MSU LIBRARIES .__. RETURNING MATERIALS: Place in book drop to remove this checkout from your record. FINES will be charged If book is returned after the date stamped below. NERUDA EN ESPANA: CABALLO VERDE PARA LA POESIA by Rebecca Jowers Lopez-Guerra A DISSERTATION Submitted to Michigan State University in partial fulfiIIment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY Department of Romance and CIassicaI Languages 1980 C) Copyright by Rebecca Jowers Lopez-Guerra 1981 ABSTRACT NERUDA EN ESPANA: CABALLO VERDE PARA LA POESIA By Rebecca Jowers Lopez-Guerra Critics and biographers of the Nobel Prize-winning Chilean poet Pablo Neruda have long agreed that Neruda's short residence in Madrid from 1934-36 before the outbreak of the Civil War was a decisive period in his formation and determined the nature of his future poetics and politics. At the same time, the impact of his Residencia en la Tierra in pre-war literary circles should not be overlooked. This dissertation constitutes an in-depth study of the literary relationships of Neruda with Spain and gives particular attention to the pre-war years. Chapter One outlines the major currents which dominated the Spanish literary scene from l930 to 1936 and which greatly influenced Neruda's poetry. Chapters Two and Three trace Neruda's literary relationships with Spain before, during and after the Civil War. Chapter Four examines the nature of the numerous literary magazines published in Spain during the Second Republic and serves as a prologue to Chapters Five and Six which center on Caballo Verde para la Poesia, a poetry journal which Neruda directed in 1935-36 and in which the most significant Spanish poets of this period colaborated. Neruda's contact with Spain was important because it was there that he first received full recognition as.a poet, earning the admiration and esteem of his Spanish contemporaries. With the advent of the Civil War Rebecca Jowers Lopez-Guerra and the tragic death of his friend Lorca, Neruda abandons the hermetic poetry of his Residencias and makes a political commitment which dictated the course of the rest of his life. Neruda's impact on Spanish pre-war poetics was no less dramatic. His manifestos in favor of "impure poetry," published in Caballo Verde, added to the tendency to "humanize" the poetry of the twenties and reflect a moment of transition between the "pure poetry" of the previous decade and the politically oriented poetry of the Civil War years. Caballo Verdegpara la Poesia is representative of the literary magazines of the Republican period not only because of Neruda's prologues, but also because of the quality and versatility of the originals it published. Contributors to Caballo Verde included Lorca, Alberti, Cernuda, Guillén, Miguel Hernandez and many other poets of renoun. Because of Neruda's posterior political affiliation, the maga- zine has often been classified erroneously as a forum for political poetry, when in reality its contents reflect the diversity of literary currents which coexisted in Spain before the Civil War. In documenting Neruda's relationship with Spain we have drawn upon thirteen different speeches, lectures and prose pieces which have not yet been incorporated into the Chilean poet's "Obras Completas." Among the supplementary data provided in the Apendices are a Bio-Bibliography of the contributors to Caballo Verde and a catalogue of ninety-four literary magazines of the pre-war era which were consulted in the elaboration of this dissertation. A Luis iii AGRADECIMIENTO La autora quiere expresar su agradecimiento a los profesores que han orientado y apoyado este trabajo: Dr. George P. Mansour, Dr. Juan Antonio Calvo-Costa, Dr. Donald A. Yates, Dr. Robert L. Fiore, y en especial a la Dra. Helene Tzitsikas, directora del mismo. iv CONTENIDO PAG. INTRODUCCION ............................ l CAPITULO I--LA VIDA LITERARIA EN LA ESPANA REPUBLICANA ....... ll CAPITULO II--NERUDA EN ESPANA: LA POESIA DE LA PREGUERRA ..... 39 CAPITULO III--NERUDA EN ESPANA: LA GUERRA Y DESPUES ........ 77 CAPITULO IV--LAS REVISTAS LITERARIAS EN LA SEGUNDA REPUBLICA . . CAPITULO V--UNA REVISTA POLEMICA: CABALLO VERDE PARA LA POESIA . . . I37 . 169 CAPITULO VI--CABALLO VERDE: CONTENIDO Y SIGNIFICADO DE LA REVISTA . 214 CONCLUSIONES ............................ 298 APENDICE A--TEXTOS EN PROSA PARA DOCUMENTAR LA EXPERIENCIA ESPANOLA DE PABLO NERUDA ................ 303 APENDICE B--ESPANA EN LAS POESIAS DE PABLO NERUDA ......... 316 APENDICE C--BREVE BIO-BIBLIOGRAFIA DE LOS COLABORADORES DE CABALLO APENDICE D--INDICES A LOS CUATRO NUMEROS DE CABALLO VERDE ..... 405 APENDICE E--CATALOGO DE LAS REVISTAS LITERARIAS DE LA EPOCA REPUBLICANA ...................... 408 BIBLIOGRAFIA CONSULTADA ...................... 461 INTRODUCC ION El 21 de octubre de l97l la Academia de Suecia hizo publica la lista de los Premios Nobel concedidos aquel afio. El premio para la Seccion de Literatura recaia por sexta vez en la historia de la Insti- tucion Nobel en un escritor de habla espafiola; en esta ocasion, en el embajador de Chile en Paris, Pablo Neruda.1 Por estas fechas el poeta, acompafiado por su mujer Matilde Urrutia, aparecio ante las camaras de la television francesa para expresar algunas observaciones sobre la génesis y evolucion de su obra poética. Neruda hablo largamente sobre su infancia en Temuco, su iniciacion en la poesia cuando era un joven estudiante en Santiago, sus aventuras en la India como consul de Chile, su posterior conversion al comunismo y el nuevo rumbo de su obra a partir de Canto General. Y en medio de estas declaraciones sonaba una y otra vez la palabra "Espafia." La corta estancia del poeta chileno en Espafia entre l934 y l936 afecto profundamente el resto de su vida. Neruda en estas declaraciones en Paris, ya en la cumbre de su carrera literaria, reconocia su deuda con Espafia: . . Espafia fue para mi la experiencia total en el sentido que revelo la profundidad de la tradicion ibé- rica que tiene mucho que ver con mi poesia, con mi ser y también con la revelacion politica. . . Desde ese momento conoci a mis camaradas, a mis hermanos los poetas de Espafia; hice una verdadera adquisicion de fraternidad, de ternura, de amistad. Todo eso me hizo pensar que debia vivir para siempre en Espafia. Si no hubiese sido por la guerra, todavia estaria seguramente alli, . . . en todos mis libros hay siempre un fragmento para Espafia. . . Pero estas declaraciones de 197l no eran, ni mucho menos, las primeras en que Neruda reconocia la influencia de la experiencia espa- fiola en su poesia. En l939, al recordar la fuerte impresion que le hizo su llegada a Madrid, declaro: Comprendi entonces que a nuestro romanticismo americano, a nuestra fluvial y volcanica construccion, hacia falta esta primera Alianza que en Espafia, antes de esta guerra terrible, vi a punto de realizarse, juntandose el misterio con la exactitud,2el clasicismo con la pasion, el pasado con la esperanza. Si el mismo Neruda reconocid la importancia que tuvo su estancia en Espafia para el desarrollo de su poesia, los criticos de su obra tam- poco han dejado de sefialarla. Pedro Henriquez Urefia sostenia que el "inventor" de Neruda habia sido Garcia Lorca porque ". . . de Espafia salio con mucha mas fama de la que tenia cuando llego a Madrid."3 Aun- que esto de "inventar a Neruda" nos parece una exageracion, no deja de encerrar algo de verdad. Como observa Jaime Concha, en Espafia Neruda recibio su consagracion definitiva: Marginado social en Chile, expatriado en el Extremo Oriente, burocrata en su propia patria, por fin puede Neruda ser lo que siempre ha ansiado: poeta. Ser poeta, en Espafia, signi- ficaba en estos dias--como él lo ha recordado a menudo--un oficio, una activldad cotidiana, un trabajo permanente y lleno de sentido. La importancia de la experiencia espafiola para Neruda queda entonces patente. Pero aqué decir, en cambio, del impacto del poeta de Residencia en la tierra en el ambiente literario de Espafia en este periodo de l934 a l936? Mas de un critico de renombre lo considera fundamental para comprender el rumbo que toma la poesia espafiola a partir de estas fechas. Juan Cano Ballesta compara la llegada de Neruda a Madrid con la de Rubén Dario unas cuatro décadas antes y afirma que La poesia de Pablo Neruda deslumbro y exaspero en los ambientes madrilefios, . . . la presencia de un elemento corrosivo y de un fermento como el de Residencia de Neruda enriquecio las posibilidades de creacion artisticas aportando un poderoso ingrediente renovador. Cano Ballesta opina que no se ha valorado suficientemente el papel ejercido por Neruda durante este periodo y que se presencia en Madrid " . merece ser estudiada si queremos llegar a comprender debidamente y en su rica variedad de elementos el juego de fuerzas que hizo posible el gran florecimiento de la lirica en las filtimas décadas."5 Igualmente, Biruté Ciplijauskaite considera a Neruda, junto con César Vallejo, parcialmente responsable de la nueva orientacion poética de la preguerra. Y varios criticos espafioles, algunos de ellos, como Luis Rosales, a la vez protagonistas de estos hechos, asignan a Neruda un papel primordial en ayudar a crear la "tension vivificadora que se produce en el mundo espafiol a partir de los afios 34 y 35."6 En l97l ya existian numerosos estudios sobre la poesia nerudiana. Y a raiz de la concesion del Premio Nobel al poeta chileno y su inesperada muerte en l973 poco después de la caida del gobierno Allende, se han visto multiplicarse los trabajos y homenajes que exploran casi todos los rincones de su mundo poético. Ademas de los trabajos sobre aspectos parciales de su poesia, existen valiosos estudios que aspiran a dar una vision global de la poesia de Neruda. En este sentido son significativas las investiga- ciones de Amado Alonso, Raul Silva Castro, Jaime Concha, Margarita Aguirre, Emir Rodriguez Monegal y otros.7 Generalmente, estos estudios se centran en el papel de Neruda como el gran cantor del continente americano y en su influencia en la poesia hispanoamericana contemporanea. Pero todavia falta un estudio a fondo del periodo espafiol de la poesia de Neruda, tan decisivo para su maduracion poética. Los trabajos arriba mencionados tratan la etapa espafiola en la formacion nerudiana. pero no de manera exhaustiva, ya que sus fines son otros. El proposito del presente estudio es el de examinar detenidamente esta etapa de la carrera de Neruda para determinar el impacto que tuvo la experiencia espafiola en su obra posterior y, a la vez, considerar la influencia que_ejerci6 Neruda en el ambiente literario de Espafia y en ciertos poetas espafioles que colaboraron tan estrechamente con él. Un buen punto de partida para un estudio sobre la etapa eSpafiola de la poesia nerudiana es la revista Caballo Verde para la Poesia que dirigio Neruda y en la cual colaboraron muchos de los poetas espafioles mas importantes de la preguerra: Lorca, Alberti, Aleixandre,Hernandez, Cernuda, Moreno Villa, Serrano Plaja y otros. Caballo Verde, con sus prologos, verdaderos manifiestos de la poética nerudiana, fue material de acaloradas polémicas en su dia, y los comentaristas del periodo estiman que la revista fue una de las mas relevantes de su tiempo. En opinion de José Luis Cano, "Cabria afirmar que si el organo mas importante de la primera fase de la generacion (del 27) fue la revista Litoral . . . el de la segunda fue una dirigida por Neruda."8 Y si es cierto como dijo J. Lechner que "toda revista literaria es un barometro que permite determinar el clima cultural de una época," un estudio de Caballo Verde, puede aportar mucho a la comprension de las corrientes literarias de la década de los treinta. Lechner, en su introduccion a la reedicion en facsimil de Caballo Verde, lamenta que, por los motivos que sean, los historiadores de la literatura la hayan pasado por alto, o afin peor, hayan sometido a Caballo Verde a toda clase de interpretaciones erroneas sin conocer a fondo la revista y el ambiente en que aparecio. El mismo autor sugiere que . ahora que han pasado las pasiones y esta reedicién de la revista permite que sea consultada por un pfiblico mas amplio del que hasta ahora ha sido el caso, quizas sea oportuno volver a considerar el papel que ésta desempefio en la vida literaria 8e Espafia y sopesar serenamente sus fallos y sus meritos. Para iniciar este estudio sobre Neruda y su revista Caballo Verde para laPoesia, examinamos primero en el Capitulo I el ambiente literario que dominaba en Espafia entre 1930 y l936 para determinar las preocupa- ciones estéticas y sociales que predominaban alli antes de la llegada del poeta chileno en l934. En estos afios se desarrollaba una actividad intelectual intensisima y el hombre de letras comenzaba a jugar un papel importante en los asuntos diarios de la Repfiblica. A través de una seleccion representativa de periodicos, revistas literarias y encuestas de la época se advierte el cambio de rumbo que se acusa en la poesia espafiola a partir de l930 y el debate que se libra por estas fechas entre partidarios de la poesia "pura" y la poesia "rehumanizada" que se vuelve, en algunos casos, poesia de compromiso. Analizamos ciertos hechos socio- politicos que tuvieron fuertes repercusiones en los ciculos literarios y que ayudaron a acelerar este cambio de rumbo. Y por Ultimo, se pasa a considerar la semejante y simultanea evolucion poética y politica que ocurre en algunos de los poetas que luego fueron colaboradores de la revista Caballo Verde: Alberti, Prados, Serrano Plaja, Miguel Hernandez, Cernuda y Lorca. Los Capitulos II y III de este trabajo se dedican a investigar los contactos de Neruda con Espafia y sus poetas que empezaron en l927, continuaron durante la Repfiblica y la guerra civil, y duraron hasta su muerte. El Capitulo II trata extensivamente el periodo en que Neruda como consul, entre 1934 y 1936, convivio en estrecho contacto con los poetas espafioles mas influyentes del periodo de la preguerra. El Capitulo III traza las relaciones del poeta chileno con ESpafia durante la guerra civil, cuando se dedico a una labor de agitacion a favor de la Repfiblica, y deSpués, a lo largo de su carrera en la cual se evidencia una continua preocupacion por ESpafia y sus poetas. En estos dos capitulos documentamos las actividades de Neruda relacionadas con Espafia y sus poetas para demostrar como estas experiencias influyeron en su poesia. Al mismo tiempo resaltamos los aspectos de la poesia de Neruda que aportaron elementos nuevos al ambiente literario de Madrid para asi com- prender el dinamico intercambio poético que tuvo lugar entre Neruda y los poetas espafioles que fueron sus amigos y admiradores. Como prologo al estudio de la revista Caballo Verde para la Poesia, se examinan en el Capitulo IV algunas de las multiples revistas literarias que aparecieron en Espafia entre l930 y l936. Para resaltar la pluralidad de enfoques que representan, y para poder definir mejor la revista neru- diana luego, presentamos un sistema de categorias fitiles para clasificar las revistas literarias de la época republicana: Revistas minoritarias de creacion, Revistas minoritarias de creacion y critica, Revistas mayori- tarias de difusion literaria y Revistas mayoritarias de literatura y politica. Una vez establecidas estas categorias, se pasa a tratar brevemente de algunas de las revistas representativas de cada grupo, facilitando asi una mayor comprension del fenomeno de las revistas republicanas en su conjunto, y de Caballo Verde en particular. Nuestro estudio del intercambio literario entre Neruda y los poetas espafioles se centra en los Capitulos V y VIaen donde se muestra la culminacion de sus esfuerzos con la publicacion de la revista Caballo Verde para la Poesia. En la Capitulo V, examinamos la poética de "impu- reza" que Neruda elaboro en los manifiestos que encabezan cada uno de los cuatro nfimeros de la revista, y seguimos con detalle la polémica que suscit6 Caballo Verde en la prensa y en las revistas literarias de la preguerra. En el Capitulo VI, consideramos las colaboraciones poéticas publicadas en Caballo Verde para averiguar qué corrientes literarias representaban y para ver en qué medida influyeron las teorias nerudianas en los poetas colaboradores de la revista. Ofrecemos una interpretacion. del significado de Caballo Verde para la Poesia en el ambiente literario de la época, ya que creemos que ha sido interpretado erroneamente por algunos criticos en la posguerra. Al final de este estudio, presentamos una serie de documentos que complementan nuestra investigacion. El Apéndice A es la relacion de una serie de textos nerudianos en prosa, escritos en fechas muy diversas, y que tratan de alguna manera el tema de Espafia. Algunos son de dificil acceso; otros se encuentran con mis facilidad y son conocidos. Todos cobran un significado especial vistos en su conjunto como documentos que comprueban la gran importancia que Neruda dio a Espafia a lo largo de su vida. Asimismo, el Apéndice B ofrece una relaci6n de los poemas de Neruda que tienen como tema Espafia o los espafioles, y que subrayan una vez mas su continuado interés por este pais. Como complemento al estudio de Caballo Verde, el Apéndice C agrega datos sobre la vida y produccion literaria de los multiples colaboradores, y el Apéndice D aporta un indice del contenido de la revista.. Y por ultimo, el Apéndice E afiade detalles sobre otras revistas literarias de la época republicana que han servido para la elaboracion de este trabajo. Las obras consultadas a lo largo de esta tesis quedan expuestas en una bibliografia a continuacion de los apéndices. La mayoria de los datos empleados en la documentacién del estudio proceden de periodicos y revistas espafiolas editadas entre 1930 y l936. En nuestro tratamiento de Caballo Verde hemos complementado estos datos impresos, con otra infbrmacion procedente de una importante protagonista en la publicacion de la revista, Concha Méndez. La investigacion se llev6 a cabo en Madrid, en la Biblioteca Nacional, la Hemeroteca Municipal y el Ateneo, y en las bibliotecas de la Universidad del Estado de Michigan (East Lansing) y de la Universidad de Michigan (Ann Arbor), E.E.U.U. A lo largo de este trabajo nos referimos repetidamente a varias obras de Neruda. Utlizamos las siglas "g;_C;f y un'nfimero romano para citar cada uno de los tres volfimenes de las Obras Completas del poeta (Buenos Aires: Losada, 4a edicion aumentada, l973). Las referencias a sus memorias Confieso que he vivido (Barcelona: Seix Barral, l974) traen la abreviatura "Confieso. . ." y el numero correspondiente de pagina. Las citas sefialadas por el titulo "Para nacer he nacido" y el numero de pagina, proceden de la coleccion de textos nerudianos en prosa que lleva este nombre (Barcelona: Seix Barral, 1978). Se entiende que todos los articulos citados de revistas o periodicos que no lleven indicacion del lugar de publicacion, aparecieron en Madrid. 10 NOTAS 1Estas declaraciones a la television francesa fueron recogidas por André Camp y Ramon Luis Chao en la revista Triunfo (13 de noviembre de 1971), p695. 19-20. 2En Emilio Oribe, Juan Marinello y Pablo Neruda, Neruda entre nosotros (Montevideo: AIAPE--Agrupaci6n de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores--, 1938), p59. 38. 3Citado por Jorge Guillén en su prologo a las Obras Completas de Lorca (Madrid: Aguilar, 19- edicion, 1973), pag. lxxi. 4Jaime Concha, Neruda (1904-1935), (Santiago: Editorial Universi- taria, 1972), p69. 245. 5Juan Cano Ballesta, La poesia espafiola entre pureza y revolucion (Madrid: Gredos, 1972), p695. 201- 202. 6Biruté Ciplijauskaite, El poeta y la poesia. Del romanticismo a la poesia social (Madrid: Insula, 1966), p69. 383, y Luis Rosales, 'Leopoldo Panero hacia un nuevo humanismo," Cuadernos Hispanoamericanos 187- 188 (julio--agosto, 1965), p59. 65. 7Amado Alonso, Poesia y estilo de Pablo Neruda (Buenos Aires: Losada, 1940); Raul Silva Castro, Pablo Neruda (Santiago: Universitaria, 1964), Jaime Concha, Neruda (1904-1936) (Santiago: Universitaria, 1972); Margarita Aguirre, Las vidas de Pablo Neruda (Barcelona: Grijalbo, 1973) y Emir Rodriguez Monegal, Neruda: E1 viajero inmovil, (Caracas: Monte Avila, 1977). 8José Luis Cano, "La generacion de la amistad" en La poesia de la generacion del 27 (Madrid: Guadarrama, 2- ed., 1973), p39. 21. Semejante juicio hace Miguel Angel Hernando en su libro Prosa vanguardista en la generaci6n del 27 (Gecé y "La Gaceta Literaria") (Madrid: Prensa Espafiola, 1975), P59. 57: 9Jan Lechner en su introduccion a la reimpresion de Caballo Verde para la Poesia (Glashutten im Taunus, Alemania: Verlag Detlev Auvermann y Nendeln, Liechtenstein: Kraus Reprint, 1974), s.p. CAPITULO I LA VIDA LITERARIA EN LA SEGUNDA REPUBLICA 11 12 Como antecedente a nuestro estudio sobre Pablo Neruda y la impor- tancia que tuvieron 1as experiencias vividas en Espafia es menester examinar primero e1 ambiente cultural que dominaba en este pais antes de su llegada a Madrid como consul de Chile en 1934. Este singular clima literario, que Neruda califico de "renacimiento espléndido y generoso de la vida creativa eSpafiola"1 impresion6 profundamente al poeta chileno, e iba a influir decisivamente en su futura evolucion poética. En los primeros afios de la década de los treinta, Espafia experimentaba una serie de cambios profundos en todos los niveles de su existencia. La caida de la monarquia y la subsiguiente proclamacion de la Segunda Repfiblica en abril de 1931 removi6 de manera radical 1as bases politicas de la sociedad espafiola. Y este periodo de conmocion nacional coincide con un momemto de maxima efervescencia literaria y cultural, en que Espafia cuenta con tres generaciones de poetas, novelistas y dramaturgos que producen entre 1931 y 1936 algunas de sus obras mas significativas. En cuanto a la poesia, en esta época, Unamuno escribe su Djarjg_ pgético, Juan Ramon Jiménez edita sus cuadernos de Sucesion y Antonio Machado publica 1a tercera edicion de sus Poesias completas. De la época de la preguerra son también algunas de 1as obras mas importantes de la generacion del 27 como Espadas como labios y La destruccién 0 el amor de Aleixandre, La voz a ti debida de Salinas, Llanto por Ignacio Sanchez Mejias de Lorca y la segunda edici6n del Canticg de Guillén. Y en estos afios aparecen los primeros libros de un conjunto de poetas mas jovenes cuyos nombres se vincularian a1 afio limite de esta época, 1936: Perito en lunas y El rayo que no cesa de Miguel Hernandez, Sombra indecisa de Arturo Serrano Plaja, Abril de Luis Rosales, Cantos de primavera de Luis 13 Felipe Vivanco, y Sonetos amorosos de German Bleiberg. El indice de creatividad entre 1931 y 1936 es igualmente impresionante en teatro y prosa. Cuando Lorca y otros dramaturgos jovenes como Casona, Calvo Sotelo, Jardiel Poncela yMihura estrenan sus primeras obras, siguen en cartel obras de Marquina, los Quintero, Arniches, Benavente y Mufioz Seca. También de esta epoca son las producciones teatrales unamunianas, El otro y El hermano Juan. Respecto a1 ensayo y la narrativa de la preguerra, aparecen San Manuel Bueno, martir de Unamuno, y numerosos volumenes de Ortega, Marafion y Benjamin Jarnés simultaneamente con 1as narraciones primerizas de Sender, Aub, Arconada, Arderius y otros novelistas nacientes. Otro indicio de la tremenda actividad cultural que encontro Neruda a su llegada a Madrid en 1934 es la gran cantidad de tertulias "permanentes" que existian en Madrid en los afios de la preguerra. E1 Almanaque Literario 1935 dedica una secci6n especial a estas "Tertulias Literarias" y menciona hasta catorce. Algunas de ellas giraban en torno a la redaccion de una revista como en el caso de Ortega y el grupo de Revista de Occidente, o Bergamin y los editores de Cruz y Raya. Otras se reunian en instituciones culturales como el Circulo de Bellas Artes 0 e1 Ateneo. Y otras muchas tertulias se formaban en los cafés de la Calle de Alcala, principalmente e1 Café Lyon, La Ballena Alegre, la Cerveceria de Correos y la hoy desa- parecida Granja del Henar. En estos lugares se congregaban los principales poetas, periodistas, pintores, musicos, actores, catedraticos y pedagogos de la época para intercambiar ideas y mantenerse a1 tanto de las novedades ocurridas en sus campos respectivos. Las tertulias mencionadas constituyen sin duda solo una parte de los conclaves literarios de la época, pero nos dan una idea del intenso movimiento intelectual que envolvia entonces a la capital espafiola.2 l4 Aunque 1as agrupaciones arriba sefialadas caen dentro de lo que se puede llamar tertulias "literarias," es preciso observar que, a la hora de formar grupo, no siempre operaban criterios exclusivamente estéticos. Asi, en la mayoria de los casos, se disciernen ciertas afinidades ideologicas entre los miembros de estas tertulias, afinidades que cobrarian mas relevancia a medida que se iba politizando e1 ambiente cultural de la inmediata preguerra. Estas afinidades se observan en lo que Tufion de Lara denomina, con ciertos matices, los "equipos" de intelectuales que existian durante e1 periodo republicano. Aunque describe a los intelec- tuales como unidos en equipo por "lazos de parentesco espiritual," se hace evidente también cierta unidad ideologica en los grupos que cita, es decir, los "equipos" formados en torno a1 Ateneo, a la Institucién Libre de Ensefianza, a la Revista de Occidente y 1as empresas orteguianas El Sol, Crisol y Luz. Este parentesco mas que "espiritual" es aun mas obvio en otros grupos que menciona Tufion: con ideas izquierdistas, e1 “equipo" que editaba Octubre, y con tendencias derechistas, los miembros de la Asociacion Catolica Nacional de Propagandistas o los redactores de Accion Espafiola 0 La Conquista del Estado.3 En su estudio sobre los intelectuales y la Segunda Repfiblica, Jean Bécarud y Evelyne Lopez Campillo también situan a los hombres de letras en grupos que tienen un marcado matiz politico.4 La organizacion de los intelectuales segun afinidades ideologicas es significativo e influiria mucho en la evolucion posterior de Neruda. En Espafia, el hombre de letras, que en la década de los veinte se dedicaba casi exclusivamente a los quehaceres literarios, en los primeros afios que siguen a 1930 dificilmente elude la participacion en la vida poli- tica de su pais. Por primera vez en muchos afios, abandona el intelectual 15 su postura de evasion y de "minoria selecta" para tomar parte activa en los asuntos de preocupacion nacional. Esto representa un cambio claro respecto a los ultimos diez afios de la monarquia, en los que, salvo escasas excepciones, e1 intelectual no intervenia en la realidad po- litica espafiola. Pero no es solo eso. Los intelectuales empiezan a tener conciencia de que juegan un papel activo en la iniciacion de una serie de-cambios sociales que iban a afectar profundamente a la sociedad espafiola a partir de 1931. Prueba de esta creencia, sin duda muy extendida, podria ser 1a observacion hecha en 1932 por el antiguo redactor de Post-Guerra José Venegas, de que el motor de la revolucion espafiola habia sido 1a clase intelectual. Para apoyar esta afimacion cita a Unamuno como el primer rebelde contra la dictadura. También, e1 editorial de Ortega "Delenda est Monarchia," publicado en §l_§gl_el 15 de noviembre de 1930, asi como la convocatoria de una agrupacion de intelectuales "Al Servicio de la Repfiblica" firmada por Marafion y Pérez de Ayala marcaba, en palabras de Venegas, "e1 momento cumbre de la lucha contra 1a monarquia." E1 gran numero de intelectuales en 1as Cortes Constituyentes de 1931 1e parece a1 mismo comentarista otro indicio de la nueva importancia que adquiere el hombre de letras en Espafia en la que a menudo se ha denominado "1a Republica de los intelectuales."5 Si como hemos indicado, a partir de 1930 el intelectual espafiol comienza a participar en la realidad social y politica de su pais, esta realidad no puede dejar de reflejarse en la literatura y en el arte. Se aprecia en el ambiente cultural un progresivo "cambio de rumbo" con respecto a la década de los veinte que se observa en la tendencia a abandonar 1a litera- tura llamada "deshumanizada" o "pura," y a dar entrada a temas de indole social en estrecha relacion con el hombre y sus problemas cotidianos. 16 Este proceso de "rehumanizacién" de la literatura tuvo sus comienzos en los ultimos afios veinte, cuando un grupo de escritores espafioles empezoaicondenar e1 arte "deshumanizado," reprochando precisamente su falta de humanidad y su desentendimiento de los temas sociales. Muestra de esta actitud critica son las declaraciones de José Diaz Fernandez, publicadas en la revista madrilefia Post-Guerra en 1927: . . . E1 arte de vanguardia al desentenderse de su funcion social, nace y muere en si mismo, tiene un destino triste y una existencia efimera. . . Le falta la sustancia social. E1 arte sera tanto mas puro, cuanto mejor colabore en la conciencia de la vida y en la dinamica de la historia. . 6 . Manuel Gonzalez Fernandez, desde 1as paginas de la misma revista, mantiene ideas parecidas, subrayando el hecho de que una vuelta a temas humanos no tendria que significar necesariamente una renuncia a los avances técnicos que pudiera haber aportado 1a etapa "deshumanizada": ". . . es hora ya de volver 1a atencion a los temas humanos y sociales, sin perjuicio de tratarlos con la técnica rejuvenecida."7 Estas actitudes que en 1927 podrian parecer escandalosas en algunos circulos, empezaban a gozar de cierta aceptacion a partir de 1930. Un buen ejemplo de la posicion adoptada por muchos escritores jovenes es un articulo de Carlos y Pedro Caba en donde estos autores proclaman: La generacion de 1930 prepara un rencimiento. . . . recomence- mos los de 1930. . . rehumanizandonos con un nuevo sentido humanista de la vida. . . Vayamos ya, en resaca de audacias, a una estética de este momento, impregnada de 1as esencias humanas que nos son sustanciales. Para algunos escritores, esta rehumanizacién significaba 1a adopcion de nuevas técnicas narrativas y liricas y la aceptacion de nuevos temas en contacto con el hombre y sus quehaceres cotidianos. Para otros, implicaba una actitud que se traducia en una literatura comprometida 17 politicamente. Pero para todos, sefialaba e1 ocaso del cultivo de una literatura purista y alejada de la realidad circundante. Las razones de esta nueva orientacion de la literatura hay que buscarlas en una serie de circunstancias, literarias y extra-literarias que condicionaban e1 ambiente cultural de la preguerra. Las tensiones politicas dentro de Espafia (que iban a tener su culminacion en el estallido de la guerra civil), 1a crisis economica mundial, y el conflicto ideologico en las soluciones ofrecidas por el fascismo y el comunismo con- tribuyeron a "humanizar" la literatura. Y dos corrientes literarias, e1 surrealismo y el realismo socialista contribuyeron a caldear e1 ambiente cultural de la preguerra. E1 surrealismo, movimiento que "envolvia una protesta total contra 1a sociedad y contra 1as bases en que ésta se halla sustentada,"9 arraigo .en Espafia precisamente en los afios en que mas se acusa este cambio en la literatura. Aunque 1a mayoria de los poetas espafioles no se proclamaron abiertamente surrealistas, 1as huellas del surrealismo resultaron patentes en algunas de 1as principales obras poéticas de esta época. Poeta en Nueva York de Lorca, Espadas como labios y La destruccion 0 el amor de Aleixandre, Cuerpo perseguido de Emilio Prados, Un rio, un amor de Cernuda y Sobre los angeles de Alberti son ejemplos de ello.10 El surrea- lismo introdujo en el ambiente espafiol innovaciones técnicas: su voz desbordante exigia e1 abandono de 1as formas métricas tradicionales culti- vadas por los "puristas." Pero lo que es mas importante, e1 surrealismo alimento entre los poetas espafioles un sentimiento de insatisfaccion y necesidad de rebelarse contra la sociedad. En opinion de Cernuda, e1 hecho de experimentar o no la influencia surrealista, abre una brecha entre el grupo poético de 1927. A an lado quedan los que creen con 18 Guillén que "E1 mundo esta bien hecho," y al otro los que responden instintivamente, l'No. E1 mundo no esta bien hecho; pero pudiera estarlo mejor, si no lo impidiera siempre, precisamente, ese conformismo burgués."H Esta insatisfaccion luego produciria frutos poéticos "impuros," y en algunos casos se traduciria en una literatura de orientacion social y comprometida. Otro factor a tomar en cuenta en esta evolucion en la literatura es la influencia ejercida por el realismo socialista, no tanto como doctrina literaria, sino a través de 1as obras literarias de la Rusia soviética que empezaban a conocerse en Espafia a partir de los filtimos afios veinte. En esta época, aparecian con frecuencia en las revistas literarias y en la prensa espafiola articulos sobre la literatura sovié- tica.12 Varias editoriales como Cenit, Zeus, Oriente, Hoy, Ulises y otras publicaron en traduccion obras de los mas significativas novelistas rusos revolucionarios como Fedin, Babel, Ivanov, Gladkov, Sholojov, y Ehrenburg.13 La editorial Jason editaba una coleccion titulada "Los novelistas de la Rusia roja“ y la casa Cenit otra llamada "La novela proletaria" que también admitia narrativa de tal género de autores espafioles. También 11egaron a Espafia noticias sobre los debates surgidos en torno a1 realismo socialista en dos reuniones imporantes, 1a Conferencia Internacional de la Union de Escritores Revolucionarios celebrada en Jarkov en noviembre de 1931 y el Primer Congreso de Escritores Soviéticos de Moscu, en agosto de 1934, al que asistio, en representacion de Espafia, Rafael A1berti.14 Y se crearon varias organizaciones de escritores revolu- cionarios entre los intelectuales espafioles: en Madrid, 1a Union de Escritores Proletarios Revolucionarios de Hispano América y la Asociacion de Escritores y Artistas Revolucionarios de Espafia, y en Valencia, 1a Union de Escritores y Artistas Proletarios. 19 En junio de 1935, tuvo lugar en Paris e1 Primer Congreso Interna- cional para la Defensa de la Cultura, reunion que subio a1 maximo la fiebre politizadora del ambiente literario europeo.15 De Espafia asis- tieron al congreso Arturo Serrano Plaja, Julio Alvarez del Vayo, Andrés Carranque de Rios, Pablo Neruda y Raul Gonzalez Tufion, estos dos filtimos en representacion de Chile y Argentina. Los debates que alli se enta- blaron en torno a1 deber politico del intelectual se conocieron en Espafia a través de varias cr6nicas aparecidas en Heraldo de Madrid, Linea y Revista de Occidente.16 Y del congreso surgio luego una polé- mica en la prensa madrilefia entre Serrano Plaja y José Bergamin, seguida de cerca por muchos escritores, en la cual se discutié 1a posibilidad de compatibilidad entre marxismo y cristianismo.17 E1 proceso de "rehumanizacion" de la literatura que venimos docu- mentando, afecto a todos los géneros literarios. En el teatro se mani- fiesta este proceso en algunas obras que intentan reflejar alguna reali- dad social de Espafia, como Yerma y,Bodas de sangre de Lorca o Nuestra - Natacha de Casona. Pero se observa mas claramente en algunos intentos de renovacidn teatral cuyos planteamientos técnicos aparecieron resumidos en dos libros: La batalla teatral de-Luis Araquistain y Teatro de masas de Ramon Sender.18 E1 trabajo de Araquistain es esencialmente un proyecto de renovacion del teatro burgués mientras que el de Sender aboga por la aboli- cion del teatro vigente y la fundacion de un teatro revolucionario, dirigido a un nuevo publico proletario. E1 critico Miguel Bilbatua divide en dos categorias los grupos que aspiraban a llevar a cabo esta reforma en el teatro del periodo republicano: los que hacian "teatro p§§g_el pueblo" y los que hacian "teatro g§l_pueblo."]? En la primera categoria coloca a grupos como el Teatro de 1as Misiones Pedagogicas o los teatros 20 universitarios "La Barraca" 0 "E1 Buho," grupos que llevaban sus representaciones de teatro clasico espafiol a los pueblos mas apartados del pais. En la segunda categoria sitfia a1 proyecto de la Union de Escritores y Artistas Revolucinarios de crear el "grupo Octubre" de teatro de agitacion politica. Este teatro de tipo revolucionario solo 11ego a cultivarse con alguna frecuencia durante la guerra civil, por los grupos "Nueva Escena," "Teatro de Arte y Propaganda," "Teatro de Urgencia" y "auerrillas del Teatro." En narrativa, 1a tendencia rehumanizadora se observa en esos afios en el cultivo de una novelistica que podriamos llamar "social." En 1936 en un articulo, "E1 novelista y 1as masas," Sender recordaba a los novelistas la responsabilidad que (en su opinion) tenian de unirse a 1as masas y escribir para ellas.20 Pero aun antes, esta nueva conciencia se habia manifestado entre prosistas jovenes como Joaquin Arderius, Andrés Carranque de Rios, César M. Arconada, Manuel Benavides y el propio Sender. Las obras mas destacadas de la novelistica social de preguerra incluyen Campesinos (1931) y Crimea (1934) de Arderius; Up9_(1934) de Carranque de Rios; Los pobres contra los ricos (1933) y Reparto de tierras (1934) de Arconada; Un hombre de treinta afios de Benavides y Q;E;_ (1931),Siete domingos rojos (1932), Viaje a la aldea del crimen (1934) y La noche de las cien cabezas (1934) de Sender.21 En poesia, la tendencia humanizadora ha sido magistralmente estu- diada por Juan Cano Ballesta en su obra La poesia espafiola entre pureza y revolucion, libro al que nos referiremos a menudo a lo largo de nuestro trabajo.22 Esta tendencia se tradujo en una acentuada tension entre los partidarios de la antigua "poesia pura" y los que abogaban por una 21 poesia que reflejaba 1a condicion humana. La poesia pura tuvo en estos afios sus defensores, entre ellos, Juan José Domenchina, quien en 1931 declaro que los poetas habian de adherirse a sus deberes estrictamente estéticos, aun arriesgandose a que 1es acusaran de "aristocratasl' Se rebelaba contra 1a rehumanizacion en la poesia que, en su opinion, 1a convertia en vehiculo para hacer politica. "E1 poeta no es," dice, "uno de esos verbos perentorios, de urgencia, para el mitin 0 e1 motin, que se improvisan."23 Pero 1a creencia quizas mas extendida en esta época era que la poesia pura ya constituia una moda trasnochada y habia que escoger, como proclamo Lope Mateo, entre hacer "poesia pura" o hacer "poesia viva." Afirma que la poesia que desdefia elementos de la vida humana por "impuros" sera algo “yerto y desmedrado" y recuerda e1 consejo de Azorin: "Poetas, observad vuestro tiempo, sentid vuestro tiempo, amad vuestro tiempo, cantad vuestro tiempo."24 La poesia "impura," pues, ya tenia partidarios en Madrid antes de que Neruda elaborara sus teorias sobre ella en su prologo a1 primer numero de la revista Caballo Verde para la Poesia, "Sobre una poesia sin pureza," en octubre de 1935. Y ya se observaba entre algunos poetas un rechazo tacito del liderato de Juan Ramon Jiménez, considerado como el pontifice de la poesia pura. En el mismo numero de la revista Frente Literario que rendia homenaje a1 poeta moguerefio en 1934, el joven poeta Arturo Serrano Plaja proclamaba 1a necesidad de "hacer trizas 1a corona poética de Juan Ramon Jiménez para dar paso a una nueva poética: "Su poesia es la rosa o conla perfeccion de la rosa. Su momento, su circunstancia, es la posibilidad de la rosa. . Pero hoy todas 1as flores han sido arrancadas, y con ellas, una manera, una forma de poesia; una poesia como una flor . Hoy es el dia de sangre y ruinas. El poeta tiene que per- cibir 1a flor, que siempre es la poesia, a través de ellas.25 22 Como ha sefialado Jan Lechner, en esta época "e1 poeta se ha dado cuenta de que no esta solo en el mundo y se opone, en general, conscientemente, a1 lema de Juan Ramon Jiménez, "A la minoria siempre."26 Tal oposicién implicaba a la vez un alejamiento del poeta moguerefio que la predicaba, distanciamiento que ya se hacia patente en el ambiente poético espafiol antes del enfrentamiento entre Juan Ramon y'Neruda que tendria lugar poco depués. Un indicio de la aceptacion generalizada de que gozaba entre los intelectuales 1a literatura mas "humanizada" se encuentra en dos encuestas sobre el tema, que se llevaron a cabo en Madrid en fechas muy significa- tivas: 1927 y 1935. La primera se inicié en el Nfim. 22 de La Gaceta Literaria e1 15 de noviembre de 1927, y la segunda formo parte del Almanaque Literario 1935 que publico la editorial Plutarco. En 1as dos se preguntaba a un grupo de intelectuales si creian conveniente 1a inter- vencion de la politica en la literatura, y 1as encuestas dan una buena idea de la evolucion de sus actitudes en este sentido.27 La mayoria de los participantes en la encuesta de 1927 contestan "No" a la pregunta, "éDebe intervenir la politica en la 1iteratura?", y coinciden en sefialar la incoveniencia, si no la imposibilidad, de mezclar 1a literatura con la politica. Eugenio Montes opina que "los valores politicos no pueden influir directamente en los literarios porque no hay entre ellos posible relacion." Miguel Pérez Ferrero afirma que "la politica, tomada ésta en su mas puro sentido, no debe intervenir en la literatura." Y César M. Arconada contesta "No. No. Rotundamente. La literatura, es ocio, fantasia, inutilidad. Es decir, lo contrario de la politica, que es utilidad y realidad."28 23 Son muy diferentes, sin embargo, 1as actitudes expresadas en el Almanaque Literario en 1935. A la pregunta "ZCree usted que la literatura y el arte deben mantenerse a1 margen de las inquietudes sociales de nuestro tiempo?", ninguno contesta categoricamente "Si." Todos coinciden en la conviccion de que la literatura, o bien no debe mantenerse a1 margen de la vida social, 0 bien no puede. Hasta Juan Ramon Jiménez confiesa que la poesia "esencia de todo arte, es ilimitada. . ." y que "muchos grandes poetas han dedicado parte de su obra a 10 social," aunque cree que "esta parte dura menos que la parte'desinteresada.'" Escritores ideologicamente contrarios como Ernesto Giménez Caballero y Ramon Sender concurren en la creencia de que el literato siempre hace politica de un signo u otro, a través de su obra, aun sin querer. Y Francisco Mateos reconoce que efectivamente ha habido un cambio de actitudes con respecto a la época anterior. Afirma que antes del advenimiento de la Republica hubiera contestado "Si" a la pregunta. Pero en 1935, proclama proféti- camente que la realidad le dice que "todo artista y escritor de este momento sera arrastrado a la lucha sin cuartel que se avencina. . ."29 Es necesario sefialar, sin embargo, e1 hecho de que no todos los intelectuales espafioles vieron con buenos ojos esta tendencia a humanizar 1a literatura y a abandonar la llamada "poesia pura," especialmente cuando esta humanizacién implicaba dar a la literatura un determinado significa- do politico. Ejemplos de tal inconformidad se encuentran en 1as declara- ciones de criticos y escritores como Ernesto Giménez Caballero, Benjamin Jarnés y Enrique Azcoaga, aparecidas en varias revistas literarias madri- 1efias entre 1932 y 1934. Giménez Caballero, en su articulo "Decadencia de la poesia espafiola" se acuerda de los poetas espafioles que, antes de la proclamacion de la Repfiblica: 24 . . . se agruparon en torno del emblema de la "pureza," de "lo puro," como en forteleza de cristal, contra todo turbio contacto, como en torre de ebonita, . . . Todos aquellos que, . . . bajo 1a imprecacion juanramoniana de "A la minoria siempre," encerraron en el lirismo e1 mas sutil de las posiciones sociales, egodelicado grito de la no colaborac1on con la masa . . . Estos poetas, segun Giménez Caballero, "en el mayor y mas tragica de 1as sorpresas," desertaron de la poética purista. Y algunos de ellos hasta entraron directamente en el juego politico republicano, cambiando su lema "A la minoria siempre," por “A la minoria parlamentaria siempre." Esta actitud de algunos poetas puros representa para "Gecé" una prueba de la decadencia de la poesia espafiola, y la califica de "abuso de confianza" y "estafa." En un dia futuro, afirma, estos poetas seran juzgados por tales delitos ante 1a "brava voz" de un fiscal que pregunte, "ahasta qué punto puede tolerarse en un pais. . . el que sus poetas claudiquen de su poesia, engafien a sus secuaces y se aprovechen del triunfo de sus antiguos perseguidores?"31 Por su parte, Benjamin Jarnés, vinculado a la novelistica orte- guiana representada por la serie "Nova Novorum," mostro en varias ocasiones su disconformidad con la nueva literatura de tipo social. En una con- ferencia en el Ateneo de Madrid a finales de 1933 quiso subrayar lo que consideraba los "deberes de la literatura en el momento presente." Junto a avisos nada despreciables como "escribir bien" y "Ser libre y sincero," Jarnés aconseja a los escritores del dia "no romper e1 micro- scopio ante los dogmas" y "no ser parasito ideologico.32 En otra oca- sién, en un articulo en la revista Literatura se queja de que "gran parte de la produccion literaria espafiola de estos dias viene padeciendo un fuerte amago de fiebre politica." Para Jarnés, esta incursion de 25 1a politica en la literatura reduce ”dolorosamente e1 campo donde libre- mente debieran circular 1as ideas," y los escritores "sumisos a1 impera- tivo de la actualidad" siguen este camino "por temor a ser tachados de falta de espiritu dinamico." Considera que se podria tolerar esta fiebre politica en los libros de abierta intencion social, pero lamenta que se haya extendido a la literatura y en especial a la novela: .Géneros literarios que podrian parecer exentos de toda epidemia momentanea, sufren de la misma estrechez y del mismo espiritu de combate. La misma novela no suele ya escribirse para poner en evidencia un fragmento de vida . sino para machacar el frente opuesto. Asi queda la novela convertida en panfleto, en tratado de estrategia, en coleccion de arengas y sucesos vistos por solo un costado. . . E1 critico Enrique Azcoaga expresaba ideas semejantes a 1as que ya hemos apuntado en Giménez Caballero y Jarnés. Bajo e1 titulo "Sentido antisocial del poeta," en un articulo de la revista madrilefia Hoja Literaria, mantiene 1a teoria de que son incompatibles e1 poeta y la sociedad. Para Azcoaga, e1 poeta es por definicion un ser solitario, es la antitesis de la sociedad y no puede pertenecer a ninguna colecti- vidad. Califica de "hipocrita rectificacién" e1 hecho de que algunos poetas que se decian "puros" hubieran pasado a escribir una poesia practica, que sirviera para a1go o que sirviera a alguna causa concreta.34 Ataca mas directamente a estos poetas en un editorial de la misma revista titulado "Falsa politica de 1as letras." Aqui invita a1 lector a con- templar "los coqueteos que tanto triste 'deshumanizado' hace ahora con lo vivo, con lo que no era de moda. . .": . Observemos, a los comicos del arte social y los payasos. politicos, confesando en una rectificacion--como toda su vida-- su impotencia creadora, su afan de imitacion. Igual que antes lo puro, imitan ahora lo que lesggliga a decir "es que aquello, ya no me interesa". 26 Para Azcoaga, estos poetas, ayer "snobs," son hoy "satisfechos sefioritos 'liberales,'" "reaccionarios inconscientes" y “renegadores de un van- guardismo que nunca sintieron." Considera que "el anciano liberalismo de los nuevos 'artistas politicos' es igual que la insistencia en llamarse intelectuales: una falsedad."36 En otra ocasién, Azcoaga lamento e1 hecho de que la postura politica de un escritor empezaba a ser un factor fundamental a la hora de hacer una valoracion critica de su obra: . . . Contemplamos con asombro, que el éxito de un libro, en parte, en una gran parte, depende de la posicion de su autor. Que éste es un neto republicano, ya el libro es admirable. Si un profundo y consecuente gubernamental, e1 volumen merecera fotos, intervius, gacetillas, extggsos comentar1os y camb1os en los gustos cr1t1cos. . Lo anteriormente expuesto, es evidencia suficiente de que la nueva orientacion social de la literatura no gustaba a todos. Como sefiala Cano Ballesta en referencia a la poesia, e1 ideal purista todavia contaba entre 1930 y 1936 con algunos seguidores. Este critico opina, sin embargo, que la poesia de corte purista cultivada en la época republicana era mediocre, y que solo 1as obras que dieron entrada a 1as nuevas tendencias lograban sobrevivir.38 Es indudable que la evolucion en Espafia hacia una literatura mas humanizada esta directamente relacionada con el momento politico que vivia e1 pais, y que ciertos hechos historicos concretos influyeron en la lirica para que tomara definitivamente este giro que desembocaria en la inmediata preguerra en el extenso cultivo de una poesia de tipo com- prometido. En nuestro comentario sobre el ambiente cultural de esta época, no podemos dejar de mencionar la importancia que tuvieron en este sentido, los hechos acaecidos en Asturias en 1934, que varios criticos han coincidido en calificar de decisivos para acelerar 27 e1 proceso de toma de conciencia politica entre los poetas espafioles. Como ha observado José Luis Cano: . La revoluci6n de los trabajadores asturianos en octu- bre de 1934 politiz6 aun mas 1a situaci6n intelectual espa- nola. Las posiciones puristas que aun defendian algunos poetas fieles a Juan Ramon Jiménez, como Juan José Domenchina, quedaron barridas.39 Los sucesos de Asturias sirvieron para reafirmar e1 compromiso politico que ya profesaban muchos intelectuales. Como declar6 la Asociaci6n Espafiola de Escritores y Artistas Revolucionarios, "L’Octobre rouge des Asturies est le baptéme de sang et de feu de notre révolution, . , . 1e point de départ de notre littérature révolutionnaire."40 Y otros muchos escritores, algunos de ellos no conocidos en esta época como "comprome- tidos," participaron en un acto de conmemoraci6n del primer aniversario del levantamiento minero, organizado por Le6n Felipe y celebrado en septiembre de 1935 en el Ateneo de Madrid. Alli, un grupo de poetas 1ey6 sus poemas inspirados en la revoluci6n asturiana y, entre los asistentes a este acto, se encontraron Pablo Neruda y Miguel Hernandez.4 1 La nueva orientaci6n de la poesia a partir de este momento queda patente en una declaraci6n de Manuel Altolaguirre: "Fue necesario que 11egara el afio de la sangrienta represi6n de Asturias para que todos, todos los poetas sintiéramos como un imperioso deber adaptar nuestra obra, nuestras vidas, a1 movimiento libertador de Espafia. . . ."42 Desde entonces, han quedado casi en el olvido, cuatro libros de poesia escritos en esta época para cantar e1 dolor y la heroicidad del pueblo asturiano: E1 burro explo- sivo de Rafael Alberti; Llanto de octubre de Emilio Prados; Voz de la tierra de Pascual P16 y Beltran y La rosa blindada del argentino Rafil Gonzalez Tufi6n. 43 28 Para completar nuestra visi6n del ambiente cultural de la preguerra, es menester hacer unas observaciones sobre la actitud de los poetas mas significativos en la época de la preguerra ante la nueva tendencia rehu- manizadora en la literatura. Alberti, Prados, Lorca, Cernuda, Miguel Hernandez y Arturo Serrano Plaja, poetas que serian amigos de Neruda y colaboradores en su revista Caballo Verde para la Poesia, respondieron, cada uno a su manera, a1 estimulo humanizador que invadia 1a poesia de esos afios. En el caso de Alberti, e1 poeta pas6 del cultivo de una poesia de estilo popular y tradicional en Marinero en tierra, y de los juegos gongoristas de Cal y canto a la expresién de una profunda crisis espiritual que se refleja en Sobre los angeles. En 1929, participa en los revuelos estudiantiles que caracterizaban los filtimos afios de la dictadura primoriverista. Y lo que 61 ha calificado su "primer intento de poesia social," "Con los zapatos puestos tengo que morir," esta fechado e1 12 de enero de 1930. E1 poeta ha resumido esta trayectoria de la siguiente manera: . Yo soy Rafael Alberti, el que trabaj6 en tiempo en gongorianos marmoles 1a forma de su voz. E1 que haciéndose huésped becqueriano de 1as nieblas se agarr6 en lucha deses- perada con los angeles, cayendo a1 fin herido, alicortado a la tierra. El que aun tuvo fuerzas para lanzarse, flami- gero, de 56bito, precipitandose en 1as calles enfebrecidas de estudiantes. . . E1 qug descubre entonces dos palabras: Libertad y Repfiblica. . . 4 Este temprano compromiso politico tiene un eco inmediato en las obras literarias del poeta gaditano y especialmente en su drama Fermin Galan (1931), y en dos libros de poesia Consignas (1933) y Nuestra diaria palabra (1936).45 En 1933 funda 1a revista Octubre, y en 1934 se con- vierte en portavoz de la Asociaci6n de Escritores y Artistas Revolucio- narios, cuando pronuncia, en su nombre, un discurso ante e1 Primer 29 Congreso de Escritores Soviéticos.46 A partir de este momento el nombre de Alberti, y gran parte de su obra poética, estaré relacionada con el compromiso adquirido en esta época. La trayectoria de Emilio Prados es similar. En los primeros afios veinte, mientras estudia en Friburgo, conoce de cerca a la izquierda alemana. A su vuelta a Espafia escribe poesia de corte purista y edita 1a revista Litoral con Altolaguirre, pero nace pronto en 61 una preocupacién por los obreros, campesinos y pescadores malaguefios. Funda un sindicato de artes graficas, y es junto con Alberti, uno de los primeros poetas espafioles que refleja estas preocupaciones sociales en su obra poética. Los poemas de No podréis (1930-1932), Calendario incompleto del pan y el pescado (1933-1934), y La voz cautiva (1933-l934) son testimonios de esta etapa humanizada y de compromiso en su poesia. 47 Aunque no tan radicalizado como Alberti y Prados, Lorca también res- pondi6 a1 ambiente humanizador de la preguerra dando una nueva orienta- ci6n a su obra teatral, que se manifiesta en unas declaraciones publicadas en la prensa madrilefia en 1936: . Ningfin hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro, arte por el arte mismo. En este momento dramatico del mundo, e1 artista debe llorar y reir con su pueblo. Hay que dejar e1 ramo de azucenas y meterse en el fango hasta 1a cintura para ayudar a los que buscan 1as azucenas. Particu- larmente yo tengo un ansia verdadera por comunicarme con los demés. Por eso llamé a 135 puertas del teatro y al teatro dediqué mi sensibilidad. E1 deseo de utilizar el teatro como medio de acercarse a1 pueblo es evi- dente en el entusiasmo y el trabajo que Lorca dedic6 a1 teatro universi- tario "La Barraca." Su interés humano por la vida rural se evidencia en obras como Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba, y Lorca declar6 en febrero de 1936 tener "en proyecto varios dramas de tipo humano 30 y social."49 En cuanto a su poesia, algunos criticos, entre ellos Jan Lechner, encuentran en Poeta en Nueva York "un fondo social,"50 y aunque nunca se vincu16 a ningun partido politico, e1 supuesto apoliti- cismo de Lorca queda desmentido por su continua participaci6n, en la época de la preguerra, en actos politicos de signo izquierdista.51 La evoluci6n de Luis Cernuda en este peri6do es igualmente intere- sante. En los altimos afios de la década del veinte, 1e sobrevino un sentimiento de descontento e insatisfacci6n ante la vida y la sociedad. Comentando esta experiencia ha sefialdo: . Espafia me aparecia como un pais decrépito y en descom- posici6n; todo en 61 me mortificaba e irritaba. . . . Mi antipatia al conformismo me hacia dificil a veces e1 trato con aquellos pocos escritores a quienes cgnocia, repugnandome e1 fondo burgués que adivinaba en ellos.5 Como consecuencia de este estado de descontento, "ciertas voces de rebeldia, a veces matizadas de violencia," comenzaron a surgir en la poesia de Cernuda. Tal rebeldia se manifiesta en su.poesia de tipo surrealista, y en la composici6n "Vientres sentados," publicada en la revista Octubre durante su efimera adhesi6n a1 comunismo. Con este motivo declar6: . Llega la vida a un momento en que los juguetes individualistas se quiebran entre las manos . . . Es necesario acabar, destruir 1a socigdad caduca en que la vida actual se debate aprisionada. 3 La poesia de los poetas j6venes, Miguel Hernandez y Arturo Serrano Plaja adquiere, también en estos afios, su calidad humana. En los dos se observa una evoluci6n hacia temas humanos y sociales queialestallar 1a guerra se convierten en actitudes abiertamente comprometidas. Varios criticos coinciden en sefialar e1 papel que juega Pablo Neruda en la evoluci6n poética de Hernandez en esta época, ya que es el poeta chileno 31 quien 1e aparta de la tutela de Ram6n Sijé y del ambiente religioso de El gallo Crisis.54 En cuanto a Serrano Plaja, influido por el ejemplo de Gide, declara que es el deber de todo poeta definirse politicamente,55 y cuando Neruda publica su manifiesto “Sobre una poesia sin pureza" se esfuerza por ser el primero en escribir un verdadero "poema impuro" y en contacto con el hombre. En resumen, vemos que en la época de la preguerra, la literatura y mas especificamente, 1a poesia, experiment6 un cambio de rumbo con respecto a los afios veinte. Como ha sefialado C. B. Morris, La deshumanizaci6n del artg_de Ortega y Gasset constituy6 un analisis valido de la literatura, pero 5610 aplicable a la primera mitad de la década. Sin embargo, e1 critico inglés declara que: . . . Had Ortega turned particularly to the poetry of Alberti, Cernuda, and Lorca four years later, he would have observed in their use of images the interplay of emotion and imaginatiog which he could have diagnosed as "1a rehumanizaci6n del arte." 5 32 NOTAS AL CAPITULO I 1Pablo Neruda, "Neruda por Neruda," entrevista de Andre Camp y Ram6n Luis Chao, Triunfo (13 nov. 1971), p69. 19. 2En el articulo "Tertulias literarias," Almanaque Literario 1935 (Madrid: Plutarco, 1935), pags. 179-181 se puede apreciar que a estas reuniones acudian los intelectuales mas relevantes de la época. En torno a Ortega y la redacci6n de Revista de Occidente se reunian Fernando Vela, Corpus Barga, Benjamin Jarnés, Morente, Cabrera, Luzuriaga, Iranzo, Rico Avello y Ram6n G6mez de la Serna, y a veces se unian a ellos los doctores Pittaluga, Marafi6n, Lafora, e1 economista Olariaga, Marichalar, Guillermo de Torre, Antonio Espina, Antonio de Obregén, Zubiri, Porras, José Tudela, Maria Zambrano y Maruja Mallo. En torno a la redacci6n de Cruz y Raya encontramos a Bergamin, Imaz, Zubiri, e1 pintor Benjamin Palencia y los poetas Luis Felipe Vivanco y Luis Rosales. En el Circulo de Bellas Artes, que el Almanaque califica de "casino de la mesocracia madrilefia" se vieron Julio Camba, Hernandez Cata, Blanco- Fombona, e1 escultor Juan Crist6bal y el torero Belmonte. En el Ateneo a veces se reunia a instancias de Unamuno, Valle o Ricardo Baroja un grupo que formaban Ledesma Miranda, Francisco Vighi, Juan Chabas, Ram6n Sender, Rosario del Olmo y Valentin Andrés. En el café Lyon funcionaban tres tertulias. Una, fundada por Salazar Chapela incluia en 1934 a Guillermo de Torre, Antonio de Obregén, Gustavo Pittaluga, Mauricio Amster, Humberto Pérez de la Ossa, César M. Arconada, Francisco Ayala, Ram6n G6mez de la Serna, Jorge Rubio y Rodolfo Halffter. La tertulia numero dos del Café Lyon se componia de Ignacio Sanchez Mejias, Bergamin, Ram6n Pastor, Antonio Sacristan, Luis Lamana, Semprun Gurrea, Fernandez Almagro, los doctores Oliver y Delgado de Torre, Justino de Azcarate, Pedro Burgos, Santiago Esteban de la Mora, German Tejero, Eduardo Rodrigafiez, Ernesto y Constantino Navarro, Miguel Pérez Ferrero, Francisco Sedafio y José Maria de Cossio. La tercera tertulia del Lyon reunia en torno a Valle-Inclan (cuando no se encontraba en Roma) a Anselmo Miguel Nieto, e1 doctor Salvador Pascual, e1 pintor Palacio, Mora del Pino, Luis Calvo y el dibujante Penagos. La tertulia de la Ballena Alegre era principalmente de arquitectos y sus amigos: Manuel sanchez Arcas, Luis Lacasa, L. Blanco Soler, Jesus Marti, Rivas Ullate, Feduchi, Garcia Morales, Francisco Solana, Colas, Francisco Sedafio, Echevarria, F. Garcia Mercadal, S. Esteban de la Mora, Ram6n Anibal, Mosquera y German Tejero. Los actores y gente del teatro preferian 1a Cerveceria de Correos donde, junto con Garcia Lorca y Eduardo Ugarte, se vieron estudiantes del Teatro "La Barraca" y de la Residencia de Estudiantes. Las dos tertulias de La Granja eran de musicos y dibu- jantes (Rodolfo Halffter, Pittaluga hijo, Santiago Ontafi6n, Espinoza, Arniches, hijo y Cotapos) y de catedraticos y pedagogos (Fernando Gonzalez, Correa Calder6n y Gaos). Otros cafés con tertulia eran e1 33 Cafe Regina (Azafia, Diez-Canedo, Juan de la Encina, Martin Luis Guzman, Massip, Luis G. Balboa, 0. Luis de Hoyos y Cipriano Rivas Cherif), e1 Café Europa (Pedro Mourlane Michelena, Carlos Fernandez Cuenca, Juan Aparicio, Sinchez Mazas, Ignacio Catalan y José Maria Alfaro) y el Café Negresco (Le6n Felipe, Jorge Rubio, Fernando Duran y el pintor Galicia . ‘ 3Manuel Tufi6n de Lara, "Intelectuales de la monarquia a la Repfi- blica," Triunfo, Nam. 507, dedicado a "La Cultura en la Espafia del Siglo XX" (17 junio 1972), p69. 20. Los "equipos" que menciona son los de: la Instituci6n Libre de Ensefianza y la Residencia de Estudiantes (Jimenez Fraud, Luzuriaga, Bolivar, Barnés, De los Rios, Besteiro, Castillejo y Corominas); e1 Ateneo (Azafia, Valle-Inclan, Luis de Tapia y Antonio de Obregdn); 1as redacciones de Revista de Occidente, El Sol, Crisol, Luz y Octubre (Alberti, Arconada, Arderius); 1a Asociaci6n Cat61ica Nacional de Propagandistas (Gil Robles, Herrera, Giménez Fernandez y Riaza); y las redacciones de Accion Espafiola (Maeztu, Sainz de Robles, Pemartin) y La Conquista del Estado (Giménez Caballero y Ramiro Ledesma Ramos). 4Jean Bécarud y Evelyne L6pez Campillo, Los intelectuales espafioles durante la II Repfiblica (Madrid: Siglo Veintiuno, 1978). 5José Venegas, "La revoluci6n espafiola y los intelectuales," Nosotros, Buenos Aires, Nfims. 274-275 (mar.-abril, 1932), pags. 273-274. Entre los diputados elegidos a 1as Cortes Constituyentes se contaban 64 catedraticos, profesores y maestros que incluian eminentes hombres de letras como Unamuno, Ortega y Gasset, Gregorio Marafi6n, el historiador Claudio sanchez Albornoz y los juristas Luis Jiménez de Asua y Manuel sanchez Roman. 6José'Diaz Fernandez, “Acerca del arte nuevo," Post-Guerra, Nam. 4 (25 sept. 1927), pig. 8. 7Manuel Gonzalez Fernandez, "Volvamos a lo humano," Post-Guerra, Nam. 10 (1 mayo 1928), pég. 17. 8Carlos y Pedro Caba, "La rehumanizaci6n del arte," Egg, Nam. 9 (oct., 1934), s. p. 9Luis Cernuda, Estudios sobre poesia espafiola contemporénea, (Madrid: Guadarrama, 1957), p69. 150. 10Los trabajos mas valiosos sobre el tema del surrealismo en Espafia y sus relaciones con el movimiento francés son, a nuestro juicio, los de Vittorio Bodini, Los poetas surrealistas espafioles (Barcelona: Tusquets, 1971), C. B. Morris, Surrealism and Spain (Cambridge: Cam- bridge University Press, 1972) y el Capitulo I de Paul Ilie, Los surrea- listas espafioles (Madrid: Taurus, 1972), p695. 25-35. Sobre el surrea- lismo y la generaci6n de 1927, vease Luis Cernuda, Estudios sobreppoesia espafiola contemporanea (Madrid: Guadarrama, 1957), pags. 150-157, y Carlos Marcial de Onis, E1 surrealismopy cuatro poetas de la generaci6n del 27 (Madrid: Porrua, 1974). 34' 11Luis Cernuda, Estudios sobregpoesia espafiola contemporanea, pag. 153. 12Véase, por ejemplo, Alfredo Cabello, "Literatura contemporénea rusa: Constantino Fedin," Nueva Espafia, Nam 26 (11 dic. 1930), p69. 8; Victor Serge, "Los j6venes escritores rusos de la revolucidn en el pasado y el presente," Post-Guerra, Nam. 1 (25 junio 1927), p695. 2-4; y César Vallejo, "Una reuni6n literaria en el Leningrado bolchevique," Nueva Espafia, Nam. 36 (18 mar. 1931), p59. 17. 13Antonio Iglesias Laguna, "Relaciones literarias hispanorusas, Tercer programa. Ensayo, Arte, Ciencia, Nam. 12 (ene.-feb.-mar., 1969), pags. 100-101. ‘4Sobre 1a Conferencia de Jarkov, vease Lotte Schwarz, "La Conferen- cia Internacional de Escritores Revolucionarios," Nueva Espafia, Nam. 27 (26 dic. 1931), pigs. 19-20. Los textos de 1as ponencias leidas en la conferencia,'incluyendo la de Alberti, se encuentran reproducidos en Commune, Paris, Nfims. 13-14 (sept.-oct., 1934). Vease ademas, Gorky, Radek, Bukharin, Zhdanov, et. al., Soviet Nriters' Congress 1934: The debate on Socialist Realism and Modernism in the Soviet Union (London: Lawrence and Nishart, 1977). 15Los textos de los discursos pronunciados en el Primer Congreso de Escritores se publicaron en la revista Commune, Paris, Nams. 23 (julio, 1935), 24 (agosto, 1935) y 25 (sept., 1935). Entre los ponentes se encontraban Alejo Tolstoi, Michael Gold, Ilya Ehrenburg, Tristan Tzara, André Malraux, André Gide, Paul Vaillant-Couturier y Jef Last. La ponencia espafiola corri6 a cuenta de Julio Alvarez del Vayo. La politizaci6n del ambiente literario francés se conoc16 en Espafia por medio del articulo de Juan Falces Elorza, "Los intelectuales y la lucha social en Francia," Leviatan, Nam. 16 (agosto, 1935), p695. 30-37. ‘6Vease 1as cr6nicas de Andrés Carranque de Rios en Heraldo de Madrid (17 junio, 1935), p69. 16; (26 junio 1935), pigs. 1, 2 y (l julio 1935), pig. 2; y en Linea (29 oct. 1935), p69. 4. Corpus Barga escribi6 sobre el congreso en un articulo "Politica y literatura," Revista de Occidente, Nam. 144 (junio, 1935), pags. 313-330; Nam. 145 (julio, 1935), 63637—922116; y Nam. 146 (agosto, 1935). pags. 182-199. 17E1 articulo de José Bergamin, "Hablar en cristiano," Cruz y Raya, Nfim. 28, p695. 73-83, tuvo su réplica en "En torno a1 Congreso Interna- cional de Escritores: Carta abierta a José Bergamin," de Arturo Serrano Plaja, Leviatfin, Nam. 17, (sept., 1935), p695. 40-47. Bergamin contest6 , a Serrano Plaja en "Los escritores ante e1 capitalismo," Leviatén, Nam. 18 (oct.-nov., 1935), p695. 12-17. 18Luis Araquistain, La batalla teatral (Madrid: Mundo Latino, 1930) y Ram6n Sender, Teatro de masas (Valencia: Orto, 1931). 19Miguel Bilbatua, "Intentos de renovaci6n teatral durante 1a 11 Republica y la guerra civil," en Rafael Alberti, et. al., Teatro de agitaci6n politica (1933-1939) (Madrid: Edicusa, 1976), p695. 9-54. 35 20Ram6n Sender, "E1 novelista y 1as masas," Leviatén, Nam. 24 (mayo, 1936), pags. 31-41. 21Sobre la novela social de la preguerra véase Victor Fuentes, "La novela social espanola (1931-1936): Temas y significaci6n ideoldgica, Insula, Num. 288 (nov. , 1970), pags. 1, 4; Eugenio G. de Nora, La novela espanola contemporanea (1927-1939), 2a ed. (Madrid: Gredos, l973 , pags. 437- 483, Y José Esteban y Gonzalo Santonja, Los novelistas sociales espafloles (1928-1936) (Madrid: Ayuso y Pamplona: I. Peralta, 1977). 22Juan Cano Ballesta, La poesia espafiola entre pureza y revoluci6n 9930--1936) (Madrid: Gredos, 1972). Son interesantes tambienglas obser- vaciones sobre este periodo que hace Victor Garcia de la Concha en La poesia espafiola de posguerra (Madrid: Prensa Espanola, 1973), pags. 29- 51. Véase también José- Carlos Mainer, La edad de plata (1902-1931) (Barcelona: Los Libros de la Frontera, 1975), pags. 235- 279, ay Manuel Tun6n de Lara, Medio siglo de cultura espanola (1885-1936), 3- ed. (Madrid: Tecnos, 1973), pags. 240- 298. 23Juan José Domenchina, "Los poetas y los 'tribunos,'" La Gaceta Literaria, Nam. 110 (15 julio 1931), pég.1. 24Lope Mateo, "Duelo entre poesia 'pura' y poesia 'viva,'" El Sol (7 ene. 1934), p69. 9. 25Arturo Serrano Plaja, "Homenaje a Juan Ram6n Jiménez," Frente Literario, Nfim. 3 (5 mayo 1934), p69. 6. 26Jan Lechner, E1 compromiso en la poesia espafiola del siglo XX (Leiden: Universitaire, 1969), p59. 2. 27La encuesta de La Gaceta Literaria constaba de tres preguntas: "aDebe intervenir la politica en la literatura?", £Siente usted 1a politica?" y "JQué ideas considera fundamentales para el porvenir del Estado espafiol?"; y contestaron Gerardo Diego, Antonio Espina, César M. Arconada, Esteban Salazar Chapela, José L. Benito, Roman Riaza, Manuel Ossorio, Eugenio Montes, Miguel Pérez Ferrero, César A. Comet, Luis F. de Valdeavellano, Manuel Chavez Nogales y Mariano Quintanilla. En el sondeo de Almanaque Literario 1935 se formulaban también tres preguntas: "ZCree usted que la literatura y el arte deben mantenerse al margen de las inquietudes sociales de nuestro tiempo?", "£0 bien estima que el escritor y el artista estan obligados a tomar partido desde su obra?" y "éQué Opina usted de los escritores, pensadores y artistas que estén convirtiendo su obra en un instrumento de propaganda politica y social, ya sea con intenci6n avanzada o reaccionaria?"; y contestaron Juan Ram6n Jiménez, Pio Baroja, Pérez de Ayala, Gustavo Pittaluga, Angel Ferrant, Juan de la Encina, Enrique Diez-Canedo, Antonio Machado, Eugenio D‘Ors, Corpus Barga, Giménez Caballero, Genaro Estrada, Eduardo Nesterdahl, Ricardo Baroja, José Maria de Salaverria, Manuel Abril, Gabriel Garcia Morato, Angel Ossorio, Francisco Mateos, Daniel vazquez Diaz, Jean Cassou, Eduardo Ugarte, Ricardo Baeza, Francisco Ayala, José Diaz Fernandez, Domingo L6pez Torres, Salinas, Sender, Miguel Viladrich, F. Garcia Mercadal y Luis Blanco Soler. 36 28"Politica y literatura; Una encuesta a la juventud espafiola." Las respuestas a este sondeo aparecen reproducidas en Carmen Bassolas, La ideologia de los escritores; Literatura y politica en "La Gaceta Literaria,"T1927-1932, (Barcelona: Fontamara, 1975), pags. 195-225. 29E1 texto completo de esta encuesta se encuentra en Almanaque Literario 1935 (Madrid: Plutarco, 1935), pags. 38-42, 50-54 y 85-89. 30Ernesto Giménez Caballero, "DecadenCia de la poesia espafiola," E1 Robinson Literario de ESpafia, Num. 5 (15 ene. 1932), pag. 15. 31Ernesto Giménez Caballero, "Decadencia de la poesia espafiola," pag. 15. 32“Revista de noticias" (nota s. f.), Frente Literario, Nfim. 1 (5 ene. 1934), pag. 7. 33Benjamin Jarnés, "Ejercicios," Literatura, Nam. l (ene.-feb., 1934), pags. 2-3. 34Enrique Azcoaga, "Sentido antisocial del poeta," Hoja Literaria (abril, 1933), pags. 3-4. 35"E.A." (Enrique Azcoaga), "Falsa politica de 1as letras," Hoja Literaria (ene., 1933), pag. 9. 36"E. A." (Enrique Azcoaga), "Falsa politica de 1as letras," Hoja Literaria (ene., 1933), pag. 9. 37"Az." (Enrique Azcoaga), "Republicanismo literario," Hoja literaria (feb., 1933), pag. 8. 38Juan Cano Ballesta, La poesia espanola entre pureza y revoluci6n (l930-1936) (Madrid: Gredos, 1972), pag. 227. 39José Luis Cano, "La patria perdida," Cuadernos para el Dialogo (14 mayo 1977), pags. 76-77. Véanse también 1as declaraciones de Francisco Caudet en su introducci6n a la reedici6n de El hombre y el traba'o de Arturo Serrano Plaja (Madrid: Ediciones de la Torre, 1978), pag. XXXIII. Como protesta en contra de la entrada en el gobierno de tres ministros vinculados a1 partido ultra-conservaddr C.E.D.A., hubo un levantamiento de mineros en Asturias e1 5 de octubre de 1934, con intentos de establecer un gobierno de izquierdas bajo e1 Frente Unico, alianza entre socialistas, anarquistas y comunistas. La rebe1i6n fue reprimida por tropas llegadas de Marruecos, y acab6 con la rendicion de los mineros e1 17 de octubre. Véase Gerald Brenan, The Spanish Labyrinth (Cambridge: Cambridge Univ. Press, 1960), pags. 281-289. 40"Octobre rouge dans 1es Asturies," nota firmada por "L‘A.E.A.R. d’Espagne," Commune, Paris, Nam. 16 (nov., 1934), pag. 289. 41SegL‘m Raul Gonzalez Tufion en su introduccién a La rosa blindada (Buenos Aires: Horizonte, 1962), pag. 9. 37 42Manuel Altolaguirre, en su prdlogo a Llanto en la sangre de Emilio Prados, reproducido en Emilio Prados, Poesias Completas, Vol. I (México: Aguilar, 1975). pag. XLIII. 43E1 burro explosivo de Rafael Alberti fue editada como libro en un folleto de 16 paginas en 1937 por las Ediciones del 59- Regimiento y forma parte de su antologia Poesia 1924-1937 (Madrid: Signo, 1938). Ha sido excluido de todas 1as ediciones posteriores de sus I'Obras Completas." Llanto de octubre de Emilio Prados no se public6 en forma de libro, pero se puede consu1tar en sus Poesias Completas, Vol. I (México: Aguilar, 1975), pags. 515-537. Voz de la tierra de Pla y Beltran apareci6 en 1as Ediciones de la Uni6n de Escritores y Artistas Proletarios de Valencia en 1935. Y hay dos ediciones de La rosa blindada de Raul Gonzalez Tufi6n (Buenos Aires: Imprenta Federaci6n Grafica Bonaerense, 1936 y Buenos Aires: Horizonte, 1962). 44Manue1 Bayo, Sobre Alberti (Madrid: cvs Ediciones, 1974), pag. 25. 45Es imposible apreciar plenamente en 1as "Poesias Completas" de Alberti e1 alcance de su compromiso politico en esta época, ya que muchos de los poemas mas radicalizados han sido eliminados de las ediciones sucesivas de su poesia en la posguerra. Faltan de estas ediciones no 5610 los poemas sobre la revoluci6n de Asturias, E1 burro explosivo sino también otras composiciones significativas como "La Iglesia marcha sobre la cuerda floja" en la cual Alberti denuncia lo que considera 1a compli- cidad de la iglesia y el banco en la explotaci6n del campesino y del obrero,o "Indice de la familia burguesa espafiola" en la cual se dirige individualmente a los miembros de su familia, anunciandoles que ". . otra clase se ha alzado ante la vuestra para muy pronto destruirla y ser duena del mundo. " E1 lector interesado puede consultar estos poemas en la antologia albertiana Poesia 1924-1937 (Madrid: Signo, 1938). 46E1 texto a1 discurso de Alberti ante e1 Congreso de Escritores Soviéticos de 1934 se public6 en Commune, Paris, Nums. 13-14 (sept.-oct., 1934), pags. 80-82. 47Sobre esta época en la poética de Prados, véase Juan Cano Ballesta, "Poesia y revoluci6n: Emilio Prados (l930-1936)" en Homenaje universi- tario a Damaso Alonso (Madrid: Gredos, 1970), pags. 231-248. 48"Dialogos con un caricaturista salvaje" por Bagaria, publicado en El Sol (10 jun1021936; yd reproducido en Federico Garcia Lorca, 0bra___s_ Completas, Vol. .(Madrid: Aguilar, 1974), pags. 1019-1020. 49"Ga1eria: Federico Garcia Lorca," entrevista por "Proel" (Angel Lazaro) publicada en La V02 (18 febrero 1935) y reproducido en el Vol. 2 de sus Obras Completas, 193 ed. (Madrid: Aguilar, 1974) pag. 979. Un ejemplo de lo que hubiera podido ser este teatro social lorquiano, es "Comedia sin titulo. " Véanse Federico Garcia Lorca, "E1 publico" y "Comedia sin titulo"; Dos obrasteatrales p6stumas (Barcelona: Seix Barral, 197813y'José Luis Cano,"Dos obras p6stumas de Garcia Lorca: 'El publico' y 'Comedia sin titulo,” Insula, Nums. 380- 381 (julio- agosto, 1978), pags. 14-15. 38 50Jan Lechner, El compromiso en la poesia espafiola del siglo XX, Vol. I (Leiden: Universitaire, 1968), pags. 78-79. 51Ian Gibson documenta estas actividades politicas de manera exhaus- tiva en el Capitulo I ("Sobre el 'apolitismo' de Garcia Lorca") de El_ asesinato de Garcia Lorca (Barcelona: Editorial Critica, 1979), pags. 15-47. La tesis del supuesto apoliticismo de Lorca, mantenida reciente- mente por José Luis Vila-San Juan en su libro Garcia Lorca asesinado: Toda la verdad (Barcelona: Planeta, 1975) contrasta con otra igualmente err6nea, de Jurgen Ruhle que incluye a Lorca junto con Alberti, en sus comentarios sobre "poetas espafioles comunistas," en Literatura y revolu- c16n (Barcelona: Luis de Caralt 1963), pags. 364-367. 52Luis Cernuda, Poesia y literatura, Vol. I, (Barcelona: Seix Barral 1965), pags. 247-248. 53Luis Cernuda, "Los que se incorporan," Octubre, N6ms. 4-5 (oct.- nov., 1933), pag. 37. 54Véase a1 respecto, Juan Cano Ballesta, "Miguel Hernandez y su amistad con Pablo Neruda," La Torre, Puerto Rico, Nam. 60 (1968), pags. 101-141. 55Arturo Serrano Plaja (nota firmada "S.P."), "Gide y los intelec- tuales," Hoja Literaria (enero, 1933), pag. 10. 