EL TEATRO iNTELECTUAL DE SAMUEL EICHELBAUM Thesis for the Degree of Ph. D. MICHIGAN STATE UNIVERSITY PANOS D. KARAVELLAS 1972 ‘f‘fitfl‘l. W. 1.13.». lRY Michigan State, University This is to certify that the thesis entitled EL TEATRO INTELECTUAL DE SAMUEL EICHELBAUM presented by PANOS D. KARAVELLAS has been accepted towards fulfillment of the requirements for // - ‘\ / /'/ ‘ 4 . K . ‘91:. 5 6D '-C’.*’f7;€- 1c , \_ Major professor Date fl’Ay/ZQZL / / 0-7639 t“: amomc av 7'“ : “DAB & SUNS' ‘ : MK BINDERY ND. LIBRARY BINDERS l .................. i cw": ABSTRACT EN TEATRO INTELECTUAL DE SAMUEL EICHELBAUM BY Panos D. Karavellas Samuel Eichelbaum es considerado hoy uno de los valores positives de la literatura dramética argentina e hisPanoamericana. De configuracién filoséfica y de proyeccién universal, su teatro ha sido objeto de estudio de una tesis doctoral, de un libro y de varios articulos. Sin embargo, nadie hasta ahora 1e ha dedicado un estudio referente a1 aSpecto intelectual que define y caracteriza e1 conjunto de su produccién dramética. La presentacién, anélisis y valoracién de la obra dramética de Samuel Eichelbaum, examinada en su totalidad y con referencia eSpecial a1 aSpecto intelectual que ca- racteriza la esencia de su arte escénico, constituye e1 preposito de esta tesis. Dividido en cinco capitulos, e1 estudio abarca un bosquejo biografico del autor y una breve eXposicién de su labor dramatica; analisis de los temas que sustentan Panos D. Karavellas la varias piezas; presentacién y definicién de los perso najes mas tIpicos que pueblan 1a sociedad eichelbaumiana; exposicién del proceso del analisis intrOSpectivo que los personajes siguen; anélisis de la técnica dramética y de la modalidad dialéctica que define e1 arte escénico de Samuel Eichelbaum. EL TEATRO INTELECTUAL DE SAMUEL EICHELBAUM BY .v" V‘ Panos D1 Karavellas A THESIS Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance Languages 1972 A mi eSposa, Emmy, por su constante estimulo en la elaboracién de este trabajo; al Profesor Carlos Teran por su acertada direccién y al Dr. Neoclis Kalavros por sus valiosos consejos. ii ENDICE PAGINA INTRODUCCIDN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 cApiTULo I. SAMUEL EICHELBAUM: su TRAYECTORIA DRAMATICA 16 II. LA COMPLEJIDAD TEMATICA . . . . . . . . . . 48 III. LOS PERSONAJES . . . . . . . . . . . . . . . 92 IV. EL ANALISIS INTROSPECTIVO . . . . . . . . . '158 v. LA TECNICA DRAMATICA . . . . . . . . . . . . 19o CONCLUS IaN C O O O O O O O O O O O O O O O O O O O 2 2 1 BIBLIOGRAFiA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 iii INTRODUCCION Las principales manifestaciones de la eXpresién dramatica argentina desde su eclosién hasta los principios de nuestro siglo abarcan el tema de la tierra en su re- lacién con el problema gauchesco y criollista; la pintura de las costumbres y de la vida en general de acuerdo con la técnica realista-naturalista; la presentacién de la existencia burguesa y la vida de salon; la dramatizacién del episodic histérico y el tratamiento de problemas sociales. Estas manifestaciones transformadas en obras dramaticas, dieron vida al drama gauchesco, a1 sainete criollo, a1 drama de la tierra, a1 drama histérico, a la comedia del salén, a la comedia burguesa y a la de costumbre. Con el fin de la dictadura de Rosas en Argentina en 1852, el teatro argentino pudo desarrollarse libremente y comenzé a adquirir verdadera importancia. En su larga lucha por encontrar e1 filén expresivo de su ser y el contacto con el pueblo, la literatura dramatica iba a hallar por fin un tema: e1 gaucho. El teatro gauchesco es la primera manifestacién dramatica original de HiSpano- américa y tiene por eso una gran trascendencia en el de- sarrollo de su conciencia literaria. Por contraste con la literatura anterior, lo que se pierde en mérito literario y linguistico se gana en valor cultural, colorido, accién y comunicacién con la masa. El gaucho, personaje semisalvaje, reunIa todas las caracteristicas necesarias para la creacién de un mito. Cercano al "cowboy" del norte por su profesién y vida inde- pendiente y solitaria, era sin embargo un personaje mas complejo. Llevaba en si un sentimiento tragico de raiz eSpafiola al que es ajeno su correSpondiente norteamericano. Era un proscripto como Robin Hood1 y por eso, amigo de las nasascontra las clases altas. TenIa a su vez 1a potencia- lidad poética. El nacimiento del teatro gauchesco esta ligado al circo y por eso nos pone en contacto con algo primigenio y auténtico: la pantomina. Los circos ambulantes iban de pueblo en pueblo, dirigidos hereditariamente por familias.2 En mitad de la representacién se intercalaba una pieza improvisada, con alusiones locales en las que se evocaba 1a figura nacional del gaucho, a la manera de un melodrama. Con el tiempo, estas obritas llegaron a constituir un repertorio limitado, repetido una y otra vez durante un periodo de afios y con gran favor del pfiblico. El circo bonaerense de los hermanos Podesta también intercalaba en sus funciones unas pequefias pantominas con escenas de costumbres y bailes pepulares, una eSpecie de interludios con caracteristicas del teatro de tIteres, eSpecialmente en la simplicidad de los caracteres. E1 empresario de uno de estos circos tuvo la genial idea de adaptar la novela gauchesca Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez y representarla en forma de pantomina, en 1884.3 Con ello se daba vida y se ponia al alcance del pfiblico una tradicién que estaba viva en la historia argentina. El Juan Moreira original se interpretaba todo con mimica acompafiada de mfisica. El silencio de los actores 5610 se interrumpia con el baile de un "gato" y la cancién de Juan Moreira en la fiesta. De esta manera, parece como si 103 origenes del teatro gauchesco volvieran a repetir los origenes de todo teatro. Unos afios mas tarde, se sugirib la idea de que los actores dijeran en voz alta el texto sobreentendido en la pantomina, con- vertiendo a Juan Moreira en un melodrama hablado. El Juan Moreira teatral repite el tema de Martin Fierro y de la novela de Gutiérrez: la domesticacion del gaucho. En este tema empieza a verse claramente e1 conflicto entre dos culturas, la antigua del mitico gaucho pampero, con su c6digo del honor, la santidad de la palabra dada, e1 culto a la amistad, y por otro lado, la nueva cultura traida por los emigrantes-italianos muchos de ellos- gracias a la gran apertura a1 exterior efectuada deSpués de la caIda de Rosas. La entronizacion del dinero y la venalidad, representados generalmente por algfin gringo casi siempre italiano, echan por tierra los ideales épicos del campo argentino, de los que el gaucho es paradigma. El hecho de que el Juan Moreira real fuera un vulgar criminal, no impide para que el mito del gaucho tenga su efectividad intacta. E1 mito habla por si mismo, independientemente de los hechos en que se funda. Lo que importa es que el pfiblico argentino se identificaba con estos gauchos viendo en ellos algo de su prOpio drama. En su etapa inicial, e1 drama gauchesco presenta tanto la figura del "gaucho perseguido" como la del "gaucho noble”. En su esencia tematica, se trata siempre de la lucha del hombre de la tierra con el hombre que llega de afuera. El tema inicial gauchesco adquiere cierto valor literario con la aparicién de Calandria (1896) de Martiniano Leguizamén y Jesus Nazareno (1901) de Enrique Garcia Velloso, dos piezas consideradas como las mejores obras del ciclo gauchesco. Sin embargo, la tragedia del gaucho llamado a desaparecer, serIa eXpresada con toda su fuerza, afios mas tarde, por Florencio Sanchez en Barranca abajg (1905). Junto con el tema del gaucho, hay en segundo género teatral de raIz pOpular que se asienta en Buenos Aires en los filtimos afios del siglo XIX. Nos referimos al sainete y a su derivado, la revista. E1 éxito total de los sainetes y zarzuelas que venIan de la peninsula impulsé a empresarios, autores y actores riOplatenses a utilizar 1a forma del saine- te ya desarrollada en ESpafia, introduciendo temas, persona- jes y situaciones prOpiamente criollos. E1 "género chico" argentino contribuyé a la formacién del teatro nacional en igual o aun mayor medida que el teatro gauchesco. Desarrollé un lenguaje sabroso, un repertorio de situaciones peculiares portefias que fueron deSpués aprovechadas por Roberto Payré, Florencio Sanchez y Gregorio Laferrére. Y lo que es mas importante, atrajo a1 pfiblico de masas, elemento imprescindible en la creacién de un teatro nacional. E1 uso de un lenguaje castizo y la eXplotacién de unos tipos que las situaciones exigIan, fueron un caudal de materiales para los grandes autores de la década siguiente. El gran erudito y escritor argentino Ricardo Rojas, hablé elocuente- mente de la necesidad de este teatro pOpular y puso en guardia contra 1a exclusividad de un teatro para minorias mantenido por la clase alta. ”Una minorIa culta puede llegar a1 goce de un teatro inactual o exotico; pero 1a mayoria sensitiva necesita un teatro prOpio que le repre- sente el drama de su prOpia existencia."4 La eclosion del teatro nacional argentino fue el resultado de la confluencia de dos corrientes dramaticas: el teatro elevado de importacién extranjera y la tradicién sainetera y de gauchos. Este maridaje vino de la mano de un hombre excepcional, Ezequiel Soria, empresario del teatro Apolo en el que actuaba la compafiia de los Podesta, y de una serie de jévenes literatos que coincidieron en Buenos Aires en la década de 1900-1910. Raul Castagnino describe asI a estos filtimos: La década comprendida entre 1900 y 1910...coin- cide con un estremecimiento de la vieja sociedad portefia, de raigambre colonial, en su fe cristia- na, la organizacién aristocratica y patriarcal, y su deslumbramiento hacia determinadas corrientes foraneas; estremecimiento debido a la introduccién de ideas sociales avanzadas, de rojo color, que tenian por corifeos a ciertos jovenes literatos y bohemdos, entre otros, Roberto J. Payré, Alberto Ghiraldo, Florencio Sanchez, José de Maturana, que llevan a la escena las nuevas ideas. A51 103 problemas de la lucha de clases, de los con- flictos entre el capital y el trabajo, de la eXplotacién de los labriegos por los terrate- nientes, e1 latifundismo y el caudillismo, son abordados con mas ribetes de utépico lirismo que conviccién del posible remedio por la re- dencién social.5 El primero, cronolégicamente, de estos jévenes, aunque no el mas dotado para la escena, fue Roberto Payré. Su primera obra, Cancién tragica, tiene e1 mérito de unir por primera vez los temas nacionales con la dignidad que hasta entonces solo tenia e1 teatro de importacién. En Florencio Sanchez se juntan las dos corrientes pOpulares del teatro argenti- no: las obras de gauchos y el teatro de las clases humildes. Hombre de cultura muy escasa, de vida atormentada por la angustia de una crisis psicofisiolégica,6 tenIa una eSpecie de intuicién teatral para dar vigor a sus personajes y un oido fino para el lenguaje del pueblo. Su mayor aporte con- siste en haber recreado la vida y el eSpIritu de la clase humilde y haber introducido un conflicto entre dos maneras de enfrentar la vida. La vida de Buenos Aires con sus caracteristicas peculiares de una ciudad en el proceso de transicién, es presentada por Gregorio Laferrére, en dramas como Locos de verano (1905), Bajo 1a garra (1906) y Los de barranco (1908). DeSpués de la "década dorada del teatro riOplatense", (1902- 1913), como afirma Berenguer Carisomo,7 observamos el de- sarrollo de otro tipo de comedia social a la manera benaven- tina. Como representates de este tipo de comedia figuran César Iglesias Paz y José Leén Pagano. El primero, cultivé e1 drama psicologico caracterizado por una tendencia a lo superficial y por el planteamiento de problemas de la cla- se burguesa con marcada tonalidad moral. Como dramaturgo, José Leon Pagano, se considera mas acabado que César Igle- sia Paz, debido a la profundidad de los temas que aborda y a la caracterizacién de los personajes. La preocupacién del hombre por su destino, constituye el tema dominante en el periodo que inmediatamente sigue a la primera guerra mundial. La creacién escénica de esta época se caracteriza por una tendencia a1 misterio y un afan de trasladar la atencién del individuo de asuntos tri- viales a problemas trascendentales. Entre las mejores obras que ejemplifican esta tendencia figuran Tu honra ygla mIa (1923), El alma del hombre honrado (1926) y He visto a Dios (1930) de Francisco Defilippis Novoa. En esta filtima obra, el autor aborda e1 problema de la ilusién frente a la de- seSperacién desarrollando 1a tesis de que es mejor tener falsa ilusién que perder los ideales y la esperanza. Por la profundidad de sus ideas y el tratamiento de temas po- co comunes, la obra de Defilippis Novoa se considera comb teatro de minorias dirigido a los sectores intelectuales de la sociedad mas bien que a las masas pOpulares. Dentro del mismo marco ideolégico se manifiesta la preocupacién de algunos autores por el aSpecto grotesco y la deformidad fIsica y espiritual. Entre las mejores obras de esta corriente se mencionan Mateo (1923), Stefano (1928) y El relojero (1934) de Armando Discépolo, en las que el perso- naje principal se rie de 31 mismo. Por su tendencia a la presentacién y pintura de escenas y tipos pOpulares, las obras de Discépolo se acercan mucho a1 sainete, pero siempre evidencian la intencién de presentar los aSpectos comicos de la desintegracién humana. En este grupo de gramaturgos de mayor importancia, se destaca la figura de Samuel Eichelbaum, cuya obra dra- matica constituye e1 objeto de examen de este estudio. Eichelbaum empieza a escribir en una época poco fa- vorable para un autor mas inclinado a1 cultivo del arte que a la eXploracién de éste como negocio. El mismo Eichel- baum dice lo siguiente refiriefidose a la situacién teatral de entonces y comentando sobre el "teatro por secciones" que producIa obras breves: Para salvar e1 teatro en tres actos nada pueden hacer los autores por varias causas: Primero, porque para lograr esa resurreccion, diremos asI, se necesitan empresarios cuya comprenSién de los problemas teatrales les permita saber llegar a la conclusion de que la obra es todo. Segundo, los autores entre si sustentan Opiniones contradic- torias reSpecto de las producciones de cada uno de ellos para saber a ciencia cierta cuales son los autores 0 las obras necesarias para la re- alizacién de una temporada de teatro digno.8 A pesar de estas condiciones, Eichelbaum se dedica a1 teatro resuelto a sobrepasar la mediocridad del drama de la época. Cuarenta afios después de su iniciacién en el teatro, Arturo Berenguer Carisomo excribia: El aSpero, frIo, analitico y sagaz Samuel Eichel- baum tiene un estilo teatral personalisimo. Di- gamos, desde ya, que, desde Florencio Sanchez, no habIa aparecido en nuestra escena un autor de su calidad y su fuerza. Le Opondremos reparos-iDios mic, quién no los tienel-, pero es el caso mas radical de seguridad en sI mismo, de vocacién escénica y de personalidad inconfundible surgido en las mascaras argentinas comtemporéneas. Su dramaturgia muy moderna, muy puesta a1 dIa, no le ha hecho flaquear en ningfin momento el rigor de su prOpio y singular estilo.9 El interés de Eichelbaum por la escena no se limita sélo a la composicion de obras dramaticas, sino que se extiende a1 campo de la direccién escénica. AsI, en 1926, en colabora- cion con Pedro Pico y Rodolfo Gonzalez Pacheco, forman la compafiia teatral Los tres y estrenan varias obras draméticas. Dos afios mas tarde, funda en Buenos Aires 1a Agrupacién ArtIstica Juan B. Justo, un grupo teatral que se dedica a presentar obras de escritores extranjeros, como O'Neill, Bernard, Ibsen y otros. De las piezas presentadas, Eichel- baum dirigié la obra de Bernard E1 huéSped queda. En su afan de crear en teatro independiente y reaccionando contra el teatro existente de la "boleteria" organizo, en 1930, un grupo de aficionados con el nombre La mosca blanca, que se dedicé a poner en las tablas obras de nuevos escritores. Con la formacion de este grupo y la organizacién del Teatro 10 del Pueblo, que se inauguré en el mismo afio, quedé esta- blecido e1 comienzo de un teatro regular e independiente encaminado a elevar e1 nivel de la expresién artistica y teatral argentina. En 1935, un grupo de escritores y actores compuesto por Eichelbaum, Armando Discépolo, Antonio Cunill Caba- nellas y Eduardo Guibourg, organizaron e1 NEA (Nficleo de Escritores y Actores) con el prOpOSitO de presentar obras de escritores argentinos y extranjeros. A pesar del exce- lente prOgrama, el grupo no logré presentar mas que dos obras, una de las cuales fue dirigida por Eichelbaum. Las ideas que él tiene acerca de la direccién escénica son firmes y peculiares. Considerando 1a palabra como el m6vi1 principal del drama, Eichelbaum insiste en pausas largas, dialogo claro y lento, sostenido por un minimo de movi- mientos escénicos y escenografia elemental. Esta creencia suya va a ser reflejada en sus prOpias obras en las que domina la escena dual (escena larga con participacién de dos personajes) demorada por pausas y caracterizada por falta de accién externa. A pesar de que no insiste siempre en dirigir sus prOpiaS obras, Eichelbaum sostiene que nadie mejor que el autor puede captar e1 espiritu de sus obras y comprender a los personajes suyos. Aun cuando esta con- vencido de la necesidad de ciertos cambios en una obra, Eichelbaum acepta 1a Opinién, pero se niega a cambiar 1a forma original del manuscrito, y no permite que lo haga ll otro director. Para Eichelbaum 1a palabra escrita tiene un valor sagrado que nadie puede violar ni siquiera e1 prepio autor que engendré la obra. A pesar de que en los primeros afios de su carrera literaria el autor colaborb con otros dramaturgos, como Pedro Pico y Rodolfo Gonzalez Pacheco, sostiene que la composicién de una obra dramati- ca debe ser la tarea de una sola persona, reSponsable y dedicada a su trabajo. De todos los que colaboran para la produccion de una obra escénica- director, actores, técni- cos y otros-, Eichelbaum destaca e1 papel del autor como autoridad suprema, bajo 1a cual subordina a todos los de- mas consideréndolos como meros colaboradores del autor. Este concepto de la importancia del dramaturgo deriva de su creencia que el teatro constituye una forma de litera- tura viva y, como todo tipo de literatura, constituye 1a manifestacién de ideas del escritor que la concibié.10 Como autor dramatico, Eichelbaum ha sido objeto de discusiones Opuestas, y especialmente con referencia a su concepcion del arte dramatico puro y su desdén por el teatro de caracter comercial. Los criticos han distinguido este singular aSpecto de su personalidad y han tratado de ubicar su arte dentro del cuadro de la época enlazéndolo con las principales corrientes eurOpeas y sefialando su nueva visién renovadora. Hablando del aSpecto ético de su personalidad, José Leon Pagano escribIa en 1922: 12 Es interesante la posicién del joven autor de La mala sed frente a la critica y en medio de la produccién escénica del momento. Cuando los jévenes, hoy apenas iniciados en la vida teatral, solo se preocupan en imitar a los peores modelos en el arte de ganar dinen3,olvidados por completo de la belleza, Samuel Eichelbaum se atreve a ima— ginar y escribir obras sin mas objetivo que el de satisfacer su pura pasién estética. Es un artista entre mercaderes, y al pfiblico hecho ya a las representaciones groseras que por lo comfin le ofrecen, él 1e da, en la medida de sus fuerzas, muy juveniles afin, asuntos nobles, con atisbos 1 psicolégicos profundos y con emociones verdaderas. Por su actitud intransigente en cuanto a la revision de las obras dramaticas, por sus creencias firmes en la autoridad suprema del autor, por su desdén a1 teatro de la boteteria y por el concepto severo de su arte, Eichelbaum es considerado como uno de los pocos dramaturgos en Latino- américa que ha resistido a las tentaciones del teatro co- mercial y ha merecido e1 titulo de verdadero dramaturgo, consagrado a1 cultivo del arte dramatico puro. ‘Este aspecto singular de su credo dramatico, constituye su mejor acierto, y al mismo tiempo, su mayor debilidad. El prepdsito de este estudio es la presentacién, anélisis y valoracién de la obra dramatica de Samuel Eichel- baum, examinada en su totalidad y con referencia eSpecial a1 aSpecto intelectual que caracteriza su conjunto escénico. El estudio consta de cinco capitulos en cada uno de los cuales se examina un aSpecto particular de su obra. El capitulo primero abarca un bosquejo biografico del autor que incluye 1a presentacién de su labor dramatica 13 con breve comentario eXpOSitiVO de cada obra particular. La complejidad tematica examinada en sus aSpectos principales y la manera en que se enfocan los varios proble- mas del temario de Eichelbaum, constituye e1 asunto del segundo capitulo. En el capitulo tercero examinamos los personajes escénicos que componen la sociedad dramatica de Eichelbaum, sefialamos sus rasgos peculiares y analizamos e1 papel que desempefian ellos en su capacidad de entes sociales. En el capItulo cuarto trazamos el proceso del ana- lisis intrOSpectivo que los personajes siguen para la conquista de sus metas deseadas; y examinamos los varios recursos de que se vale e1 autor para la definicién de sus personalidades. En el ultimo capitulo nos ocupamos de la técnica estructural y de la forma que revisten las varias piezas dramaticas sefialando la modalidad dialéctica y sus aciertos eXpresivos. NOTAS DE LA INTRODUCCION le. Edward Hale Breistadt, Three Plays of the Argentine (New York:Duffie1d and Co.),p5g. xv. Sobre 1a figura y personalidad del gaucho cf. eSpecialmente A. Torres- Rioseco, La gran literatura iberoamericana, (Buenos Aires: Emecé, 1945): Pég. 157. También cf. The Gaucho, Cattle- Hunter, Cavalryman, Ideal of Romance por M. Nichols, (Duke University Press, 1942). 2Como ejemplo de circo dirigido hereditariamente por la misma familia podrIa citarse el de los hermanos Podesta cuya direccién pasé de generacién a generacién siendo su contribucién muy importante para la afirmacién del drama gauchesco. Consulte también e1 capItulo "Teatro gauchesco" de Ernesto Morales, Historia del teatro argentino (Buenos Aires: Lautaro, 1941), pigs. 172-223. 3Antes de 1884 se habian representado obras de caracter rural. "Las piezas rurales El amor de la estanciera, Las bo- das de Chivicogy Pancha y El detalle de la accién de Maipfi, se enlazan con Juan Moreira y las piezas gauchescas que lo siguen, afirmando asI un teatro que nace con sincero matIz realista, apegado a la tierra, con profunda raIz autoctona." Angela Blanco Amores de Pagella, Nuevos temas en el teatro argentino. La influencia europea (Buenos Aires: Editorial Huemul, 196577 Eggs. 13-14. 4Cf. Luis Ordaz, Breve historia del teatro argentino 8 vols. (Eudeba, 1963). Vol. II, p59. 14. 5Rafil H.Castagnino, "La literatura dramatica argen- tina" en Historia general de las literaturas hispfinicas (Barcelona: Vergara, 1967), Vol. V, 539. 413. 6 Ibid., pag. 416. 7Arturo Berenguer Carisomo, Teatro argentino contem- poraneo (Madrid: Aguilar, 1962), p59. xi. 8Samuel Eichelbaum, La Razén, 24 de diciembre de 1927. Citado por Jorge Cruz en Samuel Eichelbaum (Buenos Aires: Cuadernos de las Ediciones Culturales Argentinas, Ministerio de Educacién y Justicia, 1962). pag. 8. 9A. Berenguer Carisomo, Teatro argentino contem- poraneo, pag. xxiii. l4 15 10Theodore Apstein, "Samuel Eichelbaum, Argentine Playwright" en HisEania, XIX (1945). pég. 39. 11José Leén Pagano, "PrGIOgo" a La mala sed, (Publicada por La Escena, No. 126, del 25 de noviembre de 1920). CAPiTULo PRIMERO SAMUEL EICHELBAUM: su TRAYECTORIA DRAMATICA Samuel Eichelbaum nacié e1 14 de noviembre de 1894, en Dominguez, provincia de Entre Rios.l Sus padres, de origen judio, emigraron de Rusia. Su padre, obrero experto en la técnica del hierro, manifestaba intenso interés en la politica y defensa de los derechos de la clase obrera. Estas condiciones y preocupaciones paternas van a figurar reflejadas en algunas obras, como El dOgma, El judio Aaron y Nadie 1a conocié nunca. Nacié Eichelbaum con la vocacién de dramaturgo y al arte dramatico dedicé su vida. Su primera aventura empieza a 10s catorce afios con la com- posicién de un sainete en tres cuadros que titula E1 lobo manso. Contando con el apoyo de un tio suyo que vivia en Rosario y con el prepésito de estrenar este sainete, e1 joven Samuel deja la casa y va a Rosario en busca de una compafiia que acepte su obra. Aquel chiquillo, de revuelto pelo y cefio con- traido, llevaba bajo e1 brazo un cuaderno de colegial cubierto de nerviosa escritura, de acotaciones apretadas, indicaciones imperiosas que describian a las personas y ordenaban su aparicion. A esa edad en que sus compafieros, que frecuentaban 1a escuela, y trabajaban en la chacra o cuidaban los bueyes en el potrero comunal, sofiaban en las carreras que se 16 l7 realizaban en las tardes de fiestas 0 en las diversiones de la yerra, a esa edad de divaga- cion todavia pueril, habia imaginado ya un dialogo, un conflicto, un esquema oscuro de las vicisitudes humanas. DeSpués de haber visitado vanamente a los varios empresa- rios de la ciudad, vuelve a casa descorazonado, pero re- suelto a continuar sus esfuerzos dramaticos. Motivado por su inquietud intelectual y atraido por la vida y las actividades literarias de la ciudad grande, Eichelbaum, en sus ardorosos veinte afios, deja la casa paterna por segunda vez y se traslada a Buenos Aires en busca de un clima prOpicio para el cultivo de sus dotes literarias. En la capital e1 joven Samuel empieza a fre- cuentar los varios cafes y pefias literarias donde observa atentamente las conversaciones informales de los artistas y literatos y asiste a menudo a sus conferencias. En una de estas reuniones, conoce a Alberto Gerchunoff que lo pre- senta a otros j6venes con quienes pronto intima y forma su primer circulo de amistades. Evocando aquellos dias tempranos de aprendizaje literario y refiriéndose a las aspiraciones e intereses del joven Samuel de aquel en- tonces, Gerchunoff escribe: De aSpecto adusto, de una profunda tacitur- nidad interior que denmmfiaba su premadura madurez, silencioso a veces hasta el mutismo, locuaz en ocasiones hasta llegar a la ampli- tud de la disertacién, interesaba apenas se empezaba a tratarlo. Se advertia en seguida que en ese hombre joven, un poco torturado, no por retorcimientos reconditos, sino por 18 su visién general, por su contemplacion de unanimemente humano, se agitaba algo que nos apartaba del hablador comfin del cafe, que en esa época mantenia afin su prestigio de acade- mia nocturna y concentraba, con la hora de las estrellas, a la mayoria de los que se dedica- ban en nuestra urbe, suntuosa y provincial, a1 oficio de hilvanar palabras y las con- vertian en su diaria, platica en travesafios del globo terrestre.3 Con la ampliacion de su circulo de amistades, e1 papel de Eichelbaum cambia, y de atento observador se convierte en participante activo y eXponente de varias ideas. El tema que desde el principio parece atraer su atencién, es el teatro. Siguiendo 1a costumbre de la "academia nocturna", se enfrasca ahora en largas discusiones, que a veces duran noches enteras, sobre el teatro en general 0 acerca de la labor dramatica de Ibsen, Bjornson, Shakespeare y otros dramaturgos. A1 estallar la primera guerra mundial, e1 ritmo de las actividades nocturnas de Eichelbaum cambia. Alberto Gerchunoff que, como amigo y compafiero de Eichelbaum com- parte con él muchas de estas actividades, cuenta en qué consisten los nuevos intereses de su amigo Samuel. Ambos haciamos 1a guerra a Alemania.... Nos diseminabamos por las esquinas de la metropoli, en las salas de los cinematégrafos, en las a- sambleas de los suburbios, para anunciar a la humanidad que la ineludible derrota del prusia- nismo, de la dinastia germanica, de lo que yo llamaba en mis arengas de combatiente calleje- ro "e1 Africa Rubia", traera a1 universo e1 goce completo de la paz en un orden razonable y amable.4 19 Con el deseo de mejorar su modalidad lingfiistica y perfeccionar su idioma, empieza Eichelbaum a escribir para los periédicos tratando diversos temas que incluyen comentarios politicos, cr6nicas de la vida portefia y 3&- tira social. Al mismo tiempo, cultiva 1a critica dramati- ca y sus comentarios aparecen en los periédicos La Nota, La Nacién y La Prensa de Buenos Aires. Sus actividades periodisticas se extienden, unos afios mas tarde, para incluir mas articulos y comentarios sobre el género dramatico que se publican ahora en las revistas y periédicos I El Diario, Sur, Nosotros, Argentina libre y Noticias graficas. Su labor critica incluye dos valiosos trabajos sobre el teatro de Florencio Sanchez y el de Ernesto fierrera.5 Siguiendo e1 ejemplo de otros dramaturgos, escribia de vez en cuando autocriticas de sus prOpias obras drama- ticas destinadas a aclarar ciertos puntos o encaminadas a sefialar aspectos de notable interés implicitos en la obra. En la primavera de 1940, época del estreno de 22 gpapo del 900, Eichelbaum escribia con referencia a esta obra particular: Me ha sentido atraido por un aSpecto de aquellos afios nuestros y, como consecuencia, he terminado una pieza que titulo Un guapo del 900, destinada a la compafiia Muino-Alippi, cuyos dos primeros actos-la obra tiene tres-conoce, desde los primeros meses de 1937, el agudo director del bien renom- brado rubro artistico. He hablado de los elementos pristinos que brinda aquella época y reparo en el peligro que implica para mi -para mi trabajo, mejor dicho- esa afirmacién. No estoy muy seguro de que mi obra refleje eso. Mas bien, cierto 20 abandono en el don de vivir un poco dionisiaca- mente, sin 1a percepcién del mecanismo espantable que hace vivir. Las gentes de entonces no apli- caban los oidos a las voces interiores que des- integran y Vivian una vida infinitamente igual, para la nocién actual, pero mas libre. De esa época hay un tipo que ha quedado ileso de la vision literaria de entonces y de la hoy: e1 guapo puro. Este es el sujeto saliente de mi obra, segfin lo anticipa e1 titulo. He querido buscar e1 resorte intimo por el cual actfia. Me prOpuse, por otra parte, hacer una proeza en la que la pintura de ambiente no surja en forma exclusiva de las individualidades, segfin la casi totalidad de mis obras. Me prepuse, también, vencer lo que en este caso serian mis vicios funda- mentales de autor, extirpando despiadadamente las autoeXplicaciones y la intrOSpeccién, auxi- liado por las caracterisiticas de la época y de sus hombres. No sé si 10 he conseguido y tampoco sé con qué ventaja, pero ne puedo hacer un secre- to de la alegria que me produce e1 haberlo inten- tado. En el peor de los casos, Un guapo del 900 tendra en mi y para mi 1a importancia de un avatar consciente.6 Otro aSpecto de su labor literaria incluye narra- ciones y cuentos que, agrupados, constituyeron tres libros: Un monstruo en libertad (1925), Tormenta de Dios (1929) y Un viajero inmévil (1933). Se anuncié también 1a inminente aparicién de la novela E1 casamentero que nunca llegé a ser publicada. En 1919 Eichelbaum presenta a la consideracién del publico bonaerense su primera obra. En la quietud delgpueblo se denominaba 1a pieza inicial de Eichelbaum. Con ella aparecié ante e1 severo juicio de los que escribian y dictami- naban sobre lo que se escribe. Se manifestaba en ese ensayo, digamoslo asi a1 compararlo con sus posteriores producciones, e1 nervio de un autor, y lo que mas halagaba a los espectadores exigentes, un autor sin la voracidad de conquistar 21 a1 auditorio con los recursos subrepticios o vulgares con que resulta facil, segfin afirman los entendidos, atraer 1a muchedumbre y lograr e1 éxito. Eichelbaum empezaba.7 A partir de este memento, Eichelbaum sigue escribiendo para la escena tratando de enriquecer su labor con nuevos matices, eXperimentando con esencias originales y per- feccionando la técnica de su arte dramatico. Como todo escritor original, Eichelbaum tiene sus preferencias y siente predileccién por cierto tipo de te- mas y problemas que siempre enfoca en su aspecto intimo. Le atraen las varias dimensiones de la realidad oculta del hombre y Siente 1a necesidad de explorar la vida en forma vertical penetrando hasta las mas recénditas pro- fundidades del alma. Los que lo conocieron de muy cerca,8 hablan con entusiasmo de su personalidad mesurada y fuerte, de su caracter serio y concentrado y de su obsesibn por lo intrOSpectivo. En 1928, Eichelbaum escribia: "Soy un maniatico de la introspeccién. Cualquier suceso, por insignificante que sea, me induce a bucearme obstinada- mente."9 Fiel a su premisa, no busca y no plantea con- flictos superficiales, sino que examina choques interio- res e indaga in los motivos que engendran las acciones interiores del hombre. Este desapego a lo superficial y afan por las esencias intimas, esta en plena armonia con su visidn dramatica segfin 1a cual 1a verdadera accion no se forja solo del conjunto de los movimientos escénicos, 22 sino que se forma con la eXpresién y emana del pensa- miento a medida que éste se exterioriza y se convierte en palabras. La ideologia de Eichelbaum tiene su raiz en la remota antiguedad clasica y brota del interno choque de la interrelacion del hombre consigo mismo. Es una am- pliacion del apotegma socratico yvfiet qéaurdv 0 sea "conécete a ti mismo". La vida del hombre, segfin e1 gran filosofo, debe ser una lucha incesante destinada a fami- liarizar a1 hombre con su prOpia naturaleza. Para 1a implementacion de esta teoria, Sécrates sugeria frecuente autoanalisis y constante autovaloracién: enfrentamiento del individuo consigo mismo. La verdadera vida humana, segfin Eichelbaum, consiste en un preciso conocimiento de las ideas y de los sentimientos del hombre. $610 a través del entendimiento de sus ideas y de la comprensibn de los sentimientos prOpios, puede el hombre comprender las ideas y los sentimientos ajenos. E1 conocimiento de lo que rodea a1 hombre empieza por el conocimiento del hombre mismo. Para que el hombre conozca su circunstanacia, como diria Ortega y Casset, primero hay que conocerse a si mismo. La existencia de una vida completa presupone e1 ejercicio de una amplia libertad eSpiritual, postulado que, segfin Eichelbaum, constituye e1 comienzo de una profunda com- prension y mutua lealtad entre los hombres. Asi, 1a inde- pendencia eSpiritual en la dramaturgia de Eichelbaum, 23 llega a considerarse como supremo esfuerzo y como vehiculo para la comprensién de la naturaleza humana en particular, y de la vida humana, en general. La bfisqueda de la independencia eSpiritual ocupa lugar preponderante en la problematica del arte dramatico eichelbaumiano y va a constituir e1 objeto de la existencia de los personajes principales. Por un proceso de analisis intrOSpectivo e1 personaje, que hasta entonces ha vivido en un estado de desenfoque, se encuentra a si mismo; por la intervencién de un hecho determinado descubre su verdad y se trans- figura en un ser independiente, responsable y en paz consigo mismo. Esta transfiguracién absoluta se consigue a toda costa y a todo riesgo, a veces aun con evidente deSprecio e indiferencia a las existentes convenciones sociales. A Eichelbaum 1e interesan primeramente los problemas profundos del hombre, y de éstos los que el hombre comb ser razonador, se plantea por si mismo. Con actitud analitica y reflexiva se enfrenta entonces con sus personajes y observa las acciones, y reacciones de éstos siguiendo la linea que traza e1 proceso del analisis intrOSpectivo. EXpuesta 1a idologia y establecida la vision y con- cepcion‘dramatica del auEOr, procedamos ahora a presentar su producciénxescénica y a exponer los eslabones forma- tivos que componen las obras dramaticas. 24 E1 ano 1920 marca la iniciacién oficial de Eichel- baum en el teatro profesional con la aparicién de su pri- mera obra en tres actos.titu1ada La mala sed y estrenada por la compafiia de Angelina Pagano. En esta obra se pre- senta un vasto cuadro dentro del cual se mueven 10s miembros de una familia tiranizados per una pasién sensual. Estos seres atormentados tienen plena conciencia de la pasién que los domina, 1a examinan y analizan su procedencia, sin poder escapar de su fuerza avasalladora. Al final, todos se resignan a1 darse cuenta de que son victimas de un desor- bitado impulso sexual que del padre se transmite a los hijos paralizando 1a voluntad e impidiendo 1a imposicién de la razbn. La obra fue acogida con entusiasmo, tanto por el pfiblico, como por los criticos, algunos de los cuales vieron en La mala sed 1a eclosién de una nueva era para el teatro argentino. Alfredo de la Guardia dice "que introduce en la dramaturgia argentina un elemento hasta entonces inédito: 1a psicologia abisal".10 En 1921 se estrena E1 dogma, en un acto, obra de contenido social cuyo material deriva del fondo familiar de Eichelbaum y refleja las preocupaciones sociales de su padre, que, como el protagonista de la obra, era obrero ruso emigrado a la Argentina y defensor de los ideales de la clase obrera. Otro drama que se desarrolla en el ambito familiar, es la pieza Un hogar, obra en tres actos, estrenada en 1922. 