de los setenta, seria Raymond L. Williams. Véase el capitulo tercero de The Postmodern Novel in Latin America (1995). ‘78 I I ‘ . I ’ ' I I O O Vease su articulo “Fleeion e historia en La novela de Peron” asr como el prefacro de Hemingway que incluye al comienzo de su novela: “Siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficcion deje caer alguna luz sobre las cosas que antes fueron narradas como hechos” (7). Una de las diferencias importantes entre Q Eiesta del Chivo y La novela de Peron residiria en que mientras ésta ultima problematiza el acceso a1 conocimiento de los hechos historicos mediante la yuxtaposicion de voces narrativas contradictorias entre si -pues algunas voces dan versiones distintas de un mismo hecho- 1a novela de Vargas Llosa legitima e1 acercamiento textual al pasado a1 no contraponer versiones distintas sino perspectivas distintas, diferentes visiones del mundo pero que en cualquier caso no conducen a una deconstruccion de la verdad historica como en el caso de la novela de Tomas Eloy Martinez. 202 3” ficcion era ‘la historia privada de las naciones (20). Esta idea parece reflejarse en Q Fiesta del Chivo a1 contener las perspectivas de personajes contrarios al re'gimen, cuya version subvierte aquélla proporcionada por la historiografos de Trujillo donde todo fue paz y progreso durante las décadas de gobierno del famoso dictador. Sin embargo, a la hora de recrear un periodo historico concreto -1961- y unos sucesos concretos -el asesinato del dictador y el fin de la era Trujillo- los distintos relatos y las diferentes perspectivas desde las que son narrados se complementan perfectamente. Las versiones encajan y no llegan a problematizar e1 acceso a1 conocimiento de los hechos historicos narrados. Esta ausencia de contradiccion entre versiones diferentes del pasado no 5610 resulta sospechosa sino que en algunos casos, como en las “perspectivas imposibles”, rompe o destruye 1a verosimilitud del relato. En otras palabras, la busqueda de la ‘verdad’ por Vargas Llosa, a través de un relato lo mas completo posible, provoca, paradojicamente, la ruptura de la ilusion de ‘verdad’ dentro de la novela. En suma, aunque 1a novela ofrece una imagen estructuralmente fragmentaria, producto de la yuxtaposicion de relatos narrados desde las perspectivas de multiples personajes y desde contextos espaciotemporales diferentes, La Fiesta del Chivo acaba revelandose como una obra totalizante y no revisionista, que aporta todos los datos, toda la informacion sobre el momento y los sucesos historicos narrados, y donde e1 control ultimo del narrador omnisciente en tercera persona confirma el poder autorial. Ademas, la estructura totalizadora se caracteriza no 5610 por proporcionar al lector todos Ios puntos de vista y todos los datos sobre los sucesos de dicho pasado, sino que toda la informacion encaja perfectarnente en el gran puzzle que es la novela. En este sentido, la multiplicidad de relatos -y no de voces- que caracteriza a La Fiesta parece buscar mas bien la 203 complementacion de las historias intercaladas en pos de un mejor y mas completo conocimiento del pasado, y no deconstruir el autoritarismo discursivo tal y como pretendian hacer novelas como El otofio del patriarca y Yo e1 Supremo. 204 Conclusiones Dentro de los temas tratados en el presente trabajo, me gustaria reincidir en aquellos que han determinado el tratamiento de las novelas estudiadas asi como el resultado de mi analisis. Estos temas giran en tomo a las relaciones que se establecen entre poder y escritura, asi como sus implicaciones con el revisionismo historico y la problematica de la distincion entre historia y ficcion. Aunque el proceso escritura] se encuentra irremediablemente ligado a cuestiones de poder debido a la concurrencia del autor, el grado de autoridad discursiva puede variar en cada obra, dependiendo del grado de libertad que se le conceda a1 lector para llevar a cabo su propia interpretacion del contenido del texto. Este vinculo entre poder y escritura es todavia mas fuerte y también mas problematico en el caso de la novela historica debido a su doble condicion fabulada e historica. El grado de fidelidad historica que guarde la novela no es en realidad un factor determinante a la hora de estudiar cuestiones de autoridad y escritura. Si 10 es, en cambio, 1a manera en que la novela propone su lectura o lecturas historicas, especialmente cuando esta novela plantea que su lectura es la “legitima y veraz”, la que ofrece la “verdad historica”. Es en este tipo de textos donde el vinculo entre poder y escritura resulta fundamental para determinar e1 grado de autoridad discursiva, una autoridad discursiva que viene determinada nuevamente por el grado de libertad interpretativa concedido a1 lector con respecto de la historia contada asi como en el grado en que la obra problematiza 1a cuestion de la representacion historica. En el caso de la novela del dictador, tanto e1 caracter semihistorico del texto como su enfoque en cuestiones de poder 205 y autoridad a nivel de contenido, no puede menos que redirigir la mirada del lector hacia el modo en que estas cuestiones son presentadas a través del discurso. Cada una de las novelas aqui estudiadas emplea una serie de estrategias narrativas que contribuyen en mayor o menor medida a aumentar o a disminuir -o disimular- el grado de autoridad discursiva desplegada. Las novelas presentan una imagen fragmentada y heterogénea gracias a la fragmentacion espaciotemporal y de perspectivas -y en algunos casos de voces- que caracteriza a todas ellas. Si tanto La novela de Peron como La Fiesta del Chivo presentan una estructura fragmentada en cuanto a tiempos, espacios y perspectivas, en Los cuatro reyes de la baraQI. la tertulia formada alrededor del que es el narrador de la historia sobre el dictador Guzman Blanco ayuda a proponer un discurso mas “democratico” y multiperspectivista. A este caracter fragmentario que caracteriza a todas estas novelas, hay que sumar el uso de distintos estilos narrativos que, al menos parcialmente, tratan de acercarse a la reproduccion