56C. B. Morris, A generation of Spanish poets, 1920-1936 (Cambridge: Cambridge Univ. Press, 1969), pag. 10. CAPITULO II NERUDA EN ESPANA: LA POESIA DE LA PREGUERRA 39 40 El escritor ruso Ilya Ehrenburg escribi6 en una ocasi6n que tres ciudades habian determinado la suerte de Pablo Neruda: Temuco, Madrid y Stalingrado.1 Temuco, la ciudad de su infancia, como Machu Picchu y otros lugares americanos que aparecen en su poesia, representa 1a gran- deza y el misterio de este continente que surgen en buena parte de su obra. Stalingrado, como Praga y otras ciudades que Neruda cant6, sim- boliza e1 compromiso politico que se manifiesta a menudo en su libros. Tanto Madrid como todas 1as experiencias vividas en Espafia en su corta residencia alli entre 1934 y 1936, tuvieron una enorme transcendencia para Neruda, que se puede observar en su ideologia y en su obra. E1 mismo poeta reconoce la magnitud de la influencia de esta estancia en Espafia en su poesia cuando dice, "A mi me hizo la vida recorrer los mas 1ejanos sitios del mundo antes de llegar a1 que debi6 ser mi punto de partida: Espafia."2 Espafia fue para Neruda un punto de partida en muchos sentidos. Volvi6, mas que otro poeta de América de este siglo, a la esencia de la hispanidad para examinarla y analizarla, incorporando en su poesia 1as peculiaridades que ofrecia lo indigena americano, pero rechazando a menudo 1as influencias ajenas a su herencia hispanica. Muchos de los "genios poéticos" del continente americano, como Laforgue, Ducasse (Lautréamont), Dario y Herrera y Reissig, fueron para Neruda "franceses" o "afrancesados." Los americanos, lamenta, se alejaron de su legado original: . si Espafia ha olvidado con elegancia inmemorial su epopeya de conquista, America olvid6 0 le ensefiaron a ol- vidar su herencia cultural. . . Pero Espafia es para Neruda mucho mas que el descubrimiento de una herencia cultural 0 de un idioma. En 1as experiencias vividas en Espafia se encuentran 1as raices de dos cambios fundamentales en su poesia y en 41 su persona. Cuando deja Espafia por altima vez en 1937, ya ha abandonado su poesia hermética, de introspeccion y de angustia interior. En Madrid renuncia, como recordaba en un poema dedicado a Alberti, a sus poemas llenos de . suefios despedazados por implacables acidos, permanencias en aguas desterrados, en silencios de donde 1as raices amargas emergian como palos quemados en el bosque. Su poesia sale de su soledad y se vuelve, a partir de este momento, hacia fuera, hacia el hombre y su contorno social. Y 51 en su poesia se opera este cambio de orientaci6n es porque se 1e han presentado revelaciones importantes que afectan a su persona. Del clima revolucionario de la Espafia de la preguerra y de la terrible sacudida que represent6 1a guerra civil, nace en Neruda un sentimiento de comuni6n y-solidaridad con el hombre que se traduce en un fuerte compromiso politico que influenci6 e1 resto de su vida. A estos dos cambios tan fundamentales para la persona y la poesia de Neruda ocurridos en Espafia, cabe afiadir un tercero. Neruda a1 llegar a Espafia y al recibir e1 apoyo y el elogio de los poetas espafioles, recibe por primera vez un verdadero aprecio hacia su poesia y por primera vez se siente enteramente reconocido como poeta. E1 mismo vio su recepci6n en .Espafia entre 1934 y 1936 como un tipo de consagraci6n: Pocos poetas han sido tratados como yo en Espafia. Encontré una brillante fraternidad de talentos y un conocimiento pleno de mi obra. Y yo, que habia sido durante muchos afios martirizado por la incomprensi6n de las gentes, por los insultos y la indife- rencia maliciosa. . . me sentia feliz. Mi poesia de Residencia, en fin, fue recibida y aclamada de forma extraordinaria. Ademas, es en Espafia donde comienza Neruda reconocer e1 caracter verdadero de su obra y donde empieza a comprender su poesia como un conjunto coherente: 42 Encontré que mi obra poética era organica, nacida de un ser humano que habia trabajado mucho por dentro, y que, a1 ascen- der a la superficie, presentaba una uni6n completa entre hombre y obra.6 _ E1 fuerte impacto que tuvieron 1as experiencias espafiolas en Neruda 5610 se puede entender tomando en cuenta e1 "drama interior" que habia experimentado e1 poeta antes de su llegada a Madrid. Hernan Loyola ha enumerado varias circunstancias fisicas y sicol6gicas de importancia que se registran en los poemas de la primera Residencia: --1a desolaci6n fisica y animica, --1a angustia del espiritu y del sexo, --1a incomunicaci6n, --1a miseria econ6mica del cargo consular, --1a falta de horizontes para la publicaci6n de su poesia, --1a nostalgia de la familia, de los amigos, del aire y del idioma que dej6 atras, y --1os imposibles contactos con una atm6sfera extranjera cuya tradici6n, cuya gente lo rechazaban con violencia, cerrandose frente a sus anhelos de comprender e incorporarse.7 Estos factores, mas 1a incomprensi6n que 1e esperaba en Chile a su vuelta del Oriente en 1932, produjeron en Neruda un estado de soledad, inadapta- ci6n y desajuste que la ayud6 a reconocer e1 cambio de ambiente y los factores que hacian su vida luego mas grata en Espafia. E1 contraste entre su situaci6n anterior y la calida acogida que recibi6 en Madrid contribuy6 seguramente a que se encontrara doblemente arraigado en Espafia y que pensara en Espafia como su "punto de partida." Sin embargo, sus primeras impresiones no parecian prever los senti- mientos y actitudes que Neruda iba a desarrollar mas tarde hacia Espafia. El 11 de abril de 1927, el poeta fue nombrado c6nsu1 chileno en Rangun, Birmania, y poco después parti6 hacia Europa acompafiado por su amigo, e1 poeta Alvaro Hinojosa. En su viaje pas6 por Buenos Aires y Lisboa, 11egando en tren a Madrid e1 16 de julio. En varias ocasiones Neruda ha sefialado 43 que en esta primera estancia en Espafia no fue tan bien recibido en los circulos literarios madrilefios como él hubiera esperado. En sus memorias la evocaci6n de este arribo es breve: . . . Madrid con sus cafés llenos de gente; e1 bonach6n Primo de Rivera dando la primera lecci6n de dictadura a un pais que iba a recibir después la lecci6n completa. Mis poemas iniciales de Residencia en la tierra que los eSpa- fioles tardarian en comprender; . . .8 Ya anteriormente, en unas declaraciones a1 critico mexicano Alfredo Cardona Pefia, Neruda hizo aun mas patente su acusaci6n de incomprensi6n por parte de los espafioles: Cuando 11egué a Espafia por primera vez en 1927, era lo mas importante en aquel momento La Gaceta Literaria, dirigida por el escritor fascista Giménez Caballero. Me encontré con Guillermo de Torre, que era critico literario de tendencias modernas, y 1e mostré los primeros originales del primer volumen de Residencia en la tierra. El 1ey6 los primeros poemas y al final me dijo con toda la franqueza del amigo, que no veia ni entendia nada, y que no sabia lo que me proponia con ellos. Yo pensaba quedarme mas tiempo. En- tonces viendo 1a impermeabilidad de este hombre, lo tomé como mal sintoma y me fui a Francia, embarcandome poco después en Marsella con destino a la India. Tenia veintitrés afios recién cumplidos, y era natural que mi sitio no estaba en 1as postrimerias dsl ultraismo. Tenia que esperar una nueva generaci6n. . . Guillermo de Torre contest6 larga y convincentemente a estas acusa- ciones presentando pruebas de una acogida favorable de 1as poesias de Neruda que quizas e1 poeta chileno no comprendiera como tal.10 De hecho, en 1as semanas que siguieron a su llegada, aparecieron en la prensa varias notas literarias, la gran mayoria de ellas elogiosas, sobre su obra poética. El mismo Guillermo de Torre, en un articulo en La Gaceta Literaria titulado "Esquema panoramico de la poesia chilena," coloc6 a Neruda "a la cabeza de la actual promoci6n literaria."n Poco después, Enrique Salazar Chapela desde 1as paginas de §l_§gl_y Miguel Pérez Ferrero desde La Gaceta Literaria se ocuparon del libro de Neruda, E1 habitante y su esperanza. 12 44 En una interesante ponencia, Antonio Gallego Morell ha reclamado para Neruda un puesto entre los poetas de la generacién del 27, sefialando en su poesia caracteristicas comunes con los poetas de esta generaci6n. Observa también que, por 1as fechas en que Neruda pasd por Madrid por primera vez, era costumbre en los paises hispanoamericanos ayudar a los escritores nacientes asignandoles puestos diplomaticos. Si a Neruda 1e hubieran dado en 1927, en cambio, una beca para estudiar en Espafia, seguramente habria leido sus poemas en el Ateneo de Sevilla y apareceria en la famosa fotografia generacional junto con Lorca, Alberti, Diego, Guillén, Damaso, Chabas y Bacarisse. Pero estas becas no se daban en 1927 y Neruda tendria que esperar unos afios para que sus deberes consulares 1e llevaran por fin a Espafia.13 Siguiendo su viaje hacia 1a India, Neruda pasa por Paris en julio de 1927. Durante su breve estancia en la capital francesa hizo amistad con Alfredo Cond6n, secretario de la embajada de Chile en Madrid, e1 ' que se impresion6 favorablemente con su poesia.14 A1 volver a su puesto diplomatico, Cond6n seria unos de los responsables de hacer conocer 1a obra de Neruda en Espafia. En diciembre de este mismo afio, public6 una nota en La Gaceta Literaria sobre el libro Anillos.15 Después de estos primeros contactos con la vida de Madrid y Paris, Neruda pa56 a desempefiar sus funciones consulares en Rangun, siendo trasladado luego a Colombo (Ceilan) en 1929, a Batavia (Java) en 1930 y a Singapur en 1931. Pero no olvid6 durante estos afios e1 ambiente literario que habia conocido en Madrid en junio de 1927. Con los poemas que formarian luego la primera Residencia en la tierra casi todos termi- nados, en 1929 empieza a pensar en 1as posibilidades de publicar el libro. Comprendiendo 1a importancia del publico que leeria su trabajo en Espafia 45 y en Europa, prefiere que su obra aparezca en Madrid. Desde Ceilan escribi6 a su amigo Héctor Eandi, Voy a decirle, mi mayor deseo es editar en Espafia, Argentina me parece a6n provincial, Madrid es bien diferente. Pero, c6mo? He escrito a algunos de mis compatriotas, ha pasado el tiempo de respuesta, y nada. Y del deseo de editar en Madrid, pasa a realizar 1as primeras gestiones. En otra carta a Eandi 1e informa, "ayer he enviado a Espafia mi libro, donde he decidido que se publique . . ."16 Uno de los compatriotas a que aludia Neruda era seguramente Alfredo Cond6n. Una noche lluviosa del invierno de 1930, Cond6n 11ev6 e1 manuscrito del futuro libro Residencia en la tierra a una reuni6n con Rafael Alberti celebrada en el bar del Hotel Nacional en la madrilena Glorieta de Atocha. La reaccidn del gaditano no se hizo esperar y pronto Alberti se convirtid en amigo de Neruda y campe6n de su poesia. Gracias a sus esfuerzos, 1a poesia del poeta chileno iba ganando admiradores entre los poetas j6venes de la capital espafiola: Paseé el libro por todo Madrid. No hubo tertulia literaria que no lo conociera, adhiriéndose ya a mi entusiasmo José Herrera Petere, Arturo Serrano Plaja7 Luis Felipe Vivanco y otros j6venes escritores nacientes. Pero 1as gestiones de Alberti para hacer conocer la poesia de Neruda no terminaron alli: Desde su primera lectura, me sorprendieron y admiraron aquellos poemas, tan 1ejos del acento y el clima de nuestra poesia. 1 Tan extraordinaria revelaci6n tenia que aparecer en Espafia. Alberti intent6 sin éxito lograr la publicaci6n en Madrid de Residencia en la tierra a través de varios amigos editores. Mediante gestiones de Pedro Salinas, trat6 de que el libro de Neruda se publicara en la editorial de Revista de Occidente, pero pronto veremos que consigui6 46 publicar en la revista s6lo tres poemas del libro. En cierto momento pareci6 que la Residencia podria ser editada por la Compafiia Ibero- Americana de Publicaciones, pero la quiebra de esta gran empresa, que afect6 a tantos escritores espafioles, termin6 con la esperanza de que la C.I.A.P. editara 1a obra del poeta chileno.19 Todavia en 1931, en Paris, .Alberti obtuvo de una argentina, Elvira de Alvear, que editaba 1a revista Iman, la promesa de publicar Residencia con un adelanto de cinco mil francos. Con el secretario de Alvear, e1 cubano Alejo Carpentier, Alberti fue a ponerle a Neruda un telegrama anunciando su triunfo. Cuando por fin los dos poetas se conocieron en Madrid, Alberti supo que Neruda habia recibido su mensaje, pero que no pas6 de ser una promesa sin e1 adelanto monetario ni 1a publicaci6n de su obra.20 La primera Residencia en la tigrra_seguia sin editar. La imposibilidad de ver su libro publicado en Espafia desalienta a Neruda, como atestigua.una carta que escribi6 a Eandi en 1931. Su frus- traci6n mas grande fue la de saberse persona de algan renombre entre los poetas espafioles y todavia no poder editar entre ellos su Residencia. Resumia su frustraci6n diciendo, "Mi libro grandemente admirado, varios articulos en Madrid, J. Bergamin habla de mi en el pr6logo a 13113;, Qué desgraciado soy."21 Pero aunque no se logr6 publicar, por el momento, Residencia en la tierra en Madrid, otros poemas de Neruda se vieron impresos en la capital espafiola en 1930. En febrero, se public6 un poema suyo en el Nfim. 2 de la revista Bolivar, "Semanario de la vida hispanoamericana," dirigida por el poeta peruano Pablo Abril de Vivero. Era un fragmento de su libro Tentatiyg del hombre infinito, editado por la Editorial Nascimento 47 de Santiago en 1926, que comienza, "A quién compré en esta noche 1a soledad que poseo. . ." E1 poema iba acompafiado por una foto de una mascara de Neruda hecha en 1924 por T6tila Albert.22 Y a1 mes siguiente, por gestiones de Alberti y Pedro Salinas, aparecieron en el Tomo 27, N6m. 81 (marzo, 1930) de la Revista de Occidente tres poemas del poeta chileno: "Galope muerto," "Serenata" y "Caballo de los suefios." Mientras tanto, seguian saliendo en la prensa notas sobre la poesia nerudiana que mantenian su nombre presente ante e1 publico literario de Madrid.23 Las primeras ediciones de Veinte poemas de amor, Crepusculario y Tentativa del hombre infinito se vendian en 1as librerias madrilefias, y a pesar de encontrarse 1ejos de Espafia, 1a poesia de Neruda ya se iba conociendo entre los poetas espafioles. Neruda regresa de la India en 1932. Su estancia en Chile dura 5610 lo suficiente para publicar El hondero entusiasta, asi como su primera Residencia en la tierra que no pudo publicar en Madrid, y la segunda y definitiva edici6n de los Veinte poemas de amor. E1 28 de agosto de 1933 11ega a Buenos Aires donde ha sido nombrado c6nsu1, y su estancia en la capital rioplatense tiene mucha importancia para los estudiosos del periodo espafiol de la poesia nerudiana. Alli conocié Neruda por primera vez a varios escritores argentinos que serian mas tarde colaboradores en su revista Caballo Verde para la Poesia: Ricardo Molinari, Raul Gonzalez Tufidn y José Gonzalez Carbalho. Pero mas significativo es el encuentro con un joven poeta granadino e1 13 de octubre de 1933 en la casa de Pablo Rojas Paz. Federico Garcia Lorca se encontraba en Buenos Aires para asistir a1 estreno argentino de su tragedia Bodas de sangre que presen- taba 1a compafiia de Lola Membrives. Con este encuentro se iniciaba una 48 etapa fecunda de colaboraci6n literaria entre Lorca y Neruda. La amistad de Lorca seria una fuente de inspiraci6n poética y emotiva para Neruda, y su muerte tragica, unos tres afios después, animaria su lucha politica. La primera oportunidad para una colaboraci6n literaria entre Neruda y Lorca se present6 en una cena homenaje que 1es rindi6 e1 PEN Club argen- tino en el Hotel Plaza de Buenos Aires en la primavera de 1934. Los dos pronunciaron un discurso, hoy famoso, en honor de Rubén Dario, e1 poeta que cuatro décadas antes habia realizado un estrecho acercamiento entre la poesia espafiola y la hispanoamericana. Con una parodia del toreo, comenzaron asi su discurso: Neruda: Sefioras. . . Lorca: y sefiores: Existe en la fiesta de los toros una suerte llamada 'toreo a1 a1im6n' en que dos toreros hurtan su cuerpo a1 toro cogidos de la misma capa. Neruda: Federico y yo, amarrados por un alambre eléctrico, vamos a parear y a responder esta recepci6n muy decisiva. Lorca: Es costumbre en estas reuniones que los poetas muestren su palabra viva, plata o madera, y saluden con su voz propia a sus compafieros y amigos. Neruda: Pero nosotros vamos a establecer entre vosotros un muerto, un comensal viudo, oscuro en 1as tinieblas de una muerte mas grande que otras muertes, viudo de la vida, de quien fuera en su hora marido des- 1umbrante. Nos vamos a esconder bajo su sombra ardiendo, vamos a repetir su nombre hasta que su poder salte del olvido. Lorca: Nosotros vamos, después de enviar nuestro abrazo con ternura de pingfiino a1 delicado poeta Amado Villar, vamos a lanzar un gran nombre sobre el mantel, en la seguridad de que han de romper 1as copas, han de saltar los tenedores, buscando e1 ojo que ellos ansian, y un golpe de mar ha de manchar los manteles. Nosotros vamos a nombrar a1 poeta de América y de Espana: Rubén. . . Neruda: .Dario. . .24 49 Pero e1 ”discurso a1 alim6n" sobre Rubén Dario no fue 1a unica colaboracidn literaria entre Lorca y Neruda durante su encuentro en Buenos Aires. Los dos, en honor de su amiga Sara Torna de Rojas Paz, confeccionaron a mano un pequefio libro de versos. Titulado Paloma por dentro, 0 sea La mano de vidrio, e1 ejemplar finico de este libro, fechado en 1934, fue, como indicaba 1a nota en su portada, un "Interrogatorio en varias estrofas compuesto en Buenos Aires por el Bachiller Don Pablo Neruda e ilustrado por Don Federico Garcia Lorca." Contiene varias com- posiciones de Neruda incluidas en la segunda Residencia en la tierra, por entonces inéditas, como "S610 la muerte," "Agua sexual," "Materia nupcial" y "Walking around," acompafiadas por unos dibujos de Lorca en tinta negra. El libro esta mecanografiado en papel de colores del tipo que utilizan los nifios argentinos en la escuela, y encuadernado en arpillera. La tapa lleva e1 dibujo de una paloma, bordado en hilo verde por el pintor argen- tino Jorge Larco. Hay una dedicatoria de Neruda que lee, "A nuestra extra- ordinaria amiga La Rubia, recuerdo y carifio de dos poetas insoportables," fechada "Buenos Aires, abril de 1934," Como si se tratara de una ofrenda a Salomé, uno de los dibujos de Lorca muestra "1as cabezas cortadas de Federico Garcia Lorca y Pablo Neruda, autores de este libro de poemas" y lleva 1a nota: "Este patético dibujo fue realizado 1a tarde de marzo 13 de 1934 en la ciudad de Santa Maria de los Buenos Aires, asi como todos los demas dibujos." Este libro, junto con el discurso sobre Rubén Dario, fue el comienzo de una gran amistad, admiraci6n y colaboraci6n literaria que duraria hasta la misma muerte de Federico en 1936.25 E1 tiempo que pas6 Neruda en Buenos Aires como c6nsul 1e resu1t6 beneficioso desde el punto de vista personal, puesto que alli nacieron amistades queridas y duraderas. Pero a principios de 1934 le 11ega 1a 50 noticia de que ha recibido un nuevo destino consular en Barcelona, y parte e1 5 de mayo para Espafia. Sabemos que mientras estuvo en Santiago de Chile de vuelta de la India en 1933, hizo varias gestiones para que le destinaran a Espafia. E1 poeta malaguefio José Maria Souvir6n, por entonces residente en Santiago, 1e present6 a1 embajador de Espafia en Chile, Ricardo Baeza. Gracias a la intervenci6n de este diplomatico espafiol, Neruda logr6 que el presidente chileno Arturo Alessandri 1e prometiera un nombramiento en Espafia.26 Cuando Neruda 11ega de nuevo a Espafia reanuda su amistad con Federico y ensancha su circulo de amigos entre los poetas espafiples. En su "Oda a Federico Garcia Lorca" recuerda especialmente a Aleixandre, Alberti, Luis Rosales, Manuel Altolaguirre y Concha Méndez.27 También menciona en su poema a Carlos Morla Lynch, e1 embajador de Chile en Espafia en aquellos momentos y a su mujer Bebé Vicufia, en cuya casa conoce Neruda a la que sera su segunda mujer, 1a pintora argentina Delia del Carril. Y cuando 11ega de Orihuela el joven Miguel Hernandez, una gran amistad nace entre los dos poetas. Aunque sus deberes consulares estan en Barcelona, Neruda establece su "vida literaria" en Madrid. Con la ayuda de Alberti y Maria Teresa Le6n, Neruda y su primera mujer Maria Antonieta (Maruca) Hagenaar buscan una casa en la capital. Logran instalarse en un piso en un edificio de ladrillos rojos en la calle Hilari6n Eslava en el coraz6n del barrio madrilefio de ArgUelles: Yo vivia en un barrio de Madrid, con campanas, con relojes, con arboles. Desde alli se veia e1 rostro seco de Castilla como un océano de cuero. 51 Mi casa era llamada la casa de 1as flores, porque por todas partes estallaban geranios: era una bella casa con perros y chiquillos. . . Todo eran grandes voces, sal de mercaderias, aglomeraciones de pan palpitante, mercados de mi barrio de ArgUelles con su estatua como un tintero palido entre 1as merluzas: e1 aceite 11egaba a las cucharas, un profundo latido de pies y manos llenaba 1as calles, metros, litros, esencia aguda de vida, pescados hacinados, contextura de techos con sol frio en el cual 1a flecha se fatiga, delirante marfil fino de 1as patatas, tomates repetidos hasta el mar. . . .28 A1 poco de llegar Neruda a Madrid nace alli su finica hija Malva Marina, e1 18 de agosto de 1934. Es una nifia pequefia y de salud delicada y la angustia que Neruda siente ante su nacimiento se refleja en la segunda Residencia en el poema "Enfermedades en mi casa." Cuando en l936 terminan 1as relaciones entre Neruda y Maruca Hagenaar, la nifia partira con su madre a Holanda donde muere en 1942.29 Desde que se habia hecho cargo de su puesto consular en Barcelona, Neruda deseaba un traslado a Madrid para poder estar con sus amigos y mas cerca de la actividad literaria que alli se desarrollaba. Don Tulio Maqueira, c6nsu1 de Chile en Barcelona, simpatizaba con 1as inclinaciones literarias del poeta y 1e ayud6 en conseguir e1 cambio.30 Luis Enrique Délano cuenta que Neruda estuvo destinado a Madrid como agregado cultural de la embajada chilena, mientras que Gabriela Mistral servia con el cargo de C6nsu1 General.31 E1 traslado de Neruda se efectu6 e1 3 de febrero de 1935. Poco después, 11eg6 1a orden para que Mistral abandonara su puesto, siendo destinada a1 consulado chileno en Lisboa. Neruda fue seguidamente 52 nombrado c6nsu1 y Délano asumié 1as funciones de canciller. Desde ese momento, Neruda traslado e1 consulado a su piso en la "Casa de 1as flores," mezclando sus actividades poéticas y diplomaticas.32 Pronto se convirti6 la "Casa de 1as flores" en un centro de reuniones literarias. Como cuenta Délano, Neruda hizo derribar un tabique en la casa para crear un sa16n amplio: Alli empezaron a acumularse sus libros, 1as primeras ediciones, que coleccionaba con muchos sacrificios, registrando librerias de viejo y pagando a plazos; sus palidas mascaras de la India, con los cuales solia asustar a sus amigos, cuchillos flamigeros y otros recuerdos de Oriente. Esa habitaci6n 11eg6 pronto a ser un sitio de tertulias literarias y fiestas de amigos que marcaron época en Madrid, no 5610 por la amplitud con que alli se recibia a gentes de letras espafiolas y latinoamericanas, aino por la categoria de los poetas y artistas que 11egaban.3 Los poetas y artistas que frecuentaron la casa de Neruda incluian a los amigos ya citados: Lorca, Alberti, Aleixandre, Altolaguirre, Méndez y Miguel Hernandez. Délano menciona reuniones donde asistian ademas los poetas Prados, Serrano Plaja, Herrera Petere y Antonio Aparicio y el pintor Miguel Prieto. José Caballero, Bergamin, Cernuda, Alberto sanchez y Luis Lacasa son otros nombres que aparecen en 1as memorias de Neruda.34 Con la pintora gallega Maruja Mallo recorria a pie los barrios de Madrid .". . . buscando 1as casas donde venden esparto y esteras, buscando 1as calles de los toneleros, de los cordeleros, de todas 1as materias secas de Espafia, materias que trenzan y agarrotan su coraz6n."35 Adentrandose por completo en la vida literaria, Neruda empezd a hacerse conocer en otras tertulias que se reunian en la capital espafiola durante los afios de la preguerra. Asistia con frecuencia a la tertulia que se cre6 en torno a la redacci6n de la revista Cruz y Raya, y que incluia a Bergamin, Montesinos, Zubiri, Semprun, Pérez Ferrero, Corpus 53 Barga, José Maria Cossio, Imaz y Marichalar.36 Desde su llegada a Madrid en 1934, Neruda también se convirtio en asiduo concurrente de una tertulia de la Cerveceria de Correos que giraba alrededor de Garcia Lorca y donde se encontraban Eduardo Ugarte, miembros del teatro estudiantil "La Barra- ca," estudiantes de la "Resi," Ram6n Calzada, Romero Higueras Carretero y otros.37 Ya muy entrado en el afio 1935, se habian incorporado a la "pefia de la Cerveceria de Correos" 1a mayoria de los poetas y artistas con quienes se trataba Neruda con cierta regularidad. Raul Gonzalez Tufi6n recuerda que se citaban alli 61 y su mujer Amparo Mom, con Neruda y los escritores espafioles Lorca, Altolaguirre, Prados, César M. Arconada, Miguel Hernandez, Concha Méndez, Enrique Azcoaga, Le6n Felipe, y ocasionalmente Gerardo Diego y Pedro Salinas. Fueron asiduos a esta tertulia ademas los pintores Prieto, Mallo y Delia del Carril y el arquitecto Lacasa. Entre los chilenoquue se habian agregado al grupo se encontraban e1 pintor Isaias Cabez6n y el musico Acario Cotapos.38 En sus memorias, Neruda relata sus contactos con otros hombres de letras de 1as generaciones anteriores a la suya. Conoci6 en los cafés de Madrid a Valle Inclan y a Machado. A Ram6n Gémez de la Serna, escritor que admir6 muchisimo, lo vio por primera vez en su tertulia en "la cripta del Pombo." Sus enemistades con el poeta Juan Larrea, y con Juan Ram6n Jiménez, que comentaremos en detalle mas adelante, datan también de esta época. Neruda en los afios de la preguerra se vio tan envuelto en la vida literaria de la capital espafiola que le 11ev6 a Miguel Hernandez a pregun- tar, "aQué tenia que ver con el consulado cuando era c6nsu1 Pablo?"39 Junto con esta intensa actividad social y literaria, Neruda se iba estableciendo como guia de los poetas j6venes de Madrid. E1 dia seis de diciembre de 1934, dio un importante recital de su poesia ante un 54 grupo reunido en la Universidad de Madrid. Pero mas importante que los poemas leidos alli fueron 1as observaciones sobre su poesia que hizo Federico Garcia Lorca en su presentaci6n del poeta chileno. Porque en esta presentaci6n Lorca logr6 resaltar los elementos en la poesia neru- diana que resultaban nuevos e insdlitos en el ambiente poético madrilefio y que comenzaban ya a levantar polémicas en algunos circulos. Lorca not6 que entre los poetas que la América espafiola mandaba a Espafia, muchos parecian peninsulares y otros reflejaban demasiado 1a influencia de Francia. S610 los poetas "grandes" lograban captar, la esencia de América: . . . la luz ancha, romantica, cruel, desorbitada, misteriosa, de América. Bloques a punto de hundirse, poemas sostenidos sobre el abismo por un hilo de arafia, sonrisa con un leve matiz de jaguar, gran mano cubierta de vello que juega delica- damente con un pafiuelito de encaje. Para Lorca, . . Estos poetas dan e1 tono descarado del gran idioma espafiol de los americanos, tan ligado con 1as fuentes de nuestros clasicos; poesia que no teme a1 ridiaglo y que se pone a llorar de pronto en mitad de la calle. Neruda era unos de estos poetas "grandes" que, con Ruben Dario, Herrera y Reissig y el Conde de Lautréamont, traia a Espafia el mensaje de ". . . un mundo que no es el nuestro y que poca gente percibe." Era, segun Lorca, Un poeta mas cerca de la muerte que de la filosofia; mas cerca del dolor que de la inteligencia; mas cerca de la sangre que de la tinta. Un-poeta lleno de voces misteriosas que, afortunadamente, él mismo no sabe descifrar; de un [hombre verdadero que ya sabe que el junco y la golondrifla son mas eternos que la mejilla dura de la estatua. . . E1 critico Emir Rodriguez Monegal ha notado que no 5610 destaca Lorca aqui los elementos mas salientes de la poesia nerudiana, sino que presenta ademas un "programa de poesia nueva."42 En su apreciaci6n de 55 1a poesia de Neruda, Lorca traza 1as caracteristicas de una poética que difiere mucho de la poética que dominaba en Espafia hasta este momento. Frente a la poesia intelectual y filos6fica, la poesia de la "tinta,"' Neruda propone una que no huye de la "muerte," e1 "dolor" y la "sangre." La poesia de Neruda obedece a "voces misteriosas," no a los mandatos del cerebro. Es una poesia espontanea, emotiva y pasional que 1ejos de la poesia deshumanizada, "no teme a1 ridiculo," no evita 1as manifestaciones del sentimiento, y no vacila en ponerse "a llorar de pronto en mitad de la calle." En este discurso Lorca enumer6 1as que para 61 eran 1as cualidades innovativas ya existentes en la poesia de Neruda en 1934 y que chocaron en el mundo poético del momento. Y se anticip6 a1 propio Neruda que, como ya veremos en el Capitulo V, recogi6 en el pr6logo del primer namero de Caballo Verde para la Poesia, unos nueve meses después, muchos de estos mismos elementos para definir su "poesia sin pureza." La admiraci6n y afecto que sentian los poetas espafioles por Neruda tuvo su culminaci6n en un libra-homenaje que se 1e ofreci6 en abril de 1935. En la editorial Plutarco de Madrid se publicaron sus "Tres cantos materiales": "Entrada a la madera," "Apogeo del apio," y "Estatuto del vino," poemas que luego formaron parte de la segunda Residencia en la tierra. Acompafiaba estos poemas 1a siguiente nota: Chile ha enviado a Espafia a1 gran poeta Pablo Neruda, cuya evidente fuerza creadora, en plena posesi6n de su destino poético, esta produciendo obras personalisimas, para honor del idioma castellano. Nosotros, poetas y admiradores del joven e insigne escritor americano, a1 publicar estos poemas inéditos--61timos testimonios de su magnifica creaci6n--no hacemos otra cosa que subrayar su extraordinaria personali- dad y su indudable altura literaria. Al reiterarle en esta ocasi6n una cordial bienvenida, este grupo de poetas espafioles se complace en manifestar una vez mas y publicamente su admiraci6n por una obra que sin disputa cagstituye una de 1as mas auténticas de la lengua espafiola. 56 Firmaron e1 homenaje dos grupos de poetas que representaban lo que se puede considerar e1 presente y el porvenir de la poesia espafiola de esos afios. De la generacidn de los poetas ya consagrados, patrocinaron e1 homenaje a Neruda: Alberti, Aleixandre, Altolaguirre, Cernuda, Diego, Le6n Felipe, Lorca, Guillén y Salinas. Y de la generaci6n de los poetas j6venes firmaron: Miguel Hernandez, José Antonio Mufi6z Rojas, Leopoldo y Juan Panero, Luis Rosales, Arturo Serrano Plaja y Luis Felipe Vivanco. La lista es significativa por incluir casi 1a totalidad de los poetas espafioles de importancia. E1 homenaje result6 ser 1a consagraci6n definitiva de la obra nerudiana y un reconocimiento del impacto que habia tenido 1a obra de Neruda en el ambiente literario de Madrid.44 Pero este homenaje tiene un origen mas complejo que se debe tomar en cuenta para poder comprender e1 clima polémico que se cre6 alrededor de Neruda en los afios de la preguerra. En noviembre de 1934 en la revista Prp_de Santiago, e1 poeta chileno Vicente Huidobro public6 un articulo en el cual acusaba a Neruda de haber plagiado en su poema 16 de Veinte poemas de amor e1 poema 30 de El jardinero de Rabindranath Tagore. La acusaci6n presentaba la versi6n en prosa del poema de Tagore, realizada en 1917 por Zenobia Camprubi y Juan Ram6n Jiménez, junto a1 mencionado poema de Neruda.45 Como ha observado Ricardo Gu116n, 1as coincidencias eran obvias: e1 poema de Neruda era "parafrasis en verso de la prosa de Zenobia y Juan Ram6n."45 En una nota a la edici6n argentina de ngptg_ poemas . . . en 1934, Neruda aclar6 que el poema era, de hecho, una parafrasis del de Tagore, que él habia escrito a instancias de una muchacha, amiga de Temuco, muy aficionada a la obra del escritor hind6. Pero esta aclaraci6n no satisfizo a algunos de sus detractores y en los altimos meses de 1934 se hizo circular una copia del articulo 57 de Huidobro con su acusaci6n de plagio que fue ampliamente comentado en los circulos literarios madrilefios. Esto coincidid con el fracaso de un intento de publicar unos poemas de Neruda en la Revista de Occidente. Los poetas espafioles, amigos y admiradores de Neruda, capitaneados por Garcia Lorca, hicieron circular un escrito de adhesi6n a1 poeta chileno. Tanto e1 homenaje a Neruda como la publicacidn de los "Tres cantos mate- riales" surgieron de esta iniciativa y representaban una defensa y una reivindicacidn de su persona y de su poesia. Entre los que se negaron a firmar e1 escrito se encontraba Juan Ram6n Jiménez. Este poeta dijo mas tarde que se hubiera adherido a1 homenaje a Neruda en la forma en que apareci6 publicado en abril de 1935. Pero se neg6 a firmar la primera versi6n que 1e ofrecieron y a raiz de su negativa se cre6 un clima de discordancia y polémica entre los dos poetas y sus respectivos partidarios. Esta polémica, que comentaremos con mas detalle cuando examinemos algunas de las reacciones a la revista Caballo Verde para la Poesia en el Capitulo V, 1e proporcion6 a Juan Ram6n un amplio contacto con Neruda y con su mundo poético. En l939, decidid hacer un juicio extenso sobre la poesia nerudiana en su retrato "Pablo Neruda (1939)" que fue incorporado a la primera edici6n de su libro Espafioles de tres mundos, de 1942. En esta ya famosa apreciaci6n de la obra de Neruda, Jiménez dijo, Siempre tuve a Pablo Neruda . . . por un gran poeta, un gran mal poeta, un gran poeta de la desorganizaci6n; e1 poeta dotado que no acaba de comprender ni emplear sus dotes naturales. Neruda me parece un torpe traductor de si mismo, y de los otros, un pobre esplotador de sus filones propios, que a veces confunde e1 orijinal con la traducci6n; que no supera completamente su idioma ni e1 idioma que traduce . . . Tiene Neruda mina esplotada y por esplotar; tiene rara intui- ci6n, busca estrafia, hallazgo fatal, lo nativo del poeta; no tiene acento propio, critica llena. Posee un dep6sito de cuanto ha ido encontrando por su mundo, algo asi como un 58 vertedero, estercolero a ratos, donde hubiera ido a parar entre e1 sobrante, e1 desperdicio, e1 detrita8 tal piedra, cual flor, un metal en buen estado afin . . . La cita parcial de este texto indica 1a ferocidad de la critica de Juan Ram6n hacia Neruda. Pero como ha notado Rodriguez Monegal, Jiménez acierta en resaltar en esta pieza tres de los aspectos mas significativos de la poesia nerudiana: su dependencia del mundo del subconsciente, la naturaleza ca6tica de su mundo poético y el amontonamiento de 1as cosas que se da en 61 produciendo un tipo de "collage" cubista. Donde yerra es en ver como negativos estos elementos en su poesia: Escribiendo como escribia desde una postura lucida y purista, Jiménez no podia comprender (no podia ver) que Neruda era capaz de crear a partir de ese caos, de esa impureza, de ese estado sonambfilico de la conciencia. Las limitaciones de su propia concepci6n poética y el encono impedian que Jiménez hiciera justicia a la pagte de creaci6n que ya era creciente en la poesia de Neruda. Después de unos afios de vivencia en America, Juan Ram6n empez6 a ver de otra manera 1a poesia de Neruda y, en una carta pfiblica que apareci6 en Repertorio Americano e1 17 de enero de 1942, quiso hacer una rectifi- caci6n parcial de la visi6n que en su articulo de Espafioles de tres mundos daba de la poesia nerudiana: . . . La rectificacion que mi conciencia de hombre y de escritor me pide sobre usted . . . es ésta: Mi larga estancia actual en 1as Américas me ha hecho ver de otro modo muchas cosas de América y de Espafia . . . , entre ellas 1a poesia de usted. Es evidente ahora para mi que usted expresa con tanteo exuberante una poesia hispanoamericana jeneral auténtica, con toda la revoluci6n natural y la metamorfosis de vida y muerte de este continente. Yo deploro que tal grado poético de una parte considerable de Hispanoamérica sea asi; no lo 56 sentir, como usted, segfin ha dicho, no sabe sentir Europa; pero 'es.1 Y e1 amontonamiento ca6tico es anterior a1 necesario despejo definitivo, lo prehist6rico a lo poshist6rico, 1a sombra turbulenta y cerrada a la abierta luz mejor. Usted es agBerior, prehist6rico y turbu- lento, cerrado y sombri6 . . . 59 La rectificaci6n de Juan Ram6n hacia Neruda conmovi6 profundamente a1 poeta chileno. En una carta que Neruda mand6 a Jiménez desde su puesto consular en México e1 15 de octubre de 1942 confesé, . . Hasta ahora no he contestado su carta pfiblica porque miles de cosas se interponen con mi trabajo diario, pero quiero anticiparle antes de hacerlo extensamente, 1a pro- funda emoci6n con que lei sus lineas, que con su sinceridad, agrandan 1a admiraci6n que por su obra he sentido durante toda mi v1da . . . Pero e1 motivo principal de la carta de Neruda fue en realidad el de participar a1 poeta moguerefio 1a noticia de la tragica muerte del joven Miguel Hernandez, que Neruda habia conocido a través de un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores chileno. Ante tan terri- ble dolor y pérdida para los dos, sus querellas y peleas literarias se volvieron insignificantes y pasaron a1 olvido. En 1as palabras de Gu116n, la muerte de Hernandez "1es unia en el duelo y quiza contribuy6 a hacerles ver 1a pequefiez de sus diferencias . . . No es cuasualidad que la recon- ciliaci6n Neruda-Juan Ram6n se operase bajo e1 signo triste del poeta sacrificado."52 Si estos dos poetas estuvieron dispuestos a enmendar sus diferencias, desafbrtunadamente otros no siguieron su ejemplo. Poco después, e1 escri- tor mexicano José Revueltas, impulsado por unas afirmaciones de la carta de rectificaci6n que Juan Ram6n dirigi6 a Neruda, se vio obligado a salir en defensa del poeta chileno y de toda la poesia americana en un articulo _en El popular de México, del 13 de marzo de 1942, reimpreso luego en Reper- torio Americapg, e1 9 de mayo del mismo afio. Bajo e1 titulo "América sombria," Revueltas acus6 a1 poeta espafiol de no aceptar como valido e1 caracter turbulento y ca6tica de la poesia de América. Juan Ram6n no pudo dejar sin contestar a Revueltas y en un articulo también en Repertorio Americano del 14 de agosto de 1943, "éAmérica sombria?" aclar6 por 61tima 60 vez su actitud ante el mundo poético de Neruda y de muchos poetas ameri- canos. Gu116n resume e1 conflicto de los dos diciendo, "mientras Neruda acepta e1 caos como ambito vital, Juan Ram6n, creyente en el valor del orden, piensa que cuanto existe postula 1a integraci6n a completarse en la creaci6n total."53 Si el mundo poético de Neruda era 1a selva, el que Juan Ram6n preferia era e1 jardin; dos conceptosckela poesia dificil- mente compatibles pero que no impidieron que los dos poetas por fin recon- ciliaran sus diferencias personales. Desgraciadamente se ha continuado utlizando 1a critica contra Neruda de Espafioles de tres mundos para atacar a1 poeta chileno aun después de que Juan Ram6n rectificara su opini6n sobre la poesia nerudiana. Un ejemplo de este uso se encuentra en la reimpresi6n del ensayo juanra- moniano sobre Neruda junto con otros de Ricardo Paseyro y Arturo Torres Rioseco en un libro titulado Mito ypverdad de Pablo Neruda, publicado en 1958. Este libro se abre con un ensayo antinerudiano de Paseyro, "La palabra muerta de Pablo Neruda." Sigue con una defenSa de Neruda ("que 61 no necesita ni ha solicitado") por parte de Torres Rioseco titulada "Neruda y sus detractores," y cierra con una contestaci6n de Paseyro a esta defensa, "Neruda: Vuelta y fin." Al final del libro se coloca e1 ensayo de Juan Ram6n, "Pablo Neruda (1939)" con la simple nota, "Del libro Espafioles de tres mundos. . ." Esta nota y la coincidencia de que la muerte de Juan Ram6n ocurriera este mismo afio (1958) hace sospechar que el ensayo fue incluido en este libro sin 1a autorizaci6n del poeta moguerefio. Una lectura cuidadosa de los ensayos de Paseyro y la defensa de Torres Rioseco indica que el rencor del primero hacia Neruda trasciende de una mera divergencia en el concepto poético, y en parte se deriva de una enemistad politica y personal que data de los afios en que el ex-comunista 61 Paseyro militaba en el Partido Comunista de Chile. En cierto modo, constituye un uso indebido del renombre de Juan Ram6n e1 THCIUIF en fli£9_ y verdad. . . un ensayo, de cuyo contenido beligerante se habia retractado su autor. Ademas, a pesar de ser anti-comunista convencido, Juan Ram6n atacaba a Neruda por motivos exclusivamente estéticos, y en 1939, fecha de su ensayo, Neruda todavia no se habia suscrito a ningfin partido politico.54 Una vez establecido en el ambiente intelectual de Madrid, Neruda empez6 a dar a conocer sus poemas a través de la prensa, 1as revistas literarias y libros de poesia. En'julio de 1934 apareci6 en la madrilefia Revista de Occidente una anticipaci6n de la segunda Residencia en la forma del poema "Alberto Rojas Giménez viene volando," dedicado a un antiguo compafiero de Neruda de sus afios estudiantiles de Santiago.55 Otras com- posiciones del poeta chileno se publicaron poco después. En el almanaque de Cruz y Raya editado por José Bergamin a principios de 1935 con el titulo El aviso de escarmentados del afio que acaba y escarmiento de avisados para el que empieza de 1935 fue incluido e1 poema nerudiano "Bacarola." Y en abril de 1935, como ya hemos notado, en un volumen home- naje de la editorial Plutarco, aparecieron publicados los "Tres cantos materiales": "Entrada a la madera," "Apogeo del apio," y "Estatuto del vino." Fuera de la capital hemos podido documentar 1a colaboraci6n de Neruda en varias revistas literarias de provincias. En Zaragoza, en la revista Noreste que dirigi6 entre 1932 y 1936 Tomas Seral y Casas, apare- cieron en el Nfim. 11 del verano de 1935 dos poemas nerudianos, "Ritual de mis piernas" y "Tango del viudo." Estos poemas corresponden a la primera Residencia y se publicaron con la fecha "Ceilan, 1930." Y en 62 .Silbg, revista oriolana de Carlos Fenoll, se public6 enel Num. 2 de junio de 1936 un poema de Neruda nunca recogido en libro, titulado "Oda t6rrida."56 Pero durante 1934 y 1935 Neruda edit6 en Madrid no 5610 sus propios trabajos sino traducciones y selecciones de poemas de otros poetas que en esos momentos influyeron en su mundo poético. En noviembre de 1934 en Cruz y Raya public6 una traducci6n suya del poeta inglés William Blake. Los dos poemas traducidos fueron "Visions of the daughters of Albion" y "The mental traveller." Las versiones nerudianas iban precedidas por una semblanza de Blake de la pluma de Chesterton, y acompafiadas por repro- ducciones de tres dibujos del propio Blake.57 Es por estas fechas cuando Neruda descubre 1a obra de los escritores clasicos espafioles. En 1as librerias de Madrid encuentra los antiguos textos que tanto 1e fascinaron: una edici6n de Garcilaso del afio 1549 comprada por cinco pesetas, una de G6ngora del editor flamenco Foppens impresa en el siglo diecisiete y comprada a plazos en la libreria de Garcia Rico, y otros ejemplares de Soto de Rojas y Francisco de la Torre.58 Pero cautiva su interés especialmente 1a obra de dos grandes escritores del Siglo de Oro, e1 Conde de Villamediana y Quevedo. Producto de su lectura del Conde de Villamediana fue una antologia de 1as poesias de este autor, seleccionada por Neruda y publicada en el suplemento del Nam. 28 de Cruz_ y_Bay§, con el titulo "En manos del silencio." En ella se incluian veinti- nueve sonetos, dos cuartetos y una endecha del Conde de Villamediana. Como pr6logo acompafia 1a selecci6n una carta de G6ngora a Cristobal de Heredia que relata 1as circunstancias de la muerte del conde, y un poema de Neruda dedicado a Villamediana, "E1 desenterrado."59 Pero Quevedo fue sin duda e1 descubrimiento poético mas significativo que hizo Neruda durante esta época. También en la revista Cruz y Raya, edit6 una selecci6n de quince 63 sonetos de Quevedo junto con fragmentos de sus epistolas y cartas.60 Como veremos mas adelante, sera Quevedo mas que otro escritor espafiol del pasado el que mas repercute en sus escritos posteriores. En cuanto a los libros editados por Neruda durante su estancia en Espafia, uno pasé casi inadvertido y otro constituy6 la gran revelaci6n poética de este periodo. E1 seis de marzo de 1936, Manuel Altolaguirre y Concha Méndez publicaron en su colecci6n "Héroe" los Primeros poemas de amor de Neruda, libro que incluia nueve poesias de Veinte poemas de amor y una canci6n desesperada. Aunque se conoce poco esta edici6n, segura- mente por estar limitada a 500 ejemplares, es significativa su publica- ci6n en la serie "Héroe," ya que todos los libros de la colecci6n repre- sentaban lo mejor de la joven poesia espafiola de la época de los treinta: Primeras canciones de Lorca, El joven marino de Cernuda, E1 rayo que no cesa de Miguel Hernandez, Cantos de primavera de Luis Felipe Vivanco y La lenta libertad del mismo Altolaguirre. 61 Pero indudablemente fue la publicaci6n de los dos volfimenes de Residencia en la tierra e1 acontecimiento literario mas importante del momento. Aparecieron en las "Ediciones del Arbol" de la editorial Cruzdy Raya, y salieron de la imprenta de Silverio Aguirre e1 quince de septiembre de 1935. El primer volumen contenia los poemas de la primera Residencia, escritos entre 1925 y 1931 y publicados ya en una edici6n limitada de cien ejemplares por la editorial Nascimento de Santiago en 1933. E1 segundo volumen (Segunda Residencia) incluia los poemas afiadidos a la coleccidn después, escritos entre 1931 y 1935. La primera edici6n de Residencia en la tierra de 1933 ya se conocia en Madrid cuando se public6 la segunda. Habia sido objeto de, por lo menos, dos extensos articulos criticos que merecen menci6n. En el Nfim. 8 64 de Cruz y Raya Luis Felipe Vivanco examin6 e1 lenguaje empleado en la primera Residencia en un articulo titulado "La desesperaci6n en el lenguaje."62 Guillermo de Torre, en otro trabajo, aparecido el 17 de agosto de 1934 en el diario Luz, acert6 en destacar unas de 1as carac- teristicas importantes de esta poesia: la calificaba de "suelta y desme- 1enada, libre de todas las trabas l6gicas, atenta solamente a 1as voces de la subconsciencia." El lirismo de Neruda es para Guillermo de Torre un "lirismo del Pacifico, en oposici6n del lirismo mas contenido que se desenvuelve en los paises atlanticos de América." Y observaba que Neruda 11egaba a "horadar los altimos estratos de la subconsciencia" y que alcanzaba en Residencia "los filtimos reductos del lirismo intraobje- tivo."63 Tras 1a publicaci6n en Madrid de Residencia en la tierra en la edici6n de Cruz praya, se multiplicaron 1as noticias sobre la poesia de Neruda aparecidas en la prensa madrilefia. Variaban en pr0p6sito y con- tenido, yendo desde unas notas meremente informativas hasta resefias mas completas y serias que demuestran 1a rapida percepci6n por la critica de la originalidad de esta obra. A1 primer tipo de informaciones pertenecen 1as notas incluidas en la pagina literaria del Heraldo de Madrid, que dirigia e1 critico Miguel Pérez Ferrero. En una de ellas afirma e1 autor hallarse ante "e1 mas grande de los poetas americanos de esta hora": Sus versos brotan de 1as raices de la tierra y van a 1as raices del coraz6n y no hemos de temer a la imagen romantica que nos sugigze la obra de artista que es la poesia del chi- leno Neruda. En la revista Tierra Firma también se hab16 detalladamente de la producci6n poética de Neruda. En el articulo "Dos poetas espafioles en 65 América y uno americano en Espafia," Pérez Ferrero examin6 1a poesia de Lorca, Alberti y Neruda. En 1as paginas dedicadas a1 poeta chileno, sigue e1 desarrollo de su vida y su obra poética desde su infancia en Temuco hasta 1a publicaci6n en Madrid de la segunda Residencia.65 Sin embargo, es un articulo de Miguel Hernandez, publicado por primera vez en los Folletones de El_§gl.el 2 de enero de 1936, el que mejor analiza en qué consisten 1as novedades que la poesia nerudiana traia a1 ambiente poético de Madrid. La fuerte impresidn inicial que hizo Residencia en la tierra a1 joven poeta oriolano se refleja a1 principio de este articulo en un conjunto de imagenes de tipo surrealista no muy diferentes de las que empleaba Neruda en su libro: Necesito comunicar el entusiasmo que me altera desde que he leido Residencia en la tierra. Ganas me dan de echar pufiados de arena en los ojos, de cogerme los dedos con las puertas, de trepar hasta 1a copa del pino mas dificultoso y alto. Seria la mejor manera de expresar 1a borrascosa admgracidn que despierta en mi un poeta de tamafio tan gigante. 6 Es una guitarra del cora26n la que oigo, es un Pablo de cora- z6n el que veo ante mi, cubierto de relicarios de barro, triste y amargo, hfimedo y sonando como una altima raiz a1 arrancarse. Es un roble con la piel descortezada, 1as heri- das del hacha y el tiempo a1 aire, e1 tronco desgarrado y el alma hecha aposento de pajaros afligidos; un rio invernal lo ataca, lo recome y lo deja con 1as raices en carneGyiva sobre 1as orillas donde truenan toros enamorados. . . A1 analizar en Residencia en la tierra, Miguel Hernandez sefiala los aspectos de la poesia nerudiana que mas 1e impresionaron a 61 y seguramente a los demas poetas de su generaci6n. Centra sus comentarios en la forma que toma 1a poesia de Neruda y en cinco claves printipales de su obra: la soledad, e1 corazén, las cosas, el tiempo y la muerte. La novedad formal que observa Hernandez en la poesia de Neruda es precisamente 1a falta total de modelos o reglas obligatorias en la estructuraci6n de su poema. Dice que, 66 Hay poetas cuya voz cabe en un dedal, en un verso de tres silabas; hacen mal en extenderse hasta el alejandrino. Se parecen a los rios que llevan mucho lecho y ningfin caudal. Pero Neruda no es ciertamente uno de estos poetas: La voz de Pablo Neruda es un clamor oceanico que no se puede limitar, es un lamento demasiado primitivo y grande, que no admite presidios ret6ricos. Estamos escuchando la voz virgen del hombre que arrastra por la tierra sus instintos de 1e6n; es un rugido, y a los rugidos nadie in- tenta ponerles traba. Busca en otros 1a sujeci6n a lo que se llama oficialmente 1a forma. En 61 se dan 1as ggsas como en la Biblia y en el mar: libre y grandiosamente. La poesia de Residencia no encuentra su medio adecuado de expresi6n en lo que llama Hernandez "1a forma obstinada." En la poesia de Neruda, "1a forma ha sido vencida y superada." Su poesia requiere una libertad absOluta en el campo formal para poder expresarse sin frenos estructu- rales que vienen arbitrariemente impuestos en el poema. Otro aspecto de esta poesia que observa Hernandez es que brota de un estado animico de gran soledad. El poeta se sabe terriblemente solo y se queja de esta condici6n. Este quejido da a la poesia de Neruda su "insatisfecho, tremendo desengafiado sensualismo. Su voz pasional, deso- lada, tierna y lfigubre siempre, es a veces sorda y mansa como la de un tambor apaleado lleno de tierra, y a veces, furiosa y fatal como el del hacha."69 E1 resultado es un sentimiento de la "dolorosa insatisfacci6n inapagable“ que se manifiesta en "las imagenes mas tragicas y angustiosas para expresar e1 desamparo de su soledad." E1 tono intimo que predomina en la poesia de Residencia es otro elemento que llamaba 1a atenci6n a Miguel Hernandez. Observa que "Pablo Neruda va a 1as cosas con el coraz6n, no con la cabeza . . ." y ve su poesia como una sucesi6n de "cartas amorosas, intimas familiares, de despedida y muerte, saliendo del coraz6n."70 Esta manifestaci6n abierta 67 del sentimiento, sin trabas ni pudores, es un elemento de la poesia nerudiana que gust6 mucho a1 joven poeta espafiol. Se encontraba c6modo con esta poesia del sentimiento; esta muy cerca a la suya y muy 1ejos de la poesia fria, deshumanizada y algo vacia de sentimientos que predonimaba en Espafia en la década de 1920. Estos asuntos del coraz6n, segfin Miguel Hernandez, no los podrian comprender "los que tienen por corazén una oficina o una maquinaria," referencia clara a los poetas que, siguiendo una de 1as mfiltiples modas vanguardistas, cantaban el mundo frio de la técnica, encontrando motivos poéticos en el autom6vil, 1a maquina de escribir o la camara cinematografica. Hernandez interrumpe aqui su comentario sobre la poesia de Neruda para defenderla de los que llama "los oficinistas de la poesia," comenta- ristas que perjudican esta poesia con sus juicios "superficiales." Segfin Hernandez, "Para poder respirar 1a atmésfera del libro de Pablo Neruda se necesita una imaginaci6n muy trabajada, no trabajosa, y un coraz6n de senti- miento y guitarra. No tiene derecho e1 superficial que 11ega y tropieza en sus poemas a decir ni pio . . ." Trata con especial dureza a un "folleti- nista, fildsofo y editor" que en su libro de 1as mil mejores poesias caste- llanas, puso como ejemplo de mala poesia unos versos del poema nerudiano "Alberto Rojas Giménez viene volando."71 Con esto, pasa a examinar los elementos que componen 1a poesia de Neruda; 1as "cosas." éDe qué elementos prescinde? De ninguno: Todo esta en Pablo Neruda, todo lo atiende y todo lo canta, su sangre esta siempre atenta a1 llamamiento enamorado de 1as cosas que lo rodean desde los cuatro puntos cardinales . Las cosas, 1as adoradas cosas lo atormentan y lo inundan.72 Y, finalmente, resalta dos temas que aparecen constantemente en Residencia en la tierra, el tiempo y la muerte, que "se ciernen tragicamente" con sus inevitables castigos.73 68 E1 joven Miguel Hernandez, gran admirador y amigo de Neruda no oculta su entusiasmo hacia 1a obra del poeta chileno. Pero es critico agudo y sensible y logra destacar lo que en la poesia de Neruda habia de nuevo e insdlito. Claro esta, que a Hernandez 1e atraen los elementos en la poesia de Neruda que estan mas en armonia con su propio concepto poético. Las novedades formales y tematicas que aportan a la poesia los poemas de Residencia marcar una linea diferencial entre la poesia de los afios veinte y la que se empezaba a escribir en Espafia en la década de los treinta: nace una poesia menos formal, menos calculada, mas pasional y humana. La poética implicita en Residencia rechaza la poesia cerebral de los afios veinte y Miguel Hernandez no vacila en mostrar su preferencia por esta poesia que es, a la vez, la de muchos poetas j6venes de su gene- raci6n: Esta es la especie de poesia que prefiero, porque sale del coraz6n y entra en 61 directo. Odio los juegos poéticos de 5610 cerebro. Quiero 1as manifestaciones de la sangre y no 1as de la raz6n, qua lo echa a perder todo con su condici6n de hielo pensante. Después de conocer los versos de Neruda, los poemas cuidadosamente estructurados, ordenados, basados en el trabajo del intelecto y llenos de contenci6n, 1e parecen a Hernandez inadecuados. Ante la voz de Pablo, que califica de "desmemorada y poderosa," exclama: . . qué ridiculos encuentro e1 romancillo, 1a cosita, los cuatro versos tartamudos, verbales, vacios, incoloros, inge- niosos; gl poemilla relamido y breve que tantos cultivan y acatan17 Se declara "harto de tanto arte menor y puro;" de la "vocecilla minima que se extasia ante un chopo . . . ." Prefiere "1a confusi6n desordenada y ca6tica de la Biblia" donde ve "espectaculos grandes, cataclismos, desventuras, mundos revueltas," y oye "alaridos y derrumbamientos de sangre." Es este el mundo poético que mejor reflejaba 1a lucha interior 69 de la generaci6n de Miguel Hernandez y, a la vez, los conflictos y pasiones que dominaban en el ambiente espafiol de la preguerra. Resume su actitud cuando dice: Basta de remilgos y empalagos de poetas que parecen monjas confiteras, todo primor, toda punta de dedo azucarado. Pido poetas de 1as dimensioneg de Pablo Neruda para acabar con tanta confitura rimada. Y termina manifestando su juicio sobre Residencia en la tierra que re- sulta profético. Lo ve como un "libro de proporciones, valor e impor- tancia definitivos que, revolucionario de aspecto y eterno de voz, viene a empequefiecer y derribar cosas consideradas como grandes y resistentes." No consideramos imparcial ni desapasionado e1 juicio que hace Miguel Hernandez de la poesia de Neruda. En el momento de escribir esta critica, e1 joven poeta oriolano se encontraba fuertemente impresionado por la poesia y por la persona de Pablo Neruda y su entusiasmo por el poeta chileno se trasluce en ella. Sin embargo, como hemos indicado, Hernandez sefiala con acierta los elementos en la poesia nerudiana que gustaron en el ambiente literario espafiol de la preguerra. Su entusiasta acogida de esta poesia refleja la recepci6n igualmente calida que mereci6 1a obra de Neruda entre los demas poetas de la joven generaci6n espafiola. La importancia de la publicaci6n de Residencia en Madrid tampoco pas6 inadvertida fuera de Espafia. En una nota en la revista Les Mois de Paris, en noviembre de 1935, se hab16 de la producci6n poética espafiola en términos elogiosos: Puede asegurarse que en ningfin pais de Europa 1a poesia esta tan pr6$pera como en Espafia y América Latina. La joven pléyade de poetas castellanos que se ha agrupado alrededor del maestro Juan Ram6n Jimenez, es verdadera en talentos de primer orden . . . 7O Pero a pesar de este elogio, y por encima de la obra de los poetas espa- fioles, ciertamente valiosa, Le Mois opin6 que Residencia constituy6 e1 acontecimiento poético mas significativo del afio: . . Sin embargo, 1a publicaci6n poética mas importante del afio es incontestablemente e1 conjunto de dos vglfimenes del chileno Pablo Neruda, Residencia en la tierra. E1 juicio de la revista francesa indica que ya en el momento de su apari- ci6n, 1a segunda Residencia en la tierra tuvo un impacto fuerte en el ambiente poético espafiol, mereciendo un reconocimiento casi inmediato. La valoraci6n de Les.Mois se fue confirmando con el paso del tiempo, y una perspectiva mas lejana puso de manifiesta afin mas 1a importancia de la obra de Neruda en Espafia. Los poetas madrilefios de la preguerra asi lo reconocieron. Un editorial de Romance, una de 1as revistas mas impor- tantes del exilio, logr6 resumir de la siguiente manera e1 significado que se atribuy6 a la poesia de Neruda en el ambiente literario de Madrid anterior a la guerra: La edici6n de Residencia en la tierra, que hizo Cruz y Raya, signific6 un verdadero acontecimiento en el mundo literario espaflol. Los poemas terrenales, subterraneos, de Neruda traian no 5610 el viento de otros cielos, otros climas y otras plantas, sino también un hondo y nuevo sentido de la poesia que llamariamos 'novelesco,‘ esencial; y sobre todo mostraban un empefio profundo, casi épico, por penetrar 1a materia. Y a fuerza de penetrarla y comprenderla, de huma- nizarla convirti6 Neruda 1a madera en celeste sorpresa. Este amor 'material' nos parece 1a clave del gran suefio neru- diano, pobladg de monstruos y torturas, de delicias también y apar1c1ones. De haber continuado en Madrid en las condiciones que hemos esbozado en 1as filtimas paginas, Neruda hubiera mantenido seguramente y con igual intensidad sus relaciones con los poetas espafioles. Pero los sucesos de julio de 1936 se entrepusieron, y dej6 de existir para siempre e1 ambiente efervescente de intercambio cultural que muchos criticos se han complacido en llamar "1a edad de plata" de la literatura espafiola. 71 NOTAS AL CAPITULO II 1Ilya Ehrenburg en su pr6logo a Poesia Politica de Neruda, Vol. 1 (Santiago: Austral, 1953), pag.22. 2o. c., II, pag. 541. 3o. 6., II, pag. 543. 4o. c., II, pag. 625. 5Alfredo Cardona Pefia, Pablo Nerudapy otros ensayos (México: Andrea, 1955), pag. 31. 6Alfredo Cardona Pefia, pag. 32. 7Hernan Loyola, Ser y morir en Pablo Neruda,p1918-1945 (Santiago: EditoraSantiago, 1967), pag. 83. 8Confieso. . . , pag. 96. 9A1fredo Cardona Pefia, pag. 30. 10Guillermo de Torre en "Carta abierta a Pablo Neruda," Cuadernos Americanos, México, 57, 3 (1951), pags. 276-282, dice haber mantenido una entrevista nnur cordial con Neruda, y haber recibido de 61 ejemplares de sus tres primeros libros, pero que en su encuentro de 1927 no vio jamas e1 manuscrito, todavia inédito e inconcluso de los poemas de la primera Residencia. 1lLa Gaceta Literaria, Nam. 15 (1 agosto 1927), articulo citado en Guillermo de Torre, "Carta abierta. . . ," pag. 279. 12Enrique Salazar Chapela, "E1 habitante y su esperanza," El Sol (25 sept. 1927) y Miguel Pérez Ferrero, "E1 habitante y su libro," La Gaceta Literaria (1 oct. 1927). 13Antonio Gallego Morell, "Pablo Neruda en su generaci6n," en Manuel Alvar, et. al., Poesia. Reuni6n de Malaga de 1974 (Malaga: Instituto de Cultura de la Diputaci6n Provincial de Malaga, 1976), pags. 34-35. 14Confieso. . . , p69. 99. 15Alfredo Cond6n, La Gaceta Literaria (15 dic. 1927). 72 16Cartas de Neruda a Héctor Eandi, fechadas en Ceilan e1 24 de octubre y el 21 de noviembre de 1929 y citadas en Margarita Aguirre, Las vidas de Pablo Neruda (México, Barcelona y Buenos Aires: Grijalbo, l973), pag. 148. (A1 éitar los textos de Neruda respetamos 1a ideo- sincracia de no colocar signos de puntuaci6n a1 principio de la frase.) 17Rafael Alberti, La arboleda perdida (Barcelona: Seix Barral, 1976). Dag. 294. 18Rafae1 Alberti,'pag. 293 y 294. 19Carta ya citada de Neruda a Eandi, del 5 de sept. de l931,parcia1- mente reproducida en Margarita Aguirre, Las Vidas de Pablo Neruda (México, Barcelona y Buenos Aires: Grijalbo, 1973L pag. 150. La Compafiia Ibero- Americana de Publicaciones quebr6 debido a una suspensi6n de pagos de la casa Bauer y Cia., representante de la Banca Rothschild en Espafia. Este poderoso conglomerado del mundo editorial era duefio de las editoriales Renacimiento, Fe, Mundo Latino, Atlantida, Estrella y Hoy; tenia 1a exclu- siva de venta sobre los fondos de 1as editoriales Zeus, Ulisis, Cenit, América y Signo y era propietario de 1as revistas La Raza y, desde 1929, La Gaceta Literaria. Véanse e1 articulo de José Esteban, "Editoriales y libros de la Espafia de los afios 30," Cuadernos para el dialogo, Extra- ordinario Nam. 32 (dic., 1972), pags. 59-60, y una nota del mismo Esteban y Gonzalo Santonja en Los novelistas sociales espafioles, 1928-1936 (Madrid: Peralta/Ayuso, 1977), pag. l4. 20Rafael Alberti, La arboleda perdida, pag. 294. Véase también su articulo "De mon amitié avec Pablo Neruda," urope, Paris, Nums. 419- 420 (marzo-abri1,1964), pags. 71- 75. 21Carta de Neruda a Eandi fechada en Batavia, Java, e1 5 de sept., 1931, en el libro de Margarita Aguirre, Las Vidas de Pablo Neruda, pag. 151. Se refiere aqui a la edici6n madrilefia de Trilce de César Vallejo que apareci6 en 1930 con un pr6logo de José Bergamin y Gerardo Diego y en el cual se menciona 1a poesia de Neruda. 22o. c., III, pag. 938. 23Véase, por ejemplo, e1 trabajo del critico chileno "Alone" (Hérnan Diaz de Arrieta), "Panorama de la literatura chilena," La Gaceta Literaria (1 enero 1931), pag. 4, donde comenta extensivamente 1a obra poética de Neruda. 24o.c.', III, pag. 629-630. 25La cubierta, portaday dibujos de Lorca incluidos en este libro estan reproducidos en 0. C, I, s. p. 26Ange11na Gatell, Neruda (Madrid: E.P.E.S.A., 1971), pag. 89. 27o. c., I, pag. 238. 73 28o. c., I, pags. 271-272. 290. C., I, pags. 222-224. Véase también una carta de Neruda anunciando el nacimiento, publicada en Hérnan Loyola, Ser y morir en Pablo Neruda (Santiago: Editora Santiago, 1967), pags. 145-146. 30Confieso. . . , pag. 163. 31Luis Enrique Délano, Sobre todo Madrid (Santiago: Universitaria, 1970). Dag. 61. 3ZVarios criticos afirman que Gabriela Mistral se traslad6 a Barcelona dejando e1 consulado de Madrid abierto para Neruda (véase, por ejemplo, Emir Rodriguez Monegal, Neruda: E1 viajero inmovil, Caracas: Monte Avila, 1977, pag. 102.) Pero segfin Luis Enrique Délano, empleado del consulado en esos momentos, Mistral fue trasladada forzosamente a Lisboa. E1 cambio de destino se debi6 a una carta suya que fue publicada en la revista chilena Para Todos y que habia disgustado a la colonia espafiola residente en Chile. La carta, de indole privada, fue dada a imprimir sin e1 permiso de la poetisa y trataba de sus impresiones sobre la pobreza y mendicidad que encontraba a su llegada a Espafia. Véase Délano, pags. 63-66. Los recuerdos de Neruda sobre este incidente son todavia menos precisos. En Confieso. . . , pag. 163 dice que se encontr6 "convertido de la noche a la gafiana y por arte de birlibirloque en c6nsu1 chileno en la capital de spafia. . . ." 33Luis Enrique Délano, pag. 61. 34Luis Enrique Délano, pag. 62. 35Confieso. . . , pag. 166. 36Eduardo de Ontafi6n, "E1 mundillo literario: éQué pasa con 1as tertulias?," Heraldo de Madrid, Nam. 15.532, (12 dic. 1935). 37"Tertulias literarias," Almanaque Literario 1935 (Madrid: Plutarco, 1935), pag. 181. 38Rafil Gonzalez Tufi6n, La rosa blindada, 2d ed. (Buenos Aires: Horizonte, 1962), pags. 8-9. 39Miguel Hernandez en la dedicatoria del libro E1 hombre acecha, Obras Completas (Buenos Aires: Losada, 1973), pag. 313. Neruda habla de Valle Inclan, Antonio Machado y Ram6n G6mez de la Serna en Confieso. . . , pags. 166 y 167. En su libro Navegaciones y Regresos dedica una oda a Rom6n G6mez de la Serna, O. C., II., pags. 783-786, y en la revista, Ercilla de Santiago, Nam. 1716 (8 marzo 1968) hay un articulo sobre Ram6n que se reproduce en Para nacer he nacido (Barcelona: Seix Barral, 1978), pags. 238-240. La enemistad con Larrea se deja ver en su "Oda a Juan Tarrea," O. C. II, pags. 342-347, y Rodriguez Monegal aclara los porme- nores de este conflicto en El viajero inm6vil, pags. 137-141. 74 40Federico Garcia Lorca, "Presentaci6n de Pablo Neruda en la Univer- sidad de Madrid,“ Obras Completas, 199 ed. (Madrid: Aguilar, 1974), Vol. I, pag. 1183. 4‘Federico Garcia Lorca, Vol. I, pag. 1183. 42Emir Rodriguez Monegal, E1 viajero inm6vil, pag. 105. 43Este texto ha sido reproducido repetidas veces. Citamos de Margarita Aguirre, Las vidas de Pablo Neruda, pag. 161. 44Sobre el homenaje a Neruda se puede consultar varias cr6nicas apa- recidas en la prensa chilena en el verano de 1935, entre ellas, 1a nota an6nima "Poetas j6venes de Espafia saludan a Pablo Neruda," Las Ultimas Horas, Santiago (19 junio 1935); "Alone," "Homenaje a Pablo Neruda en Espafia," La Naci6n, Santiago (30 junio 1935); Norberto Pinilla, "Homenaje a Pablo Neruda," Revista del Pacifico, Santiago, Nam. 2 (julio, 1935) y Mariano Pic6n Salas, "Nueva poética de Pablo Neruda," La Hora, Santiago (7 julio 1935). 45Rabindranath Tagore (1861-1941), poeta y fileofo bengali fue recipiente del Primio N6bel de literatura en 1913. Era autor, ademas, ‘de novelas, cuentos y obras de teatro. 46Ricardo Gu116n, "Relaciones Neruda-Juan Ram6n Jiménez," Hispanic Review, 39 (1971), pag. 144. Este articulo es el que trata en mas detalle y mas serenamente e1 conflicto entre Neruda y Juan Ram6n. Una buena sintesis de las relaciones entre los dos se encuentra en el libro de Graciela Palau de Nemes, Vida y obra de Juan Ram6n Jiménez, Vol. 2, (Madrid: Gredos, 1974), pags. 274-279. Véase también e1 articulo de Gaston Figueras, "Sobre el pleito Neruda-Jiménez," Marcha, Montevideo, 13, Nfim. 613 (7 marzo 1952), pag. 14. 47Veinte poemas de amor y una canci6n desesperada. (Buenos Aires: Tor, 1934 y 1940). Una nota semejante aparece en 1as ediciones de Santiago, Editorial Ercilla de 1938, 1940, 1941 y 1942. 48Juan Ram6n Jiménez, Espafioles de tres mundos (Madrid: Aguilar, 1969), pags. 181 y 182. La primera edici6n de 1942 as de la editorial Losada de Buenos Aires. Respetamos 1as peculiaridades ortograficas de los textos de Juan Ram6n Jiménez. 49Emir Rodriguez Monegal, E1 viajero inm6vil, pag. 109. 50Esta carta, fechada en "Coral Gables, enero de 1942," se public6 por primera vez, como hemos mencionado, en Repertorio Americano, San José de Costa Rica, 39, Nfim. 1 (17 enero 1942), pag. 12. Ha sido reproducida en Juan Ram6n Jiménez, Selecci6n de cartas, 1899-1958, (Barcelona: Picazo, 1973), pags. 134-135, obra que citamos, y mas recientemente en Juan Ram6n Jiménez, Cartas Literarias, ed. de Francisco Garfias (Barcelona: Bruguera, 1977), pags. 38-39. Gull6n reproduce 1a carta parcialmente en “Relaciones Neruda-Juan Ram6n Jiménez," Hispanic Review, 39 (1971), pags. 154-155. 75 51Carta citada en Ricardo Gull6n, "Relaciones Neruda-Juan Ram6n Jiménez," pags. 155-156. 52Ricardo Gull6n, pag. 157. 53Ricardo Gull6n, pags. 157-159. 54Véase Ricardo Paseyro, Arturo Torres Rioseco y Juan Ram6n Jiménez, Mito y verdad de Pablo Neruda (México: Asociaci6n Mexicana por la Libertad de la Cultura, 1958). También es interesante notar e1 foro en el cual se aire6 esta polémica. Ram6n Tamames ha calificado a1 Congreso por la Libertad de la Cultura como "un organismo agrupador de intelectuales mas o menos anti-comunistas. . . y que financiaramente era ayudado por deter- minadas fundaciones norteamericanas," (Historia de Espafia Alfaguarra VII: La Repfiblica, La era de Franco, Madrid, Alianza, 1973, pag. 403). Para una historia mas completa del Congreso consfiltese e1 capitulo "La guerra fria cultural" en La agonia de la izquierda norteamericana de Cristopher Lasch, Barcelona, Grijalbo, 1970. 55Neruda trata en profundidad su amistad con Rojas Giménez en Confieso . . . , pag. 58 y siguientes. 56Este poema fue publicado anteriormente en el Nam. 1 (junio, 1935) de la Revista del Pacifico de Santiago y aparece reproducido en 0. C., III, pags. 635-636, en la secci6n de "Poesia y prosa no incluidas en libro." 57Cruz y Raya, Nam. 20, pags. 85-109. Las versiones nerudianas de los poemas de Blake estan reproducidas en 0. C., III, pags. 767-781. 58"Discurso con motivo de la Fundaci6n Neruda," O. 6., III, pag. 676. 59Conde de Villamediana, ”Selecci6n de poesias presentadas por Pablo Neruda," Cruz y Raya, Nfim. 28 (Suplemento), pags. 3-50. E1 conde, don Juan de Tassis y Peralta (1582-1622) fue poeta conocido sobre todo por sus sonetos y sus satiras politicas. Entre sus poesias se destacan "A la muerte de la reina Margarita" y sus fabulas: "Fabula de Faet6n," "Fabula de EurOpa," "Fabula de la Fénix" y"Fabula de Venus y Adonis." G6ngora escribi6 e1 pr6logo a su drama "La gloria de Niquea.“ Sus suouestos amorios con la mujer de Felipe IV, 1a reina Isabel de Borb6n;y su drama- tica muerte han sido tema de dramas de Patricio de la Escosura y J. E. Hartzenbusch y de un romance del Duque de Rivas. Entre los estudiosos de su vida y obra literaria se encuentran Narciso Alonso Cortés, Emilio Cotarelo y Luis Rosales. 60Francisco de Quevedo, "Selecci6n de sonetos, por Pablo Neruda," Cruz y Raya, Nfim. 33, pags. 83-101. 61Margarita Smerdou Altolaguirre, en su introducci6n a Las islas jpyitggg§_de Manuel Altolaguirre (Madrid: Castalia, 1972), pag. 16. 62Luis Felipe Vivanco, "La desesperaci6n en el lenguaje," Cruz y Raya, N6m. 8, pags. 149-158. 76 63Guillermo de Torre, "Un poeta chileno en Madrid: Pablo Neruda y su 61timo libro Residencia en la Tierra," Lpz_(17 agosto 1934), citado en G. de Torre, "Carta abierta a Pablo Neruda," Cuadernos Americanos, 57, 3 (1951), pag. 280. 64"Pablo Neruda acaba de publicar . . . ," nota s. f., Heraldo de Madrid, Nam. 15.478 (10 oct. 1935), pag. 5. Véase también otra nota s. f., "Residencia en la tierra," Heraldo de_Madrid, Nam. 15.466 (26 sept. 1935), pag. 7, y Miguel Pérez Ferrero,"Pabla Neruda 1925-1935," Heraldo de Madrid, Nfim. 15.484 (17 oct. 1935), pag. 4. 65Miguel Pérez Ferrero, "Dos poetas espafioles en América y uno americano en Espafia," Tierra Firma (enero-feb.-marzo, l936), pags. 23-45. 66Miguel Hernandez, "Residencia en la tierra (Poesia 1925-1935) de Pablo Neruda," Obras Completas (Buenos Aires: Losada, 1973), 960. Esta pieza ha sido reproducida recientemente con unas notas introductorias de Robert Marrast en Juan Cano Ballesta, ed., En torno a Miguel Hernandez (Madrid: Castalia, 1978), pags. 64-75. 67Miguel Hernandez, Obras Completas, pags. 959-960. 68Miguel Hernandez, pag. 960. 69Miguel Hernandez, pag. 961. 70Miguel Hernandez, pag. 962. 71Miguel Hernandez, pag. 963. La referencia iba dirigida a José Bergua que edit6 Las mil mejores poesias de lengua castellana (1135-1935): Ocho siglos de poesia espafiola e hispanoamericana, (Madrid: Libreria Bergua, 1935.) Los versos a que se refiere son: "Bajo 1as tumbas,bajo 1as cenizas,/bajo los caracoles congelados,/bajo 1as altimas aguas terres- tres, vienes volando." 72Migue1 Hernandez, pag. 964. 73Miguel Hernandez, pag. 965. 74Miguel Hernandez, pag. 964. 75Miguel Hernandez, pag. 965. 76Miguel Hernandez, pag. 965. 77Les Mois, Paris (nov., 1935), citado en Arturo Aldunate Phillips, E1 nuevo arte poético y Pablo Neruda, (Santiago: Nascimento, 1936), pag. 28. 78Editorial 5. f. titulado "Pablo Neruda," Romance, México, Nam. l (1 feb. 1940), pag. 19, de la edici6n en facsimil de la Editorial Detlev Auvermann, GlashUtten im Taunus, Alemania y la Kraus Reprint, Nendeln, Liechtenstein, 1974. Segfin Antonio sanchez Barbudo en su introducci6n a esta edici6n, los editoriales los escribia casi siempre e1 poeta espafiol Juan Rejano. CAPITULO III NERUDA EN ESPANA: LA GUERRA Y DESPUES 77 78 Ha dicho con acierto e1 critico Francisco Caudet que, . antes del 18 de julio de 1936, Espafia estaba separada poética y politicamente de modo irreductible . . . . Espafia, y sus poetas, estaba armada ideol6gicamente desde 1a Revolu- ci6n de octubre de 1934. La guerra desempefié 1a funci6n . . . de fijar y hasta definir ciertas posiciones. Pero n9_§rg§_ nada. Todo lo que hemos examinado hasta este momento en el curso de nuestro estudio muestra la veracidad de esta afirmaci6n. Desde e1 comienzo de la Segunda Rep6b1ica en 1931 hasta el momento de la insurrecci6n militar de 1936, hemos documentado e1 desarrollo de una creciente participaci6n del intelectual espafiol en los asuntos de su pais, y una actitud politica que, en los casos ya examinados de los poetas Alberti, Hernandez, Prados, Serrano Plaja, Cernuda y Lorca, estaba establecida antes de sonar los primeros tiros. En el caso de Neruda, hombre que habia sido lider anar- quista en sus tiempos de estudiante en Santiago, 1a trayectoria es algo distinta. Hay varias pruebas para hacernos suponer que la conciencia politica de Neruda se encontraba bien despierta antes del estallido de la guerra civil. E1 hecho de participar como delegado de Chile en el Primer Congreso para la Defensa de la Cultura en Paris (junio de 1935) indica, por lo menos, una actitud abierta hacia el posible uso de la poesia como arma politica. Hay constancia, ademas, de su participaci6n en varios mitines de la campafia electoral en pro del Frente Popular de Madrid, en enero de 1936, y en especial en un homenaje que el Partido Comunista ofreci6 a Alberti y Maria Teresa Le6n por estas fechas.2 Luis Enrique Délano cuenta que "el grupo de Pablo celebr6 1a victoria del Frente Popular con una alegre fiesta."3 Pero a diferencia de sus compafieros espafioles, Neruda no sinti6 1a necesidad de reflejar sus ideas politi- cas a través de su poesia hasta despues del comienzo de la guerra. Como ha dicho Gonzalez Tufi6n, ". . . e1 Cuartel de la Montafia quedaba a 79 poca distancia de su 'Casa de las flores' y una mafiana de julio del '36 vio a los milicianos marchar a1 asalto de aquella fortaleza y abatirla. Fue cuando escribi6 el primer poema distinto . . ."4 Los poetas espafioles con quienes habia convivido Neruda en tan estrecha fraternidad durante 1934 y 1935, se agruparon en julio de 1936 alrededor de la Alianza de Intelectuales Antifascistas.5 En su revista, E1 mono azul6 se editaba semanalmente un "Romancero de la guerra civil" donde se iban publicando poemas inspirados en la contienda, escritos por Alberti, Prados, Miguel Hernandez, Serrano Plaja, Altolaguirre, Aleixandre, Bergamin, Lorenzo Varela y muchos mas. Un dia, alguien de la redacci6n pregunt6 a Neruda, "dCuando nos vas a escribir algo para E1 mono azul?" Pablo respondi6 vagamente. Pero sin duda 1a idea 10 estaba trabajando por dentro. Y no podia ser de otra manera. E1 estimulo de la guerra era algo demasiado fuerte, una pre- si6n irrestible para un poeta como él. Una tarde de septiembre de 1936, Neruda entreg6 a su amigo Délano una copia de su poema "Canto a 1as madres de los milicianos muertos" diciendo, "es mi primera poesia proletaria." Segfin Délano, era "e1 pri- mer fruto de una trasformaci6n que venia produciéndose, que no 11eg6 de golpe ni fue producto de la guerra . . ." Los versos del "Canto . . ." se hicieron pronto famosos y fueron una fuente de consuelo y aliento para las familias de los soldados caidosz, No han muerto! Estan en medio de la p61vora, de pie, como mechas ardiendo. Sus sombras puras se han unido en la pradera de color de cobre como una cortina de viento blindado, como una barrera de color de furia, como el mismo invisible pecho del cielo. Madres! Ellos estan de pie en el trigo, altos como el profundo mediodia, dominando 1as grandes llanurasi Son una campanada de voz negra que a través de los cuergos de acero asesinado repica 1a victoria . . . 