“H3. 1: -. “no; :3?» in ' ' N3). A131,?” :ar¢é;:2‘ 't‘é: I y‘l . . ll ‘;;: MIMI- '\ “' ."::i‘\1“‘\l'"?l‘n:“ .r . .. .A .. '.‘.'l :- ”-"h: Rwy". 11“ I‘AA"‘Au\|‘ ‘ .‘r..|”“ l‘ 4|. c7.” “ u ‘ ' ' '- ”A"; ‘Htfi '58; 9“,»; :3 .1 : : .< 0", O {VJ-21% 2'9 4' I ,_ ' «div-3!. Milit‘ _‘ I‘. - .‘I 3'4 - ‘. "I ‘9 -. \' '- I . . u fwi‘f‘: VI,“ 1‘}..“‘I':£I".:T . ‘ .. I: .. - _ . A A. ' ‘..:..'"\ U ‘ ' "v .A h I‘ . t. A u'p . ’4'. 5‘31"” '. A , H- A: 2'3». .‘ “ .1 ‘ ;. ‘ .A‘ “w" :uk'n ‘r (“'13 A. ‘ '. H '_' :r w“. ,3 "" ‘._' ,A 1". _ It“. A A .' a“ " _ A.” A ’ . 4” $3.," . fl. .. wt. -' ,w‘v- 3‘3. 5' A l ‘ .- ,.o _ . . _ 3 “3|" “ ‘ L -' "' «A A'0" .,' ‘ .l 040 ‘.‘- ‘ . I " A ." 3' A ‘ ‘ M. 'v'.‘.‘ A .3 1.. :19 an. ”A" - , . . L . ‘ . - A ..‘ . g‘l’ A .. . . 1‘ < ’3 4 “.vf 5y I"“¢"i'l“ ¥ . .., A -. f. ti.- :vd_u LIBRARY W This is to certify that the dissertation entitled Le imaginecién en la obra de Delmira Agustini presented by Nyd in Ileana Renfrew has been accepted towards fulfillment of the requirements for Ph.D _ Philosophy degree in __ [flaw Lucia Lockert Mejor professor Date May 8, 1985 “(1”...th . . .- In . u L 4 042171 MSU LIBRARIES .—:—. RETURNING MATERIALS: Place in book drop to remove this checkout from your record. FINES will be charged if book is returned after the date stamped below. LA IMAGINACION EN LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI BY Nydia Ileana Renfrew A DISSERTATION Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance Languages 1985 (91986 NYDIA ILEANA RENFREN All Rights Reserved ABSTRACT LA IMAGINACION EN LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI By vNydia Ileana Renfrew Although there have been numerous studies of the poetry of Delmira Agustini. several key issues for its interpretation either have not been addressed or have not been satisfactorily resolved. These issues include whether her three books are independent works or constitute a unified whole, the nature of the work’s structure, the identification of its central theme, and its relation to the figgggnigtg movement. This thesis addresses these and other issues from the perspective of Contextualism. Delmira’s poetry is examined within the context of ggggrgigmg and is analysed regarding the relations between its thematic, spatial, and temporal structures. It is concluded that the work is a unified whole which represents the life and nature of art and imagination. It also is shown that creative imagination is the structuring principle of the work and is its central theme. Delmira’s work is shown to be structured around the relationship between the lyric "yo" and an ambiguous and elusive "g9", which the "yg" seeks, encounters, loses, and Nydia Ileana Renfrew seeks again. The "yo" and "t9" are not separate entities but two poles through which imagination is revealed. Imagination is seen as a mode of being which exists on the basis of a hypothetical, abstract, and reversible polarity whose terms live in constant change, each one being determined by and , transformed into its contrary.~ Imagination thus is a process founded on an act of creation, from which a form emerges and passes through an endless succession of new acts and forms. That process is oriented by the poetic search for an impossible fixed form and for the point of origin or final destination of creation. Imagination also appears as the medium of the act of creation and as a nothingness at the center of being. That process also is seen in the passages between other polarities in the work, which are flight-fall, movement-immobility, light-darkness, beginning-end, and water-fire. Thus it is shown that the central theme in Delmira’s work is the recognition that living in the imagination is living through distance and mediation, always searching for an unreachable totality and an illusory permanence. CONTENIDO LISTA DE FIGURAS INTRODUCCION Notas CAPITULO I LA LEYENDA A. Vida y personalidad de Delmira Agustini B. La obra de Delmira Agustini C. Conclusion Notas CAPITULO II LA ESTRUCTURA DE LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI: 1A PARTE LA VISION TRANQUILA A. Delmira Agustini en los comienzos de su obra l. Delmira Agustini y el modernismo 2. Las intuiciones de Delmira en los comienzos de §l_lihre_hleage 8. Los principios de organizacion de la obra de Delmira Agustini y el leitmotivo de la misma 1. El motivo de busqueda del yo 2. El motivo del encuentro del yo con el tn que lo transforma ii 19 22 25 43 64 66 74 76 77 90 93 96 97 3. El motivo de perdida e inestabilidad del yo C. El desarrollo de §l_librg_blgggg desde sus comienzos hasta 1a aparicibn del amor 1. Las coordenadas del universo poetico de Delmira 2. Las relaciones del yo y el tn 3. La creacibn como mirada D. La aparicibn del amor en la obra de Delmira Agustini Notas CAPITULO III LA BSTRUCTURA DE LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI: 2A PARTE LA VISION VIOLENTA A. El desarrollo de la obra despues de la aparicibn del amor B. Las estructuras del acto creador en la segunda parte de la obra 1. La serie infinita 2. La tension y la querella 3. La ruptura como posibilidad 4. La creacibn de Bros 0 el mito de la resurreccibn 5. El mecanismo del reves total C. Asunto y tema de la obra Notas iii 98 99 100 102 108 110 120 124 126 134 135 142 146 150 157 162 167 CAPITULO IV IMAGENES E IMAGINACION EN LA POESIA DE DELMIRA AGUSTINI A. El lenguaje de la obra y la lbgica de la imaginacibn B. Las imbgenes fundamentales de la obra de Delmira y su relacibn con el proceso de la creacibn 1. El agua a. Las relaciones del agua y el fuego b. El agua y la noche c. Las imégenes del agua en las dos etapas de la obra de Delmira Agustini 2. El fuego a. La llama. El fuego en la primera etapa de la obra b. La brasa y la ceniza. El fuego en la segunda etapa de la obra 3. La luz a. La relacibn de la luz y el movimiento b. La luz y la sombra: El vuelo y la caida 4. Un simbolo de la conciencia: e1 espejo 5. Las imdgenes florales C. RI concepto de imaginacibn en la obra de Delmira Notas SUMARIO Y CONCLUSION BIBLIOGRAFIA iv 168 169 178 179 181 183 184 187 189 193 196 197 199 202 206 211 217 219 228 LISTA DE FIGURAS Figura l. Esquema del reflejo en el amor y la mirada. 112 Figura 2. Esquema del universo poético de Delmira Agustini. 209 Figura 3. El ideal poetico. 209 INTRODUCCION La fama literaria de Delmira Agustini es la mayor paradoja de las muchas que caracterizan la vida y obra de esa poetisa modernista. Bsa fama se constata en los cliches que se repiten en cada libro, articulo o tesis que considera su obra: Delmira Agustini es la mejor poetisa que ha producido e1 Uruguay; Delmira Agustini es la primera poetisa moderna de importancia de Hispanoamerica; Delmira Agustini expresa la bhsqueda de una forma transcendente del amor que no tiene paralelo en la poesia hispAnica, a no ser en la obra de Santa Teresa. Lo paradbjico de esa fama es que ella coexists con un conocimiento muy incompleto de la obra que deberia sustentarla. Asi, aunque hay varios trabajos publicados sobre esa obra como, por eJemplo, libros de Sidonia C. Rosenbaum, Manuel Alvar, Clara Silva, entre otros, articulos en revistas literarias, tesis, introducciones a antologias, pasajes en libros de historia de la literatura uruguaya y/o hispanoamericana; no se ha determinado aun si la obra de Delmira es una coleccibn de libros separados o si esos libros constituyen un ciclo poético unitario. Tampoco se ha explicado ni la estructura de la obra de Delmira, ni la naturaleza de su unidad l 2 literaria. Peor aun. la existencia de esa obra como objeto estetico unificado y autbnomo no fue nunca planteada en esos estudios criticos. Los escasos estudios formales que existen sobre esa obra, como los de Carmen Rosenbaum y Doris Stephens, se quedan en la superficie de la misma sin explicarla. Bsos estudios se limitan o a computar o enumerar los vocablos o imbgenes que aparecen en la obra sin tener en cuenta ni la relacibn de esos elementos entre si ni su funcibn. La tecnica siempre esta supeditada a un proposito y el anAlisis literaria debs ayudar a clarificarlo. Asi, el primer aspecto paradbjico (de los tres que analizare) de la fama literaria de Delmira es que ella subsiste junto con un conocimiento muy parcial de su obra. La fama literaria de Delmira Agustini pareceria descansar en las circunstancias biogréficas de la autora. Bso se puede comprobar en la insistencia con que la mayoria de los criticos justifico e interpreto esa obra como testimonio de la vida y/o personalidad de su autora. Delmira Agustini nacio en Montevideo en 1886 y murib alli en 1914, asesinada por su ex-esposo que de inmediato se suicido. Las circunstancias de la muerte de Delmira y las extrafias relaciones clandestinas que mantenia con su ex-marido despues del divorcio son algunos de los factores que contribuyeron a la fascinacibn de los criticos con la vida de la poetisa. Tambien, muchos criticos, entre los que estbn Clara Silva, Alberto Zum Felde y Emir Rodriguez 3 Monegal, trataron de resolver la aparente doble personalidad de la autora; por un lado, su pasividad vital, su vida de "nena" en completa sumisibn a sus padres y en perfecto acuerdo con el puritanismo del medio y, por otro lado, su creatividad literaria, el erotismo de su obra y la originalidad de la misma. Por todo ello, lo biogrAfico empezo a ser el punto de partida para la explicacion de la obra de Delmira. Rn vez de ver 1a obra como ”objeto” a estudiar y la vida de la poetisa como ”documento" o fuente secundaria que ayudara a explicarla. los criticos invirtieron ese orden, y fue la autora--y no su obra-~el verdadero objeto de los estudios literarios. Inevitablemente, esa reconstruccion de la personalidad concreta e historica de Delmira a partir de su ficcion, junto a la teoria de la personalidad que los criticos manejaban, acabaron en una mistificacibn de la autora. Por lo tanto, asi como despues de un pro—juicio sobre el valor literario de la obra de Delmira--implicito en el hecho de elegirla como objeto de consideracibn--muchos criticos abandonaron el estudio de esa obra sin llegar a fundamentar su juicio en un verdadero andlisis literaria; de la misma manera, despues de un pre-juicio sobre la excepcionalidad de la personalidad de Delmira muchos criticos abandonaron e1 estudio objetivo de la misma. Asi, el segundo aspecto paradojico de la fama literaria de Delmira es que aunque ella pareceria basarse en la personalidad de la poetisa, aun no se ha determinado lo que era excepcional en la 4 relacion de ella con su ambiente y/u obra. La gran mayoria de los estudios criticoa sobre la obra de Delmira son fundamentalmente temAticos. For 10 general, ellos tratan de resolver tres problemas que esa obra plantea: l) as que realidad se refiere? 2) acudles son los temas de esa obra? y 3) acbmo se relacionan esos elementos o temas entre si? Esta ultima pregunta es la de donde se encuentra o cbmo se establece la unidad de esa obra. Aunque los criticos concuerdan en que la obra de Delmira alude a una realidad subjetiva, hay diferencias de opinibn respecto a la naturaleza de esa realidad, de si ella es: real 0 sofiada; sexual, espiritual o una mezcla de ambas; consciente o inconsciente; personal 0 universal. Respecto a los elementos constitutivos de esa realidad subjetiva explorada en la obra de Delmira, tambien hay variedad de opiniones. La gran mayoria de los criticos cree que el elemento fundamental de esa realidad es el amor o lo erbtico, y que este es el tema fundamental o unico de la obra. Esta es la posicibn de Manuel Alvar, Arturo Sergio Visca y Pedro Diaz, entre otros. Hay otros criticos que encuentran otros elementos en esa realidad y, por ende, otros temas en la obra ademAs del erotica. Asi, Carmen S. Rosenbaum encuentra cuatro temas en la obra de Delmira: el amor, la vida, la muerte y los suefios. Doris Stephens encuentra cuatro subtemas en la obra: la poesia, los suefios, el amor y la muerte que para ella estan unificados en un tema central: 1a busqueda de trascendencia de la 5 autora. Para Jeanette Valenti existe un tema fundamental en la obra: e1 amoroso, y un subtema: 1a poesia. Bl ultimo problema que los estudios criticos trataron de resolver fue el de la relacibn entre los distintos elementos de la realidad subjetiva explorada en la obra como, por ejemplo, referencias a1 ensuefio, la muerte y la vida, y el tema o preocupacibn central de la obra: el erbtico, e1 deseo de trascendencia, o la exploracibn de su alma. De nuevo, para la mayoria de los criticos que sostiene que el tema erbtico es el fundamental 0 el unico en la obra, esos otros elementos de la obra son simples aspectos de lo erbtico o vias de acceso a 51. Entre los criticos que ven otros temas, las opiniones varian. Para Rosenbaum, no existe ninguna relacibn entre los diferentea temas. Para ella, la unidad de la obra consiste en ser la expresibn de un alma femenina. Para Stephens, los subtemas de la obra son etapas en el camino hacia la trascendencia emprendido por la autora. Para Valenti, la poesia es el camino de acceso a1 amor. Finalmente, esos estudios criticos llegaron a una de estas dos conclusiones: o que la obra de Delmira expresaba un alma femenina cuyo contenido fundamental era el amor, o que esa obra era el testimonio del fracaso vital de su autora en su bnsqueda de algo imposible de obtener (sexo, amor o trascendencia, segun el critico). La limitaciOn de esos trabajos es que ellos no son verdaderos estudios literarios. Muchos criticos llegaron a sus conclusiones 6 porque primero hicieron una sintesis extraliteraria de la obra, la de la psiquis de Delmira, y luego explicaron la obra de acuerdo a esa sintesis. Por lo tanto, mes que explicar la obra, muchos criticos explicaron sus ideas sobre la naturaleza de lo erbtico y de las circunstancias o motivaciones psicologicas que habrian llevado a Delmira a escribir. Por eso, lo que esos estudios permiten conocer es sobre todo la realidad de los propios criticos: las teorias, presuposiciones e intenciones con las que ellos se acercaron a la obra de Delmira. Tambien, 1a manera en que la realidad de los criticos condiciono su percepcibn e interpretacibn de la obra. Asi, e1 tercer aspecto paradbjico de la fama literaria de Delmira es que esta basada en ‘una serie de conjeturas en torno a la obra de Delmira, a las que en este trabajo se ha llamado leyenda. Ella permite conocer mejor la realidad de los criticos que la de Delmira o su obra. La naturaleza paradbjica de la fama de Delmira indica la necesidad de un nuevo estudio que reexamine la obra de esa poetisa y que resuelva los problemas de interpretacibn que ella plantea desde una perspectiva critica diferente a la usada anteriormente. Rs necesario un nuevo sistema interpretativo porque las limitaciones de la critica anterior no residen tanto en omisiones u errores especificos de los argumentos, sino en las bases mismas de los argumentos criticos: las premises y suposiciones sobre la naturaleza del arte, de la forma, del lenguaje poetico, 7 de la naturaleza de la personalidad y de la relacibn entre creador y obra. La mayoria de los criticos asumian que el arte copiaba una realidad pre-existente (la psiquis de Delmira), que la forma de la obra era algo superpuesto a1 fondo y separable de él, y que el lenguaje poetico era entendible sin atender a los contextos que determinaban su significado. Tambien sustentaban una nocibn de la personalidad como un todo unificado. Baas creencias impidieron a los criticos resolver satisfactoriamente los problemas de interpretacibn planteados por la obra de Delmira. Rntre esos problemas estAn: la dificultad de determinar a lo que alude la obra, su relacion con el modernismo, su naturaleza (la cuestibn de si la obra es un ciclo unitario o una coleccibn de libros separados), la naturaleza de su lenguaje, de su forma y de la relacion entre los aparentes sub-temas y un tema central. Ese nuevo estudio debe determinar si la obra de Delmira es capaz de sustentar una fama literaria legitima. Para ello, lo primero que ha de hacerse es explicar por que nunca se buscb o encontro la unidad literaria de la obra. Segundo, hay que situar esa obra dentro de sus contextos literarios. Por ultimo, hay que interpretar esa obra. Esta tarea tiene tres fases: 1.) la explicacibn de su estructura y unidad; 2.) el estudio de los principios de organizacibn y estructuracibn de ese mundo poetico y, finalmente, 3.) la atribucibn de un significado a esa estructura. El realizar e1 estudio que se acaba de proponer es el objetivo de este 8 trabajo. La perspectiva que se usa para realizar este estudio es la del contextualismo. Bl contextualismo propane que una obra literaria es un objeto estético unificado y autbnomo, con propbsito interior, incapaz de ser reducido a otros contextos exteriores o ajenos a los suyos. Es asl, porque e1 contextualismo asume que el arte no es una copia o replica de algo pre-existente (en la realidad objetiva 0 en la psiquis del autor) sino una forma de descubrir la realidad objetiva o humana. El contextualismo distingue entre los contextos que el critico lleva a1 estudio de una obra (intenciones, suposiciones sobre la naturaleza de esa obra 0 de la relacibn entre arte y realidad, por ejemplo), los contextos que el autor de esa obra llevo a ella en sus comienzos y los contextos desarrollados en la propia obra. El estudio literario debe analizar las desviaciones entre lo que entrb en la obra (usos comunes o esteticos del lenguaje, convenciones literarias de la epoca en que se escribio, intencibn del autor, etc.) y su estructura final. Bebe explicar estas desviaciones como resultado de la interaccion entre lo que entro en la obra y las exigencias de la forma que emerge. Por ello, 1a forma del poema no puede pre-existir e1 acto de creacibn. Por ello tambien, el contextualismo insiste en que el significado del lenguaje es contextual, en que la estructura de un poema gobierna su significado y en que la forms no es la suma de elementos aislados sino un sistema total de coherencia.l 9 Por ultimo, e1 contextualismo indica que el sistema total del poema se refiere al mundo exterior a é] (empirico o cultural), aunque siempre indirectamente.2 En este trabajo tambien se asume que existe una diferencia esencial entre la vida y personalidad de Delmira y su obra. Las primeras pertenecen a una realidad empirica, regida quiza por la casualidad. La segunda, a la realidad del arte regida por la causalidad.a La dificultad de aplicar la perspectiva contextualista, que insiste en la realidad unica de cada poema, al estudio de los tres libros que constituyen la obra de Delmira Agustini, parece obvia. Sin embargo, es mi propbsito demostrar que ese obra es un ciclo unico y que debe considerhrsele como una unidad u obra completa. Naturalmente, la estructura de la obra no es muy compacts. Para encontrar su unidad no es necesario considerar cada poema particular, sino mes bien grupos enteros de poemas. Por lo tanto, aunque e1 determinar la estructura de la obra de Delmira requiere la consideracibn de poemas de cada uno de los grupos que forman las sub-estructuras de la obra, no requiere en cambio, la inclusibn de todos los poemas de cada grupo. Delmira Agustini publicb tres libros: El libro glanco(1907). Qegtge-ée_l§_segs§9(1910) y Los célices gacios. El primero de esos libros tenia 51 poemas. Los siete filtimos poemas de ese libro, de tema aupuestamente amoroso, aparecen bajo e1 sub-titulo de Orla rosa. El —..——.--—-...——.-. 10 segundo libro de Delmira es mas breve. Contiene 19 poemas y tres pequefios poemas en prosa. El ultimo libro de la autora es el mes importante. Lo es, porque en él, Delmira no sols presents 21 nuevos poemas sino que tambien reedits por completa g! y selecciona 30 poemas de LB entre los que se encuentran los de leg_§9§g. Ess voluntad antolbgica de Delmira parece ser un indicio de que ella veia su obra como una unidad o ciclo unico. Aunque la intencibn objetiva de un autor no alcanza para determinar la unidad de su obra, ella puede servir, sin embargo, para asumir que dicha unidad es posible. Otro aspecto interesante de 9! es que en e1 1a distribucibn de poemas es cronologicamente inverse a1 orden de su composicibn. El libro comienza con los poemas sobre Eros y termina con los de LB. 81 orden que Delmira impuso a g! pareceria indicar que la autora queria que ese libro se leyera como la descripcion de un proceso que culminaba en Eros, destacando una vez mes la estructura unitsria de dicha obra, de la Eros seria su metAfora central. Eros es verdaderamente 1a methfora central de la obra de Delmira, pero esa obra no se refiere a1 amor, ni a1 sexo, ni a la vida, ni a la muerte, ni a los suefios. Aunque estos elementos aparecen en la obra, ellos no son sus temas, como han afirmado muchos criticos, que voy a tratar en el primer capitulo. Bsa obra tampoco es expresibn de un alma femenins, ni testimonio del fracaso vital de su autora en su busqueda de algo imposible de ll alcanzar, como han afirmado otros criticos que tratare en el primer capitulo. El asunto de la obra, a lo que esta se refiere, es a la vida y naturaleza del arte y la imaginacibn5 de la que Eros es su metéfora central. La imaginacibn sparece de tres maneras en la obra de Delmira. Es primero e1 asunto de la obra: lo que esta define, explica y desarrolla. Especificamente, la obra expone e1 proceso de creacibn desde el punto de vista del creador, de la forma y de las relaciones entre ambos. Por lo tanto, la obra represents una conciencia dividida o doble que se mira y estudia a s1 misma a1 crear y/o crearse. Segundo, la imaginacibn es el principio estructurador de la obra, la que rige su organizacion y desarrollo. Asi, la imaginacion—-sctuando de acuerdo a su logica particular--es la que establece las coordenadas del universo poetico de Delmira, la que rige el desarrollo y evolucion de las imsgenes y la estructura de sus simbolos.° Por ultimo, la imaginacibn es el tema de la obra, es decir, el significado de su estructura total. 81 afirmar que la obra de Delmira explora la vida y naturaleza del arte y la imaginacibn puede parecer arbitrario si se tiene en cuenta que esos terminos nunca aparecen en la obra. Por lo tanto, para mostrar la validez de esta nueva interpretacibn y refutar cualquier acusacion de arbitrariedad que se le pueda imputar, hice tres cosas en este trabajo. La primera es ubicar 1a obra dentro del modernismo. La segunda es usar la vida de la poetisa como 12 un documento mes para explicar su obra. La ultima es comparar las leyes y procesos de estructuracion de ese universo poético con otros modelos de procesos, exteriores a la obra, a los que se han llamado imaginarios y/o subjetivos.7 Para esto, se han usado los estudios de algunos fenomenblogos como los de Gaston Bachelard, sobre la imaginacibn poetics, de Ernst Csssirer, sobre la estructura del pensamiento mitico, y de Maurice Merleau Ponty, sobre la estructura de la percepcibn. Rs en esta comparacion entre la obra de Delmira y otros modelos fuera de ella, capaces de ayudar en la interpretacion de esa obra, que este trabajo se desvia de una estricta aplicacibn del contextualismo de Krieger. La obra de Delmira comienza con el resquebrajamiento del modernismo: de las creencias sobre la imaginacibn creadora del poets, de la forms y de la realidad que sustentaban esa estetica. Para los modernistas, la imaginacion del poets era infinita o ilimitada porque era capaz de aprehender directs o inmediatamente lo universal. Bsa aprehension se producia en la percepcibn, que ellos llamaban vision poetics y era donde los modernistas localizaban ls creacibn. Por lo tanto, para ellos, el fondo(vision) y la forma(poema) ersn identicos y simultAneos. Las formas modernistas ersn asi una proyeccibn o reificacion de la subjetividad del poets, que él creia reales y en las que el queria vivir. Los conceptos modernistas de la imaginacibn, de la forma, del 13 posts como visionario o espiritu plasmador, dependian de una realidad ultima de carécter universal. Ese universal era el punto fijo de referencia, e1 absoluto o ideal, que permitia la resolucibn de todos los dualismos, contradicciones y limitaciones del mundo fenomenico, mes alla de la experiencia y la ilusibn. Para recapitular, el punto fijo del modernismo estaba representado por la unidad de la imaginacibn en la percepci6n(cuando la imaginacibn actuaba como canal de lo universal); expresaba la unidad del yo, de la forma, y del valor o significado de smbos. La obra de Delmira comienza con la desaparicibn del punto fijo mencionado en el ultimo perrafo. Esta es la nueva realidad y sensibilidad, la del modernismo tardio 0 las comienzos del post~modernismo, que ella lleva a su obra. La desaparicibn del punto fijo deja a1 ser sin identidad, sin lugar y sin significado en un mundo que cambia y fluye. La desaparicion del punto fijo aparece como la intuicibn de una zona de vacio o ausencis entre: la imaginacibn creadora del poets y su forma (entre poets y poema); entre la percepcibn (calidad exaltads de experiencia) y un yo que la registra sblo despues que ella pasb; entre e1 valor o significado como intencibn poetics o principio abstracto de composicibn, antes de la elaboracibn del poema, y el valor como reconocimiento de calidad o como forma materializada, despues de la composicibn del poema. La ruptura de la unidad modernista no solo aparece en la obra de Delmira como la intuicibn de una zona de vacio, 14 sino tambien como la intuicibn de lo temporal y lo contingente. La obra express que la subjetividad es siempre un movimiento del presente hacia lo que no existe mes o hacia lo que son no existe. Con la desaparicibn del punto fijo universal, e1 significado del yo se establece en la relacibn entre dos terminos hipotéticos que se puedan llamar sujeto y objeto. La subjetividad no es ni uno ni‘ otro, sino la tension y transformacibn entre ambos. La realidad del yo se establece en ese acto de ir hacia uno y otro polo. La unidad del yo es asi efimera e hipotetica. Por todo ello, la preocupscibn fundamental en la obra de Delmira es determinar dbnde radics la realidad del arte y la subjetividad y quien es mes real, gel poets 0 an iforma?, zel yo 0 su imagen?, gel poder abstracto de la creacibn o sus manifestaciones multiples? El desarrollo de la obra es la exploracibn y tentativa de resolucibn de esos problemas. Imports destacar ahora que esa intuicibn de una zona de vscio y de lo contigente y temporal con que Delmira comienza su obra, junto con la problemética que ella plantea e intents resolver, representan una inversion de la realidad modernista. Para los modernistas, lo universal era lo real(lo verdadero e inmediato) y lo fenomenico(lo temporal y contingente) era su velo o i1usibn. Para Delmira lo real e inmediato es lo particular y contigente, mientras que lo universal es su ilusibn. Ese cambio en el concepto de la realidad ultima, fue acompafiado de un cambio 15 en el concepto de la imaginacibn creadora y de la realidad o naturaleza del arte y la conciencia. Delmira descubre los limites que lo contingente y temporal imponen a la imaginacibn del poets. Se da cuenta de que la vision poetics es el efecto o reconocimiento de la forms por parte del poets. En otras palabras, es la forma la que estructura la ‘conciencia del poets, y no al reves. La imaginacion del poets no puede reconstituir el mundo, e1 arte no es vida, la creacion no as absolute. Pero a1 descubrir los limites de la imaginacibn, ls obra de Delmira también descubre su libertad. El poets puede crear un orden que reemplaza la realidad. El valor del arte radica precisamente en esa capacidad. La obra de Delmira formula asi e1 concepto del arte como ilusion o ficcibn, propia del post-modernismo. Y en ese sentido, se anticipa mucho a su epoca. Es en parte por eso que la obra es capaz de sustentar una fama literaria legitima. Como lo hizo en su obra, tambien en su vida Delmira Agustini invirtio el modernismo al intensificar y profundizar su problembtica. Si para los modernistas e1 arte era vida, pars Delmira la vida era arte. Por ello, Delmira vivio de acuerdo a categorias esteticas, tratb de convertir su vida en arte y rigio su comportamiento de acuerdo a la lbgica de la imaginacibn. Como en su obra, el problema fundamental de la vida de Delmira fue el determinar la naturaleza de la subjetividad. El modo en que lo hizo en su vida es muy parecido sl de su obra. Asi, 16 Delmira se preguntaba donde estaba ls realidad de su yo; si en la parte del yo donde se originaba 1a imagen, 0 en la imagen de ese yo reconstituida por los otros. Como en su obra, se preguntaba que aspecto de ese yo 0 conciencia dividida era el mas real. Por ello, Delmira multiplicaba sus publicos, ensayaba mescaras y observaba e1 efecto que su comportamiento provocaba en los otros: 1a imagen de su yo que el publico le devolvia. Toda su vida fue un melancblico ensayo de papeles diferentes: de nifia, de mujer apasionada, de sacerdotisa de Eros, de poetisa oficial. Pero, cusntas mes mescaras creaba, o mes imbgenes o dobles producia, mes se reducia su yo, mAs evidente era el vacio y mayor are an miedo e inseguridad. Esto explica las paradojas de su vida. .Cuanto mes entendia 1a naturaleza ilusoria del arte, mAs sugeria a su publico que el arte era vida y que su obra era el reflejo directo de su yo. Cuénto mus se convencia de la inestabilidad permanente de la conciencia, mes se dedicaba a crear ilusiones de permanencia de su yo. La vida de Delmira no es idéntica a su obra. En otras palabras, 1a obra no es el testimonio o copia de la personalidad de su autora. En la obra de Delmira, la division de la conciencia entre creador e imagen, entre yo y mescars, se resuelve a través de la creacion de un nuevo lenguaje y una nueva visibn. En su vida, en cambio, esa divisibn nunca acabb. Sin embargo. pocos poetas evidencian, como Delmira, una relacion tan estrecha entre l7 obra y vida, y es ésto, lo que debe justificar la fama circunstancial de Delmira. Este trabajo esta dividido en cuatro capitulos. El primer capitulo analiza la leyenda en torno a la obra de Delmira: sus causss, desarrollo y consecuencias. Consists en un repaso de la literatura critics sobre la obra de Delmira y en una introduccibn a la vida y obra de esa poetisa. Los propbsitos de este capitulo son: justificar la necesidad de esta tesis, sefialsr los problemas que hay que resolver para estudiar la obra de Delmira como objeto literario y para estudiar la vida de la poetisa, y justificar las nuevas psutss de interpretscibn que se usarén en este trabajo. En el segundo capitulo se analiza la primera parte 0 fase de la estructura de la obra de Delmira que abarca todo El_librg_blgngg. Esta fase de la obra culmins con la methfora del amor. Ella express e1 ideal poetico de dos msterias en un solo acto o, mes especificsmente, ls ides de una polaridad que busca resolverse en una unidad. En el tercer capitulo ae analiza la segunda parte 0 fase de 'ls estructura de la obra de Delmira. Ella abarca sus hltimos dos libros. Ls metéfors central de esta fase de la obra es Eros. Eros no abls integra la estructura de esta fase sino la de tods la obra de Delmira. Eros express ls idea de una polaridad que buscs resolverse en una unidad, pero que sin embargo debe msntenerse como polaridad. En un lenguaje mAs simple, Eros propone ls 18 unidn como ideal a la vez que afirma la imposibilidad de alcanzarlo. En el cuarto capitulo se analizan las imbgenes en la poesia de Delmira y las leyes de estructurscion de su universo poetico. En este capitulo se integran los datos sportados por los dos cspitulos anteriores. Tambien se define e1 concepto de imaginacibn que Delmira estructura en su obra. En conclusion, este trabajo introduce, analiza e interprets ls obra de Delmira Agustini como objeto estetico unificsdo y autonomo desde la perspectiva del contextualismo. Tambien estudia las relaciones de esa obra con su autora, leyenda y con la tradicibn literaria modernista. E1 propbsito bssico de esta tesis es mostrar que la obra de Delmira es un ciclo unico y que lo fundamental en ella es la explorscion de la vida y naturaleza del arte y la imaginscion. Ls imaginacibn creadora es el asunto, e1 principio estructurador y el tema de esa obra. Esta tesis tambien busca mostrar que la obra de Delmira es capaz de sustentar uns fama literaria legitima y que esa obra y su autora tambien justificsn su fama circunstancial. NOTAS Introduccibn 1 Voy a citar la opinion de Eugene H. Falk para quien la coherencia estructural de una obra se determine a traves de la coherencia de todas sus estructuras: "The coherences are woven by the most intricate correlations of work structures, motif structures (i.e., interrelationships of images, actions, incidents, gestures and even silences), and thematic structures (i.e., interrelationships of contextually determined meanings carried by motifs). The whole cohesion of these patterns constitutes what may properly be called the Gestalt of the literary work, i.e., the totality of its structural features." ("Aesthetic Criticism, Freedom, and the Goals of the Humanities", in 199-9922t-£9:_lssziaaiiga;_392919-:9_Issatisthzgeytyrr Aggthgtig_ggitigigg, ed. O.B. Eardison, Jr. (Cleveland: P of Case western Reserve 0., 1971] 282—283). 2 Es asi porque la relacibn de los simbolos con la realidad es mes indirecta de lo que generalmente se asume. Primero, el simbolo no es una copia de la realidad sino una sustitucibn o mediacibn de algun tipo. Segundo, los slmbolos se refieren unos a los otros. La relacion entre simbolos esta principalmente determinads por la tradicibn, por el medio, por los principos formsles de sus sistemas particulsres y, finslmente, en el caso de un poema, por los contextos particulsres del mismo. Tercero, el sistema total se refiere al mundo exterior a e1, pero siempre indirectsmente. Esta explicacibn esta basada en lo que dicen muchos criticos modernos. Citaré solo a tres. Sobre 1a naturaleza del simbolo, Cassirer nota lo siguiente: ”Like all the other symbolic forms art is not the mere reproduction of a ready-made given reality. It is one of the ways leading to an objective view of things and of human life. It is not an imitation but a discovery of reality."(Ernst Csssirer, "Art," in gritiggl_1hggry giggg_£latg, ed. Hazard Adams, [New York: Harcourt Brace, .1971] 997.) También, E.H. Gombrich nota lo siguiente respecto a1 simbolo y su relacion con su medio (linguistico en el caso del poema): "A representation is never a replica. The forms of art, ancient and modern, are not duplications of what the artist has in mind any more than they are duplications of what he sees in the other world. 19 20 In both cases, they are renderings within an acquired medium, a medium grown up through tradition and skill-~that of the artist and that of the beholder." ("From Representation to Expression," in 9:1:igsl_Ih§9£¥_siyss_Bl§£9 1172). Acerca de la relacibn indirecta entre poema y una realidad exterior a el (empirica) y la manera en que ambas realidades coexisten en el poema, Krieger dice lo siguiente: "The critic cannot help but treat the poem as an expression of the poet’s consciousness existing at a moment in culture, although he must do it the hard way--by acknowledging that he can work only with the elements as transformed and cannot simply trace them back to their prepoetic sources. How can he find in the poem the repository of man and history while he allows it to have redirected all its elements toward its own center? He does so by treating that center, its own mythic reality as its constitutive metaphor, expression of what it contains. If the poet’s, or, through him, its culture’s consciousness is to be captured, it would be there, in that symbolic reduction fed by the deviations, properly read singly and in systematic unison. Attentive to its own integrity, the poem as center yet contains--in that integrity--much that is not itself; but, by capturing and domesticating what is outside itself, it reduces to its order all that is thereby acknowledged to be beyond its dimensions, all that is beyond order and unmanageable in the fullness of its own contingencies, beyond the poem and the aesthetic realm.. The aesthetic thus constitutes visionary categories for turning the anthropological into perceptual entities, while its refinements protest their inadequacy for enclosing its bulky object. It contains (holds in, restrains) the object only while failing to contain (enclose) all of it." (Murray Krieger, Thgggy 92-95::19192;--A-Ireditiga_egd-iss-§xstea (Balti-ore= Johns Hopkins U P, 1976 1 l9). Esta caracteristica del poema oblige al critico a estudiarlo desde una doble perspectiva de vision: interior y de afuera. Interiormente, el critico debe: "point out those internal relations in a work which converts the outward thrust of its signs and forms to the mutual illumination that makes them self—sustaining."(Krieger, I929!!-9I-§Ei£i§i§! 18). La visibn de sfuera a la que se refiere Krieger es, ”the world of ordinary reference and action that lies outside (before and after the aesthetic experience). (Krieger, Ih§9:!_9f_§£iiigiss 18). 3 Sobre ls diferencia entre causalidad y casualidad. Murray Krieger observs que: "The poet builds the inevitabilities of form into the materials of his work. That form, as a structure of potentialities and their realizations. and as probabilities and their resolutions. represents the way in which the poet reproduces the organic process in nature, by imposing upon otherwise inert materials an ideal entelechy, one that admits no errant 21 elements, that appears to grow from within . . . . The aesthetic requires the utter rejection of the random, or rather, requires the transformation of the random, the beating of it into causal shape, under the supervision of an insistent, if humanly invented, notion of necessity. The total functionalism among the parts, their mutual contingency that establishes their all-inclusive purposeness, requires that form be seen as the imposition of human teleology . . . "(Krieger, Ihggry_9f_gritigigm 102-103). ‘ Las abreviaturss que usare en este trabajo son las siguiente:: LB para El-lih£9-hlegse. 9! para anies_de_ls_se§eaa. y 9! para Les_sélise§_!esies- 5 Imaginacion, subjetividad, conciencia y creacion son terminos intercambiables en este trabajo ya que lo son en la obra de Delmira. Esos conceptos no aparecen con esos nombres en dicha obra, pero es s ellos a los que la obra se refiere. Esto se probara a lo largo de este estudio. 5 La explicacion detallada de la imaginacibn como principio estructurador de la obra aparece en el capitulo IV de este trabajo. Alli se explica minuciossmente 1a lbgica de la imaginscion, es decir, la manera en que esta estructura un mundo poetico. 7 Estas comparsciones se hacen en los capitulos II, III y IV de este trabajo. CAPITULO I LA LEYBNDA La leyenda en torno a la obra de Delmira Agustini es un conjunto de ilusiones o percepciones falsas de la misma, creadas especialmente por muchos criticos de esa obra, a1 no distinguir entre realidad e ilusion--apariencia de realidad--en este caso. La mayoria de los criticos crearon la leyenda por su tendencia a explicar diferentea realidades (como la psiquics y la literaria), refiriendolas a una realidad universal y exterior a ellas para su verificacion. Eso los llevo a confundir e identificar la realidad ilusoria o imaginaria de la obra de Delmira, con la realidad psicologica de la autora. Tambien, confundieron e identificaron su interpretacibn de la personalidad de Delmira (basada en teorias que creian de validez universal), con la naturaleza de la misma. Asi, la mayoria de los criticos se acercaron a la obra con la suposicibn de que ella reproducia una realidad que existla antes y fuera de la obra misma: la de la psiquis de Delmira. Por eso, analizaron la obra de Delmira como testimonio de la vida y/o personalidad de la autora. 