mimética del discurso de los personajes, es decir, tratan de disminuir 1a distancia narrativa y, por tanto, e1 grado de autoridad discursiva desplegado en la novela. El ejemplo de menor distancia narrativa lo proporciona El seductor de la patria, cuyo estilo epistolar favorece la inclusion de multiples voces y aumenta el efecto de verosimilitud de la novela a1 dejar que sean los mismos personajes los que se expresen, sin necesidad del filtro del narrador. En menor medida, La novela de Peron también incorpora fragmentos de diarios, cartas, telegramas, entrevistas, y otros géneros narrativos, que permiten la ‘participacion directa’ de algunos personajes. El uso de la primera persona narrativa también se da en el resto de novelas pero no de manera continua tal y como ocurre en El seductor. En las otras obras es frecuente el uso de un estilo narrativo interiorizado donde tenemos acceso a los 206 pensamientos de los personajes pero a través del filtro del narrador omnisciente en tercera persona. Este seria el caso de La Fiesta, donde e1 estilo interiorizado -estilo indirecto libre- se halla a medio camino entre e1 del narrador omnisciente en tercera persona y el estilo directo. A1 caracter fragmentado en cuanto a tiempos, espacios y perspectivas, hay que afiadir los niveles narrativos en que se desdoblan la mayoria de novelas. Recordemos los dos relatos narrados por el personaje de El Viejito a sus contertulios en Losgatro reyes y que estén estructuralmente conectados a1 primer relato a modo de caja china, o 105 procesos de lectura, revision y reescritura a que diferentes textos son sometidos tanto en La novela de Peron como en El seductor y que, de manera similar a la estructura en caja china, nos van sumergiendo en diferentes niveles narrativos conforme avanzan Ios relatos. Este tipo de estructura narrativa le permite a1 autor ir distanciandose de lo narrado asi como de lo dicho por los diferentes personajes. De esta forma, e1 desdoblamiento en diferentes niveles narrativos aleja 1a responsabilidad narrativa y también la autoridad discursiva del narrador en tercera persona o autor implicito, a otros personajes que pueden o no adoptar una perspectiva similar a la de este narrador omnisciente. Uno de los efectos mas interesantes producidos por el sistema de relatos encajados es que permite que en ocasiones los personajes reflexionen sobre el relato objeto de su creacion, lectura o narracion. Esta reflexividad que los personajes muestran en ocasiones hacia sus historias -ya sean orales o escritas- o hacia las historias de otros personajes, resulta en un planteamiento de cuestiones tales como la veracidad o legitimidad de dicha historia. Asi por ejemplo, en La novela de Peron Mercedes Lonardi, tras leer un fragmento del articulo biografico que sobre Peron ha publicado e1 semanario Horizonte, 1e recrimina al 207 '. periodista Zamora 1a falta de seriedad de su version historica. En la misma novela, Peron, que esta revisando sus “Memorias”, alaba e1 poder de manipulacion historica de su secretario Lopez Rega y el hecho de que entre ambos hayan construido unas memorias a la medida del ex dictador pero otras veces se pregunta por qué ha dejado que Lopez Rega manipulara su version historica. Estas reflexiones de los personajes sobre el grado de veracidad o falseamiento del articulo de Horizonte y de las “Memorias” de Peron 1e afiaden aun mas complejidad discursiva a la fragmentacion textual que caracteriza tanto a esta como a1 resto de novelas estudiadas aqui. Esta fragmentacion textual resulta en ocasiones en una yuxtaposicion de versiones contradictorias, que puede actuar en dos niveles diferentes. Un nivel donde se cuestionan ciertan versiones mientras que se le da preponderancia y mayor legitimidad a otras, frecuentemente aquellas versiones marginales que han sido acalladas por la historiografia oficial. Asi por ejemplo, en _El seductor, e1 compilador yuxtapone las versiones de Santa Anna y su secretario Giménez a otras desconocidas hasta ese momento de manera que resalte la manipulacion historica llevada a cabo por el ex dictador. El otro nivel de cuestionamiento se caracteriza por no legitimar ninguna version en particular. E1 objetivo no es denunciar 1a manipulacion historica de una version en concreto sino poner de manifiesto el caracter subjetivo y limitado de todo texto. Este nivel de cuestionamiento textual busca problematizar e1 acceso a1 conocimiento total de una realidad, de un pasado, asi como mostrar 1a imposibilidad de narrar un suceso en todos sus matices. El interés por mostrar la no correspondencia entre texto y evento desemboca en un cuestionamiento del proceso textual y, por lo tanto, en un cuestionamiento del caracter univoco y absoluto que el discurso historico mantiene 208 poseer. Para cuestionar e1 caracter mediatizado del proceso textual, algunas obras reproducen precisamente este proceso de creacion textual dentro de la novela. Es el caso de El seductor y La novela de Peron. donde los protagonistas, acuciados por su avanzada edad y por sus ansias de legitimacion popular, proceden a releer, revisar y a veces a reescribir e1 relato de sus memorias. Esta reflexividad que los personajes muestran con respecto a sus respectivas versiones sobre sus hechos y su responsabilidad historica sirve, como deciamos antes, para exponer la subjetividad y la manipulacion explicita que caracteriza a determinadas versiones historicas. Esta subjetividad es expuesta a1 lector a través de las reflexiones de los mismos personajes sobre el caracter manipulatorio de sus obras o bien a través de las contradicciones historicas, resultantes de la yuxtaposicion de distintas versiones. En cualquier caso, ambos procesos ponen de manifiesto e1 caracter mediatizado de cualquier proceso que intenta registrar y reproducir, ya sea textual u oralmente, un suceso particular. El caracter mediatizado inherente a Ios registros textuales y orales implica a su vez que cualquier reproduccion de la realidad, por fiel que pretenda ser, va a emplear una serie de construcciones linguisticas comunes, independientemente