25 En Un hOgar se traza e1 perfil psicolégico de los miembros de una familia -cinco hermanos y una hermana- y se re- gistran sus acciones siempre movidas por la falta de afecto y completa incomprensién. La personalidad de cada hermano es modificada por un ciclo de influencias y expe- riencias individuales adquiridas en un ambiente en que do- mina cierta actitud de apatia e indiferencia reciproca entre los hermanos. Los defectos personales de un hermano son proyectados sobre la personalidad del otro y sirven de norma para la valoracién de la conducta individual y colectiva. En el mismo aho, aparece E1 camino de fuegg, en dos cuadros, cuyo asunto versa sobre la historia de dos amigas engafiadas: la primera, preparada psicolcgica y fisiolégica- mente a aceptar las obligaciones de madre, se ve obligada a rechazar 1a maternidad para evitar las consecuencias del escandalo social; 1a segunda, que exhibe una marcada indiferencia hacia los nifios, acaba casandose y aceptando 1a llegada del hijo. De acuerdo con la pauta trazada con la aparicién de La mala sed, 0 sea, el tratamiento de temas en que el imperio del instinto figura en el primer plano, escribe Eichelbaum E1 ruedo de las almas, en tres actos, estrenada en 1923. Es la historia de dos hombres distintos en apa- riencia pero iguales en el fondo de la personalidad; ambos caen victimas del instinto sensual. E1 uno, joven y 26 apasionado, confiesa su incapacidad de controlar sus acciones ligadas con impulsos bajos y exalta 1a finalidad de la vida; el otro, mesurado en su carécter e intransi- gente en sus ideas, critica con rigidez e intolerancia las pasiones humanas bajo e1 peso de las cuales, ironica- mente, sucumbe él mismo. Otro drama de conflictos de clase media planteado en el ambito de la familia, es La hermana terca, en tres actos, estrenada en 1924. Como en Un hOgar, en esta obra las relaciones entre hermanos constituyen e1 eje dramatico de la pieza que versa sobre el problema intimo de la mujer y su incapacidad de distinguir entre el amor materno y el carifio fraternal. En 1926 se estrenan dos obras cuyo contenido versa sobre el problema racial: Elgjudio Aarén, en tres actos, y Nadie la conocié nunca, en dos actos. La segunda de estas obras es la dolorosa historia de una muchacha emi- grante judia que llegada a Buenos Aires desde Polonia, asu- me el nombre fingido de Ivonne y goza de la vida lujosa de la capital hasta que la reproduccion de una escena despierta su conciencia racial y se descubre su verdadera personali- dad, 1a que nadie conocié nunca. El afio siguiente, 1927, aparece N. N. homicide, obra en un acto, en que se esboza 1a odisea psiquica de un hombre que deSpués de haber cometido un crimen "en nombre de la sociedad", no puede reconciliarse con su conciencia y busca 27 1a Oportunidad de purificarse por medio de la confesién. Cuando tal Oportunidad se 1e presenta, N. N. inicia una severa autocritica en la que se percibe que el hombre tiene plena conciencia de su crimen, lo eXpone, lo analiza y bus- ca 105 moviles de su accién funesta. Por falta de comuni- cacién e incomprensién con sus interlocutores, el mismo N. N. sirve de juez, y aunque su crimen parece justificado- matb para librar a la sociedad de un hombre cuya "vida entranaba un peligro para la humanidad"-11 sigue torturado por su conciencia y por el miedo de que el impulso de ma- tar reaparezca a la luz de las mismas circustancias. En 1928 se estrena otra obra de un acto titulada (Viva e1 padre Krantz! en la cual aparece 1a figura de un sacerdote cuya vida esta constantemente mareada por la ten- tacidn de los bienes materiales. Como los personajes de La mala sed, este sacerdote esta cautivo de una pasién que domina su vida y marca e1 rumbo de su destino. A1 final, a pesar de sus esfuerzos, e1 padre es vencido por la atraccibn de los bienes terrenales, pero consigue salvarse de la caida definitiva y desastrosa. En 1929 aparece 1a obra en tres actos Cuando tengas un hijo que representa la historia de un joven adolescente atrapado en su soledad e incapaz de comunicarse con el mundo que lo rodea, y especialmente con su padre viudo. Es también la historia de una mujer en busca de hOgar, y la de una joven en el momento en que descubre el amor. 28 Los tres relatos estan estrechamente tejidos de tal manera que la historia de la mujer y la de la joven complementan e1 argumento central que versa sobre las relaciones del padre y del hijo. Otra obra en que las relaciones filiales constituyen e1 nudo del drama es Senorita, estrenada en 1930. Enfo- cando dos momentos cruciales en la vida de una joven, se percibe que en ambos casos 1a protagonista actfia de la misma manera: la primera vez abandona la casa para librar- se de la tirania de su padre, y la segunda, huye para librarse de su amante, considerando 1a paternidad y el amor como meras eXpresiones de egoismo. En los dramas anteriores a1 advenimiento de Senorita los principales personajes femeninos aparecian, por 10 general, como tipos de mujeres victimas del hombre (Elsa de La mala sed y la sefiora Amador de El ruedo de las almas). Con la aparicién de Senorita, Eichelbaum inicia una serie de dramas en que el personaje victima femenino es reemplazado por la mujer de eSpiritu independiente que lucha por la defensa de sus principios y esta diSpuesta a toda clase de sacrificios para conservar su dignidad. Senorita fue bien ac0gida por e1 pfiblico y su autor recibié, en 1931, el primer premio municipal de la ciudad de Buenos Aires. En 1931 aparece Ricardo de Galesy principe criollo, obra en un acto, en que se pone de manifiesto 1a intencion satirica del autor, aspecto que hasta ahora no hemos 29 encontrado en la presentacién de su produccién dramatica. Una obra en que se exhibe claramente e1 desapego de Eichelbaum por la realidad externa y su afan por la reali- dad de las esencias, es Soledad es tu nombre, en seis actos, estrenada en 1932. Se traza e1 perfil de una mujer joven que a pesar de su caida y su apariencia exterior y munda- na, conserva intacto y puro su cosmos interior, mostrando que la destruccién superficial debida a las adversidades de la vida no afecta 1a esencia del ser humano, el cual, indiferente a las convenciones sociales, puede mantener su superioridad moral. DeSpués del estreno de Soledad es tu nombre, Eichel- baum se retira del teatro por dos afios y se dedica a escri- bir cuentos que en 1933 aparecieron bajo e1 titulo de El viajero inmévil. En 1934 vuelve a sus actividades teatrales estrenando 1a obra En tu vida estoy yo que consta de seis cuadros y esta basada en su cuento "Laberinto". Como en la obra anterior, e1 peso del juego dramatico cae sobre los hombros de una joven que lucha en busca de su intima felicidad espiritual. A causa de una incomprensién se separa de su novio, y meses deSpués, se casa con otro hombre a quien ofrece su amor y dedicacién. A 103 cuatro afios de casados, 1a joven descubre que la imagen del antiguo novio ne esta muerta, sino que vive sepultada en el fondo de su subcon- ciencia, y~resucita a medida que los pliegues de su 3O subconciencia se iluminan por la evocacién de un recuerdo. De aqui en adelante, e1 recurso predilecto del analisis intrOSpectivo utilizado desde 1a aparicién de La mala sed cobra un marcado vigor y va a figurar con distintos matices como rasgo caracterizador en toda la produccién dramatica del autor. Con esta obra, 1a posicién de Eichel- baum en el teatro se solidifica y su labor escénica recibe los merecidos elOgios de reconocimiento. Los criticos de la época distinguieron en su arte visibles aSpectos de madurez y ensalzan e1 esfuerzo del autor con los mejores encémios. A. E. Torrassa sefiala 1a creciente tendencia del autor a la eXploracidn del yo; dice que la pieza "per- tenece a las mas noble forma del género teatral",12 y afiade que ”Samuel Eichelbaum es uno de los valores mas altos de la literatura riOplatense."13 Con referencia eSpecial a1 recurso de la apelacion a1 subconsciente, el mismo critico ve cierto parentesco de esta pieza con el Extrafio interludio de Eugenio O'Neill, y afiade lo siguiente, hablando siempre de lo subconsciente: Pero Eichelbaum no se vale del soliloquio ni de las mascaras para marcar estos esta- dos en que asoma la vida interior mas pro- funda, vecina a los instintos y a las ten- dencias vitales; usa un medic mas simple, mas natural. Hace que sus personajes se con- fiesen en instantes de ensimismamiento, cuan- do hablan para si y esta atenuada 1a censura que ejerce 1a conciencia sobre nuestro pensa- miento y nuestros impulsos; o les vincula en este estado equivalente y mas libre, que es el suefio.l4 31 Manuel Lage Fentén, deSpués de eXpener les aciertos de la obra, sefiala 1a tonalidad diferente de cada acto, y con- cluye: ”Un magnifico trabajo teatral. La ebra de un artis- ta: sentida, pensada, profunda y valiente. Obra nacional de singular calidad, construida cen les elementos mas nobles del teatro universal: el amor, la verdad y el pensamiente".15 En 1936 estrena Eichelbaum una de sus mejores obras: E1 gate y su selva, en tres actos. De acuerdo con lo que nes dice e1 autor en su autocritica, se plantea e1 problema de la solteria que afecta a un hombre y a dos mujeres. "Pere e1 problema del selteren difiere del de las solte- ronas. En el hombre es casi siempre un fenemene psicelé- gice; en las mujeres, en cambia, casi siempre un fenemene social."l6 Sin descartar per complete e1 aSpecte social, e1 autor dirige su atencien a1 fenemene psicelegice y en par- ticular a les m6viles que nutren este fenemene. Les per- sonajes principales de la obra, dos tias y un sobrino, vi- ven en un ambiente asfixiante en que el sobrino Eleuterie (nombre simbelice relacionado con el afan del personaje per la libertad),17 es receptor constante de las influencias de las des tias. Huérfane desde nifie y criado bajo 1a tu- tela de las des solteronas, Eleuterio, a1 llegar a una edad madura, se enfrenta con un problema cuya selucien requiere su intervencién personal. A 10 largo de su vida monetena ha querido a una mujer y ha creido que pedria llegar a ser su eSpesa. En el memento de decider, y a pesar de sus 32 esfuerzos, Eleuterie se ve incapaz de remper les lazes y librarse del influje de las tias, pues e1 ambiente ha afectade su conducta y ha ferjade su caracter petrificande sus sentimientos amereses. Come e1 gate salvaje que demesticade pierde su rapacidad y su capacidad de vivir en la selva, Eleuterie admite que no puede encontrar e1 ceraje de abandenar la casa y vivir en la selva mundana. Asi, Eleuterie, que ironicamente anhela 1a libertad, que- da libre del matrimonie y de la mujer querida para per- manecer esclave de las fuerzas deminaderas de sus tias. E1 gate y su selva representa un avance marcade sebre las obras precedentes en cuanto este avance se refiere a la modalidad de la caracterizacien, a1 reparte de la accien y al balance estétice y psicelégice. E1 proceso de la ca- racterizacien es de deble centextura e incluye caracteriza- cien per preyeccien de les sentimientos del personaje y per alusiones de etres personajes; 1a accien brota en pre- percienes iguales tanto del ambite fisice-externe, come del cosmos interior, 0 sea, que hay armenia entre palabra y mevimiente; y per fin, se observa un equilibrie visible en la ceerdinacién de les mevimientes escénices asi come en el proceso del anélisis introspective. Tejide de madre, estrenada in 1936, representa tres mementos cruciales en la vida de un matrimonie: e1 perio- de de la gravidez e incempresien, e1 del nacimiento del hije y el periede de la crisis espiritual y recenciliacien. 33 Desde e1 punte de vista estructural, Tejide de madre representa 1a tendencia de su autor hacia 1a escena dual,18 caracteristica que empeze a deSpuntar desde las primeras obras, y que va a fermar rasgo tipice a medida que su labor dramatica se desarrolla. Sin eliminar e1 mfiltiple enfeque de las escenas complementarias, e1 auter se vale de la escena dual para mover la accién y desarrollar 1a trama hacia su desenlace determinado. En 1940 se estrena una de las obras mas discutidas del repertorio eichelbaumiano: Pajare de barre, en un pre- loge y tres actos. La ebra dramatiza la historia amere- sa de una simple peena19 de cultura limitada, con un escul- tor y analiza las repercusienes de esta aventura sobre la personalidad de la jeven campesina. En el mismo afie estrena Eichelbaum otra obra de ne- table mérite, Un guapo del 900, en tres actos. E1 pro- tagenista Ecuménice es un guardaeSpaldas de un jefe pe- litice y tiene su prepie cedige de hener; ne mata per 6rdenes de nadie, ni para preteger la vida de su patron pelitice, sine para conservar e1 honor de éste que se ve manchade per la infidelidad de su eSpesa. "A mi nadie me manda matar. Nadie me ha mandae nunca. Me juego sele. 20 Ecume- Sey asesine, 51 1e parece, pero per mi voluntad." nice sirve a su ame cen lealtad y ergulle. Pere cuando se da cuenta de que la espesa de su ame le engafia con su adversarie pelitice, ya no se siente capaz de seguir 34 sirviéndele y mata a1 amante para vindicar e1 hener de su ame. Explicande les meviles de su crimen en la confronta- cien que sigue con la espesa del patron, e1 guapo dice: "Soy hombre de den Aleje desde hace muchos afies. Usté le sabe. Y come 1e cuide la eSpalda, tenge que ver las traicienes que se le hacen y castigarlas a mi mode."21 Liberade de la carcel per falta de pruebas, eXpresa ante su madre su intencien irrevocable de velver a la prisien para recibir e1 castige merecido. Asi, el hombre "que... tomb él solite y su alma, a punte de cuchiye, una comi- seria",22 segfin eXpresien de su madre, ne puede aguantar en su conciencia e1 peso de un crimen que cemetie para salvaguardar e1 hener de su ame; asume completa respensabili- dad ante la ley, y se entrega a la pelicia para eXpiar su crimen. I'Encerrae, aunque fuera pa siempre, no hay hombre que se me iguale, en ceraje, en liata, en henradez. Detras de las rejas hasta 1a esamenta de Ordefiez se levantaria pa "23 darme 1a mane. Con el estreno de Un guapo del 900 y la incerperacien de temas de tradicien cestumbrista, e1 teatro de Eichelbaum adquiere nueve vigor que vitaliza su arte y aperta nuevas esencias evidentes en la arquitectura armeniesa, en la vibrante expresien de gires locales, en la accien y la densidad dramatica de esta pieza. Les criticos sefialaren con satisfaccien e1 reterne de Eichelbaum a les campes de la tradicien cestumbrista del teatro argentino, y Alberto 35 Gerchunoff distinguié en el éxite de esta ebra una prueba clara de las detes creaderas del auter y de su capacidad de tratar temas de caracter local destinades para un amplie pfib lice . Con Un guapo del 900 ha probade Eichelbaum que sabe manejar e1 teatro asequible a la multitud, que, ciertamente ne cemeteria e1 pecade anti- peétice de desdefiar, quien es, cen tanta piedad y tanta elevacien filesefica, un representante de ella y a la cual nunca quise adular ni acer- carsele con la irrespetuesa brujeria del pres- tidigitader. Ha demestrade cen esa hermesa y arterial obra que el dinamisme dramatice, e1 teatro abselutamente teatral, esta abierte a su talente fertilisime y si no le usa cen asiduidad es porque no le seduce ni le premete e1 medie de ahendar la vida ceme e1 drama primordial, de entrafiuda complexién, que se ubica en la litera- tura definitiva.24 Un guapo del 900 traje a su autor mucha neteriedad y tu- vo un tremende éxite de taquilla. Con la celaberacién personal del autor, 1a ebra fue adaptada para el cine y la versien cinematografica merecie el primer premio, considerada ceme la mejor pelicula argentina de 1961. En Vergfienza de querer, estrenada en 1941, nos presenta un cuadro de una familia que consta de dos hermanos y tres hermanas y que viven de rentas. Per una serie de escenas caracterizaderas, llegames a co- necer e1 perfil fisice y eSpiritual de cada miembre de la familia y el problema que cenfrentan. Les conflictos individuales de les hermanos se diferencian aunque exhiban algunas caracteristicas cemunes. Divergen en cuanto representan distintos cenceptes de la vida y I. *9. .“-:~t7 " r" wit 36 cenvergen en cuanto nacen y se ferjan en el ambite del mismo hegar. Ceme en Un hegar, en Vergfienza de querer 1a actitud extrafia de les hermanos hacia la vida esta defer- mada per la proyeccién de les defectos prepies sobre la personalidad de les etres individues. En el mismo afie, y con diferencia de unes dias, es- trena Eichelbaum etra ebra de textura psicelegica titulada Divercie nupcial. Utilizande su técnica faverita de la preponderancia de la escena dual, e1 auter nos presenta una pareja recién casada en el memento que ésfia cruza e1 umbral de la nueva vida cenyugal. Ceme sugiere e1 titule, e1 conflicto principal empieza a surgir en la primera noche de la beda antes de que el matrimonie se haya cen- sumade. E1 eSpese que durante teda su vida ha sabide arreglar sus negecies cen inflexible rectitud y razen me- surada, se apresura a pener 1a piedra fundamental de su hegar basade en el postulado de verse reflejade en un hije. La espesa se siente efendikiper 1a condicien tacita impuesta per el hombre; su dignidad de mujer se rebaja a1 sentirse cenvertida en un instrumente he repreduccién. Atada a1 hombre per e1 nude matrimonial, 1a eSpesa cumple su deber de mujer y se queda cen él. Pere cuando 1a nifia nace, 1a madre y eSpesa deja e1 hegar para dramatizar e1 abisme que se abrie la misma noche de la beda. E1 padre permanece con la hija hasta que un dia el hombre de caracter intransigente se da cuenta de que no se puede ferjar e1 caracter de les 37 otros segfin su prepia voluntad, y va en busca de la espesa para cenfesar su error e invitarla a velver a su familia. La centribucién de Eichelbaum en la fermacién de un teatro nacional argentino cen rasgos regienales, es mas evidente en la preduccién de Un tal Servande Gemez, dra- ma en un prelege y tres actes, estrenade en 1942. En esta obra se traza con teques minucieses, e1 retrate simple y bendadese de un carrere de Avellaneda redeade de un ambien- te de celer local. Las cualidades de su caracter se de- finen per una serie de escenas que empiezan con la llega- da a la casa del carrere de una mujer y su nifie en busca de ampare, y terminan con un proyectade duele entre Ser- vande y el espese de la mujer, duele que nunca llega a realizarse. DeSpués del estreno de Un tal Servande Gomez, 1a preduccién dramatica eichelbaumiana pasa per un periede de inactividad y silencio que dura hasta 1952, afie en que aparece Restre perdide. Esta obra, que pertenece a1 ciclo de dramas psicelegices, fue escrita en 1942 bajo e1 ti- tule de La liebre enfocada y puesta en la escena en 1952. La accien de la ebra se desarrolla en una pension donde presenciames las acciones y reacciones de les pensienistas, sus ideas, preocupaciones y problemas de la vida cetidia- na. La pintura del ambiente de la pension esta en plena censonancia con la mediocridad de les personajes que viven y se mueven dentro de su marco asfixiante: les duefies cen 38 sus quejas diarias; e1 periodista con sus proyectes frus- trados; 1a maestra de escuela que edia secretamente la vida; e1 estudiante de medicina que, cansade de estudiar anatomia, se pregunta sobre la finalidad de este curse en la medicina. Como en Vergfienza de guerer , en esta obra se usa e1 método de multiple escenarie con enfeque si- multaneo a todos los personajes. DeSpués de haber pre- sentado un breve bosquejo de cada pensienista en varias escenas de indole caracterizadora, e1 enfeque dramético se dirige hacia 1a pareja central compuesta per la viuda Angela Custodia y el cantor Carlos Maria. El cantor inicia un asedie persistente, seduce a la joven viuda y luege 1a abandona. Esta, indignada per la actitud de aquél, lo mata, castigande asi a1 asesine de la imagen de su espese y no a su seducter. Como en Un tal Servande ggmgg, aqui les personajes semnmhrios adquieren caracter notable, y mientras enriquecen e1 cuadro total come unida- des completas habilmente trazadas y claramente delineadas, sirven también para realzar 1a densidad dramatica de la figura central. Esta pieza comparada con otras precedentes, presenta ciertas diferencias en cuanto a1 desenlace. En Un ta1 Servande Gomez, per ejemplo, e1 pfiblico ha asistido a1 ferjamiento del caracter del protagonista mediante sus acciones y declaraciones personales, y al final, el en- frentamiento del carrere con su antagonista no es algo que extrafie a1 pfiblico. En cambio, en Rostro perdido e1 39 auditorio no tiene precendentes del carécter de la heroina y consecuentemente no puede adivinar cuales son los verdaderos meviles de la accion de Angela Custodia hasta que ella misma les profiere en la filtima escena de la obra. Parece que el autor en su afan da hacer hincapié en la con- dicion del ambiente, no pinto a1 personaje central con fuertes pinceladas definitorias y caracterizadoras. En 1955 se estrena 1a obra Dos brasas, drama en tres actos, cuya accion transcurre en Nueva York. La obra pre- senta la historia de una mujer dominada per la avaricia y el amor pasional a su eSpOSO. Las dos ebsesiones se desarrollan en pleno conflicto cuando e1 eSpOSO Robert, cansade de tolerar las lecuras economicas de su eSposa Eleanor, decide pedir e1 divercio. Eleanor entonces re- nuncia a sus derechos sebre su fortuna, deposita e1 di- nero a nombre de Robert y se arregla asi e1 asunto del divercio. Una vez adquirido e1 dinero, Robert se con- vierte en un esclave y sufre una crisis de "avaricia conta- giada”. Eleanor que se da cuenta de la condicion grave de su eSpOSO, trata de reclamar e1 dinero y recibe 1a recalcitrante y obstinada respuesta de Robert. La obra termina con una nota tragica que 1e da e1 tone de una tragedia moderna. E1 elemento tragico esta enraizado en el mismo personaje de Eleanor que, a1 transmitirle a Robert, asume ella 1a responsabilidad ética de las accio- nes de su espese y sufre las consecuencias en manos de 40 éste cuando 1a ebsesion por el dinero se convierte en codicia incontrolable. Estructuralmente, Dos brasas representa un mejoramiento técnico que consiste en una construccion mas flexible y menos rigida, que sin excluir 1a escena tipica dual eichelbaumiana, afiade a la ya cono- cida manera de caracterizacion otro mode de definir a les personajes mediante una presentacion directa.25 E1 problema de la paternidad, abordado per e1 autor en Cuando tengas un hijg y en Tejide de madre, cobra un marcade vigor en Las aguas del mundo, obra en tres actos, estrenada en 1957. La accion de la obra se deSpliega en la region entreriana, y el personaje protagonico es un joven simple y bendadese. Les viajes que él hizo por "las aguas del mundo" ennoblecieron su personalidad y humanizaron su caracter. A1 lado del protagonista Laurea- no, figura Amancia, una muchacha joven de caracter sencillo y volatil. Laureano esta enamorado de Amancia, pero ella no 1e correSponde y se lo dice cuando e1 joven esta para salir y cumplir su servicio militar en la marina. Du- rante 1a ausencia de Laureano, Amacia da a luz a un hije que es el fruto de las relaciones que ha tenido con un hombre de edad madura. Para tranquilizar a su madre, Amancia atribuye 1a paternidad de su hije a Laureano, y éste a1 regresar del servicio militar, lo acepta. Asu- mida 1a paternidad del hije, Laureano acepta también e1 casamiento impuesto por los padres, pero confiesa a 41 Amancia que no la quiere. DeSpués de unos afios Amancia muere y Laureano asume complete responsabilidad del hije y lo defiende cuando su verdadero padre viene a reclamarlo. En 1967, diez afios después de la aparicien de LEE aguas del mundo, Eichelbaum ve estrenada su filtima obra titulada Subsuelo, en tres actos. La obra relata 1a pa- sion tardia e impulsiva de una soltera cincuentona y tra- za el proceso en que se revela el amor. La mujer vive con su hermana menor, que es también soltera, y las dos son retratadasen una serie de escenas en que las dos hermanas aparecen casi siempre acompafiadas per dos jo- venes estudiantes. Como contrafigura de la hermana mayor aparece e1 estudiante mas joven, de unos veinte afios, que con su inexperiencia y bondad sirve de fuente de inSpira- cién y atraccion para el deSpertar de les sentimientos amorosos de la cincuentona. Les cuatro personajes com- parten igualmente e1 juego del analisis intrOSpectivo que se despliega a través de largas conversaciones, per la mayor parte entre dos personajes, sebre temas variados. Con la presentacion de Subsuelo, se cierra e1 ciclo de estrenos de las obras dramaticas de Eichelbaum. Que- dan todavia dos obras que fueron publicadas, pero nunca se estrenaron: Un cuervo sobre el imperio y Gabriel e1 olvidado, ambas en tres actos. La primera de estas obras cuenta la historia dramatica de una joven presentada en su doble capacidad de mujer y de Reina. Usurpado e1 reino 42 por un prime suyo, 1a Reina vive en exilio donde tiene su corte provisional y desde donde dirige sus planes anti- revolucionarios encaminados a recuperar e1 trone. Entre les individuos que frecuentan su corte imperial figura un joven arquitecto llamado Artino de quien 1a Reina se enamora, y lo envia a su pais para encabezar las fuerzas antirevolucionarias. Vencidos les enemigos de la Reina, Artino, que ahora es el comandante general del ejército, en vez de restaurar 1a monarquia e invitar a la soberana a que recupere su trono, él mismo se declara jefe del estado aboliendo la institucion monérquica. Unos anos mas tardes, a peticion de la Reina, les ex-amantes y ahora enemigos, se encuentran en la frontera de un pais neutral donde la ex-soberana pide las eXplicaciones aprOpiadas. Artino reSponde que no considera traicion lo que ha hecho, y afiade: "Compredi que el ser humane actfia en dos uni- verses diferentes: uno, visible, iluminado per la con- ciencia de su vinculacion indestructible con su pueblo y, a través de éste, con la humanidad, y otro, en penubras, e1 invisible de su eSpiritu, iluminado tan sole por re- lampagos de deseos."26 La segunda de las obras que tedavia no se ha estre- nade lleva e1 titulo de Gabriel e1 olyidado: es una de las obras mas acabadas del repertorio eichelbaumiano y la que ostenta casi todos los rasgos caracterizadores tipicos del arte de su autor. Como en Subsuelo, e1 principal papel (‘V V4 7‘ l “I Efip f) 43 dramatico esta repartido entre cuatro personajes, dos hombres maduros y dos hermanas jovenes, presentados en un entre- cruce caleidoscopico de deseos, conflictos y aSpiraciones. Dionisio convive con la hermana menor Ratona, joven de dieciocho afios que dejo la casa paterna para independi- zarse y seguir su vocacion favorita de corista. La hermana mayor Leda, que aSpira a una carrera de actriz en el teatro, vive con sus padres hasta que queda embarazada. Entonces abandona la casa y animada per Dionisio viene a ver a su hermana para quedarse con ella y dar a luz. Entonces Ra- tona, que se siente ofendida per e1 desdén que Leda ha mostrado siempre por su vocacion, rehusa aceptarla en su casa y decide salir dejando a su hermana bajo 1a pre- teccion de Dionisio. Este, encantado per la idea de un hije que siempre ha anhelado pero que nunca pudo darle Ratona, acepta a la futura madre y 1e ofrece su amparo Y carino. Nacido e1 chico, Leda visita a1 padre de su hIl-jo, que es el director de una compafiia teatral, y 1e Pide trabajo. E1 director rechaza a la madre y a la aetriz, y Leda iluminada por su calidad de madre y for- talecida per una voluntad tenaz, se dedica a estudiar e1 arte mimico hasta que, con la ayuda positiva de Dioniso, encuentra su verdadera vocacién: la de una actriz de teatro. Ademas de las obras presentadas, Eichelbaum escribio, en colaboracion con Pedro Pico, las siguientes piezas: En Egmance turco, un acto (1920); La Juana Figueroa, un acto 44 (1921); Doctor, dos actos (1922); La cascara de nuez, tres actos (1921). En colaboracién con Agustin Remon escribio Loteria sin premio, dos actos (1930). En la breve presentacion de la labor dramatica de Eichelbaum, hemos visto 1a persistencia de algunos aSpectos determinantes que corren a 10 large de su produccion escénica y que constituyen e1 elemento unificader de toda la obra. A pesar de esta considerable unidad, e1 conjunto de la obra puede deslindarse en tres épocas, cada una de las cuales reviste distintas caracteristicas y presenta cierta variacion tematica, pero siempre tratada con la misma modalidad de enfeque. La primera época que se extiende hasta 1940, afio del estreno de Pajaro de barre, se caracteriza por el predominio de una actitud analitica e introspectiva y per la proyeccion de un teatro de indole universal que entronca con las corrientes principales del teatro eurOpeo. Con la segunda época, Eichelbaum inaugura una nueva modalidad de eXpresion que consiste en la limita- cion del razonar excesivo, en la utilizacion de un lenguaje natural y mas espontaneo y en una estructuracion de forma armoniosa y mas equilibrada. Lo mas notable durante este periodo es la admision de temas de tone localista con elementos costumbristas que se manifiesta principalmente en la pintura del tipo del guapo y del carrere dramatizados en las reapectivas obras de Un guapo del 900 y Un tal Servande Gomez. La produccien de la tercera épeca, que 45 empieza en 1952 cuando se estrena Rostro perdido, presenta un avance técnico sebre las otras dos épocas que preceden en cuanto este avance se refiere a la estructura, estilo y densidad dramatica. Junto a la persistente vena del analisis intrOSpectivo corre un renovado afén por temas locales cuya accion se ubica en el campo, repleta de esencias de una belleza insuperable y de un lirismo encan- tador. Ademés de la temética multiforme que sustentan las varias piezas, les raSgos salientes que sintetizan e1 conjunto escénice de Eichelbaum sen un marcade aSpecto intelectual que caracteriza a los personajes, un afan vehemente por el analisis introspective y una evolucion técnica evidente en todos los sectores de su produccion dramatica. Cada uno de estos elementos caracteristicos va a constituir objeto de estudio particular en los cuatro reSpectivos capitulos que siguen. NOTAS DEL CAPTTULO PRIMERO 1Jorge Cruz, Samuel Eichelbaum, Cuadernos de las Ediciones Culturales Argentinas (Buenos Aires, 1962), pég. 13. 2Alberto Gerchunoff, "Samuel Eichelbaum" en Prologo a Un tal Servande Gomez, Vergfienza de guerer, Divercie nupcial (Buenos Aires: Ediciones Conducta, 1942), pég. i. 31bid., pags. 11-111. 4Ibid., pég. iv. SSamuel Eichelbaum, Ernesto Herrera, Cuadernos de Cultura Teatral, Instituto Nacional de Estudios de Teatro, 1936; "Florencio Sanchez" Boletin de Estudios del Teatro, No. XI. 6Samuel Eichelbaum, La Nacien, 28 de marzo de 1940. Citado per J. Cruz en Samuel Eichelbaum, pag. 68. 7A. Gerchunoff, Samuel Eichelbaum, pég. iv. 8Ibid., pég. ii. 9J. Cruz, Samuel Eichelbaum, pag. 13. 10Alfredo de la Guardia, "Raiz y espiritu del teatro de Eichelbaum", en Nosotros, No. 25, (abril de 1938), pég. 132. 11Samuel Eichelbaum, N. N. homicida, (Buenos Aires: Ediciones del Carre de TeSpiS, 1965), pSg. 44. 12A. E. Torrassa, ”En tu vida estoy yo", en Critica, (agosto de 1934). l3Ibid. 14Ibid. 15Manuel Lago Fontan, E1 Munde, (13 de agosto de 1934). 46 47 16Samuel Eichelbaum, La Nacion, (20 de mayo de 1936). Citado per J. Cruz en Samuel Eichelbaum, p59. 46. l7Eleuterie: del griego Eleueépios nombre prepie que deriva del sustantivo Eleueepia libertad. 18Escena dual: escena larga de indole discursive en que los personajes se enfrentan de a dos; una eSpecie de dialogo dual de tone discursive. 19Peona: trabajadora campesina a jornal. Modismo riOplatense frecuentemente usado por el autor a lo largo de la obra Pajaro de barre. 20Samuel Eichelbaum, Un guapo del 900 (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1952), pég. 103. lebid. 22Ibid., pag. 85. 23 Ibid., pag. 153. 24Gerchunoff, Samuel Eichelbaum, pég. ix. 25Caracterizacién de les personajes per medio del método directo, 0 sea, en accion e per eXpresien y estilo directos. 26Samuel Eichelbaum, Un cuervo sobre el imperio (Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966), p59. 127. CAPTTULO SEGUNDO LA COMPLEJIDAD TEMATICA Eichelbaum empieza a escribir para la escena después de la primera guerra mundial, época en que el interés principal de les dramaturgos eurOpeos se centra en temas de indole filosefica con problemas pertinentes a la verdad, 1a relacién entre la realidad exterior y la intima, 1a transformacion de la personalidad frente a1 fluir del tiempo, la dicotomia entre e1 cuerpo y el eSpiritu, e1 problema de la comuniOn del hombre con otros hombres y la relacion de éste con su ambito inmediato.l E1 teatro de vena realista que se habia iniciado a fines del siglo pasado persiste durante les principios de nuestro siglo, cuando en la tematica eurOpea se observa un marcade interés de les dramaturgos por el teatro de ideas y el teatro psicologico. Es e1 periodo en que culmina 1a influencia ejercida por los patriarcas del teatro moderno Ibsen, Strindberg, Bjoernson y Tolstoy. La nueva modalidad dramatica adquiere clara fisonemia hacia 1918, época de multiples inquietudes renovadoras en casi todas las esferas 2 de la existencia humana. E1 dramaturgo ya no cepia fielmente los actos humanos les cuales solian presentarse 48 49 bajo e1 lente de la rutinaria cotidianidad. Ahora e1 autor tiene plena libertad de gestar, moldear y plasmar su obra segfin su arbitrio de creador original. Les temas de este teatro posterior a la primera guerra mundial de clara configuracien filosofica que, segfin expresion de José Maria Monner-Sans, "orillan 1a metafisica o que derechamente 1a invaden,"3 se enlazan estrechamente con los problemas del ser y del conocer y versan sobre la problematica de la personalidad. Asii las tres grandes preocupaciones, filosoficas, 1a ontologia, 1a gnoseologia y la axiologia constituyen e1 nuclee de la nueva temética y van a figurar come base de la problematica eurOpea de la postguerra. Ademas de la influencia ejercida por los ya men- cionados principales dramaturgos del teatro eurOpeo, se registra también 1a influencia de Luigi Pirandello sobre el teatro argentino, eSpecialmente en lo tocante a la autonomia del personaje, tema tratado per Unamuno en su nivola Niebla (1914) y dramatizade per Jacinto Grau en El senor de Pigmalion (1921). La representacion de la famosa obra de Pirandello Seis personajes en busca de autor llevada a1 las tablas de Buenos Aires en 19234 debio haber preducido tanta impresien, que afios deSpués e1 autor argen- tino Enzo Aloisi titula una de sus obras Nada de Pirandello, por favor (1937). E1 tema de la desvinculacién y de la independizacién del personaje que escapa del deminio de su creador es tratado también per Roberto Arlt en sus obras 50 Trescientos millones y El fabricante de fantasmas, donde 1a autonomia del personaje se lleva a su punte maximo de libertad. Ligado con la autonomia del personaje figura e1 problema del ser, 0 e1 ontologice que surge come reper- cusion del hombre para explicar a base de la ciencia las normas que rigen su existencia. Asi, como en el campo literario e1 antirrealismo brota come clara reaccion contra el realismo, en la esfera filoséfica e1 desasosiego y la frustracion del hombre contra el positivismo se traducen en una eSpecie de angustia metafisica que se asoma a1 teatro incorporado en una serie de problemas relatives a la medi- tacion del hombre sebre si mismo, 1a reflexion sebre su destino y su afan de conocer a los demas y a si mismo.5 Como piezas ilustrativas de esta corriente podrian citarse La_p1aza de Berkeley (1918) de Balderston, E1 hombre que se encontro a si mismo (1918) de Antenelli, La maggina de calcular (1923) de Rice, Jazz (1926) de Pagnol, Prohibido suicidarse en primavera (1938) de Casena y Las moscas (1943) de Sartre.6 Relacionado directamente con el problema del ser 0 expresado implicitamente aparece el tema de la personalidad estrechamente ligado con el tema de lo inconsciente. Durante e1 periodo "prefreudiano" Ibsen ya habia tratado este tema en La dama del mar (1888), D'Annunzio en La ciudad muerta (1898), Lenormand en El deSpertar del instinto (1908) y Bracco en El santo (1909).7 51 Bosquejada brevemente 1a orientacion temética eurOpea, veamos ahora 1a repercusion de los temas sefiala- dos en la escena argentina. E1 tema criellista con sus multiples ramificaciones, 1a presentacion de costumbres vinculadas a la reproduccién fetOgréfica de la realidad, 1a pintura de la vida cotidiana presentada con técnica naturalista y examinada desde el punto de vista social y el ciclo de les temas gauchescos, han sido una serie de temas tipicos del repertorio dramatico argentino. Estes temas fueron representados en la escena argentina durante e1 periodo correSpondiente a la etapa realista-naturalista del teatro eurOpeo. Con la excepcion del tema gauchesco que eventualmente se desvanece, e1 resto de les temas sub- sisten por un tiempe y gradualmente so reemplazados por los que predominan en la escena eurOpea. Asi, e1 influjo directo de la dramaturgia eurOpea sobre la argentina empieza con la representacien de obras extranjeras en la escena argentina8 y se complementa con la composicién y estreno de obras escritas per dramaturgos argentinos. La influencia de los temas sefialados no se extiende a la escena argentina hasta ya avanzada 1a segunda década de nuestro siglo, cuando un grupo de dramaturgos llamados "renovadoras",9 segfin término de Rafil Castagnino, y com- puesto per Francisco Defilippis Novoa, Samuel Eichelbaum, Armando Discépolo, Armando Moock y Enrique Gustavino, em- prenden e1 cultivo de un drama de textura universal 52 destinado a superar la consagrada tradicién cestumbrista. Samuel Eichelbaum, avido lector de les escritores eurOpeos y profundo conocedor de la literatura mundial en sus mas notables eXpresiones ideolégicas,lo se adhiere a la tematica del teatro eurOpeo 1a cual incorpora a su obra integrandola en su ideolOgia y enraizandola en el suelo argentino. TranSplantada 1a modalidad temética eurOpea a la escena argentina y enriquecida per les matices vivos de su imaginacion creadera, Eichelbaum aborda toda una serie de problemas que enfoca desde su angulo predilecto de la esencia intima y recondita. Les temas principales que alientan 1a labor dramatica eichelbaumiana son el tema de la personalidad humana segfin se transforma ésta en las mfiltiples trasmutaciones del vivir cotidiano desglosada en varies motivos como la soledad, el amor, lo inconsciente; el tema de la textura social reflejado en el papel del hombre frente a la sociedad, en las relaciones del individuo con sus semejantes y en la preocupacion racial; el tema de la tradicion cestumbrista ejemplificado en la mitifica- cion del guapo, en la idealizacion del compadre y en otros aspectos de carécter rural. Reflejando las inquietudes animicas que irrumpen durante e1 periodo turbulento que inmediatamente sigue a la primera guerra mundial, Eichelbaum trata el tema de la personalidad examinande y analizando sus varies aspectos de acuerdo con las mutaciones que sufren a1 ser afectadas 53 por los aSpectos temporal, eSpacial y temperamental. Emilie de Soto, refiriéndose a1 tema de la personalidad y a la vibracion que produce éste en la labor dramética de Eichelbaum dice: Para Eichelbaum, e1 complejo de la personalidad humana equivale a una proyeccion de conflictos intimos y con ellos elabora 1a materia artistica del drama. Nosotros también creemos que no le concierne a éste, en el grade que es arte, 1a realidad aparencial; provisionalmente lanzada a la circulacion de nuestra vida cotidiana; sine 1a otra, 1a realidad de las esencias- de les caracteres, para el caso- cuyas piezas 5610 se rinden a la intuicien estética, después que el conocimiento eXperimental, sistematico o no, ha renunimdo a darle caza. Per ese camino, depurando sin cesar les recursos, han llevado les dramaturgos de filtima hora a instaurar una nueva forma de teatro, fundada sobre la crisis de la personalidad, come tema de preocupacion dominante. La preocupacion de Eichelbaum por el tema de la personalidad se manifiesta en sus planteamientos de proble- mas eSpirituales que les personajes enfrentan con actitud analitica y reflexiva y con afén de eXplicarse y analizar todo lo que les sucede. E1 interés de Eichelbaum por el tema de la personalidad se centra eSpecialmente en el estudio de sus heroinas, pues, "no son los hombres- excep- tuando obras come Un guapo del 900, Un tal Servande G6mez-, los que luchan por el mantenimiento de sus ideales, per la integridad de su pensamiento, per la defensa de sus princi- 12 pios, en una palabra, por su prepia personalidad." De hecho, en la galeria de les personajes que habitan sus obras, 54 les femeninos son los mas acabados, y de ellos, las heroinas jovenes son las que por excelencia se destacan come portavoces de la interpretacion ideologica de su creador y de la transmision del mensaje de sus obras. Iluminadas por moviles interiores y movidas per una volun- tad ardorosa, estas heroinas luchan per la defensa de sus ideales y el encuentro de la verdad, que no equivale siempre a1 hallaZgo de su felicidad, pero que las rinde en plena armenia con su conciencia. Elena en Senorita, Goya en Vergfienza de querer, Alicia en Soledad es tu nombre, Marta en En tu vida estoygyo, Blanca en Divercie nupcial, Felipa en Pajaro de barre, Ana Rosa en El gatogy su selva y Virginia en La hermana terca, sen ejemplos de esta semblanza de mujer de fuerte y excepcional estado interior, tipica de les personajes femeninos de Eichelbaum. La bfisqueda de la independencia eSpiritual, come ya hemos notado en otra ocasion, constituye uno de les princi- pales objetos de estos personajes, pues, 1a personalidad humana no se relaciona 5610 con la libertad eSpiritual, sino que no puede existir sin ella. Por eso, e1 individuo no puede conseguir e1 pleno desarrollo de su personalidad sin ser espiritualmente libre.13 La personalidad forma también e1 simbolo de la integridad humana, de los valores perennes y de una constante forma finica en medio de un estado de continua mudanza. Aunque esta enraizada en la region de lo inconsciente. 