22 23 Tambien, consideraron esa obra como ejemplo de poesia pasional y erbtica, y como ejemplo de un lirismo atemporal con muy pocas conexiones con la tradicibn literaria 0 con la epocs de la que surgio. Las suposiciones, teorias y metodos de analisis de esos criticos de Delmira no fueron los unicos responsables de la leyenda. Esta empezb en vida de Delmira, y la poetisa también participo en su creacion. Delmira ayudo a crear la ilusibn de que su obra era e1 reflejo directo de su personalidad. Lo hizo por cierto vacio de su personalidad que se manifestaba como disponibilidsd para aceptar y explotar cualquier imagen suya que sus espectadores querian atribuirle, y para vivir a traves de categorise esteticas. Asi, Delmira asumia los papeles que su audiencia particular requeria: la de nifia modelo, la de poetisa poseida por un namen, la de mujer apasionada. Tambien, Delmira convertia su propia vida en arte y actuaba segun e1 titulo de su .ultimo libro: casts y vestida de blanco para §l_librg_blgggg, apasionada y vestida de rojo para Les_9élisss_!esieg- Las ilusiones que Delmira ayudb a crear respecto a la naturaleza de su personalidad y a la relacibn de ella y su obra, junto a las teorias de muchos criticos que confundian e identificaban la personalidad de Delmira con su obra, y la naturaleza de esa personalidad con las teorias que la explicsban, facilitaron la creacibn de una Delmira mitica. Respecto a ella, Arturo Sergio Visca dice lo siguiente: 24 De un ser real ha surgido una figura mitica. Esa figura va mostrando, caleidoscbpicamente, trszos diversos. Delmira: faunesa poseida siempre por un intenso delirio erotica; Delmira: inspirada sacerdotisa de Eros que trsduce, en raptos de embriaguez divina, una mistica vision del amor sexual; Delmira: la posesa de un fatal destino, que avanza lhcidamente hacia un fin trAgico, nitidsmente visto por ella misma en el futuro pero sl cusl debe, inexorablemente, inmolarse; Delmira: la inspirada por un Numen; Delmira: la que crea poesia mediante tipicos arrebatos...Es demasiado. La realidad es mes pobre; y sin duds, mes interesante. Una biografia honrada y hecha con la debida mesura, que atendiera de veras a la realidad que fue Delmira y a la realidad de la época en que vivio, mostraria a la poetisa desbrozada de muchos de los perfiles de excepcionalidad que como ser humano se le han atribuido...Es desde este punto de vista real y no mitico que la personalidad y la poesia de Delmira Agustini ofrece, su verdadero interés. Es entonces que se legitiman algunos de los problemas que en obra y vida plantean.1 Por ultimo, como lo dice Sergio Vises, la obra de Delmira plantea algunos problemas para su interpretacibn. La existencia de esos problemas, junto a la inadecuacibn de las teorias y metodos de analisis de muchos criticos para resolverlos, facilito que esos criticos fueran victimas de la ilusibn auto-referente de la obra. El crear uns ilusibn de realidad es la funcibn estetica de la obra y dicha funcibn corresponde a la naturaleza imaginaria de la misma. Como e1 termino leyenda alude a la literatura critics sobre la obra de Delmira Agustini, el objetivo fundamental de este capitulo es el repaso de la misma. El proposito de ese repaso es mostrar que la literatura critics sobre Delmira Agustini revels mes de los criticos que de la autora o su obra. Se analizan las razones de por que ello 25 ocurrio y se identifican los problemas que hay que resolver para una interpretacibn mes adecuada de la personalidad y obra de esa poetisa. El segundo objetivo de este capitulo es introducir y justificar las nuevas psutss para la interpretacibn de la obra de Delmira que se usarAn en este trabajo. Esos dos objetivos se desarrollan en las tres secciones de este capitulo. .La primera seccibn es una introduccibn a la vida de Delmira Agustini, la segunda es una introduccibn a su obra y la hltima es de conclusion. A. Vigg_y_personslidad de Delmira Agustini Delmira Agustini nacib en Montevideo en 1886, la hnica hija (tuvo un hermano mayor) de un matrimonio que la idolatro. Delmira nunca asistib a ningnn colegio y fuera de algunas lecciones particulsres de frances, pintura y piano, su madre fue la unica maestra que tuvo. La nifiez de Delmira fue retraida y con pocos contactos con otros nifios. La madre parecia dominar por completo la vida de Delmira, y esta parecia aceptar con docilidad 1s tirania materna. Clara Silva dice a1 respecto: Todos los testimonios personales estén de acuerdo en reconocer que la madre ejercia una tutela predominante sobre Delmira. "Su madre era muy religiosa y severa y ejercia una gran influencia sobre su hija", declara su profesor de frances M. Williams. "Era muy obediente y estaba muy supeditada a su madre. Su influencia era muy grande sobre ella", atestigua 1s sefiora Sanseve de Roldbs, su maestra de piano. En la madre se unieron su natural carécter dominante, absorbente. y su amor maternal por "La Nena", 26 unica hija mujer, para determinar esa tutela que la mantuvo sujeta a ella, toda la vida; y determine, a su vez, ese tipo de vida anifiada en que Delmira, prolongb haste el fin una especie de infantilidad paradojal. Vivia, como suele decirse vulgarmente, pegada a la falda de su madre.2 Delmira no 3610 are "La Nena" para sus padres, sino tambien para su publico. Aunque Delmira empezo a publicar poesia a una edad temprana, su precocidad fue exagerada por todos los que la rodeaban; como lo observs Emir Rodriguez Monegal: Sus primeros versos fueron publicados en el semanario ilustrado jog_y_§lgngg, que dirigia Samuel Blizen en Montevideo, con estas palabras: ”La autora de esta composicibn es une nine de 12 afios...". Eso era en 1902, cusndo Delmira ya tenis 16 afios. La pequefis supercheria continua a1 afio siguiente con una nota mes largs de otra revista, Lg_élbgr§gg (1 de marzo de 1903), en que se le califica de ”una verdadera joys, un ’bijou’; mes que una nifis, se incorpora con decidida vocacibn al manojo de mujeres poetisas uruguayas". La nota continua con otros lugares comunes, exalta su ”belleza fisica de virgen rubia, delicada, sensible y joven como un petalo de rosa" y culmins en un parrafo memorable: "Esta fue nuestra impresibn cusndo una buena mafiana llegb a nuestra redaccibn a traernos un trabajo que deposito con sus manecitas de mufieca en nuestra mesa revuelta, y que nos leyo despues con una entonacion delicada, suave, de cristal, como si temiera romper la msdeja fins de su canto, desenvuelta en la rueca de un papel delicado y quebradizo como en cuerpecito rosado, como el encaje de sus versos". La cursileria de la epoca queria que Delmira (16, 1? shoe) fuera una mufieca que emitia versitos.3 Para Rodriguez Monegal, e1 hecho que los escritores y criticos de la epoca insistieran en presenter a Delmira como una nifia, obedecia en parte a una convencibn de la época--la de llamar nifia a cualquier mujer soltera y 27 presumiblemente virgen--y en parte al comportamiento de Delmira, que se hacia ls nena. La infancia ensimismada de Delmira, sus aptitudes artisticas, e1 infantilismo de su comportamiento y el tratamiento que recibio del phblico, ayudaron a crear la fama de su precocidad. Sin embargo, lo que mas contribuyo a cimentar ese aspecto de su leyenda, fue el que sus primeros criticos no podian explicar la madurez poetics de Delmira de acuerdo a la psicologia deterministe que manejaban. Esos criticos se acercaban a una obra buscando relaciones simples de causas vitales y efectos literarios, y el no encontrarlos en Delmira los dejo perplejos. Para ellos, la intuicion poetics de Delmira era unica, precoz y milagross dads su poca edad y experiencia. Tipica de esa actitud es la reaccibn de Carlos Vaz Ferreira ante El libro blanco: Si hubiera de expresar con un criterio relativo, teniendo en cuenta su edad, etc,. calificaria su libro sencillamente como un milagro. Usted no deberia ser capaz, no precisamente de escribir. sino de entender su libro. Como ha llegado usted, sea a saber, sea a sentir, lo que ha puesto en ciertas peginas, es slgo completsmente inexplicable. (Silva 43) Pars explicar la poesia de Delmira, los criticos crearon entonces dos aspectos inseparables de la leyenda: el de Delmira como ser dividido en dos zonas incomunicadas--la Nena y la poetisa-~y el de Delmira como posesa lirica. Carlos Vaz Ferreira parece haber sido el primero en sustentar esas hipbtesis: 28 Parecible poder comprobar en ella uns separacibn, un estado de casi absolute incomunicacion entre la creadora poetics y la persona de la vida cotidiana, como si estuvieran ambas en casillas psicolbgicas aparte. Su personalidad normal as dijere que era invadida de pronto por un estado extrafio, demoniaco en el sentido espiritual clAsico de la expresibn, que se ausentaba dejéndola solo con sus modos, su lenguaje habitual. En la conversacion no podia asi, percibirse nada que siquiera la distinguiese de 10 normal.‘ Les hipotesis de Vaz Ferreira fueron aceptadas de inmediato por otros criticos de la epocs, como se puede notar en el siguiente comentario de Alberto Zum Felde: ”Una inspirada, si, eso era Delmira, ante todo; una posesa lirica, que sl expresarse en el verso, entraba en esa especie de trance, de delirio, que los griegos reverenciaban en sus pitonisas” (Silva 37). Y Delmira, de la misma manera que al ser tratada como nena, se hacia la nena; a1 ser tratada como posesa lirica, se hacia la posesa. Eso se puede comprobar en la siguiente observacibn de Clara Silva: Debemos anotar aqui, que, en este examen hecho por la profesora Machado, de los viejos manuscritos de Delmira, se comprobb, por primera vez, que la autora de L9§_ggliggg_gggigs corregia y reformaba mucho sus poemas antes de darlos a publicidad, contrariamente a lo que se creia hasta entonces, y ella misma lo habia sugerido, que eran el fruto de un momento de inspirada improvisacibn, y que habian salido de su estado de trance poetico tal cual aparecian. (Silva 17) La creencia de que Delmira escribia en estado de trance, junto a la nocibn estrecha de su epocs sobre lo que 29 constituia una influencia literaria, llevo a los criticos a crear otro aspecto de la leyenda: el de Delmira como caso unico de lirismo. Se entendia por ello, que la poesia de Delmira era atemporal y universal, y por ende, que carecia de determinaciones o influencias smbientales, culturales o literarias. Esa prectica critics de descontextuslizar 1a poesia de Delmira, se puede comprobar en los dos comentarios que siguen. El primero es de Clara Silva y el segundo de Emilio Oribe. Aunque esos criticos no son estrictamente contemporéneos de la poetisa, expresan 1a opinion de los que lo ersn. Para Clara Silva, "los poemas de Delmira son la expresion de realidades interiores, universalmente humanas.... en cualquier tiempo y lugar.... que arraigan en lo esencial y permanente del ser.”s Para Emilio Oribe, con la poesia de Delmira: Se trata del enslisis de un lirismo autentico. Les influencias de las lectures o estudios de Delmira Agustini fueron externas e insignificantes, y se revelan en algunos giros o vocablos sin mayor valor, que se caen del resto de la obra.6 La propia Delmira contribuyo a que se le descontextuslizara a1 negar cualquier influencia en su obra. Por otra parte, tenis rszbn, dado lo que se entendia por influencia en la epoca. En 1911, en la unica polémica periodistica de su vida, Delmira negb vehentemente las influencias literarias que querian imputarle: ...segun el sefior Sux, se llegaron a inventar, no as con que siniestras intenciones, ciertas influencias de Dario, Lugones, Nervo .... Yo no 30 puedo otorgar con mi silencio esa blasfemia. (Silva 118) Entre 1910 y 1913, a consecuencia de la acentuacibn del tema erotico en su poesia, se le sgrega una nueva facets a la leyenda de Delmira: la de la autora como Pitonisa de Eros. Los criticos creyeron que lo erbtico en la poesia de Delmira era ls expresibn mes pura de su alma femenina. Como para los criticos, la poesia de Delmira no podia explicsrse desde la literatura, y como para ellos, Delmira era une posesa lirica que a1 escribir en estado de trance se comunicaba con lo mas profundo de su ser, fue casi inevitable su conclusion de que Eros y el alma de Delmira ersn una misma cosa. Les citas que presents a continuacibn, ordenadas cronologicamente, muestran cbmo esa conclusibn de los criticos subsistib haste hace poco tiempo. En 1912, Ruben Dario escribe: "Y es la primera vez que en lengua castellana aparece un alma femenina en el orgullo de su inocencis y de su amor, a no ser Santa Teresa en su exaltacibn divine."7 En 1930, Emilio Oribe escribe que la poesia de Delmira presents: El enigma de la posibilidad del genio lirico, manifestAndose en la poesia femenina.... es decir, 1a aptitud de la mujer para revelarse en la creacibn lirica, comunicando en el verso lo que particularmente 1e pertenece como don de su naturaleza y en grado extremo e intimo. (Silva 9E 167) En 1945, Carmen S. Rosenbaum escribe lo siguiente de 31 la poesia de Delmira: The essence and root of her originality consists in being the expression of a woman’s soul.... The affirmation of pure sexuality as the only reality, and its projection upon the universe, is the true character of the poetry of Delmira Agustini which, we believe, represents a modality of spirit which is typical femenine.... In the poetry of this young women love is an exclusive and all absorbent emotion which leaves room for no other, or which is the reason for being of all the rest. It appears in her in a spontaneous manner, as a product of her organic physiology.a En 1955, Federico de Onis comenta: No hey dude de que Delmira Agustini ha expresado con extrafia intensidad y exaltacibn su sentimiento del amor y que ha mostrado las profundidades de su alma apasionada y anormal con la sinceridad del delirio o trance inconsciente en que, segun parece, estaba mientra escribia.... Esta mujer ha convertido en arte verdadero las oscuridades de su profunda vida instintiva y subconciente. (Silva g: 160) A pessr de que la creencia de que la poesia de Delmira Agustini expresaba una manera femenina--universsl y etemporal—-de sentir o explorar 1s sexualidad subsistib haste hsce poco,9 ya en las decades de los afios cincuenta y sesenta los criticos empezaron a analizar la poesia de Delmira como ilustracibn de los conflictos personales de la autora. Aunque hay varies razones que motivaron esa nueva preferencia critics, ahora mencionaré solo una: la aparicibn en esa epoca de nueva documentscibn sobre Delmira. Ella les permitio a los criticos apreciar la complejidad y s veces irracionslidad del comportamiento de la poetisa. Apsrecieron primero varios baules que pertenecian a la 32 autora y que contenian los manuscritos de sus obras, varios objetos, entre los que estaba su famoss mufieca,l° y parte de su correspondencia. También, aparecib por otro lado, la correspondencia amorosa de Delmira y Manuel Ugarte y la de Delmira y otros hombres. Por ultimo, en esos sfios se entrevistaron a personas que la habian conocido. Les mes famosas de tales entrevistas fueron las que tuvieron Carlos Brandy y Clara Silva con Andre Giot de Badet, en 1955 y 1965 respectivamente.11 Le nuevs documentacibn sobre Delmira, a1 dar a conocer muchos detalles de su vida amorosa, tambien tuvo el efecto de acrecentar su fama de poetisa y de mujer obsesionada por lo erotica. La vida amorosa de Delmira comenzo con su noviazgo con Amancio D. Solliers, en 1906. La relacibn duro solo un afio y la ruptura de la misma causo tel consternacibn en la poetisa, que su familia se traslsdb ese efio a Sayago, suburbio de Montevideo. Fue alli, donde Delmira cultivb ls amistad de Andre Giot de Badet. En un articulo publicado por primera vez en L§_;gggg_ggggiglg, en Paris, en 1931, Giot de Badet escribe: Busco en el corazbn de Delmira: La Gloria comienza a alcanzarla; pero yo no descubre todavia e1 estremecimiento del amor. Asi pasan los afios. zElla vs a smar? aElla ama? Mis recuerdos responden: no. Ella no ama a nadie. (Silva 60) La noticia del cssamiento de Delmira 1e sorprendib muchisimo a Giot de Badet, quien describio su reaccibn de 33 la manera siguiente: Llegué a Europe, y no hacia quince dias que me encontrabe en ella, cusndo recibi vuestra carts, anunciéndome que ya estsrias casada en la hora en que yo ls leyera. Ouede estupefacto. No me habias hablado jamas de un novio, y jamas, viendoos no obstante tan frecuentemente, diariamente casi, habia encontrado un hombre joven en vuestro "entourage". (Silva 60) En su entrevista con Carlos Brandy, Giot de Badet sugirio que quiza Delmira habia sentido por el algo mes que una simple amistad: La madre de Delmira Agustini-~afiade M. de Badet--le expresb a la suya que Delmira habia estado enamorada de e1 (de Badet).... Luego M. de Badet me hace notar e1 tono de las cartas que 51 1e escribiera (la trata siempre de ”Chere petite soeur") y el contrasts del tono en que esta escrito el poema ”Les Voces Laudatorias” donde Delmira, refiriendose a e1, dice cosas como estas: "Su mirada me viste de terciopelo y fuego....", ”Su cuerpo hecho de petslos de placer y de encanto....", etc. En sintesis, y en su opinion, Delmira se caso por despecho. (Silva 62) Giot de Badet 1e dijo a Clara Silva que si e1 hubiera sospechado que la poetisa lo queria, "a pessr de que mis sentimientos para con Delmira ersn puramente fraternales, y nunca habiamos hablado de amor, si yo hubiera sabido eso, me hubiese casado con ella" (Silva 70). Clara Silva y Emir Rodriguez Monegal no aceptan la nocion de que Delmira pudiera estar enamorada de Giot de Badet. Bassn esa opinion en dos hechos. E1 primero era e1 bien conocido homosexualismo de Giot de Badet y el segundo era la correspondencia apasionada que sostenian entonces Delmira y Manuel Ugarte. Segun Clara Silva, el unico que ignoraba el 34 noviazgo de Delmira y Reyes, era Giot de Badet. Delmira comenzo su noviazgo can Enrique Jab Reyes en 1908. A esa relacion se opuso tenazmente la madre de Delmira. Reyes era rematador de haciendas, un hombre de culture limitada, y "maralista hasta el puritanismo", en la opinion de Clara Silva (Silva 52). La critics mes reciente de Delmira ha usada la relacion de Delmira para ilustrar la duplicidad vital de la poetisa. Carlos Martinez Morena y Emir Rodriguez Monegal explican las incongruencias de la relacion de Delmira y Reyes diciendo que Delmira, 1a poetisa, no podia soportar la vulgaridad de Reyes; pero que Delmira, ls nens, si. Clara Silva comenta sobre la dualidsd inexplicable entre, ”la delirante pitaniss de Eras, escribienda las versos de mes prafunda sexualidad que una mujer habia asada de hacer y publicar y la sefiarita que escribe esquelas de una trivialidad insipida en un lenguaje afectadamente pueril” (Silva GE 28). Le puerilidad del lenguaje de las cartas que Delmira enviaba a Reyes se puede comprobar en el ejemplo siguiente: Mi vida: Ya tiera, ya tiera, y ya tiera una cabecita de mi Quique que cabs men aqui adentra (Hay un corazbn dibujado). Si no la tene panto ya me muera de rabia. - Ya se part6 bien mucha. Y le diga mucho mena noche, mi vieja. Ya piensa siempre en Ouique y.... ya tiene ls cabecita de Ouique men chiquits. Panto. - Mena tarde, mi viejo. ~ Tu Nena. (Silva 27) Delmira firmaba esas carts camo Tu Nena, ya, a Delmira; a Veces las tres nombres juntos. AdemAs del infantilismo del lenguaje hay otras caracteristicas canstantes en la 35 correspondencia de Delmira a Reyes. Ellas son: ls insistencia con la que Delmira habla de su amor par Reyes y con la que le exige a el reciprocidad en el carifio; las canstantes alusiones de Delmira al peligra que se expane al enviar las cartas y par ultimo, la preferencia que muestra par ver a Reyes clandestinamente (Benvenuta 66-88). E1 matrimonio de Delmira y Reyes, se efectub en agasta de 1913. Ray varies indicacianes de que Delmira tenis graves reserves sobre la bada. En 1913, en una carts a Ruben Daria, Delmira le dice: ”He resuelta arrajarme a1 abisma medraso del casemiento. No se: tal vez en el fando ms espera la felicidad. iLa vida as ten rara! aQuiere Ud. dejar cser en un alma que acasa se aleja para siempre, uns sale palabra paternal (Silva 9E 33)? En una carts dirigids a Ugarte, Delmira describe an cassmienta de la siguiente manera: Lo que yo sufri aquella noche no padre decirsela nunca. Entre a la sale coma a un sepulcra, sin mes cansuela que el de pensar que lo veris. Mientras me vestian pregunte no se cuantas veces si habia llegado. Padria contarle todos mis gestos de aquella noche.... La hnica mirada consciente que tuve, e1 unica saluda inopartuna que inicie fueron para Ud. Tuve un reldmpago de felicidad. Me parecia un momenta que Ud. me mirabs y me camprendia. Que su espiritu estaba bien cerca del mia entre tada aquella gente malesta. Despues, entre besas y saludas, la unica que ya esperabs era su mana. La unico que ya deseaba era tenerle cerca un momenta. El momenta del retrato.... y despues sufrir; sufrir haste que me despedi de Ud. Y despues sufrir mes, sufrir la indecible. (Silva 9E 46) Rodriguez Monegal cite la recaleccion de Ugarte del dia de la bade: 36 Ann 1a vea, el dia de su casemiento. preguntAndanas a Zarrilla de San Martin y a mi, que eramas sus testigos: "--&Que haga? ..aMe caso?" La dude se decidib en afirmacian y pocos meses despues se abrib en sangre e1 epilogo que todos recuerdan en el Rio de la Plata.12 Al mes y media de la bade, Delmira abandonb a su marida y corrib a refugiarse en casa de sus padres huyenda, coma dijo varies veces, de la vulgaridad. Dado la correspondencia de Delmira y Ugarte, Rodriguez Monegal atribuye en gran parte 1a disalucibn del matrimonio, al amor que Delmira ssntiria par Ugarte. Delmira camenzb su correspondencia can Manuel Ugarte en 1910, cusndo le envio las dos libros que habia publicado en esa fecha. Ugarte 1e contestb con una carts elagiasa. No se conocieron sin embargo haste 1912, cusndo Ugarte, de peso par Montevideo, visito a Delmira frecuentemente en su case, en presencia de las padres de aquella. La correspondencia de las dos continua durante e1 periado del divorcio de Delmira que termina en 5 de junia de 1914. Les cartas que se enviaban Delmira y Ugarte ersn de indale amorosa, pero no hay ninguna indicacibn de que hays existida una relacion intima entre las dos. En las meses entre la separacibn de Delmira y Reyes en octubre de 1913 y la muerte de ambas e1 6 de julia de 1914, el comportamiento paradojica de Delmira parecia acentuarse ahn mes. La primera que acurria fue la multiplicacibn de las amares clandestinos de Delmira: la poetisa no solo mantenia una correspondencia amorosa can Ugarte, sino 37 tambien can otros hombres. Una de ellos fue Manina, un argentina cuya identidad se descanace. A pessr de que no se canacian persanelmente, las dos intercambiaban cartas de amor. Lo que es comun en la correspondencia amorosa de Delmira, es que sus galanes querian atribuirse la funcibn de ser e1 unico hombre capaz de entender a la poetisa. Manino le escribia a Delmira: "zone Ud. es dificil y rara!... Es mentira, es mentire. Na habra encontrado al hombre que la entienda" (Silva 72). Tambien ese galén 1e envio a la poetisa un poema suya escrito coma cantestacibn a1 poema "Serpentine" de Delmira. En su poema, Manino decia querer ser el fakir de la serpiente. Ugarte, par su parte, reaccianb ante el mismo poema de igusl manera que Manino. En una carts a Delmira, Ugarte le escribe: ”Sera vanidad a misteriasa presentimienta, pero siempre he pensada que la serpiente ondularia mejor si ya la acariciara" (Silva 42). Ademas de Manino y Ugarte, Delmira parecia tener en Montevideo dos a tres admiradares mes, a los que veia s distancias respetuasas, desde el balcan de su case. Durante esa epoca, Delmira tambien veia e Reyes, en un cuarto que este habia alquilsda en la casa de un amigo. Mientras que pnblicamente, las dos seguian las tramites de divorcio y se culpaban mutuamente, clandestinamente Delmira y Reyes se veian dos veces por semana. Adembs de esas reunianes, segun Clara Silva, las dos: ... se escribian cantinuamente esquelas, 38 secretes, coma sus entrevistas, coma si fueren dos amantes apasionados. Las esquelas de ella iban dentro de unas tubas de vidria, detelle extravagante, sin explicacibn, que no se canservan. Las familiares de Reyes, canservaban, si, después del drama, una de las cuadras pintedos par la poetisa, de las que decaraban la habitacibn.... Para Reyes. la habitacibn aquella, de las visitas, era una especie de santuaria de su pasibn donde mantenia su culto. Parque si hay alga indudable, evidente, es esa pasibn que mantuvo par ella hasta llegar al fin trhgica. (Silva 75) El fin al que alude Clara Silva ocurrio en ese cuarto, cusndo Reyes 1e disparb dos tiros a Delmira en la cabezs y luego se disparb e si misma. Delmira murib instantaneamente y Reyes dos horas despues en un hospital. La muerte de Delmira creb e1 ultimo aspecto de su leyenda: el de la mujer inmalade. Hay muchos criticos que creen que Delmira no fue una victims pasiva del asesinata-suicidia, sino una active participants del misma. Para Rodriguez Monegal, fue la misma Delmira la que planeb su muerte: La muerte de Delmira no as 8610 un accidents impuesta par el desvaria de un celasa. Can su doble personalidad y su doble vida, Delmira se preparb tan minuciossmente coma si ella misma hubiera seleccioneda las pOstumas fotagrsfias escandalasss, prevista la crbnica raja de las peribdicas. Ls Pitonisa y la Nena solo podian scabar fundiendase en esa doble imagen de la mujer inmalade. (63) Lo que parece sustentar la tearia de la participacibn de Delmira en su muerte son las frecuentes alusiones de la poetisa a1 destino trégica que presentia. Giot de Badet recuerda que Delmira, desde la adalescencia, habia repetida, "Yo sienta que mi vida acabara en uns tragedia." 39 y que varies veces 1e confeso: "serie incapaz de dsr un grito; me dejaria mater sin decir nada" (Silva 55 y 62). Tambien Delmira le escribia a Reyes durante la separacian de ambas: "Si no vamas a ser felices, es preferible marir juntitos" (Benvenuta 45). Par altima, par uns carts que Reyes 1e escribia a un amigo, se sabe que el asesinata fue un acto premeditada. La documentacibn que sparecib en las decades de las cincuenta y sesenta, al permitir un mejor conocimiento del caracter y vida amorosa de Delmira, cantribuyb a acentuar la tendencia de las ultimos criticos de ver a la poetisa coma un ser esencislmente neurbtica y de considerar su obra: a coma ilustracian de las conflictos personales de Delmira, a coma una tentativa de resalverlas. Sin embargo, esa nuevs tendencia critics as explica mejor par atrss das razones: par la distancia temporal entre esos criticos y la Delmira de carne y hueso, y por la divulgecibn y made del psicoanélisis. Can Delmira ya muerte, les fue mas fecil a las criticos sustituir el ciclo literaria de la obra, par el vital de la autora. Tambien, esa distancia les permitio interpreter algunos aspectos de la poesia de Delmira, coma ciertas referencias a la muerte y el ensuefio, a la luz del final trhgica de la autora. El psicoanélisis les dio a esos criticos las bases para canstruir una Delmira hipotetica que escribia: a para expresar sus conflictos, a para campensar sus carencias. Para explicar la obra de Delmira, las ultimas criticos 40 recanstruyeran a uns autora neurbtica siguiendo la siguiente secuencia de causalidad. Primero, analizaron e1 comportamiento de Delmira coma el de uns unidad subyacente, su ya profundo, organizada y motivado par el logra de cierto objetivo esencial para su sabrevivencia. Tambien, las criticos creyeron que todas las elementos de ese yo profundo ersn mutuamente dependientes y campensatarias. Para algunos criticos coma Emir Rodriguez Monegal y Carlos Martinez Moreno, sl objetivo del comportamiento de Delmira, y por ends, on ya profundo, era de naturaleza sexual; para atras, coma Manuel Alvar, Laura Teixeira Tarquina, Angelina Gatell y Doris T. Stephens, era de indale espiritual a psicolbgica.13 Segundo, esos criticos creyeron que en s1 caso de Delmira, ese objetivo de su yo fue imposible de obtener: a porque el media se la impedie (tearia sexual del ya), a por su naturaleza irresl (tearia espiritual del ya).H Tercero, par no poder obtener la que necesitaba, el ya entraba en un estado de carencia a1 que campensaba can otrs actividad: a escribienda poesia, a fugdndase de la realidad empirica a traves del ensuei‘io.15 Sin embargo, la naturaleza "irresl" de la actividad campensataria no alcanzaba para satisfacer las necesidades "reales" del yo. Asi, e1 cuarto peso y la conclusian de esos criticos fue que el yo profundo de Delmira fracasa en su intento de sabrevivir. La poesia de Delmira es asi, para ellos, el dacumenta del fracasa personal de la poetisa.16 Inversamente, la muerte de Delmira, serie e1 ultimo intento 41 de integracibn de su yo profundo. Par todo lo expuesta, se puede cancluir que las aspectos de la vida y personalidad de Delmira que mas parecieran contribuir a la crescibn de la leyenda fueron las siguientes: su precocidad, la camplejidad y a veces irracionslidad de su comportamiento, su vida amorosa y su final trAgica. La serie de especulacianes e interpretacianes criticas de esos datos biograficos y de la manera en que ellos supuestamente determinaran a a se reflejaran en la poesia de Delmira, canstituye la leyenda sabre su obra. La leyenda no solo abscurece la realidad estetics de la obra ds Delmira, sino tambien ls realidad historica de su autora. Muchos criticos creyeron que el comportamiento de Delmira era ebsurdo a patolbgica porque la entendieran de acuerdo a una unidad subyacente: e1 ya profundo. Eso se debe a la naturaleza de las teorias de personalidad que ellos sustentaban. Les investigacianes actusles sobre la mativacion, muestran que a veces e1 comportamiento esta afectedo par la percepcion inmediats (se come porque se ve camida) y par la conocido (la curiasidad surge de la extrafieza de un objeto nuevo; de la discrepancis entre la expectativa y la que se encuentra). Otras veces, la mativacibn es basics, modificanda simultAnesmente la percepcibn y el aprendizaje. El hambre hace ver la camida, sun donde no existe, a hace buscarla y aprender mados de alcanzarla. Asi, ni la 42 curiasidad, ni e1 hambre, ni e1 sexa, tendrian necesariamente una fuente unica. Parece existir en el ser humano un pluralismo de mativos y fuerzas, algunas rslativamente independientes de las atras, no tadas actives en un misma momenta, algunas de las cuales surgen par ciertas candicianes del ambiente. Par la tanto, no es plausible asumir que todas las facetas del ser humano esten mutuamente canectadas y que todo acto satisfags a un grupa interrelscianada de necesidades biolbgicas y psicologicas. No hay razon para asumir que el individua no puede lograr la integracibn de sus impulsos aunque vengan de fuentes diferentea y aunque hays conflicto entre ellos; pero tampoca hay razan para asumir que la desintegracibn del individua sea inevitable solo porque existan tendencies conflictivas en e1.17 Esas investigacianes sobre la motivacibn, hacen pasible dos nuevas maneras de analizar el comportamiento de Delmira. Ls primers padria ser e1 analisis de una serie de cambias en el comportamiento, que acurririan en una direccian especifics, pero cuyo desarrollo serie la serie misma de las hechas y no la de un ente subyacente. Can ella, se evitaria cser en una pseudo teleologia, en que las efectos de una actividad se canfundirisn con su propbsita. La atra avenida es el estudio de una serie de hechas vitales y su relacibn can otros factores, que en el casa de Delmira padrian ser su ambiente a su obra. 43 8- L§_Qh:s_de_yelsi§e_ésu§tiai En este seccibn discuta coma algunos problemas que la obra de Delmira Agustini presents para el reconocimiento de su unidad literaria y para su corrects interpretacibn, junta con la inadecuacibn de las teorias y metadas de enslisis de sus criticos para resolver esos problemas rssultaran en interpretacianes srbitrsrias de esa obra. Tambien, sugerire nuevas psutss para su interpretacibn. La obra de Delmira presents dos problemas para el reconocimiento de su unidad literaria y para su interpretacion. Ellas son: la existencia de numerasas ediciones de la obra y, especialmente, ciertas caracteristicas de la misma. Las distintas ediciones de la obra plantean problemas respecto a su naturaleza y alcance. Par naturaleza de la obra, me refiera a camo se le debe encarar: a como un ciclo anico y completa a coma una caleccibn de libros separados. Si 1a obra es un ciclo completa, debe necesariamente tener un solo tema; si es una calsccibn de libros separados, puede tener varios. Par alcance, me refiera a lo que se debe a puede incluir a excluir de ella sin alterar su naturaleza y significado. El problems del alcance es el de la "texture" de la obra: de si ella es 0 no compacts. Las caracteristicas de la obra de Delmira que presentan mes problemas para el reconocimiento de su unidad estetica y para su interpretacibn son: la naturaleza de su 44 lenguaje, de su farms y el hecha de que la obra parece describir un proceso subjetiva. En la intraduccibn menciané que durante su vida, Delmira Agustini publicb tres libros: §l_librg_blgggg (Montevideo: 0.M. Bertani, 1907), gagt9§_g§_lg_mgfigge (Montevideo: 0.M. Bertani, 1910) y Los celices vacios (Montevideo: 0.M. Bertani, 1913). Rate ultimo libro tiene un "Portico” escrito par Ruben Daria e incluye una advertencia de Delmira a1 lector, de que las nuevos poemas son un adelanto de un libro futuro, ng_ggtggg_ggl_abiggg, que para la poetisa, serie "cupula" de su obra. Despues de la muerte de Delmira, en ediciones postumas de sus ”Obras completes", aparecieran poemas que Delmira no habia incluida en sus libros. La primera de tales ediciones fue la realizada par Maximino Garcia en 1924. Sea edicion cansta de dos tamas: §l_§gggrig_gg_grgg y L9§_ggtrgg_ggl_gbiggg. Los dos tomas reeditan las tres libros publicados par Delmira y agregan poemas inéditas que, segnn e1 editor, fueron escritos entre 1913 y 1914; en el segunda toma aparece una serie de poemas de infancia publicados bajo el titulo Lg_slbgrgg§ .(ls. parte). La segunda edicibn pastuma es la oficial. publicads en 1940 y dirigids par Raul Mantera Bustamante. L§_§gigign_gfigial repite, en un solo tamo, las das de la de Maximino Garcia. La edicion que usa en este trabajo, llamada Egggigg_gggpl§tag, es de Alberta Zum Felde, can pralago suya, publicads par primera vez en 1944, par Losada. Esta 45 edician incluye ls mayor parte de las poemas que Delmira seleccianb para Lg§_ggligg§_g§gig§ ademés de otros que la autora escribib can pasteriaridad a ese libro.la La edicion mes reciente de las Egg§i§§_gggplgtgg es la de Manuel Alvar, publicads en 1971, par la editorial Labor. Esta edician salo contiene la poesia que Delmira publicb en .su vida. Para resolver e1 problema del alcance y naturaleza de la obra de Delmira hay que decidir primera cusl es la mejor edicibn de esa obra. Arturo Sergio Visca, cuya apinibn camparta, considers que la edicibn de ng_g§liggg_gsgigg de 1913 es la mas valiasa para un analisis critico de la obra de Delmira Agustini: Alli se halls la sustancial de su obra. Y es la poetisa misma quien, a través de su seleccion, lo confirms. Los poemas agregsdos en las dos tomas de Maximino Garcia tienen muy relativa interes e igual acurre con las desdefiedos par la misma poetisa al seleccionar de El libro blanco. Csbe sgregar, todavia, que no tada es ara poetica en el citada valumen. Pera es en ti donde se debe fijar la stencion. Ofrece, par atra parte, la suficiente amplitud coma para que el desenvalvimiento de la personalidad poetics de Delmira see bien visible, y es, al misma tiempo, la bastante cefiida coma para evitar e1 caas. Sabre este libro debe centrarse la atencibn del critico y el lectar. (6) Ray dos implicaciones en considerar a g! coma la mejor edician de la obra. Ls primera es que, coma dije en la intraduccibn, e1 orden que Delmira impuso al libro y la seleccibn de poemas que hizo para él, son indicias no sblo de la voluntad sntalbgica de la autora sino de la 46 naturaleza de su obra: de que ella debe verse coma un ciclo completa estructurada alrededor de Eros. Ls segunda es que el que Delmira desechera para esa edicion, poemas publicados can anteriaridad, es un indicio de que la estructura de su obra no es muy compacts. La multiplicidad de ediciones de la obra de Delmira fue parcialmente responsable de que cada critico manejara su propia versibn de la obra. Asi, par ejemplo, Carmen S. Rasenbaum y Manuel Alvar definieron ls obra de Delmira coma todo lo que la poetisa publicb en su vida. Doris T. Stephens, en cambia, definio esa obra coma todo lo que la autora escribib en su vida. Par 10 tanto, Stephens analiza en su tesis las poemas ineditos de infancia de Delmira. Otras criticos, coma Zum Felde. definieron la obra en base a la edician de 9! pero afiadieron las poemas ineditas escritos pasteriarmente a ese libro.19 Otras criticos, ni siquiera definieron ls obra, sino que tamaran de ella sala las poemas que encantraran interesantes. Esa es la posicion de Jeanette I. Valenti, par ejempla.3° La que hay que notar share, es que no imparts la que las criticos incluyeran a excluyeran de la obra de Delmira en sus enslisis, siempre caracterizaran 1a totelidad de la obra en base a sus prapias versianes de la misma. Pera, si la obra es unitarie, la que el critico incluye a excluya de ella vs a ser de gran importancia para su interpretacibn. Si el critico incluye demasisda, par 10 general no tiene en cuenta la ardenacibn y seleccion que Delmira realize en 9!, 47 y pierde asi e1 sentido de dicha obra. Si, por el cantraria, excluye demasisda, deforms no solo el sentido total de la obra, sino tambien el de la parte que analiza. Eso acurrib frecuentemente con las enslisis criticos sabre Eras. Coma el significado de Eras es contextual, es imposible entenderla sin referirse al resto de la obra.21 Tambien, muchos criticos intuyeron la unidad de la obra sin poder explicarla literariamente.22 Par la general, esa las lleva a a desplazar la unidad intuida de la forma de la obra a la psiquis de la autora23 a, a definir el tema de la obra par el supuesta motivo psicologico que llevaria a Delmira s escribir. Este concepto de tema es irrelevante e inadecuada para la interpretacian literaria.2‘ Sin embargo, la mayoria de las malentendidas sabre la obra de Delmira surgieran par ciertas caracteristicas ds la misma, que son: ls naturaleza de su lenguaje, de su farms y el hecha de que la obra describe un proceso. A la vez, la que impidib a las criticos reconocer la unidad de esa obra y su ilusion estetica fueron las conceptos que manejaban de forma y de fondo, de la naturaleza del lenguaje poetico y de la relacibn entre arte y realidad. Les psutss de interpretacibn de la obra de Delmira fueron establecidas por las criticos cantemporAneos a la poetisa. Ellas juzgaron esa obra de acuerdo a sus cananes literarias, que ersn las del primer modernismo. La obra de Delmira a1 cambisr muchas de las canvencianes del primer modernismo las descancertb. Las cambias mes importantes, y 48 mes descancertantes para las criticos de esa obra, fueron: las canvencianes de distancia, la naturaleza de las elementos referenciales del poema, y el tipo de experimentecion formal que hace Delmira. El arte del primer modernismo es sumamente abstracto, artificial, distanciada y experimental. El sabre-distanciamienta modernista era el mada en.qus e1 poets abligaba a1 lector a separar su experiencia estetica del poema, de cualquier otra experiencia ajena a e1. También, era e1 modo en que el poets modernista dirigia la atencibn del lector a las aspectos universales y formales del poema. La obra de Delmira parece acortar la distancia modernista entre lector y poema en farms radical. Delmira primera reduce, y luego elimina casi por completa, las elementos mes visiblemente srtificisles del modernismo, coma par ejemplo: su vocabularia cadificada, sus personajes fantésticas a exbticos, sus paisajes y acantecimientas temporal y/a especialmente alejadas de la experiencia cotidiana del lector. Del "anti-realisma" a distanciamienta modernista, Delmira llega a un aparente ”colaquialisma” en su obra.25 Eso se manifiesta sabre todo en la naturaleza de las elementos referenciales del poema: las objetos, conceptos, acantecimientas, denatadas par las palabrss de las poemas. Esos elementos son a veces muy simples, camo es el caso de: fuego, rose, sela, ya, tu. Otras veces, aunque simples, son muy abstractas, coma par ejemplo acurre can: vida, muerte, soledad, amor y miedo. 49 Tambien, el "calaquialismo" de la obra de Delmira se manifiesta en las apelacianes directas al lector, en s1 usa frecuente de interjeccianes, y en general en farmas especisles ds enfatizar palabras, cuyo efecto es el romper la distancia entre el lector y 61 poems. Muchos criticos reaccianaran a esos cambias, literalizanda la obra de Delmira, cerranda la distancia entre e1 arte y la realidad, y alvidando que las poemas ersn ficcibn. En otras palabras, Aesas criticos fueron victimas de la ilusion de realidad ds la poesia de Delmira. Eso acurria especialmente con el ya y el tu liricas. El "leitmotivo” de la obra de Delmira es el de una experiencia de relaciones y determinaciones mutuas entre un yo narrador, siempre presents en el poema, y un tn, siempre a distancia de ese ya. Muchos criticos creyeron que el ya lirica era la propia Delmira, y el tu, su amante ideal.26 Los cambias en las canvencianes de distancia y en la naturaleza de las elementos referenciales del poema, reflejan una nueva cancepcibn y usa del lenguaje y de la forma par parte de Delmira. En el primer modernismo hay cierta separscibn entre las aspectos sensoriales y canceptuales del lenguaje, y entre la visibn y el disefio del poems. Esos aspectos separados de la palabra y de la forms as resolvian par la general desde afuera. en el final lagrada del poems. Delmira trata ds resolver esos aspectos separados de la palabra y de la farms modernista desde las elementos mismas del poema. Para ella, estructura su 50 poesia en base de la imagen y la metéfara. La imagen le permits a Delmira unir en un misma vacabla las elementos sensoriales y canceptuales del vacablo, y el disefia y la visibn, en la forma. Lss formas de las poemas ds Delmira ss estructuran en base a las imagenes. Delmira ignore en cambia, e1 tipo ds experimentacibn que era comhn en el primer modernismo; can tipas estroficas, ritmas y rimas diferentss. Coma este era s1 unica tipo de experimentacion formal que las criticos cantempardneas de Delmira podian reconocer, a1 no encontrarla en la obra de la poetisa, concluyeron que esta no era un artifice del verso. Tambisn concluyeron que el valor ds la poesia de Delmira no rsdicsba en su forms, sino en la prafundidad de sus intuiciones, en su fonda. Les diferencias entre la obra de Delmira y las cenanes del primer modernismo con la que las criticos contemporaneas ds 1a poetisa juzgaron ese obra, arigineran tres juicios sabre esa obra. El primera, era el de la excepcionalidad de la misma. Entendian par ella, que la obra de Delmira tenis muy pace 0 casi ninguna relacibn can s1 modernismo. El segunda juicio ere sl de la naturalided a intimidad de la obra. Entendian par ella que la abre de Delmira era el testimonio directo ds su autora. El tercer juicio, era el que Delmira no ers un artifice del verso: la creencia de que sl estudio de la forma de sus poemas era irrelevante para su camprension. Los criticos que siguisran a las contemporaneas de Delmira convirtieron esos 51 juicios a creencias en axiamas. Par otrs parte, estas crticas cantinuaran con la misma perspectiva frente al arte (con las mismas teorias y metodos de enslisis literarias) de las primeras criticos de Delmira. Casi todas las criticos ds 1a obra ds Delmira se acercaron a ella dssde una perspectiva eststica del siglo XIX. Establecieron una dicatamie entre e1 fondo y forma de un poema (u obra total), y creyeron que el significado del poema estaba en su fondo, en la que sus palebras parecien denatar. La forma de cada poema (a de la obra total) no era mes que una estructura superpuesta sl fando, que no alteraba msyarmente e1 significado del poema. Asi, esos criticos interpretaron las poemas de acuerdo a su fanda. El fanda era para ellos sinbnima del tema del poema. Primero, localizsban ese fando en s1 titulo del poema 0 en una palabra a figure predominante del misma. Luego, interpretabsn s1 significado ds ese fanda estableciendo una correspondencia entre e1 titulo, palabra a figure predominante del poema y uno de esos tres elementos: 1) un hecha u objeto natural conocido e interpretado par s1 critico de acuerdo a sus sxperiencias practices y a su intsncibn; 2) un motivo secundaria o canvencional conocido e interpretada par s1 critico de acuerdo a sus lectures e intencion, y 3) un supuesta motivo psicolbgica de Delmira, tatelments inventado par e1 critico. En esss identificacianes, las criticos ignoraran par 10 general: el uso canvencianal de ciertas vocablos sn 52 la space de Delmira, las contextos modernistas que gabsrnaban sl significado de muchos ds ellos, y siempre, ignoraran las contextos y la estructura del poema que gabernaba el significado de esos elementos en el. Par esas razones, las estudios criticos nunca dejaran de ssr pseudoandlisis de la poesia de Delmira. Par esa tambien, esos enslisis invariablsmente terminaron par reproducir 1a realidad del critico. La primera manera en que muchos criticos interpretaron e1 lenguaje del poema fue establecienda una correspondencia entre un objeto del poema, par ejemplo una rose, y el objeto exterior que la palabra denote, la flor rose. Esta interpretacion del vacablo pastico es incomplete, y par la tanto squivacada, si e1 critico se queda salo can ella. Ademés, hay una variecibn. Mientras que para las primeras criticos de Delmira, e1 vacabla rasa aludia par la general a las flares naturales, a la naturaleza, para las ultimos criticos, en cambia, donde el poema decia rasa, ellos tendian a leer pasibn a sexa (Stephens 194, par ejemplo). La segunda manera en que algunos criticos determinaran e1 significado de un vacabla a motivo ds un poems fue establecienda una correspondencia entre este y su significado secundaria a canvencional. Asi, par ejemplo. muchos criticos tendieran a creer que el tema del poema "A una cruz" ere religiosa, ya que identificaron la cruz con su significado canvencianal. Sin embargo, ls cruz no tiene un significado religiosa en el poema, com ss vera ma tards. 