del género narrativo utilizado. Es en este sentido que la yuxtaposicion de textos de distintos géneros o la reflexividad de un personaje sobre la naturaleza de un texto determinado sirven para mostrar los elementos comunes que el género historico comparte con el literario y que viene dado por su comun naturaleza narrativa. Este es el efecto logrado por La novela de Peron donde incluso Ios fragmentos de textos periodisticos se hayan impregnados, a1 estilo del nuevo periodismo, por un estilo narrativo tipicamente literario. La similitud de forma y contenido que resulta de la yuxtaposicion de textos que en un principio pertenecen a distintos registros narrativos - 209 como serian las “Memorias” de Peron 0 el articulo biografico publicado por Horizonte- que deben ajustarse a un grado de fidelidad historica correspondiente, asi como el hecho de que no se legitime una version historica sobre otra, logra problematizar 1a marcada distincion que tradicionalmente se ha establecido entre los géneros historico y literario. Segun el mismo Tomas Eloy Martinez, la obra constituye una auténtica “batalla de versiones narrativas”,I79 a juzgar por el constante desdoblamiento de espacios, tiempos, perspectivas y voces, que buscan un continuo cuestionamiento de todo texto, incluido el mismo texto de la novela. Este autocuestionamiento proviene de una autorreferencialidad, que ya viene insinuada en el titulo y posteriormente queda confirmada en los episodios donde se hace alusion a1 texto mismo de la novela. En primer lugar, e1 titulo puede interpretarse en dos niveles diferentes de referencialidad: por una parte, puede hacer referencia al caracter semifabulado y, por tanto, novelesco, del texto de las “Memorias oficiales”, creado por Peron y Lopez Rega; en otro nivel de referencialidad, e1 titulo puede aludir a la misma obra, para anunciar a1 personaje historico en tomo a1 cual gira 1a obra asi como para despejar dudas sobre el género empleado y aclarar e1 acercamiento a este personaje.‘80 La novela juega con el nivel autorreferencial en diversas ocasiones como por ejemplo aquella en que Peron se pregunta “gQué desgracias me traera e1 proximo capitulo?” (190). Esta reflexion del personaje puede interpretarse por un lado como su reconocimiento de que sus memorias estén siendo manipuladas por un Lopez Rega que en ocasiones se apropia de la voz 179 . . , , . En su articulo “La batalla de las versrones narrativas’ , Tomas Eloy Martinez enumera una serie de obras que en su opinion proponen un “duelo de versiones narrativas”, entre las que incluye La novela de Peron (26). 210 narrativa o simplemente por la necesidad de autolegitimacion que dicta la direccion del texto; por otro, Peron puede haber tomado conciencia de su condicion de personaje y dolerse de la maleabilidad a la que esta condenado y que viene condicionada por la autoridad discursiva del autor, Tomas Eloy Martinez. Es este grado de autocuestionamiento con respecto a su propia autoridad discursiva -mediante estrategias narrativas como la metaficcion, la reflexividad y la autorreferencialidad- lo que acerca La novela de Peron a Yo, el Supremo. Ambas obras buscan deconstruir la autoridad discursiva de los distintos relatos yuxtapuestos asi como el suprarrelato que constituye cada novela, lo que a su vez se traduce en la mayor libertad y participacion del lector a la hora de interpretar e1 contenido de la misma. Ironicamente, e1 cuestionamiento y deconstruccion de la autoridad discursiva viene dado precisamente a través del abuso de autoridad del discurso que denuncian distintos relatos tales como las “Memorias oficiales” de Peron 0 las “Circulares perpetuas” del doctor Francia. Es decir, ambas novelas usan y abusan de la autoridad discursiva pero de manera que el lector perciba por si mismo este abuso de poder en el discurso. En La novela de Peron, e1 narrador principal utiliza varias frases que no solo son empleadas por algunos de los personajes sino que han sido consideradas como plagios. De esta manera, este narrador en tercera persona esta “plagiando” a1 “plagiador”, lo que en nuestra opinion busca enfatizar, quizés con un tono parodico, e1 abuso de autoridad discursiva en la novela. Linda Hutcheon hace alusion a este efecto paradojico de la obra metaficcional: “this is a strange kind of critique, one bound up, too, with its own complicity with power and 180 Paradojicamente, la novela provoco gran confusion con respecto al acercamiento, al grado de fidelidad historica empleado, por lo que Tomas Eloy Martinez se vio obligado a escribir su articulo “Ficcion e historia en La novela de Peron” para despejar dudas. 211 domination, one that acknowledges that it cannot escape implication in that which it nevertheless still wants to analyze and maybe even undermine. The ambiguities of this kind of position are translated into both the content and the form of postmodern art, which thus at once purveys and challenges ideology -but always self-consciously” (Politics of Postmodernism. 4).181 Este abuso consciente de la autoridad discursiva, que vemos en obras como La novela de Peron y anteriormente en Yo e1 Supremo, busca sugerir que quizas “narrative does not derive its authority from any reality it represents, but from ‘the cultural conventions that define both narrative and the construct we call reality’” (PM, 35-36) y que, por lo tanto, no resulta valida la correspondencia establecida por la historiografia tradicional entre e1 referente historico y la historia contada. '82 Son estos elementos de reflexividad y metaficcion los que ayudan a plantear cuestiones en tomo a la relativizacion de conceptos tales como los de historia, verdad y poder. La relativizacion de tales conceptos constituye a su vez e1 aspecto que diferencia primordialmente e1 acercamiento a1 tema de poder y escritura de la narrativa del dictador de los 70 y 80 con respecto del acercamiento empleado por la novela del dictador actual. Esta ultima tiende a proponer una lectura historica concreta, por lo que a menudo cae en el uso de ciertas estrategias de estilo y contenido que, inversamente a1 abuso consciente de autoridad discursiva que implementaban Augusto Roa Bastos o Tomas Eloy Martinez, 18' Hutcheon alude a este caracter paradojico del texto metaficcional en reiteradas ocasiones: “By both using and ironically abusing general conventions and specific forms of representation, postmodern art works to de-naturalize them” (Politics of Postmodernism 8); “Postmodern texts paradoxically point to the opaque nature of their representational strategies and at the same time to their complicity with the notion of the transparency of representation” (18). ‘82 Hayden White explora el problema de la representabilidad historica a partir de la base de la existencia de un contenido ideologico previo a la actualizacion oral o escrita del discurso narrativo (The content of the form, xi). 