1a personalidad implica un estado de 55 autoconciencia aguda, una conciencia de su unidad mantenida a lo largo de varies cambios. Asi, 1a esencia de la person- alidad permanece immutable, pues, aunque sufre distintos cambios en el proceso de su desarrollo, su identidad besicamente no se altera. Sensible a las corrientes sociales y cosmicas, 1a personalidad esta sujeta a una variedad de experiencias a las cuales se ajusta aceptando cambios de manifestaciones externas, pero manteniendo sus caracteristi- cas intrinsecas y su identidad. La personalidad existe per virtud de una alianza misteriosa entre e1 cambio y la innovacién, entre la constancia y la autOpreservacion.l4 La tendencia de Eichelbaum a1 anélisis de las almas de los personajes y la eXploracien del yo, se manifiesta en la pieza En tu vida estoy yo, obra en que el autor enfoca el tema de la personalidad relacionado con el problema de lo inconsciente. E1 drama empieza con una escena dual entre Julio y Marta en que les dos jovenes verbalizan sus senti- mientos intimos exteriorizando lo que late en su intimidad. Para esta escena Eichelbaum se vale del conocido recurso de la exteriorizacion de los sentimientos utilizado per O'Neill en Extrafio interludio y El gran Dies Brown. Debido a una incomprension, 1a pareja rompe su noviaZgo y Marta se casa con otro hombre. E1 eSpOSO empieza a impresienarse per la bondad y comprension de su eSposa y a preguntarse si les sentimientos exteriorizados de Marta reSponden a su verdadera personalidad 0 son falsos y enmascarados. Primero se 56 pregunta si Marta tiene defectos, y a la reSpuesta de ésta que tiene muchos, el espese afiade: "Es posible pero no les veo...Jamés te vielentas, aunque te contrarie; jamas te ofendes aunque te hiera...aSabes lo que yo creo, Marta? Cree que ocultas tu verdadera personalidad. Perdoname. No creo que lo hagas friamente, deliberadamente."15 En estas palabras del espese se encuentra 1a clave que desenca- dena e1 misterio del alma de Marta. Segfin avanza 1a conver- sacien, se arrejan nuevos rayos de luz, y las zonas oscuras de la subconciencia de Marta empiezan a iluminarse. Pronto, se da cuenta de que es posible que haya ocultado su verda- dera personalidad sin saberlo, y luege admite: "Tengo 1a sensacion de que me has dadavuelta e1 alma, que has tocado mi alma, que la has tenido entre tus manos...Este es el memento que empiezo a descubrirlo, gracias a ti, no te quitaré e1 mérito de la finisima perSpicacia de haberlo des- cubierto".16 E1 eSpOSO se arrepiente de haber iniciado esta conversacion y, dandose cuenta del trastorno emocional que cause en Marta e1 descubrimiento de su verdad, trata de rechazar esta verdad caracterizandola de mentira, pero ya es tarde. La imagen seterrada de Julio ha recobrado vida y el proceso del afloramiento de lo subyacente a1 plane de la conciencia ya ha empezado: e1 pasado ha vuelto. Veamos come analiza Marta este proceso de la génesis y evolucion de los sentimientos soterrados: 57 Hubiera podido vivir mil afios ignorando esta verdad, que tfi has descubierto, que tfi has puesto en mi. Para mi conciencia no habia nada antes que tfi ni deSpués de ti. Solo tfi en todas las direcciones de mi pensamiento. Has querido escarbar, rastrear en las profundidades del alma y de la tierra, y me has obligado a encontrar una imagen muerta. Tan muerta estaba, como un antepasado desconocido, del que 5610 se sabe que esta enterrado. Y he aqui que la imagen se levanta, recobra su lugar en el pensamiento, hace vibrar las carnes... Y ya no es una imagen: es un ser vive y dominante.17 Una vez revelada la vida interior de Marta, 1a imagen viva y palpitante cobra vigor y se traduce en voluntad firme que mueve a1 personaje y lo empuja hacia 1a bfisqueda del ex- novio Julio. Este, a su vez, ha vivido solo durante estes afios y en su soledad ha buscade en vane 1a imagen perdida de Marta. Per una coincidencia, or per fuerza del instinto, Marta y Julio se encuentran en una sala de exposicien de pintura, y en una eXplesion de pasion amorosa, firman su derecho a la vida interrumpida por un memento de incompreh- sion y reencentrada gracias a las "petentes fuerzas secre- tas de la voluntad".18 El tema de lo inconsciente vuelve a aparecer en la obra Tejide de madre, donde e1 retrate de las intimidades y el analisis psicologico cobran vigor marcade, debido a la presentacion y examen de la crisis fisiologica y psicolegi- ca de les personajes. E1 misterio de la personalidad se revela a través del amor con el que esta intimamente asociada, y sin 31 58 cual e1 individuo no puede romper los confines de la sole- dad y establecer los vinculos de la comunicacién. De hecho, el amor no es nada mas que la comunion de dos personalidades. Per otro lado, 1a cualidad esencial del amor consiste en el descubrimiento de la personalidad y en el hecho que ésta se expande 5610 en relacion con otra personalidad.19 En la dramaturgia de Eichelbaum el amor aparece bajo varias formas y siempre figura come manifestacion de la personalidad humana. Un ejemplo tipico de este motive se encuentra en las piezas Vergfienza de guerer y Pajaro de bgggg. Las dos obras, concebidas de acuerdo con la formula predilecta del analisis introspective, representan estudios basados en la genesis y evolucion del amor y en la manera que este sentimiento afectala vida y la personalidad de las dos reSpectivas protagonistas. Goya y Felipa consideran que el verdadero amor se engendra y brota del alma, y es la conjuncien de varias fuerzas en juego entre las cuales predominan las del eSpiritu. La personalidad consiste en espiritu y, consecuentemente, se epone a lo material, a1 cosmos de les objetos materiales, a la esfera de les fenome- nos naturales; revela el mundo de les individuos, 1a comuni- dad de los seres vivientes, que son concretos per virtud de su relacion y de su comunion existencial.20 Comparemos ahora las declaraciones de las dos jovenes. Dice Felipa: "Las mujeres tienen anima también... Las cosas del anima 21 1e han dao esa cara a mi hijo." Aqui esta la misma idea 59 eXpresada per Goya: "Y querer, querer, saber querer, ano es cosa del eSpiritu? iQué digo del eSpiritu! Del alma!"22 Asi, Felipa descarta per completo e1 aSpecto sensual del amor a pesar de que este aspecto constituye para ella e1 hecho revelador que cause su trastorno emocional, y Goya no encuentra e1 verdadero amor en la consumacion de su matrimonie, sino en la evocacion de un recuerdo traido a la realidad per la presencia de un amigo de su mocedad. En ambos casos e1 instinto sensual se desperto y se mantuvo independiente del verdadero sentimiento del amor. E1 proceso en que se revela el amor difiere en cada caso: En Felipa, surge de un hecho moralmente deSpreciable y causa en ella 1a revelacion de su plenitud de mujer; en Goya, brota de un recuerdo de su infancia despertado y estimulado per la llegada del causante de este recuerdo. En la primera, origina una revelacion que fortalece su voluntad y 1e hace asumir una actitud elevada y dignificadora; en la segunda, produce un sentido de vergfienza que enerva su voluntad creadora y cambia su vision de la vida. Felipa descubre e1 sentimiento de plenitud de mujer cuando llega el amor; Goya pierde su cualidad de mujer fuerte y su iniciativa creadora cuando descubre el amor: el mismo sentimiento manifestado en situaciones contrapuestas. Dos obras en las que el amor aparece bajo una forma completamente distinta, son Rostro perdido y Un cuervo sobre el imperio. Las protagonistas de ambas piezas, 60 Angela Custodia y la Reina Eulalia, matan a sus amantes defendiendo algo mas precioso que el amor: 1a viuda defiende su viudez23 y la Reina su reino. En las dos mujeres el amor despunta come una fuerza consoladora destinada a re- emplazar lo perdido, y se convierte en resorte de venganza cuando la pasién amorosa cede su paso a cenceptes mas preciosos y nobles. ‘ En Gabriel e1 elvidado, observamos una evolucion profunda del amor que empieza en forma de pasien sensual y se trueca en compasion, interés por el projimo, y por fin, se convierte en un verdadero sentido altruistico. Veamos las repercusienes de estos cambios en la personali- dad del protagonista Gabriel. "Les hombres come yo desean vivir en la mujer, no con ella, sino en ella, come los de- mas viven en la casa... Te encentré y vos me aceptaste come inquilino de tu cuerpo."24 DeSpués de haber padecido una crisis moral, el amor carnal de Gabriel es reemplazado por un sentido de compasion que afecta su carécter e influye su conducta. En un largo parlamento, Gabriel eXplica los resortes que motivaron estes cambios, y en forma de reca— pitulacien, analiza las fuerzas que despertaren en su con- ciencia las cualidades "gabrielescas" causando la trans- formacion de su personalidad. Yo soy un sujeto crapuloso. Per crapuloso, per corrompido, llegué a conocer y a cenvivir con Ratona, come antes convivi con otras, no sé si mejores o peores que ella. Haciende esa vida, 61 no era posible que yo esperara otra estimacién que aquella en que se me tenia. Un dia usted me hace descubrir que hay otra fibra en mi. Hasta ese instante, hasta esa circunstancia, no lo creia posible. La descubre y me siente feliz con el descubrimiento. Empiezo a pensar que puede ser do otra manera. Pero cuando me SOSpecha ese peligro, 1a burla de todos me po- ne por delante una realidad que no puedo destruir. Esa realidad consiste en que nadie cree de mi sino lo crapuloso y lo corrupto. Un tejido de cosas hace que usted confie en mi para una ayuda insignificante. Su confianza me descubre una vida lateral, que me permite vivir sin demasia- do deSprecio de mi mismo. La idea de serle tan sencillamente fitil me depara un sentimiento de la vida que me concilia con el concepto de las cesas. Veo, gracias a usted, que se puede vivir sin ser un abyecto. Mejer dicho, que yo puede vivir sin ser abyecto, come lo he sido hasta ahora.2 Asi vemos que en esta obra, como en las que hemos comenta- do, el amor se presenta come resorte basico de la con- ducta humana y como fuerza que metiva las acciones del individuo y contribuye a1 desarrollo de su personalidad. En la mayoria de las obras dramaticas de Eichel- baum se observa que, aparte de los problemas que las diferencian, existe un aspecto que come una eSpecie de "leitmotiv" se repite y reaparece en forma variada en casi todas las obras. Esta constante, que representa un estado animico del personaje, es la soledad, motive predilecto de la dramnnrgia eichelbaumiana y raSgo saliente de los mejores personajes. Eichelbaum no trata el tema de la soledad como un topice literario en la manera que ha sido considerado per varies escritores a 10 large de 105 319105, sino que en él asume medidas de un problema personal, 62 hondamente vivido en lo mas intimo del alma y estrecha- mente relacionado con el caracter del personaje. Asi, 1a soledad llega a considerarse como una manifestacion de la personalidad humana provecada per la falta de comunion eSpiritual en la esfera de las relaciones humanas. Les héroes y heroinas de Eichelbaum no estan solos porque han sido compelidos a este destino por su nacimiento, come sucede en la mayoria de los héroes roménticos. La‘ soledad de les entes escénicos eichelbaumianos es el re- sultado de varias fuerzas que eperan en el interior del personaje y lo aislan siguiendo un proceso de analisis introSpectivo y de reflexion. Cada uno de sus personajes constrefiides a1 estado de la soledad adepta una actitud distinta y despliega las mas variadas posibilidades de reaccion frente a este fenemeno. En algunos personajes, son las condiciones sociales en conjuncion con un sentido de desconformidad lo que les hace apartarse del mundo (La hermana terca, Divercie nupcial); en otros, es la complejidad de su prepia naturaleza lo que motiva e1 aislamiento del individuo (Senorita, En tu vida estgygyo). Unos personajes huyen del ambito familiar por falta de cemprension y buscan alivio en la anonimia que les ofrece la ”vida libre" de una metropoli grande come en Nadie 1a conocié nunca; otros se identifican completamente con el estado de soledad atraidos hacia ésta por un dolor intimo y una evidente amargura hacia el mundo, come en Soledad es 63 tu nombre. En unos casos, 1a soledad adquiere todos los matices de un aislamiento voluntario (Pajaro de barre), mientras que en otros 1a soledad se considera como una cruz e1 peso de la cual tendra que llevar e1 individuo a lo largo de su vida (Subsuelo). Hay personajes solitarios que son victimas del ambiente y de las convenciones socia- les de las que tratan de escaparse (Elggato y su selva, Rostro perdido); hay casos en que la actitud adversa de unos individuos constituye e1 factor determinante de la soledad de otros (Un hegar). A veces 1a soledad esta acen- tuada per la presencia de la naturaleza, esta filtima con- siderada come fuerza consoladora y no come refleje del estado animico de les personajes (Las aguas del mundo, Sg- 1edad es tu nombre). En unas obras, 1a soledad intima de una mujer no puede ser consolada per la soledad fisica de un hombre, pues, 1a falta de transcendencia en los senti- mientos del hombre impide 1a comunion de las dos soledades (Pajaro de barre, Gabriel e1 elvidado, Senorita, En tu vida estoy ye). La soledad de algunos personajes representa un aislamiento profunde y dense porque, aunque estan rodeados de gente familiar, no son capaces de comunicarse con ellos, debido a la diversidad de sus personalidades. Este es el caso de les personajes de Subsuelo, Un hegar, E1 gato y su selva. A veces se trata de un dolor interno que se convierte en un desafio desdefioso hacia la humanidad entera y que aisla a1 personaje colocéndolo a1 margen de la sociedad (Vergfienza 64 de querer, La hermana terca). En todos 105 cases, e1 héroe eichelbaumiano no se aparta del mundo per sentirse mejor de los que lo rodean e per ser considerado un ser superior segfin el modele del hombre de SchOpenhauer.26 E1 estado en que viven les personajes eichelbaumianos es una soledad intimista, un aislamiento completamente des- pojado de impresiones exteriores, un ahondarse en su prepia alma, un dialogo interior. Examinemos ahora algunas de las obras en que aparece e1 motive de la soledad. La arida soledad de un joven adolescente y la incapacidad de comunicarse con su padre, constituye el tema de Cuando tengas un hijo. La incompren- sién entre padre e hije resulta de la falta de familiaridad y afinidad que existe entre los dos. Dice e1 padre: "Yo no te conozco y siente que te soy extrafio. Nada tuyo me es familiar. Te estorbo y me estorbas. Yo no puedo vivir asi. No quiero vivir asi."27 E1 hije comparte este sen- timiento del padre y se da cuenta de la imposibilidad de comunicarse con su padre. "No podemos hablar. Debemos hacerlo muy limitadamente."28 La incomprension entre padre e hije se acentfia, y sus relaciones se deterioran, cuando una mujer, que necesita 1a seguridad del padre y el amor del hije, se pone en medio de ellos casandose con el padre para tener junte a1 hijo. Esta obra representa un ejemplo de tragedia moderna cuyo conflicto no emana del fatum cla- sico, sino que brota de la realidad psiquica de les 65 personajes, y no termina con la caida o muerte del héroe trégico, de acuerdo con los preceptos clasicos, sino con la soledad y el aislamiento del personaje. La soledad voluntaria de una joven y sus esfuerzos de librarse de su padre tiranico y de su amante egoista, preporciona el tema de Sefiorita. El mismo tema de la soledad se plantea en Pajaro de barge, donde e1 autor dramatiza la historia de una madre soltera en busca de su felicidad intima. La peripecia de la protagonista Felipa empieza come cualquier otra aventura amorosa de una joven de origen humilde que cae victima de las circunstancias o sucumbe a la tentacion de lo descono- cide y prohibido. Pero en contrapesicion con el engafie rutinarie, que por lo general, conduce a la mujer hacia el fracaso dejandela con un complejo de culpabilidad, e1 engafio de Felipa no es una aventura pasajera, sino que representa 1a revelacion de la plenitud focal de la mujer. La caida epera sobre la joven una transfiguracion completa: en vez de rebajar a1 personaje, lo enaltece; en vez de herir su dignidad, 1a robustece; en vez de debilitar so voluntad, 1a vigoriza; en vez de desorbitar sus preposites les en- cauza. Tratando de eXplicar les moviles que empujan a Felipa a buscar a1 joven que cause esta revelacion trascen- dental, la joven admite: "Si, ahora siente que mi cuerpo tiene caderas y mis piernas muslos y mis bustos pechos. Ahora mismo siente que es una mujer la que te esta hablando, 66 es una mujer lo que tenés adelante tuyo. Todo me lo ha 29 Esta autorevela- dado él con solo haberse fijado en mi." cion causa tan decisivas repercusienes sobre la personali- dad de Felipa, que de ahora en adelante todas sus acciones serén motivadas por su anhelo vehemente de vivir cerca de su querido Juan Antonio. Su suprema razon de existir sera guida per una plena conciencia de su condicion de mujer y de "peona". Su creencia en la defensa de sus derechos de "peona" y mujer checan con el egoismo varonil y la su- perioridad arregante del escultor, que rehusa reparar su "crimen" a pesar de la presion de su madre. Cuando a1 fi- nal e1 escultor convencido acepta 1a paternidad del hijo de la "peona", ésta lo rechaza abiertamente porque se da cuenta de que el escultor se interesa 5610 en el "barre" de su cuerpo y no en su eSpiritu. "Usted solo entiende e1 cuerpo de las mujeres. Como quien dice, e1 barre. 30 Usted es un enamorado del barre de ellas." Asi, una joven de origen humilde, iluminada per e1 proceso de la revelacion y dignificada por el milagro de la maternidad, rechaza a1 padre de su hije considérandele incapaz de integrar e1 concepto de la mujer y de la madre; y prefiere vivir en soledad, considerada per ella come libertad abso- luta. Felipa, come sus hermanas literarias Elena de Sefiori- 53 y Alicia de Soledad es tu nombre, es un personaje que lucha por su felicidad intima, anhela per la libertad, y cuando no puede conseguirla, se refugia a1 cosmos de la 67 soledad, que en este caso, epera come catarsis. E1 tema de la soledad vuelve a aparecer en El gato y su selva, donde les tres personajes principales -las dos mujeres solteras y el sobrino de ellas Eleuterio- estan aislados aunque los tres viven bajo el mismo techo. Pri- mero, veamos come eXpresa Eleuterie su concepto de la so- 1edad, en una discusion con su amante Ana Rosa: Eleuterie: No soy hombre de convivir con ninguna mujer. Soy un ser nacido, a mas bien, predesti- nado a vivir y subsistir en la soledad. Sabe usted que la domesticidad de los gatos es uno de los mas grandes convencionalismos de la zoolo- gia. Pertenecen, en realidad, a una familia desintegrada per la hipocresia del ser humano, que no ha logrado, no obstante les muchos afios que les tiene en cautividad, adaptarlos. Su fiereza ancestral subsiste en la hipecresia asi- milada. Yo soy como un gato que no ha abando- nade 1a selva. No he aprendido a convivir con nadie. Mis tias, que me han criado, que me han mimado, no consiguieron que me habituara del todo a su presencia. Todavia -después de mas de treinta afios de vida en comfin- me estorban, me irritan me duelen. Mi domesticidad es impesible.5 Si Eleuterie considera 1a soledad como un estado donde e1 solterén esta predestinado a vivir sin poder legrar su "domesticidad", Ana Rosa tiene confianza en el amor y cree que solo a través de este sentimiento puede el hombre superar las barreras de la soledad y acercarse a1 prejimo. Ana Rosa: Pero el amor hace todos los dias, y entre toda clase de gente, milagros mayores. Eleuterie: Yo sé que todo esto no es importante. Le grave, lo verdaderamente serie, es este otre: carezco de las condiciones necesarias para vin- cularme eSpiritualmente a nadie. No tenge nada 68 que darle a usted, que es mi amor ideal. Soy un hombre sin capacidad de intercambie. No tenge intimidad que ofrecer. Soy una imagen de pantalla, a la que le falta 1a tercera di- mension, la de la profundidad. Y en estas condiciones, ano seria un crimen que yo 1a condenara a seportarme?32 Eleuterio, consciente de las condiciones que implica el amor y dandose cuenta de que carece per completo de la ca- pacidad de encarnar y sentir este noble sentimiento, re- chaza 1a posibilidad de casarse con Ana Rosa y se retira en el ciclo solitario de su familia. De las dos tias, Eufrasia parece estar mas preocupada por los amores de Eleuterie per miedo de perder e1 amparo del sobrino y la presencia del hombre. En la conversacion que sigue, Eufrasia eXpresa esta preocupacion suya y eXplica e1 sen- tido de soledad que ella percibe en la vida de les tres. Eufrasia: Su ausencia me apenaria profundamente. Por saberlo demasiado, pensé mucho en lo que podria ser mi obligacion, en el asunto con esa mujer. Tenia miedo de conducirme con dema- siado egoismo, para evitarme la pena de perder su amparo, su calor y su bondad. Y todo eso que vos acabés de en-merar, que bien puede ser la eXplicacion de nuestro apego a la soledad. Mercedes: aSoledad? Eufrasia: Si, soledad. Porque nosotros, les tres: vos, Eleuterie y yo, vivimos en la mas rigurosa soledad. Representamos reciproca- mente algo asi como un valor cero. Les ee- 33 ros, per muchos que sean, no son mas que eso. Eufrasia: No me eXplico bien, es cierto, pero vos no me entendés. No quiero negar que nos que- remes mucho, y que cada uno representames mucho 69 para los otros dos. Lo que quiero decir es que somos tres personas que, aun viviendo en compafiia, vivimos cada una en una soledad completa, perfecta, porque no tenemos vida confidencial, acompredes? Mercedes: aY per qué ocurre tal cosa? aNo nos tenemos bastante confianza 1a una a la otra? Eufrasia: Si, icomo no nos vamos a tener confianza! Lo que pasa es que no podemos vivir 1a una para la otra. La vida debio darnos algfin ser ajeno a quien convertir en algo prepie. Mercedes: Deberiamos cenversar mas. Eufrasia: Podriamos agotar todos los temas ima- ginables, y seguiriamos padeciendo nuestra in- vencible soledad.34 Asi vemos que les tres personajes estan atrapados en un estado de impenetrable soledad, un aislamiento arido soste- nido por el caracter autoritario de la hermana mayor y dictado per una especie de acuerdo tacito entre les tres. Nadie puede escapar de este ciclo hermético, pues, sus costumbres han sido petrificadas por el fluir del tiempe y su manera de vivir ha permanecido inmutable. Cualquier tentativa de quebrantar los limites de la soledad familiar estaria condenada a fracasar, come habia ocurrido antes. E1 mismo tipo de soledad se observa en dos otras hermanas solteras de Subsuelo. Menos conservadoras y mas maduras que las de El gato y su selva, Obdulia y Matilde viven solas, disfrutando de vez en cuando de la compafiia de dos jovenes estudiantes. DeSpués de haber tratado en vane de deSpertar e1 interés amoroso a un de les 7O estudiantes, Obdulia se retira en su profunda soledad echando la culpa de su condicien a si misma. En mis muchos afios de soledad (la existencia y la presencia de Matilde solo sirvieron para hacerla mas arida) sin mas compafiia, en los filtimos afios, que este (Sefiala e1 whisky.) y el cigarillo, he pensado mucho en mi, con muy peca satisfaccion. Cree que mi carécter seco, epaco, indudablemente insensible para muchas cosas, ha tenido 1a culpa. 35 A1 considerar mas detalladamente aSpectos de la soledad, vemos que la deseperacion absoluta no hace presa en los personajes de Eichelbaum, pues, tedes ellos fementan una eSperanza; no sucumben a la angustia de una soledad radical y creen en la posibilidad de una comunion humana. Concluida 1a discusién del tema de la personalidad y de los motivos del amor y de la soledad, pasemos ahora a presentar el tema de textura social. Eichelbaum no puede ser considerado como un reforma- dor social en el sentido estricto de la palabra, pues, lo que principalmente 1e interesa no es la sociedad en su forma colectiva, sino 1a personalidad individual y la conducta humana. Con la excepcién de la institucion familiar, que en unas obras sirve de escenarie para el planteamiento de problemas individuales, las instituciones sociales come enti- dades independientes no atraen la atencion del autor ni forman objetos de examen y analisis particular. Ellas mas bien sirven de fondo en el cual se proyecta 1a imagen del individuo y se registran les estimulos y las reacciones de 71 su personalidad en las varias funciones diarias. Conse- cuentemente, e1 papel que la sociedad desempefia en la dra- maturgia de Eichelbaum no es tan importante como el del individuo estudiado desde el punte de vista de su actuacion dentro del marco social. Eichelbaum, aunque consciente de las dificultades y problemas sociales, no ofrece seluciones utopicas para remediarlos. Guiado por un sentido puramente artistice, pinta e1 panorama social tal come es, visto con el ojo de un artista y no con el lente de un reformador. Asi, en vez de ofrecer formulas para resolver los conflictos y remediar las faltas, él sugiere que el hombre mismo a través de su conducta puede preporcionar 1a solucion de sus prepios problemas y contribuir a1 mejoramiento de la socie- dad. Asi Eichelbaum centempla 1a sociedad como una insti- tucion de indole "antrOpocéntrica" en que todo el mecanismo social gira alrededor del hombre-individuo, considerado él sola y finicamente reSponsable para el mantenimiento de las normas institucionales y el establecimiento de una sociedad equilibrada y armoniosa sebre bases de tolerancia y racienalidad. Para Eichelbaum la vida, a lo largo de les siglos, ha sido una incenmensurable tragedia cuyo protagonista es la humanidad. Su vision de la vida en general y del hombre en particular esta matizada por un sutil tinte pesimista iluminado per una eSperanza hacia un mundo mejor. De acti- tud individualista y de vision idealista, Eichelbaum cree en 72 la fuerza que engendran las ideas nobles y confia en el poder que encierran los sentimientos puros. Es principal- mente este tipo de ideas y esta eSpecie de sentimientos que él exalta a lo largo de su produccion dramatica, unas veces directamente y otras per medio de contrastes. Gabriel de Gabriel e1 elvidado, Servande de Un Servande Gomez, Alicia de Soledad es tu nombre, Laureano de Las aguas del mundo, Elena de Senorita, Dona Pilar de Pajaro de barre y Martita de Un hegar, constituyen algunos ejemplos de persona- jes que encarnan estas ideas y personifican estes sentimientos. En el proceso de conversion en realidad de sus ideas, estes personajes, a veces, encuentran dificultades que ebstaculi- zan 1a eXpresion de los verdaderos sentimientos y oscurecen su vision de la vida. A pesar de las tendencias materialistas que predominan hey en el mundo, y no obstante las nubes amenazadoras que cubren e1 horizonte de la humanidad, Eichel- baum mantiene una confianza firme en un porvenir mejor para el hombre y para el mundo en que vive. Asi, a través de sus personajes contempla e1 triste panorama de nuestros tiempos con la actitud de un hombre que nunca pierde 1a esperanza ni renuncia a sus esfuerzos. Por lo contrario, reflejando su creencia firme en una sociedad dedicada a intereses nobles y a sentimientos puros, Eichelbaum aSpira a presentar y prepagar les principios intelectuales y éticos de esta sociedad en que impere un sentido de rela- ciones armoniosas. Consciente de la miseria humana, 73 Eichelbaum 1a observa, 1a examina, 1a analiza y a través de sus escritos trata de aliviarla. En sus esfuerzos de indentificar y eXponer las causas que provocan la miseria humana, e1 autor se da cuenta de que el hombre no puede conseguir 1a realizacion completa de sus principios con ideas falsas y pensamientos equivocos. Para 1a plena realizacien de sus ideales, el individuo necesita e1 ejercicio de una amplia libertad eSpiritual; 1a existencia de un profunde entendimiento, y un sentido de lealtad mutua entre el hombre y sus semejantes. Conociendo la vida en toda su plenitud, puede uno evitar los errores y superar les obstéculos que encuentre a lo largo del camino. Todos los esfuerzos de Eichelbaum tienen esta finalidad: ayudar a1 hombre a conocer su prepia naturaleza, conocer a su prejimo y comprender los misterios profundos de la vida. Este principio representa un supremo ideal que el hombre puede conseguir 5610 per medio de una lucha incesante. Estas ideas de Eichelbaum se ejemplifican en sus personajes dramaticos dedicados en constante lucha interior consigo mismos a fin de explicarse, conocer a los demés y compren- der la vida en general. En esta pugna intima reside 1a trascendencia moral del teatro de Eichelbaum con su sentido intelectual enraizado en la filosofia personal del autor. E1 ser humano, cualquiera que sea su capacidad intelectual, es una criatura débil que necesita compasion y entendimiento. La idea de la necesidad de comprensien come ingrediente 74 necesario para la realizacien de una vida mejor, aparece expresada a lo largo de la produccion dramética eichel- baumiana y figura come rasgo tipice de su modalidad ideolo- gica. Implicita en unas obras, eXplicita en otras, esta idea constituye la fuerza emotiva que determina las rela- ciones familiares de la micro-sociedad dramética de Eichel- baum y establece e1 clima emocional en que se mueven les personajes. Una actitud de indiferencia y falta de com- prension forman la base del ambiente triste de Un hegar. La incomprensien entre Alicia y sus parientes causa e1 trastorno emocional y la subsecuente desdicha de la prota- gonista de Soledad es tu nombre. La falta de comprensién entre marido y eSposa destruye el amor conyugal en Tejide de madre. La inhabilidad de Marta y Julio para comprender sus prepios sentimientos resulta en su separacion temporal y causa 1a infelicidad de la pareja en En tu vida estoy yo. La actitud orgullesa de Eusebio y su falta de considera- cien por su eSpesa Blanca, plantea e1 conflicto principal de Divercie nupcial. En esta obra, Eusebio lucha intensa- mente para erradicar les prejuicios que se habian formado durante varies afies come resultado de sus previas rela- ciones, deformando su vision de la vida. Un dia descubre que sus ideas eran falsas y todo este tiempe habia vivido en un estado de desenfoque ideologico. Se apresura en- tonces a eXplicar el case a su eSposa para remediar 1a situacion. Dice Eusebio: 75 Nunca podrias comprender lo que es ver cumplida 1a esperanza de prolongarse en un hije y sentir que su presencia nos alivia de la necesidad de la mujer, que es ella y no él lo que determina e1 verdadero sentido de nuestra vida. lNo supe percibir la fuerza de mis sentidos! lNo supe percibir la fuerza de mis sentimientos para ti! No supe tratarte, no supe comprenderte ni comprenderme. No estaba preparado para tener entre mis manos, cerca de mis ojos, a1 alcance de mis deseos, a una criatura candida y amorosa come tfi. Y un dia, inesperadamente, come vienen siempre las grandes desgacias, me quedé con las manos tendidas, los ojos vacios y el corazen retorciéndose como una viscera ya infitil. Asi estoy y asi seguiré mientras no me llegue 1a hora de la muerte material, que la otra ya habita en mi desde que te fuiste.36 DeSpués de haberse enfrentado consigo mismo y haber anali- zado sus ideas, se siente eSpiritualmente libre para inten- tar la reconciliacion con su eSposa. Solo deSpués de enten- der sus prepios sentimientos, Eusebio trata de conocer y comprender los sentimientos ajenos. Ahora se da cuenta de las graves repercusienes causadas per sus prejuicios, pues, con su actitud intransigente habia destruido el amor y la ilusion juvenil de Blanca. lYo 1a maté, si, yo 1a mate! Y maté la mia, que también yo traia una ilusion, a la que 1e habia vendado les ojos, sin duda para que no viera como la llevaba a1 abisme de mi presunta sensatez ensoberbecida....Ahora comprendo todo lo que he perdido per la estupidez irremediable de mis prejuicios, que me dieron un sentido gravemente caricaturesco de la vida; ahora percibe todo el bien que me he restado con la altivez de mi ignorancia, y en vez de llegar a ti, humildemente, a suplicarte piedad, vengo a hacerlo, en nombre de una nueva conviccion, que existe y es verdadera, pero que no reemplaza la necesidad de remediar este dolor inmenso de haberte perdido.37 76 Asi vemos, que para hacer frente a la vida y resolver les conflictos que brotan de las relaciones humanas, e1 indivi- duo tiene que entenderse a si mismo y librarse de las ideas preconcebidas para poder aproximarse a sus semejantes im- parcial y razenablemente. 8610 en este estado puede el individuo entender las ideas y los problemas de les otros. E1 deseo y la necesidad de una comprensién mutua se acentfia en un pasaje de la misma obra en que Eusebio se dirige a sus amigos en una de las reuniones semanales. Eusebio: A ver si te callas por un memento. Nos reunimos para beber y nutrirnos 0 para nutrirnos y beber, da lo mismo. éY per qué es reunis vesotros cenmigo y yo con vesotros? éPor qué nos decimos y hasta nos creemos amigos? iMentira! Gruesa y deleznable mentira. Ni yo sé quiénes seis vesotros, ni vesotros sabéis quién soy yo. Sabéis, si que me llamo Perlaza y yo sé también que os llamais Arrigorriaga y Murcchio y Luna y Orellana, y tfi (sefialéndolo), Leber. lA tanta gente 1e conozco yo el nombre y no me siente, per eso, amigo de ella! Y por eso mismo, ni de vesotros. Nos hemos prohibido hablar de lo privado, de lo intimo, hurtandonos nuestra persona, en nombre de la amistad y de la camaraderia. (Hermoso principio de entendimiento y de acercamiento cordialentre hombres! Yo no soy facil a las confidencias. Nunca 10 he sido, acaso porque pocas cosas me acontecieron en la vida. Pero desde hace casi un afio venia necesitando de amigos a quienes confiarme. Digo mal: no de amigos, que el plural en este caso es demasiada ambicien. Necesitaba de un amigo, uno solo que fuera capaz de recibir mi confidencia con una reSpensabilidad de hombre, con la misma reSponsabilidad con que cada uno de vesotros recibis valores de comercio, para los cuales no 5610 vuestro cuerpo, sino también vuestra alma, se pone de pie, se hace sensible y austera, aunque haya engafio de per medio, que lo hay casi siempre. No me ha sido posible confiaros nada, y ahora he visto toda la 77 sabiduria que habia en mi animo, que quebraba mi voluntad y endurecia mi lengua en los momentos que parecian prepicios para aligerarme de angustias. Si nuestras reuniones no habian de ser para acercarnos de veras, para compren- dernos, para confiarnos reciprocamente les secretes de nuestro corazon, come nos hemos confiado muchas veces nuestras intenciones comerciales, no veo para que nos reuniamos.38 Asi vemos que en esta obra Eichelbaum, indagando en la intimidad de sus personajes y haciéndoles analizar y exteriorizar sus sentimientos ocultos, sefiala 1a impor- tancia de la comprension en la esfera de las relaciones humanas y la necesidad del acercamiento a1 projimo con un sentido de confianza y reciprocidad de sentimientos. Dentro del marco social, Eichelbaum aborda e1 problema racial con referencia eSpecial a les judios y negros. Su eXperiencia y aguda observacion de la vida en conjuncion con su origen de judio, 1e permiten ver los problemas de estos grupos, les cuales presenta a través de algunos de sus personajes secundarios. En Divercie nupcial, e1 autor trata de explicar 1a actitud de les judios e intenta aclarar algunos prejuicios contra ellos, utili- zando come portavoz a1 personaje Leber.39 Algunes de les prejuicios raciales que predominan hey en nuestra sociedad se basan en una Opinion deformada y falsa del pfiblico. A la aclaracion de estos prejuicios, a la educacion del pfiblico y a la creacion de un ambiente de tolerancia tienden les esfuerzos de Eichelbaum. 78 En Nadie 1a conocio nunca y Elgjudio Aaron, 1a actitud antisemitica de unos personajes afecta e1 Caracter de les dos protagonistas, que encuentran dificultades en ajustarse en un ambiente prejuiciado. Al final, eXpuesto e1 problema y analizados sus varies aSpectos, prevalece un sentido de tolerancia y comprension, y el problema se re- suelve con la imposicion de la felicidad personal sobre la cuestién racial. En Nadie la conocio nunca, Ivonne convive con un hombre per varies afios, y para evitar e1 escandalo, esta obligada a ocultar su personalidad, sus sentimientos raciales y aun su verdadero nombre. De origen judie, Ivonne escapa de Polonia separandose de su padre, y llega a vivir en Buenos Aires bajo el asumido nombre francés de Ivonne. Un dia, cuando 1a compafiia alegre de su amante empieza a contar la historia de un judie viejo a quien humillaron cortandole 1a barba, y a imitar los gestos y la manera de hablar del judie anciane, Ivonne ve en estas burlas 1a condicion de su padre y se rebela descubriendo su prepie nombre y origen. A pesar de esta manifestacion, Ivonne, cenvencida por su amante de que "El instinto no 40 decide permane- razona, pero nivela, igual a las gentes", cer junto a su amante. En Dos brasas, el tema racial se toca ocasionalmente con la intencion clara de prestar color local a la obra (1a accion se deSpliega en Nueva York), y con el preposito de exponer un problema grave que preocupa 1a sociedad 79 actual norteamericana. E1 concepto del autor sebre este tema se evidencia en una breve escena del primer acto entre e1 abOgado Byrton y su cliente Mayoral, un negro. E1 senor Mayoral se queja de a1 actitud fria que el abo- gado muestra hacia su cliente, aun cuando 1e estrecha la mano para saludarle. Dice e1 senor Mayoral: "Usted tam- bién, mi estimade Mr. Byrton, se resiste a confundirse con los negros. Le he visto dar fuertes apretones de manos a sus amigos y clientes, pero cuando me da la mano a mi, siente que todo su ser se contrae."41 E1 sefior Byrton protesta y sostiene que no es un hombre de prejuicios, pero admite que no puede con su naturaleza. Admitido. No puede con mi naturaleza. aY qué importancia tiene eso? Lo que importa es lo que se piensa o lo que se cree que se piensa. También mi paladar se resiste a gustar lo que mi entendimiento acepta come excelente alimento. Jamas bebo un vase de leche. Jamas he triturado con mis dientes un trozo de higado. No por eso dude de que sean dos nobles alimentos del hombre. Admito, pues que mi piel rechaza e1 contacto con toda otra piel que no sea blanca. Pero este ca- recera de importancia mientras que yo comprenda que mi piel es primitiva, come mi paladar. Lo que importa, lo finico que importa es pensar que un color u otro de la piel no supone superiori- dad de ningfin orden, come no sea e1 individual, en el que todo ser humane es capaz de levan- tarse sobre el nivel medio. aCree usted, Mr. Mayoral, que puede permanecer ajeno a su causa si piense de esta manera? E1 senor Mayoral cierra 1a escena afiadiendo: ESpero que sus convicciones queden claramente eXpuestas en los hechos. (Se pone de pie.) Hasta pronto. (Le tiende la mano y en seguida 80 Byrton 1e tiende la suya.) Apriete, Mr. Byrton. Apriete sin miedo. Les negros no somos mala co- mida. Eduque usted su paladar y su piel. Todos los problemas de la humanidad pueden ser resueltos con la fusion, con la mezcla, que empieza, come usted bien lo dijo hace un instante, en el entendi- miento y no en la mesa ni en el lecho, como la gente cree, per desgracia. Hasta pronto. De la transcripcion de esta escena breve, se percibe que Eichelbaum, come agudo observador de la vida, tiene con- ciencia y esta preecupado de les conflictos raciales que atormentan a nuestra sociedad y sugiere que, come todos los problemas humanos, estes prejuicios pueden resolverse per medio de la comprension, entendimiento del problema ‘ y tolerancia. En la misma obra, Eichelbaum trata de prepagar e1 espiritu de tolerancia racial utilizando otro de sus personajes meneres. La joven Evans Harding que en contra- posicion a les otros personajes representa 1a alegria de la vida y el nuevo eSpiritu de la juventud y de la compren- sion, cuenta a su madre y a la sefiera Morrison 1a impre- sion que 1e cause una cancion de una protagonista negra. Es un "blue" maravilloso. Se trata de una negra que extrafia a1 amigo que la ha abandonado, y al acostarse, de madrugada, lo recuerda. Todas las mananas, cuando se descalza, cuando se quita e1 vestido, las medias, la combinacion, lo nombra. La voz de la pobre negra se quiebra en sollozos a1 tirarse en la cama. Es muy simple, pero muy hermeso. Toda la letra es nada mas que pintoresca, pero hacia el final: iQué sacudimiento de sorpresa cuando se descubre que también las negras aman y sufren! 