53 El lenguaje paética ss desvia no 3610 ds las usas comunes de las vocablos, sino también de sus usas secundarias a simbblicos. La ultima manera en que algunos criticos identificaron el tema de un poema de acuerdo con el motivo psicologica que habria llsvado a la autora a escribirlo es, camo dije anteriormente, inadecuada para la interpretacibn literaria. Esa es par ejemplo, la posicibn de Doris Stephens, que explica el motivo y/o tema del "amante safiada” de muchos poemas de Delmira par la necesidad de la autora de campensar su soledad vital (152). A cantinuacibn, presenters algunos ejemplos especificos de la poesia de Delmira para mostrar la imposibilidad de determinar e1 significado a "temas" de las poemas, de acuerdo a la manera en que lo hicieron muchos criticos anteriores. En las ejemplos que siguen. se puede notar que las terminas canceptuales y estilisticas con los que Delmira describe el amor y el tu amorosa, tambien aparecen refsridas a otros objetos a "temas" coma la muse, le poesia a el pensamiento. Fuera del titulo de las poemas, no hay distincibn aparente entre las diferentea "temas", objetos a experiencias a los que alude el narrador lirica. Delmira ss dirige a1 mistsria, la envidia y sl tu de la misma manera: "Ven acercste a mi, que en mis pupilas / se hundan las tuyas en tenaz mirada". ("Misterio, ven", LB 81); "Mirams mucha, que mi mente inflemas / con la luz 54 fiera de tus ajas crueles...." (Ave, snvidia", LB 124); "Toda aqui la alumbran tus ajas de diamante" (dirigids al tu amorosa, ”El intrusa", LB 120). La idea de puents u objeto que camunique dos especias se express indistintamente a través de Eras, e1 pensamiento a la cruz: "Parque sabre s1 especia ts diviso, / puents de luz, perfume y melodia, / comunicando infierna y paraisa." (referida e Eras en "Ofrendando el libro", 93 43): "Si la cruz de sus brazas redentares / abarca el munda y acaricia el ciela!” (referida a1 pensamiento en "Rebelibn", LB 95); "Cruz que afrendanda tu infinita abraza / cabs ls silenciasa carretere, / pareces bendecir la tierra enters / y atarla a1 ciela coma un ferrsa laza!" (referida a una cruz, ”A use cruz", CM 133). Estas ejemplos sirven para mostrar la necesidad de atender a la forma y estructura de las imAgenes del poema, para un adecuada comprensibn de las mismas. Para entender el lenguaje poetisa de Delmira y determinar a que se refieren sus poemas hay que seguir atras psutss ds interpretacibn que las de muchos criticos anteriores. El primer peso para entender s1 lenguaje postico de Delmira es determinar las contextos que la autora lleva a su obra el comienza de la misma. Esta implica analizar sus palabrss teniendo en cuenta na salo las usas canvenciansles de esos vocablos en su epoca, sino tsmbién las usas secundarias de las mismas. Par ejemplo, muchos criticos 55 parecieran creer que el usa de las imAgenes erbticas era idiosincrbtica en Delmira. Esta no es asi. El usa de terminas eraticas era bastante camhn en la space y sociedad de Delmira, no pare referirse a1 eratisma necesariamente, sino coma vehicula para expresar otrs case. El usa mes tipica de esos terminas era para criticar a satirizsr esa saciedad. Ese es el prapbsita can que las murgas en las carnavsles mantevideanos del 1900 usaran esos terminos. Tambien, hay que tensr en cuenta que la vets erotics es una de las mes fuertes en el modernismo y que el eratisma en esa poesia no alude necesariamente a lo que parece nambrar. Voy a dar dos ejemplos mes que muestran ls necesidad de atender a las usas canvencianales (primarias a secundarias) ds las palsbras coma el primer peso para uns interpretacibn corrects de las mismas. Rodriguez Monegal interprets de esta manera la imagen de la estatua en la poesia de Delmira: "La vuelven a angustiar las estatuas, ella misma se sients estatua entre las manas. Su impatencis y su frigidez canvencianalmente impuestas, su mermal virginal, la angustian" (50-51). Rodriguez Monegal interprets arbitrariamente e1 simbala de la estatua, porque no tiene en cuenta que otros pastas de la epaca, coma Maria E. Vaz Ferreira, Alvaro A. Vasseur y Ruben Dario, usaran ese simbala de manera muy parecide a Delmira, coma lo indica Rosenbaum en sus estudios. La misma acurrib con el analisis del "snsusfia" a "suefios" de la poesia de Delmira. Ya ss via coma muchos criticos atribuyeran la existencia 56 del ensuefia o suefia en la poesia ds Delmira a la frustracibn personal de la autora. Esos criticos tampoca tuvieron en cuenta que las pastas modernistas muchas veces usaban las vocablos "ensusfio" y/o "suefio" para designer el acto creador. Mes importante sun que la simple identificacion de vocablos de acuerdo a sus usas comunes en la space en que Delmira empezo a escribir. es entender el concepto y usa del lenguaje en el modernismo. Lo primera que hay que natar es que en ese movimiento, muchas veces las palsbras no aluden a lo que parecen nambrar. La relacibn entre un vocablo del poema y la realidad exterior a el a la que padria referirse, es muy indirecta. Hay tres caracteristicas fundsmentalss en el usa de las vocablos en el primer modernismo. La primera es que el autor niega la autonomia conceptual y fbnica del vocablo ya que la use coma vehicula para estructursr su visian.27 Segundo, las vocablos del poema son par la general sinteticas, y par ultimo, e1 pasta las usa coma elementos en el disefia del poema. La naturaleza sintética del vocablo modernista se puede ver en la siguiente cite ds Herrera y Reissig: La abeja mire, huele, raza, aye palpitar y gusts la flar, con la que hers su alquimis, dulce ara. Tal es el artists. Si la gate ds miel sabrasa es una sintesis de diversss impresianes y evaca en nuestra espiritu distintas formas ds sensibilidad, la "palabra himétice" llamémasle, designs en si fenbmenas tactilss, alfativos, visuales, de audicibn y gusto, refinamisntos de una tarea y un intercambia con el media ambiente 57 ten lbgicas y tan quimicas coma las que existen entre el airs y el vegetal.28 La primera que se puede natar en esa cite, es la base sensarial del conocimiento, se esta aludisndo en tades las instancias a sensacianes. Lo segunda, es que en el ejemplo que usa e1 paeta hay dos objetos: la flor y la miel, y un sujeto, la abeja. La miel es la sintesis de las relaciones entre e1 sujeto y s1 objeto primaria ”flar". La palabra "himetica" se refiere tambien a la sstructuracibn del pasta de una multitud de sensacianes. Esa palabra no alude a1 objeto primaria, sino a1 modo en que ese objeto afecta a1 sujeto. Asi, el vocablo poetica siempre vs a evocar otrs case mes ella de si misma. Tambien Dario escribe: ”la palabra debe pintar e1 color de un sanida, el perfume de un astra, aprisiansr e1 alma ds las cosas."29 La manera en que las pastas modernistas usan ls palabra parece depender de dos fectares: de la que el poets considers el vehicula de la universal (e1 principio estructurente de la belleza que actua en su interiaridad) y que puede ser el simbala, el ritmo a la rims par ejemplo; a de la cantraria, de las influencias literarias que pesen en el pasta en s1 momenta de escribir (simbolisma, parnasianisma, etc.), que es muy parecido a la primera. Es la que indica Dario a1 escribir: ”He impuesta al instrumenta lirica mi voluntad del mamenta".3° De todos madas 1e intsncibn dsl poets es siempre la misma, la de desviar la atencibn de la palabra misma, para cancentrarla en su funcibn.31 Ls visibn a experiencia estética es una sintesis que 58 praviene de 10 multiple. El pasta modernista express simbblicemente esa sintesis en el dissfio del poems. El poema debe reflejar la armania ds las partes cansiga mismas y de las partes can e1 todo. En el poema, las palabras son las elementos con las que se estructura la sintesis, mientrss que la sintesis puede ~expresarse de varies maneras: en la atmbsfera, el tono a e1.ritma del poema, par ejemplo. La sintesis del poema dada par la atmbsfere del misma, se ve en "Era un sire suave" de Daria. La sintesis expresada por el tono de la campasicibn se puede ver en ”Sinfonia en gris mayor” de Dario y ”En un crama” de Manuel Gutierrez Rejera. Un ejemplo de sintesis a traves del ritmo aparece en "Las campanes" de Jase Asuncion Silva. El entender el uso de las vocablos en el modernismo debe alertar a1 lector de Delmira que aunque no se puede saber exactamente la que, por ejemplo, la palabra ”amor" designs en sus poemas, es probable que ella no alude a la que parece nambrar. y que la relacibn entre ese vocablo y atra realidad exterior sl poema, va a ser muy indirecta. El segunda peso para la interpretacibn del lenguaje poetico es entenderla deeds las contextos de la propia obra. Para ella, hay que natar las desviaciones a diferencias entre las usas comunes, genersles y anteriores de un vocablo (incluyenda sus usas esteticos) y el usa del vocablo en el poema. Uno de las indices de la creatividad de una obra, se encuentrs en la manera en que su lenguaje se desvia del usa generico ds las palabras. 59 Par ultimo, hay que tensr en cuenta que el vocablo paética trasciends, a1 vialarls, la funcibn referencial del lenguaje. La palabra poetics es un objeto sustancializado, particular y unico. Llegs a ser asi a traves ds la dinamics de las interrelaciones poeticas. Asi, las roses de Delmira son literalments roses poeticas: particulsres, unicas y concretas que no existen mas que en el poema. Pera, simultaneamente, sllss mediatizan una compleje realidad exterior. Para dsr un ejemplo especifico del usa de estas psutss en la interpretacibn de las vocablos en la poesia de Delmira, volvere el usa de la imagen de la "cruz". Dije anteriormente que aunque Delmira no use la ”cruz” ds acuerdo a su simbalisma religiosa, es dificil establecer can precision a que realidad ella alude. Es asi, porque la cruz funciana simultaneamente coma tenor y coma vehicula de la metéfore. El significado de la cruz es dificil de establecer porque coma tenor, ella alude a un sistema de relaciones puras. Si se trsduce ese sistema a un lenguaje referencial u ardinsria, se tiene una nacibn de cruce a interseccibn. Pero coma esa nocibn de cruce, e1 tenor de la metéfars, se express a través ds las caracteristicas sensoriales, literales y figurativas, de le propia imagen de la cruz (vehicula), e1 lector se encuentrs ante un universo poetico que parece eludir cualquier rsferencia a otrs realidad mes ella ds e1. A medida que la obra de Delmira progress, as acentha en ella ls tendencia a crear 60 un sistema unica de referencia. Desde el principio de la obra, se puede natar en ella, la existencia ds un grupo ds imAgenes, que coma la cruz, usan sus cantenidas sensoriales para indicar sistemas ds relaciones o valores poeticas. Pero en el desarrollo de la obra, aunque nunca se abandons el uso mstafbrica de esas imagenes, hay una acentuacibn del usa literal de las mismas. Ls obra de Delmira culmins en la creacion de un sistema total, de un munda a mito poetica auto referents. La llavs de ese mundo es el enslisis de la funcian, valor y contextos de las imagenes. Finalmente, quiera destacar que la naturaleza del lenguaje y de la forms no es lo unica que hace dificil la interpretacibn de la obra de Delmira y que ayuda a crear una ilusibn de realidad. La obra trata verdaderamente de un proceso que, a primera vista, parece ser el del desarrollo de una vida. En el apartada anterior de este capitulo mastre cbma algunos criticos intuyeron ese proceso. Sin embargo, lo explicaron coma el desarrollo de la psiquis de la autora. Mes ahn, la describieran de acuerdo a una secuencia arbitraria y aprioristicamente elegida par ellos, secuencia que luego impusieron a la obra.32 Lo anecdbtico, la historia a proceso que la obra de Delmira parece cantar se puede relatsr a dos niveles.33 En un primer nivel, de lecture superficial, la obra de Delmira parece cantar la historia del ya lirica 0 yo narrador. Ests es casi siempre un persaneje del poema y es une de las figures a través de las que la autora organize 61 sus experiencias y percepciones. Al principio de El_lib§9_blgngg e1 yo narrador parece buscar alga que no puede definir pero que sabe que esta en el futuro hacia el cual se dirige. Mientras espera 1a revelacibn que el futuro le traera, se entretiene ds diferentea maneras: paseanda y jugsnda con la muse, describiendals y recarriendo can ella u otros personajes, parques y paisajes. Cerca del final del libro, en la sale y frente a unas flares (”Nardas") el yo lirica tiene una experiencia que (el ya) sients coma nuevs y cualitativamente diferente de las que habia tenido anteriormente. Se trata de une experiencia de transformacibn, exaltacibn, aperture y luminosided que produce una sensacibn de repaso mecida en el ya lirica. Casi inmedistamente despues de ese poema empieza la serie Orla rose. En este serie se describe la misma experiencia que en ”Nardas"--sbla que esta vez las poemas nambran a un "t5" que parece identificado con el amor. Ese "tu amorosa" es la que s1 narrador esperabs encontrar desde el comienza de la obra: la revelacibn que el futuro le trasria. El encuentro del ya y el to se describe temporalmente como el "share". En 999t9§_ge_ls_se§aae y en L9§_9éligssuyegies el "shore" del encuentro del ya y sl to queda en el pssada, detrbs del ya narrador. Sin el tn, e1 yo narrador ss sients vacia y camprende que tiene dos apcianes: a dirigirse hacia el pasada, "caminar hacia stres", y vivir 62 ds/en e1 recuerda del encuentro can s1 tn 0, de la cantraria, ir hacia el futuro, en busca de atras relaciones, experiencias y quiza, de otro "to amorosa". Aunque el yo tama alternativamente ambas caminas,sin poder decidirss del todo par ninguna, lo principal de esta fase de la obra es la relativa falta de movimiento de traslscion del yo. Ests se sients en una situacibn laberintica: si mire hacia el pasado a el futuro se sients vacia par la ausencis del tu, que aparece proyectada a distancias inelcanzables par el ya; si mire en su propia interioridad, nota que el tu amorosa es parte suya, que esta incarparada en el (en el ya). Sin embargo, e1 ya tambien nota que el tu amorosa incarparada en el, es un tu que se desintegra y muere. En 9! hey una experiencia de renacimienta, can la aparicibn de Eras. Eras no es solo el amor, una copia del primer ta amorosa, sino un "tu" mayor que el primera. Eras es el puents que une el pssada y el futuro, la luz y la sombre, la muerte y la vida. Esta primera lecture de la obra es superficial par dos razones. La primera es porque identifica al ta unicamente con la amorosa, cusndo el concepto del tu es mucha mas amplia y campleja en la obra de Delmira. El tu es el segunda elemento a figure (la primera era e1 yo narrador) alrededor de la cusl 1a autora organize sus percepciones y experiencias. Segundo, esta lecture stiende unicamente a la dimensibn temporal-causal del poema, a la ardenacibn cranolbgica del proceso que sufre e1 yo. Esta ardenacibn 63 podria rsducirse a esta secuencia: 1) la que sucede antes del amor (LB), 2) con el nacimiento del amor (Q§l§_§9§§) A 3) despues del amor (QM:§V) y 4) en sl renacimienta del amor al aparecer Eros (9!). Si bien esta es en realidad ls estructura besics de la obra, pars entender ese estructura hay que atender a mas aspectos de la obra. Una lecture mas stsnta de la obra de Delmira revels que: 1) el proceso que ella describe tiene otrss dimensiones sdembs de la temporal causal a temporal cronolbgica, 2) las estructuras temporales no son las hnicas de la obra, y por ultimo que el tu y Eros no sluden a lo que parecen nambrar. lo amorosa, sino a la vida y naturaleza del arte y la subjetividad. Especificaments, el proceso que la obra de Delmira desarrolla tiene no ablo una dimension temporal causal y cronologica que avanza de un ”antes” a un ”share" a un "despues", sino tambien, tiene una dimensibn temporal ciclica que, coma las estacianes, vs eternamente de la luz a la sombre y de la sombre a la luz. Tambisn, desde sus comienzos, la obra desarrolla estructuras especiales. Ellas, que empiezsn par ssr simple magnitudes--la harizontalidad, la verticalidsd y la profundidad--entran luego en relaciones y correlaciones muy estrechas con las elementos temporales, y otros elementos de la obra y terminan par fijar las formas y estructuras de cada fase del ciclo o proceso que la obra desarrolle. El explicar ese proceso y las estructuras de cada fase de la obra es el objetivo ds los prbximos dos capitulos. 64 Ahora cabs destacar que para leer correctaments la obra ds Delmira hay que atender a todos sus elementos. C- Qeaglusiéa La leyenda es la historia de coma muchos criticos de la obra ds Delmira Agustini, al tratar de resolver ciertas problemas de interpretacion planteados por esa obra, desde uns perspectiva extrinseca a la literatura, y can algunss limitaciones metadolbgicas, fueron victimas de una triple ilusion: la creada por ellos mismas, la creada par Delmira y la creada par su obra. La de los criticos era una ilusibn de literalidad respecto al arte y la culture. Respecta sl arte, creyeron que la obra de Delmira reproducia literalments la psiquis de la autora; y que el lenguaje poetico aludia literalments a lo que las palabras denotaban para las criticos. Respecta a la culture, creyeron que las teorias que interpretabsn la realidad psiquica de un individua, reflejsban literalments 1a naturaleza de la personalidad. En otras palabras, las criticos se acercaron a las realidades simbblicas del arte y la culture dssde 1a perspectiva de un rsslismo ingenua. Como ellos parecien asumir que la interpretacibn de la realidad era idéntics a su naturaleza, no analizaron ni las contextos, ni las funciones, ni las sistemas en que las hechas o formas culturales existian. Par lo tanto, redujsron todo a un 65 solo piano 0 realidad: la suya. Esta actitud critics, los hizo suceptiblss de casr en la ilusibn que Delmira creo mas o menos conscientsmente sabre si misma, y la ilusibn de su obra. La funcibn estética ds la obra de Delmira es crear una ilusion de realidad. Para Warren y Nellek, esta consists en crear en el lector el efecto de que la obra es una lecture convincente ds la vida.3‘ Ese es el mito o ilusion del arte que la obra de Delmira sostiene admirablemsnte. Pero las lectores de ese obra la literalizaran y olvidaran que ella era una ficciOn o ilusibn. NOTAS Capitulo I 1 Arturo Sergio Viscs, "La poesia de Delmira Agustini," en legige_§gu§tigi, Cuadernos de Literature 1 (Montevideo: Fundacion de Cultura Universitaria, 1968) 3. En sdelsnte, referencias a1 libro aparscsran en el texto con el nombre del autor y el numera de pagina. 2 Clara Silva. EQ§1§Q-¥-ELQE1§-Q§-D§1!1E§-AE!§£iflii §g_yigg_y_§u_gbrg (Buenos Aires: Losada, 1972) 24. De aqui en adelante referencias a este libro aparecerbn en el texto con el nombre de la autora y el numero de pagina. 3 Emir Rodriguez Monegal. §§§9-!_29§§19_§a_§l 999_u§ugugyg (Montevideo: Alfa, 1967) 35~36. 4 Ofelia Machado de Benvenuta, lemirg_§gu§tini (Montevideo: Ceibo, 1944) 31. De aqui en adelante, referencias a este libro aparecerén en el texto con el nombre de la autora y el numero de pegina. 5 Clara Silva. 99929-2"£isusa_és_flelsira_éaystiai (Busnos Aires: Eudeba, 1968) 144. De aqui en adelante, referencias a este libro aparecerén en el texto coma: Silva, QE, y numero de pagins. 5 Emilio Oribs, Pgétige_y_£l§§tigg, 2 vols. (Montevideo: Bibliateca Artigas, 1968), l: 34. 7 Ruben Dario, portico. Lescsélise§-yagigs. de Delmira Agustini (Montevideo: Bertani, 1913). 3 Carmen S. Rosenbsum, Modern Women Poets of ————_—---.-—.——_——-—-.Q— Spanish America (New York: Hispanic Institute, 1945) —_--—-—_..--—_ 163-164. 9 Sarah Bolla dice lo siguiente ds Delmira Agustini en 1963: "Sus canciones de amor rarsmente tienen sentido sensual puss van orientadas hacia altos fenbmenos de transfiguracibn animica y espiritual en que se amalgama libido y alma para un experiencia superior muy completa y muy alejada del plsna meramente individual. Es un peldafio de la reza en su lsnta y dificil ascensibn a las alturas 66 67 del ser." (Dslaira-ézu§tiei; espiritu-de-eu-9§za-x-su giggifigsgigg Montevideo: Impresora uruguaya, 1963 13). En 1968, Jose P. Diaz escribe: "Una experiencia visionaria la aguijonea.... Surgen asi de ella mitos y simbalas que en experiencia personal no pudo crear, que son experiencias de especie mas que de una persona concrete." ("Sabre la experiencia poetics de Delmira Agustini" en lemigg_§gu§tigi, Cuadernos de Literature 1, 28). 1° Su mufieca, parece haber tenido gran importancia para Delmira. Clara Silva escribe s1 respecto: "Ese false infantilidad de su vida hogarefia.... puede tener su simbala en ese mufisca grands, de ajas azules, cabellera rubia, sncentada sanrisa, vestida de seda celeste, un poco parecide a Delmira, que ella canservaba coma preciosa reliquis de la nifiez, siempre sentada en un sillon de la sale, lugar que la familia sefialb en las fotagrsfias como su ’rincon predilecto’. En verdad, era como una imagen de ella misma, en su nifiez perenne y canvencional, presidienda aquel ambiente de anacronismo contradictorio." (Easiéa_2_zlgria 25). 11 Andre Giot de Badet era un escritor franco-uruguayo redicado en Paris, pero que vivio durante su juventud en Montevideo, en la primera decade del siglo. Pertenecia a una rica familia de origen francés, rsdicada en Montevideo desde fines del siglo XIX. Babitabe una mansion en Villa Colon, cerca de Sayaga, donde la familia Agustini tenis su csss quinta. Giot de Badet y Delmira cultivaron slli su amistad. Los dos viajaban juntas en ferrocarril, dos or tres veces por semana a Montevideo, donde Delmira ssistia a clases particulsres de pintura y frences. Las entrevistas a Giot de Badet tuvieron lugar en Paris, donde e1 residia. 12 Rodriguez Monegal, §§§9_y_pge§ig 64. De aqui en adelante, referencias a este texto aparecerAn con el numero de pegina unicamente. 13 Hay que natsr aqui que todos los criticos menciansdas basan sus analisis en la nocibn de la personalidad dividida de Delmira, concepto que les llega s traves de la leyenda. Esos criticos solo difieren respecto a las causes que encuentran para esa division. Para las criticos que atribuyen uns naturaleza sexual al yo profundo, coma es el caso de Rodriguez Monegal (en §e§9_x_299§1§) y Carlos Martinez Moreno (La_9tra_!itaé Mexico: Joaquin Mortiz, 1966 ), e1 canflicta besico ds Delmira es es del sexo reprimido. Para los que atribuyen una naturaleza espiritual a1 yo profundo, la division de la personalidad de Delmira es sxprssiva de un conflicto entre la realidad y el suefio, es decir, entre la real 0 posible. y la irresl a imposible. Asi, para Manuel Alvar ("La poesia de Dal-ire Agustini". §§t9g19§_ésezicaags [Seville . VII 1954 } 667-690), para Angelina Gatell ("Delmira 68 Agustini y Alfonsina Storni: Dos destinos trAgicos", Quaderass_fli§passas§risages. LVIII 1964 583—594). V Para Laura Teixeira Tsrquino ("A poesia de Delmira Agustini", Diss. Stanford 1968), Delmira buscaba un objeto imposible de obtener: un amor sabrshumano. Para Doris T. Stephens, Delmira buscaba un transcendencia o mes ella imposible de obtener ("Delmira Agustini and the Quest for Transcendence," Dias. Tennessee 1974). 1‘ Los argumentos ds Rodriguez Monegal y Martinez Moreno, praponentes de la naturaleza sexual del yo profundo de Delmira, pueden sintetizarse de la siguiente manera. El ambiente de Delmira no ls permitia a la poetisa una manifestacibn normal de su sexualidad. Ese hecha llevaria a la poetisa a una divisibn vital: de un lado, la nena adeptada a las reglas sociales, del otro, la poetisa que en su obra explore el sexa, tsba del novecientos. El media, serie la cause de la dualidsd entre nena y poetisa de Delmira, y la poesia serie para Delmira una forma ds expresar su rebeldia y de campensar sus carencias: 1a hnica forma pasible de libertad que tenis a su alcance. A cantinuacian, presenters una cits de Manuel Alvar, que es un ejemplo de las argumentos de las praponentes de la naturaleza espiritual del yo profundo de Delmira: "No es la retbrica de las romanticos lo que Delmira nos ofrece, sino la subjetividad incontenida y la felts de cohesion entre el munda interior y la realidad circunstancial.... El fracasa personal ante la realidad vivida y la relidad intuida lleva, siempre, a buscar la evasion en el ensusfio; de ahi, que este elemento irracianal del que he hablado antes, sea una especie de Ssturno a de Penelope en la lirica de Delmira: va a fomentar y engendrar su mundo de anhelos y cusndo fracasa par incapacidad real, ls devora, y trata de crearse otro camina par el que puede huir de la realidad a valverse a acercar a ella. Todos esos mativos son aspectos del hnica problems que ss encuentra en la lirica de Agustini, el del amor." (681). Es necesario natar, que estas criticos de Delmira nunca distinguen entre e1 ensuefio coma actividad campensataria del yo profundo, es decir coma ggtg de safiar hecha par el poets; y, s1 ensuefio coma tema de la poesia de Delmira. Tampoco distinguen entre la poesia coma actg de escribir realizado por el pasta, y, la poesia coma tema de muchos de las poemas de Delmira. 15 Para algunos de esos criticos. s1 ya profundo de Delmira intentsba a veces otros caminos ds evasion adsmés del snsuefio, pero siempre con las mismas rssultadas. Manuel Alvar persceria indicar que s1 amor en la poesia ds Delmira viene despues del fracasa del ensuefio poético y tiene sus mismas raices. Para Doris T. Stephens, ls evasibn ds Delmira sigue cronalbgicsments cuatro vies ds escape: la poesia, las susfios, s1 amor y finalmsnts la muerte. Esos cuatro elementos son los temas que Stephens encuentra en la obra de Delmira. Esos temas estsrian 69 unificados por uno mayor: la basquede de transcendencia. Asi, Stephens escribe: "In her quest for transcendence Delmira turned to poetry, to dreams, to love and ultimately to death. Although her desire for the_g§§_§llé was never satisfied during her lifetime, the beautiful account of her hopes and her aspirations lives on sixty years after her death, for through her poetry she has achieved a transcendence of which she undoubtedly never even dreamed." (252—253). 15 El ensuefio coma via de evasibn; su inutilidsd pare satisfacer las necesidades reales del yo profundo de Delmira; y, el fracasa final de ese yo, se verbn en las cites ~que siguen. Otro ejemplo de la creencia critics ds que el ensuefio era una forma de svesibn para Delmira, se puede noter en esta cits de Stephens: "Delmira’s quest for transcendence through dreams can be seen in her earliest work. She uses the term_§u§§9 and_gn§ggfig frequently and interchangeably to indicate her ardent desire to escape from reality into an imaginary world.” (126). Pare muchos criticos, Delmira no 3510 se escapaba de la realidad e traves del ensuefio, sino que tampoca podia distinguir entre realidad y suefio. Rosenbaum escribe: "Dreams are more than a theme to Delmira Agustini for her entire work is born of that indistinction, ever apparent in her, between dream and reality." (103). Stephens escribe: "While in some of her poems Delmira is able to escape into the world of dreams, and in others she is forced to face reality, on occasions the poetess cannot distinguish between the imaginary and the real. This confusion can best be seen in the poems which treat the theme of the dream lover, the most significant of the inhabitants of Delmira’s imaginary world." (148). Angelina Gatell escribe: "Ls realidad y el suefio se encuentran y combaten par esa diosa belle y torturada que ya no sabe delimiter sus propias sensacianes. que no sabe distinguir la frontera donde esa realidad concluye y ese suefio empieza." (585). Par hltimo, e1 ensuefio no sirve de escape sl yo, y este fracasa. Gatell escribe: "1a imaginacibn de la poetisa no es mes que un profundo y doloroso fracasa, atero y tumba se sus ensuefios." (586); y, Rosenbaum comenta lo siguiente del poema "Vision": "This poem synthesizes the tragic failure of Delmira’s life——for she was always imagining that she was about to ’lay hold’ of an ideal, only to find frustration in another vain, barren dream." (106). ‘7 Esta seccion esta basada en las analisis de Maurice Msndelbaum, fligtgry,"flag, engagesson (Baltimore: Johns ”A. .... Hopkins Univ. Press, 1976) 102-103. 18 Delmira Agustini, Eggsiasuggmplgtag, prol. y sel. Alberto Zum Felde, 4a. ed., (Busnos Aires: Losada, 1971). Los numeros ds pagina que aparecen en la transcripcibn de poemas en esta tesis se refieren a esta edicibn. Los 70 poemas pbtumos de Delmira que Zum Felde agrupb con el nombre de El rossrio de Eros aparecen en este trabajo ——~.——-o-.—----——._——o—.-_ abreviados coma RE. ‘9 Par todo ella, se padria decir que las mejores ediciones de la obra de Delmira son las que es basan en la de L9§_g§lige§_g§gig§. No se deberia incluir en la obra ni los poemas ineditas anteriores a g! ni las desechados para esa edicibn. Una buena edici6n puede, sin embargo, incluir las escasos poemas sabre Eros escritos con pasteriaridad a 9! y tambien desechar algunos de las poemas que aparecen en 9!. Elegi la edicion de Zum Felde para este trabajo porque ella cumple con todos esos requisitas. 2° Jeanette I. de Guzman Valenti, "Delmira Agustini: A Reinterpretation of her Poetry,"(Diss. Cornell 1971). 21 La gran mayoria de las criticos de la obra de Delmira se concentraron en el tema erbtico, excluyendo de sus enslisis grandee partes de esa obra. 22 Eso se puede noter en la opiniones criticas contradictarias sobre la naturaleza de la unidad de la obra. Asi, por ejemplo, mientras que para Carmen S. Rosenbaum la obra de Delmira tiene unidad estilistics pero no tematica, para Laura Teixeira Tarquino lo contraria es verdad. Elle encuentrs que la obra tiene unidad tenetica pero no estilistics. 23 La unica critics que rehuso explicar 1a obra de Delmira a partir de la psiquis de eu autora fue Jeanette I. de Guzman Valenti. En su trabajo, ella encuentrs que hay un solo tema importante en la poesia de Delmira: e1 eratico; y un subtema: la poesia. Sin embargo, par no encarsr la obra como un ciclo anico, ese critics no puede explicar satisfactorismente 1a rslacibn entre el tema erbtico y el subtems-poesia. Valenti llega a una explicacibn bastante circular al decir par un lado, que la poesia (coma tema) crea visiones eccesibles 3610 par el amor, y por otro, que el amor es un misterio revelado par la poesia. ("Delmira Agustini: A Reinterpretation of her Poetry"). 2‘ 030 el termino intencibn de acuerdo a la divisibn del misma que realize Dorothea Krook. Pare ella, hay tres tipas de intencibn: 1a intencibn sujetiva del autor—-lo que este conscientemente se propusa hacer; la intencion objetiva de la obra-~la que se puede inferir de su estructura; y, una tercera casi-intencion--e1 motivo psicologico, subconscients o inconsciente del autor--que 1e llevaria e escribir. Para Kroak, cuya opinibn camparta, la unica intencibn relevante para la critics literaria es la objetiva, la desarrollada en la obra. La interpretecibn correta de esa intsncibn, es la interpretacibn corrects y 71 complete de la obra. Dorothea Krook, "Intentions and Intentions: The Problem of Intention and Henry James’ "The Turn of the ScreW" in The-Thegrx"9£_£h9-Bgyels_flea_§§§a!§. ed. John Halperin (New York: Oxford University Press, 1974) 353-372. Voy a reproducir un pasaje de esta autora, en que se analizan las distintas tipos de intencion y es muestra por que la intencion o motivo peicolbgico de un autor es irrelevante para la critics literaria. "The psychological motive, or one of them, that impelled Shakespeare to write Hamlet may have been the need to liberate himself from a profound secret disgust with his own mother for some nameless moral crime she had committed. But this would obviously not be the same as any attributable authorial intention, either of the whole play or of the Hamlet-Gertrude part of it: say, that of writing a play (another one) about the desperate inner conflicts created for a sensitive, imaginative, intellectual young prince by his obligation to assume the responsabilities of princehood in a polity which appears to him corrupt and deeintegrsting; and (in the Hamlet-Gertrude story) that of showing the exacerbation of the prince’s spiritual torments by the shameful conduct of his mother the queen. And if the hypothetical psychological motive or intention of Hamlet is different from its ascribed authorial intention, how much more different is it from the play’s objective, "enacted” intention: the total conception or design inferrable from the play itself." (353—354). 25 Las camillas aparecen porque todo el arte es no-realista en ultimo grado, es decir, imaginaria. La diferencia entre estilos es una diferencia en el uso de canvencianes artisticss o modos de ilusibn. 25 La identificacibn del to sin nombre con el amante ideal o sofiado por Delmira es comun can muchos criticos de la obra, no solo con las contemporéneos de la poetisa. Se ve por ejemplo en Angelina Gatell y Alberto Zum Felde, entre otros. Sin embargo, Doris Stephens sugiere que ese tn puede ser una proyeccibn del "yo" de la autora, un doble. Linda Kay Davis va ann mes lejos y considers que el amante ambiguo ds Delmira ("tfi" de muchos poemas) puede ser una transferencia hecha por la poetisa de un estado psiquica suya a un "otro". (”The Imaginary Voyage of the Poetry of Delmira Agustini," Dies. Stanford 1981). Esas dos utimas posiciones son semejantes a la sustentsda en este trabajo, donde se considers que tanto el "yo" como el "tu" son aspectos de une misma subjetividad. 27 El posts modernista trataba el lenguaje como una materia inerte con la que trabajaba, como el escultor con el mermol, para reconstituir o expresar su vision del mundo, que el poets creia identica a la naturaleza del mundo. Pero el lenguaje, si bien es la materia de la literatura, no es inerte como el mermol. Es una creacibn 72 humane de naturaleza simbblica. Antes de que el poets use las palabras en sus poemas, sllss ya existen coma hechas culturales, es decir, dotadas de significados. Este canflicto entre los significados convencionales a hebitusles del vocablo y las significados poeticos o contextuales del misma, es inherente o esencial en la poesia. Pero a diferencia de pastas de otros periodos, los modernistas buscaron anular o negar los significados convencionales de las palabras, para reconstituirlas de acuerdo a su voluntad. Muchas veces tuvieron exito, especialmente cusndo usaron neologismos, palabras exoticas, formas de expresion inauditas. En esos casos, no habia conflictos entre la que el poets queria expresar a través del lenguaje y la naturaleza de ese lenguaje. Pero otras veces, especialmente cusndo usaban vocablos comunes, sin aceptar su autonomia (existencia fuera del poema) fbnica ni conceptual, inevitablemente habian conflictos entre las aspectos sensoriales y canceptuales del vocablo, entre la que el poets queria significar con el vocablo, y lo que este significsbs y evoceba en el lector. Ee par ella, que en muchos poemas modernistas las palabras sugieren fanics y/o conceptualmente significados incompetibles uno con el otro, cuya resolucion en el poema, el lector encuentrs arbitraria o inorgénica. Esta misma es puede explicar de acuerdo a la naturaleza sintetica del vocablo u objeto modernista. El poets primera descomponia el vocablo en varies facetas del misma. Par ejemplo, descomponia la palabra "hielo" de acuerdo a sus componentes fanicos, o a lo que susciteba en el poets, que podrie ser: frio, blanco, quietud, muerte. Luego, el poets usabe uns o mes facetas de ese vocablo para reconstruir un todo o disefio del poema, que no era precisamente e1 "hiela", sino la muerte par ejemplo. En ese caso, el poets podria usar dos facetas de "hielo": la muerte y el blanco. Pero aunque el poets no lo quiera, e1 vocablo "hielo" va a expresar en el poema otrae facetas de su naturaleza, no unicamente la que el poets elige para el. El vocablo se hace asi independiente de la voluntad del poets y reefirma su autonomia en el poema; ademés de entrar en conflicto can otras palabras sinteticas del misma. 28 Julia Herrera y Reissis. £59§a§._sritisa._gssatgs y_g9!ent§§igs (Valencia: Cervantes, 1918) 100. 29 Citado par Octavio Paz en Quagrigig (Mexico: Joaquin Mortiz, 1965), 2a. ed. 20. 3° Ruben Dario, Qb§s§_ggmplet§§ (Madrid: Aguado, 1953), V, 957. 3‘ En terminos generales, la funcion basics del vocablo modernista es sugerir o evocar la experiencia estetica del poets. El poets modernista simplificabe o abstraia su experiencia estética (percepcibn) para 73 expresarls indirectamsnte en el poema. La calidad o valor de esa experiencia perceptual (visibn poetics) y la naturaleza de la sintesis que el poets realizaba en ella, era lo que determinsba la funcibn y la naturaleza del vocablo en el poema. El poets, imponiendo "su voluntad del momenta" elegia e1 vehicula mes adecuada pare su expresibn. 32 Ver cites 14, 15 y 16 en las notes de este capitulo, peginas 68~69. 33 Esta rendicibn de lo anecdbtico es mi propia versibn de la historis de la obra. Ningun otro critico lo analiza en forma parecide. 3‘ Warren y Hellek, Ihggry_gf_§iter§ture (New York: Harcourt Brace, 1962), 3rd. ed. 213. CAPITULO II LA ESTRUCTURA DE LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI: 1A PARTE LA VISION TRANQUILA En el capitulo anterior, dije que la obra de Delmira trataba de un proceso y que este era e1 asunto de la misma. En este capitulo y en el siguiente busco mostrar que el proceso que la obra describe es el de la vida de la imaginecibn y la forme y que las psutss de ese proceso son las que determinan la estructura de la obra de Delmira. Se puede dividir ls obra en dos partes. Le primera, que se eetudia en este capitulo, incluye todo §l_librg_blgggg y culmins con la metAfora del amor al final del libro; 1e segunda, que se explica en el prbximo capitulo, camprende e1 resto de su producciOn (CM, 9!). A la primera parte la llama "La vision tranquila", por el predominio en ella de imégenes calmas y luminosas; a la segunda, "La visibn violenta", por sus imAgenes sombriss y violentas. Dado que la obra de Delmira describe el proceso que es la imaginacion y el arte, ls estructura de esa obra sigue las psutss de ese proceso. Este es inicie en 74 75 §1_librg_blgggg y termina en los ultimos poemas de Eros, en L9§_g§li§e§_gggigg. Por lo tanto, la explicacibn de la estructura coma configuracibn total y rslativamente estética de la obra solo se podra hacer al final del prbximo capitulo. Lo que as here en este y en el siguiente es mostrar primera, la configurscibn de una estructura primaria, sus elementos y la relacian entre ellos, y luego, mostrar las transformaciones que sufre esa estructura primaria u original a través del tiempo. Esta estructura primaria de la obra se define al final de LB, con la aparician de la metafora del amor. Cada una de las dos partes o fases en que se puede dividir la obra consta de sub-estructuras. Como para Delmira e1 proceso de creacibn se funds en un acto, las sub-estructuras de cada fees no son mes que diferentea maneras de concebir el acto de creacibn. En la primera parte de la obra, esas maneras y las sub-estructuras que resultan de sllss, son dos: la mirada (crear es prayectar luz) y el reflejo. En la segunda parte, hay mes sub-estructuras que se analizarén en el proximo capitulo. Este capitulo esta dividida en cuatro secciones. En la primera se presents lo que Delmira lleva a la obra en su comienza. Se discute aqui la tradicibn modernista y las intuiciones y preocupaciones de la autora. En la segunda, se discuten los principios de organizecibn de toda la obra y su "leitmotivo". En la tercera seccibn se analiza LB dssde sus 76 comienzos haste la eparicibn del amor. Se describen aqui los elementos eetructuralee de ese libro: el tiempo, el especia y la relacion yo-tu. Tambien ee discute la elaboracion del ideal poetico de Delmira que empieza en esta parte del libro. Par ultimo, se describe e1 concepto de creacibn coma mirada. En la ultima session as presentan las poemas de les_rg§s, el concepto de la creecibn como reflejo y la apsricibn de la metafora del amor. Tambien, se explica como esta metAfora express el ideal poetico de la autora en la primera parte de su obra. En estas dos ultimas secciones, tambien se comparan algunos fenbmenos que aparecen en la poesia de Delmira can procesos no-poeticos y externas a la obra que describen la naturaleza de la subjetividad. Con ella, se busca reforzar 1a idea de que la obra trata de la naturaleza de la subjetividad. Par altima, en estas dos secciones se presentan las sub-estructuras que sllss describen de dos maneras simulténeas: coma configuraciones nuevas, fijas y unicee y, tambien, coma productos de lo que las procede y del proceso de elaborecibn y concentracion poetics rsslizsdo par la autora. A- Delaira_éeustin;-99-19§_seaieuzea_ée_§9_9§rao En este seccibn se sites a Delmira en el modernismo y luego se analiza uno de los primeras poemas de LB. Lo 77 primera explica coma Delmira intensifies y/a shonde en el modernismo al ir mas ella del enslisis de la percepcibn, preocupacion central en ese movimiento, para llegar al de la estructura de la subjetividad. Tambien, e1 ubicar a Delmira en su tradicion literaria ayuda s entender y explicar las conceptos de forma y arte que ella suetenta. . El enslisis del poema "Una chispa" (LB) permite delucidar lo que preocupaba a la poetisa y lo que ella intuia a1 camenzar su obra. En este poema, Delmira asocia e1 acto creador con una experiencia de luminosided: crear es percibir la luz. Tambien, se ve en el la preocupacibn de Delmira por lo que sucede s1 poets antes y despues del acto creador. 