212 denuncian un poder discursivo que intentan ocultar. Asi por ejemplo, el afan por imponer su version historica parece traducirse en la novela de Vargas Llosa en la conformacion de una vision completa y total del pasado, donde las diferentes perspectivas y versiones encajan perfectamente dentro del hilo discursivo de la obra, como si fueran las piezas de una gran puzzle. La imagen heterogénea y polifonica que en un principio parece proponer 1a novela termina siendo una vision historica que quiere aportar todos los detalles para que el lector tenga una vision completa pero que no cuestiona ninguna de las versiones que componen la obra. En este sentido, Vargas Llosa emplea el recurso de la fragmentacion espaciotemporal y de perspectivas con un fin diferente a1 de los autores de los setenta: si éstos ultimos pretendian introducir interrogantes de caracter ontologico y epistemologico mediante la yuxtaposicion de versiones y perspectivas contrarias que problematizaran el acceso a1 conocimiento de cualquier hecho o suceso, e1 autor de Q flefia parece confiar en el acceso a la verdad historica a juzgar por el caracter totalizante de su novela, que nos devuelve a una etapa temprana de su produccion literaria. El seductor de la patria supone un avance en la cuestion revisionista por cuanto que su caracter polifonico sirve para cuestionar la veracidad y legitimidad de ciertas versiones historiograficas. Sin embargo, y a diferencia de La novela de Peron. E1 seductor nunca autocuestiona su propio discurso ni su propia autoridad. Al contrario, usa la yuxtaposicion textual para deconstruir la version historica del dictador asi como aquella aportada por la historiografia oficial donde se culpa a Santa Anna de todas las tragedias ocurridas durante su mandato. En este sentido, la novela emplea una serie de estrategias discursivas legitimadoras de una version historica que critica por una parte los abusos de poder y la corrupcion de Santa Anna pero que también quiere sefialar la culpabilidad 213 compartida entre el dictador y el pueblo mexicano. El caracter parcialmente autoritario del discurso de la novela también puede verse en la figura del compilador que, a] contrario del compilador de Roa Bastos, no emplea un tono parodico para deconstruir su propio discurso sino que “ordena” Ios textos yuxtapuestos de modo que contribuyan a legitimar su propia lectura historica. Es esta ausencia de autocritica y reflexividad con respecto a1 texto de la novela lo que aleja E1 seductor de la patria de obras como 129;] Supremo y La novela de Peron. Por ultimo, los ‘deslices’ de la enunciacion no 3610 denuncian 1a intromision autorial sino que también rompen e1 principio de verosirnilitud'83 propuesto en el prologo. Ironicamente, la novela cae en el mismo abuso de autoridad discursiva que los personajes: cada uno de los narradores -Santa Anna, su hijo Manuel y su secretario Giménez- se vale de una serie de estrategias de estilo y contenido para legitimar su derecho a hablar y su version de la historia. Pero esta validacion no llega a darse a1 descubrirse los intereses particulares de cada uno de ellos y que han motivado la creacion de su version particular. En este sentido, e1 modo en que la novela trata estas cuestiones de abuso de autoridad discursiva la acercan a1 tono antiautoritario que caracteriza Ia novela de Tomas Eloy Martinez. De la misma manera, pero a1 nivel del suprarrelato, 1a novela emplea una serie de estrategias retoricas y discursivas que buscan validar ante e1 lector la version historica aportada, es decir, la misma novela busca legitimar su derecho a hablar -esto puede verse por ejemplo en la cantidad de documentos historiograficos que enmarcan 1a novela asi como en el tono ‘83 Entendiendo nuevamente este concepto como el pacto entre la novela y el lector y que no tiene que ver necesariamente con la veracidad historica. Es decir, e1 estudio de la verosimilitud en estas novelas no se basa en su grado de fidelidad historica, sino en como problematizan e1 acceso a1 conocimiento del pasado, y el grado de verosimilitud y de autoridad discursiva que guardan a la hora de problematizar la cuestion de la recuperacion/representacion historica. 214 autolegitirnador del prologo. Sin embargo, y de manera similar aunque no tan obvia como les ocurre a los personajes, los ‘deslices’ que tienen lugar en la obra mas la autoridad del compilador, dejan entrever los objetivos legitimadores de un discurso que no cuestiona la version historica que propone como la verdadera. Por ultimo, en Los cuatro reyes de la baraja. los diferentes personajes funcionan para encubrir, o bien explicar y justificar, la posicion de omnisciencia del narrador principal. Este narrador, por su condicion de personaje, se encuentra en un principio Iimitado en su conocimiento de unos hechos historicos que ocurrieron en una época muy anterior a la suya. Este narrador llamado El Viejito explica su omnisciencia afirmando que estuvo presente en las escenas narradas, escenas en muchos casos intimas y que ocurrieron décadas antes de que él hubiera nacido. Ademas, el Viejito relata también los pensamientos de los personajes de su historia. Aunque la omnisciencia del narrador provoca en su publico, los contertulios, incredulidad en un primer momento, este escepticismo