:1 {Ir 'l’lul r \ ABSTRACT L0 NEOPICARESCO EN LA NOVELA HISPANOAMERICANA By Rafil Mufioz La forma del género picaresco que se originé con El Lazarillo de Tormes ha servido de modelo a la novelistica universal a través de los siglos. Ademés de influir en 1as primicias de la novelistica europea, durante los filtimos afios se han escrito muchas novelas que representan nuevos conceptos de lo picaresco tradicional. Aunque estas obras se desvian de los elementos formales estrictamente picarescos, quedan en ellas los suficientes para considerarlas novelas picarescas modernas. En este trabajo nos proponemos considerar 1a funcién de la forma novelistica del género picaresco en cinco obras hispanoamericanas para evaluar la eficacia del molde , en estas novelas. Analizaremos 1as obras siguientes: E1 Eggiguillo Sarniento (1816), Don Catrin de la Fachenda (1818), E1 casamiento de Laucha (1903), La vida infitil de Pito Pérez (1938), e Hijo de ladrén (1951). Hemos agrupado los rasgos caracteristicos de la forma picaresca en tres categorias: la personalidad del protagonista, 1a estructura de la narracién y la intencién satirica de la obra. Para elaborar estos rasgos hemos recurrido a 1as tres novelas mas Rafil Munoz representativas de la época clésica del género: El Lazarillo de Tormes, Guzman de Alfarache y La vida del buscon. Las obras analizadas emplean esencialnente los rasgos indispensables de la tradicion picaresca. Sin embargo, en ellas aparecen algunas tendencias nuevas que definen en parte 1a modalidad del género picaresco que se cultiva en América. Estas variaciones reflejan 1as complejidades ambientales en que se debate el hombre actual. Los aspectos formales tradicionales han adquirido una concepcién y funcién diferente. La satira pierde 1a importancia que tenia en las obras mas representativas del género. Lo esencial no es ya hacer un vasto examen critico de la situacién social sino promulgar una protesta contra los valores y normas responsables de la crisis espiritual del hombre de hoy. For 10 tanto, esta satira es inherente a la vida misma del antihéroe, es mas sutil y concentrada y se despoja del afan moralizante que tuvo en Espana. Esto se debe a que la intencion satirica es menos importante que los personajes, los cuales estén delineados con el fin de exponer 1a indiVidualidad personal que orienta 1a existencia. A1 convertirse en vehiculo para examinar 1a condicion basica del hombre, y al servir de agente en la bfisqueda de los valores y las normas necesarios para darle proposito y significado a la vida moderna, el Raul Munoz antihéroe cobra una comp1ejidad sicologica superior a la del picaro original. La motivacion picaresca no se basa en las necesidades fisicas sino en las emocionales. Aunque 1as aventuras del picaro conllevan intencion satirica, adquieren mas importancia como pautas seguidas por el protagonista en su bfisqueda de las verdades de la vida. Debido a esto, los episodios estan mejor urdidos. Los novelistas recurren a técnicas heredadas de la tradicién pero les dan mas elasticidad y 1as emplean para fines mas extensos. E1 empleo de complicados procedimientos narrativos da una peculiar tonalidad a1 mundo descrito: vemos e1 caos y la confusion en los valores del mundo contemporéneo. LO NEOPICARESCO EN LA NOVELA HISPANOAMERICANA By Raul Munoz A Thesis Submitted to Michigan State University in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance Languages 1973 Capitulo I. II. III. IV. V. VI. CONTENIDO LA TRADICION FORMAL PICARESCA. O O O O 0 O O O O O O A. La Herencia de la Picaresca Espanola B. Vislumbres de la Picaresca en HispanOémericao00000000000000cocoooo EL PERIQUILLO SARNIENTO Y DON CATRIN DE LA FACHEN-DA...0......OOOOCOOOCOOOOOCOOOOO EL CASAMIENTO DE LAUCHA.................. LA VIDA INUTIL DE PITO PEREZ............. HIJO DE LADRON.OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO CONCLUSION.OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO0.. BIBLIOGRAFIA.O..00...OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO...O0.. ii Pégina 10 10 25 #8 100 126 180 237 250 INTRODUCCION Desde los primeros momentos de nuestra historia aparece en 1as letras hispanoamericanas un tema espanol que va adquiriendo gradualmente formas diferentes. Los escritores americanos abordan 1a materia picaresca desde muy temprano, y a través de los anos 1e infunden riqueza y originalidad. En efecto, e1 Nuevo Mundo amplia de una manera notable el tema con un ambiente y un tipo humano hasta entonces desconocidos. Ya entre algunos cronistas del XVII aparecen elementos de este topico,1 y en la literatura que se escribe durante toda la colonia se empleanra menudo . Esta insistencia en el motivo continua durante e1 periodo revolucionario y se hace mas intensa durante e1 siglo XIX,3 y finalmente, se transforma y adquiere matices privativos con la ideologia social de principios del presente siglo. Oltimamente ha adquirido aspectos singulares, con escritores como Manuel Rojas, que 1e dan h caracter de universalidad. 2 A pesar de su larga historia y de 1as transforma- ciones que ha sufrido en suelo americano, el tema ni ha logrado 1a debida consideracién de los eruditos ni ha recibido 1a atencion que se merece en el estudio de nuestras letras. Como resultado, existe una gran diversidad critica en cuanto a los varios aspectos picarescos de las obras clasificadas como pertenecientes a1 género. Segfin Hugo Lindo, para nombrar solo un critico de los muchos que tienen la misma opinion, no se puede hablar de la picaresca hispano- americana ya que ésta no existe. Para él nuestra picaresca es solo una prolongacién de la peninsular.5 Los dos criticos mas conocidos de las letras hispanoamericanas, Alfonso Reyes y Pedro Henriquez Urena, han formulado juicios diametralmente opuestos a1 valorar 1a obra mas conocida del género, E1 Perigui11o Sarniento de José J. Fernandez de Lizardi, que a la vez tiene e1 honor de ser el primer ejemplo de nuestra novelistica. El erudito mejicano ataca 1a obra al decir que el Periguillo Sarniento "deriva de la novela espanola, como deriva una mala copia de un buen modelo" porque "para el novelista espanol e1 arte es lo primero, en tanto que Lizardi, con tal de sermonear a su antojo, desdeha e1 arte si 1e estorba."6 Mientras que para Henriquez Urena es 3 novela picaresca auténtica que por su estructura pertenece a una escuela antigua y por entonces ya extincta, y por su asunto es un cuadro realista de la vida mexicana en todos sus aspectos, hasta cl mas bajo, do de la miseria y el vicio cobran forma fantasmal... Esta diversidad de criterios se debe a que en la evolucion de lo picaresco americano se han tomado en cuenta estricta- mente los rasgos caracteristicos de la picaresca clasica . 8 . . . . del Siglo de Oro, Sln con51derar que 1as formas originales de la primicia del género, E1 lazarrilo de Tormes, han . 9 . pasado por un gran numero de muta01ones que han 1do déndole a las novelas picarescas escritas filtimamente matices que o ’ o 10 no se encontraban en 1as primeras obras cla51cas. En este trabajo nos proponemos estudiar la esencia formal de 1as obras mas representativas del género para mostrar que en Hispanoamérica fueron surgiendo ciertas caracteristicas y tendencias communes, las cuales definen en parte la modalidad del género picaresco que se cultiva en America desde que surge nuestra primera novela. Analizaremos 1as obras siguientes: E1 Periguillo Sarniento (1816) y Don Catrin de la Fachenda (1818) de José J. Fernandez de Lizardi, con 1as cuales se inicia 1a tradicién picaresca en Hispanoamérica; El Casamiento de Laucha (1903) de Roberto J. Payré, en la cual e1 autor proyecta una vision picaresca de la realidad gauchesca de la Argentina de 1as A filtimas décadas del siglo pasado; La Vida Infitil de Pito géggg (1938) de José J. Romero, donde la picaresca se adapta a las nuevas modalidades técnicas propias del siglo y se hace una critica sangrienta contra 1a sociedad posterior a la Revolucion Mejicana; e Hijo de ladr6n (1951) de Manuel Rojas, novela en que el picaro proyecta e1 enajenamiento espiritual del hombre contemporéneo. Hemos seleccionado estas obras porque son 1as que mejor incorporan a la forma picaresca los elementos esenciales de la tradicién, ademés de representar renovadoras tentativas dentro del género. En el estudio hemos omitido novelas que, aunque presentan ciertas caracteristicas de la picaresca, no han llegado a crear un héroe de acuerdo con las normas tradicionales de la novela picaresca, como acontece en muchas novelas de los siglos XIX y XX clasificadas como picarescas por la critica. Tales serian, por ejemplo, Juan.Moreira (1880) de Eduardo Gutierrez, que carece del protagonista antihéroe; Las Divertidas Aventuras del Nieto de Juan Moreira (1910) de Roberto J. Payro, en la cual se echa de menos 1a estructura episédica tan tipica de la picaresca; E1 Roto (1920) de Joaquin Edwards Bello, que basa 1a caracterizacién del protagonista en elementos del determinismo naturalista; Canillitas (1942) de Artemio del Valle Arizpe, que descarta 1a intencion satirica del género; Algggas Cosillas de Pito Pérez gue se meguedaron en el Tintero (l9h5) de José R. 5 Romero, que después de su novela clésica, no anade sino episodios sin mayor trascendencia; La dolida infancia de Perucho Gonzalez (19h6) de José Fabliani Ruiz, en la que, aunque e1 protagonista parece un Periquillo del siglo XX, falta la actitud hedonista hacia la vida; Gran senor y rajadiablos (19h8) de Eduardo Barrios, que tiene como protagonista a un hombre vigoroso que emplea 1a superioridad fisica en vez del ingenio para abrirse paso en la vida; y El Chulla Romero y Flores (1958) de Jorge Icaza, que desecha 1a accion episodica de los prototipos del género. El estudio de las novelas escogidas, especialmente 1as publicadas durante e1 siglo XX, subraya 1a eficacia del molde picaresco en la novelistica actual. Como veremos, 1as obras analizadas emplean esencialmenta 1as tres cate- gorias formales del género: e1 protagonista antiheroico, 1a estructura episodica, y el propésito satirico. Sin embargo, estos han adquirido nuevos matices debido a que los novelistas han usado el género para expresar 1as complejas inquietudes del hombre contemporaneo. Esta finalidad ha anadido a los aspectos formales tradicionales una concepcién y funcion diferente. La satira pierde 1a importancia que tenia en 1as obras representativas del género. Lo esencial no es ya hacer un vasto examen critico de la situacién social sino promulgar una protesta contra los 6 valores y normas responsables de la crisis espiritual del hombre actual. Por lo tanto, esta satira es inherente a la vida misma del antihéroe, es mas sutil y concentrada y se despoja del afén moralizante que tuvo en Espana. Bsto se debe a que la intencion satirica es menos importante que los personajes, los cuales estén delineados con el fin de exponer la individualidad personal que orienta 1a existencia. A1 convertirse en vehiculo para examinar la condicion basica del hombre, y al servir de agente en la bfisqueda de los valores y 1as normas necesarios para darle propésito y significado a la vida moderna, e1 antihéroe cobra una complejidad sicologica superior a la del picaro original. La motivacién picaresca no se basa en 1as necesi- dades fisicas sino en las emocionales. Aunque 1as aventuras del picaro conllevan intencién satirica, adquieren mas importancia como pautas seguidas por el protagonista en su busqueda de 1as verdades de la vida. Debido a esto, los episodios estén mejor urdidos. Los novelistas recurren a técnicas heredadas de la tradicion pero les dan mas elas- ticidad y las emplean para fines mas extensos. E1 empleo de complicados procedimientos narrativos da una peculiar tonalidad a1 mundo descrito: vemos e1 caos y la confusion en los valores del mundo contemporaneo. 7 Antes de pasar a1 anélisis de las novelas indicadas vamos a hacer una elaboracion de los rasgos caracteristicos de la forma picaresca. También creemos conveniente apuntar algunos elementos picarescos de tres obras de la literatura colonial en 1as cuales se vislumbran ya variantes de la forma estrictamente picaresca: El carnero (1636) de Juan Rodriguez Freile, E1 diente del Parnaso (1693) de Juan del Valle Caviedes y El lazarillo de ciegos caminantes (1773) de Alonso Carrio de la Vandera. NOTAS 1. El espiritu picaresco se encuentra en otras obras de la época como Cronica moralizadora (165A) de Antonio de la Calancha y Anales de la Vida Imperial del Potosi de Bartolomé Martinez. 2. Margarita Blondet Hogan, en la finica tesis doctoral sobre el tema hecha en Estados Unidos, titulade "Picaresque Literature in Spanish America" (New York, Columbia University, unpublished doctoral dissertation, 1953), nos da una vision general de la picaresca hispanoamericana desde la colonia hasta mediados del presente siglo. Aunque en este estudio se incluyen 1as novelas picarescas de mas importancia, la autora no profundiza 1a materia debido a su afirmacién inicial de que hay pocas novelas en nuestros paises que podrian llamarse picarescas. Ademés no se incluyen en su estudio novelistas posteriores a José Rubén Romero, que en nuestra opinion, han contribuido mucho a darle nuevo signi- ficado a1 género en America. 3. Luis A. Sanchez, hablando especificamente de la novel- istica mejicana de la época, dice que "fue preponderante- mente de aventuras, con plétora de picaros" (Proceso y contenido de la novela hispanoamericana (Madrid: Gredos, 1953). pég- #36)- h. "Nadie dudara que el prototipo de la aventura de nues- tros dias, anda mondo y lirondo emborrachandose de"acci6n" (y picardias) en la vasta y magnifica obra de J. Rubén Romero, y que Pito Pérez ha substituido a Pedro Sarniento en las consejas populares de Anahuac y sus dependencias" (Sanchez: Ibid., Fig. 435). Fernando Alegria, a1 hablar de los personajes de Hijo de Ladr6n confirma esta obser- vacién: "Estos vagabundos son chilenos o argentinos por la ropa que llevan, e1 mendrugo que comen y la palabra dura, afilada que les corta los labios. En el fondo son e1 roto universal, es decir, e1 hombre-rota de la sociedad con- tempéranea, roto en la médula del espiritu, quebrado y tragico" (Historia de la novela hispanoamericana (Mexico: Andrea, 1966), Pags. 215-216.) 9 5. Hugo Lindo, "éPicaresca Americana?" Cultura (El Salvador), Vol. III (1963), Nfim. 30, pég. 23. En la tesis doctoral de Hogan, antes mencionada, se concluye que las novelas picarescas hiSpanoamericanas "cannot be classified as truly picaresque and as continuators of this Spanish literary tradition". (92. £12., pég. 10). 6. Alfonso Reyes, E1 Periquillo Sarniento y la critica Mexicana", Revue Hispanigue (New York-Paris), XXXVIII (1916) Pég. 2320 7. Pedro Henriquez Urena, Las corrientes literarias (Méjico: VFondo de Cultura Econémica, 196A), pég. A86. 8. Para Samuel Gili Gaya este problema tiene sus raices en la critica de los primeros anos del género, cuando se usaban los rasgos caracteristicos del Guzman de Alfarache en la evaluacién de obras picarescas posteriores. Este criterio todavia se usa hoy: "Para 1a critica de nuestro tiempo pensar en la novela picaresca es también referirse a la obra de Aleman". (En German Bleiberg y Julian Marias, eds. Diccionario de Literatura Espahola (Madrid: Revista de Occidente, 1964) pag. 678;) 9. "Cuando 1a picaresca agota todas sus posibilidades en la literatura espanola, resurgiré sobre nuevos planos y con espiritu distinto en otras literaturas europeas" (Angel del Rio; fligtoria de la literatura espanola (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1963), Tomo I. pég. 326. Véase también 1as obras de Alexander A. Parker Literature and the Delinguent (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1967), pégs. 75-137 y Robert Alter Rogue's Progress (Cambridge: Harvard University Press, 196k), pégs. 106-132. 10. En la novela picaresca hispanoamericana este aspecto ha sido anotado por Fernando Alegria a1 hablar sobre los filtimos novelistas que escriben en esta vena. Nos dice que "adaptan e1 género a las técnicas modernas de novelar, a la ideologia y la sensibilidad del hombre de hoy" (g2. cit., pég. 20). CAPITULO I LA TRADICION FORMAL PICARESCA A. La Herencia de la Picaresca Espanola Como punto de partida, debemos dedicar unas lineas a la elaboracion de los rasgos caracteristicos de la forma picaresca. Desde e1 momento en que se publico el primer ejemplo del género, E1 lazarillo de Tormgg (155h), han aparecido en todas las literaturas modernas un gran nfimero de novelas picarescas que emplean los elementos formales de la primera obra espanola. Estos pueden resumirse bajo tres categorias esenciales: e1 protagonista antiheroico, 1a estructura episodica y la intencion satirica. La composicién de esas obras se basa en el relato autobiogréfico, en el cual e1 picaro protagonista nos relata 1as aventuras de su vida. Pero su autobiografia no se limita exclusivamente a contarnos sus aventuras. Los muchos episodios de la novela sirven para dar una vision satirica de un mundo problemético que demanda reformas. Por lo tanto, cada aventura tiene una finalidad implicita: satirizar una clase 0 un grupo dentro de una clase lO 11 social, cuya conducta no es ideal. En la mayoria de las novelas picarescas, la narracién, directa o indirectamente, no solo pretende deleitar sino que también tiene un proposito didéctico: mejorar 1a condicion basica del hombre. Esta finalidad esta vinculada a la pintura realista del ambiente retratado en la picaresca. Para reformar a1 hombre es necesario pintarlo con todos los vicios con que aparece en la sociedad. No obstante 1a persistencia de la forma bésica del género, podemos decir que ésta ha sufrido cambios e innovaciones. Pero antes de pasar a apuntar estos cambios procederemos a definir los rasgos formales caracteristicos del género usando como ejemplo 1as tres obras principales de lo que llamaremos 1a novela picaresca clasica: El Lazarillo de Tormgg, Guzmén de Alfarache y La vida del buscon. Sin duda, 1a caracteristica mas evidente de la composicién picaresca es la presencia de un protagonista picaro, del antihéroe, como lo llamé Frank W. Chandler. Este es la antitesis del héroe clasico que predominaba en la literatura de la época en que aparecieron 1as primeras obras picarescas.1 Generalmente es un truhén procedente de los bajos fondos sociales, y en su familia predomina 1a desorganizacion personal. Su particular situacién familiar 12 y social da matices dc vulgaridad y actitudes negativas a su vida. Es una vida vacia que, por lo general, carece de verdaderos sentimientos humanos, de direccion, y de aspiraciones.2 No hay porvenir en ella. A pesar de los elementos de marcado negativismo social usados en la delineacién del protagonista picaresco, éste no es un criminal en el sentido legal del concepto. Tiene ciertos rasgos particulares que lo definen distintivamente como personaje de ficcion y que 1e dan un aire truhanesco a su personalidad que coincide con el concepto de "delincuencia" usado hoy.3 No obstante la actitud negativa ante la vigencia social que muestra en ocasiones e1 picaro, persiste en él una bondad ingénita que no le deja caer en las redes de la criminalidad organizada. No es delincuente de profesion, ya que ni pertenece a1 hampa organizada, ni es ladron, ni es criminal. 5610 es ratero de ocasion y estafador por necesidad y por ligereza. Para abrirse paso en la vida y conseguir e1 bocado diario, prefiere valerse de ingeniosas trampas y tretas. Cuando se apodera de la propiedad ajena, recurre casi siempre a su habilidad para sustraer sin tener que usar violencia. Recordemos 1a naturaleza de los robos que Lazaro hace a sus amos. Algunas veces e1 proposito del robo.no es la necesidad. 13 Usa su ingenio para apoderarse de las propiedades de ciertos personajes por el deleite que recibe a1 probar su superioridad sobre ellos. E1 verdadero picaro asume esta personalidad picaresca después de haber pasado por un proceso evolutivo de indole sociolégico que refleja cierto tipo de determinismo ambiental. Tanto e1 circulo familiar del picaro, como la sociedad en que se inicia en el mundo, traslucen este determinismo.h El picaro clasico nace en un ambiente hogareno de marcado picarismo. En éste se pueden observar los primeros rasgos picarescos, herencia que el futuro picaro aceptaré mas tarde. En otras palabras, e1 "buen" picaro lo es por herencia familiar. La pobreza moral y economica del hogar lo obliga a lanzarse al mundo desde muy nino y tendré que abrirse paso en una sociedad donde predomina la crueldad y la avaricia. Las circunstancias sociales contribuirén a darle forma especial a la herencia de su parentela. E1 aprendiz de picaro se inicia en el mundo bajo circunstancias sociales tan abyectas como 1as hogarenas. La pobreza sera su constante companera y 1as pésimas condiciones ambientales 1e convertirén en un tipo social marginal que no puede entrar en 1as corrientes vitales de esa sociedad de que es parte pero a la que no "pertenece." 14 Antes de llegar a este estado, el picaro pasa por un proceso evolutivo comfin a la mayoria de los antihéroes de la picaresca del Siglo de Oro. Las privaciones de la pobreza, y la avaricia del hombre 1e obligan a asumir un comportamiento antisocial para poder sobrevivir. No 1e queda otra alternativa ante una sociedad que constantemente 1e hostiga: convertirse en picaro. Después de su iniciacién en el mundo, se da cuenta de que esta rodeado de toda clase de maldades. Su inocencia o ingenuidad 1e hacen victima de toda clase de enganos. De estas desagradables experiencias aprende pronto 1as lecciones de la vida, lecciones indispensables para poder desenvolverse satisfactoriamente en el mundo social que lo rodea. Aprende pronto que tiene que avivarSe para poder sobrevivir. Lazaro, después de haber apurado el primer trago amargo de su vida con su primer amo, se da cuenta de que tiene que alistarse para prevalecer en la vida. Concluye: "Verdad dice este, (e1 ciego) que me cumple avivar e1 ojo y avisar, pues solo soy, y a pensar cémo me sepa valer." (P5g. 86)5 (Esta necesidad de sobrevivir es el imperativo que lo empuja a la picardia. Para ello tendré que asumir una conducta especial que 1e facilite su finalidad. Una nota sobresaliente del picaro es su habilidad para amoldarse prontamente a cualquier situacion por mas 15 desagradable que sea. Es mas, su vida se nutre en los cambios repentinos que a menudo afectan su existencia. E1 picaro puede vivir en la abundancia un dia, pero a1 siguiente, su situacion puede ser diferente y se encuentra acosado por la pobreza y el hambre. Este proceso se repite a menudo en las novelas picarescas. Pero estos cambios en la fortuna del picaro nunca suelen desesperarlo. Al contrario, parece obtener cierto grado de satisfaccion de ellos. Aunque en ocasiones se queja y maldice su suerte, no tarda mucho en acomodarse a estas situaciones adversas para sacar ventajas de ellas, si 1e es posible. Al picaro no le interesa saber el por qué de sus desgracias sino lo que puede hacer para remediarlas sacando algfin provecho de ellas. Hasta en 1as situaciones menos ideales, su amor por la vida 1e lleva a aprovecharse de 1as circunstancias para beneficio prOpio. Lazaro acepta el matrimonio con la "criada" del arcipreste de San Salvador (n6tese la ironia de este nombre) para gozar de los beneficios que recibe a cambio de los favores que su mujer dispensa a1 arcipreste. Cuando llega a este estado, termina e1 relato con la afirmacion del personaje que esté "en la cumbre de toda fortuna." (Pég. 111) 16 La vida del picaro carece de valores y normas permanentes. Desde temprano se aisla de los contactos sociales normales. Siendo afin niho, se ve obligado a proveerse su propio sustento debido a que sus padres no pueden hacerlo o no quieren, y se lanza a una existencia precaria donde no existen los vinculos familiares o amistosos. Guzman sale de su patria con el prop6sito de mejorar su situacion. Pero éste es un lujo Que no le permite la vida. Tendra que encauzar todas sus energias hacia 1a satisfaccion de sus agobiantes necesidades. Para ello, recurre a muchos medios, tanto legitimos como ilegitimos. Si no 1e queda otra alternativa, e1 picaro acepta trabajar pero siempre en tareas de ocasién y de poca monta. E1 oficio preferido es el de sirviente o mozo, pero su permanencia con los muchos amos a quienes sirve es casi siempre de corta duracion. Es un andariego que se deleita en el constante "ir y venir" de su precaria existencia. Por ello la vida picaresca es siempre nomada, sin rumbo. E1 mas vagabundo de los picaros clasicos, Guzman de Alfarache, expresa este rasgo del picaro en la siguiente frase: "Voy por el mundo sin saber donde" (Pag. 303) Estas palabras del personaje encierran 1a verdadera filosofia Eunbulante del picaro: prefiere vagar perezosamente de lugar O O - ’ O O ell lugar sin permanecer mucho t1empo en n1ngun trabaJo n1 17 sitio. Estos aspectos intervienen en algunas peculiaridades sicolégicas del personaje. En ocasiones se nota vacilacion en la actitud picaresca de estos protagonistas. El personaje se arrepiente de su modo de proceder, pero este arrepentimiento es pasajero. Recapacita pronto y vuelve a sus diabluras. No puede escaparse completamente de la corrupcion ambiental que lo ha absorbido. Se da cuenta de esta situacion pero no logra librarse de ella. Hasta su suerte conspira contra 61 para mantenerlo en este estado. Pablos reconoce esta situacion cuando termina e1 relato de su vida con la siguiente reflexién: "Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres." (Pag. 1153) E1 personaje picaresco es un hombre solitario. Aunque parezca una paradoja, su vida carece generalmente de verdadera realidad social y de sentimientos humanos. Los elementos permanentes de la vida estén fuera de su alcance. Por lo general, vive en un vacio social y sus contactos con otros miembros de la sociedad son superficiales. Por esta razon es un hombre desarraigado, que vive entre "extranos" que casi siempre quieren ‘3Provecharse.de él o viceversa. No puede haber compasion en1 un mundo que constantemente amenaza e1 bienestar y la IDTWbsperidad del individuo. Resume Guzman: "La vida del 18 hombre, milicia es en la tierra: no hay cosa segura ni estado que permanezca, perfecto gusto ni contento verdadero; todo es fingido y vano." (Pég. 269) For esto, 1as relaciones del picaro con otras personas son superficiales ya que surgen por necesidad o cuando e1 picaro cree poder obtener ventajas de ellas. Por lo general, 1as emociones humanas, no tienen cabida en lo picaresco. En la vida del picaro no se conoce ni la amistad, ni la lealtad, ni el amor, ni 1a compania. Estos sentimientos aparecen algunas veces pero superficialmente y solo por intencién premeditada. De vez en cuando e1 truhén pretende enamorarse pero su amor es siempre rapaz. Lo hace para demostrar que el amor es cebo para el imprudente, y que el matrimonio es una necedad. En todo caso, el amor es antitético a1 carécter individualista y egocéntrico del picaro. Otra nota importante del picaro clésico es su actitud ante 1a realidad observada. Se da cuenta de los males del hombre y de la sociedad, pero no reacciona negativamente ante 1a situacion. No expresa 1a necesidad de reformas. Acepta a1 hombre, y sus instituciones con todos sus defectos porque su mayor preocupacion es sobrevivir en un mundo donde se necesita solamente e1 ingenio para hacerlo. 19 Tampoco se preocupa e1 picaro por su comportamiento. Si alguna vez su conciencia 1e molesta, estos raros momentos ceden répidamente a 1as demandas materiales de su existencia. Guzman justifica su modo de ser con la noci6n de que hay otros hombres tan malos como él. E1 picaro esta satisfecho con su manera de ser, y casi nunca recurre a la introspeccién para justificar su conducta. Esta tendencia a exteriorizar su conducta explica un fenémeno importante de su caracterizacién: no hay verdadero desarrollo sicologico6 ni evolucion en el carécter del picaro. Las experiencias del ambiente en que se desenvuelve le llevan a atenacear los motivos de otros, pero no le ayudan a penetrar en su propio carécter para modificarlo. A pesar de todas 1as experiencias por 1as que pasa e1 personaje picaresco, no se notan cambios en su personalidad, y por 10 general, su vida termina sin que haya una verdadera transformacién. La segunda nota distintiva de la forma de la novela picaresca es la organizacion de sus elementos constitutivos. El relato de los episodios de la vida del picaro se hace en forma lineal. Pero cada episodio tiene una entidad propia. Son raras 1as obras en 1as que la accién de un episodio se sigue en el siguiente. Por lo general, 1as aventuras de los personajes no se prolongan m58 .115 de los limites de 20 un episodio. La unidad de la obra 1a proporciona 1a constante presencia del héroe, que nos expone, usando 1a técnica autobiografica, diferentes facetas de su vida en cada uno de los episodios narrados. Algunas veces, éstos también coinciden con la division de capitulos que aparecen en la obra. La unidad se consigue también por otros medios. En algunas novelas picarescas, entre los muchos seres que entran y salen precipitadamente de la accion, aparecen algunos personajes secundarios que sirven de elemento unificador a1 tomar parte en varios episodios. En El buscén, Diego Coronel reaparece en la accién para destruir los planes de un matrimonio ventajoso que iba fraguando e1 protagonista. Por lo general, estos personajes secundarios tienen una funcion artistica limitada. La unidad del relato se consigue también por el uso de ciertos temas que se proyectan a través de los diferentes episodios. La configuracion total de lo picaresco queda reflejada en el ambiente de la obra. Casi siempre e1 picaro es producto de una caética situacion condicionada por adversas circunstancias sociales, economicas y morales. Como expresion de una actitud determinada por condiciones sociales, el ambiente total de la obra asume tintes realistas.7 La novela picaresca pinta 1as cosas sin embellecerlas ni idealizarlas. Demuestra 1as pobres 21 condiciones econémicas y morales, que quedan reflejadas en la nota mas predominante de la novela picaresca-los cuadros de hambre, estrechez econémica, pauperismo extremado y las dificultades de la vida cotidiana que moldean a1 picaro. La naturaleza no tiene cabida en el ambiente picaresco. A1 contrario de lo que es tradiCional en la literatura de la época, cuando aparece es meramente circunstancial. Lo importante es la situacién del hombre ante 1a vigencia social. El relato picaresco es el mas intimamente relacionado con 1a.sociedad en que se produce. Por esta razén, 1as novelas picarescas son, hasta cierto punto, manifestanciones de condiciones sociales desagradables. Como tal, pueden darnos una idea parcial de la configuracién total de la sociedad durante la época en que aparecen. E1 protagonista y los personajes secundarios que pueblan el mundo ficticio del autor son recreaciones de un estado social en crisis. Estas condiciones existieron en Espaha durante e1 florecimiento del género. Més tarde condiciones similares en otros paises del continente europeo darén nueva vida a1 género. No obstante el fuerte contenido social y la verosimilitud del ambiente retratado, e1 autobiografismo de las novelas picarescas es, por 10 general, fingido. Anadamos a esta cualidad formal otro rasgo importante. La 22 novela picaresca es durante su periodo clasiCO un género abierto en el cual se permiten continuaciones, como en los ejemplos mas conocidos. En el género 1a composicién no es importante como demuestra 1a configuracion total de la fabula y el desenlace. La satira es la tercera dimension estructural importante del género picaresco. En el relato de su agitada vida, e1 picaro proyecta una larga serie de tipos y situaciones que tienen un proposito determinado. Por medio de ellos vemos, en forma caleidoscépica, un vasto panorama social, casi siempre desconcertante. Este es producto de una ca6tica situacién condicionada por adversas circunstancias sociales, economicas y morales. Las novelas picarescas son manifestaciones de condiciones sociales. Las obras que hemos venido usando como modelo surgen durante una época en que la sociedad espanola pasaba por una crisis evidente en la desintegracion gradual que estaba afectando todas 1as esferas de la patria. Podriamos asumir que estas obras picarescas representan una protesta repleta de ironia contra 1a sociedad y 1as pésimas condiciones resultantes de la situacién social. Esta condicion de 1as novelas picarescas, considerada por Chandler como el aspecto més importante del género, adquiere gran importancia para el proposito satirico del 23 autor. E1 héroe picaresco y la forma usada en la narracién son herramientas que los autores emplean para expresar su desconcierto ante la situacién. Su finalidad queda envuelta en la sétira, aspecto indispensable del género. El proposito principal de la picaresca es satirizar las condiciones economicas y sociales. Por esta raz6n, los ataques mas contundentes de esta satira se desatan principalmente contra los poderosos que ejercen la autoridad politica y social. Son victimas de esta satira abogados, jueces, alguaciles, escribanos, médicos, clérigos, hidalgos y muchos otros miembros de las profesiones que son responsables por la administracién y funcion de la sociedad. Ademés de estos grupos y clases, se incluyen otros miembros: estudiantes, representantes de los oficios, trabajadores, taberneros, venteros y otros elementos sociales que no tienen puesto fijo en la sociedad. Todos estos son vehiculos para demostrar los males sociales de la época: 1a ostentacién, 1a mendacidad, e1 exhibicionismo de riqueza, 1as corrompidas costumbres de la época y las irregularidades de la vida clerical. Hay una protesta contra la curia eclesiéstica.9 Los ataques van dirigidos directamente a1 clero, y su intencion es criticar la vida licenciosa y poco religiosa de algunos eclesiésticos. La flagelacién picaresca se extiende también a1 populacho, a quien se le critica la 24 avaricia y la crueldad. Lazaro, Guzman y Pablos son blanco de abusos casi inhumanos en muchas ocasiones. La sétira de la picaresca tiene matices de crueldad, y queda escondida bajo 1a capa del humor y la ironia. Por 10 general, no hay amargura en ésta. Retrata los vicios venales del hombre, especialmente los que resultan de sus prejuicios y de su vanidad, y por lo tanto, e1 humor es la mejor arma para atacar estas limitaciones del hombre. Pero este humor es acre debido a la ausencia constante de sentimiento de fraternidad. Es posible que la finalidad satirica de 1as primeras novelas picarescas hayan llevado a los autores a emplear los otros dos rasgos distintivos de la forma del género: e1 héroe picaresco, y la estructura episédica. Para presentar los muchos aspectos sociales, los autores necesitaban un personaje andariego, a un observador penetrante que anotara 1a realidad con humor. En su trénsito por todos los grupos sociales, e1 picaro puede satirizar a todo tipo de personas, aspecto indispensable a la técnica episodica de la narracion. Como resultado, 1a unidad de la obra se consigue por medio de otras técnicas. Los rasgos que hemos discutido, con variaciones, aparecen en 1as primeras novelas que se escriben en Francia, Inglaterra, Alemania10 e Hispanoamérica. 'En estos paises, 25 e1 acerbo literario picaresco, influido por condiciones sociales y artisticas diferentes a las espanolas, encuentra nuevas proyecciones que enriquecen a1 género y le dan valores diferentes a los que originalmente tuvo, hecho que trataremos de demostrar en 1as obras hispanoamericanas que analizaremos en los siguientes capitulos. B. Vislumbres de la Picaresca en Hispanoémerica Aunque 1a novela se inicia en América a principios del Siglo XIX, muchas obras de otros géneros tienen elementos picarescos: 1a vision picaresca de la sociedad y la intencion satirica. Por lo general, estas obras, aunque no pertenecen a la novelistica, siguen los moldes clésicos de la picaresca. E1 proposito satirico fija, hasta cierto punto, los rasgos esenciales del protagonista y la estructura de la obra. Sin embargo, se vislumbran en ellas aspectos innovativos que aunque no conllevan gran desviacion de lo tipicamente picaresco, son indicios del fenémeno que aparece en novelas posteriores. Entre los cronistas de la época colonial sobresale en los aspectos picarescos Juan Rodriguez Freile con su obra El carnero. La forma de esta cr6nica contiene 11 . elementos de la novela picaresca, ademas de notarse los . C . ’ primeros indic1os de var1ac16n. A traves de la obra, se .\ 26 entrevé un personaje de tintes picarescos que, como sabemos, es el propio autor. .En muchas ocasiones, los incidentes historicos quedan supeditados a segunda categoria, mientras que sobresalen los relatos de indole picaresca. Lo mas prominente de la obra son estas anécdotas en 1as cuales se intercalan, con una sutilidad ironica y un humor ingenuo, chismes y escéndalos que demuestran los vicios y debilidades de 1as curias eclesiasticas e instituciones gubernamentales, y de otras clases y grupos sociales que surgen en América como resultado de la conquista y colonizacion. Perfilemos estos elementos. La cronica del colombiano no tiene un héroe picaresco en el sentido estricto del concepto explicado en la anterior seccién. No obstante, se nota por toda la obra 1a constante presencia del autor, y en ocasiones nos relata aventuras y acontecimientos de indole picaresca en 1as cuales nos dice que participo o pudo observar. "Dire lo que vide y lo que oi," (Pag. 268)12 afirma e1 cronista y en repetidas ocasiones penetra en la anécdota como testigo, o como relator imparcial, o simplemente como critico social. Pero la presencia del autor no tiene 1a consistencia ni 1a persistencia del protagonista tradicional y, por lo tanto, no enlaza 1as diferentes historias. (1. 27 La estructura del Carnero tiene semejanza con el relato picaresco. Aunque e1 autor indica que su intencién es relatar hechos historicos, abandona pronto este proposito para contar muchas anécdotas encaminadas a exponer los vicios y escandalos de algunos miembros de aquella sociedad.13 Estos relatos adquieren rasgos novelisticos similares a 1as aventuras del héroe picaresco. Pero 1a unidad de estos episodios no la provee la presencia de un héroe picaresco como el que hemos descrito. En ocasiones, e1 autor, como testigo de los hechos narrados y actor en algunos acontecimientos, suple 1a funcién del protagonista dandole unidad rudimentaria a la narracion. Para remediar esta deficiencia, Rodriguez Preile usa extensamente e1 recurso temético como resorte estructurador. En el mismo titulo del libro se encuentra encerrado el tema fundamental de la obra ya que resume e1 ambiente general de la cr6nica y el propésito satirico. En algunas regiones de Hispanoamérica se 1e llama "carnero" a1 desahuciado que se entrega a la holgazaneria 0 a1 que sigue humildemente los designios de otros.1h En muchas partes del libro, e1 autor alude a1 ambiente total de holgazaneria y vagabundaje que existia en la colonia.15 0tro tema usado constantemente es el de la mujer que usa e1 sexo para fines egoistas. A menudo expone con humor sutil y malicioso los crimenes 28 atribuidos a 1as debilidades y poderes maléficos del sexo débil. Es un ser diabolico que supera a1 hombre en la maldad, aprovechéndose de su belleza para el devaneo, la lujuria y hasta el adulterio. Esta situacién cobra matices especiales porque este tipo de mujer-dice e1 autor- ejercia, indirectamente, gran influencia en la sociedad colonial y por lo tanto era responsable por el estado caético en que se encontraba 1a colonia. La dimension picaresca mas importante del Carnero es su sétira. Los rasgos esenciales de ésta quedan delimitados dentro del propésito satirico de la picaresca tradicional. Pero su actitud critica queda expresada de dos maneras. En algunas ocasiones 1a satira es explicita. Hay otro tipo de sétira embozada que el autor usa para evitar ataques. Esta queda encubierta en varios recursos empleados en la composicion: 1a técnica narrativa que emplea, e1 titulo mismo de la obra, en pomposos sermones basados en citas ostentosas, y en la ingenuidad usada a1 concluir ciertos episodios escandalosos con frases que denotan su deseo de puntualizar 1a satira. En el largo subtitulo de la obra,17 e1 autor expresa claramente e1 deseo consciente de escribir una cronica. Es mas, reclama que éste es el objetivo esencial de su obra. (Fig. 49) Sin embargo, olvida pronto su proposito y da rienda suelta a su imaginacién que 29 salpica todo el relato con un gran numero de anécdotas, chismes, digresiones y cuentos llenos de picardia que oscurecen los datos estrictamente histéricos y que tienen matices satiricos. Estos relatos, que se suponia fueran colaterales a la historia, ocupan la mayor parte de la 18 . . . . obra. Ademas, los hechos de marcado h1stor1c1smo, d1gnos de seriedad historica, son tratados de una manera humoristica 19 La que conlleva intencion peyorativa algunas veces. intencion satirica del autor se nota también en los pomposos sermones de la obra. (Pégs. 287, 292, 360) En la moralizacién superflua que a menudo aparece en ciertas partes estratégicas del libro puede notarse e1 cinismo del autor. Esta moralizacién da la impresién de que el autor esta sumergido en el ambiente de degradacién moral que describe con jocosidad y desvergfienza, un rasgo importante para la clasificacion del Carnero dentro del género picaresco. También se satiriza con ciertas frases usadas para concluir algunos episodios en los cuales el autor no quiere ahondar. Cuando no 1e conviene ser especifico, o no cree recomendable elaborar su satira, termina bruscamente . 