1- Qslsira_éssstiai_x-el-29Qerais99- Delmira Augustini pertenecio a la generacion literaria del ’900 que fue la mes decisive para la formacibn de la culture uruguaya. A esta generacibn pertenecieron tambien Jose E. Roda, Horacio Ouiroga, Javier de Viana, Florencia Senchez, Maria Eugenia y Carlos Vaz Ferreira, Julio Herrera y Reissig, Carlos Reyles y Alvaro A. Vasseur. La obra de cada uno de ellos reflejsba el influjo directo de casi todas las esteticas que se debatian en squel momenta en Paris: el naturalisma, en la renovacion teetrsl de Florencia Senchez a en el relato gauchesco de Javier de Viana, e1 simbolisma en Herrera y Reissig, el parnasianisma en Alvaro A. Vasseur y el rsslismo expresionista y 78 simbolieta a la manera de Edger A. Poe en Horacio Quiroga. A pessr de las discrepancies esteticss de la generscion, su pensamiento tenis rasgos comunes que se ubicaben entre e1 positivismo y el idealismo, con un gusto decidida por el desafio enerquico, la bohemia, el dandismo y la necesidad de contagiaree mutuamente en cenhculos y pefias literarias. Tambien compartian uns creencia absolute en el poder del arte y la palabra. Aspirsban a una creacibn a la vez personal y universal, y experimentaban cantinuamente con el lenguaje y los medias expresivos. Son probablemente esas caracteristicas las que llevaron a Emir Rodriguez Monegal s decir que la sensibilidad de la generacion del 1900, "encuentrs su ambito en el modernismo."l Eete critico define e1 modernismo como un movimiento de renovacion literaria, sxprssiva de la mentalidad de la epoca, mas que como escuela literaria. Ese definicibn del modernismo coma movimiento le permits a Rodriguez Monegal incorporar en e1. ”un conjunto de corrientes que en las letras y el pensamiento europeo se presentaban desvinculadas y, s veces, antagonicas"2, y encontrar asi un comhn denominsdor para la generacion del ’900. Alberto Zum Felde tambien sustenta uns posician muy parecide a la de Rodriguez Monegal.3 Casi todos los criticos de Delmira Agustini tambien 1s han relacionado vagamente con el modernismo, pero ninguna de ellos, con la posible excepcibn de Manuel Alvar,“ he considerada la importancia de ese relacibn. En la dnico en 79 que parece existir un acuerdo critico es en considerar a Delmira coma poetisa poet-modernista o modernista tardia. Ese acuerdo surgio del uso de criterios cronologicos de clasificacibn par parte de algunos criticos. Para muchos, Delmira era post-modernista porque el modernismo era un estilo ya esteblecido cusndo ella comenzo a escribir. Tipica ds esa posicibn es la siguiente observacibn de Doris Stephens: Delmira was ten years old and beginning to write poetry when Dario published his Prggag_£ggfgnsg in 1896. It is natural that she would have used the vocabulary and style that was prevalent at the time.5 Este criteria cronologico de clasificacion no tiene en cuenta que el modernismo llega terdiamente a1 Uruguay y que la produccibn de Delmira esta muy prbxima temporalmente a la de Herrera y Reissig, a1 que se le considers en cambia un poets modernista. El descuidar las relaciones de Delmira con el modernismo he llsvado a une lamentable confusion respecto s1 significado de su obra. Ese descuido es entendible par dos razones. Ls primera razbn, que ya snalice, es la leyenda que rodeo s Delmira. La segunda razon, que es la fundamental, es que cede critico define el modernismo de distinte manera. Par ella, hay que definir e1 modernismo para entender la obra de Delmira Agustini. En la discusibn que sigue del modernismo se asume que hay dos momentos en el desarrollo de ese movimiento. El primera coincidiria con la formulacibn de una estetica del arte por el arte, el segunda con el debilitamiento de las 80 creencias que sustentaban esa estetica. La prbximidad o alejamiento de las pastas modernistas de las premises de esa estética puede ayudar a ubicarlos en ese movimiento. Asi, las pastas modernistas serian los que eaten mas cerca de los postulados de la estetica del arte por el arte, los modernistas tardios lo que estén mas lejos, y los poet-modernistas, los que abandanan muchas premises de esa estetica. De esa manera, se puede complementar e1 criteria cronologico de clasificacion de los pastas modernistas y post-modernistas. Este nuevo criteria no solo sirve para comparar a distintas autores, sino tambien para entender la evolucion de la obra de un solo autor. Les modernistas proponian e1 arte por el arte, es decir, un arte autbnomo, dedicado a lo bello y expresada con un nuevo sentido y sonoridad del lenguaje. La autonomia del arte exigia la distancia del artists de la saciedad. la naturaleza y su propia obra. Los modernistas consideraban que la unica responsabilidad del artists era hacia su arte y que el fin de este era la belleza. Par ella, buscabsn eliminar del poema criterios objetivos de verdad, moralidad o utilidsd que pudieron interferir en la expresibn de la belleza. Esta era e1 unico criteria por el que se debla juzgar el arte. La estetics del arte por el arte modernista se apoyaba en dos conceptos: en la idea de la imaginacibn creadora o constituyente del poets y en el de la autonomia del objeto estetico.7 81 Los modernistas creian en la infinitud de la imaginacion creadora del posts, a la que tambien llamaban genio o don poetico. Como el fin de la creacibn era la belleza, ls imaginacibn estaba a su servicio. El acceso a la belleza requerie del poets dos actividades no siempre campstibles: par un lado, la contemplacion de la misma, y por el otro, su produccibn. Para contemplar la belleza, el poets debia asumir una actitud estética adecuada, para producirla, debia dominar las tecnicas poeticas. Los modernistas, a1 igual que otros movimientos del arte por el arte, derivaron sus conceptos de belleza, actitud estetica e imaginacibn creadora de la filoeofia alemana postksntiana. Para loe modernistas, la belleza no solo era un valor, sino tambien un absoluto que se eetructuraba a través de la conciencia del poets. La belleza no residis en ningun objeto exterior que el poets pudiera copier ni en las materiales que users, sino en el disefio que el poets impusiera a esos materiales. En ese disefio, el poets transformaba los materiales pre-existentee y las rehacia en una nueva forma. Ese nuevs forma era una encarnacibn de la belleza absolute. La distincibn modernista entre esta y la belleza natural 0 trensitoris se puede noter en lo que dice Ruben Dario en "La Dee": "Toda belleza humans ante su luz es fee" y "Toda vision humans a su luz es divine".8 La luz a la que Dario se refiere es la de la belleza absolute que se eetructuraba en la conciencia del poets. 82 Los modernistas definian la belleza coma armania, como la unidad dads en la multiplicidad. Para Herrera y Reissig, "la belleza ee armania de contrarios. Agreda en un conjunto armanico, repels por separado".g La actitud estética que revelsbs la belleza consistia en la cantemplacibn desinteresada del objeto, cantemplacibn que requerie ls supeditacion del entendimiento y el deseo, a la imaginacibn. Reconocisn que aunque habia afinidad entre la belleza y el placer, ls contemplacibn de la belleza no debia confundirse con los placeres asociadoe con el interes a el deseo. La separacian de lo bello par un lado, y de lo util y buena por el otro, se baeaba en la dietincion comun en el siglo XIX entre doe aspectos de la experiencia del hombre, uno prectico y otro estetico. En la vida practice, el hombre usabe loe datos sensoriales de eu experiencia inmediats pare controlar el mundo. En la vida estetica, el hombre se quedaba en la experiencia inmediats sin usarla para otros propbsitos. Ese divisibn de los aspectos practicos (utilitarios) y las eeteticos (deeinterasados) de la experiencia es semejante a la distincion entre imaginaciOn y rszbn del siglo XIX. La imaginscion era una forma de conocimiento intuitivo e inmediato, 1a razbn era una forms mediatizada y utilitaria del conocimiento. Schopenhauer par ejemplo, comparb y contrapuso esos dos aspectos en su distincion entre el principio de razon suficiente y el del arte. El 83 principio de la razon suficiente se preocupaba de las fenbmenos: sus leyes, conexionss y relaciones. El arte buscaba en cambia la contemplacibn de las ideas, el verdadero contenido de las fenbmenos.1° Se puede noter este concepto de lo estetico coma forma de conocimiento imaginativo, inmediato e intuitivo, en dos definiciones modernistas del acto poetico. Para Dario, el don poético, "concede a1 pasta una vision directs e introspective de la vida, una supervision que va ma ella de lo que esta sujeto a las leyes generalee del conocimiento" (774). Para Amado Nervo, "el estado de poesia es de exaltacion divina, de beatitud,.de extasis, que se halls fuera del tiempo y el especia, es la identidad misma con el 0 9 yo trascendente e inmanente."11 Para 1a filoeofia alemana postksntiana. en la que el modernismo se apoyo indirectamsnte, ls imaginacion creadora era la capacidad de intuicibn sensarisl. La contemplacibn de las ideas solo era estetica cusndo estaba asociada y subordinads a la contemplacibn de formas sensoriales. En la experiencia estetica o vieibn, que era donde los modernistas localizsban la creacion poetics, e1 poets se enfrentaba a objetos (natureles o esteticos), a los que veia coma enigmas, jeroglificos a materiales inertes a los que debia leer o interpreter a partir de los "indicios" (datos sensoriales) que ellos aporteba sabre su naturaleza. Entre esos objetos o matsrislss inertes, el poets incluia las palabras. Sabre esa multiplicidad de datos o indicios, 84 e1 poets constituia, gracias a su imaginacion, una nueva forma unificsda. El poets creia que esa nuevs forma, reconstituida por su subjetividad, representaba la naturaleza esencial del objeto. Era asi, porque creia que en la experiencia estetica la imaginacibn pasiva del poets actuaba coma estructurador y/a vehicula de lo universal. Par lo tanto, la experiencia estetica era para ellos una genesis absolute del ya, de la forma y de la realidad dltima del munda. Tambien, era la resolucion de todos los conflictos o dualidades del mundo fenoménico. El concepto modernista del acto creador coma genesis absolute se puede ver en la siguiente cits de Herrera y Reissig: "El polvo de la Nada es la condicibn de un nuevo genesis...Lo inteligible toms una forma. Ls materia se espiritualize...Los vocablos llenoe de una vida muerte dejan de ser faraones embalsamados en sarcofagos de matices, para convertirse en almas que resucitan a cada pregunta." (710—711). El concepto de la experiencia estetics coma genesis absolute de la forms explica tambien por que algunos pastas modernistas insistieran en la simultaneidsd e identidad entre el fondo y la forma de un poema. Esta se puede ver en la definicibn de genio poético de Herrera y Reissig: "La estetica estaba en ellos; ellos la sentian segun su espiritu y la condensaban en vibreciones naturales; el vocablo, e1 modismo, la metrics, e1 color, la mdsica, la forma espresaron simplemente e1 fondo, confundiendose con 85 el, en una dulce amistad" (689). En esa definicibn de Herrera y Reissig el concepto de fondo no es mes que la descripcion de la actividades de la imaginacion, por lo que: fondo, imaginacion y forma, son para el una misma cosa. Tambien lo son pars Ruben Dario: "La palabra nace conjuntamente con la idea, a coexists con la ides, pues no podemos darnos cuenta de la una sin la otrs" (766). La forms a la que ellos aluden no es la inerte a primaria, sino la recreada par la subjetividad del poets.12 Para repetir, el poets modernista eetructuraba en un todo srmonioso o nuevs forma las sensacianes disperses que recibia del mundo fenomenica. En otras palabras, la experiencia estetica consistis en el pssaje de la sensacion a la percepcibn. Par ella, percepcion, experiencia estetics, vision poetics, estado de conciencia, necimiento de la forme, son terminos equivalentes en el modernismo. En consecuencia, e1 arte modernista tuvo coma tema y preocupacibn fundamental el de definir la naturaleza de la conciencia y el arte a través de la percepcibn. El modernismo se convirtio asi en una exploracibn de las candicianes y terminos de la percepcian y el fin del arte era el sugerir ese estado de conciencia (percepcibn o experiencia estetica). Herrrere y Reissig dice en "Syllabus D", que la poesia es una conciencia cuyo fin es la sensacian (688) y luego, que lo que se debe exigir de las pastas es: "que nos emocionen, que nos sugieren estados de conciencia, ya que 86 lo que vive se lo que hace vivir, lo que impresiona" (688). Los modernistas tambien designaban esa experiencia estetica o estado de conciencia (percepcibn) con otros nombres coma: vision, estado de poesia, extasis poetico o ensuefio. Los terminos "ensuefio", "suefio" y "visibn" fueron los usados par Delmira Agustini. Finalmente, el arte por el arte no salo significaba el arte por la belleza, sino tambien, e1 arte par la forma. De la :misma manera que la contemplacibn de la belleza requerie del poets refinamisnto ante lo sensorial, e1 expresarls con palabras requerie de e1 refinamisnto en el uso del lenguaje y dominio de la tecnica poetics. Asi, el poema acebsdo, expresaba simbblicamente la visibn (percepcibn y/o experiencia estetica) del poets: no copiaba la vida ni el mundo exterior, sino que expresaba la primera y reconstituia e1 segunda. El disefia del poema expresaba la unidad psiquica del poeta en la percepcion, mientras que las elementos constitutivos del disefia expresaban las sensacianes disperses que se organizaban en ella. El poems lograba asi la armania: la unidad dads en la multiplicidad. Ls ultima implicacibn de la estética del arte por el arte era la nacion modernista de que la vida dedicsds a la contemplacibn y creacibn artistica era la forme mas excelsa de la existencia del hombre. Los modernistas no salo vivieron para hacer literatura, sino que convirtieron esa forma de vida en una etica y una religibn. Asi, dice Dario: 87 Vida, luz y verdad, tel triple llama produce la interior luz infinita. El arte puro coma Crista exclama: zEgo sum luz et veritas et vita! (864). El concepto del poets coma heroe y mertir de su creacibn, coma especie de Cristo secular, mensajero de lo absoluto, se nota en la siguiente cite de Dario: "Pero tu carne es pan, tu sangre es vino" (882). También aparece en algunos poemas de Delmira Agustini, como en ”La sombre" (L9 101) y ”El dioe duerme” (BE 87) dedicado a Herrera y Reissig. La estetica que se acaba de presenter coincidiria con el primer momenta del modernismo. E1 segunda momenta, el del modernismo tardio, corresponderia sl debilitamiento en las creencias que sustentaban esa eetetica. Eso parece haber ocurrido par la imposibilidad de algunos poetas de mantener las terminos en que ellos plantesban la creacibn. El modernismo tardio presents cuatro caracteristicas. La primers es la intensificacibn de los conflictos entre la vision del poets y el disefio del poema, que aparece ocesionalmente en el primer modernismo. Esos conflictos surgen por la imposibilidad del poets de mantener un control total sabre el poema y la palabra y una distancia ideal frente a1 poema y el mundo. La segunda es la ruptura de la unidad de la forma. Eso se nota en la falta de resolucibn del movimiento, en las cambias de tono, nivel de vocabularia y punto de vista de muchos poemas. La tercera es el tono pesimista de esa poesia. Hay que recorder que la creacion modernista ss basaba en la existencia de lo universal que operaba a través de la imaginacion del poets. 88 Par 10 tanto, la imaginacion del poets no era libre sino que era un canal de lo universal. En el primer modernismo, e1 poeta identificaba lo universal con las fuentes de vida (formas): en el segunda, con las fuentes de muerte. La universal no era mes que la proyeccion, no reconocida coma ilusibn, de la voluntad del posts a nivel cbsmico. Cusndo los poetas del segunda modernismo expresaban pesimismo y fatalismo frente a un mundo hostil, estaban expresando e1 fracasa de su voluntad cosmica, e1 temor a sus propios impulsos. Tambien, parecien mostrar que las formas creadas par la imaginacion se podian convertir en estructuras opresivas para el poets. Asi, hey en muchos poemas un sentido de desorientacibn vital: "Voy sin rumba y ando a tientas / ciego de ensuefio y loco de armania," dice Dario en "Melancolia" (924). El universo se hacia hostil: "Tarda en venir a este dolor adonde vienes / a este mundo terrible en duelos y en espsntos," escribe Dario en ”A Phocés el campesino" (914). Tsmbien sentian los pastas la necesidad de que alguien los salvara y les diers serenidsd. Delmira Agustini 1e escribia a Dario: "e1 ansia, el ensia inmenss de pedir socorro contra todo-~contra el terrible Yo sabre todo-~a otro espiritu mertir del misma martirio."13 Le ultima caracteristice del segunda modernismo es la preocupacibn del poets par la unidad del yo, par encontrar el hilo que ate una experiencia poetics a la otrs. Eso se nota en la "Epistola a la Sra. de Lugones" de Ruben Dario, en que el poets parece preocupado par encontrar el origen 89 de sus experiencias, la unidad de su subjetividad: Cuanto mi ser respira, cuanto mi vista abarca, es recordado par mis intimas sentidos: las aromas, las luces, las ecos, los ruidos, como en ondas atavicas me traen afioranzas que forman mis ensuefios, mis vidas y esperanzas. Mas adbnde esta squel templo de marmol y la gruts donde mordi squel seno dulce coma une fruta? (1029) Como los dos primeras libros de Delmira presents estas caracteristicas, se puede situar a esta poetisa en el segunda momenta del modernismo a modernismo tardio. Les caracteristicas del segunda modernismo se explican por el debilitamiento en la creencia de lo universal. Con ella, el posts se da cuenta que la vision poetics no era directs y que la imaginacion no era ilimitada. El poets encuentrs que el mundo se reafirmaba antes y después de sus actos de creacion, y que el poets no podia reconstruirlo de acuerdo a su voluntad. Reconoce la objetividad del mundo y la palabra, a las que empieza a aceptar como un no-yo irreductible a su conciencia. Eso los lleva a desplazar eu voluntad de un nivel cesmico a1 nivel del poema y la realidad de la creacibn de la visibn del posts a la ejecucibn del poema. Ls desintegracibn final del modernismo acurre cusndo e1 poets scepta e1 poema coma ficcion a ilusibn. El poets entiende que la palabra poetics solo puede crear una realidad visionaria y limitada, entendible dentro de sus propias coordenadas. 90 2. Les intuiciones de Delmira en las comienzos de Al comienza de El-lih£9-§l§9§9 hay un poema, "Una chispa" (102), que es clave para entender lo que preocupaba a Delmira, como la que ella intuia a1 camenzar su obra. ”Una chispa” describe una experiencia perceptual de iluminacibn que tiene e1 narrador. Ella consiste en el ciclo vital de una chispa que primera nace o aparece en un punto del harizonte gris, que luego brilla y s1 hacerla su luz abarca todo el especia, y que finalmsnts muere o desaparece quedando otra vez solo un orients gris ante e1 narrador-observador. Como la chispa aparece asociede con la palabra "ensuefio", que en el modernismo designs e1 acto creador, se puede asumir que la experiencia descripta es la de la creacion poetics. Tambien es modernista la presentscibn de la creacibn coma experiencia perceptual a visibn que es da en la conciencia del poets, designada en el poema coma harizonte. Como en el modernismo la vision (acto poetico) coincide con el necimiento de la forme, se puede asumir que la chispa designs tanto el acto creador como el producto del acto, es decir, la forma. Sin embargo, este poema no es representativo del primera sino del segunda modernismo. Ella se debe al doble punto de vista con que se analiza la creacion y a la dimensibn temporal que aparece en el. La crescibn se describe bajo dos perspectives: ls del observador-creador y la de lo observado-creado. En ambas existe 1e 91 temporalidad. En el creador, el tiempo se manifiesta en un ”antes”, en un ”en" y en un "despues" del acto; en la forma, en un "nacsr", "brillar" y "marir". El poema parece sugerir que la subjetividad del posts as funds en un acto y que lo que carscteriza a la conciencia es la temporalidad y la distancia. Es asi porque es la chispa la que crea un tiempo sucesivo al dividir la experiencia en un "antes” y en un "después" del acto. El "antes" y el "despues es lo gris, e1 acto es la luz. Lo gris sugiere la existencia de una zone de vacia en la conciencia del pasta entre los distintas actos de creacion. Tambien, apoya la nocibn de que la subjetividad se define coma distancia o ausencis entre la que es (gris) y lo que fue y tal vez eera otra vez (luz). El poema tsmbien sugiere una relacibn entre el proceso subjetiva del poeta (el "antes”, "en" y "después" del acto) y el de la forme (”nacsr”, "brillar" y ”morir”). Esta relacibn se presents, parcialmente, en funcian de la distancia entre creador y acto y forma. El antes y despues del acto, lo gris, es el momenta de mayor distancia entre creador y forma. Estos se acercan en el acto, aunque la distancia entre ellos varia tembien elli. En el momenta en que la luz nace y muere, e1 observador puede percibir simulténeamente la luz que crece y disminuye y el harizonte donde ella acurre. Aunque hay un "cruce" de luz y harizonte, ambas elementos retienen su individualidad. Sin embargo, en el momenta intermedio del proceso, el de 92 brillar, e1 observador salo percibe la luz. Esta parece sugerir que la distancia entre esos elementos ha '9 fl desaparecido, que el en subjetiva y el "brillar" se identifican en la luz. Par ultimo, hay que noter que la luz esta asociada con una experiencia de exaltscibn, de gran valor subjetiva. En conclusibn, el poema "Una chispa" permite asumir que al camenzar su obra Delmira intuia que la subjetividad y la creacibn se fundeban en un acto. Ese acto y la forma que de el surgia no ersn estables. Ni la forma era eterna, es decir, la luz no era inextinguible, ni el yo unificado. Delmira parecia intuir zonas de vacia o ausencis en la conciencia del poets entre un acto y otro de creecibn. El concepto de temporalidad en la creacion sugeriria que Delmira concebia a esta coma proceso, a1 que analizaba deeds dos perspectives: del creador y de la forma. Si aceptamos que el poems sugiere lo expuesto en el parrafo anterior podemos entonces asumir que lo que preocupaba a Delmira era el problema de la unidad y naturaleza de la subjetividad y la creacion. Como en ”La epistola a la Sra. de Lugones” de Dario, a Delmira 1e preocuparia encontrar la fuente original del yo y la creacibn, el lugar de origen de los actos y las formas, la unidad detrés de esa multiplicidad de actos y formas. 93 ruelmilsit99t1292_ge_ls_siesa; Los principios de estructuracion del mundo poetico de Delmira son la tension y el dinsmismo. Estos existen porque la creacibn en Delmira comienza con la division de uns unidad en dos polaridades a las que luego relaciona y mantiene a distancia. Esos elementos o terminas polares son, entre otros: yo y tu, vida y muerte, vuelo y caida, materia y energia, fuego y agua, movimiento e immovilidad, luz y sombre. Estes oposiciones existen no porque la obra trete del proceso vital de un ser desde su necimiento haste su muerte, sino porque trata de los ritmas y vida de la imaginacibn y/o subjetividad que se recanstituye e si misma. Como las leyes que rigen la transformacion de esos elementos se explican detalladamente en el Capitulo IV de este trabajo, analizare a continuacibn la relacion del yo y ta, "leitmotivo" de la obra de Delmira. Lo anecdotico, todo lo que sucede en los poemas de Delmira, se puede reducir a un "leitmotivo". Este es une experiencia de relacibn y determinaciones mutuas entre un yo narrador, siempre presents en el poema, y un tn, siempre a distancia de see ya. El yo" de la relacion es siempre s1 yo narrador, mientras que el "ta" cambia de nombre, funcibn y significado en las distintas fases ds 1s obra. En cuanto a nombres, e1 "ta" puede aparecer como un 94 objeto concreto: una montafia, una lira, una cruz, unas flares; puede aparecer personificado coma muse, hada, posts a como el "ta" fantasmal y sin nombre de muchos poemas; puede aparecer como idea abstracts: poesia, pensamiento o, finalmsnts, coma simbala, en el caso de Eros. En todos los casos, el tu es siempre aquella (objeto, abstraccibn, personificacibn, simbala) con la que el yo se relaciona, a lo que se dirige y a traves de lo cusl se determine. En cuenta a funcibn y significado e1 to puede significar una de estas siguientes cosas en la poesia de Delmira. Primero, el to puede ser un objeto de contemplacion para el yo. Segundo, el tu puede aparecer coma participe activo de una accion realizada con el yo. Tercero, e1 tn puede aparecer ssociado con imagenes especiales de punto: e1 "mes ella” hacia el que el yo se dirige. Cuarto, e1 tu puede representsr la energia abstracts e hipotetica de la creacion. En este caso aparece ssociado can algunss imbgenes de fuego y de sol primaria. Finalmente, e1 tu designs la forma poetics: potencisl e ideal 0 ya creada. El significado y la funcibn del tu evolucionan a la largo de la obra par la que no todas estan representedas en cede fase de la misma. El yo y el tn de la relacibn eaten siempre a distancia uno del otro aunque esa distancia varia. Les diferentea distancias entre el ta y el yo designan la situacibn o ubicacion de un elemento de la relacibn yo—tu respecto a1 otro. Es esta situacion la que determine el significado y 95 1a funcibn del tu, y la forma de relacibn que va a existir entre el tu y s1 yo en los distintas poemas y fases de la obra de Delmira. A veces, e1 tn esta en el campo de presencia del yo, en un misma plano del poema. En este caso, el th puede ser: 0 un objeto de contemplacian para el yo narrador, a el co-participe de una misma accibn con el yo. Otras veces, el tn esta fuera del plano del poema, s distancia inalcanzable por el yo. En este caso, e1 tu aparece: a coma principio o energia abstracts de la creacibn, a coma punto hipotetico (e1 "mes ella") de origen o destino del movimiento del yo. El hecha de que el yo de la relacibn aparece siempre personificado coma yo narrador mientras que el tu varia de naturaleza, funcian y significado crea dos peligros en la interpretacibn de la poesia de Delmira. El primero, en el que ha incurrido ls critics anterior, es el de indentificar e1 yo narrador con la autora de las poemas, es decir, con Delmira, y el tn, nunca definido aunque mes o menos intuida por los criticos, con un amante ideal o fantasmal a con un deseo imposible de alcanzar (vida, amor, sexa, trascendencia) de la autora. El segunda peligra, muy relacionado con el primero, es el de creer que la rslacibn yo-th es una simple relacibn entre sujeto (yo-narrador) y objeto (tu, no-yo). Aunque e1 ya y el tu puedsn designer sujeto y objeto, son mucho mas que esa. Casi nunca el yo y el to de la relacibn son entidsdes separadas sino dos polos de una misma realidad: 96 la de la imaginacion, subjetividad o conciencia que primera se divide y luego entre en relacibn consigo misma para asi conocerse, crear y/o crearse. La imaginacibn aparece entonces coma modo de ser que se recanstituye en base a doe polaridades abstractas, hipoteticas y rsversibles, cede una ds las cuales se define por su contrario, se hace su contrario y vive en cambia permanente. El "leitmotivo" de las relaciones ya—tu de la obra de Delmira se express :en tres motivos fundamentales, que designan momentos o etapas en la relacibn del yo y el tu, vistas desde el punto de vista del yo. Ellas son: el de busqueda del yo, el de encuentro y transformscibn del yo por la aparician del to y el de perdida e inestabilidad. 1- El-sgii29-99-hésgueéa_éel_xsi Lo que buscs e1 yo depends de la situacion en que se encuentrs. Como se dijo antes, en el universo poetico de Delmira cede case as define por su contrario y se transforms en el. Asi, si el yo esta en una situecibn extreme a polar vs a buscar llegar a la situacibn o polo opuesto del que se encuentrs. Por ejemplo, si el yo esta en un movimiento de traslscian horizontal, en un camino, busca llegar al final del misma para encontrarse asi con el punto de origen (principio) a el destino (final) de ese movimiento. Si en cambio, e1 yo esta en una situacibn de inmovilidsd (inercia, oscuridad y silencio) busca la iniciacion del movimiento. En el primer caso, e1 yo, carecterizsdo coma movimiento o energia, busca que sets as 97 materialice, se fije en un punto. En el segunda caso, el yo buscs dinamizarse. En el motivo de basqueda hay una gran distancia entre el yo y el to, y el ta esta fuera del plano del poema. En otras palabras, e1 tu aparece siempre como la opuesto a1 yo, como el otro polo de su situacibn. En el trensito continua de un polo a otro de la realidad, hay un momenta intermedio en que el yo y t& se enfrentsn o cruzan en un centro. En este instants, el yo y el tn eaten a la menor distancia posible uno del otro. Este momenta constituye e1 segunda motivo poetico: el del encuentro del ya con el ta que lo transforms. 2. El motivo del encuentro del ya con el tg__gu§ Ocurre en varios poemas. E1 to, como se dijo, puede ser e1 pensamiento, la montafia, un poets, una cruz, el tu amorosa. Pero, todos las poemas que expresan este motivo tienen la misma estructura. Hey un ya que fije su atencibn en un tn y esa fijacibn corresponde a una inversion en la situacibn del ya. Si el yo esta en movimiento, se detiene; si esta inmavil o encerrado, entre en movimiento a se abre. El instants del encuentro del ya con el ta que lo transforms es el ideal poetico de Delmira Agustini. Es una experiencia de iluminacian que nombre al sujeto y al objeto, y es similar al concepto mistica de la "amada en el amado transformada". Este instants represents e1 ideal de dos materias en un solo acto; la conjuncibn de opuestos, el encuentro en un centro. Espacielmente, este ideal as 98 represents, en la idea de cruce, interseccion o umbral; dinAmicamente, en el concepto de vuelo-inmbvil a de repaso-mecida; temporalmente, en el concepto del instants a el shore. Cusndo e1 yo esta en esta situacion ideal express el deseo imposible de perpetuarse en ella: de que la luz no fluctue jamas y de que sea inextinguible. 3- Bl-!9ti!9-és_2érdida_e_iaestabilidaé-éel-29; La perdida significa la imposibilidad de mantener esa relacibn ideal entre e1 yo y el tu. El treneito continua entre uno y otro polo, separa nuevsmente a las doe terminos de la relacibn. Lo que era movimiento, se va a hacer inerte; el vuelo se vs a convertir en caida; la luz se va a congelar a se va a tornar en obscuridad. Los tres motivos que se acaban de describir son etapas o momentos en el proceso de la creacion analizada desde el punto de vista del creador. Este proceso se funds en un acto. El acto corresponde al segunda motivo: a1 del encuentro y transformacibn del yo por el tn. El acto de creacibn coincide con el necimiento de la forma. Ese acto, que en la primera parte de la obra de Delmira se identifica con la luz, es el que permite sl narrador estructurar cranolagicamente su experiencia en un "antes" y en un ”despues” del acto y del necimiento de la forma. Se padria decir--provisoria y parcialmente-—que el "antes" del acto de creacian corresponde al motivo de busqueda y el ”despues" s1 de perdida. Se vera luego que el "antes" y el "despues" tienen las mismas caracteristicas y estructura. 99 Es asi, porque en la obra de Delmira la creecion es un proceso continua, y cada "después" se vs a convertir en el "antes” de un acto posterior. La forma tambien sufre un proceso: nace y brilla en el acto de creacibn, mes tarde muere, y por ultimo renace en una nueva forma. De esa manera, la creacion en Delmira (a diferencia de los modernistas que creian en una genesis absolute de la forms) as base siempre en alga pre-existente. Tambien muchas veces, una poema (forma) emerge de uno anterior siendo a la vez uns continuacibn de lo anterior y un nuevo comienza. C. El desarrollo de El libro blanco desde sus comienzos hasta_la_aearisiéa_del_aasr; Los materisles narrativos de esta parte de la obra--las palabras, personajes, acontecimientos--apuntan a1 mundo del arte y la subjetividad. Los personajes mes caracteristicas son hedae, magos, paetas y especialmente, la muss. Los acantecimientas que predominan son de tres tipos: l) desplazamientos por el especia, viajes y paseas del yo lirica, de la muss u otros personajes, a de una cambinacibn de ellos; 2) experiencias subjetivas de anticipacibn a expectativa del yo ante lo que el futuro 1e traera y 3) transformaciones animicas del ya por el efecto que le produce e1 encuentro con ciertas objetos o personajes. Se puede noter entonces, como el proceso que constituye el asunto de la obra empieza en esta parte del 100 libro. Aqui, se muestra el yo buscando la revelacibn que piensa que el futuro le traera. Se ve entonces no salo el "leitmotivo" de la obra, sino tambien el motivo de basquede y en menor grado, el de transformacibn. Mes sun, también es en esta fase de la obra donde comienza el proceso de elaboracion de un mundo poetico. Aparecen aqui los ejes de orientscion de ese universo, dos magnitudes y dos conceptos de tiempo. Por ultimo, se objetivizs el acto creador como mirada. En este seccion se tratan tres puntos: 1) las coordenadas del universo poetico de Delmira, 2) las relaciones del tu y el yo y 3) la creacibn coma mirada. 1- Lse_sssrésaaéss-del_sai!erss_ssétise_99-9elaire; Al principio de LB hay dos ejes de orientacibn, uno horizontal y otro vertical. Ambos expresan uns magnitud y un tipo especial de movimiento. Tambien, hacia el final de LB aparece la nocion de cruce que designs el encuentro de esos dos ejes en un punto. El eje horizontal designs la anchura o la extension, expresada en la idea de camino (campoe, parques, mar). Esta ssociado con las palabras "ensuefio" y/o "suefio" y con los movimientos de traslacion de los personajes. En "El poets leva e1 ancla", el primer poema de LB, el eje horizontal de extension se manifiesta como un especia abierto ante el protagonists: "Partamos, muss mis! / Ante la pros, alegre un bello mar se extiende" (91). Ese misma idea de traslacian se ve en otros poemas de 101 El_libgg_blgggg; asi, por las campos de la idea pasan sguilas, tropeles y una paloma en "Por campos de ensuefio." En "Rebelibn", la idea surca e1 especia; en "Mi muss tomb un dis la placentera ruta la muss se traslade en el especia par campos fregantes; en "Batiendo 1a selva" Nemrod cruza la selva. En "Mi muss triste" la muss anda par parques; en "El hada color de rosa" el hada le da a1 yo lirica una lira para que, entre otras cosas, su muss ss passe por los parques. En "La sed", uno de los movimientos principsles es el de traslacion en el especia en busca de la corriente cristalina. La idea de extensibn especial y de traslacibn en el especia hecha de campos, parques 0 mar, aparece en general asacisda con la palabra "ensuefio" y/o "suefio". En "Par cempos de ensuefio" la relacibn es obvia en el titulo; en "La siembra" el primer verso dice: "Un campo muy vasto de ensuefio y milagro" (101); el Nemrod que cruza la selva es uno de ensuefios; la vels que asciends en "El pasta leva el ancla" es como el ale del suefio. El eje vertical designs 1s altura y divide el espacio en arriba y absjo. Esta ssociado con las conceptos de luz y sombre. En "Racha de cumbres" se sugiere ese eje en los siguientes versos: "Alla surge la idea de un formidable mito . . . / Abajo lo insondsbls, arriba lo infinita" (98). E1 eje vertical tembien aparece en otros poemas coma "Mi orscion": "Y ella en las tardes tristes, al pie de la mantafia, serene, blenca, muda, con esplendores de astra, 102 erige la plegaria su torre de alabastro . . . (107). En este poema, el yo lirica se refiere a la muss coma: "hija del Orgullo y la Sombra", el orgullo siempre esta ssociado en la poesia de Delmira con la altura y la luz, y la sombre con la bajo. En las comienzos de LB aparecen dos conceptos de tiempo: coma momenta y como latencia. Ambos parecen ester- asociadas con una ides de revelscibn y/o aperture que se producira en el futuro. El concepto de momenta aparece en el primer poema de LB: "3E1 momenta supremo! . . . Yo ms estremezco; aacsso suefio lo que me aguards en lo mundos no vistas?” (91). En "Racha de cumbres" se dice: "La montafia parece crecer para el momenta" (98). El concepto de tiempo de latencis, el de un germen que duerme y espera sbrirse se ve por ejemplo en "La estatua": ”aNo parece el retofio premeturo de una gran reza que sera mafisna? . . . . iVed ls grandezs que en su forma duerme!" (97). Hacia el final de LB vs a aparecer, como se vera mas sdelsnte, un nuevo concepto de tiempo: el instants. 2- £99-59;asissss-del-xs-r-el-t§; Desde el comienza de L8 as establece el "leitmotivo" de la obra: la- relacibn del yo y el tu. E1 to aparece, entre otros cosas, coma pensamiento, la muss, e1 hada y la poesia, pero es la muse sl tu mes carscteristico de las primeras poemas. A continuacion, voy a considerar tres aspectos de la relacibn del yo y tu liricos: 1) en terminos de lo activo y lo pasiva, 2) en terminos ds lo observado y 103 el observador y 3) el uso del to para designer la forma poetics y su significado. Al principio ds LB, tanto s1 yo coma e1 th as diferencian por su naturaleza y sus funciones. El yo lirica es esencialmente pasiva y sus funciones, aunque verian, son restringidas. Primero, hay un yo pasiva que simplemente observs y que se manifiesta coma espectador: de otros (coma de Nemrod), a de si misma. Segundo, hay un yo pasiva que desea o que efirma, pero sus deseos, si se cumplen, se realizan a travee de un tu que es el principio activo. Eso se ve por ejemplo en "Mi oracibn", donde el yo deses, tiene ideas y se ve coma desde adentra, mientras que es la muss la que realize las acciones. Lo misma acurre en "Mi muse tomb un dis is placentera ruta . . .", e1 yo del poema, viste, peina y juega con la muss, pero es esta la que se traslade. Tercero, hay un ya que incite a la accibn. Ese yo puede incitar a la accion a un ta que le acompafia, coma es el caso de "El poets leva el ancls" y de "Racha de cumbres". En estas dos ejemplos, el to es la muss. El yo y el tu realizan la misma accion, pero s1 que la incite es el yo. En estas casos siempre se use e1 imperativo verbal: "Partamos" en el primer poema citada (91) y "Subamos" en el segunda (98). For ultimo, hay un yo esencialmente pasiva que es receptor de la sccibn de un t6. Ese yo, solo puede elegir o rechezar lo que el tu 1e ofrece; pero no puede iniciar la 104 sccibn o conseguir par si misma lo que desea. En "El hada color de rosa", el hada represents e1 principio activo que le da a1 yo lirica una lira para que este cents. En "La sed", la mags es el agents tambien activo que conduce y propane las bebidas, mientras que s1 yo las scepta o rechazs y se deja conducir. En "El poets y la diosa" sucede la misma. E1 to de estas poemas (hada a mega) es concebido coma conductor. En las relaciones del yo y el tu liricos de la primera parte de El_lib§9_blgggg, siempre hay una sepsracibn entre ambas, una distancia especial entre el observador (yo) y lo observado (to). El yo observador aparece generalmente inmovilizado y se observe a través de un tu que es coma su doble a sombre. Pareceria entonces que el yo--que incite, recibe, observe, scepta o rechaza--y que aparece coma centro pasiva y en cierta medida inmbvil; y el tu que-~da, conduce, realize la accian--y es el principio dinamico; son dos partes de un yo hnico, vista de "adentra" coma yo, y de "afuera" coma tu. Eso se puede corroborar en los casos en que hay un cambia de punto de vista. En "La siembra" hay un dialogo entre un hombre y un yo. Ese ya aparece como la muss Selene, es una vision exterior, y como yo lirica, en el aspecto de sentir. En "La muss", s1 yo sfirma su deseo de como quiere que sea la muss, a la que vs desde afuera. mientras que el yo es el centro que desea. Sin embargo esa separacibn desaparece en un verso cusndo afirma: "a veces nos asalte" (103). En "Rachs de cumbres", el punto de 105 viste también cambia; e1 tu era primera la muse y luego es s1 pensamiento. La naturaleza y existencia del to, dependen asi del punto de vista adoptado por el yo lirica. E1 to es siempre lo observado, siempre que lo observado refleje de alguna manera al observador. Les actividades del yo y to liricos que acaba de presenter, parecen designer las actividades de la imaginacibn creadora del poets. Si se compare el quehacer de Delmira con la concepcibn modernista de la imaginacibn, se puede noter que a las funciones pasivas ds la imaginacibn (las unicas concebidas en el primer modernismo), Delmira las llama lirica; y a las yo principios universales dinsmicos (estructuradores de las sensacianes), Delmira los llama "ta". Para corroborar, de nuevo indirectamsnte, que el yo pasiva y el tu activo son elementos de una misma subjetividad, voy a transcribir una cite de Eeasseaelgsi§_Qs-lauesrgeesiéa de Maurice Merleau-Ponty: ”No somos, de una manera incomprensible, una actividad unida a una pasividad, un eutomatisma superado par una voluntad, una percepcibn superads por un juicio, sino a la vez activos y pasivas del todo, porque somos del surgimiento del tiempo."H El tu lirica tambien designs la forma poetics y el significado que el yo lirica atribuye a esa forma. Cusndo e1 tu represents ls forms, aparece como el objeto 0 meta de las actividades del yo. Primero, aparece un tn que ocupa el tiempo del yo. Ese tu represents la forms poetics coma 106 pretexto de la fantasia del yo. un del yo. En bltimo lugar, del ideal poetico de Delmira. E1 tu coma ssociado con la muss, de vestila sus parisinas galas" parte y tambien en la primera inconmovible, pintorsscos pretexto de la fantasia, la que el yo dice: (108) en mis ritos" En segunda lugar, aparece tb que represents el destino del movimiento de bbsqueds aparece un tb que es el simbala aparece a veces "peinele y '9 "Mi muss tomb . . . de "Mis idolos": "Mi fe era (116). El concepto del ta coma destino se ve par ejemplo en "Noches de Reyes" que termina asi: "aAhI, por todos los templos, par todos los caminos, / divagsndo sonbmbula yo marchaba hacia Voe . . . El tb capaz de expresar e1 menciona en "Rebelibn" y en "La e1 tb es el pensamiento, al sums de posibilidades; en el musa, que el yo quiere que totelidad del ser en un instants. que el ideal substancial y dinamica, fuerza y materia. sino mas bien can sustentivos en el poema la palabra "ansis", sustituira par "deseo" de un ideal poetico. e1 Sin embargo, fl (’vos’ es Crista) (93). ideal poetico de Delmira se muss". En el primer poema, que se describe coma vida y segunda poema, ese tu es la sea capaz de expresar la "La muss" parece indicar poetico de Delmira es el crear una sintesis una forma que sea una conjuncibn de No se describe a la muss can sdjetivos, y verbos. Tambien, aparece que mas tsrde en la obra es para indicar e1 motivo de bbsqueds ideal poetico de Delmira no aparece 107 coherentemente desarrollada hasta el poema "Nsrdos". En el, hay una transformscibn del yo lirica por la eccibn del tb (que en este poema son las flares). Aunque la transformscibn del yo se realize a través del eje vertical, ella se describe con la palabra ensuefio, asociada antes con el eje horizontal. La unibn de esos dos ejes en el poema, origins e1 concepto especial de cruce o intercessibn. Tambien, ee origins slli el uso de ese concepto para designer e1 ideal poetico de Delmira. Otra manifestacibn de ese ideal poetico, es la presencia de una trilogia de luz, sonido y movimiento. Esa trilogia habia aparecida antes en "Rebelibn", atribuida al pensamiento, pero sblo aqui se desarrolla extensamente. En "Nardos" tambien se indica el ideal poetica par la presencia de una atmbsfera palisensorial. Ese atmbsfera combine el tiempo y el especia, y en ella el movimiento, aunque continua, es limitado y tranquilo. En el poems "Mis idolos", posterior a "Nardos", aparece un idolo nuevo. Aunque ese idolo no tiene nombre, presents las mismas caracteristicas del tb amorosa que aparece inmediatamente despues de este poema. Exists en "Mis idolos", la misma atmbsfera que caracteriza a "Nardos". Lo nuevo en "Mis idolos", es la ssociacibn que se establece en el, entre la presencia de esa atmbsfera y la apsricibn del idolo. Ls aparicibn del tu (idolo) tambien coincide en el poema con la del concepto de ghggs. El ahora designs: la transformscibn del yo par la presencia 108 del tb y el encuentro del yo lirica con el futuro. El futuro es el "mes allb" especial que se abre: "a través del tiempo se abrib ls inmensa puerta" (117). For lo tanto, el concepto de shore incluye dimensiones especiales y temporales y es enslogo al concepto de cruce. Como en "Nardos", el shore de "Mis idolos" ss revels en el ensusfio, sinbnimo de visibn. Adembs de estructurar el ideal poetico en las poemas que preceden inmediatamente a los de Q§l§_Rg§§, Delmira tambien objetivizs el acto de creacibn en uno de ellos. En ”Mi muse triste" Delmira explica ese acto camo una mirada. 