se diluye mas tarde. Sus compafieros de tertulia encuentran una explicacion: empiezan a considerarlo un ser sobrenatural que quizas haya vivido durante siglos y de ahi que pueda haber estado presente en las escenas narradas. Otro personaje, ausente de la tertulia, también corrobora la naturaleza sobrenatural del narrador a1 afirmar que vio a1 Viejito casi sesenta afios antes “con edad igual que ahora” (255). Este argumento sobre el caracter sobrenatural del narrador, y que también es empleado extratextualmente en la contraportada de la novela asi como en la pagina intemautica de la Fundacion Francisco Herrera Luque, parece buscar distraer 1a atencion del lector y redirigirla hacia otras cuestiones. En concreto, y ademas de la particular vision historica que se nos ofrece sobre la vida del dictador decimononico Antonio Guzman Blanco, 1a novela propone una vision 215 historica que agrupa a los gobemantes mas poderosos del ultimo siglo y medio en la historia de Venezuela bajo la imagen alegorica de los cuatro reyes de la baraja. Esta clasificacion, sin embargo, deja de lado las notables diferencias entre algunos de estos personajes historicos, sobre todo en lo que respecta a1 grado de autoridad de sus respectivos regimenes, por lo que ofrece una imagen mediatizada y codificada de la historia venezolana. Esta lectura historica propuesta por el Viejito no encuentra practicamente argumentos en su contra dentro de la novela y ademas viene respaldada extratextualmente, a través de la nota previa. En este sentido, Los cuatro reyes de la anjg ofrece una vision historica monologica, a1 no tomar en cuenta diferentes perspectivas y versiones historicas. A pesar del interés de Francisco Herrera Luque por el revisionismo historico, la obra termina ofreciendo una version historica particular y no pretende ahondar en la problematica de la indagacion historica.184 El tipo de revisionismo historico asi como el grado de autoridad discursiva desplegado en una novela puede percibirse a menudo a partir del estudio de los marcos 184 La tendencia de las novelas estudiadas a proponer una lectura historica particular, en oposicion a la multiplicidad de versiones historicas ofrecidas por los textos de los setenta y principios de los ochenta que buscaban un cuestionamiento de la representacion historiografica, no constituye un hecho aislado. Otras novelas del dictador recientes parecen tomar la misma direccion a la hora de recuperar y representar la figura del dictador. Tanto Melgarejo (1997) del escritor argentino Juan Carlos Martelli, La tempestad y la sombra (2000) del autor boliviano Néstor Taboada Teran, como Las memorias de Holofemes (1992) del también boliviano Félix Alfonso del Granado, ofrecen una vision muy particular de un mismo dictador, el general Mariano Melgarejo (1820-1871), que gobemo Bolivia de 1864 a 1871. Melgarejo y La tempestad y la sombra se caracterizan por ofrecer una unica version historica que ademas es ofrecida por un narrador omnisciente que controla toda la narracion y que no deja libertad a1 lector para que extraiga sus propias conclusiones sobre la informacion aportada. La obra que mas abiertamente propone una reivindicacion del personaje historico en que se enfoca es Las memorias de Holofemes. La novela propone una imagen idealizada y mitificada de Melgarejo que en ocasiones parece estar conectada a un fin satirico y burlesco, a juzgar por el tono exageradamente apologético que impregna la novela. Sin embargo, e1 discurso pronunciado por el autor con motivo de la presentacion de la novela aleja las dudas sobre un fin satirico y confirma e1 fin reivindicatorio de la obra. En cualquier caso, y aunque la lectura maniquea que de Melgarejo ofrece Las memorias de Holofemes se aleja de la vision mas imparcial propuesta por Martelli y Taboada Teran o incluso la de aquellos autores estudiados aqui, todas estas obras proponen una lectura historica desacralizadora, que cuestiona las versiones oficiales pero que no se plantea la problematica de la representacion historica, a diferencia de La novela de Peron o la novela del dictador de los setenta. 216 textuales, ya que e’stos constituyen frecuentemente claros indicios de como quiere e1 autor que el lector lea, interprete, el texto de la novela. Cubiertas, contraportadas, epigrafes, prefacios, advertencias preliminares, epilogos, prologos o notas finales, son utilizados como pactos de lectura que los autores -y las casas editoriales- quieren establecer de antemano con el lector. En el caso de la novela historica y mas concretamente en el de estas novelas del dictador, el objetivo parece ser el de atraer a1 publico-lector legitimando previamente la version historica ofrecida por la novela: “Autoconscientes de la operatoria de ‘traduccion’, de la puesta en relato del testimonio, son textos que sefializan un mapa de lectura previo -para evitar lecturas ‘erroneas’- o inscriben e1 deseo de ser leidos como 9” ‘verdaderos (Barton Palmer 100). Este seria el caso de las contraportadas de La novela de Peron -de la cual se afirma que se trata de “una ficcion que cuenta la verdad”- y el de La Fiesta -a la que se considera “una novela que ya es historia”. Aparte de proclamar la veracidad historica del texto, las contraportadas pueden apelar a otras cuestiones, como es el anunciar una variedad de voces y personajes que surcan 1a hojas de la novela 0 e1 buscar atraer 1a atencion del lector a través de un cierto tema. La contraportada de Q Fiesta del Chivo -de Alfaguara- explota ambas cuestiones, a1 anunciar por una parte que el autor da voz a una serie de personajes historicos -y que tras 1a lectura de la obra descubrimos que es una premisa falsa pues se ofrecen diferentes perspectivas, que no voces, pero todas intemalizadas a través del narrador omnisciente en tercera persona- y al encabezar su contraportada con una serie de preguntas de tipo sentimental que no encuentran respuesta sino al final de la novela, y que buscan mantener e1 suspense y el interés del lector hasta el final de la misma. 