20 con frases como "y de esto nada més," o "esto lo callo." La sétira del Carnero toma otra perspectiva mas directa que la anterior aunque siempre e1 cronista asume 1as debidas precauciones.21 Se justifica diciendo en el 30 prologo, y aclarando muchas veces en lugares estratégicos (Pég. 50) de la obra, que se propone decir la verdad. Protegido por esta justificacion, Freile descarta momenténeamente 1a pose encubridora y su critica mordaz brota a la superficie. Entonces, nada ni nadie se escapa de sus garras, y los ataques se hacen mas virulentos y directos. Zahiere la codicia, 1a ambicién, la ingratitud, y hasta 1a sensualidad erotica que son responsables por 1as circunstancias adyectas de la colonia. Degrada a dimensiones infimas a muchos miembros de aquella sociedad: acomete contra los excesos y abusos del poder de presidentes, oidores, fiscales y visitadores; censura 1a rapacidad y la crueldad de los encomenderos con los indios, 1a soberbia de los conquistadores, los abusos cometidos contra los menos afortunados por personas influyentes que amoldaban los fueros a sus intereses particulares, 1a incompetencia burocrética, 1a frivolidad del clero, 1a venalidad de la juSticia, y la inmoralidad de los nativos. Hasta ataca sus propias debilidades . L1 I)iente del Parnaso Durante 1a época colonial encontramos muchas manifestaciones de picarismo en la produccion poética. La abundante poesia pOpular del momento repite los temas y Sentimientos de lo picaresco. Las mejores composiciones de 31 este género se encuentran en las obras del poeta limeno Juan del Valle Caviedes, especialmente en su libro E_l_ diente del Parnaso. Esta poesia se deriva del contacto directo del autor con el ambiente decadente de la Lima de las filtimas décadas del siglo XVII.23 En su actitud de goce y libertinaje ante la vida se encierra una fuerte dosis de la filosofia picaresca. Los dos primeros rasgos formales de la novela picaresca, e1 héroe picaro y la estructura episédica, estén ausentes del Diente del Parnaso. Sin embargo, hay en ella aspectos rudimentarios que merecen algunos comentarios. No se nos cuenta la vida de un picaro en el sentido clasico de la palabra. Pero en su poesia hay una forma especial de picardia, 1a cual ha sido explicada por Emilio Champién de la manera siguiente: Caviedes narra todo lo que ve y siente criticable. No cuenta aventuras jocosas y malintencionadas de terceras personas; cuenta lo que siente y cree de aquellos a los cuales guarda rencor por cualquier motivo. Esta forma de picardia es innata; naci6 Con él y se desarrollo 2581 su vida, haciéndose un actor mas que un autor. ESte picarismo es producto de 1as propias vivencias del poeta. Los cuadros comunes a la novela picaresca-~hambre, est"I'echez econémica, pauperismo, y 1as dificultades de la vidat~~que se retratan en la obra pudieron reflejar 1as l“numerables vicisitudes que paso Caviedes. Aunque no se ('1 Cl. “(‘1 .l. 32 detallan en la obra ni 1as determinaciones ambientales ni 1as carencias familiares de un picaro, hay en la vida del autor hechos concretos que debieron ofrecerle oportunidades para observar los mas abyectos cuadros de miseria humana. En el testamento de Caviedes encontrado recientemente, hay suficientes indicios que prueban 1as caéticas limitaciones economicas en que se desenvolvia e1 poeta. Acosado por deudas, angustias y penurias, solicita que se 1e entierre de limosna debido a su extremada pobreza. El documento alude también, en tono picaresca, a ciertas transgresiones suyas contra 1a propiedad ajena: trampas de poca cuantia y otras cosillas que la necesidad 1e obligé a hacer.27 Estas limitaciones, como también su reaccién ante ellas, 1e aproximan a1 personaje picaresco. La obra no tiene e1 tipo de concatenacién episodica eSencial de los modelos del género. No hay un personaje Central que una los diferentes elementos. Sin embargo, Re’edy ha apuntado claramente un aspecto interesante de la técnica narrativa empleada por Caviedes que representa una desviacion del autobiografismo episédico indispensable a todas las obras picarescas, con raras excepciones. Su Obi-"a no esta escrita en forma autobiogréfica. No obstante, e1 autor se mantiene en intimo contacto con el mundo poetico que .refleja en sus poesias. Dice: "In most of the 33 poems the narrator addresses the main character (8) of the poem, thus putting himself in contact with them."28 La obra emparenta con la vieja picaresca espanola en el uso de topicos que le dan unidad a los sentimientos expresados en los diferentes poemas y que, por. lo general, versan sobre los mismos temas. E1 vinculo no es episodico sino temético. Esta proyeccién es evidente esencialmente en el ataque constante y furibundo que el autor desata contra médicos, ciertas mujeres, y otras personas. Los obj etos principales de su ataque estén siempre presentes en su mente. En muchas ocasiones e1 autor interrumpe algfin poema sfibitamente para atacarlos, como si un recuerdo fulminante encendiera su colera. En la obra de Caviedes hay un marcado proposito satirico. Pero 1a protesta del autor no es contra 1a sociedad y 1as condiciones en que ésta se desenvuelve. SuS sentimientos, que podriamos llamar agénicos, producto ‘19 sus sufrimientos fisicos y espirituales, son la fuerza m0131212 que le impulsan a atacar con vehemencia a personajes vet‘Claderos que representan profesiones, tipos y mujeres. Ell ellos se satiriza esencialmente la ignorancia, 15‘ ma:lclad, 1a ostentacion, y el exhibicionismo tonto de la éDOca. La 35tira mas c5ustica y directa va dirigida a los “‘éclicos.:29 Pero también son victimas de su tajante sétira .h .a\ 34 caballeros pretensiosos, falsos sabihondos, damas aristocréticas, beatas, prostitutas y otros. También se burla cruelmente de personas con defectos fisicos y morales: corcovados, viejos, hombres pequenos y narizones; judios, cura s y demés. La intencién satirica del Diente del Parnaso puede apreciarse en los versos iniciales de la obra. El autor empieza advirtiéndonos que sus poemas fueron inspirados por "1as guerras fisicas, 1as proezas medicinales y 1as hazanas de ignorancia" (pag. 212)30 que él mismo experimenté mientras recibia tratamientos para curarse de enfermedades que habia contraido, y de 1as cuales escapé milagrosamente a pesar de la ignorancia y estupideces de los médicos. Su actitud cinica 1e lleva a dedicar su obra a la Muerte, " emperatriz de médicos, a cuyo augusto cetro 1e feudan Vidas y tributos en el tesoro de muertos y enfermos." (Ibid) E1 propésito primordial del libro es zaherir a los ’ . . . o o InEdi-cos presuntuosos, ignorantes e h1nchados. La 0911115“ que tiene de los médicos es pésima. Los condena acremente 901‘ idiotas y asesinos, llaméndolos "los sangrientos ministros de la muerte." (Fag. 221) Esta flagelacion a 1a Profesion médica adquiere significado especial debido a dog particularidades. Sus dardos envenenados se dirigen 35 casi siempre contra personajes verdaderos. El autor no esconde 1a identidad de éstos, mencionéndolos por sus 3 O hombres. Ademés, ataca espec1almente los aspectos mas vulnerables de éstos. La satira mas contundente resulta de la exposicién humoristica de los defectos fisicos y morales del individuo. Para hacer resaltar estos defectos Caviedes escoge ciertos aspectos de sus victimas, los cuales exagera y deforma cruelmente. En su poema "Al doctor Corcobado" podemos apreciar este aspecto de su sétira. En éste describe la condicién fisica de su personaje que tiene una giba. A ti, quircuncho de médicos fue tu concepcion incognita y licenciado galépago, semen de flojos esparragos mojiganga de la fisica, ‘que corcoba tan acérrima tuerto de derechos de parraco, no la concibieron rébanos (Pég. 231) La picardia de Caviedes tiene una peculiaridad Sicolégica que no se discierne ficilmente en otros picaros. Su Picarismo, como el de Freile, queda amoldado a sus pr'C’Pios sentimientos sin tomar en cuenta 1a totalidad ambiental y la reaccion colectiva a ésta. Su reaccion picaresca parte del sufrimiento de su agitada vida. "Caviedes fue tratado duramente por la vida y su ingenio se Su amargura aguzé en la picardia,"33 dice Emilio Champién. es la fuerza motriz que lo impulsa a1 ataque. 36 El Lazarillo de Ciegos Caminantes Esta obra de Alonso Carrio de la Vandera tiene abundantes pruebas que indican su naturaleza satirica. Lo que pretende ser un informe burocrético o una cr6nica de viajes lleva- una intencion mas seria: decir la verdad sobre la situacion de la Colonia. Bajo e1 disfraz de este tipo de narracion, e1 autor quiso mostrar 1as ésperas relaciones (politico-sociales de la Colonia. Como era imtposible atacar directamente los males de la Colonia, recurre a los rasgos de la narrativa picaresca que usé en la composicién de la obra. 31‘ No obstante su naturaleza hibrida, El lazarillo de ciegos caminantes se aproxima més a la forma de la novela Picaresca que las dos obras anteriores. La narracién se hace en primera persona, tomando como base de ésta algunos asPectos de la vida de un personaje de los bajos fondos par-a dar mas veracidad a la materia. Los hechos son napI‘ados por un personaje procedente directamente del amt)iente que refleja 1a obra. La manera ironica con que el autor dedica su libro al hampa truhanesca, 0 sea, a los piearcs, en las palabras iniciales del prologo, da una idea clara del espiritu de picardia del autor. Este se nota en la caracterizacién del personaje central. Aunque pal"cialmente basado en la tradicion picaresca, Concolorcorvo 37 fue un personaje real a quien conocié muy bien Carrio porque 1e acompano en sus viajes. Pero éste 1e atribuye matices ficticios heredados de la tradicién picaresca. Empieza relatando algunas dificultades familiares que reflejan 1a condicion baja de su cuna y que también zahieren a su propia familia. Dice: Yo soy indio neto, salvo 1as trampas de mi madre, de que no salgo por fiador. Dos primas mias coyas conservan su virginidad, a su pesar, en su convento del Cuzco, en donde 1as mantiene e1 rey nuestro senor. (Pag. 284)35 Pero e1 personaje no relata sus propias experiencias y andanzas sino 1as de otras personas con 1as cuales se encuentra en sus viajes, o 1as que le refiere e1 visitador en sus anécdotas. En vez de relatar ésto en forma episodica, Concolorcorvo emplea la técnica del relato de viajes. Esta técnica resulta mas propicia a su finalidad. Los constantes cambios de escenario 1e dan 1a oportunidad de hacer un vasto escrutinio de la sociedad. Como resultado, 1a satira del Lazarillo de cieggs caminantes ha alcanzado una categoria que no existié en las anteriores obras. E1 ataque a individuos que vimos en Freile y Caviedes adquiere con Concolorcorvo dimensiones mayores y se intensifica. La mira critica del autor enfoca instituciones, profesiones, oficios, tipos, e1 medio social, costumbres, grupos y clases sociales para dar un 38 cuadro veleidoso del ambiente colonial. Son victimas de su punzante sétira personajes de todas 1as esferas sociales: hidalgos, jueces, corregidores, clérigos, alcaldes, alguaciles, indios, mestizos, criollos y muchos mas. La sétira que hace de algunos religiosos es indicativo del tono general del libro. Tiene muchos episodios encaminados a poner en evidencia 1as debilidades de los religiosos. En estos casos, presenta siempre una visién humoristica de la situacién, con el designio de exponer ciertas cualidades picarescas del clero. Por 10 general, no hay tendencia a caricaturizar, como acontece en el Buscén. La anécdota que mejor apunta a esta finalidad del autor es la del jesuita administrador de una misién. Este era un "padre que por lo rollizo podia serlo de una dilatada familia, y por lo diestro en todo género de comercios, prior del mayor consulado del mundo; era sujeto maduro y provecto en particular en la ciencia que llaman de corte." (Pég. 355) De 1as diabluras de este apicarado religioso, no se libran ni los obispos. Entre sus victimas se encuentra un obispo de Durango. Un dia éste tuvo que alojarse en la mision. E1 jesuita 1e hizo los obsequios dignos de su jerarquia, déndole una excelente comida "sin costo alguno, y por postre presenté a1 obispo una docena 39 de epigramas latinos llenos de lisonjas, que celebraron todos mucho." (Ibid) Como e1 prelado necesitaba reemplazos para sus mulas, su huésped ordené, con mucha ostentacién, que se le trajera una docena de mulas. Asumi6 que el obispo no aceptaria su oferta, en lo cual estuvo equivocado. Para rectificar su error, recurrié a una ingeniosa treta. Viendo e1 buen padre que los mozos ya tenian ensillados los caballos y sus lazos prontos, se salié a1 corredor y les dijo en lengua mejicana que solo llevasen a1 obispo dos mulas flacas é infitiles, y que dijesen que no habian podido encontrar més en la campana, por haberse trasmontado e1 ganado gordo y de servicio. (Pégs. 355-356) Cuando finalmente se enteré e1 obispo del engaho, por intermedio de un paje que no pudo contener 1a risa, us6 e1 episodio como tema de un sermon en el cual alabé 1a ingenuidad de aquél, afirmando que 1e parecian m55 fitiles para la sociedad humana los hombres rfisticos que los muy habiles, porque aquéllos descubrian a1 instante sus buenas o malas intenciones, y éstos 1as cubrian con un velo espeso, que no podia penetrar la vista, y que solo por una casualidad se llegaban a percibir. (P5g. 356) La obra arroja dudas sobre el papel del sacerdote y la iglesia en la sociedad indigena. La critica de las arbitrariedades que éstos cometen contra los indios, negros y otros grupos es contundente. Indica cémo 1a institucion y sus representantes explotan, discriminan y hasta atropellan a estos infelices en nombre de la religion. 40 Se recurre a castigos corporales, casi inhumanos, para enseharles 1a religién. (Pég. 372) Otras costumbres de la iglesia resultan perjudiciales a los fieles. (Pags. 346-347) Ciertas practicas religiosas contribuyen a la corrupcion de los nativos, segfin podemos apreciar en humoristicas anécdotas, como la de las monjas que por su egoismo fueron enganadas por unos serranos "muy hébiles en picardias y ruindades." (Pég. 284) Esta satira llega a la cfispide de la ironia cuando Concolorcorvo dice que aspira a la plaza de perrero de la catedral del Cuzco para gozar de inmunidad eclesiastica. (Pég. 284) Aclaremos 1as ideas esenciales del ultimo fasciculo de este capitulo. Aunque las obras analizadas no pertenecen a1 género novelistico, asumen los aspectos primarios de la forma picaresca. Por lo general, aparecen en ellas personajes, 0 el mismo autor, cuyos rasgos reflejan 1a idiosincrasia del picaro clésico. También tienen un modo estructural rudimentario que se asemeja a la estructura episédica de la novela picaresca tipica. Lo mas importante de estas obras es que tienen un marcado prOpésito satirico, estrechamente vinculado a1 ambiente colonial de America. No obstante, aparecen en ellas los primeros indicios de variacién en la forma. Se vislumbra un personaje apicarado cuyos sentimientos reflejan la actitud del autor hacia 1a 41 vigencia social. Se trata de un tipo de personaje-autor, un picaro basado en el destblamiento de Ciertas fases de la vida del escritor. Por lo tanto, e1 personaje es testigo del relato y actor de los acontecimientos. Se aleja del autobiografismo literario del género para acercarse a1 real, en el cual 1as aventuras del autor se confunden con 1as del personaje. La estructura de 1as obras se basa en una serie de anécdotas inconexas de sabor picaresco y que abarcan un gran numero de temas. La finica unidad visible 1a provee 1a constante presencia del autor convertido en personaje, y en raras ocasiones, e1 complejo temético. La sétira de 1as obras, especialmente en 1as dos primeras, se dirige contra personajes reales, y su intencién es ridiculizar a éstos. Hasta cierto punto, estos aspectos divergentes cobran mayor importancia en 1as novelas picarescas posteriores. 42 NOTAS 1. Opina Pedro Salinas que los autores del Siglo de 0ro tienen 1a originalidad de elevar a la gente del pueblo a la dignidad de héroe literario. ("E1 héroe literario y la novela picaresca espanola," Revista de la Universidad de Buenos Aires, Epoca Bra (1946), Tomo IV, pégs. 75-84.) 2. En algunos picaros se notan dejos de sentimientos humanos (Lazaro y Pablos). Sin embargo, estos pocos casos no representan 1a totalidad del ambiente picaresco donde parece predominar la insensibilidad humana. 3. Estamos de acuerdo con Alexander A. Parker en que la palabra "delinquent" es la que mejor describe a1 personaje picaresco: I prefer the term "delinquent" as being the word that in current usage best expresses the picaro of Spanish seventeenth century literature. By this I mean an offender against the moral and civil laws; not a vicious criminal such as a gangster or a murderer, but someone who is dishonourable and antisocial in a much less violent way. (Literature and the Delinguent (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1967), pag. 4.) 4. Véase e1 articulo de Carlos Blanco Aguinaga, "Cervantes y la picaresca," Nueva Revista de Filologia Hispénica, Vol. XI (1957): pig. 320- 5. En este capitulo 1as citas del Lazarillo de Tormes, Guzman de Alfarache y El buscon se refieren a la antologia de Angel Valbuena Prat, La novela picaresca espanola (Madrid: Aguilar, 1956). Estas apareceran entre parentesis inmediatamente después de la cita. 6. Segfin Parker, Pablos representa una excepcion porque Quevedo logré penetrar 1as intimidades de su picaro. (22- 2215}: Pag. 73) 7. En el caso del Buscon e1 ambiente realista asume tintes naturalistas por su tendencia a la deformacion y caricaturizacién. 43 8. Segfin estudios recientes, 1as finicas obras donde hay cierto grado de contacto entre novela y realidad son: Vida de Marcos de Obregég, Vida de Estebanillo Gonzélez y El Buscén. 9. Américo Castro creyo ver en el origen de la picaresca una reaccién y protesta de naturaleza social y econémica contra el mundo nobiliario y eclesiéstico. Ver su articulo "Perpectivas de la novela picaresca" en Semblanzas y estudios espanoles (New Jersey: Princeton University Press, 1956), pags. 73-92- 10. Las obras extranjeras mas importantes de este grupo son: Simplicissimus (1668) de Hans Jacob Christoffel von Grimmelshausen; Historie de Gil Blas de Santillane (1715) de Alain-Rene Lesage; The Fortunes and Misfortunes of the Famous Moll Flanders (1722) de Daniel Defoe; The History of Tom Jones (1749) de Henry Fielding y The Adventures of Roderick Random (1748) de Tobias Smollett. 11. Antonio G6mez Restrepo cree que el autor no trat6 de escribir una novela picaresca pero si este hubiera sido su propésito "tendriamos una novela picaresca que podria figurar entre 1as notables que produjo este género, pues tenia todas las condiciones requeridas para una obra de esta clase." (Historia de la literatura Colombiana, Bogota: Biblioteca de Autores colombianos, 1953), Tomo II, pég. 156) Para Torres-Riosecos El Carnero es una obra "que tiene de novela picaresca 1as tres cuartas partes de su contenido" (Ensayos sobre literatura latinoamericana (Berkley: University of California Press, 1958), p5g. 61. 12. gl carnero (Bogota: Editorial Bedout, 1968) Las citas de la obra se refieren a esta edicién. 13. "Los sucesos politicos estén entrelazados con un sinnfimero de anécdotas, por lo general escandalosas, que pintan 1a sociedad de entonces con rasgos maestros." (José M. Vergara, Historia de la literatura de la Nueva Granada (Bogota: Imprenta Echevarria, 1867), pag. 85). 14. Francisco J. Santamaria, Diccionario general de americanismos (Mexico: Robrero, 1942), Tomo I, p5g. 325. 15. Hablando de un oidor que se ocup6 en su tiempo de limpiar 1a colonia de vagabundos y gente perdida, exclama Freile: "0h si fuera agora, y que buena cosecha cogiera!" (Pég. 233) 44 16. Resume e1 autor, después de darnos un ejemplo de esto en una de las anécdotas: "Las mujeres son las que mandan el mundo; 1as que se sientan en los tribunales y sentencian y condenan a1 justo y sueltan a1 culpado; 1as que ponen y quitan 1eyes y ejecutan con rigor 1as sentencias; 1as que reciben dones y presentes y hacen procesos falsos." (Pég. 285) 17. E1 subtitulo del Carnero es: El carnero, Conguista y Qgscubrimiento del Nuevo Reino de Granada de las Indias Occidentales del Mar Oceano y Fundacion de la ciudad de Santa Fe de Bogota, Primera de este reino donde se fundo 1a Real Audiencia y Cancilleria, siendo la cabeza. Se hizo Arzobispado. Cuéntase en ella su descubrimiento, alggnas guerras civiles gue habia entre sus naturales; sus costumbres y gente, yigue procedié este nombre tan celebrado del Dorado. Los generales,,capitanes y soldadosggg vinieron a su conguista con todos los Presidentes, Oidores y Visitadores gue han sido de la Real Audiencia. Log arzobispos, prebendados y di idades ue han sido de esta santa iglesia catedral, desde el ano 1539 Que se fundo, hasta el de 1636, gue esto se escribe; con algunos casos sucedidos en este reino,, ue van en la historia para ejemplo, y no para imitarlos por el dano de la conciencia." 18. Como ejemplo citemos e1 Cap. X, donde e1 autor cubre la presidencia de Andrés Venero de Leiva, un periodo histérico de gran trascendencia. De 1as 18 paginas de que se compone e1 capitulo solo unas cuantas lineas tratan del Presidente. E1 resto del capitulo esta consagrado a1 relato picaresco del "encomendero de Chivaté." Mas importante afin, e1 autor se refiere a los diez anos de gobierno de Venero de Leiva asi: "Fué muy agradable el tiempo de su gobierno, y llamaronle e1 siglo dorado." (Pag. 148) Sin embargo 1e dedica muy poco espacio a éste. 19. For ejemplo, a1 hablarnos de 1as dotes del Adelantado Gonzalo Jimenez de Quesada escribe: "Dije que tenia descuidos, y no fue el menor, siendo letrado, no escribir o poner quien 1e escribiera 1as cosas de su tiempo; a los demis sus companeros y capitanes no culpo, porque habia hombres entre ellos, que los cabildos que hacian los firmaban con el hierro que herraban 1as vacas y de esto no mas." (Pag. 116) 45 20. En otros casos recurre a un personaje para expresar 1a sétira. E1 prototipo de esta técnica lo vemos en el episodio de una negra castigada por bruja, mientras que otras senoras principales, tan brujas como ella, como habia apuntado 1a investigacién del caso, escapan e1 castigo. Concluye e1 autor e1 episodio con 1as siguientes palabras de la pobre mujer: "ITodas, todas lo hicimos, y yo solo lo pago!" (Pag. 143) 21. "Ya tengo dicho que todos estos casos, y los demés que pusiere, los pongo para ejemplo; y esto de escribir vidas ajenas no es cosa hueva, porque todas 1as historias 1as hallo llenas de ellas." (Pigs. 235-236) 22. "No me culpe nadie si la (verdad) dijera yo, para cuya prueba desde luego me remito a los autos, para que no me obliguen a otra." (Pég. 173) 23. Su poesia satirica-de acuerdo a Mariano Pic6n Salas- representa 1a antitesis del esoterismo barroco de la época porque refleja "una acida realidad vital, una verdad distinta de la del arte oficialista." (De la conguista a la independencia (México: Fondo de Cultura Economica, 1965), pag. 1‘50) 0 24. "Caviedes fue picaro; protagonista de una fantasia malévola, Caviedes, en su obra, reniega burléndose," sintetiza Emilio Champion en "Picardia de Caviedes," 3 (Tres), No. 4 (Marzo, 1940), pég. 50. 25. Ibid., pég. 54. 26. Este aparece en un estudio de Guillermo Lohmann Villena, "Dos documentos inéditos sobre don Juan del Valle y Caviedes," Revista Histérica, Vol. IX (1937) pégs. 277-283. 27. Sobre este aspecto de la vida del poeta Lohmann Villena dice: "La acezante pobreza de Caviedes alcanzaba grados extremos. En una poesia laudatoria a1 conde de'Monclova, deja entender que vestia andrajosamente, con prendas donadas por la caridad pfiblica; su sustento era recrearse con el olor del cochifrito, su oficio, ensalzar a los poderosos para recibir una limosna; desgrenado, carecia de dinero hasta para rasurarse. Lo que mas 1e acongojaba era verse rodeado de 'potitos' que clamaban por 'pan en consonantes caninos.'" (Ibid., p5g. 780) 46 28. Daniel R. Reedy, The Poetic Art of Juan Valle Caviedes (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1964), pag. 63.) 5610 en dos ocasiones, e1 poeta se desvia de esta técnica. En su poema "Carta que escribio e1 autor a1 Dr. Herrera, e1 tuerto, a quien 11ev6 de esta ciudad a la de Quito el presidente y 1e hizo protomédico y catedratico de prima del restro de la medicina," Caviedes penetra su mundo poético y se convierte en personaje para dirigirse directamente a uno de los médicos que critica. En otro poema, e1 poeta se convierte en personaje activo a la vez que sirve de narrador para indicar una serie de demandas. Esto ocurre en "Juez pesquisidor de los errores médicos, en Lima." 29. En un inventario de la poesia de Caviedes hecho por Reedy se indica que el poeta compuso ciento treinta y dos poemas de satira social, de los cuales cincuenta flagelan a médicos, medicastros, y la rama médica en general. En otros cincuenta y dos a diferentes profesionales como clérigos, poetas y actores. En los otros satiriza a negros, mulatos y lisiados. (Q£,‘gig., pég. 60) 30. Las citas de la poesia de Caviedes se refieren a la edicién de Rubén Vargas Ugarte, Obras de Juan del Valle y Caviedes (Lima: Clésicos Peruanos, 1947). 31. De los treinta y dos médicos que aparecen en los poemas, doce vivieron y trabajaron en Lima durante la segunda mitad del Siglo XVII. Otros no han sido identificados, pero segfin la opinion de Reedy, "It is very likely, too, that many of the other doctors mentioned by Caviedes were real persons whose lack.of professional fame did not allow their names to be recorded by historians." (92, 212., pég. 66) 32. Picén-Salas trata de explicar e1 resentimiento de Caviedes: "§u diente del Parnaso . . . es una tipica obra de resentido. Resentido porque no goza del favor oficial, ni es personaje de la Corte ni tiene titulo universitario y observa correr la vida no desde el aureo paraninfo de la universidad ni desde los estrados de las residencias aristocraticas, sino desde su tenducho de buhonero enfermizo y sedentario, junto a1 rio." (QB, gi§., pag. 140) 33. Champion,‘22. cit., pég. 52. 47 34. Como dice arturo Uslar Pietri, "su proposito satirico y subversivo es ostensible. Es un alegato critico, disimulado en un escenario de picaresca . . ." (En Breve historia de la novela hispanoamericana (Caracas, Madrid: Ediciones Edime, 1954), pag. 39). 35. Citamos por la edicion Biblioteca de Autores Espanoles (Madrid, 1959). CAPITULO II EL PERIQUILLO SARNIENTO Y DON CATRIN DE LA FACHENDA E1 Periguillo Sarniento tiene los rasgos esenciales del género picaresca.1 Ademés, hallamos en él varios aspectos innovativos. E1 autor us6 lo esencial de la tradicion picaresca pero 1e dio matices individualizantes sacados de un ambiente social e ideologico diferente a1 que existi6 en Espana durante e1 florecimiento del género picaresco clasico y de 1as condiciones particulares del autor que infunden una nueva actitud a1 proceso creativo. Lo nuevo no se limita exclusivamente a los aspectos ideolégicos. Lizardi us6 algunas técnicas que modificaron ciertos rasgos del género. La renovacion ideologica de El Periguillo emana en gran parte de ciertas condiciones especiales que influyeron en el proceso creativo del autor. Lizardi se ve obligado a recurrir a1 género novelesco para exponer sus ideas cuando no se le permite hacerlo de otra manera. Por esta razén, 1a intencion esencial de la obra, y el proceso 48 49 creador, son significativos. E1 autor tiene siempre consciente e1 proposito didéctico que le mueve a escribir: quiere que haya reformas para rectificar ciertos males sociales. Como otros novelistas anteriores a él, Lizardi pretende que el relato de su vida sirva para deleitar y servir de ejemplo a sus hijos, a quienes les relata los hechos desde su lecho de muerte. A1 concluir un episodio importante de su relato, e1 autor resume e1 propésito principal de su obra: Lo que apeteciera, hijos mios, seria que no leyerais mi vida como quien lee una novela, sino que pararais la consideracién mas allé de la céscara de los hechos, advirtiendo los tristes resultados de la holgazaneria, inutilidad, inconstancia y demés vicios que me afectaron. (Pag. 235)3 Su credo reformista esta basado en 1as doctrinas educativas de Rousseau. Nunca lo pierde de vista, apareciendo explicitamente por todas las pAginas de su obra. Por esto, no pone gran atencién a los aspectos estéticos de su creacién. Lo importante para él es lo ético, como confirma en una apologia cuandoaclara que escribe para el pueblo, y por esta razén tiene que dar 1as moralizaciones en discursos porque estos lectores "necesitan que se les den 1as moralidades mascadas y aun remolidas, para que les tomen e1 sabor y 1as puedan pasar, si no saltan sobre ellas con més ligereza que un venado sobre 1as hierbas del campo." 50 En la caracterizacion del personaje picaresco lizardiano se filtran perspectivas ideologicas y artisticas que 1e dan a su creacién literaria aspectos particulares. Nadie mejor que Agustin Yanez ha resumido esta idea a1 decirnos que el nombre de Periquillo, como e1 de los grandes tipos literarios, ha venido a convertirse en sustantivo comfin que designa a cualquier aventurero.5 E1 picaro de Lizardi ha adquirido esta distincién, confirma Jefferson R. Spell, porque fue extraido de la realidad mejicana del siglo XIX. Agrega el mejor critico de 1as obras del mejicano que estos picaros son personificaciones de las ideas del autor, hecho que contribuye a la restringida caracterizacion de ellos: no hay penetracion sicolégica; e1 carécter del personaje se revela por un defecto o una virtud predominante; no los llegamos a conocer por sus acciones sino por sus numerosos diélogos moralizantes sobre el comportamiento propio y el ajeno; ni tampoco hay descripcion fisica del personaje.6 Estos perfiles de los entes ficticios lizardianos son proyecciones de los picaros castizos. Pero en la conceptualizacién de sus personajes picarescos, e1 autor ha forjado modificaciones considerables en 1as cuales entran aspectos sociologicos basados en 1as ideas del hombre y la sociedad desarrolladas durante e1 siglo XVIII. Por lo tanto, aunque sigue a 51 grandes trazos los modelos clasicos, posee rasgos distintivos que 1e dan vida y fisonomia propias. Pedro Sarmiento, protagonista de la obra, es el primer verdadero picaro de América. Es un truhan en el sentido de Lazaro, Guzman y Pablos. En los aspectos exteriores se nota en seguida la misma idiosincrasia picaresca de los anteriores. Su vida conlleva los elementos comunes a1 picaro tradicional: vagancia, cobardia, habilidad para amoldarse a1 medio, y la actitud hedonista hacia la vida. Periquillo, producto de la clase media del Méjico colonial, logra obtener los beneficios de su clase: una buena educacion. Debido a 1as infulas de nobleza de la madre, y el carécter débil del padre, el joven Periquillo cae a1 mundo de la picardia. Se ve arrastrado a1 vagabundeo y las aventuras tipicas de lo picaresca: un amigo lo inicia a1 mundo como "cocora" en los juegos, se establece de medicastro, se acoge a la servidumbre, teniendo como amos a un notario, a un barbero, a un médico, a un sacristan y a muchos mas. También tiene otras aventuras intercaladas entre los episodios en que sirve: es encarcelado, es hospitalizado, se casa, gana 1a loteria y hasta naufraga. Finalmente, se arrepiente y pasa los filtimos anos de su vida prospero y feliz como padre y esposo modelo. 52 En la formacién de la actitud picaresCa de Pedro Sarmiento no hay predisposicién hereditaria a_1a picardia. Su iniciacion en la picardia no es por necesidad econémica ni debido a la pobreza heredada de sus progenitores, o la actitud de éstos. E1 medio que influye sobre él es de indole diferente. Los defectos del carécter de Pedro son causados por el ridiculo ambiente hogareho, y sus tendencias antisociales tienen vinculos directos con esta etapa inicial de su formacion. Como ya hemos dicho, e1 carécter ocioso de Pedro, formado bajo los pujos aristocraticos de su madre y la inaccién de su padre, debido a su débil personalidad, lo lleva a abarcar la vida picaresca como finica solucién a su dilema. No es la predisposicion hereditaria, como en los picaros anteriores, lo que lo lleva a1 picarismo sino 1a apatia social y la educacién deficiente, aspectos responsables por las debilidades de su carécter.7 Por lo tanto, la evolucion de su personalidad literaria es diferente a la de los otros entes picarescos. También lo es su actitud. El desarrollo del picaro lizardiano es mas lento, resultando asi més a tono con la mentalidad humana. Desde que se lanza a1 mundo hasta que se abraza de lleno a la vida rufianesca-cuando adquiere 1as actitudes negativas de la filosofia picaresca impuestas por la necesidad de sobrevivir-transcurren dieciocho anos. 53 Lazaro adquiere esta mentalidad muy temprano.en su vida, como a los diez anos de edad. Periquillo tiene dieciocho anos cuando se consuma 1a transformacién. -L1ega a esta etapa por un proceso gradual y casi sistemético que nos pinta e1 autor detalladamente. Este tiene matices de verosimilitud no vistos en la delineacién del picaro clasico. Antes de convertirse en verdadero pillo, Periquillo se asemeja mucho a1 nino tunante cervantino. Este es el tipo de personaje que asume comportamiento travieso, truhanesco. Toma parte en episodios apicarados, pero nunca se convierte en verdadero picaro porque ni hay transformacion ni asume totalmente la conducta negativista del picaro clasico. En el caso de Periquillo, esta primera etapa contiene elementos sociolégicos. Las relaciones familiares y los conflictos entre grupos son utilizados por el autor para darle vigencia a1 carécter del protagonista. La personalidad apicarada del personaje se asoma desde su ninez. Es més, no tiene la inocencia inicial del picaro clésico. Desde muy pequeho Pedro usa su ingenio para aprovecharse de 1as debilidades de 1as personas a su alrededor. Los padres del héroe son sus primeras victimas. Cuando quiere darle riendas a su gusto, Periquillo explota 1as debilidades de su madre,.la cual, con sus lagrimas, hace que su marido 54 ceda a los caprichos del nino. E1 precoz nino descubre en este comportamiento de sus progenitores una mina que a menudo explota para beneficio propio. Veamos lo que pasa cuando sus padres discuten 1a necesidad de darle un oficio: Aqui comenzo a llorar 1a alma mia de mi madre, y con sus cuatro légrimas dio en tierra con toda la constancia y solidez de mi buen padre; pues éste, luego que la vio llorar la abrazo, como que la amaba tiernamente, y la dijo:--No llores, hijita, no es para tanto . . . si es de tu gusto que estudie Pedro, que estudie norabuena; ya no me opongo. (Pag. 33) Cuando después de un largo proceso, Periquillo acepta la vida de picaro no lo hace como reacciénante 1a realidad social. Como su madre antes que él, que muere en absoluta pobreza, su caida se debe a 1as debilidades de su carécter, producidas éstas por la semilla malsana de la situacion familiar. A diferencia de los picaros de las tres obras clésicas, Periquillo nunca acepta por completo e1 negativismo del picaro clasico. No hallamos en él ni la filosofia acomodaticia ni la idiosincrasia materialista a1 extremo del picaro clasico, que hace de estas actitudes la base de su existencia. Tampoco se excluyen permanentemente de su vida sentimientos de piedad, caridad y equidad. No es un solitario que rompe los lazos familiares y amistosos. E1 picaro lizardiano, como parte de una realidad social, 55 resalta por su apego a la familia. Periquillo, aunque se porta cruelmente con su madre, siente hondo afecto por su familia. Pasa la mayor parte de su vida en el hogar. Cuando su madre muere, desilusionada y pobre, debido a la conducta disoluta de Pedro, a éste 1e remuerde la conciencia. (Pég. 123) Cuando se reforma, e1 personaje retorna a la vida sedentaria, a gozar de prosperidad y felicidad genuinas en el seno de una familia ejemplar, la propia. En este particular difiere considerablemente del picaro clésico, que después de experimentar grandes vicisitudes y zozobras, termina aceptando una situacion familiar, si es que lo consigue, poco moralmente ideal, como en el caso de Lézaro de Tormes. En un momento de introspeccién el mismo personaje aclara este aspecto de su personalidad a1 decirnos, "Yo, en medio de mis desbaratos, he debido a Dios dos prendas que no merezco. La una un entendimiento d6cil a la raz6n, y la otra un corazén noble y sensible, que no me ha dejado prostituir fécilmente a mis pasiones." (Pig. 51) En otra ocasion, Periquillo admite que las razones para no caer a1 fondo del abismo son otras.8 Horrorizado por el envilecimiento en que ha caido, exclama: Yo estaba prostituido; pero sentia una genial repugnancia y hastio en estas cosas. No sé que la buena educacién en la ninez, que en la mas desbocada carrera de los vicios, suele servir de 56 un freno poderoso que nos contiene y idesdichado de aquel que en todas ocasiones se acostumbra a prescindir de sus principios! (Pag. 174) En la caracterizacién de Periquillo se encuentran otros perfiles de concepcién y significado diferentes a los picaros tradicionales. Estas particularidades cobran vigencias especiales en el relato de la vida del picaro. El protagonista tiene aspectos sicolégicos finicos que parten de la ideologia del autor. Como puede notarse en la filtima cita, e1 personaje se identifica siempre con la clase media, de donde procede también su creador. Tiene siempre presente 1as vanidades, prejuicios e idiosincrasia de su clase. (Fags. 180 y 254) For esta razén no acepta por completo 1a actitud picaresca, haciendo més plausible su conversién al final de la narracién. En este aspecto e1 personaje no responde fielmente a la actitud picaresca tipica. En algunas ocasiones e1 picaro clésico se arrepiente momenténeamente. Pero en seguida se da cuenta de su precaria situacién, y abandona esta pose para asumir su actitud de siempre. Hasta cierto punto, Periquillo tiene una moral eléstica también, pero, debido a su bondad ingénita, nunca cae realmente en el abismo de la picardia. Cuando cree haber llegado a1 fondo del precipicio picaresco pierde por completo 1a habilidad acomodaticia del antihéroe. Su desesperacion ante la encrucijada de la vida le lleva a 57 intentar suicidarse. (Fag. 396) Su actitud cambia y empieza su reforma. En la delineacién de Periquillo, e1 rasgo mas importante es su transformacion, cuando se convierte en un hombre respetable. Abandona su vida de picaro por razones sociales, mas que teolégicas, como en El Guzman. El personaje, después de un examen de conciencia, se redime socialmente. Este cambio no es ni momenténeo ni dudoso, como aparece en otras obras picarescas. Su redencién es genuina y completa, implicando el autor que su personaje muere en olor de santidad. Su vida termina con una nota optimista que no vemos en minguno de los picaros espanoles. Este aspecto lo adopt6 Lizardi del Gil Blas de Santillana. A los rasgos mencionados se afinan otras perspectivas que contribuyen a darle a1 personaje un matiz de "verdadero picaro americano."9 Forjado en un ambiente diferente a1 espahol, 1a personalidad de Periquillo es un reflejo del mejicanismo de su creador. La vida del picaro esta estrechamente vinculada a la vida del autor, ademas de estar enlazada con su medio y con su tiempo.v En gran parte, la vida de Periquillo no es la autobiografia fingida de un picaro, aspecto comfin a la picaresca tradicional. En la narracién hay muchos datos que concuerdan con la vida del creador, segfin ha confirmado Spell: "In the 58 work is recorded much of the life of Lizardi himself: here are his father and mother, his early school masters and the detail of his university career."10 .La sociedad retratada fue plenamente vivida por el autor. Muchos de los episodios, donde salen a relucir 1a pobreza, e1 encarcelamiento y la desesperacién del personaje, calan profundo en la realidad experimentada y sentida por Lizardi. De ello parte ese tono personal de la obra, intenso y palpitante en que se refleja e1 estado de énimo de Lizardi, su idealismo y sentimentalismo. La filosofia estoica y cinica del picaro concuerda con la actitud bésica del desafortunado luchador criollo. La nota autobiogréfica predominante a través de la obra se refleja claramente en la seleccién del protagonista. Ya dijimos que éste sale de la clase media, como Lizardi, y tiene ideas y sentimientos que comparte con su creador. Y como si esto no fuera suficiente, e1 autor se personifica en la obra haciéndose pasar por amigo intimo del protagonista, a quien "ama como a si misma," (Fig. 454) para darnos los datos finales de su larga y accidentada vida a insistencia de aquél, amén de corregir y anotar los cuadernos que, supuestamente, habia compuesto Pedro Sarmiento, técnica que le da mayor veracidad a la obra. 59 La identificacién de Lizardi con su protagonista deja su huella en la sicologia del protagonista. Es un personaje simpético que no tiene ni e1 cinismo ni 1a jactancia del clasico. La peculiar modestia de Perico ha sido vista por Torres-Rioseco como una especie de humildad mejicana que no tiene ni los arrestos ni la altaneria del picaro espanol. Para concluir esta seccién sobre los aspectos distintivos del picaro lizardiano podemos reiterar e1 pensamiento de Luis A. Sénchez sobre el particular. E1 critico peruano ve en el Periquillo elementos sicolégicos esencialmente contrapuestos a los rasgos caracteristicos del picaro espanol. Citemos: Salta a la vista, a través de la obra de Lizardi, 1a diferencia sicolégica entre peninsulares y criollos. E1 "picaro" lizardino y el de Quevedo se parecen sélo en sus aspectos externos, difieren en los sustantivos. E1 hispano es menos tragico y més deportivo: juega con la vida; en cambio la vida juega con Periquillo. Aquel mantiene insobornablemente su libre albedrio; e1 mejicano se entrega a la fatalidad . . . En el fondo, todo picaro espanol ' es un creyente; e1 americano, un agnéstico o, cuando menos, un escéptico. El picaro espafiol vive; e1 americano reflexiona. Dios, cuando interviene en las hazanas del primero, recibe reverencias; en 1as del segunda, blasfemias o pullas. Para e1 picaro peninsular, la mujer es una coima, un objeto de pasatiempo carnal; para el americano un objeto de sensualidad. Aunque misero, e1 Lazarillo goza y rie; aunque a ratos protegido, e1 Periquillo maldice y se queja. Periquillo se ve forzado a aceptar su suerte; e1 Busc6n trata de modificarla. Si e1 picaro espanol no hace nada creativo es porque no 1e da 1a gana; e1 americano, 60 porque o no puede o no 1e dejan. Uno es un vividor; otro un moridor. E1 gue lucha, se conforma; el que se deja, se resigna.1 Algunos criticos han visto 1as modificaciones sufridas por Periquillo como defectos en su caracterizacién, llegando a concluir que no es realmente un picaro. Para ello se han ofrecido muchas razones. Su picardia no es de sino fatal sino adquirida en vista de los malos ejemplos . . . si actfia como lo hace, es por una serie de hechos que lo han llevado a eso, vale decir, de acuerdo con la tesis lizardiana que la conducta del hombre obedece a la educacién que éste recibe, a1 ejemplo que 1e ofrece el mundo que tiene a su alrededor.1 No creemos que los rasgos aqui aludidos sean suficientemente validos para negarle la envergadura picaresca a1 personaje. A1 contrario, vemos en ellos modificaciones que contribuyen a darle a1 picaro una nueva personalidad literaria. E1 Periguillo fue compuesto siguiendo 1as lineas estructurales del arte de novelar picaresco. Vemos alli una serie de episodios en los cuales se cuenta la vida del protagonista. Lizardi escribié su novela en forma autobiogréfiCa. El protagonista octogenario, pr6ximo a la muerte, cuenta su vida en forma escrita para que sirva de ejemplo a sus hijos y a la humanidad. La forma de relatar la historia difiere de lo tradicional en varios aspectos. En primer lugar, la estructura de la novela esta mejor urdida Que la de otras 61 obras picarescas. Los episodios de la vida del personaje estan divididos en tres fases que coinciden con la evoluci6n de la personalidad del protagonista. La primera de éstas, aludida antes, cubre los anos iniciales del futuro picaro. Este es un largo periodo de aprendizaje durante el cual Perico no se ajusta muy bien a lo picaresco. Solamente en la segunda fase e1 protagonista asume 1a filosofia picaresca, sin adquirir 1a destreza y el negativismo total del truhén. En la tercera, con su segundo matrimonio, se experimenta 1a conversién y renunciamiento total de la vida picaresca, convirtiéndose en hombre cabal y honesto. Los episodios de cada una de estas fases estan encaminados a propésitos determinados de antemano por el autor, y por lo tanto, dan unidad total a la obra. La culminacién de este proceso tiene lugar en los filtimos capitulos del libro cuando la vida misma del personaje adquiere rasgos indispensables a la intencion didactica: Pedro Sarmiento verdaderamente transfigurado en hombre de bien, sirve de ejemplo a sus hijos. E1 relato de la vida del picaro tiene un mensaje definitivo. La originalidad de Lizardi es evidente también en otras técnicas estructurales usadas para darle mAs entidad a la trama. A pesar de que la narraci6n se interrumpe a menudo con la intercalacién de material extrano y digresiones, 62 1a trama de