3- Ls-sreasiés_ggae_airada; La mirada es en la poesia de Delmira Agustini un reflejo del alma y el ojo es uns ventana que muestra e1 interior del ser. Se trata de un fenbmeno de visibn active, en el que la fuente de iluminacibn esta en el interior del ssr. Asi la autora dice en "El intruso": "Toda aqui lo alumbran tus ojos de diamante" (120) y en "Mi muse triste" escribe: y su alma limpia como el fuego alumbra como una estrella en sus pupilas de amber; el eco acasa de una voz profane, y el alma blanca y limpia se concentrs como una flor que se cerrsra (114) Hey entonces uns inversibn curiosa del fenbmeno de la visibn. En la visibn empirica tenemos el ojo, brgano receptor, y un estimulo exterior que lo afecta por medio de la luz. El acto de ver es el de registrar ese estimulo exterior. En el fenbmeno de la visibn active de Delmira, 109 el ojo no es receptor sino proyector y lo que proyecta es alga interior. La luz irradiante es asi propiedad del ojo. En esa visibn hay un revertimiento total de la visibn normal, e1 ojo crea su propia visibn y la mirada tome precedencia a1 ver. Como la visibn es un fenbmeno activo para Delmira Agustini y como ver equivale a mostrarse, el ver esta dominedo par la voluntad. El acto de mirar (la funcibn de crear) tiene dos aspectos: el de la prayeccibn y el del reflejo. Ls prayeccibn es la exteriorizacibn de la energia del alma. El alma es el principio activo o la energia pure que necesita un brgano o materia pasiva para manifestarse. Ese brgano es el ojo. Primero, e1 ojo aparece como un elemento pasiva, como el instrumenta de la reflexibn de una luz que no se origins en e1. Pero s1 reflejar esa luz, el ojo se hace activo por el hecha de ser luminoso o prayectante y porque adquiere las propiedades energeticas del alma. La luz del ojo es un tipo de iluminacibn lunar que proyecta una luz cuyo origen no esta en el. La luz del ojo es asi un tipo de reflexibn secundaria. El ojo es el instrumenta de la mirada y el simbala de la funcibn de mirar (crear). Como tal, el ojo es uns ambiguedad encarnada, es simultaneamente pasiva (ya que es un alma reflejada) y activo, porque a la vez es un proyector a reflector. 110 D- La-aearisiéa-del-aaer_§a_la-99ra_de_Qelsira_éau§tisi; El tu amorosa y s1 amor, aparecen al final de El_librg_blgggg, en la serie de poemas llamada era_rggg. En esos poemas, e1 tb amorosa sintetiza las tres funciones del tu (coma forma) que se vieron anteriormente: la del tb como fantasia, coma destino y como simbala del ideal poetico (ideal caracterizado igual que en "Nardos" y en "Mis idolos"). El amor tambien sintetiza las relaciones del yo y tb ya analizadas. Asi, en el amor van a existir un ya que incite y que recibe, que es espectador y pasiva; y un tu que es conductor y dador y que es dinamico. El yo y el tu representan el equilibrio de las funciones imaginativas del pasta, ls forma ideal que Delmira Agustini parecia haber buscado. En la er§_§g§§, 1a aparicibn del tb amorosa lleva a1 yo lirica a dividir el tiempo en un antes de la aparicibn del tb, que es un tiempo negativo, y en un shore positivo par la presencia del tb. Despues de la recapitulacibn de su pasado de infelicidad, el yo lirica hace una ofrenda al tb. Los poemas apuntan siempre a una realidad de unibn del yo y el tb, que queda "mes aIIA" del poema. Ls asaciacibn del ideal poetico con la amorosa en la poesia de Delmira Agustini, no fue un hecha inmediato o espontaneo. Delmira ya habia formulado an ideal poetico en "Nardos". Recien en "Mis idolos", ella sugiere la asaciacibn ds ese ideal con la amoroso, y finalmsnts en lll Q§l§_§9§§, Delmira cimente esa asaciacibn. El amor y/o lo erbtico, que fue probablemente un hallazgo causal de Delmira, se convirtib en una perspectiva privilegiads desde la que la autora padria analizar y objetivizar e1 ideal y el proceso de la creacibn poetics, y es en la metafors central ds su obra. Asi, s1 proceso de la creacibn se analiza en la obra en terminos del proceso del tb amorosa con cuya aparicibn culmins la primera parte del dicha obra. El concepto que uso de metafora central 0 reductora es el que propane Murray Xreiger, pars quien: "The reductive metaphor, which it must exclude as it reduces, must attain an all-inclusiveness at once existentially (or thematically) and aesthetically (or formally)".15 La aparicibn del amor es la metbfora central de esta parte de la obra porque simultbneamente reduce y excluye a una sbla instancia la serie de creaciones que le precedisron, pero a1 excluirlss las incluye. Otro hecha que permite demostrar que la aparicibn del amor incluye lo que le precedib es que el reflejo, que objetiva e1 acto creador en los poemas amorosos, tiene la misma estructura bbsica que la mirada. A continuacibn, hay un esquema de la estructura del acto creador tel como aparece en la mirada y en "La cope del amor". Despues de la explicscibn de ese esquema, discutire e1 fenbmeno del reflejo tel coma aparece en "Intima". 112 Aggy "La cope del amor" Yo pasiva 2. 4. pasiva Tu (Energis) Forms (Materia) activo 3. l. activo La Mireda ————"_-.-o-—- Oja pasiva 2. 4. pasiva Alma (Energia) (pantalla) Forms (Materia) activo 3. l. activo (espeJO) Fig. l Esquema del reflejo en sl amor y la mirada Este esquema es el del reflejo. En el fenbmeno del reflejo hay primera un principio activo, designedo con el nbmero uno que aparece a la derecha del esquema y que es el tb del amor y el alma de la mirada. Ese principio "activiza" o estimula un objeto pasiva: al yo en el caso del amor y al ojo en la mirada; objeto designedo con el nbmero dos que aparece a la izquierda del esquema. Despues de esa estimulacibn, ese objeto pasiva (ojo 0 yo) ss invierte, es decir incorpora la energia del principio dinAmico. Ese es el peso del numero dos al tres del esquema. El bltimo paso del esquema, e1 del nbmero tres a1 cuatro, queda suspendido y no se realize. Ese cuarto peso representaria la unibn con el tb amorosa en el caso del amor, y en el del alma, la aperture de la misma ante los principos de ensuefio mencionados en "Mi muss triste" (114). En 108 POBDBS de Q§l§_§9§§ el acto ds creacibn aparece como un reflejo, y este es carscteristico de las relaciones 113 del yo y el tb liricas. E1 fenbmeno del reflejo es una funcibn del agua en la primera etapa ds la obra de Delmira Agustini. El agua reflejante es comparada a un sspejo y su presencia se percibe no tanto por su matsrialidad sino por su accibn. El cristal del espejo, es el instrumenta de una divisibn del ya. En uno de los poemas en que se puede ver el fenbmeno del reflejo es en "Intima", donde se dice: Y se que en nuestras vidas se produjo el milagro inefable del reflejo. . . . En el silencio del la noche mi alma llega a la tuya como a un gran espejo. (79) El tema de "Intima" es la transformscibn del yo por el descubrimiento del tb. Lo que gobierna tel transformscibn es el fenbmeno del reflejo. Hay en "Intima" doce estrafss, que se pueden distribuir asi: la estrofa ocho describe a1 tb coma principio activo (nbmero uno del esquema); las estrofas dos, seis y siete, describen al yo pasiva (nbmero dos del esquema); la estrofa cinco sumsrizs el reflejo (cruce en el esquema); las estrofas ocho, nuevs y diez describen la inversibn del ya que ha sido dinamizado por el tb (nbmero tres del esquema); las estrofas una, tres, cuatro, once y docs, sugieren la unibn con el tb (nbmero cuatro del esquema). En "Intima' tanto e1 tu como el yo estbn representedas por las mismas elementos (el agua y el fuego). Antes del encuentro con el tn, el yo es pasiva. Ese yo pasiva 114 aparece ssociado can imagsnes de un fuego aprisionado par una materia fris (implicito en las ansias y ssd que el yo sentia). El frio coma caracteristice del yo pasiva, se sugiere por las imbgenes de torre, cumbres y silencio asaciades can e1 en las estrofas dos, seis y siete. En estas dos bltimas estrofas, e1 alma del yo aparece encerrade en une tumba glacial producida por el silencio. El silencio en esta estrofa es negativo por su poder de petrificar, detener y encerrsr a1 yo. El yo pasiva esta tambien ssociado con imbgenes de agua melancblics (llanto y llagas) en la estrofa diez. El yo pasiva contiene por lo tanto el agua y el fuego, pero ellos eaten aprisionadas y se consumen sin liberar o liberarse de/en el yo. El tn es tambien agua (plays) y fuego (sugerido por las imagenes de luz y sol neciente asaciades can e1); pero en el tb esos elementos aparecen liberados y liberadores. El encuentro del yo y el tb liricas. simbolizsdo por el reflejo, libera a1 yo. En el reflejo, e1 ya lirica se invierte, es decir, adquiere las propiedades del tu. Esa inversibn del yo esta acompafiada par una inversibn de las vslencias ds las imagenes principales del poema. El agar, que era prisibn para el yo pasiva, florece despues del encuentro con el tn (en la noche florecida). El silencio negativo en la soledad del yo, es un elemento buscado y deseado despues del encuentro con el tu (vamas . . . "donde ni un eco repercuta en mi). Ls gigs empirica negative, aludida en las dos bltimas estrofas, se opone a1 concepto 115 positivo de vida que represents sl efecto del tb sobre el yo, en las estrofas nuevs y diez. Despues de invertirse, el yo quiere sbrirse para el tb y proyectarse en el. Ese prayeccibn, que queda suspendida, corresponde a1 peso del nbmero tres a1 cuatro en el esquema general del reflejo. Hay dos tipos de movimientos en "Intima" que coinciden en el reflejo. El primer tipo de movimiento es ds lo cerrado a la abierto y express 1a situacibn del yo lirica antes y despues de su encuentro con el tb. El otro movimiento del poema es el de ascenso y descenso del yo lirica a través de un eje vertical. En la primera estrofa, e1 yo menciona su deseo de campartir sus suefios con el tb en "lo mes hondo de la noche azul". E1 especia celeste se presents en una dimensibn de hondura. En la estrofa tres, cusndo e1 yo vuelve a mencionar ese deseo, se refiere a1 silencio acampafiado de vertigos y misterio. Les sensacianes matrices de vacilar, titilar y tensr vertigo del yo, sugieren la altura. Ese altura esta tambien asaciada en esta estrofa con los movimientos de penetrar y abrir. En la estrofa cuatro se sugiere el descenso del yo cusndo este afirma su deseo de beber en el manantial en el fondo del pecho del tb. En la estrofa cinco, e1 alma del yo llega a la del tu. En "Intima" hay un tu lirica cuyes caracteristicas permanecen canstantes y dos tipos ds yo; un yo pasiva (antes del encuentro con el tn) y un yo invertido o dinamizado por el tb. Juntos, e1 yo pasiva y el tb 116 representan la imaginacibn o conciencia del creador. El yo pasiva designs la imaginacibn en su funcibn receptive (el aspecto pasiva de la misma), y el tb lirica la imaginacibn en su funcibn estructurante (e1 aspecto dinAmico de ella, identificado por las modernistas con los principios universales de la creacibn). Lo que apoya esta sfirmacibn, es que s1 yo y el tb liricos estan representedas por las mismas elementos (agua y fuego) sblo diferenciados por sus funciones y par la presencia o ausencis de movimiento en ellos. El reflejo, que alude a la transformscibn del yo por su encuentro con el tb, designs el acto creador. El espejo, que es el instrumenta del reflejo, es el simbala de la conciencia o imaginacibn del creador. El yo invertido represents la forma creada por el poets. La coincidencia en el espejo del movimiento de aperture con el movimiento a través del eje vertical designs el ideal paético de Delmira. Par lo tanto, el ideal poetico de Delmira se indentifics con el instants de la creacibn poetics y del necimiento de la forma, representado especialmente en la idea de cruce y temporalmente en el concepto de shore. Tambien el reflejo aparece ssociado con el amor. Los fenbmenos de la mirada y el reflejo y el esquema de los mismas que acaba de discutir, no sblo explican 1a estructura del acto creador, sino tambien la de la subjetividad. Como demostracibn de ella voy a noter la coincidencia de algunos aspectos de la mirada y el reflejo 117 en la obra ds Delmira y las caracteristicas que Merleau-Ponty atribuye al "ex-stasis" que designs los campos de presencia del tiempo segbn ese filbsofo. Este ex—stasis, este prayeccibn de una facultad indiviss (conciencia) en un termina que le esta presents, es la subjetividad. . . . Es esencial del tiempo no sblo ssr tiempo efectiva o que transcurre, sino tsmbien tiempo que .se sabe, porque ls explosibn o la dehiscencie del presents hacia un advenir es el srquetipo .de la rslssiéa_§e_§1_si§se_sea§igg,aisag y esboza una interioridad a una ipseidad. De ahi brats una luz, en este caso no tenemos que habernoslss con un ser que repose sn si, sino con un ssr cuya esencia como la de la luz consiste en h§g§§_g§§. (466) La mirada y el reflejo no sblo expresan ls nocibn temporal de ahora coma fenbmeno de iluminacibn, sino que tambien express la nocibn especial de cruce o interssccibn de dos ejes y la del enfrentsmiento de un sujeto activo y un objeto pasiva en la profundidad. Este es la tercera magnitud que aparece en la obra de Delmira despues de la anchura y la altura. La profundidad no sblo se relaciona con la nocibn de cruce sino tambien con la de inversibn del yo hacia la zons de luz. Estes experiencias tambien ocurren en el campo de presencia, tsl como la describe Merleeu-Panty: Esta presencia simulténea ante experiencias que, sin embargo se excluyen, esta implicacibn de una en otrs, esta concentracibn en un solo acto perceptivo de todo un proceso posible, constituyen la originalidad de la profundidad, que es la dimensibn segbn la cusl las cases a las elementos de las cases as envuelven uno en otro (293). . . . E1 sujeto y el objeto son dos momentos abstractos de uns estructura bnica que es la presencia. Par el tiempo se piensa e1 ser, porque gracias a las relaciones del tiempo-sujeto 118 y del tiempo-objeto se pueden comprender las relaciones entre el sujeto y el mundo. (471). En conclusibn, la creacibn en Delmira empieza con un mecanisma de divisibn o duplicacibn. Este mecanisma es una creacibn frente a un espejo que represents la conciencia del autor. El ssr que se contempla en un espejo crea un doble, ya que la auto-concisncia‘lleva a una duplicacibn o divisibn, la conciencia conciente de '51 misma. En la primera etapa ds 1a obra de Delmira, la divisibn o duplicacibn crea un yo pasiva carente de energia y un tb activo que es energia pura. E1 tb primera de Delmira tiene distintas nombres y es entre otros: el pensamiento, el alma, ls poesia y finalmsnts el tu amorosa. Ese primer tb es siempre el agents de dinamizacibn que ha de energizer s1 yo pasiva. El encuentro del yo pasiva y el tb activo results en el yo invertido (forma poetics ideal). En esa relacibn ideal del yo y el tb, las dos mitsdes de la creacibn ss acercan pero sin dejar de diferenciarse entre si. Despues del encuentro del yo y del tb amorosa hay un cambia de orientscibn en la poesia de Delmira que sefiala e1 comienza de la segunda parte de su obra. La primera parte de la obra de Delmira consiste en la formulacibn de su ideal paético, en la identificacibn de este con el amor y en la configuracibn o estructura besica ds su mundo poético. La segunda parte de la obra empieza cusndo la autora muestra la imposibilidad de mantener la relacibn ideal del yo—tb desde las terminos en que estaba plantsada. 119 Ella results en cambias y evolucibn de la estructura o configuracibn primaria de su universo poetico. NOTAS Capitulo II 1 Emir Rodriguez Monegal, "La generacibn del ’900.", en 31-299_¥-sl_sederai§ae_sa_la_literatura-srgasaxa. Cuadernos de Literature, Biblioteca besica 3 (Montevideo: Fundacibn de Cultura Universitaria, 1973) 43. 2 Emir Rodriguez Monegal 44. 3 Alberto Zu- Felde. 2599999-ietslestual_del-flruessx (1930; rpt. Montevideo: Ediciones de Nuevo Mundo, 1967), II, 21. Tambien, ese concepto de desarrolls a lo largo del libro, cuya divisibn en capitulos esta determinads por el analieis de cada miembro particular de la generacibn literaria uruguaya del 900. 4 Manuel Alvar, "La poesia de Delmira Agustini”. En su articulo, Alvar analiza la obra de Delmira asocibndola con el modernismo. Considers las siguientes aspectos de esa asaciacibn: 1) el afbn de aristocracia de Delmira, 2) el ensuefio, 3) e1 pasado irresl, 4) las paisajes remotos, 5) las dos fuerzas, 6) las modos de expresibn, 7) el mundo sensual y 8) la religiosa. Sin embargo, el analisis del modernismo de Alvar, y el de la poesia de Delmira, es muy superficial. Se reduce a una simple comperacibn de motivos o vocabularia usada par Delmira y los del modernismo y, en el anblisis de los modos de expresibn, a un simple cbmputo de la posicibn del adjetivo en la poesia de Delmira y en otros pastas modernistas. Alvar nunca explica ni la funcibn ni el significado de esa posicibn del adjetivo, ni en la poesia de Delmira, ni en la de las otros pastas con las que la compare. La manera de Alvar de analizar la poesia de Delmira tiene varies consecuencias. La primera, es que esa lleva a Alvar a detenerse deproporcionalmente en la primera -parte de la obra de Delmira, que es donde esa comperacibn se puede establecer. Ls segunda, es atribuir la diferencia entre el uso ds ciertas motivos en la obra de Delmira y en otros poetas del modernismo, a la falta de culture de Delmira. Asi, Alvar escribe: "Creo que esa pobreza en la exornacibn exbtica, como la trivialidad con que el lirio brats, como la vaguedsd del cisne, como la ausencis del pavo real y otros motivos que veremos, se debe a uns falta de conocimiento directo de muchas cosas: e1 120 121 modernismo 1e llega a Delmira por puro reflejo y scepta la luz que le brindan, pero en su lejano Uruguay natal, no puede enriquecer con visiones directas todo el complejo campo del exotismo . . ." (673). La premise de que el poets tiene que percibir algo literalments para poder imaginarlo es false. También, esa opinibn de Alvar es irbnica, ya que el contrapone la "pobreza" de las imbgenes de Delmira con la riqueza de las de Herrera y Reissig, poets que nunca fue mes lejos de su pais que a Buenos Aires, s1 igual que Delmira. 5 Doris T. Stephens, "Delmira Agustini and the Quest for Transcendence," 33. 5 Como cada critico parece definir el modernismo de distinte manera, hey contradicciones en la explicacibn de ciertas elementos de la poesia de Delmira. Voy a ilustrar eeas canfueiones con la intepretscibn del termina ”eneuefio" de la poesia de Delmira de acuerdo a la definicibn que hacian las criticos del modernismo. Pare Stephens par ejemplo, que define el modernismo sblo por sus rasgos formales (o pseudo-formales), especialmente su vocabularia, el "ensuefio" de la poesia de Delmira no tiene para ella conexibn con el modernismo. Par lo tanto, explica ese elemento poetico de otrs manera. Para Alvar, que incluye en su definicibn del modernismo, una actitud de los poetss ante la vida, el ensuefio de la poesia de Delmira refleje la versibn personal de la poetisa de la actitud modernista hacia el arte. Pero coma Alvar cree que la poesia modernista es espontanes y "brats a borbotones” (671), sus conclusiones finelss sobre el significado de este termina en la poesia de Delmira son muy parecidas a las de Stephens. 7 Partes de este analisis del arte por el arte siguen e1 planteamiento de Irvine Singer, "The Aesthetics of ’Art for Art’s sake’.", The Journal of Aesthetics and ‘-~——-———--—u————n——_———————— Ar§_9£i£isi§!. XII. 3(1954). 343-359. 3 Ruben Dario, Qbr§§_ggmpl§tg§. (Madrid: Aguado, 1953), V, 819. De aqui en adelante, cusndo un nbmero de pagina sigue a una cits de Dario esos numeros se refieren a esta edicibn. 9 Julio Herrera y Reissig. Egesia§_999219te§_1 pégig§§_eg_p§9§a, ed. Roberto Buls Piriz (Madrid: Aguilar, 1961) 733. De aqui en adelante, cusndo un nbmero de pegina sigue a una cits de Herrera en el texto, esos nbmeros se refieren a esta edicibn. 1° Arthur Schopenhauer, "The World as Will and Idea," Book 111. an Qritisal-Iheerx-siass-Elat9 476- 11 Le cits aparece en el ensayo de Luis Monguib, "E1 122 concepto de poesia en algunos pastas hispanoamericanos representantiVOS.” en §§£9919§-9512199§_§9§§e_el mgggrgigmg, int. sel. y blib. gral. de Homero Castillo (Madrid: Gredos, 1968) 104. 12 Las definiciones modernistas de fondo y forma son confuses por dos hechos. El primera es que manejan dos conceptos de forma: la primaria o inerte, y la reconstituida por el poets. El segunda hecha es que las modernistas nunca eclararon o resolvieron (en un sentido moderno) 1a relacibn entre e1 pensamiento y el lenguaje, como tampoca la relacibn entre el lenguaje y las objetos ni, finalmsnts, la relacibn entre el poems y la naturaleza. El poets que mes parece haber especulado sabre esss relaciones fue Herrera Y Reissig, por lo que ussre cites suyas coma ejemplo . Tsmbien Dario plantea esas relaciones de manera similar y ellas parecen ester implicitas en el quehacer de otros poetas modernistas. Las cites de Herrera que siguen estbn numeradas por mi. El numero I, trata de la relacibn entre el pensamiento y el lenguaje, el II, entre el lenguaje y los objetos, y el poema y la naturaleza. I) No expliqueis, porque en la metafisics de la palabra y de la simple case as llega a un punto en que se pierde pie. aQue es la idea sin e1 signo: sous es el signo sin la idea? (11) Y bien, todo es idea y todo es signo. Los objetos todos tienen una vida inteligente y ininteligible. Hay que saber leer en la naturaleza. Hay que saber air su mbsica caprichoss y vage. Lo inexpresible no existe. Y si existiera, negacibn sublime, expresaria la nada, que equivale a expresarlo'todo. (nggsg 100) Mes tarde agrega: Les palabras tienen dos almas: una de armania y una ideolbgica. De su combinacibn que ondula en un ritmo doble, fluye un residuo emocional: veho extrafio del sanida, eco bitimo de la mente, cauds rareiforme y estela fosfbrica, peri—spirit de la literatura, equis del temperamento y del estado psiquica, que cada cual resuelve a su modo y que muchos ni 1a perciben. (Prggas 103) En cuenta a la relacibn del pensamiento y el lenguaje (nbmero I de la primera cits) cusndo Herrera indica que es imposible separar la idea del signo, e1 parece sugerir que el pensamiento sblo existe por el simbala, y se encuentra o reconoce en él. Herrera muchas veces persceria llegar a la frontera del concepto moderna del lenguaje coma estructurador de la realidad humans, que es similar s1 concepto de simbala que sustenta Csssirer, por ejemplo. 123 Esta se vio con mes claridad en s1 texto, cusndo Herrera insiste en que el lenguaje se gasta con el uso, y que el poets, al despertarlo a nuevas sensacianes y nuevos pensamientos, la libera y reestructura con el una nueva realidad. Sin embargo, Herrera nunca formula el concepto moderna del vocablo como signo convencional o arbitrario (esencialmente contingente) para representsr o referirse a una realidad exterior diferente de el. Eso se ve en la parte II de la primera cite y en tode la segunda. Herrera tiende a creer en la existencia de une relacibn esencial entre el vocablo como signo de una realidad, y la naturaleza de esa realidad. Pars Herrera, e1 lenguaje, que es un modo de simbolizar la realidad, es identico a la naturaleza de esa realidad. Dicho de otrs manera, para 61, no es el lenguaje lo que es simbblico, sino 1a propia naturaleza. Par esa, Herrera no distingue entre e1 lenguaje y otros objetos, ya que los dos participan en una misma realidad. Ese realidad bltima es la naturaleza sxprssiva. La naturaleza, parece dual (lo inteligente e ininteligible), pero esa dualidsd se resuelve en el acto creador, cusndo el poets lee o recanstituye subjetivamente esa naturaleza. Por ultimo, las modernistas nunca resolvieron, en un sentido moderna, la relacibn entre poema y naturaleza. Si e1 poema es indentico a la naturaleza, el acto poetico podria ser innecessrio y prescindible. 13 Primers carts de Delmira a Dario, enviads el Hotel Royal de Buenos Aires, reproducido por Clara Silva, Easiéa_2_sleria 37- 14 Maurice Merleau—Ponty, Egngmggglggig_gg lg_pg§ggpgibn, trad. Emilio Urangs, de la ed. francesa (1945; rpt. Mexico: Fonda de Cultura Econbmica, 1957) 468-469. De aqui en adelante el nbmero de pbgina aparecera en el texto. 15 Murray Krieser. Ihe-§l§§§ig_!ieisao (Baltimore: The Johns Hopkins Press, 1971) 18. La definicibn de Eras en el capitulo siguiente reune las caracteristicas que Krieger adscribe a la metbfora reductora en este libro, 13-14. CAPITULO III LA ESTRUCTURA DE LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI: 2A PARTE LA VISION VIOLENTA La aparicibn del amor divide en dos partes la obra de Delmira. La primera se desarrolls en El_lib§9_blgggg. Le segunda, que comienza en el poema "Desde lejos" al final de ese libro, se desarrolls en las otros dos: gastse_ée_la-se§eaa y L9s_9élisee-!asies- El amor--como encuentro del ya con un tb que lo transforma--es la metbfora central de la primera parte de la obra. Ese encuentro se describe en el reflejo que parece designer el acto creador, la genesis de le forma y el ideal poetico, asi como tambien, la estructura de la subjetividad en el "ex—stasis”. Especialmente, se express en la nocibn de cruce o interseccibn, temporalmente en el ”shore” y, como relacibn, en la nocibn de dos elementos (yo y tb) en un acto combn. En ese acto, las elementos se transforman y ssocian pero sin dejar de diferenciarse una del otro. Ese relacibn parece buscar resolverse en una unidad que, aunque siempre sugerida, nunca es alcanzade en estas poemas. Por bltimo, hay que recorder que el reflejo 124 125 represents la culminacibn de dos procesos: el de elaboracibn poetics que la autora inicib en el comienza de Lg y el anecdbtico. Par todo ella, en el reflejo se encuentra la configuracibn primaria de la obra de Delmira. El estudio de la evolucibn de esa configuracibn haste el final de la obra es el objeto de este capitulo. Para entender lo que sucede despues de la aparicibn del amor en la obra de Delmira, voy a referirme al poema ”Una chispa” que analicé en el capitulo anterior. En ese poema, la creacibn aparece camo un proceso el que se ve deeds dos puntas de vista: el del creador y el de la forma. Respecta a1 creador, el acto 0 en" de la creacibn es el que divide el tiempo en un "antes" y en un "despues" del acto. Por lo tanto, es el acto el que funds el proceso que es la creacibn y/o la subjetividad. Ese proceso que aparece condensado en ese poema es el asunto de toda la obra de Delmira. En ella, la aparicibn del amor represents el "en” de la creacibn y los dos bltimos libros de Delmira, el ”despues". Tambien, en el acto nace y brilla 1a forma que mas tsrde muere. En el caso del amor (acto) tambien nace y brilla uns forma de cuyo destino tsmbien trata la segunda parte de la obra de Delmira. Este capitulo esta dividida en tres secciones. La primers describe el nuevo significado de los ejes de orientscibn del universo poetico de Delmira y la transformscibn del tb y sus consecuencias para la estructura de la obra. La segunda seccibn describe las 126 nuevos actos de creacibn que surgen porque los miembroe de la relacibn yo-tb se transforman despues del reflejo. Par ella, y para mantener su ideal poetica, Delmira sugiere la nocibn de una polaridad que aunque busca resolverse en una unidad debe mantenerse como polaridad. La bltima seccibn del capitulo resume el proceso descripta en la obra, nombre su tema y explica tambien por que Eros es su metafora central. A- §1_sesarrelle_de_le_shrs-éesese§-ée_la_aearisiés 991-9292; En este seccibn discuta los nuevos significados asociados con las ejes horizontal y vertical y la transformscibn del tb después del reflejo. Se padris considerar el amor como el punto central del desarrollo longitudinal de la obra de Delmira y coma un corte vertical en la misma. Hasta la formulacibn de su ideal poetico, Delmira habia estructurada los poemas de Lg a través de las ejes horizontal y vertical. La aparicibn del amor coincide con la interseccibn de esos doe ejes, lo que da lugar a las conceptos de cruce y de ahora. Después de la formulacibn del ideal pobtico y de su identificacibn con el amor, Delmira Agustini vuelve a user 103 dos ejes de orientscibn anteriores. Aunque el eje horizontal represents nuevsmente un especia extenso, hay un cambia en el significado que el yo lirica atribuye a see eje. Ese se explica porque e1 encuentro con el tb amorosa 127 (que quedb en el pasado), se convierte en el punto de referencia u orientscibn vital del yo lirica. Al quedar atrbs e1 encuentro del tu y del yo, e1 "antes" del yo lirica se refiere a see encuentro feliz con el tb, y el ”share". a su presents de infelicidsd y separacibn del tu. Dado que la meta (destino) del yo quedb detrbs suya, el camino, que antes are de vida, y que iba hacia una revelacibn en el futuro, se convierte en un camino de muerte. Par ello, en la segunda parte de la obra, e1 camino aparece a veces ssociado con la infernal: "yo iba sols al misterio bajo un sol de locure", (RE 161) dice sl yo lirica en "El camino”. Se trata de un camino abierto, de un desierto implacable, en donde el yo se sients indefenso y aislado. En la segunda parte de la obra, el eje horizontal adquiere dos nuevos significados. Primero, express la nocibn de un tiempo lineal, cronolbgico, sucesivo, hecha de momentos discontinuos. Segundo, este eje se asocia con la subjetividad y/a creatividad abstracts y con la intencianslidsd poetics. Estes significados estaban implicitas en la primera parte de la obra, pero es sblo en la segunda que ellos pueden hacerse explicitos. Pars entender por que es asi, voy a citar a Merleau-Ponty. En LB la experiencia perceptual y creadora de Delmira consistis en una corriente de instancias o actos particulsres (como en ”Una chispa") y en la corriente misma, siempre haciéndose, pero nunca definitivamente 128 hecha- En Eeagaeaslssia-§e-ls_eerseesiés. Merleau-Ponty define la conciencia de la siguiente manera: Si ls conciencia se arreiga en el ser y en el tiempo asumiendo ahi una situacibn, chmo podemos describirla? En menester que sea un proyecta global a una perspectiva del tiempo y del mundo, que para aparecerse, para hacerse explicitamsnts lo que es implicitamente, es decir, conciencia, tiene necesidad de desarrollarse en lo mbltiple. No debemos hacer reales apartes, ni la facultad indiviss, ni sus manifestaciones distintas; la conciencia no es ni una case ni otrs, es una y otrs; es el movimiento misma de temporacibn y, como dice Husserl, de "fluxibn", un movimiento que se anticipa, un flujo que no cesa. (465) Para Merleau-Ponty, el tiempo no es un data de la conciencia sino que es la conciencia la que despliega o constituye el tiempo. El tiempo es asi una dimensibn del ssr. E1 tiempo para ese filbsofo, no es otrs cosa mas que una huida general fuera de si misma, un ”ex-stasis”. ”El tiempo, en la experiencia primordial que de e1 tenemos no es para nosotros un sistema de posiciones objetivas a través de las cuales pasamos, sino un media movedizo que se 90 aleja de nosotros" (459). Es par ella, que la meta a mes a11A" que busca el yo en la obra de Delmira, siempre rscede en cuenta see ya parece alcanzarla. Como uno de las significados del "tb" es el de meta de la bbsqueda del yo, se entiende por que ese tb siempre aparece inalcanzable y a distancia infinita del yo lirica. Para Merleau-Ponty, el ser toms contacto con el tiempo en un campa de presencia: "experiencia originaria en que el tiempo y sus dimensiones aparecen en persona, sin distancia interpuesta y en una evidencia bltima” (455). En ese 129 momenta, "mi presents as rebesa hacia un advenir y hacia un pasedo prbximos y las toca ahi donde se encuentran, en el pasedo, en el advenir misma" (458). Como esto es lo que sucede en la mirada y en el reflejo, se entiende por que fue necesario que ellos ocurrieran para que sl eje horizontal mostrsre explicitamsnts, en la segunda parte de la obra, su significado, ya implicito en LB. Tambibn, para Merleau-Ponty el tiempo existe cusndo el hombre rompe la plenitud del ser en si y express intencianslidsd, "el tiempo no es una lines sino una red de intencianslidades" (456). Tambibn agrega que: el tiempo coma empuje indiviso y como transicibn hace posible el tiempo coma multiplicidad sucesiva" (463). Asi, se puede decir que desde el principio de la obra ds Delmira, e1 eje horizontal designs la corriente misma de temporacibn y la intencianslidsd poetics, mientras que el eje vertical designs las campos de presencia del tiempo, el”ex-stasie" al que se refiere Merleau—Ponty y el acto creador. Como en este trabajo se identifica la subjetividad con la imaginacibn (poder creador), es puede decir, par bltimo, que s1 eje horizontal tambien designs 1a creatividad abstracts que se reconoce en una multiplicidad de formas ya creadas o potenciales. Esos significados del eje horizontal se pueden ilustrar con los siguientes ejemplos. El tiempo, hecha de pasedos sucesivos aparece en "Elegias dulces I" (CM 141) donde se dice: "las pasedos se cierran coma atsbdes." 130 Aunque en ese misma poema, el yo lirica pone par un rato la esperanza en el futuro, ". . . y srde en los troncos la nueva floracibn", ese futuro no es personal, ya que repetiria la creacibn en su generalidad (coma sucesibn de momentos parecidos), pero no en su particularidad (coma amor, momenta que ya aparecib). Par esa, en "Elegias dulces II", el yo vuelve a esperar en vano que el tiempo retraceda: aPobre mi alma tuya acurrucsda en el pbrtico en ruinas de Recuerdo, esperando de espaldas a la vida que acasa un dis retroceda el Tiempo! (142) E1 yo lirica tiene entonces una percepcibn de un pasedo que es irrecuperable en en particularidad. Lo que le queda par hacer a see ya, es persistir en el recuerda de ese pasedo particular a ir hacia un futuro incierto, quiza de repeticibn constants. Es por ella, que el camino parece a veces infernal. En la segunda parte de la obra de Delmira, e1 eje vertical aparece asaciada indistintamente con la palabra ensuefio o visibn, y ambas con la palabra recuerda. Ensuefio y recuerda son sinbnimoe: ". . . zUn eneuefio entrafiable? . aUn recuerda profundo?" pregunta el yo lirica en :Las coronas” (CM 132). Tambien, el eje vertical va a aparecer ssociado con el destino de la forma ya creada en el acto del reflejo. Los movimientos asociados con este eje se manifiestan claramente en esta parte de la obra. Ellas son de ascenso (vuelo) y descenso (caida). Es en este eje que 131 as nota 1a transicibn entre la luz (vuelo) y la oscuridad (caida). E1 primera es un fenbmeno de sublimacibn, el segunda de cristalizacibn. Otro cambia importante en la segunda parte de la obra de Delmira es la transformscibn del tb lirica. En el comienza de Qantgg_g§_lg_m§§§ng, e1 tn lirica aparece: coma hija de la sombre y principio de la noche, coma recuerda en vez de presencia y coma carente de energia. En su pasividad, el nuevo tb adquiere muchos de los rasgos del yo pasiva, especialmente su imagineris acuatica. En "Los relicarios dulces" (CM 70), e1 tb es el "alma ya borreds”, nutrida de sombre, que murib por su propia ductilidad. En ”Fue a1 pessr" (QM 71), los ojos del tb son coma receptaculos cuyo contenido y vitalidad se escapan. Mes terde, en Qggtgg_gg_lg_ga§gng, asi como en ng_g§liggg_gggigg, el nuevo tb puede ester separado del ya a adentra suya. Cusndo el tb aparece separado del yo, sl tb sets a distancias inelcanzables por el yo: he mirada hacia strbs, zyo se que sates tan lejos que nunca valverse! "Elegis I” (Q! 140) Mi nostalgia ha pintado tu perfil wsgnerisno Sobre el velo tremendo de la ausencis. "A la lejos" (Q! 145) Lejos como en la muerte sienta arder una vida vuelta hacia mi. "Cuentas ds luz" (RE 157). Cusndo e1 tb esta adentra del yo, forman un binomio en que las funciones del tb y del yo son intercambiables de poems 132 en poema. E1 hecha de que el tb sparezca separado o adentra del yo, obedece a que Delmira analiza la relacibn entre la creatividad del poets y sus formas deeds dos perspectives: una general y abstracts y otrs particular y concrete. La perspectiva general, que es cusndo el tb aparece a distancias inelcanzables por el yo, represents la relacibn entre la creatividad del poets y el proceso de su creacibn. La creacibn analizada coma proceso, es decir coma multiplicidad de actos de creacibn y de formas que se suceden, se desarrolls s traves del eje horizontal. En ese eje, e1 tb represents el mes-ella o punto especial de destino (en el futuro) a de origen (en el pasedo) de le bbsqueda del yo. Represents tambien la forme potencisl (en el futuro) o la creada (en el pasedo) y, por bltimo, represents la energia abstracts de la creacibn. En la prbxima seccibn, al discutir las estructuras ds las actos de creacibn menciona 1e existencia de un plano cbsmico y otro interior. E1 plano cbsmico es cusndo e1 tb aparece fuera del poema, a distancia del ya, que es lo que acaba de discutir en este pbrrafo. E1 plano interior es identico a la perspectiva que discuta en el prbxima parrafo. En la segunda perspectiva, Delmira analiza lo que sucede a la forma ya creada (yo invertido) que después de necer y brillar en el acto, empieza a marir. El marir de la forma aparece como una transformscibn de la luz y vuelo en caida y sombre, a de lo contrario, como cristalizacibn. 133 as decir, coma una materia que pierde su energia (movimiento) a como una energia que se agate y ya no puede energizer la materia. En este perspectiva, e1 tb aparece como un termina o elemento de la relacibn--yo invertido--de la que el yo es el segunda termina. Cusndo e1 tb aparece como parte de ese binomio, se trata de un tb que esta .muriendo. Este es el tb que esta adentra del yo ulterior (forma) y que se parece al yo pasiva, anterior a1 reflejo. La disociscibn que viene despues del cruce del reflejo: e1 retorno a las doe ejes de orientscibn, la existencia de dos planos——e1 cbsmico, con un tb alejado del yo, y el interior, con un tb que aparece como termina de una relacibn-~express la nocibn de que la creacibn es un proceso continua incapaz de ser fijado o detsnido en un punto. En el plano cbsmico, en cuenta el yo parece alcanzar el tb, este recede, por lo que el yo debe continuar indefinidamente en su bbsqueda; en el interior, e1 tb es inestable y muere. Asi, ni e1 acto es definitivo, ni la forma final. Para mantener su ideal postico, que coincidia con el acto de la creacibn, en la que s1 tb y el yo se relacionsban sin dejar de diferenciarse, Delmira tiene que mantener y crear una distancia entre las terminos (ya—ta) mientras sugiere dos cosas: una unibn en que esa distancia se cerrerie y la imposibilidad de alcanzar esa unibn. Ese propbsito poetico es la base de casi todas las estructuras del acto creador en la segunda parte de la obra. 134 B- Las_estrustsras_del-ast9-sreséer-es_la_§easaéa_aarts Qe_la_ehra; Les estructuras de los actos de creacibn en la segunda etapa de la obra son: la serie infinita, la tensibn y la querella, la ruptura como posibilidad, Eros o la resurreccibn y finalmsnts e1 revbs total. La descripcibn de cada una de sllss es la que organize esta seccibn. Tembien, cada estructura represents una fase de esta parte de la obra. La primers estructura es la de la serie infinita. Ella parte de un yo compuesto frente a1 cusl se erige otro tn, que a su vez results en un tercer yo y asi sucesivamente. La segunda estructura es la de la tensibn y la querella que consiste en mantener separados las dos tbrminos de la relacibn (yo-tb). E1 yo y el tb primeras son ya parte de un tb ulterior (forma creada), pero Delmira trata de separarlos y dividirlos contra si mismas. La tercera estructura, la de la ruptura, aparece cada vez que Delmira hace una transicibn entre diferentea fases o estructuras. La ruptura alude a las diferentea perspectives que Delmira asume ante su creacibn. La cuarta estructura es la de la resurreccibn, par la que la autora trata de hacer resurgir e1 yo invertido y de fijarlo eternamente a través de Eros. La bltims es la del reves total y consiste en un retorno del posts a las fuentes primaries de la vida (a1 primer tb), lo que results en un 135 encuentro del ya con la muerte. Las diferentea estructuras surgen no sblo coma formas de mantener e1 instants ideal en la relacibn del yo y el tu formulado en el reflejo, sino tambien de explorer otras doe cosas sugeridas en e1: 1) la unibn del yo y el tb en el ”mas ella" y 2) un cuarto paeo en el reflejo donde el yo invertido transformaria a1 tb primera. En el primer caso, el yo se reunira con el punto de origen o principio de su movimiento; en el segunda, lo creada no sblo retornaria a la fuente originaria y abstracts de la creacibn, sino que tambien habria une inversibn de las funciones de lo creada (hija) y del creador (padre): el primero alimentaria o energizaria a su padre, que es lo que el yo narrador le pide s Eros. Par ultimo, las nuevas estructuras resultan de la incesante exploracibn y bbsqusda de la autora para encontrar la estructura de la subjetividad y/o creacibn. Delmira se pregunta si aquella es repeticibn constants de estructuras, sums de instantes o creaciones disperses, por ejemplo. Cede estructura abre una nueva posibilidad de creacibn a la vez que surge naturalmente de lo que le precedib. 