80 Este "Canto a las madres de los milicianos muertos" fue publicado en el nfimero cinco de El mono azul, e1 24 de septiembre de 1936 con la nota, "Este poema se debe a la pluma de un gran poeta cuyo nombre la redacci6n de El mono azul estima oportuno no dar por el momento." Fue Rafael Alberti quien decidi6 editar e1 poema an6nimamente ya que, en virtud de su cargo consular, a Neruda 1e estaba vedada cualquier intro- misi6n en los asuntos politicos de Espafia.9 Pero a pesar de su cargo diplomatico, durante los primeros meses de la guerra civil Neruda dio muchas pruebas de su reciente compromiso poli- tico y no dej6 de prestar abiertamente su apoyo a la causa republicana. Su participaci6n en mitines y asambleas politicas en esos momentos ha sido documentada.10 Luis Enrique Délano relata que en una ocasi6n acompafié a Neruda a que leyera su nueva poesia en un mitin de Cuenca. Fue un acto organizado conjuntamente por la Alianza de Intelectuales Antifascistas y la Federaci6n Universitaria Hispanoamericana, e1 12 de octubre de 1936, para celebrar el "dia de la raza." Alli Neruda 1ey6, quizas por primera vez pfiblicamente, e1 "Canto . . ." que apareci6 en El mono azul e1 mes anterior. ll Durante e1 otofio de 1936 1e toc6 a Neruda ser testigo de la heroica defensa de Madrid: Con los ojos heridos todavia de suefio, con escopeta y piedras, Madrid, recién herida, te defendiste. Corrias por 1as calles dejando estelas de tu santa sangre, reuniendo y llamando con una voz de océano, con un rostro cambiado para siempre por la luz de la sangre, como una vengadora montafia, como una silbaate estrella de cuchillos. La "Casa de 1as flores" qued6 pronto dentro del frente de batalla y Neruda se fue a vivir un tiempo en la casa de Manuel Altolaguirre. El ocho de 81 diciembre sali6 hacia Valencia con su compafiera Delia y Délano y su mujer, abandonando por unos meses la ciudad que habia sido escenario de la horro- rosa matanza de la guerra civil y cuya tragica impresi6n qued6 grabada para siempre en su mente. De Valencia, Neruda pas6 a Francia donde decidi6 editar con la escri- tora inglesa Nancy Cunard, una revista de poesia titulada Los poetas del mundo defienden a1 pueblo espafiol.13 Los dos compusieron a mano cada nfimero en una imprenta que habia en la casa de campo de Nancy Cunard, fuera de la capital francesa. El primer namero se edit6 en espafiol y 11ev6 la fecha "Madrid, noviembre de 1936." Los restantes nfimeros, en total seis, aparecieron en Paris a lo largo de 1937 con el titulo Les poétes du Monde défendent 1e Peuple Espagnol. Cada namero constaba de ocho pagi- nas y llevaba, en espafiol 0 en francés, e1 siguiente mensaje en la portada: Madrid sera la tumba del fascismo internacional. Escri- tores: combatid en vuestra patria los asesinatos de Federico Garcia Lorca. Pedimos dinero, alimentos, ropa y armas para la Repfiblica Espafiola. No pasaran. Neruda emplea aqui e1 plural "asesinatos de Federico Garcia Lorca" por- que, como enseguida veremos, para 61 la muerte de Lorca es simb61ica de la muerte de muchos otros inocentes. La revista se vendia en todas las organizaciones espafiolas de Paris para recaudar fondos para la causa republicana. En el primer nfimero Neruda public6 su poema "Canto sobre unas ruinas," y en éste y en los demas nfimeros aparecieron poemas de Alberti, Louis Aragon, Tristan Tzara, Gonzalez Tufi6n, Nicolas Guillén, N. H. Auden, Stephen Spender, Langston Hughes, Robin Wilson, Brian Howard, Randal Swingler y otros. Los colaboradores representaban muchos paises y por cada poema en espafiol, 1a revista incluia uno en francés, inglés o aleman.14 82 A partir de febrero de 1937, Neruda entra en una larga etapa de continuos esfuerzos en pro de la Repfiblica Espafiola. Este mismo mes hab16 publicamente sobre lo que quizas fue para 61 e1 dolor mas pro- fundo que 1e trajo 1a guerra: la muerte de su amigo Federico. Pre- sentado por Robert Desnos, pronunci6 en Paris su ya famoso discurso "Le souvenir de Federico Garcia Lorca,“ en el que se pregunta c6mo se puede hablar en ese momento de Lorca y resaltar el nombre de 5610 uno entre tantisimos espafioles martirizados por la guerra.15 La raz6n es que para el poeta chileno e1 mero nombre de su amigo granadino es un simbolo, y "al pronunciarlo se pronuncian los nombres de todos los que cayeron defendiendo 1a materia misma de sus cantos, porque él era e1 defensor sonoro del coraz6n de Espafia."16 Neruda concibe a Lorca como un simbolo del pueblo y su muerte como la manera mas eficaz para herir mas doloro- samente a Espafia: . . . Si se hubiera buscado dificilmente, paso a paso por todos los rincones a quién sacrificar, como se sacrifica un simbolo, no se hubiera hallado lo popular espafiol, en velocidad y profundidad, en nadie ni en nada como en este ser escogido. Lo han escogido bien quienes a1 fusilarlo han querido disparar a1 cora26n de su raza. Han escogido para doblegar y martirizar a Espafia, agotarla en su per- fume mas rapido, quebrarla en su respiracién mas vehemente, cortar su risa mas indestructible . . . Frente a la muerte de Federico, Neruda se vuelve mas combativo di- ciendo que aunque esté muerto, su raza se defendera como la supervivencia de sus cantos. Se acuerda de los demas poetas, de Alberti, Serrano Plaja, Miguel Hernandez, Prados, Antonio Aparicio, y de otros que "estan en este instante en Madrid defendiendo 1a causa de su pueblo y su poesia,"18 y junto con ellos toma el nombre de Federico como grito de batalla, Compréndeme y comprended que nosotros los poetas de América Espafiola y los poetas de Espafia, no olvidaremos ni 83 perdonaremos nunca e1 asesinato de quien consideramos e1 mas grande entre nosotros, e1 angel de este momento de nuestra lengua. . . . Es que nosotros no podremos nunca olvidar este crimen, ni perdgnarlo. No 10 olvidaremos ni lo perdonaremos nunca. Nunca.1 En marzo de 1937, todavia en Paris, Neruda entr6 a formar parte de un "Comité iberoamericano para la defensa de la Repfiblica espafiola" que empez6 este mismo mes a editar un boletin semanal "mimeografiado" con el titulo Nuestra Espafia; e1 boletin sigui6 publicandose hasta 1939. El equipo responsable incluia a Neruda, 1a escritora bonaerense y funda- dora de §EE Victoria Ocampo, J. Garcia Monge, e1 cubano Juan Marinello y el pintor mexicano Alfaro Siqueiros.20 Parece ser que el director de la revista fue en algfin momento e1 poeta cubano Félix Pita Rodriguez. En el nfimero cinco de Nuestra Espafia, Neruda public6 un tipo de carta abierta titulada "A mis amigos de América." En este texto contesta a muchos amigos que dice que 1e han suplicado que deje de hablar de Espafia, que deje de participar en querellas partidistas, y que vuelva a desem- pefiar su "alta misi6n de poeta." La contestaci6n del poeta chileno es una de muchas declaraciones p6b1icas en las cuales expresa sus razones para aliarse a la causa republicana: Quiero responder de una vez por todas, que a1 situarme en la guerra civil a1 lado del pueblo espafiol, lo he hecho en la conciencia de que el porvenir del espiritu y de la cultura de nuestra raza dependen del resultado de esta lucha. . . La estancia de Neruda en Paris 18 ha dado una nueva perspectiva de estos hechos y el poeta ve ya la guerra de Espafia no 5610 como la lucha del pueblo espafiol contra 1as tr0pas de unos generales insurgentes, sino como simbolo de la lucha entre la libertad y la tirania que para 61 representa e1 fascismo. En este texto se pregunta no 5610 sobre 1as consecuencias morales y materiales de una posible victoria del fascismo, representado 84 por Franco, Van Faupel y Conti, sino también sobre 1as implicaciones que pudiera tener en el desarrollo intelectual y artistico del hombre. Cita la muerte de Lorca como simbolo de la inevitable represi6n intelectual y cultural que traeria tal victoria. Para Neruda, la lucha del pueblo espafiol tiene una importancia cultural que trasciende e1 campo de batalla: los rifleros del pueblo a1 defender su vida defienden 1as bibliotecas y los museos, y nos defienden a nosotros, escritores de lengua espafiola. A1 defender sus ciudades defienden e1 intelecto de nuestra raza madre. Y acaba su declaraci6n afirmando, . . Estoy y estaré con el pueblo espafiol masacrado por el bandidaje y el celestinaje internaciona1.Y a todos mis amigos de América Latina quiero gecir: no me sentiria digno de vivir si asi no fuera.2 Este mensaje a los "amigos de América" se public6 en Paris, y en Buenos Aires, Santiago y San José de Costa Rica. De esta manera Neruda empezaba a utilizar su influencia entre los escritores hispanoamericanos para ganar aliados para la causa republicana. Consta en varias fuentes que en abril de 1937 Neruda fund6 con César Vallejo e1 Grupo Hispanoamericano de Ayuda a Espafia y parece ser que este grupo constituia un organismo separado y distinto del que publicaba Nuestra Espafia.23 El hecho de existir dos grupos de intelec- tuales hispanoamericanos en Paris, organizados en comfin esfuerzo de apoyo a la Repfiblica, es indicativo de la intensidad del compromiso de estos escritores americanos con los problemas de Espafia. A principios de julio se celebr6 en Paris e1 Congreso de las Naciones Americanas. Neruda, que dio una conferencia el dia 2 ante este Congreso, seguia preocupado por el conflicto de Espafia. Su discurso vers6 sobre la influencia de Francia y Espafia en la literatura hispanoamericana, y en 61 reconocia la poderosa atracci6n que ejercia Espafia sobre los intelectuales de América: 85 Tant que nous vivons loin d'elle, nous ignorons en Amérique combien et de quelle maniére elle existe en nous. Mais, des que nous 1a touchons, 1a vague qui s'éleve des terres espag- noles nous fait rappeler et sentir 1es siécle. de sang commun submergés en notre etre. Et nous commengons a remarquer tous 1es liens de forme et 93 fond que soutiennent notre accord presque invisible. . En este discurso, dice encontrar en el romancero espafiol 1as raices del Martin Fierro americano, y que Cervantes, G6ngora, Pedro de Espinoza, Garcilaso y Quevedo parviennent peu a peu jusque dans notre for interieur comme des vagues successives de sang: c'est 1e sang espagnol, ggeux et neuf, que nous fait une nouvelle visite salutaire. . . E1 poeta chileno manifiesta ademas, en este discurso, vivos recuerdos hacia una generaci6n brillante de poetas, que "a élevé de nouveau 1e vers espagnol aux plus hautes cimes de la beauté."26 Aleixandre, Lorca, Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Serrano Plaja, Hernandez, y Prados son los nombres que evoca Neruda como autores de una poesia que, llena de origina- lidad y dinamismo, se habia hecho conocer en América. Por estas fechas, en los primeros meses de 1937, y debido a sus actividades politicas, Neruda es destituido de su puesto diplomatico. Entonces empieza a trabajar con Louis Aragon, ayudandole en la organiza- ci6n de ciertos aspectos del Segundo Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura que se iba a celebrar en Valencia en junio. De EurOpa y América 11egaron intelectuales y escritores a Paris para tomar juntos e1 tren que 1es conduciria a Madrid. Esta ciudad, que debia haber sido la sede del congreso, se encontraba entonces asediada y por esta causa 1as sesiones oficiales tuvieron que hacerse en Valencia. Alli se encontraron 1a mayoria de los intelectuales espafioles, evacuados de Madrid desde noviembre de 1936, viviendo en torno a la Casa de Cultura.27 86 Cuando Neruda 11eg6 a Madrid en aquel junio de 1937 seguramente no pudo sospechar que veia 1as calles de la capital espafiola por filtima vez en su vida. En este reencuentro con Madrid visit6 a viejos amigos--1os Alberti, Aleixandre, Serrano Plaja, Bergamin y otros. Volvi6 con Miguel Hernandez, ya convertido en soldado del Quinto Regimiento, a su "Casa de 1as flores" que quedaba justo en el frente de batalla. Contemp16 alli los destrozos de sus libros y efectos personales y decidi6 no rescatar nada.28 En esta estancia entreg6 para su publicaci6n en el Nam. 22 de El Mono Azul, del primero de julio, un poema titulado "Es asi." Era 1a primera versi6n de "Explico algunas cosas," poema que, como veremos mas adelante, marc6 un cambio fundamental en su poesia. E1 10 de octubre Neruda regresa a Santiago y aunque oficialmente esta ya alejado de Madrid, se siente todavia muy unido a la causa Republi- cana y utiliza cada oportunidad que se 1e presenta para mostrar su apoyo a1 pueblo espafiol en su lucha. Al llegar a Chile, e1 PEN Club 1e ofreci6 un homenaje, y en el discurso que pronuncia, titulado "E1 pueblo esta con nosotros, nosotros debemos estar con el pueblo," vuelve a tratar e1 tragico tema de la guerra. Afin impresionado por la solidaridad que encontraba entre los intelectuales que vinieron de todo el mundo para asistir a1 Congreso de Escritores en Valencia, quiso compartir con sus amigos chilenos algunas observaciones sobre esta experiencia, sobre la guerra, 1a cultura y su propia patria. En Espafia, junto con Nicolas Guillén, Carlos Pellicer y otros escritores americanos, Neruda dice haber descubierto de nuevo e1 orgullo de ser chileno: Oui, 1'Espagne nous a donné un jour une patrie, puis fois oublié d'elle et de nous ce lien ardent, elle nous a restitué 1'idée de patrie, rendue nette par le sang, désor- mais essentielle et dépouillge de tout artifice, de toute innombrable vanité humaine. 87 Frente a la guerra civil espafiola, confiesa abiertamente que la neutra- lidad es una actitud imposible de sostener: "Je ne puis vous apporter d'Espagne un témoignage impartial . . . Je n'ai jamais parlé de la guerre d'Espagne selon une passion politique . . ." ‘Yotra vez, como en su carta abierta "A mis amigos de América" Neruda expresa su creencia de que la lucha del pueblo espafiol es a la vez una lucha por salvar 1a cultura mundial. Ha visto a los milicianos espafioles unidos en comfin esfuerzo por salvar de los bombardeos 1as irremplazables pinturas de El Greco, Velazquez, Zurbaran y Goya, y esta preocupaci6n del pueblo por el patri- monio cultural 1e lleva a declarar que . . . Je ne rappelle 1a rien que nous sachions tous; mais ggfigedgsgglreisg d: Lgugagagsr: 1e peuple est avec nous, En una'entrevista con Manuel Seoane, publicada en la revista Hg de Santiago en diciembre de 1937, Neruda tuvo ademas, elogios para el nutrido grupo de escritores, artistas y profesores espafioles que se mantuvieron leales a la Rep6blica y que seguian su labor intelectual en torno a la Casa de la Cultura en Valencia, editando la revista Madrid, ‘El poeta chileno opina que en muchos casos 1as noticias difundidas en su pais acerca de intelectuales que prestaron su apoyo a la Repfiblica han sido err6neas, y siente la necesidad de contestar: "iEs que hay una idea equivocada de estas cosas! Tengo 1a ob1igaci6n moral de aportar mi testimonio."3] Sin embargo, en Santiago, en 1937, no es Neruda e1 finico poeta chileno que vive obsesionado con el conflicto espafiol. En enero se reunieron un grupo de unos veinte poetas para colaborar en un volumen de poesia dedicada a Espafia que, publicado por la editorial Panorama, tuvo como titulo Madre Espafia: Homenaje de los poetas chilenos. Acompafiaban a1 88 "Canto a las madres de los milicianos muertos" de Neruda, poemas de Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Julio Barrenchea, Volodia Teitelboim y otros.32 Era natural que el compromiso que eStos poetas sentian por los pro- blemas de Espafia se expresara en su poesia. En el caso de Neruda sus testimonios sobre los horrores de la guerra, sobre la heroica defensa de Madrid, y sobre los cambios que estas experiencias producian en su persona, uno a uno se iban convirtiendo en poemas. Espafia en el coraz6n era uno de los primeros frutos poéticos que produjo la guerra civil. 'La génesis de este libro fue un proceso gradual que refleja e1 creciente envolvimiento politico y el compromiso ante los problemas de Espafia que experiment6 Neruda a lo largo de 1936 y 1937. El primer poema de Espafia en el coraz6n, "Canto a las madres de los milicianos muertos" fue escrito, como hemos dicho, en Madrid y publicado en El Mono Azul en septiembre de 1936. Los demas poemas del libro fueron escritos en Paris y en el viaje de vuelta de Neruda a Chile en octubre de 1937. Muchos de ellos se dieron a conocer en la prensa americana antes de verse reunidos en forma de libro. E1 "Canto a las madres . . ." apareci6 en el Nam. 788 (16 enero 1937) de Repertorio Americano de San JoSé de Costa Rica. "Canto sobre unas ruinas," poema fechado en Madrid y publicado por primera vez en noviembre de 1936 en Los poetas del mundo defienden a1 pueblo espafiol, volvi6 a imprimirse en el Nam. l (julio, 1937) de la revista Iigrra_de Santiago y en el Nam. 823 (16 oct. 1937) de Repertorio Americano. En este mismo n6mero de Repertorio se public6 e1 poema "Antitanquistas" que apare- ci6 por segunda vez en el Nam. 1 (nov., 1937) de Expresi6n de Santiago. Y por 61timo, se dio a conocer e1 poema "El general Franco en los infiernos en el Nam. 4 (nov., 1937) de la revista Tierra.33 89 La primera edicidn de Espafia en el coraz6n como libro sali6 de la imprenta e1 13 de noviembre de 1937, editada por Ercilla, de Santiago. Fue una tirada de dos mil ejemplares bellamente ilustrados con laminas fotograficas de Pedro Olmos y apareci6 con la observaci6n: "Este 'Himno _ a 1as glorias del pueblo en la guerra' forma parte del tercer volumen de Residencia en la tierra." La nota final sefiala que "Este libro fue comenzado en Madrid, 1936, y continuado en Paris y en el mar, 1937." La calida acogida que mereci6 Espafia en el coraz6n casi inmediatemente hizo necesaria la publicaci6n de una segunda edici6n, e1 15 de enero de 1938.34 Las dos ediciones siguientes, tercera y cuarta, aparecieron en Espafia. A Manuel Altolaguirre, gran amigo de Neruda e impresor de sus Primeros poemas de amor y de su revista Caballo Verde para la Poesia, 1e toc6 también la labor de difundir en Espafia este extraordinario libro inspirado en la guerra. Como jefe de la imprenta del Cuerpo del Ejército del Este, Altolaguirre, con la ayuda de otros soldados tipdgrafos, fabric6 a mano e1 papel para Espafia en el coraz6n en un molino de papel de un monasterio cerca de Gerona situado entre dos lineas de fuego. E1 poeta e impresor malaguefio cuenta que se usaron "banderas enemigas, chilabas de moros y uniformes de soldados italianos y alemanes" como materia prima para el pape La edici6n era de 500 ejemplares y termin6 de impri- 1.35 mirse e1 7 de noviembre de 1938, fecha del segundo aniversario de la defensa de Madrid. Llevaba la nota: E1 gran poeta Pablo Neruda (la voz mas profunda de América desde Rubén Dario, como dijo Garcia Lorca) convivi6 con nosotros los primeros meses de la guerra. Luego en el mar como desde un destierro, escribi6 los poemas de este libro. El Comisariado del Ejército lo reimprime en Espafia. Son soldados de la Repfiblica quienes fabricaron e1 ggpel, com- pusieron e1 texto y movieron 1as maquinas . . . 90 E1 10 de enero de 1939 Altolaguirre realiz6 una segunda edici6n de Espafig_ en el coraz6n de unos 1.500 ejemplares. Fue entonces cuando ante la inminente caida de la Repfiblica comenz6 la evacuaci6n masiva de espafioles hacia 1a frontera francesa. Neruda relat6 en sus memorias e1 tragico destino de su libro: Con esas filas que marchaban a1 destierro iban los sobre- vivientes del ejército del Este, entre ellos Manuel Altola- guirre y los soldados que hicieron e1 papel e imprimieron Espafia en el coraz6n. Mi libro era e1 orgullo de esos hom- bres que habian trabajado mi poesia en un desafio a la muerte. Supe que muchos habian preferido acarrear sacos con los ejemplares impresos antes que sus propios alimentos y ropas. Con los sacos a1 hombro emprendieron la larga marcha hacia Francia. La inmensa columna que caminaba rumbo a1 destierro fue bombardeada cientos de veces. Cayeron muchos soldados y se desparramaron los libros en la carretera. Otros con- tinuaron 1a inacabable huida. Mas alla de la frontera trataron brutalmente a los espafioles que llegaban a1 exilio. En una hoguera fueron inmolados los 61timos ejemplares d3 aquel libro ardiente que naci6 y mur16 en plena batalla. 7 En 1947 Espafia en el coraz6n entr6 a fonmar parte de la Tercera Residencia, 1935-1945, publicada este afio por Losada de Buenos Aires. E1 libro incluye un primer poema, "Las furias y las penas" en cuyo pr6logo, fechado en marzo de 1939, expres6 Neruda e1 impacto que ya entonces habia tenido la guerra en 61 y en su poesia: En 1934 fue escrito este poema. Cuantas cosas han sobre- venido desde entonces! Espafia, donde lo escribi, es una cintura de ruinas. Ay! si con $610 una gota de poesia 0 de amor pudiéramos aplacar la ira del mundo, pero eso 5610 lo pueden 1a lucha y el cora26n resuelto. E1 mundo ha cambiado y mi poesia ha cambiado. Una gota de sangre caida en estas lineag quedara viviendo sobre ellas, inde- leble como el amor.3 En Espafia en el coraz6n aparecen poemas de indole variada. Algunos cantan incidentes especificos de la guerra como los poemas "Llegada a Madrid de la Brigada Internacional" o "Batalla del rio Jarama." Otros, 91 como "Canto a 1as madres de los milicianos muertos” y "Oda solar a1 ejército del pueblo" son exhortativos y fueron escritos para animar a los espafioles en su lucha: Hermanos, adelante por 1as tierras aradas, adelante en la noche seca y sin suefio, delirante y raida, adelante entre vides, pisaggo e1 calor frio de 1as rocas, Salud, salud, seguid . . . Y hay varias poesias de tono imprecatorio como "Maldicién," o 1as que van dirigidas a los generales insurgentes Sanjurjo, Mola y Franco. En "C6mo era Espafia," Neruda recita una larga letania de los pueblos espafloles que ya no volvera a ver jamas: . . . Huélamo, Carrascosa, Alpedrete, Buitrago Palencia, Arganda, Galve, Galapagar, Villalba. Pefiarrubia, Cedrillas, Alcocer, Tamurejo, Aguadulce, Pedrera, Fuente Palmera, Colmenar, Sepfilveda . . . .40 Y dedica dos poemas a Madrid, esta ciudad donde encontr6 tanta amistad y poesia. La guerra ha transformado su Madrid y no encuentra en esta ocasidn nada mas que desolaci6n, ruinas y dolor. En "Madrid (1937)" lamenta: . . . No hay en esta ciudad, en donde esta lo que amo, no hay pan ni luz: un cristal frio cae sobre secos geranios. De noche suefios negros abiertos por obuses, como sangrientos bueyes: nadie en el alba de las fortificaciones, sino un carro quebrado: ya musgo, ya silencio de edades en vez de golondrinas en 1as casas quemadas, desangradas, vacias con puertas hacia el cielo . . . . . Ciudad de luto, socavado, herida rota, golpeada, agujereada, llena de sangre y vidrios rotos, ciudad sin noche, toda noche y silencio y estampido y héroes, ahora un nuevo invierno mas desnudo y mas solo, ahora sin harina, sip pasos con tu luna de soldados . . . . 92 Quizas e1 poema mejor conocido de Espafia en el coraz6n sea aquel en el cual Neruda logra articular por primera vez e1 c6mo y el por qué de la nueva orientaci6n en su poesia. En este poema, "Explico algunas cosas," esta 1a clave para entender mucho de lo que escribiria e1 poeta chileno después: Preguntaréis: Y d6nde estan 1as lilas? Y 1a metafisica cubierta de amapolas? Y 1a lluvia que a menudo golpeaba sus palabras llenandolas de agujeros y pajaros? Os voy a contar todo lo que me pasa . . . . una mafiana todo estaba ardiendo y una mafiana los hogueras salian de la tierra devorando seres y desde entonces fuego, p61vora desde entonces, y desde entonces sangre . . . . . Preguntaréis por qué su poesia no nos habla del suefio, de 1as hojas, de los grandes volcanes de su pais natal? Venid a ver la sangre por 1as calles, venid a ver 1a sangre por 1as calles, venid a ver 1a iangre por 1as calles! Pablo Neruda no fue ciertamente e1 Gnico poeta que, a1 estallar 1a guerra civil espafiola sinti6 1a horrenda tragedia de la lucha y dio a su poesia un nuevo giro, que en ese tiempo se consider6 comprometida o militante, y que era 1a expresi6n de la dolorosa experiencia de ver la humanidad en destrucci6n. Entre los poemas recogidos en el Romancero de la guerra civil sorprende, quizas, encontrar composiciones de otros escritores que no se conocian antes de julio de 1936 precisamente por su poesia poli- tica. Aleixandre, Altolaguirre y Bergamin son ejemplos de e110.43 Sin em- bargo lo ins61ito del caso de Neruda, es que esta nueva poesia humanizada, 93 comprometida y combativa, parecia acoplarse a1 caracter peculiar del estilo poético nerudiano anterior. Como observa Luis Enrique Délano: Era sorprendente ver c6mo al penetrar en la que habia de ser una nueva etapa de su poesia, Pablo conservaba el mismo tono grave, dramatico, el mismo caracter semielegiaco y la misma forma libre de muchos de sus poemas inmediatamente anteriores, los del segundo tomo de Residencia en la tierra. Mientras los poetas espafioles habian ajustado su acento a las necesi- dades de la guerra y usaban e1 romance como la forma mas apropiada para llegar a las masas del pueblo, y un tono en que lo ir6nico lindaba con lo panfletario, en Neruda ocurria un fen6meno distinto: era como si la guerra, con todo lo que tiene de dramaXZCO y sombrio, se adaptara a1 acento pecu- liar de su poesia. Se puede observar este fen6meno en muchos de los poemas de Espafia en el coraz6n. Neruda emplea todavia en "Canto sobre unas ruinas" 1a técnica de amontonamiento ca6tico y las imagenes de tipo surrealista, tan tipicas de algunas de las poesias de Residencia, para expresar 1a angustia que siente ante 1a destrucci6n de Espafia: . . . Todo ha ido y caido brutalmente marchito. Utensilios heridos, telas nocturnas, espuma sucia, orines justamente vertidos, mejillas, vidrio, lana, alcanfor, circulos de hilo y cuero, todo, todo el perfume, todo lo fascinado, todo reunido en nada, todo caido para no nacer nunca. Sed celeste, palomas con cintura de harina: épocas de polen y racimo, ved como la madera se destroza . hasta llegar a1 luto: no hay raices para el hombre: todo descansa apenas sobre un temblor de lluvia. Ved como se ha podrido la guitarra en la boca de la fragante novia: ved como 1as palabras que tanto construyeron, ahora son exterminio: mirad sobre la ggl y entre e1 marmol deshecho 1a huella--ya con musgos--del 5011020. A lo largo del afio 1938, Neruda seguia su labor de agitaci6n a fa- vor de la causa republicana. En un acto de conmemoraci6n del séptimo 94 aniversario de la Repfiblica celebrado en abril, ofreci6 un discurso titulado, "América con Espafia."46 Y en una conferencia leida en enero de 1939 ante la 61tima sesi6n plenaria de la Primera Conferencia Americana de Comisiones Nacionales de Coooeraci6n Intelectual, volvi6 a1 tema de Espafia. En esta ocasi6n record6 algunas de sus experiencias con los intelectuales de todo el mundo en Madrid a raiz del Congreso de Escritores de 1937, y declar6, . no quiero irme de estas reuniones sin haber pronunciado esta palabra que define toda nuestra actitud, que define toda nuestra lucha, toda nuestra esperanza, toda nuestra alegria. Esta palabra Espafia, que entra como un angel de fuego a la 13332612321512? 3313:9351»: 32821234323631.1131“ “9 Resume aqui Neruda lo que se puede considerar 1a tesis principal de todos los discursos que pronunci6 en esta época relacionados con la guerra espanola: 1a defensa de Espafia viene a ser para 61 una defensa del libre desarrollointelectual y artistico del hombre frente a1 peligro de su aniquilaci6n. Por estas fechas comienzan a llegar a Santiago noticias sombrias de la inminente derrota de la Repfiblica y de 1as evacuaciones en masa de espafioles a Francia. E1 gobierno del Frente P0pu1ar chileno decidid apoyar un proyecto para buscar entre los refugiados en Francia un grupo de espafioles que quisiera emigrar a Chile. Neruda fue escogido por el presidente Pedro Aguirre Cerda para dirigir esta misi6n: "Si, traigame millares de espafioles. Tenemos trabajo para todos. Traigame pescadores; traigame vascos, castellanos, extremefios."48 En marzo, en ruta hacia Paris para emprender su trabajo en pro de los exilados espafioles, Neruda hizo escala en Montevideo para asistir como representante de la Alianza de Intelectuales de Chile al Congreso Internacional de 1as Democracias, y en esta ocasi6n dio dos conferencias 95 importantes. Ante una asociaci6n de escritores ley6 su trabajo "Quevedo adentro," versidn embri6nica del futuro "Viaje a1 cora26n de Quevedo." Y ante el mismo Congreso Internacional de 1as Democracias pronunCi6 su significativo discurso "Espafia no ha muerto,"49 Es aqui donde e1 poeta logra percibir claramente los cambios que provoc6 e1 contacto con Espafia en su poesia, y al mismo tiempo, reitera una vez mas su actitud de solidaridad con el pueblo espafiol. En "Espafia no ha muerto" Neruda declara haber sentido, apenas 11eg6 a Madrid en 1934, 1a necesidad de que su poesia, tan americana, tomara contacto con la poesia espanola "juntandose e1 misterio con la exactitud, e1 clasicismo con la pasi6n, e1 pasado con la esperanza."50 Se acuerda con afioranza de la intensa actividad cultural de los afios anteriores a la guerra y asocia e1 despertar del pueblo espafiol con los esfuerzos de los intelectuales, a través de proyectos como 1as Misiones Pedag6gicas or e1 Teatro "La Barraca," para compartir con las clases humildes 1as riquezas culturales de Espafia: . ante e1 despertar del pueblo de Espafia, que me ha tocado presenciar con reverencia profunda, con el despertar de los mineros de Asturias, con el nuevo dia de los panaderos y de los pescadores, he visto llegar a Espafia, como una luna llena de flores, la presencia antigua y fresca de los conquistadores espafioles de la poesia y del arte; . . . Como una cera virgen se modelaban los grandes ejemplos: los poetas salian a los campos a mostrar 1a pintura y la poesia y el cine; . . . salian los intelecguales cada dia para dar luz y palabras a los campesinos. Ante tan notable ejemplo, Neruda no puede seguir escribiendo una poesia personal, hermética, ni puede ignorar la suerte de los hombres que viven en su alrededor: Yo soy un poeta, e1 mas ensimismado en la contemplaci6n de la tierra; yo he querido romper con mi pequefia y desordenada poesia e1 cerco de misterio que rodea a1 cristal, a la madera y a la piedra, yo especialicé mi coraz6n para escuchar todos 96 los sonidos que el universo desataba en la oceanica noche, en las silenciosas extensiones de la tierra 0 e1 aire, pero no puedo, no puedo, un tambor ronco me llama, un latido de dolores humanos, con coro de sangre como nuevo y terrible movimiento de 1as olas se levanta en el mundo. . . no puedo conservar mi catedra de silencioso examen de la vida y del mundo, tengo que salir a gritar por los caminos y asi me estaré hasta el final de mi vida. Somos solidarios y responsables de la paz de América, pero esa tarea nos da también autoridad, y nos muestra e1 deber de que la humanidad, con nuesgra intervenci6n, salga del delirio y renazca de la tormenta.5 Esta es la lecci6n que encuentra Neruda en la experiencia espafiola, una "ensefianza singular y total, ensefianza para el pueblo, ensefianza de laureles destrozados, ensefianza para el humanista, lecci6n para la multitud y para la soledad." En esta ocasi6n, ya camino hacia Paris para auxiliar a los refugiados republicanos, lanza una llamada a todos los paises de América para que ayuden a traer a los emigrados espafioles: "Espafioles a America, Espafioles a las tierras que ellos entregaron al mundo."53 En los primeros dias de abril Neruda se insta16 en Paris para empezar esta labor de "c6nsu1 encargado de la inmigraci6n espafiola." A pesar de ser 1a suya una misi6n oficial, encontr6 resistencia entre los diplomaticos conservadores de la embajada de Chile que no vieron con buenos ojos e1 projecto de llevar a su patria a tantos refugiados repub- licanos. Vencido este obstaculo, Neruda empez6 e1 trabajo laborioso de localizar, entrevistar y fichar a los refugiados inmigrantes. Colabor6 con el Servicio de Emigraci6n de los Repfiblicanos Espafioles (SERE), fundado este mismo mes de abril por el gobierno de Negrin, y contaba con alguna ayuda financiara de la Repfiblica y de una sociedad benéfica cuaquera. También Neruda hizo publicar un folleto de unas viente paginas, "Chile 05 acoge," llamamiento dirigido a los refugiados espafioles en toda 97 Francia. Por fin se pudo contratar un barco, e1 "Winnipeg" que, amarrado en Burdeos, esperaba llevar a los espafioles a Chile.54 La experiencia singular de verse con el poder de auxiliar a tantos hombres y mujeres con quienes sentia una genuina solidaridad, impresion6 profundamente a Neruda y en varias ocasiones ha evocado con emoci6n este periodo humanitario en su vida. En Canto General de Chile escribi6, Patria, mi patria, vuelvo hacia ti la sangre . . . Sali a encontrarte hijos por la tierra, sali a cuidar caidos con tu nombre de nieve, sali a hacer una casa con tu madera pura, sali a llevar tu estrella a los héroes heridos . . .55 Dos poemas de Memorial de Isla Negra recuerdan con orgullo su parti- cipaci6n en esta emigraci6n. "Misién de amor" habla de la labor de recoger por todos los rincones de Francia a los hombres de diversos talentos que enriquecerian 1as tierras de América: Yo los puse en mi barco . . . . . de campos y prisiones, de 1as arenas negras del Sahara, de asperos escondrijos donde yacieron hambrientos y desnudos, alli mi barco claro, a1 navio en el mar, a la esperanza acudieron llamados uno a uno por mi . . . . . Labriegos, carpinteros, pescadores, torneros, maquinistas, alfareros curtidores: se iba poblando e1 barco que partiria a mi patria. Yo sentia en los dedos 1as semillas de Espafia que rescaté yo mismo y esparci sobre el mar, dirigidas a la paz de 1as praderas.56 98 Y en el poema l'Yo refino" Neruda expresé e1 orgullo de sentirse personal- mente responsable por haber cambiado e1 rumbo de la vida a tantos hombres y mujeres: Qué orgullo e1 mio cuando palpitaba e1 navio y tragaba mas y mas hombres, cuando llegaban 1as mujeres separadas del hermano, del hijo, del amor, hasta el minuto mismo en que yo los reunia, . . . y era mi poesia 1a bandera sobre tantas congojas, la que desde el navio los llamaba latiendo y acogiendo los legados de la descubridora desdichada, de la madre remota 57 que me otorg6 1a sangre y la palabra. En el Ultimo momento, con el "Winnipeg" listo para zarpar, debido a presiones conservadoras dentro de Chile, 11e96 1a orden de cancelar 1a inmigracidn. Exasperado, Neruda puso una conferencia a1 Ministro del Interior e hizo oir su indignaci6n y angustia "a través de océanos y cordilleras." "Después de una incruenta crisis de Gabinete, e1 'Ninni- peg,‘ cargado con dos mil republicanos que cantaban y lloraban, 1ev6 anclas y endere26 rumbo a Valparaiso."58 Habia cumplido Neruda lo que calific6 mas tarde de "la mas noble misi6n que he ejercido en mi vida. . ."59 Entre los intelectuales espafioles que pasaron gran parte de su exilio en Chile 58 destacan los poetas Arturo Serrano Plaja y Antonio Aparicio, e1 music6logo Vicente Salas Viu, e1 dramaturgo José Ricardo Morales, e1 actor Edmundo Barbero Gracero, 1a actriz Margarita Xirgu, e1 critico 99 Eleazar Huerta, los periodistas Pablo de la Fuente, Antonio de Lezama y Carlos Baraibar y el artista Mauricio Amster. Pero Neruda no 5610 ayud6 a centenares de espafioles a encontrar una vida nueva en Chile sino que, en una estancia breve en Buenos Aires en el afio 1940, ayud6 a fundar la Comisi6n de Ayuda a los Refugiados Republicanos de la Argentina. La comisi6n incluia a Frondizi, Francisco y José Luis Romero y Orfila Reynal. Muchos fueron los espafioles que vivieron en la Argentina una buena parte de su exilio: Rafael Alberti, Maria Teresa Le6n, Arturo Serrano Plaja y Rosa Chacel entre otros.60 Mientras Neruda ayudaba en Paris a tantos republicanos a encontrar una nueva patria en Chile, se publicaron cuatro poemas suyos en la que result6 ser una de 1as primeras y mas curiosas revistas literarias del exilio: Luna, Los que publicaron esta revista se habian refugiado en la embajada chilena en Madrid, pero a6n estababan a la espera de ser trasla- dados a Chile. Del 17 de noviembre de 1939 al 17 de junio de 1940, este grupo de intelectuales espafioles sac6 treinta entregas de Lpga_en ejempla- res finicos a maquina. E1 proyecto fue una forma de "mantener 1a moral en el afio y medio que dur6 nuestro encierro. . ." ha dicho Pablo de la Fuente que dirigid la revista con Santiago Ontafi6n. Los poemas de Neruda apare- cieron en el primer nfimero de Luna, la finica revista del exilio publicada en Madrid.51 Quizas conviene preguntar aqui cual fue el impacto definitivo de la guerra civil espafiola en la poesia de Neruda y en Neruda como hombre. Como hemos observado a través de sus actividades y discursos leidos durante los afios en que dur6 e1 conflicto, la guerra de Espafia estuvo siempre presente en sus pensamientos. Los criticos de su obra concuerdan en sefialar que tuvo una importancia enorme para su desarrollo poético y politico. Y en 100 los poemas y en 1as memorias del mismo Neruda se nota claramente e1 cambio que produjo 1a guerra en 61. E1 ya comentado poema "Explico algunas cosas" es evidencia de este cambio. Y afios mas tarde, a1 volver sobre la experiencia de la guerra en sus memorias, Neruda reconoce que marc6 un cambio radical en su poesia y que le oblig6 a salir de su soledad y herme- tismo para pregonar un mundo de paz y solidaridad universal: A 1as primeras balas que atravesaron 1as guitarras de Espafia, cuando en vez de sonidos salieron de ellas borbotones de sangre, mi poesia se detiene como un fantasma en medio de 1as calles de la angustia humana y comienza a subir por ella una corriente de raices y sangre. Desde entonces mi camino se junta con el camino de todos. Y de pronto veo que desde el sur de la soledad he ido hacia el norte que es el pueblo, el pueblo a1 cual mi humilde poesia quisiera servir de espada y de pafiuelo, para secar e1 sudor de sus agandes dolores y para darle un arma en la lucha del pan. Sin embargo, pocos criticos han sefialado en los testimonios de Neruda sobre la guerra otras dos influencias importantes que tuvo esta experiencia en su obra y en su persona. La guerra ayud6 también a dirigir su poesia hacia su propio continente, hacia América, y a deter- minar en gran parte su eventual adhesi6n, en el campo de la politica, a1 partido comunista. Evidencia del papel que tuvo 1a guerra en volver 1a atenci6n de su poesia hacia América se encuentra en su poema "Tal vez cambi6 desde entonces," del libro Memorial de Isla Negra. Aqui reconoce que la guerra de Espafia cambi6 su manera de percibir su propio pais y 1e reve16 1as tremendas realidades del continente americano: A mi patria 11egué con otros ojos que la guerra me puso debajo de los mios. Otros ojos quemados en la hoguera, salpicados por llanto mio y sangre de los otros, y comencé a mirar y a ver mas bajo, mas a1 fondo inclemente de 1as asociaciones. La verdad 101 que antes no despegaba de su cielo como una estrella fue, se convirti6 en campana, oi que me llamaba y que se congregaban otros hombres a1 llamado. De pronto 1as banderas de América, amarillas, azules, plateadas, con sol, estrella y amaranto y oro dejaron a mi vista territorios desnudos, pobres gentes de campos y caminos, labriegos asustados, indios muertos. . .63 Por otro lado, en una anécdota de la secci6n de sus memorias llamada "Elegi un camino," revela Neruda que sus simpatias por el partido comuni- sta, en el que ingresd definitivamente en 1945, datan de la época de la guerra civil: "Aunque e1 carnet militante lo recibi mucho mas tarde en Chile, . . . creo haberme definido ante mi mismo como un comunista durante la guerra de Espafia."64 Cuenta un desafortunado encuentro en Madrid del poeta Le6n Felipe con unos elementos incontrolados de la F.A.I. y resume su e1ecci6n de la siguiente manera: Mientras esas bandas pululaban por la noche ciega de Madrid, los comunistas eran 1a finica fuerza organizada que creaba un ejército. . . Y eran, a1 mismo tiempo, la fuerza moral que mantenia 1a resistencia y la lucha antifascista. Sencilla- mente: habia que elegir un camino. Eso fue lo que yo hice en aquellos dias y nunca he tenido que arrepentirme de la decisi6n tomada entre A25 tinieblas y la esperanza de aquella época tragica. Neruda regres6 de Paris a Chile e1 2 de enero de 1940. Unos choques que tuvieron lugar entonces entre 61 y varios criticos y escritores chile- nos 1e llevaron a declarar que a nadie por esas tierras le habia tocado en suerte desencadenar en torno a su persona literaria tantas envidias como 61. Tales preocupaciones y conflictos con el mundo literario de Chile 1e hicieron observar que en otras partes no 1e pasaban esas cosas, y 1e hicieron notar aan mas lo extraordinaria de su relaci6n de amistad 102 y fraternidad con los poetas espafioles con quienes habia convivido en Madrid. En un articulo escrito ese mismo afio titulado "Amistades y enemistades literarias" dijo, . Espafia, cuando pisé su Suelo, me dio todas 1as manos de sus poetas, de sus leales poetas, y con ellos comparti 81 pan y el vino, en la amistad categdrica del centro de mi vida. Tengo e1 recuerdo vivo de esas primeras horas o afios de Espafia, y mughas veces me hace falta e1 carifio de mis camaradas. . .5 Tuvo palabras de recuerdo para Aleixandre, Miguel Hernandez, Rafael Alberti, Arturo Serrano Plaja y Vicente Salas Viu. Y en esta ocasi6n reconoci6 1a deuda que sentia con estos poetas espafioles: . . No 5610 1a guerra nos ha unido sino 1a poesia. . . Vosotros, cuantos! todos, habéis aclarado tanto mi pensa- miento, me habéis dado tan singular y tan transparente amistad. . . Me habéis mostrado una amistad alegre y cui- dada, y vuestro decoro intelectual me sorprendi6 a1 prin- cipio: yo 11egaba de la envidia cruda de mi pais, del tormento. Desde que me acogisteis como vuestro, disteis tal seguridad a mi raz6n de ser, y a mi poesia, que pude pasar tranquilo a luchar en las filas del pueblo. Vuestra amistad y vuestra nobleza me ayudaron mas que los tratados.67 Afios mas tarde, en 1947, ya convertido en Senador del Partido Comunista de Chile, Neruda tendria la oportunidad de ayudar una vez mas a algunos de los emigrados espafioles que habia traido 8 Chile. En esta fecha, public6 su "Carta intima para millones de hombres" en la cual denunciaba lo que era para 61 una serie de abusos del gobierno del Presidente Gonzalez Videla. En el Punto 14 de esta acusaci6n, sale a la defensa de los republicanos espafioles que se refugiaron en Chile durante la presi- dencia de Aguirre Cerda y que, segfin Neruda, se encontraban en peligro de ser encarcelados o deportados bajo e1 gobierno de Gonzalez Videla.68 La derrota de la Repfiblica y el resultante exilio para muchos poetas amigos de Neruda marc6 definitivamente e1 fin de una época en su vida. Después de 1940, ya no estuvo en tan estrecho contacto con sus amigos, los 103 poetas de Espafia. Los largos dias de fraternidad y poesia vividos en Madrid y las "puras noches nerudianas," como reza un poema de Rafael Alberti, terminaron para siempre. De vuelta a América, Neruda se dedic6 a los problemas politicos de su continente y a una poesia que exaltaba la grandeza de los pueblos americanos. Sin embargo, Espafia nunca estaria 1ejos de los pensamientos del poeta ni ausente de su poesia. A menudo tendria 1a 0portunidad de expresar su preocupaci6n por la situaci6n de Espafia, y de vez en cuando volveria a ver a algunos de los amigos de Madrid, como ocurri6 en 1940 cuando, como c6nsul de Chile en México, se ‘ encontr6 una vez mas con muchos de sus amigos exilados alli. En esta ocasi6n colabor6 con su poema "Reuni6n bajo 1as nuevas banderas" en una de 1as mas conocidas revistas literarias del exilio, Espafia Peregrina en el Nam. 8-9 (12 oct. 1940).69 A1 mismo tiempo, seguia de cerca los asuntos politicos de Espafia y participaba a menudo en actos en contra del régimen espafiol.70 Un aspecto de su herencia cultural que 1e interesd a Neruda durante su estancia en Madrid fue 1a literatura clasica espafiola y en especial 1a obra de Quevedo. Esta figura que tanto le fascin6 en Madrid en 1935 cuando public6 una selecci6n de sus cartas en Cruz y Raya y que cautiv6 su interés cuando en 1939 en Montevideo pronunci6 su discurso "Quevedo adentro," volvi6 a ocupar su atenci6n con mas fuerza después de la guerra civil. En 1943 Neruda prepar6 una conferencia para ser leida ante e1 Colegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires que se titu16 'Viaje al cora26n de Quevedo" y en la cual subray6 otra vez su gran admiraci6n por el que consideraba "e1 mas grande de los poetas espirituales de todos los tiempos." Es en este discurso donde declara e1 poeta chileno que la 104 vida 1e hizo recorrer los mas 1ejanos sitios del mundo antes de llegar a1 que creia ser su I'punto de partida," Espafia: . cuando pisé Espafia, cuando puse los pies en 1as polvorientas de sus pueblos dispersos, cuando me cay6 en la frente y en el alma la sangre de sus heridas, me di cuenta de una parte original de mi existencia, de una base roquera donde esta temblando afin la cuna de la sangre. 71 En este descubrimiento de "una parte original“ de su existencia, Neruda encuentra en Quevedo un modelo y un alma gemela que refleja su trayec- toria vital: Quevedo fue para mi 1a roca tumultosamente cortada, la super- ficie sobresaliente y cortante sobre un fondo de color de arena, sobre un paisaje hist6rico que recién me comenzaba a nutrir. Los mismos oscuros dolores que quise vanamente formu- lar, y que tal vez se hicieron en mi extensi6n y geografia, confusi6n de origen, palpitaci6n vital para nacer, los encontré detras de Espafia, plateada por los siglos, en lo intimo de la estructura de Quevedo. Ege entonces mi padre mayor y mi visitador de Espafia. . . Pero Neruda no busca tanto en Quevedo un modelo formal o poético. Observa que Gdngora es superior en su innovaci6n formal, San Juan de la Cruz escribe con mas gracia, Garcilaso con mas dulzura. Quevedo es para Neruda, mas que cualquier otro, un gran poeta humano y critico de su sociedad que no se dejaba silenciar y que os6 escribir, frente a1 peligro que corria su persona, "No he de callar por mas que con el dedo/ Ya tocando 1a boca, ya la frente/Silencio avises, o amenaces miedo." Por eso, su voz perdura y sigue clamando desde el "fondo del pozo de la historia." Como continuaci6n de la voz de Quevedo, Neruda pasa a con- templar e1 ejemplo de otros poetas recientemente desaparecidos pero cuyas voces resisten a enmudecer: Lorca, Machado y Miguel Hernandez. Hemos observado que, después de la guerra civil espafiola, Neruda volvi6 a América y empez6 a ver a su pais y al continente americano con otros ojos. Toda la grandeza de este continenteyrla rica herencia 105 indigena que encuentra alli se revelaron en su obra Canto general, publi- cada por primera vez en México en 1950. En este libro se traza 1a evolu- ci6n de América y la historia de sus pueblos indigenas, y Neruda asume e1 papel de cantor y paladin del Nuevo Mundo y su gente. En unos poemas de Canto general, e1 poeta vuelve sobre la conquista de América por Espafia y sobre 1as consecuencias que tuvo ésta sobre los americanos nativos. 'En el tercer libro de Canto general, "Los conquistadores," cambia radical- mente 1a visidn de Espafia que Neruda dio en sus discursos y en su poesia escrita durante la guerra. Si en los poemas de Espafia en el coraz6n y en algunos trabajos en prosa como "Espafia no ha muerto," Espafia resulta ser 1a madre patria que Neruda defendia contra los invasores del fascismo, en el Cantopgeneral, Espafia es la invasora del continente americano que ha maltratado y explotado a1 indigena. Del sufrimiento del pueblo espafiol en la guerra, pasa a cantar e1 sufrimiento de los pueblos indigenas en manos de los espafioles que los conquistaron. Esto no significa en absoluto que Neruda deja de amar a Espafia y al pueblo espafiol. Como veremos mas adelante, hay pruebas suficientes en sus poesias posteriores para demos- trar que su afecto por Espafia dur6 hasta 81 final de su vida. Pero en Canto general cambia e1 enfoque de su visién hist6rica y ve a1 conquistador espafiol por los ojos del indio conquistado. Tipico del tono de estas poe- sias es el poema "Vienen por 1as islas (1493)": . . . Los carniceros desolaron 1as islas. Guanahani fue la primera en esta historia de martirios. Los hijos de arcilla vieron rota su sonrisa, golpeada su fragil estatura de venados, y a6n en la muerte no entendian. Fueron amarrados y heridos, fueron quemados y abrasados, fueron mordidos y enterrados. Y cuando el tiempo dio su vuelta de vals bailando en 1as palmeras, e1 sa16n verde estaba vacio . . .73 106 La interpretaci6n que hace Neruda de estos hechos no intenta ser imparcial, y por eso no encuentra en la conquista nada de positivo. Su prop6sito es el de cantar el martirio del pueblo indigena americano y en esta saga e1 espafiol es el enemigo. . En otro poema de Cantopgeneral, Neruda vuelve a tratar la situaci6n de Espafia contemporanea en un poema dedicado al pastor de Orihuela, "A Miguel Hernandez, asesinado en los presidios de Espafia." La muerte de este gran amigo hiri6 profundamente a Neruda y en esta composici6n se deja ver-todo e1 dolor y la ira que 1e produjo esta terrible pérdida. Su dolor se expresa con la idea de la venganza, y tiene palabras forti- simas para otros poetas espafioles que considera implicados en esta trage- dia: . . . Que sepan los que te mataron que pagaran con sangre. Que sepan los que te dieron tormento que me veran un dia. Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre en sus libros, los Dama- sos, los Gerardos, los hijos de perra, silenciosos c6mp1ices del verdugo, que no sera borrado tu martirio, y tu muerte caera sobre toda su luna de cobardes. . .7 La visi6n negativa del papel de los espafioles en la conquista y la referencia a Damaso Alonso y Gerardo Diego en el poema a Miguel Hernandez provocaron gran indignacidn entre algunos intelectuales espafioles que se sintieron con obligacidn de contestar a Neruda de alguna manera. Fruto de esta indignaci6n fue 1a publicaci6n de Canto personal: Carta perdida a Pablo Neruda de Leopoldo Panero, con un pr6logo, escrito por Dionisio Ridruejo y al cual asociaron sus firmas los poetas Luis Rosales y Luis Felipe Vivanco.75 En Canto personal, que 1e vali6 e1 "Premio Nacional de Poesia José Antonio Primo de Rivera" de 1953, Panero presenta a través de una larga serie de tercetos encadenados, una defensa de su poética frente a la de 107 Neruda y una defensa de Espafia y de los poetas espafioles injuriados en algunos poemas de Cantopgeneral. Aunque manifiesta su admiraci6n por los poemas que Neruda dedica a Machu Picchu, Panero considera equivocada la poesia nerudiana de tipo social: Pablo: con tus palabras te derrotas enteramente solo: y con tu acento de tempestad no empujas 1as gaviotas . . . . . Toda la poesia, toda esa que llaman social, ningfin obrero 1a convive en sudor de mano impresa. Ni un atomo 1e 11ega en verdadero eco de coraz6n que se derriba: su canto general es el jilguero. . . . . . Te digo, Pablo, desde aqui te digo, que tu voz no consuela ni un minuto a los que necesitan risa y trigo. . . .75 Como respuesta a los poemas nerudianos que reflejan negativamente e1 papel de Espafia en la conquista, Panero admite que hay algo de verdad en esta interpretaci6n: Se ha dicho tanto mal de la Conquista espafiola y feroz, Pablo Neruda, que no hay sin sonreir quien lo resista. Que algo es algo verdad no cabe duda. . .77 Sin embargo, e1 poeta astorgano insiste en la existencia de un elemento positivo en 1as relaciones hist6ricas entre Espafia y América que Neruda se resiste a reconocer: Porque toda locura tiene orillas de amor, Espafia es patria de los Andes y de mil cosas ciertas y sencillas . . . 8 Tampoco puede Panero dejar sin contestar 1as alusiones a la muerte del poeta asesinado que aparecen en la poesia del poeta chileno 0 en sus discursos como "Le souvenir de Federico Garcia Lorca": 108 Una guerra es un intimo combate, y no una voluntad a sangre fria: donde cae Federico, el agua late; donde cay6 un mi116n la tierra es mia. Unos caen, otros quedan, nadie dura; 9 y tan 5610 el Alcazar no caia. . . .7 A1 mismo tiempo, acusa a Neruda de haber abusado del renombre de Federico y de Miguel Hernandez para reforzar sus ataques politicos: Es tu exacta mentira tan tremenda, tan brumosa, injuriosa, venenosa que arrancarte la lengua es poca enmienda; y afin $610 caridad mi mano osa. Pablo: mancillas a Miguel; mangallas a Federico; escupes en su fosa. Asimismo, Ridruejo en su pr6logo contesta directamente los poemas neru- dianos que mencionan la muerte de Lorca y Miguel Hernandez con la siguiente defensa: No nos duele a nosotros que el mundo haya contado cada dia de carcel del pobre Miguel, o cada gota de sangre del pobre Federico, en mas que 1as de miles de torturados en 1as pri- siones o abatidos contra los muros que Neruda ha conocido bien. No nos duele, y hasta nos consuela, e1 saber que, al menos la vida de dos espafioles--entre doscientos mil pasados en silencio y entre todo un mi116n pasado por a1to--ha sido tan tenida en cuenta. Pero ya es demasiada farsa seguir hablando de esta después de Katin y de Nuremburg y de Hiroshima y de los bombardeos en mgsa y de los campos de concentracion de todo el mundo. ... . Ambos Panero y Ridruejo salen a la defensa de los poetas espafioles insultados por los poemas de Neruda. Como agravio a Damaso y a Gerardo, Panero escribe: Tus insultos de perra son tu anillo de Judas, agarrado a tu pescuezo82 con tragico verdiamarillo. . . . Y Ridruejo muestra su indignaci6n ante un insulto a otro intelectual espafiol, José Maria de Cossio, que aparece en un segundo poema dedicado a Miguel 109 Hernandez, "E1 pastor perdido," publicado en 1954 en el libro Las uvas y el viento.83 Pero en su Canto Personal, Panero no 5610 reprocha a Neruda su actitud ante Espafia sino que se muestra en completo desacuerdo con el mundo poético nerudiano. Afirma que 61, y los demas poetas amigos suyos, son "los equivocados sefioritos/que firmamos tus Cantos Materiales," recordando e1 homenaje que los poetas espafioles ofrecieron a Neruda en 1935. Y en varias estrofas de su Canto, utilizando un amontonamiento ca6tico de elementos, Panero reproduce lo que para 61 constituye 1a poesia del chileno: El apio, e1 mosto, e1 cuero, los metales, los tomates cortados a navaja, e1 arroz, 1a madera, 1as nupciales palabras irreales (la mortaja), el trigo en realidad (materialmente), e1 candor los empapa y los viaja. La lechuga rodeada de poniente (la lechuga fantastica del grillo); 1a combatida esperma confluente; 1a escarcha que madruga en el ladrillo; e1 gorri6n que gotea en el alero; 1a magistral lecci6n del buen tomillo; e1 mineral, 1a tiza del lucero; 1as hierbas; los burdeles que visitas; 1a masica comprada por dinero; 1as primeras palabras manusCritas; e1 frenesi salvaje; los notarios; 1as horas agrietadas y marchitas; los cucos relojeros; los canarios hogarefios; los duendes colibries; e1 liquido Walt Whitman; los armarios helandose en el humo que deslies; los espejos; 1as fibras de la muerte; 1a roca taladrada de alhelies; 110 la luna que en Wisconsin se divierte; las aves del salitre; e1 repertorio de todas 1as palabras, como a suerte; e1 Diccionario hambriento; e1 consultorio verbal; e1 arqueol6gico rocio; 1a polilla de estéril territorio, establecen tu reino y sefiorio; y en tu camara oscura de aguardiente, detras del vidrio roto, se oye e1 frio. 84 En opini6n de Panero, esta poesia que escribe Neruda no 11ega a alcanzar a1 hombre: Tus Cantos de materia (itan cansada!) apalabran a1 hombre con el humo, lo mismo que una hoguera cae, quemada.85 Entre los poetas y criticos espafioles, la reaccidn a1 libro de Panero fue diversa. Hubo elogios de algunos comentaristas contentos de encontrar por fin una reprimienda a Neruda, y por otro lado, surgieron. juicios negativos de otros criticos que consideraron a Canto personal como algo molesto y atipico dentro de la obra de Panero. Ejemplo de esta primera actitud aprobatoria son las palabras del poeta Luis L6pez Anglada que califica a1 astorgano de ser e1 . . . finico poeta que con su gallardia espafiola levanta su sosegada indignaci6n y su ardiente palabra para defender a su patria y a sus amigos de los insultos y gas mentiras que un poeta extranjero se atrevi6 a publicar.8 Segfin L6pez Anglada, Panero nunca esperaba que Neruda contestara su "Carta . . . ," ya que lo consideraba preso de su ideologia e incapaz de comprender 1as verdades de Canto Personal: . pues si aquel poeta habia acertado a serlo cuando a la sombra de nuestra Patria aprendi6 lengua y poesia, su sumisi6n a la doctrina comunista 1e impedira, totalmente, enfrentarse con las s6lidas verdades y la alta y poderosa religiosidad del poeta astorgano, que escribid siempge, finicamente a1 dictado de su libre corazon y de su fe. 111 Semejante tono emplea Gast6n Baquero en su articulo, "El caballero Leopoldo Panero," donde ademas de defender una actitud anti-nerudiana basada en motivos tanto ideoldgicos como estéticos, indica que no fue 5610 el libro de Neruda que provoc6 la contestaci6n de Panero a gaaaa_ general. Con Baquero, Agustin de Foxa, Luis Rosales y Antonio de Zubiarre, Panero habia formado parte de la "briosisima brigada lirica" que en el afio 1946 hizo un giro cultural por Hispanoamérica en representacidn de la joven poesia espafiola. Su misi6n fue interpretada en varios paises como una de propaganda oficial en pro del régimen franquista y los poetas fueron recibidos con "manifestaciones hostiles," "calumnias," "bulos" e "insultos."88 Esta experiencia seguramente fue uno de los motivos, no directamente relacionado con la obra de Neruda, que alentaron a Panero a escribir su defensa de Espafia.89 José Maria Valverde mantiene semejante opini6n: ". . . quizas en un viaje a paises hispanoamericanos, en un viaje fracasado, frustrado, entr6 en una crisis que le 11ev6 a escribir un libro descoyuntado, el dirigido a Neruda. . ."90 Los juicios de L6pez Anglada y Baquero fueron compartidos seguramente por muchos criticos, "oficiales" o no, cuando apareci6 en 1953 92232. personal. Pero con el paso del tiempo el libro no se ha valorado como de lo mejor de Panero y varios criticos lo consideran inconsistente en relaci6n con el resto de su obra. En un comentario escrito en 1962, a poco tiempo de la muerte de Panero, Eugenio de Nora dijo que, "en opini6n de muchos, de la mayoria de los mejores amigos y lectores de Panero, ese gaaaa, para decirlo de una vez y sin paliativos, 'estorba.'" Lamenta que Panero haya asumido esa actitud conservadora frente a Neruda y teme que pueda impedir que 1as futuras generaciones valoren con sere- nidad su obra: 112 Ver a un poeta de este género . . . convertido de pronto (al menos aparentemente) en politico, en portavoz e intérprete de la ideologia conservadora frente a Neruda, fue para muchos una experiencia desconcertante. Cierto; en todo ello habia una verdadera confluencia de equivocos; pero son éstas 1as fechas en que el malentendido y el embrollo siguen vigentes, pesando como una hipoteca (a los ojos de muchos, y en especial de los mas j6venes) sobre el aprecio, 1a interpretaci6n y el recono- cimiento mismo del poeta . . .9 Valverde espresa un jucicio similar: el libro de Panero "1e puso en una situaci6n muy mala frente a una juventud que en aquel instante empezaba a ser masivamente discrepante a1 Régimen espafiol."92 A César Aller, buen conocedor de la obra del astorgano, 1a réplica a Neruda 1e parece equivo- cada por varias razones. Primero, no 1e parece la poesia vehiculo ade- . cuado para desarrollar este tipo de polémica. Ademas, 1e parece un poema ineficaz por hacer "una especie de division maniquea del mundo," y por encerrar una "paternalista exhortaci6n" a1 poeta chileno. En Canto per- sonal, ". . . su raiz y orientaci6n predeterminaron e1 poema y le dan una atm6sfera de dogmatismo molesto y poco sostenible. . . ."93 Y aunque fuera verdad, como opina Valverde, que "a Panero no 1e interesd nunca la politica," e1 Canto personal, por sus repetidas referencias a1 Alcazar de Toledo y a José Antonio Primo de Rivera, constituye una defensa del régi- men politico vigente en el momento en que fue escrito.94 Entre los criticos que tomaron una actitud condenatoria ante e1 poema de Panero, cabe mencionar a Max Aub que lo calificaba de "una infortunada réplica." Para Aub, los comentarios sobre Federico y Miguel Hernandez en Canto Personal y 1as referencias en el pr6logo de Ridruejo son productos de ". . . un largo horror que no tiene por d6nde estallar, un feroz remor- dimiento que los atenaza, un ahogo mortal, en una paramera donde todas 1as fuentes se han secado."95 113 Aunque 1a polémica Neruda-Panero cay6 pronto a1 olvido, afios mas tarde, y después de que se 1e concedi6 e1 Premio N6be1 por su Canto general, Neruda volvi6 al tema de su supuesta actitud de "anti-espafiol." Le heria profundamente que se 1e conociera como "anti-espafiol" cuando su oposici6n habia sido siempre en contra de ciertos hechos y personajes hist6ricos-- antiguos y contemporaneos--y nunca contra Espafia como pais y como pueblo. En una entrevista con Antonio Colinas, quizo aclarar esta postura: aQué puedo yo decir de Espafia, de sus hombres, de sus tierras? Espafia es una parte muy importante en mi vida: una parte extraordinariamente grave, profunda y decisive de mi historia personal. Y uno de los reproches . . . es que me 11amen "anti- espafiol." Una cosa es lo que yo siento por Espafia, por sus hombres y por sus tierras y otra cosa es lo que siento por algunos matices de la vida y de la historia de Espafia. Eso es otra cosa. A lo largo de toda la historia de Espafia--como a lo largo de la historia de todas las naciones sin excep- c16n--hay partes que son predilectas y hay partes que son desagradables. Esto es algo que sentiran los mismos espafioles. Y naturalmente en la historia de los hombres existe natural, individual y nacionalmente tal discriminacidn. Pero mi apego, y mi comprensi6n, y mi amor hacia Espafia es para mi una cosa absolutamente indiggutible. Por eso me molesta que me repro- chen 1o contrario. . En otro ocasi6n, Neruda expres6 semajantes sentimientos por Espafia, esta vez en 1954 en un discurso que pronunci6 en una comida que los espafioles republicanos residentes en Chile 1e ofrecieron con motivo de cumplir 50 8605. E1 poeta pas6 lista a los mfiltiples paises que habia tenido e1 placer de conocer: 1a URSS, Checoslovaquia, China, Italia, pero reconoci6 que, . . amando todos esos sitios, e1 pais en que mis pasos hubieran querido detenerse me negaba la entrada, porque yo tuve, como vosotros, e1 dolor y el honor de ser de los primeros desterrados de Espafia. Neruda siente afioranza por Espafia pero declara que no 5610 ha dedicado muchas veces sus versos a la causa republicana, sino también ". . . a1 114 dolor de Espafia, a sus claveles, a sus mercados, a sus calles, a su gente . . .": Es, pues, una Espafia total, sin banderas, la que yo amo; es, pues, una Espafia grande, con la tragica grandeza de su Histo- ria, con sus terribles errores y sus inmensas iluminacgqnes, es una Espafia total, . . . la que recordamos y amamos. A medida que iban pasando los afios de la década de los cincuenta, Neruda intentaba estrechar sus lazos con los poetas espafioles de 1as generaciones de la posguerra. En 1957 en Paris, encomend6 a la poetisa Angela Figuera Aymerich una carta abierta dirigida a los poetas de Espafia en la cual Neruda mostraba que sentia a6n una fuerte afioranza por 1as tierras espafiolas y que Espafia era su gran tristeza por no volver a verla jamas: . aqui me tienen muy cerca de la tierra espafiola y lleno de sufrimientos por no verla y tocarla. Soy un desterrado especial, vivo sonando con Espana, con la grande y la minima, la del mapa y la de 1as callejuelas, sofiando con todo el amor que entre vosotros dej6, un desterrado que s6lo puede acercarse a1 aire que perdi6. Cuantas veces, de noche, e1 avi6n que me conducia 1ejos, sobrevol6 vuestra tierra, y yo, acongojado traté de descifrar 1as luces que, como luciérnagas, brillaban alli abajo. Eran casas perdidas, pueblos sumergidos, montes oscuros, y tal vez rostros amados que no volveré a ver. Mi coraz6n, alli arriba, volando, sinti6 d3 nuevo la tierra magnética y se llen6 de lagrimas . . En esta misma carta Neruda expres6 e1 deseo de renovar sus relaciones con los poetas de Espaha y de unirse de nuevo en una labor poética comfin: . Poetas espafioles, nos ha separado un frio cruel y afios pasados como siglos. Nosotros poetas americanos, queremos renovar 1a fraternidad y la continuidad de nuestra paralela poesia. Hemos sido separados por errores propios y ajenos, por profundos dolores, por un silencio imposible. La poesia debe volver a unirnos. La poesia debe reconstruir los vinculos rotos, reestablecer 1a amistad y elevar universalmente nuestro canto. Tal es nuestra tarea. A ella me daré entre mis pueblos. Vosotros diréis vuestra palabra. Y habremos dado asi e1 pggmer paso, que no por tardio sera menos fecundo . . 115 La a1usi6n aqui a los "errores propios" se podria interpretar quizas como una voluntad de suavizar el impacto de la carga contra Espafia que encerraban algunos de los poemas de Canto General y de intentar enmendar 1as relaciones con los poetas espafioles que se sentian ofendidos por estos poemas. Cualquiera que fueran los contactos personales de Neruda con los poetas j6venes de la posguerra, es indudable que su poesia influy6 en ellos y en sus obras. Hasta ahora estas influencias literarias no se han estudiado a fondo, y aunque un estudio de este tipo esta fuera del alcance del presente trabajo, conviene sefialar aqui que se tendra que tomar en cuenta 1a influencia de la poesia de Neruda y su ejemplo como hombre politico a1 escribir la historia de la poesia espafiola de la posguerra. En unas breves consideraciones, el.profesor Charles David Ley ha apuntado algunas de 1as coincidencias entre la poesia de Neruda y la de los espa- fioles Gabriel Celaya, Angela Figuera y José Garcia Nieto.100 Pero el tema requiere un tratamiento mucho mas riguroso que esperamos se realice en un futuro pr6ximo. Durante 1as primeras décadas del regimen franquista, una gran parte de la obra de Neruda tuvo que vencer prohibiciones oficiales para hacerse conocer entre los espafioles. Sin embargo, varios de sus poemas apare- cieron impresos en Espafia por esa época. La revista Espadafia public6 selecciones de "Alturas de Machu Picchu" en su Nfim. 30 de 1947, e incluso se imprimieron algunos poemas suyos de tipo militante en Espafia en algunas publicaciones clandestinas. Un ejemplo seria 1a publicaci6n de los poemas "Que despierte el 1efiador" y "A Miguel Hernandez" que apare- cieron en el Nam. 2 (1949) y el Nam. 9 (1952) de la revista Cuadernos de Cultura de Madrid, bajo e1 patrocinio del Partido Comunista de Espafia. 116 Otro poema nerudiano encabez6 1a antologia clandestina de poesia social Pueblo cautivo, editada por la Federaci6n Universitaria Espafiola en 1946.101 En 1as décadas que siguieron a la estancia de Neruda en Espafia, el poeta chileno se dedic6 a la vida politica de su pais y a la continuaci6n de su inmensa obra poética, pero Espafia y lo que ella representaba en su tradici6n y en su mundo cultural y artistico nunca 1e abandon6. En 1967, mand6 un "saludo a Espafia" en unas declaraciones enviadas a la Televisi6n Espafiola para conmemorar e1 "Dia de la Raza." En esta ocasi6n Neruda record6 las experiencias vividas en Madrid y confesé, I'Aprendi tanto en Espafia" cuando "1a alegria de la poesia espafiola entera y del pueblo espafiol llen6 de claveles mi camino y mi poesia.“ Reconoci6 su deuda para con Espafia, subray6 la solidaridad cultural de Espafia y los pueblos ameri- canos y sali6 a la defensa de su idioma comfln": . nos toca defender e1 privilegio de hablar y de escribir esta maravillosa lengua; 1a lengua de G6ngora y de Miguel Hernandez; una lengua que esta nueva, fresca y llena de po- tencia. Y tenemos que tener mas garcias lorcas, y tenemos que tener mas barahonas de soto y mas unamunos, y tenemos que elliotizarnos menos y tenemos que afrancesarnos menos y tenemos age recobrar nuestras tradiciones en América y en Espa‘rla.1 Estas declaraciones recibieron amplia difusi6n y comentario en los diarios madrilefios "Informaciones," "ABC“ y "Pueblo" y representaron otro intento de Neruda de reanudar su contacto con el pueblo espafiol. Era 16gico que esta preocupaci6n continua por Espafia se tradujera en materia poética, como es facil de comprobar. E1 amor a Espafia, 1as experiencias vividas alli antes y durante la guerra, y la fraternidad y amistad que Neruda recibi6 de los poetas espafioles son temas que reaparecen a menudo en sus obras. Bien notorios son los poemas de Espafia en el cora26n, escritos cuando aun vivia de cerca la tragedia de Espafia. Pero los recuerdos de 117 ESpafia aparecen en el primer libro que Neruda public6 después de la guerra, Canto General, y vuelven a surgir en sus obras posteriores. Aun en 1971, pocos meses antes de su muerte, algunos recuerdos de su vida en Madrid aparecen en un poema del libro Geggrafia Infructuosa. Los poemas que Neruda dedica a Espafia son numerosos. En total hemos contado unas vienticuatro poesias que reflejan de alguna forma 1as experiencias vividas en Espafia. Ocho de ellas estan dedicadas a personas que dejaron una impresion profunda en la vida de Neruda: Alberti, Miguel Hernandez, Picasso, Ram6n G6mez de la Serna, Juan Larrea y el pintor José Caballero. Seis poemas relatan directamente 1as experiencias de la guerra: "La guerra (1936)," "E1 fuego cruel," "Los muertos," "Yo recuerdo," "Ay! Mi ciudad perdida," y "Tal vez cambi6 desde entonces." Y hay dos poemas, ya comentados, "Yo refino," y "Misi6n de amor" que evocan e1 final de la contienda y la emigraci6n espafiola a Chile. En otros cinco poemas Neruda intenta expresar, en un momento dado y saltando sobre la distancia de los afios, lo que siente por Espafia: "Vuelve, Espafia," "Si yo te recordara," "Mucho tiempo transcurre," "E1 tiempo en la vida" y "Espafia, 1964." Y dos de 1as composiciones sobre Espafia, "Toro" y "Elegia de cadiz" 1a trata de una forma mas bien simb61ica.103 Nos interesa aqui examinar algunos de los poemas que acabamos de nombrar para comprobar una vez mas 1a importancia que tiene Espafia en la obra nerudiana. En Canto General, junto a un poema dedicado a Alberti y otro, ya comentado, a Miguel Hernandez, Neruda refine sus recuerdos de Espafia en "La guerra (1936)." E1 poema entra dentro de una composicidn mas larga, autobiografica, titulada "Yo soy," y en la cual Neruda pasa revista a todas las experiencias que él considera fundamentales en su vida. Se acuerda aqui de c6mo era Espafia cuando se encontr6 de pronto sumergida en la guerra terrible: 118 Espafia, envuelta en suefio, despertando como una cabellera con espigas, te vi nacer, tal vez entre las brefias y las tinieblas, labradora, levantarte entre 1as encinas y los montes y recorrer e1 aire con 1as venas abiertas. Pero te vi atacada en las esquinas por 1as antiguos bandoleros. Iban enmascarados, con sus cruces hechas de viboras, con los pies metidos en el glacial pantano de los muertos. Se acuerda también de su participaci6n en la lucha y siente una esperanza optimista para que se reanude la lucha del pueblo espafiol y su causa triunfe: . . Yo vivi con tu aurora de fusiles, y quiero que de nuevo pueblo y p61vora sacudan los ramajes deshonrados hasta que tiemble e1 suefio y se re683n los frutos divididos de la tierra. En 1951, a raiz de la huelga de transportes que paraliz6 1a capital catalana, Neruda escribi6 su poema "Saludo a1 pueblo de Barcelona." Es un poema puramente circunstancial que subraya una vez mas su preocupa- ci6n por la situaci6n politica de Espafia y que expresa su solidaridad con la lucha de los ciudadanos de esta ciudad: Debéis saber que el nombre de Barcelona esta en los labios de todos los pueblos, debéis comprender que nunca pensamos muerta Espafia, ni dormida, sino insumisa en sus heridas vigilante bajo 1as tinieblas. Hoy, como un relampago salido de Espafia, vuela tu nombre, Barcelona, sobre el mundo, y a la luz de tu nombre se ilumina tu inmensa lucha pasada, tu nombre grabado en el arbol de la libertad, tu heroico movimiento de este dia, las luchas de gafiana, y la 1iberaci6n, que cononara tu destino. . . . 0 (En Las uvas y el viento (1954) los poemas dedicados a Espafia cobran un tono mas angustiado y militante. Van pasando los afios, 1a situacién de Espafia no cambia y Neruda siente una fuerte afioranza por este pais. Espafia representa una tremenda pérdida en su vida. En "Vuelve, Espafia," escribe: 119 Espafia, Espafia coraz6n violeta, me has faltado del pecho, t6 me faltas no como falta el sol en la cintura sino como la sal en la garganta, como el pan en los dientes, como el odio en la colmena negra, como el dia sobre los sobresaltos de la aurora, pero no es eso afin, como el tejido del elemento visceral, profundo parpado que no mira y que no cede, terreno mineral, rosa de hueso 106 abierta en mi razdn como un castillo . . . Espafia es una parte esencial de su vida de la cual no puede prescindir. Neruda pregunta a Espafia, "Tengo otros labios que me representen?," y "06nde voy sin tu v62, arena madre?," "Quién eres t6 :si no me diste sangre?" Implora a Espafia para que le vuelva a recibir y siente que su destino va irremediablemente ligado a1 suyo: . Rec6brame, recibeme antes de que mi nombre y mis espigas desaparezcan en la primavera. Porque a tus soledades iracundas va mi destino encadenado, a1 peso de tu victoria. A ti voy conducido.107 Sin embargo, en este poema Neruda se vuelve combativo. Exige que Espafia se levante, y que se 1e restituya lo que 1e ha sido robado: . Pido a lo que en tu ser es mi substancia, a tu desgarradura de cuchillos, que se abran hoy, sobre la desventura, 1as iluminaciones de tu rostro, y te levantes, horadando el cielo, rompiendo 1as tinieblas y los signos, hasta surgir, harina y alborada, luna encendida sobre los osarios . . . . . Ven a mi, devuélveme 1a torre que me robaron, devuélveme la lengua y el pueblo que me esperan, asdmbrame con la unidad final de tu hermosura. Levantate en tu sangre y en tu fuego: la sangre que t6 diste, la primera, ~y e1 fuego, nido de tu luz sagrada.108 120 De los poemas de Las uvas y el viento dedicados a Espafia, es "Si yo te recordara" donde mejor logra Neruda expresar e1 agudo sentimiento de pérdida que siente hacia Espafia. Aquiefl mero recuerdo de Espafia 1e produce un dolor insostenible: Espafia, no hay recuerdos tuyos, no eres memoria. Si quiero recordar los azahares, 0 e1 mercado amarillo o 1as acidas sombras de Valencia, cierro 1a frente, abro los ojos y me muerdo 1a boca. No, no tengo recuerdos. No quiero nada con tu forma seca ni con tu generosa cabellera, no quiero tus espigas, no quiero ir recogiéndolas en la melancolia de un camino. Te quiero intacta, entera, a mi restituida con hechos y palabras, con todos tus sentidos, desenlazada y libre, metalica y abierta! Granada roja y dura, topacio negro, Espafia, amor mio, cadera y esqueleto del mundo, guitarra incandescente, fuego sin mutilar, oh dolorosa piedra amada, si yo te recordara e1 coraz6n me desangraria y necesito sangre para reconquistar tus hermosuras, para que tu silencio de golpe se arrodille vencido, terminado, y se oiga la voz de tus puebAgs en el nuevo coro del mundo. En una serie de ocho poemas con el titulo "Elegia de cadiz" Neruda vuelve a1 tema de Espafia. En estos poemas, incluidos en el libro Cantos ceremoniales (1961), el poeta chileno ve unidos el destino de cadiz con 121 61 de muchos paises hispanoamericanos. Describe lo que él considera la decadencia de esta ciudad que en su dia habia sido uno de los puertos abiertos a1 Nuevo Mundo: . . . Puerto de los cerrojos, de 1as rejas cerradas, de los patios secretos serios como las tumbas, 1a miseria manchando como sombra la dentadura antigua de una ciudad radiante que tuvo claridad de diamante y espada . . .11 Esta ciudad que era la fuente de tanta sangre americana es ahora, segfin 1a visi6n de Neruda, un pueblo en decadencia: Desde estas calles, desde estas piedras, desde esta luz gastada sali6 hacia las Américas un borbot6n de sangre, dolor, amor, desgracia, por este mar un dia, por esta puerta vino la claridad mas verde, hojas desconocidas, fulgor de frutos, oro, y hoy 1as cascaras sucias de patatas mojadas por la lluvia y el viento juegan en el vacio.11] La pobreza que ve Neruda en cadiz es la misma que existe en América. Aqui, a los paises americanos los llama, "Oh terribles Espafias!" cadiz es el simbolo de 1as dos patrias de Neruda, Espafia y Chile; dos patrias que sufren una misma suerte: Como dos campanadas en destierro se responden: ahora, conquistados, conquistadores: esta la familia en la mesa, separados y unidos en el mismo castigo, espafioles hambrientos y americanos pobres estamos en la misma mesa pobre del mundo. Cuando ya se sent6 la familia a comer e1 pan se habia ido de viaje a otro pais: entonces comprendieron que sin ninguna broma e1 hambre es sangre y el idioma es hambre. 