81 Come muchas jovenes de su tiempo, Evans queda sorprendida a1 descubrir que los negros tienen las mismas emociones y los mismos sentimientos come todos los otros seres humanos. La intolerancia racial es un problema universal tan anti- guo como la misma raza humana, que a pesar de los esfuerzos de resolverlo, parece que siempre sigue existiendo en algu- nos sectores de nuestra sociedad. Segfin Eichelbaum, 1a finica manera de solucionar los conflictos raciales, es mejorar e1 clima moral y mental de la sociedad y edificar una base firme de tolerancia, comprension y confianza. En la clasificacion de la obra dramética de Eichel- baum, hemos visto que hay un periodo en que a1 autor in- corpora en su dramaturgia obras de tematica cestumbrista, cuya accién se desarrolla en el campo. E1 elemento del realismo cestumbrista aparece en cuatro obras, caracteri- zadas come dramas rurales o dramas suburbanes: Un guapo del 900, Un tal Servande Gomez, Pajaro de barre y Las aguas del mundo. En estas obras Eichelbaum sigue 1a tendencia tradicional del realismo cestumbrista que se habia iniciado en el teatro argentino con la dramatizacion del gaucho en Juan Moreira y con la representacien del repertorio criello inaugurado per Florencio Sanchez. En estes dramas rurales Eichelbaum crea un escenarie campestre que consiste en la pintura de tipos regienales, en la representacion de costumbres locales y en la utilizacion de un sabroso len- guaje coloquial que cuadra con la idiosincrasia del 82 caracter y la conformacion de les personajes. En cuanto a1 conflicto dramético, e1 autor nunca se olvida de su "mania" predilecta del analisis introspective. E1 mas importante de estos dramas rurales es U3 guapo del 900, una de las obras mas cenecidas de Eichelbaum que traje mucha fama a su autor y obtuvo tremende éxito de taquilla. E1 éxito se debe a la insuperable maestria con que esta concebido y definido e1 personaje principal del "guapo" Ecuménico y a la manera sobria en que se plantea y se resuelve e1 conflicto interior. En esta pieza e1 autor deja 1a época contemporanea y ubica la accion a1 principio de nuestro siglo, evocando 1a realidad de una época con sus caracteristicas especiales. Asi, sigue la tradicien cestumbrista del teatro argentino presentando 1a figura de un guapo, no come ha sido perfilada en los sainetes y las descripciones de les historiadores, sino matizada con raSgos heroicos y miticos. Las caracteristi- cas de heroicidad y mitificacion que reviste este perso- naje, nos impulsa a descartar su envergadura antisocial y aceptarlo come pure producto de la fantasia. Ecuménico, e1 guapo tradicional y guardaeSpaldas de un jefe pelitice, pone su cuchillo a1 servicio de su ame solo cuando el mismo "guapo" esta convencido de lo "justo" de su accien. Asi, cuando e1 honor de su jefe politico esta manchado (1a eSposa de su jefe tiene relaciones amorosas con su rival politico), Ecuménico ya no puede servir a un hombre cuyo 83 honor ha sido mancillado. Cuando Ecuménico sorprende a la pareja de les amantes y se percata de que las murmura- ciones sebre las relaciones amorosas correSponden a la realidad, e1 "guapo," sin consultar a nadie, mata a1 amante para restituir 1a honra de su ame. Esta accion de Ecume- nico precipita un serie de complicacienes politicas y al mismo tiempe preporciona les resortes en que esta ba- sade e1 conflicto de la obra. Frente a1 concepto del he- nor impuesto per les convencionalismos sociales que brota del cheque de las relaciones personales y se origina en la infraccion de las leyes, se alza e1 honor personal y la integridad individual del guapo que surge de su interior y se basa en la 1ey de su conciencia. La madre que ensefio a1 "guapo" e1 arte de manejar e1 cuchillos y que ha sido para él fuente de inSpiracion, se siente traicionada y no puede entender como un hombre de la formacien de Ecuménico puede tener ideas tan elevadas y nobles. Resignada, y con un sentido de evidente asombro mezclado con cierta amargura maternal, se da cuenta de que su hije ha cambiado. "Yo misma me parezco otra. Y vos parecés otre también. Come un cabayo brioso, pero cansao. Te mire las crines y el pescueze y las orejas y el hocico, y me parece que es la primera vez que te veo. Necesito verte parao pa conocerte, mirarte 1a estampa pa saber que 503 mi hijo. De a pedazos, sos come de otra leche."45 84 Ademas del conflicto dramatico que, come hemos sefialado, se forma del cheque entre las creencias persona- les del individuo y las fuerzas tradicienales del ambiente, e1 autor ha decorado e1 escenarie de su obra con escenas de caracter cestumbrista entre las cuales sobresalen 1a escena inicial que se desarrolla en un "almacén de ramos generales," 1a escena en que les amigos de Ecuménico cele- bran con vino y canciones 1a vuelta del "guapo" a su casa, y la famosa escena de enfrentamiento entre Ecuménico y su madre. Tedas estas escenas de colorido local representadas en forma de cuadros vivos, realzan e1 mérito de la obra y 1e prestan un aire de frescura y auntenticidad, solamente superado en unas pocas obras del mismo autor. Les asuntos de la paternidad eSpiritual y de manse- dumbre tratades dentro del cuadro cestumbrista son estudia- dos en Un tal Servande Gomez y Las aggas del mundo. En la primera de estas obras, 1a paternidad eSpiritual se discute con referencia eSpecial a la figura del compadre idealizado, encarnado en el personaje de Servande, que como se auto- define no es "mas que un carrere" manso, generoso, estimade por los cristianos y querido por los animales. Estas cualidades de su caracter se ostentan a 10 large de la obra. Un dia encuentra en la calle a una pobre vieja, 1a lleva a su casa y la trata de madre; otre dia acaricia les animales y conversa con ellos come si fueran seres humanos. Un tal Servande Gomez es la pieza mas eptimista 85 que salio de la pluma de Eichelbaum. El eptimisme brota del carécter mismo del protagonista definido cuidadesa- mente per sus acciones y plasmado con un sentido de profunda humanidad y arte ecléctice. En la época del estreno, identificando el protagonista de la obra con la masa del pueblo argentino, Eichelbaum escribia: E1 protagonista de mi obra, e1 tal Servande Gomez, es un hombre de nuestro pueblo, neta- mente es un hombre cabal. So se trata de un gran individuo, que tenga un singular destino que cumplir. Es un individuo simple, come tantos otros que puede representar a la gran masa anonima de nuestro pueblo, per lo oscuro de su vida y por lo comfin de los hechos que le acontencen. Pere lcon qué nobleza eSponta- nea, natural, por delante! Servande Gomez no es nada mas que un carrere de Avellaneda vivero de toda clase de malandrines, segfin la voz del pueblo, come lo asegura 1a famosa senten- cia, latina-que sabe que nadie es menos que él. Pero quienes lo frecuentan llegan a persuadirse de que nadie es mas que é1.45 Aludiendo a la persistente tradicion realista del teatro argentino, Carlos Mastronardi ubica Un tal Servande Gomez dentro del cuadro de esta tradicion, sefiala les valores positives de la pieza y subraya e1 aporte del autor para el enriquecimiento y la continuidad de la vena realista. Comentando sobre el estilo de esta magnifica obra el mismo critico, dice: "Eichelbaum ha encontrado un estilo para eXpresar la torpeza y la simplicidad psicologica de sus criaturas escénicas: humanidades intensas y sencillas que nada saben de sublimaciones. Sefialamos esta caracte- ristica para mejor evidenciar 1a magnitud y el lficido 86 42 poderio de su empresa creadera." Como en Un guapo del 900, les aciertos principales de Un tal Servande Gomez y Las aguas del mundo residen en las escenas costumbristas, como la del bautizo del hije eSpiritual de Servande con canciones y mfisica de color local; en el saber del lenguaje replete de gires locales y en la utilizacion del campo come escenarie de las obras. E1 filtimo de les cuatro dramas rurales es Pajaro de barre, obra que exhibe las mismas caracteristicas del realismo cestumbrista y presenta los mismos rasgos en cuanto a1 escenarie del campo, a la modalidad dialéctica y a la pintura de escenas de color local. Sobresale esta obra per la concepcion poética del asunto de la maternidad, por el realismo y la naturalidad del dialogo, por la viveza de los cuadros y per la reciedumbre con que estén perfilados les personajes, perfectamente adecuados en su psicologia. En suma, Pajaro de barre es una de las mejores obras que sintetiza les tres aciertos del arte dramético de Eichel- baum: la poesia de la mujer, del campo, de la psicologia. Con la presentacion de los temas de indole costum- brista48 que comes hemos sefialado en varias ocasiones con- stituye la mejor parte de la obra escénica de Eichelbaum, concluimos e1 capitulo que versa sobre la modalidad tema- tica. A lo largo de este capitulo hemos visto que el com- plejo de la personalidad humana constituye el tema principal 87 de la dramaturgia de Eichelbaum, tema predilecto del teatro eurOpeo a1 principio de nuestro siglo. Otras unidades tematicas relacionadas estrechamente con la personalidad, son el amor presentado come resorte de la conducta humana y la soledad examinada en sus varias formas come mani- festacion de la personalidad. En el estudio del tema social hemos visto que Eichelbaum, per medio de sus escri- tos, aSpira a ayudar a1 hombre a mejorar sus relaciones con el projimo prepagando los principios intelectuales y éticos de la sociedad a fin de producir un mundo mejor y mas tolerante. Asi con el tratamiento del tema de la perso- nalidad y la incorporacion de temas de carécter costum- brista e1 teatro de Eichelbaum adquiere doble centextura: entronca con la modalidad tematica eurOpea, y al mismo tiempo, se enlaza con la mejor tradicion del teatro argen- tino. NOTAS DEL CAPiTULO SEGUNDO 1"Después del 18, 1a articulacion de los conflictos se ha inclinado hacia planteos que orillan 1a metafisica o que derechamente la invaden: qué es la verdad; qué la reali- dad; qué el mundo exterior, en la potencial antinomia de su trascendencia o inmanencia; cual es en el hombre la esci- sion de su yo superficial y su yo profunde; como se forma, trasforma y deforma 1a personalidad durante e1 inexorable fluir del tiempe; qué logra saber de si el hombre; qué de les demas; cual es la bivalencia, a veces tragicemica, de sus actos." José Maria Monner-Sans, Introduccion a1 teatro del siglo XX (Buenos Aires: Editorial Columba, 1954)) pag. 26. 2"La época entre dos guerras (1918-1939), que con- stituye a lo largo de esta media centuria- nunca estara de mas 1a insistencia en este punto- e1 periodo mas fértil, mas rice en innovaciones literarias y exploracienes estéti- cas". Guillermo de Torre, Historia de las literaturas de vanguardia (Madrid: Ediciones Guadarrama, 1971): pfig. 21. 3Monner—Sans, Introduccion a1 teatro del siglo XX, pég. 26. 4Angela Blanco Amores de Pagella, Nuevos temas en el teatro argentino: la influencia eurOpea—TBuenos Aires: Editorial Huemu1,S.A., 1965)] pég. 57. SIbid., P59. 56. "Cuando el hombre piensa que la ciencia no explica todos los aSpectos de su ser, que el intelecto no es todo el hombre, y que hay algo que escapa a la pura explicacion intelectualista; en una palabra, cuando e1 positivismo no alcanza a satisfacer, irrumpe 1a angustia metafisica. Y esa angustia metafisica da, en el teatro, e1 drama moderno, que prepone problemas prepios de una época llena de inquisiciones y de torturas animicas." 6Cf. J. M. Monner-Sans, Introduccion a1 teatro del siglo XX, pég. 23. 7A. Blanco Amores de Pagella, Nuevos temas en el teatro argentino, pag. 49. 88 89 8Para una lista de las obras principales de escri- tores extranjeros presentadas en los teatres de Buenos Aires durante este periodo, censulte Capitulo IV "Tablas" de A. Blanco Amores de Pagella, Nuevos temas en el teatro argentino. 9Rafil Hector Castagnino, Literatura dramética argen- tina (Buenos Aires: Editorial Pleamar, 1968), pag. 139. 10Cf. A. Gerchunoff, Samuel Eichelbaum, pég. ii. 11Luis Emilio Soto, "Ensaye sobre el teatro de Eichel- baum" Prologo a Cuando teggas un hijg (Buenos Aires: Edito- rial El Inca, 1931), p59. 38. 12A. Blanco Amores de Pagella, Nuevos temas en el teatro argentino, pags. 60-61. 13"The personality is not only related to freedom, but cannot exist without it. To realize the personality is therefore to achieve inner freedom, to liberate man from all external determination." Cf. Nicolas Berdyaev, Solitude and Society (London: The Centenary Press, 1938), pags. 197-198. 14Ibid., pég. 161. 15Eichelbaum, En tu vida estoy yo, pég. 94. 16Ibid., pég. 100. 17Ibid., pags. 100-101. 181816. 19Cf. Capitulo IV "Personality and Love" de N. Ber- deyaev, Solitude and Society, pég. 195. 201bid., pags. 162-163. 21Eichelbaum, Pajaro de barre, pég. 74. 22Eichelbaum, Vergfienza de querer, pég. 237. 90 23"Mate mi viudez....Lo veia a toda hora moviéndose a mi lado con su mirada mas risuefia que su sonrisa....Recién entonces senti e1 lute en mi cuerpo y en mi vida. Era 1a orfandad de mi viudez, la viuda de mi prepia viudez viola- da y muerta. En vane apretaba mis parpados para reunirme con la imagen viva de mi marido....Ha muerte mi viudez." Eichelbaum, Rostro perdido, pég. 69. 24Eichelbaum, Gabriel e1 elvidado, pag. 151. 25Ibid., pég. 19o. 26"SchOpenhauer, con su pesimismo, no es un hombre que se dirija con los brazos abiertos hacia 1a sociedad y el projimo. Habla mucho del genie como un ser superior a la muchedumbre, y el hombre de la fuerte voluntad que pro- pone no puede darse en muchos ni seria plenamente compredido por los que no lo. son." Biruté Ciplijauskaité, La soledad ygla poesia espafiola contemporanea (Madrid: Insula, 1962), pég. 13. 27Eichelbaum, Cuando tengas un hije, pag. 77. 28Ibid., pag. 78. 29Eichelbaum, Pajaro de barre, pég. 38. BOIbid. 31Eichelbaum, E1 gato y su selva, pags. 47-48. 321bid., p59. 48 33Ibid., pag. 65. 34Ibid., pags. 65-66. 35Eichelbaum, Subsuelo, pégs. 239-240. 36Eichelbaum, Divercie ngpciai, pag. 319. 37Ibid., pags. 317-318. 381bid., pags. 275-276. 91 39Ibid., pags. 270-275. Véase escena I, entre Leber, Murcchio y Eusebio en Cuadro Primero del Segundo Acte de Divercie Nupcial. 40Eichelbaum, Nadie la conocio nunca, pég. 61. 41Eichelbaum, Dos brasas, pégs. 232-233. 42Ibid., pag. 233. 43Ibid. 44Ibid., pag. 61. 4SEichelbaum, Un guapo del 900, pag. 154. 46S. Eichelbaum, El Mundo, 28 de mayo de 1942. Citado per Jorge Cruz en Samuel Eichelbaum, pag. 75. 7Carlos Mastronardi, "Un nueve drama de Eichel- baum", en Sur, No. 9, (junio de 1942). pag. 68. 48La Enciclopedia de la Cultura Egpafiola (tome II) define e1 Costumbrismo come: "La intencion de dejar con- stancia de un memento determinado con sus gentes, sus habitos, sus modes de vivir, de hablar, de decir, con la exaltacion de sus virtudes, 1a burla de sus defectos o la vituperacion de sus vicios." CAPiTULe TERCERO LOS PERSONAJES Les personajes draméticos creados per Eichelbaum, come ya se ha mencionado en la discusion de les temas, son seres de inteligencia aguda, de vision analitica, de acti- tud introspectiva, de ideolegia clara, de sentimientos reconcentrados y de caracter reflexive. Estas caracte- risticas, explicitamente delineadas come rasgos determi- nantes, or implicitamente trazados come aspectos comple- mentaries, se hallan en la mayoria de les entes escéni- cos eichelbaumianos y figuran a lo largo de su produccion dramatica come matices de una tendencia persistente desde 1a época de la aparicion de La mala sed (1920), hasta el estreno de Subsuelo (1967). Eichelbaum, come habil bu- ceador en caracteres humanos, crea personajes que son generalmente razonadores implacables, tiranizados por el afan de conocerse y conocer a los que les rodean, penetrando hasta las zonas mas profundas del ser humane. Estes personajes de profunda indagacion eSpiritual, son sacados de la vida humilde y cotidiana, y se colecan en el ambito hogareno y familiar donde ebran y reaccionan movidos per resortes psicologicos.l Come piezas ilustrativas 92 93 de este tipo de personajes podrian citarse La mala sed, Un hegar, El ruedo de las almas, E1 gatogygsu selva, Pg- jaro de barre, Dos brasas y otras. A pesar de la aparente uniformidad y consistencia en la estructura de les caracteres, e1 rumbo seguido por los personajes y el resultado definitive de sus acciones no se puedensflempre adivinar, debido a la variedad de circun- stancias que rigen su conducta y a la complejidad de los problemas que ellos enfrentan. Cuando les formativos rasgos fundamentales de unos personajes pueden determinarse con cierta exactitud descriptiva y pueden encajar categori- zados dentro de un cuadro de modalidad "temperamental" se ha de eSperar que la conducta fundamental de estos persona- jes pueda también determinarse, per lo menos, hasta cierto punte. Sin embargo, este principio deductive no puede aplicarse a las obras de Eichelbaum, debido a la complicada formacien eSpiritual de sus personajes escénicos y a lo inesperado de la manera en que la personalidad humana actfia y reacciona bajo e1 peso de varies estimulos. En vez de ferjar personajes cuyas personalidades correSponderian a cierto modele de conducta determinada, Eichelbaum crea una vasta gama de caracteres compuestos basicamente del mismo ”barre", pero de distinta y variada dosis de material temperamental. Asi, 1a actitud del autor cambia eportuna- mente para entonar con la centextura y el temperamento de les personajes, y con el ambito en que estén colocados éstos. 94 Eichelbaum muestra, per lo general, cierta predileccion por los personajes de capacidad intelectual,2 per repre- sentar éstos e1 campo mas adecuado para el planteamiento de conflictos espirituales y mayor aptitud y flexibilidad para el buceo del anélisis intrOSpectivo. Dentro del amplie cuadro general de les personajes, se mueven y se distinguen varies tipos de personas clasifi- cadas en distintos niveles de acuerdo con su configuracion espiritual. Hay personajes, come las protagonistas Elena de Senorita, Alicia de Soledad es tu nombre, Leda de Gabriel e1 elvidado, que viven y exhiben las caracteristicas men- cionadas fuera del ambiente familiar. Hay otros de un fonde cultural limitado, come Ecumenico de Un guapo del 900 y 23 tal Servande Gomez que muestran mayor inclinacion a lo impulsive y eSpontaneo y menor capacidad para la autoexpli- cacion y el analisis introspective. La tendencia hacia el razenamiento se presenta bajo varias formas: en unas obras, como en Soledad es tu nombre y Gabriel e1 elvidado, "1a razonabilidad" adquiere forma de altruismo; en otras, como en Un tal Servande Gomez y Las aguas del mundo, se presenta come mansedumbre encarnada respectivamente en los persona- jes del carrere Servande y en el de Laureano. Examinemos ahora 1a conducta de estos personajes ilustrativos. Alicia, 1a protagonista de Soledad es tu nombre, vive con su amante Ortiz Irving, hombre maduro, escritor, y separado de su eSposa. Un dia, cuando éste 95 eXpresa e1 deseo de volver a vivir con su espesa, Alicia asume una actitud de pleno entendimiento y de incomparable superioridad. Su aspecto exterior no muestra cambio algu- no; sus instintos de mujer parecen haber perdido su poder expresivo. Con ejemplar serenidad se pone a analizar el caso mostrando tal imparcialidad come 31 fuera una persona completamente ajena a la situacién. Al final, ella, come ente racional y comprensivo, acepta 1a decisi6n del hombre y se ofrece a intervenir entre les dos eSpOSOS para facili- tar 1a reconciliacién. Alicia llega a su decision de inter- ceder, plenamente convencida de que lo que ata a les dos eSpOSOS no es un lazo provisional, sino un sentimiento per- manente, basade en un amor hondo y fuerte, una eSpecie de vinculacién eSpiritual. Sus comentarios eXpuestos ante 1a eSposa de su amante cerroboran esta conviccién suya: "Usted permanece junte a él de la manera mas cierta y mas perma- nente que un ser puede estar cerca de otre, junto a otre."3 Luego, precede Alicia a1 analisis del problema: "E1 matri- monie de ustedes subsiste, a pesar de la separacien, sub- siste en el conflicto moral suyo en el problema sentimental de 61."4 Aunque Alicia habia aceptado e1 concubinato con Ortiz Irving, ella nunca se considero eSpiritualmente atada a él, ni asumié ninguna reSponsabilidad moral. En cambio, ha conseguido mantener cierta independencia eSpiritual - otre rasgo descellante de las heroinas de Eichelbaum - que le permite ahora jngar y valorizar 1a situacién desde un 96 punto de vista imparcial. "Per haber dormido a su lado, sin pactos ni promesas de ningfin orden, me ata a él un sentimiento cordial que esta per encima de mi comedidad."5 Ante los argumentos selidos de Alicia y sus evidentes sen- timientos altruisticos, Rosalia, 1a eSposa de Ortiz Irving, se ve obligada a aceptar la superioridad de su rival aunque no quiere admitirlo y lo oculta bajo e1 recurso c6modo de la ironia. (Ironica). "Debe ser usted una mujer superior."6 La ironia no tarda en ceder e1 paso a la estupefacciOn y asombro cuando Alicia, con seguridad y vigor declara que "Tener muche que perdonar a un hombre, es un privilegio."7 La escena entre las dos mujeres se cierra con una frase reveladora de Alicia que constituye parte de la reSpuesta a la pregunta sebre su identidad, y lleva e1 sello de su 8 personalidad enigmatica: "Soy una mujer razonable." En Gabriel e1 elvidado, Gabriel muestra les mismos sentimientos de altruismo cuando acepta de huéSped a la hermana de su amante Leda, a la cual ofrece las comedidades de su casa para que ella pueda dar'a luz a un hije ilegitimo. Enfrentado con la actitud negativa de su amante Ratona que no quiere compartir la casa con su hermana, Gabriel prefiere prescindir del amor de Ratona acogiendo en su hegar a Leda. Les motivos que mueven les sentimientos altruisticos de Gabriel brotan de su anhelo vehemente de tener un hije, deseo que nunca ha sido realizado, per eposiciOn de su amante Ratona. La actitud benévola y samaritana de 97 Gabriel tiene relacién también con su redencién moral (Gabriel ha vivido siempre come un hombre envuelto en el pecade y la inmoralidad) y con su metamorfesis de Dionisio a Gabriel. Por ese en la primera parte de la obra este personaje se llama Dionisio, mientras que en la segunda su nombre cambia a1 de Gabriel, simbolizando 1a conversiOn de los vicios dienisiacos en virtudes angélicas, "gabrielescas". Descartando las diferencias circunstanciales que caracteri- zan las dos obras, se observa que el procedimiento seguido en ambos casos es semejante: eXposiciOn detallada del caso, analisis minucioso de la situaciOn y decisiOn defini- tiva, que no esta siempre en tono con las normas conven- cionales y los canones de existencia colectiva, pero que aisla a1 personaje y lo rinde en plena paz interior con su intimo yo y reSponsable a si mismo, consigo mismo.9 En Un tal Servande Gémez, Eichelbaum traza 1a sem- blanza dramatica de un personaje cuyas acciones estan guiadas por un sentido recto y glorificador de la vida. Como Gabriel, Servande ofrece su hOSpitalidad a una mujer casada con un amigo suyo y la defiende contra las amenazas del eSpOSO. Luego, cuando la mujer da a luz a un hije, Servande extiende su carifio y amparo a1 chico y lo defiende con actitud valiente cuando su verdadero padre viene a reclamarlo. Considerando su profesien de carrere y las condiciones limitadas de su educacién, Servande demuestra una locuacidad y una capacidad de razenamiento que 5610 98 una persona adiestrada en a1 arte de la retorica podria haberle superado. A pesar del amor latente que siente per Felisa, la eSpesa de su amigo Domingo, del evidente mal- trato que aquélla sufrio bajo 1a tirania de éste, Servande no se conmueve y no vacila en ponerse a1 lado del hombre cuando Felisa empieza a hablar mal de su eSposo: "Asi no se puede hablar del hombre con quien se duerme. Me extrafia que usted, que es una buena mujer, diga esas cesas de su marido."10 Luego se pone a analizar la actitud de la mujer hacia el hombre contrariado, y la manera violenta con que éste reacciona ante 1a situacién en que no es comprendide por la espesa, y sugiere que Felisa reflexiene y regrese a su hegar. iEs que ustedes no saben comprender a1 hombre! A veces no es male y ustedes lo encanallan. Le llevan 1a contra, no lo acompafian en la mala, y, claro, se desahOga golpeando a la mujer. Pero no siempre es por male. Domingo habra llegado contrariado, per no haber podido acertar ni una, y usted, encima, a car- gasiarlo, reclamandole lo que no tenia. Se 1e volaron les pajaros y pege. No es come para 11 abandonarlo. iHay que reflesionar, Felisa!!! La mujer que en una situacien semejante hubiera esperado una reaccién distinta del hombre impulsive y hubiera pre- ferido oir la voz del corazOn y no la del cerebro, se indigna ante e1 "sacrificio" de les instintos para la defensa de su bondad. Servande, con los instintos en plena serenidad, sigue salvaguardando su mansedumbre y 99 defendiendo su imparcialidad absoluta: "Un hombre buene de verdad tiene que ser buene para todos. No estaria bien que yo 1e diera la razen a usted y que aprovechara de un mal memento de Domingo, para ponerlo overo ante los ojos de la mujer."12 La dicotomia entre la razén y los impulsive con el triunfo de aquélla es algo inesperado, per la excesividad de razenamiento y per la formacien intelectual del carrere. Teniendo en consideracien esta circunstancia, e1 personaje resulta de una centextura extraordinaria, y por extra- ordinaria, poco humane. La explicaciOn de este desequili- brie se encuentra en la naturaleza misma de los personajes eichelbaumianos y en la manera en que éstos reaccionan cuando se enfrentan y luchan contra les impulsos pasionales. Conocido es, pues, e1 recurso predilecto de la reflexion y de la serenidad de les impulsos mediante e1 razenamiento.l3 Otro personaje colocade en el ambito pintoresco de la regién entrerriana, es Laureano de Las aguas del mundo. Llegamos a conocer a este muchacho provinciano y a apreciar su mansedumbre e integridad de caracter per medio de una serie de escenas que empiezan con su completa resignacion a1 ser informado de que su novia Amancia no correSponde a su amor, y termina con la plena responsabilidad per un hije ajeno que su ex-novia le atribuye. Entre e1 principio y el final de esta serie de acciones definidoras se inter- penen las imprevistas consecuencias naturales impuestas per 100 su decisién de aceptar a1 hije come suyo. En vez de indignarse per la preferencia de la muchacha por otro hombre, Laureano 1e agradece sus sentimientos; en vez de enfadarse per haberle atribuido 1a paternidad de un hije ajeno, se alegra y prefiere sufrir 1a enemistad de sus padres antes que sacrificar su bondad, limitandese a eXplicar que el hije 1e pertenece, pero la madre no. Laureano, come Servande e1 carrere, obra de una manera mesurada y suave utilizando una dosis de "razonabilidad" para convencer a sus interlecutores y para tranquilizar sus impulsos pasionales. Veamos ahora un ejemplo tipico de este proceso en que les impulsos se tranquilizan bajo el poder persuasive de la razon. Unos afios después del nacimiento del hije, e1 padre verdadero viene a reclamarlo. Al principio, e1 padre muestra una actitud ofensiva y parece que esta dispuesto a llevarse a1 hije a cualquier precio. A1 escuchar les argumentos de Laureano, su ira gradualmente cesa, y al final desaparece per completo. Resignado, el hombre dice: "Hay un poco de eso que llaman conciencia, y pensé que debia venir a ver que pasa con el chiquillin...Pere ahora ya lo he visto... Un hombre joven come usté... con esa alma grandota de padre que usté tiene... mejor suerte a la verda, no podian tener ni ella ni e1 pobre chico."14 En esta obra, como en las que acaba- mos de comentar, e1 predominio del aspecto analitico y reflexive sebre e1 elemento impulsive y eSpontaneo realza 101 la capacidad ética del personaje y 1e da una dimensiOn de superioridad, pero a1 mismo tiempe tiene la desventaja de causar cierta pesadez en el desarrollo de la accién. Después del breve esbozo de algunos rasgos que caracte- rizan a los personajes eichelbaumianos en general, como el razenamiento, e1 altruismo y la bondad, pasemos ahora a presentar a los personajes femeninos y los aspectos singu- lares que les distinguen y les diferencian de les persona- jes masculines. Desde un punto de vista teatral, las mujeres de Eichelbaum resultan mas acabadas y m55 legradas que les hombres; come creaciones literarias, entroncan ellas con la ideologia ibseniana de la liberaciOn femenina y trans- miten e1 mensaje de su autor de una manera natural y eSpontanea. Alfredo de la Guardia, hablando de las cuali- dades de los personajes femeninos alude a la "poesia de la psicoloqia" y a la "poesia de la mujer" que caracteriza 15 come "las cumbres del teatro de Eichelbaum." Roberto Giusti, comentando sobre el mismo asunto, dice: A Eichelbaum correSponde en nuestro teatro con mas justicia que a ningfin otro autor e1 titulo de dramaturgo de la mujer, 51 per tal debe en- tenderse a aquel que se asoma de las heroinas escénicas para escrutar sus mas intimos re- pliegues, come él lo hace, con piedad, con ternura, con honda comprensién y respirando 1a poesia que emana de esas almas. Todas angustiadas per indescifrables anhelos. Todas enamoradas de le absolute.16 Para mejor comprensiOn y claridad, hemos dividido a les personajes femeninos en mujeres independientes, 102 mujeres victimas del hombre, madres solteras, madres de indole matriarcal y hermanas solteras. A1 primer grupo pertenecen: Elena de Senorita, Alicia de Soledad es tu nombre, Felipa de Pajaro de barre, Ana Rosa de El gato y su selva y Marta de En tu vida estoy yo. E1 rasgo funda- mental que caracteriza 1a conducta de estas mujeres es su afan vehemente per la independencia espiritual expresado en varias formas, y que todas heredan de la creaciOn saliente de Ibsen, Nora.l7 De inteligencia aguda y de un extraordinario temple interior, estas heroinas luchan valerosamente per la defensa de sus ideales (aunque no las conduce siempre hacia el camino de la felicidad) y estan diSpuestas a aguantar cualquier sacrificio para conservar su dignidad de mujer libre. En sus esfuerzos per la liber- tad espiritual se ven obligadas a abandonar e1 hegar mostrando cierta indiferencia por las normas convencionales y un marcade desdén a1 hombre por el cual no son comprendi- das o correSpondidas. A pesar de su entusiasmo juvenil y de su espiritu de rebeldia, estas mujeres j6venes nunca pierden su dignidad ni se comportan de una manera histéri- ca a1 enfrentarse con una situacién adversa. Por lo con- trario, cuando llegan a un punte crucial siempre reflexionan, se autoanalizan y analizan todos los hechos tocantes a la situaciOn, hasta llegar a una decisién, que come ya hemos notado, en vez de la felicidad deseada, puede conducirlas a un estado de soledad. 103 Elena, 1a protagonista de Senorita, vive con su padre, hombre tiranico, a quien abandona a la muerte de su madre, dejando una carta que indica que ella deja a1 padre para ir a vivir con su amante. El padre, indignado per la conducta de la hija, va en busca de ella y consigue encontrarla en una pension de Rosario. Al hablar con Ernesto, e1 supuesto amante de Elena, se da cuenta de que éste no ha sido e1 seductor de su hija y de que la verda- dera razén de su huida ha sido e1 deseo de Elena de no herir a1 padre confesandole la verdad. La existencia del amante ha side 5610 un pretexto y una mentira, que luege adquieren 1a forma de una verdad profunda, que define 1a personalidad de la joven y marca e1 destino del personaje. Veamos cemo eXplica Elena a su padre la verdadera razon de su huida: "Ha encarnado en mi la protesta que no alcanze a eXpresar mi madre. Yo clamo per ella y por mi. Usted aplasté la vida de mama con el peso tremende de su amargura, de sus rincones misteriosos, de su vida fria, seca, invariable, de bestia lfigubre, que ruge o muerde 18 Asi, e1 abandono del porque e1 sol 1e da en la cara." hegar constituye el primer paso para la liberacion eSpiri- tual hacia la cual estan encaminados todos los esfuerzos de Elena. El recurso de la carta, la mentira y la revela- ci6n de la razén del abandono, aunque muestran cierta cobardia entremezclada con piedad, proyecta a1 personaje de Elena a la posicién honrada de miembre representative 104 del "sexo débil" que lleva en sus hombros e1 peso del concepto primitive de la sumisién de la mujer, y la autoriza a protestar en nombre de todas las eSposas que sufren bajo la tirania del hombre y de las hijas que con- viven con padres tiranicos. La huida, aunque sea una decisién instantanea hecha en un memento de aparente con- fusiOn mental per una joven adolescente, adquiere caracter simbOlico y se alza como un grito de verdadera protesta contra les padecimientos y la tirania de la mujer per parte del hombre. La mentira utilizada en la carta, que ir6nicamente se convierte en verdad catastrofica, causa eventualmente la "caida social" del personaje, pues, ena- jena a Ernesto y lo obliga a asumir una actitud de reserva y a conjeturar que habia otre hombre en la vida de Elena, a quien habia creido una sefiorita inocente y honrada. Pero a1 mismo tiempo, da a1 personaje cierta altivez que se aclara y se aprecia al final de la obra, cuando Elena durante la fiesta de la celebracién de su cumpleafios, abiertamente rechaza la preposicion de Ernesto de legalizar su uniOn por el matrimonie, deSpués de cinco afios de con- vivencia. Veamos otra vez los comentarios eXplicativos de Elena ante les padres y amigos de Ernesto, mientras ella trata de aclarar 1a razon de su eposiciOn a1 matri- monie: ”En primer lugar, £c6mo te has atrevido a diSponer de mi tan absolutamente come pretendiste hacerlo? éCémo has prentendide preparar nuestro casamiento per lo civil, 105 invitar a les tuyos, fijar 1a hora, dejarlo todo prepara- do, sin decirme a mi una sola palabra? éMi voluntad, per lo visto, no cuenta ni siquiera cuando se trata de compro- 19 meter toda mi vida? Refiriéndose a1 pasado cuando Elena no tuvo la feliz eportunidad de verse casada con el hombre que queria a causa de la "mentira moral", Elena dice: Esperaba que me ofrecieras entonces lo que hey me has ofrecido para escriturar 1a pesesien ne de mi amor sino de mi persona, para asegurarte 1a prepiedad de mi cuerpo. Esa es la verdadera razon de tu generoso obsequio de cumpleafios. Lo que hey revela tu egoismo, hubiera revelado en aquella eportunidad una nobleza, a cambio de la cual yo estaba dispuesta de antemano a tolerarte todo, absolutamente todo. Cuando se te ofrecio una eSposa, una verdadera espesa, quisiste una amante: hoy que quieres convertirme en eSposa, podés tener apenas 1a amante. Podria ello serte dolorose, pero debes reconocer que no es del todo injusto.20 DeSpués de este parlamento queda claro que Elena, herida por el cinismo y la aparente actitud egoista de Ernesto, elige otra vez e1 camino de la libertad; abandona 1a existencia c6moda y se epone a la proyectada vida "honrada" del matrimonie y prefiere vivir aislada, en total soledad y en paz con su conciencia. La semblanza del personaje de Elena pintado en Senorita, vuelve a aparecer en Soledad es tu nombre, donde Alicia, la protagonista, esta dotada de las mismas caracteristicas fundamentales de mujer fuerte que, fiel a sus sentimientos, epta por el derecho de vivir, exhibe 106 el mismo temperamento acentuado por el entusiasmo juvenil, y al final obtiene 1a soledad come precio de sus esfuerzos. Como hemos tenido 1a eportunidad de notar a1 principio de este capitulo, e1 personaje de Alicia esta pintado con ciertos toques de altruismo que se manifiestan en su actitud hacia el escritor Ortiz Irving y en su deseo de facilitar e1 reterne de éste a su espesa legitima. Eichel- baum, en unas declaraciones sobre los personajes de Senori- 33 y Soledad es tu nombre, ve cierta eposicion entre los dos, que eXplica de la manera siguiente: Para mi, Soledad es_tu nombre, es el reverse de Senorita. En Senorita pinté una mujer con el mis moderno sentido de la vida, que todo lo reclamaba en nombre de su aSpiracion de vivir y de su templre de mujer fuerte. Pintando un tipo completamente epuesto, 1a heroina de Soledad es tu nombre, es una mujer que no 3610 no se preocupa de si misma y a todo renuncia, sine que no tiene otre pensa- miento que la felicidad de los demas, otras preocupaciones que les problemas ajenos, que repercuten come prepios, mas que si fueran suyos, en su temperamento comprensivo y sen- sible. Este es lo que he querido hacer: pintar un tipo y envolver a1 auditorio en su aprOpiada atmésfera.21 Sin descartar per completo 1a antitesis que existe entre les dos personajes, nos inclinamos a considerar esta eposiciOn come rasgo diferenciador mas que aspecto caracterizador de cada personaje, distinguiendo un caso claro de paralelismo antitético mas que un caso de aparente antitesis. E1 mismo Eichelbaum acepta este paralelismo, y en otra ocasién habla de las similaridades 107 que existen entre las protagonistas de las obras, Elena de Senorita y Alicia de Soledad es tu nombre: "Esta encuadrada dentro de las caracteristicas de mi anterior produccién, Senorita. Es 1a semblanza de un tipo femenino que pedria considerarse paralelo al de la protagonista de Senorita, pero realizado con un sentido mas moderno de la técnica escénica."22 Procedamos ahora a analizar les puntos paralelos entre las dos protagonistas: Ambas quedan huérfanas de madre y abandonan e1 hegar en busca de su felicidad intima y en busca de si mismas; ambas poseen un extraordinario dinamisme eSpiritual que les permite re- flexionar ante momentos criticos, y analizar con serenidad les casos y las situaciones dificiles; ambas abandonan a1 amante porque se dan cuenta de la superficialidad de sus sentimientos y del vacio eSpiritual que les separa; ambas, enamoradas de lo absolute, muestran interés per lo esencial y recendito ignorando per completo lo aparencial y externo. Este ultimo aSpecto parece ser mas evidente en el personaje de Alicia, 1a cual "cae" deSpués de haber tratado vanamente de superar una serie de ebstaculos. Muerta su madre e incapaz de hallar auxilio entre sus amigas, Alicia se ve obligada a trabajar en un cabaret. Decepcionada por la vida nocturna del cabaret, va a la provincia de Entre Rios en busca de amparo en la casa de unos parientes suyos. En la estacién del tren donde 1a encanta e1 sortilegio de la vida serena, encuentra a un joven empleado de la estacien 108 que la identifica con una mujer que habia visto en un tren y con la cual, desde entonces, sigue sofiando. La actitud poco amistosa de sus parientes 1a obligan a volver a Buenos Aires donde acepta en concubinato a1 escritor Ortiz Irving y convive con él hasta que éste decide retornar junto a su espesa. DeSpués del episodio de la interven- ci6n, que hemos analizado en otra ocasien, Alicia, en un filtimo y supremo esfuerzo de volver a "vivir", va a la estacién a1 encuentre del joven sofiador y alli 1e informan de su muerte. Asi, Alicia que a la pregunta de la eSposa de su amante habia dado el nombre de Soledad come simbolo de su dolor intimo, se identifica plenamente con la sub- stancia de este nombre y queda en una total soledad, después de haber luchade heroicamente y tratado de encon- trar su felicidad recendita. Su indiferencia per lo apa- rencial y externo y su desdén por lo convencional precipi- tan su "caida" relacionada con su aspecto superficial y mundane, pero su temple moral, su generosidad y altruismo dejan intacto su intimo ser come testimonio de la in- destructibilidad de les profundos y nobles sentimientos humanos.23 De textura semejante y de distinta estructura espiri- tual, es la protagonista de Pajaro de barre Felipa Guzman, personaje emparentade con Elena y Alicia por su indepen- dencia, su indiferencia por las normas convencionales y su actitud elevada hacia el hombre. Felipa, come Alicia, 109 "cae", pero su caida aunque se erigine en un hecho lamen- table, proveca una reveladora iluminaciOn interna que coloca a1 personaje en pleno enfeque y lo conduce a descubrir su plenitud de mujer. A partir de este memento, 1a "pobre peona” se convierte en una mujer lograda que tiene plena conciencia de si misma; come Elena y Alicia, abandona la casa en busca de su felicidad interna y disuelve un proyectade matrimonie de conveniencia per falta de vinculos eSpirituales con el hombre que aspira a ser su espese. Guiada por un sentido de singular digni- dad y de reSpeto, llega a la casa del escultor Juan Antonio, donde rechaza e1 matrimonie; arreglade per la madre de éste y prefiere vivir en soledad enriquecida por su hije huérfano. Asi, e1 personaje, siguiendo e1 rumbo de su destino revelado per la trascendental iluminacien y sostenido per una voluntad tenaz y afan per la libertad, adquiere plena autonomia que resulta en una individuali- zacién completa y total conservacién de su identidad. Otra semblanza de mujer que ostenta un parentesco marcade con Elena, Alicia y Felipa, es Ana Rosa de El gate y su selva. Aunque colocada a1 lado de un personaje mas fuerte que ella, Ana Rosa exhibe las cenecidas caracteristi- cas de mujer enérgica, fuerte, incomprendida per su familia y por el hombre, en general. Enamorada de un solterén, Ana Rosa viene a verlo para discutir los detalles de la 110 beda y recibe la siguiente declaracion: "He cambiado de prOpOSitO porque tengo un concepto desdefieso de las mujeres, y este me impide convivir con ninguna de ellas".24 Ante les argumentos elusivos de Eleuterie (este es el nombre del solterén), Ana Rosa se pregunta si ha conseguido conocer e1 verdadero carécter del hombre y se pone a trazar su semblanza y a analizar su actitud cebarde y evasiva: Repite que me he prepuesto ser enérgica y fuerte. No se extrafie, entonces, de oir cesas quiza demasiado duras. Su carta ha querido dar un corte definitive a nuestro asunto. Vamos a llamarlo asi. A pesar de eso, es una carta co- barde. No ha dejado usted de serle, ni siquiera cuando creyo haberse creado e1 ceraje necesario para reaccionar en forma terminante. En ningfin memento de nuestras extrafias relaciones he podido comprender bien qué clase de hombre es usted. Me refiere a su verdadera indole. Algu- nas veces lo crei un hombre blanduzco, pero noble. Otras veces me parecio todo lo contrario: un hombre fuerte, pero sin sentimientos. Ahora piense de manera distinta. Ya me esta para- ciendo un canalla. Un poco complicado, come los canallas de envergadura, pero sin ningfin senti- miento neutralizador de su maldad. Como quien dice, un canalla de una sola pieza. A las acusaciones de Ana Rosa, Eleuterie reSponde con mas argumentos que selo muestran su actitud extrema de conserva- dor y su incapacidad de seguir sus sentimientos a causa de la ”domesticidad" que ha padecido junto a las tias y a la transfiguracién que ha sufrido su personalidad. Desaheguese diciéndeme a mi todo lo que la venga en gana. Al fin, sé que lo merezco. Haga escernio de mi y de mis actos. De tedes modes, no conseguira mas que darme la ra26n en todo lo que piense. (Después de una pequefia pausa.) 