la novela esta mejor trabajada que en otras obras representativas del género, donde se acostumbra a precipitar 1a transformacién inicial del niho a picaro, y el desenlace. La caida del antihéroe, proceso delineado antes de hablar de la transformacién de nino a picaro, y su regeneracién, son graduales y completas. Lizardi consigue esto por medio de otros personajes que usa para intensificar ciertos atributos del protagonista, para darle mayor relieve a éste, 0 para recalcar su mensaje, y por la accién del personaje. Como resultado, a1 contrario de la supuesta regeneracién de Guzman, 1a transformacién de Pedro "marks a definite climax in 31 Perigui116."1A Ademés de un desenlace 16gico, la muerte en Lizardi tiene un sentido de finalidad que falta en la picaresca espanola. La muerte de Periquillo, relatada por un amigo del personaje-el autor-excluye 1a posibilidad de que éste vuelva a las aventuras picarescas, como ocurre en muchas novelas del género. Ademés de esta finalidad, este aspecto estructural 1e da unidad a la obra. La muerte de Pedro simboliza 1a bancarrota e inevitable desintegracién de un sistema social muy préximo a1 derrumbamiento. Como en muchas obras picarescas, en El Periguillo hay un gran nfimero de personajes que sélo sirven para mostrar los muchos cuadros picarescos. Hay otros que (In de me ll) 63 tienen una finalidad especifica, ademas de darle unidad a la narracién episédica. La vida del protagonista se vincula a la de estos personajes secundarios en varios episodios de 1as tres fases de la vida del picaro. Ya no son figuras opacas que entran y salen en el mundo ficticio de la novela, sino que sus vidas tienen una finalidad, a la vez que quedan concluidas logicamente al final de la obra, cuando todos se encuentran con el protagonista. Tres de éstos contribuyen desde el principio del relato a la formulacién de la tesis del autor. Martin Pelayo y Januario son los primeros maestros de Periquillo, los que lo inician en las artes picarescas. También son los agentes principales de su transformacién final. Januario influye grandemente en la segunda fase de la evolucién picaresca del protagonista, cuando sus vidas se entrelazan en numerosos episodios picarescos. Pero a diferencia del protagonista, éste continua su vida errante y finalmente termina en la horca. Pelayo sigue e1 ejemplo de Periquillo: se redime y retorna a la sociedad como clérigo respetado y apreciado de todos. Januario, a1 morir ahorcado, sirve de choque sicolégico que inicia e1 procesco de transformacién a1 darse cuenta Perico que parara como Januario si no se redime a tiempo. Martin Pelayo, clérigo reformado, llevaré el proceso a1 plano espiritual. Debido a la generosidad humanitaria de don 64 Antonio, 1a transformacién se consuma y Periquillo, después de una vida tumultuosa, retorna a la sociedad. Es 1a técnica cervantina de desatar nudos que Lizardi usa para contribuir a la conversién del picaro. Los incidentes relacionados con estos personajes, y especialmente con la muerte de Januario, aportan verismo a1 cambio de carécter en el protagonista, hecho no evidente en el cambio convencional que ocurre en Guzman por ejemplo. Ademés de facilitar e1 protagonista la unidad de los episodios con su presencia, en la forma en que cuenta su vida Periquillo da una particular tonalidad del mundo descrito. Revela en ella e1 caos y la confusién del momento histérico en que vive, 0 sea, esos ahos en que se desintegran las instituciones coloniales. No es un hecho fortuito que Lizardi seleccionara un personaje que ha llegado a la vejez cuando relata los acontecimientos de su vida. Esta técnica introducida por Espinel en su Marcos de Obregén, es perfeccionada por Lizardi. E1 protagonista relata su historia cuando esta cerca de la muerte, y, por lo tanto, 1a relata "con bastante confusion," como él mismo lo confirma. (Pég. 11) Ademés, 1a reflexi6n de hombre maduro 1e ofusca su vision, dando a conocer ciertos rasgos de sus experiencias que quiere que el lector conozca. Es un viejo que trata de razonarlo todo, basando este razonamiento en 65 las multiples experiencias de su atareada vida. El personaje siente 1a urgencia de decirlo todo. Parece que quiere justificar la seleccién de su apodo. Esta actitud 1e acompana hasta los filtimos momentos de su vida, cuando, agonizante ya, hace una disertacién final de dos paginas a1 pérroco que 1e acaba de suministrar los filtimos sacramentos. Tiene que confesarlo todo con gran sinceridad para mejor aprovechamiento didactico de sus hijos y de la humanidad. De todas 1as novelas picarescas que hemos leido, El Periguillo Sarniento es la que mejor demuestra e1 propésito satirico de su autor. A1 bosquejar los datos biogréficos de Lizardi, mencionamos su necesidad de recurrir a la novela para atacar a todo el sistema colonial vigente cuando 1as autoridades vedaron sus empresas periodisticas. Para fraguar su intencién, Lizardi nos pone en contacto con 1as vicisitudes y males de toda la sociedad, presentando un cuadroamplisimo de ella. En esto, como también en las aventuras fuera de la patria-episodios aprovechados para darnos un modelo ideal de una organizacién social completamente diferente a la mejicana que describe detalladamente-Lizardi desata una protesta vehemente contra una sociedad que ha creado condiciones de vida insoportables. Veamos primero e1 ambiente que aparece retratado en la Obrao 66 E1 escenario de El Periguillo tiene todos los atributos ambientales de 1as obras esenciales del picarismo clésico. Pero con Lizardi, e1 ambiente adquiere dejos propios de la mentalidad y proposito reformistas del autor. La obra presenta un panorama completo de la vida mejicana de principios del siglo pasado para mostrar sus males, los abusos y prejuicios de sus grupos sociales y profesionales. No hay parcializacién del ambiente porque e1 escritor se propuso pintar todos los aspectos del virreinato de la Nueva Espana. La aventura picaresca sirve de cuadro donde quedan pintadas todas 1as clases de la sociedad mejicana. Vemos alli la clase extremadamente rica, pequena pero sorprendentemente poderosa.15 Compuesta de espanoles, ésta goza de los privilegios acufiados por Su posicién social. Inmediatamente después analiza 1a clase media. Los miembros de ésta, compuesta de espanoles y criollos, tienen todos los prejuicios sociales impuestos por el tipo de sociedad en que viven. Es una clase orgullosa que basa sus prejuicios en la herencia familiar y las posibilidades econ6micas inmediatas. La base extensa de toda la f5brica social descansa en la inmensidad de la poblacién criolla, con su vasta pobreza e ignorancia. La caterva de picaros que pueblan el mundo ficticio del autor, con todo su ambiente de delincuencia, supersticién, retraso, etc., 67 provienen de ambas. Las debilidades y prejuicios de los miembros de estas dos clases sirven también de ejemplo para la intencién reformadora del autor. Pero 1a clase media es la que recibe e1 ataque mas contundente. Los prejuicios de clase, como se ejemplifican con su protagonista, han creado un ambiente de holgazaneria entre ellos que es sinénimo de lo picaresco. La irresponsabilidad social de este grupo prepara el clima de desintegracién social evidente en la accién de los personajes y la totalidad ambiental en que se desenvuelven éstos. En ellos es ostensible 1a inmoralidad de las profesiones: 1a vanidad y avaricia del clero, la ignorancia del maestro, los abusos del médico, etc. La totalidad del ambiente representado muestra 1as condiciones intolerables de la vida colectiva, pero es especialmente 1a clase media mejicana la que el autor retrata con mas precisién. Esta es la clase mas peligrosa por ser la que més perjudica a la sociedad. Periquillo exhorta a sus hijos a que se cuiden de . . . 1as viejas hipécritas . . . los curas interesados que saben hacer negocios de sus feligreses vivos y muertos . . . los médicos y abogados chapuceros, . . . los escribanos, agentes, relatores y procuradores ladrones, . . . los comerciantes usureros, . . . los albaceas herederos . . . los padres y madres indolentes en la educacién de su familia, . . . 1as beatas necias y supersticiosas, . . . los jueces venales, . . . los corchetes picaros, . . . los alcaides tiranos, . . . los poetas y escritores remendones, . . . los oficiales de la guerra y soldados fanfarrones y hazaneros, . . . los ricos avaros, necios, soberbios y tiranos de los 68 hombres, . . . los pobres que lo son por flojera, inutilidad o mala conducta, . . . los mendigos fingidos, . . . 1as muchachas que se alquilan, . . . 1as mozas que se corren, . . . 1as viejas que se pintan. (Pégs. 11-12) En la plasmacién del ambiente, Lizardi retrata 1a descomposicion de la sociedad colonial mejicana, cuyos prejuicios anonadan a1 hombre. En esto se guio por la idea social en vez de la teolégica, como aparecié en El Guzman y El Buscon. La implicacién de esta filtima es que el pecado original impulsa a1 hombre a obrar mal hasta el punto de que no puede desvincularse de su innata condicién. Lizardi descarta esta creencia. E1 picarismo lizardiano parte de circunstancias historicas y sociales que condicionan 1a actitud picaresca de sus personajes. De ahi que, nos dice un critico mejicano, A1 pasar revista a los distintos medios y tipos sociales, el relato autobiogréfico no sea ya la narracién en primera persona de un mal "en si" ineluctable y eterno, sino explicacién histérica de 1as taras de unos hombres que un sistema social dado, e1 sistema colonial de la Nueva Espana, hizo como son. Verbigracia, la historia del héroe principal, Periquillo, viene a ser como un relato novelesco y vivo del proceso por el cual un individuo de la clase media mexicana puede caer en el pantano social de los vagabundos y léperos. Lizardi trae a1 género un nuevo contenido social y nacional de perfiles extranos a la picaresca conocida hasta entonces. E1 ambiente retratado es esencialmente mejicano por la sicologia indigena que destila y por la autenticidad o o o o ’0- con que se nos descr1ben 1as cond1c1ones soc1a1es de Me31co. 69 Los personajes que pululan c1 mundo novelesco se derivan directamente del ambiente. Este verismo ambiental, que representa e1 rasgo esencial de la obra, emana, segfin Alegria, del carécter predicador y misionero del autor, de su alta conciencia de los deberes intelectuales, y en especial, de su funcién de educador, que le hacen concebir la novela como el arte de reproducir lo veridico que, para él, es sinénimo del bien. Nada inventa en sus novelas: lo esencial es de absoluta realidad y caracteristico de la sociedad mexicana de su época, en particular de la clase media de los descastados. La preeminencia del medio tiene la intencién de darnos 1a impresién del ambiente retratado. Nos lleva a sentir ese ambiente caético que existia en.Méjico durante los filtimos ahos de la colonia, y a vivir 1as vicisitudes de los muchos personajes. Lizardi logra esto con el uso de una técnica descriptiva que capta por medio de detalles gréficos ciertos aspectos especificos de la vida de la época. Para mostrar esta peculiaridad, tomemos uno de los muchos ejemplos que se encuentran en la novela. Llegamos a las ocho de la noche a la casita, que era un cuarto de casa de atoleras por allé por el barrio de Necatitlan, muy indecente, sucio y hediondo. Alli no habia sino un braserito de barro que llaman anafe, cuatro o seis petates enrollados y arrimados a la pared, un escano o banco de palo, una estampa de no 36 qué santo en una de las paredes con una repisa de tejamanil, dos o tres cajetes de orines, un banquito de zapatero, muchas muletas en un rincén, 7O algunos topiastes y porcién de ollitas pOr otro, una tabla con parches, aceites y unguentos y otras iguales baratijas. (Fag. 305) Esta faceta de la novela se desprende de la disposicién animica del novelista ante e1 ambiente.18 E1 "Pensador Mejicano" se identificé con esos problemas de su patria que aparecen tan vividamente ilustrados en su novela, a saber, la supersticién, e1 problema del indio, 1a educacién, los rencores que dividen 1as clases sociales, e1 pauperismo, 1a desigual distribucién de la riqueza, 1a injusticia de ciertas instituciones. Lizardi sufrié hondamente estos problemas. La finalidad que persigue no es simplemente la exposicién de estos males sino movernos ante 1as situaciones que describe. El detallismo de los episodios principales, y la reiteracién de algunas ideas claves, contribuyen a este impulso del autor. M58 importante afin, es la maestria con que ha podido penetrar e1 estado social, las costumbres, y los tipos de la época para darnos una impresién cabal de la situacién. Resume Spell que en las novelas de Lizardi hay una descripcién de la vida cotidiana que muestra . . . the knavery of a village mayor; the venality of a notary in his public acts and the immorality of his private life; the ignorance, avarice, vanity and worldly ambitions of certain members of the clergy; the false show of learning made by Doctor Purgante; the ignorance and laxity of teachers and of over- indulgent and extravagant parents; life in the gambling halls; and the tricks employed by beggars to obtain alms. The daily life of some of these tYPes is sketched minutely.19 - 71 En resumen, Lizardi trata de darnos en su obra una impresién gréfica de la vida cotidiana del Méjico de los filtimos ahos de la colonia concentrandose especialmente en todos los aspectos que demandaban reformas y que el autor trata de cambiar atacando 1as bases mismas de ellos. Por esta razén, e1 ambiente reflejado en El Periguillo es de suma importancia para la intencién satirica. La esencia de este aspecto capta matizaciones de urgencia en el caso de Lizardi si consideramos que el criollo mejicano dedicé su vida a difundir ideas reformadoras en las esferas sociales, politicas y religiosas en los numerosos panfletos, periédicos, y otros medios literarios que us6 para este propésito. Durante e1 periodo en que se dedica a novelar, 1a critica abierta no era tolerada por 1as autoridades. La censura estaba en su apogeo,20 y Lizardi tuvo que recurrir a la ficci6n para seguir emitiendo sus ideas sin interferencia de la censura oficial, usando para este fin la satira. Este inconveniente figura prominentemente en la configuracién de la sétira que aparece en la obra. En ella se registra 1a genialidad del mejicano y de su gran habilidad a1 emplearla. Esta faceta de su personalidad literaria aparece en la mencién que hace en la obra a los principales escritores satiricos de todas 1as épocas: 72 Juvenal, Horacio, Plauto, Torencio, Quevedo, Cervantes, Feijoo, Iriarte y Torres Villarroel. En la confeccién de su sétira, el autor refleja claramente el subjetivismo que vimos en la presentacién del ambiente. Esto es importante debido a su actitud inicial de ataque hacia todo el sistema colonial. El autor hace evidente esta nota especial a través de toda su produccién literaria. En El Peri uillo, particularmente, e1 elemento satirico tiene un propésito mejor definido que el que aparece en 1as obras antes discutidas-contribuir a la maduracién ideolégica de la situacién de las colonias. Por esta razén, es una sétira global que se propone acometer contra todas las taras de la sociedad colonial: los abusos de la burocracia, e1 latifundismo, e1 poder politico y econémico de la iglesia, 1a corrupcién y la hipocresia del clero, la inmoralidad de 1as costumbres, e1 atraso y la negligencia de la docencia publica y privada . . . Hay quien afirma que la satira lizardiana es la de un mundo "visto en conjunto, por unos ojos escudrinadores, traviesos y mordaces. Su lienzo es de grandes dimensiones y abarca todos los aspectos de la vida."22 No se trata ya de un ataque personal sino colectiva, cuyo designio es derrumbar instituciones que el autor consideraba responsables de los 73 muchos males que agobiaban a1 pais. Los ataques mas despiadados son dirigidos contra estas instituciones. Los principales administradores del Estado son sistematicamente atacados para exponer la corrupcién de todo el gobierno colonial. Lizardi presenta muchos ejemplos de oficiales inmorales y disolutos que se dedican exclusivamente a la explotacién del indefenso e ignorante. Representante por excelencia de esta clase de oficiales es el quinto amo de Periquillo, alcalde de una venalidad espantosa, usa su oficina con un descaro alarmante, para beneficio propio exclusivamente. Este propésito es la finica justificacién a1 desempehar 1as multiples funciones de su puesto, 1as cuales siempre subordina a su insaciable avaricia pecuniaria. Usa muchas tretas para enriquecerse explotando inhumanamente a1 pobre indigena y a otros infelices. Pasa 1eyes, como la que requeria que los indios no fueran descalzos a la iglesia para 61 apoderarse de las multas impuestas por la infraccién de esta norma. Protege a criminales para que éstos 1e informen sobre 1as actividades de la ciudadania y aprovecharse de cualquier desliz con el fin de multarlos o intimidarlos. Cuando algfin infeliz caia en sus manos, si no tenia dinero, hermana o mujer bonita, se veia en grandes apuros para librarse de sus garras aunque la infraccion cometida fuera insignificante. 74 Lizardi expone, con lujo de detalles, infinidad de vejémenes cometidos contra la humanidad por muchos funcionarios gubernamentales bajo 1a proteccién de un sistema que se presta a la inmoralidad, 1a explotacién y los abusos de un grupo privilegiado que se aprovecha de la situacién existente para el engrandecimiento personal.23 Sirviéndose de modelos picarescos espanoles y franceses, Lizardi dibuja con sangrientas burlas 1as enganifas y fechorias de este grupo para darnos una vis16n vivida de una situacién tipicamente mejicana. La vena satirica del novelista mejicano toma formas ponzonosas cuando presenta a la Iglesia y sus representantes. Dedica un nfimero considerable de episodios para demostrar los vicios prevalecientes entre e1 clero de la época: la ignorancia, la avaricia, 1a vanidad, y la ambicién,-hecho comfin a la picaresca tradicional. Hay abundantes ejemplos que indicanlos abusos y debilidades del clero. La profesién misma se presenta como refugio de ociosos e ignorantes que, debido a su condicién social, tienen que abrazarse a ella para vivir fécilmente. Para pertenecer a la iglesia no se requiere gran esfuerzo, como en otras profesiones. Esta razén impele a Periquillo a estudiar teologia. Su padre, hombre préctico se opone a esta decisién, alegando la ignorancia total de los que la profesan: En efecto hijo, yo conozco varios vicarios imbuidos en la detestable méxima que te han inspirado de que no es 75 menester saber mucho para ser sacerdote, y he visto, por desgracia, que algunos han soltado e1 acocote para tomar e1 céliz, 0 se han desnudado 1a pechera de arrieros para vestirse 1a casulla, se han echado con 1as petacas y se han metido a lo que no eran llamados. (Pag. 70) Otros clérigos asumen una actitud poco digna de su puesto y, hasta cierto punto, anticristiana. (Pég. 319) Martin Pelayo, estudiante de clerecia primero, y mas tarde sacerdote, hacia profesién del deleite. Nos dice Periquillo sobre el carécter hedonista de este individuo que era "mas jugador que Birjén; enamorado mas que Cupido; mas bailador que Batilo; més tonto que yo, y més zéngano que el mayor de la colmena." (Pag. 67) Pero e1 peor de todos es un clérigo tan avariento que se negé a dar cristiana sepultura a un feligrés porque su viuda no tenia los honorarios que él cobraba por prestar ese servicio. (Pég. 317) Este mismo sacerdote permitia ciertas précticas irreverentes a los indios porque se beneficiaba econémicamente’enganado a los crédulos. E1 Viernes Santo salia en la procesién que llaman del Santo Entierro: habia en la carrera de la dicha procesién una porci6n de altares, que llaman posas, y en cada una de ellas pagaban los indios multitud de pesetas, pidiendo en cada vez un responso por el alma del Senor, y el bendito cura se guardaba los tomines, cantaba 1a oraci6n de la Santa Cruz, y dejaba a aquellos pobres sumergidos en la ignorancia y piadosa supersticion. (Pég. 318) Aunque 1a satira anticlerical sigue 1as lineas generales de la tradicién picaresca, el autor, por razones personales, adopta una actitud diferente a1 formular 1a 76 contextura ficticia a los religiosos que lleva a su obra. Winston A. Reynolds opina que esto se debe a una intencién explicita del autor: 'Most of his clergymen were conceived, with respect ‘and the belief that they were a fitting depository _of trust for the propaganda of his ideas. He _populated his novelistic world with clergymen for -the primary purpose of having them speak and act for him, not because he wished to ridicule a few undesirable types that he had observed.24 Como consecuencia, e1 novelista agrupé a sus personajes religiosos en tres categorias, cada cual con su finalidad. Un grupo incluye a algunos de los clérigos desagradables mencionados arriba, a los que satiriza sin compasién. Estos son "corrupt and sinful misfits in the church, with absolutely no redeeming features . . . the readers find them thoroughly detestable and undesirable."25 Otro grupo de clérigos es tan indeseable como el anterior, pero debido a circunstancias particulares, hay una transformacién en ellos: "In each _instance, the clergyman was jolted from a life of iniquities, inmorality or from an egotistical, uncharitable attitude to discover the joys of a virtuous existence."26 E1 ultimo grupo esta formado de clérigos virtuosos Que en momentos criticos en el desarrollo de la actitud picaresca del personaje, tratan de orientarlo hacia la vida de bien. La finalidad esencial de estos religiosos es servir de vehiculo para la propagacién de la ideologia educativa y pedagégica del autor.27 Parece que éste se identifica conel ultimo grupo, no obstante sus problemas con la Iglesia. 77 De lo dicho por Reynolds podemos deducir que la vision completamente negativa del clero que se refleja en la picaresca tradicional ha perdido su exlusivismo con Lizardi. Los personajes religiosos no son todos desagradables, ni tampoco son usados exclusivamente para satirizar a este grupo social. Hay cierto grado de objetividad en la satira clerical lizardiana: los clérigos corrompidos se contrastan con otros de cualidades verdaderamente cristianas. La mayoria de sus clérigos, "paragons of virtue and wisdom," tienen 1a misién didéctica de demostrar cémo debe ser e1 clérigo ideal. Ademés, "three fourths of them seem to have a special message for the reader."28 Como ilustracién de este ultimo grupo, sobresalen dos personajes del Periguillo que intentan influir positivamente en la formacién de la mentalidad picaresca del protagonista en el momento en que ésta se esta gestando. En ambos casos, los religiosos se dan cuenta de los defectos en la educacién del personaje y tratan de remediar 1a situacién: "The crusading priest who closes Periquillo's school and removes an undesirable mentor, and the one met at the hacienda outing does his best to instruct and orient 29 Periquillo scholastically." Entre el grupo de curas buenos se incluye también a otros cuyo propésitoes atacar la ignorancia y supersticién de la época y expresar 1as ideas sobre estos temas. _- 78 El grado de parcialidad de la sétira religiosa que se ve en el libro es secundario al evidente escepticismo que de deduce de algunos episodios. Este se nota en los ataques a ciertos aspectos institucionales de la iglesia. Ya hemos mencionado el sacrilegio cometido por un sacerdote durante los oficios de la Semana Santa. E1 mismo Periquillo es iniciado a la religién para arrepentirse el mismo dia y su maestro niega 1a santidad de la Virgen debido a su ignorancia. En general, 1a sétira de El Periguillo se atiene a los canones establecidos por los escritores picarescos que lo precedieron. Pero en ella podemos apreciar ciertas particularidades que 1e dan una apariencia diferente. El autor esgrime la sétira conscientemente para acometer contra los abusos politicos, sociales y religiosos de la época. Este ataque tiene a su vez un propésito mas especifico: 1a destruccién de las instituciones coloniales, aspecto importante del ambiente revolucionario que existia durante la época. Por esta razon e1 autor utiliza ciertos recursos literarios para suavizar su sétira. Lizardi-comienza su obra con un epitafio de L§:Barca de Agueronte de Diego Torres Villarroel, "Nadie crea que es suyo e1 retrato, sino que hay muchos diablos que se parecen unos a otros." (Pég. XIX) 79 No conforme con la implicacién de su cita, Lizardi intcnta justificar e1 tono satirico de su obra indicéndole a1 lector que asuma que todo es ficcién de mi fantasia: yo les perdonaré de buena gana el que duden de mi verdad, con tal de que no me calumnien de satirico mordaz. Si se habla en mi obrita de alguna satira picante, no es mi intencion zaherir con ella més que a1 vicio, dejando inmunes las personas. (Pég. 5) M55 afin, e1 autor reclama que no escribe estas cosas para todo el mundo, sino sélo para "mis hijos que son los que mas me interesan, y a quienes tengo obligacion de ensenar." (Ibid) La naturaleza punzante de la sétira adquiere con Lizardi elementos de virulencia, haciéndose en muchos casos despiadada. En el libro abundan los ejemplos donde podemos apreciar esto, como los episodios del encarcelamiento de Sarmiento y del maestro que debido a su ignorancia de la gramética, a1 copiar una cuarteta, comete sacrilegio. Pero quizas 1a més despiadada de todas 1as situaciones satiricas sea 1a del primer amo de Perico, hombre lleno de malicia e ignorancia, que Todo lo hacia con la mayor frescura, y atropellaba con cuantas 1eyes, cédulas y reales 6rdenes se le ponian por delante, siempre que entre ellas y sus trapazas mediaba algfin ratero interés: y digo ratero, porque era un hombre tan venal que por una o dos onzas, y a veces por menos, hacia 1as mayores picardias. (Fig. 212) 80 Con este personaje e1 autor condena a una burocracia parésita que vive de 1as coimas y la estafa, pero lo hace con una ferocidad que supera la crueldad de la novela picaresca espanola. No obstante 1a virulencia de su sétira, Lizardi sigue, consciente o inconscientemente, 1as huellas de Rodriguez Freile y Valle Caviedes. Pero e1 mejicano 1e infunde a su censura una sensibilidad muy diversa del género usual picaresco. No encontramos en ella ese negativismo absoluto de 1as obras clasicas. ‘La vituperacién que hace de los males sociales va acompanada de sugerencias concretas y constructivas para el mejoramiento de la sociedad satirizada. La isla utépica que describe e1 autor podria servir de modelo para la renovacién de la patria. La vida ejemplar lograda por Periquillo, después de su transformacién, sienta un ejemplo ideal para sus ciudadanos. Su completa identificacién con el pueblo revela su verdadera actitud de moralista. No hay en su libro disimulacién del propésito corrector, como en la anterior ~ 0 picaresca espanola. Este queda explicito en 1as lineas iniciales de la obra, con la advertencia que Perico hace a sus hijos: "he pensado dejaros escritos los nada raros sucesos de mi vida, para que os sepéis guardar y precaver 81 de muchos de los peligros que amenazan, y aun lastiman a1 hombre en el discurso de sus dias." (Pég. 11) Un rasgo diferencial entre E1 Periguillo y sus antecesores es la peculiar visién del mundo que aparece en ambos. Por lo general, e1 novelista clésico no ve la humanidad objetivamente, sino por el lado peor. Todo en él es pesimismo, amargura, oscuridad. Algo similar acontece en El Peri uillo, donde hasta cierto grado, se refleja 1a disposicién animica del autor. En ella vemos e1 desengano, dejos de fatalismo y humor tétrico del novelista, para quien 1a sociedad es hipécrita y los hombres deshonestos. Pero esta nota persistente de pesimismo se atenfia con la implicacién lizardiana de que el hombre tiene rasgos que lo redimen: la razon y la bondad ingénitas, aspectos que lo hacen educable, dadas 1as condiciones sociales propicias para su regeneracién. De esta manera 1e inyecté una intencién positiva a la visién pesimista de la sociedad que la picaresca habia tenido hasta entonces. A pesar de la amargura y la sétira cruel, la simpatia del autor hacia el hombre 1e da un matiz especial a la obra que se nota en su amor hacia los humildes, su empeho en redimirlos y en el deseo de crear una sociedad mas justa. (Pég. 445) Periquillo nunca perdi6 su amor hacia 1a humanidad: "He dicho que yo debi a Dios un alma sensible y me condolia 82 de los males de mis semejantes en medio de mis locuras y extravios." (Pégs. 442-443) Con la aparicién de El Periguillo Sarniento 1a novela picaresca cuaja finalmente en Hispanoamérica. Al inyectarle a la tradicién picaresca un ambiente social diferente y una sicologia humana distinta, Lizardi logré forjar innovaciones interesantes en el género. Hemos apuntado 1a importancia de la ideologia lizardiana en su creacién literaria, especialmente e1 afecto que sus ideas tuvieron en la plasmacién del ambiente y el protagonista, 1a sétira y otros aspectos formales de la obra. Es un ambiente picaresco, de tintes marcadamente americanos, donde queda inserto un picaro de rasgos criollos, que satiriza los vejémenes de la sociedad colonial pero que a1 mismo tiempo proyecta un optimismo que aniquila 1a vision pesimista de la novela picaresca castiza. Vida y Hechos del Famoso Caballero Don Catrin de la Fachenda En lo esencial, esta obra, considerada por algunos criticos como la mejor novela de Fernandez de Lizardi, emplea la forma tradicional de lo picaresco.- En los tres aspectos formales que venimos considerando se notan variaciones. En la obra se nos cuenta la vida de un catrin o dandy que, cayendo de mal en peor por su apego a creencias 83 falsas y extravagantes, termina su vida tragicamente. Sin embargo, la vida de este picaro difiere un poco de los relatos tradicionales. Catrin, lo mismo que el personaje picaresco tradicional, se desenvuelve a través de una serie de episodios picarescos que tienen un propésito mas definido: darnos una caricatura de un tipo scoial mejicano de la época. Por lo tanto, 1as aventuras picarescas del protagonista no estén disenadas con el fin de exponer los defectos y vicios de diferentes niveles sociales sino de un grupo en particular. Como resultado, lo esencial de la obra no es satirizar 1a sociedad entera, como en El Periguillo Sarniento. Esta innovacién requiere modificaciones en la estructura de la novela. Aunque la obra tiene una estructura episédica—el héroe pasa un nfimero limitado de aventuras inconexas-estas aventuras nos llevan gradualmente a un climax 16gico, y la unidad temética cobra mas importancia. En la delineacion de Catrin, Lizardi siguié a grandes trazos modelos clasicos de la picaresca. La dimensién picaresca del protagonista se manifiesta principalmente en la actitud bésica que asume hacia la vida, actitud que emana de su particular situacién familiar. Aunque reclama pertenecer a la "noble clase" de los catrines, e1 ambiente familiar es algo parecido a1 del picaro clasico. Antes 84 de casarse su madre habia tenido dos hijos ilegitimos. Su padre acepta 1a situacién y se casa por la dote que su mujer trae a1 matrimonio, dinero que recibe de su amante. Dice Catrin, "Mi padre todo lo sabia; pero écémo no habia de disimular dos muchachos plateados con tres mil patacones de 1as Indias?" (Pig. 5)30 Pero a la inversa de sus antecesores genéricos, 1as circunstancias abyectas del ambiente familiar no obligan a1 personaje a salir a1 mundo en busca de su destino. E1 fracaso del hogar es de otra indole: no provee los valores necesarios para darle normalidad a su vida. El protagonista se desenvuelve en un ambito familiar de falsos valores que determinan muy pronto su mentalidad picaresca. La educacién que recibe esta basada en los prejuicios de su clase patrocinados por sus padres. Con ironia sutil, e1 personaje habla de su ascendencia: unis padres, pues, limpios de toda mala raza, y también de toda riqueza . . . me educaron segfin los educaron a ellos, y yo sali igualmente aprovechador." (Pag. 4) Como vemos en esta cita, no hay preparacién picaresca en Catrin. Desde que adquiere conciencia de la realidad hogarena asume un modo de vida que refleja los valores torcidos de su familia. El personaje resume ir6nicamente la situacién familiar: "De aqui os manifiesto lo ilustre de mi cuna, e1 mérito de mama y el honor 85 acrisolado de mi padre; pero no quiero gloriarme de estas cosas." (Pég. 5) A esta actitud inicial de su familia, se agrega e1 consentimiento en que fue criado. Los excesos de los padres contribuyen a la evolucién del caracter picaresco de Catrin. No hay en él 1a transformacién que notamos en el picaro clésico. Desde temprano en su vida, Catrin sabe lo que quiere, y usa todos los métodos a su alcance para conseguirlo. Cuenta e1 personaje como se aprovechaba de sus padres: No habia en mi casa tesoros, pero si 1as monedas necesarias para criarme, como se me cri6 con el mayor chiqueo. Nada se me negaba de cuanto yo queria; todo se me alababa, aunque les causara disgustos a las visitas. A la edad de doce anos, los criados andaban debajo de mis pies, y mis padres tenian que suplicarme muchas veces el que no los reconviniera con enojo: itanta era su virtud, tal su prudencia, y tan grande el amor que me tenian! (Ibid) En la formacién de la actitud picaresca de Catrin juega un papel importante e1 ambiente familiar de falsos valores en que se cria e1 personaje. La familia de Catrin, de moderados recursos economicos, basa su existencia en honrosos titulos familiares que requieren que el personaje adquiera una educacién sin objetivo inmediato alguno. Se oponen a que el nino se prepare para un oficio porque "un catrin no debia aprender ningun oficio, pues eso seria envilecerse; y asi que estudiara en todo caso para que algfin dia fuera ministro de estado, o, por lo menos, 86 patriarca de 1as Indias." (Pag. 6) Cuando un tio sacerdote se empeha en guiarlo por buen camino, 1as debilidades de sus padres frustran e1 intento. E1 personaje adquiere un concepto muy elevado de si mismo que lo lleva a asumir una actitud de superioridad ante su mismo padre. Comenta: "Mi padre tenia talento; pero reconocia muchas ventajas en el mio, . . . y no hizo mas sino trasladar la respuesta a la noticia de mi pesado tio e1 cura." (Pég. 10) Cree que su talento seré suficiente para triunfar en la vida: "todo el mérito y habilidad del hombre consiste en saber adquirir y conservar e1 fruto de los cerros de América." (Pég. 6) Como e1 picaro tradicional, Catrin tiene que abrirse paso en la vida pero su finalidad es diferente. Debido a la pobreza econémica del hogar, el picaro clasico lo abandona para buscarse la vida y poder vivir como Dios manda. Su personalidad picaresca evoluciona de los contactos sociales resultantes del proceso por el cual pasa en su afén de obtener su objetivo. Su particular filosofia de la vida surge de estas experiencias. En el caso de Catrin, 1a esencia picaresca queda formada en los cimientos de su circulo familiar. La actitud de superioridad de sus padres contribuye a1 caracter picaresco del personaje ya que crea en él la necesidad de holgar en un ambiente de abundancia sin tener que trabajar. En cada episodio de la 87 obra, e1 protagonista trata de encontrar este modo de vida. Ya no se trata de aprender algo de estas aventuras para sobrevivir en el mundo que lo hostiga sino de afirmar 1a forma de vida que adquiere en el seno familiar. La primera aventura de Catrin tiene lugar a los dieciocho anos, cuando decide alistarse de oficial militar porque, como 1e asegura un companero, en la milicia se trabaja poco y se pasea mucho, y "el rey paga siempre a proporcién del grado que se obtiene." (Pég. 16) E1 picarismo de Catrin no evoluciona gradualmente, como en otros miembros del género. Este surge de los primeros contactos que tiene con otros cadetes en el episodio inicial de la obra. Al contrario del picaro tipico que adquiere su filosofia picaresca de los golpes que 1e proporciona la vida, e1 aprendizaje picaresco de Catrin se consolida como resultado de los consejos que recibe de companeros que tienen ideas tan absurdas como 1as de sus padres. El autor resume este proceso a1 decirnos que pronto aprendié 1as lecciones que 1e dieron sus amigos. Dentro de pocos dias, gracias a los saludables consejos y edificantes ejemplos de mis amigos, dentro de pocos dias ya echaba yo un voto y veinte desvenguenzas con el mayor desembarazo, me burlaba de lawreligién y sus ministros; y el jugar mal, quitar un crédito y hacer otras cosillas de éstas, me parecian ligerezas, puntos de honor y urgencias de la necesidad. (Pég. 39) A los personajes antisociales se contraponen otros mas 88 humanos que quieren guiar a1 protagonista por el camino de la virtud. Por ejemplo un tio clérigo, de virtudes impecables, lo aconseja para que siga una vida de seriedad y trabajos. Pero los buenos consejos de este senor no surten efecto en la disposicién hedonista del personaje debido a la flojedad de sus padres. Catrin los podia convencer féCilmente para que lo dejaran hacer lo que él deseaba. Dice que sus padres lo libraban de 1as "impertinencias" del tio: "Mas valia un no quiero de mi boca, dicho con resolucién a mi madre, que veinte sermones de mi tio; ella y mi padre inmediatamente que me veian disgustados, condescendian con mi voluntad y trataban de serenarme." (Pég. 12) En otras palabras, Catrin siempre tiene dos modelos, diametralmente opuestos de los cuales debe escoger. Por ejemplo, Modesto y Tremendo, dos cadetes que tienen una filosofia antitética de la vida, tratan de convencer a Catrin para que éste abrace sus particulas maneras de vivir. Por lo visto, e1 protagonista tiene cierto grado de libertad ya que se 1e presentan dos alternativas, una buena y otra mala. Desde luego, acepta la que mejor se amolda a su personalidad, aunque en ocasiones, como el picaro clasico, tiene dudas. Dice, "Algunas noches a1 acostarme sentia no sé que ruido en mi corazén, que me asustaba." (Pag. 67) Pero esta actitud 89 vacilante de Catrin ante su desarreglada vida cede pronto ante los nocivos consejos de los amigos a quienes acude para tratar de placar su conciencia. Ya completamente prostituido Catrin no oye los gritos de su conciencia y se convierte en un libertino, prefiriendo regir su vida por los principios del Decélogo de Maquiavelo. Desde este momento empieza a desintegrarse su personalidad picaresca hasta que finalmente termina en criminal. Si consideramos 1a naturaleza picaresca de Catrin en su totalidad notaremos una diferencia crucial entre éste y los picaros espanoles. En ocasiones Guzman participa en actividades de matices criminales sin caer en la criminalidad. Aunque a1 principio Catrin sigue e1 patrén fijado por los picaros tipicos, su conducta inicial degenera y comete fechorias criminales. En los primeros episodios, e1 protagonista usa su ingenio para conseguir lo que desea sin tener que recurrir a la violencia. Sus primeros enganos caen dentro de esta categoria. Mas tarde, cuando su ingenio le falla y no puede holgarse a costa de otros, Catrin recurre a actos criminales. El mas importante de éstos ocurre cuando un amigo lo invita a que asalten un negocio. Por este asalto fue sentenciado como criminal comun a dos anos en el Morro de la Habana. 