2 La visidn sombria que da Neruda de Espafia y de América en su "Elegia de cadiz" cambia en la altima composici6n de la serie. Termina con un tono de optimismo y esperanza en la posibilidad que tiene el hombre para una vida mejor: 122 . a través de la aspereza se mueve el hombre del hierro a la rosa, de la herida a la estrella. Algo pasa: e1 silencio dara a luz. He aqui los humillados que levantan los ojos, cambie el hombre de manos: e1 trueno y 1as espigas se refinen y sube e1 coro negro desde los subterraneos. Cambia el hombre de la rosa a1 hierro. Los pueblos iluminan toda la geografia. ‘13 Memorial de Isla Negra (1964) es un libro en el cual Neruda rememora su vida en una serie de composiciones poéticas. En la tercera parte del libro, titulada "El fuego cruel,“ saltan recuerdos de la guerra espafiola en varios poemas. En el poema del mismo titulo, reconoce lo que recibi6 su poesia de 1as experiencias vividas en Espafia y siente fuertemente 1a pérdida de este pais: Aquella guerra! E1 tiempo un afio y otro y otro deja caer como si fueran tierra para enterrar aquello que no quiere morir: claveles, agua, cielo, 1a Espafia a cuya puerta toqué, para que abrieran, entonces, alla 1ejos, y una rama cristalina me acogi6 en el estio dandome sombra y claridad, frescura de antigua luz que corre desgranada en el canto: de antiguo canto fresco que solicita nueva boca para cantarlo. Y alli llegué para cumplir mi canto. Ya he cantado y contado lo que con manos llenas me dio Espafia, y lo que me rob6 con agonia, lo que de un rato a otro me quit6 de la vida sin dejar en el hueco mas que llanto, llanto del viento en una cueva amarga, llanto de sangre sobre la memoria. 123 En este poema, y en otros de esta serie, Neruda parece reconocer 1a futilidad de aquella lucha: no fa1t6 entre los republicanos la luz ni la verdad, pero si e1 pan, e1 carb6n, los fusiles. Después de tantos afios de olvido pregunta, aqué hacer? Resp6ndanme, callados, ebrios de aquel silencio, sofiadores de aquella falsa paz y falso suefio, qué hacer con s6lo c61era en 1as cejas? con s6lo pufios, poesia, pajaros, raz6n, dolor, qué hacer con las palomas? qué hacer con la pureza y con la ira si delante de ti se te desgrana e1 racimo del mundo- y ya la muerte ocupa 1a mesa e1 lecho 1a plaza e1 teatro la casa vecina y blindada se acerca desde Albaceta y Soria, por costa y paramo, por ciudad y rio, calle por calle, y 11ega, y no hay sino 1as banderas y los pufios y el triste honor ensangrentado con los pies rotos, entre polvo y piedra, por el duro camino catalan bajo 1as balas 61timas caminando ay! hermanos valientes, a1 destierro!“5 Pero como respuesta a su propia pregunta, Neruda, a la altura de 1964, reafirma enérgicamente su compromiso con Espafia. En otro poema de Memorial titulado "Yo recuerdo" proclama que sera él quien mantenga vivo e1 recuerdo de aquella guerra: Doy fe! Yo estuve alli, yo estuve y padeci y mantengo e1 testimonio aunque no haya nadie que recuerde 124 yo soy el que recuerda, aunque no queden ojos en la tierra yo seguiré mirando y aqui quedara escrita aquella sangre, aquel amor aqui seguira ardiendo, no hay olvido sefiores y sefioras, por mi boca herida aquellas bocas seguiran cantando!H6 De la vida de Neruda en Madrid aparecen recuerdos en el poema "Ay! Mi ciudad perdida." La visi6n de las viejas calles madrilefias con sus tiendas y tabernas llena 1a memoria del poeta chileno: Me gUstaba Madrid por arrabales, por calles que caian a Castilla como pequefios rios de ojos negros: era e1 final de un dia: calles de cordeleros y toneles, trenzas de esparto como cabelleras, duelas arqueadas desde donde algun dia iba a volar e1 vino a un ronco reino, calles de los carbones, de 1as madererias, calles de 1as tabernas anegadas por el caudal del duro Valdepefias y calles solas, secas, de sIIencio compacto como adobe . . . Este recuerdo se torna de pronto sombrio a1 darse cuenta Neruda que no volvera jamas a pisar aquellas calles ni a entrar en aquellas tabernas. Los dias vividos en Madrid, "aquel tiempo anterior cuando afin no tenia/ sangre 1a flor" ni "coagulos la luna" pas6 ya a la historia y a Neruda 1e queda un terrible sentimiento de pérdida: Me gustaba Madrid y ya no puedo verlo, no mas, ya nunca mas, amarga es la desesperada certidumbre como de haberse muerto uno también a1 tiempo que morian los mios, como si se me hubiera ido a la tumba 1a mitad del alma . . . 125 Con el paso de los afios e1 recuerdo de Espafia para Neruda seguia aan muy vivo y muy presente en sus poesias. Pero e1 exilio de sus amigos espafioles continuaba y 1as esperanzas que pudieran haber tenido de volver a Espafia eran cada dia mas escasas. E1 poeta chileno sentia también e1 peso de estos afios de exilio. En "Mucho tiempo transcurre," de Memorial de Isla Negra. evoca los veintiséis afios que en 1964 cumplia e1 régimen del 18 de julio de 1936: Luego 11egaron, lentos como bueyes, y como veintiséis sacos de hierro, siglos de doce meses que cerraban Espafia a1 aire, a la palabra, a la sabiduria, restituyendo piedra y argamasa, barrotes y cerrojos a aquellas puertas que para mi se abrieron durante el mediodia inolvidable. Se acostumbr6 e1 dolor a la paciencia, zozobr6 la esperanza en el destierro, se desgran6 la espiga de eSpafioles en Caracas espléndida, en Santiago, en Veracruz, en las argnas de Uruguay generoso. En "Espafia, 1964" de la secci6n "El episodio" de Memorial de Isla Negra, Neruda toma una actitud pesimista hacia el futuro de Espafia. Pro- testa, "Pero este mundo no es el que yo quiero." Todo sigue como en 1939 y "se sienta Franco en la mesa de Espafia . . ." mientras . . . los encarcelados, los que ataron 1a filtima rosa al fusil y cantaron en la prisién, afillan, y en el coro de la carcel, e1 alma amordazada que se lamenta, cantan 1as cadenas, a611a e1 coraz6n sin su guitarra120 la tristeza camina por un tfinel. Un tono semejante de pesimismo domina en "El tiempo de la vida," poema del libro Fin del mundo (1969). En este poema Neruda 11ega a poner' en duda 1a validez de seguir luchando: 126 . Valia la pena cantar cuando en Espafia los pufiales dejaron un mill6n de ausentes, cuando alli muri6 de verdad? La despefiaron a1 osario y se tejieron 1as banderas con el silencio de los muertos. Yo vuelvo a1 tema desangrado como un general del olvido que sigue viendo su derrota: no 5610 los muertos murieron en los brazos de la batalla, en la prisi6n, en el castigo, en 1as estepas del destierro, sino que a nosotros también, a los que vivimos aUn 2] ya se sabe que nos mataron.1 E1 poema es ins61ito por su tono derrotista, especialmente cuando lo comparamos con los poemas tan combativos de Canto General y Las uvas y el X12239: Sin embargo concuerda con las demas poesias de este libro poste- rior que suelen ser de caracter mas reflexivogrcritico que las de sus libros anteriores. E1 Ultimo poema relacionado con Espafia que escribi6 Neruda, dedicado a su amigo e1 pintor José Caballero, apareci6 en el libro Geografia infructuosa en 1971. En "A José Caballero, desde entonces," 1a pérdida de Espafia y de los amigos espafioles, muchos de ellos ya desaparecidos, pesa en el alma del poeta: Dejé de ver a tantas gentes, por qué? Se disolvieron en el tiempo. Se fueron haciendo invisibles. Tantas cosas que ya no veo, que no me ven. Y por qué? Aquellos barrios con barricas y cuerdas y quesos flotantes en los suburbios del aceite . . . . . De cuanto amé, qué pocas cosas me van quedando para ver, para tocar, para vivir. Por qué dejé de ver el frio del mes de enero, como un lobo que venia de Guadarrama 127 a lamerme con una lengua, a corta con su cuchillo? Por qua;T52 Pero a través de la pintura de Caballero, a través de su arte y de su persona, Neruda logra recobrar todo aquello que tuvo y que perdi6 unos cuarenta afios antes: . . A través de 61 veo la vida que dejé de ver para nunca. La dicha que yo no perdi. (Porque aprendi después 1as cosas luchando). A través de su tinta ardiente y de su arcilla delirante, a través del puro fulgor que lo delata, veo lo que amé y no perdi. y sigo amando: calles, tierras, dulzura, frio, 1a sepulcral Plaza Mayor, el tiempo con su larga copa. Y en el suelo 193 rosa blanca ensangrentada. En resumen, vemos que a lo largo de su vida Neruda dio constantes pruebas de que, a pesar de la distancia fisica que 1e separaba de ella, Espafia nunca estaba 1ejos de sus pensamientos y preocupaciones. Buena muestra de este interés por Espafia se evidencia en una entrevista que concedi6 a1 periodista Miguel G6mez Santos cuando se encontraba de paso por el aeropuerto de Barcelona en 1970. Estas declaraciones son altamente significativas ya que es en este momento, en la cumbre de su carrera literaria, cuando mejor logra percibir e1 impacto que tuvo 1a experiencia espafiola en su obra y en su persona: .Al recordar aquella época, a mi se me confUnden 1as cosas en un gran afecto. Mi amor por Espana y por esa época sobrepasa los sufri- mentos que todos tuvimos . . . Espafia fue para mi la revelaci6n de mi raiz antigua. Yo 11egue inocentemente, sin saber bien de qué se trataba. Espafia no es facil. En Espafia hay que darse contra los muros para entenderla y amarla. . . 128 . . Espafia es para mi una gran herida y un gran amor, y ustedes comprenden demasiado bien 1as cosas para aclararlas mas. Pero los espafioles deben saber que yo aqui vivi mucho tiempo . . . y que tomé parte, dentro de una generaci6n extra- ordinaria, en 1as preocupaciones, en los deberes y en la poesia de una época. Esa época es para mi fundamental en mi vida. Por tanto, casi todo lo que yo he hecho después-—casi todo lo que he hecho en mi poesia y en mi vida--tj§2e la gravi- taci6n de mi tiempo en Espafia. . . Las palabras del poeta lo dicen todo. La experiencia espafiola pesaba incalculablemente en la personalidad y en la obra del hombre que se ha ' considerado siempre como uno de los mas grandes poetas americanos. En 1933, en su "discurso a1 a1im6n," Neruda y Lorca declararon: ". . . vamos a nombrar a1 poeta de América y de Espafia: Rubén Dario." Si hoy dia tuviéramos que nombrar a1 poeta de América y de Espafia, su nombre seria "Pablo Neruda." 129 NOTAS AL CAPITULO III 1Francisco Caudet, Introducci6n a El hombre y el trabajo de Arturo Serrano Plaja (Madrid: Ediciones de la Torre, 1978), pag. xxxiii. 2Segun una nota s. f. de1 Heraldo de Madrid (11 feb. 1936), pag. 5, se ofreci6 a los Alberti un banquete a1 cual asistieron unas 300 per- sonas, e1 domingo, 9 de feb., a las tres de la tarde "a la salida de los mitines." Hubo discursos de José L. Benito, Federico Garcia Lorca y otros, y Alberti 1ey6 unos poemas. Asistieron, ademas de Neruda, Quintanilla. Araquistain, Ugarte, Barral, Sender, Bartolozzi, Magda, Donato, Alvar, Diaz Casarriego, Altolaguirre, Concha Méndez, Serrano Plaja, Mediano Flores, Le6n Felipe, Delia del Carril, Pérez Ferrero, Cernuda, Miguel Prieto, César Falcon, Baena y otros. 3Luis Enrique Délano, Sobre todo Madrid (Santiago: Universitaria, 1970), pag. 89. 4RaUl Gonzalez Tufi6n, Introducci6n a La rosa blindada, 29 ed. (Buenos Aires: Horizonte, 1962), pag. 9. 5La Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura se cre6 poco después de1 comienzo de la guerra civil. Sus miembros mas destacados incluian a José Bergamin, Rafael Alberti, Maria Teresa Le6n, Rafael Dieste, Lorenzo Varela, Antonio Luna, Arturo Souto y Vicente Salas Viu. Se organiz6, desde su sede en Madrid en la calle Marqués de1 Duero, en secciones de Literatura, MUsica, Artes Plasticas y Cultura Popular, intentando dirigir todos los esfuerzos de los intelec- tuales durante la guerra. 6E1 mono azul era e1 6rgano semanal de la Alianza de Intelectuales que se public6 entre agosto de 1936 y febrero de 1939. Véase 1a edici6n en facsimil de la Editorial Detlev Auvermann de Alemania de 1974, y el estudio de Michel Garcia, "El mono azul" en Corrales Egea, Tufi6n de Lara, et. al., Los escritores_ypla guerra de Espafia, ed. de Marc Hanrez (Barce- lona: Monte Avila, 1977), pags. 221-233. 7Luis Enrique Délano, pag. 115. 39;_9-. I, pag. 273. 9Luis Enrique Délano, pag. 115. 10Asi lo confirm6 e1 chileno Andrés Iduarte, amigo de Neruda y residente de Madrid en 1936. Véase Jaime Alazraki, Poética y poesia de Pablo Neruda (Nueva York: Las Américas, 1965), pag. 203, nota 6. 130 nLuis Enrique Délano, pag. 116. 12o. c., I, pag. 27o. 13Nancy Cunard (1896-1965) fue poeta, periodista y editora. Hija de la aristocratica Lady Cunard, fue desheredada de las fortunas de la compafiia naviera Cunard por el escandalo que cre6 en Inglaterra su apoyo a la causa de los negros norteamericanos. Le gustaba editar los poemas de poetas desconocidos y fue la primera editora de Ezra Pound. Abraz6 1a causa de la RepUblica espafiola y trabaj6 como corresponsal de1 Manchester Guardian durante la guerra. Véanse los comentarios sobre su vida en las memorias de Neruda, Confieso. . . , pags. 178-179; el articulo de Marta Pessarrodona, "Los escritores ingleses en la guerra civil espafiola," Camp de 1'arpa, Barcelona, NUms. 48-49, (marzo, 1978), pag. 52; y el estudio mas completo de su obra de Hugh Ford, ed., Nancy Cunard: Brave poet, indomitable rebel, 1896-1965 (Filadelfia: Chilton, 1968). 14Véanse Confieso . . . , pag. 176-178; 0. 6., III, pag. 1065; Jorge Becco, Neruda: Bibliografia (Buenos Aires: Casa Pardo, 1974), pag. 114 y una nota de““N. C.," "Canto de Espafia," en Ruta, México, NUm. 1 (junio, 1938), pags. 57-58. Les poétes du Monde . . . constituye hoy dia una verdadera rareza bibliografica. Hemos podido consultar e1 NUm. 6 en la colecci6n de la Howard University, Washington, D.C., E. E. U. U. 15E1 texto de la conferencia fue publicado en francés en la revista Commune, 1a "Revue de l'association des écrivains et des artistes révolu- tionaires" dirigida en Paris entre 1933 y 1939 por Barbusse, Gide, Gorki, Romain Rolland y Paul Vaillant-Couturier y redactada por L. Aragon, P. Nizan, V. Pozner, P. Unik y G. Servéze. Apareci6 en el NUm. 42 (feb., 1937) junto con una traducci6n de Greta Knutson de su "Ode a Federico Garcia Lorca," pags. 660-668. La versi6n espafiola de la conferencia, publicada repetidas veces, apareci6 por primera vez en Hora de Espafia, Valencia, NUm. 3 (marzo, 1937). Citamos de la reproduccidn en 0. 6., III, pags. 640-645. l5gg_pg, III, pag. 640. l7gg_gg, III, pag. 641. l8ga_pg, III, pag. 643. 19g;_p;, III, pags. 644-645. 20Robert Marrast, "Pablo Neruda dans la guerre civile espagnole: Eggislgextes retrouvés," _aaapa, Paris, NUms. 537-538, (ene.-feb., 1974), 21Pablo Neruda, "A mis amigos de América," Repertorio Americano, San José de Costa Rica, NUm. 801 (1 mayo 1937), pag. 238. 22Pablo Neruda, "A mis amigos de América," pag. 238. 131 230.C ,pag. 13; Emir Rodriguez Monegal, Neruda:g_El viajero inm6vil, (&aracas: Monte Avila, 1977) pags. 116-117. 24Pablo Neruda, "Influence de la France et de 1'Espagne sur la littérature hispanoaméricaine," Cahiers de Politique Etrangere, Paris, NUm. 21,1938,pag. 5. Esta conférencia sigue inédita en castellano con la excepci6n de un fragmento que apareci6 enLa Naci6n de Santiago el 3 de julio de 1937. 25Pablo Neruda, "Influence de la France . 26Pablo Neruda, "Influence de la France . . . . . ," pag. 5. ." P59- 5- 27Sobre el Congreso de Escritores consUltense los NUms. 8 y 9 (agosto y sept., 1937) de la revista Hora de Eapafia, Valencia. El NUm. 8 recoge ponencias de Corpus Barga, Antonio Machado, Andersen Nexo, Julien Benda, Fernando de los Rios, Anna Seghers, Jose Bergamin, Ilya Ehrenburg, Malcolm Cowley, Claude Aveline, Jef Last, Nordahl Grieg, Fedor Kelyin, Andre Chamson, TriStan Tzara, Stephen Spender y Juan Marinello. El NUm 9 incluye una ponencia colectiva de los escritores espafioles, cuyo texto escribi6 e1 poeta Arturo Serrano Plaja. 28Neruda relata sus experiencias en Madrid y con el Congreso de Escritores en Confieso . . . , pags. 180-185. 29Pablo Neruda, "Le peuple est avec nous, nous devons étre 1e peuple," en Robert Marrast, "Pablo Neruda dans la guerra civile espagnole: Trois textes retrouvés," uroge, Paris, NUms. 537-538(ene.-feb., 1974), pag. 165. 30Pablo Neruda, "Le peuple est avec nous . . . ," pag. 166. 3Manual Seoane, "Cosas de Espa‘rla; Pablo Neruda, hasta ayer c6nsu1 de Chile en Madrid, conversa con Manuel Seoane, en Santiago, acerca de la tragedia espafiola," _ay, Santiago, NUm. 317 (16 dic., 1937), pag. 53. 32Vicente Huidobro, et. al., Madre Espafia. Homenaje de los poetas chilenos, (Santiago: Panorama, 1937), prdlogo de Gerardo Sequel. Epilogo de Maria Zambrano. - 33o. c. III, pags. 944-950. 340. c. III, pags. 950-951. 35Manuel Altolaguirre en su autobiografia inédita El Caballo Griego, citada por Margarita Smerdou Altolaguirre en su introducci6n a Las islas invitadas de Altolaguirre (Madrid: Castalia, 1972), pag. 18. 36o. c. III, pag. 950. 37Confieso . . . , pags. 174-175. 380. c. I, pag. 26o. 132 39"Oda solar a1 ejército de1 pueblo," 0. C. I, pag. 290. 400. c. I, pag. 275. 4‘0. c. 1, p69. 288. 420. c. 1, p59. 271, 272 y 273. 43Consfiltese e1 Romancero de la guerra civil (Madrid: Seccidn de Publicaciones de1 Ministerio de Instruccion Publica, 1936) en la reciente reedicién en facsimil (Madrid: Hispamerca, 1977) o Romancero de la guerra civil, Seleccion, introduccion y notas de Francisco Caudet (Madrid: Ediciones de la Torre, 1978). 44Luis Enrique Délano, Sobre todo Madrid, pag. 116. 450. c. I, pags. 284-285. 46Este acto conmemorativo de la proclamacion de la Segunda Repfiblica se celebr6 e1 13 de abril de 1938 en el Teatro Caupolican de Santiago, organizado conjuntamente por el Directorio de Instituciones Republicanas Espafiolas y el Comité.Chileno pro-ayuda a Espafia. E1 discurso de Neruda, bajo el titulo "Habla e1 eminente escritor chileno Pablo Neruda," asi como el texto de otros discursos leidos en el acto, aparecen editados en un suplemento extraordinario de1 periodico Espafia Nueva de Santiago titulado "América con Espana," fechado en marzo, 1938. 47Pablo Neruda, "Espafia," La Naci6n, Santiago (22 ene., 1939), pag. vii. Lleva la fecha "enero 11, 1939." 48Confieso . . . , pag. 198. 49Estos dos discursos se publicaron en Emilio Oribe, Juan Marinello y Pablo Neruda, Neruda entre nosotros (Montevideo: A.I.A.P.E., 1939). 50Pablo Neruda, "Espafia no ha muerto," en Emilio Oribe, et. al., Neruda entre nosotros, pag. 38. 51Pablo Neruda, "Espafia no ha muerto," pag. 43-45. 52Pablo Neruda, "Espana no ha muerto," pag. 47-48. 53Pablo Neruda, "Espafia no ha muerto," pag. 46 y 49. 54Confieso . . . , pags. 197-198; Para nacer he nacido, pag. 275. 550. c. I, pag. 529. 550. c. II, pags..1088-1090. 570. 0. II, pag. 1090. 133 58Para nacer he nacido, pag. 278. Los detalles de este episodio de su vida se encuentran narrados en sus memorias, Confieso . . . pags. 197- 198 y 204-207, y en un articulo publicado en la revista Ercilla de Santiago, "'El Winnipeg" y otros poemas" que se reproduce en Para nacer he nacido (Barcelona: Seix Barral, 1978), pags. 275-278. Vicente Llorens anaIiza 1as caracteristicas de esta emigraci6n a Chile en su trabajo "La emigracion republicana de 1939," El exilio espafiol de 1939, Vol. I, José Luis Abellan, ed. (Madrid: Taurus, 1976) pags. 159-162. 59Confieso . . . , pag. 198. 60"Pablo Neruda en la Argentina," nota s. f., Neruda, Cuadernos de Crisis #2 (Buenos Aires: Editorial Noroeste, 1973), pag. 60. 61Manue1 Andfijar, “Las revistas en Hispanoamérica," en José Luis Abellan, ed., E1 exilio espafiol de 1939, Vol. III, (Madrid: Taurus, 1976), pags. 87-90. Entre los editores de la revista se encontraban Antonio de Lezama, José Campos, Aurelio y Julio Romeo y Antonio Aparicio. La coleccion completa de Luna se conserva en la Biblioteca Central de la Universidad de Chile. 62Confieso . . . , pag. 209. 630. 0. II, pags. 1092-1093. 64Confieso . 65Confieso . . . . . , pag. 191. , pags. l92-193. 66"Amistades y enemistades literarias," Qué Hubo, Santiago, Nam. 44, (20 abril 1940); citamos de la reproduccion de1 articulo en 0.C. III, pag. 646. 670. c. III, pag. 549 68Para nacer he nacido, pag. 303. La carta aparecio por primera vez en El Nacional de Caracas (27 nov. 1947) y ha sido reproducida numerosas veces bajo e1 titulo "La crisis democratica es una advertencia dramatica para nuestro continente." 590. c. III, p69. 951. 70Ejemplo de e110 es su intervenci6n en un acto en la Universidad de Chile "Contra e1 terror franquista," e1 8 de mayo de 1946 cuando pronunci6 un discurso "El paraguas podrido de Munich de nuevo sobre los martirios de Espana" en el cual denuncio los fusilamientos de nueve guerilleros, y en especial de Alvarez y Zapirain. La intervenci6n fue recogida en El_ Siglo, Santiago (11 mayo 1946). 7‘0. 0. II, pag. 541. 720. 0. II, pag. 543. 134 730. C. I, pag. 345. 740. c. I, pag. 535. 75El prologo de Ridruejo con unos fragmentos de1 Canto Personal aparecio por primera vez en Indice de Artes y Letras, A60 8, Nfim. 65 (30 julio 1953). pigs. l7-18. 76Leopoldo Panero, Poesia 1932-1960 (Madrid: Cultura Hispanica, 1963), pigs. 303, 304, y 331. 77Leopoldo Panero, Poesia 1932-1950, pag. 314. 78Leopoldo Panero, pag. 308. . 79Leopoldo Panero, pag. 307. 80Leopoldo Panero, pags. 321-322. 810ionisio Ridruejo, "Prologo a Canto Personal," Indice de Artes v Letras, A60 8, Nam. 65 (30 julio 1953), p69. 17. 82Le0poldo Panero, Poesia 1932-1960, pag. 308. 830. c. I, pag. 784. Como 1a publicacién de "E1 pastor perdido" en libro es posterior a1 del prologo de Canto Personal, Ridruejo probable- mente conoci6 este poema a través de otra fuente, ya que aparecié editado en algunas revistas clandestinas de1 Partido Comunista de Espana. E1 poema reza, "Todos sabian/en 1as carceles/mientras los carceleros/cenaban con Cossio/tu nombre . . ." 84Leopoldo Panero, pags. 351-352. 85Leopoldo Panero, pag. 353. 86Luis L6pez Anglada, Panorama poética espafiol (Madrid: Editora Nacional, 1965), pag. 46. 87Luis L6pez Anglada, pag. 46. 336ast6n Baquero, "E1 caballero Leopoldo Panero," Dario, Cernuda y otros temas poéticos (Madrid: Editora Nacional, 1969, pags. 259-261. 89Asi opina también la viuda de Panero, Felicidad Blanc, en sus memorias Espejo de sombra (Barcelona: Argos, 1977), pag. 196. 90005é Maria Valverde, "La generaci6n de 1936, casi desde dentro." Symposium, Siracusa, New York, Vol. 22, Nam. 2 (verano, 1968), pag. 120. 91Eugenio de Nora, "Leopoldo Panero y su Canto Personal," Insula, Num. 193 (dic., 1962), pig. 6. 92José Maria Valverde, "La generacion de 1936, casi desde dentro," pag. 120. 135 93César Aller, La poesia de Leopoldo Panero (Pamplona: Ediciones de la Universidad de Navarra, S. A., 1976), pag. 145. 94José Maria Valverde, pag. 120. Las referencias a1 Alcazar que hace Panero en su Canto Personal son dos (pags. 307 y 309 de Poesia 1932-1960) y 1as a José Antonio suman cuatro (Véanse 1as pag. 328, 340 y especialmente-334-35 donde 10 compara con el cubano Jose Marti). 95Max Aub, Poesia espafiola contemporanea (México: Editorial Era, 1969), pag. 148. 96Antonio Colinas, "Entrevista con Pab1o Neruda," Revista de Occidente, (junio, 1972), pag. 259. 97"Intervenc1'6n de Pablo Neruda," Voz de Espafia, Santiago, Nam. 16 (29 julio, 1954). 98"Carta de Pablo Neruda a 10s poetas espafioles,“ fechada el 27 de sept. de 1957, inédita hasta después de su muerte cuando fue publicada en la revista Triunfo (10 nov., 1973). )99"Carta de Pablo Neruda a los poetas espafioles," Truinfo (10 nov. 1973 . 100Charles David Ley, "Influencia de Pablo Neruda y de otros poetas hispanoamericanos en la moderna poesia de Espana," en Carlos H. Magis, ed., Actas de1 Tercer Congreso Internacional de Hispanistas (México: E1 Colegio de México, 1970), pags. 546-551. 101Véase la edici6n facsimilar de Pueblo Cautivo con una introduccion de Fanny Rubio (Madrid: Ediciones Pera1ta, 1978). 102Pablo Neruda, "Neruda a1 Pueblo Espafiol," La Naci6n, Santiago (17 dic. 1967), pag. 12 del suplemento dominical. 103En el Apéndice 8 del presente estudio se encuentra una relaci6n completa de los poemas que Neruda dedica a Espafia y a temas espafioles. 1040. c. I, pag. 702. 105"Saludo al pueblo de Barcelona," Espana P0pu1ar; Semanario a1 Servicio de1 Pueblo Espafiol, México (30 marzo 1951), pag. 3. Este poema no fue recogido en libro ni aparece en 1as ediciones de las Obras Comple- tag del poeta. 105Q;_§;_I, pag. 775. 107g,_g;_1. pag. 776. 1039;_§;_I, pag. 776. 109g;_g;_1, pag. 777.. 136 1100. c. 11, pag. 945. m0. 0. II, pag. 945. 1129;_g;_11, pag. 945. 113g_c_._ II, pag. 947. 1140. c. 11, pags. 1085-1085. 1150. 0. II, pags. 1085-1087. 1160;_g;_11, pags. 1087-1088. 1170. c. II, pag. 1091. 1‘80. c. II, pag. 1091. 1190. 0. II, pag. 1088. 1209;_§;_II, pag. 1178. 1219;_g;_111, pags. 355-355. 1229;_§;_III, pags. 578 y 579. 123g;_§;_111. pags. 579. 124Marino Gomez Santos, "Entrevista con Pablo Neruda," A§§_(23 agosto, 1970). CAPITULO IV LAS REVISTAS LITERARIAS DE LA SEGUNDA REPUBLICA 137 138 A1 estudiar e1 ambiente literario existente en Espafia durante los primeros afios de la década de los treinta, no podemos dejar de examinar 10s "bar6metros para medir e1 clima cultural" que representan 1as revistas literarias. Porque son muchas veces (y mas de un critico sostiene esta opinion.) en 1as que empiezan a manifestarse 1as caracteristicas de un nuevo grupo o tendencia poética. En palabras de Guillermo de Torre: En el principio fue 1a revista. En todo principio literario que se estime, en todo hito decisivo de una época inaugural, en aquel momento que marque e1 nacimiento de una verdadera generacion literaria. Pedro Salinas mantiene una opini6n similar: .Las revistas son, para mi, uno de los indicios mas claros para estudiar en lo vivo la preparacion de un nuevo estado espiritual. Y, mas recientemente, e1 critico Miguel Angel Hernando ha subrayado esta opinidn, calificando 1as revistas como los "indicios mas evidentes para diagnosticar 1a unidad y direccion de una orientacion estética nueva."1 .Pero aun asi, todavia falta un estudio a fondo sobre las revistas literarias de la Segunda Repfiblica a pesar de1 extraordinario numero de publicaciones de este tipo que aparecieron en Espafia entre 1930 y 1936. Existen varios estudios extensos sobre revistas sueltas y algunos cata- logos orientadores,2 y en un articulo reciente, "Las revistas espafiolas durante la Repfiblica (1931-1936)," Rafael Osuna ha revisado las publica- ciones periodicas de estos afios.3 Sin embargo hasta ahora no se han examinado a fondo 1as revistas literarias de la época republicana en su conjunto para averiguar qué corrientes poéticas representaban y c6mo se diferenciaban de 1as revistas de los afios veinte 0 de la posguerra.4 Tal falta de atenci6n es sorprendente, sobre todo cuando a1 hojear 105 catalogos disponibles, encontramos citadas en ellos mas de medio 139 centenar de revistas literarias surgidas entre 1930 y 1936. Si 58 afiaden a éstas 1as revistas culturales de tipo general, e1 nfimero aumenta consi- derablemente. Es obvio que la tension creadora que caracterizaba los afios republicanas favorecio enormemente este medio de expresi6n estética. Y a1 mismo tiempo, si como dijo J. Lechner, "toda revista literaria es un barometro que permite determinar e1 clima cultural de una época," un genuino conocimiento de estas revistas parece imprescindible para compren- der a fondo 1a dinamica cultural de la Espafia de la década de los treinta. La falta de estudios sobre estas revistas se debe a una serie de cir- cunstancias. En primer lugar, e1 caracter minoritario de muchas de 1as revistas y sus tiradas generalmente limitadas, han tenido como consecuen- cia el que hoy, a mas de cuarenta afios de distancia, sea dificil en muchos casos encontrar ejemplares de 1as mismas. En la mayoria de los casos, estas revistas existen hoy 5610 en bibliotecas privadas. Y cuando se encuentran en bibliotecas o hemerotecas publicas, muchas veces 1as colec- ciones se hallan incompletas o deterioradas. De otras revistas, cuya existencia esta documentada, simplemente no sobrevivieron ejemplares que pudieran aportar sus testimonios sobre esta época literaria. Sin duda, otro factor que contribuy6 a la inaccesibilidad de algunas de estas re- vistas fue el prejuicio idealogico oficial que hasta los afios sesenta pe- saba en Espana sobre toda a1usi6n a la Segunda Repfiblica que no fuese condenatoria. Con muchos de sus colaboradores en el exilio y una fuerte censura operando durante los afios cuarenta, y aun mas tarde, para limpiar los centros de investigacion de cualquier revista o libro que reflejara con benignidad 1a época anterior, muchas de estas revistas desaparecieron de 1as bibliotecas publicas y estan fuera de1 alcance de la mayoria de los estudiosos de la literatura.5 140 Como prologo a1 estudio de la revista Caballo Verde para la Poesia que llevamos a cabo en los Capitulos V y VI, examinamos aqui algunas de entre las multiples revistas literarias que aparecieron en Espafia entre 1930 y 1936. Para resaltar 1a pluralidad de enfoques que representaban y para comprender mejor 1a revista nerudiana después, organizamos 1as revistas en cuatro categorias: Revistas minoritarias de creaci6n, Revistas minoritarias de creaci6n y critica, Revistas mayoritarias de difusi6n literaria y Revistas mayoritarias de literatura y politica. Las revistas que se incluyen dentro de las primeras tres categorias son de indole puramente literaria. Las de la cuarta categoria son revistas literarias que, respondiendo a 1as exigencias de la realidad social espafiola de1 momento, se vieron obligadas a asumir una actitud politica determinada. En las paginas que siguen definimos mas precisamente estas cuatro categorias y examinamos varias revistas que consideramos represen- tativas de cada tipo. Hemos de precisar que éste no pretende ser e1 finico esquema valido para examinar y clasificar 1as revistas literarias de la época republicana, aunque si creemos que es fitil para resaltar su diversidad. Tampoco pretende éste ser un estudio exhaustivo. No se puede tratar aqui de todas 1as revistas que aparecieron durante este periodo. La selecci6n es representativa de otras muchas revistas que esperamos merezcan un estudio mas extenso.6 Las revistas que clasificamos como "minoritarias de creaci6n" se caracterizan por su contenido exc1usivamente de creacion literaria. Algunas publican solo poesia, otras mezclan 1a poesia con el cuento, e1 ensayo 0 e1 teatro. No son revistas de difusi6n literaria, ya que no publican critica literaria, resefias o secciones de tipo informativo. 141 Son revistas en donde 1os colaboradores dan a conocer sus trabajos de creacion. El término "minoritaria" para describir una revista de este tipo es apropiado por dos razones. Primero, son revistas minoritarias porque van dirigidas generalmente a un publico reducido, (los colabora- dores y sus amigos), y no se esfuerzan por alcanzar a un pfiblico mas extenso. Otra ra26n para llamar "minoritarias" a estas revistas es que se imprimian en ediciones limitadas y en un formato esmerado, tipogra- ficamente cuidado y con materias de buena calidad, lo cual resultaba logicamente caro. Este hecho reducia afin mas su difusién y acentuaba su caracter minoritario. Ejemplos de este tipo de revista, aparecidos entre 1930 y 1936, son 1as revistas de Manuel Altolaguirre (Poesia, Héroe, 1616 y Caballo Verde para la Poesia), Los Cuatro Vientos, y Pliegos Recoletos. Cada una de 1as cuatro revistas que edit6 Manuel Altolaguirre entre 1930 y 1936 cae dentro de la categoria de "revistas de creacion." Son revistas que incluyen exclusivamente trabajos de creaci6n, sean poesia o prosa. La revista titulada Eggsjg_empezo publicandose en 1930 en Malaga para seguir editandose durante 1931 en Paris. Sus primeros tres nameros consistieron cada uno en tres cuadernillos distintos: uno dedicado a un poeta clasico, otro a un poeta contemporanea y un tercero dedicado a la obra de1 mismo Altolaguirre. El primer nfimero, por ejemplo, reunia poesias de San Juan de la Cruz y Pedro Salinas con el poema "Escarmiento" de Altolaguirre. E1 Nam. 2 agrupaba poemas de Fray Luis de Le6n y Jorge Guillén junto a "Vida poética" de Altolaguirre y el Nfim. 3 combinaba "Lo invisible" de éste con poesias de Lope de Vega y José Moreno Villa. Publicados en Paris, e1 Num. 4 fue una antologia de los poetas j6venes de Espafia (Alberti, Aleixandre, Cernuda, Diego, José Maria Hinojosa, Moreno 142 Villa, Mufiéz Rojas y Salinas) mas 1a obra de los franceses Matilde Pomes y Jules Supervielle, y el Num. 5 constituia una antologia de la poesia uruguaya. Eggsja_fue impresa en tipos Bodoni, que eran los predilectos de Altolaguirre, en papel Ingrés blanco con portadas de colores.7 En Madrid, en 1932 y 1933, junto con su mujer, 1a poetisa Concha Méndez, Altolaguirre public6 una segunda revista, nggg, con el subtitulo "Poesia," lo cual indica que se concibi6 como continuacion de su revista anterior. E1 titulo H§39§_viene de los ensayos de Juan Ram6n Jiménez, "Héroes ESpafioles" que encabezan cada uno de los seis nmmeros, y que son retratos de los poetas Altolaguirre, Rosa Chacel, Aleixandre, Cernuda, Concha Méndez y Emilio Prados. Juan Ram6n habia empezado esta serie de retratos en §1_§91, y en 1942 fueron recogidos éstos y varios retratos mas en su obra Espafioles de tres mundos. Juan Ram6n dio el nombre "héroe" a los hombres y mujeres "que en Espana se dedican mas o menos decididamente a disciplinas estéticas y cientificas." "Héroe" era, ademas, el titulo de un largo poema de Altolaguirre fechado en 1930 que luego sirvio de introducci6n a su libro Las islas invitadas.8 Junto a los retratos juan- ramonianos en prosa, se publicaron en H§593_poemas de los poetas retratados mas otros de Unamuno, Ernestina de Champourcin, Jules Supervielle, José Antonio Munoz Rojas, Margarita Ferreras, Guillén, Diego, José Maria Quiroga Pla, José Maria Alfaro, Genaro Estrada, Margarita de Pedroso, Alfonso Reyes, Agustin de Foxa, Luis Amado Blanco, Carlos Martinez Barbeito y Rafael Alberti. H§ggg_también alcanzd 1a alta calidad tipogréfica que caracteriza a a las demas revistas categorizadas como "revistas de creaci6n." En cua- dernos de tamafio cuartilla con portadas de cartulina verde, cada ejemplar 143 de Hg; Q’se destaca por su belleza y perfeccion. Varios nameros estan ilustrados con dibujos a pluma en tinta negra, y son especialmente bellas 1as paginas en 1as cuales los poemas van impresos sobre dibujos hechos en tintas de colores apastelados. Sabemos que en H§rgg_se opero un fuerte proceso de seleccion para determinar quienes serian escogidos para colaborar en la revista. Dos dias dur6 1a discusion, capitaneada por Lorca y que relata Carlos Morla Lynch: 1 Se ha discutido hoy, acaloradamente . . . 1a cuestion relativa a la admision de los colaboradores de la revista, que por el hecho de serlo, quedarian enseguida automatica- mente incorporados a1 cenaculo: aquiénes son los que pueden o no pueden, deben o no deben, ser consentidos en este templo de seleccion?--Hay que 13mitar la entrada, escoger y restrin- g1r--d1ctam1na Feder1co. E1 conflicto se complico por el hecho de que "un poeta consagrado, de edad madura, prestigioso, por todos admirado" habia mostrado interés en colaborar en nggg, Todos los poetas reconocieron que seria un honor para la revista que colaborara en ella, pero protestaron que si formara parte de los colaboradores de nggg, "la gente dira que es obra de 61." No se admitio a1 poeta en cuestion.10 Un conflicto como éste entre los colaboradores de H§59g_sirve para subrayar todavia mas e1 caracter res- tringido y minoritario de la revista. La tercera revista publicada por Altolaguirre en los afios de la Republica aparecio durante 1934 y 1935 en Londres donde 61 se encontraba con su mujer Concha Méndez estudiando técnicas de tipografia e imprenta, becado por la Junta de Ampliacidn de Estudios. El titulo de la revista, 1616, conmemoraba la fecha de la muerte de dos ilustres hombres de letras: Shakespeare y Cervantes, y la revista estuvo destinada a los centros de ensefianza britanicos con el proposito de dar a conocer las letras espafiolas 144 en Inglaterra. El proyecto fue patrocinado parcialmente por el entonces embajador de la Repfiblica Espafiola en Londres, Ram6n Pérez de Ayala. A 10 largo de los diez numeros de l§l§_se publicaron poemas de poetas expafioles, clasicos y contemporaneos, en sus versiones originales y en traducciones hechas por hispanistas ingleses. Se incluian obras de Gil Vicente, Garcilaso de la Vega, Lope de Vega y, entre los contemporaneos, obras de Cernuda, Moreno Villa, Neruda, Lorca, Alberti, Aleixandre, Munoz Rojas, Altolaguirre y Mendez. Simultaneamente, aparecieron en 1§l§_en traducci6n espafiola poesias de Byron, Shelley, Housman, Eliot y otros. l§l§_se imprimio en papel blanco y en tinta de tres colores, negro, rojo y azul.n Por su contenido exclusivamente poético y por su calidad tipo- grafica, 1§1§_entra dentro de nuestra clasificacion de revistas minori- tarias de creaci6n. Caballo Verde para la Poesia (1935-36), 1a cuarta revista editada por Altolaguirre entre 1930 y 1936, que trataremos en mas detalle en los dos capitulos siguientes, también figura en esta categoria. En sus cuatro numeros, y bajo la direccidn de Neruda, se reunian poemas de la mayoria de los poetas de la generacidn del '27, algunos de la promoci6n posterior (Miguel Hernandez, Leopoldo Panero, Arturo Serrano Plaja) y otros escri- tores hispanoamericanos y europeos. Aunque contenia poemas de muy variada indole, como pronto veremos, la revista se asocia con la poesia "impura" debido a1 impacto de los ensayos nerudianos que encabezan cada numero. Otra revista que puede considerarse como prototipo de la revista minoritaria de creacion es Los Cuatro Vientos, dirigida en Madrid por Pedro Salinas y un grupo de escritores que incluia a Damaso Alonso, José Bergamin, Melchor Fernandez Almagro, Federico Garcia Lorca, Jorge Guillén, Antonio Marichalar y Claudio de la Torre. En sus tres numeros de febrero, 145 abril y junio de 1933, Los Cuatro Vientos se mostro abierta a 1as mas diversas tendencias estéticas recogiendo colaboraciones de escritores espafioles de tres generaciones asi como de1 mexicano Torres Bodet y del cubano Novas Calvo. A diferencia de las revistas de Altolaguirre que contienen principalmente poesia, en Las Cuatro Vientos se incluian colaboraciones pertenecientes a diversos generos literarios: ensayos de Cernuda, Maria Zambrano, Antonio Marichalar, Bergamin y Miguel Pérez Ferrero; narrativa de Novas Calvo, Torres Bodet, Claudio de la Torre y Damaso Alonso; teatro de José Moreno Villa y Garcia Lorca y una traduccion de Rilke que acompafiaban a las poesias de Unamuno, Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, José Maria Quiroga Pla, Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales y Leopoldo Eulogio Palacios. E1 formato de Los Cuatro Vientos era sencillo, cada namero un cauderno tamafio cuartilla de unas 80 paginas, impreéo en letra grande y sin ilustraciones. Aunque 1a revista no llevaba ningun manifiesto, en el primer nfimero aparecio un ensayo de Luis Cernuda dedicado a Juan Ram6n Jiménez en el cual se afirma que Juan Ram6n "es toda una época en la poesia espanola." En opini6n de Luis Felipe Vivanco, en ausencia de un manifiesto, Los Cuatro Vientos mediante el ensayo de Cernuda rinde "implicitamente pleitesia a la maestria del poeta de Moguer."12 Sin embargo, 1a revista no asumio abiertamente ninguna postura estética determinada. El Almanaque Literario 1935 calific6 en su dia a Los Cuatro Vientos de revista “demasiada blanca, supérflua, sin polémica."13 Jorge Guillén ha afirmado que se trataba de un proyecto "hecho modestamente, sin intencion trascendental" y Vivanco admite que parece "neutral y apagada" ya que no era una revista “critico- combativa."14 Pero es precisamente esta naturaleza no polémica lo que caracteriza a la mayoria de las revistas de creacién, donde predomina 1a 146 preocupacion esencialmente estética de presentar sus originales de una forma bella, y donde pocas veces encuentran acogida 1as polémicas litera- rias. Pliegos Recoletos, otra revista de esta categoria, fue proyecto de Alfredo Marquerie y obra de un grupo de contertulios de1 madrilefio Café de Recoletos. Mas modesta en su formato que las revistas ya tratadas, se asemeja a éstas en su proposito de ser una revista minoritaria de calidad poética. En el primer numero los redactores expresaron 1as razones que 1es llevaron a fundar esta revista de poesia: Penuria de revistas y desdén de periodicos van soterrando cada dia 1as venas de la actual poesia espanola. Para alumbrar los versos y dar cauce a su corriente, lanzamos hoy a1 pfiblico la edicion de estos Pliegos Recoletos, nacidos bajo e1 signo de una tertulia literaria madrilefia que no se resigna al conformismo y alienta en la reali- zacion de proyectos que vitalicen a1 panorama mortecino de la hispanidad literaria. A1 mismo tiempo, son bien explicitos sobre el criterio que orienta 1a eleccion de los autores publicados en los Pliegos Recoletos: . . los poetas han de tener claridad, ritmo y estilo propio. En posesidn de esta triple virtud, cualquier gé- nero de poesia, desde el mas tradicional a1 Tgs moderno, sera aceptado y recogido por nuestra publicacion. Los Pliegos Recoletos empezaron a editarse e1 8 de agosto de 1932 y se anunciaron como publicacion quincenal. Contenian solo trabajos de poesia y cada namero estuvo destinado a dar a conocer 1a obra de un poeta distinto. Su formato fue de tamafio cuartilla en dos ediciones, una de lujo, limitada, impresa en papel verjurada Ingrés, y otra, de "facil adquisicidn popular." La categoria "revistas minoritarias de creacion y critica" se refiere a las revistas que mezclan trabajos de creacion con la informacion literaria. Estas revistas generalmente incluyen articulos de critica 147 junto a resefias de libros y revistas de reciente aparicion y otras noticias de interés cultural. Mantenemos e1 calificativo "minoritarias" ya que, por su formato, precio o enfoque, es evidente que estas revistas estan concebidas en funcion de un grupo determinado y por ello renuncian a grandes pretensiones de difusion. Como 1as revistas del primer grupo, su preocupacién es exclusivamente estética. Hay numerosas publicaciones de la época republicana que caen dentro de la categoria de revistas minoritarias de creaci6n y critica, como 1as revistas madrilefias Brfijula y Literatura. Brfijula, dirigida por Carlos Pittaluga, public6 dos n6meros en enero y febrero de 1934 en Madrid. Proyecto de un grupo de escritores j6venes, en el primer nfimero hacen constar que no pretenden editar una revista de noticias literarias de "caracter mundial." Conciben 1a revista como algo suyo, hecho por y para este grupo concreto y donde rige su criterio per- sonal de seleccion. En cuanto al contenido de Brujula, declaran que "apareceran en ella temas que si tienen otros valores ademas de1 propio, son el de nuestra opini6n.“16 Los trabajos publicados en Brfilula incluian poesia, cuento, ensayo, y reportajes sobre el teatro, la pintura y el deporte. Muchos de los colaboradores de la revista eran hijos de escri- tores e intelectuales ya conocidos, lo cual llevo a1 Almanaque Literario 12§§_a calificar a Brfijula de revista de "apellidos famosos, los de sus padres."17 Entre los participantes en esta publicaci6n se encontraron a Manuel y Javier Aznar, Alvaro D'Ors, Gregorio Marafion Moya, Alvaro Maura y Héctor Maravall. La revista Literatura, dirigida por Ricardo Gullon e Ildefonso-Manuel Gil en Madrid, es otro ejemplo destacado de la revista minoritaria de creaci6n y critica. Sus seis numeros, aparecidos a lo largo de 1934, 148 recogian originales de algunos de los mas prestigiosos escritores de1 momento: poesia de Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Juan y Leopoldo Panero y el mismo Gil; y prosa, ensayo y teatro de Benjamin Jarnés, Gullon, Maria Zambrano, José Antonio Maravall y Enrique Azcoaga, entre otros muchos. Acompafiaban a estas colaboraciones arti- culos de critica literaria, asi como una serie de notas criticas e indices de revistas. Gullon ha declarado que Literatura se concibio como respuesta a1 concepto tan estrecho que se tenia de la poesia en la década de los veinte: . El titulo implicaba una toma de posicion frente a ciertas ideas de la generacion precedente. Gerardo Diego, portavoz de ella, habia extremado la oposicidn entre poesia y literatura, condenando a cuanto apareciera contaminada con esta Gltima. L88condena nos pareci6 desmesurada y esterilizante . . . Aunque predominan los trabajos de los escritores mas j6venes, Gullon observa que Literatura fue un "punto de cita" de dos generaciones y afiade que la voluntad de no encerrarse en un "circulo demasiado angosto," se refleja en la colaboraci6n en la revista de los franceses Max Jacob y Louis Parrot, y de dos escritores espafioles que considera "'extrava- gantes' respecto al nucleo central de la generaci6n de 1925," Ramon J. Sender y José Maria Peman.19 Un tercer grupo de revistas se podria clasificar como "mayoritarias de difusion literaria" en el sentido de que tienen como prop6sito basico 1a divulgacion de la cultura literaria. Constituyen un tipo de periodico literario cuyo contenido varia, desde articulos de critica y polémica hasta secciones puramente informativas sobre revistas y libros nuevos. Por supuesto, estas revistas también contienen trabajos de creacion, poemas, cuentos o teatro, pero no son su materia principal. La denominacion de 149 "mayoritarias" proviene no 5610 de su finalidad de difundir informacién literaria, sino que también esta relacionada con su formato y alcance. Estas revistas solian estar impresas en papel periodico, y por su precio reducido, eran asequibles a un publico amplio. Asimismo, muchas veces estas revistas gozaron de tiradas grandes y su publicacion dur6 lo suficiente como para poder ejercer cierta influencia y llegar a un pfiblico a1 que las revistas mas exclusivistas no podian alcanzar. Quizas e1 prototipo de estas revistas mayoritarias de difusién fuera La Gaceta Literaria, que se edit6 entre 1927 y 1932. En sus primeros afios de publicacién representaba algo ins61ito en el campo de la literatura ya que 10 normal en aquellos afios era que la revista literaria fuese exclusivamente de creaci6n y destinada "a la minoria, siempre." La Gaceta Literaria, sin embargo, con su formato de periodico y sus encuestas, entre- vistas y polémicas, intent6 captar a un publico mas amplio y muchas veces desvinculado del mundo literario.201 Cuando se dej6 de publicar La Gaceta Literaria, 1a nocion de que la literatura fuera patrimonio de un grupo selecto estaba ya en franco declive. Las masas aspiraban en palabras de Machado, a "entrar en la cultura" y surgieron un gran nfimero de perio- dicos literarios de este tipo. De todas 1as revistas literarias de la época republicana, la mayoria de 1as que hemos examinado caen dentro de esta categoria de "revistas mayoritarias de difusi6n." Una representacion de ellas podria incluir a Frente Literario, Hoja Literaria, Eco y, en cierta medida, Indice Literario. Segfin una nota de "Argos" en el Almanaque Literario 1935, la revista madrilefia Frente Literario se anuncio como continuacion de La Gaceta Literaria.21 Y aunque no logra el alcance de la revista de Giménez Caballero, su pretension de reflejar los mas diversos aspectos de la 150 cultura se hace evidente en la amplitud de los temas tratados en frentg_ Literario. A los poemas y cuentos publicados, se afiaden numerosos arti- culos de critica literaria, artistica, teatral y cinematografica. junto a editoriales de las plumas del director de la revista, Burgos Lecea, y de su secretario José Sanchez Trincado. Bajo e1 insolito titulo de "La naranjada humana," Frente Literario dedicaba su primera plana exclusiva- mente a la publicaci6n de poesia. Sus secciones informativas son algunas de 1as mas completas de1 momento, comentando casi todas las facetas de la actividad literaria a través de cuatro secciones: "Revista de libros," "Revista de noticias," "Revista de paginas" y "Revista de revistas." El amplio criterio de selecci6n que operaba en Frente Literario se hace evidente al examinar su lista de colaboradores, que incluye a personalida- des tan diferentes como Giménez Caballero y Adriano del Valle por un lado, y a César M. Arconada y a Arturo Serrano Plaja por el otro. Su formato simple, de tamafio periodico, impreso en titulares grandes con el contenido distribuido siempre en siete secciones fijas ("La naranjada humana," "Enfo- ques," "Ventanal," "Vértice," "E1 repeso," "Altavoz" y "El tobogan de los libros") hace que sea una publicaci6n facil de leer. Y 81 precio de veinte céntimos de cada ejemplar mensual (0 de una peseta para "los amigos de Frente Literario") la convertia en una revista asequible a todos. También se puede considerar a la revista Hoja Literaria, publicada en Madrid entre 1932 y 193322 como una de estas revistas mayoritarias de difusi6n literaria. Sus directores Enrique Azcoaga, Arturo Serrano Plaja y Antonio sanchez Barbudo combinaban en sus paginas poesia y critica. La secci6n de "Notas" traia amplias noticias sobre literatura, teatro, cine y arte, y la revista incluia de cuando en cuando un articulo sobre el mundo 151 literario francés y ruso. Otras secciones de resefias de libros y de revistas literarias, escritas por los tres directores, completaban esta informacion. Una encuesta publicada en Hoja Literaria sobre los valores y defectos de la "actual generacion" muestra su voluntad de sondear 1as actitudes de los intelectuales ante el momento literario. Y junto a todo esto, la ngg_publicaba poemas de los poetas espafioles mas significativos de1 dia: Cernuda, Alberti, Rafael Dieste, Aleixandre, Rosales, Panero y otros muchos. El formato de Hoja Literaria facilito su difusidn: empezo como peri6dico a veinte céntimos en sus primeros numeros, y posteriormente pas6 a un formato de cuadernillo, a venticinco céntimos, en los numeros sucesivos. Una tercera publicaci6n "mayoritaria de difusi6n" es la revista Egg, Dirigida por Rafael Vazquez Zamora, aparecio en Madrid de 1933 a 1935 y fue una de 1as revistas literarias mas completas de ese periodo. Su con- tenido de creaci6n es menor del que presentaban Frente Literario y Hoja Literaria, limitandose a varios cuentos y algunas poesias. En cambio, su contenido critico es extenso; muestra especial atenci6n por la literatura europea e incluye una secci6n dedicada a recuperar una serie de escritores olvidados. La informacidn bibliografica aportada por Egg_es muy amplia. Ademas de las secciones tradicionales de resefias de libros y revistas de reciente aparicion, 1a revista ofrecia en las solapas de sus portadas una "Vitrina de libros" que daba una relacion de las obras publicadas durante e1 mes en casi todos los campos de la cultura. Entre 1as revistas de difusi6n literaria, el madrilefio Indice Lite- [3319 representa un caso aparte. Realizada por la seccidn de literatura contemporanea del Centro de Estudios Historicos de la Junta para Ampliacion 152 de Estudios e Investigaciones Cientificas, la revista apareci6 diez veces al 800 entre 1932 y 1935. De contenido exclusivamente bibliografico, Indice Literario intentaba resefiar todas las obras de interés literario aparecidas el mes anterior. Cada numero empieza con un ensayo extenso, sin firma, sobre algfln autor o libro de actualidad. El resto de1 numero, generalmente de unas 40 paginas, esta dedicado a resefias cortas, de los libros publicados durante ese mes que se dividen en siete secciones: "Novelas y narraciones," "Ensayos literarios," "Antologias," "Poesia," "Dramética," "Biografia" y "Temas contemporaneos." A veces acompafian a estas resefias reproducciones de algun articulo critico de la prensa diaria que trata de 1as obras resefiadas. Debido a la amplitud de sus secciones y al numero de obras tratadas, Indice Literario constituye una fuente imprescindible para el conocimiento de la producci6n literaria de los afios 1932-1935. Se ha documentado ampliamente en el primer capitulo de este estudio e1 debate que surgi6 en Espafia en los afios treinta entre los partidarios de una literatura "pura" y los que abogaban por una literatura vinculada a la realidad circundante. Este debate invadio todas las vias de expre- sion cultural y no se mantuvieron ajenas a él 1as revistas de literatura. A1 saludar la aparicion de Octubre y Cruzgy Raya, Pedro Garfias sefialo en las revistas literarias esta tendencia a adoptar una nueva postura polémica: ya tenemos a la nueva generaci6n, a la filtima o la penfiltima, tantas veces presentes en nuestros campos literarios en cerrada linea de batalla, compacta, impenetrable, partida por gala en dos. iAdios 1as revistas puras de versos inefables y de prosas sutiles lanzadas a1 espacig como certeras flechas a1 blanco de una minoria de selecci6n! 3 153 Entre 1930 y 1936, 1as revistas literarias espafiolas reaccionaron de distinta manera ante la progresiva irrupcion de la politica en la lite- ratura. Generalmente, asumieron una de estas tres posturas: la de intentar mantener lo literario libre de toda contaminacion politica y evitar cualquier referencia a la realidad social de estos afios; la de asumir una actitud politica 0 social sin que esta alterara de manera radical e1 contenido exclusivamente literario de la revista; o la de adop- tar una actitud politica concreta que se manifestara a través de un doble contenido literario y politico. Mas de una revista de estos afios intento, con mayor o menor éxito, mantenerse por encima de 1as preocupaciones politicas. Esta fue, sin embargo, una postura dificil de sostener. Como indicaba una revista sevillana, Letrasg (en) estos momentos que vive Espafia de efervescencia politica, que tanto influye en los ciudadanos restandoles tiempo y pre- ocupaci6n para problemas de indole cultural o artistica, 1as revistas netamente apoliticas se venden en menos cantidad. . .24 En 1930 en un editorial sin firma, La Gaceta Literaria reconoci6 que habia llegado un tiempo en que "la pasion politica y la literatura utilitaria" iban "invadiendo cada vez mas los escritores y sus 6rganos de expresi6n, sus revistas." Pero a1 mismo tiempo, La Gaceta Literaria fue una de las primeras revistas en afirmar su caracter exclusivamente estético: . . . La Gaceta Literaria reitera una vez mas su fundamental caracter cultural, intelectual, al servicio finico del libro y la vida literaria . . . Quiza dentro de poca sea nuestro periodico elzgnico estrictamente literario del mundo his- panico . . . Bien conocida es la suerte de este periodico "estrictamente literario. En el verano de 1931 se produjo un enfrentamiento entre su director Gimenez Caballero y algunos redactores de ideas socialistas. A partir de esta 154 fecha, Giménez Caballero redacto, enteramente 5610, seis nameros de la revista bajo el titulo E1 Robinson Literario de Espafia, y logr6 sacar a la calle unos cuantos numeros mas. Pero en mayo de 1932, a poco mas de un 800 de la proclamacion de la RepUblica, La Gaceta Literaria dej6 de publicarse. En Plasencia otra revista con el titulo Letras, también prometio mantenerse por encima de la politica: . . Letras no tendra matiz politico de ninguna especie, . . . si busca noticias, encontrara la informacion mas completa y desapasionada, gsi como literatura no viciada por las luchas politicas. . .2 . Pero con el tiempo, esta revista acab6 cediendo a la presion de la reali- dad social. En otro numero aclar6: Letras no es un periodico politico. . . . Pero la cultura que necesita el pueblo es cada vez de mas complejas exigencias. Por cuya razon, algunaa veces apareceran en nuestras paginas comentarios politicos. 7 Otras revistas que empezaron con caracter exclusivamente literario se vieron obligadas a hacer semejantes concesiones. Tal es el caso de Noreste, Eco y Mediodia. Noreste public6 en Zaragoza, desde 1932 hasta finales de 1935, principalmente poesia y resefias de poesia. En su ultimo nfimero, que apareci6 a principios de 1936, 105 editores anunciaron su intencidn de dar a Noreste "una mas concreta y depurada orientaci6n, de acuerdo con los Ultimos acontecimientos estéticos y sociales, a cuya evidencia seria innoble sustraenos."28 Igualmente, Egg, en su altima fase experiment6 un cambio semejante en su orientaci6n. A partir de octubre de 1934 toma como subtitulo "Revista de literatura" y asume una actitud mas "humanizada": Frente a los grupos, capillas y cenaculos en franco e inevi- table desahucio desde l930, Egg_pretende ser revista total de cultura espafiola. Uno de sus objetivos consiste en representar 155 el criterio de una juventud . . . que ha dejado de juzgar el arte como pr6ct1ca de un virtuosismo insustancial ajeno a los aspectos humanos, como divertida "peripecia" y ocioso deporte, para considerarlo empresa del eSpiritu y viaje mas grave y arriesgado de la mente y del corazon, . . . Egg_no es, pues, revista de minorias ni de vanguardias, sino de todos y para todos. 9 Semejantemente, la revista Mediodia de Sevilla, que en su primera época de 1926 y 1929 abrazaba la misma poética de "pureza" que dominaba la mayoria de las revistas de los afios veinte, cambio luego su enfoque. En su segunda aparicién, durante cuatro meses en 1933, se aprecia este cambio. En una nota en la solapa del Nam. 15, los redactores de Mediodia hicieron constar la invasion de la politica en el mundo literario y, aunque se declaron neutrales, hicieron una "importante concesion a los gustos que el momento hist6rico imponia . . . confesando su voluntad de superar lo meramente 'literario.'"30 Un caso curioso y aparte constituye e1 semanario Diablo Mundo. Diri- gido por Corpus Barga, apareci6 e1 28 de abril de 1934 y llego a las nueve entregas. Fue una revista cultural que incluia noticias de literatura, ciencia, arte, musica y cine. Diablo Mundo no tenia contenido politico de ningun tipo, pero se vio obligado a aclarar, desde el principio, su pos- tura en este sentido. En su primer numero la revista se delcaro "total y exclusivamente republicana, sin ser de derechas ni de izquierdas."31 Una vez aclarada esta posicién, no volvi6 a surgir el tema de la politica entre sus multiples reportajes literarios. Asi vemos que muchas de estas revistas, cada una a su manera. hicieron pequefias concesiones a1 ambiente politizado de la época sin perder de vista sus fines propiamente literarios. En las paginas anteriores hemos examinado tres tipos de revistas literarias que florecieron durante la Segunda RepUblica. Una caracte- ristica de todas ellas, desde 1a revista mas exclusivista de creaci6n 156 hasta el periodico literario de alta difusi6n, es su dominante preocupa- cidn estética. Sin embargo, hace falta apuntar ahora una cuarta categoria de revistas literarias, las que se pueden calificar de revistas mayorita- rias de literatura y politica. Son principalmente revistas de literatura que tienen el doble proposito de lograr una difusi6n de la cultura literaria y al mismo tiempo de mantener una postura politica. Su contenido literario incluye trabajos de creacion, narrativa y teatro de tipo realista, y poesia de indole social. Los articulos de critica literaria se ocupan muchas veces de algun autor o corriente de la llamada "literatura de masas." Y ademas, como es natural, hay ensayos y reportajes estrictamente politicos o sociales. E1 grado de politizaci6n variaba entre las revistas de este tipo y podian o no estar adscritas a un determinado partido politico. En los afios inmediatemente anteriores a la proclamacidn de la Segunda Repfiblica, aparecieron dos revistas que se pueden considerar como precur- soras de las revistas literarias "politizadas" que surgieron en la década de los treinta: Post-Guerra y Nueva ESpafia. Sin ser estrictamente revistas literarias, las dos dedican mucha atencion a la literatura y a los temas culturales en un sentido mas amplio. Son 1as primeras revistas espafiolas. que intentan definir el papel que debe tomar el intelectual en la vida politica de su pais, y en donde aparecen reportajes acerca de las corrientes europeas de la literatura comprometida. Bajo la direccidn de José Antonio Balbontin y Rafael Giménez Siles, Post-Guerra public6 trece nameros en Madrid entre junio de 1927 y septiem- bre de 1928. Entre sus colaboradores se encontraron muchos de los intelec- tuales que ya en 1927 empezaban a buscar un significado social en la literatura: José Diaz Fernandez, Joaquin Arderius, Rodolfo Halffter, José Venegas, Miguel Gonzalez Fernandez, Haya de la Torre, Alejo Carpentier, 157 Julian Gorkin, Juan Rejano, Victor Serge y otros. Junto a ensayos y articulos de indole politica, Post-Guerra mantenia secciones fijas sobre "Libros," "Teatro," "Musica," "Arte" y cine. Desde su primer namero, 1a revista urgia a1 intelectual a tomar parte en la lucha social y pre- gonaba un acercamiento entre los "trabajadores manuales" y los "trabaja- dores intelectuales."32 Al mismo tiempo, los editores de Post-Guerra aspiraban a levantar la conciencia politica de su pfiblico a través de su "Biblioteca Post-Guerra." "Si a usted 1e preocupan seriamente los problemas politicos y sociales," decianal lector," es indespensable que lea unos cuantos libros."33 Los libros recomendados en el campo de la politica incluian obras de Marx, Lenin, Engels, Zinoviev, Stalin, Bujarin, Trotsky, y los espafioles Isidoro Acevedo, Julio Alvarez del Vayo y G. Garcia Maroto. Pero también se aconsejaba la lectura de una larga serie de obras literarias que se componia de novelas de Barbusse, Merchan, Fedin, Gorki, Andreiev, Dostoievsky, Babel, Arderius y poesias de Balbon- tin. Otra revista que prestaba especial atenci6n.a la literatura "de avanzada" es Nueva Espana, publicada en Madrid en 1930 y 1931. Su comité directivo incluia a Antonio Espina, Adolfo Salazar y José Diaz Fernandez, y sus colaboradores eran en su mayoria intelectuales conocidos por su ideologia politica: Joaquin Arderius, Vicente Salas Viu, F. Fernandez Armesto, Tedfilo Ortega, Francisco Pino, Antonio de 0bregdn, Isidoro Acevedo, Julian Zugazagoitia, Ram6n Sender, Miguel Angel Asturias, César Vallejo, Julian Gorkin y otros. Son frecuentes en Nueva Espafia los repor- tajes sobre la literatura proletaria alemana. rusa y francesa, y a través 34 de sus paginas, escritores espafioles como José Diaz Fernandez y Julian Zugazagoitia, teorizaron aCerca del nuevo caracter social de la litera- tura.35 158 De 1as revistas de la época republicana que entran dentro de esta categoria de revistas de literatura y politica, quizas Nueva Cultura y Octubre sean las mas representativas. Publicada en Valencia entre 1935 y junio de 1936, Nueva Cultura ha sido una revista casi ignorada hasta su reimpresi6n en 1977.36 Su equipo redactor en Valencia, que incluia a Angel Gaos, José Renau y Miguel Alejandro, contaba con la ayuda de otros redactores en diversas ciudades. Desde Madrid escribian Ramon J. Sender, César M. Arconada, Ogier Petreceille, Eusebio Garcia Luengo y Armando Bazan; desde Barcelona, Antonio Olivares, Rodrigo Fonseca y Agustin Puértolas; desde Sevilla, Fuentes Calderas, Antonio Percio y Alvarez Heyer; desde Alicante, Francisco Armengot, Antonio Blanco y J. sanchez Bohorguez; y desde Paris, Louis Aragon y Jean Francois. Emili Nadal, Max Aub, Juan Gil-Albert y Alberto S6nchez fueron algunos de los cola- boradores espafioles que publicaron sus originales en Nueva Cultura junto a los de Jean Cassou, Romain Rolland, André Gide, Henri Barbusse, Maximo Gorki y Ilya Ehrenburg. Como 6rgano de la Uni6n de Escritores y Artistas Proletarios de Valencia, Nueva Cultura combinaba reportajes de interés politico con la critica literaria, teatral y cinematogréfica, resefias de libros, y articulos sobre la ensefianza y otros temas culturales. En enero de 1936, la revista lanzd en un numero extraordinaria, un "Mani- fiesto Electoral" referente a la campafia del Frente Popular en el cual mostraba su preocupaci6n por los problemas de la cultura tradicional, la ensefianza primaria y universitaria y el papel de la creacion artistica en la sociedad.37 Otro proyecto de esta revista fue la publicacién aparte de una serie de folletos titulados "Cuadernos de la Nueva Cultura," de "vital necesidad y urgencia para nuestras minorias intelectuales," cuya 159 aparicidn colmaba, segfin los editores, "un gran vacio en el movimiento intelectual de izquierda."38 Editada por Rafael Alberti y Maria Teresa Leén en Madrid, entre junio de 1933 y abril de 1934, la revista Octubre representaba a través de sus seis entregas, 1as preocupaciones de otro grupo que se autodenominaron "Escritores y Artistas Revolucionarios." Aunque no vinculada directamente a ningfin partido politico ni organismo internacional, Octubre refleja los mismos temas politicos que dominaban en la prensa de izquierdas por estas fechas, pronunciandose desde su primer namero "contra 1a guerra imperia- lista, por la defensa de la Uni6n Soviética, contra el fascismo, con el proletariado."39 Ante e1 Congreso de Escritores Soviéticos de Moscfi en el verano de 1934, Alberti explico la razén de la fundacidn de la revista Octubre: I1 nous faut . . . signaler l'apparition récente d'une littérature d'exaltation historique et sociale qui est en train de gagner surtout la jeunesse universitaire. Exhumant 1a momie de l'empereur Charles V, en putréfaction au monas- tere de l'Escurial, son mot d'ordre est: "Catholicité at Empire." En face d'elle, nous dressons 1es écrivains et artistes révolutionnaires d'Espagne. Notza revue Octubre nous sert a combattre et a nous exprimir. La revista fue publicada principalmente por Alberti y su mujer Maria Teresa Le6n, y conto con la colaboracidn de algunos escritores espafioles ya conocidos por su entusiasmo por la literatura revolucionaria: César M. Arconada escribi6 un reportaje sobre los ultimos "Quince afios de literatura espafiola," Juan Piqueras realizo un articulo de critica de cine, Sender contribuy6 con un fragmento de su novela Iman y Joaquin Arderius con un cuento. Hay escenas teatrales de Alberti y Maria Teresa Le6n, y otras prosas de Rosario del Olmo, Enrique Delgado, Armando Bazan, Xavier Abril y José Herrera Petere, quien por ser hijo de un conocido general, escribia 160 bajo el seud6nimo de Peter Stavanger.41 Emilio Prados, Pascual Pla y Beltran, Arturo Serrano Plaja, Alberti y algunos "auténticos poetas proletarios" escribian en Octubre poemas de tipo revolucionario. De especial interés son las colaboraciones de Luis Cernuda y Antonio Machado. Cernuda publica en Octubre un poema, "Vientres sentados" y declara su adhesi6n a la causa comunista en una nota "Los que se incor- poran," y Machado escribe una pieza en prosa, "Sobre una lirica comunista que pudiera venir de Rusia." También fueron extensas 1as contribuciones literarias en Octubre por parte de escritores extranjeros. En traduccidn, aparecieron poemas de los rusos Svetlov y Utkin, el armenio Azat Vehtuni, el francés Louis Aragon, e1 aleman Johannes Becher y el americano Langston Hughes. Hay colaboraciones en prosa de Ilya Ehrenburg, Henri Barbusse, Ludwig Renn, Romain Rolland, Lunatcharsky, Maximo Gorki, Paul Vaillant-Couturier y Haldo Frank, y escenas de una obra teatral de Vsevold Vichnevski, uno de los primeros escritores proletarios de la URSS. Junto a estos originales literarios esta e1 contenido estrictamente politico de Octubre que, como apunta Enrique Montero, se presenta de una manera vagamente monogréfica. El primer numero esta dedicado a1 movimiento antifascista y el segundo desarrolla el tema "contra la guerra imperia- lista." El Nfim. 3 se orienta hacia los problemas de la lucha politica en America, e1 Nam. 4-5 esta dedicado a la Unidn Soviética en el 169 aniversario de la revoluci6n de octubre, y en el Nfim. 6 se mezclan todos estos temas.42 Octubre 58 imprimié en cuadernos de tamafio folio en caro papel cuché, formato id6neo para la reproduccion de 1as multiples fotografias que ilustran la revista. Segfin Alberti, el uso de la foto y de dibujos se 161 hacia necesario debido a1 elevado nivel de analfabetismo en Espafia, que en algunas provincias 11egaba at 70 por ciento.43 Octubre se vendi6 a1 bajo precio de 50 céntimos, y fue financiada por Alberti, Maria Teresa Le6n y otros de los redactores. En resumen, vemos que la diversidad de la producci6n literaria de la preguerra se puede notar en 1as cuatro categorias de revistas que hemos presentado. Claro que estas categorias no se pueden concebir de forma rigida, ya que como ocurre con casi todas las revistas culturales, opera en todo momento cierto grado de eclecticismo. Refeririéndose a las revistas poéticas de la posguerra, Fanny Rubio ha sefialado: El eclecticismo es una cualidad casi general en estas publica- ciones. En todas las revistas se amalgaman poetas con estilos e intenciones muy dispares, incluso encontradas. Poetas cuyos nombres siempre se repiten, barajadas de una y mil formas. Eclecticismo, en nombre de la Poesia (con mayfiscula), que soslayé 1as diferencias estéticas y éticas que oponian a unos y otros escritores, los cuales, en los peores casos, fueron cordiales enemigos. Por esta razdn, casi nunca se cerraron 1as puertas de las revistas literarias, persignadas "en nombre de la poesia," a tal o cual escuela poética4 aunque desde 1as mismas se la combatiera ardorosamente . . . 4 Este mismo caracter ecléctico se observa hasta cierto punto en 1as revistas literarias republicanas. Pero por regla general, 1as revistas de la época republicana se conforman bastante fielmente a las categorias que hemos establecido. Este sistema de clasificacién es significativo, ya que re- salta e1 hecho de que las revistas literarias reflejan con verosimilitud 1a diversidad de tendencias poéticas que dominaron en los afios inmediate- ' mente anteriores a la guerra. Las "Revistas de creaci6n" que hemos exami- nado se emparentan en contenido y en forma con 1as principales revistas de la década de los veinte de orientacién exclusivamente estética (Litoral, Carmen, Gallo, Verso y Prosa, etc.) y son indicio de la permanencia en los afios republicanos de la tendencia purista en la literatura. Las 162 "Revistas de creaci6n y critica" reflejan también la perduracion de una orientacidn esencialmente estética en el ambiente cultural a1 que se afiade una voluntad de intercambiar informacidn literaria. La prolifera- ci6n de "Revistas de difusién" son una indicaci6n de que en los afios treinta empezaba a cambiar e1 concepto de la literatura como patrimonio de un grupo selecto para abrirse a un pfiblico mas amplio. Como hemos indicado anteriromente, 1a finica revista en la época de los veinte que parece compartir esta idea seria La Gaceta Literaria. La aparicidn en la época republicana de revistas literarias en las cuales predomina un contenido informativo, articulos de critica, resefias, editoriales, encuestas y notas polémicas, es reflejo de la tensién que rige en el ambiente cultural de estos afios, que es a su vez manifestacion de un agitado clima politico y social. (Y finalmente, 1as revistas que llamamos de "literatura y politica” anuncian el aniquilamiento, al menos en esta época, del concepto de la literatura como algo divorciado de la realidad social. Representan una total "rehumanizaci6n del arte" que, llevado a sus altimas consecuencias, se convierte en una literatura que se pone a1 servicio de un ideario politico determinado. Asi que la tendencia, a partir de 1930 que hemos documentado en el Capitulo I, de abandonar 1a literatura deshumanizada y la poesia pura para ir hacia unas formas de expresi6n mas humanizadas, esta reflejada en 1as revistas literarias de la época. Por eso, 1as revistas literarias republicanas constituyen una fuente imprescindible de informacion para el critico que quiera comprender a fondo 1as tendencias poéticas que surgieron durante este periodo. José Esteban y Gonzalo Santonja han observado la importancia que han tenido 1as revistas de ideas avanzadas en los momentos de transicidn, ya que generalmente preparan e1 publico, introducen nuevas 163 ideas y ventilan polémicas que solo mucho mas tarde se tratan en libros. Estos criticos mantienen que a partir del Romanticismo, para historiar o comprender cualquier movimiento, sera preciso recurrir a la lectura de estas revistas.45 Cuando se trate de historiar la época de 1931-1936, es necesario examinar e1 panorama completo de las diferentes revistas que aparecieron, porque dan la medida de la pluralidad de opiniones que existieron en esta época tan intraquila en la historia de Espafia. Como ha indicado Fanny Rubio, la principal virtud de las revistas poéticas ha sido la de "estar ligadas, en la novedad, 0 en el anacronismo, a su tiempo," lo cual 1es da un indudable interés hist6rico.46 Un intento serio de detallar la historia cultural de la Segunda Repfiblica espafiola tendra forzosamente que tomar en cuanta esta abundancia de revistas literarias largamente ignoradas hasta la fecha. 164 NOTAS AL CAPITULO IV 1Guillermo de Torre, "E1 98 y el Modernismo en sus revistas," Nosotros (Buenos Aires), Nam. 47, (octubre, 1941) y Pedro Salinas, "El concepto de generacidn literaria aplicada a la del 98" en Literatura Espafiola Siglo XX, Madrid, Alianza, 1970, citados en Miguel Angel Hernando, Prosa vanguardista de la generacidn del 27 (Gecéy "La Gaceta Literaria), Madrid, Prensa Espafiola, 1975, pag. 56. 2Véanse Rafael Santos Torroella, Medio siglo de publicaciones de apoesia en Espafia, Catalogo de Revistas, Segovia, Graficas Uguina, 1952 y el Nam. 140-141 (agosto-sept., 1964) de Poesia Espafiola que incluye un "Indice de 1as revistas de medio siglo." Es curioso notar que los trabajos sobre revistas aisladas que publica este nfimero de Poesia Espafiola se centran en las revistas de los afios veinte y las de la posguerra. No trae ningfin estudio sobre 1as revistas de la época repu- blicana aunque en su "Indice" conste la existencia de sesenta y una publicaciones aparecidas entre 1930 y 1936. 3Rafael Osuna, "Las revistas espafiolas durante la Repfiblica (1931- 1936)," Ideologies and Literature, Minnesota, E.E.U.U., Vol. 2, Nam. 8 (sept.-oct., 1978), pags. 47-54. 4Estas revistas anteriores y posteriores a la década de los treinta si han merecido varios estudios que intentan dar una visi6n global de ellas. Sobre 1as revistas anteriores a la Segunda Republica, véase el trabajo de Domingo Paniagua, Revistas culturales contemporaneas (Madrid: Punta Europa, 1964 y 1971) que trata algunas revistas de principios del siglo y de vanguardia. En cuanto a las revistas de la posguerra, el primer trabajo que las examinaba en su conjunto fue el catalogo de José Sénchez publicado en la Revista Hispanica Moderna, Nam. 4 (1959). El nfimero arriba citado de Poesia Espafiola contiene entrevistas y reportajes extensos sobre mas de 20 revistas de la posguerra. E indudablemente, e1 estudio mas completo sobre estas revistas es el de Fanny Rubio, Lg§_ revistas poéticas espafiolas (1939-1975) (Madrid: Turner, 1976). Sobre 1as revistas del exilio veanse los estudios "Las revistas culturales y literarias del exilio en Hispanoamérica" de Manuel Andfijar y "Las revistas culturales y literarias de los exilados espafioles en Francia," los dos en el Vol. III de El exilio espafiol de 1939 (Madrid: Taurus, 1976 . 5Queremos hacer constar aqui e1 enorme labor de recuperacion que representa 1a reciente reedici6n en facsimil de muchas revistas literarias y culturales de la Segunda Republica. Mas significativa en este sentido es la serie "Biblioteca del 36" realizada por las editoriales Detlev Auvermann y Topos de Alemania y destribuida en Espafia por Ediciones Turner. Entre los titulos ya publicados se encuentran Hora de Espana, Caballo Verde para la Poesia, Romance, Madrid, Cruz y Raya, Los Cuatro 165 Vientos, El Mono Azul, Octubre, Leviatan, Nueva Cultura, Revista de Occidente, La Gaceta Literaria y otras. Un indicio del creciente interés en Espana por estas revistas es el éxito de la "Exposicion de revistas literarias espafiolas del Siglo XX en edicién facsimil" que tuvo lugar en 1as salas de la Biblioteca Nacional de Madrid entre e1 9 y el 25 de febrero de 1979, y durante la cual ofrecieron conferencias los fundadores y promo- tores de algunas de estas revistas: Gerardo Diego de Carmen y Lola, Rafael Alberti de Octubre, Ernesto Giménez Caballero de La Gaceta Literaria y Josep Renau de Nueva Cultura. 