1- La_§erie_iafiaiial La creacibn coma serie infinita es una de las primeras estructuras que aparecen despues de §l_libgg_bl§ggg. Se ve especialmente en Qant9§_gg_ls_m§§gng. La serie infinita se express an dos niveles: en una eecala cbsmica en uns dimensibn "exterior" (s1 yo), en que hay un fenbmeno de 136 encejonamiento; y en una dimensibn "interior" (el yo) en que hay una duplicacibn continua de los miembroe de la relacibn. La dimensibn cbsmica, es la del tb separado del ya; la interior es la del tb adentra del yo. El primer caso, el del fenbmeno de encajonamienta, aparece en el reflejo absoluto. Ese reflejo consiste en poner un suefio dentro de otro. Eso se ve en las poemas ”Deeds lejos” y "A una cruz". El reflejo absoluto express la situacibn del ya lirica, que deeds eu presents, contemple el acto de creacibn (reflejo) que: a he ocurrido en el pasedo, si see ya lirica participb de ese acto (situacibn de "Deeds lejos”); a de lo contrario, acurre primera fuera del yo y luego lo afecta (situacibn de "A una cruz”). En el bltimo caso, hay un fenbmeno de doble prayeccibn y doble reflejo. El reflejo absoluto aparece por primera vez en el poema ”Deeds lejos" (LE 77). En el primer cuarteto del poema, en s1 presents verbal, e1 ya lirica describe las efectos de la ausencis del amado (tn). Cusndo este no esta, el tiempo se multiplies (las horas se hacen cortejo) y el silencio es frio. Aunque no se menciona 1a hora, 1a oscuridad esta implicita en el poema (esto es reforzado en el segunda verso del prbxima cuarteto cusndo e1 yo dice: "mi harizonte grave como un cefio sombrio". El yo lirica esta presumiblemente en un especia reducido. Ese encierro interior, como en "Intima", se proyecta cbsmicamente en la. segunda estrofa, donde las imagenes de horizontes y bosques 137 son de especias amplios, casi infinitos, pero que sin embargo, por su adjstivizacibn--horizontes sombrios y bosques muertos--son imagenss de prisibn y de encierro. El tn va a eer e1 agents dinbmico que herb brillar y dare luz, sonido y movimiento a esos especias. En la estrofa tres, e1 yo recapituls su entrega e1 tb y despues del recuerda de esa ofrenda, "yo puss entre tus manos palidas mi destino," aparece una imagen del reflejo absoluto.) En ese reflejo, las almas del tu y del ya, que son el mar y el eielo, ee reflejan mutuamente. Entre el mar y el cielo pasan los fenbmenos—-el tiempo, las tormentas, la vida-~pero sin perturbar su calms. Este calms represents la perpetuacibn del instants de la creacibn poetics, dado que el mar y el ciela son a la vez eternos y cambiantes. El reflejo simple de ”Intima” designs s1 acto de la creacibn poetics, e1 reflejo absoluto de "Desde lejos", designs la perpetuacibn de ese instants a través del recuerda. El reflejo absoluto tambien aparece en "A una cruz" (QM 133). Es este un poems largo, que es importante analizar. El tb del poema es la cruz. En las estrofas una y dos del poema se mencionan la cruz y el camino. La cruz, como un lazo, eta la tierra s1 cielo y la sleva hacia e1. Tambien la cruz se abre al caminante como un puerto de luz. E1 camino es un rio, sugerido por las palabras puerto y orilla para describir la cruz. La cruz tiene dos ejes de orientscibn, uno vertical 138 (ya que une el cielo y la tierra) y otro horizontal, e1 del camino que cabe en ella. La cruz es asi el punto central de una encrucijada, la interseccibn de dos ejes y designs el ideal pobtico de Delmira. En la segunda mitad ds la segunda estrofa, la lune abre la noche. Abrir es aqui sinbnimo de dar vida. La luz lunar es una luz materializada, un necer. Por lo tanto, la noche del poema es, paradbjicamente, de una oscuridad blenca. En la estrofa tree as describe el velo de la lune como una nets que crecia en un cielo "viva eomo un alma", en la noche abierta y viva. La noche (tiempo) y el cielo (especia) sstbn asi unidos en su vitalidad. Mbs tarde en la estrofa tres hay un movimiento ascencional del velo que crecia, coma si la luz lunar llevera a la tierra consigo. Le luz lunar crecia en dos direcciones: hacia arriba (por el velo que slzaba) y horizontalmente coma nets que se expandie. La luz lunar, envolvia la tierra y esta se hacia lsche lunar (o agua, siguiendo 1e ley de la imaginacibn en que todo liquido es fundamentalmente agua). En la estrofa cuatro, el yo lirica dice que la tierra parecia un suefio enorme de color de plats, sugiriendo la imagen de un lago inmensa que reflejsra el cielo. Le tierra ee convierte en el espejo del eielo. En la misma estrofa cuatro, el yo dice: "fue un sbismo de luz cede segunda". El sbismo ee asacia con la oscuridad y lo insondsble; sl segunda es une dimensibn del tiempo y la luz es, en el poema, una materia que crece y se extiende. Par 139 la tanto, se trata de uns imagen que a1 unir el tiempo (segunda), el especia (sbismo) y la materia (luz) represents tambien e1 ideal poetieo de Delmira Agustini. En esa imagen prime e1 eje vertical (sbismo—abeja; luz-arriba) pero las extremos de oscuridad se identifican y viven. Luego de esa imagen, e1 yo dice: "e1 limpido silencio ss creeria / la voz de Dios que se explicara al Mundo" (134). En la estrofa cinco, el yo dice que su alma herida cayb en la cruz, scogiendose a ella, ”coma a una palms / de luz en el desierto de la Sombre” (134). El desierto ds la sombre es una imagen de negacibn porque une el desierto (siempre negativo en Delmira), que es une planicie, un harizonte abierto, seco y sin vida; e 1e sombre, que es la ausencis de luz. Se unen en esta imagen lo seco y lo brido con el especia abierto e ilimitada. Frente a este desierto, la cruz es una ”palms de luz". Ls pslma sugiere e1 oasis y par la tanto, el agua, asaciada con la luz, da la ssnsscibn de fecundidad y de aperture. En la estrofa seis, el yo dice que la armania fiel que murmursba en b1 rompib en canto y que de su mbrmol brotb un manantial. La armania (unidad) rompib de su estancsmiento y brotb de la piedra. En la estrofa siete dice e1 ya que llorb e1 dolor de las heridas (todo el mal) y la embrisguez de las roses (todo el bien) y en que en ella (el yo) se arraigeban y se reflejaban todas las cosas. En esas imbgenes, el yo por el hecha de que las cases as "arraigeban" a sea que echaban raiees en el, se convertia 140 an tierra; par reflejarse en el yo todas las cosas, e1 yo se convertia en un lago 0 en un cielo. E1 yo misma entonces, es la condensacibn de todo el universo, es e1 misma, un reflejo absoluto. En la bltima estrofa del poema, el yo llora, y aqui e1 llanto es positivo, es uns purificacibn. Par ultimo, el alma del yo se elza en la nieve tibia de la lune. La nieve tibia es la leche o luz lunar. En este poema hay dos reflejos: e1 reflejo de la tierra y el cielo que se identifican e traves de la luz y cuya relacibn cbsmica se proyecta en el yo y vicevsrsa. Hay entonces uns prayeccibn cuaternaria, primera del cielo a la tierra y de la tierra al eielo haste que se unen; y segunda, del yo consigo misma, ds su eielo y su tierra y, par ultimo, s1 del ya con el cbsmico. Los dos univereos cerrados se prayectan mutuamente y hay una armania cbsmica. El espejo (conciencia del poets) identifica e1 individua y el cosmos. Ese es el fenbmeno de encajonamiento que se mencionb a1 introduciree la serie infinita en su escala cbsmica. La serie infinita se express tambibn en una dimensibn interior a1 yo. Este caso, que consiste en la duplicacibn permanente de cada miembro de la relacibn yo-tu, se puede ver con claridad en el poema "Supremo idilio" (Q! 135). En ese poema, la duplicacibn va acompafiada de una ruptura de planas del poema y de un juega de distancias. Hay cuatro planas o distancias en el poema: en el primero, 141 los personajes son vistas a distancia por el hablante lirica que los describe; en el segunda plano, se suprime esa distancia y las personajes dislogan; en el tercer plano cada personaje se dirige a elementos conflictivos dentro de si misma y por ultimo, en el cuarto plano, hay un retorno a la distancia inicial y el hablante lirica vuelve s describir a las personajes deeds afuera. Se trata ds un juega bptico en el que hay un encajonamiento a1 reves, ya que la eliminaeibn de la distancia va siempre acompsfiada de una duplicacibn, coma si se tretara de una cajs que escondiera a doe mas y asi sucesivamente. Mientras que en el reflejo absoluto se encerraba un susfio dentro de otro, en la duplicacibn se abren sin llegar a1 fondo. "Supremo idilia” es un poema muy largo de dieeisiete estrofas. En la primera estrofa, se vs a lo lejos un castillo: arriba hay una figura blanca y luminosa y abajo una figura sombria: la primera es el alma, la segunda el cuerpo. Despues de la introduccibn de las figures, hay un glggezup y el autor presents a las dos figures dislogando. El alma se dirige sl cuerpo llamandole, "flor augural de una estirpe supreme que duplics los petalos sensitivos del alma" (estrofa dos). En la estrofa tres, e1 cuerpo se dirige al alma a la que describe can imbgenes scuAticas. En la estrofa cuatro hay otro glgggzup y shore son las ojos del alma los que se duplican. Los ojos son 1a carne y el alma. Esa duplicacibn esta acompafiada de una inversibn de generos, ls carne es shore femenina y el alma masculine. 142 Se trata de un dislogo entre las elementos conflictivos del alma. La carne es un principio dinamico que designs: e1 dolor, e1 florecimiento del mal, lo que contamina y oscurece, un vampiro de una noche fris que busca alimento (sangre nuevs) y refugio. En la estrofa siete, e1 alma, ductil y pasiva, pide ser tragade por la earns. En la estrofa ocho hay otrs duplicacibn mas, el alma, tiene a su vez un alma y un cuerpo; y la carne, tiene tambien un alma y un cuerpo que entran en relacibn. Hay un scercamiento progresivo de ceda elemento que culmins en la estrofa diez en la que el alma le pide a la carne que se enrosque en ella, como una serpiente a un brbol. La earns es el producto del alma, "serpiente caida de mi estrella sombria” y quiere el alma que ese cuerpo regress a su fuente primaria. Esta parece expresar un deseo extrema del autor de controlar la creacibn. Una vez unidos, la carne ascura se transforms par la luz del alma y se habla del poder milsgraso del amor. En la bltima estrofa se vuelve al plano objetivo del poema y las dos figures que se acarician son shore el silencio y la sombre. 2- La-tea§iéa_2_ls-ayerella; Como en la estructura anterior, hay en la querella y tensibn coma forma de creacibn dos niveles en que aparece; uno es cbsmico y el otro es interior. En el nivel cbsmico o exterior, el tb esta separado del yo y a distancias inelcanzables, en el nivel interior, e1 tb aunque es parte 143 del yo, esta en querella can él. Este ultimo nivel es el que predomina, aunque muches veces los dos niveles se confunden en el poems. En las doe niveles, la separacibn ds las terminos de la relacibn se express de acuerdo a tres estructuras: la de herida-cuchillo, la de hambre-alimento y la de herida de muerte-refugio. Esas estructuras expresan lo que hiere y lo herida; e1 vacia (hambre o sed) y lo que serie capaz de colmarlo y por ultimo, lo que se destruye y su refugio. Como en el nivel interior (que es el que predamina), e1 yo de la segunda etapa incluye al tu anterior, see ya va a estar constituido por el tu trsgado (lo devoredo) y por el yo anterior (el que lo devorb). Asi, el yo bnico es simultaneamente el alimento y el hambre, e1 refugio y el enferma, el cuchillo y la herida. Por la tensibn y la querella se mantiene la distancia entre e1 yo y el tb, los dos miembroe de la relacibn. Ese distancia se mantiene a través del fracasa y la esterilidad, e1 dolor y la eulpa. El fracasa y la esterilidad coma formas de relacibn se pueden ver en "Elegia II" (QM 141). En los dos primeras cuartetos del poema hay imagenes de liquidas y receptbculos sin unidad, regidos par una lbgica autbnoma, en que cede cosa ignore su posible cure. En el primer cuarteto, hay una imagen de cops vacia (ls boca del tb) que necesita beber, pero que no se abre; en el segunda cuarteto, hey una cope que se vacia (e1 corazbn del ya) que necesita que la contengan, pero que nadis lo hace. Aunque la de los 144 liquidas (legrimas y sangre del yo) son imagenes dinamicas, sllss expresan un movimiento inutil y esteril; las lagrimas se pierden en el misterio sin que la boca sedienta del tb se abre; la sangre se escape sin que el tb la contengs. La de las lagrimas es una vida cuya finalidad (apegar la sed) se niega, la de la sangre, una vida cuya finalidad se pierde. E1 dolor como principio dinbmico y forma de relacibn aparece en innumerable poemas. En "Supremo idilio” par ejemplo, se ve como caracteristice de una de las tantas carnes, que se define coma ”aristocracia livida del dolor”. Es un dolor que se puede dirigir a otros o si misma, que no results de la accibn de un pufial o la lira. Es par la tanto un dolor "principio" que forja sus propios instrumentos. Ese dolor es la voluntad de hacer doler, por lo que es sadismo. El sadismo ee ve en el poema "El vampiro" (Q! 139) que comienza can uns invocacibn sl tb a través del dolor: ”yo invoque tu dolor". Ese dolor es una forma de relacibn sada-mssoquista del yo y el tb. Lo es, porque ese dolor involucra simultbneamente un dolor sufrido y sentido por el ta, y la intencibn de hacer doler del yo, ambas expresados por la estructura herida—cuchillo. El yo en este poema es el vampiro a cuchillo, y el tb 1a herida. El sentimiento ds culpa que aparece en este poema se puede ver en la siguiente pregunta que se hace el yo: "gSoy flor o estirpe de uns especie oscura / que come llagas y que bebe e1 145 llanto?". Parece necesario aqui aclerar que se debe evitar atribuir ese dinamismo del mal a causes psieolbgicas de la autora. Ese dinamismo se explica mejor coma exigencia poetics. La culpa, como el dolor y sl fracasa, expresan una divisibn del yo entre: la que see ya hizo y lo que deberia haber hecha, o entre la que es y lo que deberia ser. La culpa, e1 dolor y el fracasa son asi formas de mantener y fijar para siempre uns distancia, y de sefialsr a1 misma tiempo que esa distancia no deberia existir. En "La inefable” hay un tb que es un pensamiento mudo, innmenso y esteril. En este poema, la esterilidad se express en su forma mas extrema, en la divisibn del objeto consigo misma, a en la separacibn del objeto de sus atributos y funciones. Asi, e1 pensamiento es mudo, antitetico a la esencia del pensamiento coma sonoridad y movimiento de poemas anteriores camo "Rebelibn". Es tambien una estrella dormida, es decir, una estrella que niegs su esencia de ser radiante y es par ultimo, una trAgica simiente. La querella y la esterilidad tambien se expresan en la relacibn del tb y el yo del poema. El yo es un alimento que no aliments a1 tb. ”Lo inefable" es un poema de esterilidad, donde al final as enuncia, coma deseo imposible, lo milsgraso que serie que el pensamiento floreciera, lo que equivaldria a tener en la mano, "la cabeza de Dios" (67). La unibn se proyecta asi a 146 distancias inelcanzables. El poema "Plegaria" es tambien uno de las mas representativos de la tensibn y la querella como forma de relacibn. Este poema se desarrolls como una letanis, en la "aEros; acasa no sentiste nunca que se repite 1a pregunta piedad de las estatuas?", pregunta a la que sigue una descripcibn de las razones por las que las estatuas deben inspirar piedad. Les estatuas eaten representedas con cierta ambivalencia, sugieren simultaneamente alga que fue y no es mes y alga que es y no podra ser. Pareesn ester fuera del tiempo, atrapadas entre un pasedo muerto y un futuro imposible. Como e1 tu de "Visibn" que estaba muerto y vivo, las estatuas son cepullos que esperan: "la vida o la muerte". Les estatuas son unas imbgenes de umbral, cuyo significado es la esterilidad y la impatencis. Ese impatencis se comunica a traves de imbgenee de obstbculos que impiden a las estatuas la trascendencia a el vuelo. La imposibilidad de trascendencia de las estatuas es el tema del poema. 3. La_rsstsra_seas_essihilides; La ruptura con el pasedo, es una posibilidad que en la poesia de Delmira Agustini implies vacia, indiferencia y pérdida de control. E1 abandono del pasedo se sugiere por primera vez en "Las else" (9! 68), poems que describe e1 vuelo de la imaginacibn creadora. Les alas son imbgenes del ideal de creacibn. Presuponen alga simultAneamente fijo y en 147 movimiento, muy similares a las antenas de "Primavera" (CM 127). Como las antenas, las alas son los motivos de inspiraeibn del poets, son un punto de vista frente sl universo. Son alas que no vuelan, que no se despegan ni separan del suelo. Son "raices siderales" que es nutren del universo cerrado y autosuficiente del suefio. El vuelo de las alas es el de la imaginacibn, "srdiente, devorante y unico". Luego de caracterizar la gloria del vuelo, termina el poema en una contradiccibn, en el alivio del ya de ver deshacerse un dis las alas. Ese abandono momentbneo de uns realidad parece ester ssociado en Delmira a un cambia de orientscibn en su poesia, como se puede ver en "Les coronss” (QM 132). Este poema va mas ella de ”Lee alas". En ”Les coronas" hay una ruptura aparente del ya can s1 pasedo, que no es mes que la transformscibn del punto de vista desde el que se le mire, como son todas las formas de relacibn que eetoy analizendo. E1 poema empieza con un tiempo especial: un instants que es un umbral especial y temporal, ”un momenta sntrafieble en las puertas del Mundo". El destino le ofrece al yo varies coronas, que representan formas diferentea de la culminacibn de uns obra poetics, distintas interpretacianes de la labor poetics (trbgieas, fatuas, etc.). El yo sients indiferencia, e1 destino final no parece importarle. Esa es la indiferencia asaciada en la poesia de Delmira con la ausencis de la temporalidad. Pero esa posicibn es insostenible para el yo. Inmediatamente 148 despues que le colocan a1 yo uns corona de luz hay una transformscibn, y las estrellas se epagan y "florecen las sienes". Eso coincide con un cambia de direccibn de la poesia de Delmira, que pasa de las imagenes luminosas de sire y agua a otras terrestres; y del concepto de creacibn eomo mirada, a las otros que estamos analizando. ”Les coronas” sugiere el tema de la muerte y la resurreccibn que es una fase de la segunda parte de la obra de Delmira. Tambien ese poema express 1a bbsqueda de la vida en la profundidad del ssr: "me interns en la Vida". La vida, como se vs can claridad en el poema ds ese nombre (”Vida", CM 129), es la interioridad del poets. Otra tentativa de ruptura se ve en el poema que se llama precisamente "La ruptura" (Q! 66). En este poema, e1 hablante lirica cuenta que rompib une "cadena sacra" con us 0' lirio y, que deeds entonces, sigue su camino con la frisldad magnifies de la muerte”. Al final del poema, el yo se asoms a su "laguna interior" y en el fondo del agua dormida ve aparecer una imagen ambivalente, la de un monstruo a un dioe, ”enmesearado en una esfinge tenebrosa suspense de otrs vidas". No hay en el poema misma, ninguna clave que permite entender el significado de la cadena, ni del lirio, ni de la esfinge, por lo que hay que referirse a otros poemas. La imagen de cadena aparece explicitamsnts con pasteriaridad a este poema, en "Ofrendando el libro" (93 43), en "Cuentas de luz" (RE 157) y al final de la serie de 149 "cuentas" del rosario de Eros (158). En el primer poema citada, la cadena "ds roses" es el brazo de Eros que aprisiona y domestics, "la leona mes fuerte de la vida" (no se dice cusl es). En ”Cuentas de luz" 1a cadena esta asaciada con un tb ausente y lejano que sigue a1 yo. Este tb, lejano pero poderosa, "arraetra su cadena de misterio y de ensuefio". La idea de cadena aparece implicitamente tambien en ”Plegaria", en las plantss de las estatuas, en su arrastrar eterno de alga quemante. La idea de cadena aparece entonces asaciada con dos simbalas ds la creacibn, uno universal, Eros, y otro personal, e1 tb de "Cuentas de luz". Por su asaciacibn con las estatuas, la cadena destaca 1a eternidad de la creacibn. En ”La ruptura", la cadena es ”fuerte como un destino, sacra como la vida; sensible como un alma" (66). Toda esa parece confirmar que esa cadena represents la creacibn personal, el pasedo al que el yo esta encadensdo. La cadena se rompe con un lirio, flor que es un simbala tradicianal de pureze y, que en este poems es quiza la forma extrema de la misma, la frigidez. Hay dos afirmaciones implicitas en ese ruptura: uns, sobre la naturaleza del pasedo y otrs, sobre la relacibn del ya con el. El pasedo es simultaneamente poderoso y fregil, una cadena fuerte que un lirio puede romper. Lo que mantiene a1 pasedo viva, a1 que el yo esta atsdo, es la preocupacibn del ya can e1, es el deseo o la voluntad de mantenerlo viva. Sblo con ceer en la indiferencia (en la 150 frigidez del lirio), se le puede destruir. Esta corrobora indirectamsnte que las formas de la tensibn y la querella son la expresibn de una voluntad poetics ambicioea, que se mantiene y lucha contra los efectos del tiempo. En el poems "La ruptura", el yo desatiende e1 pasedo coma creacibn personal, pero eso no tree alivio coma en "Las alas", sino otrs pregunta, ahacia que va a llevar esto?, asdbnde vs e1 yo? La respuesta es ambigua, la ruptura puede ser e1 acto de un monstruo a de un dioe; puede ser un asesinata de la creacibn a una forma de ir hacia una creacibn superior. La respuesta que aparece en el poema es enigmbtica. Hay una esfinge, simbala del misterio eterno, "suspense de otrss vidas,” que son las otrss formas posibles de creacibn, pero su posibilidad es incierta. El romper con el pasedo, es entonces, el romper con una estructura significativa. Par esa, las ruptures de Delmira son siempre provisionalss y plantean enseguida el problema de cbma crear otrss estructuras del acto creador. 4- Le_srsesi99-99-Eree-2-el-sii9-de_la_resurressiéai Delmira Agustini investiga dos posibilidades poeticas con la figura de Eras. Ellas son e1 retorno a la relacibn primaria del yo y el tb lirieos y la fijacibn eterna de esa relacibn. Eros aparece siempre ssociado a la idea de la resurreccibn de la que es en agents. Eso se puede ver con claridad en el poema "Otrs estirpe", que empieza con una sbplice del yo lirica a Eros, al que llama ”padre ciego". 151 Eros, coma principio abstracto de la creacibn, es en padre, pero coma es universal, es ciego a lo personal. Par esa, el yo quiere guiarlo hacia una forma especial de creacibn. El ya la pide a Eros el cuerpo del tb derremado sabre ella (yo). El tu es un principio activo y exuberante, caracterizado como la lava de un voICAn: "su cuerpo excelsa derremado en fuego". El cuerpo del yo lirica esta "desmayado en roses", lo que represents una forma de pasividad delicada y fragil. Inmediatsmente despues de ese pedido del yo lirica a Eros viene el siguiente cuarteto: La electrics eorola que hay despliega brinda el nectsrio de un jardin ds Esposae; para sus buitres en mi earns entrega todo un enjambre de palomss roses. (9! 47) En las primeras dos versos del cuarteto, 1a imagen que predomina es la de corals, de enorme poder condensatorio. La corola es la parte esencial de la flor, e1 receptbculo del nectar. Ls esencialidsd de la corals se acentba en el colectivo ”nectario" de un jardin de Esposas. Lo que entrega e1 yo, coma corola, es la esencia mes destilada de su ser. El yo se hace todo amarillo (una de las significaciones de electrico en la epoca en que se escribib e1 poems are ls del color ember), todo miel, un universo de dulzor. Hay por lo tanto una magnificacibn de la imagen de corals y una prayeccibn de la misma a un nivel cbsmico. Despues de esa intensificacibn, el yo esta listo para la abeja que es el tu. La imagen de abeja que se 152 implica, pass a ser buitre. Hay asi una intensificacibn de la imagen; par un lado, hay un crecimiento del animal (que pasa de abeja a buitre), y por el otro, hay una intensificacibn de la accibn de ese animal (que de picar o absorber pass a devorar). Para las buitres del tb, e1 yo entrega un enjambre de palomas roses (earns), enjambre que sugiere de nuevo las abejes. _Hesta shore, el yo pasb de ser rose a ser corola, y de ser corola a ser carne apetitosa para el buitre. El yo se identifica tanto con el amado (tb), que el deseo del tb (abeja) se reproduce y magnifies en el yo haste que la abeja del tb es un enjambre en el yo. En el siguiente tsrceto, el yo lirica 1e pide a Eros: De a las dos sisrpes de su abraza, crueles, mi gran talla febril...Absintio, mieles, vierteme de sus venas, de su boca... (g! 47) En ese tsrceto, e1 yo pass de ser alimento del tb, a tener hambre del tb. El yo busce que el tb lo aliments de sus mieles (que ersn antes del yo) y ds su veneno. Es uns forma par la que el yo buses que el tb 1e devuelva e si misma (a1 ya); que lo aliments de su propia esencia (del yo) y que lo refleje. El deseo del yo de perpetuar 1a experiencia de resurgimienta (que es un reflejo terrestre) se express en la imagen de la serpiente (tb) enroscada en el srbol de la vida (ya). Luego de ese tsrceto, csmbian e1 tono y las imagenes del poema. El yo aparece tendida como el principio. pero 153 ahora e1 yo es un "surco ardiente", una tierra que contiene e1 fuego. Esta aqui, entonces, e1 mito de la resurreccibn. El yo, despues de devorado, resurge y se prepararis para el futuro. Como Eros es el agents que haria posible 1a resurreccibn y esta involucra e1 hacer renacer la luz, es decir el crear e1 blanco a partir de lo negro, para luego fijarlo; Eros aparece asaciada a fenbmenos muy parecidos a los de la alquimia.1 El parecido es posible porque, como la poesia, la alquimia estaba regida par procesos imaginarios puros y sus leyes no eran lbgicas sino de la imaginacibn. Muchos ds esos procesos de la alquimia se ven en toda la segunda fase de la obra de Agustini, pero aparecen con mayor nitidez cuando se asacian a Eros. El primer proceso alquimista, el de calcinacibn, se puede ver en el poema ”Con tu retrata" (Q! 65). Este poema es una descripcibn del mecanisma de la creacibn a traves del fuego, que es su agents y simbala. E1 yo-dios a paste, da vida a un retrato, al tb, que es su creacibn. El retrata emanece, tiene un mediodia y al final muere. Al fin del proceso, quedan las restos de la combustibn, que son las astras ”frios y lejsnas". El fenbmeno de la putrefaccibn, coma via para una resurreccibn, se ve en "Cuentas de sombre" de El_rg§srig_ge_grgs (156). En la primera estrofa del poema la imagen que predomina es la del lecho coma raiz. Ese imagen tiene la estructura de cuchillo-herida. Ls rsiz es 154 um cuchillo, tenso, agresivo y doloroso, clavado en la tierra hands de la muerte y el suefia. La rais es la representacibn de una ivoluntad en tensibn del posts, Is voluntad de creacibn; y la tierra en la que esta clavsda, represents e1 sustenta o materia de la poesia. La raiz, a1 alimentarse de esa tierra, adquiere sus caracteristicas. Ese identificacibn esta expresada en el poema en la imagen de la rosa de amor, en la que el sustantivo "rosa" funciana asi como un verbo, tiende a significar "rosamiento" y florecimiento: el proceso y el producto. La imagen de raiz es la de un espejo opaco, que funciana como el lago de la primera etapa de la obra de Delmira; como un umbral. Primero, hay un principio activo, la raiz-cuchillo, representativo de la voluntad creadora que se aliments de la muerte. Esa muerte es primera pasiva como el antiguo yo. Pera luego, la muerte se activiza y como el yo invertido, es una materia hecha acto que inunda los lechos y los transforms. Ese transformscibn esta representada por la flor que en la segunda estrofa se hace fruto. El fruto viene de la flor (flor que es hija de la raiz y la tierra), y de ese fruto surgirbn especies fuertes. Ese bltima imagen sugiere la de las semillas en el interior del fruto. Hey asi cada vez mes interioridad en el poema; hay un fenbmeno de encajonamiento, en que una case enmarca a la otrs haste llegar al centro, y ese centro es plural, "las especies”. Esas especies son una imagen del ideal poetico de Delmira, "suspendidas entre la tierra y el cielo". 155 Asi,la verdad del fruto es la de uns creacibn especial, en que primera la voluntad del pasta (narrador) elige un objeto o materia sustentsdors (muerte y tierra), y luego se entrega a see objeto y es dominedo por el. La flor-fruto es la sintesis que el poets busca fijar, la de uns materia dinamizada. Hay un fenbmeno de desintegrecibn e integracibn en el poems. Ese es el significado de la muerte coma putrefaccibn que ennoblece, idea expresada al final del poema: ". . . Gloria al amor sombrio, / como la muerte pudre y ennoblece: / ztb me lo des, Dias mio!" (RE 156) En "Cuentas de mermol", tsmbien en El_gg§§§ig_gg_§rg§ (155), se ilustra otro proceso de la alquimia, el de la solucibn y destilacibn. E1 poems comienza cusndo e1 yo lirica 1e pide a Eros que engarce su cuerpo puro y blanco (el de Eros) en un gesto. Engarzar es fijar, y tsmbien es cristalizar una materia pure. Luego, el yo quiere que esa materia blenca, nieve, esencia de la pureze y de Eros, caiga sabre bl. Se trata de una imagen de destilacibn, de lluvia, coma si la materia cayera gate a gate a traves de un alambiqus sabre uns materia inferior, que es negra, "la sombre del yo". La materia pure y la impure se diluyen y al final del poema hay una ascensibn de la nueva materia (que resultb del yo impuro, purificada por Eros). Asi, primera Eros se cristaliza, luego desciende a se destils; despues hay una solucibn (del yo y de Eros) y por fin una ascensibn de ambas, que resultaria en el "congelamiento 156 filosbfico" alquimista. E1 simbala de la conjuncibn alquimista es la figura de Eras, que es tambien e1 simbala del ideal poetico de Delmira. La asaciacibn de esos conceptos se puede ver en "Ofrendando el libro" (Q! 43). Eros aparece en este poems como el principio de creacibn y como simbala del ideal poetico de Delmira y en terminos alquimistas, coma conjuncibn. Este poema esta hecha de tercetos endeeesilabos con las estrofas primera y tercera y la segunda y cuarte eetrechamente unidas conceptualmente. En las estrofas uno y tres, se presents a Eros como dinamiemo, en la dos y cuatro coma ideal poetico. En el primer tsrceto, Eras domina "1a leans mes fuerte de la vida". Ese leons puede ser 1a pasibn de la creatividad. Eros la domina dulcemente, con un brazo de roses, fragil y amorosa. Eras represents aqui la creatividad en su orientscibn hacia la vida. Eros domina asi a la vida, pero tsmbien es la fuente de la muerte, como se dice en la estrofa cuarte. Eros aparece coma principio, ya que lo conocemos sblo par sue efectos en el yo y por sus movimientos. En la primera estrofa, los movimientos de Eros son envolventes. Eras es asi un principio activo, es el que origins las acciones y las domina. En la estrofa tercera, en cambio, Eros es pasiva, emerge de e1 e1 perfume de la muerte. Eros es asi la conjuncibn alquimista de los opuestos. En la estrofa dos, se dice que el cuerpo de Eros es 157 una raiz que une e1 placer y el dolor. E1 concepto de Eras como raiz, es el de Eros coma principio integrador. En la estrofa cuarte, el yo lirica diviea a Eros coma puents en una escala ascendente y descendente que une infierna y paraiso. Eros coma puents esta caracterizado con la trilogia aerea de luz, movimiento y sonido. Hay dos movimientos que cruzan e1 poema que son coma de cierre y de aperture. En las dos primeras estrofas, las imbgenes son de repliegamiento y hay una especie de cristalizacibn; en las dos bltimas estrofas hay imbgenes de expansibn y sublimacibn. Juntes esas imbgenes y movimientos representan un ideal de ser coma repliegamiento sabre si misma para luego resurgir eterno. 5- El-999991sas-éel-:exés-t9tal; El reves total surge despues de Eros, agents de la resurreccibn. Es la ultima alternative abierts en la poesia de Delmira Agustini; la de instalerse en la muerte para reunirse alli con el tb profundo o lejano, simbala de lo creada. Esta perspectiva, es una forma de invalucibn y esta dominada par imbgenes de repliegamiento y encajonamiento continua, en las que hay especias cada vez mas reducidos. Tambien esta csracterizeda por imbgenes de refugio y por los valores del repaso. Delmira use ese estructura en dos escalas: uns cbsmica, a través del eje horizontal, coma inversibn del camino vital, como un ir hacia atrbs a las fuentes de la 158 vida; y en una escala interior, como un ir hacia adentra para instalerse en la mayor profundidad o centro del ser. La forma cbsmica del reves, la del camino invertido se ve, entre otros poemas, en "Para tus manos" (Q! 147). Ese poema es la descripcibn de los efectos del tb sobre el ya, estando las funciones y la representacibn del tb condensados en sus manosr Primero, las manos del tn aparecen como un principio dinbmico y como una totelidad. Son manos que dieron y recibieron belleza (cause y producto de la belleza), son los vaeos de elixires y de vsnenos que le dieron gloria y miedo a1 yo. Tambien las manos son vivss, blaneas y suaves coma e1 suefio y la muerte. Esas manos, tomaron un petalo del cuerpo del yo, y deeds entonces, el yo proyecta en sllss todos sus deseas y ansias, que son las joyss que adarnan a seas manos. Las manos son entonces la fuerza de la creacibn que sl tocsr a1 ya, lo atan eternamente s sllss. E1 yo quiere perpetuarse en ese creacibn y, la unibn sblo es posible en la muerte: "llevad a la fase misma un petalo de mi cuerpo". En la estrofa tres del poems aparece una imagen de tela de arafia, que es la que domina conceptualmente e1 poema. Primero e1 yo le pregunta sl ta: LEn que tela de llamas me envolvieron las arenas de nieve de tus manos? Red de tu alma y de tu carne: lia mis alas y mis brazas. (147) El yo 1e pide a las manos que le den refugio, que lo envuelven y aten. E1 deseo del yo, evaca la imagen de uns 159 crisalida invertida que no busca sbrirse sino replegerse, fijarse en s1 centro del ssr. En ”A la lejos” (Q! 145), el poets muestra el contacto del yo lirica con el tb dietante, a traves de las manos que se slargan y las ojos que se hacen caminos del tb, como si e1 poets deseara tender una linea entre e1 yo lirica y su tb psrdido. Primero, ese camino vs hacia atrbs,lo que se infiere por el fenbmeno de la prayeccibn invertida que aparece en la segunda estrofa del poema. La prayeccibn en la primera fase de la obra de Delmira, era hacia ”afuera”, del interior al exterior del ser. Aqui acurre lo contrario, la ventans de la habitacibn en la que esta el yo, funciana como un ojo, pero ese ojo no es prayectante sino que sblo es una pantalla que registra "par boca de la abierts ventana / suspirsba el exterior: toda la huerta en flor". En ese especia, e1 yo recibe 1a prayeccibn del tb lejano: "mas mortal que tu sombre sobre el mura / tu solemne tristeza de extravisdo." El reves en un nivel interior, permite descubrir e1 centro del ser donde reside el tb. El llegar al centro del ser implica un descenso y un dar vuelta el mundo. Implica ir de lo mas aparente a la mes profundo, atravesar especias reducidos haste instalerse en las tinieblas que rodean ese centro, que en Delmira es fluido. Como todo centro eutentico, es polivslente y ambiguo, simultbneamente atrae y repels a1 ya, lo protege y espera, es en refugio y su prisibn. 160 Ese proceso del reves, coma forma de llegar a1 centro del ser se ve por ejemplo en "En tus ajas" (Q! 152). Toda este poems, coma es obvia por el titulo, se concentrs en las ajas del tu. Primero, se describen las ojos coma de luz y de sombre. La luz de esos ajas encandila a1 ya, coma la del milagro y la del suefio. Es la luz de la revelacibn del ideal poetico que aparecib por primera vez en ”Nardos" (L 104) y que en erg_;ggg estaba asaciada con la mirada de I-i tb (en ”El intrusa", L; 120, por ejemplo). Mas terde, en el poema, en una escala de profundizacibn, las ojos aparecen eomo umbreles de la intimidad: ”slbetricos cerrojae de profundae estanciss". Como umbreles las ajas limitan realidades diferentea, asi son "broches del die y la noche"; ”boces de sbismo en labios centellantes"; ”natas de amargas mares". A esos umbreles, (broches, bacas, natas) se les percibe siguiendo las reglas del revbs, de lo mas superficial a lo mbs profundo, y para llegar a lo profundo hay que invertir la realidad aparente. Asi, las broches son primera claros, y luego, dandoles vuelta, oscuros: ". . . ; claros broches, / broches oscuras, hbmedas, temblantes." Con la imagen de la nata acurre la misma inversibn que con las broches. La nets es la condensacibn superficial de la leche y casi siempre en la poesia de Delmira sugeria e1 limits superior de une realidad y la esencia de la misma. Aqui, 1a nata es superficial pero diferente a la realidad de lo que es la nets. En el mundo al revee, e1 centro es 161 automAticamente opuesto a la superficie. La nata (quiza dulce por sus asaciaciones con la leche) oculta un mar amargo. Esa imagen se extiende en otrss dos: "claras medallas, tetricos blasones", donde se vs a la misma realidad (la de los ajas) primera de un lado, y luego del otro. E1 reves de la medalla clsra (en correspondencia con nets) es el tetrico blasbn (en correspondencia con el mar amargo). Culmina esa estrofa can otrs imagen de umbral: "eepullo ds doe noches imprevistas / y madreperlss de constelaciones." E1 capullo de la noche es la potencia de la noche, e1 calificativo imprevisto, 1e ds a la imagen uns cualidad estallante que luego se reefirma en la idea de constelacionee. Esas imagenes sugieren entonces algo similtaneamente intimo y estallante, que es probablemente el centro vital, concepto que luego se desarrolls en la estrofa siguiente. La estrofa que sigue, la tercera, es la que describe e1 centro del ser dado coma constelacibn. Los ajas son la vie lectea, una multiplicidad agitsda y fermentaria: aSabes todas las cosas palpitantes, inanimadas, claras, tenebrosas, dulces, harrendss, juntas o dietantes, que pueden ser tus ojos? . . . zTantas cosas que se nombreran infinitsmente! (152) Asi, e1 centro se magnifies y as hace cbsmico y como el esos original, es puro dinamismo. Luego que el yo he llegado a see centro del ssr, al tu, e1 yo describe el centro desde una perspectiva maravillada con imagenes del ideal poetico. Asi, en la 162 estrofa cuarte, las ojos son "veladoras" (luz coma integracibn del fuego y el agua) similar a la mirada luminosa del tu de la primera parte de la obra de Delmira. En la estrofa quinta, la mirada del tb es de sombre y tiene una vitalidad acubtics y celeste. Los ojos son fuentes que eclipssn los tesaros sombrios y "firmamsntes de meteoros". En la estrofa sexta,' se llega, en una exaltecibn de esa perspectiva maravillada del ya, a lo mas profundo del ser, que es acubtico. En esos fondae marinas, las ojos eon ”faros", una luz que spunta a un camino u orilla desconocida que se aparece como la imagen mas absolute del ideal poético de Delmira fijado eternamente: . . . . . . . . . . lamparas votivas que es nutren de espiritus humanas y que el milagro enciende; zgemas vivas! y hay por gracia divina, asiemprsvivas! y en el azur del Arte, gastros hermanos! (153) C- Assa£9_x_teaa_§s_ls_9§ra; La obra de Delmira trata de un proceso que en un nivel anecdbtico, es el de la relacibn entre e1 yo narrador-personaje del poems y un tb que unss veces 1e acompafia y otras veces se encuentrs a gran distancia suya. En otro nivel, el proceso que la obra describe es sl de la imaginacibn y la creacibn poetics. La anecdote se inicie en el comienza de LB cusndo sl yo narrador-personaje avanza hacia el futuro esperando que su destino se le revels. Esta acurre al final del libro, 163 con la aparicibn del tb amorosa que convierte e1 futuro esperado en un "shore" ideal. Ese hecha divide en dos partes a la obra: la primera (LB haste ers_§9§§) es el "antes” y, la segunda (QM y Q2), e1 "despues" de ese encuentro del ya con el tn amorosa. En el comienza de la segunda parte de la obra se describe 1a situacibn del yo despues del reflejo. E1 yo quiere fijar o perpetuar su relacibn ideal con el tb pero no puede porque este es elusivo y parece desaparecer en cuanto se la he alcanzado. El yo se dedica entonces a buscar a1 tn que parece existir de dos maneras: a distancia infinita del ya a dentro suya. Les distantas posiciones del tb explican ls existencia de lo que llama plano cbsmico y plano interior. En el primer plano, el tb es siempre un punto en el harizonte para un ya que se desplaza a traves de un eje horizontal. En ese eje, s1 yo tiene dos alternatives: mirar hacia el pasedo tratando de mantenerlo viva en el recuerda a romper con el pasedo y dirigirse hacia otro tb futuro. Esas alternatives as exploran en el reflejo absoluto y en la ruptura. En el plano interior, e1 tn es parte del yo y, en este caso, para mantener la relacibn yo-tb a se debe duplicar constantemente cads miembro de la relacibn a se debe evitar que ellos es unen. Eso da lugar a las estructuras de la serie infinita y de la tensibn y querella. E1 plano interior describe el destino de la forma 164 poetics, nacida en el reflejo y representada por el yo-invertido. Despues de necer y brillar, 1a forma arde, se consume y va muriendo. Este es la situacibn de la forma haste 1a estructura ds la tensibn y la querella. Inmediatsmente despues de ella viene Eros que represents una resurreccibn. Con la aparicibn de Eros, se reefirma e1 ideal poetico de una polaridad que buses resolverse en unidad pero que debe mantenerse coma polaridad. Como see are la intencibn poetics de las estructuras que precedisron a Eros, este se convierte en la metafora central de la segunda parte de la obra, como el amor lo habia sido de la primera. Pero, coma Eros tambien incluye lo amorosa a1 hacerlo resurgir, e1 use la primera y segunda parte de la obra convirtiendose en el emblems o metAfore central de toda la obra de Delmira. También, coma sl tb amoroso, Eros aparece en un cruce, en la interseccibn del eje vertical y horizontal. Eros express simultaneamente las dos polos de la poesia de Delmira, que son el tsmporal-existencisl y el especial-estetico. Eros es el emblems de todos las estructuras, formas o poemas de la obra, alude a todos los particulsres que le precedisron y a la totelidad del proceso que la obra describe. Cede forma es una manera de especializar (inmovilizar) y hacer un emblems de lo temporal, aunque nunca por completa. Eros tambien puede representsr e1 principio poetico en la obra de Delmira Agustini, porque e1 designs los polos ds 165 1a obra sin anularlos. Eros es el cruce de la vida y la muerte, la luz y la sombre, lo temporal y lo especial, lo diacrbnico y lo sincrbnico, la fuerza y la materia, lo moviente y lo inmbvil. Cada uno de esos terminos de la poesia de Delmira son poleres y rsversibles, ya que la aparicibn de un polo presupone la del otro: la vida genera la muerte, y la muerte lleva a la vida. Esos aspectos de la poesia de Delmira se veran con mbs detenimiento en el capitulo siguiente. Despues de Eros aparece 1a estructura del raves total. En ella se vuelve a user e1 plano cbsmico y el interior. El retorno a los planas y las ejes, reefirma la disociscibn que siempre sigue un cruce en la poesia de Delmira. La estructura del reves significa e1 retorno a las fuentes primaria del yo (vida), sl punto de origen que es tambien e1 fin,1a muerte. El desarrollo dramatico de la obra, centrado alrededor de lo amorosa-erbtico, sugiere uns experiencia y una instancia bnica. Sin embargo, la misma estructura de la obra niega que sea asi. La creacibn del amor se realize sobre la base de creaciones anteriores, como la mirada, el ciclo bnico de lo amoroso, presupone y tambien afirma un ciclo eterno de creacibn. La sintesis amorosa era sblo transitoria; despues de ella hay una reafirmscibn de las realidades multiples que esa sintesis habia excluido. A31 is obra, simultaneamente afirma y sustenta una ilusibn de anecdote amorosa bnica con una secuencia temporal 166 irreversible, que va de la genesis del amor a la muerte y la desenmascara, en sus estructuras especiales, a1 hacer ver que el amor represents e1 proceso de toda la creacibn y el destino de todas las formas. Para concluir, e1 asunto de la obra de Delmira es el de la naturaleza y vida de la imaginacibn y la forma. La imaginacibn no es mas que un proceso que se funds en un acto. Ese proceso esta orientado por el deseo de permanencia o estabilidad para el yo y la forma en un momenta ideal de su existencia, y tambien, del reencuentra del ya con su punto de origen y/o destino. Sin embargo, a1 misma tiempo de afirmar ese deseo, 1a obra demuestrs que e1 es imposible o ilusoria. Es asi por la inestabilidad permanente de la imaginacibn, que va eonstantamente de acto a forms, a nuevo acto y nuevs forma, sin que hays formas finales mas que en la muerte. El tema de la obra es entonces, e1 afirmar el vacia o hueco que existe en el presents de la conciencia y el deseo de que no sea asi. La obra muestra que vivir en la conciencia es vivir en la distancia entre la que se es y lo que se fue y/o sera y en la mediatez, ya que la conciencia se reconoce sblo a través de emblemas y siempre un momenta despues de un pasaje a un acto, no en el pasajs 0 en el acto misma. Sin embargo y al misma tiempo, lo que orients 1a conciencia es el deseo imposible de unidad y/o permanencia. NOTA Capitulo III 1 "J. E. Cirlot explica la alquimia y los procesos alquimistas de la siguiente manera: "alchemy . . . was essentially a symbolic process involving the endeavor to make gold, regarded as the symbol of illumination and salvation. The four stages of the process were signified by different colours, as follows: black (guilt, origin, latent forces) ’prime matter’ (a symbol of the soul in its original condition); white (minor work, first transmutation, quicksilver); red (sulphur, passion); and, finally, gold. Piobb analyses the symbolic meaning of the various operations. The first, known as ealeination, stood for the ’death of the profane’, i.e. the extinction of all interest in life and in the manifest world; the second, putrefacion, was a consequence of the first, consisting of the separation of the destroyed remains; solution, the third, denoted the purification of matter; distillation, the fourth, was the ’rain’ of purified matter, i.e. of the elements of salvation isolated by the preceding operations; fifthly, conjunction symbolized the joining of opposites (the coincidentia oppositorum, identified by Jung with the close union in Men, of the male principle of consciousness with the female principle of the unconscious); sublimation, the sixth stage, symbolized the suffering resulting from the mystic detachment from the world and the dedication to spiritual striving. In emblematic designs, this stage is sometimes deplicted by a wingless creature borne away by a winged being, or sometimes it is represented by the Prometheus myth. The final stage is philosophic congelation, i.e. the binding together inseparably of the fixed and the volatile principles (the male / invariable with the female / ’saved’ variable)." J. E. Cirlot, "Alchemy", A_Qigtiggary_9f_§ygbgl§, traduccibn del espafiol de Jack Sage, prefscio Herbert Read (New York: Philosophical Library, 1962) 6. 