90 ES precisamente esta aventura criminal la que empuja a Catrin a rechazar los prejuicios que habia heredado de su familia en forma de papeles y ejecutorias. Durante su encarcelamiento escribe a1 gobernador quejéndose del mal trato que estaba recibiendo en aquel sitio un caballero de su rango. Esta queja no le da e1 resultado que esperaba. E1 gobernador 1e contesta que su calidad de ladrén no 1e acredita 1a nobleza que reclama y por lo tanto no merece ser tratado de mejor modo. Catrin reacciona inmediatamente: "Yo me irrité tanto que maldije a cuantos nobles hay; rompi los papeles, los masqué y los eché a1 mar hechos menudos pedazos, pues que de nada me servian." (Pég. 86) Regresa a Méjico dispuesto a divertirse y a "buscar la vida sin verguenza." (Ibid) Descarta 1a mascara de aparente respetabilidad y da rienda suelta a sus bajos impulsos. Como resultado, resume Catrin, "Degeneré de la ilustre familia de los catrines y me agregué a la entreverada de los pillos." (Pég. 87) En este estado finalmente encuentra e1 ideal de su vida. Se abraza a la ocupaci6n de limosnero y logra vivir en la abundancia por mucho tiempo. Dice que pasaba gran vida con su oficio. Yo mismo me admiraba a1 advertir que lo que no pude hacer de colegial, de soldado, de tahur, de catrin ni de pillo, hice de limosnero; quiero decir, mantuve una buena moza con su criada en una vivienda de tres piezas, muy decente como yo, y esto sin trabajar en nada ni contraer drogas, sino S610 a expensas de la fervorosa piedad de los fieles. (Pég. 93) 91 Este fue el fin que aspiré desde muchacho, concluye e1 protagonista. (Pég. 94) Hasta este momento Catrin no tiene 1a elasticidad del picaro clasico. No puede aceptar ciertos oficios porque los considera indignos de su clase. Aunque su situacién econémica en una ocasién es intolerable, se niega a trabajar de portero porque, como dice el mismo, un personaje de sus prendas no se sujeta a servir a nadie en esta vida, "sino fuera al rey en persona." (Pag. 83) Sin embargo dos péginas antes e1 protagonista habia servido a unas damas de burdel, donde "tenia que ver ye que callar para comer." (Fig. 81) Pero determina mudarse porque "esta vileza no podia ser grata a un caballero de honor como yo era." (Ibid) Antes de irse roba toda la ropa a las muchachas. Don Catrin de la Fachenda sigue 1as lineas esenciales de la estructura picaresca tradicional. E1 relato del protagonista se hace siguiendo 1as aventuras mas importantes de su vida desde su nacimiento hasta minutos antes de su muerte. La accién de la obra se desenvuelve a través de unas cuantas aventuras independientes. Pero a lo opuesto del novelista picaresco tradicional que, como indicamos en nuestra introduccién, no proporciona otra unidad total que no sea 1a constante presencia del protagonista, e1 tono de la narracién, y la aparicién de algunos personajes secundarios 92 en mas de un episodio, Lizardi da mayor cohesién a los diferentes episodios para que la accién vaya cvolucionando gradualmente hacia el desenlace. En su afan de implantar e1 modo de vida catrinesco, el protagonista asume diferentes poses en 1as cuales espera conseguir su objetivo. E1 protagonista anuncia e1 proposito Que persigue al escribir su obra: "El objeto es aumentar e1 nfimero de los catrines; y el medic, proponerles mi vida por—modelo." (Pég. 4) Por consiguiente, en cada una de las aventuras notamos un tipo de comportamiento especial que nos da 1a totalidad de la vida del personaje. El episodio en que relata su vida familiar y en el que se hace pordiosero estén mejor vinculados de lo Que podemos notar a simple vista. La degradacién a Que ha llegado e1 personaje en la filtima aventura es resultado inevitable de la actitud Que adquiere en la familia. Las diferentes aventuras de Catrin nos presentan a un individuo desagradable Que debido a su soberia y a su ridiculez se convierte en un maleante empedernido Que termina trégicamente cuando cree haber hallado su modo de vida ideal. Con la muerte de Catrin e1 autor contradice e1 propésito del protagonista de servir de modelo a otros miembros de la familia de los catrines. A1 contrario, e1 proposito es amedrentar a otras personas que intenten seguir los pasos del 93 protagonista. Aunque esta leccién moral puede deducirse de la historia misma, e1 autor 1a resume en 1as palabras de C5ndido, e1 narrador que relata 1as escenas finales de la obra, donde escribe la muerte del protagonista. Concluye éste: Ya la verdad es que vivi6 mal, murié lo mismo, y nos dejé con harto desconsuelo y ninguna esperanza de su felicidad futura . . . Aun en este mundo percibié e1 fruto de su desarreglada conducta. E1, a titulo de bien nacido, quiso aparentar decencia y proporciones que no tenia ni pudo jamés lograr, porque era acérrimo enemigo del trabajo. La holgazaneria 1e redujo a la filtima miseria, y esta 1e prostituyé a cometer los crimenes mas vergonzosos.' (Pag. 108) Para darnos una idea mas concreta de este proceso, e1 autor emplea otras técnicas convencionales del género pero 1as adapta a su particular propésito. Por ejemplo, 1a unidad de la narracién puede verse en el tono irénico que usa e1 personaje a1 relaternos su vida. La manera de contarnos ciertos incidentes y el lenguaje Que usa sirven para dar més vigor a su caracterizacién y definir el mundo en Que vive. Este aspecto del personaje queda patente en muchos de los pasajes Que hemos citado. Sin embargo, creemos conveniente incluir lo Que dice Catrin sobre su deseo de no continuar sus estudios. Su tio insiste en que estudie letras, pero 61 se niega porque, Yo tenia muy poca o ninguna gana de continuar una carrera tan pesada como la de 1as letras, por dos poderosisimas razones: la primera, por no sufrir 1a envidia Que los maestros me tenian a1 ver cémo 94 descollaban mis talentos; y, la segunda, porque ya me consideraba bastante instruido con el estudio que tenia hecho, para disputar de cualquier ciencia con el mismo Salomén. (Pég. 9) Sin embargo, 1a acci6n del personaje en sus diferentes aventuras nos da una idea opuesta a1 concepto que tiene de si mismo. Aunque reclama ser ilustre por su cuna, (Pég. 4) su conducta imparte a su personalidad varias caracteristicas Que hacen de 61 un ser cinico y ridiculo, muy orgulloso de sus patentes de nobleza, Que se niega a trabajar porque su abolengo no se lo permite. Ademés, presume poseer rasgos Que en realidad no tiene: habla de su sabiduria pero en ningun momento 1a demuestra; se jacta de su valentia cuando sus acciones muestran Que es un cobarde Que recurre a armas como sillas y platos para defenderse de curas; y reclama una conducta ejemplar, 1a cual nunca profesa. Lizardi usa también los personajes secundarios para explorar los temas de la obra. La presencia de estos personajes en algunos episodios claves contribuyen a1 significado de la novela. Algunos de ellos entretejen 1a acci6n sirviendo de simetrias y contrastes aila vida del protagonista. Uno de estos filtimos, e1 tio de Catrin, aparece a menudo en la mente del personaje guiéndolo con sus consejos por el camino del bien. Otro, Tarabilla, su compahero de armas, tiene otra funcién. En el episodio inicial de la obra, este personaje contribuye a la 95 afirmacién de la filosofia picaresca de Catrin. Mas tarde, éste se encuentra con su antiguo companero de armas, que maltratado por Venus ha llegado a un estado ca6tico. Esto es un ejemplo del resultado negativo de su modo de vida. Sin embargo, 1a reaccién de Catrin ante 1a realidad de su amigo es contraria a la de Periquillo. No se inmuta ante ella y la vida 1e destina una suerte peor que la de su amigo: muere de hidropesia en la mas abyecta pobreza, soledad y abandono. Hasta en su muerte hay ironia. Contrae 1a enfermedad Que pone fin a su vida como resultado de la buena vida Que se da con los beneficios de su oficio de pordiosero. (Pég. 97) La dimensién satirica de Don Catrin de la Fachenda denota una alteracién de la satira de los modelos clasicos. La satira principal de la obra procede del relato mismo de la vida del protagonista. Aunque se satiriza a otras personas, 1as observaciones del personaje no revelan 1a corrupcién de 1as instituciones que ellos presentan. Por lo tanto, 1a sétira no censura a1 mundo retratado sino a un grupo en particular. No hay episodios en los cuales vemos 1a conducta de diferentes segmentos sociales. Las referencias a éstos, cuando 1as hay, se limitan a unos comentarios ir6nicos breves que no tienen los detalles abundantes de otros picaros. Por ejemplo, para Satirizar 96 e1 favoritismo de la época, cl personaje confirma Que fue fécil conseguir 1as licencias necesarias para incorporarse en la milicia como oficial porque, "Nada se dificulta conseguir en habiendo monedas y nobleza." (Pég. 19) 97 NOTAS 1. Los aspectos picarescos de la obra procedentes de la tradicién picaresca, tanto espanola como francesa, aparecen delucidados en el articulo de Jefferson R. Spell, "The Genesis of the First Mexican Novel," Hispania, Vol. XIV (1963). pégs- 53-58. 2. Algunos criticos han visto en la obra una esencia completamente nueva, menospreciando 1a contribucién de la picaresca que 1e precedié. Veamos lo que dice uno de esos criticos a1 hablar de la produccién lizardiana, "El patron que emplea no le pertenece, pero él supo vaciar en el viejo molde esencias nuevas. Todo en El Periguillo es aut6ctono: e1 ambiente, 1as costumbres, los tipos, e1 lenguaje, hasta 1a miseria y la rona que describe son de legitima e inconfundible prosapia mexicana" (Manuel P. Gonzalez, Trayectoria de la novela en México (México: Ediciones Bota, 1951), pag. 32.) 3. Se cita E1 Periguillo Sarniento por la edicién Editorial Porrfia (Mexico: 1969). 4. José J. Fernandez de Lizardi, E1 Periguillo Sarniento (Barcelona: Sopena, 1908), pag. 8. 5. Agustin Yanez, "Estudio Preliminar," E1 pensador mexicano (México: Universidad Nacional, 1962), pag. VIII. 6. Jefferson R. Spell, Life and Works of José Joaguin Fernandez de Lizardi (Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1931), pag. 81. 7. Segfin Enrique Anderson Imbert, e1 personaje no es un verdadero picaro sino un débil de carécter. En Historia de la literatura hispanoamericana (México: Fondo de Cultura Economica, 1954), Vol. 1, pag. 186. 8. En opinion de Alegria, 1a nota distintiva de la picaresca lizardiana, que la separa de la peninsular, es precisamente la base estricta y moral de su caracterizacién del picaro: 98 WMés que tomado de la realidad, Periquillo es un producto abstracto de la ideologia social de Lizardi. De alli su consistencia y su integridad. Jamés se le escapa de las manos a Lizardi para corromperse en deslices que podrian darle contextura verdaderamente humana. Desciende a todas las honduras del vicio pero su fondo de candor y bondad se mantiene incélume." (22. 212., pag. 20) ;9. Ildefonso~Pereda Valdés, La novela picaresca y el picaro en Espana y América (Montevideo: Medina, 1950), pag. 102. 10. Spell, The GeneSiS o o 0, Op. Cite, page 50 11. Arturo Torres-Rioseco, La novela en la América Hispana (Berkely: University of California Press, 1939), pég. 179. 12. Luis A. Sénchez, Proceso y contenido de la novela hispanoamericana (Madrid: Gredos, 1953), pag. 126. 13. Miguel Capistrén, "Apuntaciones acerca del Periguillo Sarniento," Cuadernos de la Hemeroteca Nacional, Vol. I (Enero-Marzo, 1966), pég. 76. 14. Spell, Life and Works . . ., 22. cit., pég. 5. 15. Un miembro de esta clase es el marques, un bribén desalmado, Que trat6 de seducir a la esposa de don Antonio, e1 favorecedor de Periquillo. l6. Noel Salomén, "La critica del sistema colonial de la Nueva Espana," Cuadernos Americanos (Méjico), Vol. XXIV (1965), pég. 170. 17. Alegria, 22. cit., pag. 18. 18. Spell cree ver en esta perspectiva lo mejor del libro: "The success of the book and its importance in several fields today lies in his ability to reproduce that which he knew best-the life of Mexico as he saw it." The Genesis of o o o, 22. Cite, pag. 550 19. Jefferson R. Spell, Life and Works . . ., 22, cit., pégo 85. 20. Ibid., pégs. 29 y 33. 99 21. Para G6mez-Gil toda la sétira de la época fue arma mas eficaz que los rimbombantes versos patrioticos en la formacién de una desconformidad cardinal contra 1a situacién imperante. (Historia critica de la literatura hispanoamericana (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1968), pag. 212.) 22. Carlos Lozano, "E1 Periquillo Sarniento y la Historia de Gil Blas de Santillane," Revista Iberoamericana, Vol. xx (1955). pag. 264. ' 23. En la obra abundan los episodios donde podemos ver este aspecto de la administracién colonial, tales como los episodios del escribano Chanfaina, del alcabalero, e1 alguacil, del subdelegado, y muchos mas. 24. Winston A. Reynolds, "The Clergy in the Novels of Fernandez de Lizardi," Modern Langgage Forum, Vol. XL, pég. 111. 25. Ibid., pag. 108. 26. Ibid. 27. Ibid., pag. 109. 28. Ibid., pag. 108. 29. Ibido , pégSo 10 8.109. 30. Se cita por la edicién Editorial Porrfia (Méjico, 1959). CAPITULO III EL CASAMIENTO DE LAUCHA No obstante su parentesco con la vieja picaresca espanola, E1 Casamiento de Laucha tiene novedades particulares que revelan diferencias significativas entre esta obra y la picaresca tradicional. Las innovaciones de Payré manifiestan que su corta novela en vez de ser una imitacion moderna del género, representa una variacién de la forma picaresca.1 Laucha, como Lazaro y otros picaros, tiene los aspectos esenciales de la actitud truhanesca- astucia, malicia, desenfado y buen humor—del antihéroe. Pero a la inversa de los otros picaros, en la narracién de su vida hay un nfimero limitado de aventuras cuyo fin no es satisfacer e1 hambre ni obtener fama y fortuna, sino conseguir librarse de las fuerzas que tratan de poner escollos a su existencia para quitarle su libertad, su manera particular de vivir. Por esta razén, 1as aventuras de este picaro lo ponen en contacto con un nfimero limitado de representantes de la sociedad porque e1 autor no se propone satirizar exclusivamente. Su empeno es considerar 100 101 1a estructura de la sociedad argentina para ver si existe 1a posibilidad de que en ella e1 individuo pueda afirmar su personalidad, encontrando 1a libertad que ansia. Como resultado, 1a sétira, y la manera de presentar e1 ambiente, no tienen todos los rasgos esenciales de lo picaresco. La estructura episédica queda afectada también. Apuntaremos en las secciones correspondientes estas innovaciones. En la breve novela, Payr6 relata algunas aventuras de su simpatico picaro argentino. Haragén y libertino, este hijo de la pampa pas6 muchos anos de su vida vagabundeando por el norte del pais, segfin nos cuenta. Diferente a la multitud de episodios de la picaresca clasica, 5610 se relata un episodio de su vida. Este se inicia cuando Laucha decide ir a Buenos Aires a probar fortuna, pero pierde e1 tren, y como no tenia dinero, tiene que cambiar de planes. Rodando de un lugar a otro sin propésito alguno, llega a la Polvoreda, lugar cerca de Pago Chico, cuya propietaria, una viuda italiana, 1e da trabajo de dependiente. Dona Carolina, buena moza y adinerada, vive sola en aquel lugar. Laucha husmea una buena oportunidad y decide establecerse alli. Haciendo uso de la habilidad acomodaticia del picaro, decide enamorar a la mujer. Con este fin en mientes finge ser trabajador y decente. Parece Que sus intenciones son nobles, pues dice: "a gatas 1a vi, me fue muy simpética, 102 y hoy ya laQuiero de alma" (Pég. 26)2 Aunque Laucha no tenia intencién de casarse, acede a hacerlo cuando se lo propone dona Carolina, porque 1e conviene a él. Toma en serio 1a situacién pero e1 cura Papagna 1e sugiere, por una recompensa monetaria, un matrimonio simulado sin dejar constancia en ninguna parte. Consumado e1 fraude, Laucha, después de algfin tiempo, se dedica a la jarana y al juego con sus amigos hasta derrochar todo el capital de dona Carolina. Le da e1 golpe final a1 informarle 1a naturaleza de su matrimonio. Desaparece, abandonéndola en la miseria. Laucha tiene gran parte de los perfiles esenciales que lo califican como protagonista picaresco. Su pobreza es evidente desde 1as péginas iniciales de la obra. Ademés de ser pobre y convivir dentro del ambiente misero de la picardia, e1 protagonista tiene todos los vicios de aquél: es andariego, jugador, engahador, pillo y vago. Reconoce que ha nacido finicamente para labores de escritorios (Pég. 15) y trabaja sélo para satisfacer 1as necesidades inmediatas. ’Nos cuenta que pasé unos ahos ganandose la vida perra como Dios me daba a entender, unas veces de bolichero, otras de mercachifle, de repente de peén, de repente de maestro de escuela, aqui en un pueblo, alli en una ciudad, allé en una estancia, més allé en un ingenio, siempre pobre, siempre rotoso, algunos dias con hambre, todos los dias sin plata . . ." (Pég. 10) Su moral es producto de la miseria en Que se desenvuelve. 103 Con el desenfado tipico del picaro antiguo, Laucha confirma esta debilidad suya: "La miseria como buena vieja brava hace con el hombre lo que se le antoja . . . A mi me hizo llegar hasta el casorio, ya verén . . ." (Fig. 15) Es también astuto y descarado, como muestran 1as tretas que usé para defraudar a la gringa, y cree que su sicologia es reflejo del ambiente en que vive. Yo no soy el primera-dice Laucha-que haya olvidado sus juramentos por seguir sus gustos. Ni e1 ultimo tampoco. Asi es el hombre, caballeros, y hasta el mas pintado, si no es un hipécrita, confesaré que ha sabido olvidarse muchas veces de sus buenas intenciones-dc 1as que no habia desembuchado por lo menos-para dar satisfaccién a lo que le tiraba mas. (Pag. 47) En los aspectos mas importantes de la caracterizacién de Laucha, hay rasgos esencialmente nuevos. Este picaro lleva 1a sicologia gauchesca: experto en malicia, insinuante, astuto y h5bil para ganarse 1as simpatias de todo el mundo a pesar de sus diabluras. E1 habla lo identifica como hijo de la pampa. Usa a menudo 1a frase grafica, muchos modismos y expresiones que se entienden mejor por el gesto Que por la palabra. Ademés de ser un personaje divertidisimo, con una gracia especial, Laucha despliegaesa calidad de "viveza criolla" que, segfin Sarmiento, e1 ambiente pampeno desarrolla en los individuos para que puedan adaptarse con éxito a la vida. En este aspecto e1 picaro de esas tierras difiere de sus antepasados. Ello se refleja en su particular manera de enfrentar ciertas situaciones. Es mejor planeador q1 104 que el espanol. Cuando desea obtener algo, toma medidas de precaucion para evitar una precipitacién que 1e arruine sus planes. Entonces su accién es premeditada y procede con mucha cautela. En su engaho matrimonial, por ejemplo, llega un momento en que cree haber conseguido su objetivo. Va a actuar pero recapacita y se da cuenta de que la gringa no ha madurado todavia y retrocede explicando su actitud de vacilacién: "Yo, a1 fin, soy un poco corto de genio . . . iaunque no tonto!" (Pag. 27) E1 autor trata de dar 1a impresién de que Laucha es una recreacién de un tipo muy conocido de la época, el cual, debido a las condiciones sociales imperantes, estaba llamado a desaparecer, 0 sea, a perder 1a identidad que habia tenido en otros tiempos.3 Para darle mas plasticidad a este fenémeno, Payré descarta algunas técnicas usadas en la delineacién del picaro clasico. E1 protagonista pierde los elementos bAsicos de su vida que 1e preparan para asumir 1a actitud picaresca. Laucha se nos presenta en el escenario convertido ya en picaro, y por lo tanto, tenemos que asumir que este proceso tuvo lugar en su pasado. No hay indicacién alguna de su formacién picaresca como resultado de sus contactos con la sociedad. También se echa de menos en Laucha e1 historial de picarismo familiar de los picaros remotos. E1 autor no da detalles 105 de su vida familiar. Parece un fantasma de la pampa, que surge de la nada, hace sus diabluras y desaparece con la misma rapidez en la inmensidad de la pampa. Parece ser un hombre an6nimo, sin geneologia. S610 sabemos su apodo, finico nombre con que se le conoci6 siempre. E1 autor mismo, en uno de los parrafos iniciales de la obra, donde introduce a1 personaje, nos ofrece ese aire misterioso en que se desenvuelve la vida de Laucha. Citemos: Laucha era, por otra parte, su finico nombre posible. Laucha 1e llamaron cuando nino en la provincia del interior donde naci6; Laucha comenzaron a apodarle después, alli donde lo llev6 1a suerte de su vida, desde temprano aventurera; por Laucha se le conoci6 en Buenos Aires, llegado apenas, sin Que a nadie se pudiese atribuir 1a invenci6n del sobrenombre, y Laucha 1e han dicho grandes y pequenos durante un periodo de treinta y un anos, desde Que cumpli6 los cinco, hasta que muri6 a los treinta y seis . . . (Pég. 9) Laucha es también un hombre solitario, pero por razones completamente diferentes de los del picaro antiguo. Su soledad se refleja en la vastedad del paisaje, que el autor representa con breves pinceladas. Este aspecto ha hecho que Germén Garcia la 11ame 1a novela picaresca de la pampa "por su amplio horizonte y mucho cielo que no tenia la novela espanola clasica."h Veamos esto en una cita de la obra. Laucha esperaba en una pulperia solitaria cuando divisa finalmente la carreta que lo llevaré a 1a 0 ~ ' o O "Polvoreda:" "A eso de 1as d1ez de la manana, aparec1o 106 sobre un albard6n una manchita negra que iba agrandéndose despacio entre e1 verde del campo." (Fig. 14) La soledad del personaje se desprende de la necesidad de mantenerse independiente para escoger sus propios valores. Su lucha para mantener su independencia no 1e permite dejarse someter facilmente a la servidumbre.‘ A1 revés del picaro clésico, no puede ser mozo de muchos amos. Sirve de dependiente a una mujer, pero pronto se gana su confianza y pasa a disfrutar de los beneficios que su actitud 1e acarrea. Parece que el personaje ha encontrado un lugar adecuado, con una persona para darle significado a su vida. E1 buen trato que recibe de dona Carolina surte efecto en su actitud, y hasta llega a sentirse satisfecho con este arreglo, demostrando simpatias por la viuda. Una vez mas, su deseo de "echar raices" en algun sitio encuentra un obstéculo: un sacerdote a quien acude para arreglar su boda. Cuando Papagna 1e sugiere e1 fraude matrimonial, Laucha tiene sus dudas y dice, "nunca, ni menos entonces, se me habia pasado por la cabeza engahar a la gringa, tan buena y carihosa. Pero e1 diablo del cura me tent6, yo no tenia 1a culpa." (Pag. 34) Desde luego, 1a naturaleza picaresca de Laucha no le hubiera permitido una vida sedentaria en la "Polvoreda." Después del primer encuentro 107 con la pulpera, e1 protagonista se intereSa mucho y cree ver alli 1a soluci6n a sus penurias. Dice La verdad que alli podian acabar mis penurias, sin hacer mal a nadie, y principiar una vida tranquila y honrada, con una buena mujer, unos pesos siempre listos en el bolsillo, trabajo descansado y divertido, una copita cuando se me antojara, comida abundante, cama blanda. (P5g. 22) Pero a1 contrario de Lazaro, que se conforma con el grado de seguridad resultante de su matrimonio, Laucha cambia de opinién y rechaza por completo 1a estabilidad que le hubiera traido e1 matrimonio debido a su peculiar idiosincrasia. Tiene que seguir haciendo picardias porque este modo de vida, aunque satisfactorio, pone limitaciones a su independencia. Por eso tiene Que seguir su camino. Laucha no puede adaptarse a1 modo de vida que 1e ofrece 1a viuda. Su deseo de estabilizarse es evidente en muchas ocasiones pero se encuentra con otros escollos que anulan su buena intenci6n. Cuando se da cuenta de que su conducta estrafalaria esta afectando sus relaciones con la gringa, decide tomar ciertas medidas para suscitar una reconciliaci6n con su mujer recuperando e1 dinero perdido. Una vez més, lo que él llama fortuna, frustra su intento. Laucha usa un ardid para enganar a los apostadores en una carrera de caballos, en la cual un potro suyo debia ganar sin dificultad. Apuesta grandes cantidades de dinero a su caballo en la completa seguridad de que ganaria. Hubiera 108 llevado a cabo su prop6sito sino hubiera sido porque su contrincante cuando estaba perdiendo hizo caer e1 caballo de Laucha. E1 comisario del lugar, que habia apostado a1 contrario de Laucha, decidié que Laucha habia perdido 1a carrera. Con esta derrota se esfuma su filtima oportunidad de redimirse. Como ente social, Laucha es un elemento marginal que nunca podré conseguir su propia realidad. La crisis de valores que conspira contra él, reflejada en otros personajes, especialmente Papagna y el comisario Barraba, se proyecta también en productos industriales que han invadido e1 ambiente campestre del gaucho. Uno de estos es el tren. Cuando decide ir a Buenos Aires, con la intenci6n de establecerse alli para darle mas permanencia a la vida, pierde e1 tren, achacando esto a "mi maldita suerte, Que no me va a dejar en la pucha vida . . ." (Pég. 11), y con la socarroneria y buen humor del picaro clasico nos aclara por qué se queja asi de su suerte. Dice: IVean si no me sobra razén para hablar de mi suerte perra! Bajé en una estaci6n para tomar una copa, y cuando acordé e1 tren iba pita que te pitaia cinco cuadras! No, no se me rian . . . (Pég. 12) La impotencia de Laucha a1 tratar de.decidir su propia suerte es un rasgo tipico del picaro. Como éste, e1 personaje gauchesco acepta 1a situacién social. Pero 109 en su caso lo hace porque en su afén de querer decidir su suerte, debe respetar 1as acciones de otros. En ningun momento condena e1 comportamiento de los otros personajes. Aunque no esté muy contento con su modo de vida, Laucha lo acepta. Trata de justificar su conducta negativa como "virtudes" de su medio. Acepta que nunca tuvo ganas de trabajar, y que 1e gusta la vida fécil y libre: "Es que no puedo conformar con que me manden ni con echar los bofes como una mula," (p6g. 17) ni 1e gustan los trabajos al viento y al sol. (Pég. 19) Pero en esta actitud revela e1 personaje su manera de expresar su rebeldia y libertad ante 1as circunstancias. A1 hablar de 1as diferencias entre puebleros y gauchos Laucha comenta: "Unos juegan y se maman en los clubs sin dar que hablar y se pelean en los duelos a vista y paciencia de los policianos y hacen lo mismo que hice yo, y peor, que como ellos lo hacen no parece tan malo y nadie les saca e1 cuero." (Pég. 48) Algunas veces Laucha logra conseguir cierto grado de complacencia en actividades de poca monta cuando llega a realizarlas felizmente. La burla provechosa de la falsificaci6n de licores es un ejemplo de una de estas actividades. E1 entusiasmo con que el personaje realiza esta treta demuestra su reacci6n picaresca y liberadora ante una situaci6n en que las fallas del poderoso se 110 disimulan mientras que las del gaucho se castigan con toda la fuerza de la 1ey. Aprende que en estos juegos no se puede cruzar con el poderoso, hecho que pudo comprobar con la derrota que 1e infringe e1 comisario Barraba en 1as postrimerias de la obra. Esta derrota marca e1 fracaso final del personaje que contribuiré a su desaparici6n. La verdadera rebeldia de Laucha se dirige contra 1as determinaciones complejas que 1e atan a un mundo de confusi6n y fracaso. Su ambivalencia ante 1as dificiles alternativas que se 1e presentan queda resumida en las siguientes palabras: "En esta vida no hay fiesta completa." (Pég. 58) Pero Laucha no admite que 1as instituciones sociales son responsables por su dilema, sino 1a naturaleza de ciertos grupos que no pueden ajustarse aiun estado de constantes transformaciones. Como respresentante de estos grupos, Laucha trata de encontrarle una soluci6n a esa situaci6n. Fracasa en su intento, y como el gaucho argentino del siglo pasado, se esfuma ante 1as embestidas de la civilizacién. A pesar de estas complejidades, e1 personaje refleja 1a mentalidad tipica del gaucho. En este particular,‘e1 aspecto més significativo es el uso de la lengua gauchesca en toda la obra. La mentalidad del gaucho se refleja en la actitud del protagonista a1 relatar e1 episodio de su 111 matrimonio enganoso. Habla directamente a un pfiblico, y siempre esté consciente de la reaccién de éste hacia sus diabluras. Le importa mucho mantener vivo e1 interés de su auditorio, y hasta insiste en que se le preste antenci6n empleando frases como "Ya verén," "vean si no me sobra raz6n," "Pero Imiren lo que son 1as cosas!" y muchas més. Para el mismo prop6sito, recurre también a interjecciones y recursos para llamar 1a atencién de su auditorio. Al revés de la cobardia del picaro tradicional, Laucha, como buen gaucho, es en el fondo valiente y osado. Después de la mala pasada que 1e juega Contreras, cuando hace caer su caballo, se envalentona y lo insulta, viéndose obligado a sacar su cuchillo para batirse con el mat6n. Desde luego, 1a oportuna intervenci6n de Carolina lo salva de una muerte segura. La personalidad picaresca de Laucha tiene otro elemento importante. En la obra, Payr6 logra aunar dos aspectos vislumbrados en otras obras pero que nunca se habian aunado. La picardia del autor y la de su creaci6n se funden poéticamente en la narraci6n, como afirma Enrique Anderson Imbert, "La picardia del novelista va a apoderarse de la picara vida de un hombre para realizar, en el plano de la fantasia, un milagro de depuraci6n y transparencia," haciendo posible de esta manera 1a invisibilidad de Laucha 112 como hombre real. Esta simbiosis purifica y estiliza a1 personaje de tal manera que vemos sus tropelias, pero no como tropelias, "sino como espontaneos movimientos de un alma. Y vamos a mirar, en virtud de tanta transparencia, como esa alma vive y se contempla."6 A la inversa del picaro tradicional, en Laucha no vemos exclusivamente los aspectos exteriores de su comportamiento insociable. En 61, e1 sondeo humano es més importante. El mismo personaje nos llama a menudo 1a atenci6n sobre esto como una exclamacién que sigue inmediatamente a sus picardias. Se siente orgulloso de su ingenuidad a1 fingirse hacendoso y cumplidor para enganar a misia Carolina, y quiere Que e1 lector (u oyente) se de cuenta de ello: "£Eh?, aqué ta1?, Eque me dicen? Me parece que los primeros golpes estaban bien dados éeh?" (Pég. 35) E1 personaje acepta sus canalladas como producto de su ingenio procaz sin tener e1 menor remordimiento. Como creaci6n literaria Laucha supera a otros miembros de la familia picaresca, por la finura de su pintura, por su penetracién sicolégica, hechos que llevan a1 critico antes citado a concluir que Laucha es la creaci6n artistica por excelencia, y que por su humanidad viviré mucho tiempo en la literatura hispanoamericana. 113 La estructura del Casamiento de Laucha tiene otras particularidades que le infunden nueva esencia a1 tradicionalismo formal clésico. No se trata de una serie de episodios independientes sino de un episodio nada mas y éste contiene su propia unidad. Como no hay una larga serie de aventuras independientes, e1 autor no tiene que recurrir a las técnicas discutidas en el capitulo primero para darle unidad a su obra. La simpleza estructural de la obra afecta en parte e1 prop6sito satirico. No existen muchos cuadros sociales con el fin de satirizarlos. La limitada sétira esta contenida en algunas escenas del finico episodio de la obra, cuyo contenido no tiene la extensién de 1as obras clasicas. Esta peculiaridad estructural de El casamiento contribuye a darle a la obra picaresca un sentido de unidad que no tenia hasta entonces. Desde su comienzo se nota una casi perfecta progresién hacia el desenlace. En su bfisqueda de nuevas normas para darle finalidad a su vida, Laucha es el centro de todas las escenas del episodio. En cada una de éstas, e1 personaje participa, siempre tratando de conseguir su fin, 0 sea, afirmar su albedrio. E1 episodio central de la obra, 1as relaciones de Laucha con doha Carolina, refleja este proceso. Cada escena significa un paso mas en el desenvolvimiento del tema principal de la obra. 114 E1 autor, usando una innovacién en la técnica narrativa de las primeras obras picarescas, interviene en la narraci6n para darnos 1as notas preliminares de la vida ya concluida del protagonista, anunciando en seguida el tema esencial de la novela. En sus primeras lineas e1 autor mismo confirma la muerte del personaje, un hombre Que habia sido muy conocido y habia gozado de mucha simpatia por aquellos pagos. E1 autor no dice ni cuéndo ni c6mo muri6. S610 dice que muri6 joven, a los treinta y seis ahos de edad. La extrana desaparicién de Laucha es resultado inevitable del anonimato en que vivi6. Esta realidad de su vida es ostensible en la seleccién de su apodo, Laucha, finico nombre con que se le conoci6 siempre, y la omisi6n de los datos familiares del protagonista. A1 descartar esta técnica esencialmente picaresca, 0 sea e1 determinismo familiar y social, e1 autor delinea a un picaro que ha perdido su identidad debido a los procesos sociales responsables por la destruccién de su particular modo de vida. Para simbolizar 1a desaparici6n del modo de vida del gaucho, Payr6 usa a un viejo con quien Laucha se encuentra a1 llegar a la Polvoreda. Describe e1 ambiente placentero en que ha vivido este gaucho. La manera simple de describir e1 ambiente en que se desenvuelve e1 personaje $610 puede compararse con la narraci6n escueta de la fébula. 115 Veamos: Estamos en el ga1p6n. A1 lado del fuego, Que ardia con grandes llamas y chisporroteo de lena verde, echando un humo espeso y agrio que hacia lagrimear, hervia una inmensa pava, negra de hollin; a1 lado estaba 1a enorme yerbera cuadrada, de palo, mediada de yerba pornangua, retobada con vejiga. Al calor de la llama se iba asando un pedazo de carne de la que vi colgada, y ahi no més, cerquita, e1 porr6n de la salmuera. El viejo era amigo de su comodidad. Entr6 la cabeza de vaca, yo me senté en otra, y comenzamos a matear y a menearle taba. (Pég. 20) La muerte de Ciprién, ocurrida pocos dias después de la llegada de Laucha a la pulperia, simboliza 1a extinci6n del gaucho. La constancia temética afecta de otra manera 1a estructura de la obra. En 1as novelas que hemos venido usando como modelos, e1 protagonista y otros personajes vinculan los variados episodios picarescos con su acci6n o simplemente narran las diferentes escenas que presencian. En el caso de Laucha, su presencia en todas 1as escenas es absolutamente necesaria, ya que el personaje no es un simple observador: es el centro de toda la acci6n. Por lo tanto, lo més importante no son los incidentes, como en la picaresca tradicional, sino 1a manera de sentirse e1 personaje ante estos incidentes. En algunas de estas escenas puede haber intenci6n satirica, pero esto no es lo mas importante. Tomemos, por ejemplo, todo el episodio del casamiento. El objeto principal no es satirizar a1 extranjero 116 que se aprovecha de la situacién del criollo para explotarlo. Payr6 usa este capitulo para mostrar 1as limitaciones que impone este modo de vida a1 personaje, y la manera como éste reacciona ante 1a situaci6n, asumiendo la actitud tipica del gaucho de su época. Esta encierra 1a necesidad Que siente de proteger su integridad individual. Por esta razén, Laucha acude a un auditorio invisible para que confirme sus acciones, y hasta insiste en su reconocimiento porque siente 1a necesidad sicolégica de conservar su identidad. En su afén de modernizar e1 género, Payr6 usa temas de la tradici6n picaresca pero los adapta a la situaci6n social de su ambiente. Uno de estos temas, 1a mala suerte como determinante de la actitud picaresca, que por lo general se asocia con los designios providenciales, pierde en la obra este significado. La mala suerte que constantemente se interpone en su paso, adquiere significado sociolégico al identificarla con 1as personas y los objetos que son culpables del desplazamiento social del personaje causado por los cambios que aquellos han forjado en la pampa. Uno de estos objetos, e1 tren, pone en movimiento 1a accién que lleva a Laucha a su casatorio. En su viaje a Buenos Aires, Laucha se queda sin dinero en Campana, y se ve obligado a vender su poncho para comprar un boleto. 117 Nos dice: "Creerén que esto no tiene nada que ver con mi casamiento; pero esperen un poco . . ." (Pag. 11) Mientras estaba vendiendo e1 poncho, e1 tren se march6. A1 otro dia logr6 tomar e1 tren, pero se baj6 en una estaci6n a tomar una copa y lo perdi6. Como no tenia dinero tuvo que conformarse trabajando de chacra en chacra, alejéndose cada vez mas de su destino (pag. 13) hasta llegar a la "Polvoreda." No obstante 1a importancia del ambiente en la aventura picaresca, Payr6 no deforma 1a realidad Que lleva a su obra. Refleja sutilmente 1a transformaci6n de la Argentina de fines de siglo XIX y principios del XX, transformacién que contribuye a la formacién de la mentalidad picaresca del gaucho. Conocia muy bien e1 escenario y los hombres que trae a su novela. Pero su gran sensibilidad social 1e obliga a dulcificar e1 ambiente crudo y deprimente del viejo picarismo. Todo parece refinado, y no nos da la impresién de caos que tenia 1a picaresca clasica espanola. Tampoco 1e complace la pintura cruda del ambiente, y cuando lo hace, es con la agudeza y el humor dignos del an6nimo autor del Lazarillo. Los personajes payronianos no participan de la inmundicias y bajezas del picaro clésico. Sus peripecias, bastante Peprochables, tienen lugar en un ambiente campesino: 1a 118 pampa, e1 campo y la pulperia. Es un ambiente acogedor, sin 1a negrura y aspectos desagradables de los mesones, arrastraderos, cérceles, etc. de otras obras del género. Los personajes son fiel reflejo de este ambiente. Por' ello no se 1e puede negar a la obra su esencia argentina. E1 ambiente total de parasitismo tipico de las primeras obras picarescas no aparece en esta novela. Después de la llegada de Laucha a la "Polvoreda" se perfila un pequeno cosmos apicarado que es un fragmento significativo de una sociedad que el autor abarcaré totalmente en obras posteriores. A pesar de la fragmentaci6n del mundo picaresco, e1 autor nos ha pintado con rasgos sutiles un ambiente Que se distingue con claridad sin hacer uso del excesivo detallismo de 1as novelas picarescas del Siglo de 0ro. E1 autor se propuso delinear e1 ambiente con absoluta objetividad, para situar a su personaje en el ambiente apropiado. La acci6n del Casamiento de Laucha esta relatada en forma autobiogréfica. Pero no sigue extrictamente e1 modelo picaresco. El autor, para asegurar 1a veracidad de su historia, afirma que oy6 lo que nos escribe del propio protagonista, y se esfuerza por reproducir sus palabras con fidelidad. (Pég. 9) Con esto trata de aparentar Objetividad. Laucha cuenta un episodio culminante de su 119 vida, on forma do monélogo, a un auditorio dc criollos que no aparece delineado en la obra, pero quc siempre esta -’ o . presente en la narrac1on. Esta presenc1a se nota por medio de los recursos usados para indicarlo. Es una técnica hablada que se funde en sus actos, sus motivaciones y hasta su espiritu con una perfecta naturalidad y fluidez asombrosas. "Son narraciones orales--dice Alegria--en 1as que el viejo arte picaresco resucita con particular 0 I "8 . sabor de autent1c1dad. Esta ca11dad emana de la perfecta unidad que existe entre la aventura, e1 carécter y la lengua. La fébula de la novelita, e1 casamiento enganoso del tunante con dona Carolina, se desarrolla en diez o o ’ o o I o ep1sod1os brev1s1mos pero tensos, an1mados por un esp1r1to artistico que hace reflexionar a1 lector y que en otro escritor menos diestro en su arte, resultaria mon6tono. Después de un profundo examen de los aspectos expresivos de Laucha, Anderson Imbert concluye Que su viva unidad de entonacién tal vez pueda ser apreciada sélo por el argentino. Aunque Payr6 s6lo narra un episodio de la vida picaresca de su protagonista, concluye su vida a1 decirnos I ’ o que Laucha hab1a muerto cuando e1 escribia su relato. (Zonoce muy bien a1 personaje desde que era nino de cinco iinos hasta que muere a los treinta y seis anos. Pero no 120 hay indicio alguno en la obra de que el autor conociera otros episodios de la agitada vida del personaje. De todas maneras, Payr6 no revivié al personaje en obras posteriores, dando por rematada su vida ficticia, ya que asi lo requeria el tema central de la obra. Aunque de importancia secundaria, 1a sétira de El Casamiento de Laucha tiende a criticar 1a sociedad que refleja. En este aspecto coincide con la picaresca clésica. Alli e1 objeto es ridiculizar a ciertos individuos, pero con la intencién de zaherir 1as instituciones que ellos representan, demostrando 1a corrupci6n existente en éstas. E1 enjuiciamiento que 1e hace a la Iglesia es el mejor ejemplo de esta clase de sétira. Esta aparece en el episodio del cura napolitano Papagna, que se nos presenta como prototipo del inmigrante que viene a "hacer la América," esto es, a hacer dinero para regresar a su patria a disfrutarlo. Para conseguir esta finalidad, e1 clérigo recurre a cuanto método tiene a la mano para explotar a aquellos a quienes se supone debe servir de buen ejemplo y guia espiritual. La avaricia y briboneria de Papagna sobrepasan 1as debilidades de los otros personajes. Victima de sus abusos son personas como Laucha, a los cuales contribuye a pervertir con su egoismo. Cuando Laucha acude al sacerdote para fijar los detalles de su enlace con la ‘Viuda, Papagna husmea en seguida la posibilidad de beneficio 121 personal y no pierde tiempo en proponer e1 fraude matrimonial. Laucha afirma que hasta este momento 61 no tenia intenci6n de engahar a dona Carolina, como puede verse en una cita previa. La sétira desatada contra Papagna se hace mas contundente con la descripcién del personaje. La inmoralidad y desverguenza calan muy bien con su apariencia fisica. E1 cura Papagna era bajito, gordif16n, muy marigueta, bastante canoso, con unas manos peludas y como patas de carancho, pero mas gruesas, inatural! Andaba siempre con la sotana perdida de lamparones, y la barba sin afeitar de muchos dias; asi es que parecia-y era-Iun sucio! (Pég. 32) La rapacidad suya era tal que hasta asusta a1 protagonista, a pesar de lo mucho que habia visto en su picara vida: "Era un verdadero pillo-dice-un gran canalla, un fraile como no he visto otro en todas mis recorridas por estas tierras" (gggg), que "a mi mismo me dej6 pasmado, y medio sonso, aunque haya visto tantas cosas raras en la vida." (110.12) Laucha tiene sobrada razén para expresarse asi de un clérigo que hasta violenta los ritos mas sagrados de la religi6n. Se presta para celebrar un matrimonio falso, y encima de ello hace jurar a Laucha, frente a1 altar, por Dios, y el Santisimo Sacramento, y la Virgen Maria que no lo delataré mientras él esté en América. (Pég. 36) El 122 ataque se extiende a1 arzobispo, que esta enterado de los abusos do Papagna, pcro se "hace de la chancha rcnga" y (c1 picaro clérigo) "sigue tan suelto de cuerpo en la parroquia, casando, bautizando, diciendo misma y predicando." (Pég. 33) Los inocentes engahos del protagonista no tienen comparaci6n con 1as atrocidades del cura. En El casamiento de Laucha aparece otro tipo de sétira social muy emparentada con la de El Lazarillo de Tormes. Los ataques se hacen con una sonrisa, y aparecen siempre de modo implicito. Los gringos o extranjeros son victimas de la satira, casi siempre a través de simples alusiones a sus debilidades. E1 chacarero de Las Conchas Que emplea a Laucha para la recolecci6n del maiz, 1e roba unos centavos de su jornal "como buen gringo." (Fig. 13) También satiriza a los criollos. E1 comisario Barraba, 1a autoridad del lugar, permite todo tipo de actividades ilicitas siempre que se le haga participe de la mitad de las ganancias. Se presenta a1 juego a "cobrar la coima en persona para que no hubiese barullo ni peleas, decia." (Fig. 40) E1 escribano Ferreiro tiene un mat6n, Contreras, que se encarga de llevar a cabo sus atrocidades. Todos tienen protectores con quienes comparten sus robos. La objetividad de la novela se nota también en el tono de la satira. No hay la visi6n de amargura y 123 desesperanza evidente en otras obras de Payr6. Cuenta e1 engano de Laucha con un humor que nos hace sonreir de 1as canalladas del picaro y de los otros personajes a la par que nos deleita. Vemos 1as diabluras de Laucha como producto de 1as fechorias de un chico travieso y no 1as de un hombre resentido ante e1 aspecto social que observa. Su sétira no tiene intenci6n moralizadora explicita. En la obra e1 picaro sale triunfante a1 conseguir apoderarse astutamente del capital de la virtuosa viuda, que al final es la finica victima del picaro. Tampoco hay enjuiciamiento alguno de los elementos satirizados, convirtiéndose por esta indole en sétira objetiva. Tal objetivismo se puede percibir también en el humanismo de Laucha. A pesar de sus disgustos con dona Carolina, Laucha siente compasi6n por ella, admitiendo que no tiene intenci6n de abandonarla. (Pég- 63) Con El casamiento de Laucha Payr6 asume una dimensién importante en la evoluci6n del género picaresco en Hispanoamérica. E1 héroe es un gaucho que tiene una sicologia especial fraguada en un ambiente de cambios que aprisionan y amenazan su existencia. Este aspecto influye en la formaci6n del picaro, en la estructura y la sétira de la obra. En la narraci6n, e1 picaro aparece ya formado. Por lo tanto, 1a aventura picaresca no tiene e1 objetivo 124 materialista del picaro tradicional: acomodarse a la O O ’ O s1tuac1on v1gente para alcanzar fama o fortuna. En El casamiento e1 episodio picaresco tiene una finalidad diferente: e1 picaro trata de encontrarse en una sociedad que se ha vuelto impersonal. E1 autor desarrolla este tema en un breve y compacto episodio que excluye los ’ o o o amplisimos cuadros picarescos de 1as obras p1carescas clésicas, limitando de esta manera e1 prop6sito satirico. 125 NOTAS 1. Refiriéndose a este hecho Germén Garcia dice: "Hay muchos picaros en la literatura del siglo XIX, pero quien tom6 decididamente del brazo a los picaros y les quit6 1a corteza extrana para desnudarlos fue don Roberto J. Payr6, creador de Laucha, sin duda alguna e1 tipo mas representativo de la fauna." (En La novela argentina (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1952), pag. 101). 2. Roberto J. Payr6, E1 casamiento de Laucha (Buenos Aires: Editorial Posada, 1961) Todas 1as referencias son a esta edicién. 3. Es importante anotar que antes de presentar a1 personaje en acci6n, el autor lo describe, confirmando que se trata de un gaucho: "Era pequehito, delgado, receloso, m6vi1; la boca parecia un hociquillo orlado de poco y rigido bigote; los ojos negros, como cuentas de azabache, algo saltones, sin blanco casi, anadian a la semejanza, completada por la cara angostita, 1a frente fugitiva y estrecha, e1 cabello descolorido, arratonado." (Pég. 9) 4. Garcia, 22. cit., pag. 106. 5. Enrique Anderson Imbert, Tres novelas de Payr6 (Tucumén: Universidad Nacional de Tucuman, 1942), pag. 20. 6. Ibid., pégs. 20-21. 7. Garcia, 22. cit., pag. 104. 8. Fernando Alegria, Historia de la novela hispanoamericana (México: Ediciones de Andrea, 1966), pag. 199. 