6Omitimos de nuestro estudio una serie de revistas literarias de la época republicana (E1 Mono Azul, Madrid, etc.) que por ser también "revis- tas de guerra" presentan unos problemas especiales y requieren un trata- miento aparte. Como complemento a este estudio, ofrecemos en el Apéndice E en forma de catalogo algunos datos técnicos sobre mas de 50 revistas literarias y culturales publicadas entre 1930 y 1936 que hemos examinado en la elaboracidn de este trabajo. 7Sobre Poesia véase los comentarios de Carmen Hernandez de Trelles, Manuel Altolaguirre: Vida y literatura (San Juan de Puerto Rico: Edito- rial Universitaria, 1974), pag. 50. Hay una edici6n en facsimil de Poesia realizada por Ediciones Turner de Madrid en 1979 con una introducci6n de Juan Manuel Rozas. 8Segun Dietrich Briesemeister en su epilogo a la reedici6n hecha por Verlag Topos de Vaduz, Liechtenstein y Ediciones Turner de Madrid en 1977, p69. 100. 9Carlos Morla Lynch, En Espafia con Federico Garcia Lorca (Madrid: Aguilar, 1958), pag. 236. 10Briesemeister, en su ya citado epilogo a Héroe, pég. 103, opina que el poeta rechazado fue posiblemente Antonio Machado. HCarmen Hernandez de Trelles, Manuel Altolaguirre: Vida y litera- tura. Vease ademas la reedicidn de 1616 en facsimil realizada por la editorial madrilefia Hispamerca en 1977. 12Luis Felipe Vivanco en su introducci6n a la reedicion facsimil de Los Cuatro Vientos (Glashutten im Taunus, Alemania: Verlag Detlev Auver- mann y Nendeln, Liechtenstein: Kraus Reprint, 1976), pag. ll. 13"Argos," "Literatura en 1as revistas," Almanaque Literario 1935 (Madrid: Plutarco, 1935), pag. 168. 14Luis Felipe Vivanco, Introduccion a Los Cuatro Vientos, pag. 9. 15Pliegos Recoletos, Num. 1 (8 agosto 1932), p69. 1. 16%, Nfim. 1 (fEb., 1934): P59. 3. 17"Argos," Literatura en las revistas," Almanaque Literario 1935, Madrid: Plutarco, 1935, pag. 166. 166 18Ricardo Gu116n, "La generaci6n de 1936," La invencion del 98 y otras ensayos (Madrid: Gredos, 1959), pég. 171. 19Ricardo Gullén, "La generacion de 1935," pag. 171. Véase ademas el articulo de Ildefonso-Manuel Gil, "Ricardo Gullon y la revista Litera- tura," Insula, Nam. 295 (junio, 1971), pags. l, 5. 20Asi opina José Carlos Mainer en su libro Literatura y pequefia burguesia en Espafia (Madrid: Edicusa, 1972), pag. 202. 21"Argos," "Literatura en las revistas," Almanaque Literario 1935 (Madrid: Plutarco, 1935), pag. 169. 22A veces, Barcelona aparece citado como el lugar de publicaci6n de Hoja Literaria (cf. Rafael Osuna, "Las revistas espafiolas durante la Repfi- blica, 1931-1936," pag. 50). Este error se debe seguramente a la tendencia de confundir 1a Hoja Literaria madrilefia de Azcoaga, Serrano Plaja y Sénchez Barbudo con otra revista barcelonesa de1 mismo titulo que apareci6 en sept. de 1935 y en la cual colaboraron José Ferrater Mora, Enrique de Juan, Enrique Calleja, Oliver Brachfield, Enriquez, Maeztu y Fernandez Serra. Véase e1 Apéndice E, Nfims. 31 y 32. 23Pedro Garfias, "Los escritores y el momento: literatura tendenciosa," Heraldo de Madrid (22 junio, 1933), citado en José Esteban y Gonzalo San- tonja, Los novelistas sociales espafioles (1928-1936) (Pamplona: I. Peralta y Madrid: Ayuso, 1977), pag. 64. 24Letras; Revista sevillana cultural y apolitica, Num. 5 (4 abril, 1936), pag. 1. 25La Gaceta Literaria, Nfim. 75 (l feb., 1930), pag. l. 26Letras; Peri6dico semanal literario y de noticias, Plasencia, Num. 1 (5 nov., 1932), pig. 1. 27Letras; Peri6dico semanal literario y de noticias, Plasencia, Nam. 5 (3 dic., 1932), D69. 2. zsflgrggtg, Zaragoza, Nam. 14 (Invierno, 1936), s.p. 29§29, Nam. 9 (oct., 1934), s.p. 30Juan Cano Ballesta, La poesia espafiola entre purezagy revoluci6n (1930-1936) (Madrid: Gredos, 1972), pég. 128. 3‘01ab1o Mundo, Nam. 1 (28 abril, 1934), pag. 1. 32"0bjetivo Unico," Post-Guerra, Nam. 1 (25 junio, 1927), pag. 1. 33Anuncio para la "Biblioteca Post-Guerra," Post-Guerra, Num. 2 (25 julio, 1927). 167. 34Véanse, por ejemplo, los articulos de Antonio de 0bregén, "A prop6sito de Rusia: La revoluci6n literaria," Nueva Espana, Nam. 5 (1 abril, 1930); Alfredo Cabello, "Literatura contemporanea rusa," Nueva Espana, Nam. 26 (11 dic., 1930) y César Vallejo, "Una reuni6n literaria en el Leningrado bolchevique, Nueva Espafia, Nam. 36 (18 marzo, 1931). Sobre la literatura francesa, hay varias notas como 1as de A. Habaru sobre Manuel Berl y la de Mi uel Angel Asturias sobre Robert Desnos, 1as dos en Nueva Espana, Nfim. 7 11 mayo, 1930). Los reportajes sobre la literatura alemana que aparecian a menudo en Nueva Espafia los firmaba generalmente Felipe Fernandez Armesto. 35José Diaz Fernandez public6 unos capitulos de su libro El nuevo romanticismo en Nueva Espafia en el Nam. 14 (1 sept., 1930) y en el Nam. 15 (15 sept., 1930). Y Julian Zugazagoitia defendid la entrada de "La masa en la literatura," Nueva Espafia, Nam. 2 (15 feb., 1930). 35Editada en Liechtenstein por Topos Verlag, con una introduccion de José Renau. Nueva Cultura tuvo una segunda época durante la guerra civil, apareciendo entre marzo y octubre de 1937. Véanse también los comentarios sobre Nueva Cultura en José Esteban y Gonzalo Santonja, Los novelistas sociales eSpafioles (1928-1936) (Pamplona: I. Peralta y Madrid: Ayuso, 1977), pags. 320-321; y Jan Lechner, El compromiso en la poesia espanola de1 siglo XX, Parte Primera--De 1a Generacién de 1898 a 1939 (Leiden: Pers Universitaire, 1968), pégs. 97-98. 37Nueva Cultura, Valencia, Nam. 10 bis. (enero, l936). 38Nueva Cultura, Valencia, Nam. 11 (marzo-abril, 1936), pag. 8. 39Octubre; Escritores y Artistas Revolucionarios, Nam. 1 (junio- julio, 1933), pig. 1, en la edicién facsimil (Vaduz, Liechtenstein: Topos Verlag y Madrid: Ediciones Turner, 1977), con una introducci6n de Enrique Montero. Montero observa (pag. xvi de su introduccion) que el sub-titulo "Escritores y Artistas Revolucionarios" pareceria entroncar a Octubre en la corriente de organizaciones revolucionarias de escritores que aparecieron a raiz del decreto de1 PCUS en 1932, carentes de un con- cepto proletario y mas liberales en sus posiciones que las organizaciones suprimidas a partir de esta fecha. Sin embargo, cree que Alberti 1e dio este nombre inconscientemente, pensando en todo caso en el nombre de la A.E.A.R. francesa, ya que por estas fechas el poeta gaditano no habia ingresado afin en el PCE. Aunque en los seis nameros de Octubre no hay ninguna indicacién de que fuera e1 6rgano oficial de un grupo especifico, 1a Asociaci6n de Escritores y Artistas Revolucionarios de Espafia, en noviembre de 1934, declar6 su intenci6n de reorganizarse alrededor de esta revista: "Voila déja un peu plus d'un an et demi qu'un groupe d'écrivains commencait a publier en Espagne une revue sur la couverture de laquelle se détachaient, en rouge, ces sept lettres: '0ctubre." . . Six numéros, entrecoupés d'interdictions policiéres, formerent sa courte vie. Autour d'elle renait et se raffermit 1'A.E.A.R. espagnole." (De una nota firmada por "L' A. E. A. R. d'Espagne," "Octobre rouge dans 1es Asturies," Commune, Paris, Nfim. 16 (nov., 1934), pag. 289. No obstante, Octubre no 11e96 a reaparecer, siendo su altimo numero, e1 sexto, el de abril de 1934. 168 40Rafael Alberti, "Espagne," ponencia leida ante e1 Primer Congreso de Escritores Soviéticos, celebrado en Moscfi entre e1 17 de agosto y el 1 de sept., 1934, y publicada en Commune, Paris, Nfims. 13-14 (sept.- oct., 1934), pag. 80. 41Enrique Montero, "Octubre: revelaci6n de una revista mitica" (introducci6n a la edicién facsimil de Octubre citada arriba), pég. xx. 42Enrique Montero, pags. xix-xxii. 43Rafae1 Alberti, Commune, Paris, NUms. 13-14 (sept.-oct., 1934), pag. 81. 44Fanny Rubio, Las revistas poéticas espafiolas (1939-1975) (Madrid: Turner, 1976), p69. 10. 45José Esteban y Gonzalo Santonja, Los novelistas sociales espafioles (1928-1936) (Pamplona: I. Peralta y Madrid: Ayuso, 1977, pig. 9. 46Fanny Rubio, Las revistasgpoéticas espafiolas (1939-1975), pég. 10. CAPITULO V UNA REVISTA POLEMICA: CABALLO VERDE PARA LA POESIA 169 170 La amistad, fraternidad y pasi6n por la poesia que unia a Neruda y sus amigos los poetas espafioles tuvo su culminaci6n en la colaboracidn y composici6n de una revista: Caballo Verde para la Poesia. En un comen- tario sobre otra revista de esta época, Octubre, Enrique Montero ha sefialado que, (h)a sido un caso frecuente en la reciente literatura espafiola de los afios republicanos que se encuentran islotes que aparen- tan significar mucho y son citados y re-citados como pistas a una época y, sin embargo, no se conocen a fondo. De aqui e1 calificativo de 'mitica' que ha recaido en obras culturales con mas frecuencia de la necesaria lo cual es facil de explicar por el bache en el tiempo que ha durado cuarenta afios. La revista Caballo Verde para la Poesia es verdaderamente uno mas de estos "islotes" poco conocidos dentro de la historia cultural de la Segunda Repfiblica y ha cobrado cierto significado "mitico" a1 ser citada una y 0tra vez como una de 1as claves para poder comprender e1 ambiente literario de la preguerra. Ya hemos mencionado en nuestra introducci6n a varios criticos, entre ellos a Miguel Angel Hernando o a José Luis Cano que estima que Caballo Verde fue el 6rgano mas importante de la "segunda fase rehuma- nizadora" del grupo poético que se viene llamando 1a generaci6n de 1927.2 Sin embargo hay que reconocer que el nombre Caballo Verde para la Poesia tiene una resonancia inmediata, como indican Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, "debida mas a1 aura legendaria de la que se le ha adornado que a un conocimiento real 0 una valoracidn critica."3 El desconocimiento real de Caballo Verde se debe en gran parte a la dificultad que han tenido los estudiosos de la literatura para consultar 1a revista hasta su reimpre- si6n en 1974 en edicidn facsimil.4 E1 reducidisimo nfimero de ejemplares de Caballo Verde existentes en bibliotecas, pfiblicas y privadas, 1a ha convertido en una revista poca conocida pero a menudo citada y comentada, err6neamente a veces, a través de fuentes secundarias.5 171 A pesar de que el primer nfimero de Caballo Verde no apareci6 hasta e1 mes de octubre de 1935, en realidad 1a revista correspondia a un viejo proyecto que llevaba gestando Neruda desde su vuelta de la India a Chile en 1932. En una carta a su amigo Héctor Eandi, expres6 sus deseos de publicar una revista literaria que se llamaria Caballo Verde. Le apoyaba en este proyecto un joven poeta espafiol, por esas fechas residente en Santiago, Jose Maria Souvir6n.6 El proyecto inicial no prosperd y los dos poetas tuvieron que esperar tres afios hasta poderlo llevar a cabo entre los amigos de Madrid. Aunque Nerudaya pensaba dar vida a su "caballo verde," e1 verdadero fundador de la revista fue el poeta-impresor Manuel Altolaguirre. El mismo Neruda cuenta que Altolaguirre tenia 1a idea de crear una nueva revista de poesia, que se habian reunido "todos" y que habian decidido que Neruda seria el que dirigiera el proyecto. "T6 eres el'unico que puede unificar todo esto, serés e1 director."7 Asi que, la revista naci6 de un doble proyecto: el de Neruda por un lado y el de Altolaguirre por otro; a1 tiempo que todos los poetas del grupo deseaban que Neruda aceptara su direcci6n. Caballo Verde fue impreso en un taller instalado en la casa de Alto- laguirre y Concha Méndez en el nfimero 73 de la calle Viriato en Madrid y que llevaba el nombre "La Verdnica," "en recuerdo de la santa mujer que, enjugando el rostro de Jesus ensangrentado, se anticip6 a Juan de Gutenberg y hasta realizé la primera tricromia célebre."8 En "La Verdnica" Altola- guirre y Méndez manejaban una nueva imprenta, importada personalmente por ellos de Inglaterra y que era por esas fechas una de las maquinas tipogra- ficas mas modernas de Espafia. Caballo Verde fue uno de los primeros 172 proyectos realizados en esta imprenta después de la vuelta de los Alto- laguirre de Londres en junio de 1935. Neruda cuenta en sus memorias que le gustaba "ver a Manolito, siempre lleno de risa y sonrisa, levantar los tipos, colocarlos en las cajas y luego accionar con el pie 1a pequefia prensa tarjetera." Este impresor puso en la publicaccion de Caballo Verde e1 cuidado y esmero que acostum- braba poner en todas sus revistas literarias, siempre reconocidas por su alta belleza tipografica. Sobre la distribucidn de Caballo Verde, sabe- mos que a veces Altolaguirre llevaba los ejemplares de la edici6n en el coche-cuna de su hija Paloma. l'Los transefintes lo piropeaban: --Qué papa tan admirablei Atravesar el endiablado trafico con esa criatura!"9 La edici6n de Caballo Verde la costeaban Altolaguirre y Concha Méndez y 1a revista se vendia generalmente en 1ibrerias,10 y, como consta en la contraportada de1 primer numero, a1 precio de 2’50 pesetas e1 ejemplar. Aparecieron un total de cuatro nameros de Caballo Verde que corres- ponden a octubre, noviembre y diciembre de 1935 y enero de 1936. Su formato no defiere mucho de 1as demas revistas literarias de cierta cali- dad que se publicaban por entonces en Espafia. Cada nfimero esta impreso en cuadernos de aproximadamente unas veinte paginas, sin numerar, y mide 29 x 23 cm. (11 1/2 x 9 pulgadas).n La portada es de color beige y el papel utilizado es de alta calidad. Caballo Verde se imprimio en varias tintas (roja, verde, negra y azul) y en caracteres Bodoni, conocida pre- dileccién de Altolaguirre. Este impresor logr6 una amplia variedad visual en la revista alternando varios tamafios de tipos (principalmente de 10, 12, 14, 18 y 24 puntos) de caracteres Bodoni y Bodoni italicas con ultra- Bodoni y ultra-Bodoni ita11cas.12 (Fig. 1) 173 Otro aspecto de1 formato de Caballo Verde que aumenta su belleza es el uso de dibujos para ilustrar cada numero y que son obras de tres artis- tas: José Caballero, José Moreno Villa y Ram6n Pontones. De estos tres, quizas el que se conoce mas hoy dia en Espafia por su labor artistica es José Caballero. Nacido en Huelva en 1916, 11egd a Madrid en visperas de la proclamacion de la Segunda Repablica para iniciar la carrera de ingeniero industrial, pero abandon6 sus estudios para ingresar en el Teatro Universitario "La Barraca," dirgido como es sabido, por Federico Garcia Lorca y Eduardo Ugarte. Con "La Barraca" rea1i26 escenografias para representaciones de El caballero de 01medo, de Lope de Vega; §l_ retablo de las maravillas, de Cervantes y El robo de la olla de L0pe de Rueda. La amistad entre Lorca y Caballero data de 1932 y su obra mejor conocida de esa época es la portada para la primera edici6n de Llanto por Ignacio Sénchez Mejias de Lorca en la edici6n de Cruz y Raya, publi- cada en 1935. Era gran amigo también de Alberti, Miguel Hernandez, Bufiuel, y de otros artistas del momento como Maruja Mallo y Alberto san- chez. La fuerte carga surrealista que se aprecia en sus colaboraciones en Caballo Verde perdurd en su obra hasta los afios cuarenta. Para sobre- vivir en la inmediata posguerra, trabaj6 en decorados de teatro y cine. En la década de 1950, el arte de José Caballero se torna cada vez mas abstracto y expresionista hasta desembocar en una etapa de abstraccién total representada por su serie "Circulos," realizada entre 1970 y 1975.13 Fue probablemente a través de su amigo Garcia Lorca como José Caballero llegé a conocer a Neruda y a colaborar en Caballo Verde, y su amistad con el poeta chileno dur6 hasta la muerte de este filtimo en 1973. En 1971 Neruda escribi6 e1 poema "A José Caballero desde entonces" (que 174 citamos en el Capitulo III) para ser incluido en el catalogo de una exposicidn de la obra de1 artista. Le califica de "pintor terrestre y celestial, / con una mano en la tristeza y la otra en la luz . . ." y lo ve en esta época como el ". . . mas entrado en la tierra, / en el color, en el silencio, / enamorado, anaranjado, / viviendo un sol sobre- viviente."14 Las vifietas atribuidas a Caballero que aparecen en Caballo Verde son en total cuatro. En la pagina 7 del primer numero hay un dibujo que parece representar e1 cuerpo, sin cabeza, de un caballo con su larga cola (Fig. 2).15 Esta impreso, a1 igual que el poema que la acompafia, "La tristeza" de Aleixandre, en tinta azul. En la pég. 16 del mismo nfimero aparece e1 segundo dibujo de Caballero, dos instrumentos de cuerda, con la parte superior de un arpa en el fondo (Fig. 3). Esta vifieta sigue a1 poema de Miguel Hernandez, "Vecino de la muerte," y esta impresa en negro. En la pag. 10, la tercera vifieta de Caballero contiene la figura de un caballo entre dos cabezas humanas (Fig. 4). Debajo de1 caballo hay dos manos, 1a derecha sefialando con el dedo mefiique a la letra "P" que esta marcada en la mano izquierda. Este dibujo, a tinta negra, sigue a1 poema "Estos son los oficios" de Arturo Serrano Plaja. E1 Nam. 2 de Caballo Vergg_contiene en la pag. 39 una cuarta figura de José Caballero, un dibujo a tinta negra de un caballo que anda entre la luna y una estrella fugaz (Fig. 5), y que sigue a1 poema "Oda a Lautréamont" de Luis Enrique Délano. En el Nam. 3 de Caballo Verde aparece un 5610 dibujo en la pag. 54, al final del poema "Yo 56" de Concha Méndez. Representa la cabeza de un hombre y un caballo que flanquean, cada uno a un lado, una serie de objetos: el tronco de un arbol, una torre y un edificio (Fig. 6). Aunque 175 no conste en la revista 1a paternidad de este dibujo, las letras "I.C" o "J. C." que aparecen a pie de la vifieta, el estilo surrealista y la técnica con que esta realizada indican que se trata probablemente de una obra de José Caballero. El poeta y pintor José Moreno Villa es citado a menudo como autor de los dos dibujos que aparecen en el Nam. 4 de Caballo Verde, namero en el cual se publica un poema suyo, "Cartas sin correo."16 Los dos (Figs. 7 y 8) representan caballos y siguen a1 poema de Moreno Villa (pag. 73) y al de Eugenio Mediano Flores, "Pero mueren 1as almas" (pag. 78). Estan impresos en dos colores, negro y verde, y su forma parece indicar que en el original estaban pintados con brocha y en acuarela o tinta china. Para apoyar 1a teoria de que estos dibujos son, en efecto, obras de Moreno Villa, presentamos otro dibujo suyo publicado unos meses antes en el Nam. 11 (verano, 1935) de la revista Noreste de Zaragoza (Fig. 9). La técnica empleada en el dibujo de Noreste difiere un poco, ya que Moreno afiade sombras y contornos moldeando con lapiz de cera y dibuja con pluma en vez de brocha. Pero a pesar de estas diferencias de técnica, e1 parecido entre los tres dibujos es extraordinario. La forma de la cabeza, lomo y cola de1 caballo en la Fig. 8 de Caballo Verde corresponde a la de1 caballo central en la Fig. 9 de Noreste. Asimismo, e1 cuello del caballo en la Fig. 7 tiene la misma forma que el caballo que aparece a la derecha de1 dibujo de la revista zaragozana. Podria tratarse incluso, por la proximidad de 1as fechas de publicaci6n, de una serie de caballos que Moreno Villa realizaba en esa época. E] tercerdibujante de Caballo Verde fue Ram6n Pontones que colabor6 con un dibujo en la contraportada de1 Nfim. 2 (Fig. 10). Es de lamentar que este dibujo no haya sido reproducido en la reedici6n en facsimil de Caballo Verde. 176 La estructura de cada namero de Caballo Verde es siempre la misma: se abre con un ensayo de Neruda en prosa, a1 cual siguen una serie de colaboraciones poéticas. Si 1a revista Caballo Verde para la Poesia tuvo un impacto en el mundo literario de Madrid en 1935 y 1936, y si ha sido citada como clave para comprender los cambios acaecidos en la poesia espafiola de esos afios, es debido principalmente a la poética de impureza proclamada por Neruda en los prologos, sin firma, que encabezan los tres primeros mimeros de la reVista. El que de .hecho ciment6 esta poética apareci6 en el primer namero de Caballo Verde en octubre de 1935 bajo e1 titulo "Sobre una poesia sin pureza": Es muy conveniente, en ciertas horas de1 dia 0 de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: 1as ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de 1as carbonerias, los barriles, 1as cestas, los mangos y asas de los instrumentos de1 carpintero. De ellos se desprende e1 contacto del hombre y de la tierra como una leccidn para el torturado poeta lirico. Las superficies usadas, e1 gasto que 1as manos han inflingido a 1as cosas, la atmésfera a menudo tragica y siempre patética de estos objetos, infunde una especie de atraccién no despreciable hacia la realidad del mundo. La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, 1a agrupaciGn, uso y desuso de los materiales, 1as huellas de1 pie y los dedos, 1a constancia de una atmosfera humana inundando las cosas desde lo interno y lo externo. Asi sea la poesia que buscamos, gastada como por un acido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena, salpicada por 1as diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley. Una poesia impura'como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutricidn, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, suefios, vigilia, profecias, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias poli- ticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos. La sagrada ley de1 madrigal y los decretos de1 tacto, olfato, gusto, vista, oido, el deseo de justicia, e1 deseo sexual, e1 ruido de1 océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la 177 profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesia manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y hielo, roido tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie de1 instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durisima de la madera mane- jada, de1 orgulloso hierro. La flor, e1 trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recuerdo de un magnifico tacto. Y no olvidemos nunca 1a melancolia, e1 gastado sentimen- talismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atras por el frenético libresco: la luz de la luna, e1 cisne en el anochecer, "corazdn mio" son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo. 7 En el primer parrafo Neruda hace notar una serie de objetos que, para él, sirven de "lecci6n para el torturado poeta": 1as ruedas que han sorportado cargas vegetales o minerales, los sacos en 1as carbonerias, los barriles, 1as cestas, los instrumentos del carpintero. Es e1 con- tacto que el hombre tiene con estas cosas lo que les da vida y tonalidad. Ha quedado en ellas una patina, algo de1 ser humano, de su sufrimiento que refleja 1a realidad del mundo. Cano Ballesta ha observado que esta "orientacién hacia 1a realidad exterior es una postura basica" de los poetas de la generacidn del 27. Cita también al critico alemén Nilheim Kellerman que "considera a la poesia espafiola especialmente marcada por la 'tematica de las cosas.'"18 Como dijo Guillén en su C6ntico, "Dependo de 1as cosas." Sin embargo, Cano Ballesta apunta que la atraccién que los poetas de la generaci6n de los veinte sentian hacia 1as cosas se debia a su deseo de "rehuir 1a proyeccidn directa de 10 personal, su crisis espiritual, su desilusidn ante la vida." Si "e1 eje de esta lirica no es el yo sino 1a realidad exterior" es porque estos poetas querian apartarse de la poesia condicionada por el "yo." En cambio,: Neruda en su manifiesto va hacia 1as cosas precisamente porque "de ellos 178 se desprende e1 contacto de1 hombre y de la tierra . . ." Observar, cantar los objetos en si no es su meta; no adopta una "tematica de las cosas" alejadas de1 hombre, sino que encuentra en estas cosas una manera de acercarse a1 hombre y por eso, una nueva dimensi6n de la vida. Por esta razdn, Neruda elige las cosas sencillas, "primarias," los objetos mas ligados directamente a1 hombre, para entrar en su observacidn poética. No canta, como hace Salinas, a 1as teclas de una maquina de escribir "Underwood," ni incluye entre sus objetos de inspiraci6n poética al autom6vil, e1 proyector de cine ni otro objeto del mundo de la ténica moderna que tanto fascin6 a los poetas vanguardistas. Neruda se fija en los "instrumentos" de1 hombre, no en las maquinas. Estos materiales, ruedas, sacos, barriles, cestas, son los que debe cantar e1 poeta porque, como indica Neruda en el segundo parrafo de su ensayo, reflejan "1a confusa impureza de los seres humanos" ya que llevan 1as huellas del "uso y desuso." Las cosas no tienen significado en si sino que cobran valor en funcidn de su contacto con el hombre. En los demas p6rrafos del manifiesto Neruda muestra la riqueza de material humano que ofrece 1a poesia impura. Porque la poesia que pro- pone incluye no 5610 1as cosas manipuladas por el hombre, sino que requiere ademas un contacto directo con él y con su vida cotidiana. Debe ser una poesia "gastada . . . por los deberes de la mano," "penetrada por el sudor" y "salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley." Sigueaiesta afirmacion una lista de elementos que deben entrar en esta poesia impura: observaciones, suefios, vigilia, profecias, declaraciones de amor y odio, idilios, creencias politicas, dudas, afirmaciones, etc.; todas 1as situaciones en que se encuentra 179 envuelto e1 ser humano a lo largo de su vida. Neruda tampoco excluye los aspectos feos de la vida, estos asuntos tradicionalmente considerados "antipoéticos," y no intenta idealizar a1 hombre. La poesia impura refleja 1as impurezas y las imperfecciones de1 hombre: 1as "manchas de nutrici6n," el olor a orina o a azucena, que es la muerte, y 1as “actitudes vergon- zosas." Los elementos de la poesia tradicional ("La sagrada 1ey del madri- gal") y 1as percepciones sensoriales ("los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oido“) también entran en la poesia que propone Neruda y tema- ticas como "el deseo de justicia," "e1 deseo sexual" 0 "e1 ruido del océano." Todos estos motivos poéticos en combinacidn, "sin excluir deli- beradamente nada, sin aceptar deliberadamente nada" dan a la poesia impura 1as caracteristicas de un instrumento capaz de ofrecer todas las tonali- dades humanas. Al final de su ensayo Neruda acaba por rehabilitar dos elementos poéticos practicamente eliminados de la poesia pura de la década anterior: 1a melancolia y el sentimentalismo, que califica de "perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada." Estos, junto a los antiguos motivos poéticos del modernismo, la luz de la luna, e1 cisne en el anoche- cer y el "corazdn mio," son para Neruda elementos imprescindibles para la poesia. Y por si estos principios llegasen a escandalizar por su carga romantica o porque muestran una absoluta falta de pudor, Neruda subraya lo antedicho con la afirmacion, "quien huye de1 mal gusto cae en el hielo." Es obvio que la poesia I'impura" propuesta por el poeta chileno en Madrid en 1935 difiere mucho de la que se escribia en Espafia en los altimos afios de la década de1 veinte. En 1926 Guillén escribi6 "Poesia 180 pura es todo lo que permanece en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesia." Y Damaso, unos afios después, a1 describir e1 tra- bajo de1 poeta afirm6 que "Resuelve en palabras los elementos de su pro- funda conciencia y elimina los menos significativos . . ."19 En cambio, en el poema impuro, segfin e1 formulario de Neruda, no opera tal proceso de depuracidn, no se elimina ni se incluye deliberadamente nada. Los motivos de esta poesia no brotan de la "profunda conciencia" de1 poeta sino que surgen de la realidad cotidiana de1 hombre. Si Gerardo Diego afirmd que la Poesia es "Crear lo que nunca veremos,"20 e1 poeta impuro tendria que responder: Crear de lo que siempre vemos, esto es la Poesia. Todos los aspectos de1 vivir humano y todas las cosas intimamente ligadas a1 hombre entran dentro de la poesia impura que propone Neruda. Si Rafael Alberti 11egé a lamentar que la poesia de su época gongorista, con toda su belleza formal, “se apoder6 de mi hasta casi petrificarme e1 sentimien- to,"~21 Neruda abriré‘Su poesia impura no 5610 al sentimiento sino al senti- mentalismo y a la melancolia y a todo lo que es humano. Sin embargo, seria err6neo considerar esta poética de impureza como algo insdlito y completamente revolucionario en el mundo literario madri- 1efio de 1935 y 1936. Las ideas de Neruda encajan perfectamente dentro de la tendencia rehumanizadora que, como vimos en el Capitulo 1, dominaba en Espafia a partir de 1930. Y algunos de estos elementos "impuros" se encontraban ya incorporados en 1935 a la poesia de muchos poetas espafioles apegados en la década de los veinte a1 estilo de los "puros." E1 valor de la introducci6n de Neruda a1 primer namero de Caballo Verde para la Eggsja_reside en haber presentado por primera vez estas ideas en forma de manifiesto, hecho que tuvo su repercusion en los poetas mas j6venes. Comentando 1a batalla que Neruda "entab16 por aquellos afios contra 1a 181 poesia pura" y la "tensién vivificadora que se produce en el mundo poético espafiol a partir de los afios 34 y 35," Luis Rosales ha afirmado: E1 manifiesto de Neruda tuvo un acierto extraordinario; nos confirm6 en nuestras creencias a los gue éramos j6venes y nos abri6 perpectivas insospechadas.2 Con el titulo "Los temas," Neruda desarrollo a6n mas en el segundo namero de Caballo Verde (nov., 1935) 1a poética de impureza establecida por su primer manifiesto: Hacia e1 camino del nocturno extiende los dedos la grave estatua férrea de estatura implacable. Los cantos sin con- sulta, 1as manifestaciones del corazon corren con ansiedad a su dominio: 1a poderosa estrella polar, e1 alheli planetario, 1as grandes sombras invaden e1 azul. El espacio, 1a magnitud herida se avecinan. No los fre- cuentan los miserables hijos de 1as capacidades y de1 tiempo a tiempo. Mientras la infinita luciérnaga deshace en polvo ar- diendo su cola fosf6rea, los estudiantes de la tierra, los seguros geografos, los empresarios se deciden a dormir. Los abogados, los destinatarios. Solo solamente algun cazador aprisionado en medio de los bosques, agobiado de aluminio celestial, estrellado por furio- sas estrellas, solemnemente levanta la mano enguantada y se golpea el sitio del corazon. E1 sitio de1 coraz6n nos pertenece. Solo solamente desde alli, con auxilio de la negra noche, de1 otofio desierto, salen, a1 golpe de la mano, los cantos del corazén. Como lava o tinieblas, como temblor bestial, como campanada sin rumbo, la poesia mete 1as manos en el miedo, en 1as angustias, en las enfermedades de1 corazdn. Siempre existen afuera 1as grandes decoraciones que imponen 1a sole- dad y el olvido: arboles, estrellas. E1 pgsta vestido de luto escribe temblorosamente muy solitario. Aqui, Neruda vuelve a subrayar e1 papel importante que juega e1 senti- miento en su poesia: el sitio del corazén pertenece a1 poeta y "al golpe de mano" salen "los cantos de1 corazén." Insiste, ademas, en el caracter grave y solitario del quehacer poético. El poeta trabaja "con auxilio de la negra noche," se viste de luto, y "escribe temblorosamente 182 muy solitario." A1 mismo tiempo, encuentra alrededor suyo, elementos en la naturaleza que "imponen" este estado de soledad y olvido como los arboles, 0 las estrellas. En el tercer namero de Caballo Verde de diciembre, 1935, Neruda define 1a postura que debe asumir el poeta en el mundo actual en su ensayo "Con- ducta y Poesia": Cuando el tiempo nos va comiendo con su cotidiano decisivo relampago, y las actitudes fundadas, 1as confianzas, 1a fe ciega se precipitan y la elevaci6n del poeta tiende a caer como el mas triste nécar escupido, nos preguntamos 51 ha llegado 1a hora de envilecernos. La dolorida hora de mirar como se sostiene el hombre a puro diente, a puras ufias, a puros intereses. Y c6mo entran en la casa de la poesia los dientes y 1as ufias y 1as ramas de1 feroz arbol de1 odio. éEs e1 poder de la edad 0 es, tal vez, la inercia que hace retroceder 1as frutas en el borde mismo de1 corazén, o tal vez lo "artistico" se apodera de1 poeta y en vez de1 canto salobre que 1as profundas olas deben hacer saltar, vemos cada dia a1 miserable ser humano defendiendo su miserable tesoro de persona preferida? iAy, el tiempo avanza con ceniza, con aire y con agua! La piedra que han mordido e1 légamo y la angustia florece de pronto con estruendo de mar, y la pequefia rosa vuelve a su delicada tumba de corola. El tiempo lava y desenvuelve, ordena y continfia. Y entonces, aqué queda de las pequefias podredumbres, de 1as pequefias conspiraciones de1 silencio, de los pequefios frios sucios de la hostilidad? Nada, y en la casa de la poesia no permanece nada sino 10 age fue escrito con sangre para ser escuchado por la sangre. ' Neruda siente la complejidad de su época y el efecto que ella tiene en la vida humana y en la poesia. El hombre se encuentra en una situaci6n de crisis ("se sostiene . . . a puro diente, a puras ufias, a puros intere- ses"). Los conflictos de1 hombre, estos dientes, estas ufias y "1as ramas del feroz arbol del odio" entran irremediablemente en la poesia. La e1evaci6n de1 poeta, dentro de un mundo creado por él y 1ejos de la 183 realidad cotidiana, "tiende a caer como el mas triste nacar escupido" y Neruda pregunta si no habra llegado 1a hora de "envilecernos," que implica una solidarizacion de la poesia con todos los aspectos de la vida humana. Tres son 1as razones que ofrece para explicar e1 apocamiento creativo. E1 poder de la edad es uno de ellos. Una edad, una época poética con sus preceptos ya establecidos puede ejercer una fuerte influencia sobre un poeta aiSlado, restandole 1a capacidad creadora individual que le haria falta para poder llevar 1a corriente contraria. 0 quizas Neruda se refiere aqui a la edad de1 poeta, en el sentido de que el poeta de'avanzada edad no suele mostrar una propensidn ante 10s cambios. La inercia, segfin Neruda, es otro obstaculo para la creaci6n, inercia que siempre lleva a1 poeta en la misma direccion y hace dificil cualquier cambio de rumbo. Y tal vez e1 problema reside en que lo "artistico" se apodere del poeta, como ocurri6 con muchos poetas espafioles que siguieron los preceptos de "el arte por el arte" y de la "poesia pura" en la época anterior. Cuando ocurre esto, e1 poeta dominado por affin de lo artistico defiende su "mise- rable tesoro de persona preferida." Como veremos mas adelante, algunos criticos han interpretado esta referencia a "persona preferida" como alusidn a Juan Ram6n Jiménez. En el cuarto parrafo de "Conducta y poesia" Neruda indica que los tiempos cambian para la poesia: "el tiempo avanza con ceniza con aire y con agua." La poesia pura ("la pequefia rosa")desaparece ("vuelve a su delicada tumba de corola"). En su lugar "florece de pronto con estruendo de mar" una poesia menos perfecta, menos limpia, mas ligada a la tierra y las pasiones humanas,que Neruda representa por la "piedra que han mordido e1 légamo y la angustia." El tiempo continua su marcha, lava, desenvuelve y ordena el mundo, y Neruda afirma que al final no quedara 184 nada de 1as conspiraciones de1 silencio y de 1as hostilidades entre los poetas. En cuanto a la poesia, permanecera 5610 "lo que fue escrito con sangre para ser escuchado por la sangre."' El prdlogo que Neruda puso a1 cuarto nfimero de Caballo Verde en enero de 1936 es un poema en prosa dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer en el pri- mer centenario de su nacimiento: G. A. B. (1836-1936) . alli cae 1a lluvia / con un son eterno . . . Esa mano de madreselva ardiendo inunda e1 crepfisculo con humo lleno de lluvia, con nieve llena de lluvia, con flores que la lluvia ha tocado. iGrande voz dulce, corazdn herido! éQué enredaderas desarrollas, qué palomas de luto celestial vuelan de tus cabellos aQGe abejas con rocio se establecen en tus filtimas substancias? iAngel de oro, ceniciento asfodelo! Las viejas cortinas se han desangrado, e1 pulso de 1as arpas se ha detenido por largo tiempo oscuro. Los dolores del amor ponen ahora falanges de c61era y odio en el coraz6n. Pero 1as lagrimas no se han secado. Debajo de los nombres, debajo de los hechos corre un rio de aguas de sal sangrienta. Triste traje, campana con flores! Y debajo de 1as cosas se levanta tu estatua de bordados caidos, lavada por tanta lluvia y tanta lagrima, tu estatua de fantasma con los ojos comidos por las aves del mar, tu estatua de jazmines borrados por el rayo. iSol desdichado, sefior de 1as lluviasl25 En este homenaje a Bécquer, Neruda anuncia la presencia de este poeta, cuyo romanticismo nunca abandono el pueblo eSpafiol. Aunque no 185 directamente ligado a los primeros tres prélogos escritos para Caballo Verde, e1 poema es indicio del interés por Bécquer y por el romanticismo "impuro" que se registraba en ESpafia desde 1a publicacipon de Sobre los angeles de Alberti en 1929. En 1935, en la revista Cruz y Raya aparecen dedicados a Bécquer articulos de Luis Cernuda, Damaso Alonso y Joaquin Casalduero.26 Y desde 1as paginas de la revista I§13_Pedro Pérez Clotet midi6 el nuevo interés por el romanticismo en una encuesta a 37 hombres de letras.27 E1 poema nerudiano es un homenaje a Bécquer y a la vez muestra 1a fuente romantica que hay en la poesia impura a1 acercarse a1 hombre en todos sus aspectos. La tonalidad de1 siglo es diferente, los tiempos son diferentes, pero la esencia humana en que se inspiran estos poetas es la misma. La aparicidn de la revista Caballo Verde con sus manifiestos "para una poesia sin pureza" tuvo un impacto inmediato en el ambiente literario de la preguerra. A través de los peri6dicos y revistas literarias de la época se puede comprobar que Caballo Verde levantd una polémica consi- derable en su dia, mereciendo elogios de los que aprobaron 1a poética que representaba y feroces ataques de los que concebian la poética de "impu- reza" como una herejia. Comentaremos brevemente algunas de las reacciones mas inmediatas, que suscité la publicaci6n de Caballo Verde, en la prensa madrilefia y de provincias durante 1935 y 1936. Y para subrayar la pro- fundidad de1 impacto que tuvieron los manifiestos nerudianos en el ambiente poético espafiol, pasaremos a examinar algunos ataques a la revista que surgieron en la época de la posguerra. Como era de esperar, uno de los poetas espafioles que menos simpatia tuvo por la poesia impura nerudiana fue Juan Ram6n Jiménez. Hemos repasado ya en el Capitulo II 10s detalles de1 conflicto que brot6 entre 186 105 dos poetas a raiz de1 homenaje que los poetas j6venes de Madrid ofrecieron a Neruda. Cuando apareci6 el primer nfimero de Caballo Verde, Juan Ram6n no pudo dejar sin contestar e1 manifiesto del poeta chileno y desde 1as paginas de El Sol se 1an26 a la defensa de la poesia pura en un editorial fechado e1 23 de febrero de 1936: Parecia ya innecesario insistir, pero hay que hacerlo. Cada hornada de amarillitos pollos poéticos y criticos viene piando la misma pipirigana inconsecuente: "Poesia pura, pi, poesia impura, pi, pi." Poesia pura no es poesia casta, ni noble, ni quimica, ni aristocratica, ni abstracta. Es poesia auténtica, poesia de calidad. Poesia que espresa de manera orijinal, aguda, rara, directa, viva en suma, un fenémeno espiritual 0 material, objetivo o subjetivo, corriente o estrafio, feo o hermoso, alto o bajo, estenso o breve. Y, es claro, pollitos, que si nuestra imajinacidn tiene un fundamento de materia interior, que si el alma sale de la vejetacién y es flor de la entrafia calida, secretoria, corruptible, 1a poesia pura puede encontrarse con la podredumbre esterior. Es 1a rosa de nuestro abono. Asi, por ej., en Baudelaire, gran poeta puro de toda la apretada lira. Pero esta poesia pura (y no hay otra) ha de ser "siempre" poesia responsable. Aqui esta la cuestion. El hombre despierto debe responder hasta del hombre dormido. Y e1 poeta verdadero debe poder responder "siempre," con su mitad consciente, de lo que escriba su mitad subconsciente, oscuro o claro, absurdo o ldgico, natural 0 estravagante. Debe responder "siempre" de cualquier estremo de poesia pura que hable, escriba o cante. Y también de la que no esprese. 28 Al examinar este editorial, se hace evidente que la poesia pura que Juan Ram6n defiende en estos momentos dista mucho de ser la poesia pura de los afios veinte, tan ligada a los principios de la deshumanizaci6n del arte y tan alejada de1 hombre y de su quehacer cotidiano. El poeta moguerefio niega que la poesia pura se limite a las minorias ("ni aristocratica"), y rechaza una f6rmula poética que sea cerebral y matematica ("ni quimica, . ni abstracta"), concibiéndola como una poesia "auténtica" y "direc- ta." Admite que puede entrar en la poesia todo tipo de fen6meno ("espi- ritual 0 material, objetivo o subjetivo, corriente o estrafio, feo o 187 hermoso . . .") y, en fin, admite que la poesia pura puede tener contacto con "la podredumbre esterior," postura no muy alejada de la de Neruda, que aboga por una poesia "sin excluir deliberadamente nada." Pero Juan Ram6n rechaza 1a naturaleza espontanea y ca6tica de la poesia que escribe Neruda, la parte de su poesia que nace en el subconsciente. “El poeta verdadero debe poder responder 'siempre' con su mitad consciente, de lo que escriba su mitad subconsciente" declara; lo contrario 1e parece una irresponsabilidad. La poesia pura de1 poeta moguerefio es todavia una poesia "responsable," poesia de su mitad consciente, refrenada, calculada, contenida. Hay que sefialar aqui que varios criticos han interpretado los ensayos nerudianos que aparecen en la revista Caballo Verde no 5610 como mani- fiestos que establecen una poética de "impureza" sino como ataques directos a Juan Ram6n Jiménez y a su poesia. Emir Rodriguez Monegal encuentra que el Ultimo parrafo de "Sobre una poesia sin pureza," "no puede ser mas explicito en sus alusiones a la poesia exquisita de Juan Ram6n," y con- sidera que el ensayo "Conducta y poesia" constituye un ataque a1 poeta espafiol "en su persona mas que en su poesia."29 Ricardo Gu116n sostiene una interpretaci6n semejante de los escritos nerudianos en Caballo Verde, viendo el primer nfimero como un "manifiesto contra la ideologia lirica de Jiménez," y el tercero como un ataque personal a1 moguerefio.30 Dada 1a rivalidad que existia entre los dos poetas durante esta época, la inter- pretacién de Monegal y.Gu116n probablemente encierra cierta verdad. Sin embargo, nos parece err6neo considerar los manifiestos de Caballo Verde anicamente como ataques a Juan Ram6n Jiménez, ya que e110 supone olvidar que la poética que propone Neruda no es $610 producto de un conflicto momentaneo con Jiménez (aunque algo de e110 hay) sino también fruto de 188 una larga evolucién iniciada mucho antes. En efecto, en 1931, Neruda habia expresado su desagrado respecto a la poesia que dominaba entonces, en una carta a su amigo Eandi: . .ya ve usted qué pobreza existe en la poesia en castellano, 1as gentes han perdido todo temperamento y se dedican a1 ejer- cicio intelectual, con placer,como si se tratara de un sport, y afin an esa calidad, todos me parecen bien mediocres juga- dores. Y en cierto sentido, Nerudo tenia ya en 1931 muy claras sus ideas sobre lo que debe ser la poesia; poesia que llamaria luego "sin pureza," llena de pasiones humanas y fundada en el contacto de1 hombre con 1as cosas del mundo cotidiano. Esta es la poesia que reclamaba afios antes de las discordancias con la poética de Juan Ram6n en Madrid, como atestigua otra carta a Eandi: La inteligencia de los poetas, desde hace tiempo ha apartado toda relaci6n humana de lo que dicen, y toda cordialidad y amistad para el mensaje poético han huido del mundo, cuando en verdad, aqué otro objeto el de la poesia que el de con- solar y hacer sofiar?. . . la poesia ggbe cargarse de sustancia universal, de pasiones y cosas . . . E1 mismo Rodriguez Monegal observa que 1as "ideas que aqui coloquialmente anticipa Neruda encontrarian, mas tarde, expresi6n pfiblica en su mani- fiesto: 'Sobre una poesia sin pureza.”33 Una interpretaci6n del ensayo nerudiano como resultado del conflicto Neruda-Juan Ram6n Jimenez resulta ser una visién parcial a1 no tomar en cuenta el programa que se proponia desde hace tiempo. Otra reaccidn contraria a la poética de Caballo Verde, y especial- mente a su primer manifiesto, apareci6 en una nota sin firma en la revista Letras de Sevilla. Su autor declara que el primer nfimero de la revista "ha decepcionado completamente en todos los circulos literarios y entre e1 pfiblico aficionado a 1as tonalidades poéticas." Sin embargo, confiesa 189 que la razén para rechazar esta poética no es otra que su incapacidad para comprenderla: Puede ser que la exposicidn sea nueva en nuestro siglo y los intelectuales superiores en todo a los de la actualidad, porque nosotros no intendemos en puro espafiol lo que estos sefiores presentan.3 Después de citar un trozo del manifiesto nerudiano en que se mantiene que es l'muy conveniente en ciertas horas de1 dia 0 de la noche observar pro- fundamente los objetos en descanso . . . ," Letras sigue con cierta ironia: Nuestros lectores preguntaran para qué es conveniente todo esto y nosotros afirmamos, segun dicha revista, para inspi- rarse. Esta ignorada fuente de inspiraci6n aparece en pleno siglo XX como numen dggconocido para los pensadores. Excu- samos decir mas . . . Quizas 1a reaccidn mas extremada ante 1a poética de Caballc1Verde surgio de la revista Nueva Poesia, también de Sevilla, que lanzd en su primer namero un "Manifiesto: Hacia lo puro de la poesia," y que se coloc6 en una postura completamente opuesta a la de Caballo Verde: Ha sido una feliz coincidencia que a1 salir nosotros esté ya en la calle la revista Caballo Verde para la Poesia, que explica su actitud en un prefacio titulado "Sobre una poesia sin pureza." Aprovechamos la ocasién para declarar que nuestra orientaci6n poética es muy distinta de la de Caballo Verde. Nosotros queremos ir Hacia logpuro de la Poesia, entendiendo por lo puro lo limpio, lo acendrado. Y por poetas puros a San Juan de la Cruz, Garcilaso, Fray Luis de Le6n, Bécquer, Juan Ram6n Jiménez . . . (pudiéramos afiadir otros mas modernos, recientes). Rechazamos lo impuro, en el sentido de confuso, de ca6tico. A todo esto oponemos una gran palabra: Precision. Nuestra poesia ha de serlo-- pretendemos al menos--poesia de siempre, en una palabra: Poesia, algo que no se define pero que se intuye. Creemos que el superrealismo no es sino e1 Romanticismo de escuela llevado a sus consecuencias ultimas, la agonia de ese movi- miento. Y Caballo Verde, unos de los postreros baluartes de una escuela y un estilo que desaparecen. Aunque con brevedad hemos fijado nue§gra posicion. De nosotros dependera e1 mantenerla . . . 190 E1 manifiesto iba firmado por los editores de Nueva Poesia, Juan Ruiz Pefia, Luis F. Pérez Infante y Francisco Infantes Florido. Ha apuntado Juan Cano Ballesta que parece como si Caballo Verde hubiera dado una razdn de ser a Nueva Poesia, la de defender 1a estética de la poesia pura, y que hasta se podria pensar que se trataba de una "campafia concertada" contra 1a revista de Neruda, ya que la aparicién de1 manifiesto de Nueva Poesia coincide con una apreciacidn algo burlona que hace Juan Ram6n de las revistas en un editorial publicado en El Sol: Amigos y poetas del Delirio y de la Precisidn: un Caballo Verde puegg galopar con precision y un Diamante lucir con desvario. Pero en esta afirmacién, Juan Ram6n mas que adherirse a la estética del grupo de Nueva Poesia, parece guardar 1as distancias frente a los poetas a ambos lados del conflicto. Advierte a los poetas del Delirio (los de la revista nerudiana) y a los de la Precision (los de Nueva Poesia) que un Caballo Verde puggg_galopar también con precisidn, aunque parece que Juan Ram6n se refiere a este supuesto como excepci6n mas que como regla. A1 mismo tiempo afirma que el "Diamante" de los poetas precisos de Sevilla pugg§_lucir con desvario. quizas apuntando que para su gusto, no logran e1 grado de "precisidn" que pretenden. La polémica entre Caballo Verde y Nueva Poesia recibid una publi- cidad casi inmediata en la prensa madrilefia. Desde 1a pagina literaria de Heraldo de Madrid, Miguel Pérez Ferrero expuso los pormenores de1 con- flicto en su articulo "Aire polémico en la poesia": Poco después de ser declarada 1a guerra por Italia contra Abisinia, declarada en realidad por los cafiones y las ametralladoras, por la invasidn, en suma, he aqui que nos encontramos con esta declaraci6n de guerra hispalense 8 Madrid, 0 a hombres coincidentes en Madrid y ggnidos de distintos partes de Europa y América . . 191 En este articulo e1 critico madrilefio se ocupa de Caballo Verde, pasando revista a sus colaboradores mas destacados y citando brevemente trozos de su "manifiesto 0 profesién de fe poética, en el que se defiende 1a 'poesia impura.'" Al comentar Nueva Poesia y a los que en ella "se pronuncian por la 'poesia pura,I a la que adjudican la palabra 'precisidn'" afirma que estos sefiores "atacan a los impuros y 1es anuncian un fin pr6- ximo e implacable."39 Pérez Ferrero no intenta disimular su preferencia por Caballo Verde y 11ega a poner en tela de juicio 1as credenciales poé- ticas de muchos de los que colaboran en la revista sevillana: Lo que la parece al informador es que un poeta, asi como un grupo de poetas, puede permitirse hacer o decir ciertas "genialidades"; pero siempre, claro esta que se trate de un poeta 0 de un grupo de poetas. En su mayoria, acaso todos . . . los de Caballo Verde lo son. Y en Nueva Poesia? Jorge Guillén es un poeta, un gran poeta. E1 acento poético de Romero y Murube nos ha cautivado. éY los otros? Segura- mente lo seran--ser6n poetas--porque los poetas atraviesan sus momentos de formacién; pero su voz tiene que hacerse. . .40 Poco después, un colaborador an6nimo de Nueva Poesia quiso aclarar que no todos los poetas que alli publicaron sus poesias suscribian e1 manifiesto "Hacia lo puro de la poesia." En una nota de la revista zaragozana Noreste se puntualizd que era un error de Pérez Ferrero decir que los colaboradores de Nueva Poesia se habian colocado frente a los de Caballo Verde cuando e1 manifiesto iba firmado 5610 por los editores de la revista sevillana. Intenta excluir en especial a tres poetas: "no hay que atribuir a los colaboradores de N;_E;, entre los cuales se encuen- tran Jorge Guillén, Pedro Pérez Clotet y Seral y Casas, una actitud adoptada, exclusivamente, por los editores de la misma."41 El conflicto siguié en aumento y otras revistas literarias se vieron Obligadas a pronunciarse a favor 0 en contra de la poesia "impura." En la seccién "Revistas Nuevas" del nfimero de diciembre, 1935, de Hoja 192 Literaria de Barcelona aparecen otros comentarios sobre Caballo Verde y Nueva Poesia. Los barceloneses, al referirse a Caballo Verde confiesan no haber visto todavia un ejemplar de la revista, pero afirman conocer sus manifiestos y contenido. La consideran una revista surrealista y reprochan a sus colaboradores e1 "delito" de escribir poesia de este talante a la altura de 1935: éEs que estos poetas, todos magnificos, geniales, incom- parables, han descubierto e1 Mediterraneo de1 surrealismo ahora, en 1935? éEs que creen que nuestro tiempo, nuestra literatura, no merecen mayor seriedad y cordura? Practicar e1 surrealismo en 1935 es un delito literario que debiera ser sancionado por las leyes. A los literatos puede y debe permitirseles ser avanzados. Debe ob1igarse1es a crear novedades; Hero jamas debe permitirseles ser anticuarios de las letras. Pasando a comentar Nueva Poesia, los editores de Hoja Literaria observan que la revista sevillana "no pretende ser un animal cualquiera a1 servicio de la poesia," que "no quiere ser, por ejemplo, un Rinoceronte Azul para la Poesia," y que aboga por una poesia limpia y precisa." Pero Hoja Literaria tampoco se muestra partidario incondicional de Nueva Poesia, afirmando que aunque la revista de Sevilla no tenga nada que ver con la poesia impura de Caballo Verde, si tiene que ver y mucho "con la poesia de hace poco, de ahora mismo, que no siempre es poesia, y menos, poesia ejemplar."43 Fueron los editores de la revista zaragozana Noreste quienes deci- dieron responder a los ataques que Hoja Literaria lanzaba a la revista madrilefia, ya que ". . . ni Caballo Verde ni Pablo Neruda han de tomar en consideracidn 1as agresiones burdas de H.L., por el rango de una y otro . . ."44 En su Nfim. 14 dicen que Hoja Literaria ataca, a todo un movimiento poético, a una escuela de 1as mas sanas y vitales de filtima hora, a una revista-~Caballo Verde--que representa lo mas prestigioso de la poesia espafiola, y a 193 un poeta--Pablo Neruda--que dirige aquélla y significa una de 1as mas gigndes personalidades entre los auténticos poetas hispanos. La observacién es reveladora porque muestra que el impacto de la revista Caballo Verde alcanzaba hasta los grupos literarios de provincias. El grupo de Zaragoza consideraba, ya en los primeros meses de 1936, a Neruda y a los poetas reunidos alrededor de Caballo Verde como representantes de un "movimiento" o "escuela" poética, escuela que califica de una de las "mas sanas y vitales de filtima hora." Noreste mantenia ademas que practicar e1 surrealismo en 1936 era perfectamente legitimo pero subra- yaba e1 hecho de que, con la excepciGn de Robert Desnos, ninguno de los colaboradores de Caballo Verde habia pretendido jamas ser surrealista, y concluia que Hoja Literaria "no tiene 1a menor noci6n de lo que es surrea- lismo. "46 Desde otro punto de Espafia, Juan Gil-Albert se ocup6 de la polémica Caballo Verde - Nueva Poesia en las paginas de la revista valenciana Nueva Cultura en un articulo titulado "Palabras actuales a los poetas." Aqui Gil-Albert se pronuncia en contra de la poesia pura pregonada por la revista sevillana: . . . declaramos por nuestra parte e1 horror humano y el desinterés estético que origina en nosotros esa "pureza" exenta de sangre y puesta en pie con el apoyo de las mas inhumanas mutilaciones . . .4 Esta poesia $610 conduce a "academicismos frios," tiene e1 espiritu "caduco" y no puede reflejar "la voz aspera, tormentosa, compleja (y) doliente de la época." Por estas razones, e1 poeta alcoyano muestra su preferencia por Caballo Verde, revista en la cual observa no 5610 la huella de la humanidad sino también la confusién de1 momento hist6rico que atravesaba Espana: 194 Huir de lo ca6tico es hoy, mas que nunca, huir de lo vivo como formas reales de la agresividad, esto aparte de que el poeta que pudiéramos llamar congénito, no huye, sino que, por el contrario, se adelanta, se centra a todo clamor. De aqui que a1 anuncio de Caballo Verde, hayamos esperado esas necesarias palabras que la confusiGEgde los tiempos hacia cada vez mas apremiantes. Si de momento nos defraudaron dejandonos esta- cionados en la contemplacidn tactil de tanta belleza material como sugieren, un latido profundo de humanidad que en ellas reside, un interés intensivo por 1as cosas que se tocan y que huelen, salvan en cierto modo e1 valor de esta obra, no como obra de arte en si, sino como producto de 33 tiempo preciso y expresiGn de una sensibilidad hist6rica. Pero Gil-Albert rechaza categoricamente uno de los postulados de la poesia impura nerudiana: el de propugnar una poesia "sin excluir deli- beradamente nada, sin aceptar deliberadamente nada." Dice descubrir "un foco de peligro que nos inquieta" en esta postura de no aceptar delibera- damente nada. Recuerda e1 ejemplo de Louis Aragon que en Paris, en el Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura, se dirigi6 a sus antiguos compafieros surrealistas para preguntarles hasta cuando estarian contemplando 1as cosas por si mismas. A la luz de los acontecimientos hist6ricos (menciona "e1 hacha barbara de los nazis" y las Sturmabtei- lungen) Gil-Albert pregunta: aNo estallan como la luz los considerados tendenciosamente antipoéticos "hechos sociales"? Pues si todo esto tan patente y tremendo que viene sucediéndonos existe, apor qué no aceptarlo, aun deliberadamente? aNo hay algo ya, de humano y colectivo sobre la tierra, con que el poeta pueda identi- ficarse, sin que tema por ello bastardear ese agto de arre- batado amor hacia la profundidad de 1as cosas? En opini6n de este critico, el fallo de Caballo Verde es el de no ir bastante 1ejos en su impureza y aceptacién de los elementos humanos hasta tomar "deliberadamente" una postura de compromiso. Citando 1as palabras de Machado cuando en la revista Octubre dijo, "De cuanto se hace hoy en el mundo, lo mas grande es el trabajo de Rusia, porque Rusia trabaja para emancipar el hombre," Gil-Albert afirma que eso mismo es lo 195 que el poeta debe cantar. Para este critico de Nueva Cultura falta en Caballo Verde una abierta toma de postura politica, que considera que puede ser una "revelacidn fecunda para la poesia."50 Otro indicio de la intensidad de1 impacto de los manifiestos neru- dianos en favor de una poesia sin pureza se encuentra en un poema de Tomas Seral y Casas publicado en la revista Noreste de Zaragoza. Bajo e1 titulo "Hambre en 1as esquinas," Seral presenta un verdadero "poema impuro" o una parodia de lo que debia ser un poema impuro imitando e1 estilo de Neruda y siguiendo los requisitos de su poética. Preceden a1 poema dos versos de1 poema nerudiano "Estatuto del vino," una de 1as poesias que componen los "Tres cantos materiales" publicados en Madrid en abril de 1935: "Hay un furioso llanto de botellas / y un crimen como latigo caido." E1 poema-parodia ridiculiza 1as imagenes irracionales de Neruda a1 tratar de imitar 1as caracteristicas de su presentacién: Hay paseantes arafias de cal viva y termitas detras de cada dedo. Elitros de antracita cubriendo los oidos quemajosos, y niebla como chistera o pena; elididas defensas bajo axilas o cuernos de bisonte. Fulgor de zapatero marino en la retina, quebranto de guitarra en somnolencia y "mueras." Pero mas todavia; un secuestro de nuncas y de mechones lacios a1 borde de la silla de moscas contra el sol. Hay campanas neumaticas, hay sarna, hay sirenas de plomo por 1as minas, hay volcanes de sangre, hay Gutiérrez Solanas hay esputos castizos de la noche pasada . . . Hay hambre en las esquinas detras de los hoteles. Hay un verbo vivir, un hombre que se orina por 1as Comisarias y--por que no decirlo-- hay demasiada merde por la literatura. 196 Y en mi, tal continencia que en mis centros borbolla surtidor de mucina, de mucina a torrentes. En cornetes, oidos, al margen de las venas, por los ojos me brota; me brota y me sumerge en un mundo infeliz que repudiara Huxley. iQue dulce es caminar, ya bien comidg1 por traqueas seccionadas de palomas! Estan presentes en el poema todos los elementos impuros usuales y muchos rasgos estilisticos que se encuentran en la poesia nerudiana de las primeras dos ediciones de Residencia en la tierra. E1 uso repetitivo de "hay" que domina 1a parodia de Noreste aparece en poemas como "Walking around," “Maternidad” y "El reloj caido en el mar." Seral incluye en su poema muchas de los elementos poéticos que surgen constantemente en los versos de Neruda: arafias, palomas, campanas, humedad, etc., pero e1 poeta de Noreste afiade unos cuantos elementos propios. Las arafias y 1as abejas, por ejemplo, aparecen a menudo en los poemas de Residencia, y Seral aumenta esta coleccidn de fauna con termitas y moscas. E1 poema sigue muy de cerca el formulario de la poesia impura presentado en Caballo Verde sin excluir "1a impureza de los seres humanos" y "las actitudes vergonzosas" requeridas por Neruda. Pero después de recrear en las primeras dos estrofas de su poema un ambiente exageradamente "impuro" y "nerudiano," Seral termina por denunciar este tipo de poesia ("hay demasiada Egggg; por la literatura"), afirmando que tales contenidos, tan propios de la poesia de Neruda, 1e producen un sentido de asco y de malestar a1 sentirse sumergido en "un mundo infeliz que repudiara Huxley." La polémica que suscitaron los manifiestos de Caballo Verde en el ambiente poético de la preguerra es mas que suficiente para colocar a la revista en un lugar importante en la historia literaria de ese periodo. 197 Pero con el tiempo, Caballo Verde toma cierto caracter mitico, y el interés por ella aumenta en la posguerra, junto con la controversia que la acompafia. Quizas e1 ejemplo mas notorio de la atencion prestada a Caballo Vergg_en 1a posguerra se encuentra en el primer nfimero de la revista Garcilaso, aparecido en Madrid en mayo de 1943 en un ensayo bajo e1 titulo "Siempre ha llevado y lleva Garcilaso." Aqui los editores declaran que ha comenzado una nueva época literaria en Espafia bajo e1 signo de Garcilaso, nacido en Toledo, ciudad que ellos vinculan a lo que llaman esta "segunda reconquista" y este "segundo renacimiento" que para ellos repre- senta 1a victoria del franquismo. Al presentar su revista bajo la advoca- ci6n del soldado-poeta "que muri6 militarmente como ha comenzado nuestra presencia creadora," los garcilasistas afirman que el momento hist6rico) en que nace su revista determina irremediablemente 1a poesia que han de escribir: No ignoramos que el tiempo nos limita en un sistema de coorde- nadas, y que la actitud, la voz y el ritmo son siempre producto de la circunstancia nacional. Por ello tenemos la seguridad suficiente para alzar, con pr6posito trascendente, nuestra obra, mejor que como pasquin como diapas6n de lo que estimamos ha de ser la Poesia actual. 2 Reconociendo e1 hecho hist6rico determinante y tomando como modelo un estilo neoclasico junto a, en palabras de Victor G. de la Concha, I'(1)a significacién castrense, imperial, caballeresca y amorosa de Garcilaso de la Vega,"53 estos poetas se ven obligados a pronunciarse en contra de la estética establecida en Caballo Verde: Y a1 escribir esto recordamos singularmente aquel manifiesto de Caballo Verde para la Poesia publicado en 1935 "sobre una poesia sin pureza," ecléctico con pretensiones de audaz y definitivamente equivocado en sg concepto final: "Quien huye de1 mal gusto cae en el hielo." 4 198 Es significativo que los editores de Garcilaso, en el momento de exponer sus principios poéticos, sintieran la necesidad de volver sobre una revista de poesia publicada con anterioridad a1 violento trastorno ideoldgico y cultural que los afios comprendidos entre la aparicién de Caballo Verde y Garcilaso representan. E1 hecho constituye un indicio mas de la intensidad de1 impacto que los manifiestos de Caballo Verde tuvieron en el ambiente poético espafiol y muestra que la poética expresada en ellos seguia representando una amenaza para los que abogaban por una estética diferente. Pero puede haber un segundo motivo por rechazar la poética de Caballo Verde. Conscientes de1 momento hist6rico que habia de delimitar su poesia, (recordemos que Garcilaso nace "militarmente" en esta "segunda reconquista" que es la victoria franquista), los garcilasistas estaban obligados a rechazar no 5610 a Caballo Verde sino al grupo de poetas que colaboraron en ella. Debido a1 significado politico de muchos de ellos, comprometidos con la izquierda durante la guerra civil, habia que rechazar la influencia de este grupo de poetas que por razones de cronologia debieran haber sido los maestros de la generacidn de Garcilaso, pero que por razones hist6ri- cas tendrian que verse eliminados de la literatura espafiola oficialista durante muchos afios. Al negar 1a validez de la estética representada en Caballo Verde, estética que quizas no compartieran todos sus colaboradores por igual pero que dej6 una huella incuestionable en la poesia de la pre- guerra, los garcilasistas negaban 1a importancia de esta Ultima gran empresa de los poetas del grupo poético de 1927. Decir "nuestra estética no puede ser la estética de Caballo Verde," equivalia decir "Alberti, Lorca, Miguel Hernandez, Cernuda, Prados y Neruda ya no pueden ser nuestros modelos." Esta postura de negar el valor poético de este grupo de poetas 199 por razones extra-estéticas se observa a menudo en los primeros afios de la posguerra cuando habia que crear una cultura propia para el nuevo régimen.55 Ejemplo de ello es un articulo de Agustin de Foxa publicado en A§§_en mayo de 1939 titulado "Los homeros rojos," en el cual condena 1a poesia de algunos de este grupo: Alberti, Cernuda, Miguel Hernandez, Altolaguirre en verso son los tristes homeros de iliadas de derrotas; porque $610 fulge el soneto como un diamante cuando lo talla una espada victo- riosa . . . La poesia roja es quimicamente pura, deshumanizada, y tenia que concluir en el marxismo, concepto helado, simple esquema intelectual de la vida y el alma de1 hombre. . . . Des- arraigados de la patria, teniendo que cantar e1 plan quinquenal, 0 el movimiento stajanovista, sin ninguna norma moral, los poemas de Alberti, de Cernuda, de Miguel Hernandez, son unos poemas de laboratorio, sin fuerza ni hermosura, equivocos, cobardes y llorones, donde 5610 se habla de la sangre derramada de los nifios, donde estan ausentes la pasion de la mujer y la alegria de la victoria. En vista de este tipo de critica negativa hacia la generacion poética de la preguerra, una declaracidn contra 1a estética de Caballo Verde a la altura de 1943, es explicable tanto como una declaraci6n contra un grupo de poetas que se encontraban por estas fechas en su mayoria exilados por su postura discrepante con el régimen vigente, que como ataque a1 movimiento estético que la revista nerudiana promulgaba. Esto lo corrobora e1 hecho de que un afio después de aparecer la a1usi6n a Caballo Verde en el primer namero de Garcilaso, el poeta y garcilasista Jesus Revuelta comentara la revista nerudiana en un articulo del diario Informaciones, donde muestra una falta de conocimiento de la verdadera naturaleza poética de la revista a1 calificarla de . ganga heterogénea de sociologia, demagogia y colecti- vismo, donde habian de amalgamarse e1 arte a1 servicio del pueblo, y . . 7 1a consigna de la funcion estatal de 1as Bellas Artes.5 200 Es evidente que el que hacia esta declaraci6n no conocia e1 contenido de Caballo Verde ni 1a poética expresada en ella en los manifiestos de Neruda que hemos examinado. Leopoldo Panero menciona también a Caballo Verde en su ya comentado libro Canto Personal. Aqui e1 poeta astorgano lamenta que Neruda hubiera llegado a abrazar una poética de militancia politica tan alejada de su estética anterior: Tu estético Caballo de Esmeralda para la Poesia5 iqué distantei; hoy eres un pufial contra 1a espalda. Para Panero, Neruda con su poesia comprometida posterior a Caballo Verde, traiciona 1a estética que mantenia en la revista. En resfimen, todo lo arriba expuesto demuestra 1a magnitud de la polémica que suscit6 1a revista Caballo Verde para la Poesia desde su aparicidn en 1935, y la atenci6n que ha merecido por parte de los poetas y criticos antes y después de la contienda. Esta revista y su polémica registra e1 clima literario y dinamico de todo un peri6do, y desde ese punto de vista es fundamental para el estudio de la historia de la litera- tura eSpafiola de esa época. 201 ABC DEF GHIJ KLMN ()PQRSTUVWXYZ abcdt f0'hlelmnoplqmluvwxya‘ --Bodoni : ABCDEFCHIJKI MNOPQRSTUVWX Y7. abulej'rluj!» I m nopqrsluvwxyz --Bodoni (italicas) ABCDEFGHIJKLMNOPQRSTUVWXYZ abcdefghijklmnopqrstuvwxyz --U1tra Bodoni ABCDEFGmJKLMNOPQitSTUvwxYz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz ' --Ultra-Bodoni (itélicas) Fig. l. Ejemplos de tipos Bodoni empleados en la impresién de Caballo Verde para la Poesia. 202 Fig. 2. Caballo Verde para la Poesia, Nam. 1--oct., 1935 Vifieta de José Caballero. Fig. 3. Caballo Verde para la Poesia, Nfim. l--oct., 1935 Vifieta de José Caballero. 203 --. _ -..-._ .- u. Fig. 4. Caballo Verde para la Poesia, Nam. l--oct., 1935 Vifieta de José Caballero. Fig. 5. Caballo Verde para la Poesia. Nfim. 2--nov., 1935 Vifieta de José Caballero. 204 \ Fig. 6. Caballo Verde para la Poesia, Nam. 3--dic., 1935 Vifieta atribuida a José Caballero. 205 Fig. 7. Caballo Verde para la Poesia, NUm. 4--ene., 1936 Dibujo atribuido a José Moreno Villa. 206 Fig. 8. Caballo Verde para la Poesia, Nam. 4--ene., 1936. Dibujo atribuido a José Moreno Villa. 207 Moreno Villa? Dibujo Fig. 9. Noreste. (Zaragoza.) N U111. ‘ 11 (verano 1935), s.p. Dibujo de José Moreno Villa. 208 “.8- P3.“ 5 L” M .91R.[ 0 Nata Editorial. Luis (formula: liimno a la Tri-icza. Hans Gels-r: La Roan. Jorge Cuilhiu: 1‘11 "undo Surfiu. Rafa'rc' ..flIu-m': El'Toro (14' 1a Murrtce. Luis Enriqur Uélonn: IM - Latin-camont. .1. .lrugén: Fin de Eli-gin. Amen Svrmm. Plaja: Paloma dc los oficina (Fragmrnto i’inal.) Vifi-vm 11:: J. (.‘ulmflrra. Contraportada dc ano’n l’nntmm 2,50 ptas. Fig. 10 Contraportada de1 Nam. 2 de Caballo Verde no reproducido en la edicidn facsimil. (de la colecci6n Zenobia-Juan Ram6n Jiménez, Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras). 209 NOTAS AL CAPITULO V 1Enrique Montero, "Octubre: revelacion de una revista mitica," introducci6n a la reedici6n facsimilar de la revista Octubre (Vaduz, Liechtenstein: Topos Verlag y Madrid: Ediciones Turner, 1977), pag. ix. 2Veanse los comentarios de José Luis Cano respeto a Caballo Verde en "Una aventura espanola: La generacidn poética del 27,“’en "La cul- tura en la Espafia del Siglo XX," Triunfo, Nam. 507, Extra (17 junio 1972), pag. 15. 3Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, "Caballo Verde para la Poesia," Papeles de Son Armadans, Palma de Mallorca, Nam. 86 (1977), p69. 5. 4Caballo Verde para la Poesia (GlashUtten im Taunus, Alemania: Verlag Detlev Auvermann y Nendeln, Liechtenstein: Kraus Reprint, 1974). Introducci6n de Jan Lechner. Distribuida en Espafia por Ediciones Turner de Madrid como parte de la coleccién "Biblioteca del '36." 5Una colecci6n completa de Caballo Verde, se halla en la Sala Zenobia - Juan Ram6n Jimenez de la Biblioteca José M. Lazaro de la Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras. Se realizd la edicién facsimilar utilizando 1a colecci6n de la biblioteca particular de 0. Camilo José Cela. Entre los errores cometidos mas frecuentemente a1 citar 1a revista se encuentran cambios en el titulo (El Caballo Verde 0 Los Caballos Verdes por Caballo Verdegpara la Poesia), errores en cuanto a los nGmeros publicados (cinco o seis, en vez de cuatro) y equivocaciones sobre la fecha de su publicacidn (1933-34 en vez de 1935-36). 6Carta a Eandi, fechada el 28 de abril de 1933 y citado en Emir Rodriguez Monegal, Neruda: E1 viajero inm6vil (Caracas: Monte Avila, 1977), pags. 97-98. También en Angelina Gatell, Neruda (Madrid: EPESA, 1971), pag. 88. 7André Camp y Ram6n Luis Chao, "Neruda por Neruda," Triunfo (13 nov. 1971), pag. 20. Véase también Confieso . . . , pag. 168. 8Cita de El caballo griego, memorias inéditas de Manuel Altolaguirre, en la introducci6n de Margarita Smerdou Altolaguirre a Las islas invitadas de Altolaguirre (Madrid: Catedra, 1972), pég. l6. 9Confieso . . . , pag. 169. 10Carta de Concha Méndez Cuesta a la autora, fechada en México e1 17 de abril de 1979. 210 HSegfin una nota de Cantarellas y Gené en su articulo ya citado, pag. 15. La edici6n en facsimil no conforma exactamente a1 original, ya que mide unos 28'5 cm. (11 1/4 x 8 1/4 pulgadas). 12Juan Bautista Bodoni (1740-1813), impresor italiano nacido en Saluzzo, fue director de la imprenta del Duque Fernando de Parma. Cre6 143 alfabetos con cursivas y capitales que fueron adoptados por numerosas imprentas en toda Europa. En su articulo (pags. 15-16) Cantarellas y Gené hablan de1 uso de varios "tipos de letras" en la impresi6n de gagallo Verde. De hecho, la revista esta impresa enteramente en tipos o on1. 13Veénse sobre la carrera de José Caballero 1as notas en "La Barraca" y su entorno teatral, pag. 15, catalogo que edit6 1a Galeria Multitud de Madrid en 1975 y también los articulos de Mercedes Lazo, "El Taller de José Caballero, 1931-1977," Cambio 16, Nam. 281 (1 mayo 1977), pag. 119, y Santiago Amon, articulo del mismo titulo en El Pais (31 marzo 1977), pag. 26, ambos escritos a raiz de una exposicion de la obra de Caballero en la Galeria Multitud en la primavera de 1977. 14Q;_§;, III, pag. 579. E1 poema forma parte del libro Geografia infructuosa. 15Indicamos el numero de la pégina correspondiente a la edicion en facsimil, ya que en el original 1as paginas estan sin numerar. 15Pablo Corbalan cita a Moreno Villa como posible dibujante de Caballo Verde en su articulo "Edicidn facsimilar de Caballo Verde para la Poesia (1935-1936)," Informaciones (31 oct. 1974). 17C.V., pig. 5. 18Juan Cano Ballesta, La poesia espafiola entre pureza y revoluci6n (1930-l936) (Madrid: Gredos, 1972), pags. 22-23. 19Declaraciones sobre sus respectivas "poéticas" recogidas en Gerardo Diego, Poesia espafiola contemporanea (1901-1934) (Madrid: Taurus, 59 ed., 1970), pags. 327 y 347. 20Gerardo Diego, Poesia espafiola contemporanea (1901-1934), pag. 379. 21Rafael Alberti, La arboleda perdida; Memorias (Barcelona: Seix Barral, 1975), pag. 157. 22Luis Rosales, "Leopoldo Panero hacia un nuevo humanismo," Cuadernos Hispanoamericanos, N6ms.187-188 (julio-agosto, 1965), pag. 65. 23c v., pag. 29. 4N C .V., pag. 49. 25 . C V., pag. 69. 211 26Luis Cernuda, "Bécquer y el romanticismo espafiol," Cruz y Raya, Nam. 26 (mayo, 1935), pags. 45-73. Damaso Alonso, "Aquella arpa de Bécquer," Cruz y Raya, Nam. 27 (junio, 1935), pags. 59-104 y Nam. 30 (sept., 1935), pag. 93; Joaquin Casalduero, "Las 'Rimas' de Bécquer," Cruz y Raya, Nam. 32 (nov., 1935), pags. 91-112. 27La encuesta apareci6 en varias entregas en Isla (Cadiz) durante 1935. Veanse también los comentarios sobre la encuesta publicados en Altozano, Albacete, Nam. 1 (dic., 1935), pag. 2. 28Juan Ram6n Jiménez. El Sol (23 feb. 1936), reproducido en Estética y ética estética (Madrid: Aguilar, 1967), pags. 65-66. 29Emir Rodriguez Monegal. Neruda: El viajero inm6vil (Caracas: Monte Avila, 1977), pag. 112. 30Ricardo Gullon, "Relaciones Pablo Neruda-Juan Ram6n Jiménez," Hispanic Review 39 (1971), pags. 147 y 151. 310arta de Neruda a Eandi, fechada e1 24 de octubre de 1931; citada en Emir Rodriguez Monegal, Neruda: El viajero inm6vil, pag. 83. 32Carta a Eandi, fechada el 21 de nov. de 1931; citada en Emir Rodriguez Monegal, El viajero inm6vil, pag. 83. 33 Emir Rodriguez Monegal, pag. 83. 34L’etras. Revista sevillana cultural y apolitica. (Sevilla). Nam. 2 (15 nov. 1935), pég. 43. 35Letras . . . , pag. 43. 36Nueva Poesia, Sevilla, Nfim. 1 (oct., 1935), pag. 1, citada en Juan Cano Ballesta, La poesia espafiola entre pureza ygrevolucidn (1930-1936) (Madrid: Gredos, 1972), pag. 213. 37Juan Cano Ballesta. La poesia espafiola entre purezagyirevolucidn (1930-l936), pags. 212-214. E1 editorial que cita de Juan RamEn es "Con la inmensa minoria. Critica," El Sol (17 nov. 1935), pig. 2. 38Miguel Pérez Ferrero, "Aire polémico en la poesia," Heraldo de Madrid (8 nov. 1935), p69. 6. 39 Miguel Pérez Ferrero, "Aire polémico en la poesia," pag. 6. 4OPérez Ferrero menciona como colaboradores de Nueva Poesia a Jorge Guillén, Juan Ruiz Pefia, Luis F. Pérez Infante, Manuel Rojas Marcos, F. Infantes Florido, J. Rodriguez Duarte, J. Murube, X. Feutantes Merino, Pedro Pérez Clotet, Tomas Seral y Casas y Antonio Aparicio Errerre. 41Nota s.f. en Noreste, Zaragoza, Nam. 12, (otono, 1935), s. p. 212 42"Nuevas Revistas," Hoja Literaria, Barcelona (Nam. 4) parcialmente reproducido en Ricardo Gu116n, "Relaciones Pablo Neruda-Juan Ram6n Jiménez," Hispanic Review 39 (1971), pag. 149. 43Ricardo Gu116n, "Relaciones Pablo Neruda-Juan Ram6n Jimenez," pag. 150. 44Nota s.f., ”Hondero en acci6n," Noreste, Zaragoza, Nam. 14 (Invierno, 1936), s. p. 45Nota s.f., "Hondero en accion," s. p. 46Nota s.f., "Hondero en accidn," s. p. 47Juan Gil-Albert, "Palabras actuales a los poetas," Nueva Cultura, Valencia, Nam. 9 (dic., 1935), pig. 4. 48Juan Gil-Albert, "Palabras actuales a los poetas,” pag. 4. 49Juan Gil-Albert, pag. 5. 50La cita que da Gil-Albert sin indicar su procedencia esta tomada de un articulo que escribi6 Machado para la revista Octubre titulado "Sobre una lirica comunista, que pudiera venir de Rusia" (Octubre, Nam. 6, abril de 1935, pag. 4) y que dedic6 a Rafael Alberti. 51Tom'as Seral y Casas. "Hambre en las esquinas." Noreste, Zara- goza, Nam. 14 (Invierno, 1936), s. p. 52"Siempre ha llevado y lleva Garcilaso," manifiesto s.f., Garcilaso. Afio l, Num. 1 (mayo, 1943), pag. 1. 53Victor G. de la Concha, La poesia espafiola de la posguerra; Teoria e historia de sus movimientos (Madrid: Prensa Espanola, 1973), p69. 210. 54"Siempre ha llevado y lleva Garcilaso," Garcilaso, Afio 1. Nfim- 1 (mayo, 1943), pig. 1. 