167 CAPITULO IV IMAGENES E IMAGINACION EN LA POESIA DE DELMIRA AGUSTINI Este capitulo esta dividida en tree secciones. En la primers as describen algunss caracteristicas del lenguaje de la obra y, especialmente, les leyes generales que rigen ls formscibn y evolucibn de sus imbgenes y simbalas. Compara los principios que organizan esa obra con los que rigen e1 pensamiento mitico, tel coma fue explicedo par Ernst Csssirer, y con las leyes de la imaginacibn que describe Gaston Bachelard. Con ella, espera cumplir dos propbsitos: establecer que la imaginacibn es el principio organizsdor ds la obra de Delmira y ayudar s1 lector a entender como ella apere.En la segunda seccibn ee analizan las imbgenes fundamenteles de la poesia de Delmira, se describe an evolucibn en las doe etapas de la obra y, principalmente, se las relaciona con el asunto y tema de la obra analizadas en las capitulos anteriores. En este seccibn, hay tsmbien referencias a Csssirer y Bachelard. especialmente en la interpretecibn de esas imbgenes y simbalas. En la bitima seccibn as analiza e1 concepto de imaginacibn implicita en la obra ds Delmira, integrando 168 169 para ella todo lo que se analizb anteriormente. A. El-lsazsaie-ge_la_sbra_1-1a-lésisa-§e_la_isasiaagiés; El estudio de las imbgenes es la clave mes certera para la comprensibn de la obra de Delmira. Sin embargo, la ausencis de un sistema estable de refereneia para la interpretecibn de las mismas hace que su significado no se imponga de inmediato a1 lector. El significado de las imbgenes o palabras depends siempre de una perspectiva de visibn. Se puede explicar ese perspectivismo de visibn relacionbndalo con las teorias del lenguaje pobtico de Bachelard y con el pensamiento mitico. La comperacibn de les leyes que rigen ls estructuracibn del mundo en el pensamiento mitico y las que rigen ls estructuracibn del munda poetisa de Delmira es lo que se desarrolls mas extensamsnte en esta seccibn. Es asi porque esta comperacibn sirve para establecer que la lbgics de la imaginacibn es la que estructura e1 universo pobtiea de Delmira de la misma manera que ella estructura sl mito. Lo primera que llama la ateneibn en la poesia de Delmira es que el significado de las imagenes o palabras dependen de una perspective de visibn y no de un sistema estable de referencia. Esta se debs especialmente a la relacibn entre imagen y concepto, s1 hecha de que la imagen se mueve siempre entre dos polos extremos de significado, a la felts ds constancia del punto de vista y e 1e eancepcibn 170 del especia y del lenguaje implicitas en la poesia de Delmira. Se puede noter que una misma palabra o imagen designs conceptos contradictorios y, tambien, que un misma concepto se express an multitud de imagenes diferentea. En "El dioe duerme" (Q! 87), par ejemplo, la imagen de la serpiente es doble: estbn "las serpientss del mundo”, que tienen una connotacibn negative mientras que "las belles serpientes" tienen una connotacibn opueeta. Cualquier imbgen o palabra de la obra es doble: el sol, por ejemplo, ds vida y muerte; e1 espejo une y separa; la sombre del tu logra simultbnesmsnte rosas de fuego y de nieve en el yo. Al misma tiempo, un misma concepto como el de aperture vital, as express en una multiplicidad de imbgenes como el florecimiento, la luminosided, la estatua que ramps en llanto, sl vuelo. El significado particular de cada imegen a palabra no tiene ninguna correleeibn objetiva, no depends de que la palabra aparezca can maybcula o minbscula, de su posicibn en la frase, ni, en general, de su relacibn abjetivs eon otros elementos del poema. El significado depends de una perspectiva de visibn. Hay en la poesia de Delmira falta de constancia en el punto de vista y ratacibn de perspectiva. Esa ratacibn puede ser especial, como en ”La estatua” (LE 97) en que se la ve deeds diferentea engulos: ds arriba, de abeja; en el ”adentra y afuers” ds otros poemas; 0 en sl "aqui y allb” de ”Vida" (QM 129) y "Cuentas de fuego" (RE 156), por 171 ejemplo. La ratacibn puede ser temporal, como en el "antes y deepues del encuentro“ de los poemas amorosos. Cede perspectiva crea un ssr nuevo y en cada situacibn e1 ssr se hace otro. Ese se via en "La siembra" donde e1 ya vista desde afuere es Selene y deeds adentra el yo. Ocurre la misma en "El cisne" en donde se dice: "A veces, itods! soy alma; / y a veces, atoda! soy cuerpo" (Q! 57). Como es la situacibn la que determine a1 ssr, no hay evolucibn en la poesia de Delmira sino polarizacibn. La situacibn (e1 aqui, abeja, adentra, etc.) es la que crea s1 ssr. Eso se puede ver tsmbien respecto a las estados animicas, en los que en vez de evolucibn hay metambrfosis, y en los que s1 hablante circula entre ssntimientos extremos coma si fuese poseida por ellos, coma acurre en "0h, tn” (Q! 61). Mes adelante se verb que no es unicamente la situacibn, sino tambien el acto, ls sustancia de la que participe y el valor, los que determinan e1 significado del ser, imagen a palabra. Los cambias de punto de vista y el perspectivismo de visibn son manifestaciones de una eancepcibn del especia que Gaston Bachelard llama existencial, ya que se bass en una experiencia personal del objeto o situacibn. A diferencia del especia visual-~escenogrAfico, medible por un ojo fijo en un punto central (coma era combn en el primer modernismo)--e1 existenciel es ambiguo y semi-proyectivo ya que no hay en bl una separacibn radical entre e1 yo y el objeto ni tampoca una estructura uniforms 172 o constants. El observador simultbneamente observe y participe de la accibn u objeto y la composicibn se crea asi par la situacibn de adentra y afuere del observador. Como la conciencia del objeto es mes tectil que visual-~s1 observador rodea, abraza y circula alrededor del objeto--sse especia es multi-sensorial y multi-dimensional. Tambien es discontinuo porque las objetos se reflejan en la conciencia del sujeto sin ester ordenadas en una secuencia consistente y porque el tiempo a las cases as yuxtaponen. Cede foco de ateneibn aparece asi, como una instancia drambtica de un proceso. Par ella predomina mes en ese especia la sucesibn que la secuencia. Par ultimo, es un especia determinado par la cualitativa mes que por lo cuantitativo, lo que lo hace similar al especia mitico.1 El lenguaje de Delmira tiene las caracteristicas que Bachelard atribuye sl lenguaje poetico, especialmente a1 de siglo XX.2 Ese lenguaje no es instrumental, retiene cierta deneidad material, es dinamico y, sabre todo, esta orientado par la calidad. El lenguaje del Delmira no es instrumental porque sue palabras o imbgenss no duplican la realidad, no la treducen en otro plano ni son sustitutos de objetos o conceptos. El lenguaje mismo es la fuente de significado a de ser, el creador de un mundo poetico. Tambibn, ese lenguaje es material y dinamico. Delmira crea imbgenes que son una sintesis de sustancia y stributo y que viven en una zone intermedia entre la imagen pure y el concepto. Esas imbgenes aparecen siempre en constants 173 transformscibn, y esta esta orientada por el valor. La experiencia del valor aparece primera como una reaccibn fortuita e intense del poets ante una relacibn ideal entre sujeto y objeto y luego como la intencibn o deseo de rspetir dicha experiencia. El concepto de valor incluye par la tanto el de la intuicibn de la calidad y el de intencianslidsd poetics. En conclusibn, las caracteristicas del lenguaje y en particular de las imbgenes, la naturaleza del espacio y el perspectivismo de visibn en la poesia de Delmira hacen que el significado no precede a la palabra ni la percepcibn a la imaginacibn. Les imbgsnes de Delmira son un sujeto transportado a las cosas. Hay que entender esss imbgenes a travee de una dialectica de sujeto y objeto regida por el concepto de intencianslidsd poetics. En ese poesia e1 valor precede al acto y sets a la imagen. Como esas caracteristicas se parecen a las del pensamiento mitico, a continuacibn describire las conceptos de lo sagrsda, de acto y de materia en el mito para luego compararloe can fenbmenos semejantes en la poesia de Delmira. Ese comperacibn ayudara no sblo a clarificar los conceptos de valor, acto y materia sino a explicar por que el significado del ser 0 imagen es relativa a esos conceptos tanto coma a la situacibn en que se encuentra. El concepto de valor tiene una funcibn y significacibn en la poesia de Delmira semejante a la que tiene e1 concepto de lo sagrado en el pensamiento mitico, tel camo 174 la describib Csssirer. Para ese autor, 1s experiencia de lo sagrsdo empieza par ser una intuicibn de la calidad. Ante una mass indiferenciada y uniforms de experiencias, e1 sujeto percibe una que es cualitativamente diferente del resto y que adquiere la jerarquia de eagrsda. Lo sagrsdo es una forma de sentir, un estado ideal de conciencia que designs uns relacibn ideal entre sujeto y objeto. No depends para aparecer ni de una clase especifics de objetos ni de sus cantenidas, sino de una perspectiva de visibn. El acenta o calidad de lo sagrsdo se proyecta luego a toda la realidad y la divide en dos esferes: una miticamente relevante o esfera de lo sagrsdo y otrs miticamente irrelevante o esfera de lo profano. Para Csssirer: All reality and all events are projected into this fundamental opposition of the sacred and the profane, and in this projection they assume a new meaning, one which they do not simply have from the very beginning but which they acquire in this form of contemplation, one might say in this mythical ”illumination."3 Entre las dos esferas de lo sagrsdo y lo profano hey una enorme fluidez. Cada esfera permea 1s otrs y cads une retiene la habilidad de former 1a opuests. Segbn Csssirer, " . . . this division between the two worlds does not exclude a perpetual transition between them, an enduring interaction and mutual assimilation” (255). En otro lugar escribe: "The inward and outward do not stand side by side, each as a separate province; each, rather, is reflected in the other, and only in this reciprocal reflection does each disclose its own meaning," (99). 175 La experiencia ds lo sagrsdo es ante todo una experiencia de iluminacibn y transfiguracibn. Ese iluminacibn es el amanecsr de la creacibn ya que en todo mito se indentifics la genesis con la luz que irrumps de les sombras. La experiencia de iluminacibn se caracteriza tambien como un fenbmeno de inversibn del sujeto hacia 1a zana de luz. El acto de darse vuelta, es el que origins los conceptos de adentra y afuere; de arriba (zone de luz) y abeja (zone de sambrse) y tambien el de centro, umbral o interseccibn, coma zone segrade. Ese experiencia tembien estructura el tiempo, primero en el ritmo de la noche y el dia y luego en el de las sstaciones. Cada dis y cede noche es une transfiguracibn absolute. El pensamiento mitico articula asi la existencia en el especia y el cambia en el ritmo del tiempo lo que tree coma consequencia que: ” . . every attribute which adheres to a specific spatial-temporal place is immediately transferred to the content that is given in it; while conversely, the special character of the content gives a distinguishing character to the place in which it is situated” (81). De identics manera que en el pensamiento mitico, el mundo poetisa de Delmira se estructura sobre una experiencia de valor equivalents al concepto de lo sagrsdo. Ella explica la construccibn binaria del universo de Delmira, ls fluctuaeibn entre apueetos y el hecha de que cede diferencia de calidad se manifiesta como una diferencia especial a temporal. Tambien explica por que 176 cede imagen o concepto puede ser positivo o negativo ya que su valencie depends de su ubicacibn en la esfera de lo sagrsdo (que express una relacibn ideal, valencia positive) a de lo profano (que express la ausencis del ideal, valencia negative). Explica tambien coma cualquier objeto, Eros, la cruz, los nardos, puede expresar lo sagrsdo a s1 valor, ya que este es una relacibn ideal y no un contenido. E1 concepto de valor (sagrsdo) coma reconocimiento de calidad a coma intencianslidsd poetics crea una paradoja. Por un lado, el valor designs a reconoce una relacibn ideal entre objetos, lo que presupone la existencia de objetos; por el otro, es la relacibn o acto la que crea dichos objetos, ya que la experiencia del valor se identifica con la genesis de la creacibn. Esta paredoja tambien aparece en el pensamiento mitico y respecto a ella dice Csssirer: Whenever it (myth) speaks of the origin of things, the birth of the cosmos, it interprets this birth as a mere transformation. It always presupposes a definite substratum, usually of a whole seneous nature, from which change starts and in which it takes place (208-209). De la misma manera que en el mito, Delmira estructura las imagenes a partir ds dos elementos o principios originales pre-existentes que son el agua y el fuego. La nocibn de elemento implica la de fuerza y la de materia. E1 agua y el fuego eon fuerzas substancialss, principios dinbmicos que es revelan en su comportamiento como materia. El fluir del agua par ejemplo, es un comportamiento, un atributo de la materia agua, a la vez 177 que es en principio, 1a fluidez misma. El principio o esencia que cada elemento contiene sblo se manifiesta a traves de su substancializscibn. Un elemento se substancializa cusndo asume la temporalidad y la relacibn, cusndo entre en un acto. En s1 primer momenta del acto, e1 elemento aparece vslorizado en su funcibn (actividad y energia). Cusndo ese momenta inicial se acaba, hay una caida, y el elemento se revels coma materia. Asi las elementos originsles del universo poetico de Delmira son ambiguos, capaces de ser analizadas bajo dos perspectives: en su sublimacibn, en que predomina la funcibn (actividad y energia) sobre la materia 0 en su cristalizacibn. en que predomina la materia. Esta naturaleza doble de los elementos originsles revels con claridad ls fluidez caracteristice del pensamiento mitico. Todas las otrss imagenes ds Delmira Agustini, como la estatua, la serpiente, lee florales, son también una sintesis de substancis y atributo. Todas las imbgenes participan tambien de las elementos basicos de su universo, el agua y el fuego. Segbn Csssirer, para el pensamiento mitico cede semejanza en las manifestaciones sensibles de diferentea cases a sus modos de accibn es bltimemente expliceble porque tienen la misma causa materiel contenida en ellos, el mismo cuerpo. Cede objeto es uns sums compleje de diferentea atributos y cede atributo es una cosa elemental y especifics, separable del objeto y transferible a otros. Los cambias se aprehenden asi de una 178 sustancia concrete a otrs y la accibn se explica coma una cualidad material que se transfiere (67). B. La§_iséaeaes_£!aésaeatal92-92-;a_9brs_ge_yelaira 2-99-relssiéa-sss_el_ergse§9-99-19-92999199. En este seccibn se analizan e interpretan lee imbgenss fundamentales de la poesia de Delmira, se explica su estructuracibn y eu evolucibn en las dos etapas de la obra y, por bltimo, ee discute su relacibn con el asunto y el tema de la misma. Par ella, no sblo tiene este seccibn la mayor longitud del capitulo sino tambien un gran nbmero de divisiones y subdivisiones. Les cinco divisiones mayores de la seccibn son las dedicadss al enslisis de las siguientes imAgenes: el agua, e1 fuego, la luz, el espejo y, por ultimo, las imbgenes florales. Como ya dije en la seccibn anterior, Delmira Agustini construye su universo poetico a través de dos imbgenes fundamentales: el agua y el fuego. Casi todas las otrss imbgenss se relacionan o evolucionan de elles. Asi, la luz viva es una integracibn ideal de las dos elementos, la luz congelada, que aparece como marmol 0 hielo, es esa luz sin el movimiento, mientras que la sombre es el reverso de la luz viva. La imagenes sereas casi no existen en esta poesia: el cielo siempre aparece reflejado en el agua y la tierra es une intensificacibn material de la asaciacibn del agua y la noche. Les imbgsnes florales tambien participan 179 de esos elementos originsles, s1 igual que el espejo. En la primera de las siguientes divisiones, dedicada a la iIAgen del agua, es describen sus caracteristicas, se analizan sus relaciones con el fuego y la noche y, por bltimo, se nota la evolucibn de la imagen en las dos etapas de la obra. En la segunda divisibn se discute la imagen del fuego. Como con el agua, se empieza con una descripcibn de las caracteristicas de la imagen y de su significado y se sigue con la evolucibn del fuego en las dos etapas de la obra. La primera etapa tiene e1 subtitulo de "la llama", y le segunda, de ”la brass y la ceniza". Ls tercera divisibn analiza la imagen de la luz que represents el valor o ideal poetico en la poesia de Delmira. Como en la discusibn del agua, despues de describirse sus caracteristicas, se analiza la asaciacibn de la luz can otros elementos, en este caso, con el movimento y con la sombre. La cuarte divisibn estudia e1 simbala del espejo, que alude a la conciencia y la creacibn. En la discusibn del espejo, se note an evolucibn en las dos etapas de la obra y despues de la descripcibn de sus caracteristicas se analiza su significado y su relacibn con el asunto y tema de la obra. Le bltims divisibn, que describe las imbgenes florales, concluye con un reeumen de todo lo discutido en la seccibn y con disgrames del universo poetica de Delmira. 1- 31-2392; Tradicionalmente el agua simboliza la sums de potencislidsdes que precede a toda forma y creacibn. Es un 180 elemento. mediador entre la vida y la muerte, entre el fuego, e1 sire y la tierra.4 El agua aparece explicita e implicitamente en la poesia de Delmira. De la primera manera aparece como lago, rio, mar, coma contenido de una cope, coma lluvia, riego y manantial. Aparece indirectamsnte a través de sus caracteristicas, funciones o destino. Las caracteristicas del agua son an freecura, su pasividad y especialmente su liquidez y fluidez. Par ends, casi todo liquido en su poesia es agua, 1a lluvia y la luz o leche lunar. Las funciones esenciales del agua son las de disolver y ligar y su destino el de beber o beberse. El agua es el principio misma de la pasividad y de la fluidez, a la vez que un elemento. Como elemento se revels a través de sus relaciones principalmente con el fuego en la primera etapa de la obra y con la noche en la segunda. Como elemento represents la mitad pasiva de la creacibn. Con el ejemplo del agua, ss puede mostrar como el valor precede e1 acto, y este a la imAgsn en la poesia de Delmira. En sentido inverso, se puede decir la misma notando que cada relacibn en que el agua interviene tiene una valencia que no results de las caracteristicas del agua, de las de los otros elementos, ni del tipo de relacibn a la que se someten, sino de la pespectiva del ideal (valor), que es la de dos elementos unidas en un acto combn. Para empezar, las caracteristicas del agua son neutras en si mismas. La liquidez que el agua 1e da e1 181 fuego puede ssr positive (caso de la lava) a negative (caso del alcohol). Ls frescura del agua es positive al protegsr del fuego implacable y negative asaciada con la noche. Le valencia tampoca esta determinads ni por el tipo de relaciones en que aparece (asaciacibn o integracibn, explicadas mas tarde en el texto) ni por las elementos con que el agua se asacia. La integracibn del agua y la noche as negative en la mirada muerte y positive coma invitecibn a1 repaso: la integracibn del agua y el fuego es positive en la lava, la sangre y la luz y negative en el alcohol. La asaciacibn del agua y el fuego es positive si el agua apsga 1s sed y negative en la ”ssd maldita”. Les vslencias dependen entonces del valor: son positives si expresan e1 valor (ideal pobtico) y negatives si no lo hacen. a- Les_relasisaes_del-asse_x-el-£sesel Las relaciones del agua y del fuego son de dos tipos, de asaciacibn a de integracibn, cualquiera de ellas puede tensr una valencia positive a negative. La asaciacibn del agua y el fuego con una valencia positive aparece en algunos poemas de leg_rggs y tsmbien en ”La ssd” (LE 94) cusndo ambas elementos se unen en un destino natural. En ese poema el agua clara, limpia y en movimiento, alivia la sed que es un fuego encerrado. El agua asume su destino de ser bebida, aunque esta naturalmente results en la "muerte" simultanea de las dos elementos. Le integracibn del agua y el fuego se ve en la luz, la 182 lava, el alcohol y la sangre. La integracibn es una asaciacibn mes radical, ya que de la relacibn de las elementos parece surgir uno nuevo, que contiene a los primarios pero que es reconocibls par si misma. La luz, que se analizara en otra parte, es un caso de integracibn positive. La lava results de la intensificacibn material de la asaciacibn del agua y el fuego tel como aparece en ”Amor” (ER 121). El "Amor" es un torrents ardiente, un mar desbordado "de fuego y de locura,” que riega la vida como un fuego y que sugiere la lava de un volcbn.5 En la lava las dos elementos estan unidas en un acto disemico, aunque son separables en sus caracteristicas: la liquidez es la del agua y tambien la impetuosidad, ya que el agua aparece coma mar, mientras que la calidez es la del fuego. La lava es asi un fuego liquido o agua-fuego, la misma que la sangre. La imagen del alcohol es tambien la de un fuego liquido pero sin el movimiento de la leva. El alcohol no arde en Delmira, niega su destino de quemarse, por lo que aparece en su obra en las mecanismos de tensibn. Ls imagen del alcohol esta implicita en ”El cisne", "Agua 1e day en mis manos / y bl parece beber fuego." (Q! 55) y en ”Boca a bace”, en que la base es "color de sed" y "Hbmeda de llamas" (RE 162). La unibn de la humedsd del agua y de la llama es otrs imagen de la smbivalencis y la tensibn. 183 b. §l_sssa_x_la_ssshe; La integracibn de estas dos elementos es caracteristice de la segunda etapa de la obra de Delmira Agustini. Segbn Bachelard, la noche es para una imaginacibn material, una substancis, une materia nocturns que va a penetrar en las aguas, a impregnar e1 estanque, a tefiir al laga en su profundidad.6 Para ese autor, la noche en el agua es un rasgo de la imaginacibn melancblics, el agua 1e da un centro y una materia a las impresiones nocturnas. El agua nocturns es oscura y tenebrosa, fluye de las ojos como en ”Fue al pessr", oscura, hands y venenosa (QM 71); tambien en las estatuas de ”Plegaria”, ”fluye de sus brbitee la noche” (Q! 50). En ”Supremo idilio" el agua ha incarparada a la muerte: ”zen las aguas csmbiantes de tus ojoe de enigma / un corazbn herida y acasa muerto flats!" (Q! 135). En el lago tenebrosa, que surge de la integracibn del agua y la noche, proliferan monstruos infernales, como se ve en ”Nocturno” (Q! 60) y en ”Tu dormies” (QM 72). Para Bachelard la noche en el agua tiene una pens hbmeda que produce un temor penetrante y le da a1 sire una realidad viscose.7 Esa es la pena de "Visibn" donde el yo lirica asume la pasividad de un agua nocturns, quieta y sombria y el tb es un hongo, una viscosidad encarnada. Ese es tsmbien e1 castillo hbmedo, frio, sonoro de "0h, tb” (Q! 61) y de "El camino" (RE 161). 184 C- Las-iaéseses-del-aesa-en_la§_§9§_eta2s§-§e-la_ghra Qe_Qsl!ire-Assstiai; En la primera etapa de la obra de Delmira el agua es corriente, luminose, pure y primaveral. De eses caracteristicas, la luminosided es la mes importante. E1 agua luminose es el agua reflejante, el agua espejo, ligsda al devenir de un deseo esperanzado. Ese es el agua del lago y de la mirada en "El intruso" par ejemplo. En ese poema, e1 "tb" tiene una luminosided que es mes acuatics que aerea, puesto que es blanca y fresca, siendo ls frescura una cualidad del agua. El agua clara y luminose es la del mar coma camino en "El poets leva e1 encla” (ER 91). Adembs de la funcibn reflejante, las otrss funciones del agua son tambien positives en la primera etapa de la obra de Delmira. Asi el agua asume su destino de ser bebids como se via en "La ssd” (LE 94); de diluir lo negativo, la melancolia en "Explosibn", (ER 119) y de relacionarse con el fuego en funciones positives, coma lava, sangre y luz. El equilibrio del agua luminose esta sintetizado en "La cope del amor" (LE 122) donde hay une materia (agua) contenida en una forma hermosa (cops) con un destino natural de ser bebids. Asi se equilibran la belleza formal de la cope, la materia del agua y el devenir o destino de la misma. El libro blanco padris llamarse el de ”Los cblices llenoe”. Inmediatsmente despues, empieza la 185 segunda etapa que padris llamarse en su primers parte, la de ”Los cblices que se vacian". El agua en la segunda etapa de la obra se hace profunda y pesada, aparece asaciada con la muerte y la desesperscibn. El agua nocturns inmbvil, que no fluye, es para Bachelard, como una muerte clavada en el interior del ser.a Es un agua que incite e la muerte y al repaso como se via en "Inextinguibles" (Q! 59) donde las pupilas del to son un lecho a una tumba donde el yo ”bebe la calms”. Ese transformscibn del agua corresponde conceptualmente a la transformscibn del tu de la segunda etapa, que se manifiesta coma une luz abeorbida. Hay paralelamente uns inversibn de las funciones del agua de la primera etapa. El agua pass de ser un elemento que es bebido a uno que bebe la noche, de uno que diluye lo negativo, a uno que diluye lo mes querido. El agua se hace esteril y esta en querella can sue funciones, con su recipients y con su destino. Aparece e1 fenbmeno de la ssd meldita: hey un fuego incapaz de ser spagsdo y un agua incapaz de ser bebids. Eso se ve en ”Elegias dulces” (QM 141) y ”El vampiro" (QM 139). Le aparicibn del cisne coma criatura acuatica en Q! es otrs forma de expresar esa tensibn. El cisne es un producto del agua reflejante ya que siempre esta en un lago limpido. Es 1a expresibn de un deseo y es, segun Bachelard, un simbala hermefradite, femenina en la contemplacibn del agua y masculino en la 186 accibn. E1 cisne es tambien e1 simbala de la luz de las aguas y un himno a la muerte. Asi, en Delmira, sl cisne es simultaneamente e1 simbala del yo-invertido (e1 momenta de la creacibn del yo par la accibn del tb) y de su muerte. En "El cisne" (Q! 55) e1 ave, tb del poema, esta quieta e inmbvil y en "Nocturno" (Q! 60), e1 cisne, "yo” lirica, es el que destruye e1 lago. El cisne aparece entonces ssociado a la esterilidad y la tensibn. En la bltima parte de la segunda etapa de la obra de Delmira, coincidiendo con la resurreccibn, el agua vuelve a funciones positives. La funcion de disolver y ligar del agua se presents positivsmente a través de la imagen de la pasts en que el agua padris (no lo hace) llevar a la creacibn de nuevas formas. La pasta aparece en ”Piers de amor" (Q! 59) coma pasta de estrellas, que en la poesia de Delmira son siempre acubticas. Esa pasta aparece tambien como une cera ideal: "Es mi cuerpo una torre de recuerda y espera / que se sients de mbrmol y es suefia de cere” (RE 161). Par ultimo, al final de la obra, en el revés total, la profundidad mayor del ser se da coma agua y la sublimacibn, antes abrea, se hace acubtica. En la primera parte de la obra la relacibn o actos en que el agua participe tienen por lo general una valencia positive, ya que ellos tienden hacia y culminan en la formulacibn del ideal poetico. Ese ideal, que anecdbticamente se representaba con la aparicibn del amor, es el del ser en el cruce: emblems no sblo del acto creador 187 y de la genesis de la forma sino tambien de todo un proceso posible en una sbla instancia ideal. En la segunda parte de la obra, la relacibn o actos en que el agua participe varisn mbs de valencia. Predamina is negative en las primeras fases de esa parte, aunque concluye con una positive. Es asi, porque en la segunda parte de la obra se express simultaneamente la voluntad de preeervar e1 ideal o emblems de la creacibn (ser en el cruce, amor) y le imposibilidad de hacerlo ya que ni se puede detener e1 proceso de creacibn en su continua marcha de acto a forms, a nuevo acto y nuevs forma ni se puede postular 1a existencia de una forma final, ya que beta tambibn sufre un proceso: necer, brillar, marir y renacer-~como base material a inerte de la creacibn--en une forma ulterior. El fuego que represents la energia o dinamismo activo de la creacibn, es simultbneamente un principio y un elemento. El fuego principio aparece como la fuerza abstracts, hipotbtica, universal y causative de la creacibn. Ese misma fuego, en el momenta de encarnarse en una forms, se hace fuego elemento y funciana como la mited dinbmica de la creacibn. En el poema ”Con tu retrata" (Q! 65) es donde se ve can mas claridad esa doble eancepcibn del fuego. El poema trata de la creacibn haciendola paralela a la vida y muerte del fuego. La creacibn de un objeto (del tb en este caso) requiere primera un dioe, e1 poets, que crea 188 a través de sus ojos o manos. Se somete un objeto fisica (foto) a la energia del yo-dios que toca el objeto con el fuego principio. Inmediatsmente despues, como en muchos de las mitos de la genesis, nace el objeto de una nebulosa ("nubes humanss”, ”rayos sobrehumanos"), en lo que es el amanecsr de la creacibn. El objeto-foto ee enciende y da una llama luminose, energies y comunicants. Ante e1 retrata encendido, ante ese hija euyo, el yo-poeta-dios se abre en flor. Luego de ese climax, el creador deja marir a1 fuego, ya que no puede o quiere detener e1 destino de la llama, que es el de consumiree. Lo que quedan son las restos de la combustibn: las cenizas, las ”astras frias y lejanos”. Hay entonces dos fusgos en el poema: e1 ”fuego principio” que enciende 0 ds vida a un objeto inerte y el ”fuego elemento” del objeto incendiado. El primera es energia y luz, brilla y alumbra, no se consume a quems e si misma, pero ei a otros. El poder encender a1 objeto, es precissmente su cualidad causative, la que lo hace ”principio”. El fuego elemento, en cambio, sufre e1 proceso de necer, brillar y marir. El fuego principio no ”es”, no puede revelarse sino se "encarna", es decir, si no asume la temporalidad y la relacibn, si no entre en un acto. Pero a1 entrar en un acto, ee hace elemento y sufre un proceso temporal. Adembs de presenter los dos fusgoe, este poema ilustra 1a relacibn entre e1 creador y su obra. El creador es simultbnesmente e1 padre o principio creador de la obra y 189 el hijo de su creacibn. E1 poets causa 1a aparicibn del tb (forma poetics) a la vez que es el hija (la forma) el que le permite a1 padre revelaree. a- Ls_llssa;--§1-fsess_es_la_eriaera_etaea_ée_la_9§rsi En la primera etapa de la obra de Delmira hay referencias a1 fuego principio que simboliza e1 poder creador y que es, naturalmente, un atributo del pensamiento o la idea. En "Rsbelibn" (ER 95) e1 pensamiento es ”musics, color, fuerza, belleza" y en "Racha de cumbres" la idea es un sol: "y cusndo ella en la cumbre, coma sol que flames / . . . se levanta la Idea” (LE 98). El pensamiento y la idea buscan encarnarse para dar uns lumbre ”nuevs, inmsrceeible y belle" como se anuncia en ”De mi numen a la muerte” (QM 76). El fuego principio necesita encarnarse para revelarse, y al hacerlo, aparece primera coma llama. Como esta represents el primer momenta de la encarnacibn del fuego-principio, retiene todas las propiedades causativas de ese principio y funciana como tal. Par lo tanto, la llama as use coma sinbnimo del poder creador que infunde vida a lo inerte. La llama express 1a felicidad del fuego, con su dinamismo energico y su caracter extrovertido y comunicants. La caracteristicas de la llama son la energia, la libertad, la expansibn y la aperture, como tambien su direccibn vertical ascendente de sublimacibn. Sus funciones, siempre positives, son las de sbrir, rodear, iluminsr y encender. La llama es ssi una sintesis de 190 ciertas caracteristicas y funciones. Ahora bien, de acuerdo a1 pensamiento de Delmira Agustini, cada semejanza de funcibn y de efecto se explica por una identidad de esencia. Por lo tanto, todo lo que funcione coma llama, la contiene: cualquier objeto que abre, ilumine, enciende o cualquier situacibn de aperture y energia, participan de la esencia de la llama. Delmira materialize asi las cantenidas espiritualee, par la que toda forma de creatividad, ya sea e1 pensamiento, la imagen o la fantasia, son para ella, una llama. Tiene su color de fantasia (oro y pbrpurs), su energia ("rayos de sangre y fuego"), su luminosided ("lucss fascinantes", ”me quedb coma ciego”) y su brevedad (queda luego "un oriente gris”). En "Lss alas” (QM 68) la imaginacibn es un vuelo y una llama ”ardiente, devorante, bnico” ante el Iris "ofuscente y divino”. A su vez, Delmira espiritualiza lo concreto, y cualquier objeto que contenga e1 principio de la creatividad o funcione coma bl, es llama. Eso explica ls asaciacibn de imbgenes formalmente diferentea coma las alas, 1a sangre, la lira, 1e rose. con la imagen de la llama. En ”Primavera” (QM 127) 1a lira que represents la creacibn, es una llama. Tiene su misma dinamismo y sus funciones de ebrir y de rodear; los brazas de la lirs son ”lenguas de fuego” que unen lo mbs cercano y lo mbs lejano y tienen tambibn la misma direccibn ascendente de sublimacibn: "apuntan coma alas a1 futuro". La lira 191 tambibn esta asaciada con las alas, ya que comparten la misma esencia de la llama. En "La siembra” (ER 101) la llama aparece coma sangre, "mi sangre es lumbre”, a sea coma combustible encendido y tambibn coma eimiente , ya que las funciones de ese fuego son las de abrir y unir de la llama. La aperture de la flora en luz represents e1 efecto de la llama sobre el ambiente. Tsmbibn, par la tendencia a la hipostacibn de Delmira, cede comportamiento o caracteristice de la llama es un cuerpo simple y transferible, lo que se ve esencialmente can respecto al color de la misma. El color de la llama da une impresibn global de dorado, aunque puede ser 0 amarillo-rojizo (a para usar las palabras de la autora "de oro y pbrpura") a color de cera. Cede color estb ssociado con una funcibn y atributo de la llama. El "ara y pbrpure" es el color de la fantasia, ssociado tsmbibn con el msgo. Ese es el color de la creacibn concebida coma libertad y deslumbramiento seneorial. En ”El poets leva . . . ”: ”Fantasia / estrens un raro traje llena de pedreria / para vagar brillsnte par les alas”. En "Nardos", esa fantasia es un mega: ”Una es un mago ardiente de oro y pbrpura”; mega que reapsrece en ”De mi numen a la muerte” (QM 76) cusndo a1 poets lleva "un leve y esplbndido bagaje de rey mega”. Tsmbibn, coma vimos, e1 oro y pbpura aparecen en ”Una chispa" (ER 112). Mago, fantasia, pedrerias y oro y pbrpura son entonces tbrminos intercambiables. El color-cera, es la llama en su funcibn de aperture. 