9. Anderson Imbert, 22. cit., pég. 30. CAPITULO IV LA VIDA INUTIL DE PITO PEREZ Por su naturalidad, fluidez, frescura y estilo, muchos criticos han visto en La vida infitil de Pito Pérez los rasgos esenciales de una novela picaresca moderna. En ella se encuentran los elementos indispensables del género, como los hemos dilucidados en nuestro primer capitulo. Pero a1 estudiar éstos detenidamente encontramos algunas ramificaciones que hacen de la novela una variante de la forma tradicional en vez de una imitaci6n del genero.1 En primer lugar, 1a novela trasciende e1 prop6sito critico para explorar 1as condiciones del hombre en la sociedad mejicana de la época revolucionaria, usando como modelo a un picaro de dimensiones grotescas. Por esta raz6n, 1a funci6n de Pito es dual: como el personaje picaresco tradicional, es el picaro que observa y proyecta 1a situaci6n social, ademés de ser una figura torcida patéticamente que refleja 1a condicién del hombre moderno como producto de un ambiente revolucionario. Esta finalidad 126’ 127 interviene en 1as diferencias cruciales que existen entre este picaro y sus antepasados literarios. En la primera parte de la novela, Pito tiene 1as caracteristicas del picaro tradicional. Pero debido a 1as experiencias amargas de su vida, su actitud cambia radicalmente. Se esfuman de su idiosincrasia la exhuberancia truhanesca, 1a actitud bonachona hacia la vida, y la felicidad aparente de su modo de vida. Llega un momento en que detesta la vida, con todo lo que esta conlleva, y decide refugiarse en el alcohol para aislarse de ella. Esta actitud del personaje surge de una serie de aventuras similares a 1as de los picaros clasicos. Pero en el caso de Pito estas aventuras tienen una finalidad diferente. No se trata ya de la bfisqueda de sustento, 0 de fama, 0 de fortuna sino de un ideal desconocido: Pito busca su propia identidad y libertad en la dura realidad de su existencia desconcertante. Por lo tanto, e1 prop6sito esencial de 1as aventuras del personaje no es atacar directamente los vicios y maldades de individuos representantes de los diferentes niveles sociales, como vemos en la picaresca tradicional. Las aventuras de Pito trascienden 1a finalidad satirica de la novela clasica para hacer un examen penetrante de la estructura social con el prop6sito de determinar hasta qué punto e1 individuo puede encontrar su identidad y la 128 libertad para hacer lo que anhela sin dejar de ser un miembro responsable de la sociedad. Como resultado de esta innovaci6n en el prop6sito de la obra, 1a estructura sufre un cambio importante. A pesar de quePito tiene una serie de aventuras mas o menos independientes, la accién de estas aventuras evoluciona gradualmente hacia un desenlace 16gico. Ademas, hay mas cohesién temética entre estas aventuras que la que vemos en 1as novelas picarescas tradicionales. A pesar de que en algunos aspectos Pito Pérez difiere del picaro clésico, todavia tiene todos los elementos esenciales de la creacién picaresca. En la delineaci6n del protagonista figuran prominentemente algunos atributos basicos del ambiente tipico en que se forma e1 personaje tradicional: la naturaleza abyecta de su vida familiar, la desorganizaci6n personal de su familia, e1 hambre y abandono en que se cria e1 personaje, y las dificultades con el medio. Como otros protagonistas picarescos, Pito Pérez es un truhén n6mada que pasa de un amo a otro sin echar raices en ningun sitio. Su deseo es vivir del pr6jimo, de conseguir e1 trago de aguardiente para calmar su insaciable sed. Es un solitario, un desechado social, sin responsabilidad alguna, cuya vida carece de objetivo. o o o o O ’ Pito en un momento de autoanalisis conf1rma esto: "oQue 129 voy por la vida sucio, grenade, desgarrado? 3y qué importa si no tengo con quien quedar bien! 5Qué no trabajo? IQué mas da, 51 nadie tiene que vivir a mi costa!" (Pég. 377)2 Los trabajos que tiene son muchos, de ocasi6n para calmar su hambre cuando no le queda otra alternativa: monaguillo, dependiente de botica y abarroteria, vendedor ambulante, amanuense, pendolista y muchos otros. Pero estos rasgos tienen otros fines que no tuvieron en la antigua novela picaresca. En el desdoblamiento de Pito se usa la técnica tradicional del determinismo familiar. Pero en el picaro clésico 1as condiciones inmorales y la pobreza del ambiente son los factores que determinan su iniciaci6n en el mundo. La desorganizacién del seno familiar de Pito es de indole diferente y tiene un fin especifico. Naci6 en una familia mediocre, pero de una marcada individualidad. La gente cree que todos los miembros de su familia son chiflados por su comportamiento, el cual en algunos casos, borda en lo absurdo. Dicen Que mis hermanas Herlinda y Maria padecen locura mistica y que por eso no salen de la iglesia; afirman 1as gentes que Concha esté tocada porque pasa los dias ensenando a los perros callejeros a sentarse en las patas traseras y a un gato barcino que tiene, a comer en la mesa con la pulcritud de un caballero; Josefa se tir6 de cabeza a un pozo dizque porque 130 estaba loca; y Dolores se enamor6 de un cirquero por la misma causa . . . Joaquin, e1 sacerdote, no quiere confosar a 1as beatas, porque esta loco. (Pég. 350) Pito defiende 1a manera de ser de su familia y se identifica con ella. Resume: Mas locos que yo (son) los que no rien, ni lloran, ni beben porque son esclavos de infitiles respetos sociales. Prefiero a mi familia de chiflados y no a ese rebano de hip6critas que me ven como animal raro porque no duermo en su majada, ni balo a1 unisono de los otros. (Pég. 351) No obstante, e1 ambiente hogareho no provee la libertad que Pito desea. Su madre lo tiene confinado a1 hogar, hasta que finalmente se aburre y decide escaparse. Dice Pito, "L1eg6 un dia en que cansado de aquella carcel, quise emprender e1 vuelo." (Pég. 359) Tampoco encuentra en el hogar aceptaci6n emocional. Es mas, e1 sentimiento de rechazo que experimenta e1 protagonista surge del abandono emocional a que lo sometié su familia. Aunque en su hogar habia calor hasta para los animales, a Pito lo privaron de lo esencial de la vida: amor, alimentos y educaci6n. Esto es evidente desde su nihez. E1 personaje demuestra su resentimiento a1 hablar despectivamente de esta parte de su vida. Mi madre fué una santa que se desvivié por hacer e1 bien. Ella pasaba 1as noches en claro velando enfermos, como una Hermana de la Caridad; ella nos quitaba e1 pan de la boca para ofrecerlo a1 mas pobre; sus manos parecian de seda para amortajar difuntos, y cuando yo naci, otro nino de la vecindad se qued6 sin madre, y la mia 1e brind6 sus pechos generosos. E1 nino advenedizo se cri6 fuerte y robusto, en tanto que yo 131 aparecia débil y enfermo porque 1a leche no alcanzaba para los dos. Este fué mi primer infortunio y el caso se ha repetido a través de toda mi existencia. Creci a1 mismo tiempo que mis hermanos pero como no habia recursos para costearnos carrera a los tres, ni becas para todos, prefirieron a 10s dos mayores. (Pég. 354) En su ninez Pito trat6 de satisfacer su ansia de comprensién y aceptaci6n en el hogar, pero e1 rechazo absoluto de su familia 1e oblig6 a tratar de satisfacer estas necesidades por otros medios. En la aventura picaresca Pito busca una escapatoria a una realidad que 1e hace imposible la vida. En la primera salida del hogar Pito tiene e1 propésito de escapar de un ambiente que no 1e provee seguridad emocional. Su primer contacto con el mundo acentuaré ese sentimiento de abandono que experimenté en el hogar. Desilusionado, Pito regresa a su casa, con la esperanza de atraer 1a antenci6n de su familia con su ausencia. Esta vez, 1a frialdad con que es recibido es aterradora. Veamos como Pito relata su retorno. De seguro-pensaba yo-tendré que comparecer ante un consejo de familia; mis hermanas me increparén, mi madre Herlinda intentara castigarme; llorarén después, . o i y calmada 1a tormenta, quiza escuchen con 1nteres e1 relato de mis viajes, y acabarén por matar un cordero o a. o 0’ para festeJar 1a vuelta del H130 Pr6d1go . . . Base lentamente hasta mi casa y llamé a1 zaguén con mas susto que verguenza. Una de mis hermanas abri6, diciéndome "-Pasa-" con la naturalidad que si me hubiese visto salir unos cuantos minutos antes. Nadie se manifest6 extranado de mi presencia; nadie me pregunt6 de d6nde venia, ni si pensaba quedarme. (Pég. 373) For consiguiente, no 1e queda otra alternativa que aceptar 132 la vida do vagabundeo para lanzarse al mundo on busca dv aceptaci6n, 1a cual trata de conseguir en los contactos que tiene con las personas a quienes sirve, y en las aventuras amorosas. Fracasa en todo, y perdidas 1a fe y la esperanza, Pito finalmente se desintegra emocionalmente. La ausencia de cariho en el hogar de Pito, complicada por el individualismo familiar, contribuye a la crisis de identidad que se nota en el chico. Esta crisis cobra vigencias especiales en la vida del picaro de Romero. En la picaresca tradicional se acostumbra usar e1 fracaso moral y econ6mico del hogar para impulsar a1 personaje a1 mundo en busca de fortuna. E1 caso de Pito es diferente: 1a carencia de identidad propia y valores en la familia Pérez obliga a1 personaje a abandonar e1 hogar en su intento de conseguirlos fuera del circulo familiar. Aunque producto de un hogar emocionalmente vacio, a1 principio Pito no pierde la esperanza de encontrar lo que anhela. Guiado por la irresistible necesidad de conseguir simpatia y aceptaci6n en el mundo, abandona e1 hogar para emprender 1a bfisqueda de esas cosas que él cree que resolverén su dilema. En su vida sedentaria anhela encontrar e1 triunfo que se forj6 en sus ilusiones infantiles. Al abandonar su patria, después de haber sido afrentado por haberle robado unas monedas a un santo, acto que cometi6 debido a un engaho que 1e hizo e1 acélito de la iglesia de 133 su pueblo, Pito dice: "Adiés, Santa Clara del Cobre, que me viste nacer y crecer, humillado y triste. IVolveré a ti vencedor, y tus campanas se echarén a vuelo para recibirme!" (Pég. 359) En su circulo familiar Pito experimenta por primera vez e1 sentimiento de rechazo humano que predomina en el mundo y se da cuenta que si e1 quiere librarse de este mal debe conocerse a si mismo y determinar su propio destino en la vida. Su familia parece haber encontrado la respuesta en la misma sociedad en Que se debate. Pero Pito no ve en la solucién familiar e1 medio propicio para enfrentarse a la cruel realidad que lo rodea. For 10 tanto, como el picaro tradicional, tiene que aprender de sus encuentros con otros personajes. La sutileza picaresca de Pito Pérez procede de estos encuentros ya que 61 se ve en la necesidad de aprender de 1as personas con quienes entra en contacto sin permitir Que éstos 1e impongan su modo de vida. For 10 tanto, Pito se somete a los caprichos de otras personas sin perder su independencia. Para conseguir este prop6sito, Pito da 1a impresi6n de ser condescendiente con todo el mundo, a la vez que mantiene una resistencia innata que 1e permite reaccionar cuando 1a presi6n se hace intolerable. Este patr6n de escape, ademas de repetirse a menudo, como veremos mas adelante, nos da la clave para entender 1a 134 transformaci6n del personaje cuando finalmente acepta 1a inutilidad de su existencia. Pito también usa su ingenio en enganos que 1e proporcionan deleite. En este aspecto sigue 1a pauta fijada por sus antepasados genéricos. El mejor ejemplo de este tipo de engano es el relato que hace e1 protagonista de una treta que usé para beberse un barril entero de vino en una tienda. Concluye e1 personaje: Si tengo algun talento, 10 aplico en encontrar los medios para que la bebida me resulte de balde, y asi obtengo un doble placer. 3C6mo gocé durante aquellos dias en Que me bebi un barril entero de catalén en la tienda de los Flores, sin que ellos se dieran cuenta de mi mafia! (Pég. 351) Efectivamente, Pito recurre constantemente a este tipo de estrategia para comprar e1 calor de la amistad. En otros aspectos, Pito sigue, a rasgos generales, los modelos clasicos de la picaresca espanola. En ocasiones comete fechorias que bordan en 10 criminal. Sin embargo e1 perSOnaje es mas delincuente Que criminal. E1 mismo afirma que nunca fue a la cércel por crimenes sino por borracho y travieso. (Pég. 357) Para hurtar, se vale de su ingenio en vez de la fuerza bruta. Tipico de su actitud hacia 1a propiedad ajena es el robo que Pito hace a un comerciante. Gasta su ultimo centavo en canela, y pide a1 dueno, que esta trabajando en sus libros a1 otro lado del mostrador, un piloncito de azficar. Leamos e1 ardid atrevido del personaje. 135 -"Que te lo den"-contest6 e1 viejo. Fui a1 otro extremo dcl mostrador y con tono garboso dije a otro de los dependientes:-Dice e1 amo que me de un pi16n de azficar-apuntando con el dedo uno de los panes que moraban cerca del techo. El dependiente, desconfiado, pregunt6 en voz alta a su jefe: £Se 1e da un pil6n de azficar a este muchacho? A lo que el viejo contest6 afirmativamente, sin levantar 10s ojos del libro y creyendo que se trataba de un piloncito con qué endulzar una taza de canela. (Pég. 360) Pito no siente remordimiento alguno por sus robos. Es mas, justifica estos hurtos con la afirmacién de Que los comete con la venia de Dios. Sin embargo en estas travesuras e1 personaje trata de conocerse a si mismo en la manera como otros reaccionan ante ellas, y, a la vez, conseguir reconocimiento. De especial interés en este particular son los robos Que Pito hace de articulos religiosos, los cuales su hermano e1 sacerdote 1e compra para evitar 1a profanacién de los articulos. Pito no roba para satisfacer sus necesidades inmediatas sino para atraer 1a atencién de 1as personas que 1e han inculcado su sentimiento de rechazo. Segfin Eoff, su conducta se debe a "an effort on the part of o o I 3 an 1gnored ch11d to attract attent1on." En la cristalizacién de los rasgos bésicos del personaje picaresco, lo que podriamos llamar su picarismo o o O ’ o esenc1al, Romero emplea algunos atr1butos del p1caro c1as1co pero con modificaciones. Aunque Pito usa su ingenio para vivir fécilmente y conseguir la bebida, e1 fin que persigue 136 con sus tretas es més complejo que el de sus antepasados. Guzman recurre a tretas para saciar e1 hambre, para sobrevivir; Pablos, para obtener un estado mejor en la vida. Pero Pito, a1 igual que Laucha, usa su ingenio para mantener su integridad y para vivir la vida como su personalidad demanda. Por esta raz6n, Pito se escapa de su hogar por primera vez. Sus constantes escapadas, con los consabidos retornos a Santa Clara, su pueblo natal, son productos de la bfisqueda del personaje. Este proceso se inicia inmediatamente después del episodio en que Pito descarta 1a ingenuidad inicial del picaro. Aunque prefiere permanecer en su pueblo natal, e1 protagonista, hastiado por 1as limitaciones familiares y ansioso por escaparse de una situaci6n que 1e imposibilita 1a realizacién de su personalidad, decide "emprender vuelo." (Pég. 359) El castigo que recibi6 por el engaho que le hizo San Dimas cuando robaron e1 dinero de la alcancia del Senor del Prendimiento, es importante en la formacién de la actitud de rebeldia del personaje. Su madre 1e prohibi6 terminantemente salir de la casa, donde pasaba los dias tocando un pito Que él mismo hizo. Finalmente, e1 aburrimiento y el ansia de libertad se apoderan de 61. El tema central de La Vida infitil de Pito Pérez agrega una dimensién extraordinaria a la soledad del 137 picaro tradicional. La desvinculacién social de Pito, pronunciada por su imperiosa necesidad de encontrarse a si mismo, se debe a razones diferentes a las del picaro clasico. Este se aisla de otras personas para poder sacar provecho de ellas, 0 para evitar Que otros se aprovechen de él. En el caso de Pito, e1 sentimiento de soledad tiene dos motivos. En la primera parte de la novela, se debe a 1as barreras que 1e imponen 1as personas a quienes acude en su bfisqueda de amor, comprensién y entendimiento. Desde muy temprano en su vida, Pito trata de establecer relaciones normales con otras personas pero fracasa siempre: 1a sociedad 10 ha tildado de loco y por consiguiente 1e cierra todas 1as puertas para asomarse a la humanidad. Pito crey6 poder encontrar en el amor 1a identificaci6n que anhelaba, pero sus experiencias amorosas esfuman sus ilusiones. E1 amor pudo haberlo redimido, pero 1e fue ingrato. Pito lo culpa de todas sus desgracias. Le confiesa a1 autor: E1 amor es la incubadora de todas mis amarguras; e1 espejo de todos mis desenganos . . . Borracho y tramposo, el amor me hubiera regenerado, pero ese 6 a c o o I ’ diosec1110 1mpert1nente 3amés se acerco a m1 con intenciones de redimirse, sino de escarnecerme. (Pég. 377) E1 desprecio y la indiferencia de 1as mujeres que pretendié le llevan a buscar e1 calor en la Caneca, un esqueleto de mujer que rapt6 del hospital de Zamora. En un rapto de 138 frenesi, Pito se refiere a éste como el "amor mas fiel Que he tenido en mi vida." (Pag. 406) También 1a soledad de Pito se debe a su necesidad de manifestar su independencia, y a su libertad para escoger sus propios valores. Su prop6sito en la vida es buscar su propia identidad por medio de pautas fijadas por él mismo, y tiene que estar libre para poder hacerlo. Por esta razén, aunque Pito diga lo contrario, no puede establecer lazos permanentes con nadie ya que éstos servirian de barreras a su libertad. En una 0casi6n tiene una novia que quiere casarse con 61 pero Pito sutilmente logra evadir e1 compromiso. En esta etapa de su evoluci6n, Pito se niega a participar de la suerte de otros. La soledad de Pito, que tiene su origen en el ambiente familiar, adquiere tintes trégicos cuando e1 personaje acepta e1 fracaso final de su vida. Su nomadismo se acentfia cuando se convierte en vendedor ambulante. Ha descartado la idea de conseguir 1a compahia del hombre y busca ésta en la naturaleza y en objetos como su destartalada chaqueta, un esqueleto de mujer y 1as campanas de los pueblos de Michoacén que lleva consigo siempre. Estos objetos son simbolos de su deseo de identificaci6n y sus vanas tentativas de amor mal entendido. En la primera parte de la novela, Pito manifiesta también intacta 1a bondad innata del picaro clésico a pesar 139 do los golpes que le propina la vida. Ni odia ni quiere vengarse de la humanidad que 10 ha injuriado. Es més, siente compasién hasta por el diablo. Finalmente, 10s maltratos transforman la existencia del personaje y surge un cambio radical en su actitud. E1 desafortunado Pito pasa por la vida no 3610 buscando 1a satisfacci6n de las necesidades fisicas sino e1 calor humano. Pero 1a ignorancia y la falta de sentido humano lo llevan al fracaso. Pito pasa ahos de inestabilidad, siempre bebiendo y viajando por Michoacén, enganando y siendo enganado, cada dia hundiéndose mas en la degradacién Que finalmente lo aniquilé como ser humano. E1 dolor oprime a1 hombre sensitivo ya que no puede adaptarse a otro modo de vida. Pierde por completo 1a esperanza de ser amado y se entrega de lleno a la desilusi6n y a la soledad, 1as cuales trata de hacer més llevaderas recurriendo a1 aguardiente. Su vida naufraga en los rios del alcohol que lo llevan a las cérceles y los hospitales, a1 delirium tremens, y a una muerte prematura sobre un mont6n de basura. A medida que Pito se hunde més y més en el tremedal de su desilusi6n, su odio contra la humanidad aumenta. En los filtimos momentos del estupor alcoh61ico, e1 personaje desata los ataques mas violentos contra un mundo que no ha tratado de comprenderlo, prefiriendo tildarlo de loco en 140 vez de extenderle auxilio. Dice en su testamento, iHumanidad, te conozco; he sido una de tus victimas! De nino, me robaste la escuela para que mis hermanos tuvieran profesién; de joven, me quitaste el amor, y en la edad madura, la fe y la confianza en mi mismo; iHasta de mi nombre me despojaste para convertirlo en un apodo estrafalario y mezquino: Hilo Lacre! (Pég. 409) El proceso evolutivo de la actitud de Pito hacia la sociedad difiere en 10 esencial de la picaresca clasica. E1 picaro tradicional, aunque permanezca a1 margen de la sociedad, adquiere una concepci6n basica de la naturaleza inhumana del mundo por medio de los golpes que recibe a1 entrar en contacto con éste. Finalmente desaparece su concepto inicial del mundo y adquiere una visi6n més precisa de la verdadera realidad en que tiene que afirmarse. Para sobrevivir en esa realidad e1 picaro tolera 1a sociedad y a la gente y nunca pretende reformarlas. Pito asume esta postura durante los primeros anos de su vida cuando todavia tiene la ilusi6n de la juventud. Aunque admite que los valores materiales ejercen predominio en la sociedad, no hay intenci6n reformadora en su critica. La rebeldia de Pito proviene de la derrota y el desencanto que experimenta en la segunda fase de su evolucién, cuando admite su fracaso. Entonces Pito desata e1 ataque mas fuerte que vemos en la obra. Este aparece en el documento en que condena a la humanidad por no haberle dado 1a oportunidad de vivir, por 141 haberle hecho su vida infitil. Pito ni sugiere reformas en las instituciones sociales ni en los hombres mismos. Lo Que él propone es modificar la condici6n bésica del hombre en la sociedad moderna para que pueda disfrutar de una vida plena dentro de un marco que reconozca e1 derecho del hombre a forjarse su propia identidad como él crea conveniente. Esta es la realidad que busca Pito en su constante movimiento, ahora més espiritual que fisico. Pero en una sociedad Que promulga la hipocresia y el oportunismo, amparada por convenciones sociales torcidas, e1 individuo, como la sociedad misma, nunca podré redimirse. Las complejidades sociales amenazan constantemente a1 hombre que quiere vivir su vida a su manera sin ser rechazado por esa sociedad. Pero como 1as condiciones sociales prevalecientes en la actualidad son dificiles de cambiar, el hombre moderno se ve en la necesidad de buscar una filosofia de la vida que 1e permita vencer esas limitaciones. La bfisqueda de esta esencia, ademas de contribuir a los rasgos tipicos del picaro clésico durante los ahos en que anda de aprendiz de la vida, 1e suministra a la novela la estructura epis6dica del género picaresco. Pito relata sus aventuras con personas a 1as Que se ha vinculado tratando de encontrar en ellos su destino sin tener que 142 cambiar su modo de vida. Durante el primer encuentro entre e1 autor y Pito queda evidente 1a tendencia individualista del personaje. Aunque no quiere abandonar a Santa Clara 1as circunstancias lo obligan a irse del pueblo. Le pregunta Romero, "éOtra vez a peregrinar, Pito Pérez?" Responde e1 protagonista, "iQué quiere usted que haga! Soy un pito inquieto que no encontraré jamés acomodo." (P6g. 349) A estas alturas Pito se ha dado cuenta de que es imposible encontrar acomodo en una humanidad pervertida que rechaza su modo de vida y 10 considera loco porque se emborracha, canta, llora y va por las calles con el vestido hecho jirones. (Pig. 351) Antes de asumir esta pose, Pito ha pasado por una serie de aventuras en 1as cuales trata de conseguir la simpatia y la aceptacién que anhela para colmar su existencia sin tener que modificar su modo de vida. El primer empleo que consigue Pito como mancebo de botica despierta en 61 auténticos anhelos de granjearse la simpatia de los amos y se aplica con ahinco para conseguir su prop6sito. Dice, "Entré a servir en la botica, animado de los mejores prop6sitos . . . Comencé a granjearme 1a voluntad del matrimonio, trabajando afanosamente en cuanto me mandaban." (Pégs. 362-363) Pito logra cierto grado de satisfaccién en el trabajo ya que sus medicinas 143 curan a 10s enfermos. Empieza a tomarle gusto a1 oficio porque, como dice 61, "1a cosa pintaba bien para mi." (Pég. 364) Pero este paraiso se 1e derrumba un dia debido a una debilidad de doha Jovita, 1a esposa del boticario. La Senora seduce a1 jovencito y, para colmo de desdichas, el marido los sorprende en el acto. Pito huye de aquel lugar sin recoger sus ahorros. Esa noche se queja de su mala suerte: "iCuén breves son las fiestas del mundo y c6m0 nos dejamos engahar con un sehuelol" (Pég. 366) En su empeno de ser aceptado, Pito quiere asumir responsabilidades, pero 1a indiferencia de otras personas anula sus buenas intenciones. La bfisqueda lo guia también a1 amor. E1 protagonista intenta encontrar su objetivo en aventuras amorosas, pero es victima de la frialdad resultante de estas relaciones. Estos fracasos emocionales son importantes ya que Pito cree que el amor puede regenerarlo. Mientras era dependiente en una tienda de un tio suyo, Pito se enamora de una hija de éste. Ilusionado con su nuevo amor, e1 protagonista hace todo lo posible para ganarse e1 carino de Chucha, que asi se llamaba la muchacha. Comenta: "Mis manifestaciones de cariho hacia Chucha y mis sacrificios por ella aumentaron copiosamente." (PAg. 381) Como sus intenciones son honorables, Pito opta por pedir 144 en matrimonio a la muchacha. Pero como 1e hace falta valor para enfrentarse a su futuro suegro, decide comisionar a un conocido suyo para que le pidiera la mano de Chucha. Baséndose en el rumbo cordial que tomaba 1a conversaci6n entre su tio y su emisario, Pito se hace de ilusiones. Anotemos 1as reacciones de Pito: Estirando 1as orejas rumbo a la sala, me parecié que la conversaci6n tomaba un giro de cordial entendimiento . . . Llamaron a Chucha para que interviniera en aquella conferencia tripartita. Ahora le estarén preguntando si me quiere-pensaba yo-sufriendo de gozo, ahora, responderé ella timidamente que si . . . y como si la realidad obedeciera a mis pensamientos, 0i la voz de don Santiago que se despedia, dando 1as gracias, y vi entrar en la tienda a mi tio, sonriente y satisfecho. 0 .~ . Me va a dec1r algo car1noso~pensé un poqu1llo cortado- me va a abrazar; pero fuése rumbo a1 comedor, con una botella en la mano, sin decirme cosa alguna. (Pég. 382) Poco después e1 protagonista se entera de que don Santiago habia pedido a Chucha para 61 porque creia que Pito era muy joven para asumir obligaciones matrimoniales. Con esta explicaci6n 10 arroja de su casa, déndole con la puerta en la nariz. Todas las tentativas de amor de Pito terminan en humillacién. Estos fracasos amorosos adquieren tintes de tragedia ya que Pito busca su salvaci6n en sus relaciones amorosas. Dice: "Borracho y tramposo, el amor me hubiera regenerado." (Pég. 377) Pero el amor es cruel con Pito y cuando reconoce su fracaso total se queja amargamente de éste. Dice: "Ha influido en contra 145 mia de tal manera, que otro gallo me cantara si en el amor hubiera encontrado estimulo para luchar por algo o por alguien . . . Con sus manos de nino inocente rompié todos los resortes de mi voluntad." (Ibid) No 1e queda otra escapatoria que buscar e1 calor femenino en un esqueleto de mujer que roba de un hospital. El ultimo episodio de este proceso, con el cual se concluye la primera parte de la obra, es simb61ico del extremado martirio que Pito recibe de la humanidad. Hay en la vida de Pito una analogia con los sufrimientos experimentados por Jesucristo. Relata Pito: Una Cuaresma pasé metido en aquella carcel, aunque no me correspondia toda entera, pues firmaron mi boleta de libertad para el Domingo de Ramos, pero como con los presos habiamos organizado una Semana Santa de bulto, y yo desempenaba en ella e1 papel de Nuestro Senor Jesucristo, quise apurar e1 céliz de la amargura hasta 1as heces que me quedé en la carcel para ser crucificado. (Pég. 393) Efectivamente cuando lleg6 1a hora del suplicio Pito fue atado a una cruz. Después de parodiar e1 suplicio del Calvario, e1 personaje suplica que lo bajen porque 1e era imposible soportar por mas tiempo aquella tortura. Oigamos 1as palabras de Pito: Comencé a decir en voz a1ta:-Descuélguenme, ya estoy cansado; béjenme, ino resisto mésJ-Pero 10s presos reian de mi angustia y me daban 1a espalda con la misma indiferencia con que la humanidad ve morir a Jesus, pendiente del madero . . . (Pég. 394) 146 En esta aventura Pito finalmente intuye la inutilidad de su existencia y acepta 1a desilusién que lo rodea. Se da por completo a la bebida, nos dice e1 autor, buscando por el ojo de 1as botellas, "con la ilusi6n de descubrir en su fondo otro mundo mas generoso." (Ibid) Como en la picaresca tradicional, 1as aventuras del héroe de La vida infitil de Pito Pérez tienen 1a finalidad implicita de mostrarle a1 personaje una realidad. Pero la naturaleza de la realidad percibida por Pito difiere en lo esencial de la experimentada por otros miembros del circulo picaresco. Guzman, Lazaro y Pablos, por ejemplo, adquieren conocimientos indispensables sobre los modos esenciales del mundo para poder sobrevivir en un ambiente donde es indispensable tomar ventajas de otras personas antes de que éstas tomen de uno. Pito, a1 contrario, aprende a conocerse a si mismo. Sus aventuras proporcionan 1as lecciones en 1as cuales descubre la verdad sobre su propia esencia y la del mundo que lo rodea. Cuando Pito descubre finalmente 1a verdadera naturaleza del hombre, reconoce sus limitaciones: "Yo no soy de espiritu generoso, ni tuve una juventud atolondrada, de esas que a1 llegar a la madurez vuelven al buen camino y acaban predicando moralidad . . . No, yo seré malo hasta el fin." (Pag. 377) En un tiempo, habia sido un picaro sensible, con aspiraciones 147 humanas. E1 objetivo de su vida era integrarse, como miembro de nfimero a una sociedad Que constantemente lo rechazaba. Pero la realidad dura impidi6 todo intento de su parte de conseguir su fin. A 10 inverso de sus antepasados, que se adaptan fécilmente a situaciones nuevas, Pito asumié una filosofia picaresca nihilista para vengarse de la injuria cometida contra él por la humanidad. Esta filosofia la resume en su testamento. En la caracterizacién de Pito entran otros elementos que le infunden una personalidad truhanesca que rivaliza favorablemente con los mejores representantes del género. Romero da mas relieve a1 personaje picaresco, sacéndolo del encasillado de tipo a que lo habian confinado los novelistas anteriores para darle una nueva dimensi6n picaresca de tipo afectivo. En primer lugar, Romero bas6 su protagonista en un individuo real Que él conocia muy bien, y con el cual se habia identificado.h Le da nueva vida a este individuo al usar en su delineaci6n técnicas modernas. La contribuci6n més importante del novelista a la plasmacién del ente picaresco es el uso de elementos sociosicol6gicos. Ademés de los aspectos sociolégicos de Romero usa en la formacién de Pito, hay una aguda penetracién sicolégica que supera 10s débiles intentos del Buscc’m.5 Pito no se da a conocer ya por medio de discursos 148 moralizantes basados en su comportamiento y en el de otros personajes, ni su carécter se basa en el predominio de una virtud 0 un defecto. La vida ficticia de Pito surge de su comportamiento a1 entrar en contacto con una sociedad que lo martiriza emocionalmente anulando sus necesidades siquicas. Su actitud picaresca procede de su estado emocional ante esta situaci6n. Sus reacciones frente a este fen6meno son extremadamente negativas y se reflejan en procesos inconscientes que anulan por completo su integridad. Estos aspectos de la personalidad de Pito-cree Sherman Eoff-le dan los rasgos fundamentales de lo Que podria considerarse 1a "sicologia picaresca." Resume que su vida representa "the mistful, unsatisfied quest on the part of an excluded person who wants desperately to belong to some recognized group."6 Resultante de esta particularidad es la tendencia a la descripci6n abundante de ciertos aspectos exteriores de los personajes. Estos cuadros esquematicos le infunden gran plasticidad a1 personaje por su fuerza evocativa, un proceso algo parecido a1 usado por la cinematografia norteamericana y la mejicana en la caracterizacién de Chaplin y Cantinflas. En la plasmaci6n fisica de su picaro, Romero utiliza todo lo lacrimoso, lo roto y la pobreza patética que muestra en la vestimenta del personaje: sus zapatos, su chaqueta, su 149 sombrero. Otros objetos también, como el pito y 1as campanas que acompahan constantemente al personaje, sirven para hacerle resaltar su dramatismo. Veamos un ejemplo de esto en la obra. El autor describe a1 personaje: Sus grandes zapatones rotos hacian muecas de dolor; su panta16n parecia confeccionado con telarahas, y su chaqueta, abrochada con un alfiler de seguridad, pedia socorro por todas 1as abiertas costuras sin que sus gritos lograran la conmiseraci6n de las gentes. Un viejo "carrete" de paja nimbaba de oro la cabeza de Pito Pérez. (Pég. 349) La concepci6n de Pito pasa por etapas claramente definidas que indican un proceso consciente por parte del autor. Primero, hay un periodo extenso de incubaci6n durante el cual e1 personaje va adquiriendo forma. Como Lazaro de Tormes, Pito tiene raices en el folklore. Pero Romero va gradualmente forjéndolo hasta que finalmente aparece plenamente desarrollado en La vida infitil de Pito Perez, como lo confirma el autor, "Pito Pérez existi6. Afin se descubren por los caminos de Michoacén 1as huellas de sus zapatones; afin vibran en 1as calles de Morelia 1as campanas que pregonan su triunfo y su derrota." (Pég. 14) Ewart E. Phillips ha demostrado que Pito, a diferencia de otros picaros, va evolucionando a medida que aparece como personaje en obras anteriores a La vida infitil de Pito Pérez. Su iniciaci6n en el mundo ficticio del autor tuvo lugar en Apuntes de un lugareno (1932), de alli pas6 como 150 pcrsonujc secundario, a Pueblo inocente (1935) y finalmente a la obra en que es protagonista. Antes de alcanzar su meta, e1 personaje fue adquiriendo rasgos particulares que van a pasar mas tarde a su plasmacién final. En la concreci6n ideolégica de Pito hay también innovaciones significativas. No se cuenta toda la vida del personaje, sino ciertos episodios importantes que tienen implicita connotacién afectiva. En ellos resalta la rebeldia del personaje, bajo 1a cual se esconde un propésito filos6fico y social. En el primero, algunos criticos han visto la huella del autor. Salvador Bueno 10 describe asi: Debajo de su bullanguera condicién de vagabundo despreocupado 1e ha sorprendido a1 joven poeta de los versos sentimentales toda una filosofia cinica y audaz, rebelde atrozmente apegada a la dura reali ad de su existencia desconcertante, anarqu1ca. No hay en Pito e1 estoicismo del picaro. Asume una actitud de rebeldia contra la realidad circundante, especialmente contra 1as injusticias de una sociedad falsificada que pas6 por una sangrienta revoluci6n sin alterar su contextura basica. Algunos creen ver en la indocilidad del personaje un reflejo del estado de frustaci6n existente durante e1 periodo posrevolucionario. En este caso, Pito . O 8 seria un producto representat1vo de la revoluc16n, pasando a ser un simbolo del pueblo y de un momento histérico. 151 Otros ven en Pito una proyeccién mas universal. Segfin Gilberto Gonzélez Contreras, Pito representa e1 simbolo viviente del hombre que no logra escapar de los disturbios y confusiones de la vida sentimental y que pertenece atado a la repugnancia paralizadora de la vida, sin que encuentre e1 camino de la fe y de la voluntad que supera todos los obstéculos.10 La idiosincrasia materialista del picaro no es motivo esencial en la caracterizacién de Pito. En 61 no se nota e1 proceso de adaptaci6n al ambiente para gozar de los beneficios materiales que e110 conlleva. Pito aspira a algo més sublime: 1a aceptaci6n social pero en un plano espiritual. Busca el amor, 1a comprensi6n, e1 entendimiento, 1a célida aproximaci6n de sus semejantes. Pero 1a humanidad le niega todo esto y Pito queda en un vacio espiritual.11 Su nomadismo-sus constantes romerias por los pueblos y campos-se basa precisamente en esta bfisqueda y no en la privaci6n material, como en el caso del picaro clasico. Pito, como la mayoria de los personajes picarescos, es victima de la realidad social. Pero en su caso e1 autor ahade algo Que falta en los otros: 1a manera de esconder bajo una pose sfitil ese deseo imperioso, casi ag6nico, de conseguir 1a simpatia y reconocimiento a que aspira y que él cree indispensable para la propia definici6n de su vida. Es la opini6n de Fernando Alegria que esta peculiaridad 152 del protagonista 1e hace marcadamente superior a los picaros tradicionales porque reconoce en si mismo una victima de la sociedad y no vacila en acusar a los culpables de su desventura y protestar sosteniendo ciertas verdades eternas. A modo de conclusi6n, podriamos resumir Que en la primera parte de La vida infitil de Pito Pérez e1 protagonista tiene los rasgos esenciales de la personalidad picaresca clasica° Vemos en 61 1a actitud de goce hacia la vida, la habilidad acomodaticia, y el buen humor del picaro clasico. También hay determinismo familiar en su formaci6n, y Pito tiene que abandonar e1 hogar para salir en busca de oportunidades para la formaci6n de su personalidad y adquirir e1 conocimiento necesario para comprender 1a eseneialidad de su ser. Las aventuras que tiene Pito 1e ayudan a conocer 1a naturaleza hip6crita de su familia, de la sociedad, y del clero, a la vez que le ofrecen una instrospecci6n de su propia mentalidad. Aunque sus experiencias contribuyen al reconocimiento de la sociedad y al propio, e1 carécter del personaje no cambia durante la primera parte de la obra. Pito acepta 1a esencia de la humanidad, y su propia esencia, y en ningun momento expresa deseos de reformarlas. Su finico deseo es encontrar un modo de vida que 1e permita vivir con éxito en la sociedad. Es 153 precisamente esta bfisqueda la que hace que Pito se desvie de las huellas de sus antepasados literarios. Las aventuras del protagonista adquieren una finalidad diferente de la que tienen en 1as obras tipicas del género. Pito es un ente marginal porque e1 autor cree que 3610 en los limites de la burguesia creada durante la aparente afluencia del periodo de la presidencia de Porfirio Diaz puede la persona defender su individualidad. E1 objeto que persigue Pito es un estado en el que pueda armonizar su ansia de libertad con 1as limitaciones existenciales. A este fin estén encaminadas las aventuras del personaje. Estas caracteristicas combinadas con los elementos que hemos anotado arriba imparten a1 protagonista matices de picaro moderno. En la segunda parte de la novela, cuando Pito descubre la realidad de la vida, su disposici6n de disgusto y amargura imprime tintes opacos a su agobiada existencia. Esta nueva actitud modifica 1a personalidad picaresca que vemos en la primera fase de su evoluci6n: su soledad adquiere un tono trégico, n0 siente satisfacci6n en el empleo de su ingenio para enganar a otros-al contrario, muchas veces se deja engahar a prop6sito—, su idiosincrasia acomodaticia pierde vitalidad, y hasta se rebela, en forma trégica, contra el mundo y hasta contra su propia manera de ser. Cuando finalmente Pito pierde toda esperanza de 154 redimirse, acepta pasivamentc los golpes do la vida sin defenderse. Durante su primer encuentro con el autor en la segunda parte de la obra, 1e dice al autor: "Debo advertirle con la honradez que ha caracterizado mi desverguenza que ya no soy un borracho respetable, ni siquiera ingenioso. Me humillan los gendarmes . . ." (Pég. 399) Después de su derrota, a Pito 1e falta e1 valor para enfrentarse a la vida. A la inversa del picaro clasico que no se deja vencer, esperanzado de triunfar algun dia, Pito no cree que pueda sobreponerse a la situaci6n. Su actitud de derrota es total, y la muerte es inevitable. De 10 dicho se deduce que Pito, como sus antepasados genéricos, capta e1 materialismo y la nulidad que corroen 1a sociedad mejicana prerevolucionaria. Sin embargo, e1 relato de su vida trasciende e1 prop6sito primario de la novela picaresca clasica. Pito es simbolo de un segmento de la humanidad que trata de enfrentarse a las complejidades de la sociedad moderna para tratar de encontrar soluciones a sus problemas, y Que a1 fracasar en su intento, se desintegra emocionalmente. La filtima parte de la novela nos da 1a impresién de que en el mundo no hay valores a que aspirar ni ejemplos que produzcan emulaci6n. La composici6n de La vida infitil de Pito Pérez se desvia considerablemente de lo que es tradicional en la 155 novela picaresca clasica. La técnica narrativa usada para relatar los episodios de la vida del héroe, y otras expresiones formales de la obra presentan innovaciones. No obstante, 1a novela contiene los atributos estructurales del género picaresco clésico: 1a trama se desenvuelve a través de una serie de episodios aut6nomos cuya unidad se efectfia finicamente por la constante presencia del protagonista, e1 tono de la narrativa, los temas y algunos personajes secundarios que reaparecen periodicamente. También, los sucesos de la obra sirven para satirizar clases sociales y otros aspectos de la convivencia humana. Por esta raz6n, en raras ocasiones 1a accién de un episodio se prolonga a otro. Esto no ocurre en los incidentes de la novela de Romero. No se trata ya de episodios aislados dentro del conjunto de 1as aventuras. Hay en ellos una unidad sutil que encamina la accién de un desenlace 16gico. Las diferentes aventuras de Pito son eslabones en la bfisqueda de sus aspiraciones. Cada suceso representa un paso del protagonista en su intento de alcanzar su acogimiento en la sociedad sin tener que rendir su individualidad, lo que Pito llama su "natural rebeldia." (Pég. 372) Como queda dicho, este proceso se inicia en el primer episodio después de Pito haber intuido la vacuidad de su hogar, y la naturaleza rebelde de su familia. Cuando 156 Pito huye de su casa tiene la nocién de llegar a ser "dcscubridor de un nuevo mundo" (pag. 360) y hacer proezas dignas dc los grandes conquistadores. Pito, "animado de los mejores propésitos," (pég. 362) busca en su primera aventura con el boticario de Urapa un destino que satisfaga su imperiosa necesidad. Pito permanece con el boticario y su esposa hasta que comprende que el ambiente de valores viciados en Que se desenvuelven los esposos no es propicio para su prop6sito. En los demés episodios de la obra se repite el mismo proceso: Pito trata de asumir responsabilidades para conseguir su finalidad en la vida, pero las personas a quienes acude para conseguir este objetivo no tienen los valores propicios para satisfacer sus necesidades espirituales. Pito queda en un vacio emocional. For 10 comfin, la gente se burla de 61, martirizéndolo con su desprecio e indiferencia. Esta actitud culmina con el apodo que recibe Pito, el cual deja un sabor amargo en 61: "Me dicen Hilo Lacre, iHilo Lacrel, apodo de barillero, de hombre zafio, y no de artista, como yo." (Pag. 399) Antes de estas palabras hemos presenciado e1 episodio de la crucifixi6n, con cuyo simbolismo se concluye la primera parte de la novela. E1 deliberado aislamiento a que es sometido Pito lo empuja a1 rechazo total de la humanidad que muestra en su renuncia a la vida, asunto de la segunda parte de la obra. 157 La importancia de 1as aventuras como experiencias personales del protagonista para conseguir una finalidad emocional puede notarse en la participacién del personaje en los diferentes episodios. Pito no es ya e1 observador que nos da una gran variedad de cuadros picarescos. Es e1 centro de todos los episodios y su constante presencia es absolutamente necesaria porque lo esencial es lo que 1e pasa a Pito, y no lo que acontece a su alrededor. La reacci6n emocional del personaje ante los acontecimientos se sobrepone a los acontecimientos mismos. Aunque en algunas aventuras haya intenci6n satirica, ésta es secundaria. Tomemos como ejemplo e1 incidente de Pito con el clérigo de Urapa. Aunque Pito delata 1as debilidades de este sacerdote, e1 objetivo primordial del suceso es mostrar como el modo de vida del religioso afecta a1 persOnaje y como éste 10 rechaza. El primer incidente del episodio 1e da a Pito una idea sobre la naturaleza egocéntrica del personaje. E1 padre Pureco dice un serm6n sobre 1as virtudes teologales y como conclusi6n recuerda a los feligreses el dia de su celebraci6n. La intenci6n es clara: aunque e1 sacerdote predica sobre la fe, la