111 No es nada bella mi vida, lo sé, ni temo que nadie pueda afearmela. Pero es muy natural que tema exponerme a un cambio que no la em- bellezca y que la torne todavia mas vacua, mas gris, y mas infitil, y que yo, per afiadi- dura, haga lo mismo con la vida de quien es para mi ya indeseable. Me faltaba tener esta experiencia, de un amor tardio, serdo y subterraneo, para aprender, definitiva- mente, a valorizar y estimar la melancolia y la aSpereza y los inconvenientes de toda mi vida. Usted me ha preguntado hey, deSpec- tivamente: "aQué clase de hombre es usted?" Soy un hombre cuya vida ha sido una equivoca- cion muy grande; un error funesto. Admitide. Repudio en las mujeres todo lo que la vida me ha negado de ellas, o todo lo que yo no supe conquistarme. Admitido, también. Pero 1a vi- da no es mas que una, y la mia la he gastado en el error y en el clima de subsuelo que pa- rece ser mi destino. Me niego a la prueba de otra placentera y gozosa, porque no quiero tener la certidumbre del horror de todos mis afios, y porque me eSpanta la idea de tener que renunciar a ella, en la hora de la dulce conversiOn gustada. aQué crimen hay en todo este? éDe qué perversidad puede yo acusarme? éDe haberlo comprendide tan a tiempe? éDe haber tenido e1 ceraje heroico de renunciar a usted, cuya belleza y cuyas fuerzas interiores me han llamado a todas horas, con veces sutiles, misteriosas y seductoras? iContestemel26 Este parlamento, en forma de conclusiOn, constituye un re- sumen de les pensamientos de Eleuterie y un analisis de su actitud en la cual se perciben claramente les varies mati- ces de su justificaciOn y su incapacidad de seguir sus sentimientos amereses. Estas razones en que se basa su eposicion a1 matrimonie aunque cuidadesamente elaboradas y magistralmente presentadas por el solteren, demuestran una falta completa de amor, un egoismo basade en la razon y la ausencia de una fuerza prepulsora que lo haga actuar 112 como un verdadero ente humane y pasional. De haber conoci- do el verdadero amor, Eleuterie no hubiera sido capaz de encontrar e1 poder razonader para eXpresar sus argumentos con tal exactitud, y de mantener una actitud tan elevada hacia la mujer y tan conservadora hacia sus prepios senti- mientos. Ana Rosa, incomprendida per Eleuterio, frustrada, ofendida per sus tias, admite su "derrota" sentimental la cual analiza con emocien de la manera siguiente: E1 hombre débil, el hombre engafioso, ha vencido a1 fin. Ella, la mujer absurda, que ha dejado que creciera un amor sin raiz, que dejo lo poco que tenia, que confio en la omnipotencia de los grandes sentimientos, comprendio que el proble- ma no tenia otra soluci6n que la de dejar que el tiempo cure 1a herida. Hermosa leccion con moraleja y todo. No se debe creer en nada grande. No hay cesas grandes. Selo existen los pequefios seres humanos. E1 marido que besa por el beso mismo, y la mujer que besa porque e1 marido es el hombre que esta a su lado. Y es preciso cuidarlo, y venerar su santa impaciencia, porque él repre- senta la mas limpia y la mas pura eXperiencia accesible a la mujer. Todo lo que se eponga a esos pensamientos, hay que destruirlo. Es la luna en el pozo, que atrae y subyuga hasta 1a caida, sin salvacion. Si, amigo. Ha triunfado. La razén esta de su parte. Puede usted velver- se a su casa, con la conciencia tranquila, con certeza de que todo esta resuelto. Voy a darle a mi padre 1a noticia de su Victoria, porque él también triunfo. No vaya a creer que es usted solo. Han triunfado con usted y con él mille- nes de seres que tienen de la vidarnuanociég firme, estable, inconmovible y repugnante.2 La actitud de Eleuterie adquiere en esta obra una dimensién genérica, pues, su "triunfo" llega a simbolizar e1 triunfo de todos los hombres de la misma hechura intelectual; los esfuerzos frustrados de Ana Rosa representan 1a pugna que 113 todas aquellas mujeres emprenden en busca del derecho a seguir les sentimientos prepios sin necesidad de compro- mises emocionales ni de epresiOn de sus pensamientos intimos. A la serie de la mujeres independientes que presenta- mos, pertenece también Marta, la protagonista de En tu vida estoy yo. Per su actitud valerosa, su temperamento, su centextura eSpiritual, su inclinacién al analisis intro- Spective y su tendencia a1 abandono del hegar en busca de su prepia identidad, se emparenta Marta con Elena, Alicia, Felipa, Ana Rosa, todas, sus hermmuusliterarias. Enamorada de Julio y plenemente cerrespendida per él, cede a la exi- gencia del joven y consiente en la separacién, cuando éste llega a la conclusién de que la presencia dela mujer obstaculizaria e1 desarrolle de sus planes intelectuales y profesienales. Casada con otro hombre, Marta vive feliz hasta el dia en que la joven eSposa sufre una verdadera ”tormenta emocional” y descubre en su subconciencia 1a imagen latente pero viva de su antiguo novio. Fortale- cida por el amor y sostenida per su fe inquebrantable en el inviolable derecho de seguir su destino, huye del eSpOSO para seguir e1 camino de su plena y completa fe- licidad. A la preposiciOn de Julio de huir, Marta res- pende: "iEso, huir, hombre que me ha sido dado per Dies! lJunto a ti, todas las grandes cesas: el amor, los hijos, 28 1a fe, todo, todo, Julio!" Su decisién de huir con Julio esta basada en su creencia de que este derecho 114 dimana del Creador, y no estigmatiza a1 personaje con complicacienes morales per haber abandonade e1 hegar. La fidelidad a les sentimientos prepios eXpresades con sinceridad a1 eSpOSO requiere cierta integridad de caracter y cierto dinamisme que da a1 personaje de Marta una supe- rioridad ética y lo coloca en la galeria de las grandes heroinas de Eichelbaum a1 lado de Alicia, Elena, Felipa y otras. E1 segundo grupo de personajes femeninos que hemos anunciado a1 principio de este capitulo consiste en mujeres que per varias razones estan todavia bajo e1 poder del hombre y sen victimas de él. La mayor parte de estas figu- ras femeninas pueblan las obras de la primera etapa de la producciOn escénica eichelbaumiana y exhiben les funda- mentales rasgos caracterizadores de las heroinas que ya hemos sefialado. Lo que les diferencia de sus hermanas literarias, las que hemos denominado mujeres independientes, es su actitud mas conciliadora y menes elevada hacia el hombre a quien toleran con cierta resignacién, su angustia mas callada que verbalizada, y su sumisién a una eSpecie de fatalismo que aceptan come fuerza que rige su destino. En esta serie se distinguen Elsa de La mala sed, Eugenia de Un hegar, la senora de Amador de El ruedo de las almas, Blanca de Divercie nupcial, Carmen y Elena de El camino de fuego e Ivonne de Nadie 1a conocio nunca. En La mala sed, les miembros de toda la familia, es decir, e1 padre, e1 115 hije y la hija, padecen de una extrafia enfermedad pasional que son incapaces do controlar. A causa de este impulso sexual, e1 hije Atilio gasta 1a mayor parte de su tiempe fuera de la casa en sus extramatrimoniales aventuras amo- rosas dejando a su eSposa en soledad. Elsa, con aparente dolor, se lamenta de la conducta de su eSpOSO, y su suegro le aconseja que lo amenace con el abandono y la separacién. Atilio se arrepiente ante la eSposa y premete que va a cambiar y liberarse de su "pasiOn inferior", pero a pesar de sus esfuerzos no consigue someter su pasiOn avasalla- dora. Veamos cemo analiza Atilio su inclinacién a la "mala sed" reSpondiende a los comentarios de su padre anciano: Quiere profundamente a Elsa, papa. Tengo 1a mas absoluta seguridad de que estoy enamorado de ella, tanto come lo estuve antes de casarnes. Es una certeza que esta en mi eSpiritu como una advertencia solemne. Y, sin embargo, ya ves, papa, la sangre y la carne desobedecen, como un perro demasiado sediento a1 llamado del ame. Y me arrastran, come arrastra e1 viento furioso a la hoja liviana. No hay poder bas- tante para resistir e1 desafio, que aparece en cada rostro de mujer, como una burla perversa a la conciencia y a la voluntad de un hombre. Mil veces, deSpués de ver llorar a Elsa, me he prometido a mi mismo, con la mudez de las promesas mas graves, sobreponerme a toda pe- quefia pasién y destruirla con el recuerdo del asco que me deparaba me filtima mezquina aven- tura consumada. Llegaba a convencerme de la inminencia de mi renovacién y me sentia libre del dominio del cieno. Pero no tardaba en mofarse 1a mala sed. Ester, la hermana de Atilio que también es victima de la misma pasién heredada de su padre anciano, explica 116 su incapacidad de resistir, y se entrega a su novio. Tratando de eXplicar la fuerza que la empuja hacia esta pasién, dice: "Hay en mi delito algo fatal, una terrible fatalidad a la cual yo no podia eponerme. La voluntad nada habia podido. Todo me arrastraba; todo menos e1 pensamiento y la intencién, que permanecieron ajenos y puros, come dos alas demasiado débiles para elevar e1 cuerpo de barre."3O En este ambiente de conflictos de conciencia y de constante lucha para vencer la pasién dominante, se encuentra Elsa, victima del hombre. DeSpués de tratar vanamente de corregir las faltas de su espese, se resigna y se retira en su soledad. A1 lado de Elsa, esta su suegra, otra eSposa y victima, que trata de dulcificar e1 dolor de Elsa, pues, la eSposa y madre anciana esta acostumbrada a esta situacién, per haber tolerado a su eSpOSO mor muchos afios sin rebelar- se y sin reclamar el derecho a la independencia. En una confrontaciOn entre e1 padre y el hije, éste, evocando e1 recuerdo de su madre que sufria de la misma manera que ahora esta sufriendo Elsa, dice a su padre: "Si supieras las veces que te he recerdado viendo llorar a Elsa por mi culpa. Si supieras las veces que al verla llorar he asociado a1 llanto de ella el de mama. Parece el mismo 31 que yo conozco desde criatura." Si Elsa es victima de la indiferencia de su eSposo a causa de la pasién que lo domina, Eugenia, la hermana 117 finica de la familia extrafia de Un hegar, es victima del egoismo y de la indiferencia de sus cinco hermanos a causa de la incomprensiOn y falta de carifio que existe entre ellos. Cuando Eugenia se atreve a protestar e1 trata- miento de sus hermanos, su protesta se ahOga y se pierde en la confusién que reina en la familia y en la visidn miepe que les hermanos tienen de la vida. La madre, que muchas veces interviene entre les hijos en su papel de conciliadora y de mantenedora de la unidad superficial del hegar, no puede ponerse a1 lado de Eugenia por su "inferior" cualidad de mujer. En una discusion con el hije menor Ignacio sobre el derecho de Eugenia para acep- tar de huésped a su prima sin consultar a los hermanos, 1a madre eXpresa su epiniOn humilde de una manera que refleja claramente e1 concepto primitive de la mujer y su pesicién inferior frente a1 hombre: Me parece que Eugenia tenia de derecho de acep- tar. Aparte de que era imposible negarse, ella tenia e1 derecho de aceptar una visita. A1 fin y al cabo, aunque ustedes 1a tratan come 51 lo fuera, ella no es una sirvienta. Es también una persona aunque haya nacido mujer. Ademas, me ha consultado a mi para contestarle. Y yo, aunque soy madre, también puede ser persona con voluntad, y un poquito de criterio, no tanto como el de mis hijos, pero bastante para aconse- jar a Eugenia en una cosa come esa. Si he hecho mal, perdOn, Ignacio. La madre, aceptando sin reservas 1a posiciOn superior de les hijos sacrifica a la hija, per haber nacido ella mujer, y tacitamente 1a condena a desempefiar e1 papel de la 118 hermana perenne sin eSperanza alguna de ver realizados sus suenos de mujer, eSposa y madre. Con El ruedo de las almas y Divercie nupcial, velve- mes otra vez a la eSposa victima del hombre. En la primera obra la sefiora de Amador sufre las injusticias de su espese a causa de sus aventuras amorosas, y en la segunda obra, Blanca es victima del egoismo del hombre y de su extrava- gante exigencia de verse reflejado en un hije, come condi- cién del matrimonie. Elena y Carmen de El camino de fuego, son dos amigas que estén enamoradas de sus novios y acceptan e1 noviazgo come prelogo del matrimonie y como un periodo necesario para el mutuo conocimiento de les novios. Pero pronto se dan cuenta de que este periodo de "eXperimentaciOn" puede tener consecuencias desafizosas para una joven, y puede manchar su honra de un mode irreparable. Asi explica Elena su nocién del noviaZgo: El noviaZgo es un largo camino de fuego con precipicios a les costados y al frente. Te cuidas de uno y caes en el otro. No vale 1a bondad de los hombres, ni e1 prejuicio de la honestidad en las mujeres. iOh! y si todovia se tiene confianza en el hombre que se quiere, peer. Esa seguridad destruye 1a nocien del mundo y anula los escrfipulos. No tenemos mas salvaciOn que confiar en esa dignidad repudiada por el hombre; en esa dignidad que ellos ahOgan en si mismos per considerarle un sentimiento romantico e infangal, un sentimiento de les diez y echo anos. 119 Las dos jévenes son engafiadas por sus novios y mientras se encuentran en el periodo de gravidez, tratan de reparar 1a falta con el matrimonie. Elena, cuyo novio es el hermano de Carmen, anhela convertirse en eSposa y madre y se obliga per las "circunstancias" (condiciOn econémica del novio) a anular 1a maternidad deseada. Carmen que no quiere a su novio, ni anhela los hijos, tiene 1a eportuni- dad de casarse, pero se niega a aceptar un matrimonie sin amor con el solo prOpOSitO de dar nombre al hijo. "Para ser madre no basta haber pecade sin conciencia y sin amor; no basta para ser madre 1a consecuencia de un mezquino placer satisfecho. Es necesario un amor permanente, in- variable, un gran amor per todo, come lo tienes tfi, come lo tiene mi madre. Yo no tenge ese amor; no quiero a nadie. Llevo ese castige."34 La creencia de Carmen en una eSpecie de fatalismo que en forma de "castige" 1a enajena de todo sentimiento amoroso, esta en contraposiciOn con la actitud de Elena, que quiere a su novio, adora a los nines, pero a causa de las circunstancias y como resultado de la actitud del hombre, no puede ver realizados sus suefios. En un parlamento conclusive, tipico de la modali- dad analitica en que terminan las obras de Eichelbaum, Elena, reSpondiendo a su novio, resume y eXplica toda la situacién de las jevenes, del mode siguiente: Me prepones "ese" y vienes de ver a1 hombre que perdio a Carmen para obligarlo a dar su nombre a1 hije? Y tfi, Tartufo? Para tu 120 hermana ser madre es una ebligacién, un deber inviolable, a1 cual ella no puede faltar, per mas que su vocacién sea otra, per mas que deteste a1 hombre que la justifico en la vida; en cambio para mi, que me siente destinada a la maternidad y que ame ese destino, amando también a1 hombre que hizo que el se cumpliera en mi, aesa maternidad debe anularse? lQué noble, qué alta tu moral! Ese es el honor en cuyo nombre te sientes autorizado a sacrificar la vida de Carmen? (Contesta, habla, canalla, canalla!35 En el grupo de las mujeres victimas se podria afiadir a Angela Custodia, 1a viuda de Rostro perdido y la Reina Eulalia de Un cuervo sobre el impgrio. En ambas obras las dos mujeres caen victimas del hombre, por el cual son engafiadas. Concluida 1a presentacien de los dos grupos de mu- jeres independientes y mujeres victimas del hombre, pase- mos ahora a presentar les demas paradigmas de les persona- jes femeninos. La mujer en su papel de madre aparece en Tejide de madre, Divercie nupcial, Un tal Servande Gemez, Las aguas del mundo, Pajare de barre, Un gugpo del 900 y Gabriel e1 olvidade. Puesto que en estas obras e1 con- flicto esta planteado en relacion con la personalidad, cada problema afrontado representa un caso distinto de crisis personal en la que se registran las transmuta- ciones animicas de la mujer en su capacidad de madre. Asi, en Tejide de madre se observa 1a crisis eSpiritual que sufre una madre desde el periodo de gestacion hasta algunos afios deSpués del nacimiento del hije, cuando la 121 incomprensién entre les dos eSpOSOS se desarrolla en plena rivalidad sobre el derecho de la educaciOn moral del hijo. Tejide de madre estrenada en 1936, tuvo un éxito notable debido a1 profunde interés humane del tema y a la sobria modalidad de enfeque. En el memento de su apari- cien e1 periédico La Nacién decia: Samuel Eichelbaum ha querido llevar a1 teatro a la madre cuando comienza a serle. Sitfia a la mujer en un punte transcendental, memento en que un nuevo ser deSpierta en ella, surgiendo del misterio impenetrable de la vida renovada, y abriende 1a primer pagina de la historia maternal, tan cenmevida siempre por el gezo come per e1 dolor. Crisis fisiolégica, crisis psic016gica, evolucien profunda del amor, expresien plena de la unien cumplida de la mujer y el hombre, sintesis de la continuidad sin solucien de la vida. Y envuelto en este tema singularmente dramatice, e1 autor ha puesto e1 motive de la rivalidad entre el padre y la madre, desarrollada en una lucha, come él dice, donde no puede haber derrotas, en un afan de sebrepujarse en el cuidade pre- sente y future del hije, desde que sele es una "carga de luz" hasta que llega a les graves problemas del modelado de su caracter, de su educacién moral. Con todo este, Samuel Eichel- baum ha escrito una obra tensa, vigorosa, llena de nervio, honda en su buceo psicologice, aguda en la observacien y dramatica per la sela esencia del tema y per la fuerza de un dialoge sobrie, llene de pensamiento, en que les per- sonajes ocultan y descubren sucesivamente, e1 fonde de sus almas. La mujer que va perdiende su resplandor de espesa para cebrar la cualidad maternal, tocado ya en la primera parte de Tejide de madre, se lleva a plena fruiciOn en Divercie nupcial, obra en que la maternidad figura come funcien primordial de la misi6n matrimonial. E1 concepto 122 de la madre que por un tiempe se debilita mientras se realza e1 concepto de la mujer, sirve mas tarde come factor decisive que motiva 1a recenciliacién de les dos eSpesos y el reterne de Blanca a su casa. La semblanza de madre delineada en Divercie nupcial se asemeja muche a1 caracter de la misma indole dibujado en Un tal Servande Gemez. Ambas creaciones reSpenden a las normas mas representativas y tipicas del arte de su creador. DiSpuestas a defender su dignidad, Blanca y Felisa abandonan e1 hegar familiar, ésta para protestar e1 maltrato sufrido en las manos del eSpOSO y aquélla para dramatizar 1a exigencia y condicion impuesta per el hombre. En el primer case, rechazando e1 concepto primitive de la mujer segfin el cual e1 destino de ésta es "aguantar a1 hombre come aguanta a1 hije, per mas bandide que sea",37 Felisa preclama su libertad fisica y eSpiritual dejando a1 eSpeso tiranico y amparéndose en la casa de su viejo amigo Servande; en el segundo case, acallande sus instintos maternales, Blanca preclama su derecho de vivir libre y emprende e1 camino del exilio voluntario refugiandese en el mundo de la soledad. En les dos cases la huida representa una manifestacien del eSpiritu in— quiete y torturado de la mujer animada por su anhelo de superar y remper las normas convencionales que rigen 1a existencia y el mantenimiento de les mites gregarias del hombre y de la mujer. Les hijos en ambas obras desempefian 123 una funcién conciliadora: en Divercie nupcial, la hija motiva elreencuentro de les dos eSposos; en Un tal Servande £9EEE! 1a interveneién del hije evita el duele entre les dos rivales y proveca 1a renuncia de los derechos del padre natural sobre el hije y el recenecimiento de la influencia prevechosa ejercida por el padre eSpiritual, Servande, sobre el caracter y la crianza del hije. Felipa, 1a protagonista de Pajgro de barre, representa un tipo de madre completamente distinto de las que hasta ahora hemos presentade. Comparada con Graciela de Tejide de madre, Blanca de Divercie nupgial, Felisa de Un tal Servande Gemez, Felipa resulta de una capacidad espiritual limitada y de ascendencia m53 bien baja. Se trata, pues, de una madre soltera que desciende de una casta de sirvientes. Deja su casa y rechaza un matrimonie de conveniencia con un prime suyo para seguir al hombre que cause en ella una revelacién trascendental y al cual se considera ligada desde la noche de su caida. Cuando Felipa da a luz a un hije, amparada en la casa de Juan Antonio per la madre de éste, 1a voluntad de que esta dotada 1a peena se tenifica y su caracter se ennoblece per e1 encante de la maternidad. Ahora Felipa, 1a madre, rechaza a1 padre de su hije y se niega a casarse porque se da cuenta de que no es correSpondida per el hombre y porque no quiere aceptar nada que no se 1e de con la misma eSpen- taneidad y espiritu libre con que ella se die a1 hombre. 124 E1 asunto de la madre soltera que prefiere vivir sola e independiente con su hije en vez de aceptar la sancien de un matrimonie impueste per les otros, no esta tratado desde el punte de vista social, sine que esta abordado con aSpectes puramente artistices y claramente dramaticos. Eichelbaum en una autocritica publicada en La Nacién se refiere a1 personaje pretagénice de la obra, a su limitada capacidad espiritual y a la idea con que fue cencebida la pieza. "Quiere advertir que Pajare de bargg no es una comedia concebida y escrita sobre una idea social prefijada, sino con un sentido dramatico, que ojala se haya cumplido, siguiera sea en parte, pero esto no me impide declarar que 5610 en el pueblo, en lo que es mas pueblo, pueden darse les cases tan profundamente u38 alentadores come el de Felipa. Dentro del mismo ambiente rural de Pajare de barre Eichelbaum coloca otre personaje, otra madre, que sirve de contrafigura y de punto de antitesis con el personaje central. Veamos les contrastes de las dos madres: Felipa, es una madre joven y soltera, engafiada, que busca su felicidad intima y recibe 1a soledad come precio de su actitud elevada hacia el hombre; Dofia Pilar, 1a madre de Juan Antonio, e1 amante de Felipa, es una anciana dotada de caracter tipico de madre espafiola que cempadece a Felipa y trata de socerrerla en todo lo que puede. En su capacidad de mujer, Doha Pilar recenece 1a pesicien 125 inferior de la mujer frente a1 hombre y desde el primer memento, cuando su hije admite que es el padre del nine, ella extiende su amparo a Felipa y la acepta en su casa come nuera. La inferioridad de la mujer ha sido para la anciana una leccien dura, o mejor dicho, una condicién que ellaaprendiopmu’nedie de eXperiencia individual a lo large de su vida. Casada con un hombre mas joven que ella y de indudable capacidad intelectual mas limitada que la suya, Doha Pilar tuvo que tolerar 1a superioridad de su eSposo manteniendo la casa con su trabajo infatigable y ayudando a1 hije a seguir su inclinaciOn artistica de escultor. Dandose cuenta de les lazes cemunes que atan a las dos madres e identificandose con todas las mujeres del mundo, la madre anciana dice: "Semos todas unas pobrecitas evejas. Les hombres disponen de nosetras a 39 En su condicien de madre y eSpesa Dona Pilar su anteje." tiene plene conocimiento del estigma que va a manchar la vida de la joven madre soltera y las consecuencias de la ilegitimitad que van a pesar sobre la vida del nifio. Per ese, se apresura a convencer a Felipa que acepte a1 padre de su hije y repare e1 dafio casandese con él. Felipa insiste en que el hije es selo suye y "nadie en el mundo puede reclamarlo. Es solo mie. No tiene mas que madre. Se llama Felipe Guzman, come ella; lleva e1 apellido de Guzman come su abuela. Es de la casta de las Guzmanas. Casta de pionas, bebidas sin sed, gozadas sin amor, que 126 40 Doha Pilar que no se deja influir alumbran guerfanes." per la descendencia baja de Felipa, se identifica con ella, siente una honda cempasién per la joven madre y su nihe y quiere que termine esta sucesien de huérfanes. Prefunda- mente emecionada por el dolor de Felipa y con un tone de ternura maternal, dice: "Casta de mujeres que alumbran huérfanos. Es posible que sea verdad. Pero termina tfi con esta casta, dandole padre a tu pequehe. Si tfi te niegas, 1e quitas padre y madre."43 La referencia a la proyectada orfandad del nihe que puede resultar de la actitud nega- tiva de Felipa no consigue convencer a la joven madre a la cual constantemente se le recuerdan 1a responsabilidad hacia el nihe y las consecuencias desastrosas que va a tener su persistencia en no aceptar e1 matrimonie. Mientras Doha Pilar sehala que la ciega voluntad de Felipa va a convertir a1 nihe en un huérfane y que ésta no tiene e1 derecho de diSpener del porvenir de su hije, 1a madre anciana esta cometiende el mismo error a1 tratar de convencer a su hije Juan Antonio que se case con Felipa. Es ebvie que Felipa, a1 rechazar a Juan Antonio come e1 padre de su hije, condena a1 nihe a un estado de orfandad estigmatizada, y se muestra tan egoista con el nihe come Doha Pilar con Juan Antonio a quien empuja a un matrimonie que él mismo no desea. Pero ya hemos netade que Felipa come creacion tipica eichelbaumiana, lucha por el manteni- miento de sus ideales, cualesquiera que sean y por 127 desastreses que resulten éstes y va en busca de su felici- dad intima determinada a criar a su hije sin padre y diSpuesta a hacer e1 papel de madre y padre a lo largo de su existencia. Detras de esta determinacién esta 1a suprema razen de que el amor de la madre que engendre a1 hije va a preporcionar e1 impetu necesario para enfrentar y superar las adversidades de la vida. Bernardo Canal- Feijéo, comentando sobre la transformacién efectuada en el caracter de Felipa a causa del engaho padecido, dice: "La madre engahada y desengahada se transfigura en la Madre mayfiscula, institucional, indiferente en el fonde a la sustantividad ecasional y efimera del agente masculine de la generaciOn, 1a Madre fundamental y matriz. éNo resuena aqui e1 ece de una conciencia, o una voluntad matriarcal?"42 E1 personaje femenino presentado bajo la doble centextura de madre y padre que aparece besquejado en Pajare de barre, se lleva a plene desarrolle en Un guapo del 900 donde Natividad, la madre del guapo Ecuménice, desempeha ambos papeles dentro de un ambite de pura indole matriarcal. E1 personaje de Natividad pesee ciertos rasgos extrahos para un caracter femenino pero en linea con su semblanza de "guapa". En sus conversaciones con les hombres ostenta caracteristicas que se encuentran 3510 en les guapes y en les que defienden su palabra con el prepie cuchillo. A lo largo de su vida, Natividad conecié a muchos hombres sin que nadie hubiera conseguido 128 impresienarla. En vez de quedarse con un hombre, pre- firio dedicarse a la crianza de les hijos que le dieron varies hombres; en vez de desempehar e1 papel de eSposa, prefirio el de madre entremezclado con la funcién paternal. Cria a sus hijos, les adiestra en el arte del cuchillo, ferja sus caracteres segfin e1 suye y les enseha a reSpetar- se a si mismes y a les pedereses jefes politicos. Les hijos, que heredan de ella sus cualidades de guapa y su apellido maternal, la quieren y la respetan come madre, pero a1 mismo tiempe la temen y la exaltan come padre. Utilizande e1 instrumente de la lengua, esa arma fermi- dable de la mujer, y valiéndese de su ceraje varonil, Natividad defiende a les hijos y no vacila en enfrentarse con cualquier hombre cuando se siente ofendida e rebajada. Asi, cuando un amigo de Ecuménice le dice en broma que ella esta llorando sin verter lagrimas ella se enfada, pues una guapa nunca llera per muche que sufra, e indigna- da 1e respende: No te desarmo y te pego unos planazes con tu mismo cuchiye, pa no dar que hablar a tus amigos, pa que no se rian de vos. Yo no precise desahugarme, ame entendés? El que llora pide perdén a sus penas, y cuando se pide perdén es porque hay de qué arrepen- dirse. Ye no me arrepiente, ni mer mi ni per mis muchaches, que han sido siempre come yo he querido que fuesen. Su ceraje no lo han rebae. En estes pechos reseces se han amamantae, asabés vos?43 129 E1 hombre asustado per la reacciOn de la vieja guapa se apresura a aclarar su intenciOn de broma, pero ella sigue con el mismo tone elevado y actitud amenazadora: "Tiene una lengua de mujer abandonada este hombrecito. Pere cenmigo tenés que cuidarte, porque 1a desgracia de ser poco hombre se te pueda doblar cuando te cenvenzas, ade- 44 Hablando de este gran mas, de que yo soy poco mujer.“ personaje y refiriéndose a las cualidades de mujer y hombre con que esta plasmado su caracter Eichelbaum dice que "es un resabie de una etapa sepultada per la civili- zacién occidental. Distintes hombres 1e dejaren hijos y se fueron. Esos hijos han tenido padre y madre en ella, y no es en vane que lleven incluse su appellido y no e1 "45 En las relaciones con sus hijos del progenitor. ostenta ella las mismas caracteristicas de guapeza, a veces les trata de inferieres y no deja de mostrar su superioridad de madre y guapa cuando la eportunidad se 1e presenta. "(Natividad, con el rostro demudado, se acerca a Ecuménico y 1e da un "sepapo" con todas las ganas). iVOlvé a decir que no me sirvan! Te voy a ensehar quién es el guapo aqui."46 Ecuménice recenece 1a superioridad de la madre, per la cual siente un verdadero orgullo y en les momentos cruciales de su vida anhela comunicarse con ella porque siente que su madre es la finica persona que lo»entiende: "iQué suerte, vieja, tener una madre come 'usté! Perqhe usté me comprende, vieja, Come un hombre 130 47 comprende a otre hombre." Y mas tarde ahade: "Usté si que comprende la vida come un varén. Usté es mi madre, pero 1a siente come 51 fuera me padre también."48 Considerada 1a diversidad de las circunstancias que rodean a cada personaje y teniendo en cuenta e1 ambito distinto en que se sitfia éste, Natividad, Doha Pilar y Felipa pertenecen a la misma clase de familia matriarcal y constituyen ramas distintas del mismo tronce. Felipa representa e1 matriarcado en su estado inicial, esbozado pero todavia no desarollado. A pesar de la existencia del eSpOSO, Doha Pilar desempeha ambos papeles de madre y padre a causa de la edad avanzada del espese y de su inactividad en los asuntos de la familia. Natividad manifiesta un case en que el personaje de indole matriarcal esta llevado a1 punto de su maximo desarrolle tal come existie en aquellos tiempos. El personaje femenino en su papel de madre soltera que ya hemos viste en Pajare de barre, vuelve a aparecer en Las aguas del munde y en Gabriel el olvidade. En Las aguas del munde, Amancia, 1a protagonista, es una "chinita abembada” segfin se autodefine ella misma, que tiene 1a eportunidad de casarse con Laureano. Pero en vez de la sancién matrimonial que le hubiera ofrecido una felicidad aparencial y externa, prefiere refugiarse en su verdad, que en este case come en el de Felipa de Pajaro de barre, equivale a la soledad y desdicha. En esta obra como en 131 Pajaro de barre, hay otra madre, Doha Adoratriz, 1a madre de Amancia, que sirve de contrafigura y reviste caracteri- sticas de madre henrada y exigente, que conserva honda fe en la humanidad y considera e1 honor de una mujer come aSpecto de importancia primordial, indispensable para el mantenimiento del equilibrie de la 1ey moral. Veamos c6me reacciona ella ante 1a "cenfesien" de la hija de que Laureano ha sido e1 padre del chico: " Atendeme, Amancia! Yo sé que Laureano es muchacho henrao. Henrae come 1a madre; henrae come e1 padre. Si ese hije te 10 ha dao él 49 M53 tarde tratando de aclarar lo se casara con vos." que ha dicho, ahade: "Le que digo es que quiero que mi niete tenga padre, sea lo que sea; lo que digo es que si es verdad que es Laureano, lo tendra y que si no lo tiene es porque no es Laureano."SO La diferencia entre las dos madres solteras es que mientras en Pajaro de barre Felipa se orienta hacia una vida de soledad enriquecida por un hije, en Las aguas del .22292 Amancia se muere dejando a1 hije a Laureano que lo protege y lo cria come si fuera su verdadere padre. En Gabriel el elvidado e1 asunto de la madre soltera se aborda en conjuncién con las aspiraciones de la madre a una carrera de actriz. Las dos cualidades de madre y actriz se entremezclan de tal manera que a primera vista se tiene la impresién de que Leda, 1a protagonista de la obra, se aprevecha de su capacidad maternal para realizar 132 sus planes artisticos. Pero en realidad, las relaciones que ha tenido ella con el empresario y director de la compahia teatral ebstaculizan su ingreso en la compahia debido a que el director cree que Leda ha usado e1 naci- miento del hije para atraparle y obtener su ayuda para avanzar su carrera. En centraposicion con su hermana Ratena que se niega a darle un hije a su amante per miedo de que estrOpee su cuerpo, Leda da hije a1 actor y director Messina mevida 5610 por el afén de hacerle feliz. Un dia lo eye hablar de su amor a les hijos sosteniendo que sele un hije puede hacer feliz a1 hombre, y Leda cencibio la idea de darle un hije: "éNe dijiste que un hije pedia hacer feliz a un hombre come vos? Esas pala- bras engendraron nuestro hije muchamas que vos mismo. A teda hora pensaba: 'le puede hacer feliz, lo puede hacer feliz.‘ Y me dejé estar..."51 Esta cencepcién mental de un hije que precede a la fisiolégica esta en linea con la ideologia del autor que en otre caso declara per medio de Gabriel, otre personaje de la misma obra, que: "En la mayoria de las madres mejores y aun de les mejores padres, e1 hije acude a la mente, lo cencibe 1a madre y lo cencibe e1 padre, cuando ya se anuncia."52 Cuando Messina supe que Leda die a luz a un hije 1e mando ofrecer una cantidad de dinero que ella rechaze sintiéndese herida per la indiferencia del padre hacia 1a madre y el hije. "Rechacé tu dinero porque yo te habia abandonade antes, dentro de 133 mi, en la intimidad de les sentimientos y de la cen- ciencia, que es donde se toman las decisienes que impor- tan a nuestra vida. En ese memento vos ya estabas fuera de mi. Fuera de mi alma y fuera de mi cuerpo."53 La alusién de Leda a la intimidad de les sentimientos y a la conciencia representa un esfuerzo de parte del personaje de hacer 1a clara distincién entre e1 alma y el cuerpo y de trazar 1a linea diviseria entre e1 concepto carnal y eSpiritual del amor, 0 sea, lo incensciente identificado con la bestia y lo consciente identificado con el hombre. Para e1 actor Messina la aventura amorosa que compartie con Leda era una de las peripecias entre las muchas de su vida, pasajera, sin significade profunde ni consecuencia alguna; uno de esos amorios que se reparan facilmente con el dinero. En cambio, para Leda fue un hecho revelador que dejé en el personaje su marca indeleble. Como admite ella misma, e1 hije ha sido una decisién hecha en plena conciencia precalculada y preconcebida, que reSpendia $610 a su afan de hacer feliz a Messina. A pesar de su voca- ciOn de actriz independiente y todavia inacabada en busca de trabajo serie, y de su cualidad de mujer "facil," Leda posee un notable talente de formidable razenadera y se distingue per cierto dinamisme intelectual que la hermana con les personaje mas descellantes de Eichelbaum. Leda, come Felipa, deja la casa paterna en busca de su felicidad intima, se independiza, da un hije a1 hombre querido para 134 hacerle feliz y luege rechaza su centribucién eSpiritual de agente masculine, cuando se da cuenta de que les sentimientos de éste nunca consiguieron penetrar en la intimidad de su conciencia. Puesto que el hombre no ha concebido a1 hije en sus cosmos espiritual no tiene e1 derecho de reclamar 1a paternidad. Como Felipa, Leda se siente mementaneamente ofendida y rebajada per la actitud de Messina, pero pronto recobra su voluntad y emprende una lucha incesante que, sostenida per la existencia del hije y animada por el apoyo de Gabriel, 1a llevara a la realizacién de sus planes y al encuentre de su vocacién verdadera. Hemes viste come presenta e1 autor a1 personaje femenino en su esencia de madre y hemos pormenorizade sobre la doble textura del concepto de la maternidad consideraba come un fenemeno fisiolegice asi come espiri- tual. En La hermana terca se aborda el mismo tema de la maternidad, completamente deSpejado de su complejidad fisiolégica y enfecado desde el punte de vista eSpiritual. Virginia, muchacha de caracter terce e intransigente, vive en casa de su hermana mayor Ana y tiene cuidade de su hermano menor Enriquite, a cuya crianza y educacién se ha dedicado ella desde la muerte de su madre. Las dos hermanas no se entienden, debido a la parcialidad que la mayor muestra en favor de su hije Pecho cuando este se pelea con su tie de la misma edad, Enriquite. E1 conflicto 135 entre les chices se extiende a las dos hermanas y se acentfia hasta tal punte que Virginia decide marcharse de casa con su hermanite para ir a trabajar de modista en casa de una amiga suya. Ahi se conece ella con un joven de buena familia, llamado Prespero, el cual queda impresienado per la ternura de Virginia hacia Enriquite. E1 joven 1a admira y la quiere muche, pero cuando llega el memento de afrentar 1a cuestién del matrimonie, Prospero se niega a casarse con ella porque esta convencido de que Enriquite no es hermano sine hijo de Virginia. Pasmada ante e1 rechaze inesperade de Prospere, Virginia exige eXplicacienes, y el joven, de mala gana, se las ofrece de la manera siguiente: Ye no puedo casarme con usted. Todo el pueblo lo sabe...Tiene usted un hijo...sin nombre. Todo el mundo lo sabe. iTantas personas me lo han dicho! Le jure a usted que a mi no se me ocurrie pensarlo. Ye creia realmente que era hermanite suye. Se lo jure por mi madre. Yo no lo pensé nunca. (Me dijeron tantas cesas! Me han hecho observar cemo 1a ebedece e1 chico. He ebservade, yo mismo, como se preocupa usted per él. Tiene usted realmente 1a ternura de una madre para él. Una hermana no es nunca tan tierna, ni tan abnegada, ni tan suave, ni tan amorosa. Ante las acusaciones tan graves de PrOSpere, Virginia reacciona de una manera extraha y se considera altamente henrada per haberle atribuido un hije que no es suye, pero a quien trata come verdadera madre. Esta actitud elevada y dignificadera que asume e1 personaje ante 1a calumnia lanzada contra su honra emana de la creencia 136 que a1 morir su madre le teco a Virginia 1a labor de cuidar a1 nihe y de preocuparse per su educacién. Enfren- tada con el dilema de ir a trabajar dejando solo a1 chico al cuidadede las etras hermanas, e quedarse en casa de la hermana mayor y sufrir las consecuencias de la cenvivencia e incomprensiOn, Virginia explica su decisién en favor de quedarse cerca a1 hermanite de la manera siguiente: "Ne pedia resolverme a abandonarlo per todo el dia. Les filtimes pensamientos de mama fueron para él. 'Quién lo cuidaria.‘ Lo lei clarito en sus ojos apagades. éY c6mo pedia ye olvidarle? Me parecia que hubiera sido imperdo- nable dejarlo a1 cuidade de cualquiera que no fuese yo misma."55 De hecho, Virginia esta tan convencida de esta misien maternal, que se siente incapaz de distinguir entre e1 cariho de hermana y el de la madre, sentimientos que se presentan en ella bajo la misma forma. Aun cuando su hermano mayor Angel quiere enterarse de las razones por las cuales ha sido ella rechazada per e1 novio y las aclaracienes ofrecidas per ella para la restitucién de la verdad y de su henra, Virginia apenas puede explicar su reaccién extraha, y dice: Ye no pedia hablar, no pedia negarlo. No pedia ni queria negarlo. Esa calumnia me honraba. No he anhelado, no anhelo otra cosa que ser 1a madre de Enriquite. No tenge otra aSpiracién en mi vida que substituir a mama en todo cuanto a1 amor 1e es necesario a Enriquite. acemo pedia ye decir que eso es una calumnia? lMe senti enaltecida cuando me lo dijeren! Ahora 137 comprende que lloré 5610 per la emeciOn del halago. iEsa calumnia envelvia e1 receneci- miento tacito de mi maternidad sin pecade, de mi maternidad virgen! Esa calumnia era una recompensa tan alta, tan grande, que me hizo llorar de gozo, de un goze dulce, inefable desconocide e incomprendido por mi misma.56 Virginia aSpira a ser madre pero no se afana en seguir e1 proceso de la cenvencién social preporcionade per la institucion matrimonial, ni anhela adherirse a1 proceso fisiologice proscrito per la Naturaleza. Quiere ser madre para ofrecer su amor a una criatura que le hace falta; para otergar su cariho a un elegido ser humane ya que este cariho no ha podido encontrar su lugar aprOpiado en el ambito familiar, ni en las intentadas y frustradas relaciones de Virginia con un hombre. Come ente humane adheride a les canenes de la cenvivencia social, e1 individuo se considera e1 receptor asi come la fuente de sentimientos que se intercambian entre e1 individuo y su inmediate ambiente. Virginia, come persona sensible y gregaria, ha querido compartir su amor entre les miembros de su familia y ha encontrado barreras de incomprensien y egoismo. Ha intentado ofrecer su amor a1 hombre destinado a ser su espese y el padre de sus hijos y en cambio recibid un torrente de calumnias. Ha querido casarse para hacerse madre, y la maldad de la gente la ha considerado ya madre de un hije ilegitimo y sin nombre. Asi, en este conflicto eSpiritual 1a sensibilidad femenina encuentra 1a manera adecuada de canalizar e1 caudal de afectos eXpresados 138 bajo la forma de cariho de hermana e instinto maternal hacia el hermanite huérfano. No importa si no ha legrade revestirse con el hale de la verdadera madre que tanto ha anhelado. Le basta que la crean madre aunque esta creencia se base en un estigma que ebstaculiza su plene desarrollo de ente social, y eventualmente impide su participaciOn en las actividades celectivas de la comunidad. Retirada en su cosmos intime, en su soledad, Virginia se sentira feliz sacrificando su aspiracién de mujer en aras del amor fraternal y ofreciendo su cariho a1 hermanite, pues, bienaventurados les que pueden dar mas de lo que reciben. El cariho hacia el hermano menor adquiere forma genérica de amor universal canalizado no 5610 hacia un hermano, sino extendido hacia 1a humanidad entera y encaminado a mejorar 1a existencia humana, pues, "basta querer con toda la ternura de nuestro cera26n a un solo ser, para mejorar la vida.”57 Examinado e1 personaje de Virginia en su particulari- dad de madre eSpiritual, pasemos ahora a considerarle en su cualidad de hermana. Segfin sugiere e1 titulo de la obra, Virginia esta dotada de una terquedad e intransigencia que impiden 1a cemunicacion del personaje con el resto del munde. Esta falta de comunicacion es eSpecialmente evidente en la esfera de las relaciones entre les hermanos donde Virginia constantemente exhibe cierta actitud de animosidad hacia su hermana mayor Ana. En otra ecasien, 139 cuando e1 hermano mayor Angel viene a visitar a las hermanas y sugiere que vayan tedes a dar un paseo para divertirse, Virginia asume una actitud negativa e inter- preta 1a invitacién de acempaharlos come una eXpresiOn de egoismo, mientras les hermanos 1a consideran come prueba de afecto y cariho. Asi en vez de salir con sus hermanos mayores, prefiere quedarse en casa y cuidar a Enriquite. Su decisién de quedarse en casa en beneficio del hermanite en vez de irse con los otros hermanos a dar un paseo per la ciudad representa selo uno de les muchos casos en les cuales Virginia se epuse a seguir a les hermanos mayores; pero a1 mismo tiempe esta eposicion suya adquiere caracter simbélico y cobra un significade notable per constituir clara indicacién de la erientacién social del personaje y de la norma de su futura existencia. Per un proceso psiquico complicado y por virtud de creencias personales que reSponden a inflexibles convicciones intimas, Virginia se separa del resto de la familia y siguiende‘la vez de la conciencia elige e1 papel de la hermana perpetua, y tacitamente rechaza el de la espesa y madre. Este suceso insignificante, 0 sea, 1a invitacien de les hermanos a Virginia para que ella participe en el paseo, la negativa de ésta y su decision de quedarse con Enriquite, anticipan la pauta tipica de la conducta que va a regir 1a existencia del personaje. Les hermanos se iran per el mundo y segfin sus aSpiraciones trataran de realizar sus suehos, mientras 140 Virginia se quedaré en su soledad come madre eSpiritual- virgen y como hermana constante condenada a desempehar ambos papeles a lo largo de su existencia angustiosa. Otre personaje destinado a desempehar e1 papel de la hermana, es Eugenia, de Un hegar, hermana finica, rodeada de cinco hermanos y de la madre anciana. La madre, come todas las madres que aSpiran a verse reflejadas en sus nietos, anhela que les hijos se casen, pero ellos se eponen a1 matrimonie debido a que el concepto de la mujer ha sido deformade per la presencia y el comportamiente de la hermana Eugenia, que segfin nos la presenta e1 autor en las acotaciones de la obra, es una mujer de unes treinta y echo ahos, fea y torpe cuyo "caso entraha nada menos que uno de les mas penoses problemas de la humanidad: e1 problema de la mujer que no logra atraer a ningfin desdichade siquiera."58 Les hermanos de Un hegar, preocupades de sus trivialidades diarias, no pueden percibir 1a crisis de que padece Eugenia y se apresuran a interpretar muchas de las acciones de ella come prueba de inconsideracién e falta de afecto hacia ellos. Ella, per su parte, echa 1a culpa a les hermanos y los considera parcialmente responsables por su estado de soltera y per la manera en que ellos se eXpresan aun ante la presencia de otras personas. En una discusion tipica con uno de sus hermanos Eugenia se queja de la manera siguiente: ”Les hombres de esta casa no cenecen otra obligacién ni otre deber que ése: retar a la 141 hermana... Después cuando viene gente, ya se sabe, el tema de todos mis hermanos. 