192 En "Nardos" (L2 104) es s1 color de la monja que viene despubs del mago: "otrs es una monja de color de cera". La cera represents la plasticidad del pensamiento, la llama en su funcibn de crear nuevae formas. La cera reapsrece, par ejemplo, en ”El pasta y la diosa", "Otro color pensamiento / can susfio e luz ds ceras" (ER 109). Como una de las caracteristicas de la llama es su luminosided, e1 simbolismo de la llama y la luz estbn eetrechamente ligados, aunque ee pueden notar diferencias entre las doe imbgenes. La llama corresponde a la primera eancepcibn del tb coma fuerza causative que despierta a1 yo inerte y, en la mitologia solar, s1 primer sol de la creacibn que abre o despierta a1 mundo. La luz en cambio, corresponde conceptualmente a1 yo invertido, y en la mitologia solar, a1 sol que asciende de las aguas. La luz es tambibn la abierto, la forma (yo) transformada por el poder creador. La llama es asi lo que abre y la luz lo abierto. Hay por lo tanto dos luces en Delmira: la primera, de la llama, es simple y represents a1 tn; 1a segunda es compuesta ya que represents la integracibn ideal del agua y el fuego y el yo invertido. Estes dos luces es pueden ver en las siguientes versos de "Mis amares": sabre tods su luz sabre todas sus llamas, se iluminb mi alma y se templb mi cuerpo. (BE 34) Ls luz del primer verso es la simple; la del segunda (la de ”iluminedo") es la compuesta. En conclusibn, se puede decir, que a diferencia del 193 agua, el fuego en su primer etapa aparece muchss veces solo. Cusndo esta relacionado con el agua, sus funciones son positives. La relacibn mas importante de ambas elementos se ve en la luz. La luz coma integracibn del agua y el fuego aparece en el fenbmeno de la mirada y en el reflejo luminoso. Par sea, is creacibn en la primera etapa de la obra, se da como un fenbmeno visual y el "ojo" (humano a de la naturaleza) es de primordial importancia. Cirlot, a1 analizar 1a relacibn entre el fuego y el ojo dice la siguiente: The essence of the question involved here is contained in the saying of Platinus that the eye would not be able to see the sun if, in a manner, it were not itself a sun. Given that the sun is the source of light and that light is symbolic of the intelligence and the spirit, then the process of seeing represents a spiritual act and symbolizes understanding. Hence the “divine eye" of the Egyptians . . . very interesting, too, is the way the Egyptians defined the eye, or rather, the circle of the iris with the pupil as center, as the ”sun in the mouth"9 Esta steps es la del fuego coma brass y ocesionalmente coma ceniza. La brass es roja y candente, es un fuego concentrado y devorante, incomunicado, sin 1a libertad y el movimiento de la llama y que parece alimentarse de si misma. Sus atributos son la incomunicacibn y la concentracibn en un centro, lo que por un lado, parece multiplicar las propiedades calarificas del fuego y su accibn quemsnte, y por el otro, evocar un elemento que se 194 devora e si misma, que se ha vuelta hacia su propia ssr. La transformscibn de la llama en brass corresponds en un nivel conceptual a la transformscibn del tb de la primera a la segunda etapa de la obra, cusndo ese tb es parte del yo y cusndo el binomio yo—tb represents lo creada. En tbrminos del mito solar, el tb primera era e1 sol principio, mientras e1 sol que ascendia era el yo invertido. En la segunda etapa de la obra, hay uns separacibn de sales: par un lado, continba e1 sol-principio que se hace negativo y que es de ”lacura y de muerte” y por otro, hey un sol que ha caida, una luz tragada que buscs un renacimienta imposible. El sol hundida es lo creada, e1 binomio yo-tb. En cuenta a la asaciacibn del fuego con un brgano, hay en la segunda parte de la obra de Delmira, una concentracibn en la relacibn del fuego y la boca. Esa relacibn es una evolucibn natural de la relacibn del fuego y el ojo de la primera etapa de la obra. El pasaje del ojo e 1e boca es el pasaje de la llama a la brass, lo que se puede ver en ”Mis amares”. En ese poema e1 hablante lirica menciona primera los ojos de las muchos tb, que lo iluminan y encienden, para luego decir que ”Ellas me dieron sed de todae esas bocas . . . " (Q! 82). Cirlot describe la relacibn del fuego y la boca de la siguiente manera: In the old testament, the concept of mouth and fire are frequently associated; epithets such as "devouring" or "consuming", frequently applied to the latter, are descriptive of the functions of the former. The mouth symbolism as fire 195 symbolism has two aspects: creative (as in speech) and destructive (devouring).1o Par 1a camplejidad de lo creada, las imbgenes de fuego en la segunda etapa de la obra de Delmira son inestables, y la brass puede referirse a1 ”ya" a a1 "tb" indistintamente. Eso acurre porque lo creada es una sintesis de fuerza anterior (tb) y de materia (yo). Asi, la brass as a un fuego-principio que ha quedado atrapado en la materia (cuerpo a alma), que se consume sin trascender y que aparece cubierto de pesos y resistencia para su expansibn a, una materia que no puede energizarse. El fuego de la segunda etapa es ambivalente: a veces quems, destruye y es implacable y, atrae, calienta, arropa y protege. En ”Vida” se ven esos dos fusgoe, el negativo que consume y el fuego que cansuela ”cusndo s1 frio cifie su sudario” y que es ”e1 rincbn del hogar” (QM 124). Se ve la misma en "En el camino” (RE 161) y en ”Tu amor esclavo” (RE 160) entre otros poemas. El primer fuego (e1 negativo) represents el principio creador, el segunda lo creada, que no sblo aprisiona al creador sino que a veces lo protege. En las imbgenes del fuego aparecen todos las formas de relacibn del yo y el tb de la segunda etapa de la obra. En la serie infinita, se busca otro sol para repetir e1 proceso de la creacibn. Eso acurre en ”Primavers", cusndo las brazas de la lira quieren anuncier un ”sol nuevo” (QM 127). El encajonamiento del fuego, en series sucesivae, as ve en la proliferscibn de imbgenes de fuego encerrado como las de la semills y la crisblida. Es, sin embargo, la 196 tensibn y querella 1a mbs representative del fuego coma brass. Se trata de imbgenes en que predomina un fuego rojo, quemante y estbril, que es incapaz de abrir a fecundar a la materia con la que se relaciona. Primero, se ve ese fuego en la imagen de la fragua, que es la de un fuego encerrado que no se puede abrir en luz y que aparece implicitamente en la sed maldita y dolorosa ds ”E1 vampiro” (QM 135). Otra forms en que ese fuego aparece es en las picos quemantes de las snimales, que no pueden abrir 1s materia. Los snimales son cuervos, buitres y hasta el cisne, con picoe encendidos y rojos que picen y dejan llagas, pero que no abren la materia, como se ve en el poema ”Boca a boca” (RE 162). La bltima imagen de ese fuego incomunicado y estbril es el de la simiente incapaz de florecer clavada en la tierra de ”La inefable” (QM 67). Le resurreccibn sugiere una nuevs creacibn a partir de las cenizas frias de las anteriores. Le luz represents el ideal pobtico de la obra. Aparece asaciada con el motivo del encuentro del ya can tb que la transforms y, por ends, con el yo invertido. Tambibn represents 1e integracibn ideal del. agua y el fuego y designs e1 valor pobtico que tiene 1e jerarquia de la sagrsdo. Pare distinguirla de la luz de la llama, llamarb a beta luz viva. La luz es uns sustancia que transports, abre y va acompafiada de movimiento y sonido. Luz, movimiento y 197 sonido forman asi una trilogia abrea que caracteriza las experiencias de vuelo, ascensibn y de aperture vital, y que en bltimo grado esta asaciada con los valores del repaso como se via en "Nardos" (ER 104), "A uns cruz" (QM 132) y ”Deeds lejos" (LE 77). Ese luz se ve especialmente en la primera parte de la obra: aparece en "La siembra" como el "sacro fulgor" de la flora despubs ds la fecundacibn (ER 101); la luz encarnada de "Nardos" y de la luna en "A una cruz". Es tambibn la luminosided del ojo de la muse en "Mi musa triste” (ER 114) y la del yo afectedo por el primer tb en poemas coma "Explosibn" (L5 119), "Amor" (LE 121) y "Mis idolos” (ER 116). Ese luz vive que represents e1 ideal pobtico es, por lo general, de carts duracibn. Despubs de un instants ideal ella se cristaliza a de lo contrario se ve sucedida par la sombre, que es su reverso. Si la luz represents e1 vuelo y el ascenso, 1a sombre represents la caida y el descenso. El fenbmeno de la caida es sl que crea la noche, 1a sombre, e1 sbismo, y el de cristalizacibn, lo que crea una luz helada e inerte. En la caida hay una relacibn de luz y de sombre y en la cristalizacibn una relacibn de luz y de movimiento. a- La-relasiba_ge-la_luz_1_el_ssyiaieatsl En relacibn con el movimiento, la imagen de la luz aparece en dos momentos, en su sublimacibn, coma luz viva y en su cristalizacibn, coma luz inerte o cristalizada. La 198 primers es la que se acaba de describir, 1s segunda es la luz del hielo y del marmol: fris, caste y blanca; Amor de blanco y frio, amor de estatuas, lirios, astras, dioses . . (BE 155) La luz inerte aparece en dos perspectives temporales: en el instants misma de la aparicibn del tb, es decir, antes del acto creador y despubs de ese acto. El "antes" se puede ver en el reflejo, donde la revelacibn del tb coma fuente de energia es simultbnea a la de un yo inmbvil, duro y frio. Eso permite mostrar la creacibn como un deshielo a un mbrmol que ramps en llanto. La luz inerte del ”despubs” del acto creador no aparece mucho en la obra. Lo mbe combn es la presentecibn ds esa luz coma materia sin energia: o porque todavia no fue energizeda y/o usada en la creacibn, o porque ya lo fue y es un resto de la misma. Esa es la situacibn de las estatuas, de las que no se sabe nunca si son retofios o estirpes, restos helados de una creacibn o cepullos que la anuncian. Les estatuas eon imbgenee de la tensibn y querella porque estbn hechas de mbrmol o luz inerte, que es casi una negacibn ds si misma y porque estbn supendidas entre e1 syer y el mafiena. Asi son descriptas en ”Plegaria": Se dirian crisblidss de piedra de ya no sb qub formidable reza en una eterna espera insnarrable. (Q! 50) La fluctuaeibn de la luz entre sus dos polos de sublimacibn y cristalizacibn aparece deeds e1 principio de la obra porque express la discontinuidad de la creacibn, la 199 oscilscibn del posts entre instantes de creacibn y la terminacibn de ellos, que lo dejan bnicamente con la creada inerte o cristalizada. Como todos los esfuerzos pobticos de Delmira buscan perpetuar ese instants ideal, ella vs a aspirar tambibn a una luz encarnada que no fluctbe. Ese deseo lo express a travbs del acto de "medusar". La imagen de la Medusa aparece explicitamsnts en ”Ave, envidia" (ER 124) pero estb implicita en muchisimos otros poemas. En "Ave, envidia" s1 hablante lirica llama Medusa a la serpiente, pero es una Medusa extrafis, invertida, que en vez de congelar, fustiga. A an vez, es ese hablante lirica el que quiere convertirse en alga mbs parecido a la Medusa tradicional produciendo una luz blanca que cisgue y supuestamente paralice. Les cualidsdes idsales de la muss, en ”La muss" (ER 103) son las de sees dos Medusas ya que se buses que simultaneamente la muse ”hiele, suspends e inflame”, es decir, que inmovilice para siempre al ser en un instants ideal. b- Ls_ls§_2_ls_assess;-el_zssls_x-la_saids; Si la exaltecibn del instants de la creacibn se expresaba coma vuelo, la terminacibn de ese instants ideal va a aparecer como una caida en el tiempo y en la materia. Pars Bachelard la caida es una suerte de enfermedad de la imaginacibn ascencional, una nostalgia inexpiable de la altura: "nbufraga de luz yo me ahogaba en la sombre" escribe Delmira en "Oh, tb" (Q! 61). Es 1a caida la que crea e1 sbismo, que es lo bajo y la muerte. La trilogia 200 anti-abrea del sbismo--noche, silencio y inmovilidsd--es la imagen invertida ds la luz vive.11 La dialbctica de la luz y la sombre es una dilbctica de cumbre y sbismo, de infierna y paraiso. de vuelo y caida. E1 peso de la luz a la sombre no es mas que el pasaje entre distintas instantes de la creacibn. En cuanto un instants o vuelo se ha alcanzado. bste termina y en fin genera a la vez otro comienza. Asi se dice en ”Ave, envidie": Seguido la experiencia me ha ensefiedo que la sombre da luz y la luz sombre (LE 125) y en "Supremo idilio": ”bajar de un plinto vano es rsmontar e1 vuelo . . . ” (QM 132). Aunque Delmira muestra que este ciclo es inevitable en la creacibn, la obra tambibn sustenta una ilusibn de instancia o proceso bnico centrado alrededor del amor. En este proceso la aparicibn del amor significaba la gbnesis de la forma, e1 cruce, el valor e ideal, e1 vuelo y luz viva. La sombre que sucede a sea luz en la segunda parte de la obra es tratada tambibn coma si ella fuese parte de esa instancia bnica. La segunda parte de la obra, entonces, esta dominads por la sombre. Como la sombre represents lo creada, ella adquiere todas ls ambivalencias del tu de la segunda etapa de la obra. Asi, es simultaneamente lo que protege y lo que oprime e1 ya, lo que cansuela y lo que aterrs, 1a sintesis de la vida y la muerte. Par ejemplo, la sombre del tb 201 protege del fuego y del congelamiento en "El camina" (RE 161) pero oprime en "Oh, tb" (Q! 61) donde se concentrs en la figura de un buho "pbjaro de la noche"; sombre que es, en este poema, muda, triste, fris y sols. En "Visibn” (Q! 44) la sombre es una imagen ds la angustia y en otros poemas de la melancolia. La sombre es el recuerda y la vie del misma. En ”Mis amares", se express: Hay hen vuelta. Par todos los senderos de la noche hen venido A llorar en mi lecho. (BE 83) La sombre participe tambibn de todas las formas de relacibn del yo y el tb de la segunda etapa de la abre, aunque la mbs importante es la de tensibn, donde se explota la smbivalencis de la imagen. En ”La bares milagrose” se dice: ”La llemarbn ”La sombre" unos, otros ”La estrella” (QM 140). Luego, por intermedio de Eros, se busca una resurreccibn que dure eternamente. El yo emerge para siempre de la sombre, pero incorporbndola y sublimbndole como acurre en ”Cuentas de sombre” (RE 156). Eros, coma simbala del ideal de le creacibn, esta eternamente oscilando entre la luz y la sombre y es un puents entre ambas. En ”Ofrendando el libro” Eros es el puents de luz " . . comunicando infierna y paraiso” (Q! 43). En el revbs total, Delmira bebe la sombre y es instela en ella: Cops de vida donde quiero y suefio beber la muerte con fruicibn sombria. ”Does a boce” (RE 162) 202 4- 99-5labels-de-la-ssssieasias-sl-sepsis; E1 espejo es un simbala complejo y ambivalente, que puede expresar unibn o separacibn, que a veces es luminoso y otras opaco. El espejo es siempre sl especia donde se realize la funcibn de reflejar, es decir, de desdoblar a1 ser y de crear. Par esa, el espejo es el simbala de la conciencia. Toda la que duplics una realidad es para Delmira un espejo, como el lago, las ojos, 1a raiz; a la vez, cualquier case puede duplicsrse, como el cuerpo, el alma, la vida. Par su relacibn con la creacibn, en el simbala del espejo confluyen cantidad de otros simbalas o imbgenes de Delmira Agustini, especialmente la de la luz. Como en la luz, hay un espejo que es funcibn pure, que permite la creacibn y que esta ssociado con la luz viva; es el espejo en su funcibn de unir. Otras veces el espejo, como la luz congelada, aparece vslorizado como materia que straps y separa. E1 primera, predomina en la primera parte de la obra, e1 segunda en la siguiente. En la primera etapa de la obra, e1 espejo es el lugar donde se realize 1a creacibn o la inversibn del yo. Le creacibn es una descristalizacibn del yo pasiva realizads a travbs de un eje vertical en una direccibn ascendente hacia la fuente de luz. En "Misterio, ven” (LE 81) as donde aparece con mayor claridad la topografia de la interioridad del ser. Ella podrie describirse en un diagrams con dos circulos concbntricos: el circula interior es helada, y 203 represents la zona mas profunda del ssr. Ese circula esta rodeado ds otro exterior que es cblido. En las casos del "deshielo" (o reflejo), la zona fris se descongela y se identifica con la superior. Esta topografia se invierte en la segunda parte de la obra. En la segunda etapa de la obra aparece el espejo congelado que sitba a1 ssr en una situacibn de sombrae a1 separarlo de la fuente de luz y/o lo desdobls en dos imbgenes incomunicadas. A continuacibn, voy a ilustrar esos casos con dos situaciones hipotbticas. La primera, que tiene que ver con la separacibn del ssr de la fuente de luz, puede ser entendible si se imagine a un ser, el poets, encerrado en un cuarto con una ventena que mire a1 exterior. Ese cuarto es la interioridad del poets y el cristal de la ventena es el espejo, su conciencia. De die, cusndo e1 sol brilla en el exterior, e1 cuarto se ilumina y se calienta. Toda adquiere forma y volumen por la luz y el poets tambibn es parte de lo iluminedo. En ese momenta, e1 cristal de la ventena es imperceptible, existe coma si no tuviera materia, es simplemente un umbral pasiva que permite que la accibn iluminsnte del sol se cumple. De noche, con la ausencis del sol exterior, el cristal aparece como una materia fris, como un mura que simultaneamente protege y encierra e1 poets, que lo cansuela y lo oprime. Es e1 cristal coma materia el que crea un adentra y un afuere, un acb y un ella. Si e1 sol tragado, aparece como una luz lunar, 204 interior en Delmira, sl cristal de la ventena ss convierte en su pantalla negra por la oscuridad exterior. Creo que sea es la clave para entender el fenbmeno de prayeccibn en el "mura" que se ve en "A la lejos": Sabre mi se proyectabs, / mas mortal que tu sombre sobre el mura, / tu solemne tristeza de extraviedo . . . " (Q! 145) y, en las ojos de las estatuas de "Plegaria": "negros telones de visiones roses" (Q! 51). El telbn es el cristal nocturno, materializado y frio que recibe sblo ls prayeccibn de luces interiores. Ls segunda situacibn tiene que ver con el desdoblemiento del yo: entre yo proyector e imagen, entre poets y forms. El primer momenta en que un ssr se mire en un espejo puede imaginarse como una fuerza que se proyecta y crea una imagen o doble. En ese acto de energia, el ser parece lanzarse hacia afuere a1 proyectarse. Pero despubs de ese primer momenta, hay una distancia infranqusable entre e1 ssr que proyecta ls imagen y la imagen misma. El espejo se convierte entonces, en una superficie dura que separe eternamente a1 ssr de su imagen. En el primer fenbmeno que describi, sl que se refiere a la fuente de luz, hay un ssr separado del principio creador (sol), y dejado a su propia interioridad y a una luz secundaria. En s1 segunda fenbmeno, hay un ssr divido y separado de 31 misma. En ambas casos, e1 espejo se ha vuelta una materia congelada. Ese es la situacibn del posts a1 empezsr la segunda etapa de la obra. Tsmbibn, en 205 105 dos casos, el dilema es el mismo: a se tiene conciencia del espejo coma cristal o materia, en cuyo caso no se percibe su funcibn, a se tiene conciencia de la fuente de energia, en cuyo caso e1 cristal es una nada material. Delmira analiza las implicaciones ds esta situacibn a travbs de las actos de creacibn de la segunda etapa. Primero, en s1 reflejo absoluto el poets parece preguntar donde esta 1e realidad: gen el que suefia 0 en lo sofiado? gquibn refleje a quibn?, gla tierra al cielo o vicevsrsa?, gel yo a1 tb? En la tensibn persceria que el poets esta dividida ya que se reconoce en lo dos lados del espejo. E5 is situacibn de "El cisne”: ”A veces; ztoda! soy alma / y A veces; ztoda! soy cuerpo" (Q! 55). Asociada con la tensibn aparece una topografia de la interioridad del ssr que se puede representsr con un circula interior de calor rodeado de uno mas frio y resistente. Ese parece ssr 1s imagen ds "ls estatua de mbrmol con cabezs de fuego" que aparece en "Cuentas de mbrmol" y en muchos otros poemas. Tambibn esa topografia explica los dos vampiros que aparecen en esta etapa: el de fuego que estaria en el punto centra1--y sl aterido--que estaria del otro lado del espejo, en el exterior. Ninguno de los lados o circulos se comunican: ni el hielo puede romperse y apagar s1 fuego, ni bste puede derretir e1 hielo. Con la resurreccibn, aparece la raiz que es un espejo apsco que funciana como el lago de la primera etapa. Esta imagen esta en "Cuentas de sombras" (RE 156) y tambibn 206 es la de "Mi plinto" (RE 165). La inversibn aparece en "Cuentas de fuego": mbs terde, en el helada mas ella de un espejo, como un lsgo inclinado, vsr 1a olimpica bestia que elebora la vida . . (RE 156) El ideal imposible a1 que aspire Delmira es ssr una conciencia que simultbneamente se aprehenda coma energia y prayeccibn y como materia. En tbrminos del espejo, el ideal serie uno que pudiera percibirse a la vez coma materia (cristal) y como funcibn o acto (desdoblamiento). 5. La§_isageass_£lerale§; En este divisibn se discute la manera en que Delmira parece elaborsr las imagenes y luego ee presents un breve resumen de las que aparecen en las dos etapas de la obra. Aunque la explicacibn que sigue se base especialmente en la elaboracibn de las imbgenes florales, ella tambibn puede servir para entender otrss. El significado de las imbgenes florales parece ester determinado por su configuracibn, por el dinamismo de la materia fundamental en que la imagen participe (agua o fuego) y por el contexto en que aparece, es decir, por la estructura y significado del acto de creacibn del que participe 0 represents. El primer paso en la configuracibn de una imagen parece ser e1 reducir un objeto a un dinamismo, color a especia fundamental, en general las tres cosas juntas. Con la rose, por ejemplo, Delmira reduce todos los colores posibles de las roses naturales a uno solo: e1 rojo, y 207 reduce todas sus partes (talla, espinas, hojas, carols) a uns: 1a carols y todas sus funciones a la aperture y su contrario, mas enunciado que presentado, e1 marchitarse. Despubs ds esta reduccibn, queda un objeto sintbtico ”rosa" que es rojo, y coma su funcibn principal es la de sbrirse, tiene un especia esencial que es la carols. E1 lirio es uns reduccibn de la flor a su blencura esencial y a su talla, que es fragil y vertical; e1 clavel a la forma de la flor y al color rojo; las sves a la accibn de picar y al brgano s travbs del que lo realizan: e1 pica. Cada imagen tambibn participe de una materia y su comportamiento a travbs de su color, forma, dinamismo a las tres cosas juntas. Como 1s rosa es rojs y lo que imports de ella es el sbrirse, ella representarb e1 fuego en su etapa expansive de llama. En cambio, e1 clavel, par su color y forms, es el fuego en su etapa concentrativa de brass. El lirio participe de la luz congelada del mbrmol, del hielo y de los astras. La etapa ds desarrollo de la materia fundamental de la que cads imagen participe, es la que determine las funciones, significados y relaciones de csds imagen particular. Asi ls rose esta ligsda a situaciones de aperture vital, y el lirio asume toda la smbivalencis del mbrmol, que 8 veces represents una creacibn congelada y otras una posible resurreccibn, un alimento celeste. Par bltimo, hay que interpreter is imagen de acuerdo a su contexto. Ls flor de 115, flor mitolbgica, a pessr ds 208 ssr una luz congelada 0 hielo, tiene un significado positivo por aparecer en la resurreccibn. De igual modo, las manos pueden representsr el deseo ds construir o renacer (en la estructura de la resurreccibn) a un deseo de invalucibn o repliegamiento en si mismas (en el revbs total). El contexto es entonces, lo de mayor importancia para determinar e1 significado de la imagen coma probablemente lo fue para su elaboracibn. Par ejemplo, en la estructura de la tensibn siempre se valorizs en las imbgenes e1 punto mas dbbil o frbgil de un objeto sobre el ,que se puede aplicar la violencia; a de lo contrario, e1 aspecto mas agresivo del objeto, el que aplica la violencia. Asi, la parte mas frbgil de la rose es su corals, que sintetiza toda la frescura de la flor; y la mas frbgil del lirio, su color y su talla. Es precisamente ese aspecto vulnerable, 1a corola de la rose, y el talla y el blancor del lirio los que se valorizan en la tensibn. Por otro lado, la violencis que las eves pueden aplicar esta en sus picos, que es precisamente s1 brgano que se valoriza en ellas. Asi, 1a rose es la frescura que se puede exprimir, el lirio es el talla que se puede romper o la blencura que se puede manchar y el ave es el pico que pinchs 0 pics. En conclusibn, e1 contexto y el valor es la clavs mbs importante para la comprensibn de las imbgsnss en la obra de Delmira. A continuacibn hay dos disgrames del universo pobtico de Delmira que permitirbn entender e1 ideal que lo rigs, 1a evolucibn de la obra y cubndo hay sustitucibn de 209 un grupo de imbgenes par otro a SUBLIMACION Vida Die Luz Viva Muerte Noche Sombra CRISTALIZACION Fig. 2. Esquema del universo de El primer diagrams presents fundementales de la obra: la de superior del diagrama--y la de ideal pobtico es s1 ssr en el presents lo mismo pero con mbs d SER Sublimacibn -1Qeal-22e£ise (valor) 1) Th ya-invertido 2) Vuelo detente (vue perpetuado 3) Fuerza-cause cause-efecto 4) lo abierto lo entreabie lo manifiesta 5) Arriba puents 6) Afusra: umbral e1 harizonte 7) lo observado e1 espejo Fig. 3. El ideal pobtico. lo largo de esa obra. sonido movimiento color Cielo Abisrto frio Abismo Csrrado inmovilidsd silencio Delmira Agustini. una de las polaridades la zone de luz en la parte sombre en la inferior. E1 cruce. El segunda diagrams etalles. Cristalizacibn Yo lo inmovilidsd ) efecto-movido rto lo escondido Abajo Adentro el observador 210 Al final ds la primera etapa de la obra de Delmira, la de la visibn luminose, se express e1 ideal pobtico del ser en el cruce. Esta acurre en la mirada y el reflejo. El ojo y el lago como espejos son imbgenes de cruce y simbalas de la conciencia o imaginacibn. E1 tb, es el principio activo de la creacibn que energize a1 yo inmbvil. (Al tu 1e corresponde 1a esfera superior del universo, a1 ya is inferior y al yo invertido la central. En la primera etapa las relaciones o actos en que las elementos participan son positivos: aparecen 1a integracibn del agua y el fuego en la lava, ls sangre y la luz, relaciones que implicen dos materias en un solo acto. E1 tb aparece coma llama, y tambibn aparecen la rose, is lira, el vuelo y el deshielo, coma sinbnimos de aperture vital, de un yo afectedo por el tb. Ese ssr en el cruce, que represents 1a gbnesis de la forma y el acto pobtico y que es la sintesis de sujeto y objeto, de materia y de fuerza, de dos materias en un solo acto, pierde la energia s1 empezar ls segunda etapa de la obra. Al hacerlo, queda solamente lo creada, e1 binomio yo—tb a un yo solo separado de un tb inslcanzable. Esa situacibn puede repressntarse a travbs del esquema bltimo, sblo que sin e1 movimiento, sin 1s capacidad de movilizacibn de un lado a1 otro. El ssr queda separado y dividida consigo misma, a doe lados simultbneos del espejo. Ese es une situacibn labsrintica, representsda por la 211 serpiente, la estatua con cabezs de fuego, la brass rodeada de hielo. En la mitologia solar corresponde al sol trsgado y rodeado de pesos y resistencia, mientras que el sol infernal represents el tb a distancia infinita del yo. En este segunda etapa, e1 espejo luminoso se hace helada, la luz viva se congels y predomina la sombre. La lava se transforms an alcohol y la llama en brass y en ceniza. El clevel sustituye a la rose, y la mirada coma forma de energizacibn se sustituye por s1 picar. Ls boca a el pico sustituyen el ojo, mientras que el espejo se hace raiz. Al final de la segunda etapa de la obra, e1 ideal pobtico reapsrece can Eros, que vuelve a representsr el ssr en s1 cruce. Como ls obra describe un proceso de trbnsito entre uns a otrs esfera, la aparicibn de Eros coma puents entre ambas lo convierte en la metbfora central de toda la obra. 0- El-9999e2£9_ée_isasisasiés_ea_1a-9§ra_de-Qelsira; Como dije en la introduccibn, Delmira comienza su obra con el debilitamiento de las creencias que sustentaban 1a estbtica del primer modernismo. Los conceptos modernistas de la infinitud ds la imaginacibn creadora del poets, de la ausencis de mediacibn entre fondo y forma del poema y del poets como visionario o espiritu plasmador dependian de la existencia de una realidad bltims de carbcter universal. El universal era e1 punto fijo de referencis, el absoluto o 212 ideal que permitia la resolucibn de todos los dualismos, contradicciones y limitaciones del mundo fenbmenico mas ella de la experiencia e ilusibn. Su desspsricibn deja a1 ssr sin identidad, lugar o significado en un mundo que cambia y fluye. Asi, Delmira tiene la intuicibn de que la identidad del ssr es relative a1 lugar, ls persona y el acto. Vitalments, ello se muestra en que Delmira se consideraba "nena" de die, en su vida cotidiana en el hogar, en los paseas, conversacionss e interecciones can sue padres; y "poetisa” sl escribir sols de noche, frente a1 pbblico y/o extrafios.12 En su obra, se nuestra en lo que llamb "perspectivismo de visibn", en el hecha ds que el significado o identidad de cualquier elemento de su abre es relativa a esos tres factores mencionados. La ausencis de un lugar fijo, ya que bste es relativa a las cosas que se mueven alrededor del ya 0 del ya que se mueve entre ellas, el cambia constants en un mundo de permanente fluir, genera uns nostalgia de fijacibn que se ve en el deseo de que la luz vive sea eterna, de que la mirada de la muss ses capaz de helar y fijar el ser en un instants ideal. Tambibn es la nostalgia ds 1a serpiente (yo del poema) entrelazada en una estatua del empersdor y clsmanda por su corazbn imposible y eterno de "Fiera de amor" (Q! 53). La intuicibn de la relatividad e inestabilidad de la conciencia, la nostalgia de eternidad o permanencia, junta con la percepcibn ds que la creacibn de la forms no es una 213 gbnesis absolute y eterna, no es mbs que el reconocimiento de los limites que lo contingente y temporal imponen a la imaginacibn. Tambibn es sl reconocimiento de lo universal coma ilusibn. A continuacibn, discutirb ese nuevo concepto de la naturaleza de la imaginacibn y la creacibn implicito en la obra de Delmira. La imaginacibn es un principio abstracto y tambibn un elemento o tbrmino de una relacibn. Es un proceso que se funds en un acto y es tambibn e1 medio de ese acto. Es e1 punto hipotbtico de origen y/o llegade del ser, un valor que express la intencianslidsd y el reconocimiento de la calidad. Es, sabre todo, un modo de ser que se recanstituye en el acto. La imaginacibn como principio es la facultad o energia hipotbtica, abstracts y autogeneredora del ssr. Es lo que preexiste y subsiste cads acto de creacibn y cede forms y es, tambibn, la potencislidad que se encarna a s1 misma en la forms 0 poems. Ls imaginacibn coma principio aparece en la poesia de Delmira a travbs del dinamismo activo y la energizacibn del fuego "principio" y del dinamismo pasiva, fluidez y reflexibn del agua "principio". De ese modo, la imaginacibn como principio represents simultaneamente la energia y la pasividad potencisl del ssr. E1 agua y fuego simbolizan la calidad trascendental de la imaginacibn que transfigura la realidad, que la supera, ls deshace y la rehace: es el poder de creacibn y destruccibn, e1 principio de vida y de muerte. 214 Ese facultad o principio es abstracto e hipotbtico porque su existencia no puede ser aprehendida directamsnte sino deducida a travbs de les transformaciones que provoca en la materia. Energia y materia es la primera polaridad del mundo de Delmira. Como con las otrss, cede una de los tbrminos que la configuran se define por su contrario y se hace su contrario. Asi, la materia es lo que carece ds energia y la energia es lo que mavilizs 1a materia. La forms as define coma materia que se energize (sublimacibn) en el primer momenta de su existencia, a coma materia que pierde su energia o energia que abandons la materia (cristalizacibn) en su segunda steps. For lo dicha en el parrafo anterior, se puede vsr que la imaginacibn coma principio no es, no puede revelarse, haste entrar en una relacibn, asumir la temporalidad y comportarse como un elemento, como un tbrmino de una relacibn. De ahi se puede deducir que la imaginacibn es funds en el acto creador del que nace la forme (conjuncibn de materia y energia, yo invertido). Ir del acto a la forme, es tambibn ir de la trilogia de sombre, silencio e inmovilidsd (cristalizacibn) a la abrea de sonido, luz y movimiento (sublimacibn), del punto de origen a1 movimiento. Sin embargo, e1 acto no termina en una forma final. Le imaginacibn es un proceso continua que va de acto a forms, a nuevo acto y a nuevs forma sin detenerse jambs. El nuevo acto continba a1 que le precedib, a la vez que es 215 un nuevo comienza. Lo misma sucede con la forms. For ello, 1a imaginacibn es a la vez ciclica y diacrbnice. Es ciclica porque vs constantemente de la luz a la sombre y de la sombre a la luz, 0 en otrss palabras, de una forma que nace, brilla, muere y renace en otrs posterior, en actos que se sucedsn unos a los otros y es diacrbnica porque vs del pasedo a1 futuro, porque la forma y las estructuras de los actos creadores del pasedo determinan la configuracibn de los que los siguen. El proceso de la imaginacibn parece empezar en un punto que resuelve todas las contradicciones y oposiciones previas. Ese punto es el "shore" del amor al final de LE. Ese punto aparece como un umbral o interseccibn y esta representado por el espejo que desdobls e1 ser. Ese simbala de la conciencia no es tanto un lugar (punto) sino mas bien e1 medio de un acto de creacibn, en el que el sujeto parece hacerse objeto y el yo y el tb estbn en una relacibn ideal. El encuentro del ya con un tb que lo transforms apunts tanto a un "antes" como a un "mas allb" de ese encuentro, a un momenta en el futuro en que ese ideal se haria unibn permanente (e1 cuarto peso del reflejo) y que hace del instants presents, e1 comienza de alga que vendrb despubs. Esa unibn sugerida y buscada en el amor es la ilusibn que la obra de Delmira sustenta y desenmascars a la vez. Es asi porque el "punto" de unibn recede en cuenta parece alcanzbrsels. Siempre esta mes allb" en el pasedo 0 en s1 futuro. Sin embargo, hay una 216 bbsqueda de ese punto: el supuesta lugar de origen del movimiento y de todas las formas, y el supuesta destino hacia el que el movimiento y lo creada se dirigen. Pero ese "punto", ese centro de donde todo emana es una nada en el centro de la subjetividad (como la sugirib e1 espejo). Par ella, la conciencia o la imaginacibn es, en filtima instancia, un modo de ser caracterizado por la transformscibn y tensibn permanente entre dos polaridades hipotbticas y el constants ir de una hacia la otrs. En conclusibn, 1a imaginacibn siempre vive "mbs allb" de si misma, en la bbsqueds de la forma bltima y del punto de origen y llegade, que siempre recede. Es la identidad del ser con la oscuridad y con la luz, con el principio y con s1 fin, es el reconocimiento ds una nada o hueco en el centro del ssr. Tambibn es la potencialidad que a1 encarnarse, vive ds la desintegracibn de las viejas formas y crea nuevas sintesis. Vivir en la imaginacibn es vivir, entonces, en la mediatez y en la distancia, siempre mes allb" de si misma, buscando una totelidad inalcanzable y una permanencia ilusoria. NOTAS Capitulo IV 1 Esta definicibn de especia existencisl de Bachelard es corroborada y ampliada par Wylie Sypher en: Literstsre-aad_Isshaslsax; The_éliea_!i§isa; New York: Random House, 1968. 2 Esta discusibn del lenguaje pobtico as base en las opiniones de Gaston Bachelard formuladas en todos los libros suyas que he usada y que aparecen en la bibliografia. El especia sxistencial lo discute el autor en IR§_29§§19§_9§_§299§, trad. Maris Jolas, pref. Etienne Gilson (1958; rpt. Boston: Beacon Press, 1964) xiv-xxvi. 3 Ernst Csssirer, Myggiggl_lhggghg, vol. II of IR; Ehilsssehx-9£-§zahslis-£2:ss. trad. Ralph Manhein. introd. Charles W. Hendel (New Haven: Yale University Press, 1955) 75. De aqui en adelante e1 nbmera de pbgina aparece en el texto ya que todas las referencias son a este libro. ‘ J. B. Cirlot. A-Distissarr_9f_§xahsls. trad- Jack Sage, pref. Herbert Read (New York: Philosophical Library, 1962) 345-348. 5 Esta se corrobora indirectamsnte en "Plegsria" (Q! 50) donde las ajas son cenizas, quizb restos de une erupcibn volcanics. ° Gaston Bachelard. L1§a9_et_le§_r§!esi Essai-ssr l:lass;astiea_se_la_aatiere (Paris: Librairie Jose Corti. 1942) 137. 7 IH IU’ IM In. H to co IH IO' h-Io IO. ...: w to 9 Cirlot 95. 217 218 11 Gaston Bachelard. Liéir-et-les_§onsesl Essai-ssr liiassinatisa-99_asxsaeni; (Paris: Librairie Jose Corti. 1943) 111-116. 12 Todas las bibgrafos de Delmira recalcan la transformscibn de su personalidad al ester frente a sus padres o alejada de ellos. Otras ejemplos son: con Reyes, Delmira era ”la nena” de Reyes, con Ugarte y otros admiradares, "la mujer fatal que no habia encontrado un objeto amorosa digno de ella”, con su pbblico, "1a nena que escribia", o mas terde, "1e pitaniss de Eros". Los cambias en el estilo vital de la poetisa ersn formas de definir su indentidad de acuerdo a1 lugar, persona y acto. SUMARIO Y CONCLUSION Mbs que estudios criticos sobre la obra y vida de Delmira Agustini, hay una leyenda en torno a elles. Ese leyenda es un conjunto de especulaciones sabre esa autora y su obra que primera confunde a la poetisa con su obra, segunda deduce la personalidad ds la autora de eu ficcibn y finalmsnts sustituye a autora y obra por un mito creada por los criticos. Ese sustitucibn ha resultado en la creencia de que la obra de Delmira es: 0 la expresibn de un alma femenina cuys preocupacibn o contenido fundamental es el amor o lo erbtico a, de lo contrario, el testimonio del fracasa vital de su autora en su buequeda de alga imposible de lograr (sexo, amor, trascendencia). Aunque la propia Delmira cantribuyb en su mitificacibn y aunque su obra sustenta la ilusibn de que ella describe el proceso de une vida, 1a leyenda surgib especialmente por la inedecuacibn de las teorias y mbtados de los criticos para resolver las problemas de interpretecibn que sea obra planteaba. Entre esos problemas estbn: 1e dificultad de determinar a lo que alude 1a obra, su relacibn con el modernismo, su naturaleza (1a cuestibn de si la obra es un ciclo pobtico unitario a una coleccibn de libros 219 220 separados), la naturaleza de su lenguaje, de su forms y ds 1e relacibn entre los aparentes sub-temas (ennumerados a veces como vida, suefios, amor, muerte y/o poesia) y un tema central (explicado como la erbtico a como el testimonio del fracasa vital de la autora). Lo que impidib a las criticos resolver satisfactorismente esos problemas fueron, principalmente, sus premises sobre la naturaleza del arte, de la forma y del lenguaje pobtico. Asumian que el arte copiaba una realidad pre-existente (ls psiquis de Delmira), que la forma era alga superpuesto a1 fondo y separable de b1, y que el lenguaje pobtico ere entendible sin atender a los contextos que determinaban su significado. La existencia de una leyenda, que permite conocer mejor la realidad de las criticos que la de la obra a su autora, y la falte de resolucibn satisfactoria de las problemas de interpretecibn planteados par la obra de Delmira, indicabsn la necesidad de un nuevo estudio. Este no sblo debia resolver las problemas mencionados en el pbrrafo anterior, sino, fundamentalmente, acercsrse e la abre de Delmira de une manera radicalmsnte diferente a las anteriores: con otro propbsito y otras premises sobre la naturaleza del arte, la forma y el lenguaje pobtico. El propbsito debia ser el estudio literaria de la obra y la premise fundamental, la existencia de esa obra como objeto estbtica unificado y eutbnomo. Ese es la premise del contextualismo, cuyes psutss ds anblisie literaria son las que se hen seguido para la reelizacibn de este trabajo. 221 El contextualismo considers e1 poema(nombre genbrico para una obra literaria) coma objeto orgbnico y autbnomo can propbsito interior. Insists en que el significado del lenguaje es contextual; que la forms a estructura del poems gobierna su significado y, por bltimo, que la forms no es la sums de elementos aislados sino un sistema total de coherencia. Adembs, esta corriente indica que el sistema total del poema se refiere al mundo exterior a bl (empirica a cultural), aunque siempre indirectamsnte. El propbsito de este trabajo ha sido, entonces, el enblisis literaria de la obra de Delmira desde 1e perspectiva del contextualismo. Se ha tratada de explicar 1s relacibn de esa obra con su leyenda y con la tradicibn, literaria en la que se inserts, su estructura, sus principios de organizacibn y su significado. Se ha intentado probar que la obra de Delmira es un ciclo pobtico unitario--contenido en la edicibn de Q! de 1913--y que ella trata de la vida y naturaleza del arte y la imaginacibn. La imaginacibn es el asunto, el tema y el principio organizador de esa obra. Pare demostrar que en la obra de Delmira el amor o Eros no aluden necesariamente a lo que parecen nambrar, y que esa obra se refiere e la vida y naturaleza del arte y la imaginacibn, se empezb par ubicar a la poetisa dentro de la corriente estbtica modernista. En el primer capitulo, se explicb e1 cerbcter sintbtico del vocablo modernista, su funcibn coma elemento de un disefio y el hecha de que bste 222 expresaba un estado de conciencia del poets. Tsmbibn, se sefialb que la clavs para entender el universo pobtico del Delmira era e1 estudio contextual de sus imbgenes. En el segunda capitulo, se analizb la estbtica modernista sefialando dos momentos en ese movimiento. En el primero, que es el de la formulacibn de esa estbtica, la preocupacibn y tema fundamental de las pastas era el de definir la naturaleza del arte y la conciencia o imaginacibn a travbs de las tbrminos y candicianes de la percepcibn. En el segunda, en el que se calocb a Delmira por las carscteriticas de la primera parte de su obra, 1a preocupacibn central era encontrar la estructura y unidad de la subjetividad y la creacibn, dado que el poets ee enfrentaba a una multiplicidad interminable de actos y formas sin encontrar el hilo que las uniera. Para corroborar que bee era en efecto la preocupacibn de Delmira el empezar su obra, se analizb ”Una chispa" de LE. La chispa designeba el acto creador y el producto del acto: la forme. Como en el primer modernismo, en ese poema la visibn (acto pobtico, experiencia de luminosided) coincidia con el necimiento de la forma. Pero por existir alusiones a un proceso, este poema era representativo del segunda modernismo. En el poems se describia la creacibn desde dos perspectives: 1a del creador y la de lo creada, ambas sujetas a la temporalidad. En el creador, el tiempo as N manifestaba en un "antes”, en un en" y en un "despubs” del acto; en la forme, en un "necer y brillar” (en el acto) y 223 en un "marir" (despubs del acto). Mas terde, en el mismo capitulo, ee buscb reforzar la nocibn de que la obra de Delmira se referia a la subjetividad y la creacibn al N comparar la experiencia descripta en el en" (acto, gbnesis de la forma, ideal pobtico) con la del ex-stbsis en la obra de Merleau-Ponty, obra que estudia, precisamente, la estructura de la subjetividad a partir de la percepcibn. Por bltimo, tambibn en el capitulo dos, al anslizarse les caracteristicas del yo y del tb, se demostrb que ambas elementos ersn parte de una misma realidad: la de la conciencia que se dividia para observarse a1 crear o crearse. Una vez sstablecido, por lo menos tentativamente, que la obra de Delmira se referia a la vida y naturaleza del arte y la subjetividad, y que lo que le preocuparia a le autora serie e1 encontrar ls estructura y/o unidad de le creacibn o subjetividad en medio de la sucesibn y multiplicidad de actos y formas que las constituien, se empezb can el-anblisis de la estructura de la obra, en los capitulos dos y tres. Se considerb la estructura deeds dos perspectives: como elgo fijo y/o estable, e1 final de la obra, y tambibn, coma algo que se iba elaborando deeds sus comienzos. Asi, en el capitulo dos, ee describen algunos elementos de la primera parte de la obra de Delmira: ejes de orientscibn, motivos tembticos, personajes, anbcdotas, eancepcibn del tiempo y el especio--y se muestra coma ellos se relacionan, 224 evolucionan y van configurando una estructura primaria, que aparece claramente al final de LE. Los cambias y evolucibn de esa configuracibn primaria, en los otros dos libros de Delmira, haste llegar sl final de la obra, es lo que se describe en el capitulo tres. El propbsito de encarar 1a estructura no sblo coma alga acebsdo, sino coma alga que se iba contruyendo a lo largo de la obra, fue el de mostrar e1 proceso de elaboracibn pobtica que Delmira realizb a lo largo de eu obra. En el anblisie de la estructura ee buscb mostrar doe cases: 1) que el asunto de la obra, lo que ella describe, as precisamente e1 proceso a vida de la imaginecibn--iluetrado a centrado en la historia de las relaciones del yo narrador con un tb amoroso--y 2) que las psutss de ese proceso son las que determinan la estructura de la obra. Lo anecdbtico, todo lo que sucede en la obra, se reduce a un ”leitmotivo”: el de una experiencia de relacibn y determinaciones mutuas entre un yo narrador, siempre presents en el poems, y un tb siempre a distancia de see ya. El yo de la relacibn es siempre el yo narrador, mientras que el tb cambia de nombre, funcibn y significado en las distintas fases de le obra. Ese ”leitmotivo" se express en tree motivos fundementales, que designan momentos o etapas en la relacibn del yo y el tb vista desde el punto de vista del yo. Ellas eon: el de bbsqueda del yo, el de transformscibn del yo por la aparicibn del tb y 225 el de pbrdida e instabilidad. En el desarrollo drambtico de la obra, centrado alrededor de lo amorosa-erbtico, el primer motivo ocurria en LE, e1 segunda en el amor, al final del libro, y el tercera, en QM. Con Eros, reapsrece nuevsmente el motivo de transformscibn y despubs de Eros, el de bbsqueda. Les relaciones del yo y el tu aluden a1 proceso a vida de la imaginacibn y la forme. La imaginacibn aparece como un modo de ser que se constituye entre doe polaridades abstractes, rsversibles, cede una de las cuales ee define y determine por su contrario, se transforms en bl y vive en cambia permanente. Esos tbrminos poleres son, sdembs del yo y el tb: vida y muerte, vuelo y caida, luz y sombre, movimiento e inmovilidsd, principio y fin. La imaginacibn es un proceso que se funds en un acto, en el que nace la forma. Ese proceso estb orientado por el deseo de estabilidad del yo y la forms an un momenta ideal de eu existencia, y tambibn, del reencuentra del ya con su punto de origen y/o destino. Sin embargo, al misma tiempo de afirmar este ideal la obra demuestrs que bl es imposible y/o ilusoria. Es asi por la inestabilidad permanente de la imaginacibn que vs constantemente de acto a forms, a nuevo acto y nuevae formas, sin detenerse jambs. La estructura de la obra de Delmira sigue las psutss del proceso de la creacibn que esa obra explica. Asi la obra de Delmira tiene dos partes: "antes" del amor (ER) y ”despubs” del amor (QM y Q!). E1 amor es el primer cruce 226 en el desarrollo longitudinal de la obra, Eros e1 segunda. Los cruces representan el "en" ds 1a creacibn y todo lo dembs lo que 1e precede o sucede. Cada parte tiene fases o sub-estructuras que son formas de concebir o describir el acto creador. En la primera parte hay dos sub-estructuras: la mirada y el reflejo; en la segunda, hay cinco: la serie infinita, la ruptura, la tensibn y querella, Eros o la resurreccibn y el revbs total. La imaginacibn es tambibn e1 principio organizador de la obra de Delmira. En el bltimo capitulo, se explicaron sus leyes y se mostrb coma ella rigs 1a formscibn y estructuracibn de las imbgenes y simbalas. Tsmbibn, se notaron las semejanzas entre seas leyes y las que rigen el pensamiento mitico, tel coma fue descripta par Ernst Csssirer. Es asi, porque es la imaginacibn la que rigs e1 mito y la poesia. Lo significativo es, que en la obra de Delmira, 1s imaginacibn se describe a estudia e si misma. Por bltimo, la imaginacibn es el tema de la obra, e1 significado de su estructura total. Le obra de Delmira muestra que la imaginacibn siempre vive ”mbs allb” de si misma, en la bbsqueda de la forma bltima y de un punto de origen y llegade que siempre recede. Es la identidad del ser con la oscuridad y con la luz, con el principio y con el fin. Es e1 reconocimiento de una nada o hueco en el centro del ser. Tsmbibn, es la potencialidad que a1 encarnarse, vive de la desintegracibn de las viejas formas y crea nuevas sintesis. Vivir en la imaginacibn es vivir, 227 ”mbs entonces, en la mediatez y en la distancia, siempre ella” de si misma, buscando una totelidad inslcanzable y una permanencia ilusoria. BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA A. Poesia Agustini. Delaira- Belaira-ésu§£ini;_Eoe§ia§_soaeletae- Prol. y sel. Alberto Zum Felde. 4‘ ed. Buenos Aires: Editorial Losada S.A., 1971. B. Libros Ada-s. Hazard. ed- 9:1Lissl-lhessl_§iase_file£9- New York: Harcourt Brace Jovanovich, 1971. Alvar. Msnuel- Ia-eoe§ia_de_nelaira-Assetini- Seville: Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1958. 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