55Sobre el desarrollo de la literatura espafiola en la década de los cuarenta Véanse los trabajos de José-Carlos Mainer, Falange y Literatura (Barcelona: Labor, 1971); Victor G. de la Concha, La poesia espafiola de posguerra--Teoria e historia de sus movimientos (Madrid: Prensa Espafiola, 1973), que trata e1 periodo 1939-1949; J. M. Martinez Cachero, La novela entre 1939 y 1969--Historia de una aventura_(Madrid: Castalia, 1973), Cap. 2, "Los dificiles y oscuros afios 40"; y los ensayos de José Monle6n, Treinta afios de teatro de la derecha (Barcelona: Tusquets, 1971). Tienen interés también e1 articulo de Dionisio Ridruejo, "La vida intelec- tual en el primer decenio de la postguerra," Triunfo, Especial del Nam. 507 (17 junio, 1972) dedicado a "La cultura en la Espafia de1 Siglo XX," pags. 71-80 y el libro La cultura espanola durante el franquismo del Equipo "Resefia" (Bilbao: Ediciones Mensajero, 1977) que aspira dar una visi6n total de la producci6n cultural espafiola entre 1939 y 1975. 213 56Agustin de Foxa, "Los homeros rojos," A§Q_(l3 junio, 1939, citado en Fanny Rubio, Las revistas poéticas espafiolas (1939-1975) (Madrid: Turner, 1976), pags. 329-330. 57Jesfis Revuelta, "Esquema de un panorama para situar un libro," Informaciones (31 marzo 1944), citado en Fanny Rubio, Las revistas poéticas espafiolas (1939-1975) (Madrid: Turner, 1976), pag. 117. 58Leopoldo Panero, Poesia (1932-1960) (Madrid: Cultura Hispanica, 1963), p69. 339. CAPITULO VI CABALLO VERDE PARA LA POESIA: CONTENIDO Y SIGNIFICADO DE LA REVISTA 214 215 Como hemos visto en el capitulo anterior, es indudable que la resonancia que ha tenido Caballo Verde hasta hoy entre los estudiosos de la poesia de los afios treinta se debe sobre todo a la controversia surgida en torno a los prélogos de Neruda y en especial a1 primero, "So- bre una poesia sin pureza." Por lo demas, 1a casi total inaccesibilidad de la revista hasta su reimpresi6n en 1974, ha dificultado un genuino conocimiento de los originales poéticos publicados en ella, que en muchos casos constituyen una muestra de la mejor poesia de la preguerra. Que- remos subsanar aqui esta falta de un estudio a fondo de1 contenido poé- tico de Caballo Verde mediante un examen de los poemas aparecidos a lo largo de los cuatro nfimeros publicados. Tal estudio nos facilitara la posibilidad de ofrecer luego una interpretacién global del significado verdadero de la revista como 6rgano expresivo de una nueva poética "impu- ra," y como muestra de otras modalidades todavia vigentes en esa época. En nuestro comentario a cada poema, nos detendremos 5610 en los aspectos tematicos y formales que nos puedan ayudar a ver hasta qué punto e1 poema se ajusta a1 formulario nerudiano expuesta en sus ensayos y los que nos puedan conducir a una mejor comprensién de la verdadera naturaleza poética de la revista. Nuestro tratamiento sera mas o menos extenso segfln e1 poema, ya que algunos requieren un comentario detallado, y con otros, basta su propia manifestacidn. Para facilitar este tratamiento y para mayor comodidad de1 lector, dada 1a escasa difusi6n de la edicién facsimil de Caballo Verde, reproducimds e1 texto completo de cada poema. En los casos en que el autor sea poco conocido, daremos algunos datos breves sobre el poeta, su poesia, y el poema publicado en Caballo Verde, y sus relaciones con los otros colaboradores y 1as circunstancias de su participacidn en la revista.1 216 En los cuatro nameros de Caballo Verde de octubre, noviembre y diciembre de 1935 y enero de 1936, se presentan poemas de un total de veintisiete poetas de seis paises distintos. 5610 en dos casos, los de Alberti y Serrano Plaja, publica un colaborador poesias en mas de un namero, lo cual indica que la revista no estuvo dominada por un grupo reducido sino que estuvo abierta a muchos poetas de tendencias literarias dispares, unidos, en teoria, por la poética implicita en el ensayo neru- diano que encabeza cada nfimero. Si examinamos el conjunto de colaboradores espafioles, nos encontramos con poetas representantes de tres o cuatro "generaciones" o grupos poéti- cos. José Moreno Villa, aunque cercano en espiritu y en afan de lo nuevo a los poetas mas j6venes, pertenece cronoldgicamente a un conjunto de poetas que marcan 1a transicién entre e1 modernismo y la llamada "generaci6n del 27." Del grupo de 1927, colaboraron en Caballo Verde siete poetas: Guillén, Prados, Aleixandre, Alberti, Lorca, y los miembros mas j6venes de la generacién, Cernuda y Altolaguirre. Se advierte ademas la presencia de poetas coetaneos no tradicionalmente asociados con este grupo como José Maria Souvir6n, Concha Méndez y Rosa Chacel, esta altima mas conocida en la época de la posguerra por su labor novelistica. Un tercer conjunto de poetas aun mas j6venes y vinculados a la "generacién del 36" colabor6 en la revista: Miguel Hernandez, Leopoldo Panero, Arturo Serrano Plaja y Eugenio Mediano Flores. La participaci6n de poetas no espafioles fue también considerable. Del continente americano, junto a los compatriotas de Neruda, Luis Enrique Délano y Angel Cruchaga, se encuentran los argentinos Miguel Angel G6mez, José Gonzalez Carbalho, Rafil Gonzalez Tufidn y Ricardo E. Molinari, y el cubano Félix Pita Rodriguez. El hispanista aleman Hans 217 Gebser y los poetas franceses Robert Desnos y André Delons formaron el grupo de colaboradores no hispanos. El primer nfimero de Caballo Verde, de octubre de 1935, contiene ocho poemas. Dos son obras de destacados miembros de la "generaci6n del 27," Vicente Aleixandre y Federico Garcia Lorca; tres son de poetas de la generacién posterior, Miguel Hernandez, Arturo Serrano Plaja y Leopoldo Panero; y los restantes son de los poetas argentinos Ricardo E. Molinari y Rafil Gonzalez Tufién y del francés Robert Desnos. E1 poema de Aleixandre, "La tristeza,“ abre este primer namero. Precedido por un verso en que el poeta observa, "La tristeza no siempre acaba en una flor," e1 poema reza: Oculta, oculta tu tristeza que un sol sombrio protege. Oculta e1 llanto, mientras la piedra insiste en su violencia desnuda, mientras el cielo liso brilla como la crueldad, como la ausencia dura de unos pajaros bellos. Oculta esa sed no de lagrimas en tus manos de cera, en la lisura ilustre donde un beso resbala, imitando una gota de rocio en lo verde. El musgo permanece y es inutil pensar que el fuego ha de vencerlo. Algfin dulce lagarto respira como un pulso, como ese calor frio que una mano no ofrece. Un dolor de metal en tierra aspira acaso a herirte en tu vestido, a acariciar 1as telas, 1as duras telas suaves en que t6 te derrumbas desde tu altura inm6vil. Un carbén encendido te quemaria los pies. Tu tristeza agrietada es humo silencioso. éNo sientes ese beso que te quema 1as carnes, que te sube a los muslos como un 501 a su centro? Blancas serpientes nuevas nacen siempre sin madre. Nacen como el deseo de ser pajaro vivo, de arrebatar estrellas y cefiirte 1as sienes, corona que apretase un dolor que restalla. Montafia o cuerpo, si, aqué luna te ignora siempre? éQué bestial luna siempre como grupa redonda No mira nunca a tierra donde sus cascos brillan? 218 iHuye! La tristeza es mentira cuando el mar $610 es marmoles, columnas o mont6n de basura que crece, polvo, ignominia o carcel para la muerte en cierne, para tu boca negra donde un beso se pudre. Aunque nunca recogido posteriormente en libro, este poema es repre- sentativo de1 estilo poético que dominaba en La destruccion 0 el amor, libro que le va116 a Aleixandre e1 Premio Nacional de Literatura en 1934. Sobre este libro se dijo en el Indice Literario: Las nuevas formas y apetencias liricas de tipo surrealista, hablando en general, que desde hace unos afios . . . venian intentando abrir un nuevo camino en nuestra lirica . . . han encontrgdo ya . . . su perfeccién en este libro de Aleixandre. El poema "La tristeza" esta claramente relacionado con la poesia de tipo surrealista que caracteriza La destruccién 0 el amor. Las referencias a1 mundo animal (los pajaros, e1 lagarto, 1as serpientes), a los elemen- tos primarios (e1 carb6n, e1 metal), y las imagenes contradictorias 0 en donde opera lo que llamaria Bousofio e1 desplazamiento de1 califica- tivo ("calor frio," "duras telas suaves," "sol sombrio," "violencia des- nuda") son elementos de este mundo poético surrealista. También 10 son las imagenes irracionales 0 de tipo visionario ("La tristeza agrietada es humo silencioso," "E1 cielo liso brilla como la crueldad"). Se acusa aqui ademas la utilizacién de la pregunta ret6rica y de la reiteracién ("Oculta . . . Oculta") que, como apuntaba Damaso Alonso, da a los poe- mas de La destruccidn 0 el amor su "tono mayor, en cierto sentido emparentandolo con el romanticismo.3 Como casi todos los poemas que escribia Aleixandre, anteriores a la guerra, este poema es de corte intimista, dirigido a1 mismo "t6" presente en otras muchas poesias suyas, e intenta subrayar que la tristeza es un estado animico inevitable y que 219 forma parte de la vida cotidiana ("El musgo permanece y es infitil pensar que el fuego ha de vencerlo," "La tristeza es mentira cuando el mar $610 es marmoles"). El poeta francés Robert Desnos contribuy6 e1 segundo poema que aparece en el Nfim. 1 de Caballo Verde y que se titula "Quel fouillisi": La tempéte déchaine sur la clairiére Elle entrechoque 1es arbres Elle méle 1es odeurs Poussiére--terre--champignons parfums de fleurs et de viande pourrie Dechirées comme des draps abandonnées 1es ombres et les lumiéres se froissent un oiseau mouillé comme une éponge Penetré d’eau gonflé d’eau s’immobilise La femme arrive crottée et mouillée Et sa nudité semble sortir a travers le tissu de sa robe sa cuisse oD manque la jarretiere Et 1a ciel oD un trou bleu laissera jaillir 1’arc en ciel comme une tige Roule plus frénetiquement ses nuages charnus ses membres gras tel un géant qui se péme Dans 1es bras se maitresse avec d’horribles cris et une sueur sanglante a la vacillante leiére d‘une bougie géante elle aussi. Desnos ofrece aqui 1a descripcidn de un paisaje durante una tormenta. La tempestad se desencadena sobre el claro, hace entrechocar los arboles y mezcla los olores del polvo, de la tierra y de los champifiones con el perfume de los flores y de carne podrida, imagen algo chocante e inespe- rada. Bajo la fuerza del viento, 1as sombras, y luces se entrecruzan como trapos desgarrados y abandonados. Aparecen entonces los finicos seres vivos en el poema: un pajaro mojado como una esponja por la lluvia, y una mujer agachada, cuya desnudez se percibe a través de su vestido, 220 igualmente empapado. El cielo, de donde saldra eventualmente e1 arco iris que marque el final de la tempestad, sigue en su ira, y hace rodar mas frenéticamente sus gruesos miembros que son las nubes. Esta sacu- dida la ve e1 poeta como la de un gigante que se despereza, a la luz vacilante de una enorme vela, en los brazos de su amante. Los gritos horribles del gigante son los truenos y su sudor sangriento es la lluvia, traida por la tempestad. Este poema, en donde se destacan la ausencia total de puntuaci6n y el uso arbitrario de mayfisculas, pertenece por su .estilo a la poesia de tipo surrealista que escribia Desnos, aun después de su ruptura con André Breton a raiz del Segundo Manifiesto Surrealista en diciembre de 1929.4 Aunque no tan radicalizado en su entrega al automatismo, como ocurria con la poesia surrealista temprana de Desnos, el poema conserva algunos elementos irracionales que lo distinguen de su poesia tardia en la que se observa una evolucidn hacia temas sociales y un estilo mas depurado. En 1935 y 1936, Desnos, junto con su mujer Youki, hizo dos viajes a Espafia. El conocido surrealista francés tuvo entonces varios encuentros con Neruda, Lorca, Aleixandre, Altolaguirre y Serrano Plaja. En alguna ocasi6n, los Desnos recorrieron con Neruda e1 Rastro madrilefio para luego tomar parte en una "cena literaria" en la cual participaron poetas, artistas y mfisicos de la capital. Dtra de estas cenas, organizada por Neruda, tuvo como fin reunir por primera vez a Desnos y Lorca.5 También Aleixandre recibié a Desnos, en compafiia de Neruda y Altolaguirre, en Velintonia en la primavera de 1935.6 Y Arturo Serrano Plaja realizé una entrevista al poeta francés que se public6 en el Heraldo de Madrid.7 Seguramente fue durante alguno de estos contactos con los poetas espafioles cuando Desnos fue invitado a colaborar en Caballo Verde. 221 Al poeta argentino Ricardo E. Molinari 1e corresponde e1 tercer poema de1 Num. 1 de Caballo Verde, "Nao d‘amores": Ya estoy harto de mar, de gente, de cielo; de muerte, si Dios quiere. Nadie podra arrancarte de mi, sombra de suefio, porque tengo pegada en el pecho toda tu noche de pasi6n horrible. Dentro de dias estaré en la llanura para cubrir mi corazdn de polvo, e1 aire de arena. Nuestra sola muerte olvidada de olvido. (Si pudiera encontrarte. Si pudiera bajar a Rio, ‘ esta noche; andar por 1as calles oliendo 1as hojas gruesas de los arboles; abandonarme en la tierra hasta llenarme de piojos. Distraido.) No quiero mi idioma, mi otra vida; no quisiera llegar nunca. Volver si fuera posible . . . Magoas. Esta noche iasii, desprendido totalmente; vuelto, devuelto, perseguido: ajeno mio sin quererme. Caido en otra voz, resbalado. Mi cora26n negandose a1 polvo, Ya detras de tu cuerpo, de1 aire desterrado. En esta composici6n, Molinari evoca poéticamente una estancia suya en Brasil, entremezclando motivos de pasi6n,amor, vida y muerte. E1 tono prosaico del dialogo intimo que establece con este "t6," 0 consigo mismo, refleja su sentimiento de hastio e insatisfaccidn con su sino cuando a1 comenzar e1 poema declara estar "harto" del mar, de la gente y del cielo, que equivalen para él, en este momento, a la muerte, "si Dios quiere." Los recuerdos de esta experiencia son ineludibles y nadie puede arrancarle la "sombra de suefio" que permanece tras la "noche de pasi6n horrible." La pr6xima vuelta a su patria, a "la llanura" de la Argentina, se presenta 222 como un alejamiento de esa noche y al cubrir su corazon del polvo de su tierra natal, los recuerdos de lo ocurrido se convertiran en olvido. Pero e1 poder que ejerce esta experiencia sobre él es fuerte. Mezcla e1 deseo de estar ya en Sudamérica con el de ir a Rio, deambular por sus calles y perderse en la tierra hasta llenarse de "piojos," imagen sorprendente por lo antipoético que resulta, situada tras la evocaci6n de1 agradable olor de 1as "gruesas hojas de los arboles." Rechaza su idioma, su vida anterior; quiere volver a un estado anterior, "si fuera posible. . . ," y expresa este sentimiento en una palabra, "magoas," congoja o angustia. Finalmente, 1e sobrecoge un deseo de disligarse de todo, de no llegar nunca, de distraerse, estar "ajeno mio" y de salir de si hasta convertirse en otro: "caer en otra voz." 5610 de esta manera, "detras de tu cuerpo" puede su corazdn negarse a1 polvo, que es evitar la muerte. Molinari, que se inicié en la poesia en el seno del grupo martin- fierrista que incluia a Borges, Gonzalez Lanuza, Oliverio Girondo y Leopoldo Marechal, tomd contacto con los poetas espafioles gracias a su amistad con Federico Garcia Lorca o quizas con Neruda. Pudo haber cono- cido a Neruda en 1933 durante su breve estancia en Buenos Aires como c6n- sul de Chile. Este mismo afio, nacid una gran amistad entre Molinari y Lorca, cuando e1 vate granadino 11ego a la capital argentina para el estreno de Bodas de sangre. Testimonio de ella son los dibujos lorquianos que adornan dos libros de Molinari, Una rosa para Stefan George y El_ tabernaculo, y los poemas que Molinari dedicd a la memoria de Lorca afios mas tarde, "Casida de la bailarina" y "Elegia y Qasida a la muerte de un poeta espafiol.”8 Molinari realizé un viaje a Madrid al afio siguiente, 223 1934, y a través de Lorca se hizo conocer en los circulos literarios de la capital. La colaboraci6n de Lorca a este primer nfimero de Caballo Verde es su poema "Nocturno de1 hueco," que apareci6 con la nota, "de1 libro inédito Poeta en Nueva York": I Para ver que todo se ha ido, para ver los huecos y los vestidos idame tu guante de luna! tu otro guante de hierba iamor mio! Puede e1 aire arrancar los caracoles muertos sobre el pulmén del elefante y soplar los gusanos ateridos de 1as yemas de luz 0 de las manzanas. Los rostros bogan impasibles bajo e1 diminuto griterio de 1as yerbas y en el rinc6n esta e1 pechito de la rana turbio de cora26n y mandolina. En la gran plaza desierta mugia 1a bovina cabeza recién cortada y eran duro cristal definitivo 1as formas que buscaban e1 giro de la sierpe. Para ver que todo se ha ido dame tu mudo hueco iamor mio! Nostalgia de academia y cielo triste. iPara ver que todo se ha ido! Dentro de ti amor mio por tu carne iqué silencio de trenes boca arriba! icuanto brazo de momia florecido! iqué cielo sin salida amor, qué cielo! Es la piedra en el agua y es la voz en la brisa bordes de amor que escapan de su tronco sangrante. Basta tocar e1 pulso de nuestro amor presente para que broten flores sobre los otros nifios. Para ver que todo se ha ido. Para ver los huecos de nubes y rios. Dame tus ramos de laurel amor. iPara ver que todo se ha ido! 224 Ruedan los huecos puros, por mi, por ti, en el alba conservando 1as huellas de las ramas de sangre y algun perfil deyeso tranquilo que dibuja instantaneo dolor de luna apuntillada. Mira formas concretas que buscan su vacio. Perros equivocados y manzanas mordidas. Mira e1 ansia, 1a angustia de un triste mundo fésil que no encuentra e1 acento de su primer sollozo. Cuando busco en la cama los rumores de1 hilo has venido, amor mio, a cubrir mi tejado. El hueco de una hormiga puede llenar e1 aire pero tu vas gimiendo sin norte por mis ojos. No, por mis ojos, no, que ahora me ensefias cuatro rios cefiidos en tu brazo en la dura barraca donde la luna prisionera devora a un marinero delante de los nifios. Para ver que todo se ha ido iamor inexpugnable, amor huido! No, no me des tu hueco ique ya va por el aire e1 mio! iAy de ti, ay de mi, de la brisa! Para ver que todo se ha ido. II Yo. Con el hueco blanquisimo de un caballo crines de ceniza. Plaza pura y doblada. Yo. Mi hueco traspasado con las axilas rotas. Piel seca de uva neutra y amianto de madrugada. Toda la luz del mundo cabe dentro de un ojo. Canta e1 gallo y su canto dura mas que sus alas. Yo. Con el hueco blanquisimo de un caballo. Rodeado de espectadores que tienen hormigas en 1as palabras. En el circo de1 frio sin perfil mutilado. For 105 capiteles rotos de 1as mejillas desangradas. Yo. Mi hueco sin ti, ciudad, sin tus muertos que comen Ecuestre por mi vida definitivamente anclada. Yo. 225 No hay siglo nuevo ni luz reciente. Solo un caballo azul y una madrugada. Este poema que, como todos los poemas de Poeta en Nueva York permanecio inédito en libro hasta después de la guerra civil, pertenece a1 apartado VI de1 libro que lleva e1 titulo "Introduccion a la muerte; Poemas de soledad en Vermont." Esta dedicado a Rafael S6nchez Ventura e incluye otros poemas, tales como "Muerte," "Paisaje con dos tumbas y un perro asirio," "Ruina" y "Luna y panorama de los insectos; poema de amor." En la primera parte de "Nocturno de1 hueco," 81 poeta intenta establecer una mutua comunicacién con una persona amada. Pero en la segunda parte del poema, expresa la soledad que siente a1 saber imposible tal unién.9 Miguel Hernandez contribuy6 a1 primer numero de Caballo Verde un poema titulado "Vecino de la muerte": Patio de vecindad que nadie alquila igual que un pueblo de panales secos; pintadas con recuerdos y leche 1as paredes a mi ventana emiten silencios y anteojos. Aqui entro: aqui anduvo la muerte mi vecina sesteando a la sombra de los sepultureros, lamida por la lengua de un perro guarda-lapidas; aqui muy preservados del relente y 1as penas, porfiaron los muertos con los muertos rivalizando en huesos como en marmoles. Oigo una voz de rostro desmayado, unos cuervos que informan mi corazdn de luto haciéndome tragar hfimedas ranas, echandome a la cara los tornasoles trémulos que devuelve en su espejo 1a inquietud. JQué queda en este campo secuestrado, en estas minas de carb6n y plomo, de tantos enterrados por riguroso orden? No hay nada sino un monte de riqueza explotado. Los enterrados con bastén y mitra, los altos personajes de la muerte, 1as nifias que expiraron de sed por la entrepierna donde jamas tuvieron un arado y dos buyes, 226 los duros picadores prodigos de sus musculos muertos con las heridas rodeadas de cuernos: todos los destetados del aire y el amor de un polvo huésped ahora se amamantan. éY para quien estan los tercos epitafios, 1as alabanzas mas safiudas, formuladas a fuerza de cincel y mentiras, atacando e1 silencio natural de las piedras, todos con menoscabos y agujeros de ser ramoneadas con hambre y con constancia por una amante oveja de dos labios? éY este espolén constituido en gallo ira a una sombra malgastada en marmol y ladrillo? 2N0 cumplira mi sangre su misi6n: ser estiércol? éOiré c6mo murmuran de mis huesos, me miraran con esa mirada de tinaja vacia que da la muerte a todo el que la trata? aMe asaltaran espectros en forma de coronas funerarios nacidos del pecado de un cirio y una caja boquiabierta? Yo no quiero agregar pechuga a1 polvo: me niego a su destino: ser echado a un rincdn. Prefiero que me coman los lobos y los perros, que mis huesos actfien como estacas para atar cerdos 0 picar espartos. El polvo es paz que 11ega con su bandera blanca sobre los atafides y 1as cosas caidas, pero bajo los pliegues un colmillo de rabioso marfil contaminado nos sigue a todas partes, nos vigila, y apenas nos paramos nos incensa de siglos, nos reduce a cornisas y a cornisas y a santos arrumbados. Y es que el polvo no es tierra. La tierra es un amor dispuesto a ser un hoyo, dispuesto a ser un arbol, un volcan y una fuente. Mi cuerpo pide e1 hoyo que promete la tierra, e1 hoyo desde el cual daré mis privilegios de 1e6n y nitrato a todas las raices que me tiendan sus trenzas. Guardate de que el polvo coloque dulcemente su secular paloma en tu cabeza, de que incube sus huevos en tus labios, de que anide cayéndose en tus ojos, de que habite tranquilo en tu vestido, de aceptar sus herencias de notarias y templos. 227 Usate en contra suya, defiéndete de su callado ataque, asustalo con besos y caricias, ahuyéntalo con saltos y canciones, matalo rociandolo de vino, amor y sangre. En esta gran bodega donde fermenta e1 polvo, donde es infitil injerir sonrisas, pido ser cuando quieto lo que no soy movido: un vegetal sin ojos ni problemas, cuajar, cuajar en algo mas que en polvo, como el suefio en estatua derribada; que mis zapatos filtimos demuestren ser cortezas, que se produzcan cuarzos en mi encantada boca, que se apoyen en mi sembrados y vifiedos, que me dediquen mosto 1as cepas por su origen. Aquel barbecho lleno de inagotables besos, aquella cuesta de uvas quiero tener encima cuando descanse a1 fin de esta faena de dar conversaciones, abrazos y pesares, de cultivar cabellos, arrugas y esperanzas y de sentir un yunque sobre cada deseo. No quiero que me entierren donde me han de enterrar. Haré un hoyo en el campo y esperaré a que venga la muerte en direccidn a mi garganta con un cuerno, un tintero, un monaguillo y un collar de cencerros castrados en la lengua, para echarme pufiados de mi especie. "Vecino de la muerte" forma parte de un grupo de poemas que Miguel Hernandez escribi6 entre 1935 y 1936, y que incluye "Oda entre arena y piedra a Vicente Aleixandre," "Oda entre sangre y vino a Pablo Neruda" y "A Rafil Gonzalez Tufion." Son poesias que Cano Ballesta ha designado "poemas nerudianos" y corresponden a la época en la poética de Miguel Hernandez en la cual la influencia del vate chileno pesaba mas fuerte- mente. En este poema, repleto de imagenes de tipo surrealista, e1 poeta contempla un cementerio, este "patio de vecindad, que nadie alquila,‘I pero donde iran a parar irremediablemente todos los vecinos, todo hombre. Las paredes blancas que el poeta concibe como "pintadas con recuerdos y leche" emiten "silencios y anteojos" que llegan hasta su ventana. El 228 uso de la palabra "emiten” subraya la fuerza del silencio que rodea e1 cementerio, silencio tan agudo que se deja oir. Se une a este silencio, "anteojos." objeto asociado con la vista, no con el oido, un elemento irracional que aumenta afin mas la fuerza de la imagen. E1 poeta entra en este patio donde su vecina la muerte dormia 1a siesta, en compafiia de un perro no guardaespaldas sino "guarda-lapidas." Dye una "voz de rostro desmayado" de unos cuervos que 1e hacen tragar ”hamedas ranas,” y le tiran a la cara "tornasoles trémulos." La imagen de "tragar ranas" sugiere e1 profundo malestar que siente ante e1 cemen— terio e1 poeta, que ve su propia inquietud reflejada en el "espejo" de los tornasoles. E1 poeta se pregunta qué queda en este "campo secuestrado" de tantos muertos enterrados religiosamente ("por riguroso orden"). Estos incluyen a los enterrados con "bastén" (1a aristocracia) y "mitra" (e1 clero), "altos personajes de la muerte," 1as doncellas que murieron vir- genes, los picadores heridos mortalmente en el ruedo, y a todos los que se hallan deprivados de la vida ("destetados de1 aire y el amor") y ahora "se amamantan" de este "polvo huésped" que es la muerte. Para e1 poeta, este enterramiento carece de sentido. Califica a los epitafios que adornan 1as lapidas de "tercos" y los considera mentiras que atacan 1a naturaleza primitiva de las piedras que es el silencio. Con esto se pregunta si 61 ("este espolén constituido en gallo"), a la hora de la muerte, tendra esta misma suerte, si su cuerpo descansara en una tumba que considera "sombra malgastada en marmol y ladrillo." Ante semejante posibilidad, e1 poeta se rebela. Se niega a este destino que es ser enterrado ("echado a un rinc6n") donde 1e observaran los que acu- dan a1 cementerio "con esta mirada de tinaja vacia que da la muerte a todo el que la trata." Quiere que su sangre cumpla lo que es para 61 su 229 destino debido: ser estiércol. Expresa un deseo de servir para algo, de tener alguna utilidad y de ayudar a su projimo, aun en la muerte, aunque $610 sirva para alimentar a los animales salvajes o asistir a1 hortelano en sus faenas de1 campo. Considera a1 enterramiento en un cementerio, esta muerte cristiana, como un engafio. Esta muerte ("polvo") es la paz que 11ega con una "ban- dera blanca" pero que esconde debajo de su vestido un "colmillo de rabioso marfil contaminado." Pone en guardia a los demas para que no acepten 1as "herencias de notarias y templos" que trae esta muerte ecle- siastica. Porque e1 poeta distingue entre dos tipos de muerte. A1 morir, el hombre puede convertirse en "polvo," palabra que utiliza e1 poeta con obvia connotacidn religiosa ("Polvo eres y polvo seras") e ir a descansar a un cementerio, destino que ve como infitil. 0, a1 contrario, el hombre puede convertirse en "tierra," morir con amor hacia su pr6jimo y estar dispuesto a que su cuerpo se convierta en algo fitil para la huma- nidad: un arbol, un volcan o una fuente. El poeta pide para si mismo esta segunda muerte, para que pueda ser en la muerte lo que no pudo ser en la vida: "un vegetal sin ojos ni problemas." En su cuerpo enterrado se apoyaran los sembrados y las vides; tendra alguna utilidad, después de la muerte, que no podria tener en este "campo secuestrado" que es el cementerio. Esta es la salvacién, la vida eterna que él busca. Declara que no quiere que 1e entierren donde 1e han de enterrar, y que cuando 11egue e1 momento, saldra al campo para buscar un hoyo donde cumplir este destino. Este poema marca un cambio esencial en la trayectoria poética y vital de Miguel Hernandez. Aunque 1ejos de algunos de sus poemas poste- riores donde se observa una abierta toma de postura politica, "Vecino de 230 la muerte" es testimonio de una etapa en la vida de Hernandez en que deja por un momento 1a poesia agreste o amorosa y da un giro hacia afuera, hacia 1as realidades del mundo exterior y sus problemas. Expre- sa un claro sentimiento de solidaridad con el hombre y un deseo de servir a1 projimo que luego se traducira en la acci6n politica. Tam- bién se vislumbra aqui su crisis religiosa y su desilusién con la iglesia institucional que se manifiesta mas enfaticamente en otros poemas como "Sonreidme," y que sefiala una ruptura definitiva con el Miguel Hernandez de El Gallo Crisis. E1 poeta argentino Rafil Gonzalez Tufidn es el autor de1 sexto poema publicado en el NUm. 1 de Caballo Verde, "Poema_caminando": Se han visto luces, puentes, gaviotas y barcazas y suefios navegando despiertos en 1as super-realidades de1 alma. En todo esta e1 misterio pero cierto y tranquilo. Hay arboles viajeros, lunas que dan 1a hora, espejos proyectando valles de terciopelo. Se han visto mirifiaques saludando a la entrada de salones antiguos con los porteros muertos. Se ha visto el eco. Hay fuentes agotadas, grifos secos que suenan la musica del agua subterranea tan cerca. Se han visto adolescentes sobre caballos blancos y estaciones desiertas con musgo y con relojes. Hay camaras cerradas que registran 1as voces de caducos amores que yacen enterrados. Hay alcobas vacias que se abren a la aurora con un olor reciente de nifios acostados. Hay estatuas con frio y pozos negros con peones ahogados. Hay tabaco. Hay bitacoras solas marcando rutas solas y barcos que sublevan los marineros griegos y barcos que descargan y cargan otras brumas con racimos podridos de tripulantes muertos. Hay estrellas que atisban faros adormecidos ahogados con compases, ciegos con telescopios, y poetas que atrapan los instantes que vuelan y eternizan los hechos y 1as dudas de1 hombre. 231 Hay boticas con frascos de pociones remotas, trastiendas sumergidas, globos azules, vasos, y en 1as perchas oscuros trajes de solterona y en el subsuelo agudos chillidos de los partos. Hay cementerios blancos tableros de la noche, ajedrez de las animas, jaqueada arquitectura, viejas tumbas en donde los huesos han prendido, muertos que ya dejaron la ceniza y partieron, viento oculto luchando, dimensién de1 olvido. Hay pescados y maquinas y ferias y asesinos, vuelos ciegos de pajaros sin alas, trasnochados maniquies, mingitorios --hay petr61eo-- indescifrables lunas de cemento y acuario, imagenes insomnes de tantos velatorios. Hay millonarios. Se ha visto marchas de hambre sobre flamantes villas y de burgueses muertos vientres agujereados y filas de mineros fusilados y judias violadas y suicidios y ahorcados. Hay caretas de gases, alarmas con incendios, amuebladas con crimenes, motines con auroras, bombas, espias, microbios de servicio secreto, rumor de yataganes y de banderas rojas. Hay bronca. Hay 1a revuelta pr6xima que estallara de pronto como la luz tan sabita que inventa una ventana. Hay posibilidades para la poesia. Hay mafiana. Quizas es éste e1 poema de Caballo Verde donde mas se acusa 1a influencia estilistica de Neruda y el que mas fielmente sigue 1as exigencias de la "poesia impura" expuestas por el poeta chileno en este mismo numero de la revista. Con la frase "se ha visto" y el uso repetitivo de la pala- bra "hay" que tanto emplea Neruda en sus Residencias, Gonzalez Tufidn enumera algo ca6ticamente una serie de objetos y situaciones que observa a su alrededor. Entran en 1as primeras estrofas de su poema una serie de elementos que pertenecen al subconsciente o que podrian constituir parte del mundo poético de1 surrealismo: "suefios navegando despiertos/en 1as 232 super-realidades de1 alma," ”lunas que dan 1a hora" y que recuerdan los relojes de Dali, "espejos proyectando valles de terciopelo," "mirifiaques saludando a la entrada/de salones antiguos con los porteros muertos." Seguidamente, afiade elementos tomados de la vida cotidiana de1 hombre y que contienen esas manchas de humanidad requeridas por Neruda en su manifiesto: el amor ("los caducos amores que yacen enterrados"), 1a alcoba con su "olor reciente de nifios acostados," los "pozos negros con peones ahogados," el tabaco. E1 poeta parece dar una visidn del mundo como algo profundamente trastornado. Los barcos sublevan a los marineros y descargan y cargan brumas "con racimos podridos de tripulantes muertos." Los ahogados llevan compases, los ciegos tienen telescopios. Y éste es el mundo en donde trabajan los poetas, que, ante todo lo expuesto, dejan constancia de "los hechos y las dudas de1 hombre." También muy nerudiana es la enumeracion ilégica que sigue de una serie de cosas--boticas, fras- cos, trastiendas, globos, vasos, perchas, trajes--que termina con una evocacion de1 nacimiento (los "agudos chillidos de los partos") y la muerte representada por el cementerio, cuyas lapidas recuerdan, a la luz de la noche, un gran "ajedrez de las animas." El poema continfia con otra serie de imagenes irracionales ("vuelos ciegos de pajaros sin alas," "indescifrables lunas de cemento y acuario"), y otro inventario de cosas inconexas (pescados, maquinas, ferias, asesinos, petréleo). Pero a1 incluir en esta enumeracidn 1as palabras "Hay millonarios" se anuncia un giro en el poema. El poeta huye de la recomendacidn de Neruda de no in- cluir ni excluir deliberadamente nada, y comienza a seleccionar cuidadosa- mente los elementos que entran en 1as filtimas estrofas de su composicidn. Llama la atenci6n sobre una serie de trastornos, no ya sicologicos sino sociales, que acechan a1 hombre moderno: suicidios, crimenes, motines, 233 incendios, bombas, espias, etc. Y no se fija en estos asuntos de una manera general, sino que cita algunas situaciones que pudieran evocar para a1 lector de la época hechos reales recientemente acaecidos. "Las marchas de hambre sobre flamantes villas'I y los "burgueses muertos vien- tres agujereados" recuerdan los numerosos conflictos sociales que tuvie- ron lugar en los primeros afios de la Republica, y en especial, los sucesos de Castilblanco y Casas Viejas.10 Las "filas de mineros fusi- lados" recuerdan inmediatemente la represi6n que siguié a1 levantamiento asturiano de octubre de 1934, que hemos detallado en el Capitulo I, y que tanto impresion6 a Gonzalez Tufidn y otros poetas de1 momento. Y 1a referencia a "judias violadas" evoca los eventos que venian sucediendo en la Alemania nazi a partir de 1933 con la llegada de Hitler a1 poder. Al final de esta enumeracidn de agitaciones sociales que empieza con "millonarios" y termina con "banderas rojas," e1 poeta anuncia una "re- vuelta pr6xima," inevitable lucha de clases que cree que estallara pronto. Aqui, hace evidente e1 agrado que siente ante esta eventualidad; cree que es la promesa de1 futuro: "Hay mafiana." Ve también en estos sucesos "posibilidades para la poesia," mostrandose en su "Poema cami- nando" politicamente comprometido y dispuesto a que los asuntos sociales y del Estado tengan su expresi6n en la poesia. Esta postura no sorprende en Gonzalez Tufidn, quien no ocu1t6 jamas, ni en su vida cotidiana ni en su poesia, su apoyo a la causa de 1as izquierdas. Habia llegado a Madrid en calidad de exilado, ya que se encontraba procesado en su pais por "incitacién a la rebe1i6n" por su poema "Las Brigadas de Choque," y fue acogido pronto por los poetas y escritores madrilefios que no dudaron en protestar por su posterior con- 11 dena. Gonzalez Tufion se hizo amigo de Lorca, Neruda, Miguel Hernandez 234 y otros poetas de la tertulia de la Cerveceria de Correos, y en los afios que siguieron a su colaboraci6n en Caballo Verde, mostr6 su continuado interés por Espana en varios libros de poesia y prosa. 12 Las altimas dos colaboraciones de este primer namero de Caballo Vergg_son poemas de dos poetas j6venes, vinculados al grupo que luego se conoceria como "generaci6n del 36": Arturo Serrano Plaja y Leopoldo Panero. E1 poema de Serrano Plaja es un fragmento de una obra mas larga titulada "Estos son los oficios": Estos son los oficios. La voz de los trabajos es ésta. La ley de los vecinos y labores. La salida del sol y del sudor cansado y el namero de1 hambre y de los pueblos. E1 sintoma del pan. El sabor de los parpados besados. La sangre jubilosa de partos y balidos y el horror de 1as arterias rotas. E1 metro de la vida y de1 espanto y de1 silencio e1 goce y de las alas. Son oscuras materias 1as que ordenan. Son hachas, son laureles, son olmos derribados, son nubes o mujeres con mantones de lana, son parejas de bueyes, son palomas 0 estrellas de cielos inundados 1as que mueven mi lengua y tiemblan en mi pulso lentamente. Quiero que mis palabras sepan a esparto viejo o a superficies pulcras de metales pulidos o a cal en los andamios, a trigo, o a barro trabajado y a estiércol y agrios besos. Quiero que mis palabras nazcan en donde nace 1a matera y el llanto, 1a sangre y las violetas; para hablar de los hombres y el balido del mundo quiero e1 rincon amargo donde llora una carta abandonada, quiero e1 triste sollozo que recorre los bosques, e1 desgarrén oscuro de un muerto que se olvida y el ruido de la pena mezclado con el viento que traspasa 1a fiebre y el desmayo. Quiero, pido, suplico palabras alejadas, olor resuelto a encinas, ese lenguaje amargo, salado, de las algas y lenta pesadumbre de parpado y cansancio; 235 de masculos con suefio, fatiga favorable, para entonar, dormido, la voz de los arados, para hablar de 1as eras y el cemento, para nombrar los hombres trabajando, los hombres por su oficio, los hombres y 1as mujeres por sus nudos de sangre, quiero una voz de cuerda y unas manos de pan para unirme a1 trabajo y a los besos y al olor a cansancio merecido. Se trata del fragmento inicial de un poema con este titulo que encabeza un libro que Serrano Plaja 11am6 El hombre y el trabajo. Cuenta Francisco Caudet en su prdlogo a la reciente reedici6n facsimil de la obra, que Serrano 1ey6 en El Socialista una lista de 1as Federaciones y Sindicatos que participaron en 1as manifestaciones de1 12 de mayo de 1935, y quiso interpretar poéticamente los oficios que representaban.13 Para Serrano Plaja, y para otros poetas de1 momento, el hombre y sus labores cotidianas entraban de lleno en el mundo de lo poetizable, y 61 queria ser "la voz de los trabajos." Como declara en este poema, son hachas, laureles, olmos derribados, mujeres con mantones y parejas de bueyes 1as materias que mueven su lengua. Se advierte ademas una voluntad de seguir fielmente e1 formulario nerudiano y de crear un verdadero poema impuro. La "confusa impureza de los seres humanos" que pide Neruda se manifiesta en el poema en "el sudor cansado," en la "sangre jubilosa de partos y balidos," y en el "triste sollozo que recorre los bosques." Las "superficies usadas" y el "gasto que las manos han inflingido en 1as cosas" que canta Neruda también hacen su aparici6n en este poema en las "superficies pulcras de metales pulidos" y en el "barro trabajado." En fin, Serrano busca 1as palabras adecuadas, "ese lenguaje amargo, salado, de las algas," para poder cantar a1 hombre que trabaja. Este poema serviria luego como introduccion a otros muchos dedicados a los trabajadores en sus oficios: "Los impresores," "Los poetas," "Los abafiiles," "Los canteros," "Los 236 pastores," etc. que se publicaron por primera vez en Barcelona en 1as Ediciones de Hora de Espafia en junio de 1938. El poema "Estos son los oficios" aparece en esta edicién de 1938 con cambios sustanciales res- pecto a la versi6n publicada en Caballo Verde, ya que se advierte en 61 una depuracidn y simplificacidn que reflejan seguramente otros plantea- mientos y exigencias de la poesia en la guerra. . Leopoldo Panero escribié e1 Ultimo poema del NUm. 1 de Caballo Verge, "Por e1 centro de1 dia": En esta noche de preferencias milagrosas, en la risa que abre mi corazdn de verdes margaritas y en la nieve sin precio que cae sobre los alamos busco yo la alegria y su fruto de abejas. En esta amenidad del pecho solitario, en la canci6n que el lirio apoya en la 01a verde cesa e1 ruido de1 llanto y su cifra de angel corre sobre 1as playas. Ay, quisiera olvidar mi movimiento y mi firme resi- dencia en esta torre de debilidad, quisiera deSpertar entre los leves chopos que me llegan a veces envueltos en la luz, acariciar e1 oro que descansa en tu espalda de nieve amedrentada, sofiar en demasia y apretar en mis brazos 1a rosa de la Tierra! Yo iba cayendo en el olvido y en el conocimiento de sus lagrimas como un hombre desnudo. Mi rostro es el triunfo de 1as aguas y la ligereza de1 fruto en sazdn. Mi materia es el castigo elemental y el ofertorio profundo visitado por el espacio. Mi suefio dulcisimo es el ambito de la alegria que se cerciora de todo. Llevo mi corazdn por el centro de1 dia. Su dulce sementera de pueblecillos verdes me empapa como a un muerto. La nieve me ofrece sus ruinas nocturnas y yo la oigo correr por mis labios como una leyenda de oro virgen. iTibia hospitalidad de la hermosural iEncendimiento amarillo de la tierra! 237 El rocio desciende sobre 1as violetas como una mejilla que circula en su rubor delicado y una triste fragancia de amapolas cubre intensamente mis pies. Pero no hay suefio capaz de interrumpir este dolor de la alegria. La presencia permanece como un cristal sobre el que desbordan los alamos y la luna al fondo se sonrosa, y se anegan los meses de aldeas y de lirios en tu visitacién. Yo recuerdo en la distancia, contra mi corazén apagado, e1 latido celeste de tu cuello y la crueldad del oro sobre la nieve, 'y pienso lentamente en la arena nUbil que transparenta el agua de otofio, y tu garganta que permite recordar suavemente e1 perfume puro de las azucenas. iQué dulce tu figura labrada en el misterio! Si tu mano se abre 1as margaritas flotan sobre el campo ligero. Si tu pecho increible suspira y se acongoja parece que es la muerte como un caliz de espuma y de jilgueros verdes. Ah mujer aceptada por mi llanto sin fondo. Porque perderte seria como apretar un ruisefior con 1as manos llenas de rios verdes y de ciudades, y como ir hundiendo tristemente los labios sobre un astro de palabras puras. Las riberas se visten con alondras de nieve. Mi respiracidn es dulce y viva y me oigo suavemente perdido en un orificio de diamante. Una fe trasfigurada me empuja con su cancion. Como una patria afirmada por la luz ejemplar y matu- tina de los chopos y como el penetrante rumor del agua viva en una tarde de primavera, yo siento en mi inerme profundidad e1 roce sonro- sado de tu mano y conozco 1a virginal plenitud de tu mandamiento en mi pecho. La tierra.verde canta perfumada de transito suave; y cantan dulcemente 1as aguas de los rios hechas a nivel de la sangre divina que derrama en mi 1a certitud de su ser. 238 Ah mujer aceptada por mi llanto sin fondo! Tu carne tiene e1 gracioso color de1 pan y de la lagrima, y tu cuerpo se diviniza como una nube solitaria sorprendida por la aurora. El mar vuelve sobre la playa y arrebata 1a arena trémula y las conchas donde han dormido 1as primeras violetas de Marzo. Parece que el amor huye siempre mas 1ejos y su presencia luminosa parece como la sombra de un deseo. E1 ejercicio dorado de la voz, 1a gracia impon- derable de la sonrisa, 1a mirada de cisne y de viento en huida, todo queda en mi cuerpo con su presencia cierta. Como un dolor mas fecundo que la piedra y que el hambre 1a transparencia ya no puede contener mis sollozos. Mi recuerdo tiembla a1 pronunciar 1as amapolas de tu nombre. Mi palabra quisiera rendir esa ciudad que nos hace transparentes como un junco. iQué penitencia roja en las gotas de sangre! Pero e1 dolor presente sostiene con dulzura 1a carne de alegria. Solo queda e1 misterio, la carne de la sed, la encarnacién del llanto, la esperanza que afirma la forma de las aguas, e1 milagro de rosas que deshacen tus hombros. Y tu risa de oro me seguia como la sombra de una golondria sobre la nieve, y volvia mi corazén hacia ti como una circunferencia de espuma suave y una sola hoja de chopo. Esta composicidn forma parte de la poesia temprana de Panero, escrita entre 1928 y 1936, y que refleja 1a influencia de1 surrealismo en el joven poeta. Fue recogida por primera vez en libro diez afios después de su muerte, en una antologia realizada por su hijo Juan Luis Panero en 1973.14 Este poema difiere algo de los otros poemas de corte surrealista de este mismo nUmero y se distingue de la corriente surrealista en general en que su tono es optimista y celebrador. El poeta busca "la alegria y 239 su fruto de abejas" y declara que no hay suefio capaz de interrumpir el dolor de la alegria que siente. Falta en "Por e1 centro del dia" e1 tono angustiado y torturado que caracteriza gran parte de la poesia surrealista. Comienza e1 NUm. 2 de Caballo Verde con un poema de Luis Cernuda, "Himno a la tristeza": Fortalecido estoy contra tu pecho De angusta piedra fria, Bajo tus ojos crepusculares, 0h madre imnortal. Desengafiada alienta en ti mi vida, Oyendo en el pausado retiro nocturno Ligeramente resbalar 1as pisadas De los dias juveniles que se alejan Apacibles y graves, en la mirada, Con una misma luz, compasion y reproche; Y van tras ellos como irisado humo Los suefios creados con mi pensamiento, Los hijos del anhelo y la esperanza. La soledad poblé de seres a mi imagen Como un dios aburrido; Los amé si eran bellos, Mi compafiia 1es di cuando me amaron, Y ahora como ese mismo dios aislado estoy, Inerme y blanco tal una flor cortada. Olvidandome voy en este vago cuerpo Nutrido por 1as hierbas leves Y 1as brillantes frutas de la tierra, E1 pan y el vino alados, En mi nocturno lecho a solas. Hijo de tu leche sagrada, El esbelto mancebo Hiende con pie inconsciente La escarpada colina, Salvando con la mirada en ti El laurel fragil y la espina insidiosa. Al amante aligeras 1as at6nitas horas De su soledad, cuando en desierta estancia La ventana, sobre apacible naturaleza, Bajo una luz lejana, Traza ante sus ojos nebulosos Con renovado encanto verdeante La estampa inconsistente de su dicha perdida. 240 TU nos devuelves virgenes las horas Del pasado, fuertes bajo e1 hechizo De tu mirada inmensa, Como guerrero intacto En su fuerza desnudo tras de boquel broncineo, Serenos vamos bajo los blancos arcos de1 futuro. Ellos, los dioses, alguna vez olvidan E1 tosco hilo de nuestros trabajados dias, Pero tU, celeste donadora recéndita, Nunca los ojos quitas de tus hijos Los hombres, por el mal hostigados. Viven y mueren a solas los poetas, Restituyendo en claras lagrimas La polvorienta agua salobre Y en alta gloria resplandeciente La esquiva ojeada de1 magnate henchido, Mientras sus nombres suenan Con el viento en las rocas, Entre e1 hosco rumor de torrentes oscuros, Alla por los eSpacios donde el hombre Nunca puso sus plantas. ZQuién sino tU cuida sus vidas, 1es de fuerzas Para alzar la mirada entre tanta miseria, En la hermosura perdidos ciegamente? éQuién sino tU, amante y madre eterna? Escucha como avanzan 1as generaciones Sobre esta remota tierra misteriosa; Marchan los hombres hostigados Bajo la yerta sombra de los antepasados, Y e1 cuerpo fatigado se reclina Sobre la misma huella tibia De otra carne precipitada en el olvido. Luchamos por fijar nuestro anhelo Como si hubiera alguien, mas fuerte que nosotros, Que tuviera en memoria nuestro olvido; Porque dulce sera anegarse En un abrazo inmenso, Vueltos niebla con luz, agua en la tormenta; Grato ha de ser aniquilarse, Marchitas en los labios 1as delirantes voces. Pero aUn hay algo en mi que te reclama Conmigo hacia los parques de la muerte Para acallar e1 miedo ante 1a sombra. éDénde floreces tU, como vaga corola Henchida del piadoso aroma que te alienta En 1as nupcias terrenas con los hombres? No eres hiel ni eres pena, sino amor de justicia imposible, TU, 1a compasidn humana de los dioses. 241 Este poema forma parte de su libro "Invocaciones," comenzado en 1934, y,como confesU e1 propio Cernuda, esta fuertemente influenciado por la poesia de H61derlin, poeta a1 que traducia en estas fechas ayudado por su amigo el hispanista aleman Hans Gebser.15 En el poema, exaltacidn de la tristeza y de su dominio sobre el hombre, Cernuda refleja e1 estado de insatisfacci6n con su vida y con la sociedad que comentamos en el Capitulo I. La tristeza es parte de su vida; 61 se encuentra "fortale- cido" junto a su pecho. Con la pérdida de su juventud, pierde también sus suefios, anhelos y esperanzas, y se sumerge en la soledad, estado que ve como propio del poeta: "Viven y mueren a solas los poetas." E1 hispanista aleman Hans Gebser escribe 1a segunda colaboracién de este segundo nUmero de Caballo Verde, "La rosa": Esta es tu habitacion, blancas paredes En 1as cuales la luz se ha116 de nuevo; Un resplandor en sombra de tus manos Va sobre cada objeto y cada cosa. Ya todo a ti se encuentra acostumbrado, A tu temperamento y tu sonrisa; La luz, poniendo paz entre 1as cosas, Lentamente atraviesa 1as persianas. Las formas que hacia ti lentas maduran Mas lentas junto a ti han de apagarse; Y hacia un rayo de luz cuelga una rosa, Aunque mas en la luz estar quisiera. Crepuscular acoge la ventana Un cielo y un paisaje ya tardios Abre estival 1a mesa su madera Y 1a rosa crepita nuevamente. Este poema, de corte purista, aparece aqui en traduccidn castellana hecha conjuntamente por Gebser y Luis Cernuda. Gebser se encontraba en Madrid por 1as fechas en que se editaba Caballo Verde, trabajando en un estudio sobre la influencia de Rilke en Espafia, y fue entonces cuando conoci6 a Cernuda, Lorca, Aleixandre, Neruda y otros poetas de la capital.16 242 Juntamente con el hispanista inglés Roy H. Ninstone, realiz6 una antologia de los poetas de la generaci6n del 27 y permaneci6 en Espafia hasta el comienzo de la guerra civil. Sigue, como tercera colaboraci6n en el NUm. 2 de Caballo Verde un soneto de Jorge Guillén, llamado "El hondo suefio": Este sofiar a solas . . . iSi tu vida De pronto amaneciese ante mi espera! éPor d6nde voy cayendo? Primavera, Mientras, en torno mio dilapida Su olor y se me escapa en la caida. iTan solitariamente se acelera -Y esta la noche ahi, variando fuera- La gravedad de un ansia desvalidal Pero tanto sofoco en el vacio Cesara. Gozara de apariciones Que atajaran e1 vergonzante empefio De henchir tu ausencia con mi desvario. iRealidad, realidad, no me abandones Para sofiar mejor e1 hondo suefio! Este poema entr6 a formar parte del apartado cuatro, "Aqui mismo" de la segunda edici6n de C6ntico, editada en Madrid en 1as "Ediciones del Arbol" de Cruz y Raya en 1936. En cantico se observa la predilecci6n guilleniana por los metros clasicos, especialmente 1as décimas y los sonetos, y su gusto por la palabra exacta y la desnudez y limpidez de las imagenes. Como ha sefialado José Manuel Blecua, . . 1a palabra poética en Cantico esta funcionando exclusi- vamente dedicada a nombrar con exactitud y precisi6n el mundo de la realidad 7 . . Guillén odia lo vago y busca lo preciso y exacto . . .1 Su afan de precisién y exactitud es observable en "El hondo suefio," poema que, aunque escrito en 1935, nos atrevemos a calificar de "puro." Y no $610 contrasta con los poemas publicados anteriormente en Caballo Verde por su estilo y estructura. Guillén aqui afirma su confianza en 243 el mundo real, pidiendo a la realidad que no 1e abandone. La realidad es vista como un elemento vital necesario que nutre e1 subconsciente y que sirve de fuente de inspiraci6n hasta en los suefios: "iRealidad, realidad, no me abandones/Para sofiar mejor e1 hondo suefio!" Esta pos- tura choca de lleno con la convicci6n, compartida por los surrealistas y basada en los escritos de Freud, de que en los suefios estaba 1a clave de lo que verdaderamente es el hombre, y que 5610 a través de ellos puede llegarse a un conocimiento profundo de uno mismo. Aqui Guillén parece desconfiar de esta teoria, prefiriendo buscar en la realidad ali- mento para sus suefios. Por ser soneto, "El hondo suefio" contrasta fuerte- mente con los poemas verso-libristas de1 primer nUmero de Caballo Verde, pero es el primero de los muchos sonetos que se integran en el conjunto poético de esta revista, te6ricamente representativa de la poesia "impura." También es un soneto "E1 toro de la muerte," contribuci6n de Rafael Alberti a este segundo nUmero de la revista: Antes de ser 0 estar en el bramido que la entrafia vacuna conmociona, por el aire que el cuerpo desmorona y el coletazo deja sin sentido: en el oscuro germen descefiido que dentro de la vaca proporciona los pulsos a la sangre que sazona la fiereza del toro no nacido; antes de tu existir, antes de nada, se enhebraron un duro pensamiento 1as no floridas puntas de tu frente: Ser sombra armada contra luz armada, escarmiento mortal contra escarmiento toro sin llanto contra el mas valiente. Se trata de1 primer poema de1 libro Verte y no verte que escribié Alberti a raiz de la muerte de su amigo (amigo también de muchos de los poetas de la generaci6n del 27) e1 torero Ignacio Sénchez Mejias.18 La noticia 244 de esta terrible pérdida, que inSpir6 a Lorca igualmente su "Llanto por Ignacio Sénchez Mejias," llegé a Alberti cuando viajaba por el Mar Negro rumbo a Roma y a America. La primera edici6n del libro apareci6 en México, fechada e1 13 de agosto de 1935, en el primer aniversario de la muerte de su amigo. El soneto es una elegia a sanchez Mejias en la cual Alberti concibe su muerte en el ruedo como un sino inevitable, que estuvo predestinado mucho antes de1 encuentro fatal del lidiador con este "toro de la muerte." Antes de1 nacimiento del animal, su destino estaba ya fijado. E1 toro venia a1 mundo para ser una "sombra armada" contra 1a I'luz armada" de Sénchez Mejias, y a dar e1 "escarmiento mortal" a este torero que Alberti califica de "el mas valiente." El escritor chileno Luis Enrique Délano ofrece en este segundo nU- mero de Caballo Verde una "Oda a Lautréamont": I Venid sobre el rio ahora que la noche estrangula sirenas, con un escapulario a1 cuello y los guantes cefiidos venid a contemplar como corre a la muerte. Venid, sefior, venid, nada temais de los rumores, ni de los guardias ni de las azucenas. Derramad sobre el puente a1 agua tan helada de vuestros ojos poned a secar vuestra capa a la luz de las estrellas. Nada temais, confiad, creed, estrechad mi mano, que os trataré de tU como si hubiéseis muerto o estuviéseis desnudo. Acercaos, sefior, libre de luces, libre de transparentes albas. Es ahora, en esta hora cuando zarpan 1as nubes destilando anilina, gordas, desvinculadas. Ahora cuando duermen 1as gallinas y los ladrones crecen cubiertos de gaanas con antifaces palidos y oscuros sobresaltos. Venid ahora a contemplar e1 Sena en donde vuestra luz esta dormida bajo orines y voz de cargadores en aguas turbias libres de habitantes. 245 No hay mas que sefialar 1a circunstancia y no 05 quedais dormido todavia. II Corred, oh corred, huid, oh huid, huéspedes desvalidos, colonia sin raices, en el viento que vierte magnolias y rocio, en su pais, en su lugar, en su dominio. Sobre la tierra huid, oh huid, perdeos, que abre su boca negra e1 desdentado invierno, por donde un temporal de lenguas desatadas sale a cantar, sale a morirse. 0 buscad mas abajo, buscad, buscad estrechas galerias de topos y lombrices, donde duerme su suefio seguro la tortuga pausado, verde y silencioso. 0 volad mas arriba, volad, volad, pero tened cuidado con los pajaros plUmbeos, tratad de no meteros con cometas y brujas en sus escobas desgarradas. 0 echaos a la muerte en ese instante o 1Ugubre ladrad para que os acometa y en su barriga verde, en su viscera rota os tenga preparado e1 hospedaje. 0 morios o vivid o huid. El aire, e1 viento negro, los astros, 1as escobas 0 las sendas de cifras pestilentes y duras en donde los gusanos solazados respiran. III Aqui teneis un lirio apto para la noche, aqui teneis la noche apta para vuestras fechorias, para vuestras blasfemias, para vuestra tuberculosis, aqui teneis un reloj donde el tiempo madura, aqui teneis la eternidad y vuestro cora26n deseoso de cantar, aqui teneis un mastil, una sortija, una botella que cuando se la pone de través deja oir nifios sin cabellos, canciones y gritos de socorro submarinos, aqui teneis un mapa donde hay una isla sefialada con una cruz azul entre las cejas y finalmente aqui teneis e1 filo de mi espada apoyados en el cual los perros aUllan y los bebedores lloran lagrimas de carb6n. 246 Sigamos nuestro camino, yo puedo conduciros a los mas negros tUneles o a los mas verdes cielos, en un cristal de puras esencias minerales puedo llevaros a los colegios y a los embarcaderos. Puedo llevaros a pie 0 a caballo en vuestra sombra a los lugares mas tristes, a aquellos en donde e1 coraz6n deja caer sus algas y 1as erjulas mueren y el silencio infinito. Maldoror, buendoror, buen amigo, mal hijo, mal hombre, buen asceta de zapatos heridos, buen calor, mala miel de hormigas matutinas, mal viaje, buen abrazo, mal dolor, buen sonido. Con palmeras sin sombra, con piramides viudas, sobre el mar donde entonces saluda mi estatura, en el viento de arroz que reparte navajas, en un barco de noche, sin piedad, en la lluvia, con los ojos ajenos a1 tiempo permanente y en los labios un angel con un avi6n a cuestas y bajo el gran paraguas que tormentas oculta, y con definitivos clavos, con llaves negras, con rosarios de nudos en la voz y en 1as manos marchamos Maldoror, buendoror y fatiga. Qué atados, qué difuntos, qué bandoleros turbios en qué noche, en qué tierra tan 6spera y amarga! En su oda Délano invita a1 conde de Lautréamont a volver con él a andar sobre 1as orillas del Sena y a conocer de nuevo la noche que llen6 de pesadillas y horrores sus Chants de Maldoror. E1 poema es un homenaje a Lautréamont, pero se la puede considerar a1 mismo tiempo como un canto a1 surrealismo, ya que fue Bret6n quien rescat6 a aquel poeta del olvido, publicando en 1919 la primera edici6n completa de sus Poésies, en los NUms. 2 y 3 de la revista Littérature de Paris;19 ademas, los surrealis- tas reconocieron repetidas veces 1a influencia que Les Chants de Maldoror ejerci6 en su mundo poético.20 Este mundo poético del surrealismo se manifiesta en su evocaci6n en este poema de1 ambiente que rodea e1 Sena, en esta noche que "estrangula sirenas" y en donde "corre la muerte." Délano reconoce los vinculos entre su visi6n personal de la noche pari- sién y el mundo fantastico de Lautréamont. S610 necesita sefialarle "la 247 circunstancia" y el conde no queda "dormido todavia": su mundo poético no desaparece sino que encuentra su eco en muchos de los ambientes evocados por los surrealistas. E1 sexto poema del NUm. 2, "Fin de elegia," es obra de un poeta espafiol poco conocido, Argimiro Arag6n: Agrios huyendo los desvelos mudos e1 viento s6lo dentro de mis venas, por dentro de tu falda s6lo e1 viento: a mi corriendo nudos a1 pie y a la garganta queriéndome en la muerte besar celo y a ti con manos de grietas y de arena mordiendo e1 terciopelo de tu carne, cuando solo en deseos yo moria, cuando tan solo te besaron siempre oceanicas brisas impreganadas de sales y vapor y mi mirada. Después . . . ya todo lo demas lo sabes tU tan bien como yo mismo. Al fin e1 viento ha muerto en mis espaldas. aQué sera de la tarde ya sin viento? Igual, igual a lo que fue de mi, mientras estabas tU, sobre la espalda de1 viento muerta. Y la séptima y Ultima colaboraci6n de este NUm. 2 de Caballo Verde es el fragmento final de "Estos son los oficios" de Arturo Serrano Plaja: II Primero son los bueyes. Primero 1as testuces humilladas y los hombres desnudos, y la tala del bosque con sonido a lamento. Primero cierta estrella brilla mas alta o baja y las grullas anuncian 1as lluvias invernales preparando la gracia y 1as espigas. Primero son los bueyes con mugidos espesos dominando la tierra para 1as amapolas y el amor de mayo con un duro silencio de madera de encina de espaldas fatigadas y soledad muy alta, de arados y cervices y gafianes poblados de tristeza y de trabajo y de amargas palabras o crepUsculos rotos. 248 Primero son los bueyes y luego vendra e1 pan en los oficios, vendra e1 pan, el aceite y la canela, después de golondrinas llorando por el cielo, pasadas 1as cigarras y 1as roncas voces de1 estio, vendra e1 pan y la lumbre, vendra el amor de invierno después de los vapores calientes de la tierra y las fiebres lentas o circulos de plomo que pesan en el fino lenguaje de 1as hoces, y 1ejos de la trilla, muy 1ejos de 1as noches lascivas como labios, de 1as noches azules de muslos entreabiertos y de olores profundos a senos fatigados, a sudorosos vientres de amor y de verano, vendra e1 pan de los hornos, 1as calientes hogazas con sabor a tahona espesas 0 tan graves como besos de agosto. Primero son los bueyes, 1as minas 0 los huertos, e1 barro, los andamios, 1as maderas distintas, 1as selvas ordenadas, e1 cafiamo, las rocas, los talleres, y ese bronco destino de sal y muchedumbres, de an6nimas arterias como enjambres de fuerza midiendo e1 aire, el agua, dominando 1a arcilla y aguzando e1 acero para calmar la muerte. Para esperar e1 beso, . para inundar 1a sangre de formas y jilgueros, se han buscado primero 1as minas, se han talado los bosques, se han herido primero 1as manos con hollin y cemento. Con humo de carb6n y desprecio del llanto, hay voces, lentas voces, hay voces mas calientes y mas frias y hay voces trabajando con aroma de pozo, subterraneas palabras con sabor a metales, quijadas casi verdes de humedad oxidada y manos tan profundas que arrancan de la tierra campanas y martillos, azadas, cubos, hachas, vigas y plata pura y metal amarillo y lingotes de muerte, e1 carb6n jubiloso de los barcos y trenes cuyas sirenas muerden a gritos en la noche, y acero para rejas de carceles oscuras y plomo para balas que destrozan la vida. Hay manos peligrosas, hay manos sometidas a oscuridad sin fondo, y hay cemento y hay cal, y hay manos que construyen habitaciones puras, 249 techos tan inocentes, palpitantes paredes donde se yergue un beso, ladrillos apilados, petrificados testigos candorosos, albafiiles albergues de1 yeso y de un olvido, de una esperanza oscura con sabor a doncella, de un llanto, de una muerte, de un latido al galope tendido hacia otras manos 0 de negras derrotas de p61vora 0 de yel. Hay manos peligrosas, hay frentes, no hay respeto. Hay andamios colgados como distancia viva, hay sucios fogoneros y espuma y dinamita, hay alfares y hay luz y cieno en 1as letrinas de sofocantes gases amarillos. Hay madera de pino rezumando amor verde, hay caucho en unos bosques que otros ojos ignoran _ y hay labores diversas donde e1 sol sabe a estafio. Y mas, yo no recuerdo. Hay mas trabajos puros a1 sur y en el oeste. Hay bombillas azules y el sabor a calambre y amperios y veloces corrientes como voltios, y hay acido sulfUrico que muerde ciudades de palastro, y hay decretos de zinc para manos azules, para senos azules; para pechos sin luz, hay una luz, un arbol, un jUbilo poblado de pajaros y harina con suavidad de hueso, con un calor de otofio, de plumas imprevistas, de almendros florecidos y palomas leales. III Estos son los oficios. La 1ey de los trabajos es ésta decretada, entre brumas, por alcaldes del mar. Abuelos ignorados con amianto y madera me reservan un sitio de alquitran, un resquicio de brea, un pequefio agujero de sal para cavar mis versos en los petrificados surcos de la sangre, para notar mi sangre y otra sangre y un jUbilo seguro de latidos a1 vuelo. Esta composici6n reUne 1as mismas caracteristicas que hemos sefialado para el fragmento inicial publicado en el NUm. 1. Estan presentes en el poema indicios de una influencia estilistica de Neruda en la enumeraci6n 250 ca6tica de tantos elementos a través de los "hays" tan utilizados en Residencia en la tierra. Y se advierte un intento de crear un poema "impuro" y en contacto con el hombre, mediante un canto a los oficios que desempefia. El tercer nUmero de Caballo Verde se abre con fragmento de1 poema "Negaci6n a un viaje" de Emilio Prados: Ya estan 1as tiernas ramas que aun invitan; que aun florecen ingravidas como un mundo que nace. Las tiernas ramas que no conocen e1 quebranto ni e1 espantoso choque de dos cuerpos en tierra. Como el mar, como un suefio que se olvida; como el sol en la arena mientras los hombres luchan, ellas vuelan y agitan arriba entre las nubes felices en la lluvia y en la luz que se exaltan. Estan 1as tiernas ramas y 1as hojas que mecen y la tierra que curva huyendo su horizonte. Viven; no estan ausentes, pero resbala e1 suelo y otro dolor se eleva desde la misma sangre. Sabemos de unos hombres que mueren en la ausencia; de unos hombres 1ejanos en la piel que resisten, de unos hombres o cuerpos que oscurecen sus hojas mientras muerde la lluvia la arena enrojecida. Alli donde sin sangre 1as flores se enfurecen y arde sobre 1as charcas 1a espuma enfebrecida, hay arboles que esparcen felices su existencia como 1as altas nubes sobre el suelo se ignoran. Y e1 dolor, e1 dolor, esa voz ya permanente que el suefio no retiene y en el pecho rezuma; e1 dolor inflexible que prosigue en el viento, sin limite, insumiso, fuera de la memoria. No abandono estas playas ni la luz de la luna cuando aun 1as fieras pisan dulcemente en la sombra donde alli mismo existe 1a frente que domina; los hundimientos subterraneos que ocultan los gimidos. Lejos, 1ejos 1as flores de esa muerte jugosa alli donde se duerme sin limite en la selva; donde quiebra 1a espuma su olvido entre corales y un caracol sefiala los mas profundos suefios. 251 Lejos 1as mariposas que un mapa disminuyen; 1as diminutas sienes brillantes de los insectos; 1as hojas suspirantes que una bruma sostienen: esa mUsica facil que prende en la tristeza. Donde e1 latigo rige sobre el marfil que mancha; donde la inmensa noche con su calor alienta 1a enfurecida arena contra los mismos cuerpos: 1ejos, 1ejos 1as flores de esa muerte jugosa. No abandono estas playas. ' 10h sombra, sombra elévate! iUn arbol crece inmovil bajo los altos Vientos! Sorprende e1 tono apacible de este poema cuando lo comparamos con la mayor parte de la poesia que Prados publicaba por esta época, en la cual se evidencia una actitud de compromiso y militancia politica. "Negaci6n a un viaje" tiene pocos puntos en contacto con los poemas de No podréis, Calendario incompleto delgpan y el pescado o Llanto de octubre, libro inspirado en la revoluci6n de Asturias. Sin embargo, quizas se puede adivinar en este poema un compromiso implicito si esta negaci6n a empren- der un viaje es la negativa de huir de la realidad y de 1as responsibi- lidades del hombre frente a la sociedad. Jan Lechner ve la declaraci6n, "No abandono estas playas" como la determinaci6n de no abandonar e1 dolor y la miseria del tiempo, e interpreta la "playa" como el mundo auténtico de este poeta que por estas fechas recitaba sus poemas entre los pescadores y obreros de1 puerto malaguefio.21 Un poeta francés, André Bernard Delons colabor6 con el segundo poema de este nUmero, "Une ville dort dans ma poitrine": Je serre dans mes bras une ville morte Une grande capitale engloutie Qui dort, Qui dort dans mes bras sous la nuit de mon coeur. Il y a dedans de grands ruisseaux de brume Des tempétes séchées, des idées assassinées Des crimes Et i1 y a dans cette ville 252 Un immense vacarme pali Qui repose sous la solitude de mes bras. Tant d‘amour dans 1es lumiéres des rues, Tant de haines crépitantes au matin et de volontés Qui hurlent, et d’eau qui passent sous 1e ciel abolii Une ville dort dans ma poitrine, Une cité . . . Elle monte dans ma voix, court a 1’orage, Sonnne de mille cris embrouillés Lance ses feux dans ses coleres, Et ses dieux dans ses chemins morts. Je me heurte en aveugle aux filets de ses pluies cruelles, Je trébuche dans le cercueil de son écho Je me brule a tous ses soleils, Cet empire capturé me dévore, Au réveil, ma ville est sortie de moi, Ma violente prois s’est évadée aprés la bataille du songe, J’avais encore, sous mes pieds, des clameurs Et, devant mon visage, ses vents d'appel, ses pistes! Seules ses douleurs dans ma poitrine Tournaient toujours, tournent encore . . . Otra vez surge el tema de1 suefio en Caballo Verde, en este poema de Delons donde tampoco faltan imagenes de tipo surrealista. Esto no sor- prende en este poeta, que fue uno de los redactores de Grand Jeu, revista inspirada en el surrealismo (aunque luego se apart6 de 61), y publicada por un grupo de escritores j6venes que incluia a Gilbert-Lecomte, Dumal, Vailland y Sima.22 Concha Méndez, impresora de Caballo Verde, también contribuy6 poéti- camente en la revista con su poema "Yo sé . . .": Yo sé que a nadie importa lo que tengo, como a nadie 1e importa que el mundo se deshaga. Una ufia que vive, yo sé que a nadie importa, ni siquiera a la mano que de adorno 1a lleva. Mas aunque sé de sobra que a nadie importa nada, y en todo caso hay tanto de que hablar tantas veces, por ejemplo, del sol, por ejemplo, de1 suefio, 0 de lluvias ins61itas de ceniza 0 de ranas, 0 del barro que pisan los héroes terrenales, 0 del barco que un dia no supo donde estaba y se hundi6 para siempre; 253 o tal vez de la maquina, 0 del hombre, 0 del hambre que este hombre mastica junto al polvo, aunque sé que todo esto es algo que hoy se canta y al cantarlo se ondea la bandera del dia, quiero hablar de mi, s61a, frente a1 mundo distante, porque llevo en mis rios 1a sangre que me riega y una voluntad mia me lleva adonde quiero. Yo sé que a nadie importa el que tenga una vida salida de mi vida, con ojos que me ven y labios que me rien, con piececitos suyos que pisan ya y se mueven a1 aire que 1es llama. Asi ha empezado el mundo, piececitos pisando 1a carne que ha dolido, Desde que va esta vida--humana enredadera-- adosada a mi tronco, e1 azul que traspaso no es el azul de antes, ni e1 del mar, ni e1 del cielo, que es un azul hallado traspasando tinieblas junto a un suefio consciente. En tono de confesi6n intima, 1a poetisa canta aqui la relaci6n entre una madre y su hijo, y en una vena mas personal, su propia maternidad. La llegada de esa vida (e1 nacimiento de su hija Paloma en 1935) ha cambiado la suya, y hace imposible percibir el mundo de la misma manera que antes: "Desde que va esta vida--humana enrededera/adosada a mi tronco/e1 azul que traspaso no es el azul de antes . . . ." Expresa un sentimiento de soledad e incomprensi6n cuando declara "Yo sé que a nadie importa lo que tengo," y es consciente de que a1 escribir este tipo de poema intimo, obra en contra de la poética vigente. La poetisa considera como propios de la poética de1 momento cinco motivos tematicos: e1 surrealismo (e1 "suefio" 0 "las lluvias insélitas de ceniza 0 de ranas"); 1a actualidad o sucesos hist6ricos ("los héroes terrenales," "e1 barco que se hundi6 para siempre"); 1a exaltaci6n de la vida moderna ("la maquina"); temas mas humanizados ("el hombre") y temas de indole social ("e1 hambre que este hombre mastica junto a1 polvo"). Pero aunque sabe que "todo esto es algo 254 que hoy se canta," rechaza estos motivos prefiriendo cantar 1a alegria de su propia maternidad y mantener a1 "mundo distante." E1 cuarto poema de1 tercer nUmero de Caballo Verde lo escribi6 e1 poeta malaguefio, José Maria Souvir6n. Lleva como titulo "El luchador": Quiero a las calles solas, porque a ratos me protegen en contra del vacio y sé donde apoyarme para hallar un descanso a1 camino que hice 5010 y que volveré luego a comenzar. Pero 1as calles de este pueblo son para el aguila, no para nosotros: para el ha1c6n que las ve desde arriba y sabe d6nde empiezan, d6nde acaban, y las ve todas de una vez, a1 vuelo. Amo 1as calles a1 volver del mar. porque comprendo la dulzura tierna con que un pétalo cae, tan despacio y se besa a si mismo sobre el agua de1 charco quieto que él se cree que es mar. Pero no quiero vuestras calles tibias donde la vida es un espejo roto que todo la refleja y lo revuelve mostrando lo contrario de lo cierto poniendo la ilusi6n falsa que no quiero tener en mi, porque no quiero. 0h. iQué alto, 1a barba frente a1 viento andaba en estas calles cuando estaba todavia sin fardos en los hombros! Ahora los llevo y sudo y no me inclino y 56 que si un temblor de tierra viene no seré como el tonto del sismégrafo que marca un temblorcillo en una raya y se queda tranquilo y satisfecho. No. Con la carga y con los hombros altos a pesar de ella, con los ojos fijos en la esquina a doblar, fuerza de pufios, y en vez de pasos sobre el pavimento hacer como el ha1c6n. que desde el aire ve 1as calles enteras, de una sola mirada, y sus principios y sus fines. No es el sism6grafo, ridiculo y pedante quien sabe lo que dicen los temblores. Quien conoce a la tierra, es esa madre que mece al nifio y se persuade, blanca, de que es el mar meciendo a los navios. 255 En ella encuentro este secreto entero de la ciudad, que se me muestra ahora llena de apoyos para mi cansancio, capaz de hacerme her6ico entre sus puertas, vista en vuelo de ha1c6n, de aguila fuerte, capaz de hacerme entrar en vuestros grupos y abrazaros feliz y sonriendo, s6lo por la mujer que mece a1 nifio lo mismo que la mar mece a los barcos. Souvir6n evoca en este poema 1as calles, quizas 1as calles tranquilas y conocidas de su Malaga natal, que le ofrecen descanso en su camino y 1e dan aliento en su soledad. Se acuerda de un tiempo pasado cuando andaba por estas calles sin preocupaciones, "sin fardos en los hombros." pero en el tono desafiador de un hombre convertido en luchador, declara qUe soportara valientemente cualquier carga que 1e imponga la vida. No es en el sismOgrafo en donde se encuentra la verdad, sino en la madre que mece a1 nifio. E1 luchador toma este descubrimiento de las posibilidades de la naturaleza humana para vitalizar su ser y hacer frente a la vida. De este poema Souvir6n dijo, afios después de su primera publicaci6n: En la vehemencia de1 luchador se dejaba ver ciertas rafagas de escepticismo oscuro que mas tarde habian de durar y aUn crecer, hasta que se resolvieron, en 035a sucesiva, en una convicci6n religiosa de la existencia. "El luchador" forma parte del libro Plural belleza, publicado en Santiago de Chile en la editorial Nascimento en 1936, y que esta dividido en tres partes, "E1 amante," “El luchador" y "El jugador." Souvir6n naci6 a la poesia en el seno del grupo malaguefio de Litoral, y Altolaguirre intervino en la publicaci6n de su primer libro de versos, Gargola, en 1922. Vivi6 veinte afios en Chile, conociendo a Neruda por primera vez en 1933. Como apuntamos en el capitulo anterior, es entre Souvir6n y Neruda, en este primer encuentro en Chile, donde surgi6 el primer proyecto de crear una revista literaria con el titulo Caballo Verde para la Poesia, proyecto 256 que se realiz6 dos afios mas tarde. Asi que, Souvir6n tenia un doble lazo que le unia a esta empresa, su amistad con Neruda y sus relaciones con Altolaguirre, Prados y los otros poetas malaguefios de la generaci6n de 1927. A1 poeta cubano Félix Pita Rodriguez corresponde 1a siguiente cola- boraci6n en Caballo Verde, que titula simplemente "Poema": Abriendo manantiales donde la pulpa tierna se pertenece en dobles, materiales extravios. Convenciendo grutas que oscilan y no pierden, de pie, sus infalibles profundidades, pasando bajo agosto de llamas y lagartos y flores amplias que ondulan su vivir enterrado. Mixtificando fibras de cobre y algodones aUn de una tierra roja 1a ampulosa blancura. Haciendo que semillas podridas no se obstinen, invoquen leyes, nieguen su anuencia para seguir ahondando en la rebusca; tras e1 fragor, e1 clima, e1 titubeo de barreras de hormigas que no saben si deben. Los tres y yo. Un azad6n de aire con color de limones traspasa los helechos y los cauces calizos y el pueblo ciego del carb6n. 10h senectudes! Aguas de tres mil afios antes se adivinan, traspasan pafios, guantes, nos rodean en juventud difusa de humedades. Y 61 no aparece. P6rticos de sangre 1e inmovilizan, lento, en un fugarse de acueductos sombrios. iQué soledad cerrada para el canto! Y es un arp6n con garras, con mandibulas, con restos de cabellos entre las fauces duras quien entrega, canalizando jugos de espinacas, su tierna frente acostumbrada al viento. Un pecho. iPronto, un pecho! Reclinarlo. Nadie 1e toque, nadie acerque hasta sus ojos dominados imagenes de arriba. 