'Nosetros no nos casames porque sabemos lo que es la mujer.‘ Y, es clare, la mujer que les hace hablar asi contra las mujeres, es la prepia hermana."59 Asi, 1a personalidad distorcienada de una hermana sirve de eXperiencia a les hermanos, y la conducta de éstos preporciona para ella e1 modele deformade del hombre. Este extraho ciclo de influencias mutuas, esta reciprocidad de imagenes retercidas conforma un ambiente de intolerancia, conflictos censtantes e incomprensién, que parece constituir 1a norma de existencia de estos seres solitarios. Esta atmésfera turbulenta y agitada donde e1 problema personal de cada uno se ahade e influye en el problema celectivo, se aclara con la llegada de la prima Martita, que viene a pasar una temporada con la familia de su tia. La presencia de Martita, maestra de escuela y joven de aSpecte sencillo, da 1a eportunidad a les hermanos de observar otre tipo de mujer y de velver a valorizar su visién falsa. Esta nueva valerizacién y autoanalisis produce cambios tan radicales, que todos los hermanos se "humanizan", y une después del otre se ename- ran de Martita y le piden 1a mane. Esta, dandose cuenta de la rivalidad que podria surgir entre les hermanos, diplomatica y gentilmente les rechaza recemendando que utilicen esta nueva visi6n para mejorar las relaciones entre ellos y la hermana Eugenia. E1 deSpertar de 142 sentimientos nobles y la subsecuente humanizacien de les personajes no produce les mismes resultades en tedes les hermanos. En Ignacio, per ejemplo, la revelacién del amor y la imposibilidad de verlo encauzado hacia Martita, se traduce en una profunda angustia y deseSperacien que acentfia su cendicién ya desequilibrada y acaba con el suicidie. Les otros hermanos van a utilizar 1a "leccien" efrecida per Martita y la nueva visibn come arma y apoyo moral para lanzarse a la vida. Sele Eugenia va a quedar- se enclaustrada en su presidie de hermana esperande siempre a1 hombre que nunca llega y llevande "lute interior" para llorar a todos les hombres que para ella han muerte. Emilie Soto, analizando este doleresepersonaje observa cierto simbolisme que explica del mode siguiente: Creacién de silencioso saCrificie, de infitil y tocante sacrificio, es el de Eugenia de 22 hegar. Frustrada su juventud y desvanecida 1a ilusien de que aun pueda llegarle la dicha con el hombre esperade en vane, Eugenia re- viste e1 hieratismo interior de un simbolo, pese a su ostensible mevimiente. Es 1a hermana-antes que la mujer-cruelmente reduci- da a ser selo ese en la vida; 1a hermana perpetua porque asi le diSpuse 1a prepia limitacien psicefisica de su ser, exacerbado per e1 egoismo de la familia.60 A pesar de cierta vivacidad y aparente resignacién que a veces se observa en Eugenia, en su cosmos interior se desarrolla un drama serdo que sele Doha Carmen, 1a madre, percibe per haber presenciade ella de muy cerca e1 sufri- miente silencioso y las desilusiones de su hija. En una 143 discusien con Martita sebre les problemas de Eugenia, Doha Carmen ofrece estes censejes a su joven sobrina con refe- rencia a la solteria: "No se te ecurra a ti meterte en la cabeza ese de ser soltera. iCuidade, cuidadite! Es una gran desgracia para las muchachas y para los padres. Ye lo sé bien. Estey asi per tedes mis hijos. iSe penen terribles! 3Cuidadito Martita! Te lo dice tu tia que te quiere bien y ha sufrido muche."61 E1 problema de la solteria que ocasionalmente se toca en Un hegar, aparece come tema principal en El gato y su selva y en Subsuelo. En la primera de las dos obras 1a solteria afecta a un hombre y a des mujeres, mientras que en la segunda incluye 5610 a des mujeres. En estas filtimas dos obras e1 autor no plantea e1 problema con el propesite de examinar las repercusienes sociales de la solteria, sino que traza e1 procedimiento intelectual de les personajes y registra las reacciones de sus personali- dades en crisis. En El gato y su selva e1 autor presenta a un hombre solteron cuye caracter y personalidad han side plasmades bajo e1 tutelaje de sus dos tias solteras. De las dos hermanas solteras, 1a tia Merceditas parece ser 1a mas exigente, y la que siempre ha tenido e1 cargo de la educacibn moral del sobrino. Per ese, cualquier desviacien del sobrino refleja les esfuerzos de la tia encargada de mantener e1 orden moral de la casa aun a costa de reprochar a Eleuterie y de tratarlo de inmadure. Para Merceditas, 144 Eleuterie sigue siendo e1 jevencite inocente de su primera mocedad, simpre ebedeciende a las tias y manteniendo vive e1 recuerdo de la madre. Per esa razén, cuando Merceditas encuentra en el belsille de su niete e1 retrate de una sehera, no puede entender ella come Eleuterie es capaz de mantener relaciones amorosas con una mujer y "traicienar" el nombre de la casa. A1 principio de la obra, cuando Eleuterie entabla una discusién con la muchacha planchadera, su tia 1e acusa de tratar de impresienarla; mas tarde, cuando ella descubre e1 retrate de su amiga, se repiten les reproches, y Eleuterie se ve ebligade a hacer algunas aclaracienes: "Ne tenge nada con esa dama. Abselutamente nada. Pere guise conservar secretamente su retrate, porque es la finica mujer que pude ser mi nevia y mi espesa. Mejer dicho, es la finica mujer que me ha hecho pensar en esas cesas, y me bastaren esos pensamientos para temarle una 62 Ya sabemos cual es el resultado del gran simpatia." cenfrentamiento de Eleuterie con esa sehera, 1a espesa de su amigo. Toda la obra esta encaminada a mostrar la reaccién del personaje principal en un memento determinado y crucial de su vida. La funcion de las escenas iniciales de la obra es la de definir e1 caracter de Eleuterie, y el papel de las dos tias es el de ferjar 1a personalidad del sobrino y crear e1 ambiente aprepiade de la "selva" donde se cria "e1 gate” y se plasma su caracter. Eichelbaum, hablando 145 de esta obra, dice: "Tante e1 solteron de mi pieza come las solteronas viven una vida de subsuelo, segfin la eXpre- si6n de una de ellas. De subsuelo porque e1 clima de sus vidas esta viciade per las represiones de sus respectives impulsos naturales."63 Después de la presentacién de les principales per- sonajes femeninos en sus capacidades mas representativas, procedamos ahora a besquejar a les personajes masculinos del teatro de Eichelbaum en el desempehe de sus varies papeles. Algunas de las figuras escénicas masculinas ya aparecieron en la discusien que antecede, come per ejemplo Atilio y den Guillermo, hije y padre de La mala sed, Don Eduardo, e1 padre de Seherita, Ortiz Irving de Soledad es tu nombre, Julie de En tu vida esteydyg, Juan Antonio de Pajare de barre, y otros. Con la excepcién de Ecuménice, Servande, Eleuterie y Gabriel de Un guapo del 900, Un tal Servande G6mez, El gate_y su selva, Gabriel e1 elvidado, les hombres de Eichelbaum comparades con las mujeres, sen per lo general, entes de menor cualidad artistica, y pedria decirse que su funcién es servir de apoyo a las heroinas y definir e1 caracter de ellas. El papel de algunos de estes personajes resulta poco agradable, come el de Don Guillermo de La mala sed cuya conducta y acciones funestas lo condu- cen a1 suicidio; el de den Eduardo de Seherita que con su actitud contribuye a la infelicidad de su hija, y el de Don Emilie de Cuando tengas un hije cuyas relaciones con 146 su hije adolescente nunca alcanzan e1 nivel de armenia. Otres dos hombres cuye papel de padre afecta sus relaciones cenyugales, sen Luis Enrique de Tejide de madre y Eusebio de Divercie ngpcial. En ambos cases, les hijos preporcionan una eSpecie de resorte que prepulsa la recenciliacién de les dos eSposos y el reterne de la vida conyugal a un estado armenice. En la rica censtelacién de les personajes que habi- tan el herizente escénice de Eichelbaum, figuran unes indi- viduos identificades per su profesien de artistas, dedicados a varias artes. Recerdemes a1 escritor y nevelista Ortiz Irving de Soledad es tu nombre, a1 peeta Ricardo Méndez de La mala sed, a1 escultor Juan Antonio de Pajare de barre, a1 pinter Digiacemo de Vergfienza de qgerer y al actor y director Messina de Gabriel e1 elvidado. Algunes de estes artistas come Ortiz Irving, desempehan un papel escénico de importancia relativa, mientras que otros, come Ricardo Mendez, figuran come personajes episédicos y secundarios. La neta cemfin que tedes estes individuos comparten es lo desagradable e ingrato de su papel, que muchas veces sirve para la definicién y matizacien del caracter del personaje principal, 0 para la polarizacien de algunos raSgos persona- les de les personajes femeninos. En este filtime case, sirven ellos de centrafiguras encaminadas a realzar 1a densidad dramatica del personaje principal, e a acentuar esencias antitéticas entre dos personajes de censtitucien 147 epuesta. Asi, se observa 1a antitesis entre Ortiz Irving y Alicia, entre Juan Antonio y Felipa, entre Digiaceme y Goya, entre Messina y Leda. Analicemos ahora e1 caracter de algunos de estos artistas para examinar e1 concepto que tienen ellos de la mujer -ya que casi tedes estan colocados a1 lado de las protagonistas jevenes come poles antitéticos- y para observar el conflicto que existe entre e1 arte y el papel que estén llamados a desempahar en sus obras cerrespendientes. La mejor definicien del caracter de Ortiz esta trazada per su espesa cuando ésta recibe en su casa 1a visita de Alicia. Dice Rosalia, la eSpesa de Ortiz: "Ortiz Irving tiene un objeto finico en la vida, una sola razen de ser: escribir. A esta finalidad supedita su vida de les demas, sebre todo la de les dem‘éts."64 Estas palabras, prenunciadas en un memento crucial en que la eSpesa trata de examinar 1a posibilidad de recenciliacién con su eSpOSO, constituyen un retrate exacte de Ortiz y establecen su posicion de escritor ante la vida. E1 caracter de Ortiz cobra un verdadere valor dramatice cuando se coloca a1 lado de Alicia, su amante. El novelista, que a1 dejarlo su eSposa busca consuelo junte a una ”mujer libre" presentada a él per un amigo suye, en vez de encontrar un oasis de placeres fugaces, come habia eSperado, encuentra un munde ineSperado de inquietudes intelectuales, estimuladas por el dinamisme eSpiritual y la perspicacia de Alicia, y por su fuerza de 148 analisis imparcial de la personalidad degeneradera del escritor. Desde el primer memento de su encuentre, se observa cierta dualidad de cenceptes y asuntos que les dos abordan. Irving habla en términes fisices y sensuales, mientras que Alicia, reflejando 1a tendencia persistente de su creader, eleva la discusien a un nivel intelectual espiritualizando los temas. En la primera entrevista que el nevelista tuvo con Alicia bajo la influencia del alco- hol a fin de pedirle que le acepte en concubinato, Ortiz empieza "1a conquista", orgullese come un leen y termina humillado y demesticade como un cerdere. Veamos ceme eXplica él mismo esta transformacien mental suya efectuada per la estimulacion eSpiritual de Alicia: "Es que venia en busca de una cosa y encentré otra. Usted ha trastorna- de todo mi sistema mental, todo un orden establecido dentro de mi. Me siente humillado y encuentre dulce esta humilla- cion. Quiérame usted. Mejer diche tomeme usted. Olvide que soy un hombre. No soy mas que una criatura abandona- da."65 Alicia, inSpirada per piedad mas que movida per amor, acepta a Irving, pero cuando llega e1 memento en que éste quiere regresar a su espesa, Alicia explica 1a razén per la cual habia aceptado a1 nevelista: "E1 abandono de su mujer y el peligro que se perdiera definitivamente per la bebida, me parecieron razones mas que suficientes para 66 estar a su lado." A pesar de su caida externa, Alicia se mantiene pura en su intimidad, tan pura, que Ortiz 149 impresienado no vacila en declarar que "sufre por tu pureza."67 Sin embargo, este concepto de pureza es el resultado de algunos cambios radicales afectuados durante su cenvivencia con la joven. A1 principio 1a considera come una "mujer libre" destinada a satisfacer a cualquier hombre. ”Es usted una mujer libre, que ha dado e1 pase decisive para su libertad. Es absurde que se muestre indigna del nivel alcanzado per la jerarquia de les hechos."68 Para Ortiz, 1a libertad alcanzada es la libertad exterior, moral, carnal y sensual, que la permite aseciarse con cual- quier hombre sin escrfipules morales ni reSponsibilidades de indole social y matrimonial; para ella, 1a libertad implica un estado de liberacién interior que puede existir a pesar del permisivo estado moral y de la apariencia exterior, y que dimana del alma y no de la carne. Examine- mos otra faceta importante de su discusien, e1 destino de la mujer, asunto en que las epinienes de les dos difieren radicalmente. Dice Ortiz: La mujer tiene otre destino. Puede, quiza, influir sobre el hombre que esta a su lado, a fin de que éste se dé a si mismo, eSpontaneamente, una conducta, aquella que mejor 1e cuadre a sus ilusiones, si las tiene, e a su realidad, si la percibe. Pere ella no puede tener una conducta rigida, per grande que sea su orgullo. Viene a1 munde con un albedrie limitade per su erganismo y por su entendimiento.69 Alicia, impresienada per la epinién de Irving sobre el destino de la mujer reacciona de una manera mesurada y 150 tranquila. Primero, autedefiniéndese que no es "un ser extraordinario" sino una "mujer mediocre", y luege, sehalando el poder del alma, ahade: "Ni e1 erganismo ni e1 entendimiento, las dos cesas que limitan su albedrie, segfin usted, impiden a la mujer e1 cumplimiente de un gran destino. E1 alma tiene todas las dimensiones necesarias para ello."7O Una vez mas, se percibe aqui e1 caracter intelectual del teatro de Eichelbaum manifestado a través de une de sus personajes mas tipicos y representatives. El concepto que Juan Antonio, e1 escultor de Pajaro de baggg, tiene sobre la mujer no difiere muche de el de Irving, especialmente a lo tocante a1 destino de la mujer. Dice e1 escultor, hablando a la joven peena con quien acaba de pasar la noche: "Ninguna mujer torceria jamas e1 rumbo de mi vida. La mujer, en mi vida, no tendré nunca mas importancia que una tira de asae. Por muy jugesa que sea, per muy sabrosa que esté, no puede sino satisfacer e1 apetito del memento."71 Messina, e1 actor y director de Gabriel e1 elvidado, hace frente a su problema sentimental tratando de reselverle sin confundir su capacidad de director con la del hombre: "Jamas mezcle, jamas confundo les intereses del teatro con las cesas sen- timentales. Les asuntos de faldas les afronte y les resuelve fuera del teatro. El cemediante no tiene por que apahar las cesas del hombre".72 Leda, come Felipa, ha sido engahada per un artista que cree 5610 en el placer 151 fugaz que una mujer puede ofrecer sin vinculacién eSpiri- tual ni repercusienes morales. Un papel completamente distinte y menos desagradable desempeha e1 pintor Digiacome de Vergfienza de guerer, que sacrifica su aSpiraciOn de pinter y se limita a decorar almehadones para poder casarse con Goya y preporcionar les medios de vivir. Mientras les artistas aparecen come amantes engahaderes dedicados a1 libertinaje y caracteri- zades per una superficialidad de sentimientos, Digiacome figura come espese fiel, que muestra su magnanimidad liberando a su eSpesa de les lazes matrimoniales cuando descubre que ésta esta enamorada de un joven que habia venide del pasado a turbar las aguas tranquilas de su vida conyugal. Ricardo Méndez, e1 peeta y amigo de Atilio de La mala sed, desempeha un papel episédice, e1 del mensajere que viene a infermar a su amigo de una imprevista entrevista con un tal seher. En este capitulo hemos presentade les ejemplos mas importantes de les personajes de Eichelbaum; hemos eXpueste les rasgos salientes que les caracterizan; y hemos estudia- do e1 papel que desempehan ellos en su capacidad de entes sociales. En la presentacién de estes personajes, hemos viste que existe una aparente uniformidad y consistencia en la delineacibn de sus personalidades y en la definicién de sus caracteres. A pesar de esta uniformidad, les perso- najes pueden clasificarse en varias categorias segfin su 152 fermacién temperamental y de acuerdo con su centextura so- cial. Salvo a algunas excepcienes singulares, per 10 gene- ral, las mujeres son las que desempehan les papeles mas importantes en la dramaturgia de Eichelbaum y exhiben les raSges mas tipicos de su arte dramatico. De perfil va- liente y firme, les principales personajes femeninos se caracterizan por su desapego a lo convencional, per su afan a la independencia espiritual y per la lealtad a sus intimos sentimientos. Per e1 otre lado, entre les perse- najes masculinos descuella 1a figura singular y casi miti- ca del guapo Ecuménico, seguida del grupo de les "protecte- res" e padres eSpirituales inspirades en un sentimiento altruistice de la vida. El cuadre de les hombres se comple- ta con la categoria de les artistas, un grupo de individuos cuye papel, en la mayoria de les cases, resulta poco agra- dable. En conjunto, les hombres y las mujeres de Eichelbaum estén dotados de un dinamisme espiritual y de un inte- lectualisme racionalizader que les permiten indagar en los hendes rincones de la intimidad y buscar les resortes recéndites que motivan las acciones humanas y les guian hacia el encuentre de la verdad. NOTAS DEL CAPITULO TERCERO l"E1 teatro de Eichelbaum se halla celmado de personajes en continua reaccion, en permanente lucha, si no con lo que les redea, consigo mismos. Es un teatro analitice, en el que todo debe pasar per e1 tamiz del razenamiento". Luis Ordaz, Breve historia del teatro argentino (Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1965), pag. 162. 2Comentando sobre el aSpecto intelectual de les personajes de Eichelbaum Alfredo de la Guardia, dice: "El munde dramatico de Eichelbaum esta compuesto de per- sonas inteligentes y, con mucha frecuencia, de personas cultas. De tan viva inteligencia y tan trabajada cultura que, en ocasiones, se afanan per eXplicar conscientemente lo subconsciente. Estas personas, come es natural, hablan bien, hablan con elocuencia." Alfredo de la Guardia, Raiz y eSpiritu del teatro de Eichelbaum, pag. 139. 3Eiche1baum, Soledad es tu nombre, pag. 9o. 4Ibid. SIbid. 6Ibid. 71bid., pag 97. 8Ibid., pag. 101. 9"Asi, 1a filtima transfiguracién del personaje eichelbaumiano, a1 develver a1 hombre a1 feco de su prepia conciencia, lo proyecta a una soledad de Une absolute y de hey en mas finico reSponsable de si, en total unidad de pasien y voluntad". B. Canal-Feijée, Cuatre piezas de Eichelbaum, pig. 9. 10Eichelbaum, Un tal Servande Gemez, pag. l4. 153 154 llIbid., p69. 16. lzIbid., pag. 19. 3Un ejemplo tipico de este recurso, es la escena del enfrentamiento entre Servande y el eSpOSO de Felisa Domingo (Acte III, Cuadro III). También la escena entre Laureano y Santafecine que se analiza en pags. 103-104 del presente estudio. l4Eichelbaum, Las aguas del mundo, pag. 56. 15Alfredo de la Guardia, Raiz_y espiritu del teatro de Eichelbaum, pag. 143. l6Roberto Giusti, "E1 teatro" en Historia de la literatura argentina (Buenos Aires: Edicigh Pueser, 1959), tome IV, pag. 590. 17Comentando sobre el "noraisme", Alfredo de la Guardia dice: "La mujer cobra, segfin se ve, una importancia capital en el drama de Ibsen, y determina una de las in- fluencias mas cepiesas en teda laliteratura teatral contem- poranea.” A. de la Guardia, E1 teatro contemporaneo (Buenos Aires: Editorial Kier, 1947). Citado per Jorge Cruz en Samuel Eichelbaum, pag. 53. lsEichelbaum, Seherita, pag. 35. 19Ibid., pég. 77. 20Ibid., pég. 82. 21Samuel Eichelbaum, en La Nacien, 17 de marzo de 1932. Citado per Jorge Cruz, en Samuel Eichelbaum, pag. 57. 22Samuel Eichelbaum, en La Nacien, 9 de enere de 1932. Citado per Jorge Cruz, en Samuel Eichelbaum, p59. 58. 23Jorge Cruz traza e1 perfil de Alicia de la manera siguiente: "Sus pujos para afirmarse en el mundo, la supe- rioridad moral de su generosidad y la inquietud intelectual manifestada en tantas ocasiones, trazan la semblaza de una mujer pura e intacta en lo hondo, y cuye exterior mundane, 155 al que ha llegado circunstancialmente, es trasunte de su indiferencia per las convenciones y per e1 juicie de les hombres basade en apariencias. Hay, pues, una parte de su ser que no se ha rendide, refractaria a la destruccién moral que testimonia superficialmente. Elle es prueba de su temple." Jorge Cruz, Samuel Eichelbaum, p59. 59. 24Eichelbaum, El gato y su selva, pag. 76. ZSIbid., pags. 72-73. 261bid., pags. 76-77. 27Ibid., pags. 77-78. 28Eichelbaum, En tu vida esteydyg, pag. 139. 29Eichelbaum, La mala sed, pag. 134. 30Ibid., pag. 193. 311bid., pag. 133. 32Eichelbaum, Un hegar, pag. 36. 33Eichelbaum, E1 camine de fuego, pag. 6. 34Ibid., pag. 11. 351b1d., pag. 12. 36La Nacien, 19 de septiembre de 1936. Citado en Intreduccien de Tejide de madre, Edicién Argenteres, No. l. 37Eichelbaum, Un tal Servande Gémez, pag. l7. 38Eiche1baum, La Nacién, 2 de julie de 1940. Citado per Jorge Cruz en Samuel EichElbaum, pag. 63. 39Eichelbaum, Pajare de barre, pag. 59. 40Ibid., pag. 74. 156 41Ibid., pag. 76. 428. Canal-Feijoe, Cuatre piezas de Eichelbaum, p59. 13. 43 Eichelbaum, Un guapo del 900, pég. 39. 44Ibid. 45 Samuel Eichelbaum, La Nacién, 28 de marzo de 1940. Citado per Jorge Cruz en Samuel Eichelbaum, p69. 71. 30. 46Eiche1baum, Ungguapo del 900, pag. 136. 47Ibid., pag. 55 48Ibid. 49 Eichelbaum, Las aguas del munde, pag. SOIbid. 51 521bid., pag. 193. SBIbid., pag. 178. 54Eichelbaum, La hermana terca, pag. 56. 55Ibid., p59. 20. 56Ibid., pags. 66-67. 57Ibid., pag. 77. 58Eichelbaum, Un hegar, pag. 14. 591bid., pag. 23. Eichelbaum, Gabriel e1 elvidado, pag. 181. 157 6OLuis Emilie Soto, Ensaye sobre el teatro de Eichel- baum, p59. 24. Siguiendo e1 anSlisis de este personaje, el mismo critice ahade: "Es 1a hermana claustral cuye transido semblante, asoma también en algunas novelas de Cansinos Assens. A fuerza de simplicidad de rasgos, Eichelbaum 1e ha infundido excelsitud a esa resignacién casi anénima, suprema, puesto que ni e1 trajin ni la locuacidad exuberante de Eugenia, eXpresan per si su serdo drama." 61Eichelbaum, Un hegar, p59. 75. 62Eichelbaum, E1 gate y su selva, p59. 35. 63Samuel Eichelbaum, La Nacién, 20 de mayo de 1936. Citado per Jorge Cruz en Samuel Eichelbaum, pag. 47. 64Eichelbaum, Soledad es tu nombre, pag. 95. 65Ibid., pag.64. 661bid., pag. 81. 67Ibid., pég. 82. 681bid., p59. 58. 691bid., pags. 62-63. 70Ibid., pag. 63. 71Eichelbaum, Pajare de barre, pag. 63. 72Eichelbaum, Gabriel e1 elvidado, pag. 179. CAPITULO CUARTO EL ANALISIS INTROSPECTIVO En el capitulo sobre la complejidad tematica hemos eXpuesto les temas que sustentan 1a dramaturgia de Eichel- baum y hemos sehalade que, por lo general, 1a crisis de la personalidad humana constituye el tema deminante; en el capitulo dedicade a les personajes, hemos presentade y definido les entes escénices que habitan 1a galeria dramatica eichelbaumiana y el papel que ellos estan encar- gades de desempehar en las varias obras. En este capitulo nos propenemes examinar el proceso del analisis intrOSpective que les personajes siguen para la realizacion de sus fines; desentrahar les conflictos interiores y las aventuras psiquicas que se ebservan a 10 large de la obra dramatica; estudiar e1 interés de les personajes por el analisis de la realidad interior. Con frecuencia, 1a acotacién que precede a1 drama nos da ya la clave para dilucidar e1 perfil fisice, y a veces eSpiritual, de cada personaje intreducido. Sirva de ejemplo 1a siguiente acotacién que sintetiza la semblanza de uno de los cinco hermanos de Un hegar: 158 159 (José Le6n es un hombre de unos treinta y cin- co a treinta y echo ahos. Es fuerte y de as- pecto y maneras plebeyas. No se sabe en rigor si es un filesefe 0 un hombre de inteligencia retardada, pero sus hechos acreditan mas lo primere que lo segundo. Per ejemplo, no habla con las personas. Es mas facil arrancarle una muela de su dentadura inamovible, que un "buen dia". Pere - y aqui viene 1a razen de la SOSpeCha de que acaso haya en él un filese- fo - es locuaz hasta 1a charlataneria con sus pajares y su perre.)l DeSpués de las escenas obligaterias que, per lo general sirven para eXponer la situacien basica y para intreducir a1 protagonista y definir su caracter, presenciames una tipica escena dual donde aparecen dos personajes atormen- tados per una tortura moral. Empieza una extensa discusiOn interrumpida de vez en cuando per pausas largas, que representan "les silencies en compas de las ideas".2 Esta discusidn, caracterizada per una claridad de ideas, pro— fundidad de pensamientos, serenidad de razenamiento y recon- centracien de sentimientos, adquiere forma de inquisicion encaminada a plantear e1 problema, casi siempre en forma eSpiritualizada.3 Desde las primeras frases de la escena, descuella e1 caracter analitice y reflexive del dialege, clare signo e indudable sello de la personalidad creadera del "maniatice de la intrespeccien" segfin se autodefinia Eichelbaum en 1928. Per e1 constante analisis y examen, e1 personaje empieza a definirse. Este recurso cuadra con la filosofia e ideologia dramatica de Eichelbaum, segfin 1a cual les grandes y absolutos cenceptes humanes, come 1a 160 vida, el amor, 1a amistad, se obtienen séle per e1 cono- cimiente profunde y recipreca cemprensién entre las per- sonas que encarnaitales cenceptes. En el proceso de la bfisqueda de su intimidad, e1 individuo emprende discusiones reflexivas en las cuales verbaliza sus pensamientos y exterioriza sus sentimientos recondites. Asi, e1 examen y analisis de la dimensien de la oculta realidad intima del individuo, constituye una representacién mental del problema que enfrenta e1 personaje. De repente, per la evocacién de un recuerdo, per la imposicien de una idea, per la alusien a un hecho concrete soterrade en la sub- conciencia del personaje, las zonas oscuras del alma se iluminan y el individuo se hace consciente de una situa- cien hasta entonces ignerada. Esta iluminacien interna per la cual se revela e1 misterio de las almas una vez que surge, guia come un fare a1 personaje hacia el en- cuentre con su verdad individual y produce distintas mani- festaciones de anime segfin e1 caracter y temperamento del individuo. E1 personaje que hasta ahora ha vivido en un estado de desenfoque, se encuentra a si mismo, se inde- pendiza y asume plena conciencia y reSpensibilidad de si mismo. Per medie de una crisis espiritual, que a veces produce cierto desequilibrie emocional y dicetomiza per- sonalidades y cenceptes, e1 individuo ha llegado a conocerse y a estimar la fuerza de su prepia personalidad.4 La importancia que el "yo" soterrade recobra a1 161 aflorar en la conciencia difiere en cada case, y plantea situaciones analegas a la censtitucien espiritual e idio- sincrasia del personaje. En algunas obras, come Pajare de barre,e1 sentimiento descubierto se convierte en fuerza prepulsora y voluntad tenaz que conduce a la protagonista Felipa y determina su destino; en etras, come en Vergfienza de querer, el amor deSpertade en la conciencia de Goya se transfigura en inhibicien y vergfienza, que debilita a1 personaje, enerva su voluntad creadera y lo incapacita para la ejecucién de sus deberes familiares; en Seherita, 1a evecacién per Elena de un doloroso recuerdo infantil se traduce en edie hacia el padre, y se manifiesta en el aban- dono del hegar; en En tu vida estoy yo el amor deSpertade en Marta se convierte en deseo incentrelable que conduce a la joven a1 hallazge de su ex-novie Julie; en Gabriel e1 elvidado la iluminacién interna revela les verdaderos sen- timientos de Gabriel y causa una transfiguracién total en la conducta del personaje; en la misma obra, e1 cariho maternal y les sentimientos de gratitud de Leda vigorizan su actitud y la ayudan a1 encuentre de la vocacien deseada; en La hermana terca, e1 deSpertar del amor fraternal con e1 cariho maternal alumbra a Virginia trasformande sus sen- timientos y armandola de un vigor que asume plena reSponsa- bilidad de su hermanite y de si misma; en Soledad es tu nombre, el amor frustrade de Alicia se traduce en cempasion y generosidad hacia el escritor Ortiz Irving; en El gato y 162 su selva, Eleuterio, deSpués de un detallade auteexamen de su caracter y autoanalisis de sussentimientos, admite que: "Mi debilidad se ha cenvertide en la fuerza mas poderesa de mi vida, y que yo ebedezco con cierto fatalismo, que no deja de ser cobardia, lo recenezce".S En La mala sed, 1a pasi6n sensual de que padecen e1 padre, e1 hije e la hija adquiere una fuerza catastrofica que demina y se sobrepone a su voluntad. Per medio de escenas definidoras presencia- mes el descubrimiento de la pasien de les tres personajes. Primero, la escena entre Atilio y su eSpesa Elsa, y después, 1a del padre Den Guillermo con el hije, donde este filtime analiza su pasien y admite ante e1 padre que: "No hay poder bastante para resistir e1 desafio, que aparece en cada rostro de mujer, come una burla perversa a la cen- ciencia y a la voluntad de un hombre".6 DeSpués de aludir a1 remerdimiente que siente per la conducta que ha tenido con su eSpesa, ahade que el finico consuelo a su conciencia turbada es el perdén de su eSposa Elsa. "Ese perden era para mi un renacimiento".7 El padre, arrastrade per la fuerza del instinto sensual e incapaz de deminarse, se refugia en la bebida donde encuentra un alivio mementanee. ”La bebida me produce e1 efecto de deSpojarme de la cestra social, es decir, me deja librado exclusivamente a mi sangre, a mi instinto, equivale a decir que me preporciona 8 les medies para mi dicha de un instante, de un minute". Parece que la bebida destinada a aliviar su dolor y acallar 163 su remerdimiente, se apedera de él y causa su caida definitiva a1 hacer que bajo 1a influencia del alcohol cenfiese su amor a su nuera Elsa. Esta filtima manifesta- cién de su pasien deSpeja a1 personaje de toda necien moral y lo coloca frente a su hije come rival. Al mismo tiempe, causa una dicetomia en la personalidad de Don Guillermo entre el hombre bestia, guiado per e1 instinto, y el hombre - moral guiado per la razen. El predominio del instinto sobre la razen, 0 sea, de la bestia sebre lo moral, resulta en un desequilibrie emocional que conduce al padre a1 suicidie. Esther, la hija, descubre "la mala sed” después de un analisis detallade de si misma. "Mil esfuerzos, un continue analisis de mi misma me han permi- tido saber estas cesas”.9 Segfin admite ella, 1a educacién y su conciencia moral heredad de su madre, han impedide per un memento su caida, pero al final no pude resistir su instinto y se entrega a1 novio. A pesar de su caida que, come e1 padre, 1a considera come una fatalidad que arrastra a la familia, 1a hija se mantiene fuerte en su estado interior y, cemprendiende su destino, confiesa ante su madre que sele ella tiene la culpa y la reSpensabilidad de su caida. acemo hablas de mi inecencia se cenfiese el mal y me atribuye en la fatalidad la escasa culpa que pude haber en ello? Mi confianza en él me dignifica ahora mismo cuando la in- dignidad me quema e1 rostro. Si tuve confianza en él es porque legré penetrar en su alma y persuadirme de su nobleza. Guarde para él, 164 aun hey, toda la confianza de antes, mama. Le sé, le afirme y lo jure: si hubo culpa, se hubo intenci6n teda fue mia; si, mama, mia. De él, no.16 La defensa de la inculpabilidad del novio que Esther emprende y la asuncien de toda la responsabilidad moral que ella asume, realzan 1a esencia moral del persona- je y lo colecan a1 lado de las heroinas tipicas y ejempla- res de Eichelbaum. Luis Emilio Soto, aludiende a este aSpecte descellante de Esther sostiene que "Ese es une de les rasgos donde Eichelbaum aguza e1 analisis del alma femenina, donde e1 eSpiritu de sacrificio y de cempren- sien del destino, rinde una jerarquia de valores morales y crea un sehere de mujer, digne de las etras individuales ejemplares, animadas per nuestro dramaturgo".ll Otre ejemplo de conflicto de conciencia y de la dicetomia en el personaje, con sus resultades desagradables, se halla en El ruedo de las almas, obra en que, come en La mala sed, demina la fuerza del instinto sensual. En la pieza se presentan a des hombres de centextura paralela y antitética: e1 abOgado Guillermo de Amador, encarnacien del hombre de pasien y el doctor Rivadeneira que en la primera parte de la obra representa la semblanza del hombre mesurade y razenante. A1 principio de la obra, Guillermo abandona a su eSpesa, va en busca de aventuras amorosas porque cree que la vida tiene una "finalidad sensual" que nos domina, y es reprochade per e1 doctor Rivadeneira, 165 el jefe de su partide pelitice. En la segunda parte del drama éste filtime siente e1 despertar del instinto sen- sual, se enamera de su joven secretaria y 1e confiesa su amor. Antes, cuando la razon imperaba, e1 doctor Riva- deneira pedia deminar su voluntad y serenar sus instintos pasionales; ahora que la pasien se apedere del hombre y en la balanza de la conciencia pesa mas e1 instinto que la razen, el hombre, es incapaz de controlar su pasien y cae victima de ella. Asi eXplica e1 jefe del partide e1 despuntar de su tardia pasion amorosa a su joven secre- taria Lucia: "Presiente e1 resto de mi vida azetade per tedes les fresces racimes que alcance mi vista. Porque este, Lucia, que hacia usted me inclina es todo un des- pertar a la vida exclusiva de les sentides. Le he cempre- bado ya. La carne de la fruta tiene ahora para mi un saber de mujer".12 En cuanto a1 joven abOgade Guillermo, gracias a una lucha constante y continue autoanalisis, ha conseguido ven- cer su pasién y tranquilizar sus instintos, per la imposi- cion de la razen; se ha buscade y se ha encontrado a si mismo; su personalidad dicotemizada que antes se encentraba en un estado de desequilibrie per e1 excese de pasien y falta de razén, se halla ahora en plene balance emocional. Cuando les dos hombres se enfrentan, Guillermo, mas apa- ciguade y desde un punto de superioridad meraL.cementa: "Le mas probable es que para cada trance de nuestra vida 166 haya una verdad distinta, pero un mismo dolor a lo large de ella. Hey esta usted donde ye estaba entonces, y si me tocara a mi denunciar mi posicion eSpiritual, hey 13 E1 doctor creeria estar mas cerca de la suya entonces". Rivadeneira, a1 cenfesar su amor a la joven Lucia, se siente ridiculizade per ella, que lo rechaza abiertamente evocando 1a distancia de les ahes que les separa. DeseSpe- rade, y en un esfuerzo per salvaguardar su dignidad moral y su cargo de jefe del partido pelitice, e1 doctor decide hacer un viaje, con la eSperanza de recobrar su "salud". Antes de salir, tiene una discusien con Guillermo, en la cual e1 jefe eXplica y analiza con minuciesidad les varies aSpectes de la pasién que se ha apederade de él. En este autoanalisis, el hombre indaga en el diarie de su vida y encuentra un incidente que legra descifrar e1 misterio psiquico que precipito su trastorno emocional. E1 origen de su pasién se rementa a les ahes lejanes de su juventud, cuando todavia vivia con sus padres y con sus dos hermanas. E1 hecho revelador que estimulo e1 deSpuntar de les instin- tos latentes y origine e1 afloramiento de les sentimientos soterrades desde la zona de la subconciencia a1 nivel de la conciencia, adquiere ahora clara fisienemia y se mani- fiesta en forma de conflicto espiritual y de conciencia. veamos ceme eXplica e1 doctor este incidente crucial de su vida: 167 Cuando era ye un hombre joven, convivia en casa de mis padres, con mis dos hermanas. Una de ellas, mayor que yo era fea, pero in- cemparablemente buena. Un alma tierna y noble. La otra menor que yo, cequeta, egois- ta, frivola. Me atendia a mi 1a mayor y a ella recurria para cuanto necesitaba. A pe- sar de elle sentia una preferencia avergen- zada per la menor. Nunca pude eXplicarme la razén de aquella injusta predileccion. Ahora lo comprende. La menor era mas bella. Y ya sé bien lo que es la belleza para un hombre.1 Estas paginas desconocidas de su vida, iluminadas de repente per un raye de luz, ayudan a1 personaje a comprender e1 problema que lo tortura y a aclarar sus sentimientos. Alumbrade per esta revelacién interna, declara: "Vee ahora con una claridad que antes no veia, a través de toda mi vida".15 Siguiendo su apelegia ante Guillermo, e1 doctor Rivadeneira alude a la actitud de intolerancia que él habia asumido cuando reproche a1 joven abegade por su conducta deSpreciable y alude a su condicién previa antes de aclarar e1 estado de su pasién. "He vivido engahado con el mas torpe de les preconceptos."16 Guillermo, que per medio de su crisis padecida, ha legrade conocerse llega ahora a conocer a su jefe y a ofrecer su cempasién: "Cenozce bien su situacién. Estey seguro de conocer uno a une sus pensa- mientos. Sé de qué indole sen ellos".l7 De este proceso de conocimiento prepie y del recenecimiento de la condicien del prejimo, resulta una comprensien recipreca entre les dos personajes, y el sentido de intolerancia que deminaba antes, se convierte ahora en compasion y tolerancia 168 conseguida por el acercamiento a1 personaje y el entendi- miento de su problema. La revelacien del doctor sebre las relaciones con sus hermanas ofrece 1a eXplicaciOn que aclara e1 misterio de sus insinuadas relaciones amorosas con Lucia. E1 jefe ve proyectada sobre la joven la sem- blanza fisica, y quizas espiritual, de su hermana menor; su belleza y se edad 1e recuerdan les mismos aSpectos de su hermana, cuando ésta se hallaba bella, joven y frivola. Estas caracteristicas descellantes de la hermana menor, intactas en el fluir del tiempo, se han encerrade en la subconciencia del hermano, y ahora, con la precencia de Lucia 1a imagen enterrada, pero viva, recobra vida y brota en el plane de la conciencia. La imagen resucitada ad- quiere un poder extraordinario que pone en juego las varias fuerzas antitéticas de la personalidad causando un conflicto eSpiritual que puede resolverse 5610 con la aclaracién de les resortes psicologices que mueven les hiles de estas fuerzas ineXplicables. Asi, si Lucia en- carna a su hermana menor, el amor que el jefe siente per ella no es nada mas que una suplantacién de afectos, una mezcla de amor sensual y de cariho fraternal, que estimu- lado per la presencia de la joven, se manifiesta y se exterioriza. La belleza y la cequetaria de Lucia evecan la imagen de la hermana, y les sentimientos de admiracibn que nunca habian podido eXpersarse ante su hermana, en- cuentran ahora la manera adecuada de manifestarse 169 aprepiadamente. Asi, por el recurso de la suplantacien y prejeccién, vemos sintetizada y eXpuesta aqui la fermula dramatica eichelbaumiana de la génesis y evelucién del proceso intelectual, e1 procedimiento de la iluminacién interna, e1 afloramiento de les sentimientos recendites desde la zona de la subconciencia a1 plane de la conciencia y la exteriorizacién de les sentimientos ocultes del personaje.18 Otra obra del mismo caracter donde les personajes se descubren a través de un proceso de intrOSpecciOn, es Un hegar. En esta pieza, come en la que acabamos de comen- tar, hay des estades distintos: une en la sembra, que representa e1 estado de desenfoque ante de la iluminacién interna, y otre del plene enfeque y de la autorevelacion del personaje. La mejor caracterizacién del "hegar" durante e1 estado primere viene del hermano Roberto, en una dis- cusién con Ignacio, e1 hermano menor. Dice Roberto: "Tengo una hermana que es de mucha utilidad para sembrar disgustes en esta casa.... Tengo hermanos que sole dan sehales de vida cuando elfatean algfin disgusto".19 La caracterizacien de la hermana y de les demas hermanos es el resultado de una larga experiencia de mutua influencia negativa dentro de una familia donde cada miembre vive aislade en su soledad sin e1 menor esfuerzo per conocerse y conocer a les demas miembros. En la misma discusien, Ignacio pregunta a Roberto qué representa esta casa para 170 él, y éste centesta: "Un encierre de fieras, entre las cuales me encuentre ye también. Ya ves si ceneceré esta casa y si me coneceré ye".20 E1 problema fundamental que estes hombres enfrentan es el de la soledad, que brota de una incomprensien reciproca que existe entre ellos; ambos estades de soledad e incomprensien sen frutos de la falta de conocimiento y cemunicacien que exacerba las relaciones fraternales hasta el punte de odiarse. Veamos lo que dice Roberto refiriéndose a sus hermanos: "Ne quieren ayudarme, me odian...Les page con la misma moneda. Les tenge edie ye también".21 Esta situacien cambia, gracias a la inter- vencien de la prima Martita y a la leccion de tolerancia aprendida de ella. De repente, les miembros de la familia que habian vivido rehuyende une del otre y desceneciende une a1 otre, empiezan a acercarse y a conocerse. Pedro e1 hermano mayor confiesa esta transfermacien de sus sen- timientos ante su prima y cuando ésta 1e pregunta si quiere a sus hermanos y a su madre, Pedro, con el aire de un hombre que ha descubierto recientemente su verdad, reSpende: "aQuiere saber la verdad, 1a pura verdad? Empiezo recién a quererles. Desde que usted llege".22 Sin embargo, les resultades que produce la presencia de la joven maestra y la crisis espiritual que causa su conducta no repercuten de la misma manera en todos los personajes. Les cuatro hermanos descubren e1 verdadere sentido de la existencia humana, aprenden a apreciar la vida con todas sus 171 adversidades, y a enfocar les hechos cetidianes desde el angule luminese; Eugenia, 1a hermana, aprende que la tele- rancia puede ser un factor decisive en las relaciones fraternales; Ignacio, e1 hermano menor, naturaleza débil y enfermiza, no puede aguantar les nuevos cambios exigides per su conciencia, y, deseSperado, se suicida. En la misma linea con Un hegar en cuanto a1 plantea- miento del problema y la ubicacién de la accion en el ambite familiar, esta la obra La hermana terca, cuye cen- flicte surge de las relaciones fraternales. En esta obra observamos la substitucion de les sentimientos del persona- je principal y la canalizacién de éstos en otra direccien. E1 verdadere amor de Virginia que nunca habia encontrado e1 terrene adecuado para enraizarse, se traSplante en el hermanite, deSpertando en ella un sentimiento, que a1 exteriorizarse cristalize en una amalgama de amor fraternal y cariho de madre. La idea de la maternidad que per tantos ahes se hallaba oculta en la zona de la incenciencia, a1 ser eXpresada per e1 joven en forma de acusacién, adquiere vida y aflora en el nivel de la conciencia donde no tarda en exteriorizarse. A1 manifestarse esta idea se convierte en verdad individual del personaje que transferma su cen- ducta y 1e eterga les meviles necesaries para su nueva existencia. Virginia, alumbrada per la revelacién de sus sentimientos y aceptado e1 "mandate" de la madre eSpiri- tual, va a desempehar este papel sacrificando la posibilidad 172 de verse madre verdadera dentro de la institucién matri- monial y diSpuesta a ejercer su sentido de recenciliacién para convivir con sus hermanos mayores. "Afrontaré todas las suSpiciacias de esta casa con una profunda humildad, y si me pideran senrisas en page de ellas las daria sin una sola queja."23 Asi, e1 analisis de la realidad in- terior del personaje y el descubrimiento de sus senti- mientos recendites llevades a cabe per la iluminacien intima de las zonas de la subconciencia, afectan e1 carac- ter del personaje a tal punte que producen un ser completa- mente distinte, mas tolerante y mas comprensivo, que se ajusta mas facilmente en un munde mejor.24 En Nadie la cenecie nunca, les dos personajes pro- tagenices, Ivonne y Ricardite, se encuentran a si mismes y descubren e1 verdadere sentido del amor en medio de falsedades. Les dos han vivido juntes per muchos ahes sin conocerse profundamente y sin esfuerzo algune per superar les ebstacules superficiales y penetrar en la intimidad psiquica. Un dia sucede alge extraordinario, que cambia la vida de ambos. La crisis espiritual que les dos experi- mentan precipitada per e1 temperamento de Ivonne y la ignerancia de Ricardite, convierte el amor en edie. Un analisis detallade de sus sentimientos les hace descubrir que, a pesar de la diferencia racial, todavia se quieren, y deciden seguir cenviviendo. La exteriorizacién de les sentimientos que por ahes ecultaban en su interior les 173 ayudo a acercarse une a1 otre, conocerse y examinar su conciencia, donde descubrieren que un sentimiento autén- tice puede existir en medio de pretenciones y falsedades. La crisis que sufrieren y el edie que revelaren, les puri- fied y les permitie descubrir que el verdadere amor donde- quiera que nazca y cemequiera que se engendre, es siempre superior a cualquier prejuicio. "Junta a una rena con un plebeye y 1e da un hije que no les separa mas; acerca una judia a un cristiano y les hace ver que compartiende un placer, les sigles desaparecen".25 Una obra tipica con predominio de la escena dual donde e1 conflicto se ferja y se resuelve en las relaciones entre padre e hije, es Cuando tengas un hijo. Al empezar la obra, acaban de cumplirse dos ahes desde la muerte de la madre; padre e hije viven encerrades en si mismes, sin poder comunicarse e1 une con el otre. El padre se lamenta que no conece a1 hije, y éste se refugia en el cosmos de les suehos y admite que 5610 en el reine de Morfee puede cemunicar con su padre. "Si ye pudiera, papa, darle un lugar en mis suehos, usted comprenderia que mis sentimientos de hije no 1e han faltade nunca".26 Este proceso rare, donde la realidad enirica se teca con la realidad tangible, alivia a ambos hombres y les hace sentirse mas cerca e1 une del otre. La discusién curcial es 5610 el principio de un largo y cemplicado proceso de mutue conocimiento que abre las puertas de la cemunicacion y entendimiento reciprece. 