217 Los prologos y las notas previas son probablemente los marcos textuales que condicionan en mayor grado la manera en que el lector se aproxima a1 texto. Estos microrrelatos buscan a menudo la previa aceptacion por parte del lector, por lo que utilizan una serie de estrategias discursivas y de contenido con caracter autolegitimador. El prologo de El seductor de la patria intenta establecer un doble pacto de lectura: por una parte, se ampara tras un pacto de ficcion a1 decir que quiere reinventar a1 personaje historico, pero, por otra, pide a1 lector que crea en la verdad historica del texto a1 afirmar que su version ha sido sometida a una escrupulosa revision historica. Esta estrategia de autolegitimacion del texto que Serna despliega en el prologo otorga a1 texto mayor verosimilitud, una verosimilitud que se ve acrecentada con la inclusion de un mapa de los territorios mexicanos perdidos en la época de Santa Anna, un indice de personajes historicos asi como una cronologia y una bibliografia sumaria, al final de la obra. Esta inclusion -y revision- de datos historicos, propia de un trabajo historiografico mas que de un texto literario, provoca la confusion del lector con respecto a la naturaleza del texto y le avisa, cuando menos, del intento legitimador que el autor se propuso conseguir en su novela y que esta relacionado con el fin parcialmente vindicativo de la figura historica de Santa Anna. Como el mismo Serna ha manifestado en mas de una ocasion, “la novela plantea que su responsabilidad estaba compartida por la sociedad de la época y que todos los desastres que ocurrieron en el pais en esa época no fueron totalmente culpa suya” (Posadas 2). De esta manera, e1 autor condiciona a priori la lectura del lector, dirigiendo su mirada de antemano, lo que evidencia cierto grado de autoridad discursiva. Con respecto a Los cuatro reyes de la baraja, tanto la nota previa como la contraportada buscan legitimar la lectura historica propuesta en la novela, explicando y 218 justificando la naturaleza del narrador que propone dicha lectura historica. Por su condicion de personaje, e1 narrador principal se haya sujeto a ofrecer una vision objetiva de su relato, una perspectiva desde afuera de la historia. Sin embargo, su omnisciencia, e1 hecho de que aporte mucha mas informacion de la que autoriza su codigo de focalizacion extema, rompe e1 efecto de verosimilitud y delata el abuso de autoridad discursiva en la novela. Dentro de la novela, algunos personajes “explican” dicha omnisciencia y ubicuidad que el narrador afirma tener a partir de la naturaleza sobrenatural del Viejito. También la contraportada afirma que se trata de un “personaje cuyo nacimiento se remonta imaginariamente a los inicios de la época de Bolivar [y que] asume la funcion de ser 1a vivencia colectiva de Venezuela”. Al interpretar a1 narrador como “la vivencia colectiva de Venezuela” no 5610 se legitima su posicion omnisciente sino lo que es mas importante, se legitima su vision historica que ademas es la unica vision historica ofrecida por la novela. For 10 tanto, la contraportada sirve para legitimar la lectura historica ofrecida en la novela, una lectura que ademas viene corroborada en la nota previa, escrita por la hija de Herrera Luque tras el fallecimiento del autor, y que confirma la correspondencia entre la lectura historica propuesta en la novela y aquella defendida por el escritor.185 ‘85 En La tempestad y la sombra no se hace alusion a los ‘errores’ historicos que, segun 1a contraportada, han cometido otros textos. Mas aun, en esta contraportada se afirma que la obra “aclara episodios oscuros, rectifica errores y accede a detalles curiosos y enigmaticos” y que el autor “sostiene con profunda conviccion Ios principios del revisionismo historico”. A juzgar por estos comentarios, la obra se atiene a la verdad de lo ocurrido. Sin embargo, la novela introduce al menos un episodio fabulado, que conecta Ios dos relatos principales. Concretamente, el capitulo 1V narra como Melgarejo entra una noche por una de las ventanas de palacio a la habitacion de la reina Victoria para presentarle sus respetos y para negar la expulsion del consul inglés. Por su parte, 1a reina aclara que nadie ha borrado del mapa a Bolivia pero que Bolivia debe pagar sus deudas pendientes con Inglaterra. Melgarejo y la reina pasan la noche juntos y al dia siguiente e1 general y su caballo remontan “vuelo hacia el horizonte” (113). La contraportada no menciona que la obra contenga episodios ficticios. Al contrario, promete al lector un revisionismo historico que descubre y corrige falsedades o errores historicos. En este sentido, 1a contraportada no 5610 busca legitimar y condicionar de antemano la lectura de la novela sino que incluso intenta vender una imagen erronea, una aproximacion historica que no se corresponde con la que en verdad se lleva a cabo en La tempestad. 219 La direccion interpretativa propuesta por los marcos textuales parece estar, al menos en algunos casos, relacionada con la manera en que estas obras abordan la cuestion del revisionismo historico. Todas ellas buscan ofrecer una imagen menos maniquea y desacralizada que aquella aportada por la historiografia oficial sobre la mayoria de los dictadores representados. Muchas de estas obras se concentran en una caracterizacion “mas humana” del dictador en cuestion, tal y como los mismos autores han manifestado reiteradamente. Vargas Llosa, por ejemplo, hacia alusion a que “uno no puede inventar a un personaje creible sin mostrar de alguna manera su humanidad (. . .). Es esa paradoja de la literatura: al final el horror, la violencia, la crueldad, son también hijos de quien los crea y con los hijos uno tiene una relacion entrafiable, una relacion que tiene que ver con los sentimientos, con la pasion, casi hasta con la admiracion” (Letgs m, 26). For su parte, e1 bagaje cientifico de Francisco Herrera Luque resulto en un especial interés en el revisionismo historico186 que le llevo, por un lado, a “humanizar” a figuras altamente mitificadas como es la de Bolivar, mostrando facetas del personaje no reveladas por la historiografia oficial, y, por otro, a reescribir bajo una mirada historica mas favorecedora a algunos de los personajes historicos mas controvertidos entre los que se encuentran los dictadores representados en Los cuatro reyes de la baraja.187 Este afan reivindicativo es también comun a1 Seductor de la patria que, a pesar de su tono critico hacia una figura que aun hoy dia sigue desatando opiniones opuestas entre historiadores y 186 . . . . En su entrevnsta con Joaquin Soler Serrano, Herrera Luque sefiala que no 1e interesan los mitos y leyendas sobre los que se sustenta la historia de Venezuela. No 1e gusta la historia oficial, que ademas no se corresponde con la que escuchaba de sus abuelos. Como hombre de ciencias, no soporta la mentira y de ahi que, para no ser tachado de mentiroso, incluya documentacion historiografica al final de muchas de sus novelas (“Mis personajes favoritos”, Cinemateca Nacional 1983). 