257 Pero no es él. Es otro que habla sin saberlo de galopes de muchedumbres, de una avellana que perdi6 a su duefio Y anda rodando desde entonces, muerta, entre abejas, caballos y altozanos. Ocho mundos de tierra mas abajo, los tres y yo. iVendimiadores dulces! Algo tan desolado, tan minimo y ajeno como un huso, como la Ultima fruta de un arbol, como un hombre ante otro hombre, va trepando, reptando, deslizandose desde el estrato antiguo. Manantiales que ya no estan, despiertan 1as vitrinas de piedra en que se exhiben esqueletos de peces, los lagartos, 1as flores de1 carb6n. Las galerias de1 estafio no lo devuelven. Nos 10 niegan 1as laminas pro— fundas, 1as vetas, los carbunclos. Hemos de comenzar desde la calle. Hemos de hallar su pie, su mano intacta, su cabello de vino. Una lepra de liquenes, de musgos, 1as llagas de los c61chicos de junios y de agostos de mil afios y un olor sobre todo, un olor a praderas, a dulces menestrales y artesanos, un olor que se pliega y no se arruga de madejas de seda, delata cauces, sendas, monasterios. Por aqui. Por aqui 1as espadas y 1as tUnicas, los gremios 1as estatuas. un sonar alto, altivo, congregante tiende fervores. Pero 61 no esta. 10h aceites de la muerte! Ni un banco ni un anillo, ni su sombrero amargo, ni su sangre oxidada por el vino. Se ha disgregado tanto que no se 1e conoce, tanto que ninguna raiz sabe su nombre, no 1e han visto. Pero una tibia al menos, un falange, un diente. Con un diente nos basta para volver a1 aire con su muerte en las manos. 258 El joven autor cubano de este poema, residia en la inmediata preguerra en Madrid y tuvo amistad con Neruda y muchos poetas espafioles durante esta estancia. Conocido en la guerra civil como hombre comprometido politicamente con la izquierda, se identific6 desde muy joven con posi- ciones de vanguardia y 11eg6 a cultivar la poesia surrealista, de la cual es representativo este poema publicado en Caballo Verde. La Ultima poesia de1 NUm. 3 es un fragmento de un largo poema de 5.000 versos, "E1 cantar de la luna," escrito por el joven poeta de quince afios, Cayetano Aparicio: ~ RECOMENDACION 10h los lirios de la noche, lirios de la marejada, permitidme que dibuje un plano sin montafias, para que la tiesta de1 oyente, se encuentre concentrada en estos surcos abiertos por el arado de mi alma; en las flores de la aurora, en la noche y en el mafiana! 10h lirios de la noche, lirios de la marejada mostrad el nuevo Prometeo con la nueva llama! REVELACION iOid, nifios de viento, mi cantar disyuntivo y violeta pues ya no existen leyes en el galope ni leyendas de intimidad en la luna; la luna esta en la selva de1 cielo cazando con silogismos las estrellas! Ya ni el gobierno resuelve los lindos problemas de mitologia en la entrafia de 1as veletas de los estatutos, obligatorios para todas las cornejas, arrollados por el grito estival de la primavera. Si no existen maquinas de falsas leyendas de la luna, yo os 1as iré formando con azucenas y halos de disciplina en el matraz de mi cabeza. iNifios, oid e1 cantar de la luna desde la escuela! Tal como me lo cont6 mi prima la estrella, una noche de lagares, en 1as bodegas de un navio, en los mastiles altos, en las risas de 1as chimeneas. Alla arriba, la luna salia en bicicleta, navegando sin tregua en la nieve de sus velas, perseguianle en galope cuatro tormentas; en un potro verde, con 1as orejas negras. iOid, nifios, bien lo que os diga de su leyenda! nueva y vieja, como una rosa en una orquesta; la luna perseguida por las cuatro tormentas, 259 bajaba a1 valle, en los tallos de una maceta, escondida la luna. En el reino, 1as tinieblas. Las tormentas ya sin ira en la carcel se encadenan de la mano del buen sol marchan por la vega. Aqui el recuerdo se me acaba y la fantasia comienza engalanada con sus tesoros de pureza, pero en verdad, mis oyentes, no tengais creencia, todo lo que os digo lo invent6 mi testa. Ya los latigos de los ganaderos estaran sonando. Por 1as praderas la luna llovia sus lagrimas, sus lagrimas de madera, con las que los herreros fabrican 1as reyertas de los luceros por los amores, perdidos de las estrellas "Cantad mis siemprevivas; cantad mis siempremuertas, 1as oraciones fUnebres de 1as verdes estrellas" La luna, juez y tribunal, preside esta clase de fiestas, donde sale siempre con un regalo de cristales. En sus cacharros los lecheros han encerrado la luna sin mares los ojos peculiares naufragan en las gafas de los miopes, que no ven huir a la luna a los sangrientos bosques, canales; donde la luna alumbra a los lefiadores, aturdidos por los rifles de 1as parabolas, de 1as fuen- tes y . atrincherados en los paralelos 59 y 332 de mis cantares. "Canten mis siemprevivas, canten mis siempremuertas, canten las oraciones fUnebres delos lirios en los valles" Mis oidores ahabeis oido 1a mUsica de 1as catedrales, bajar de sus sillones por 1as escaleras principales? y unidos en tensi6n de los cables de 1as imagenes dibujarse la luna en las olas de los mares, de esos mares cautelosos que tienen decisiones unanimes, pues yo digo que no habéis oido estas verdades. Acompafiantes, decid la verdad, acompafiantes, mios, ocultos en esa selva de cortinajes, que el vulgo cree que son las nubes extendidas en el cielo por el vapor de agua y en verdad estan ahi sostenidas por cables, iDecid la verdad auténtica, acompafiantes! "Las nubes son cortinajes sostenidos por cables, que tienen los poetas y sus fantasias perdurables." iSuelta tus cabellos Luna, suelta tus cabellos para que mafiana en la bahia 1as nubes den sefiales del semaforo que significa vientos! Vengan estos dulcemente a salirnos a1 encuentro icantad mis tulipanes, cantad mis crisantemos 1as oraciones fUnebres de todos los luceros! El coraz6n de la Luna se lamenta por los oidos de la estepa y con su enlace inUtil dibuja su belleza que por los arboles vaga recargada de tiernas realidades que surten a1 verde de la primavera, 260 a la esmeralda trasparente de la quietud eterna. No, mentira la deslealtad franquea o los umbrales de los liquidos que de intimidad riega 1as platabandas enormes de los ojaranzos de1 planeta iCantad mis siemprevivas, cantad mis siempremuertas, Las oraciones fUnebres de las verdes estrellas! En esta composici6n, e1 joven poeta crea un nuevo cantar a la luna y llama a los "nifios de viento" que escuchen lo que la dice su fantasia. Asi, compone para los nifios de la escuela una historia fantastica, inventada; si no existen "maquinas de falsas leyendas de la luna," de- clara e1 poeta, él ira creéndolas en su propia imaginaci6n con la ayuda de lo que 1e cuenta su prima la estrella. En el mundo de fantasia infan- til creado por Cayetano Aparicio, caben todo tipo de aventuras. La luna, montada en bicicleta, es perseguida por "cuatro tormentas;/en un potro verde, con las orejas negras," y las nubes resultan ser enormes cortinas que adornan el cielo sostenidas por los cables que tienen los poetas y sus fantasias. Este poema esta lleno de frescura e ingenuidad que sorprende en un poeta de tan corta edad. A1 final de este nUmero, hay una nota, sin firmar, en la cual con- sta e1 fallecimiento de Valle Inclan, ocurrido e1 5 de enero de 1936. La admiraci6n que sentian los redactores de Caballo Verde por este genio perdido se hace evidente en su calificaci6n de 61 como "primer dramaturgo espafiol moderno y el primer escritor de su generaci6n." Admiran su "poder de burla y de alejamiento" e intentan defenderle contra los jui- cios negativos que emitian sobre él algunos escritores coetaneos suyos. Termina 1a nota sobre Valle con la declaraci6n, "Saludemos con respeto y tristeza este nombre, vacio ya de1 hombre que designaba." El NUm. 4 de la revista comienza con una colaboraci6n de José Moreno Villa, que publica aqui tres "Cartas sin correo": 261 I Como para nuestra corresponcia impersonal no hay sellos ni buzones, te escribo, amigo, en este folleto destinado a dormir en algUn rinc6n. Quiero hablarte de mi memoria. Unos dicen que es flaca, otros que nula. Todos yerran. Es eliminativa. De los animales que llevo vistos en mi existencia, borro millares, me quedo con una docena; de las flores que he visto, igual. Y de los hombres, pueblos, costumbres, pinturas, libros y leyes. Hasta de la paleta 0 del arco iris elimino y guardo No quiero e1 indigo ni e1 naranja. Recuerdo y uso e1 verde, e1 ocre, 1as tierras, e1 blanco y el negro. éPaleta pobre? No. Reducida. Manejada bien, da lo que se quiera. Borrar, quemar, suprimir es forzoso. No por demagogia, por 1ey natural. TU borras la vida de tus antepasados aunque salves a alguno; quemas e1 oxigeno de la sangre para vivir; suprimes los detritus de tu casa: muebles viejos, cosas rotas, mondaduras de cocina. No me puedo acordar de la teta que me acercaron a1 nacer, ni de1 primer tropez6n que di. Fui borrando, quemando, suprimiendo cosas para no morir asfixiado por las vulgares. Borré, quemé, y suprimi rincones de amor, caras besadas, espectaculos admirados, plumas que usé, incluso 1as recetas que me salvaron de la muerte Mi memoria no es flaca ni esquelética, es, sencillamente memoria. Sa16n sin muros, con nada dentro tangible. Un olor, una proporci6n, un acento, un grito. Cosas de este jaez son sus objetos manejables. II Sobre 1a variedad de1 Parnaso vale la pena detenerse. Hay quien la considera nefasta. Yo 1e aseguro que para el bien del l'botones," de la cocinera, e1 magistrado, e1 politico, 1a cendolilla, y la dama de alcurnia lo conveniente es un Parnaso abundante donde elegir manzanas, tomates, pifias, 262 cebollas, pepinos, brevas, bellotas y calabazas. Se comprende que no a toda hora guste el hombre de comer pifia. Y a su vez tampoco es posible que reduzca su paladar al pimiento. Nuestro Parnaso actual es suculento. Parece un "cap" de frutas y vino espumoso. En él acusa sus labores Juan Ram6n, Federico, Jorge, Antonio y Manuel, Pedro, Manolo, Rafael, Luis, y algUn adjunto americano. Te aseguro que es delicioso paladear lo que tiene de pifia este vate, lo que tiene de naranja este otro, y encontrar, en fin, de cada uno .10 albaricocado, almendrado, manzanesco, perista, platanico y uval. Es bobo quien se cierre a tanto sabor, quien se excluya y se contente con una guinda. TU, buen amigo, tendras en tu huerta poética todos los frutales y todas 1as hortalizas. Pero te recomiendo una cosa: no olvides que no hay un buen l'cap" sin un fino champagna. III . Te digo que desde Petrarca, primer oteador y catador de1 paisaje se cant6 mucho, pero nada de las carreteras en noche oscura. Y, hoy por hoy, lo mejor de un paisaje son las pistas recién acabadas. Si es de dia, porque deslumbran como los antiguos caminos blancos, y porque su tersura, su comba y perfiles acusan e1 progresivo arco del hombre. Si es de noche, porque en sus elementos -mojones numerados, sefiales metalicos, parapetos de alambre pintado, arboles con mandiles- ponen los faros su luz espectral, originando un escenario de ensuefio. Te aseguro que cantaria 1as carreteras en noche oscura si mi profesi6n de archivero y la ocupaci6n del pitillo no me hubiera rebajado tanto de tono. Voy a veces por un tUnel de ramas persiguiendo un verde pélido huidizo, un disco de luz sofiolienta ‘ que cabecea 0 se ladea cuando e1 coche salta 0 se hunde. Este disco, menos que lunar, de los faros, 11ega a un peralte y se me pierde en el carb6n de1 cielo nocturno. 263 Escalo e1 puerto y desde arriba columbro diez luces corredoras como diez insectos fosf6ricos, que se persiguen por el valle invisible, o por la falda redonda de1 monte Abro con ahinco 10s ojos inutilmente. En la noche no hay mas que puntos; en la 1ejania terrestre se repite e1 mapa estelar. Vuelvo a mi tUnel. Los troncos bragados se apartan 0 se abaten. Y alla se hunden atras los cantones, sefiales, parapetos y fajas después de tefiirse de luz amarilla verdosa. Estas "Cartas" pertenecen a la etapa mas depurada de la poética de Moreno Villa, representada por su obra Salon sin muros, que edit6 Altola- guirre en la coleccién "Héroe" en 1936. El libro, como ha sefialado Juan Cano Ballesta, gira sobre dos ejes: la autobiografia y el tema politico y social.24 Los tres poemas publicados en Caballo Verde dejan a un lado Alos asuntos sociales ya que son simplemente "cartas," observaciones y consejos a un amigo que el poeta escribe sin darles demasiada importancia y sin buscar en ellas la menor trascendencia (". . . te escribo, amigo, en este folleto/destinado a dormir en algUn rinc6n."). En la primera "carta," Moreno Villa habla de la memoria, §u_memoria, que segUn otros sera "flaca" o "nula," pero que él cree solo "eliminativa." Mantiene que es necesario eliminar de la memoria todo lo que sobra, y borrar de ella ”los detritus" para no morirse asfixiado por las cosas vulgares de la vida cotidiana. En su segunda "carta," Moreno Villa habla de la gran variedad de estilos poéticos existentes en el Parnaso, variedad que algunos consideran nefasta pero que a Moreno 1e parece fundamental. Un Parnaso que ofrece un surtido de "frutos" diferentes es lo conveniente ("Se comprende que no a toda hora/guste el hombre de comer pifia"). Esta variedad beneficia a 264 105 destinatarios de la poesia, que para este poeta incluyen desde los "botones" y las cocineras hasta los magistrados y los politicos. E1 Parnaso espafiol 1e parece un rico "cap" de frutas, y como ejemplo de e110 nombra a los poetas mas significativas de1 momento, anotando la presencia de "algUn adjunto americano," seguramente una referencia a Neruda. Con tanta riqueza, 1e parece que hay que probar de todo y que "Es bobo quien se cierre a tanto sabor,/quien se excluya y se contenta con una guinda." Recomienda a su amigo que tenga una huerta poética heterogénea pero que no olvide que un buen "cap" requiere un fino champagna. referencia quizas a la necesidad de cuidar los detalles de1 estilo. Hay en estos dos poemas toda una declaraci6n de principios poéticos. Moreno Villa confiesa que selecciona cuidadosamente los elementos y las experiencias que pueblan su memoria, fuente de su poesia. Suprime, eli- mina, borra; mantiene una paleta reducida que "manejada bien" 1e permite pintar, o poetizar, lo que quiera. No es Un poeta totalmente "impuro," no entran en su poesia muchos de estos elementos cotidianos que con gusto cantaria Neruda: "muebles viejos, cosas rotas, mondaduras de cocina." Pero tampoco se coloca en una postura purista. Le encanta la gran varie- dad de frutos poéticos que observa en la poesia espanola y urge a su amigo que pruebe de todo. En resumen, muestra una actitud abierta ante muchas corrientes poéticas distintas pero exige como ingrediente impres- cindible este "fino champagna" que es el estilo poético cuidado y esmera- do. La tercera "carta" de Moreno Villa aparece como una leve burla de la poesia vanguardista. Sefiala 1a conveniencia de afiadir a1 inventorio poético un tema modernisimo que los cantadores de paisajes han olvidado: 1as carreteras en la noche. Asegura que él seria el primero en cantarlas, 265 pero que su situaci6n actual lo impide. Ha dejado los juegos vanguardis- tas de sus primeras obras. Ya vive en la realidad y son otras las cir- cunstancias que guian su poesia; su profesi6n de archivero y su dedica- ci6n a1 "pitillo," dice, 1e han "rebajado de tono." Estas declaraciones no sorprenden en un poeta como Moreno Villa, contemp6raneo de Juan Ram6n Jiménez, pero gran amigo de la generaci6n del 27, que siempre supo man- tener su poesia abierta a tendencias nuevas. Rafael Alberti ofreci6 como segunda colaboraci6n en este Ultimo nUmero de Caballo Verde cuatro sonetos que aparecieron publicados mas tarde, en mayo de 1936, en su libro Nuestra diaria palabra que edit6 Altolaguirre en la serie ”Héroe." Los primeros dos sonetos llevan como titulo "El terror y el confidente": I Desvelar e1 oido oyendo nada, mientras 1a sangre sin dormir resuena muriendo de una duda que 1e llena de interminable espanto la almohada. aDenunciarias si fueras torturada, si en la noche de1 juicio y la condena un raspado de vidrio, sal y arena te mordiera la lengua interrogada? iHermanos, qué terror si yo pronuncio un s6lo nombre ante 1as lentas cufias que enturbien mi razon y pulsos presos! Ya e1 pensar solamente que os denuncio me arranca los raigones de 1as ufias y trastorna los quicios de los huesos. II iNunca! No 10 diré. Mas si 10 digo no culpeis a mi lengua, si a1 tormento que irresponsabiliza e1 pensamiento que descuaja a1 dolor e1 enemigo. 266 Si un silencio de muerte ira conmigo, mudo en mi sangre hasta el fallecimiento, no culpeis a mi voz, si a1 rompimiento de sus venas, sin cauces ya ni abrigo. Ni a1 delirio que ignora lo que explica, ni a1 secreto expropiado a la locura, ni a la desvariada confidencia la pena capital 10 justifica. iNo lo diré! Mas la mayor tortura sera siempre este estado de conciencia. Los otros dos sonetos de Alberti se titulan "Perro rabioso": I Muero porque 1as pulgas me inoculen 1a sangre de los perros mas rabiosos, me vuelvan los colmillos venenosos y el hombre que hay en mi me lo estrangulen. Que ni el odio ni la furia disimulen cuanto de hirientes, graves, peligrosos son mis serios arranques rencorosos, sin pufios que los frenen y regulen. Epoca es de morder a dentelladas, de hincar hundiendo enteras 1as encias, contagiando mi rabia hasta en la Muerte. Revolcandose, mira inoculadas anullar 1as horas de los malos dias, por morderlas ioh Tiempol, y por morderte. II Mordido en el ta16n rueda e1 dinero, y se retuerce ya en su sepultura, con la Iglesia y el hambre, la locura de1 juez, de1 militar y del banquero. Mordida y por el mismo derrotero va la familia, llaga que supura, en una interminable calentura, jugo de muladar y estercolero. Huele a rabia, a saliva, a gente seca, contaminando un humo corrompido la luz que ya no alumbra, que defeca. El cadaver de1 tiempo esta podrido, y 5610 veo una espantable mueca, una garganta rota, un pie mordido. 267 En el primer grupo de sonetos, "E1 terror y el confidente," quizas inspi- rado en el ambiente de represi6n que sigui6 a la revoluci6n de Asturias, Alberti muestra su horror ante la posibilidad de denunciar bajo tortura a un correligionario. Esta posibilidad, esta duda de si mismo, 1e llena de espanto. Se declara incapaz de denunciar a otro, pero al mismo tiempo sabe que la mayor tortura sera siempre este I'estado de conciencia," esta seguridad de que tras e1 tormento pudiera ser capaz de una de1aci6n. Los sonetos de "Perro rabioso" siguen la linea de otros poemas suyos de1 momento, como "Un fantasma recorre Europa," "Hermana," "Indice de la familia burguesa espafiola," 0 "La iglesia marcha sobre la cuerda floja,‘I que anuncian e1 derrumbamiento, que Alberti considera inminente, de la sociedad capitalista y sus instituciones tradicionales, la Iglesia, e1 ejército, 1a banca y la familia. E1 poeta describe su fervor revolucio- nario y su rencor hacia 1a sociedad burguesa con los sintomas o efectos de la rabia, y afirma que ha llegado e1 momento de contagiar a los demas con esta misma enfermedad. Estos poemas son representativos de la poesia revolucionaria que escribia Alberti en esos afios y es notable el uso que hace de1 soneto clasico para estos temas, ya que la poesia de tipo social se solia escribir sin trabas métricas, en verso libre, y de la forma mas llana y comunicativa posible. Los sonetos de "Perro rabioso" son 1a Unica muestra de poesia abiertamente militante y revolucionaria que aparece en Caballo Verde. E1 poeta argentino Gonzalez Carbalho, gran amigo de Neruda desde su estancia en Buenos Aires como c6nsul, escribi6 1a tercera colaboraci6n para el NUm. 4 de la revista, "La muerte verdadera": La muerte no es la rosa artificial, ni e1 agobiado luto de esa muerte incinerada, madre de los llantos. Es algo mas; es una edad de1 hombre. 268 Agua inicial en la primera lluvia del mundo, en el primer amanecer en que un hombre terreno abrid los ojos. Ella era entonces una rama verde. Rio que une los tiempos y el espacio cruza de eternidad a eternidad; muerte de cuatro puntos cardinales, de establecidas dimensiones y estaciones perennes, transcurriendo. También; revelaci6n de un infinito de nuestra miserable escasa vida. £Sabe el hombre de esta muerte cuando llora lagrimas de astearina en algUn trance de ataUdes y cirios de almacén? 6Conoce esta esperanza ya sin fechas? éTiene presente la espiral sin vuelo de otros meses sin limites ni sombras? av percibe la voz que atiende e1 muerto, para la cual sonrie humildemente y llora dias para devolverlos? La muerte es fresca como el aire. Aunque estilisticamente este poema ofrece escasa novedad, es interesante por su tema, un canto a la muerte en el cual esta se contempla de manera positiva, como una edad mas del hombre. E1 autor ve a la muerte como "revelaci6n de un infinito," algo por fin permanente y duradero después de "nuestra miserable escasa vida." Sin embargo, sorprende, y contrasta con tanta poesia en que el hombre se angustia ante la muerte. La pos- tura que toma Gonzalez Carbalho ante ella es de serenidad: "La muerte es fresca como el aire." Sigue a1 poema de Gonzalez Carbalho en este cuarto nUmero de Caballo Verde, otro de corte igualmente intimista, que también contempla 1a muer- te, "Pero mueren 1as almas" de Eugenio Mediano Flores: E1 alma no es el leve reclinarse en los cuerpos como la hoja amarilla lentamente posada en un otofio. 269 E1 alma no es el peso de una mirada amante que Oprime e1 cora26n hasta gozarla en suave llanto. E1 no alma es la rosa que se abre en nuestro pecho anunciando e1 presentido amor como un ingrave caminar a la alegria. E1 alma no es la vida para los que murieron, ni ni e1 dolor que a su morir dejaron, es eterno abandono de presencia. El alma no es el ultimo reducto de1 cobarde que no supo existir y busca en el morir la vida. Porque 1as almas mueren. E1 alma es es es e1 exacto presente de la ausencia, 1a perfecta luz de los ojos que anhelan, la inc6gnita que hace vida la vida. El alma es es es El es es es lo que muere sin que mueran los cuerpos, la angustia mas honda del placer, la cierta morada del sentimiento puro. alma la sorpresa de la luz en la oscura existencia, e1 lirio gigante que curva nuestro ser, el agua que a si misma da perfume y frescor. El alma es es es la verdad que muere con el cuerpo, la luz que se acaba a1 morirse los ojos, de1 eterno yacer e1 fin primero. El alma no es el oro de una hoja posada en el otofio, ni es la rosa que se abre en nuestro pecho; en alma sola es més . . . pero mueren 1as almas. Eugenio Mediano Flores ofrece en este poema su visi6n de los que es y no es el alma humana, y su impresi6n es una de extremado pesimismo. No cree que el alma del hombre persista después de su muerte: e1 alma no es "la 270 vida para los que murieron." Su concepto de1 alma como algo mortal se ve hasta en el titulo de1 poema, "Pero mueren 1as almas," y que repite dos veces a lo largo de la composici6n. Y la tragedia de esta mortalidad aumenta a1 observar que esta muerte de1 alma puede ocurrir antes de la muerte corporal: "E1 alma es lo que se muere sin que mueran los cuerpos." El hombre puede seguir viviendo aunque su alma haya "muerto." El poeta reconoce aqui 1a tragedia del hombre que se siente muerto espiritual- mente, pero que sigue manteniendo su existencia. El tema de la muerte se manifesta asismismo en el poema "Costa mortal" que escribe e1 poeta argentino Miguel Angel G6mez para este nUmero: I Caen sobre su rostro los geranios. son de arena distante en sus sentidos. La luz callada y tensa entre 1as manos. Un rio desolado, sumergido en el eco desnudo de su pulso y zorzales en llamas, fugitivos. Aire ya cieno, de recuerdo agudo, oliendo a estio yerto en la pradera, a agua dentenida por los juncos. II El hondo viento desangrando queda Desparrama en el sol de las achiras horas de lava, carcomida huella. Ramas del moho ya la sien orillan en el polen desierto de sus poros donde su carne para flor es isla. Parpado inUtil, peso de su rostro. Mar no esquivan, ni bocas, 1as corrients arrojadas a1 valle de sus ojos. Si. Roto galope que a su voz sostiene al sur de1 arbol, con sed en las hojas, en el ciego reposo de su semen. 271 III Cuando e1 humo levante su congoja en un aire de trigo y de caballos y el trébol arda a la luz de su custodia; y su aliento se mire vulnerado, caido en este campo de lagunas en el amargo sitio de los cardos. y los peces del llanto, en la nocturna sal, 1e taladren de mares e1 cuerpo ahora contenido en su llanura; y ya sea despojo sin acentos paralela a sus vértebras la pampa, sus potros impedidos por helechos; y la centella muere a sus espaldas; y se pierda el jazmin en la zozobra de sus venas hundidas como anclas. Y rocios no vuelvan, ni la sombra, cuando exista en espinas 0 en las algas la soledad en trance de gaviotas; la voz que le dictaban los rosales vivira su pais hasta que sola sobre los muros de la nieve sangre. En tres composiciones de tercetos asonantados, G6mez contempla su pr0pia muerte, o la de otro poeta argentino; pero como Gonzalez Carbalho, no se desespera ante e1 momento en que ha de estar "paralela a sus vértebras 1a pampa." Ve en la poesia, en su propia obra, la salvaci6n del poeta, y su continuaci6n en la tierra después de muerto: "la voz que 1e dicta- ban los rosales/vivira su pais . . . ." La novelista Rosa Chacel colabor6 en este cuarto nUmero de Caballo Verde con su "Soneto": En un corsé de calidas entrafias duerme una estrella, pasionaria o rosa; y alli, la casta Esther, la misteriosa Cle0patra y otras cien reinas extrafias de fieros gestos e indecibles mafias anidan entre hiedra rumorosa. Alli, hierve el rubi que no reposa, pulsan sus arpas mélicas arafias. 272 Alli, en el caliz de la noche umbria, sus perlas vierte e1 ruisefior oscuro Alli, sestea e1 fiel 1e6n del dia. En su escondido sésamo seguro custodia e1 grifo de la fantasia de hirviente manantial e1 fuego puro. En esta composici6n, 1a poetisa canta a1 mundo de la fantasia, a1 mundo del cerebro donde se producen las creaciones de la imaginaci6n. Por la forma métrica empleada y por su tema, podriamos considerar a éste como un poema "puro," y representativo de 1as demas poesias que integran su libro "A la orilla de un pozo," publicado en 1936. En la preguerra, Rosa Chacel formaba parte de un grupo de escritores que se consideraban discipulos de Ortega y Gasset. Su poética no se distancia de la actitud de Salinas, Jarnés u otros que seguian en alguna medida 1a estética pre- gonada por el autor de La deshumanizaci6n del arte. Y sigue a este poema de Rosa Chacel la penUltima colaboracidn de1 NUm. 4 de Caballo Verde, "Presencia del sur," escrita por el poeta chi- leno y gran amigo de Neruda, Angel Cruchaga: Eres tU la que asomaba su rostro en el atardecer detras de la casona de mis abuelos de ojos azules en los valles de la antiquisima Navarra; tu muerte, rodeada de rocio y de tiempo como un arrecife, tU la que desbordaste e1 leve coraz6n de mi madre. Ahora te recuerdo como si me suavizara tu presencia, ahora que la lluvia del Sur agita su cabellera de espumas, ahora que el pie quiere hallar su molde de tierra definitiva. Muerte, yo te evoco como a una gran marea, subiendo todas mis playas, situando todas mis islas, ahora que la juventud se va besandome por la vez Ultima. £D6nde estan los ojos de aquella de hUmedo perfil? aD6nde sus cabellos mojados de abejas? No puedes contestarme, tU que la adormeciste en tu atm6sfera claveteada de estrellas. Pensamos siempre en el crepUsculo tuyo, compafiera. Pensamos en tu vestido negro constelado de oro, en tus anillos de seda que chocan en el viento. Pensamos en tu andar grave moviendo lentas ajorcas. Pensamos en tu cintura languida, en tu frente infinita, en ti, muerte, de cuerpo visible en 1as lagrimas. 273 Y sin embargo, ahora que los afios trepan 1a colina de1 suefio y amanece cerca de la ciudad de la vejez con tumbas y pajaros y soledades, eres una cancién noble, como de hiedra en un b1as6n vetusto . . . Ahora que el sol corri6 su cortina de oro y la tarde es el pais de la tristeza, acércame el amor, anticipame e1 perdido reino. No importa que 1as canas aproximen el silencio; no importa que los espejos s6lo traduzcan un grito. Muerte, te conocemos, y tu fragancia abre la puerta de nuestro dia, cuando vamos a la ausencia, romeros de 1as montafias, vagabundos que llevan los caminos en las rayas de la mano duefios del hor6scopo y de sus tréboles fatales. iAh, vestida de negro! iAh, mi tranquila infanta! . Una vez mas surge en Caballo Verde el tema de la muerte en esta composi- ci6n de Cruchaga. E1 poeta, a1 acordarse de la muerte de su madre, declara que el recuerdo de la muerte pesa siempre en la memoria de todo hombre. Sin embargo, en su madurez, adopta una actitud de aceptaci6n hacia la muerte semejante a la que se expresa en el poema de Gonzalez Carbalho: la muerte es "fresca como el aire," y es su "tranquila infanta. Finaliza e1 Ultimo nUmero de la revista con un "Romance" de Manuel Altolaguirre: Entre anoche y este dia hay una frontera vaga, cual suspiro entre dos labios que estrecho se dilatara. Esta hora, este suspiro, no retrocede ni avanza: a mi derecha, a mi izquierda, como si fueran dos alas, se despliegan infinitas sus eternidades palidas. Eternidades que estan atravesando mi alma, que si no muere esta herida por la primer luz del alba. Ya nada importa que el sol calcine estepas sembradas, o haga florecer destellos en las llanuras del agua, 274 que mi vida se detuvo en aquella madrugada, espuma de luz y sombra, momento que no se acaba. Aqui lo tengo presente, aqui reluce su raya, barandal por donde miro el abismo de la nada, gris horizonta que borra lo que yo mas adoraba. Quien muri6 vive entre brumas en la niebla de mis lagrimas. Este bello poema esta dedicado a la memoria del hijo de Altolaguirre y Concha Mendez muerto en 1933, poco después de nacer. A través de esta forma métrica tradicional, e1 poeta evoca e1 momento en que su "vida se detuvo," y el recuerdo de este hijo que vive aUn, $1 $610 entre la "niebla" de las lagrimas del poeta. El poema pas6 a formar parte de apartado "La lenta libertad" de1 libro Las islas invitadas que Altola- guirre edit6 en julio de 1936. Nuestro breve comentario a los originales publicados en Caballo Verde para la Poesia nos permite ahora hacer algunas observaciones sobre 1a verdadera naturaleza poética de la revista. Aunque tradicionalmente asociada con la poética de "impureza" pregonada por Neruda en sus ensayos, es obvio que no todas las colaboraciones poéticas en la revista reflejan con fidelidad la poética expresada por Neruda. Como hemos podido obser- var, quizas sean s6lo dos composiciones, 1as de Arturo Serrano Plaja y RaUl Gonzalez Tufi6n, 1as que podemos calificar de "impuras" en el sentido que Neruda da a1 término a través de sus manifiestos. Los demas origi- nales representan toda una gama de orientaciones poéticas. Los poemas que se pueden considerar dentro de la corriente de1 surrealismo abundan, y no es dificil comprender por qué se acusU a Caballo Verde de "practicar e1 surrealismo" cuando apareci6 en octubre de 1935. Si bien predominan 275 105 poemas en verso libre, sin estructura fija, 1a cuarta parte de los originales publicados en la revista esta escrita en metros tradicionales, principalmente e1 soneto. Y aparecen una y otra vez en Caballo Verde los temas intimistas, como son la muerte, la tristeza, e1 alma, los suefios, etc. Estos temas si emanan, como requiere Neruda, del "sitio del coraz6n," pero el tratamiento que reciben surge de una postura de introspecci6n y hermetismo. La mayoria de estos poemas no van dirigidos hacia afuera, hacia el hombre y su contorno, y no se perciben en ellos la "confusa impureza'de los seres humanos" que busca en la poesia e1 poeta chileno. Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, en su articulo ya citado, han querido subrayar esta discrepancia entre la "teoria" de la poesia impura expuesta por Neruda en sus ensayos en Caballo Verde, y la "practica" o falta de tal, de_la poesia impura entre los colaboradores que escriben en la revista. Sefialan que "el grado de impureza de la revista esta "muy por debajo de1 que se le ha atribuido, y para comprobar esta falta de impureza ofrecen ocho pruebas. El primer reproche es para los poetas Rosa Chacel y Eugenio Mediano Flores, que utilizan los dos 1a palabra "puro" en sus colaboraciones. E1 titulo del poema de Hans Gebser, "La Rosa," es también evidencia de "pureza." Ambos, Gebser y Guillén, son criticados por incluir en sus poemas "notas de 9020 y plenitud (dentro de una concepci6n juanramoniana y desde luego guilleniana), que hace del poeta un ordenador del mundo y de los objetos." El largo poema "Cantar a la luna" y la nota que Neruda escribe en el NUm. 4 sobre Bécquer tam- bién 1es parecen a Cantarellas y Gené inadmisibles en una revista de poesia "impura." Tampoco admiten en la poesia impura los versos en que 276 "10 cursi esta a la 6rden de1 dia" (citan cuatro versos de1 poema de Panero), ni los poemas que tengan "corte intimista" (citan especialmente 'a Panero, Souvir6n, Molinari y Miguel Hernandez). Y finalmente, mantie- nen que la preferencia por el tema de la muerte (que se observa en los poemas de Alberti, Molinari, Cernuda, Hernandez, Délano, Arag6n, Pita Rodriguez, Gonzalez Carbalho y Mediano Flores) concede demasiada importan- cia a los "factores alejados de un humanismo optimista," ingrediente que sugieren Cantarellas y Gené debe estar presente en la poesia impura.26 En nuestro estudio de las revistas literarias de la época republi- cana en el Capitulo IV, hemos sefialado e1 caracter ecléctico de muchas de ellas. Caballo Verde para la Poesia es conocido como portavoz de la poesia impura, debido a los ensayos de Neruda, pero resulta ser, en cuanto a su contenido, una revista ecléctica donde tienen cabida trabajos de muy variado indole. El conjunto de colaboraciones publicadas en ella, procedentes de poetas muy distintos en su formaci6n, no constituye, como bien sefialan los profesores Cantarellas y Gené, un reflejo fiel de la poética de impureza pregonada por Neruda en sus pr6logos. Lo que es mas, dada 1a diversidad que existia entre sus colaboradores, hubiera sido casi imposible exigir que los treinta y cuatro poemas publicados en la revista se conformaran a la f6rmu1a impura nerudiana. Caballo Verde es, pues, la revista en donde se expusieron por primera vez programaticamente 1as caracteristicas de una poesia "impura" y humanizada. Pero tambien es una de 1as revistas poéticas mas representativas del momento, ya que se ven reflejadas en sus paginas 1as mUltiples tendencias poéticas que conflu- yen en la época de la preguerra. Ademas de los cuatro nUmeros de Caballo Verde aparecidos entre octubre de 1935 y enero de 1936, hubo otro nUmero que no 11eg6 a salir, 277 el NUm. 5-6, y la falta de noticias concretas sobre 61 ha dado lugar a mucha confusi6n entre los criticos que han estudiado 1a revista. Los ejemplares de este nUmero doble, dedicado a la memoria de1 poeta uruguayo Julio Herrera y Reissig, debian haber aparecido, segUn e1 propio Neruda en sus memorias, e1 19 de julio de 1936.27 Sin embargo, como afirma Concha Méndez, los ejemplares "quedaron impresos y a falta de encuadernar en el taller de nuestra imprenta, debido a que esta116 la guerra espafiola y nuestros obreros marcharon a1 frente de batalla."28 El destino incierto del "nUmero perdido" ha creado una confusién alrededor de la publicaci6n de Caballo Verde y ha suscitado, en algunos casos, malentendidos sobre 1a revista. El mismo Neruda dijo que de su Caballo Verde "salieron cinco primorosos nUmeros . . ." y se refiere al nUmero homenaje a Herrera y Reissig como el "sexto nUmero."29 Otros comentaristas de su obra han repetido e1 error de hablar del nUmero perdido como el "sexto," y en el catalogo de revistas literarias de la revista Poesia Espafiola, consta que de Caballo Verde se publicaron "cinco nUmeros entre 1935 y 1936."30 Para intentar clarificar este problema, Jan Lechner en su libro E1 Compromiso en la poesia espafiola de1 siglo XX reproduce una carta del bibli6grafo nerudiano Jorge Sanhueza en la cual consta que $610 aparecieron un total de cuatro nUmeros de Caballo Verde. Pero Sanhuesa contribuye a la con- fusi6n que envuelve el NUm. 5-6 cuando indica que fue un nUmero homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer, confundiéndolo con el NUm. 4 donde aparecen unos parrafos de Neruda dedicados a Bécquer. Siguiendo esta informacidn err6nea en su articulo de 1977, Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené se refieren a1 "quinto nUmero dedicado a Herrera o a Bécquer."31 La editorial Aguilar de Madrid, que preparaba una antologia de la obra de Herrera y Reissig, se puso en contacto con Neruda con el fin de 278 averiguar 51 e1 poeta chileno poseia algUn ejemplar del "nUmero perdido." Aunque su respuesta fuera negativa, esta gesti6n por parte de la casa editorial hizo que Neruda aclarase por fin 1as circunstancias de la publicaci6n de1 NUm. 5-6 en un articulo en la revista Ercilla de Santiago titulado "Se ha perdido un Caballo Verde."32 Aqui, e1 poeta se complace en haber sido el que llev6 "la pasi6n herrerayreissigiana" a Madrid, y en haber despertado un interés por el poeta uruguayo entre los poetas j6venes de Espafia. Recuerda que, a1 leer a sus compafieros 1a obra de Herrera y Reissig, "La tertulia lunatica," salian chispas verdes, sulfUricos diamantes, y mientras mas arreciaban 1as sorprendentes ecuaciones de las décimas julia- nas, mas ggertemente se comunicaba e1 poder poético de1 uruguayo. Neruda justifica su pasién por la poesia modernista de Herrera y Reissig afirmando que este poeta "sublima 1a cursileria de una época, reventandola a fuerza de figuraciones volcanicas." Le compara a1 arqui- tecto catalan Gaudi que "hace estallar e1 arte del 900 can sistematico paroxismo, necesario como una gruta marina para la repoblaci6n de la belleza," y declara que el uruguayo, . . es vertebrado y fatidico y su arte es una relojeria de consecuencias exactas, un torbellino con sus relampagos de la exactitud. Asume de tal manera e1 gran disparate poético qug nada 1e arredra y es dificil ir mas alla en lo absurdo . . . 4 Como ha sefialado e1 critico Pablo Corbalan, cuando se proyect6 e1 nUmero de Caballo Verde en honor a Herrera y Reissig, se cumplia e1 veinticinco aniversario de su muerte y el sesenta de su nacimiento.35 Con este motivo Neruda promovi6 e1 homenaje para dar por fin a1 poeta uruguayo un reconocimiento que todavia no habia alcanzado en Espafia: Quise honrar preferencialmente a Herrera porque entre los modernistas tiene fosforescencia propia, de luciérnaga. Si Rubén Dario es el rey indudable de la marmoleria modernista, 279 Julio del Uruguay arde en un fuego subterraneo y submarino y su locura verbal no tiene parangén en nuestro idioma. A Rubén Dario se 1e pag6 en Espafia 1a moneda discipularia del recono- cimiento, pero e1 inmortal uruguayo pas6 desapercibido: no tuvo corifeos, ni fue imggado con la intensidad creadora de los seguidores de Rubén. El homenaje fue convocado a través de una nota publicada en el NUm. 3 de Caballo Verde en diciembre de 1936: Nuestros nUmeros 5 y 6 seran consagrados a la memoria del grande y olvidado poeta Julio Herrera y Reissig. Rogamos a cuantos puedan ayudarnos y en especial a nuestros amigos uruguayos, que nos envien cuanto material sgcuentren de interés para esta necesaria conmemoraci6n. Al hablar en su articulo de Ercilla de esta conmemoraci6n Neruda observa que el "misterio de Caballo Verde, de su Ultima entrega, sigue tal vez rondando por la calle Viriato, en Madrid . . ." donde se imprimié en el taller de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez. Se pregunta si existira en algUn s6tano, "inanimada y amarillenta," la que denomina su "mejor revista de poesia." Los esfuerzos de los estudiosos de la litera- tura espafiola de preguerra y de los coleccionistas por encontrar e1 nUmero perdido de Caballo Verde siguen sin dar fruto. Y el mismo Neruda confiesa que él presiente su imagen "incorpérea, vestida con sus paginas fantasmales atrevesando la noche de la guerra y la noche de la paz."38 Aunque lamentablemente no haya sobrevivido ningUn ejemplar del NUm. 5-6 de Caballo Verde se puede apreciar lo que hubiera Sido este homenaje a través de varias declaraciones sobre su génesis que han hecho algunos de los principales participes en 61. Vicente Aleixandre ha indicado que la idea de hacer un homenaje a Herrera y Reissig surgié en la casa de Manuel Altolaguirre. Este, Neruda, Lorca y el mismo Aleixandre compusie- ron cada uno un poema, quiza sin saber que seria una de 1as Ultimas iniciativas poéticas antes del estallido de la guerra: 280 Todos se leyeron en Velintonia, un dia como otro cualquiera (con Delia), sin e1 menor énfasis. Porque aquella reuni6n amistosa era eso: reunidn de amigos; unas veces venia uno, otras veces faltaban otros; pero todos prggentes siempre, con esa admirable continuidad de la juventud. Neruda también menciona 1as colaboraciones poéticas de Aleixandre, Federico y Miguel Hernandez al homenaje de Herrera y Reissig, y afiade que "Ram6n G6mez de la Serna escribi6, con su estilo egregio, pagina y media que destacaba 1a silueta de1 grandioso poeta" y que el poema que él mismo compuso para la revista se titulaba "E1 hombre enterrado en la Pampa."4O Asi que, 1as declaraciones de Neruda y Aleixandre revelan que entre los colaboradores del "nUmero perdido" se encontraban Aleixandre, Altolaguirre, Miguel Hernandez, Lorca, Neruda y Ram6n G6mez de la Serna. Con 1as composiciones de estos seis autores se podria intentar recon- struir, al menos parcialmente, e1 nUmero perdido de Caballo Verdegpara la m. E1 poema que Aleixandre escribi6 para el NUm. 5-6 problemente sea e1 titulado "Las Barandas" que lleva 1a anotaci6n: "Homenaje a Julio Herrera y Reissig, poeta 'modernista'": Un hombre largo, enlevitado y solo mira brillar su anillo complicado. Su mano exangUe pende en las barandas, mano que amaron virgenes dormidas. Miradle, si. Los lagos brillan yertos Pero los astros, si, ruedan sin mUsica. Constelaciones en la frente mueren, mueren mintiendo su palor cansado. Casi no alumbran los labios frios, labios que amaron cajas musicales. Pero 1as lunas, lunas de oro, envian "supramundanamente" sus encantos y hay un batir de besos gemebundos que entre jacintos mueren como pluma. Un fantasma azulenco no se inclina. Fdsforos lucen. Polvos fatuos, trémulos. Suena un violin de hueso y una rosa. Un proyecto de sombra se deshace. 281 Una garganta silenciosa emite un clamor de azucenas deshojandose. Y un vals, un giro o vals toma, arrebata esa ilusi6n de sabanas vacias. Lejos un mar encerrado entre dardos suspira o canta como un pecho oprimido. Y unos labios de seda besan, y alzan una sonrisa palida de sangre. Dulces mujeres como barcas huyen. Largos adioses suenan como llamas. Mar encerrado, corazén o urna, lagrima que no asumen 1as arenas. Duramente vestido el hombre mira por 1as barandas una lluvia magica. Suena una selva, un huracan, un cosmos. Palido lleva su mano hasta el pecho. Esta composicién, con la fecha l936, apareci6 incluida en el libro Naci- miento Ultimo de 1953 y se encuentra en las ediciones sucesivas de sus Obras Completas.41 También Manuel Altolaguirre public6 un poema llamado "Homenaje a Julio Herrera y Reissig" que podemos suponer era e1 destinado a Caballo Verde: Para entrar en tu ausencia, en esa construcci6n de tu vacio tus palabras mayores --muerte, amor-- son las puertas que invitan. En el dintel del fuego, antes de penetrarte, vi e1 estuco aparente, tus mostachos oniricos, tus amigos de escuela; p6rtico con melenas como infinita fuente de violetas, de pensamientos y de no me olvides; cauda que serpentea sobre desnudos armoniosos. Penetre en tu museo de tarjetas postales, en tu sal6n o torre, por esa doble puerta, por tu amor, por tu muerte, palabras como fauces. 282 Apareci6 este poema por primera vez en el apartado trece ”Lo invisible" de su libro Las islas invitadas, publicado en su imprenta de Madrid en julio de 1936, y fue incorporado mas tarde a la edici6n p6stuma de sus Poesias Completas.42 "Epitafio desmesurado a un poeta (Julio Herrera y Reissig)" es el poema que Miguel Hernandez dedic6 a1 poeta uruguayo; poema destinado con toda verosimilitud a 1as paginas de la revista nerudiana: Nata de1 polvo y su gente y nata del cementerio, verdaderamente serio yace, verdaderamente. No se si en su hierviente frente, manicomio y calabozo, aUn resplandece algUn trozo de1 relampago bermejo que enloqueci6 en su entrecejo. Quiso ser trueno y se qued6 en sollozo. Fue una rueda solitaria hecha con radios de amor y a la luna y al dolor daba una vuelta diaria. Un aguila sanguinaria le pic6 cada sentido, que aventado y esparcido de un avaricioso modo llevaba del cuerpo a todo. Quiso ser trueno y se qued6 en gemido. Trueno de su sepultura sea, y del polvo y de1 cieno, este que tuvo de trueno sangre, pasi6n y locura. La espuma de su figura, hasta perder e1 aliento hizo disparos de viento con sangre de cuando en cuando. £Sigue su polvo sonando? Quiso ser trueno y se qued6 en lamento. El poema se encuentra en la Obra escogida de Miguel Hernandez de 1951 y en ediciones posteriores de sus Obras Completas.43 283 Lamentablemente, una larga bUsqueda nuestra no ha dado con los textos, que segUn testimonios de Neruda y Aleixandre, escribieron Lorca y G6mez de la Serna para el homenaje a Herrera y Reissig. Tampoco aparece publicado en ningUn libro de Neruda e1 texto de1 poema que dice haber escrito en honor del poeta uruguayo, aunque lo haya citado por su titulo en su articulo en Ercilla. Por ahora, hemos de contentarnos con los poemas de Aleixandre, Altolaguirre y Miguel Hernandez como muestra de lo que era este nUmero doble de Caballo Verde, perdido para siempre a1 estallar la guerra civil espafiola. Por la calidad de 1as colaboraciones poéticas publicadas en Caballo Verg§_y por la intensidad de la polémica suscitada en su dia por los manifiestos nerudianos, esta revista, como hemos afirmado antes, ha sido citada muy a menudo como clave para enterder e1 ambiente poético de la inmediata preguerra. Sin embargo, nos interesa ahora intentar una inter- pretacian del significado verdadero de Caballo Verde, ya que ha sido victima de interpretaciones equivocadas que conviene examinar. En varias ocasiones se ha atribuido a la revista un significado politico que estimamos exagerado y a menudo err6neo. Es légico que Caballo Verde no fuera 6rgano de una poesia comprometida ya que, como hemos visto en nuestro estudio de la trayectoria poética de Neruda, en el Capitulo III, e1 compromiso politico no se manifest6 en su poesia hasta despues del comienzo de la guerra civil espafiola. Por 1as fechas en que apareci6 Caballo Verde, Neruda todavia no habia dejado traslucir sus actitudes politicas en su obra poética. En octubre de 1935, cuando sali6 a la calle el primer nUmero de la revista, e1 poeta chileno asistia a1 ya mencionado acto en el Ateneo de Madrid donde varios poetas leyeron su poesia politica inspirada en la revoluci6n de Asturias. Cuenta Gonzalez 284 Tufi6n que en este momento, "Pablo era decididamente antifascista, . . y simpatizé profundamente con los mineros astures y los obreros madrile- fios durante aquellos dias del 'octubre rojo.'" Pero segUn el poeta argentino, Neruda sonri6 cuando 1e sugiri6 que reflejara en algUn poema estos sentimientos. "Estaba encerrado en el clima ciertamente cuativante de su Residencia en la tierra . . . ."44 Aunque Neruda mantuvo esta actitud de indecisi6n ante 1a poesia de tipo politico hasta después de1 comienzo de la guerra, varios criticos han querido descubrir en Caballo Verde para la Poesia una revista de poe- sia comprometida. Antes de que su publicaci6n en edici6n facsimil hiciera posible que fuera conocida por un pUblico amplio, 1a revista tenia la reputaci6n de ser una revista literaria de orientaci6n politica y mas de un critico ha fomentado err6neamente esta reputaci6n buscando en la revista un significado politico que nunca tuvo. Como ha dicho Jan Lechner, algunos criticos "sugieren con cierta satisfacci6n que se trata de una revista poética de postura comprometida, lo que no es."45 Un ejemplo de ello se encuentra en el estudio de la obra nerudiana realizado por Margarita Aguirre bajo e1 titulo Las vidas de Pablo Neruda: Pero los dias de Espafia se tornaban sombrios y Neruda no es un espectador indiferente. Rafael Alberti ha partido en octubre de 1934 al Congreso de Escritores de Moch y no puede volver; los fascistas han destrozado su casa y lo buscan. Se fusilaba a los mineros en Asturias, Hitler en Alemania alista a su tercer Reich y quema libros en Berlin. Todo e110 deja su semilla en el laureado poeta y c6nsu1 de Chile. 'Caballo Verde' comienza a tefiirse de rojo; ya no $610 de interesa pgrgla poesia pura y ahora habla de una poesia sin pureza. ° La referencia a la revista entre tantos datos politicos de la época de la preguerra y la frase "'Caballo Verde' comienza a tefiirse de rojo" .hacen pensar que se trataba de una revista que asumia abiertamente una 285 postura ideol6gica determinada, postura que no aparece ni en los mani- fiestos de Neruda ni en la gran mayoria los poemas de los colaboradores. Las observaciones de Dietrich Briesemeister sobre Caballo Verde tambien reflejan este tipo de equivoco. Hablando del poeta Emilio Prados dice que su . . bUsqueda del establecimiento de una nueva base de com- promiso politico fue comprensivamente seguido por poetas como Altolaguirre, Cernuda, Alberti, Garcia Lorca, por $610 nom- brar algunos. Poco después también reclam6 Neruda programa- ticamenti en Caballo Verde_para 1a Poesia una "poesia sin pureza." 7 E1 problema en ambos casos parece centrarse en una voluntad de interpre- tar el concepto de "poesia impura" como equivalente a una'boesia de com- promiso" o "poesia politica," interpretaci6n que nos parece err6nea después de haber analizado con detalle los ensayos en los cuales Neruda expuso su teoria de la "poesia sin pureza." Cantarellas y Gené dedican gran parte de su ya citado articulo sobre Caballo Verde a aclarar lo que debe de resultar obvio para el conocedor de la revista: que se trata de una exageraci6n identificar con un compromiso revolucionario 1a poesia sin pureza pregonada por Neruda. Observan que, . . la poesia comprometida no cuenta con un amplio nUmero de poemas ni caracteriza 1as mejores colaboraciones de la revista, . . . estamos 1ejos de una literatura social . . . y aUn mas 1ejos de una intencionada repercusi6n popular.48 Al mismo tiempo, encuentran en el poema "Yo 56" de Concha Méndez un "categ6rico rechazo" de la poesia comprometida, y citando varios versos de este poema, mantienen que "la revista que editaba estos versos tenia al mundo distante."49 La observaci6n sobre la escasez en Caballo Verde de poesia de tipo comprometido es correcta, ya que, como hemos visto, 1a poesia de este 286 tipo no predomina, ni mucho menos, en la revista. Pero Cantarellas y Gené también parecen caer en la equivocaci6n de confundir la poesia "impura" con la poesia "comprometida," al referirse a la revista como "pretendidamente comprometida y revolucionaria."50 En ninguna parte de los manifiestos en pro de una poesia impura, se menciona 1a poesia com- prometida o revolucionaria, ni aparecen 1as palabras "compromiso," "revoluci6n," u otro vocablo que pudiera llevarnos a interpretar los pr6logos nerudianos como apologia de una poesia abiertamente politizada. Asi que, el reproche de estar "1ejos de una literatura social" es acer- tado pero gratuito. No se puede reprochar a la revista que no fuera lo que jamas quiso ser: una revista de poesia de compromiso politico. En cuanto a la observaci6n de que Caballo Verde "tenia a1 mundo distante," habria que aclarar lo que Cantarellas y Gené parecen decir aqui. Si lo que quieren decir es que Caballo Verde tiene a1 mundo distante porque no ostenta ninguna toma de postura social 0 politica, como hemos observado, e1 juicio es correcto. Pero, desde luego, 10s colaboradores mas significativas de Caballo Verde, como individuos, n0 mantenian en esa época a1 mundo "distante." Ya hemos comentado en el Capitulo I de este trabajo, 1as actitudes politicas de Alberti, Prados y Serrano Plaja durante este periodo. Conocidas son también la adhesi6n de Cernuda al comunismo y su participaci6n en las Misiones Pedagégicas, la reacci6n de Gonzalez Tufi6n ante la revoluci6n de Asturias, y el esfuerzo de Lorca y su grupo de teatro "La Barraca" por acercar a1 pueblo espanol a su cultura clasica. Caballo Verde, debido a sus fines pura- mente estéticos, y a la diversidad de sus colaboradores, puede conside- rarse una revista alejada del mundo y de las preocupaciones sociales. 287 Pero esta observaci6n no se puede extender a muchos de los que en ella escribian y que se encontraban en aquel momento entre e1 nutrido grupo de intelectuales preocupados cada vez mas por el porvenir social de Espafia. Aparte de que en los ensayos nerudianos no hay ningUn indicio que nos conduzca a interpretar esos manifiestos como en pro de una poética poli- tizada, existen razones para suponer que Neruda contempl61a.posibi1idad de imprimir a Caballo Verde un matiz mas comprometido o politizado, pero que luego recha26 esta idea. Cuenta en sus memorias que a Rafael Alberti no le gust6 e1 titulo de la revista: "aPor qué va a ser verde e1 caballo? Caballo rgjo deberia llamarse." Pero enseguida observa Neruda, "No 1e cambié e1 color . . . Hay bastante sitio en el mundo para caballos y poetas de todos los colores del arco iris."51 Asi, pues, apareci6 como posible nombre de la revista el de "Caballo Rojo para la Poesia" que, dado e1 clima politizado que reinaba en Espafia en 1935 y 1936, y par- tiendo como sugerencia de Rafael Alberti, hubiera representado una clara toma de postura politica, aun siendo 5610 el titulo de una revista lite- raria. La cita de 1as memorias parece indicar que Neruda no quiso adoptar para su revista un titulo que le pudiera prestar un significado politico determinado. Otro indicio de su posible voluntad de mantener a Caballo Verde a1 margen de los conflictos politicos se halla en el tipo de colaboraciones literarias que Neruda como director de la revista acept6 de sus colabora- dores. Bien es sabido que varios de los poetas que publicaron en Caballo Vergg_escribian por esas fechas poesia comprometida y a veces abiertamente militante.52 Sin embargo, como hemos observado anteriormente, los poemas de Caballo Verde que tienen un claro signo politico 0 de compromiso son escasos. El hecho de que varios de los colaboradores de la revista ya en 288 1935 hubieran escrito libros de poesia comprometida y hubieran publicado versos de tipo politico en otras revistas contemporaneas a Caballo Verde puede indicar que se operaba un proceso de seleccidn a través de Neruda que excluia los poemas estrictamente militantes. A estos datos, que apoyan nuestra tesis sobre el caracter apolitico de la revista, hay que afiadir 1a observaci6n de que la naturaleza estricta- mente estética de Caballo Verde se hace inmediatamente evidente a1 compa- rarla con otras revistas claramente comprometidas que se publicaban por la misma época: Octubre, Nueva Cultura, Tensor, Orto, Nuestro Cinema, etc. El contenido de Caballo Verde, salvo los ensayos de Neruda, es exclusivamente de poesia, y hasta en el formato parece ser una publicaci6n para minorias mas bien que la clasica revista de masas que pretende alcan- zar una difusi6n popular. Una revista impresa en papel de alta calidad, con tintas de varios colores y con ilustraciones, hecha y cosida a mano, rara vez aspira a unas tiradas masificadas. Y en cuanto a su precio, Caballo Verde, a 2'50 pts. e1 ejemplar, se coloca mas en la linea de 1as revistas de élites como Revista de Occidente (3'50 pts.) 0 Cruz y Raya (3'00 pts.), que entre 1as revistas asequibles a un pUblico mas amplio, como Octubre (50 cts.), Nueva Espafia (25 cts.), Frente Literario (20 cts.), Hoja Literaria de Madrid (25 cts.), Nuestro Cinema (40 cts.), Tensor (l pta./nUmero doble), etc. El error de interpretar a Caballo Verde como una revista comprome- tida proviene quizas de la dificultad de conocerla hasta el momento de su reedici6n, junto con la tendencia a identificar automaticamente a Neruda con la poesia politica y revolucionaria. El critico José-Carlos Mainer cae en esta equivocaci6n cuando afirma que "el desgarro popular de la c0pla politica y el apastrofe indignado e hirviente" que caracteriza la 289 1a poesia de Rafael Alberti en 1934 esta "muy pr6ximo a1 de Neruda en los mismos anos.”53 La observacidn sobre la naturaleza politica de poesia de Alberti es correcto: pero esta poesia no esta pr6xima a la poesia de Neruda, que en 1934 todavia se mantenia en la linea del herme- tismo que caracterizaba Residencia en la tierra y que no se manifiesta comprometida hasta el comienzo de la guerra civil. El mismo Alberti ha querido subrayar en varias ocasiones e1 caracter esencialmente estético de Caballo Verde. Comentando 1as actividades literarias de Neruda en Madrid ha declarado: . Pablo hizo una revista de poesia que se llamaba Caballo Verde para la Poesia: era una revista despreocupada de todo problema social. Si no una revista de poesia "pura" en el concepto de los afios 25-26, si era de una cierta gxreza, de cierta 1ejania de problemas que estaban vigentes. Y una importante protagonista en la publicaci6n de Caballo Verde, Concha Mendez ha afirmado que: . . . esta revista no tenia ningUn significado politico. Se trat6 nada mas de que su relacian fuera exclusivamente poé- tica, hecha desde luego de un ggdo objetivo mas que subjetivo, y s1empre en el campo poet1co. Por todo ello, creemos acertadas 1as interpretaciones de Caballo Verde que nos proporcionan criticos como Jan Lechner y Juan Cano Ballesta. Lechner afirma que el "conjunto de colaboraciones permite llegar a la conclusi6n de que la revista no es de poesia comprometida . . ." y que en los ensayos de Neruda "no hay ningUn llamamiento categUrico exhortando a los poetas a que escriban para todos. . ." Sefiala que el tono de la revista es moderado aunque "dado e1 ambiente en que se leia 1a publica- ci6n, con media palabra bastaba . . ."55 Cano Ballesta interpreta 1a revista de una manera semejante. Para él, "Caballo Verdeppara 1a Poesia aun refleja una preocupacién esencialmente estética, si-bien enormemente 290 ampliada en sus posibilidades y abriendo 1as puertas a la poesia autén_ ticamente comprometida."57 En resumen, a1 intentar evaluar e1 impacto que tuvo Caballo Verde en el ambiente poético e5pafiol de la preguerra y la importancia que puede tener hoy para el historiador o critico de aquella época, lo pri- mero que nos parece obligatorio sefialar es lo insalito que resulta encon- trar reunidos en el mismo proyecto a tantos escritores de tan alta cali- dad poética. En ninguna otra revista de poesia de1 momento se da este fen6meno. Falta en Caballo Verde algUno que otro vate de renombre, pero e1 ver unidos trabajos de Aleixandre, Lorca, Cernuda, Guillén, Alberti, Prados, Hernandez, Altolaguirre, Neruda y tantos otros poetas presti- giosos llama inmediatemente la atenci6n a1 estudioso de esta época. Quizas e1 Unico caso paralelo, ocurrido en la década de 1920, sea 1a conocida revista malaguefia, Litoral. Y si consideramos individualmente los originales publicados en la revista, aunque existen composiciones de calidad dudosa, vemos que en Caballo Verde aparecieron poemas que podria- mos calificar como de lo mejor que escribian estos poetas por aquellos afios: "Nocturno de1 hueco" de Lorca, que formaria luego parte de Poeta en Nueva York; "El toro de la muerte" de Alberti, de su libro Verte y no verte; "El hondo suefio" que Guillén incorporaria a la segunda edici6n de su cantico; ”Himno a la tristeza" de Cernuda, de Invocaciones; "Vecino de la muerte" de Hernandez, etc. No hay duda de que estos poemas forman parte de la mejor poesia de la época y son como eslabones importantes en la trayectoria poética de cada autor. Vistos en su conjunto, los cuatro nUmeros de Caballo Verde cobran un significado adicional. Como hemos apuntado anteriormente, por ser un proyecto abierto a muchos poetas de muchas tendencias poéticas, la 291 revista tiene cierto caracter ecléctico que la convierte en testimonio grafico de una época de efervescencia cultural en la cual convivieron varias corrientes poéticas diferentes. En Caballo Verde, hay evidencia de que aun en 1935 y 1936 sobrevivia en Espafia alguna poesia de corte purista y el soneto de Guillén, "E1 hondo suefio" es quizas ejemplo de ello. La tendencia que podriamos identificar como surrealista tambien esta representada por "Nocturno del hueco" de Lorca,"La tristeza" de Aleixandre, "Por e1 centro del dia" de Panero, y otros. E1 proceso de "re-humanizacién" de la poesia, que hemos documentado en el Capitulo 1, no 5610 se encuentra en los manifiestos de Neruda que abogan por una poesia impura y en contacto con el hombre, sino que esta representada en los fragmentos publicados de "Estos son los oficios" de Serrano Plaja. Y aunque creemos que la supuesta naturaleza politica de Caballo Verde ha quedado aqui suficientemente desmentida, 1a poesia de tipo militante y social figura en pocos casos en la revista, como en "Poema caminando" de Gonzalez Tufi6n y en los sonetos de "Perro rabioso" de Alberti. Y para terminar, hace falta sefialar que Caballo Verde es ademas de todo esto, un testimonio del espiritu de amistad y fraternidad que dominaba 1as relaciones cotidianas de gran parte de la clase intelectual espafiola en la preguerra. Esta actitud de solidaridad, que sorprendi6 a Neruda a su llegada a Madrid en 1934, ayudaba a crear un ambiente cordial y ameno en el cual e1 poeta podia intercambiar libremente sus ideas sobre literatura y entregarse de lleno a la labor poética. Caballo Verde para la Poesia lleva e1 sello de este ambiente; 1a revista era ante todo fruto de1 medio artistico y fraternal de la época. Sus colaboradores representaban seis paises, tres idiomas distintos y no pocas escuelas poéticas, pero se vieron unidos por la amistad, por su entusiasmo por la poesia y por 292 un comUn deseo de superarse y de crear algo que tuviera un impacto impe- recedero en su mundo. Una prueba definitiva de que lograron justamente éste es el continuo y creciente interés de los criticos y amantes de la literatura por esta revista poética de tan corta vida pero de un valor tan duradero. 293 NOTAS AL CAPITULO VI 1Una informaci6n mas detallada sobre cada autor se halla en la Bio- bibliografia que hemos preparado sobre los colaboradores de Caballo Verde en el Apéndice C. 2Articulo s. f. titulado "Nueva poesia," Indice Literario, NUm. 5 (mayo, 1935), pag. 93. 3Damaso Alonso, "Vicente Aleixandre: La destrucci6n 0 el amor," Revista de Occidente, NUm. 144 (junio, 1935), pags. 337-338. 4C. 8. Morris también clasifica este poema como surrealista" y lo incluye en el Apéndice B "Surrealist poems published in French and Spanish magazines between 1920 and 1936" in Surrealism and Spain (1920- 1936) (Cambridge: Cambridge University Press, 1972), pag. 212. Sobre el conflicto Breton-Desnos y la crisis en el seno de1 surrealismo francés en 1929, véase Rosa Buchole, L’evolution poétique de Robert Desnos (Bruselas: Palais des Académis, 1956), pags. 118-122; J. L. Giménez Frontin, Conocer e1 surrealismo (Barcelona: Dopesa, 1978), pags. 87-91; y Maurice Nadeau, Historia_del surrealismo (Barcelona: Ariel, 1972), pags. 162-173 y 179-181. E1 mismo Breton narra 1as incidencias de la crisis en su libro E1 surrealismo; Puntos de vista y manifestaciones, traduccién castellana de Entretiens (1913-1952) (Barcelona: Barral, 1977), pags. 152-155. 5Carlos Edmundo de Ory, "Robert Desnos y Federico Garcia Lorca," Indice de Artes y Letras, NUm. 174 (julio, 1963), pag. 7. De Ory cita a menudo 1as memorias de la mujer de Desnos, Les confidences de Youki (Pa- ris: Arthéme Fayard, 1957). 6Vicente Aleixandre, "Un 'surréaliste' en Madrid," El Urogallo, NUm. 29-30 (sept.-oct.-nov.-dic., 1974), NUmero especial dedicado a1 surrealismo. . 7Arturo Serrano Plaja, "Robert Desnos en Madrid; Seis preguntas al ex-militante surrealista," Heraldo de Madrid (14 nov. 1935), pag. lO. 8"Casida de la bailarina" en Mundos de la madrugada (Buenos Aires: Losada, 1943), pags. 137-144; y "Elegia y Qasida a la muerte de un poeta espafiol, (1936-1946)" en El huésped de la melancolia (Buenos Aires: Emecé, 1946), pags. 97-104. 9Véase Gustavo Correa, La poesia mitica de Federico Garcia Lorca (Madrid: Gredos, 1970), pags. 174-179. 294 1OEn Castilblanco, Sierra de Guadalupe, provincia de Badajoz, e1 1 de enero de 1932, cuatro miembros de la Guardia Civil, que intentaron impedir una concentraci6n obrera, fueron brutalmente asesinados por los habitantes del pueblo. En Casas Viejas, provincia de cadiz, enero, 1933, 1a Guardia Civil reprimi6 cruentamente e1 intento de establecer una comuna libertaria, dando muerte a1 lider anarquista Seisdedos y otros campesinos. Véase Gerald Brenan, The Spanish Labyrinth (Cambridge: Cambridge University Press, 1960), pags. 256-257 y 247-248. 11En junio de 1935, empez6 a circular un documento en el cual los intelectuales madrilefios declararon SL1 apoyo a1 poeta argentino, ante 1a condena impuesta por los tribunales de Buenos Aires. Iba firmado por Luis Araquistain, Ricardo Baeza, Federico Garcia Lorca, César M. Arconada, Pablo Neruda, Maruja Mallo, Miguel Prieto, Alberto sanchez, Eduardo Ugarte, Luis Lacasa, José Caballero, Le6n Felipe, Cipriano Rivas Cherif, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Arturo Serrano Plaja, Miguel Hernandez, Luis Quintanilla, Isaias Cabezén, Victorio Macho, Delia de1 Carril, Acario Cotapos, Armando Bazan y otros. Véase RaUl Gonzalez Tufi6n, 8 docu- mentos de hoy(Buenos Aires: Fegrabo, 1936), pag. 71. 12Ademas de1 libro ya comentado en el Capitulo 1, La rosa blindada; Homenaje a la insurrecci6n de Asturias y otros poemas (Buenos Aires: Federaci6n Grafica Bonaerense, 1936; 29 ed., Buenos Aires: Horizonte, 1962), Gonzalez Tufian escribi6 sobre la guerra civil espafiola en el libro de poemas La muerte en Madrid (Buenos Aires: Ediciones Feria, 1939), Las puertas de1 fuego;_Documentos de la guerra en Espafia (Santiago de Chile: Ercilla, 1938) y 8 documentos de hoy (Buenos Aires: Fegrabo, l936 . 13Francisco Caudet, introducci6n a El hombre y el trabajo de Arturo Serrano Plaja (Madrid: Ediciones de la Torre, 1978), pag. xxxv. 14Leopoldo Panero, Antologia (Barcelona: Plaza y Janes, l973), selecci6n y notas de Juan Luis Panero. 15Luis Cernuda, Poesia y literatura, Vol. I (Barcelona: Seix Barral, 1965), pag. 253. 16Véanse a1 respecto, los comentarios de Pedro Lastra en su articulo "Presencia de Rilke en un poema de Aleixandre," Insula, NUms. 374-375 (ene.-feb., 1978), pags. 6, 12. El libro de Gebser, Rilke und Spanien aparecié en Zurich (Verlag Oprecht) en 1940. 17José Manuel Blecua, pr6logo a cantico de Jorge Guillén (Barcelona: Labor, 1970). 18Antonio Gallego Morell relata los pormenores de esta amistad en su introducci6n a1 Teatro de Ignacio sanchez Mejias (Madrid: Ediciones Centro, 1976), pags. 9-31. 19Véase Bernard Gros, ed. La literatura: Desde e1 simbolismo a1 "nouveau roman," Bilbao: Ediciones Mensajero, 1976). 295 20G. Durozoi y B. Lecherbonnier, E1 surrealismo (Madrid: Guadarrama, 1974), pags. 19-20; y Philippe Audion, Les surréalistes (Paris: Seuil, 1973), pags. 17-18. 21Jan Lechner, El compromiso en la poesia espafiola de1 siglo XX, Vol. I (Leiden: Universitaire, 1968), pag. 101. 22$obre Grand Jeu véase Maurice Nadeau, Historia del surrealismo (Barcelona: Ariel, 1972), pags. 147-149. 23José Maria Souvir6n, Poesia entera, 1923-1973 (Madrid: Cultura Hispanica, 1973), pag. 78. 24Juan Cano Ballesta, La poesia espafiola entre pureza y revoluci6n (1930-l936) (Madrid: Gredos, 1972), pag. 180. 25Manuel Altolaguirre, Las islas invitadas, ed. de Margarita Smerdou Altolaguirre (Madrid: Castalia, 1972), pag. 149. El poema se incorpor6 a1 apartado VI "Nuevos poemas de Las islas invitadas" de sus Poesias completas, 1926-1959 (México: Fondo de Cultura Econ6mica, 1960), pags. 124-125. Cernuda también dedic6 un poema a1 hijo de Altolaguirre en su libro Donde habite e1 olvido. Véase Luis Cernuda, La realidad y el deseo, 1924-1962 (México: Fondo de Cultura Econ6mica, 1964), pags. 98-99. 26Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, "Caballo Verde para la Poesia," Papeles de Son Armadans, Palma de Mallorca, NUm. 86 (1977), pags. 21-24. 27Confieso . . . , pag. 159. 28Carta de Concha Méndez Cuesta a la autora, fechada en México e1 17 de abril de 1979. 29Confieso . . . , pags. 168-169; y también en unas declaraciones a Alfredo Cardona Pena, Pablo Neruda y otros ensayos (México: Andrea, 1955), pags. 31-32. 30Poesia Espafiola, NUms. 140-141, (agosto-sept., 1964), pag. 10. 31Jan Lechner, E1 compromiso en la poesia espafiola de1 siglo XX, pag. 118; y Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, "Caballo Verde para la Poesia," pag. 18. 32Este articulo aparece reproducido integramente en Para nacer he nacido, pag. 241-243. 33Para nacer he nacido, pag. 242. 34Para nacer he nacido, pag. 241, 242. 35Pablo Corbalan, "Herrera y Reissig: Un precursor de vanguardias," Informaciones, Suplemento de las Artes y las Letras (2 oct. 1975), pag. 2. 296 36Para nacer he nacido, pag. 241-242. 370. v., pag. 54. 38Para nacer he nacido, pag. 243. 39Vicente Aleixandre, "La Ultima vez que vi a Pablo Neruda," decla- raci6n leida en el "Symposium Pablo Neruda" y publicada en Isaac Jack Lévy y Juan Loveluck, Symposium Pablo Neruda, Actas, University of South Carolina Hispanic Studies Series (New York: Las Américas, 1975), pag. 409. Véanse ademas unas declaraciones semejantes en "Aleixandre habla de Neruda," entrevista de Vicente VerdU, Cuadernos para el dialogo (nov., 1973), pag. 52. 40Para nacer he nacido, pag. 242. 41Vicente Aleixandre, Obras completas (Madrid: Aguilar, 1968), pags. 632-633. 42Manuel Altolaguirre, Poesias completas (México: Fondo de Cultura Econ6mica, 1960), pag. 131, y Las islas invitadas (Madrid: Castalia, 1972), pags. 157-158. 43Miguel Hernandez, Obras completas, 29 ed., (Buenos Aires: Losada, 1973), pags. 256-257, en la secci6n "Otros poemas (1935-1936)." 44RaUl Gonzalez Tufién, Introducci6n a La rosa blindada, 29 ed., (Buenos Aires: Horizonte, 1962), pag. 9. 45Jan Lechner en su nota preliminar a la edici6n facsimil de C. V. 45Margarita Aguirre, Las vidas de Pablo Neruda, (Barcelona: Grijalbo, 1962), pag. 164. Los subrayados son nuestres. 47Dietrich Briesemeister, Epilogo a la edici6n facsimil de Héroe (Vaduz, Liechtenstein: Topos Verlag y Madrid: Ediciones Turner, 1977), pag. 107. 48Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, "Caballo Verde para la Poesia," pags. 8-9. 49Bartolomé Cantarellas y Emilio Gené, "Caballo Verde para la Poesia," pags. 25-26. 50Cantarellas y Gené, pag. 22. 51Confieso . . . , pag. 169. 52Véanse, por ejemplo, 1as colaboraciones de Alberti, Prados, Cernuda y Serrano Plaja en la revista Octubre de 1933-34. . 53José-Carlos Mainer, La edad de plata (Barcelona: Los Libros de la Frontera, 1975), pag. 243. 297 54José Gonzalez Cano, "Alberti vuelve a Espafia" (entrevista), Gaceta Ilustrada, NUm. 1053 (12 dic. 1976), pag. 43. Alberti expresa un juicio semejante en "Rafael Alberti: Poeta en la calle," Blanco y Negro, NUm. 3378 (26 ene. 1977), pag. 6, y en el libro de Manuel Bayo, Sobre Alberti (Madrid: CVS Ediciones, 1974), pag. 47. 55Carta de Concha Méndez Cuesta a la autora, fechada en México, el 17 de abril de 1979. 56Jan Lechner, El compromiso en la poesia espafiola del siglo XX, pag. lOO. S7Juan Cano Ballesta, "Miguel Hernandez y su amistad con Pablo Neruda," La Torre, Puerto Rico, 60 (1968), pag. 119. 3.4- .{Ltl‘Ji‘a I Iii. 1:0 "W 3"“ ran". 7. u 3 * * 3 . fl . ~ 3 v t . ' _ } i " 0 4 ' . _ L 1 o . a ' s t ) . 1 ‘ ~ A - A . 1 - : 1 ' ' - ' 3 L ‘1. .‘ '.' 3 "2:3 ‘ " r ”4:33-- ‘*«"£ “ ‘ v . . . ‘E K'quatxé-mx ,ng {ti-k: . .. . I’d-l ”11631;. 3.“ .‘* I. «_ 9' fl: 3 i.“ "Q 1’5 "U“ 'I 1 ‘ .1) .(m ”‘3“ '.‘."’. . .' .‘T.’ " 3.5 ' um”, 73“"? ’\'T.\_ an 'AV- ~2.:\‘...— ’ I; *‘ ‘ 2 A f' . \ I - Yr- 3 t." 6’73- "-'1‘\ 11;?315-.‘.r:':‘v ”ivyif... -3 .LQ‘ 1' vw’rx’f ‘ '3 m‘. 3% .. , 1 "3:? 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En cambio, a su 11egada a Madrid en 1934, fue recibido ca1urosamente por e1 grupo de poetas mas significativos de 1a preguerra. A1berti y Lorca se hicieron campeones de su poesia, y e1 poeta chi1eno gano 1a admiracion de 105 poetas mas jovenes como Migue1 Hernandez, Arturo Serrano Piaja y Luis Rosa1es. La consagracion definitiva de Neruda 11ego en abri] de 1935 cuando 1e ofrecieron como homenaje 1a pub1icaci6n de sus "Tres cantos materia1es" y una nota de adhesion firmada por diez y seis poetas de dos generaciones. Neruda publico entre e11os 1a segunda edicién de su Residencia en 1a Tierra, co1abor6 en revistas como Cruz y Raya, Revista de Occidente, Noreste y Si1bo, y participo activamente en 1a vida 1iteraria madri1efia. A partir de este momentoes enteramente poeta, y venerado como ta1 entre muchos otros poetas de renombre. Su Residencia en su edicién espafiola era ac1amada en toda EurOpa como un gran aconte- cimiento 1iterario y Neruda sa1e de Espafia con e1 reconocimiento como poeta que siempre habia deseado. Las experiencias vividas en Espafia determinaron, ademas, su poste- rior evo1uci6n po1itica. En Madrid, conocié de cerca 1a tension po1i- tica de 1a época de 1a preguerra y fraternizo con un grupo de poetas e inte1ectua1es que se conocian por sus ideas 1ibera1es, entre e11os 300 estaban A1berti, Prados, Lorca, Serrano P1aja y Bergamin. A1 esta11ar 1a guerra civi1, Neruda recibio 1a terrib1e noticia de 1a muerte de su amigo Federico y fue testigo de 1a bata11a por 1a toma de Madrid. Se produce an é1 e1 cambio mas importante de su vida. Acepta como suya 1a 1ucha por 1a causa repub1icana, y ref1eja esta nueva postura comprometida en sus primeras poesias po1iticas. Deja de existir e1 Neruda hermético e intimista, y nace un poeta y un hombre po1itico deseoso de inf1uir en e1 destino de 1a co1ectividad humana. En cierto sentido, e1 cambio producido en Neruda por sus experien- cias en Espafia, representa un tipo de "sa1vaci6n" persona1 para e1 poeta. La carga acentuada de melanco1ia, angustia y pesimismo que se observa en 1os poemas de 1as dos primeras Residencias, esta fatiga espiritua1 que 1e 11ev6 a confesar “me canso de ser hombre," desaparece cuando e1 poeta se encuentra de pronto ante 1a rea1idad tragica de Espafia en 1a guerra. Dirige su poesia hacia afuera, hacia e1 hombre y sus prob1emas, y sa1e de su hermetismo para convertirse en e1 rapsoda de 1as desVenturas de sus hermanos americanos. En su Canto Genera1, de1cara que en su intér- prete: "Hab1ad por mis pa1abras y mi sangre." E1 mismo Neruda reconocio 1a importancia que tuvieron 1as experiencias vividas en Espafia en su evoiucion poética y po1itica cuando, en su "Viaje a1 corazon de Quevedo," ’ se refirio a Espafia como su "punto de partida." Si 1a estancia de Neruda en Espafia entre 1934 y 1936 1e afecté profundamente, no fue menos profunda 1a inf1uencia de1 poeta chi1eno en e1 ambiente 1iterario espafio1 de 1a preguerra. La poesia "sin pureza" que propuso Neruda en 1935 en sus manifiestos en Caba11o Verde para 1a Poesia, contrastaba fuertemente con 1a poética vigente de 1a decada anterior, y se ref1eja en e11a e1 proceso de "rehumanizacion" que 301 operaba en 1a 1iteratura espafio1a a partir de 1930. En Espafia, cuando aparecid e1 primer nfimero de Caba11o Verde, ya se escribia poesia que se podia ca1ificar de "impura," pero es Neruda quien presenta 1as caracte- risticas de esta poesia como un programa conveniente a seguir. Por esta razon, 1os manifiestos de Neruda impresionaron tanto a 105 poetas eSpa- fio1es y especia1mente a 105 de 1a generacién mas joven. Como ha afirmado Luis Rosa1es, 1a poética nerudiana tuvo un acierto extraordinario entre 1os poetas jovenes, abriéndo1es perspectivas insospechadas. La poética de impureza pregonada por Neruda 1evant6 aca1oradas’ po1émicas en 1a inmediata preguerra, y varios grupos se vieron ob1igados a pronunciarse a favor 0 en contra de esta poética, de Caba11o Verde, y de1 poeta chi1eno que 1a pregonaba. Esta po1émica refieja, a 1a vez, parte de otra mayor que ya se debatia en Espafia entre partidarios de 1a 1iteratura 0 e1 arte "deshumanizado" o_"puro," y 105 partidarios de una nueva 1iteratura "humanizada." Neruda, con su poesia "sin pureza" viene a representar este 61timo grupo. Como dijo Juan Ruiz Pefia, en 1a época de 1a preguerra, toda 1a "c1iente1a poética" se dividia entre Pab1o Neruda y Juan Ramon Jiménez. En 1a posguerra, Caba11o Verde ha sido citada repetidas veces como c1ave para conocer 1a poética de 105 afios treinta. Pero, desafortunada- mente, ha sido citada a menudo por quienes no conocian de primera mano ni 1os manifiestos nerudianos ni e1 contenido poético de 1a revista. Por eso, y dado e1 c1ima po1itizado que reinaba en 1a preguerra, y 1a adhesion posterior de Neruda a1 comunismo, muchos comentaristas de esa época han errado a1 ca1ificar a Caba11o Verdegpara 1a Poesia como "revista comprometida." E1 error de ta1 juicio se hace inmediatemente evidente a1 examinar de cerca 1a revista, difici1mente asequib1e hasta su 302 reimpresidn en 1974. E1 compromiso poiitico no aparece en 1os ensayos de Neruda que encabezan cada numero de 1a revista. La poesia impura que pida a11i admite todas 1as tona1idades humanas, sin exc1uir ni aceptar "de1iberadamente" nada. Pero esta 1ejos de 1a poética de compromiso que adopta mas tarde a1 componer 1os poemas de su Tercera Residencia. Un conocimiento de 105 origina1es poéticos pub1icados en Caba11o Verg§_hacen aun mas difici1 ca1ificar1a de "revista comprometida." Por su formato, y por su contenido exc1usivamente de poesia, 1a revista cae dentro de nuestra categoria de "Revistas de creacidn," pub1icaciones minoritarias cuya preocupacion es primordiaimente estética. Aunque hay en Caba11o Verde uno o dos poemas que podemos considerar "comprometidos" y otros tantos que aspiran ser "impuros" segan 1as exigencias nerudianas, 1a gran mayoria son de corte surrea1ista y tratan temas como 1a muerte, 1a so1edad, etc., desde una perspectiva intimista e individua1ista. Los criticos y estudiosos de 1a 1iteratura espafioia de 1a preguerra aciertan en asignar una gran importancia a Caba11o Verde por dos razones. A1 servir a Neruda como foro para 1a presentacion de su poética de impu- reza, 1a revista contribuyd a ace1erar e1 proceso de "rehumanizacion" en 1a 1iteratura de preguerra, y represento un momento de transicidn entre 1a poesia pura de 105 afios veinte y 1a poesia comprometida de 1a guerra civi1. Pero, gracias a 1a diversidad de 105 co1aboradores de Caba11o Verde, 1a revista constituye, en cuanto a su contenido poético, una muestra de 1a variedad de tendencias poéticas que convivieron en 1a inmediata preguerra, y es simbo1o de 1a tremenda actividad cu1tura1 que caracteriza ese periodo. APENDICES APENDICE A TEXTOS EN PROSA PARA DOCUMENTAR LA EXPERIENCIA ESPANOLA DE PABLO NERUDA 303 304 Se reunen en este apéndice datos sobre la pub1icaci6n de una serie de textos que ayudan a documentar y a comprender mejor 1as experiencias de Neruda en Espafia. Son textos en prosa que Neruda escribio en fechas y circunstancias muy diversas pero que estén re1acionados con su estancia en Espafia o que tratan de personajes o temas espafioIes. Vistos en su conjunto, estos escritos subrayan otra vez 1a importancia que e1 poeta chi1eno dio a 105 asuntos de Espafia a 10 1argo de su carrera, aun cuando quedaban 1ejos en e1 tiempo y en e1 espacio sus primeros contactos con 1a peninsuIa. A1gunos de 105 textos, como "Le souvenir de Federico Garcia Lorca" o "Viaje a1 corazon de Quevedo," son conocidos y aparecen reprodu- cidos en 1as Obras Comp1etas de1 poeta. Sin embargo, muchos de e110$ (Ios NGms. 2,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,14,16,18,21,22,23,24,26,28,29 y 36) no han sido recogidos todavia en 1as sucesivas ediciones de 1as 0. C. de Losada ni en 1a anto1ogia de prosa nerudiana, Para nacer he nacido. Por esta razdn, y por su dificiI accesibiIidad, no han recibido 1a aten- cion debida por parte de bidgrafos y criticos en su tratamiento de 1a etapa espafioIa de 1a poesia de Neruda. Hemos podido consu1tar 1a mayoria de estos escritos en 1as Obras Comp1etas, en Para nacer he nacido, o a través de 105 servicios de préstamo de varias bib1iotecas prIicas y universitarias de 105 Estados Unidos, Espafia, Chi1e, México y Uruguay. SefiaIamos con un asterisco (*) Ios textos uti1izados en 1a e1aboraci6n de esta tesis y, en e1 caso de a19unos de 105 mas dificiImente asequib1es, inc1uimos e1 nombre de 1a biinoteca que nos ha proporcionado e1 texto en cuestion. I. "DISCURSO AL ALIMON DE NERUDA Y FEDERICO GARCIA LORCA." Discurso homenaje a Rubén Dario escrito y pronunciado por Ios dos poetas ante una reunion de1 P.E.N. C1ub de Buenos Aires en mayo de 1934. 