174 Dos mujeres se interponen en la vida de les dos hombres: Paula, mujer de mucha eXperiencia, quiere casarse con el padre para estar junte a1 hije; Rosita, joven inocente, se enamora del hije Horacio y 1e deSpierta e1 sortilegio del amor. E1 joven, cuya vida hasta ahora ha sido formu- lada y guiada per la razén sin 1a menor partipacien del instinto, confiesa que “Ignore el mundo, ignore la vida, porque ignore el amor“.27 E1 padre se casa con Paula y ésta empieza a cortejar a1 hije. E1 joven, que ahora esta cerca del padre y cenece el mundo, deja la casa para evitar 1a tragedia. A1 regresar junte a1 padre y la madrastra deSpués de unes dias, es ya un hombre acabado que cenece la vida en su plenitud; se ha ide con Rosita y ha conocido el amor. Una discusien entre les tres aclara nuevas dudas y produce mas cenfesiones. E1 filtime vestigie de verdad es restituide per Paula que admite su intriga amorosa y ayuda a les dos hombres a encontrarse definitiva- mente. Dice Horacio dirigiéndese a su padre: "Ha recerdado usted aquella noche, que fue un amanecer en nuestra vida, porque habiamos rezade apenas la verdad. Ye también pedria hey repetir algunas cesas que dije en esa hora inelvidable".28 La evecacién del recuerdo se refiere a1 primer encuentre de les hombres, deSpués de la muerte de la madre, cuando padre e hije se hablaren abiertamente per primera vez y pusieren 1a piedra angular de su acerca- miento que, per una crisis eSpiritual, resulte en el 175 descubrimiento de les verdaderos sentimientos, plena com- prensien entre les dos y en la restauracién de les canales de cemunicacién entre padre e hije. Mientras en Cuando tengas un hije e1 conflicto se resuelve con el conocimiento reciprece entre padre e hije a través de una crisis de personalidad, en Seherita e1 desenlace entraha una protesta de la protagonista, y la obra termina desceneciende e1 padre a la hija y el amante a la mujer. En Seherita, come en Cuando tengas un hije, 1a accien empieza a desarrollarse deSpués de la muerte de la madre, y el conflicto surge de las relaciones filiales, en este case, entre padre e hija. Asi eXplica Elena, 1a hija, su decisién de dejar la carta a su padre analizando les meviles de su accion: A1 fin- pensé ye- tendra que serle menes dolorosa la mentira que la verdad, come siempre. A1 saberme escapada con un hombre, pedia tener un consuelo, el de pensar que yo era una mala hija. Le otre, la verdad de que yo huia de usted per su caracter, per lo sembrie y tétrice de su vida, per e1 desampa- ro en que me sentia, hubiera side muche peer, mas cruel, mas inhumane.29 La recompensa que Elena recibe come premio per les senti- mientos de generosidad demestrades hacia su padre es la adquisicién de su libertad eSpiritual que la aisla de su casa paterna, la enajena de toda vinculacien eSpiritual con les hombres y eventualmente la empuja hacia en estado de soledad. Asi, se junta con su novio Ernesto y vive 176 con él cinco ahos, pero nunca se legra una unien eSpiri- tual entre les des, debido a que Ernesto no consigue penetrar en la intimidad de Elena y conocer las profundida- des de su alma. Elena, d5ndose cuenta de la superficiali- dad de les sentimientos, rechaza 1a preposicien de legali- zar sus relaciones. Veamos otra vez cemo analiza 1a joven su decisien de no aceptar el casamiento: La mujer que se niega a recibir el nombre de alguien que se lo ofrece, come me lo has ofrecido ves, no traiciena. Es capaz de irse, porque tiene bastante valor moral para hacerle, pero no es capaz de traicienar. Seguis desconociéndome tanto come el primer dia en que fuimes a vivir bajo el mismo techo. Y, sin embargo, no me quejo de elle. A1 fin te desceneces a ves mismo. Igneras e1 alcance de tus prepios actos, e fingis ignerarles, que es todavia mas grave. En las palabras de Elena esta expresada claramente 1a fermula dramatica predilecta del conocimiento del prejime per e1 autecenecimiento del personaje mismo, expresada aqui a1 revés. E1 pensamiento de la joven sintetiza e1 apotegma antigue de "cenecete a ti mismo" para conocer a les demas que, come hemos sehalando en otra ecasién, constituye la base de la ideologia dramatica de Eichel- baum. Ya que Ernesto no legra conocer a Elena,31 ésta rechaza la unien matrimonial y por segunda vez abandena la casa, come habia hecho muchos ahes antes la corifea del mevimiente de la emancipaciOn femenina, 1a célebre y cenecida creacion de Ibsen, Nora. 177 Bajo distintas circunstancias, 1a semblanza escénica de Elena se repite en Alicia de Soledad es tu nombre, mujer de temple interior fuerte, cuya inquietud intelectual e interés per e1 analisis intrOSpectivo, cen- stituyen sus rasgos fundamentales manifestades en muchas ocasiones a 10 large de la obra. Veamos c6mo analiza Alicia la tendencia de su amante Ortiz Irving a la bebida, y ceme reflexiona sobre la costumbre de éste de distanciar- se de la gente: aDice usted que bebe para distanciarse de la gente? Admite este hallazge ingenieso, en la finica forma que puede tener sentido: come una razén inmediata. Pere 1a verdadera razen que justificara su inclinacion per la bebida estaria en el per qué de ese deseo de distan- ciarse de la gente. éPor qué quiere usted distanciarse de la gente? éCree usted que les hombres no tienen sagrados deberes de acercamiento? Y sebre todo, aceme eXplica que buscande ese distanciamiente esté aqui, precisamente para acercarse a alguien? En este instante en que usted ignera todo lo que puede diferenciarme de les demas, todo lo que puede individualizarme, esta hacience un es- fuerzo deseSperade para aproximarse a la gen- te, y esta bebide. Ha diche usted que les pasos decisives de su vida les ha dado gracias a1 alcohol. Todos ellos han reSpendide a la gente. Ne conozce sus libres, pero me atreve a asegurar que han side concebides per virtud de acercamiento. éAcase se ha encontrado usted en las selvas virgenes? éSe ha inSpirado usted en la soledad de un desierto ineXplerade?32 Este large parlamento de Alicia, parte tipica de la ya sehalada escena dual que se destaca en la mayoria de las obras de Eichelbaum, refleja otra vez 1a ideologia de la necesidad del acercamiento del individuo y conocimiento 178 de la naturaleza humana a fin de producir un munde mejor. Alicia, come Elena, es incomprendida per les hombres, pero a diferencia de ésta que mantiene cierta animosidad centra les hombres, Alicia muestra una superioridad moral y un sentido de altruismo y generosidad que la colecan en un nivel mas alto. La razon de esta diferencia de actitud se rementa a la juventud de las des jevenes. E1 comportamiente de Elena hacia les hombres deriva del padre, cuye caracter tétrice ha deformade 1a visién de la vida de la hija. Alicia ha vivido sin padre, y ha luchade sela para su inti- ma felicidad y el mantenimiento de sus ideales; ha superado las adversidades de la vida sin heredar ningfin trauma psiquico, y se ha acestumbrade a ciertos modelos de conducta. Ella misma admite que "Estey acostumbrada a sepertar la incemprensién come 1a consecuencia mas natural de mis mejores actos".33 Estas palabras de Alicia constituyen parte de su parlamento sacade de una discusién con Ortiz Irving cuando éste habia expresado su deseo de regresar junte a su eSposa. Les moviles y fuerzas que inSpiran este reterne, se han de buscar en un hecho revelador que de repente deSpierta en la conciencia de Ortiz e1 sentimiento de nostalgia per su eSpesa. Ortiz convive con Alicia y se muestra feliz, hasta que un dia ésta lee un capitulo de la novela de su amante titulade "La mujer que nos deja" y halla algunas eXplicacienes que la inquietaban sobre el comportamiente del escritor. Entonces Ortiz vuelve a leer 179 con cuidade e1 capitulo y se da cuenta de que el contenido versa sebre verdaderos y cencretes hechos de su vida. Mientras lo escribia, crei estar llenando paginas de retorica gresera, sin interés y sin realidad. Pere luege cemprendi que nunca habia escrite nada mas verdadere, ni nada mas autebiegrafice. Releyéndelas, tuve la sensacion exacta del desdeblamiente. Le que decia en esas carillas lo sentia simul- taneamente dentro y fuera de mi, come si la letra escrita fuera mi carne y mi eSpiritu, lo material y le inmaterial indivisible del sufrimiente. 4 La lectura y analisis de las peginas del capitulo atrajeren a la conciencia del escritor les sentimientos que, experi- mentados en un memento de exaltacien y dolor profunde, hallaron 1a manera adecuada de exteriorizarse puestes en unas hejas de papel. Pasado este memento, y bajo la .influencia del ambiente (presencia de Alicia) les senti- mientos velvieron a encerrarse en la subconciencia hasta "que mencionades per Alicia se traducen en "carne y eSpiritu" manifestande la intensidad del sufrimiente que padecia lejes de su eSpesa. Animado per Alicia, Ortiz analiza sus senti- mientos y eXplica e1 proceso y la forma que adquieren estes sentimientos cuando se descubren en la zona de la sub- conciencia. ”Sen sentimientos tan centradictories les que llaman a la mujer que nos ha dejado. Ne sé siquiera si sen sentimientos. Mas bien pequehas fuerzas de la sub- conciencia entre las que predomina alge asi come e1 recuerdo de nuestras claudicacienes".3S 180 De obras que estén concebidas de acuerdo con la formula predilecta del analisis intrOSpective son Subsuelo y Divercie nupgial. Con la excepcien de un nfimere limita- de de intervenciones episédicas de una vieja criada, 1a accien de Subsuelo se desarrolla entre cuatro personajes de envergadura paralela, y al mismo tiempe, antitética. E1 paralelismo se traza entre dos parejas: des mujers solteronas, y dos jevenes estudiantes; 1a antitesis se observa dentro de cada pareja, 0 sea: Obdulia 1a mayor de las dos hermanas solteras, "es una mujer de unos cin- cuenta ahos, llevades y bien Vestides. Selterena de verdad, 36 organica y civilmente;" Matilde, unes ahes mas joven que su hermana, "es también soltera, per su estado civil, pero ha admitide ya algunos visitantes de su cuerpo."37 Las mismas caracteristicas antitéticas se ebservan en los dos jevenes: Jorge Balihe es un estudiante que acaba de cum- plir les veinte ahos, delgado y timide; Jaime Barén, su compahere de cuarto, tiene unes veintidos ahes y contrasta en casi todo con su amigo Jorge; es rebuste, alegre y atrevido. Les cuatro personajes comparten igualmente e1 juego del analisis intreSpective que transcurre en el ambite de una casa y se deSpliega a través de largas cen- versaciones, per la mayor parte entre des personajes, sebre temas variados. Une de les asuntos discutidos entre Obdulia y Jorge es la cuestien del teatro que tree a la memeria de la mujer e1 texte de una tragedia griega 181 titulada Myrta que ella habia leido a les diecieche ahes. La evecacién de este recuerdo en cenjuncién con la presencia del joven Jorge despierta en su conciencia una pasién latente, se identifica con la heroina, e ignorando 1a barrera temporal que se alza entre ella y el joven, se lanza hacia 1a imposible tarea de gozar les frutos tardies de su pasién amorosa. Dice Obdulia: Estey buscande 1a manera de relatarle 1a tragedia. Escuche. Un sehor de cierto range de aquella épeca (une no olvida que estames en la Grecia anterior a Jesfis) tiene una hija, adolescente, muy enferma. Les padres se desviven per la salud de Myrta. Ella misma ignera que no tiene salvacien, pero e1 padre cenece la verdad. Ante esta terrible certeza, un dia sale en busca del mancebe que la rendaba y era cerreSpondido,1e lleva a la casa y auSpi- cia 1a entrega de la hija a1 joven elegido. Ne admite que Myrta se marche de la vida sin conocer el amor. (Observa a Jorge, que queda descencertado ante e1 relate.) éNe lo cree excepcienal? La vida y la tragedia se tecan y les personajes se cenfunden. Obdulia asume e1 papel de la heroina y come ésta, no quiere salir de la vida sin conocer e1 encantamiente del amor. E1 conflicto en forma disfrazada se ferja y se presenta de acuerdo con les pertulades de la tragedia y se proyecta en la pareja actual. Ante 1a reaccien fria e indiferente de Jorge, Obdulia incapaz de seguir e1 juego juvenil, busca amparo en el cosmos censelitarie del whisky. Alli, retirada en su arida soledad se da cuenta de la futilidad de sus esfuerzos, mientras prefiere con inmenso dolor su 182 . . . I . . sentenc1a de mujer incompleta: "(Cuantas cesas incumpli- das en una sola mujer, en una solterena de cuarenta y "39 La nueve ahes! La eSpesa o la amante, 1a madre.... eSpesa que no ha sido y que no aSpira ser; la madre que hubiera querido ser, pero ya no puede serle; ala amante? Aun para el desempehe de este papel ya es tarde. En Divercie nupcial, la cendici6n impuesta per e1 hombre durante la primera noche de la beda y segfin 1a cual la mujer $610 por el proceso de la maternidad puede ad- quirir su plenitud de eSposa, plantea e1 conflicto princi- pal de la obra. Antes de trazar e1 procedimiento de la lucha interior de Blanca y la repercusién que tiene ésta en la evolucién de las relaciones cenyugales, veamos ceme expresa Eusebio, e1 eSpese, su vehemente afan de verse reflejado en un hije: Sohaba vaga y persistentemente con ser un padre de familia. La idea de mi prolongaciOn a través de les hijos, me parecie siempre 1a sela cesa que puede sostener en pie a les hombres a quienes e1 destino no die una funciOn superior, come ye....Ne soy ye, sino mi vida que lleva el nombre de Eusebio Perlaza. Blanca, te quiero muche, come te digo, pero tienes que darme hijos, éeh? Hijos que se me parezcan...Tienes que darmeles, éverdad que si? Porque si no me les dieras, Blanca, con todo lo que yo te quiero, con todo el dolor de mi cerazén destrezade por el fracaso, tendria que dejarte.40 Estas palabras del hombre egoista e intransigente que tienen e1 tone de un tacite ultimatum llegan a les oidos de Blanca come un ece lejano de épecas remetas cuando e1 183 hombre todavia era seher absolute y dispenia de la vida y suerte de la mujer. Prenunciadas en un memento de alta densidad emocional, las condiciones causan una impresien de asombro e incomprensien que obligan a Blanca a asumir una actitud de reserva eSpiritual, pero a1 mismo tiempe deSpiertan en su conciencia herida su dignidad de mujer. Tacitamente y sin protesta alguna cumple con su deber de eSpesa y con las condiciones impuestas per el hombre. Una vez revestida la tfinica de madre y realizado e1 suehe paternal de Eusebio, Blanca, atermenteda per e1 recuerdo de la primera noche de bodas, empieza a luchar entre las fuerzas de mujer, eSpesa, madre. Su cualidad de eSpesa ha sido humillada y rebajada per e1 egoismo y las condi- ciones del hombre; su esencia de madre ha sido herida 3610 per e1 mere hecho de fermar parte de un pacte unilateral donde la mujer figura come un agente de reproduccien. Sele su cualidad de mujer queda todavia intacta, y este aSpecte es exactamente lo que Blanca esta diSpuesta a defender aun a costa de abandonar a su prepia hija y a riesgo de verse sehalada come madre indiferente y desleal. E1 conflicto se resuelve ahes deSpués, cuando Blanca a ruego de su espese y con la intervencibn de la hija, vuelve a vivir con su familia. De ahora en adelante, Eusebio va a querer y reSpetar a Blanca come su eSposa y como la madre de su hija, sin descriminar entre les des cenceptes y con absolute equilibrie entre las des 184 cualidades. Veamos come confiesa Eusebio su rendicién a Blanca, y c6me explica la leccien aprendida per la actitud y el comportamiente de su eSpesa: "He venide a reconocer 1a leccién que me ha dado la vida por tu intermedie. Si ella tuviera un simbolo finice, ye estaria ya frente a él erando en sehal de acatamiente de sus mandates, pero come no le tiene y yo he recibide a través de ti su gran en- sehanza, es a ti a quien debe cenfesar me redicien. He side seberbio con la vida".41 DeSpués de analizar su prepia actitud durante la noche nupcial, Eusebio presenta una recapitulacien de les hechos acentecides e ideas expresadas entonces, recurso tipice del autor, cuya funcién es la de recordar a les eXpectaderes lo que se ha diche a1 principio de la obra y enlazar 1a eXposiciOn con el desen- lace. Dice Eusebio: La noche de nuestra beda me conduje contigo come un pobre hombre, enseberbecide y enceguecide. Te hablé de les hijos que queria tener. Estaba necesitando de ti, aun para ese, que me parecia 1a finica disculpa posible para vivir permanente- mente con una mujer, y te hablé come 51 diese una orden que nadie pedia desacatar. Tfi te sen- tiste disminuida y.... me diste una hija, porque a1 fin, estabas destinada a dar hijos, pero ya todo quedo destruido. Entre tu y yo no quedo mas que un inmenso vacio, que yo empecé a sentir en tus beses, come sin duda debe sentirse en ellos 1a traicien, cuando existe.42 El sentido de culpabilidad que atermenta a Eusebio por su actitud orgullesa y seberbia hacia Blanca adquiere caracter genérice y llega a simbolizar e1 arrepentimiente de 185 cualquier individuo y el recenecimiento de su error ante la vida. De esta manera, e1 asunto se generaliza y el problema abordado se universaliza. "He venide a pedir perden en ti, no a ti misma, sine a la vida total, a la vida cesmica, que se manifiesta en cada ser humane y en cada acentecimiento".43 Esta obra, come 1a mayoria de las que hemos cemen- tado, sigue la misma linea del origen y desarrolle del procedimiento intelectual y del analisis intrOSpective: escena de enfrentamiento de dos personas en la cual se expene e1 problema, exteriorizacion y evelucien de la idea que precipita e1 conflicto, dicetomia entre dos cenceptes y desequilibrie emocional, recapitulacién de lo ocurrido, eXpresien y analisis de les sentimientos ocultes, y auto- anagnérisis, 0 e1 memento en que les personajes se encuen- tran a si mismos receneciende su error. Asi, vemos a 10 large de este capitulo que per la utilizacien de varies recursos, come el de sa substitucien, suplantacién, preyecciOn y otros, e1 autor legra desentrahar les conflictos interiores que terturan a les personajes; consigue descubrir las fuerzas que precipitan 1a tormentas psiquicas y trata de iluminar les resortes que mueven las acciones humanas a fin de ayudar a1 personaje a conocerse y entender mejor e1 vasto munde que lo redea. Todo este proceso, constituye parte de su predilecta fermula dramati- ca del analisis intrOSpectivo encaminada a crear un 186 individuo mejor, exigente consigo mismo y tolerante con les otros, dotado de un sentido de altruismo, cempren- sien y humanidad. NOTAS DEL CAPITULO CUARTO lEichelbaum, Un hegar, pég. 10. 2Alfredo de la Guardia, "Raiz y eSpiritu del teatro de Eichlebaum". Nosotros, Segunda épeca, VI (abril de 1938), pég. 139. 3"La cencepcien de Eichelbaum, apurada hasta sus filtimes limites en el teatro, consiste de tal mode, en eSpiritualizar les problemas, per mucha que sea su angos- tura deméstica. Siguese de elle que atraiga su preferencia e1 estudio de les preceses psiquicos y que, per determina- cién eSpontanea de su sensibilidad creadera, no pueda menes que representarse la vida, si no es come esfuerzo y come sacrificio." Luis Emilio Soto, Ensaye sebre e1 teatro de Eichelbaum, pégs. 23-24. 4"He aqui que, bajo les mas diversos pretextes anec- deticos, en el drama eichelbaumiano sele acentece en sus- tancia una cesa. lPere de qué envergadura! Es siempre una historia de seres que, de pronto, en un memento dado, se descubren, se encuentran a si mismos. Habian vivido hasta entonces en cierto engaho de si 0 del resto, en cierto en- gaho que habia podido parecerles, hasta entonces, una razén plausible, al menos suficiente, de su existencia....Pere de pronto, casi siempre imprevisiblemente, sebreviene un hecho dade....Bruscamente, ese hecho proyecta a1 personaje sebre si mismo, le revierte a su fonde de mas secreta intimidad, lo recencentra y cemprime en si, hasta alcanzarle, come per fuerza de esa comprensien, una filtima y definitiva eviden- cia, que atahe a su ser mas que a1 hecho mismo." Bernardo Canal-Feijee, Cuatre piezas de 8. Eichelbaum, p59. 8. 5Comentando sebre esta cita, B. Canal-Feijeo, dice: "El personaje se erguira en su final exaltacién a partir precisamente de un sentimiento de su punte, diré, de menor resistencia social, de su debilidad, que es per donde se 1e ha dado e1 hecho de la prueba decisiva de su destino. La fermula se halla muy liquidamente lograda y enunciada per une de les personajes de E1_gate y su selva, y vale para todos les cases: 'Mi debilidad se ha cenvertide en la fuerza mas pederosa de mi vida...'". Ibid., pags. 10-11. 6Eichelbaum, La mala sed, pag. 134. 187 188 7Ibid., pag. 135. 8Ibid., pag. 174. 9Ibid., pag. 202. loIbid., pag. 197. 11Analizande e1 papel del novio de Esther, el mismo critice ahade: "E1 'rele' de Oscar, e1 prometido de Esther, era, sin que él lo supiese, el de simple agente, a1 ser- vicio del poder maléfice que les acechaba a ambos, no menes infelices que el padre y el hermano de Esther." Luis Emilie Soto, Ensaye sobre el teatro de Eichelbaum, pag. 16. 12Eichelbaum, E1 ruedo de las almas, pag. 20. 13Ibid., pag. 22. 14$2£§., pag. 21. 151219- 16l2£§. 1712;9- 18Webster'stglew Collegiate Dictionary define la palabra ”preyeccien" de la manera siguiente: "(Psychol.) The act of externalizing er objectifying what is primarily subjective.” lgEichelbaum, Un hegar, pag. 20. 201bid., pag. 26. 21Ibid., pag. 31. 22Ibid., pag. 81. 23Eichelbaum, La hermana terca, pag. 77. 24Comentando sebre las dos obras que acabamos de pre- sentar, Luis Emilie Soto dice: "Dualidad de imagenes, refleje de almas, reacciones subjetivas: tal es la suma de valores de que se componen Un hegar y La hermana terca. Ne repercuten alli la relaciones sociales, en su materialidad mas ruda y gresera, cenferme a1 sistema eXplotade per e1 crude naturalismo dramatico. En su lugar, 1a proyecciOn del mar de fonde de la conciencia, ocupa el primer plane, de suerte que la realidad fisica llega al eSpectador, tras- mutada en el elemento emotive, a través de aquel fluje y refluje del eSpiritu y de sus resenancias." L. E. Soto, Ensaye sobre el teatro de Eichelbaum, pag. 23. 189 25Eichelbaum, Nadie 1a conocie nunca, pag. 62. 26Eichelbaum, Cuando tengas un hijg, pag. 76. 27£§£g., pag. 90. 28$2$§., pag. 120. 29Eiche1baum, Seherita, pags. 34-35. 30 Ibid., pags. 82-83. lJorge Cruz, en su analisis de esta obra, dice le siguiente con referencia a la actitud de Ernesto: "En efec- to, a les hombres les cuesta concebir esta actitud en la mujer, que equivale ponerse en su mismo plane. Per ese Ernesto piensa en la venganza, 0 en la traicion con otre hombre. Y este comportamiente es el que cenfinara a Elena, come a Alicia y a Felipa en una total soledad." Jorge Cruz, Samuel Eichelbaum, pag. 56. 32Eichelbaum, 33Ibid., pag. 341618., pag. 3SIbid., pag. 36Eiche1baum, 37Ibid. BBIbido' pag. 39Ibid., pag. 4OEichelbaum, 41Ibid., pag. 42Ibid., pag. 43Ibid. Subsuelo, pag. Soledad es tu nombre, pags. 60-61. 79. 76. 77. 212. 236. 240. Divercie nupcial, pag. 254. 316. 317. CAPITULO QUINTO LA TECNICA DRAMATICA En les capitulos precedentes, hemos presentade e1 fonde de la creacien escénica de Eichelbaum y hemos anali- zado las ideas y actitudes que alientan su produccien dramatica. En este capitulo, nos ocuparemos de la forma en que se presentan estas ideas y de la manera en que se eXpresan, convertidas en accien dramatica; examinaremos las varias técnicas y recursos teatrales de que se vale e1 autor para ferjar y presentar su obra; estudiaremes la modalidad dialéctica, sehalando sus aciertos eXpresivos. Fiel al precepte de la estrecha relacien entre eSpiritu y forma, 0 sea, que el eSpiritu de una obra debe dictar 1a forma, Eichelbaum elige para su obra la forma de drama interior,1 con predominio de la palabra sobre la accien. Esta forma cuadra con la actitud de intrespeccien y analisis que caracteriza a sus personajes y cerreSponde a les temas que sus entes escénices enfrentan. Asi, les varies problemas que el autor aborda, sostenidos per una actitud de intrOSpeccien, se expresan en forma de dramas intimos con maxima utilizacién del aSpecte verbal y minima de accién externa.2 A la centextura de dramas, come lo sen 190 191 les de Eichelbaum, corresponde una accién que transcurre en el cosmos interior de les personajes y se exterioriza a medida que les pensamientos se traducen en palabras. La accién externa, segfin 1a tradicienal definicien de conjunto de mevimientes escénicos de les personajes, es escasa en la obra de Eichelbaum y se limita 3610 a lo abse- 1utamente indiSpensable. Asi, e1 paisaje interior siempre se sobrepone al paisaje exterior. La accien interior que se trama en la intimidad del individuo y brota del cheque de fuerzas antitéticas que estén en juego enclaustradas en su conciencia, se manifiesta exteriermente en forma de explicacienes y analisis, destinada a revelar la in- quietud del personaje y a mostrar su textura eSpiritual per medie de la palabra. Asi come 1a forma preferida per e1 autor para la expresien de sus ideas es la del drama interior, 1a manera en que esta concebida 1a aparicibn de les personajes en las tablas, es la escena dual3 demorada per pausas largas. Las pausas y les silencios prelongades, muy frecuentemente utilizades en escenas de dos personas, se usan eSpecialmente en momentos cruciales y en discusiones reflexivas, cuando la mente humana parece incapaz de reaccio- nar ante ciertos estimulos y el individuo, bajo una fuerte tensiOn emocional, parece haber perdido su facultad dia- léctica y expresiva. En tales mementos, un silencio o una pausa pueden decir mas que un caudal de palabras. Per otra parte, una pausa deSpués de un largo parlamento sebre 192 un tema profunde relacionado con la personalidad humana que exige constante atencien del eSpectader, ofrece la eportunidad a1 auditorio de reflexionar sobre el tema en discusien y de suministrar su solucien personal a1 proble- ma que se presenta en la escena, identificandose con el personaje preferide. Alfredo de la Guardia, refiriéndose a este aspecto descellante del teatro de Eichelbaum, dice: "La esencia del teatro de Eichelbaum hay que ir a buscarla en sus largas escenas de dos personajes, cuajadas de pausas, que son los silencios en el compas de las ideas. En ellas palpita y se desenvuelve ese conflicto espiritual que engendra e1 drama, drama, que come ya queda dicho, suele derivar de la mutua incomprensiCSn".4 La indole discursiva de les dramas limita la utili- zacien de recursos teatrales, puesto que la animacien teatral se vierte per la palabra y el conflicto se plantea de una manera discursiva. De aqui, e1 evidente desapego del autor al emplee de recursos propiamente teatrales y su predi- leccién per la cencentracibn y eXpesiciOn esquematica. La supremacia de les discursive sebre 10 active y el predominio de largas escenas duales sebre las breves de conjunto, cen- stituyen rasgos caracterizadores de la modalidad escénica de Eichelbaum, rasgos que con cierta variacién minima, per- sisten a lo largo de su producciOn dramatica y forman e1 nficlee de su técnica estructural desde 1a aparicien de Lg mala sed (1920) hasta el estreno de Subsuelo (1967). 193 La tendencia sehalada a la concentracien esquematica se manifiesta claramente en sus primeras obras, donde las ideas se exponen per una cencatenacién de largas escenas sostenidas per una serie sucesiva de conversaciones; las situaciones se plantean de un mode dialéctice y les carac- teres se definen por los comentarios eXplicatives de les personajes. El primer acto de La mala sed consta de cuatro escenas, de las cuales tres son de tipo dual. En la primera, intervienen Den Guillermo y Elsa; la segunda es una escena breve de transicion en la que participan les. des personajes mencionades y Atilio; 1a tercera se desen- vuelve entre Den Guillermo y Atilio; en la cuarta escena intervienen les des eSpeses. Asi, en el primer acto, presenciames tres escenas cencehtricas en las que les personajes se enfrentan en pares, y se plantea e1 problema de la pasien del padre y del hije de una manera discursiva. El planteamiento de las situaciones surge exclusivamente de les comentarios eXplicatives y del analisis de les per- sonajes mismes, y no deriva de escenas definiterias, ni de otros recursos directes. En les des actos que siguen las escenas mas importantes son del mismo caracter dual, come per ejemplo, 1a escena segunda del acto segundo entre Atilio y su madre Elena; 1a décima escena del mismo acto entre Den Guillermo y Elsa; y la cuarta del acto tercero entre la hermana Esther y su madre Elena. Otre ejemplo de estructuracién esquematica con persistencia de la escena 194 dual es la pieza En tu vida estgy yg. La obra consta de cinco actos de les cuales e1 filtimo esta dividido en des cuadros. La sustancia argumental consiste en cinco diale- gos larges, cuajados de pausas, en les cuales les personajes se enfrentan en grupos de dos. Empieza con una escena ex- tensa entre Marta y Julie, en que se verbalizan les senti- mientos intimos de les jevenes y se decide e1 rompimiente del noviazgo. DeSpués del acto segundo en que hay sele escenas de conjunto, siguen des escenas duales del acto tercero. En el acto cuarto presenciames.la cenecida escena entre Marta y su eSpOSO Rogelio, donde Marta analiza sus sentimientos y descubre el amor latente per Julie. En el acto quinte se desarrolla 1a escena final en la cual Julie y Marta vuelven a encontrarse. Examinemos ahora la estruc- tura de Subsuelo, una de las filtimas obras. Tres actos componen esta pieza, e1 filtime dividido en des cuadros. De las cuatro escenas del primer acto, las des (I y II) sen cenfrentamiento en que intervienen des personajes. E1 acto segundo tiene cuatro escenas de tipo dual y tres de conjunto. E1 acto tercero consiste en seis escenas, de las cuales cuatro son de indole dual y des de conjunto. La obra en su totalidad presenta la forma de un dialego extenso entre les cuatro personajes principales que alter- nan de a des, interrumpides de vez en cuando per la inter- vencien episedica de la criada, e per una escena breve de transicién. El argumento se deSpliega de un mode 195 esquematice y lineal siguiendo e1 patren establecido de la escena modele que hemos sehalando, con evidente pre- deminio de la accién interior sebre 1a externa. Hay que aclarar que este desequilibrie entre esencia dialéctica y accien externa varia a través de la preduccien dramatica, y se halla mas frecuentemente en las primeras piezas que en las filtimas. Ademas de La mala sed y En tu vida estoy yg cuyas estructuras hemos presentade, 1a tendencia de esta deSprepercion se observa en El ruedo de las almas, Un hegar, La hermana terca, Soledad es tu nombre, Cuando tengas un hije y otras. Con la composicién de nuevas obras y constante esfuerzo de superacién, e1 autor gana mas eXperiencia y su arte dramatice adquiere una destreza mayor que se manifiesta en la utilizacion de recursos mas eficaces y en el emplee de contrastes que varian 1a manera de abordar les problemas, y majera e1 métede de manejar les conflictos. Ya e1 planteamiento de una situa- cion e de un conflicto no surge de las ebservacienes explicativas de les personajes mismos de un mode discursive, sine que se moldea per les comentarios de otros personajes, per las acciones y mediante otros efectes mas directes y de mayor eficacia teatral. Come ejemplo de esta evelucien del arte escénice de Eichelbaum podria citarse 1a obra Seherita, donde 1a manera discursiva de plantear e1 cen- flicte se sustituye per una técnica mejor y variada. La obra consiste en cinco actos. El primere abarca tres 196 dialogos principales: uno de la protagonista Elena con su tia Resaura en el cual se eXpene 1a actitud adversa de la hija hacia el padre; otre de Elena con su amiga Chela donde se revelan les planes de aquélla y su proyectada huida de la casa paterna: y el tercer diélego entre e1 padre Eduardo y su hermana Resaura en que se discute e1 contenido de la carta de Elena y la huida de ésta. Desde el punto de vista estructural, el primer acto de Seherita se parece a1 de La mala sed. Mientras en La mala sed e1 conflicto se plantea por las explicacienes y analisis de les persona- jes que intervienen en los tres dialegos, en Seherita e1 planteamiento de la situacien de Elena surge del dialego con su tia, de la actitud de la protagonista hacia su padre, de la discusien con su amiga Chela, de la carta que Elena deja y del hecho mismo de su escape de casa. Asi, al mode discursive de plantear e1 problema en La mala sed, en Seherita tenemes una manera mas directa.5 A partir de esta obra, la tendencia del autor a1 esquematismo y la eXpesicién cerebral de les hechos se limita y es sustituida per otra mas variada que consiste en la intreduccién de contrastes, caracterizacien indi- recta (per medio de otros personajes) y utilizacibn de efectes mas directes. La estructura de PSjare de barre, presenta esta forma menes esquematica, y la intreduccien de escenas cestumbristas que centribuyen a la definicien cencisa del caracter de les personajes.6 197 Otra pieza que ejemplifica esta tendencia, es la obra Des brasas en que el autor utiliza una cembinacien mas variada de efectes de caracterizacien teatrales. A1 lado de la ya sehalada manera verbal del analisis intre- Spectivo que les personajes mismes inician, se observa otra manera de plantear situaciones y de definir semblanzas de personajes. Veamos esta combinacien de autedefinicién del personaje per declaracién prepia y per medie de hechos. Robert Morrison es un individuo que a1 principio de la obra representa 1a contrafigura de su eSpesa Eleanor, mujer cenecida per su avaricia proverbial. Esta, a1 trans- ferir su dinero a nombre de su eSpeso, 1e transmite también su vicie deSpertandele un sentido de avaricia que el eSpese no puede controlar. Las caracteristicas de su nueva pasién las rercibimes, primere, de la confesien del mismo Robert cuando dice: ”Yo no soy un avare de orden cemfin. Mis convicciones auxilian censtantamente a las fuerzas que t6 has deSpertado en mi".7 Luego, vemos las mismas caracteristicas trazadas per otros personajes, come per ejemplo, por el abogado Byrton, que a1 enfrentar- se con su cliente deSpués de siete meses, exclama: "La verdad es que pedia esperar otra conversion. Podia haber venide confiado en ver la liberacien de Mrs. Morrison, y me hiere e1 entendimiento y la vista e1 eSpectacule de su cautividad denigrante".8 E1 padre de Robert a1 escu- char les proyectes de su hije para ganar dinero (Robert 198 compra piezas de hierro vieje con la eSperanza de que la eXplosibn de una guerra pueda traerle muche dinero de la venta del hierro para fabricar armas de fuego) no lo re- cenece, lo repudia y ahade: "Has rendide nuestra sangre, nuestro eSpiritu, nuestra alma a1 dinero, y ahora hasta tu nombre perdiste. Porque t6 ya no eres Robert Morrison, sine e1 avaro. Y tampoco tienes dinero: no tienes mas que avaricia, sabelo una vez, es la derrota del libre albedrie".9 La inclusion de hechos contribuye también a la pintura del caracter de este avare extraordinario, eSpecialmente 1a escena en que Robert figura come hombre de negecies cemprande hierro vieje. Per fin, e1 contraste mismo del cambio efectuade en su personalidad mediante la la polarizaciOn del vicie, es otre aSpecte que contribuye muche a la definicien de su caracter. En la misma obra, 1a semblanza de la eSposa Eleanor, cempendie de avaricia, se ferja de las declaraciones del mismo personaje, del analisis detallade de hechos cencretes mecionades per e1 eSpOSO ante e1 abogado (acto I) y de las escenas entre Eleanor y su amiga Mrs. Poepesce, en que se alude a1 remote origen del vicie que arranca de les progeniteres de Eleanor. Per fin, esta presentacibn escénica de la avaricia encar- nada per Eleanor, se complementa con la manera en que viste e1 personaje, detalladamente descrita per e1 autor en las acotaciones: 199 Per la puerta de fore del antedeSpache aparece Mrs. Eleanor Morrison. Viste de manera tal que llama la atencién, pero no per e1 lujo ni per la pobreza de su vestido, sino per cierta extra- vagancia que, a1 pronto, no se sabe en qué con- siste, pero no se tarda en descubrir que lo que lleva puesto es resultado de una paciente y, por cierto, muy habil utilizacien de trapos viejes a los que convierte en lo que lleva pueste. El caracter de la pareja de les Morrison se define también per e1 decorado mismo de la obra que el autor describe de la manera siguiente: Casa de matrimonie Morrison en Nueva York. Un gran living cuyos cuatro rincones han side aprovechades de distina manera, no obstante lo cual se confunden per su heteregeneidad. Se neta un amontonamiente de pequehas cesas - fili- granas de metal y de vidrie, caracelillos, diversas minaturas, etc.