187 . . . . , . . , En el caso de Herrera Luque, su revusronismo hlStOI'ICO debe conectarse a sus estudios de antropologla y psiquiatria, orientados a explicar la herencia sicopética que los venezolanos heredaron de los conquistadores espafioles y que determino en su opinion la tendencia violenta del venezolano que queda personificada en la figura del caudillo o dictador. 220 escritores, también quiere sefialar 1a responsabilidad compartida por la sociedad mexicana de su época en todos los graves sucesos que tuvieron lugar durante Ios multiples gobiernos del dictador Santa Anna.188 Aunque estas novelas proponen nuevas versiones historicas que, al menos en parte, desafian las versiones oficiales propagadas por los regimenes y/o por la historiografia oficial, el tipo de revisionismo historico que se lleva a cabo en este reciente conjunto de novelas del dictador se aleja del tipo de revisionismo que llevo a cabo este mismo género narrativo en los setenta y comienzos de los ochenta. La novela del dictador actual parece concentrarse mas en una reconstruccion historica que o bien denuncia nuevamente la figura del tirano y su abuso de poder o bien busca legitimar y/o reivindicar al menos en parte aquellas obras o rasgos positivos de los dictadores que fueron olvidados y borrados por la mala imagen atribuida a sus figuras historicas durante décadas. Este objetivo reivindicativo busca convencer a1 lector de que la version historiografica oficial no hace justicia a un personaje en concreto, por lo que si hay una contraposicion de versiones, e'stas se ajustaran a dos miradas historicas bien diferentes: aquella mirada historica considerada como “la version oficial”, y aquella o aquellas versiones que se oponen a la oficial, introduciendo una nueva lectura historica del personaje en cuestion. En cualquier caso, este tipo de novelas con caracter revindicador, no busca contraponer multiples versiones con el fin de que el lector escoja aquella version que le parezca mas verosimil o cercana a la realidad. Tampoco existe un interés en mostrar a1 lector 1a complejidad inherente en todo conocimiento de la Historia. 188 Enrique Serna manifesto en su entrevista a Posadas que “la novela plantea que su responsabilidad estaba compartida por la sociedad de la época y que todos los desastres que ocurrieron en el pais en esa época no fueron totalmente culpa suya” (2). 221 Al legitimar una sola version historica, estas novelas se alejan de aquella relativizacion del conocimiento sobre el pasado que buscaba plantear la novela del dictador de los setenta. La novela del dictador actual ya no presenta la misma preocupacion por la cuestion historica, no busca exponer las limitaciones del acceso textual a1 pasado, al menos no con la intensidad de la narrativa anterior. La preocupacion del autor por mostrar una imagen mas humana del dictador -y que, segun Vargas Llosa, 1e resulte mas verosimil al lector- podria considerarse como uno de los motivos del cambio en el tratamiento de la cuestion de la autoridad. La nueva novela del dictador desplaza su mirada, de una posicion enunciativa -donde enfatizaba su propia reflexividad textual a1 deconstruir su propia autoridad discursiva- a una posicion centrada en su objeto, la figura del dictador. En consecuencia, estas nuevas novelas pierden -o al menos se debilita- la reflexividad discursiva que décadas antes implementaron obras como Yo el Supremo 0 fl otofio del patriarca.189 De la misma manera, la ausencia de reflexividad discursiva elimina los paralelismos entre e1 poder del dictador y el poder del autor que obras como E1 recurso del método, El otofio delpatriarca. Yo. el Supremo y La novela de Peron planteaban con el objetivo de deconstruir cuestiones de poder tanto a nivel tematico como discursivo. El resultado de este diferente tratamiento discursivo del poder es un mayor grado de autoridad discursiva que, cuando menos, cuestiona la legitimidad del propio discurso de la novela a la hora de denunciar e1 abuso de poder del dictador. 189 Esta debilitacion de una tendencia discursiva “antiautoritaria” podria vincularse también a1 debilitamiento de la posmodemidad observado por David Harvey: “There are signs, these days, that the cultural hegemony of postmodernism is weakening in the West” (The Condition pf Postmodernity, ix). En Spaces of hope (2000), Harvey comenta que “Part of the work of postmodernity as a set of discursive practices over the last two decades has been to fragment and sever connexions (...). But it is now time to reconnect” (16); “I believe that in this moment in our history we have something of great importance to accomplish by exercising an optimism of the intellect in order to open up ways of thinking that have for too long remained foreclosed” (17). Sin embargo, haria falta un amplio estudio de las teorias de Harvey asi como del contexto latinoamericano para poder sostener esta hipotesis. 