esperanza y la caridad, no siente estas virtudes. "Tanto despotismo, chocante a mi natural rebeldia, dice Pito més tarde, hiciéronme salir de aquella casa." (Pég. 372) 158 Esta modificaci6n en la técnica tradicional de la picaresca afecta otros aspectos de la composici6n Que contribuyen a darle mas cohesién a la narracién: e1 relato de la vida de Pito se condensa en pocos episodios que denotan aspectos afectivos; los temas adquieren gran vitalidad; y la tonalidad es mas importante Que en otras obras del género. A la inversa de lo que es comfin a la mayoria de las obras picarescas, e1 desdoblamiento de la vida de Pito no se hace a través de multiples episodios. Pito relata algunos episodios claves de su vida dejéndose guiar por los temas que 1e sugiere e1 autor, quien contribuye a la narracién con observaciones personales. Tanto 1a manera de presentar los episodios como el contenido de éstos sugieren elementos diferenciales que contribuyen a1 tono del relato. Sin seguir una sucesi6n extrictamente cronolégica, la historia se cuenta en una serie de seis charlas sostenidas entre autor y personaje. Estas componen la base esencial de la composici6n, y estén dividas en tres momentos Que delinean dos facetas distintas en la actitud del protagonista. En la primera de estas, Pito relata, a razén de una botella de tequila por episodio, los incidentes de los anos iniciales de su accidentada vida: su familia, su ninez, sus viajes y trabajos. Su 0 o ’ o pr1mer encuentro con el novelista, un dia claro y 11mp1do, 159 resalta por la esperanza y la fe que Pito, aunque truhén vagabundo ya, manifiesta por la humanidad. Todo es ensueno y Pito, embriagado con el vino de la ilusién, aspira a conquistar a la humanidad. La segunda fase ocurre diez anos mas tarde, cuando pasada la revoluc16n, e1 autor se encuentra con Pito en Morelia. E1 personaje aparece ahora abatido por la derrota que le ha proporcionado la vida durante 10s anos que pasaron desde su ultimo encuentro con el poeta. Su espiritu quebrado degenera en un resentimiento nihilista que lo hace sarcéstico y amargado. Pito, trastornado por el alcohol, relata 1as vicisitudes de sus estadias en cérceles y hospitales, donde hasta la muerte lo rechaza. Se torna caustico y, antes de morir, desata 1a diatriba més fuerte contra la humanidad Que aparece en la novela, culpando a1 linaje humano de su fracaso. Aunque no hay gran originalidad en el contenido epis6dico de la vida de Pito, la manera peculiar de elaborar ciertos episodios con técnicas narrativas ajenas a1 género hace de su vida un drama intenso que no tiene cabida en otras obras del género picaresco, donde, por 10 general, se relatan incidentes insignificantes del protagonista que no tienen la fuerza de los de Pito. Partiendo del concepto tradicional del héroe proscrito 160 por la sociedad, Romero disena, con gran sentimiento, la 0’ 0’ ’ o evoluc1on y destrucc1on de un picaro intensamente humano y sensitivo. Para conseguir este fin-explica Ned Davison- Romero usa a loose but nonetheless sustained symbolism. The image of bare ill-shod feet, for example, is one of the most significant and precise of his symbols. The motif is introduced on the opening page and repeated with effective variations throughout the novel. Its most explicit and comprehensive statement occurs when Pito, in a review of his life, explains: "He palpado con mis manos e1 frio del cristal de los pies de un hombre muerto, pretendiendo calentarlos, en un rapto de alcoh61ica compasi6n." (Pég. 400) Shoes, an extension of the image, becomes the measure of success and survival. A more central and consciously develop motif is that of drink, the source of pleasure, illusion and escape.13 Otras técnicas artisticas tienen el mismo prop6sito. Romero emplea con mucha habilidad la técnica del contraste. De una escena de humorismo sutil cambia a otra de marcado sentimentalismo, o a una escena fuerte, casi de implicaciones tragicas. Este hecho representa una gran novedad en el género, como confirma Gast6n Lafarga a1 decir que alguna vez, e1 autor "asciende a la tragedia, sin abusar de ella, con mesura de estirpe clasica."11+ Los suenos y ensuehos adquieren importancia en la evoluci6n del complejo temético. Las alucinaciones causadas por el delirium tremens simbolizan e1 sufrimiento, 1a desesperaci6n y ansias del personaje que ha llegado a la 161 encrucijada de la vida. En este sentido tienen significado especial. Bajo los efectos del alcohol, Pito suena que es arbol y ofrece protecci6n a un hormiguero. Este sueno indica 1a necesidad de responsabilidad humanitaria. En su viaje a1 otro mundo, donde encuentra valores tan torcidos como los de este mundo, confirma Pito 1a inutilidad de la vida a1 darse cuenta de que los abusos de este mundo se prolongan a1 mas allé. Su ansia amorosa queda simb6licamente frustrada en la transformaci6n de la mujer en estatua. La temética de La vida infitil de Pito Pérez acredita una sensibilidad muy diversa del género usual picaresca. En 1as obras que usamos como modelo aparecen temas, como el hambre, alrededor de los cuales giran algunas aventuras del héroe. Aunque estos temas contribuyen a la unidad de la acci6n, no determinan 1a totalidad de la obra. Este fen6meno queda modificado en la novela de Romero. En ella la temética adquiere gran importancia: 1a acci6n de la obra se basa en el sondeo de estos temas, y como tal corresponden a la esencialidad de la obra. El objeto principal de la obra, por ejemplo, es describir e1 proceso en la formacién de la personalidad y destino de Pito. La acci6n de la obra se circunscribe a la bfisqueda del personaje tratando de encontrar un modo de vida que le proporcione identidad basada en el amor y la hermandad sin sacrificar su particular 162 idiosincrasia. Debido a 10s valores materiales de la sociedad, Pito fracasa en su propésito. E1 desenlace de la obra nos da una idea en cuanto a la conclusién que podemos obtener del tema. E1 fracaso final de Pito indica que en el mundo imperfecto de hoy se le hace imposible a un hombre sensible encontrar su identidad, hecho que refleja la inquietud espiritual de la época. En la obra aparecen otros temas que complementan la intenci6n esencial del tema principal. Como vimos en una cita previa, Pito se considera artista. Por 10 tanto, su vida resulta ser la historia de un artista cuyo fracaso lo lleva a la muerte. En los renglones iniciales de la obra e1 personaje se encuentra con el autor, un poeta que, como Pito, acude a la torre en busca de inspiracién. Es entonces cuando e1 personaje 1e relata e1 incidente de su vida que contribuy6 a su apodo. E1 verdadero nombre del protagonista es Jesus, pero 1e cambian el nombre cuando hace un Pito de carrizo, "a1 que, a fuerza de paciencia y de saliva, logré arrancarle primero unas notas destempladas, y después de muchos trabajos, las canciones en boga por aquellos rumbos." (Pég. 359) Pero como los vecinos no saben apreciar 1a mfisica de Pito, 1e gritan a su madre "asilencie ese pito." (Ibid) El nino se qued6 con ese 163 apodo. Después de la aventura del robo en la iglesia, cuando Pito experimenta por primera vez la frialdad del mundo, trata de encontrar consuelo en el rfistico instrumento. Dice, Después de mi aventura por los dineros del Senor del Prendimiento me dediqué con mas ahinco a la flautita porque mi madre Herlinda, avergonzada por el preg6n del cura, prohibiéme terminantemente salir a la calle. (Ibid) El pito también se convierte en el objeto con el cual e1 personaje tiene 1a esperanza de triunfar en la vida. Cuando Pito abandona su hogar por primera vez para buscar su ideal lo lleva consigo. El objeto simboliza su deseo de triunfo. Con 61 trata de conquistar la humanidad. Sin embargo no conmueve ni a los animales con su mfisica. Pito resume la situacién asi: Con el pito en la boca pasé por los caminos, por 1as veredas, por los atajos de los montes, sonando-iilusol-que ensenaria a cantar a los pajaros, pero los péjaros volaban asustados a1 oir aquellos sones broncos de mi flauta de carrizo, y como una protesta prendian sus trinos en las ramas de todos los érboles . . . iEspera, pajarito pasajero-decia yo a la avecilla cautelosa, miréndola esconderse en lo mas alto de mi pino gigante—voy a tocar e1 miserere de "El Trovador," . . . Mas e1 pajaro tarareaba su Novena Sinfonia, y se alejaba sin hacerme caso . . . (Pég. 361) En otra ocasién Pito acompana con su mfisica los oficios iPeligiosos. Como no habia organista, dice e1 personaje, '“con mi flauta prodigiosa llené de gorgoritos los ambitos 164 del recinto," pero los fieles "se sorprendieron con aquella mfisica inusitada." (Pég. 369) El motivo de la flauta adquiere significado especial en la segunda parte de la novela. E1 fracaso de su ideal coincide con la desaparici6n de su pito. E1 autor 1e pregunta a su personaje, "éY e1 Pito Pérez filarm6nico?" La respuesta de Pito a esta pregunta refleja e1 sentimiento de fracaso de un hombre Que ha sentido la vida con la intuici6n de un artista. Contesta e1 personaje:"-1No sé ya ni donde qued61 Perdi 1a flauta en alguna cércel, 0 en algun sitio de tantos que me han servido para dormir 1as monas." (Pég. 399) For consiguiente, la muerte del personaje representa también 1a destrucci6n del artista como resultado del rechazo que recibe en la sociedad materialista contemporénea. No obstante los elementos de tragedia moderna que envuelven la vida de Pito, Romero refleja de una manera indirecta varios tonos en su novela. Algunos de estos son evocados a través de la actitud del narrador. Otros aparecen escondidos en imégenes vinculadas entre si de una manera sutil. Ya hemos mencionado 1a amargura que siente e1 personaje. E1 humor ir6nico cobra importancia como elemento unificador de la acci6n. La obra contiene una fuerte dosis de humor natural que surge esponténeamente hasta de los relatos obscenos. Este humor tiene todos los 165 recursos esenciales del picarismo clasico, especialmente del que aparece en El Lazarillo de Tormes. Desde 1as péginas iniciales de la obra, e1 motivo humoristico queda grabado en la mente del lector por su gran variedad y la sutileza de la forma en que se expresa. Las anécdotas estén matizadas con todas 1as maneras del humor. E1 autor usa gran variedad de recursos: humor objetivo basado en episodios graciosos, 0 1a simple presencia de los personajes, con tendencia a la caricaturizacién; otras veces e1 humor es directo ya que procede de la ingeniosidad verbal del personaje; elementos escatolégicos y sexuales aportan los mejores momentos humoristicos a la novela. Este es un humorismo "salado y amargo, hecho de risas, de 15 soledad masculina de protestas y c6lera," un humor de tintes sombrios, sédico en ocasiones, bajo el cual se esconde un tono serio: la constante preocupacién filos6fica y social del autor. Este humor es indispensable a la simpatia que irradia del protagonista. Con La vida infitil de Pito Pérez, Romero alcanza la superacién de la unidad picaresca por el lirismo persistente de toda la obra. El autor narra, con gracia y sentimiento, una serie de anécdotas vibrantes de emoci6n que abundan en elementos me16dicos. Estos-dice Lafarga-estén dispuestos con orden y concierto Que hacen pensar en una 166 o o a I o I c . o o I 1ntu1010n creadora Sinfonica, y pros1guc a la explica01on de este juicio: El primer capitulo destaca a Pito en medio del paisaje. E1 autor hace correr e1 aire en torno a1 campanario de Santa Clara del Cobre, tendida a1 pie. E1 pobre reconoce su condicién de picaro con amargura. Entona en su hab1a inteligente y popular un canto de amor filial a la tierra nativa. Hay emocién, mfisica en las ideas y en las palabras, colores, todos los colores de la puesta de sol michoacano . . . En los demés capitulos de la primera parte de la novela, campea e1 humorismo. Es 1a juventud de Pito, con sus suehos de amor, con la fe en los demés, 1a esperanza de sosiego y acaso proyectos para el futuro. E1 vino es el elemento combustible de aquella vida en flor que arde sin saber que se quema. Hay entre 1as risas, veladas lagrimas. La naturaleza tropical da 3 1a mfisica violenta de la juventud, del vino, del amor y la sensualidad e1 valor del molto agitatto, en una composici6n sinf6nica.l Con todo lo que llevamos dicho en esta secci6n podemos asegurar que la estructura de La vida infitil de Pito Pérez cobra fisonomia propia aunque haya partido de los elementos basicos del género picaresco. Se relata la vida del picaro en episodios escogidos especialmente para evocar los sentimientos del protagonista. Estos episodios denotan una unidad sutil basada en la bfisqueda del personaje, en temas y tonos vinculados a la accién. Debido a esto 1a acci6n epis6dica de la obra conlleva una continuidad que conduce a un desenlace 16gic0, hecho que unido a 1as técnicas artisticas, sugiere complicaciones que transcienden la simplicidad estructural de la novela tipica picaresca. 167 Las variaciones de lo que es tradicional en 1a 0 I o o a o o a novela picaresca cla51ca no se limitan en La Vida 1nfit1l de Pito Pérez a los dos aspectos formales discutidos antes. Romero emplea 1a sétira para criticar a la sociedad. Al igual que el picaro clésico, Pito satiriza a ciertos individuos en vez de fustigar directamente a instituciones. Sin embargo, e1 relato de las debilidades de los personajes sugiere 1a corrupci6n de 1as instituciones que esos individuos representan, y la agonia institucional resultante de la crisis social Que refleja la obra. Estos motivos 1e dan tonos particulares a1 ambiente de la obra. Los personajes de la novela se mueven en un ambiente social repleto de crisis. Se trata, como en El Periguillo, de la agonia de un periodo hist6rico importante en la realizacién patria: 10s filtimos anos de la dictadura de Porfirio Diaz, y la destrucci6n fisica y moral resultante de una de las revoluciones més sangrientas en la historia de la humanidad. Aunque e1 novelista examina esta realidad con un lente volteriano, nunca se deja influir por las condiciones ca6ticas de aquélla, y su plasmacién de 10 escatol6gico no tiene 10s excesos descriptivos, ni 1a crudeza ambiental de otros novelistas picarescos, como Quevedo, por ejemplo. Se encuentran proyectados por toda la novela ricos matices ambientales que superan por su 168 profusa calidad poética 1as circunstancias crudas y ésperas siempre presentes en gran parte de 1as obras principales del género. En este sentido podriamos considerar a Romero como pionero en la poetizaci6n del ambiente, contribuci6n artistica que aceptarén otros cultivadores del género picaresco, como veremos en Manuel Rojas. E1 ambiente permanentemente lfigubre desaparece de la novela para ser reemplazado por la luminosidad que abarca toda la obra, y que el autor impone con las frases con que empieza su narraci6n: "La silueta oscura de un hombre recortaba el arco luminoso del campanario. Era Pito Pérez, absorto en la contemplacién del paisaje." (Pég. 349) El subjetivismo se aprecia también en la presentacién del ambiente fisico. Las mejores pinceladas de éste aparecen en las descripciones de los objetos que tienen significado especial para el escritor. Como dice Anthony Castagnaro, "His description of physical objects tend to become more detailed the greater the personal, emotional meaning they have for him."17 Los personajes situados en ese mundo de tintes poéticos son picaros en todo el sentido del vocablo pero tienen 1a gracia y la sutileza cervantinas. Romero inyecta comprensién y simpatia hasta a 10s personajes mas repulsivos. Pito, por ejemplo, pudo haberse hecho repulsivo en la ultima parte de la narraci6n, pero su nobleza 1e salva. 169 Romero da a todo lo que reproduce un matiz satirico Que esta muy a tono con lo mejor de la picaresca. Ademas, su sétira contiene autenticidad ambiental y sicolégica, aspectos procedentes de la conciencia social y penetracién de la naturaleza humana en que esta cimentada. La superficialidad satirica de 10 picaresco clasico, basada en la observacién de los aspectos exteriores de procesos y hechos sociales, que se nota en algunas obras picarescas, desaparece en la obra de Romero. Sus ataques tienen gran fuerza satirica debido a que se basan en una intima comprensi6n de los aspectos satirizados. Pito es un filésofo vagabundo, a1 estilo del famoso Chaplin del cinema americano, que, hajo los efectos del alcohol, se dedica a denunciar certeramente 10s vicios y prejuicios sociales, a los déspotas, a los grupos privilegiados, a1 clero, a los explotadores del pueblo, y especialmente a la indiferencia de la humanidad. Esta sétira anota esencialmente 1a desilusién que surge en la mentalidad mejicana por la inhabilidad de la Revoluci6n de crear una sociedad libre de los prejuicios y problemas que prevalecian antes del conflicto. Pito sabe e1 papel que él juega en esta censura. Hace alarde de su veracidad: Yo soy amigo de la verdad, y si me embriago es nada més que para sentirme con énimos de decirla: ya sabe usted que los muchachos y los borrachos . . . Agregue usted a esto Que odio 1as castas privilegiadas. (Pég- 350) 170 La actitud vital de frustraci6n y resentimiento de Pito por la indiferencia de una humanidad fria y sin alma, es el resorte que 1e empuja a fustigar amargamente, y con gran virulencia, todas esas cosas que cree culpables de la situacién. Con humor insuperable, y descripciones de matizaciones visuales de gran alcance, Pito nos describe 1as debilidades de sus amos, 1a pobreza fisica y espiritual de los hospitales y 1as cérceles, y la falta de caridad humana de una sociedad de hombres que 10 ha condenado al destierro. Dice Pito, La humanidad es hip6crita que pasa la vida alabando a Dios, pretendiendo enganarlo con el Jesus en los labios y maldiciendo y renegando sin piedad del Diablo . . . iLos hombres son realmente aburridos, insoportables! Cuando se dirigen a Dios, 10 hacen con f6rmu1as escritas para cada caso: ayudanos, senor, danos e1 pan de cada dia; ten misericordia de nosotros! . . . Para librarse del dolor ocurren a Dios como a1 dentista, pero para la disipaci6n buscan vergonzantemente a1 Diablo, y se anegan en todas las delicias del pecado, sin que Satanés oiga alguna vez un igracias, Diablo mio! Por el contrario aun tiene que escuchar c6mo los hombres, después del goce prohibido, dan gracias a Dios por el placer que obtuvieron. (Pég. 377) La sétira descargada contra ciertos grupos y castas sociales es todavia més directa y certera. Sus experiencias con los administradores de 1as 1eyes 1e hacen detestar 1a justicia "de este mundo con todas sus triquinuelas," exhortando a los pobres que respeten siempre la ley, y que la cumplan, "pero que se orinen en sus representantes." (Pag. 376) La critica que hace de los politicos es mas 171 negativa que la anterior: 6N0 ha observado usted que la profesién de déspota es més fécil que la de médico o la de abogado? Primer aho: ciclo de promesas, sonrisas y cortesias para los electores; segundo ano: liquidaci6n de viejas amistades para evitar que con su presencia recuerden e1 pasado, y creaci6n de un Supremo Consejo de Lambiscones; tercer aho: curso completo de egolatria y megalomania; cuarto y ultimo ano: preponderancia de la opinién personal y arbitrariedades a toda orquesta. A los cuatro ahos e1 titulo comienza a hacerse odioso, sin que universidad alguna ose revalidarlo. (Pag. 350) Veamos 1a penetrante sétira que hace de la sociedad provinciana: De no vivir en una gran metr6poli, preferi siempre 10s pequenos poblados a 1as capitales provincianas, que son planteles de vanidad y asiento de extravagancias. Sus habitantes pueden ser clasificados de este modo: tres o cuatro familias duenas de hacienda grande, que fué heredada o hecha al vapor en negocios usurarios; diez casas muy ilustres, arruinadas, y con 1as c6modas repletas de pergaminos, en donde consta que un bisabuelo fué Oidor, otro Coronel realista, otro cunado del Conde de Cerro Gordo o sobrino del Marqués de Sierra Madre. (Pég. 367) La sétira antirreligiosa de La vida infitil de Pito Pérez rebosa los limites de las obras picarescas de la época clésica. Brotan de ella muchas atrocidades impias que brillan por su brutalidad. Recordemos e1 episodio de la dramatizaci6n de la crucifixi6n en la carcel, en la cual se hace sacrilega parodia del serm6n del calvario. Pito hace e1 papel de Cristo, concluyendo e1 episodio con una orgia. 172 Pito resume e1 sentimiento fuertemcnte anticlerical dc 1a obra cuando tilda de locos a los que so arrodillan delantc de un ente igual a ellos, que masculla latin y viste sotana, para contarle cosas sucias como esas lavanderas que bajan a1 rio todos los sébados, a lavar su camisa, a sabiendas de que a la siguiente semana volverén a lo mismo porque no tienen otra cosa que ponerse. (Pég. 351) No 3610 se ataca aqui 1a ignorancia del clero sino que se ridiculiza un dogma sagrado de la iglesia. Pito se mofa de la misa al sugerir que si ésta se consagrara con aguardiente de cana, los curas serian mas humildes y mas dulces con su rebano. (Pég. 352) Los hébitos tampoco se le escapan al picaro: "Los hébitos sirven para ocultar muchas cosas que a la luz del dia son inmorales," (pag. 354) sétira que se distingue por su sugerencia. Pito aprovecha sus contactos con miembros del clero y sus oficiadores para exponer los vicios y debilidades de éstos. Un ac6lito es su maestro en la picardia, insténdolo a robar a la misma iglesia, demostrando asi e1 poco respeto que 1e tenia. Los sacerdotes son tontos, iracundos, vanidosos, a quienes engana Pito, incluyendo a su propio hermano a1 que considera en parte responsable de su precaria situaci6n. Para hacer esta sétira més despiadada, e1 truhan usa la sotana de su hermano para hacerse pasar por cura y hasta llega a catequizar. 173 También se critica a la religién, como demuestran 1as palabras de compasién que Pito dedica a1 Diablo y que hemos citado antes. La tendencia antirreligiosa se puntualiza con una leve nota de anticristianismo. El autor hace morir a su personaje, como consecuencia de una vida disoluta, sin beneficio de arrepentimiento. Tampoco se 1e escapa un duro comentario a la justicia divina. (Pag. 405) La visién antirreligiosa de la obra ha sido resumida en estas palabras: "Lo que prevalece es cierto anticlericalismo y ateismo Que corren alegremente en sus péginas envueltos en los cascabeles de su humorismo." La burla escéptica contra los prejuicios y los convencionalismos de una sociedad osificada deja su nota més discordante en el testamento del protagonista, en donde acusa a la humanidad entera de haber sido su verdugo: los ricos por ladrones y soberbios, 1a iglesia y el estado por oprimir a1 pobre, y a este, por cobarde y dejarse explotar. Contra ellos, Pito desata todo el odio que habia estado escondiéndo toda su vida: Para 10s pobres, por cobardes, mi desprecio, porque no se alzan y lo toman todo en un arranque de suprema justicia. iMiserables esclavos de una iglesia que les predica resignaci6n y de un gobierno que les pide sumisién, sin darles nada en cambio! (Pég. 409) Esta critica negativa, contraria a1 objetivo moralizador- 174 reformador de Lizardi, procede del deseo de Romero de culpar al "sistema" por la tragedia de Pito, sin sugerir medios para corregir la situaci6n. Esta actitud engendra en su satira un parecido con la novela picaresca del periodo clésico. En la presentacién de la sétira, Romero introduce una innovaci6n. La sétira del mundo desquiciado y absurdo se sintetiza en la misma vida del personaje, contrario a la técnica de observaci6n del picaro usada por el género. La sociedad es responsable por la transformacién del picaro, haciendo Que "un hombre inteligente y sensible se convierta en un cinico sensual, entregado a la bebida."19 Para darle mas relieve a esta sétira e1 autor emplea constantemente la descripci6n de ciertos objetos que la puntualizan. Veamos una de estas descripciones: Nos sentamos a1 borde del campanario, con 1as piernas colgando hacia fuera. Mis zapatos nuevos junto a los de Pito Pérez brillaban con su necio orgullo de ricos, tanto que Pito mir6 con desdén y yo senti e1 reproche de aquella mirada. Nuestros pies eran e1 compendio de todo un mundo social, lleno de injusticias y desigualdades. (Pag. 350) No obstante la sétira completamente negativa de Romero, hay en ella esa simpatia y cordialidad hacia el pueblo que hemos notado en los autores antes estudiados. Este sentimiento humanitario se ve especialmente en los personajes del pueblo, los cuales pinta con bondad, como si se identificara con ellos. 175 El humanismo de Pito se refleja mas c1aramente en su actitud hacia otros seres. Acepta sus sufrimientos y desdichas porque éstas divierten a otras personas. (Pég. 352) Se conduele hasta del diablo: "IPobrecito del Diablo, Qué lastima 1e tengo! . . . (Pég. 399) En sus acciones y palabras hay siempre un fondo de amor y comprensi6n humana por todos los seres desamparados; y Que se extiende también hasta a las mismas personas que zahiere en su satira. Esta actitud de sentimiento y comprensi6n, algo parecida a la de su compatriota Lizardi, parte de sus nexos con la Revoluci6n, postura que se encuentra sintetizada en las siguientes palabras de Salvador Bueno. Su intensa humanidad parte de la "ideologia filantr6pica y progresista que propugn6 1a revoluci6n mexicana. Esa atenci6n a la gente humilde del campo y de la provincia revela e1 deseo de exaltar a primer plano esas clases olvidadas, despreciables."20 A pesar del humorismo de La vida infitil de Pito Pérez, e1 fondo de la obra despliega una amargura y desencanto con la vida que asume tintes nihilistas. Esto puede apreciarse mejor en la vida del angustiado y trégico personaje. Su conocimiento profundo de la humanidad 1e ha llevado a aceptar Que ésta es inservible y que todo es crueldad, ingratitud, inconsciencia y desdén de la fuerza por la debilidad. N0 puede confiar en ella porque ella no confia en 61, y la 176 finica alternativa que 1e queda es aislarse de esa sociedad que 1e oprime, que le ahoga. Se torna incrédulo: no cree en Dios, ni en el amor, ni en trabajo, ni en nadie. En su testamento Pito escribe: N0 crei en nadie. No respeté a nadie. 6Por qué? Porque nadie crey6 en mi, porque nadie me respet6. Solamente los tontos 0 10s enamorados se entregan sin condici6n. (Pég. 409) Pito fue victima de la humanidad corrompida Que 1e convirti6 en un ser nihilista porque no pudo antenerse a sus demandas. 8610 sinti6 desprecio hacia ella: Humanidad, yo te robé unas monedas, hice burla de ti, y mis vicios te escarnecieron. No me arrepiento, y al morir, quisiera tener fuerzas para escupirte en la faz todo mi desprecio. (Pég. 409) E1 contacto con la hipocresia y la frialdad de la humanidad deja en Pito un gran sentimiento de desilusién y de desengano que no puede sublimar. Por eso ha dicho Sherman Eoff: "The novel is a lyrical account of an individual drama of the intense loneliness of one who tries in vain to counter-balance peoples indifference to him."21 El pesimismo de Pito no implica una pose literaria, ya que Romero fue un hombre amargado que c0mparti6 1as ideas del protagonista. E1 negativismo del novelista, como anotamos antes, se desprende de su sentimiento por el fracaso de la revoluci6n. Este ha sido expresado por el mismo novelista en su obra Anticipaci6n a la muerte asi: 177 Fui un solitario en el tumulto; me acostumbré a conversar y a reir sin que mis pensamientos mas intimos se trasparentaran. IQué buen carécter tiene-decian-pasa la vida contando chascarrillos y diciendo cosas frivolasl Pero, équién supo bajar por el caracol de mis sentimientos hasta el manantial de mis més ocultas tristezas? (Pég. 556) A estas alturas se impone fijar algunas cuestiones esenciales sobre la obra. Romero aporta dimensiones importantes a la novela picaresca a1 infundirle gran naturalidad a un contenido picaresco emplazado en un placentero ambiente aldeano, y darle a su obra genuina profundidad sicolégica. Hace del desarrollo y caida del personaje un fuerte drama personal de serias implicaciones sociales y filoséficas. Su personaje picaresco-repleto de simpatia humana por sus acciones, sus sentimientos e ideologia-sintetiza 1a tendencia literaria moderna de la bfisqueda del hombre. 178 NOTAS l. Segfin John S. Brushwood, 1a novela es "a modern picaresque novel which is the author's statement of his personal obsession" (Mexico in Its Novel (Austin: University of Texas Press, 1966), pag. 222.) 2. José R. Romero, 0bras completas (México: Editorial Porrfia, 1963) (Todas 1as citas de 1as obras del autor se refieren a esta edici6n.) 3. Sherman H. Eoff, "Tragedy of the Unwanted Person in Three Versions: Pablos de Segovia, Pito Perez y Pascual Duarte," Hispania, V01. XXXIX, pag. 195. 4. Este aspecto significativo de los personajes de Romero ha sido aclarado por R. Anthony Castagnaro. Dice: "Most of his characters are actual people he has known. His characterization, therefore, are not character creations in the literary sense. They are rather evocation of people he has encountered in his own real life and who, with a varyingly small amount of retouching and polishing, he introduces in his novels." ("Rubén Romero and the Novel of the Mexican Revolution," Hispania, Vol. XXXVI (1953), pag. 3000) 5. En el Capitulo II, basandonos en los articulos de Parker y Eoff hemos hablado sobre los aspectos sociosicol6gicos que entran en la delineacién de Pablos. Sin embargo, e1 proceso usado por Romero para deslindar 1as interioridades sicolégicas de Pito difiere considerablemente del usado por Quevedo. 6. Eoff,.gp. cit., pég. 195. 7. Salvador Bueno, La letra como testigo (Santa Clara, Cuba: Universidad Central de 1as Villas, 1957), pag. 64. 8. Castagnaro, 22. cit., pég. 301. 179 9. Torres Rioseco ha resumido muy bien este significado del personaje a1 decirnos que representa e1 alma atormentada del pueblo mejicano, anadiendo que coincide "con Lizardi en la manera estética y en su interpretaci6n sicol6gica, a1 crear un héroe de novela picaresca que expresa en sensibilidad y en acci6n lo mejor y lo peor que tiene e1 mexicano. En ésta esta 1a tragedia posrevolucionaria. La vida de Pito Pérez es el simbolo de un pueblo que no ha cumplido su destino y que va a la deriva, sin ideales y sin ambiciones, oprimido por los patrones, perseguido por la policia, hasta que un dia queda muerto sobre un mont6n de basura, y sus cenizas son esparcidas por el viento" (En Ensayos sobre literatura latinoamericana (Berkely: University of California Press, 1953), pag. 83.) 10. Gilberto Gonzalez Contreras, Rubén Romero, el hombre Que supo ver (La Habana: Ver6nica, 1940), pég. 83. 11. E1 fracaso de Pito es total. Todos sus intentos de conseguir su objetivo terminan en frustracién, inclusive su noble deseo de convertirse en otro San Francisco de ’ A818 0 12. Fernando Alegria, Historia de la novela hispanoamericana (México: Ediciones de Andrea, 1966), pag. 155. 13. Ned Davison, The Composition of La vida infitil de Pito Pérez," Romance Notes, Vol. V (1964), pag. 134. 14. Gast6n Lafarga, La evoluci6n literaria de Rubén Romero (Méjico: Estudios Iberoamericanos, 1939), pég. 92. 15. £333., pég. 135. 16. Ibid., pégs. 128-129. 17. Castagnaro, 22, £12., pég. 301. 18. Lafarga, 22, 213,, pag. 150. 19. Ernest R. Moore, Novelistas de la Revoluci6n.Mexicana: J. Ruben J. Romero (La Habana: E1 Ciervo Herido, 1940), pégSo tio-A10 20. Bueno, 22. cit., pégs. 78-79. 21. Eoff, 22. cit., pég. 193. CAPITULO V HIJO DE LADRON La novela Hijo de ladr6n (1951) del chileno Manuel Rojas es de importancia trascendental para el desarrollo del género picaresco en Hispanoamérica. En ella e1 autor refleja 1a situaci6n existente en Iberoamérica durante la primera mitad del presente siglo. Durante esta época la regién experiment6 cambios radicales en 1as esferas econ6micas y sociales que transformaron los modos de vida y las relaciones sociales existentes durante e1 siglo XIX, creando un ambiente de caos material y espiritual.1 E1 hombre hispanoamericana, después de haber perdido e1 idealismo del siglo pasado, tiene plena conciencia de que vive en una época de crisis en la que todos los ideales y valores humanos parecen haber fracasado. Debido a la confusién e incertidumbre, se halla en un vacio espiritual despojado de normas y valores en que basar y dar sentido a su vida. Este es el sentimiento que refleja Rojas en su novela, cuyo motivo esencial es buscar una base espiritual . . . 2 que s1rva como expre316n de la Vida auténtica. Por esta 180 181 ’ o - 6 ~ - razon, la novela de Rogas muestra 1nteresantes 1nnovac1ones que modernizan e1 género déndole nuevos aspectos y funcién . 3 . . diferentes. E1 autor emplea 1a forma trad1c1ona1 del género,-a saber, e1 anti-héroe, la estructura episédica, y la sétira-pero 1e inyecta nuevos elementos que tienen e1 ’ o o o pr0p051to de reflejar los complejos procesos del mundo contemporaneo. En primer lugar, Rojas selecciona 1a forma picaresca para darnos una visi6n de un universo ca6tico y desordenado donde la vida esté vacia y carece de sentido. Percibimos este mundo a través de Aniceto Hevia, e1 antihéroe, que relata sus experiencias a1 entrar en contacto con la sociedad. E1 protagonista es un infeliz muchacho que cae victima de una inverosimil situaci6n social. Su vida representa un esfuerzo por superar e1 absurdo, por trascender 1a miseria de la condicién humana y alcanzar o o o o o O a una ex1sten01a arm0n1osa y unificada. Con un m1n1mo de acci6n, la obra enfoca el conflicto espiritual del hombre O O h contemporéneo, sus problemas existenc1ales. Como veremos mas adelante en la presentacién de estos temas e1 autor emplea 1as filtimas técnicas de la novelistica universal. Estas perspectivas hacen de Hijo de 1adr6n una versién moderna de la forma picaresca. El protagonista de Hijo de 1adr6n, un antihéroe, asume una dimensi6n importante en la evoluci6n del personaje 182 picaresco. E1 autor transciende la intencién de criticar a una sociedad en particular, como aparece en La vida infitil de Pito Pérez, para explorar la condicién del hombre en el mundo contemporéneo. Por esta raz6n, 1a caracterizacién de Aniceto Hevia no se adhiere estrictamente‘ a los canones de la tradicién picaresca. Ademés de ser e1 tipo de picaro Que observa y anota 10s males ambientales, conlleva 1a esencia patética del hombre moderno que tiene la desgracia de vivir en una época de crisis en la que todos los ideales y valores humanos parecen haber fracasado. Esta doble finalidad de la obra contribuye a darle a1 personaje nuevos elementos que le convierten en una variacién moderna del héroe picaresco tradicional. Como picaro tiene los atributos esenciales del antihéroe: los rasgos abyectos del medio humano en que se desenvuelve, 1a actitud de superioridad hacia el ambiente, la soledad, y la persistencia de su carécter. Pero 10s elementos de la tradici6n picaresca se emplean con finalidades distintas a 1as que tienen en 1as obras originales del género. En la novela aparece un ente picaresco que, aunque basado en los elementos esenciales de la tradici6n picaresca, difiere de sus antepasados en prop6sito. A1 nuevo picaro 1e falta esa actitud placentera hacia la vida tipica de sus antecesores. Hevia no esté apegado a la vida como es hoy. 183 A1 contrario, él siempre trata de escaparse de la realidad. Conoce bien esta realidad, y por lo tanto, no sufre 1a transformaci6n de simp16n a picaro. Sus aventuras iniciales no tienen 1a intencién de hacerle despertar a la vida, como en el caso de los picaros clasicos. Hevia es consciente desde su infancia de la naturaleza ca6tica del mundo. Este conocimiento 1e llena de pesadumbre y 1e impide disfrutar de la vida. Esta diferencia entre nuestro protagonista y los picaros clasicos influye en los otros rasgos picarescos del personaje: su soledad adquiere tintes trégicos; su habilidad acomodaticia no es vigorosa; el uso de su ingenio no 1e provee satisfaccién alguna; y~e1 concepto que tiene de si mismo y de otros seres se basa en una resignaci6n fatalista. Aunque e1 resultado difiere del picaro clasico, Rojas emplea muchos de los convencionalismos del género en la caracterizacién de su personaje, pero los usa para dar efectos diferentes, y para fines diversos o mas extensos. Hevia tiene 10s rasgos exteriores caracteristicos del truhén original. A los diecisiete ahos es un vagabundo que ha vivido un mundo de desventuras y penurias, siempre hambriento y desorientado. Tiene que ganarse la vida como Dios mande: sirviente, pe6n de campo, ayudante de carpintero y albanil, aprendiz de mecanico, y pintor. 184 . 6 . (Pag. 82) Pero e1 protagon1sta no ha llegado a estas condiciones siguiendo e1 proceso evolutivo del picaro clasico. El determinismo familiar comfin a este ha sido modificado en Hijo de 1adr6n. Al revés del protagonista picaresco tradicional, la mentalidad de Hevia no se forma bajo la influencia de pobres condiciones materiales y familiares. E1 personaje no se inicia en la vida en un ambiente de marcada privacién econ6mica y emocional. Esto se debe a que la madre de Aniceto fue siempre virtuosa. Su padre, a pesar de ser ladr6n, tiene una mentalidad que le hace superior a los ladrones corrientes. (Pég. 164) Aniceto siente nostalgia por el agradable ambiente familiar en Que se fragu6. Dice de 61: A pesar de todo, mi infancia no fue desagradable; no 10 fue y estuvo llena de acontecimientos apasionantes, aunque a veces un poco fuertes. La casa estaba siempre limpia, ya Que mi madre era una prodigiosa trabajadora, y no conoci e1 hambre y la suciedad sino cuando me encontré, sin 1as manos de mis padres, entregado a la mias propias, y a pesar de ser hijo de 1adr6n . . . vivi con mis hermanos una existencia aparentemente igual a la de los hijos de 1as familias honorables Que conoci en los colegios 0 en 1as vecindades de las casas que habitamos en esta 0 en aquella ciudad. (Pég. 197) La situaci6n econ6mica de la familia es siempre halagadora, debido a la manera habil con que el Gallego, e1 padre de Aniceto, desempena su profesi6n. Dice: Més de una vez y a juzgar por lo que le buscaba la policia, tuvo en sus manos grandes cantidades de dinero; era sobrio, tranquilo, econ6mico y muy serio en sus asuntos; de no haber sido ladr6n habria 185 podido ser elegido, entre muchos, como el tipo de trabajador con que suenan los burgueses y los marxistas de todo el mundo, aunque con diversas intenciones y por diversos motivos. (Pég. 19) E1 medio hogareno tampoco tiene las notas discordantes de las vidas de otros picaros. Por 10 tanto, 1a actitud expresada por el personaje a1 hablar de su familia no tiene e1 negativismo del truhén clésico. Aniceto describe con emocién e1 ambiente familiar placentero en cuyo seno pasa los dias mas felices de su vida. Después de haber apurado los primeros tragos amargos de la vida, se consuela con los gratos recuerdos familiares: Yo, por lo menos y en descargo, traia una infancia casi feliz, carino, hogar, padres, hermanos. Sentia que eso, a pesar de los policias y de los calabozos, era un sostén, una base. Cuando recordaba mi ninez y parte de mi adolescencia, mis recuerdos serian, por lo menos, tiernos. (Pég. 81) No hay en Hevia ni la anormalidad relacionada con el nacimiento del picaro ni 1as pobres condiciones en que se inicia en el mundo. Sin embargo, 1as condiciones particulares de la familia Hevia reflejan otro tipo de determinismo que se nota en los aspectos formales de la novela. Estas condiciones, ademés de contribuir a la iniciac'én del nino Aniceto en el mundo, conllevan los elementos simb61icos esenciales del caos del mundo y la crisis de identidad del protagonista. Esto se refleja inmediatamente en 1as paginas iniciales de la obra, cuando 186 Aniceto llega 3 Chile con la intencién de embarcarse hacia el norte. Como no tiene certificado de nacimiento (debido a la naturaleza inestable de su familia) para comprobar su cuidadania, 1as autoridades chilenas 1e niegan e1 permiso, sugiriéndole que escriba a sus padres o familiares en Argentina para que le consigan el documento. Esta sugerencia trae a la mente de Aniceto una serie de imégenes contradictorias relacionadas con su familia. Aniceto parece haber heredado e1 espiritu n6mada de su parentela Que se dedicaba a viajar constantemente por Argentina y otros paises porque 1e gustaba este modo de vida o porque refleja 1a desorientaci6n del momento. Los padres de Aniceto heredan esta actitud, hecho que explica e1 protagonista con ironia: Nuestros padres, en tanto sus hijos crecieron, llevaron vida sedentaria, si vida sedentaria puede llamarse la de personas Que durante la infancia y la adolescencia de un hijo cambian de residencia casi tantas veces como de zapatos. (Pég. 15) La profesién de ladr6n del padre obliga a la familia de Hevia a mudarse de ambiente a menudo para despistar a las autoridades. Aniceto dice que sus padres habrian preferido una vida normal pero 1as condiciones no se lo permitieron porque "1a estrategia econ6mica por un lado y 1as instituciones juridicas por otro, se opusieron a ello: mi padre tenia una profesi6n complicada y peligrosa. (Pégs. 15-16) Como resultado los Hevia estén viajando 187 constantemente de un lugar a otro, sin direccién determinada. La necesidad dc mantenerse an6nimo lleva a1 padre de Aniceto a seguir una vida de constante movimiento que indica 1a incertidumbre del momento: Iba hacia el norte, giraba hacia el este, tornaba a1 sur, sus pasos seguian el sol 0 entraban en la noche; de pronto desaparecia 0 de pronto regresaba. (Pég. 23) La familia tiene una vida de constante inestabilidad y acelerado movimiento. Esta inestabilidad, disimulada bajo una aparente capa de normalidad, sirve para otros fines. Rojas no recurre ni a1 origen dudoso del picaro ni a la pobreza material y espiritual de su familia, como acontece con Guzman y Pablos, para darnos la visi6n anarquica del ambiente en que se desenvuelve su protagonista. Sin embargo, 1a peculiar existencia de la familia de Aniceto, tan parecida a la de otros picaros en lo substancial, tiene significado simb6lico en la novela. Ademés de reflejar lo absurdo de la sociedad, demuestra e1 deseo inconsciente de manifestar 1a individualidad dentro de un mundo en estado de caos y proyecta 1a reaccién emocional del individuo ante realidad. La condici6n de 1adr6n profesional del padre de Aniceto, con sus dificultades con 1as autoridades, y sus o o o o I constantes v1ajes, interrumpidos por cortas estadias en algunos lugares, sirve para establecer e1 patr6n estructural 188 de la novela, a la vez que es uno de sus simbolos claves. Uno de los aspectos esenciales en este proceso es la incertidumbre relacionada con la identidad del Gallego. Este rasgo del progenitor de Aniceto, una variaci6n del origen incierto del picaro tipico, condiciona 1a actitud que adquiere e1 protagonista hacia su propia existencia. E1 Gallego aparece en la accién bajo una capa nebulosa de misterio, engano y perspicacia que oculta su verdadera profesi6n. Asume 1a identidad de negociante de tabaco, de jugador y otros oficios, con 10 cual logra enganar hasta a su propia mujer. Su identidad esté en duda, hecho que anota su esposa cuando en una ocasi6n viene la policia a buscarlo a la casa y ella, sin saber de quien se trata, pregunta, "éy quién es 0 Gallego?" (Pég. 16) Esta situaci6n representa 1a inhabilidad del hombre de conocerse a si mismo completamente debido a1 desconcierto del mundo moderno. Aniceto se queja a menudo del anonimato en que vive debido a la sociedad y a las necesidades metafisicas del hombre. Aunque quisiera cambiar no puede porque sus condiciones existenciales no se 10 permiten. E1 pensamiento de Hevia sobre este particular se nota en estas palabras suyas. Me parece de pronto que no caminamos por la acera de una calle cualquiera de Valparaiso, sino que por el centro de una corriente de agua. Quiza es el tiempo, el tiempo, que avanza a través de nosotros, 60 nosotros 189 pasamos a través del tiempo?, y se hunde en lo que un dia constituiré nuestra vida pasada, una vida que no hemos podido elegir ni construir segfin estos deseos o segun estos planos; no los tenemos. 