- distribuidas con pre- lijidad, pero sin sentido de le sebrio. En uno de les angulos - e1 finico que, a pesar de todo, puede ser individualizade-, una maquina de escribir pertatil, modele antigue, sobre una mesita "ad hec". E1 ambiente todo es extraho y parece deSpedir e1 tufe caracteristice de les setanes. Les muebles, per otra parte, son 3611- des pero viejes, aunque de cierto buen gusto, y dejan la impresien de no cerreSpender del todo a1 ambiente.ll Analicemos ahora 1a estructura de El gate y su selva, para ver ceme en esta obra 1a semblanza escénica del personaje principal Eleuterie se ferja, ademés de les otros recursos, también del decorado de la obra. E1 acto primere de la obra consta de tres escenas basicas en que intervienen Eleuterie y la muchacha planchadera, Eleuterie y sus des tias solteronas, Eleuterie y su amigo Rafil. E1 acto se- gundo contiene des escenas que se desenvuelven entre 200 Eleuterie y su amiga Ana Rosa, y Ana Rosa y su padre. El tercer acto abarca también des escenas, una entre las dos hermanas solteras, y otra entre Eleuterie y Ana Rosa. Estructuralmente, esta pieza cabe dentro de la caracteristica escena de tipo dual que hemos descrito y analizado. Sin embargo, la manera de definir e1 carac- ter del personaje principal y el mode de plantear e1 conflicto no es la manera discursiva; se ferja de les hechos y de otros recursos escénicos mas directes. La primera escena de la discusién entre Eleuterie y la muchacha planchadora seguida de la de las dos tias, ofrece la eportunidad de distinguir les rasgos fundamentales que van a constituir e1 perfil fisice y eSpiritual del preta- genista. En estas escenas principales, observamos las ideas de Eleuterie sobre la meda, eXpresadas a prepOSite de las camisas que la muchacha trae planchadas; percibimes su ideologia sobre el matrimonie y atestiguamos e1 tempera- mento de la tia Merceditas a1 averiguar que su sobrino estaba cenversande con una muchacha planchadera. El carac- ter de Eleuterie se complementa per las acotaciones que describen e1 decorado de la obra. "Una habitacien de sol- tere. Muebles viejes y macizes, no obstante e1 medio siglo que se les puede calcular el uso. Todo es orden y limpieza, y no falta algfin detalle discretamente revelador de un romanticisme desaparecide".12 Debido a la naturaleza discursiva del teatro de 201 Eichelbaum y a la atencien acerdada per e1 autor a la palabra, les demas aSpectes de su teatro tienen un signi- ficade secundarie. Asi, con la excepcien de algunas obras, e1 autor no se ha preocupade muche per e1 aSpecte visual de sus creaciones. Su decorado favorite es el de una habitaciOn, de un patio, de un campe, y a veces, de una estacién de ferrecaril, come en algunas escenas de Soledad es tu nombre y Las aguas del munde. E1 ambiente de un hegar parece ofrecer a1 autor e1 lugar adecuado donde con minima decoracién, 1a atencien del eSpectader se dirige integra a1 elemento dialéctico de la escena- puesto que el caracter discursive de su teatro exige constante aten- cien - y no a1 aSpecte visual. En Vergfienza de querer, tratando de modernizar e1 aSpecte visual de su teatro y enriquecer 1a obra con la técnica cinemategrafica de breves enfoques simultanees en les varies cuartos de la misma casa, Eichelbaum utiliza e1 escenarie mfiltiple y simultanee. Mediante la utilizacien de tres escenarios simultanees, e1 autor trata de captar 1a accien que se desarrolla simultaneamente en les tres cuartos de la fami- lia intensificando su enfeque cada vez que la accien se traslada de un escenarie a otre. Les frecuentes cambios de enfeque centribuyen a la definicién de les personajes secundaries, que en esta obra particular adquieren suma importancia, debido a la funcien de contraste que ellos desempehan. Asi, e1 contraste escénice y visual 202 conseguido per e1 cambio de enfeque de un escenarie a1 otre, esta en plena armenia con el papel antitétice desem- pehade per les personajes secundarios. Este recurso del paralelismo entre antitesis escénica y contraste de persona- jes, da a la obra cierta plasticidad que produce el efecto de pequehos cuadros de pintura donde les personajes se mueven entre sutiles pinceladas de luz y sombra en un juego constante entre clare y oscuro. E1 doble enfeque simulta- nee a1 ambiente y al personaje produce un equilibrie entre accién interior y externa que se traduce en balance escéni- co entre palabra y accién. E1 equilibrie es el resultado de accien externa exigida per la utilizacien del mfiltiple escenarie y repartida entre las escenas en preporcienes iguales, a veces sin palabras. Asi, las largas escenas entre des personajes demeradas per pausas, se reemplazan per escenas breves de conjunto en las que aun durante un large silencio se ebservan mevimientes escénices de les personajes. Leemes en una acotacien del primer acto en Verguénza de querer: (Large silencio. Digiaceme dibuja, Abel observa y Don Francisco sorbe lentamente su café con leche. Luego de un instante, Goya vuelve, come deSpués del bahe, y entra a su habitacién. Per la puerta del fore aparecen Anibal Meléndez y Regina Larmare, ne- via ésta de aquél. E1 primere abre 1a puerta con un llave y 1e da pase a la mujer, que se queda alge cohibida, mientra eSpera que él guarde su llavero.) La misma escena de large silencio seguide per acci6n externa, se repite al final del mismo acto, cuando un enfeque 203 simultaneo en dos puntos distintos muestra les mevimientes celectives de la tertulia y les mevimientes espasmodicas de Don Francisco, padre de la familia, que simbolizan la muerte. En el acto segundo, se observa la misma pausa larga, esta vez, en dos escenaries. Citemes la acotacien: (Se produce un large silencio en los des escena- ries. De pronto, Flora, come quien tema una re- selucién, abandona su asiente y se dirige hacia 1a habitacien de Juan Manuel supeniéndele alli. A1 abrir 1a puerta y no verlo, se dirige a la habitacion de Goya, cuya puerta abre vielente- mente. Se sorprende de ver a Juan Manuel ha- ciende e1 retrate de la hermana y le demuestra observandelos un instante con cara de asombro.)l4 En Rostrogperdide, Eichelbaum vuelve a emplear el escenarie mfiltiple utilizando cinco de ellos. En esta obra, come en Vergfienza de querer, 1a preocupacien del autor cen- siste en la presentacien de un trozo de vida celectiva (1a accien se desenvuelve en una pensién) enfecando les proble- mas persenales e integrandeles dentro de la situacien celectiva de la pensién. Asi, se retrata la celectividad con coleres vivos, y al mismo tiempe, se hacen destacar les rasgos descellantes de la personalidad del protagonista poniende énfasis dondequiera que exija 1a esencia de la obra. En concerdancia con la division del decorado en cinco escenarios, esta la fragmentacién del dialege durante las escenas en que se enfoca simultaneamente mas de un escenarie. En tales momentos, se puede observar 1a dis- cusien que se desenvuelve entre des parejas e grupos en 204 des distintos escenarios y sebre diversos asuntos, donde les parlamentes de un grupo se interpenen y se interrum- pen per les comentarios del otre. En este case, el dialege no sigue e1 tradicienal esquema lineal, sine que se presenta entrecortade en fragmentes, segfin exige 1a naturaleza y la tonalidad de las conversaciones. Citemes come ejemplo una escena del primer acto en la que pre- senciames la conversacien simultanea de dos grupos: une, entre Cucha, Timotee y Florinda, que cementan sobre la llegada de la nueva pensienista, criticande sus maneras y apariencia; y otre grupo entre Angela Custodia, (la nueva pensienista), y su hija Adelina, escena que tiene lugar en su cuarto y versa sebre las filtimas impresienes de la madre e hija antes de salir de casa. Otra obra en que se usa e1 escenarie mfiltiple, es Gabriel e1 elvidado, donde e1 escenarie del primer acto esta repartido en des partes: un "living room" y un baho. La divisibn sirve para intreducir la escena inicial de la obra entre Gabriel y su amante Ratena y para mostrar la preecupacien y el cuidade de ésta per e1 mantenimiento de las lineas de su cuerpo y de su belleza. Mas tarde, estas preocupaciones de la joven van a contribuir a1 ferjamiente del conflicto, pues, Gabriel quiere verse reflejado en un hije, y Ratena no se 10 da per temer de que el nacimiento de un hije estrepee su cuerpo. Asi, la funcien del doble escenarie sirve para la presentacien de 205 rasgos notables del personaje, para la definicién parcial de su caracter y para la intreduccién de un hecho que va a cebrar suma importancia en el desarrollo de la obra. En un teatro de indole discursiva, come lo es el de Eichelbaum, 1a palabra desempeha un papel de gran imper- tancia. Per medie de ella se revela 1a intimidad de les personajes y se sintetiza e1 conjunto de las fuerzas que exteriorizadas ferjan e1 conflicto del drama. A raiz de la importancia que cobra el aSpecte dialéctice en la obra de Eichelbaum, les criticos han examinade con eSpecial cuidade su modalidad linghistica y han formulade varies criteries sobre el caracter discursive de su obra. Alfredo de la Guardia, comentando sobre el aSpecte "hablado" de la produccién dramatica eichelbaumiana, dice: Se ha diche también, que las obras de Samuel Eichelbaum sen demasiade ”habladas". A mi juicie, no es que sean demasiade "habladas". E1 eSpectader poco atento puede recibir esta impresien; pero e1 avisade advertira que son obras "razenadas". Les entes escénices de Eichelbaum son, generalmente, personas de inteligencia aguda. La dificultad en el arte dramatice esta, precisamente, en relacien directa con la racionalidad de les seres mevi- des sebre e1 tablade. A mayor racionalidad, mayor verdad, mas elevado arte. En cambio, cuanto mas irracienales sean esos seres m5s facilidad para manejarles, mas engaho, mas artificio. 5 Roberto Giusti habla del "marcade caracter cerebral" del teatro eichelbaumiano y comenta sobre la racionalidad de sus personajes, la cual considera come un elemento que 206 ebstaculiza la eXpresien eSpenténea de les personajes. "Per ser desmasiade razonadas, las reacciones de les perso- najes no cenmueven; per su artificiesidad frecuente no conmueven. A veces hay belleza y profundidad en el cen- cepte, también poesia; pero falta emocien, ese caler de vida,ese aliente humane que es la esencia de la verdad artistica en el teatro".l6 E1 mismo critice, comentando sobre el lenguaje, ahade: "Cuanto a1 lenguaje, se resiente a menudo de la incongruencia entre su constante aSpiracien a expresar con dignidad les personajes, y el emplee de 17 La variedad tema— fermas gramaticales del habla vulgar". tica abordada per Eichelbaum y la censtelacién de les per- sonajes encargados de interpretar estes temas, exige un lenguaje rice en esencias expresivas, adecuado a la cen- textura de les personajes y ajustado a1 ambiente escénice de las varias situaciones. Sin embargo, esta adecuacién lingfiistica a1 personaje y a la situacibn no se advierte con la misma densidad y constancia en toda la creacién escénica. E1 lenguaje de las primeras obras, es, per lo general, altisenante, pobre en matices y en expresienes idiomaticas, y se caracteriza por un estilo afectade y per una reterica en la que abundan les términos semicultes y las eXpresiones que no cuadran con el tone del lenguaje celequial. Citemes come ejemplo probative de este tipo de lenguaje descuidade, el treze siguiente de La mala sed, en que la madre eXpresa su alegria por el cambio observade en 207 1a conducta del hije Atilio: Si supieras lo que me alegra. iQué no diera ye para que siempre te cenduzcas asi, hije! Buene, apenas te habitfies un poco a la vida de hegar, ya palparés tfi mismo les beneficios de ese cambio. Tu padre, que sabe mejor que yo come vives, pueste que esta siempre con ustedes, me hable de tu juicie de estes filtimes dias. E1 confia en que no tardarés per comple- to, cencreténdese a llenar de felicidad tu casa. Ya es tiempe, Atilio. Has podido observar tan crudamente las consecuencias de una vida irregu- lar, de abandono, que tu ebservacien equivale a una larga eXperiencia.18 Transcribimos ahora otre ejemplo del mismo tipo de lenguaje, esta vez sacade de El ruedo de las almas, estranada tres ahes mas tarde (1923) que La mala sed. E1 pasaje forma parte de la escena inicial de la obra en que la sehora de Amador se lamenta ante su eSpese per la manera de su cem- pertamiente: "No he podido sepertar per mas tiempe tu alejamiente. Deseyende censejes y deponiende mi orgullo, vengo hacia ti, no a historiar tu conducta, que es cesa ya irremediable, sine a implerarte una rectificacien de hecho. Ni siquiera estoy diSpuesta a interregarte nada. Sele tu reterne me interesa. Tu reterne en cualquier forma, asi sea bajo 1a condicien expresa de mi sometimiento abso- lute a tu persona".19 En las obras que siguen, el sentido estético de la lengua llega a un nivel mas elevado y ad- quiere cierto tone de veresimilitud, parcialmente debido a1 "vesee" que el autor utiliza en las escenas de tipo familiar. Como ejemplos de este tipo de lenguaje podrian 208 citarse las obras El gato y su selva, Seherita, y etras. Aunque en el lenguaje de este periodo se advierte cierto esmero literario y mayor destreza y cuidade expresives, todavia no ha adquirido e1 nivel de eSpentaneidad nece- saria y la adecuacien exigida per la censtitucien de les personajes y la caracterizacién de las situaciones drama- ticas. Este nivel lingfiistice no se logra hasta 1a apa- ricion de Des brasas, (1955), en que el lenguaje llega a un punte de madurez notable, caracterizado per su calidad literaria, precisien eXpresiva, cuidad selective y agudeza dialéctica. En otra ocasien, hemos sehalade que, a pesar de la clara intencien del autor de superar la censagrada tradi- cien del teatro cestumbrista siguiendo 1a senda del teatro universal, sus mejores aciertos dramaticos se censiguen dentro de esta pauta cestumbrista. Asi, come la accien de algunas de sus mejores obras se coloca en el campe, 0 en el suburbio, produciendo las mejores escenas de su creacien dramatica, e1 lenguaje de estas obras llega a un punte de culminacien y adquiere un tone de espontaneidad y naturali- dad alcanzando sus mejores aciertos dialécticos. Come ejemplos ilustratives de este lenguaje de tradicién ces- tumbrista que deriva del ambiente campestre y se ajusta a la centextura de les personajes y a la exigencia de las situaciones, podrian citarse e1 lenguaje de Un guapo del 900, Un tal Servande G6mez, P5jare de barre, y Las aggas del munde. 209 Citemes primere un fragmente de Un guapo del 900 que pertenece a una de las mejores escenas de la obra, en la que intervienen e1 guapo Ecuménice y su madre Natividad. La madre pide algunas eXplicaciones sobre el crimen ceme- tide per Ecuménico y éste se las ofrece de la manera siguiente: Ye sé que tenia que castigar a1 badulaque ese, que humiyaba a traicien a un hombre entere come den Aleje, porque no era bastante hombre pa hacerlo de frente. Esa mujer no es nada mio, pero cuando supe que engahaba a su maride, me distancié de den Aleje. Ne pedia servirlo ya come lo habia servide siempre. Me parecie que un hombre no pedia servir a otre emporcae per una mujer. éMe comprende, vieja? Le miraba a den Aleje y le veia menos en la cara. Y no sé quien, que estaba siempre a mis eSpaldas, me decia: "éNe ves que es un castrae?" Seguir cerca de él, sabiende lo que 1e pasaba, hubiera side una traicion. E1 dectercite ese imal paride! - me puso en el trance de traicienar a den Aleje. iTraicionar- lo ye, vieja! Usté sabe que no soy una taba, que puede caer de un lae e de otre. Ye caige en lo que caen les hombres, ni aunque me espere, el degueye a la vuelta de una esquina. Tenia que darle su merecido. Ne pensaba matarlo. Digo 1a verda. Queria darle un escarmiente no mas. Pero uno prepone y las cesas diSpenen. Me maltrato, quise manosiarme.. Me yamo cobarde, justamente cuando yo taba maniandeme per contener mi arma. aQué iba a hacer? (Pausa.) Total, que ande ahura con una muerte que tenge que pagar. Come se puede ver en esta transcripciOn, e1 léxico abunda en eXpresienes pepulares y colequiales que admirablente cuadran con la centextura del personaje; en contracciones pepulares per apecepe (verda per verdad; usté per usted; taba, forma reducida per aféresis de estaba.) Mediante una 210 serie de parrafes certes y concises, se eXpenen aqui les motives que han dictado 1a accien funesta de Ecuménice, un crimen cometido no para proteger la vida del caudille pelitice, sine para vengar su honor manchado. En linea con la forma pepular del lenguaje y del estilo, la eXposi- cien y la argumentacien se interrumpen para interpener una pregunta en forma retorica ("Me entiende, avieja7"), 0 para justificar sus actos ("aQué iba a hacer?"). Esta filtima pregunta sirve para marcar 1a transicien entre la parte argumentativa y la cenclusiva. A centinuacion, citemos un treze de Pajare de barre, que constituye parte de la filtima escena de la obra. Felipa se encuentra sola en la escena, después de haber rechazade e1 matrimonie que le efrecie Juan Antonio. En una eSpecie de menelego interior, 1a joven madre da rienda suelta a su emecien hasta ahora contenida y en un verda- dere grito de dolor materno eXpresade ante la cuna de su nihe dormido, dice: (Duérmase, chiquite! Es mejor que se duerma. Usted no tiene que oir las cesas que aqui se dicen. iDuérmase! iDuérmase, querido! Ya tendra tiempe de saber lo que no sabe Doha Pilar: ique hay gfiérfanos de padre y madre vives! Esos son los verdaderos gfiérfanes, porque a les otros hay quienes se entretienen compadeciéndoles. Llegara el dia en que usted sabra bien lo que 1e ha pasae a su madre, y entonces tal vez comprenda, come yo, que da lo mismo llevar un apellido que otre, cuando se ha nacido con el alma de palema e de eveja. Cuando llegue esa hora, tal vez comprenda que usted ha nacido porque 5510 el amor de 211 su madre lo ha querido y sehade. Si, en usted no hay mas que mi amor, un pobrecite amor desdehao... Ne le hace e1 parecide... Con les ahes cambean las caras también. Y usted, si alcanza todo lo que ha sufrido su madre...tode lo que ha hecho pa...pa llegar a esta casa... Duérmase, mi Angel... Duérmase y hagase buene... Es tante lo que tendra que perdenarme...es tante lo que tendra que perdenarme...tedavia mas de lo que yo debe perdenar a les etros...(Estrecha nuevamente a su hije contra su peche y se deshace 21 en un llanto que es elee en la llaga de su dolor). E1 fragmente refleja no 3610 el ritmo de la accien exterior (mevimientes y gestos de la madre ante la cuna del nihe), sine que registra las reacciones intimas del personaje eXpresadas en parrafes certes, interrumpides per pausas breves. La evocacien de la aventura padecida, la revela- cién de un sentimiento de culpabilidad per haber traido a1 nihe a1 munde y la eSperanza de que un dia la madre pueda ser perdenada per e1 hije, son los asuntos que tejen e1 contenido de este treze. Refleja este fragmente e1 sentido profundamente humane de Eichelbaum per la manera en que el personaje erganiza y exterioriza sus sentimientos recéndi- tes y per e1 mode de manifestar su ideologia personal, todo un compendie de creencias antitéticas entre e1 desa- pego a la cenfermidad social y el apego a les valores pura- mente humanos. E1 lenguaje es sencillo, y revela pasien auténtica y profunda. E1 caracter recertado del phrrafo, la repeticién de unas frases eXpresadas en mode imperative (Duérmase, chiquite; Duérmase, angelite; Duérmase, querido) y el planteamiento de la situacien misma, infunden a1 212 fragmente un tone peétice de una dolorosa cancien de cuna, que a1 mismo tiempe tiene e1 efecto de la imitacion ritmica del solleze. Transcribames ahora un pasaje de Un tal Servande Gemez que pertenece a una escena donde Servande, en una manifestacien de su bondad, habla a un terdille mientras lo rasquetea. (Peco que te gusta a vos que te rasqueteen y que te bahen y que te cepillen y que te tuse! iY que te pengan hasta mohites en las crines! Si pudie- ras, andarias con adernes en la cola. Si fueras cristiano, te lo pasarias en les cemercies todo el santo dia, come las mujeres per las tiendas. iQué raza de animal la tuya! Ahi andan las mujeres de ustedes, panzenas, hurahas, con el pescueze alargade hacia el suele, mezquinéndeles las crines a las tijeras. En vez, ustedes, les hombres, andan con el cogete erguido, la cabeza en alto, presumiéndeles a las hembras. Sen come les liones. Y ahora que caige: iceme les paves tambien! En la raza de les liones, sen ellos, les maches, les que presumen. Dies les ha dado una melena come de llamas, y unes ojos que hacen chiSpas, come e1 carbOn. Y clare, las mujeres les andan detras, husmeandoles come cuzquites. iQué van a hacer las pobres! éCen qué van a presumir? Si hasta en el cuerpo les maches las aventajan. iMenes mal que les lienes sen muy hombres cuando pinta 1a ecasienl iPere les paves! éQué me dice de les paves, amigo? Compadréeme ahora, si es guapo. Abren su cola, muy bonita - no digo que ne-, pero no para un macho. iEse si que es de mujercitas! De mujer que se pavonea, es claro. Hay que verles, pretensieses y estira- dos, come con jaque y cuello dure, recorriende e1 gallinere, sin dejar acercar a las pavas - ipavotas!-, de miedo a que les estrepeen 1a cola come si fuera todo lo que tienen de hombres. lHégame e1 favor! Y no le digo mas de lastima. Ya seria un abuse seguir hablando de su desgracia. (Le acaricia e1 pescueze). No se me eneje. No ve que no quiero ofenderle. Lo veo tan presumide, que me da risa.22 213 Como en las transcripcienes precedentes, se ofrece aqui un ejemplo del estilo de Eichelbaum, muy caracteristice no 5610 de su dialego de las obras rurales, sine del monelege de este fragmente: un estilo directo, pepular y celequial, a veces trivuflq pero siempre ajustado a1 ambiente y a les tipos. E1 lenguaje sencillo de las capas pepulares esta en tone con el caracter natural y eSpentAneo del carrere, cuya satira sutil sebre unes animales eXpresada en un tone juguetOn, representa una de los rares cases de humor en la obra eichelbaumiana. E1 autor, comentando sobre el aSpecte del humor, dice lo siguiente en las acotaciones que preceden a esta escena: ”El buen humor de Servande brota de todos les pores de su cuerpo y hasta parece hacer mAS translficida la hermesa mahana de verano en que se inicia la accien de la comedia." En suma, en los tres fragmentes trans- crites, hemos viste unes ejemplos tipicos del lenguaje de Eichelbaum utilizado en las obras de caracter rural, un lenguaje natural, eSpontanee, pepular, de pasiOn auténtica y de humanidad henda, encaminado a eXpresar las emociones profundas de les personajes y la poesia sutil del campe. El escenarie del campe parece inSpirar a1 autor obras en que la accien dramatica se deSpliega con mas naturalidad y con menes esquematismo constructive; les personajes se mueven dentro de un ambiente 214 provinciano y reSpiran el aire de la poesia proporcienada per la naturaleza, mientras hablan un lenguaje pepular, rice en matices y eXpresienes idiomaticas. Recerdemes la escena en la estaciOn del ferrecaril en Soledad es tu nombre, donde Alicia, cansada de la agitacién y adversidades de la vida urbana, encuentra bajo el ciele necturno de la pro- vincia la tranquilidad psiquica que tante anhela. Asi describe e1 autor e1 colorido ambiente de la noche provin- ciana que encanta a Alicia. "Son las once 0 las doce de una noche estival de Entre Rios. Una luna llena, iluminada todo con una luz traSparente y blanca, de auténtica calidad de magia, quitandele realidad a la atmésfera, a cambio de un clima de sebre-realidad, bruscamente interceptada per 24 la luz mortecina de las 1&mparas a kerosene." E1 cuadro necturno se completa con la impresiOn personal de Alicia, la cual parece haber encontrado en la naturaleza e1 verda- dere amparo y balsamo censelader a su dolor y desqracia. Me ocurre alge extraho. Estey sufriendo una gran desgracia. He perdido a mi madre hace pocos dias. E1 dolor es reciente, pero ya la pena se me ha metido muy honda. Y, sin embargo, bajo este ciele tan pure, en esta noche clara y serena, siente una profunda cenfermidad, una resignacion tranquila. Ha sido una suerte no encontrar quien me llevara a la chacra de mis parientes. Para una muchacha de ciudad, e1 descubrimiento de un ciele come éste, de una noche come ésta, es un acontemimiento verdadere. En la ciudad una no siente nunca pesar sebre si etras fuerzas que las del azar y el dinero. Las des envilecen. Una se comporta segfin 1a faverece aquélla o ésta, y, es clare, es ferzose cenducirse siempre mal. Aqui, en cambio, en medio de la mayor desventura, puede una persona 215 encontrar un amparo inesperade: una hermasa noche, una estrella grande. Hay tantas, que se cree ver entre todas ellas "1a buena estrella" que debia correSponder a una.25 Otra escena de la misma indole campestre que tiene lugar en una estaciOn del ferrecarril, es la escena inicial del cuadro segundo de Las aguas del mundo, en la que el protagonista Laureano conversa con el Jefe de la estacién, mientras e1 joven esta eSperando e1 tren que lo llevara a prestar su servicio militar. Una estacién de ferrecarril, de pueblo chico, vista desde 1a trecha pr6xima al andén. En segundo plane, a la izquierda, altos eucaliptes que preyectan sombras gigantescas sobre el suele bahandese en plata de luna llena. Detras de les mismos,aibmbre tejido, apenas perceptible entre les vigoroses trencos de les arboles y las vegetaciones adheridas, que cencluye en el graciese melinete de madera que da accese precisamente al andén a les que vienen del pueblo y atraviesan el breve camine ennegrecido con la carbonilla triturada per e1 andar de la gente. DeSpués, e1 inveriable edificie de la estaciOn prepiamente dicha, con su lfigubre boleteria, su sombria sala de eSpera y lo demés. Un vieje banco de plaza pintado de color marrOn, con algunas letras berresas que alguna vez fueron blancas. El farol a kerosene, 1a campana minfiscula, etc. Ya no es noche - 1a limpia y vibrante noche de primer cuadro - pues ya se percibe la luz diurna en la lujoriesa transparencia del ciele, en el este, Empebrecide per las pobres luces de les fareles.2 Con sencillas pinceladas crematicas, e1 autor ha pintado otre de sus cuadros plastices acertado en su cencepcion y luminoso en su apariencia, adecuado a1 caracter y la cen- textura intima del personaje. Une de les aspectos que contribuye a la fina pintura del cuadro es, sin duda, 216 la interpesicién de la luz diurna que percibe en "luju- riosa tranSparencia del ciele." En la presentacibn de estas escenas campestres, la luz natural que el autor cuidadesamente apunta en las acotaciones, parece consti- tuir en elemento integral del escenarie campestre, destinade a pretar naturalidad a la escena y color a1 cuadro. A lo large de las obras rurales, abundan las escenas en que la encantadora luz de la luna ahade un misterio de silencio y de paz cesmica en una perfecta fusion de poesia y crematisme. Citemes algunos ejemplos de este tipo de ”iluminegrafia natural". En el acto primere de Las gguas del mundo, "E1 reSplander de la luna da sobre la escena familiar imantandela de poesia."27 En la escena inicial de Pajgro de barre, "La azulesa luz del alba, que se filtra, suave, per la puerta cerrada y el teche, 1e ha creado a Felipa pequehes puderes que 28 velan de fragil misterio su simpleza natural." En el cuadro segundo del acto primere de Un ggape del 900, "Al levantarse e1 telon, 5610 la luz de la luna, que se filtra per la puerta entreabierta, disipa las sombras. Alguien abre las des hojas de la puerta del fore y se ensancha la luz lunar."29 El sortilegio de la naturaleza, enriquecido per matices de color local, estimulan un tone lirice, evidente en las escenas donde las pinceladas del cuadre de la naturaleza entenan con la semblanza de les personajes. Esta fusién lirica se advierte en Las aguas 217 del mundo, donde Laureano, deSpués de haber prestade su servicio militar en la marina, describe su eXperiencia en "las aguas del munde" ante e1 asombro de sus amigos: A berdo se vive. iEso es vivir y no lo que hacemos nosetros aqui! Las aguas son mas lindas que la tierra. Antes yo creia que todas son iguales. iQué van a ser! Hay aguas suavecitas y blandas come cuere'e liebre, y hay etras mas duras y mas ESperas que la piedra. Si hasta chiSpa de luz y fuego encontras en ellas. Ne sé que juerza tienen les ojos se quedan pegaos a1 lomo terdille del mar y cuando tenés que dirte todo te parece fee y te sentis infeliz.30 Les puntos salientes de este fragmente consisten en la manera sencilla en que Laureano cuenta sus aventuras; en el vocable que emplea para describir las aguas ("suavecitas", "duras," ”aSperas") que parece seguir e1 ritmo de un "cres- cende acuatico", en la selecciOn de términos adecuados y pepulares para establecer 1a comparaciOn de las aguas per medie de similes ("cuere de liebre" y "piedra"), y en la sensacién crematica de luz y color que causa a1 eyente, a1 lector y al eSpectader. En este capitulo, observamos que la técnica drama- tica de Eichelbaum se caracteriza per un desarrolle evidente en la estructura de las obras, 1a accidn dramatica, la escenegrafia, la caracterizacion de los personajes y la modalidad lingfiistica. La evolucién observada en casi todos los aSpectos de su arte escénice es el resultado de esfuerzos constantes per parte del autor, en su afan 218 de superar la mediocridad teatral y de establecer ciertas innovaciones técnicas. Per otre lado, e1 desarrolle de su arte dramatice representa e1 nivel de madurez y virtuo- sidad técnica que, come en el arte de todo escritor ori- ginal, en Eichelbaum ha tenido su estado de iniciacibn, establecimiento, aceptaciOn, censagracién y triunfo. NOTAS DEL CAPITULO QUINTO lDrama interior. Obra dramatica cuya acciOn trans- curre en el cosmos intime del personaje con supremacia de la sustancia dialéctica sobre la acciOn exterior. 2"Las piezas de Eichelbaum tienen mucha sustancia dialéctica y una acciOn exterior escasa. Pere 1a parque- dad en la utilizacién de ciertos eXpedientes censiderades prepiamente teatrales (todo lo concerniente a1 eSpectacule) se debe a la indole de esos dramas. Sen dramas intimos, su accién transcurre en el interior de les personajes y exteriormente se traduce en eXplicaciones, en analisis que testimonian una inquietud y un dinamisme eSpirituales ver- tidos per la palabra.“ Jorge Cruz, Samuel Eichelbaum, p5g. 29. 3Escena dual. Véase Neta Ne. 18 del Capitulo I. Jorge Cruz, refiriéndese a la forma de les dramas de Eichel- baum, dice lo siguiente: "Es epertuno repetir reSpecte a la forma que sus rasgos distintives dan notable unidad a teda su obra, que a pesar de algunas excepcienes se vincula a la tradicion senequista del drama, donde la accién interna limita les sucesos externos." Ibid., pag. 33. 4A. de la Guardia, Raiz y espiritu del teatro de Eichelbaum. pag. 139. 5"Les primeros dramas revelan en mayor grade esa deSprOperciOn. Ya en Seherita la destreza del autor se trasluce en efectes mas directes (es decir no eriginades en las meras eXplicaciones de les personajes), en los con- trastes que intreducen otros seres y en el mejor maneje de éstes en escena." Jorge Cruz, Samuel Eichelbaum, pag. 31. 6Véase Neta Ne. 25 del Capitulo I. 7Eichelbaum, Dos brasas, pag. 311. 8Ibid., pag. 302. 91bid., pag. 307. lOIbid., pag. 237. 111bid., pag. 255. 219 12Eichelbaum, 13Eichelbaum, l4Ibid., pag. 15 16 Roberto Giusti, _ literatura argentina (Buenos Aires: Edici6fi Peuser, 1959), Tome IV, pég. S92. 17Ibid. 18Eichelbaum, 19Eichelbaum, 20Eichelbaum, 21Eichelbaum, 22Eiche1baum, 23Ibid. 24Eichelbaum, 251bid., pag. 26Eichelbaum, 27Ibid., pag. 28Eichelbaum, 29Eichelbaum, 30Eichelbaum, 220 El_gate_y su selva, p5g. 23. Vergfienza de querer, pag. 94. 114. A. de la Guardia, Raiz y eSpiritu del teatro de Eichelbaum, pag. 138. "E1 teatro" en Historia de la La mala sed, p5g. 152. El ruedo de las almas, p5g. 2. Un_guapo del 900, pag. 152. Pajare de barre, pag. 228. Un tal Servande G6mez, pag. 25. Soledad es tu nombre, p59. 9. 21. Las aguas del munde, pag. l6. 5. Pajgre de barre, pag. 157. Un guapo del 900, pag. 139. Las aguas del munde, pag. 36. CONCLUSION De proyecciOn fileséfica y de configuraciOn inte- lectual, e1 teatro de Eichelbaum es de un vigorose carac- ter analitice en cuanto el analisis se refiere a la intimidad de les personajes, a la indagaciOn de les conflictos profundos y al desentrahamiento de la personali- dad humana. Les temas que le sustentan salen de la vida cotidiana y cubren una amplia serie de motivos que no revisten esencias exteriores, sino que representan mAS bien estades de conciencia. Detras de la realidad escé- nica exterior, que a primera vista puede paracer una cencatenacion de hechos de cotidiana trivialidad, yace otra dimensién de realidad profunda sintetizada per la representacién mental del personaje y de su ambiente in- mediate. La bfisqueda de esta realidad intima, que a veces equivale a la bfisqueda de la verdad individual 0 a la auténtica identidad del personaje, constituye e1 objeto hacia el cual van encaminados les esfuerzos de les perse- najes eichelbaumianos en su afan de conocerse, conocer a sus antagonistas y valorizar sus conductas. En este estudio, hemos intentado valorar la obra dramatica de Eichelbaum en su totalidad, sin que nuestro esfuerzo haya alcanzado les limites del agetamiente. 221 222 Primero, hemos precurade presentar un cuadre panerémice de su obra, y luege hemos sehalade les rasgos caracteriza- dores de su labor escénica categorizandola en cinco partes. En la delineacién de la trayectoria dramatica eichelbaumiana, hemos viste que, a pesar de la unidad aparente que caracteriza el conjunto de la obra -unidad que no resulta de la uniformidad tematica, sino de la manera de contemplar les temas- su labor escénica puede dividirse en tres épocas cada una de las cuales exhibe rasgos distintos relacionados con la afiliacion literaria del autor 0 con la evelucién de su técnica dramatica. En la primera época, Eichelbaum se orienta hacia un drama de miras universales adhiriéndese a la tradicién del teatro eurepeo; en el segundo periodo, incorpora en su obra temas de indole localista, alcanzando quizas e1 mayor éxito de su carrera dramatica; durante la época tercera, su labor escénica presenta una evelucién técnica alcanzando un nivel firme de madurez que se refleja en tedes les aSpectos de su modalidad técnica y dialéctica y enriqueciendo la textura de sus filtimas obras con nueves matices y esencias innovaderas. En la presentaciOn y analisis de la modalidad tema- tica eichelbaumiana, hemos apuntade que la dramaturgia de Eichelbaum entrenca con les temas principales de la dramaturgia eurepea y, al mismo tiempe, enlaza con la consagrada tradicién del teatro argentino. En la primera 223 fase de su producciOn, e1 autor aborda el tema de la personalidad y trata les motives que la sintetizan eSpiritualizandelos segfin la tendencia establecida de les grandes dramaturgos eurepeos. En el periodo segundo, incorpora a su repertorio dramatico una serie de obras de realismo cestumbrista que presenta segfin la modalidad escénica argentina. Asi, per un lado, se adhiere a la tematica del teatro universal y, per e1 otre, sigue la senda de la tradicién cestumbrista. Les temas mas importantes y frecuentes de la dramaturgia eichelbaumiana representan algunos de les problemas perennes que el hombre afronta desde su aparicién en la tierra y a partir de su organizacién en grupos gregaries. Sus grandes temas son la soledad y el amor. Este filtimo aparece eXpresade bajo varias formas, come factor determinante en las relaciones humanas: el amor fracasade y sustituido per la ternura hacia el hermanite, en La hermana terca; la falta de cariho fraternal que precipita 1a crisis doméstica, en Un hegar; el amor filial hacia el padre relacionado con la crisis de la personalidad, en Nadie 1a cenecio nunca; el amor come fuerza prepulsora que motiva las acciones del personaje principal, en P5jaro de barre; el amor consentido bajo estipulacion, en Divercie nupcial; el amor temporalmente deformade bajo anemalia psiquica, en Tejide de madre; el amor come inhibicién que ebstacu- liza la ejecucidn de les deberes cetidianes, en Vergfienza 224 de querer; e1 temer a1 amor considerado come fuerza vasalla- dera, en El gate yisu selva; e1 deSpertar del amor tardio en relacion con la solteria, en Subsuelo; el amor come fuerza devoradora, en Des brasas; el amor come medie de metamorfesis en el caracter humano, en Gabriel el elvidado. Otros temas que Eichelbaum aborda sen: la transfermacién de la personalidad humana frente a1 fluir del tiempe; 1a lucha del individuo en busca de su realidad intrinsica; e1 problema racial examinade dentro del marco social; el tema cestumbrista considerado en relacién con los persona- jes del guapo y del compadre. Este conjunto de asuntos sintetiza el cuadro de la modalidad tematica eichelbaumiana, un cuadre rice en fuentes y tradiciones y con una variedad de matices, que denotan la universalidad y la argentinidad del teatro de Eichelbaum. Les personajes que interpretan estes temas sen unos entes erdinarios sacados de la vida cotidiana, con aSpira- ciones y debilitades humanas, pero dotados de unas caracte- risticas extraordinarias, que consisten en una mentalidad aguda y analitica y en un caracter firme y complejo. Ater- mentados per inquietudes y angustias, estes personajes sienten el afan de conocerse y conocer a les demas. Guiados per una lOgica interior, van en busca de su verdad indivi- dual revelada a ellos per e1 acontecimiento de un hecho corriente e per la evocacién de un recuerdo, que proveca crisis en su personalidad y ayuda a1 personaje a encontrarse 225 y a asumir plena reSponsabilidad de sus actos. Les valores a que se adhiere e1 personaje eichelbaumiano sen, per 10 general, los de indole colectiva. Pere cuando estes valores checan con sus creencias individuales y obstaculizan la realizacién de sus fines, e1 personaje no vacila en romper todo lazo que lo ata con los convencionalismos sociales y a adeptar un cedigo personal de valores individuales. Asi, la verdad intrinsica del personaje se sobrepone a toda verdad y norma social y convencional. El proceso intelectual que el personaje sigue para llegar a1 encuentre de su auténtica identidad constituye une de les aSpectos salientes en la dramaturgia de Eichel- baum. Colecande el personaje en un nivel de plena ceti- dianidad, le hace vivir una vida erdinaria hasta el mo- mento en que el individuo, por el acontecimiento de un hecho trivial, padece una crisis de personalidad que 1e empuja a indagar en su intimidad en busca de una eXplicacien La evolucién observada en el arte dramatico de Eichelbaum no se limita 3610 en el campe de la tematica, sino que se extiende en tedes les aSpectes de la técnica escénica. Asi, en cuanto a la accion y la estructura, hemos viste que las primeras obras se caracterizan per una supremacia del elemento discursive sebre 10 active, con predominio de largas escenas duales sebre escenas breves de conjunto. La estructuracién esquematica y la defini- ci6n de caracteres per medie del aspecto discursive, es 226 otra de las caracteristicas que prevalece en los primeros dramas. A medida que su arte madura, e1 autro varia su técnica teatral, que ahora consiste en el emplee de recursos mas eficaces y en el uso de técnica directa para la delineacién de les personajes y para la definicien de sus caracteres. En cuanto a la modalidad dialéctica, hemos sehalade que el sentido estétice de la lengua ad- quiere cierta plasticidad y riqueza expresiva en la segun- da parte de su producciOn dramatica, comparada con la rigidez y la pobreza lingfiistica de las primeras obras. Les mejores aciertos dialécticos se censiguen dentro del marco de la tradicién cestumbrista donde el lenguaje de Eichelbaum revela una pasién profunda y auténtica. E1 autor parece haber aprendido e1 arte de escoger e1 voca- bulario fine y aprepiade para expresar la conducta humana, sebre todo las modalidades interiores. Hay trozes exce- lentes que dejan vibrando e1 alma del eSpectador, pasajes en que se funden e1 grito del alma con una poesia tante mas bella cuanto menes elaborada. Eichelbaum es un autor que siente hondamente el sentido tragice de la vida. Como agudo observador, se da cuenta de que el sentido tragice de la vida moderna brota de les conflictos internes que el hombre es incapaz de re- solver a su plena satisfaccion. Per ese, dirige su aten- cién a1 anélisis de les problemas intelectuales que engendran estes conflictos, y con un criterie de profunda 227 humanidad y vigor dialéctico trata de enfrentar y resolver estes problemas. Compartiende las preocupaciones del teatro universal y tratando de enriquecer su labor dramatica con las corrientes innovaderas de la dramaturgia eurepea, Eichelbaum crea un teatro de raiz intelectual orientade hacia la perfeccion del hombre interior y encaminado a mejorar las relaciones humanas. Muchas de las tragedias que hey llenan la vida del hombre, resultan de la inhibi- 1idad del individuo de conocer su prepia complejidad, y de su incapacidad de comunicar efectivamente con los de- mas. Para tener una vida mejor, el hombre tiene que fa- miliarizarse con las complejidades de la vida, primere en el nivel personal y luege en un plane mas amplie y general dentro de la esfera social y universal. A la realizacibn de estas aSpiraciones tiende el teatro de Samuel Eichelbaum. BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA I. Obras draméticas de Samuel Eichelbaum El lobe manse (sainete en tres cuadros). Per el mal camine (un acto, 1912). La qgietud del pueblo (un acto, 1919). La mala sed (tres actos, 1920). Buenos Aires: Talleres Gffificos, 1932. El dggma (un acto, 1921). En Bambalinas (Buenos Aires), No. 236. Un hegar (tres actos, 1922). En Bambalinas (Buenos Aires), No. 361. E1 camine de fuego (dos cuadros, 1922). En Bambalinas (Buenos Aires), No. 236. E1 ruedo de las almas (tres actos, 1923). En La Escena (Buenos Aires), No. 259. La hermana terca (tres actos, 1924). Buenos Aires: Teatro Nueve, Biblioteca del Sindicate de Auteres, 1924. E1 judie Aardn (tres actos, 1926). 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