222 La cuestion de los paralelismos entre e1 poder falocentrista del dictador y la autoridad discursiva ejercida por el autor conduce a reflexionar sobre cuestiones de género con respecto a los agentes de produccion de la novela del dictador. De manera '90 también se ha similar a1 paralelismo establecido entre e1 dictador y la figura del macho, vinculado la produccion del género de novela de dictador con la figura del escritor. Criticos como Fernando Valerio Holguin han observado una apropiacion masculina de la produccion del género. Concretamente, Valerio Holguin se refiere a1 contexto de la narrativa dominicana que recupera 1a dictadura trujillista: “La narrativa del trujillato ha sido por lo general un arte machista. Tradicionalmente han sido los escritores -no las escritoras- quienes se han dado a la tarea de narrar desde una vision masculina los avatares de la dictadura trujillista. En dichas narraciones, se encuentra elaborada una cierta épica a través de la cual los escritores magnifican una gesta que en la mayoria de los casos 3610 se llevo a cabo en su imaginario narrativo” (2). Esta “cierta épica” de que habla Valerio Holguin se ha traducido en algunas novelas del dictador en la representacion de un mundo regido por las leyes patriarcales del régimen, donde los autores han reproducido, al menos parcialmente, este patriarcalismo en su discurso. Este seria el caso de la caracterizacion sentimentalista y maniquea que del personaje de Urania ofrece La Fiesta del Chivo. Han habido algunos intentos por parte de escritoras de adentrarse en la narracion del tema de las dictaduras. Asi por ejemplo, Valerio Holguin considera que esta especie de “coto cerrado para los escritores dominicanos” (8) es traspasado por Julia Alvarez con ‘90 Roberto Gonzalez Echevarria auna e1 concepto de dictador con el de macho: “The dictator, Primer Magistrado, Comandante en Jefe, Supremo, E1 Hombre, is a paternal figure who in turn embodies yet another figure, the macho” (“The Dictatorship of Rhetoric”, 66). 223 su novela En el tiempo de las majgsas (1994), obra escrita originalmente en inglés con la intencion, segun la autora, de dar a conocer a1 lector anglosajon la realidad politica del trujillato. La novela de Alvarez recupera la historia de las hermanas Mirabal y su gradual compromiso politico en contra del régimen trujillista, un compromiso que desemboca en su asesinato e1 25 de noviembre de 1960, y que a su vez contribuira a fortalecer la trarna del asesinato de Trujillo, que tendra lugar meses mas tarde. Para e1 critico, la novela busca reescribir e1 cuerpo de las hermanas Mirabal para despojarlo de la mitificacion y sacralizacion de que han sido objeto por la cultura patriarcal. Para ello, Alvarez inserta por un lado la politica y la historia en la vida privada de la familia Mirabal y mas concretamente alegoriza e1 cuerpo de las protagonistas como cuerpo politico. Por otro, la novela “reproduce las alegorias de las narrativas maestras masculinas del trujillato pero las socava a su vez a1 inscribir las voces de las Mirabal en la politica del periodo historico en cuestion” (5). Segun Valerio Holguin, es la condicion de hibrido cultural de la autora - una “gringa-dominicana” que ademas tiene su doble en la “gringa-dominicana entrevistadora” que recoge e1 testimonio de Dedé, la hermana superviviente- lo que le permite romper con la tradicion masculina del trujillato y reescribir este periodo de la historia dominicana” (6). La novela se enfoca fundamentalmente en cuestiones de hibridez y de género para denunciar 1a explotacion de la mujer bajo e1 regimen patriarcal del regimen, y para reinscribirla como sujeto politico activo. A nivel discursivo, sin embargo, Alvarez se inspira y apoya en varias obras masculinas sobre el trujillato. Por una parte, la autora toma prestado parte del titulo de una obra anterior sobre las Mirabal, Pedro Mir y su poema “Amén de Mariposas”. Por otra, incluye en sus agradecimientos a 224 tres autores cuyas obras191 consituyeron una fuente de inspiracion y de datos historicos para la suya propia, con lo que en cierta manera se ampara en una autoridad discursiva masculina. En cualquier caso, la novela se enfoca en cuestiones primordialmente feministas por lo que no explora otros temas tales como el problema de la representacion historica o la autoridad discursiva a nivel del propio discurso de la novela. De manera similar a la de Alvarez, otras autoras se han aproximado al tema de la dictadura y a cuestiones de autoridad desde afuera, sin adentrarse en la figura historica del dictador ni problematizar cuestiones de poder.‘92 La posicion de la enunciacion en novelas escritas por muj eres parece centrarse min en una denuncia de la opresion patriarcal -personalizada en la figura del dictador- sobre la mujer, por lo que no se ha prestado gran atencion a la posicion de autoridad de la mujer escritora, como creadora y autora del texto. Esta ausencia de conexion entre los dos niveles y el hecho de que estas novelas se enfoquen en otras cuestiones lejanas a nuestro estudio, constituyen los motivos principales por los que decidimos centramos en la escritura del poder escrita desde ‘el poder’, en la escritura masculina, para establecer diferencias con aquel amago de antiautoridad que vio su maxima expresion durante los afios setenta y al menos parte de los ochenta. Falta, en cualquier caso, una exploracion mas amplia y desde una perspectiva femenina de los paralelismos que pueden establecerse entre e1 poder a nivel de contenido y el poder a nivel del discurso en novelas de mujeres, para poder explorar temas como la reproduccion o subversion del discurso patriarcal por parte del discurso femenino. 19] Minerva Mirabal de William Galvan, Las Mirabal de Ramon Alberto Ferreras, y el poema “Amén de Mariposas” de Pedro Mir. '92 La autora chilena Diamela Eltit, por ejemplo, ha explorado cuestiones de poder en cuanto a género en sus novelas Por la patria (1986), y El cuarto mundo (1988). 225 Obras Citadas Aguilar Camin, Héctor. “ ‘Nos mato la ideologia’. Una entrevista con Mario Vargas Llosa”. Nexos Julio 2000. 22 noviembre 2000 . Ainsa, Fernando. “Invencion literaria y ‘reconstruccion’ historica en la nueva narrativa Latinoamericana”. La invencion del pasado. La novela historica en el marco de la posmodemidad. Ed. Karl Kohut. 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