8Qué deseos, qué planos? Nadie nos ha dado especiales deseos ni fijado determinados planos. Todos viven de lo que el tiempo trae. Dia vendré en que miraremos para atrés y veremos en que todo lo vivido es una masa sin orden ni armonia, sin profundidad y sin belleza; apenas si aqui 0 allé habré una sonrisa, una luz, algunas palabras, el nombre de alguien, quizé una cancioncilla. (Pég. 266) Los padres de Aniceto sugieren 1as dos alternativas que se 1e presentan al personaje para enfrentarse a1 mundo: la vida absurda del padre y la normalidad de la madre. Estos son los dos modelos que seguiré e1 personaje en su intento de dar sentido a su vida. Su reaccién emocional ante 1a realidad vivida 1e lleva a alternar entre las dos pautas fijadas por la herencia familiar. Las escapadas del Gallego se convierten en modelo Que sigue e1 protagonista después de la destrucci6n de su hogar. Pero los intentos de evasi6n de Aniceto son de indole emocional, mas que fisicos. Aunque e1 personaje no condena abiertamente e1 modo de vida absurda de su padre, por sus acciones y palabras, no 10 acepta como medio de resolver los problemas de su existencia. La ironia con Que habla de su vida familiar indica que, como hemos anotado antes, Aniceto rechaza 1a condici6n de 1adr6n de su padre y acepta un oficio, pintor de muros. Esta ocupaci6n, y su deseo de viajar constantemente, reflejan 1a actitud del protagonista 190 hacia la ca6tica realidad de su existencia. La identificaci6n con su padre esta vinculada a su deseo de evasi6n, pero ahora se trata de evasién fisica. A1 enterarse de Que su padre estaba preso en el mismo recinto donde 10 tenian a 61 detenido, Aniceto comenta: Durante aquellas horas lo imaginé marchando hacia el sur, no caminando ni viajando en tren, sino deslizéndose a ras del suelo, en el aire, rapido y seguramente--tal como 3 veces me deslizaba yo en suenos--inaprehensib1e e innencontrable, perdiéndose en la pampa. (Pégs. 26-27) No es fortuito que el primer viaje de Aniceto, inmediatamente después de la desintegraci6n de su hogar, es por la pampa y por la cordillera, en busca de los familiares de su madre en Chile. Como soluci6n a1 dilema que 1e presenta la vida, Aniceto rechaza la herencia paterna pero cae en una situaci6n tan absurda como la de sus progenitores: se une a dos seres estramb6ticos para aislarse del sufrimiento espiritual que le causa la incoherente realidad. Este proceso se inicia con su primera aventura, cuando Aniceto viaja a Chile para tratar de refugiarse de las penurias que le acarrean su condici6n de huérfano y abandonado. A1 contrario de su hermano Joao, que se va a1 Brasil, Aniceto sigue 1as huellas de la familia de su madre, oriunda de Chile. Se suponia que esta rama de su familia fuera mas estable. Cuando llega a este pais, después de sufrir muchas desventuras por haber 191 cruzado a pie la Pampa, e1 protagonista relata 1as condiciones de su llegada. Iba en un vag6n de ganado cuyo piso cubierto de bosta fresca, era como el piso de un sa16n de patinar, y yo, maleta en mano, aquella maldita maleta que no debia soltar si no Queria verla convertida en tortilla, y danzando entre~los bueyes, era 1a imagen perfecta del alma pequena y errante. (Pég. 12) Las condiciones de su llegada a Chile son indicio del fracaso del protagonista a1 tratar de alcanzar una existencia armoniosa y unificada, que lo identifique con la madre. La desintegraci6n de su hogar acentfia en Aniceto la necesidad emocional de identificarse con su mama. Este deseo de refugiarse en la "falda de su madre" aparece durante la ninez de Aniceto. Alli encuentra 1a paz y seguridad que desea, dice: "Mientras estuviera al lado de ella me era indiferente que hablara o enmudeciera; lo importante era que estuviese." (Pég. 24) Durante su vida, a pesar de que la Senora Hevia estaba muerta, Aniceto asocia e1 sabor de ciertos platos y olores con calor humano y la felicidad que disfruta de sus contactos con ella. En estos recuerdos Aniceto trata de encontrar 1a fuente de la felicidad donde pueda llevar una vida armoniosa. Es un modo de refugiarse de la vida ca6tica que nota a su alrededor. 192 En la descripcién del fondo familiar del protagonista hay otros aspectos simb61icos de importancia. La geneologia de Aniceto, con sus tendencias particulares, no se limita a un grupo homogéneo, vinculado a una ciudad o a un pais definitivo. Declara: "Mis parientes eran seres n6madas . . . n6madas urbanos, errantes de ciudad en ciudad y de repfiblica en repfiblica." (Pég. 15) La familia de Aniceto era internacional: su padre asumia diferentes nacionalidades pero en realidad era gallego; su madre era chilena, y crey6 haberse casado con un cubano hasta que accidentalmente se enter6 de la verdadera nacionalidad de su marido; sus hermanos nacieron en diferentes paises americanos. La familia vivi6 en muchos paises del continente americano. Ademés, los Hevia se relacionan siempre con personajes de muchos paises del mundo. Estos datos indican 1a intenci6n de Rojas de hacer de su personaje un representante del hombre contemporéneo. Las determinaciones ambientales modifican también e1 picarismo esencial de la personalidad del protagonista. Aniceto coincide con sus antepasados en su actitud de despego hacia el ambiente en que nace: asume una posicién de superioridad sobre el mundo de ladrones en que sobresale su padre. Desde muy joven acepta la realidad amarga de la vida, y se da cuenta de lo que la existencia 1e tiene deparado. Por lo tanto, no pasa por 1as experiencias 193 desagradables del picaro tradicional para aprender a adaptarse a1 mundo. Sus experiencias en este particular se limitan a1 encuentro de Aniceto con un ex—ladr6n: "S610 una persona me habia tratado mal: Isaias." (Pég. 81) Tampoco tiene 1a necesidad de usar su ingenio para vivir. Reconoce 1as limitaciones del hombre y las acepta con 0 0’ o o o a res1gna010n, Sln asumir 1a act1tud agre31va de sus ’ - antepasados genericos: Habia pasado malos ratos, es cierto, pero me parecié natural y 16gico pasarlos: eran quizé una contribucién que cada cierto tiempo era necesario pagar a alguien. (Pég. 20) Su estado de énimo no 1e permite luchar contra 1as vicisitudes de la vida. Esta reacci6n aparece retratada algunas veces con nota de lirismo que se nutre de simbolos tomados de la naturaleza. Cuando Aniceto sale de la cércel, 10 primero que hace es contemplar el mar. Parece que desea encontrar en el mar una respuesta a su destino y a la vacuidad de su vida. (Pégs. 229-230) La realizaci6n del dilema del personaje tiene lugar a los doce anos, cuando Aniceto es encarcelado por los delitos de su padre. Se da cuenta por o o 0’ O pr1mera vez de la s1tuac1on en Que se encuentra, y despues de llorar por largo rato, concluye: Estaba ya en una zona en que la infancia empezaba a transformarse y mi conciencia se daba un poco cuenta de ese cambio . . . En adelante nada me sorprenderia y todo lo comprenderia. (Pég. 27) 194 A1 salir de la carcel e1 personaje dice que habia pagado ya "la primera cuota." (Pég. 47) Esta fue su iniciaci6n a 1as penurias de la vida. La muerte de su madre, la encarcelaci6n de su padre, y la desaparici6n de sus hermanos deja a Aniceto en estado de abandono y desolacién: Asi sali a1 mundo, trayendo una madre muerta, un ’ ~ I O padre ladron-condenado a muchos anos de pres1d10-y tres hermanos desaparecidos, era, quiza, demasiado para mis anos pero otros ninos traerian algo peor. (Pag. 81) Como e1 picaro tradicional, Aniceto es un ente solitario. Pero su soledad adquiere dimensiones especiales debido a que es reflejo de ese proceso de secularizacién de la sociedad occidental que ha creado en 1as filtimas generaciones la experiencia profunda del vacio en el sentido de la vida humana. Este sentimiento se expresa por toda la obra, cobrando matices especiales en los episodios claves de la vida del protagonista. Uno de estos episodios es cuando muere 1a madre de Aniceto. Segfin Cortés Larrieu, 1a desolaci6n en que quedan 10s Hevias asume la dimensi6n de "caos fenoménico" porque el mundo habitual pierde todo o 8 I o o o sent1d0. Veamos como Aniceto relata este 1nc1dente clave de su vida. Vimos que Papa avanzaba hacia nosotros; tenia 10s ojos enrojecidos y sus labios estaban palidos y tremblorosos. Inclinamos la cabeza, asustados. Puso sus manos sobre nuestros hombros y 1as dej6 ahi durante un momento. Después dijo, articulando con dificultad 1as palabras: --Mamé ha muerto.--Se a1ej6 y entr6 a su dormitorio, cerrando 1a puerta tras si. Daniel y yo rompimos a 195 llorar . . . Ahi nos Quedamos durante una eternidad, inm6viles, sin mirarnos o mirandonos como a hurtadillas, no sabiamos qué era necesario hacer y no nos atreviamos a hacer nada; todo nos parecia superfluo o inadecuado. E1 desayuno se enfri6 en la mesa y el agua hirvi6 hasta agotarse, se apag6 e1 fuego y nadie prest6 atenci6n a los gritos de los vendedores, que todas 1as mananas, a hora fija, gritaban en la puerta su mercaderia. No se escuchaban ruidos en el dormitorio de nuestro padre y nadie se acerc6 a llamar a la casa. Eramos nuevos en el barrio y estébamos, ademas, recién llegados a Buenos Aires: ni vecinos, ni conocidos, ni amigos; soledad y silencio. (Pag. 69) Después de este incidente Aniceto cruza 1a inmensidad de la Pampa y la Cordillera para buscar comunién con los parientes de su madre. Cuando finalmente llega a Chile, después de grandes sufrimientos, encuentra Que los parientes de su madre han desaparecido. Esto deja un hondo sentimiento de abandono en el personaje que se repetiré a menudo. El dolor de la soledad y el abandono se hace ahora més complicado, y lo empuja a la vida irregular, tratando de encontrar en esta la respuesta a1 dilema de su situacién. Dice: No tenia en Chile hacia quién volver la cara; no era nada para nadie, nadie me esperaba 0 me conocia en alguna parte y debia aceptar lo que me cayera en suerte. Mi margen era estrecho. (Pég. 222) La soledad de Aniceto procede de aspectos diferentes a los del picaro tradicional. Por lo tanto, su sentimiento de desamparo es mas profundo. No tiene la simpleza del picaro tradicional, sino que posee la mentalidad compleja, y las preocupaciones metafisicas del hombre moderno. Hevia 196 tiene muchos complejos; 1e asusta 1a soledad (pag. 138); tiene 1a necesidad de ser gregario dentro de su nomadismo; siente rebeldia contra 1as barreras que tiene el hombre; (pag. 88) quiere disfrutar de libertad (pag. 87); y no teme a la muerte sino a la posibilidad del sufrimiento de la incapacidad fisica. (Pag. 88) Esta filtima preocupacién causa gran ansiedad en el personaje, lo que se nota en la sensacién de incertidumbre que a menudo muestra Aniceto como reacci6n hacia lo desconocido, algo que no se define y que se relaciona con su sentimiento de aislamiento y soledad. Este es uno de los lietmotifs de la obra. Veamos como se expresa: Mi margen era estrecho. No tenia destino conocido alguno; ignoraba qué llegaria a ser y si llegaria a ser algo; ignoraba todo. Tenia alguna inclinacién, pero no tenia direccién ni nada ni nadie que pudiera guiarme o ayudarme. Vivia porque estaba vivo y hacia 10 posible-mis 6rgan0s me empujaban a ello-por mantenerme en este estado, no por temor a la muerte sino por temor a1 sufrimiento. Y veia Que a toda la gente 1e sucedia lo mismo. (Pag. 222) A pesar de sus complejos, Aniceto trata de acercarse a la humanidad en busca de calor. Pero fracasa casi siempre. Hevia tuvo una amistad bastante estable pero 1a perdi6 cuando no pudo embarcarse con su amigo. A1 alejarse e1 barco que lleva a su amigo, e1 protagonista siente profundamente la pérdida de su companero. Se queja: "parecia no existir para nadie." (Pég. 47) Las barreras que le impone 1a sociedad son 1as causantes de su aislamiento. Su soledad no es de su selecci6n sino impuesta. 197 Por esta razén, 10s finicos vinculos amistosos de Hevia se limitan a otros vagabundos que tienen el mismo problema, y con los cuales se identifica a menudo. Cuando ve a El Fil6sofo en la caleta del Membrillo, se nota entre ellos un reconocimiento mutuo de hermandad que se refleja con la mirada. Relata Aniceto e1 acontecimiento: I Este me mir6 como una persona debe mirar a otra, reconociéndola y apreciéndola como tal desde e1 0 o o o c ’ pr1nc1p1o; una m1rada tambien llena de luz, pero de una luz Que venia desde mas allé del simple ojo. (Fig. 224) En 1as relaciones de estos vagabundos hay indicios de amor y comprensi6n, aspectos Que emanan de la similitud de sus vidas. Para todo el mundo, estos vagabundos son personas marginales que no pertenecen a una sociedad en particular. Son picaros internacionales, unidos por una causa comfin. Por eso, cuando Aniceto quiere relacionarse con otras personas fuera de su grupo, fracasa. E1 simbolo del muro aparece repetidas veces en la novela para indicar 1a inhabilidad del personaje para penetrar ese otro mundo que no esta al alcance de estos seres. La vida misma del protagonista es la expresién de la soledad espantosa de un universo que obliga a1 individuo a aislarse para protegerse de la crueldad y la indiferencia que lo rodea. Es la soledad de la existencia humana. Este sentimiento, iniciado en el seno familiar, aparece en la falta de comunicacién y comprensién mutua que experimenta 198 Aniceto en sus contactos humanos. Pero su soledad trasciende estos limites para convertirse en la desolaci6n del hombre frente a fen6menos c6smicos que contribuyen a la acentuacién de este sentimiento en el universo. Veamos 1a sensaci6n ’ o o que produce una nevada en el espiritu del protagon1sta. Era la primera vez que me veia rodeado de nieve, aunque, en verdad, no era 1a nieve lo que me impresionaba, sino 1a sensaci6n de soledad que me produjo, n0 soledad de la nieve, de las rocas, del ’ ~ 0 ’ o r10 0 de las montanas, s1n0 soledad de mi mismo entre la nieve, 1as rocas, e1 rio y 1as montanas; aislamiento, reduccién de mi personalidad hasta un minimun impresionante; me parecia que los lazos que hasta ese momento me unian a1 paisaje 0 al lugar en que me encontraba y me habia encontrado antes, en todas partes, lazos de color, de movimiento, de fricci6n, de espacio, de tiempo, desaparecian dejéndome abandonado en medio de una blancura sin limites y sin referencias, en la Que todo se alejaba 0 se aislaba a su vez. (Pég. 191) E1 picaro de Rojas difiere del tradicional en otros 0 o ’ aspectos. En la p1caresca clés1ca, e1 heroe, aunque no es parte integrante de la sociedad, aprende de lo que observa en el ambiente. Es més, los episodios en que participa e1 personaje 1e sirven para captar la realidad del mundo. Estas experiencias 1e dan una visién diferente de la vida y hay una transformacién en su personalidad: de céndido se convierte en un vivo. Aniceto no tiene la ingenuidad del picaro tradicional, y por lo tanto, no pasa por la etapa de aprendizaje comfin a otros picaros. Desde nino conoce 1a naturaleza humana, y tiene una noci6n bastante clara de la 199 abyecci6n y desilusi6n del mundo. Poco antes de contar uno de los acontecimientos claves de la obra, cuando Aniceto es encarcelado la primera vez, e1 personaje expone la situaci6n de la siguiente manera: Los cuatro hermanos estébamos ya crecidos y debiamos empezar a aportar nuestras cuotas, y como no podiamos dar lo que otros dan, trabajo o dinero, dimos lo finico que en ese tiempo, y como hijos de ladr6n, teniamos: libertad y lagrimas. (Pag. 20) Esta situacién deja huellas en la actitud del personaje hacia la vida. La actitud de Hevia hacia la vida es diametralmente opuesta a la del picaro clasico. Las preocupaciones metafisicas de Aniceto no le permiten e1 deleite y jovialidad que obtiene el picaro tradicional de 1as travesuras que hace como reacci6n a 1as condiciones desagradables de su ambiente. Cuando la vida se le vuelve intolerable, Aniceto opta por escapar de ella para evitar e1 sufrimiento. A menudo, cuando tiene alguna crisis, desea poder refugiarse en la falda materna. (Pég. 24) Las experiencias de su ninez, relatadas por el personaje con ironia, confirman en parte sus verdaderos sentimientos. Estas experiencias no tienen 1a crueldad fisica de las Que acontecen a1 picaro clésico. Pero e1 efecto de sus contactos con la realidad es diferente en Aniceto. Relata los incidentes con humor, pero hay también amargura que emana de lo més profundo de su alma. Esta dimensién del personaje 200 se manifiesta en la reacci6n de Aniceto el dia que vio a su padre en la cércel. Dice: "Durante un rato senti un terrible espasmo en la garganta." (Pag. 29) Hevia no tiene e1 humor del picaro clasico. Su visi6n del mundo opaca esos aspectos de la vida que el picaro tradicional ve con desenfado. Para protegerse de los ataques del mundo, e1 personaje recurre a1 humor negro que aparece en la sétira. Esto se debe a que la clave de su personalidad se encuentra en el sentimiento del absurdo. Reconoce que ha nacido en un mundo i16gic0, ca6tico en el que se debate. Este mundo 1e ha causado desgracias personales y sufrimientos espirituales, los cuales se le hacen insoportables, llevéndole a la desesperaci6n en ocasiones. Recordemos 1as palabras de Aniceto resultantes de la mella que hace 1a encarcelacién en su espiritu: "Mi desesperaci6n aument6; no me quedaria alli; de quedarme, sufriria una fatiga 0 un ataque nervioso; no tenia miedo, pero si angustia." (Pag. 138) Aniceto ansia escapar de la realidad ca6tica de su existencia a un estado libre de 1as limitaciones existenciales, donde pueda alcanzar una vida plena y armoniosa. Pero 1e es dificil en el ambiente en Que se debate, y tiene que conformarse con su realidad dolorosa, en la cual, finalmente, encuentra posibilidades para resolver 1as contradicciones de la vida. Parece haber 201 arribado a este estado en su amistad con cl Filésofo y Cristian, dos seres absurdos que también andan en la misma busqueda, y cuya "feliz creacién y bien delineada caracterizacién forma un elemento vital de la novela," ya Que representan "actitudes y estados de animo que pueda poseer y adquirir e1 propio Aniceto."9 Prevalece en la novela un profundo sentimiento de amargura y desesperanza que persiste en toda la accidentada juventud de Hevia. Su vida es un testimonio del absurdo ya Que, como el personaje existencialista, da 1a impresi6n de habitar un mundo desordenado y céotico, donde la vida es vacia y sin sentido. E1 personaje es representativo de esta condici6n y su desesperaci6n y amargura expresan su propia responsabilidad ante la desgracia colectiva. (Pag. 2m.) Esta recia amargura se destila también de las multiples experiencias contadas por los muchos personajes que desfilan por la obra. Uno de éstos, Cristian, maltratado atrozmente por la vida, se convierte en un hombre amargado, que més parece un ente subhumano. Los sentimientos de desesperaci6n, desolaci6n y abandono que experimenta la familia de Aniceto a1 morir la madre y ser encarcelado e1 padre denotan c1aramente 1a tonalidad que prevalece por toda la obra. Aniceto describe estos sentimientos: 202 For la casa pasé una racha de terror y hubo un instante en que los cuatro hermanos estuvimos a punto de huir de la casa, de aquella casa que ya no nos servia de nada: no habia alli madre, no habia padre, s6lo muebles e incertidumbre, piezas vacias y silencio. (Pags. 73—74) La cosmovisién de Hijo de ladr6n se basa en el sentimiento del absurdo. Ve la vida como un juego de azar en que el hombre esta obligado a participar para forzosamente perder. Rojas usa 1a imagen de la herida del hombre para explicar esta condicién del hombre moderno: Si eliges e1 segundo camino, continuaras existiendo, nadie sabe por cuanto tiempo: renunciaras a los movimientos marciales alrededor de tu herida, cuidando que no sangre, que no se abra, que no se descomponga, y esto, amigo mio, significaré que tienes un enorme deseo de vivir y que, impedido de hacerlo como deseas, aceptas hacerlo como puedas, sin que e110 deba llamarse, 6yelo bien, cobardia, asi como si elegiste el primer camino nada podra suponer que fuiste un héroe: resistir es tan cobarde 0 tan heroico como renunciar. (Pég. 90) Las experiencias del protagonista pudieron haberle dado una actitud bastante pesimista. Pero 1a visi6n de la condici6n humana que se refleja en la obra no tiene ese negativismo total que hemos visto en otras obras del ’ o o o ’ genero. La naturaleza mlsma de su cosmov1s1on excluye esta posibilidad: no tiene ni 1a ferocidad, ni 1a indignacién, ni 1a amargura desconcertante de otros ejemplos del género. Ademés, no se excluye de la narrativa e1 calor humano, uno de los motivos més importantes de la obra. Més importante afin, el hombre toma conciencia del absurdo y trata de superarlo, como puede verse en la 203 salvaci6n final de Cristian sin que haya mensaje en el episodio. De acuerdo con Alegria, Rojas describe en esta concepci6n existencialista la unidad esencial del género 10 humano. La diferencia entre e1 humor de Aniceto y el de los picaros clésicos tiene origen en la realidad del mundo en que viven ambos. El mundo del picaro clésico se caracteriza por su corrupci6n y crueldad, motivadas éstas por el egoismo y el deseo de adquirir bienes materiales. En el caso de Aniceto, 1a corrupci6n y la crueldad son inherentes a la sociedad misma, y el hombre queda atrapado en sus redes, inutilizado. Cristién, un ser casi animalizado, es una de las muchas victimas del "sistema," como 10 indican estas palabras del protagonista: El hombre parece no tener ya carécter humano; es un ente que posee o no un certificado y eso porque algunos individuos, aprovechéndo 1a bondad 0 1a indiferencia de la mayoria, se han apoderado de la aguas y exigen certificados para usar de todo aquello. (Pégs. 97-98) Aniceto difiere considerablemente de sus parientes espanoles en el rasgo esencial del héroe picaresco-su picardia. Aniceto no usa su ingenio para conseguir lo que desea en la vida porque persigue una finalidad mucho mas compleja que la de los picaros tradicionales. Lazarillo roba y engana para aplacar e1 hambre; Pablos es habil para conseguir fortuna y una posici6n social halagadora. Aniceto 204 $610 ansia afirmar su individualidad y poder vivir libremente sin interferencia alguna. Este objetivo es dificil de alcanzar porque, segun Aniceto, hay cientos de individuos, policias, conductores de trenes, c6nsules, capitanes 0 gobernadores de puerto, patrones, sobrecargos y otros tantos e iguales espantosos seres estén alli, estén allé, estén en todas partes, impidiendo a1 ser humano moverse hacia donde quiere y como quiere. (Pag. 10) Tampoco emplea Hevia la violencia, e1 robo 0 las tretas para conseguir su finalidad. 8610 en una ocasi6n, empujado por el vendaval del motin que presenci6 en Valparaiso, e1 personaje reacciona violentamente, y se rebela contra 1as barreras que 1e impone el mundo. (Pag. 98) Pero se arrepiente en seguida. (Pag. 122) Hijo de 1adr6n contiene muchos elementos autobiogréficos auténticos. Como apunt6 Rojas en una obra suya que citamos arriba, 1a mitad de la novela se compone de experiencias propias que vivi6 y sinti6 durante su infancia, juventud y vida errante. Otros episodios se basan en relatos y anécdotas que oy6 de truhanes con quienes se encontr6 durante su vida andariega. E1 protagonista esta basado en una familia que el autor 0’ o 12 ’ I o . conoc1o en Buenos Aires. Ademas, e1 autor se 1dent1f1ca con el personaje central de su obra, proceso que describe de esta manera: "De ahi en adelante Manuel Rojas vive también una real 0 imaginaria vida. Los movimientos son 205 ya mios y la personalidad es la de 61, aunque hasta cierto 13 punto: esté repartida." Algunos capitulos, como 10s del motin de Valparaiso y lo que 1e sucedié a Aniceto en aquél, . O 14 O . 1e acontec1eron a Rogas. En la v1da de An1ceto vemos c6m0 se refleja 1a dimensi6n animica del autor. Esta tendencia procede del credo literario del autor que ve 1a narraci6n "como un proceso de individualizaci6n," que le da 3 1a obra literaria "e1 sello de la intima personalidad, 0’ o o una reacc1on Que representa, de manera objetiva, 10 15 subjetivo del creador," un plano ausente de la picaresca clésica. De lo dicho se deduce que Aniceto Hevia es un antihéroe de rasgos especiales que lo transforman en una variaci6n moderna del picaro clasico. En 61 se manifiestan 1as caracteristicas bésicas de sus antepasados: e1 ambiente familiar, 1a actitud de despego hacia 1as circunstancias sociales, e1 carécter invariable y el picarismo bésico del antihéroe. Sin embargo, estos elementos conllevan fines diferentes de los que tuvieron en la novela picaresca clésica. Debido a las circunstancias absurdas de su realidad, Aniceto percibe e1 caos c6smico en que se debate desde nino y no tiene que aprender de sus experiencias. Esto 1e anula también e1 carécter alegre y el amor a la 0 I I o v1da que vemos en el p1caro c1as1co. 206 Ademés de 1as diferencias entre Hevia y sus parientes espanoles, la estructura de Hijo de 1adr6n posee notas especiales que 1e dan una nueva dimensi6n a1 antiguo género picaresco. En sus aspectos esenciales, 1a estructura de la novela picaresca sigue los mismos modelos: es epis6dica y la trama se extiende a través de una serie de aventuras independientes. En la picaresca clasica, los episodios no se prolongan a través de la obra. La unidad se obtiene por la constante presencia del protagonista, por el tono de la narracién, por la participaci6n de un nfimero limitado de personajes secundarios que toman parte ocasionalmente en diferentes episodios, y por algunos temas, Que aparecen como elementos secundarios a la acci6n. La finalidad esencial de los episodios es exponer ciertos males sociales para criticarlos. Hijo de 1adr6n tiene 1a estructura episédica tradicional, y emplea 10s procedimientos comunes a la picaresca para darle unidad a la narraci6n. Aniceto participa en los episodios 0 nos relata 1as aventuras de otros personajes. E1 tono de las experiencias contadas es, por 10 general, ir6nico-satirico y tiene tintes amargos. Muchos personajes secundarios juegan un papel importante en la obra, y aparecen en gran parte de la novela. Ademas, Rojas usa temas, patrones y simbolos con gran frecuencia en la composici6n de la fabula. Estas técnicas literarias 207 modernas tienen funci6n estructural y sirven para darle significado especial a la vida del protagonista e intensidad a la acci6n. La narraci6n de la vida de Aniceto Hevia se realiza de un modo desconocido hasta entonces al género picaresco. E1 autor no nos cuenta la vida del protagonista con la precisi6n cronol6gica y los detalles 16gicos que observamos en El Lazarillo de Tormes 0 en El Guzmén. Aparentemente sigue la técnica narrativa de la picaresca. Conocemos la vida de Aniceto Hevia desde Que adquiere conciencia del mundo hasta los diecisiete ahos. Vemos su pobreza, su orfandad, su sufrimiento, su viaje a Chile, su hambre de todo, su participacién en un motin, su encarcelamiento injusto, sus muchos trabajos, y finalmente, sus amistades. La novela tiene la multiplicidad de episodios que caracterizan la vida de los primeros picaros. Pero la mayoria de ellos transcurren en las interioridades del protagonista porque 10 esencial son los sentimientos, un estudio ont016gico. Por consiguiente, e1 relato de los episodios sigue un patr6n narrativo que tiene la anarquia del mundo reflejado en la novela. A primera vista nos da la impresi6n de que se trata de una serie de aventuras que forman una masa amorfa. A este efecto contribuye el uso de procedimientos narrativos que pertenecen a la nueva tradici6n literaria: 208 el narrador subjetivo, multiplicidad de planos narrativos, 1a ruptura del orden temporal y espacial, los contrapuntos entre los procesos de la conciencia y de la materia y la visién ca6tica de la realidad. En la novela del chileno 1as peripecias y pensamientos no son entregados a1 lector por un narrador omnisciente.16 E1 protagonista nos refiere 10s acontecimientos claves de su vida, pero en muchas ocasiones sin indicarlo claramente recurre a otros narradores para darnos e1 ambiente de picardia y desorden del mundo novelado. (Pégs. 34, 53, 67, 89) For ejemplo, 1a vagabunda existencia del companero de viaje de Aniceto cuando va a Chile, la pone en sus propias palabras. (Pag. 140) En otra ocasi6n, Aniceto conoce a la vecina de sus companeros, y cree atraerla fisicamente. En medio de sus pensamientos sensuales sobre la mujer, recuerda unos comentarios del Filésofo e interrumpe sus pensamientos para relatarnos en un parentesis largo, en segunda persona, 1as amonestaciones de su amigo, a 1as Que responde con sus propias ideas. (Pégs. 253-254) Esta manera de contar 1a anécdota-cambiando de una persona a otra sin preparaci6n alguna y usando e1 pasado y presente-tiene valor especial. La técnica representa 1as dos alternativas de representar 1a realidad-objetiva y subjetivamente. Ademés, cuando 209 Aniceto se hab1a a si mismo, se hace parte de la sociedad que quiere criticar, y se expone a su sétira. Los planos temporales del relato carecen de secuencia narrativa porque e1 narrador 1e da rienda suelta a1 flujo de sus evocaciones. For 10 tanto, 1a acci6n se adelanta o retrasa por medio de la técnica de la narraci6n retrospectiva. La acci6n esta arbitrariamente bifurcada en dos tiempos: e1 presente y el pasado. E1 personaje empieza e1 relato de su vida en tiempo presente, cuando sale de la prisi6n, después de haber estado encarcelado injustamente. La narracién retrocede a1 pasado tres dias mas tarde, cuando e1 personaje se encuentra en intima amistad con dos vagabundos, a quienes conocié en la caleta del Membrillo. Entre estos dos acontecimientos e1 autor urde 1a acci6n, baséndose en un complicada diseho que abarca un gran numero de episodios procedentes de la memoria del protagonista y del relato de otros personajes con los cuales ha estado en contacto durante su vida. La accién no sigue un patr6n 16gico sino que se detiene, se interrumpe y hasta se pierde en los recuerdos de un pasado lejano. A primera vista, creemos Que se trata de una larga serie de pensamientos y evocaciones sin cohesi6n temporal 17 o temética. 210 Otra técnica usada por el autor es el empleo simulténeo de diferentes planos narrativos. En el capitulo cuarto (pégs. 97-114) aparecen tres nivelas narrativos, sin indicacién alguna de que se trata de tres episodios distintos. E1 personaje narra lo que 1e pas6 a1 tratar de conseguir unos certificados para embarcarse. Este relato se mezcla con los acontecimientos del motin de Valparaiso y una conversaci6n con el amigo intimo que perdié a1 no poder embarcarse con 61. El autor usa esta técnica para acelerar 1a acci6n, hecho que refleja e1 estado emocional del protagonista. Citemos: Me di vuelta, con la sensacién de que me debatia por salir de un pantano formado por certificados y por barcos que navegaban hacia el cero de la rosa; te escribiré desde Panama 0 desde el Yuk6n; otro farol, un foco esta vez, blanco y redondo, estall6 y desaparecié. (Pag. 98) La manera misma de contar la historia en primera persona difiere de la tradici6n. For 10 general, e1 picaro clésico nos relata su vida detalladamente y hasta llega a penetrar los motivos y pensamientos de otros miembros de su mundo ficticio, ademas de interpretar claramente 10s eventos y experiencias que componen la acci6n. En otras palabras es un narrador omnisciente que, por 10 general, nos da una visi6n coherente y comprensiva del universo. E1 punto de vista narrativo de Hijo de 1adr6n es todo lo contrario: individual y subjetivo. Desde 10s 211 primeros renglones de la novela vemos que el narrador protagonista no tiene la agudeza mental del picaro tradicional para penetrar intelectualmente e1 pequeno universo de la obra. Mientras que el picaro clasico se siente seguro de su habilidad para comprender y describir lo que ve,Aniceto alude frecuentemente a su impotencia e inhabilidad. Esta impresi6n aparece en el pérrafo inicial de la novela, cuando e1 autor nos dice que hay una confusi6n en los hechos de su vida que quiere relatarnos: Es una historia larga y, lo que es peor, confusa. La culpa es mia . . . mi memoria salta de un hecho a otro y toma a veces los que aparecen primero, volviendo sobre sus pasos s610 cuando los otros, mas perezosos o mas densos, empiezan a surgir a su vez desde el fondo de la vida pasada. Creo que primero 0 despues, estuve preso. Nada importante, por supuesto: asalto a una joyeria, a una joyeria cuya existencia y situacién ignoraba e ignoro afin. (Pég. 9) En otras ocasiones hay referencias a la falta de interés que Aniceto muestra por incidentes importantes y su inhabilidad de captar e1 significado de éstos. Por ejemplo, durante e1 episodio del motin de Valparaiso Aniceto se 0 ". ’ I . pregunta, aque tengo que hacer aqui y que puede importarme lo Que ocurra? . . . Mis asuntos no tienen relacién alguna con los de esos hombres y con los de esta ciudad." (Pég. 100) También se siente confuso o imposibilitado de pensar y entender algunos acontecimientos. Esta vaguedad mental del personaje se debe a la forma incoherente del mundo en 212 que vive, un mundo donde e1 anélisis racional no existe. Este proceso sugiere la manera de reaccionar del personaje ante el mundo absurdo en que se desenvuelve. Pero a pesar de la aparente confusién del relato, hay una unidad sutil y original basada en el uso de recursos literarios. De acuerdo con Algria, 1a obra gira en un transcurrir calmado y denso, en torno a una imagen que se repite constantemente, como en los suenos, siempre acompanado del mismo impacto emocional: es la imagen de un adolescente, e1 edificio de una cércel o, acaso, de un calabozo tan $610, unas calles y unos cerros portenos, un muelle y un mar, algunos botes, ciertos pescadores y numerosos vagabundos y hambre; hambre de todo, de partir, de comunicarse, de ternura, de crecer en todas direcciones, de recon uistar el mundo de la infancia, hambre de vivir.1 Veamos c6m0 consigue esto e1 autor. Ya hemos mencionado 1a tendencia hereditaria del protagonista a buscar la finalidad de la vida siguiendo e1 diseno de fuga y refugio. Esto representa 1a protesta que desata 1a novela contra el mundo reflejado en la obra: 1a evasién es la finica manera de librarse de las condiciones intolerables del mundo. Aniceto siente la necesidad de buscar refugio de la vida, y también, de 1as condiciones absurdas creadas por la humanidad. Esto contribuye a 1a . . . o I 1nnova016n que aparece en la estructura de H119 de ladron. Cuando pasa por los episodios més amargos de su vida, cuando la vida se le hace intolerable, Aniceto trata de 213 evitar e1 sufrimiento volviendo a los recuerdos placenteros del pasado. Este retorno queda simbolizado en objetos. Uno de éstos es un pedazo de pescado que el personaje come mientras presencia e1 motin de Valparaiso. La crueldad del motin se hace intolerable, pero Aniceto sigue comiendo e1 pescado que estaba en estado de descomposicién, y no tenia semejanza alguna con el perfumado y tierno batido de pan rallado y huevo con que las manos de mi madre envolvian, en un tiempo que ya me parecia muy lejano, otras presas de pescado 0 de carne. (Pég. 121) La reacci6n de Aniceto ante e1 espectéculo presenciado es inmediata, y cambia de parecer en cuanto a su participacién en el conflicto. Unos momentos antes habia dicho que lo que estaba pasando no 1e importaba a 61. Pero de repente se pone furioso y dice: Ignoro que me 11ev6, a filtima hora, a meterme en aquella pelea de perros, pues no otra cosa parecia, pero fui sintiendo, de poco a poco, un desasosiego muy grande y una ira mas grande afin contra la brutalidad que se cometia. (Pag. 122) Aniceto se identifica con el pueblo. Mecénicamente, sin pensar en lo que hacia, toma una piedra y se la tira a un policia. Cae preso, y aunque tiene oportunidades para escapar, no 10 hace. E1 recuerdo de su familia 1e retorna a la realidad: A 10 lejos se oian e1 griterio de los hombres y el correr de los caballos. Por segunda vez en mi vida iba a entrar detenido a una comisaria, ahora sin 214 padre y sin que a mi lado y dctrés estuviera clla, mi padre, mi casa, mis hermanos. (Pag. 123) La cfircc], con todos sus inconvenientcs, como el calor, e1 frio, 1a oscuridad, los olores desagradables, los insectos y la mucha gente, parece darle a Aniceto cierto grado de identificacién con la humanidad. Lo primero que nota a1 entrar a1 calabozo es un hombre borracho que habia hecho todas 1as necesidades fisiolégicas en donde estaba y el "excremento del borracho hedia como diez mil excusados juntos y algo mas." (Pég. 125) Esto 1e causa una sensaci6n muy extrana que 1e parecia que tenia culpa de e110, no sé en Qué, . . . se me figuraba que también estaba como 61, con las piernas y el trasero a1 aire, que su trasero y sus muslos eran los mios y los de todos los hombres. (Pag. 126) Este deseo de identificaci6n se repite en otras ocasiones, pero no dura mucho: no puede deshacerse de la realidad exterior. Las condiciones de vida y sobretodo, 1a soledad del calabozo ("una soledad sumergida en mierda") (pég. 125), 1e amargan la existencia, y finalmente lo llevan a la enfermedad espiritual y fisica. Tiene que salir de alli, aunque no esta muy seguro de lo que le espera afuera. (Pég- 85) Estas complejidades estructurales demandan un tema central mejor definido para darle mayor unidad a la acci6n. Aunque Hijo de 1adr6n tiene e1 diseno epis6dic0 de la 215 tradici6n picaresca, los episodios no son una entidad aparte. Hay en ellos una gradaci6n Que va encaminando 1a acci6n hacia un climas. La novela, autobiografia testimonial de la condicién espiritual del hombre contemporaneo,19 abarca el tema del deseo de superar la misera condicién humana por medio de una existencia escogida por el hombre mismo: una realidad superior donde las contradicciones de la vida se resuelven en la fraternidad humana. Aniceto aprende que el hombre es victima de condiciones insoportables creadas por sistemas sociales impersonales que han perdido 1a razén de su existencia. Debido a esto, siente la necesidad imperiosa de descubrir su propio destino para librarse de las limitaciones que 1e impone este mundo. E1 destino de sus padres--1a pasividad de la madre y la destacada vida ladronesca del padre--no es satisfactorio para enfrentarse a1 mundo aspero que le rodea. For 10 tanto tendré que aprender, como el picaro clésico, de otros seres. Cada aventura del protagonista lo acerca més a su meta, poder "elegir mi destino, no aceptar el que me dieran." (Pég. 99) Esta bfisqueda es la que contribuye a la naturaleza epis6dica de la novela. Los contactos de Aniceto con otros entes tan estramb6ticos como él son en realidad un atento de su parte de encontrar en sus modus vivendi e1 estilo de vida que mas se presta a su peculiar idiosincrasia. Las aventuras de Hevia, segfin el mismo 1as relata, son en 216 realidad descripciones de sus contactos con muchas personas en las cuales trata de encontrar 1a identificaci6n que busca. Esta actitud de Aniceto hace que muchos personajes quieran darle lecciones sobre la realidad de la vida sin recibir e1 mal trato del picaro tipico. Hevia mismo nos dice Que S610 una persona 10 habia tratado mal (pég. 81), mientras que otros lo tomaron bajo su protecci6n para "abrirle los ojos." En los primeros episodios de la novela, cuando Hevia va en camino a Chile, establece amistad con un joven que parece haber encontrado su destino en una vida de vagabundeo y libre de preocupaciones. Aniceto siente 1a necesidad de identificarse con este muchacho y desea viajar con 61 hacia regiones lejanas. Quiere embarcarse en su compania pero 1as absurdas limitaciones de 1as autoridades chilenas se lo impiden. Al recobrar su libertad, cuando sale de la cércel, la imagen de este companero es lo primero que recuerda. (Pég. 10) Su bfisqueda también lo lleva a conocer a otros vagabundos de muchas naciones europeas y americanas que, segfin él, "cada uno tenia trazado su posible destino y sabia por qué estaba alli y no en otra parte, que esperaba, que deseaba hacer." (Pég. 61) Sin embargo Aniceto se niega a aceptar e1 destino de esta gente. Aunque 1a novela concluye cuando Aniceto se une a dos de ellos, e1 Fi16sofo y Cristian, no esta del todo satisfecho de esta unién. 217 Después de analizar 1as vidas del Fil6sofo y Cristién, Aniceto concluye que aunque les admira no quiere ser como sus amigos porque advertia en mi algo que no habia en ellos, un impetu o una inquietud que no tenia direcci6n ni destino, pero que me impediria aceptar para siempre 5610 lo que la casualidad quisiera darme. (Pag. 292) Esta unién, aunque imperfecta, representa la respuesta del protagonista al problema de su existencia. Su identificaci6n con los dos hombres, mucho mayores que él, manifiesta su reaccién ante 1a desgracia colectiva Que lo impulsa a buscar la unidad del género humano en una 0’ o o o 20 o o concepc1on ex1stenc1a11sta. Cuando finalmente dec1de unirse a1 Fil6sofo y Cristian, e1 personaje espera a sus companeros en un lugar rodeado de charcos de orines y de montones de bosta de caballo. Dice: No me importaban 1as bostas ni los orines; tenia 1a sensacién de que, en una u otra forma, siquiera acompanéndolos ayudaba a Alfonso en su pelea, y eso me agradaba. (Pag. 301) For esta raz6n, e1 personaje de Rojas no es meramente un representante del hombre sino un ente de carécter universal que le hace frente a los problemas de convivencia en la sociedad compleja de hoy y trata de hallar soluciones a esas circunstancias. De aqui parte 1a rebeldia que el protagonista demuestra contra 1a multiplicidad de la vida moderna, con la presién ejercida por las cosas, la gente y los eventos, 218 aspectos responsables de 1as condiciones extremadamente intolerables que a cada paso oprimen a1 hombre, d5nd01e un sentimiento de inseguridad. Por ejemplo, los absurdos o o ’ 0 o o o o proced1m1entos burocraticos, ef1c1entes mecanismos Sin sentido, contribuyen a acrecentar esta sensaci6n. Este es uno de los primeros motivos de la obra, cuando Aniceto no puede trabajar porque no tiene un certificado de nacimiento. Se queja de 1as limitaciones que le han impuesto al hombre algunos individuos que se han apoderado de todo para quitarle su carécter humano. Exigen certificados para todo: éTiene usted un certificado para pasar para allé? atiene usted uno para pasar para acé? atiene un certificado para respirar, uno para caminar, uno para procrear, uno para comer, uno para mirar? Oh, no senor: usted no tiene certificado: atrés, entiérrese por ahi y no camine, no respire, no procree, no mire. E1 que sigue: tampoco tiene. Estan en todas partes y en donde menos se espera. (Pag. 98) Pero 1a queja de Aniceto no se limita exclusivamente a1 anonimato de la existencia en una sociedad impersonal. Su mayor preocupaci6n se circunscribe a 1as barreras que estas complejidades ponen a su necesidad de forjarse su propio destino en la vida. Aniceto dice Que debido a1 estado del universo "no podemos cambiar nada de aquel tiempo ni de aquella vida; seran, para siempre, un tiempo y una vida irremediables y lo son y lo serén para todos." 219 (Fig. 266) Como confirma e1 propio personaje en estas palabras, 61 no pretende reformar 1as instituciones ni a1 hombre mismo sino la condicién bésica del hombre en el mundo actual. Por esta raz6n, e1 destino que persigue e1 personaje debe basarse en la dignidad del hombre—-una vida que reconozca su valor espiritual y el derecho de plasmar esa suerte como él crea conveniente. No obstante, esto es imposible debido a las complicaciones de la multitud de gente, ideas y cosas que constantemente mutilan al hombre quiténdole su libertad, limitando su importancia, y negéndole e1 derecho a buscar valores y normas verdaderas para apaciguar 1a angustia infinita de las almas libres. Aniceto reconoce que no puede hallar f6rmu1as capaces de contrarrestar estos procesos. La finica alternativa Que 1e queda es encontrar una filosofia que le ayude a sobrevivir malamente en estas circunstancias. Esta es la filosofia que promulga El Fil6sofo (pégs. 236-237), y la que acepta Hevia en el desenlace de la novela. Resume su situaci6n final de la siguiente manera: Tuve c6mo comer y d6nde dormir miserablemente, més miserablemente que nunca, mas no pude elegir. Podia, y todo el mundo puede, no estar conforme, pero no podia negarme a comer lo que podia comer, a dormir en donde podia dormir, a hablar con quienes podia hablar y a recoger 10 finico que podia recoger. (Pag. 242) 220 Ademés de la gran importancia que el complejo temético--especia1mente el tema central--tiene en la nitida configuracién de la novela, hay otros aspectos que contribuyen a1 mismo efecto. A1 hablar de los rasgos familiares del protagonista, hemos mencionado ya la tendencia de Aniceto a aislarse o aventurar en la vida, convirtiéndose este patr6n en un modelo de la narraci6n. La mayoria dc los personajes sigue esta conducta, 1a cual queda resumida en el relato que hace uno de los vagabundos que Aniceto encuentra en uno de sus viajes. (Pégs. 58-67) Hasta cierto punto, esta tendencia denota la protesta contra el mundo reflejado en la obra. La evasi6n de estos personajes sugiere la unica solucién a un mundo intolerable donde la existencia humana es fea y carece de sentido. En el caso de Aniceto este proceso no se limita a escapar del mundo engorroso. En multiples ocasiones él preferiria huir de la vida misma. Esta actitud suya es evidente cuando Aniceto sale de la prisi6n, a la que habia ido injustamente. A pesar de las pésimas circunstancias de la cércel, 1e asusta tener que salir debido a 1as condiciones que le esperan fuera de los muros de ese mundo que siempre esta en tinieblas. Parece que el protagonista siente cierta afinidad por sitios oscuros y habitaciones confinadas en las cuales lo mas sobresaliente son las paredes. Cuando 221 10 expulsan de la cércel, dice: La verdad, sin embargo, es que de buena gana habria vuelto a entrar: no existia en aquella ciudad llena de gente . . . un lugar, uno solo, hacia el cual dirigir mis pasos en busca de alguien que me ofreciera una silla, un vaso de agua, un amistoso apretén de manos 0 siquiera una palmadita en los hombros. (Pag. 85) Ya hemos hablado también de la constante satisfaccién que el recuerdo de la presencia fisica de la madre deja en el personaje. Hay en este recuerdo una vaga sugerencia de que Aniceto desearia retornar a1 sitio de su origen. Su preferencia por lugares oscuros, calurosos y estrechos tiende a confirmar esta hipétesis. Sin duda, Aniceto es digno representante del hombre sensible moderno que tiene que buscar medios para evadir esa realidad. Pero 1a evasi6n permanente se le hace imposible. 8610 logra enajenarse de la realidad por corto tiempo, como notamos en la amistad de Hevia con su amigo que se marché y 10 dej6 tan abandonado como antes. Tampoco puede recurrir a1 suicidio para librarse del caos personal en que se debate. Tiene que seguir viviendo, como lo confirma en varias ocasiones. No puede morir, aunque algunas veces desearia hacerlo. Las condiciones ca6ticas de su existencia 1e hacen pensar en la muerte como solucién a su agobiada vida, pero no se deja vencer: Debia escoger entre morir o permanecer despierto, pero no tenia conciencia para hacerlo. Los ruidos del tren . ’ parecian arrullarme . . . y sentia que ellos tamb1en, 222 con su suave deslizarse, me empujaban hacia el sucho y la muerte. Durante un momento crei que caeria en la linea y moriria: e1 suelo parecia llamarme; era duro, pero sobre él podia descansar. (Pégs. 11—12) Este aspecto 1e infunde a1 relato de la vida del protagonista de Hijo de 1adr6n un significado especial que esta vinculado a la condici6n de incertidumbre en que se encuentra el hombre de hoy. E1 relato de la vida de Aniceto tiene una finalidad moderna: anotar e1 proceso por el cual el hombre contemporaneo trata de obtener conciencia de su destino en un universo de caos espiritual donde predomina e1 abatimiento, 1a incomunicacién, 1a desolacién y la necesidad de hermandad. En su deseo de encontrar esta verdad, Aniceto recurre a la repeticién de ciertos episodios, de imagenes y simbolos. El sentimiento que Hevia adquiere de la vida se sugiere por medio de la herida del hombre (pégs. 89-96), herida que el mismo Aniceto lleva en sus pulmones, y que se extiende a toda la humanidad. (Pag. 92) La herida simboliza la dualidad de la vida. Esta idea aparece en los abundantes elementos antitéticos de la obra, y hasta en el personaje mismo. Notemos 1a afinidad que tiene e1 personaje con los muros. Aniceto nos describe sus primeros pasos a1 salir de la cércel: Un poco més allé me detuve. Un murete de piedra sucede a1 muro, un murete de piedra que, a1 revés del muro, no oculta nada, lo muestra todo; me detuve y mir6. (Pag. 96) 223 Hay también antitesis en la ocupacién escogida por Hevia-pintor de muros—pero cuyo deseo es pintar algun dia una ventana blanca. Esta dualidad aparece también en otros aspectos de la novela. E1 padre de Aniceto, por ejemplo, es un 1adr6n astuto que se jacta de su profesién y se deleita con la notoriedad que obtiene de ella; mientras Que su madre cs solicita y pasiva. Ya hemos mencionado los cambios bruscos de las voces narradoras y los niveles temporales-esencialmente del presente a1 pasado. La unidad de la obra se ve también en el tono del ambiente retratado. E1 realismo tradicional picaresco ha sido modificado en Hijo de 1adr6n. Aunque en la obra aparecen todos los rasgos definidores de este ambiente, se trata de una esfera de la realidad que "pide una nueva modalidad de la experiencia que la ilustre."22 Las circunstancias abyectas aparecen en muchas escenas. especialmente en 1as carcelarias (pégs. 131-134), pero estos detalles transmiten a la atm6sfera total dc 1a novela un aire de vaguedad poética que refleja e1 fluir de la vida. E1 autor consigue esta dimensi6n por medio de técnicas descriptivas que le dan importancia especial a1 contorno en que evoluciona e1 protagonista. La mas . C C C ’ importante de 1as técnicas usadas es la repet1c1on, constante 224 y deliberada, de motivos y escenas para revelar ciertas actitudes del personaje y la asincronia de su vida y su 23 ambiente en un momento dado. El propésito es crear ciertas condiciones fisicas y emocionales que estén a tono con los movimientos y pensamientos del personaje para darle mas plasticidad a su particular estado emocional o siquico. Para ello usa a menudo ciertas palabras de fuerte connotacién afectiva, metéforas y similes en la descripcién de un paisaje 0 escena que le dan significado especial. Son muchas 1as veces que aparecen en la obra palabras como muro, mar, montaha, oscuridad, silencio, etc., palabras vinculadas directamente a1 complejo temético de la obra. En el uso de la palabra montaha, y la constante aparicién de este fenémeno fisico en la obra, Fernando Alegria ha visto e1 concepto de la "montaha mégica" de Thomas Mann, simbolo estético que trata de proyectar una concepci6n del mundo a través de experiencias en que se combinan misteriosamente 1a pasién intelectual y la amorosa, e1 heroismo fisico con el terror metafisico, 1a conciencia social con 1as obscuras corrientes del instinto.25 Como en la picaresca tradicional, los personajes secundarios contribuyen a darle unidad a la novela. Debido a1 tema principal de la obra, estos personajes tienen rasgos que los apartan del prototipo picaresco. El 225 mundo picaresco de Hijo de ladr6n esta poblado por una verdadera galeria de seres estramb6ticos, raros y extrahos, pero sumamente humanos (pag. 65), como puede verse en la creacién de Alfonso Echeverria (E1 Filésofo) y Cristian Ardiles, los dos personajes més importantes después del protagonista. Estos vagabundos representan el mundo i16gico, desordenado y ca6tico. Han experimentado esta realidad, y tienen 1as senales de ello para probarlo. Tomemos a Cristién por ejemplo. Es una criatura an6nima, inmutable que existe nada mas. Su vida es vacia y sin sentido: esta mutilado fisica y espiritualmente por 1as inclemencias de la vida. (Pégs. 289-290) Este es el proceso que el autor trata de deslindar por medio de la metéfora de la herida (pégs. 89-90), a la Que nos hemos referido antes. Aniceto resume los resultados de este proceso en Cristian: No llegué a saber, por aquellos dias, lo que habia dentro de Cristian y Quizé no llegaria a saberlo nunca. Viviendo a su lado, en su contorno, senti que lo rodeaba una atmésfera de una densidad impenetrable para la simple mirada 0 la simpe cercania. No irradiaba nada que pudiera ser comprendido de un modo inteligente y no supe si lo que los irradiaban, E1 Filésofo u otros, 10 tocaba. Por Echevarria supe, en un momento, més de lo que habria podido saber, en muchos anos, por Cristian mismo. Echeverria era tal vez e1 finico hombre Que habia logrado aproximarse a 61, $610 aproximarse. (Pag. 283) Ademés, 10s dos personajes tienen una funcién mejor definida que en el caso de otros picaros secundarios. Como ha 226 resumido Myron I. Lichtblau, representan "distintas manifestaciones de una misma rebeldia, de un mismo espiritu iconoclasta Que pretende derrumbar los valores tradicionales . 25 . . y 1as normas soc1a1es." Por esta razon, Aniceto concluye e1 relato de su vida en una asociacién absurda: uniéndose a los dos estramb6ticos personajes. Manuel Rojas se aleja también de las novelas picarescas en la manera de usar la satira para reflejar la sociedad que critica. A pesar dc que fustiga directamente a individuos, estos ataques revelan la corrupci6n de Ciertas instituciones claves de la sociedad que son las responsables por 1as condiciones absurdas denunciadas. Pero e1 autor moderniza considerablemente 1a manera usada por los antiguos novelistas en la formacién del ambiente. En la delineaci6n del ambiente picaresco es importante e1 empleo de técnicas que en vez de retratarlo con pinceladas realistas, nos sugieren la atmésfera satirica de la obra. La idea del autor no es satirizar una sociedad en particular, sino condiciones genéricas a1 hombre. Para esto, cl autor recurre a una manera especial, a la vez que 1e da una nueva finalidad a la sétira, como veremos més adelante. Esta es tan concentrada que cualquier comentario de Aniceto destila ironia. 227 E1 sentimiento satirico es parte integrante de la novela de Rojas. N0 obstante, este sentimiento, aunque bastante pronunciado y fuerte, queda escondido bajo la sutileza estilistica del autor, y la sensibilidad humanitaria que se encierra en la novela. La sétira especifica va dirigida a ciertos grupos en particular: policias, banqueros, almacenistas, boticarios, bur6cratas y otras personas que a menudo conspiran para explotar a1 hombre, someterlo a sus caprichos, y en general, infringir sobre su derecho a la autodeterminacién privéndole de libertad y acci6n. Con ironia piadosa, mas que indignacién, Rojas descarga su ataque minucioso contra 1as trabas burocréticas, tales como el uso del papel sellado, que imponen barreras a su necesidad de ganarse honestamente la vida. La critica indirecta que descarga contra algunas instituciones de la sociedad es més severa, pero no tiene la virulencia de las otras obras estudiadas. Los sistemas penales, educativos, la iglesia, 1a burocracia, 1a prostitucién, la justicia, etc., pasan por la mira satirica del autor pero como meras proyecciones de un ambiente realista placentero, suave, ajustado a una perpectiva de ternura contenida. Especialmente interesante es el ataque a1 sistema judicial, en el cual Rojas satiriza extensamente los sistemas de acusar, procesar y sentenciar en una sociedad 228 en que 1as autoridades se burlan de estas funciones. La sétira antirreligiosa esta limitada a referencias indirectas a los miembros del clero, como cuando Aniceto hab1a de los hermanos muertos de su madre, confirmando que "excepto uno, mas muerto que todos, yacia en el fondo de algun convento." (Pag. 222) Esta actitud antirreligiosa se torna en duda en cuanto a la existencia de Dios. Hablando de la astucia de dos amigos, uno de los personajes dice: "Era un par de truchimanes capaces de embaucar a1 padre eterno—si es que hay algun padre que pueda ser eterno." (Pag. 141) Hay también en la obra una sétira mas general cuyo objetivo es fustigar a la humanidad entera que ha contribuido a brutalizar a sus miembros. (Pég. 111) Pero en su satira no hay intencién dogmética, o si la hay, esta matizada por el sentimiento humanitario que trasciende 1a intoncién satirica, hecho que dilucida Alberto Zum Felde de la siguiente manera: De su humanismo trasciende un sentido social, un ideal reformista, pero no explicado en predica ni en tesis, sino dado directamente, por sugerencia de los hechos mismos que plantea en sus argumentos. Hijo de ladr6n, aparténdose de los moldes tradicionales, sobresale por el extraordinarjo sentimiento de fraternidad que opaca 1a finalidad satirica. La obra se singulariza en la literatura picaresca por cl sentimiento a o o I de profunda solidarldad humana en la pobreza, en la Cdlda, 229 en el fracaso, en la injusticia. E1 autor escudrina e1 alma del hombre abandonado, e1 roto, y termina identificéndose con 61 y de aqui emerge ese aire de humanismo que ocupa gran parte de la obra. En la asociacién de los desahuciados vagabundos que abundan en la novela reluce siempre este sentimiento. A pesar de 1as condiciones miserables de sus vidas, hay en ellos una genuina compasi6n humana que se nota persistentemente en su solidaridad y la ayuda desinteresada que 1e prestan a1 pr6jimo. Son innumerables 1as escenas verdaderamente fraternales en un mundo en que el hombre aparece desamparado, abandonado hasta por Dios. (Pag. 92) Uno de los mejores ejemplos de este espiritu de cooperacién es la ayuda prestada a los ladrones en desgracia por la familia del héroe. (Pag. 213) Otro, e1 sentimiento humanitario que rige la accién de algunos personajes que, aunque sometidos a 10s vejémcnes carcelarios, nunca pierden su amor por el pr6jimo. (Pégs. 164-166) Este fen6meno es todo lo contrario de lo que comunmente sucede en situaciones semejantes, en las cuales sale a relucir lo peor del hombre, aspecto ampliamente evidente en la multiplicidad de episodios de inhumanidad que aparecen en las novelas picarescas clasicas, y en El Periquillo Sarniento. 23O Como indic6 Lichtblau, el amor a la humanidad de la obra queda sintetizado en el extrano companerismo del Fil6sofo, Cristién y Aniceto, asociaci6n basada exclusivamente en la compasién y el deseo de ayudar al pr6jimo. En este respecto, e1 desenlace de la obra es importante. A1 enterarse de los planes del Filésofo para conseguir un trabajo regular para los tres, Cristian, acobardado por la perspectiva de la normalizacién de su vida, los abandona. Concluye Lichtblau: Por su parte, Aniceto no puede comprender 1a extrana decisién de Cristian, y casi llega a creer Que toda amistad es efimera y egoista; pero su fe se renueve cuando Cristian reaparece como por milagro, ocurrencia tan inesperada como su desaparicién. Y asi termina la novela con esta nota de solidaridad humana, que es quizés 1a mas duradera lecci6n que aprende Aniceto durante su asociaci6n con estos hombres errantes. Para concluir este capitulo debemos reiterar que Hijo de 1adr6n establece con propiedad 1a ideologia y formas de la novela picaresca moderna en Hispanoamérica. Aunque acepta 1a forma de lo que.comfinmente se conoce como la "tradici6n picaresca," 1a novela del chileno, ademas de satirizar 1a sociedad que retrata, es ante todo un testimonio de la condicién del hombre contemporénco. Las complejas formas artisticas empleadas~reflejo de la problemética del mundo novelado-y 1a caracterizaci6n del protagonista como expresién de la crisis espiritual de la 231 época, dan a la novela aspectos que no se encontraban en 1as novelas picarescas de otros tiempos. 232 NOTAS 1. La aceleraci6n en el incremento de la poblaci6n, e1 crecimiento répido y desorganizado de 1as ciudades, 1a polarizacién de los grupos sociales, 1a aparici6n de una clase proletaria numerosa y agresiva, 1a intensificaci6n de la depresién econ6mica de la época, y las dictaduras existentes en varios paises, produjeron un estado de crisis permanente que es responsable del conflicto espiritual prevaleciente. Peter Nehmkis resume muy bien la situaci6n después de la gran guerra: The real trouble lies much deeper. It is the despair and hopelessness of the ordinary people; the cinicism and social irresponsibility of most of the rich; the pervasive corruption in high places; the sense of inferiority and insecurity of the people; the emotional identification of the middle class with the institutional status quo; the flamboyant nationalism; the envy and resentment directed at the United States; the predilection for violence as a substitute for political suffrage; the contempt for and indiference toward the Indian population; the paralysis of the will which prevents action for social reform. These are manifestations of a clinical disorder buried deep in the subsoil of Latin America's historic consciousness. For the truth of the matter is that Latin America is a sick society. It is sick politically. It is sick economically. It is sick spiritually. Each sickness feeds upon the others and the malaise is total. (Latin America,gMyth and Reality (New York: Alfred A. Knopf, 1964), pag. 3.) 2. No es fortuito que el autor haya recurrido a1 género picaresco para este prop6sito. Su propia vida parece haber sido una constante lucha por la busqueda de este ideal. Como él mismo ha escrito, su temperamento estaba en conflicto con la vida sedentaria, y su espiritu de vagabundo le encamin6 siempre por los senderos de la vida irregular. Recorri6 muchos lugares de la Argentina, Chile y otros paises, pasando por muchas experiencias que 1e ayudan a adquirir un conocimiento profundo de la vida. (En Obras 233 completas (Santiago: Zig-Zag, 1961), pag. 35.) La vida bohemia, estrafalaria, marcada por muchas vicisitudes, 1e da a1 novelista un profundo sentimiento dramético. Este dramatismo, matizado por el espiritu anarquico del autor que 1e permite empaparse del ambiente de la época, se filtra en la plasmaci6n de su obra. Anota en ella los recuerdos de esa vida bulliciosa que proyecta con mira filos6fica. En otro libro suyo ha descrito e1 procedimiento creativo usado en la pintura del ambiente y los personajes de su obra, afirmando que ambos son productos de sus experiencias porque més que la descripci6n de los seres, las cosas y los hechos, 1e interesa 1a sensaci6n que éstos producen. (Antologia autobiogréfica (Santiago: Ercilla, 1962), pég. 75.) 3. "No desdena ninguno de los elementos bésicos del género picaresco y le anade algunos que son precisamente los que distinguen a su novela desde un punto de vista literario y social," dice Fernando Alegria en "Manuel Rojas: Trascendentalismo en la novela chilena," Cuadernos Americanos, Vol. C111 (1959), pag. 250. 4. Indica Fernando Alegria que a1 presentar este tema en su novela Rojas realiza una labor excelente, ya que en su picaresca "1a especulacién se alza a un plano filos6fico y, sin ofrecer menguadas escapatorias, plantea e1 dilema del hombre como un conflicto entre la inconciencia e irresponsabilidad individual y la degradaci6n total de la humanidad." (Historia de la novela hispanoamericana (México: Ediciones de Andrea, 1966), pag. 215.) 5. Rojas funde todos estos elementos en una creaci6n artistica de considerable originalidad, como 10 apunta Myron Lichtblau en estas palabras: "Around the unusual incidents in the life of the protagonist, Manuel Rojas has built a work of fiction that can be considered a picaresque novel in modern dress." ("Ironic Devices in Manuel Rojas Hijo de 1adr6n," Symposium (Syracuse), Vol. XIX (1965), pag. 214. 6. Las citas de la novela proceden de la edicién Zig-Zag (Chile, 1964). 7. Las posibilidades artisticas de la caracterizaci6n del protagonista de Hijo de ladr6n han incitado comentarios interpretativos de grandes implicaciones a la creacién picaresca. Fernando Alegria ve en el personaje una 234 proyecci6n del roto universal, 0 sea, e1 roto en la sociedad contemporanea, "roto en la médula del espiritu, quebrado y tragico," a1 cual examina desde "una altura fraternal, mas allé del tiempo y sin temor a1 artificio 1e fija en simbolos que, desde entonces, lleva a cuestas como identificaci6n." (En "Manuel Rojas: Trascendentalismo . . .," 223.2120: pag. 252.) Mientras que Emir Rodriguez Monegal cree ver en el un sentido regional o americano, ya que es "una tentativa para mostrar desde dentro a1 hombre austral de América, en su verdadera dimensién tierna solitaria, en su mansedumbre y en su sobriedad, en su enorme reserva de pasién y sufrimiento, en su estoicismo ante 1a naturaleza y la opresi6n." (En "Imagen de Manuel Rojas," Narradores de esta America (Montevideo: Alfa, 1962), pég. 61.) 8. Norman Cortéx Larrieu, "Hijo de 1adr6n, Una novela existencial," Revista del Pacifico, Vol. V (1964), pag. 46. 90 LiChtblau, 220 Cite , pégSo 707-7080 10. Alegria, "Manuel Rojas: Trascendentalismo . . .," 22. cit., pag. 251. 11. Rojas, Antolggia . . ., 22. cit., pégs. 248-249. 12. Ibid., pégs. 77-78. En la concretizaci6n de Aniceto se afiman elementos ficticios, productos de la mentalidad evocadora del autor, con la esencia de la realidad vivida. Aniceto Hevia relata Rojas en su Antologia autobiogréfica-se bas6 en una familia que el autor conoci6 de nino cuando residia en Buenos Aires. El autor descubri6 Que un hijo de esta familia llamado Luis, con quien él jugaba, y el padre, un 1adr6n nocturno apodado "E1 Gallego," eran una vena rica, y tanto el lugar como las personas y los acontecimientos relativos a ellas, se fueron gestando en su imaginacién hasta que finalmente, anos més tardes, los trasplant6 a su novela, usando también algunos incidentes de 1as dificultades que la familia tuvo con la policia, contratiempos presenciados por él mismo y que 1e dejaron una impresi6n indeleble. 13o Ibido , pégSo 78‘790 1‘}. Ibid., pég. 810 235 15. Alegria, "Manuel Rojas: Trascendentalismo . . .," 920 SEEP-o, pégSo 257 y 2580 16. Dice Norman Cortés Larrieu que Aniceto como personaje se autolimita como "un narrador escogido, disimulado, que ignora e1 panorama total del mundo, que muestra (a medias), un narrador en fin, para quien 1as demés criaturas-los personajes-3e les presentan como seres enigméticos e inabordables, con una creciente opacidad Que 1e rechaza tantas veces cuantas intenta apoderarse de su més intimo nficleo." (92, 233., pag. 36.) 17. Fernando Alegria describe 1a situaci6n asi: "Los episodios son intercalados en el instante en que llaman a la memoria del narrador, sin explicaciones previas, inusitadamente, como exigiendo a1 lector que les dé e1 lugar hist6rico que les corresponde" ("Manuel Rojas: Trascendentalismo . . .,"lgg.lgi£., pag. 254). 18. Ibid., pégs. 248-249. 19. Ibid., pag. 251. 20. Como ha indicado Norman Cortés Larrieu la obra aborda a plenitud un gran nfimero de temas Que adquieren gran importancia a través de toda la novela. Estos se ordenan alrededor de los temas centrales: opresi6n y libertad. A1 primero pertenecen los motivos de la injusticia, brutalidad, explotaci6n, humillaci6n, egoismo, indiferencia, ingratitud, usurpaci6n de bienes, debilidad, enfermedad, muerte, cansancio, neurosis, inadaptacién, absurdidad de la existencia, temporalidad, necesidad, angustia, temor, pena, fariseismo, estatismo, venalidad, y otros. En el segundo se sitfia 1a rebeldia, 1a justicia personal, los motines, 1a solidaridad y simpatia, la esperanza, la afirmaci6n de la vida y la lucha. (92, £12., pég. 49) 21. Orlando G6mez Gil, comentando este tema, expresa que lo esencial de la obra es "el estudio casi angustiado de un destino humano en lucha abierta entre la degradaci6n individual y la de la sociedad completa. E1 méximo interés de Rojas es extraer la sustancia intima de los seres y presentar e1 ambiente de ternura, desaliento, soledad, y abandono que desgarra la vida contemporanea." (En Historia critica de la literatura hispanoamericana (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1968), pégs. 684-685.) 236 22. Cedomil Goié, La novela chilena (Santiago: Editorial Universitaria, 1968), pag. 130. 23. Fernando Alegria describe este aspecto de la obra: "La acci6n se desenvuelve en sitios que tardamos en reconocer o que no reconocemos jamés: por ejemplo, en una Argentina sin bordes geogréficos, sin tiempo, hecha de algunos trenes en movimiento, de una mujer en la estacién, de un cojo, una casa y una piedra, de unos vagos que recorren e1 pais ceremoniosamente, de un hambre y una importancia infinitos; o sucede, tal vez en Chile, en playas vacias y luminosas, en basurales maritimos, en muelles sin nombre, en rincones orinados, en botes, en I carceles, en noches estrelladas, entre hombres que descienden de un limbo y se rascan, se despiojan, comen, lloran y se van." ("Manuel Rojas: Transcendentalismo " op cit ’ 254 ) o o o, o o, pag. o 24. Fernando Alegria, "Der Fauberberg en la novela hispanoamericana" en Influencias extranjeras en la literatura iberoamericana (México: Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, 1962), pag. 84. 25. Myron I. Lichtblau, "Los filtimos capitulos de Hijo de 1adr6n," Revista Hispénica Moderna, Vol. XXXIV (1968), pag. 708. 26. Alberto Zum Felde, La narrativa en Hispanoamérica (Madrid: Aguilar, 1964), pég. 150. 27. Lichtblau, "Los filtimos capitulos . . .," 22. cit., pég. 711. CAPITULO VI CONCLUSION La intenci6n de las precedentes péginas ha sido tratar de desentrahar 1a dimensi6n picaresca hispanoamericana a través de cinco novelas consagradas por la critica como pertenecientes a1 género para deslindar los elementos propios de los adoptados de la picaresca clésica del Siglo de Oro espahol. Para conseguir nuestro prop6sito, hemos analizado estas obras usando ciertas constantes formales que discutimos en nuestro primer capitulo. Las novelas) examinadas denotan nexos con los ejemplos més representativos del género picaresco tradicional, a la vez que tienen elementos innovativos, especialmente 1as publicadas durante e1 presente siglo. En America 1a tradici6n picaresca espahola ha logrado nuevos matices que han ido acentuéndose con el tiempo, d6ndole cada vez més vigencia a la realidad de una literatura hispanoamericana. Los elementos particularizantes son expresiones literarias y humanas del género picaresco, y estén vinculados a las filtimas 237 238 situaciones sociales del continente iberoamericano. Este fen6meno parte del caos moral causado por los grandes acontecimientos que han azotado 1as bases mismas de la vida americana durante e1 siglo XX. Como gran parte de la novelistica universal de esta época, 1as obras analizadas denotan e1 proceso de la bfisqueda de valores y normas necesarias para darle prop6sito y significado a la vida moderna. Esta bfisqueda requiere una indagaci6n de los patrones de convivencia existentes para repudiar todos los inservibles, a la vez que escudriha 1a naturaleza del hombre y de la vida. La novela picaresca, que por 10 general ha florecido durante épocas de malestar social, tiene ciertas ventajas para representar la vida contemporénea y la bfisqueda de valores y normas por los cuales el hombre actual puede vivir. Especialmente significativas a este plantamiento son 1as filtimas dos obras del género picaresco en Hispanoamérica: La vida infitil de Pito Pérez e Hijo de 1adr6n. En ellas se plantea y resuelve a su manera e1 conflicto espiritual del hombre contemporéneo. A este respecto, 1a finalidad satirica, rasgo primordial de 1as primeras novelas picarescas, se adapta muy bien para hacer un examen critico de la sociedad de esta época de confusi6n e incertidumbre, a la vez que promulga una protesta contra los valores y normas 239 responsables del vacio espiritual en que vive el hombre. Pero como queda dicho, debido a la naturaleza proteica del género, los novelistas que se nutren de la vena picaresca pueden adaptarlo a finalidades mas amplias Que la satirica. Partiendo de los modelos formales indispensables a 1as primogénitas del género, 10s novelistas hispanoamericanos que hemos estudiado, ademas de satirizar a sus respectivas sociedades, han empleado a1 antihéroe para examinar 1a condicién bésica del hombre, y como agente en la bfisqueda de nuevos valores. Este proceso parece tener raices en los primeros escritores que emplean e1 género picaresco en América, Juan Rodriguez Freile, Juan del Valle Caviedes, Alonso Carri6 de la Vandera y José J. Fernéndez de Lizardi. En ellos se vislumbran ya aspectos innovativos que sugieren una concepci6n diferente del género y su funci6n. Pero 3610 en el presente siglo, con Roberto J. Payr6, José R. Romero y Manuel Rojas, este curso toma direcciones definitivas. Por una parte 1as novelas de estos autores estén profundamente enraizadas en la tradici6n formal espahola, y, por otra, tienen rasgos distintivos inconfundibles a1 incorporarles un espiritu completamente moderno: son testimonios de la condici6n conflictiva del hombre moderno y expresiones de la crisis espiritual de la 240 época. Pasemos ahora a sintetizar los elementos esenciales de las obras. Tomada en conjunto, 1a personalidad picaresca dc los primeros antihéroes hispanoamericanos posee 1as cualidades de sus antepasados espanoles. Sin embargo, muchos de estos picaros tienen una sicologia mas matizada y una humanidad mas sensible. En sus atributos sicol6gicos esenciales se diferencian de sus antepasados. El picaro clésico es fatalista y acepta su ca6tica situacién como resultado de su fortuna o sino, los cuales no puede evitar. La lucha del hispanoamericano es contra 1a sociedad. E1 estoicismo del picaro clésico 1e empuja a someterse resignadamente a todos los abusos de la sociedad. Contra éstos, e1 americano se rebela. Se indigna contra unas condiciones de vida que 61 no ha contribuido a crear y que le impiden afirmar su vida. Algunos de estos truhanes reaccionan contra 1a situaci6n: Periquillo trata de suicidarse, y Pito ataca con furia e1 sistema social hip6crita a1 que no puede ni quiere adaptarse. En la plasmaci6n inicial del ante picaresco americano, e1 determinismo familiar juega poca importancia. La sociedad influye decididamente en su formaci6n picaresca. Pero, e1 americano no desarrolla ni 1a filosofia acomodaticia, ni 1a idiosincrasia materialista del clésico porque e1 hambre 241 y la necesidad no son los motivos esenciales do su vida picaresca. E1 hambre fisica es ahora ocasional. En algunos picaros, hay hambre de todo: reconocimiento, aceptacién, entendimiento, etc. Su nomadismo surge de la bfisqueda de si mismo, 0 de la soluci6n a la inc6gnita de la vida que proviene de la crisis por la cual esté pasando el hombre moderno. Por estas razones, este picaro tiene més personalidad que el espahol. Esta aparece en la obra en su totalidad, tanto fisica como sicolégica-hecho atribuido en parte a que el personaje es un desdoblamiento del autor. La lucha en que se encuentra enfrascado nuestro picaro se condiciona en los complejos ontolégicos que se notan en sus inclinaciones particulares: sentimentalismo, idealismo, nostalgia, inadecuaci6n a1 medio y aislamiento—-rasg0s distintivos del hombre tipico del siglo XX. Este picaro se desvincula de su propia sociedad para observarla criticamente, pero su aislamiento muestra una de 1as condiciones claves de la vida moderna: e1 enajenamiento causado por la desintegracién humana debido a la mecanizacién, a1 incremento de la poblaci6n, 1a concentracién de ésta en grandes ciudades, 1a destruccién del hogar y el desprecio por la religién.1 En otras ocasiones su soledad se desprende de la necesidad de mantenerse independiente para escoger sus propios valores. 242 En la composicién tipica de la novela tradicional también se notan elementos variantes. Las novelas introducen interesantes modificaciones que culminan en Hijo de ladr6n. Especialmente en el segundo grupo dc estas novelas (las escritas durante e1 siglo XX), en las cuales 1a sétira ha sido relegada a segunda categoria, la estructura episédica es mas importante y, por lo tanto, los elementos usados para darle mas vigencia a este aspecto del género picaresco cobran interés especial. Aunque 1as aventuras del picaro tienden a satirizar algunos aspectos de la sociedad, adquieren mas importancia como pautas seguidas por el protagonista en su bfisqueda de las verdades de la vida. Debido a la mentalidad moderna del protagonista, especialmente su necesidad de encontrar su identidad y darle sentido a su vida, los episodios no tienen 1a inconexién evidente en las primeras novelas del género. Estos escritores 1e dan a 1as aventuras de sus picaros mejor cohesi6n. Para este prop6sito recurren a técnicas heredadas de la tradicién pero les dan mas elasticidad y 1as emplean para fines mas extensos. Gran parte de los episodios estén encaminados a prop6sitos determinados de antemano por el novelista y, por lo tanto, dan unidad total a la obra, en vez de servir casi exclusivamente para mostrar los muchos cuadros sociales. 243 La unidad de los episodios esta basada esencialmente en el complejo temético. El tema central de la obra demanda que el protagonista sea casi siempre e1 centro de la accién, ademas de observador de los procesos sociales. A esto se le puede atribuir 1a 1imitaci6n en el nfimero de episodios y la naturaleza cerrada de la estructura de las obras. La tendencia a1 genero cerrado, que permite 1a conclusi6n de la fabula con la muerte del protagonista, es comfin a estas novelas. Hay dos excepciones: E1 casamiento de Laucha, que termina con la desaparici6n del protagonista, e Hijo de 1adr6n, que tiene una c0ntinuaci6n que persigue un nuevo fin. En ambos casos, este fen6meno representa la intenci6n del novelista dc permitirle a1 protagonista que continue 1a bfisqueda de nuevos valores en la sociedad y persiga 1a exploracién de la naturaleza de la existencia humana. Las novelas concluidas con la muerte del protagonista tienen un sentido de finalidad vinculado al complejo temético, como notamos especialmente en Pito Pérez. Los personajes secundarios dejan de ser entes Opacos que entran y salen de la acci6n precipitadamente para darnos una idea mas vivida del ambiente picarosco. Algunos tienen una finalidad mas especifica: sirven para . . . ." darle un1dad a la narrac16n; contribuyen a la evolu010n 244 temética; iluminan e intensifican atributos del protagonista; e indican la naturaleza impersonal y efimera de los contactos humanos en nuestros dias. Esto es necesario en una novelistica picaresca donde e1 personaje es més importante que el ambiente, hecho inverso en el caso de la picaresca espanola. Es probable que este rasgo proceda de los perfiles de auténtico autobiografismo Que se notan en las novelas. Este vinculo de los autores con la realidad novelada deja su saldo en el subjetivismo que aparece en la mayoria de 1as obras. El uso de temas secundarios mejor definidos es un aspecto importante a la unidad de los diferentes episodios. Los muchos temas de Hijo de ladr6n, por ejemplo, pertenecen a1 significado de la novela y muchos de sus episodios se adhieren a la exploracién de estos temas, 1a relacién existente entre ellos, y el papel que desempehan en el destino del protagonista. En el ejemplo de algunos temas comunes a1 género hay notas divergentes en la picaresca americana. La cosmovisién de ésta sigue, a rasgos generales, los modelos clésicos de la espanola. Las filtimas obras picarescas reflejan una nota de amargura y desgarramiento que esta vinculada a la crisis espiritual del hombre moderno. Pero en 1as obras estudiados, con la excepcién de la Vida infitil de Pito Perez, perfila una nota constante 245 de Optimismo, Que vibra del deseo de afirmar nuevos y auténticos valores. Esto acredita una sensibilidad muy diversa del género usual picaresco: 1as limitaciones ambientales no anulan la esperanza del héroe. Por cl contrario, dice Cedomil G016, despiertan en 61 oscuras aspiraciones de eternidad e infinito, de comunién universal y de solidaridad humana, de autenticidad y pureza, que arraigan, como en su fundamento, en la pasién, e1 alma y la sangre, Que dominan la muerte y prevalecen sobre 1as limitaciones del mundo.2 Aunque G016 se refiere a1 sentimiento de solidaridad humana en Hijo de 1adr6n, el tema acredita una sensibilidad especial a casi todas las obras picarescas hispanoamericanas. A la inversa de la novela picaresca clésica, que excluye e1 sentimiento de compasién humana (excepto e1 Lazarillo de Tormes), hay en las principales obras picarescas de América un verdadero afecto de solidaridad hacia el hombre. Este aparece en forma de leitmotif que muestra e1 sentimiento humanitario del autor por su identificaci6n con sus personajes. Por ella, estos picaros nos inspiran compasién y simpatia. E1 egocentrismo del picaro espanol ha desaparecido. Algunos de estos picaros hasta llegan a sacrificarse por el bien de la humanidad y son sensibles a1 sufrimiento humano. El uso de los recursos estructurales asume dimensiones especiales en las dos filtimas obras. E1 empleo de complicados procedimientos narrativos da una 246 peculiar tonalidad a1 mundo descrito, hecho que revela e1 punto de vista del narrador. Por medio de estas técnicas narrativas vemos e1 caos y la confusi6n del mundo contemporaneo. Por ejemplo, la vida del picaro se cuenta con bastante confusién, lo cual sugiere e1 desconcierto y las complejidades de la vida de hoy. La sétira lograda en 1as obras analizadas adquicro resonancias propias porque los tiempos han cambiado, e1 ambiente es diferente y la actitud hacia 1as instituciones y otros aspectos sociales ha sido modificada. Se nota en su evoluci6n un proceso gestativo Que parte de una sétira personal, manifestada en ataques contra individuos o familias, hasta alcanzar e1 ideal colectivo de El Periquillo Sarniento. Por razones politicas, la sétira de 1as primeras obras picarescas aparece disfrazada en la composicién, como es evidente en Rodriguez Freile y Concolorcorvo. Mas tarde continua esta tradicién: 1a sétira es menos manifesta, més artistica y, por lo tanto, mas eficaz. Pero esto no implica que haya descartado su temperamento mordaz, cruel y virulento. Es una satira seca y feroz—rasgos heredados de Quevedo-especialmente cuando se ataca lo religioso. Entonces se hace brutal, obscena e impia. En la clésica se satirizaba a ciertos miembros de la Iglesia. Pero 1a sétira hispanoamericana es mas impia, y hasta se convierte en anticristianismo volteriano on ocasiones, porque e1 22.7 hombre moderno no busca en Dios 1a solucién de su dilema. Sin embargo, esta tendencia avasalladora esta aligerada por un humanismo que trasciende 1a intencién satirica. Esta actitud ha forjado un cambio en el procedimiento indispensable del género, en el cual e1 personaje prescntaba situaciones ridiculas para satirizar. En cambio, en la hispanoamericana, 1a sétira es inherente a la vida misma del protagonista, se hace més sutil y concentrada, a la vez que se despoja del afén moralizante del género en Espana. Pero adquiere un aspecto nuevo: tiene un verdadero valor constructivo porque asume sentido social, un ideal reformista, ya que trata de encontrar soluciones al dilema americano y del hombre en general. A esto se debe que la sétira haya perdido la importancia que tenia en 1as primeras novelas del género picaresco. En 1as filtimas obras, 1a sétira no es lo esencial sino los personajes, que estén caracterizados con miras a revelar 1a individualidad personal que orienta la existencia. Por esta raz6n, en la delineacién del ambiente hay dejos del picarismo cervantino. Esta realidad aparece matizada con tintes poéticos que reflejan e1 subjetivismo de los autores, hecho evidenciado especialmente en las obras de Romero y Rojas. Este subjetivismo contrasta grandemente con el objetivismo de la presentacién del ambiente en la novela clésica peninsular. 248 En conclusi6n podemos decir que (1) en 1as variantes teméticas revisadas hay elementos bésicos que representan variaciones de lo Que tradicionalmente se considera picaresco; (2) 1a naturaleza discrepante de la picaresca hispanoamericana proviene de 1as condiciones sicolégicas y ambientales existentes en America; (3) 1a preponderancia del personaje sobre la satira contribuye a la humanizacién del personaje picaresco, dandole rasgos que no tenia antes; (4) e1 personaje picaresco adquiere importancia trascendental en la proyeccién de los conflictos del hombre moderno, convirtiéndole en una figura grotesca; (5) e1 género picaresco, en vez de un género arcaico que no se presta para reflejar 1as vigencias actuales, como afirman algunos, resulta un vehiculo artistico, con ventajas definitivas, para la plasmaci6n de la vida actual, con todas sus contradicciones y dilemas. 249 NOTAS 1. Sugiere Fernando Alegria que el personaje "va cargado de significacién, sin mascara, vivo aunque definido, cerrando a su alrededor con palabras y gestos la categoria de eternidad que 1e pertenece. El "hombre-herramienta," e1 "hombre-cuchillo," el "hombre de 1as alcantarrillas," constituyen para Rojas la presencia de un mundo en crisis a1 que revela en una deshumanizada anatomia del individuo que no mata su médula espiritual sino que, por lo contrario, la destaca y la desnuda, reveléndola en carne vida." (En Historia de la novela hispanoamericana (México: Ediciones de Andrea, 1966), pag. 216.) 2. Cedomil Goié, La novela chilena (Santiago: Editorial Universitaria, 1968), pag. l4. 3. A1 referirse a las cualidades de aniceto Hevia como personaje, Russell 0. Salmon concluye: "Aniceto is more than a picaro. Rojas has followed the external of the picaresque tradition, but the novel is very different, and it is more than a novel on the roto type. He is a person. Rather than a reflection on society and its structure, Aniceto represents the creation of a character. He is more than the representation of a literary type. It is the individualization of a person which represents the most important level of the book." (En The Roto in Chilean Prose Fiction (New York: Columbia University, unpublished doctoral dissertation, 1969), pég. 234.) BIBLIOGRAFIA CONSULTADA I. Obras de Carécter General Alegria, Fernando. Historia de la novela hispanoamericana (Mexico: Ediciones de Andrea, 1966). Alter, Robert. Rogue's Progress (Cambridge: Harvard University Press, 1964). Anderson, Imbert, Enrique. Historia de la literatura hispanoamericana (Mexico: Fondo de Cultura Econ6mica, 1954). Bataillon, Marcel. E1 sentido del Lazarillo de Tormes (Paris: Librarie des Editions Espagnoles, 1954). . Le roman picaresque (Paris: La Renaissance du libre, 1931). . Picaros y picaresca (Madrid: Taurus Ediciones, 1969). Beberfall, Lester. 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