305 --P.E.N., Noticiero mensuaI. Buenos Aires, mayo, 1934. *--César Fernandez Moreno. La reaIidad y 105 pape1es. Panorama y muestra de 1a ppesia argentina. Madrid: AguiIar, 1967, pags. 521-522, que recoge 1a version arriba citada. (Bib1io- teca de 1a Universidad de Michigan, E. E. U. U.) *--Obras Comp1etas de Garcia Lorca, V01. I. Madrid: AguiIar (199 ed.), 1973, pags. 1188-1190. Recoge 1a version arriba citada de Fernandez Moreno. *--§1_§91, 30 dic., 1934. (Ateneo de Madrid). *--Q;g;_III de Neruda, pags. 629-631. Recoge 1a version de §l_§gl, Las variaciones entre 1as dos son escasas. "EL ESCULTOR ALBERTO." Corto tributo en prosa a1 gran amigo de Neruda, e1 escu1tor toIedano A1berto Sénchez. No confundir con e1 nfim. 27. *--Repertorio Americana. San José de Costa Rica. Nam. 769, 5 sept., 1936. "FEDERICO GARCIA LORCA." Conferencia pronunciada por Neruda en Paris en febrero de 1937, con pa1abras pre1iminares de Robert Desnos. *--(Bajo e1 titqu "1e souvenir de Federico Garcia Lorca") Commune. Revue de I'association des escrivains et des artistes revqutionaires. Paris, Nam. 43, feb., 1937, pags. 660-668, junto con una traduccion de su "Ode a Federico Garcia Lorca" reaIizada por Greta Knutson. (Bib1ioteca de 1a Universidad de1 Estado de Michigan, E. E. U. U.) 306 *--Hora de Espafia. Va1encia. Nam. 3, marzo de 1937. (Bib1ioteca NacionaI de Madrid). --Erci11a. Santiago, 2 abri1, 1937. --Universidad de Panama. Panama, Nfim. 9, agosto de 1937. *--Q,_§,, III, pags. 640-645. *--Para nacer he nacido. BarceIona: Seix Barra1, 1978, p695. 68-73. "A MIS AMIGOS DE AMERICA." Texto en e1 cua1 Neruda explicaba 1as razones de su adhesion a 1a causa de 1a Repfiinca Espafio1a. --Nuestra Espafia. Paris, Nam. 5, 17 marzo 1937, pég. 1, y con e1 titu10 "Por qué estoy con e1 pueb10 espafio1? Carta a mis amigos americanos." y otros titu105 semejantes en: --4§pafia Nueva. Santiago, marzo, 1937. --Critica. Buenos Aires, 13 abriI 1937. *--Repertorio Americano. San José de Costa Rica, Nfim. 801, 1 mayo 1937, p69. 238. (Universidad de 0k1ahoma, E. E. U. U.) --C1aridad. Buenos Aires, Nam. 316, agosto 1937. --Andre Ma1raux, John Dos Passos y otros. Los que fueron a Egpgfia, Buenos Aires: Editoria1 Jorge A1varez, 19?, P695. 107-109. *--Robert Marrast, "Pab1o Neruda dans 1a guerre civi1e espagnoIe: Trois textes retrouvés" Eurgpg_ Paris, Nfims. 537-538, ene.-feb., 1974, pégs. 163-164. (Bib1ioteca de 1a Universidad de1 Estado de Michigan, E. E. U. U.) 307 5. "LE PEUPLE EST AVEC NOUS: NOUS DEVDNS ETRE AVEC LE PEUPLE." Fragmento de un discurso pronunciado por Neruda en un homenaje que 1e rindio e1 PEN C1ub de Chi1e. --Nuestra Espafia. Paris, Nam. 32, 19 nov. 1937, pags. 1-2. *--Robert Marrast, "Pab1o Neruda dans 1a guerre civiIe espagnoIe: Trois textes retrouvés" Europe, Paris, Nfims. 537-538, ene.-feb., 1974, pags. 164-166. (Bib1ioteca de 1a Universidad de1 Estado de Michigan, E. E. U. U.) 6. ”INFLUENCE DE LA FRANCE ET DE L’ESPAGNE SUR LA LITTERATURE HISPANO- AMERICAINE." Conferencia pronunciada ante e1 Congreso de 1as Naciones Americanas en Paris, e1 2 de quio de 1937. *--Cahiers de Po1itique Etrangére, Nam. 21 de1 Institut des Etudes Américaines, 1938. (Bib1ioteca de 1a Universidad de1 Estado de Louisiana, E. E. U. U.) --L§_N§£jgg, Santiago, 3 ju1io 1937. (Version en caste11ano, muy abreviada). 7. "COSAS DE ESPANA; PABLO NERUDA, HASTA AYER CONSUL DE CHILE EN MADRID, CONVERSA CON MANUEL SEOANE, EN SANTIAGO ACERCA DE LA TRAGEDIA ESPARDLA." (Entrevista). *--figy, Santiago, Nfim. 317, 16 dic. 1937, pégs. 50-54. (Univer- sidad de Texas, E. E. U. U.) 8. "AMERICA CON ESPARA." Discurso pronunciado en Santiago e1 13 de abri1 de 1938 en 1a "VeIada Conmemoratoria de1 Séptimo Aniversario de la Repuinca Espafio1a" que se ce1ebr6 en e1 Teatro Caupo1ican. 308 *--América con Espafia," sup1emento especia1 de1 peri6dico Espafia Nueva. Santiago, 13 abri1 1938, junto con otros discursos. (Bib1ioteca NacionaI de Chi1e, Santiago). "ESPANA." Discurso fechado e1 11 de enero de 1939 y presentado ante 1a fi1tima sesidn p1enaria de 1a Primera Conferencia Americana de Comisiones NacionaIes de Cooperacion Inte1ectua1. *--La Nacién. Santiago, 22 enero 1939, p59. 7. (Bib1ioteca de1 Congreso de 105 E. E. U. U.) 10. "QUEVEDO ADENTRO." Conferencia dictada en marzo de 1939 en Montevideo ante una reuni6n de 1a Asociacion de Inte1ectua1es, Artistas, Periodistas y Escritores. Es version primeriza de1 Nam. 17. *--Emi1io Oribe, Juan Marine110 y Pab1o Neruda. Neruda entre nosotros. Montevideoz' AIAPE, 1939. p695. 53-58. (Bib1io- teca de 1a Universidad de Michigan, E. E. U. U.) --Aurora de Chi1e. Santiago, Nam. 19, 4 mayo 1940. 11. "ESPANA N0 HA MUERTO." Discurso pronunciado en marzo de 1939 en Montevideo ante e1 Congreso Internaciona1 de 1as Democracias a1 cua1 asistio Neruda como repre- sentante de 1a A1ianza de Inte1ectua1es de Chi1e. --Aurora de Chi1e. Santiago, Nam. 10, 6 mayo 1939. *--Emi1io Oribe, Juan Marine110 y Pab1o Neruda. Neruda entre nosotros. Montevideo: AIAPE, 1939. pégs. 37-51. (Bib1io- teca de 1a Universidad de Michigan, E. E. U. U.) 309 12. "EN ESTE DESGARRADOR CREPUSCULO DEL MUNDO . . ." Discurso de Neruda en un homenaje a Antonio Machado con motivo de su muerte, en Buenos Aires en marzo de 1939. --Aurora de Chi1e. Santiago, Nam. 10, 6 mayo 1939. 13. "FOR INTERMEDID DE F.0.A.R.E. ME DIRIJD A LOS AMIGOS DE ARGENTINA" Hoja tamafio carta que reproduce una nota manuscrita de Neruda, pub1icada por 1a Federacion de Organismos de Ayuda a 105 Refugiados Espafio1es, en Buenos Aires en 1939. --"Un autografo de Pab1o Neruda." Aurora de Chi1e. Santiago, Nfim. 12, 4 ju1io 1939. 14. "CHILE OS ACDGE." F011eto de 20 paginas, pub1icada en Paris en 1939 y dirigido a 105 refugiados espafioIes en Francia. 15. "AMISTADES Y ENEMISTADES LITERARIAS“ Articu1o que trata 1a amistad de Neruda con varios inte1ectua1es eSpafiOIes, principa1mente A1eixandre, Migue1 Hernandez, A1berti, Arturo Serrano P1aja y Vicente Sa1as Viu. --Qué Hubo. Santiago, Nfim. 44, 20 abri1 1940. *--Q;C;_III., pégs. 646-650. *--Para nacer he nacido. Barce10na: Seix Barra1, 1978, p595. 74-78. 16. "CANTO DE LIBERTAD Y LAURELES." Texto de un discurso que 1ey6 Neruda en México con motivo de un homenaje a Federico Garcia Lorca. *--Espafia Democratica. Montevideo, 13 enero 1943. (Bib1ioteca Naciona1 de1 Uruguay, Montevideo). 310 17. "VIAJE AL CORAZON DE QUEVEDO." Version aumentada de1 Nam. 10, 1eida en e1 Co1egio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires e1 12 de agosto de 1943. --Cursos y conferencias, Revista de1 CoIegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires, Nam. 199-200, oct.-nov., 1943. --Viajes: A1 corazon de Quevedo y Por 1as costas de1 mundo. Conferencias. Santiago: Ediciones de 1a Sociedad de Editores de Chi1e, 1947, p595. 3-35. --ViaJes. Santiago: Nascimento, 1955, p695. 7-40. *--0. C. III, pags. 639-655. 18. "EL PARAGUAS PODRIDD DE MUNICH DE NUEVO SOBRE L05 MARTIRIOS DE ESPAfiA." Tegto de1 discurso de Neruda en un acto "Contra e1 terror franquista" que se ce1ebr6 en e1 Sa16n de Honor de 1a Universidad de Chi1e e1 8 de mayo de 1946. *--E1 Sig1o. Santiago, 11 mayo 1946. (Bib1ioteca Naciona1 de Chi1e, Santiago). 19. "RAFAEL ALBERTI Y MARIA TERESA LEON." Pa1abras pronunciadas en un homenaje a 105 dos escritores espafio1es ce1ebrado en Santiago en 1946. *--Para nacer he nacido. Barce10na: Seix Barra1, 1978, p595. 84-85. 20. "EMIGRADOS ESPARDLES." E1 punto 14 de una serie de dec1araciones que Neruda hizo en e1 periddico E1 Naciona1 de Caracas e1 27 de noviembre de 1947 en 311 protesta contra el régimen de Gabriel Gonzalez Videla. Con el titulo "Carta intima para miIlones de hombres," este articulo hizo que el presidente de 1a Repfiblica Chilena pidiera ante 1os tribu- nales 1a destitucidn de Neruda como senador. Ha sido reproducido bajo e1 titu10 "La crisis democratica de Chile es una advertencia dramatica para nuestro continente." --El Popular. México, 6 dic. 1947. --Repertorio Americano. San José de Costa Rica. Nam. 1041, 27 dic. 1947 y Nfim. 1042, 17 enero 1948. --La voz de1 Pueb1o. Santiago, enero, 1948. --Horizontes. Cali, Colombia, Nam. 25, febrero, 1948. --Pablo Neruda acusa. Montevideo: Ediciones Pueblos Unidos, 1948. -- . Lima: Ediciones Hora del Hombre, 1948. *--Para nacer he nacido. Barce10na: Seix Barra1, 1978, pag. 303. 21. "POR LA PAZ Y POR ESPARA." --Discurso de Neruda publicado en el Boletin de la Comisién Espafiola de la Paz, Santiago, Nam. 2, sept., 1953. 22. "NERUDA FRENTE AL CANTO PERSONAL." Declaraciones de Neruda a raiz de 1a pub1icaci6n de1 1ibro del poeta ' espafiol, Leopoldo Panero. --Ercilla. Santiago, Nam. 974, 29 dic. 1953. 23. I'INTERVENCION DE PABLO NERUDA." Discurso 1eido durante un homenaje que ofrecieron los repub1icanos espafioles residentes en Chile a Neruda en a1 cumplir los 50 afios, e1 18 de ju1io de 1954. 312 *--Voz de Espafia. Santiago, Nfim. 16, 29 julio 1954. (Biblio- teca Nacional de Chile, Santiago). 24. "EL POETA EN LA CALLE." Nota en prosa sobre el libro de poemas de Rafael A1berti de1 mismo titu10. --Aurora. Santiago, Nam. 1, ju1io de 1954. 25. "TEMPESTAD EN ESPANA." Séptima, de un total de diez cronicas autobiograficas, que Neruda publicé en 0 Cruzeiro Internaciona1 entre e1 16 de enero y el 1 de junio, 1962. --O Cruzeiro Internaciona1. Rio de Janeiro, 16 de abri1, 1962. 26. "ESPARA CANTA A CUBA" Prologo a una antologia de poemas de poetas espafioles que canta 1a revolucidn cubana, fechado "Valparaiso, 13 junio 1963." --Espafia canta a Cuba. Santiago: Ruedo Ibérico, 1963. 27. "EL ESCULTOR ALBERTO SANCHEZ.” Texto dedicado a la memoria de1 escu1tor espafio1 en el primer aniversario de su muerte, en Moscfi, e1 12 de octubre de 1962. No confundir con el Nfim. 2. --Realidad. Roma, Nam. 1, sept.-oct., 1963. --E1 Siglo. Santiago, 2 feb. 1964. *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, p595. 113-117, bajo e1 titu10 "A1berto Sénchez, huesudo y férreo." 313 28. "NERUDA REVIVE A FEDERICD" Entrevista con Raul Mel1ado en 1a cua1 Neruda rememora su amistad con Lorca. --E1 Siglo. Santiago, 2 oct. 1966. 29. "QUIERO APROVECHAR ESTOS MINUTOS PARA ENVIARLE UN SALUDO A ESPANA." --Boletin Cultural de1 Ministerio de Relaciones Exteriores. Santiago, Nam. 9, 1967. --La Nacidn. Santiago, 29 oct. 1967, bajo e1 titulo "Neruda en TV espafiola." *--La Nacion. Santiago. 17 dic. 1967, bajo el titulo "Neruda a1 pueblo espafiol," p69. 12 del suplemento dominical. (Bib1io- teca de1 Congreso de 105 E. E. U. U.) --El Sig1o. Santiago, 24 dic. 1967. 30. "QUIERAN MATAR LA LUZ DE ESPARA." Discurso de Neruda en 1a inauguracién de un monumento a Garcia Lorca en $30 Paulo, Brazil, 1968. *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, p595. 107-108. 31. "EL 'NINNIPEG' Y OTROS POEMAS" Texto que relata 1as circunstancias que llevaron a Neruda a escribir varios poemas sobre sus esfuerzos para llevar a Chi1e a unos dos mil exiliados espafioles residentes en Francia. Publicado por primera vez en la revista Erci11a de Santiago. *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, pags. 275-278. 32. "SE HA PERDIDO UN CABALLO VERDE." 314 Texto sobre el namero perdido (e1 5-6) de Caballo Verde para la Poesia. Publicado por primera vez en la revista Ercilla de Santiago. *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, p595. 241-243. 33. "RAMON" Articulo dedicado a1 escritor espafiol Ramdn G6mez de la Serna que comp1ementa un poema de1 libro Navegaciones y regresos (1959) titulado "Oda a Ramén deez de la Serna." --Ercilla. Santiago, Nam. 1716, 8 marzo 1968. *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, p595. 238-240. 34. "PICASSO ES UNA RAZA." Texto escrito con motivo de la celebracion en Paris del 909 cumplea- fios de Pablo Picasso, en octubre de 1971. *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, pég. 86. 35. "PARA UN GALLARDO JOVEN." Texto fechado "Isla Negra, diciembre de 1972" y dedicado a Rafae1 A1berti en su setenta cumpleafios. Publicado por primera vez en la revista Ercilla de Santiago. 4 *--Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978, p69. 134. 36. "CARTA DE PABLO NERUDA A LOS POETAS ESPANOLES." Carta fechada en Paris el 27 de septiembre de 1957 que Neruda dio personalmente a la poetisa Angela Figuera Aymerich. No pub1icada hasta después de su muerte. *--Triunfo. 10 nov. 1973. 315 37. "ESPANA EN EL CORAZON." Capitulo 5 de 1as memorias de Neruda, dedicado a sus experiencias en Espafia, 1934-36. *--Confieso que he vivido. Barcelona: Seix Barra1, 1974, p695. 155-187. APENDICE B ESPANA EN LAS POESIAS DE PABLO NERUDA 316 317 Los poemas de 1a Tercera Residencia dedicados a Espafia son muy conocidos, pero el tema de Espafia surge a lo largo de toda la obra nerudiana, hasta en sus obras mas tardias. Las huellas que dejé 1a estancia en Espafia en 1a poesia de Neruda eran tan profundas que le llevaron a declarar en 1971, ". . . en todos mis libros hay siempre un fragmento para Espafia." Presentamos en este apéndice una re1aci6n de los poemas de Neruda que tratan, de alguna forma, el tema de Espafia. Unos rememoran episodios vividos en Madrid; otros son homenajes a 105 espafioles que fueron compafieros del poeta chi1eno durante ese periodo. Estan agrupados segfln el libro en el cua1 aparecieron por primera vez, y con algunas notas bibliograficas que ayudan a situar cada poema dentro de la produccion poética total del poeta. En e1 apartado "Poemas dedicados a Espafia no recogidos en 1ibro," reproducimos e1 texto de un poema sobre la ciudad de Barce1ona que quizas no sea tan conocido como los otros que mencionamos ya que aparecio por primera vez en un periodico mexicano de poca circulacion y todavia no ha sido recogido en sus Obras Comp1etas. --de la SEGUNDA RESIDENCIA EN LA TIERRA (1931-1935). Madrid: Cruz y Raya, 1935. "Oda a Federico Garcia Lorca" -- de la TERCERA RESIDENCIA EN LA TIERRA (1935-1945). Part IV. Espafia en el corazdn. Himno a 1as glorias del pueb10 en guerra. (1936-1937). (19 y 29 eds.) Santiago: Ercilla, 1937 y 1938; (3% y 4? eds.) Va1en- cia: Ediciones literarias de1 Comisariado de1 Ejército del Este, 1938 y 1939, a cargo de Manuel A1to1aguirre. "Invocacidn" "Bombardeo" 318 "Maldicion" "Espafia pobre por culpa de los ricos" “La tradicion" "Madrid (1936)" "ExpliCo algunas cosas" (Una anticipacién de este poema titulada "Es asi" aparecio en El mono azul, Nam. 22, 1 julio 1937.) "Canto a las madres de los milicianos muertos“ (Aparecio ante- riormente en E1 mono azul, Nfim. 5, 24 sept., 1936; en Reper- torio Americana, San José de Costa Rica, Nam. 788, 16 enero 1937; y en el volumen Madre Espafia: Homenaje de los poetas chi1enos. Santiago: Panorama, 1937; p595. 20-21. "C6mo era Espafia" "Llegada a Madrid de la Brigada Internaciona1" "Batalla de Jarama" "A1meria" "Tierras ofendidas" "Sanjurjo en los infiernos" "Mola en los infiernos" "E1 general Franco en los infiernos" "Canto sobre unas ruinas" (Publicada previamente en Las poetas del mundo defienden a1 pueblo espafiol, Nam. 1, nov., 1936; en Tierra, Santiago, Nfim. 1, julio de 1937; y en Repertorio Americano, Nam. 823, 16 oct., 1937.) "La Victoria de las armas del pueblo" "Los gremios en el frente" "Triunfo" "Paisaje después de una bata11a" 319 ”Antitanquistas" (Aparecié antes en Repertorio Americano, San José de Costa Rica, Nam. 823; y en Expresion, Santiago, NGm. 1, nov. de 1937.) "Madrid (1937)" I'Oda soIar a1 ejército de1 pueblo" "Canto en la muerte y resurreccidn de Luis Companys" (Este poema pertenece a la Parte V de la Tercera Residencia, agrupado con e1 "Canto 3 Stalingrado.") --de CANTO GENERAL. México: Talleres Graficas de la Nacién, 1950. "A Rafael A1berti (Puerto de Santa Maria)" "A Migue1 Hernandez, asesinado en los presidios de Espafia" (Publicado anteriormente en Cultura y democracia, Paris, 1950; y en Cuadernos de Cultura, Nam. 9, 1952.) "La guerra (1936)" --de LAS UVAS Y EL VIENTO. Santiago: Nascimento, 1954. "Picasso" "Vuelve, Espafia" "Si yo te recordara" ”Llegara nuestro hermano" "El pastor perdido" (Estos filtimos tres poemas se publicaron ante- riormente en Nuestro tiempo, México, Nam. 7, oct. de 1952.) "Llegada a puerto Picasso" --de NUEVAS ODAS ELEMENTALES. Buenos Aires: Losada, 1956. "Oda 3 Juan Tarrea" 320 --de NAVEGACIONES Y REGRESOS. Buenos Aires: Losada, 1959. "Oda a Ramon Gomez de la Serna" --de CANTOS CEREMONIALES. Buenos Aires: Losada, 1961. "Toro" (Hubo una tirada aparte en edicion bilingue de Jean Mar- cenac y con quince grabados de Picasso, en Paris, Editions "Aux Vent d'Arles," 1961.) "Elegia de cadiz" (Publicada antes en E1 Siglo, Santiago, 22 oct., 1961.) --de MEMORIAL DE ISLA NEGRA. Buenos Aires: Losada, 1964. "E1 fuego cruel“ "Los muertos" "Yo recuerdo" "Mucho tiempo transcurre" "Misi6n de amor" "Yo reuno" "Ayi Mi ciudad perdida" "Tal vez cambié desde entonces" "Espafia, 1964" --de FIN DE MUNDO. Santiago: Sociedad de Arte Contemporaneo, 1969. "E1 tiempo en la vida" --de GEOGRAFIA INFRUCTUOSA. Buenos Aires: Losada, 1972. "A José Caballero desde entonces" --Poemas dedicados a Espafia no recogidos en libro: "Saludo al pueblo de Barcelona," publicado en Espafia Popu1ar; 321 Semanario a1 servicio del Pueblo Espafiol, México (30 marzo, 1951), p59. 3; poema fechado en Paris en marzo de 1951. "Saludo a1 pueblo de Barcelona en este dia. iEn nombre de los pueblos de América, salud hermanos! iEn nombre de las calles de Paris, salud espafioles! Comienza a apuntar los brotes en los arboles, junto al rid, la luz 1ucha contra 1a hfimeda oscuridad de1 invierno. Y en este momento, llegan del sur 1as noticias, como un nuevo signo del tiempo. iEn nombre de la primavera, salud hermanos! Debéis saber que el nombre de Barcelona esta en los 1abios de todos los pueblos, debéis comprender que nunca pensamos muerta a Espafia, ni dormida, sino insumisa en sus heridas vigilante bajo las tinieblas. Hoy, como un relampago salido de Espafia, vuela tu nombre, Barcelona, sobre el mundo, y a la luz de tu nombre se ilumina tu inmensa 1ucha pasada, tu nombre grabado en el-arbol de la libertad, tu heroico movimiento de este dia, 1as 1uchas de mafiana, y la liberacion, que coronara tu destino. Desde aquellos dias gloriosos, Espafia,~icuanto ha cambiado en el mundo! Hoy, 1a Union Soviética no esta sola: un collar de Repfiblicas de1 pueblo levantan junto a e11a los dones del pan y de_1a mfisica, y sobre 1as cenizas del pasado construyen la nueva vida. Hoy, China Popular, muchos cientos de millones de hombres conocen y reverencian los nombres y los hechos de aquellos que 5610 en apariencia fueron derrotados, los nombres amados por el pueblo, son para ellos tan eternos como la cultura de Espafia. Cervantes y Pasionaria, Quevedo y Lister, Lorca y Modesto son ahora conocidos y amados por los legendarios pueblos del arroz, detras de las montafias y llanuras de la extensa China. La nueva vida que ahi se construye te saluda, Espafia y de nuevo tu nombre ilumina como una sonrisa los 1abios de los pueblos. iAdelante, Espafia, adelante, adelante, adelante! Tu esperanza, tu 1ucha, tu pueblo, tu destino viven y brillan, despiertan y corren por toda la tierra. iSalud hermanos, salud, Espafia, valor! Te miran te escuchan los que te aman. 322 La nieve se derrite en 1as altas montafias de Polonia, 1as aguas de los rios de Rumania, los hombres y las mujeres de 1as granjas colectivas, e1 sol de la Union Soviética, e1 rumor de 1as nuevas usinas, el mundo nuevo, hoy, ha pensado en ti, madre de tantos héroes, hoy ha saludado en ti 1a esperanza, la esperanza que en las calles de Barcelona ha irrumpido de pronto, como el pufio del pueblo contra la tirania como el golpe de sangre y de savia de la primavera que regresa! APENDICE C BREVE BIO-BIBLIOGRAFIA DE LOS COLABORADORES DE CABALLO VERDE 323 324 RAFAEL ALBERTI MERELLO 1902 Nace en Puerto de Santa Maria, Cédiz el 16 de diciembre. 1912 Comienza sus estudios en el Colegio de San Luis Gonzaga, de1 Puerto. 1917 Se traslada con su familia a Madrid. Comienza a pintar y copia obras en el Museo del Prado. 1920 Con motivo de la muerte de su padre, escribe su primera poesia. 1922 1923 Expone sus dibujos y pinturas en el Ateneo de Madrid. Por razones de salud, se traslada a San Rafael donde conoce a) Marcel Batai116n. Comienza su primera obra, Marinero en tierra. En la Residencia de Estudiantes conoce a Lorca, Bufiuel, Dali, Moreno Villa, etc. 1925 Recibe e1 Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra. Viaja por Castilla y el Pais Vasco. 1925 Pasa una temporada de Rute (C6rdoba) donde comienza los poemas de El alba del alheli. Hace amistad con Prados, Altolaguirre, sanchez Mejias, Fernando Vi11a16n y Cernuda. 1927 Participa en el homenaje sevillano a D. Luis de Gongora en su centenario. 1929 Mantiene correspondencia con Pablo Neruda mientras éste desempefia sus labores consulares en la India. Publica Sobre los angeles. Participa en las 1uchas estudiantiles contra la dictadura de Primo de Rivera. 1930 Conoce a la escritora Maria Teresa Leon quien 1uego seria su esposa. 1931 Estrena su primera obra teatral, El hombre deshabitado. 325 1932 Becados por la Junta de Ampliacidn de Estudios, los A1berti em- prenden un viaje a Europa para estudiar técnicas teatrales. En Paris, A1berti conoce a Picasso. Viaja a Berlin, la U.R.S.S., Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda. Asiste a1 Primer Congreso Mundial de la Paz en Amsterdam y presencia la quema del Reichstag en Berlin. Conoce a los mas importantes escritores soviéticos. 1933 Publica Consignas que contiene su primera poesia revolucionaria. Amistad con Ilya Ehrenburg. 1934 Con Maria Teresa funda 1a revista Octubre. Asiste en Moscfi a1 Primer Congreso de Escritores Soviéticos. La represién que seguia 1a revolucién minera de Asturias 1e impide volver a Espafia e inicia un viaje a América para dar una serie de recitales y recaudar fondos para el Socorro Rojo. 1935 Dicta conferencias en Nueva York, La Habana y México. Conoce a Nicolas Guillén, Juan Marine110, Diego Rivera, Orozco, Siqueiros y otros. Escribe Verte y no verte, elegia a la muerte de su amigo el torero Ignacio Sénchez Mejias. ‘VisitaVenezuela y comienza su libro l3 Bandas y 48 Estrellas. 1936 Interviene en la campafia de1 Frente Popular. Al esta11ar 1a guerra, forma parte de la Alianza de Inte1ectua1es Antifascistas y colabora en El mono azul. 1937 Participa en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Libertad de la Cultura que se celebra en Valencia y Madrid. 1938 Viaja a Moscfi y se entrevista con Stalin. En Espafia ingresa en el Ejército del Aire republicano. 1939 Inicia su exilio. Vive en Paris en casa de Pablo Neruda y Delia de1 Carril y trabaja como locutor de radio. Escribe Vida bilingUe 326 de un refugiado espafiol en Francia y Entre e1 clavel y 1a m. 1940 Se traslada a la Argentina. 1941 Nace su hija Aitana, en Buenos Aires. Escribe su obra teatral El trébol florido. 1944 Representaciones de sus obras teatrales Numancia y El Adefesio. 1945 Da una serie de conferencias en Chile. Reencuentro con Neruda. 1947 Vuelve a pintar y a exhibir algunos de sus cuadros. 1948 Publica la primera edicion de A lagpintura. 1949 Publica Coplas de Juan Panadero. 1950 Asiste a1 Congreso Mundial de la Paz en Varsovia. 1956 Escribe Noche de guerra en el Museo del Prado. 1957 Viaja por China, 1a Unién Soviética, Rumania e Italia. 1958 Inicia una serie de viajes por Venezuela, Cuba, Colombia y el Perfi. 1961 Visita a Picasso en Francia con motivo de su 809 cumpleafios. 1963 Regresa definitivamente a Europa instaladose en Roma. Realiza numerosas exposiciones de su pintura. 1966 Encuentro en Roma con Miguel Angel Asturias. 1969 Inicia la serie poética Los ocho nombres de Picasso. 1972 Gran homenaje en Roma con motivo de su setenta cumpleafios. 1976 Estreno en Madrid de El adefesio con Maria Casares. 1977 En un viaje de S.A.R. a Roma, conoce a1 Rey Juan Carlos 1. E1 27 de abril, regresa a Espafia después de 38 afios de exilio. Es elegido Diputado por Cadiz por el Partido Comunista de Espafia. 1980 En septiembre estrena su version teatral de La lozana andaluza, en Madrid. 327 Poesia: Marinero en tierra. Madrid: Biblioteca Nueva, 1925. Buenos Aires: Schapire, 1942. (Nueva ed. aum.) Buenos Aires: Losada, 1945. Buenos Aires: Losada, 1957. Buenos Aires: Losada, 1959. Madrid: Biblioteca Nueva, 1968. Madrid: Arte y Bibliofilia, 1976. Barcelona: Lumen, 1977. . (junto con La amante y El alba de alheli) Madrid: Castalia, 1972 y 1977. La amante. Malaga: Litoral, 1926. Madrid: Plutarco, 1929. Buenos Aires: Losada, 1946. Madrid: Aguilar, 1977. El alba de1 alheli. Santander: Ed. de José Maria del Cossio, 1927. (Nueva ed. aum.) Buenos Aires: Losada, 1947. Cal y canto. Madrid: Revista de Occidente, 1929. Losada, 1952 y 1959. . (con Sobre los angeles y Sermones y moradas) Buenos Aires: Sobre los angeles. Madrid: CIAP, 1929. Buenos Aires: Losada, 1959. Buenos Aires: Losada, 1962. Barcelona: Llibres de la Sinera, 1970. Barcelona: Seix Barra1, 1977. Dos oraciones a la Virgen. (Con Carlos Rodriguez Pintos) Paris: Ed. de Carlos RodrigUez Pintos, 1931. Consignas. Madrid: Ediciones Octubre, 1933. 328 Un fantasma recorre Europa. Madrid: La Tentativa Poética, 1933. Poesia 1924-30. Madrid: Cruz y Raya, 1934. (contiene: Marinero en tierra, La amante, E1 alba del alheli, Cal y canto, Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, Sobre los angeles, Sermones y moradas, Con los zapatos puestos tengo que morir--Elegia ciVica.) Verte yino verte. México: Miguelin N. Lira, 1935. Madrid: Cruz y Raya, 1936. De un momento a otro. México: Fabula, 1935. l3 bandas y 48 estrellas. Madrid: Manuel Altolaguirre, 1936. Nuestra diaria palabra. Madrid: Héroe, 1936. De un momento a otro (poesia e historia). Madrid: Europa-América, 1937. Icontiene: Un fantasma recorre Europa, 13 bandas y 48 estrellas, y Capital de la gloria.) Poesia 1924-1937. Madrid: Signo, 1938. (al contenido de Poesia 1924- 1930 se afiade: Verte y no verte, El poeta en la calle 1931-37, Homenaje popular a Lope de Vega, El burro explosivo 1934-35, Romances de la guerra de Espafia 1936, De un momento a otro (poesia e historia) 1932-37.) El burro explosivo. Madrid: Ediciones de1 59 Regimento, s.f. (1938?) Poesia 1924-1938. Buenos Aires: Losada, 1940. De los sauces. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1940. De los alamos y los sauces. Buenos Aires: Angel Gulab, 1940. Entre e1 clavel y la espada. (Poesia 1930-1940). Buenos Aires: Losada, 1941. Antologia poética. 1924-1940. Buenos Aires: Losada, 1942. Vida bilingne de un refugiado espafiol en Francia. Buenos Aires: Bajel, 1942. (con Coplas de Juan Panadero.) Madrid: Mayoria, 1977. iEh,,los toros! Buenos Aires: Emecé, 1942. Tres recuerdos del cielo. (Homenaje a G. A. Bécquer). Buenos Aires: Urania, 1942. Pleamar. Buenos Aires: 1944. Antologja poética. 1924-44. Buenos Aires: Losada, 1945. 329 A la pintura. Buenos Aires: Imprenta L6pez, 1945. (Nueva ed. aum.) Buenos Aires: Losada, 1948. (2? ed. aum.) Buenos Aires: Losada, 1953. 1945-1967. Madrid: Aguilar, 1968. Poesia 1924-1944. Buenos Aires: Losada, 1946. (Afiade a Poesia 1924- 441938 105 poemas de Entre e1 clavelgyfla espada y Pleamar. iPueblos libres! av Espafia? Buenos Aires: Comisidn de Ayuda a1 Pueblo Espafiol Dem6crata, 1946. E1 cefiidor de Venus descefiido. Buenos Aires: Botella a1 mar, 1947. Coplas de Juan Panadero. Montevideo: Pueblos Unidos, 1949. (con Vida bilingfie . . . ) Madrid: Mayoria, 1977. Buenos Aires en tinta china. Buenos Aires: Losada, 1951. Retornos a lo vivo lejano. Buenos Aires: Losada, 1952. Barcelona: Llibres de la Sinera, 1972. Barcelona: RM, 1977. Ora maritima. Baladas y canciones del Parana. Buenos Aires: Losada, 1953. Baladas y canciones del Parana. Buenos Aires: Losada, 1954. Barcelona: Linosa, 1976. Diez liricografias. Buenos Aires: Bonino, 1954. Poemas de Rafael A1berti. San Pablo: Pueblo y poesia, 1956. Antologia poética 1924-1952. Buenos Aires: Losada, 1958. Sonrie China. (en colaboracién con Maria Teresa Le6n.) Buenos Aires: Jacobo Muchnik, 1958. Dos poemas. Madrid y Palma de Mallorca: Papeles de Son Armadans, 1958. Los viejos olivos. Caracas: Revista Nacional de Cultura, 1960. Poesias completas. Buenos Aires: Losada, 1961. Dialogo entre Venus y Priapo. Buenos Aires: Ediciones La Arboleda Perdida, 1962. 330 Poemas escénicos. Buenos Aires: Losada, 1962. Suma taurina. Barcelona: RM, 1963. Abierto a todas horas. Madrid: Afrodisio Aguado, 1964. X sonetos romanos. Buenos Aires: Bonino, 1964. Antologiagpoética. Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas, 1965. E1 poeta en la calle (1931-1965). Paris: Editions de la Librairie du Globe, 1966. Bucharest: Editiéns de la Librairie du Globe, 1974. Madrid: Dogal, 1977. Barcelona: Seix Barral, 1978. Poemas de amor. Madrid: Alfaguara, 1967. Libro del Mar. Poemas. Barcelona: Lumen, 1968. Roma, peligro para caminantes. México: Joaquin Mortiz, 1968. Torremolinos: Revista Litoral 43-44, marzo, 1974. Poesias anteriores a "Marinero en tierra." Barcelona: Arrezo, 1969. Los ocho nombres de Picasso y no digo mas de lo que no digo. Barcelona: Kairds, 1970. Canciones del alto Valle del Aniene. Buenos Aires: Losada, 1972. Poemas de1 destierro y de la espera. Barcelona: Espasa-Calpe, 1976. Obras completas I. Poesias (1923-1967. Madrid: Aguilar, 1972. Obras completas II. Poesias (1923-1967). Madrid: Aguilar, 1977. Fustigada luz. Barcelona: Seix Barra1, 1980. Teatro: E1 hombre deshabitado. Madrid: Plutarco, 1930. Fermin Galan. Madrid: Plutarco, 1931. Bazar de la providencia, Farsa de los Reyes Magos. Madrid: Ediciones Octubre, 1934. 331 Radio Sevilla. Madrid: Signo, 1938. Cantada de los héroes y Fraternidad de los pueblos. Madrid: S. Aguirre, 1938. De un momento a otro; Drama de una familia espafiola en un prélogo y tres actos. Buenos Aires: Bajel, 1942. E1 adefesio. Buenos Aires: Losada, 1944. Madrid: Edicusa, 1968. (Nueva versién) Madrid: Ayma, 1977. Teatro I. (E1 hombre deshabitado. E1 trébol florido. La Gallarda.) Buenos Aires: Losada, 1950. Noche de guerra en el Museo del Prado. Buenos Aires: Ediciones Losange, 1956. Madrid: Edicusa, 1975. Poemas escénicos. Buenos Aires: Losada, 1962. Teatro II. (La lozana andaluza. De un momento a otro. Noche de guerra en el Museo del Prado. Buenos Aires: Losada, 1964. La pajara pinta. (ed. de Robert Marrast.) Paris: Centre de Recherches de L’Institut d’Etudes Hispaniques, 1964. Cantada porila paz ygla alegria de los pueblos, en el libro E1 poeta en 21a calle. Paris: Editi6ns de la Libraire du Globe, 1966. Nuevosgggemas escénicos, en Roma peligro para caminantes. México: Mortiz, E1 enamorado de la muerte, en Revista de Occidente (nov., 1973). La lozana andaluza,en Primer Acto, Nam. 178 (marzo, 1975). Numancia. Madrid: Ediciones Turner, 1975. Prosa: La poesia pcmularen la lirica espafiola contemporanea. Leipzig: N. Gronau Verlag, 1933. La arboleda perdida. (Libro I.) México: Seneca, 1942. (Libros I y II.) Buenos Aires: Fabril, 1959. (Libros I y II.) Barcelona: Seix Barra1, 1975. 332 E1 poeta en la Espafia de 1931. Buenos Aires: Publicacién de1 Patronato Hispano-Argentino de Cultura, 1942. Imagen primera de . . . . Buenos Aires: Losada, 1945. Madrid: Ediciones Turner, 1975. Maria Carmen Portela. Buenos Aires: Losada, 1956. Lope de Vega y la poesia contemporanea. (con La pajarg_pinta) ed. de Robert Marrast. Pari§z Centre de Recherches de 1’Institut d’Etudes Hispaniques, 1964. Prosas encontradas. (ed. de Robert Marrast.) Madrid: Ayuso, 1970. 333 VICENTE ALEIXANDRE MERLO 1898 Nace en Sevilla e1 26 de abril. 1900 Se traslada con su familia a Malaga donde asiste a1 colegio primario con el joven Emilio Prados. 1909 Se traslada a Madrid donde continua sus estudios en el Colegio Teresiano de la calle Ventura de la Vega. 1914 Terminado e1 bachillerato, se matricula en la Facultad de Derecho y la Escuela Central de Comercio de Madrid. 1917 En el pueblo abulense Las Navas del Marqués conoce a Damaso Alonso que 1e regala un libro de poemas de Rubén Dario. Este encuentro le abre a1 mundo de la poesia y escribe sus primeras versos. 1919 Termina los estudios universitarios licenciandose en Derecho y obteniendo e1 titu10 de Intendente Mercantil. Entra a trabajar como profesor de Legislacidn Mercantil en la Escuela Central de Comercio. 1921 Trabaja en la oficina madrilefia de Ferrocarriles Andaluces y cola- bora en varias revistas de indole comercial. 1922 Conoce a Rafael A1berti cuando asiste a su exposicidn de pintura en el Ateneo de Madrid. 1923 Viaja a Paris y Londres. 1925 Pasa una temporada de convalecencia de una enfermedad pulmonar en Miraflores de la Sierra, desde entonces lugar habitual de sus veraneos. 1926 Publica sus primerias poesias en la Revista de Occidente. 1927 Conoce a Juan Ramén Jiménez y a Federico Garcia Lorca. Participa en el homenaje a Géngora que publica 1a revista murciana Verso y 334 Ergsg_bajo 1a direccion de Jorge Guillén. Se traslada a vivir en una casa de la Calle Velintonia. 1928 Publica su primer libro de versos, Ambitg_en la editorial Litoral de Malaga. Conoce a Altolaguirre y a Cernuda. Lee a Freud y a Joyce. 1929 Termina los poemas de Pasi6n de la tierra que no se publicaran hasta 1935. 1930 Comienza los poemas de Espadas como 1abios. 1931 Sufre una recaida en su enfermedad. 1932 Tras intervencion quirfigica, publica Espadas como 1abios. 1934 Recibe e1 Premio Nacional de Literatura por su obra La destruccidn 0 el amor. 1935 Aparecen pub1icados La destruccién 0 el amor en Madrid y Pasidn de la tierra en México. Amistad con Pablo Neruda y Migue1 Hernandez. 1937 Recae enfermo de nuevo. Publica varios romances en el "Romancero de la guerra civil" de El mono azul. 1944 Aparecen los poemas de Sombra de1 paraiso, escritos en su mayoria en 1939. 1949 Es elegido miembro de la Real Academia Espafiola de la Lengua. 1950 Ingresa en la Academia. Edita Mundo a solas. Viaja a Inglaterra donde dicta una serie de conferencias. 1953 Publica Nacimiento Ultimo, libro comenzado en 1927. Viaja a Marruecos donde pronunia unas conferencias. 1954 Aparece Historia del corazdn. 1958 Aparece su libro en prosa Los encuentros. 1960 Edita la primera edicidn de sus Poesias completas. 1962 Publica En un vasto dominio. 335 1965 Publica Retratos con nombre. 1968 Aparece Poemas de la consumacion. 1969 Recibe e1 Premio de la Critica. Edita sus Obras Completas. 1972 Publica su poema Sonido de la guerra. 1974 Aparece Dialogos de1 conocimiento. 1977 Recibe e1 Premio Nobel de Literatura el 7 de octubre. Poesia: Ambito. Malaga: Litoral, 1928. Madrid: Coleccién Raiz, 1950. Espadas como 1abios. Madrid: Espasa-Calpe, 1932. Madrid: Castalia, 1972. Pasién de la tierra. (prosa poética.) México: Fabula, 1935. Madrid: Adonais, 1946. Madrid: Narcea, 1976. La destruccion 0 el amor. Madrid: Signo, 1935. (29 ed. con variantes) Madrid: Alhambra, 1945. Buenos Aires: Losada, 1954. Madrid: Castalia, 1972. Sombra de1 paraiso. Madrid: Addn, 1944. Buenos Aires: Losada. Madrid: Castalia, 1976. En la muerte de Miguel Hernandez. Zaragoza: Cuadernos de las Horas Situadas, Nfim. 2, 1948. Mundo a solas. Madrid: Libreria Clan, 1950. Zaragoza: Javalambre, 1970. Poemas paradisiacos. Malaga: E1 Arroyo de los Angeles, 1952. (Seleccién de Sombra del paraiso). 336 Nacimiento Gltimo. Madrid: Insula, 1953. Historia del corazon. Madrid: Espasa-Calpe, 1954. Poesias completas..Madrid: Aguilar, 1960. Picasso. Malaga: E1 Guadalhorce, 1961. Antigua casa madrilefia. Santander: Coleccion Clasicos de todos los afios, 1961. En un vasto dominio. Madrid: Revista de Occidente, 1962. Presencias. Barcelona: Seix Barra1, 1965. Retratos con nombre. Barcelona: El Bardo, 1965. Dos vidas. Malaga: Cuadernos de Maria José, 1968. Obras completas. Madrid, Aguilar, 1968. Poemas de la consumacién. Barcelona: Plaza y Janes, 1968. Antologia del mar y la noche. Madrid: Al-Borak, 1971. Sonido de la guerra. Valencia: Coleccion Hontanar, 1974. Prosa: En la vida de1 poeta: E1 amor y la poesia. Madrid: Real Academia Espafiola, 1950. Algunos caracteres de la nueva poesia espafiola. Madrid: Instituto de Espafia, 1955. Los encuentros. Madrid: Guadarrama, 1958. Barcelona: Labor, 1977. 337 MANUEL ALTOLAGUIRRE BOLIN 1905 Nace en Malaga e1 29 de junio en una familia de siete hermanos. Estudios primarios en el Colegio de la Sagrada Familia y de bachillerato en el colegio jesuita Miraflores de1 Palo donde son compafieros suyos de curso José Maria Hinojosa y José Maria Souvirdn. Estudios universitarias en la Facultad de Derecho de Granada. 1923 Con Hinojosa y Souviron funda su primera revista de poesia, m. 1924 Fundacidn de la Imprenta Sur (hoy Dardo) con Emilio Prados. 1926 Aparece 1a revista Litoral. Publica su primer libro de poemas, Las islas invitadas. 1927 Sigue su labor de impresor. En la coleccidn "Litoral" publica su obra Egemplo, y 1as principales obras de su generacion: Canciones, de Lorca; Jacinta 1a pelirroja, de Moreno Villa; Pérfil de1 aire, de Cernuda; Ambitg, de Aleixandre; La amante, de A1berti; y otros. 1930 Se marcha a Paris donde inicia una amistad con varios poetas franceses, y especialmente, con Jules Supervielle. En una imprenta portatil, continua pub1icando su revista Poesia, iniciada en Malaga en este mismo afio. 1931 De vuelta a Espana, se instala en el Hotel Dardé de Madrid. Conoce la vida literaria de la capital en las tertulias en la casa de1 embajador chi1eno, Carlos Morla Lynch. Gran amistad con Lorca, Cernuda, A1berti, A1eixandre, Mufioz Rojas, y otros. Lorca 1e pre- senta a la poetisa Concha Méndez. 1932 Edita 1a revista fl§59g_con Concha Méndez, con quien se casa e1 5 de junio. Instala su imprenta en su casa en la calle Viriato. Escribe una biografia de Garcilaso de la Vega. 338 1933 Muerte de su primer hijo. Sale con su mujer hacia Londres, pensionado por de Centro de Estudios Histéricos para estudiar técnicas de imprenta. Da conferencias sobre 1iteratura espafiola en Cambridge, Oxford, Liverpool, Manchester y Birmingham. Publica la revista. bilingfie 1§1§, que da a conocer 1a obra de los poetas espafioles, clasicos y contemporaneos, en Inglaterra. Imprime obras de poetas ingleses. Traduce Adonais de Shelley. 1935 Nace en Londres su hija Paloma. Vuelve a Madrid a la calle Viriato y con Concha Méndez inicia la coleccian "Héroe" donde publica Primeras canciones, de Lorca; E1 joven marino, de Cernuda; Primeros poemas de amor, de Neruda; E1 rayo que no cesa, de Migue1 Hernandez; Cantos de primavera de Luis Felipe Vivanco; y su propia obra La lenta libertad. En octubre, aparece la revista, Caballo verde para la EQEEIE: 1936 Al esta11ar 1a guerra civil, forma parte de la Alianza de Inte1ec- tua1es Antifascistas y, después de la muerte de Lorca pasa a dirigir e1 teatro "La Barraca." Se alista en el ejército republi- cano. 1937 En Valencia colabora en la redaccién de Hora de Espafia donde publica articulos y obras de teatro. Participa en el Congreso de Escritores. Estreno de su obra teatral, escrita con Bergamin, El triunfo de las germanias. 1938 Es encargado de la imprenta de1 Cuerpo del Ejército instalada en el monasterio de Monserrat de Barcelona, donde con soldados tipo- grafos imprime una hoja literaria "Los lunes de1 combatiente," y la 3Q edicién de Espafia en el corazon de Pablo Neruda. Gana e1 Pre- mio Nacional de Literatura por su drama Ni un solo muerto. 339 1939 Poco antes de finalizar la guerra sa1e de Espafia. Pasa una temporada en un hospital debido a una crisis nerviosa. Es inter- nado en un campo de concentracién en Perpignan. Reunidn con su familia en Paris, donde vive en casa de Paul Eluard. Salida para México. A causa de una enfermedad de su hija, los Altolaguirre desembarcan en La Habana. La estancia dura varios afios. Funda la nueva imprenta "La Verdnica" donde publica su libro Nube temporal, unos libros de poesia y teatro de Concha Méndez, 1as revistas literarias Atentamente y La veronica, y la coleccion poética "El ciervo herido." Pronuncia conferencias en la Universidad de La Habana. 1943 Se traslada a México donde funda 1a Imprenta Isla. Comienza su carrera de guionista de cine con la empresa Pasa-Films. 1944 Publica Poemas de las islas invitadas. En julio vuelve a aparecer 1a revista Litoral en su tercera época bajo 1a direccién de Altolaguirre, Prados, José Moreno Villa, Juan Rejano y Francisco Giner de los Rios. 1946 Publica Nuevos poemas de las islas invitadas. Se separa de Concha Méndez. 1947 Establece su residencia en Tasco donde instala su imprenta. Se casa con Maria Luisa Gomez Mena. 1949 Publica Fin de un amor. Funda su filtima revista de poesia, Antolo- gia de Espafia en el recuerdo, que alcanza dos nameros. Edita una coleccidn de autores clasicos “Aires de mi Espafia." Fracasa su filtima imprenta Isla. Escribe e1 guién para la pelicula Subida a1 cielo, dirigida por Luis Bufiuel. Dirije e1 film E1 cantar de los cantares, basado en la obra de Fray Luis de Le6n. 340 1950 Breve regreso a Malaga y Madrid. En México sigue su labor de guionista, productor y director de cine. Produce la pelicula Las estrellas de Carlos Arniches. 1952 Recibe e1 Aguila de Plata de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematograficas para "Subida a1 cielo," pelicula que gan6 ademas e1 Gran Premio de Paris y el Premio de la Critica de1 Festi- val de Cannes. Colabora en otras muchas peliculas. Escribe su autobiografia El caballo griego, y Poemas en_prosa, todavia inéditas. 1955 Publica Poemas en América en la imprenta Dardo de Malaga. 1959 En julio regresa a Espafia para presentar su film E1 cantar de los cantares en el festival de San Sebastian. En la noche del 23 con su mujer sufre un accidente de coche en 1as afueras de Burgos. Muere el dia 26. Poesia: Las islas invitadas y otros poemas. Malaga: Sur, 1926. Ejemplo. Malaga: Litoral, 1927. Poema del agua. Malaga: Litoral, 1927. Escarmiento. Vida poética. Lo invisible. Amor. Malaga-Paris: Cuadernos de Poesia, 1930, Nfims. l-4. Un verso para una amiga. Paris, 1931. Un dia. Paris: Poesia, 1931. Amor. Pliego. Paris: Poesia, 1931. Soledades juntas. Madrid: Plutarco, 1931. La lenta libertad. Madrid: Héroe, 1936. Las islas invitadas. Nueva edicién aumentada. Madrid: Manuel Altola- guirre, 1936. 1972.. Edicién de Margarita Smerdou Altolaguirre. Madrid: catedra, 341 Nube temporal. La Habana: La Veronica, 1939. Poemas de las islas invitadas. México: Litoral, 1944. Nuevos poemas de las islas invitadas. México: Isla, 1946. Fin de un amor. México: Isla, 1949. Ediciones, 1974. . Edici6n de Maya S. Altolaguirre. Madrid: Seminarios y Poemas en América. Malaga: Dardo, 1955. Poemas iluminados 1927-1958. Mallorca: Papeles de Son Armadans, Nam. 41 (1959), pags. 155-174. Poesias completas. México: Fondo de Cultura Econdmica, 1960. México: Fondo de Cultura Econémica, 1974. Teatro: Entre dos pfiblicos. Londres, 1934. Tiempo a vista de pajaro. Madrid, 1935. E1 triunfo de las germanias. (con José Bergamin) Valencia: Hora de Espafia, 1937. Ni un solo muerto. Valencia, 1938. Prosa: E1 caballo griego. Autobiografia parcialmente inédita. Otras traducciones, ediciones, biografias, guiones Cinematograficos. 342 LUIS CERNUDA BIDON 1902 Nace en Sevilla el 21 de septiembre. Estudios primarios en el Colegio San Ramdn. A 105 ocho afios empieza su formacién poética con lecturas de Bécquer. 1919 Ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Es alumno de la clase de lengua y 1iteratura espafiola que ensefia Pedro Salinas. Lecturas de escritores clasicos espafioles y de D'Annunzio, Lautréamont, Mallarmé, Gide, Claudel. 1923‘ Escribe sus primeros poemas. 1925 Conoce en Sevilla a Juan Ramon Jiménez. Se publican sus primeras poesias en la Revista de Occidente. 1926 Viaja 3 Madrid donde conoce a Guillermo de Torre, Bergamin, Dali, D'Ors y otros. Se licencia en Derecho en la Universidad de Sevilla. 1927 Publica en la editorial Litoral su primer libro de versos, Egrfil del aire. 1928 Traslado definitivo a Madrid donde trabaja en la libreria de Leén Sanchez Cuesta. Frecuenta 1a Residencia de Estudiantes. Amistad con A1eixandre, Lorca, A1berti y otros. Pasa una temporada en Toulouse. Lecturas de Aragon, Breton, Eluard y Crevel. 1933 Colabora en la revista Octubre. Periodo de adhesidn a1 comunismo. Participa en las actividades de las Misiones Pedagogicas. Edita Invitacian a la poesia. 1935 Publica Donde habite el olvido, y otras colaboraciones en Cruz y Raya. Lecturas de H51der1in. Amistad con el hispanista suizo Hans Gebser, residente por entonces en Madrid. 343 1936 Aparece la primera edicién de La realidad y el deseo. En abri1 1e rinden una cena-homenaje, convocado en E_1_§gl_ y firmado por A1eixandre, A1berti, Altolaguirre, Concha Méndez, Rosa Chacel, Lorca, Guillén, Gerardo Diego, Neruda, Serrano Plaja, Moreno Villa y otros. Estancia de tres meses en Paris. Escribe los primeros poemas de Las nubes titulados "Elegia espafiola." 1937 Participa en el Congreso de Escritores de Valencia. Colabora en Hora de Espafia. 1938 Por gestiones de Stanley Richardson, sa1e en marzo para dar unas conferencias en Inglaterra. La guerra hace imposible e1 regreso a Espafia. Ensefia en la Cranleigh School de Surrey. 1939 Da clases de 1iteratura espafiola en la Universidad de Glasgow. 1940 En México se edita 1a segunda edici6n de La realidad y el deseo. 1943 Pasa a la Universidad de Cambridge donde reside en Emmanuele College. En Buenos Aires aparece Las Nubes. 1945 Se traslada a Londres para ensefiar en el Instituto Espafiol. Con- tinfia su labor poética. 1947 Por intervencion-de Concha Albornoz, es contratado como profesor en Mount Holyoke College (Massachusetts). Edita en Buenos Aires Como quien espera el alba. 1949 Pasa e1 verano en México. El contacto con este pais es decisivo y regresa durante varios veranos. 1952 Renuncia su puesto en Mount Holyoke para trasladarse a México. Vive en la casa de Concha Méndez y en estrecha amistad con su familia. Escribe Variaciones sobre tema mexicano. 1957 Edici6n no venal de Poemas para un cuerpo. 344 1960 Vuelve a los Estados Unidos para ensefiar en la Universidad de California en Las Angeles. Empieza a escribir los poemas de Desolacian de la quimera. .1961 Ensefia en San Francisco State College. 1963 Rechaza un contracto nuevo Con la Universidad de California para volver a México. Muere e1 cinco de noviembre. Poesia: Perfil de1 aire. Malaga: Litoral, 1927. , con otras obras olvidadas e inéditas. Ed. y estudio de Derek Harris. Londres: Tamesis, 1971. Invitacién a la poesia, Madrid: La Tentativa Poética, 1933. Donde habite e1 olvido. Madrid: Signo, 1936. El joven marino. Madrid: Héroe, 1936. La realidad y el deseo. Madrid: Cruz y Raya, 1936. (Incluye: Primeras poesias; Egloga, elegia, oda, Un rio, un amor; Los placeres prohi- bidos; Donde habite e1 olvido, Invocaciones a las gracias del mundo. de 1936, Las nubes.) . 29 ed. aumen. México: Seneca, 1940. (Afiade a la edicién . 39 ed. aumen. México: Fondo de Cultura Economica, 1958. (Afiade: Como quien espera e1 alba; Vivir sin estar viviendo; Con 1as horas contadas; Sin titu10, inacabado. . 4a ed. aumen. México: Fondo de Cultura Econ6mica, 1964. (Afiade Desolacian de la quimera. Hay reimpresiones de esta edicién de 1970 y 1975.)3 Las nubes. Buenos Aires: Rama de Oro, 1943. Como quien espera e1 alba. Buenos Aires: Losada, 1947. Poemas para un cuerpo. Malaga: Colecci6n "A Quien Conmigo Va," 1957. (Edicidn no venal.) Diptico espafiol, 1960-61. Bégata: Ediciones Eco, 1961. Desolacién de la quimera. México: Joaquin Mortiz, 1962. Luis Cernuda. Poesia Comp1eta. Barcelona: Seix Barra1, 1974. 345 Narrativa: Ocnos. Londres: Dolphin Books, 1942. 2Q ed. aumen. Madrid: Insula, 1949. 31-1 ed. aumen. México: Universidad Veracruzana, 1963. 1978.. seguido de Variaciones sobre tema mexicano. Madrid; Taurus, Barcelona: Seix Barra1, 1978. Tres narraciones. Buenos Aires: Iman, 1948. Barcelona: Seix Barra1, 1974. Variaciones sobre tema mexicano. México: Coleccién "México y lo mexi- cano," 1952. (con Ocnos) Madrid: Taurus, 1977. Ensayo y critica: Estudios sobre poesia espafiola contemporanea. Madrid: Guadarrama, 1957 y 1970. Pensamiento poético en la lirica inglesa, siglo XIX. México: Imprenta Universitaria, 1958. Poesia y 1iteratura, I. Barcelona: Seix Barra1, 1960. Poesia y 1iteratura, II. Barcelona: Seix Barra1, 1966. Poesia y 1iteratura, I y II. Barcelona: Seix Barra1, 1971. Critica, ensayo y evocaciones. Barcelona: Seix Barra1, 1970. Prosas completas. Barcelona: Seix Barra1, 1975. 346 ANGEL CRUCHAGA SANTA MARIA 1893 Nace en Santiago e1 23 de marzo. 1899 Inicia sus estudios en el Colegio de los Padres Franceses. 1904 Estudia Humanidades en la Universidad en Santiago. 1907 Interrumpe sus estudios para trasladarse a Graneros donde toma contacto con lo mejor de la 1iteratura clasica y espafiola a través de la biblioteca particular de Tadeo Izquierdo Varas. 1911 En la revista Zig-Zag publica sus primeras poesias. 1912 Junto con Vicente Huidobro funda 1a revista Musa Joven. 1913 Es secretario de la revista Azul. 1915 Publica su primer libro, Las manos juntas. Trabaja en la revista Zig-Zag y en el diario La Uni6n. 1919 Viaja a la Argentina en misién cultural oficial y alli colabora en las revistas literarias mas significativas. 1928 Funda la revista Lgtra§_con Hernan de1 Solar, Salvador Reyes, Luis Enrique Délano y Manuel Eduardo Hfibner. 1933 Recibe e1 Premio de Poesia de la Sociedad de Escritores de Chile. 1940 Es nombrado director de la revista Tierra Chilena. Gana e1 Premio Municipal de Poesia por su libro Paso de sombra. 1944 E5 elegido presidente de la Alianza de Inte1ectua1es de Chile. 1948 Obtiene e1 Premio Nacional de Literatura. 1955 Viaja a la Repfiblica Popular China como invitado de1 gobierno de ese pais. 1964 Fallece en Santiago e1 5 de septiembre. Poesias: Las manos juntas. Santiago: Imprenta Universitaria, 1915. 347 La selva prometida. Paris, 1920. Job, Santiago: Grimm & Kern. 1922. (23 ed.) Santiago: Editorial Luz, 1933. Los mastiles de oro. Rio Gallegos, Argentina, 1923. Los cirios. La ciudad invisible. La hoguera abandonada. Poemas. Santiago: Nascimento,*1928. Afan de1 corazén (1925-1932). Santiago: Imprenta Universitaria, 1933. Paso de sombra. Santiago: Nascimento, 1939. Antologia. (Seleccion y prélogo de Pablo Neruda) Buenos Aires, 1946. Pequefia antologia. (Coleccion Premios Nacionales de Literatura) Santiago: Escuela Nacional de Artes Graficas, 1953. Rostro de Chile. Santiago: Escuela Nacional de Artes Graficas, 1958. Santiago: Gémez y Rodrigues, Ltd., 1960. Anillo de jade. Poemas de China. Santiago: Editorial Universitaria, 1959. Una palabra ha perfumado e1 mundo. (Seleccion poética) Santiago: Colecciones Hacia, 1963. Noche de las noches (Poemas en prosa.) Santiago: Taller Arancibia Hnos., 1963. Prosa: Publica una docena de cuentos en varias revistas chilenas, a veces bajo e1 seud6nimo "Juan Luna." 348 ROSA CHACEL ARIMON 1898 Nace en Valladolid. Es autodidacta, ya que nunca asiste formal- mente a ninguna escuela. 1906 A 105 ocho afios, por gestiones de amistades de sus padres, 1a permiten asistir a clases de dibujo en la Academia de Artes e Industrias de Valladolid. 1908 Se traslada con su familia a Madrid donde vive durante tres afios en el barrio de Maravillas. Prepara e1 ingreso de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando donde estudia escultura durante tres afios. Frecuenta la biblioteca de1 Ateneo donde sigue su educacién con lecturas de Dostoyevski, Balzac, Joyce y otros. Empieza a escribir poesias alrededor de los veinte afios. 1922 Se casa con el pintor Timoteo Pérez Rubio y se traslada a Roma donde estudia arte. Escribe su primera novela, Estacidn, ida y vuelta. 1926 Regresa a Madrid. Conoce a Ortega y comienza a colaborar en la Revista de Occidente. 1930 Para la serie "Vidas extraordinarias de1 siglo XIX" Ortega 1a encarga una biografia de Teresa Mancha. Publica en la Revista de Occidente el primer capitulo. Edita Estacién, ida y vuelta. 1936 Publica su primer libro de poesia, los sonetos de A la orilla de un 2020, en las ediciones Héroe, y con un prélogo de Juan Ram6n Jiménez. 1937 Colabora en Hora de Espafia. Se marcha con su hijo a Paris. 1939 Continfia su exilio con estancias en Grecia, Brazil, 105 Estados Unidos, Argentina y México. 349 1941 Residencia en la Argentina donde publica Iegeee, 1945 Edita 1a novela Memorias de Leticia Valle, en Buenos Aires. 1952 Publica los cuentos de Sobre el piélago. 1960 Gana e1 premio de la Sociedad Argentina de Escritores por su novela La sinrazon. 1961 Regresa a Espafia durante dos afios. 1963 Establece su residencia en Rio de Janeiro. 1970 Se empieza a conocer su obra en Espafia con las ediciones espafiolas de La sinrazén, y 1uego Icada,_Nevda,_Diada, La confesion, Satur- gel, etc. 1972 Regresa a Espafia con caracter definitivo. 1976 Publica Barrio de Maravillas, primer volumen de una proyectada trilogia que incluira Escuela de Platon y Ciencias naturales. 1977 Recibe e1 Premio de la Critica por Barrio de Maravillas. 1978 Es presentada por Julian Marias, Luis Rosales y Antonio Tovar como candidata a la Real Academia Espafiola de la Lengua. Refine sus poesias escritas desde el principio de su exilio en un libro titu- lado Versos prohibidos. Poesia: A la orilla de un pozo. Madrid: Héroe, 1936. Versos prohibidos. Malaga: Caballo Griego para la Poesia, 1978. Novela y narrativa: Estacién. Ida y vuelta. Madrid: Ulisis, 1930. (2% ed.) Madrid: cvs Ediciones, 1974. Teresa. Buenos Aires: Nuevo Romance, 1941. Madrid: Aguilar, 1963. 350 Memorias de Leticia Valle. Buenos Aires: Emecé, 1945. (2a ed.) Barcelona: Lumen, 1971. Sobre el piélago. Buenos Aires: Ediciones Iman, 1952. La sinrazdn. Buenos Aires, Losada, 1960. Barcelona: Editorial Andorra, 1970. Bi1bao: A1via, 1977. Ofrenda a una virgen loca. Xalapa: Universidad Veracruzana, 1961. Icada, Nevda, Diada. Barcelona: Seix Barra1, 1971. (reproduce también Sobre el pialago y Ofrenda a una virgen loca.) La confesién. Barcelona: Edhasa, 1971. Saturnal. Barcelona: Seix Barra1, 1972. Barrio de maravillas. Barcelona: Fundacién Juan March/Seix Barra1, 1976. Barcelona: Seix Barra1, 1978. Ensayo, critica, memorias: Poesia de la circunstancia. C6mo y por qué de la novela. Bahia Blanca (Argf): Universidad Nacional del Sur, 1958. Desde e1 amanecer. Autobiografia de mis primeros diez afios. Madrid: Revista de Occidente, 1972. 351 LUIS ENRIQUE DELANO 1907 Nace en Santiago de Chile. Estudia bachillerato en el Liceo de Quillota, y cursa Leyes y Pedagogia en la Universidad de Chile. 1929 Comienza sus colaboraciones en el diario E1 Mercurio. 1934 Inicia estudios de Filosofia y Letras en la Universidad de Madrid. Ocupa e1 puesto de canciller en el consulado chi1eno donde Pablo Neruda es c6nsu1. Entre 1934 y 1937 trabaja como corresponsal para Europa para El Mercurio. y de 1937-1939 dirige 1a revista geeee, 1939 Dirige la revista Qué Hubo de Santiago. 1940 Ocupa e1 cargo de c6nsul de Chile en México. 1946 Pasa a ocupar e1 puesto de c6nsu1 de Chile en Nueva York donde per- manece hasta 1949. 1952 Asume 1a direccion de la revista Vistazo de Santiago. 1970 Recibe e1 Premio Nacional de Periodismo. 1971 Es nombrado embajador de Chile en Dinamarca, Finlandia y 1uego en Suecia. Novela y narrativa: Rumbo hacia ninguna parte, cuento. Santiago: Lectura Selecta, 1927. La nihgzge 1a prisién y otros cuentos. Santiago: Imprenta La Semana, Luces en la isla. (cuentos) Santiago: Imprenta La Nacién, 1930. La evasién. (cuento) Santiago: Zig-Zag, 1933. Viaje de suefio. (cuentos) Santiago: Ercilla, 1935. En la ciudad de los césares. Santiago: Zig-Zag, 1939. Viejos relatos. Santiago: Zig-Zag, 1940. Santiago: Zig-Zag, 1968. 352 Un nifio en Valparaiso. México: Coleccién "Lunes," 1945. El laurel sobre la lira. (novela) Santiago: Ediciones Cultura, 1946. E1 caso de la muier azul. Buenos Aires: Poseidbn, 1946. (Escrito bajo eT’seuddnimo "Martimer Gray") Muerte entre los pinos. Buenos Aires: Poseidén, 1946. (Escrito bajo e1 seud6nimo "M6rtimer Gray") E1 caso de1 cuadro surrealista. México: Selecciones Policiacas y de Misterio. Tomo 96, febrero, 1952. Puerto de fuego. (novela) Santiago: Austral, 1956. La base. (novela) Santiago: Austral, 1958. (Ha tenido varias ediciones en espafiol, una rumana y una rusa.) El viento de1 rencor. Santiago: Austral, 1961. El rumor de la bata11a. (novela) Santiago: Austral, 1964. (En 1956 y 1957, publica ademas, en la revista En viaje de Santiago, cuatro cuentos de policia bajo el nombre "José Zamora.") Ensayo y critica: Peque?a4historia de Chile. México: Secretaria de Educaci6n Pablica, 9 4. Cuatro meses de guerra civil en Espafia. Santiago, 1947. Cuba, 66. Santiago: Austral, 1966. Gala Gonzalez y la construccién de partido. Santiago: Horizonte, 1968. (sobre e1 P.C.C.) Sobre todo Madrid. Santiago: Editorial Universitaria, 1970. 353 ROBERT DESNOS 1900 Nace en Paris e1 4 de julio. 1916 Termina sus estudios en la escuela Turgot, donde adquiere nociones de inglés y espafiol. Lee a Baudelaire, Hugo, Verne y las novelas populares de Nick Carter y Buffalo Bill. 1918 Publica sus primeras composiciones en Tribune des jeunes, revista de tendencia socialista de Henri Barbusse. 1919 Trabaja de secretario para el periodista y escritor Jean de Bonnefon. Entra en los circulos literarios de vanguardia y descu- bre a1 dadaismo. Conoce a Roger Vitrac y a Benjamin Péret, quien 1e presenta a André Breton. 1920 Realiza e1 servicio militar en Marruecos. 1922 A su vuelta a Paris, se integra al grupo de Littérature de Breton, Aragon, Eluard, Péret, Crevel, etc. Comienza los experimentos con la escritura automatica y el hipnotismo. 1924 En este afio, Breton escribe sobre 61: "Le surréalisme est a 1‘ordre du jour et Desnos est son prophéte." Publica Deuil pour deuil. 1925 Participa en las diversas manifestaciones de1 surrealismo: firma sus declaraciones y cartas abiertas ("La révolution d‘abord et toujours," "Lettre ouverte a M. Paul Claude,") y colabora en su 6rgano La Revolution surréaliste. A partir de este momento, vive de1 periodismo, trabajando en los diarios de la capital, Eerie; Soir (1924-26), Le Soir (1926-1929) y Paris-Matina1 (1927-1928). Publica muchos articulos de critica de cine y un poema suyo sirve como motivo de la pelicula de Man Ray I'L‘Etoile de Mer." 354" 1926 En “Journal d‘une apparition" y "Les ténébres" publica sus expe- riencias con los suefios y las alucinaciones. 1927 Mientras Breton, Aragon, Eluard, Péret y Unik justifican su com- promiso politico con el Partido Comunista en Au gran jour, Desnos proclama con otros escritores 1a incompatibilidad del surrealismo con el comunismo. Publica La liberté ou 1’amour. 1929 La ruptura con Breton se acentfia y Breton 1e reprocha a Desnos su labor de periodista. Cuando en la reunidn de la Rue de Chateau, Breton y Aragon intentan una reconciliacién entre los grupos surrealistas, Desnos se abstiene. 1930 Aparece la coleccion de su poesia de 1919-1929 en Corps et biens. Conoce a su mujer, Youki Foujita. 1932 Para Youki compone "Le livre secret." Realiza su primer viaje a Espafia. 1933 Entra a trabajar por la Agencia Literaria Internaciona1 y escribe guiones para Radio-Paris. Crea emisiones radiofdnicas de tipo publicitario para "Information et publicité." 1934 Se adhiere a1 Frente Comfin de Gaston Bergery. 1935 Realiza un segundo viaje a Espafia, re1acionandose con Neruda, A1eixandre, Altolaguirre y Lorca. 1936 Se alinea con el Frente Popular. Profundamente conmovido por los sucesos de Espafia, monta con su amigo Jean-Louis Barrault una pro- duccion de la obra Numance. 1937 Participa en el acto de clausura de1 Segundo Congreso de Escritores, celebrado en Paris. Escribe en Europe, Commune y otras revistas afines. 355 1939 A1 esta11ar 1a guerra, entra como sargento en el 4369 Regimento de Pioneros ubicado en Nantes. 1940 Entra a trabajar como redactor literario del periodico Aujourd‘hui. 1942 Colabora activamente en la resistencia. 1943 Publica Fortunes, Etat de veille, y una novela, Le vin est tiré. 1944 Es detenido, interrogado y embarcado en un convoy que pasa por los campos de Auschwitz, Buchenwald, y Flossenburg antes de llegar a su destino, el campo de Floha en Sajonia donde los presos fabri- can carlingas de Messerschmitt. 1945 El campo de Floha es evacuado y Desnos pasa a Terezin en Checoslo- vaquia. Muere de tifus e1 8 de junio. Poesia: Deuil pour deuil. Paris: Editions Kra, 1924. La liberté ou 1’amour! Paris: Editions Kra, 1927. Deuil pour deuil. Paris: Gallimard, 1962. Corps et biens. Paris: N.R.F., 1930. Paris: Gallimard, 1968. The night of loveless nights. Paris: H.C., 1930. Les sans cou. Paris: H.C., 1934. Fortunes. Paris: N.R.F., 1942. Paris: Robert Godet, 1943. Etat de veille. Paris: Robert Godet, 1943. Contrée. Paris: Robert Godet, 1944. Le bain avec Androméde. Paris: Editions de Flore, 1944. Labisse. Paris: Editions de Flore, 1944. Trente Chantefables pour les enfants sages. Paris: Librairie Grfind, 1944. 356 La place de l‘Etoile, antipoéme. Paris: Rodez, 1945. Chantefables et chantefleurs. Paris: Librairie Grfind, 1952. Domaine public. Paris: Le Point du Jour, N.R.F., 1953. Paris: Gallimard, 1962. Calixto. Contrée. Paris: Gallimard, 1962. Novela: Le vin est tiré. Paris: N.R.F., 1943. Paris: Gallimard, 1962. Prosa: Cinéma. Paris: Gallimard, 1966. 357 FEDERICO GARCIA LORCA 1898 Nace e1 5 de junio en Fuente Vaqueros, Granada. 1909 Inicia estudios secundarios en Granada. 1915 Comienza estudios de Filosofia y Letras y de Derecho en la Univer- sidad de Granada. 1918 Publica su primer libro, en prosa, Impresiones y Paisajes. 1919 Se traslada a Madrid y se instala en la Residencia de Estudiantes donde conoce a A1berto Jiménez Fraud, Juan Ramén Jiménez, José Moreno Villa, Luis Bufiuel y otros. Publica su primer poema, "Ba- lada de la placeta." 1920 1923 1925 1927 Estrena en el Teatro Eslava de Madrid E1 maleficio de la mariposa. Obtiene 1a licenciatura en Derecho de la Universidad de Granada. Comienza su amistad con Jorge Guillén y Rafael A1berti. Publica Canciones 1921-1924 en la editorial "Litoral." Participa en el recital poético generacional en el Ateneo de Sevilla. En Barcelona, estrena en el Teatro Goya Mariana Pi neda con decorados y trajes de Salvador Dali. 1928 Publica Romancero gitano en la editorial Revista de Occidente y Mariana Pineda en La Farsa. En Granada, funda la polémica revista literaria Gelle. 1929 Inicia su estancia en Nueva York en la Columbia University donde hace amistad con Federico de Onis, Angel del Rio y Le6n Felipe. 1930 En Nueva York se encuentra con José Antonio Rubio, Damaso Alonso y sanchez Mejias, y comienza su amistad con el guitarrista Andrés Segovia. En Cuba, invitado por la Institucion Hispano Cubana de Cultura, ofrece una serie de conferencias y recitales. Conoce a 358 Juan Marine110. De vuelta a Espafia, estrena en Madrid en el Teatro Espafiol La zapatera prodigiosa. 1931 En la Residencia de Estudiantes, ofrece una lectura de algunos de los poemas de Poeta en Nueva York. Publica Poema de1 cante jondo. 1932 Funda y dirige con Eduardo Ugarte e1 teatro universitario "La Barraca." . 1933 Estrena Bodas de sangre en el Teatro Beatriz y Amor de Don Perlim- plin con Belisa en su jardin en el Teatro Espafiol, de Madrid. Emprende un viaje a la Argentina, Uruguay y Brasil. Asiste en Buenos Aires a representaciones de Bodas de sangre, Mariana Pineda, y La zapateragprodigiosa. Comienza su amistad con Pablo Neruda. 1934 Continfia su estancia en América. Realiza numerosas conferencias y lecturas de poemas en Montevideo y Buenos Aires. 1935 Estrena Yeeme_en e1 Teatro Espafiol y una versidn ampliada de Le_ zapateragprodigjosa en el Teatro Coliseum. En la Feria de Madrid presenta su Retablillo de Don Cristabal. Publica Llanto por Ignacio Sanchez Mejias. En Barcelona da una serie de recitales poéticos y asiste a los estrenos de Yerma, Bodas de sangre y Oofia Rosita 1a soltera 0 e1 lenguaje de las flores. 1936 Edita Bodas de sangre y Primeras canciones. Muere asesinado en Viznar, provincia de Granada, e1 19 de julio. Poesia: Libro de poemas. Madrid: Maroto, 1921. Canciones. Malaga: Litoral, 1927. Madrid: Revista de Occidente, 1929. Buenos Aires: Sur, 1933. Madrid: Espasa Calpe, 1935. 359 Romancero gitano. Madrid: Revista de Occidente, 1928. Buenos Aires: Sur, 1933. Caracas: Elite, 1937. Madrid: Sopena, 1937. Buenos Aires: Losada, Tomo IV, 1938. Buenos Aires: Schapire, 1942. Granada: Jueves Santo, 1943. Paris: Fermin Didot, 1943. Poemas del cante jondo. Madrid: Ulises, 1931. Santiago de Chile: Ulises, 1937. Primeras canciones. Madrid: Ediciones Héroe, 1936. Llanto por Ignacio sanchez Mejias. Madrid: Ediciones del arbol, 1935. Seisgpoemas galegos. Santiago de Compostela: Editorial Nos, 1935. Poeta en Nueva York. México: SéneCa, 1940. Madrid: Ediciones Aguilar, 1954. Barcelona: Lumen, 1966. Barcelona: Ocnos, 1972. Divan del Tamarit. Nueva York: Revista Hispanica Moderna, 1940. Teatro: El maleficio de la mariposa. Madrid: Aguilar, 1954. Mariana Pineda. Madrid: La Farsa, 1928. Santiago de Chile: Moderna, 1928. La Habana: Grafos, 1940. Barcelona: Ayma, 1971. Tragjcomedia de Don Cristobal y de la sefia Rosita. Madrid: Raiz, 1949. Titeres de cachiporra. Buenos Aires: Losange, 1954. 360 Doha Rosita 1a soltera a el lenguaje de las flares. Buenos Aires: Losada, 1938. Amor de Don Perlimplin can Belisa en el jardin. Buenos Aires: Losada, 1938. Madrid: Taurus, 1976. Yerma. Buenos Aires: Anaconda, 1937. Santiago de Chile: Moderna, 1937. Lima: Editorial Latina, 1937. Buenos Aires: Losada, 1938. Madrid: catedra, 1976. La zapatera pradigiosa. Buenos Aires: Losada, 1938. Nueva York: F. Helman, 1952. Madrid: Aguilar, 1954. Asi que pasen cinco afias. Valencia: Hora de Espafia, 1937. San Jasé de Costa Rica: Repertorio Americana, 1937. Buenos Aires: Losada, 1938. Madrid: Aguilar, 1954. Madrid: Taurus, 1976. El pfiblica. Madrid: Cuatro Vientas, 1934. Buenos Aires: Losada, 1938. Oxford: The Delphin Book, 1970. Oxford: The Delphin Book, 1976. Barcelona: Seix Barral: 1979, (can Camedia sin titula). Obras Completas. Buenos Aires: Losada, 1938, (can edician posterior), Recopilacian y estudios de Guillermo de Torre. lacian y anatados de Arturo del Hoya. Madrid: Aguilar, 1954, (can ediciones pasteriares), Recapi- 361 HANS GEBSER 1905 Nace e1 20 de agosto en Pasen, Alemania (hay Poznan, Palonia). Estudia la carrera universitaria en Berlin. 1935 Viaja a Espafia donde conoce a A1eixandre, Lorca, Cernuda, Neruda y otros poetas que residen en Madrid. 1936 A1 estallar 1a guerra se traslada a Paris. Colabora en la revista que edita Neruda, "Les paétes du mande défendent 1e peuple espagnal." Publica can Ray Ninstane una coleccian de la javen poesia espafiala. Se dedica a la ensefianza universitaria (profesor en la Universidad de Salzburg) y cultiva la poesia, el ensaya y la critica literaria. 1940 Aparece su libro sabre e1 poeta Rilke en Espafia. 1949 Publica varios ensayos sabre Lorca. 1956 Recibe e1 Premio Schiller en Bonn. . 1962 Gana el premio Nacional de Literatura de Alemania. 1965 Obtiene e1 Premio Literaria de Bern. Es miembro de la Asaciacian de Escritores de Bern, donde reside. Firma sus trabajas "Hans Gebser," "Jean Gebser," "Juan Gebser” y "Juan Gebser-Clarisel." Poesia: Gedichte eines Jahres. Berlin: Die Rabenpresse, 1935. Poemas. (Versian espafiala de Luis Cernuda y Hans Gebser) México: Séneca, 1942. Das Nintergedicht. Zurich: Oprecht, 1945. Das Ariadnegedicht. Zurich: Oprecht, 1945. Gedichte (1942-1944). Zurich: Oprecht, 1945. (Cantiene: Neun Gedichte, Gedichte eines Jahres, Gedichte fUr Gentiane, Poesias de la tarde.) 362 Ensayo y critica literaria: Neue Spanishe Dichtung. (can Roy Ninstane), 1936. Rilke und Spanien. Zurich: Oprecht, 1940. Abendlandische wandlung; Abriss der Ergebnisse maderner Farschung in Physik, Bialagie und Psycholagje. Zurich: Oprecht, 1943. Die drei Spaaren; Bemerkungen zu T. S. Eliats "Die Familienfeier." Zurich, 1944. Der grammatische Spiegel; neue Denkfarmen in Sprachlichen auSdruck. Zurich: Oprecht, 1944. Lorca ader das Reich der Mfitter; Erinnerungen an Federica Garcia Lorca. Stuttgart: Deutsche Verlags-Anstalt, 1949. Lorca, poéte-dessinateur. (avec l3 dessins inédits de F. G. Lorca) Paris: G.L.M., 1949. Ursgrung und Gegenwart. Stuttgart: Deutsche Verlags-Anstalt, 1949. In der Berwahrung; zehn Hinweise auf das neue Bewusstein. Bern: Francke, 1962. Asienfibel; zum Verstandnis astlicher Nesensart. Frankfurt am Main: Ullstein, 1962. Der unsichtbare Ursgrung,. Evolution als Nachvallzug. Freiburg, 1970. 363 MIGUEL ANGEL GOMEZ 1911 Nace en Buenos Aires e1 21 de diciembre. Pasa mucha tiempo en La Pampa durante su juventud. 1934 Escribe su primer libro de verSas, La rasa sabre las vientas. 1940 Dirige la revista literaria 22239.90" Julia Marsagat y Eduardo Calamara en Buenos Aires. 1943 Recibe el Premio Municipal de Poesia par su libro Tierra melan- calica. Se lanza a la accian palitica peranista actuando coma abagada en algunas sindicatas. Trabaja de fatagrafa. 1959 Muere asesinado en Buenos Aires en circunstancias na aclaradas. Poesia: La rasa sabre las vientos. Buenos Aires: M. Gleizer, 1934. E1 pajara en la rama; Poesia para nifias. Buenos Aires, 1938. 59232: Buenos Aires: La corona de mirta, Gulab y Aldabahar, 1941. Tierra melancalica. Buenos Aires: Canto, 1943. El ria escandida. Buenos Aires, 1953. Cancionera. Buenos Aires: Colombo, 1953. 364 JOSE GONZALEZ CARBALHO 1900 Nace en Buenos Aires 1922 Inicia su carrera paética can Campanas en la tarde. 1925 Publica su primer libro en prosa, El libro de Angel Luis. 193a Recibe e1 Premio Jockey Club de Buenos Aires por su libro m canciones. Dirige 1a pagina literaria del diaria Critica. 1933 Colabora en la revista geetre_de Raal Gonzalez Tufian. Conoce a Pablo Neruda y a Federica Garcia Lorca. 1937 .Realiza una antalagia de la poesia argentina contemporanea. 1938 Escribe una obra sabre la vida y poesia de Lorca. Colabora en la revista Canducta de Buenos Aires. 1941 Inicia colaboraciones en Nueva Gaceta, argana de la Agrupacian de Inte1ectua1es, Artistas, Periodistas y Escritores. 1948 Aparece una antalagia de su obra paética con un pralaga de Pablo Neruda y un epilaga de Rafael A1berti. 1951 Escribe su retabla dramatica Cuando estuve en Belén. 1958 Muere en Buenos Aires Poesia: Campanas de la tarde. Buenos Aires: Imprenta Lapez, 1922. Casa de aracian. Buenos Aires: F. Crespilla, 1924. Pa1abras del retarna. (Lapidas, Estancias, Versos de Maria Jasé, Oraciones.) Buenos Aires: E1 Inca, 1926. La ciudad del alba. Buenos Aires: El Inca, 1928. Dia de canciones. Buenos Aires: El Inca, 1930. Cantadas. Buenos Aires: Libreria y Editorial "La Facultad," 1933. El angel harapienta. Buenos Aires, 1937. 365 Tiempo de amargperdida. Buenos Aires: Compafiia Impresora Argentina, 1940. 5610 en el tiempo. Buenos Aires: Losada, 1943. Canciones de la primera noche. Buenos Aires: Losada, 1946. Antologia. 1922-1948. Buenos Aires: Ediciones Continental, 1948. Canciones can hajas secas. Buenos Aires: Botella a1 Mar, 195_, Libra de canciones para Rosalia de Castro. Buenos Aires: Ediciones Galicia del Centro Gallega, 1954. E1 ria que no vuelve. Buenos Aires: Losada, 1954. Novela y narrativa:' El libro de Angel Luis. Buenos Aires: F. Crespilla, 1925. La ventana entreabierta,gHistaria de nifios. Buenos Aires: El Ateneo, 1944. La estrellita del traley. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1967. Estampas de Buenos Aires. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1971. Drama: Cuando estuve en Belén, retabla. Buenos Aires: Visperas de Navidad, 1951. Arrabal de carriega. Carnamusa. Buenos Aires: Ediciones de1 Carra de Tespis, 1968. Ensayo y critica: Vida, obra y muerte de Federica Garcia Lorca. Santiago: Ercilla, 1938. Santiago: Ercilla, 1941. Indice de la poesia argentina contemporanea. Santiago: Ercilla, 1937. Fernanda Fader. Buenos Aires: Poseidan, 1943. 366 RAUL GONZALEZ TUNON 1905 Nace en Buenos Aires. Pasa su infancia en el Barrio del Once. 1922 Publica sus primeras versas en la revista Caras y Caretas. Farma parte de la redaccian de la revista Bree, dirigida par Ricardo GUiraldes. Conoce el interior de1 pais a través de varios viajes. 1924 Colabora en la revista Martin Fierra. 1929 Viaja a Europa por primera vez. Ejerce e1 periodisma y escribe cranicas para varias revistas argentinas. 1931 Estancia en el Brasil. 1932 Coma carrespansal de guerra, conoce a1 Chaca paraguaya. 1933 Funda la revista EQDEE2.9" Rio Gallegos. Par sus actividades paliticas y la naturaleza cambativa de su poesia, es pracesada par incitacian a la rebelian. Abandana 1a Argentina. 1934 Se instala en Madrid donde nace su amistad can Lorca, Neruda, Miguel Hernandez y otros escritores espafioles e hispanaamericanas que viven en la capital. Can su mujer Amparo Mam, frecuenta 1a tertulia de la Cerveceria de Carreas. 1935 Profundamente impresianada par e1 levantamienta minera en Asturias, empieza a escribir las poemas de La rasa blindada. En junio, asiste coma delegada al Primer Congreso de Escritores en Paris. Regresa a la Argentina. 1936 Aparecen algunas poesias suyas en El Mano Azul. 1937 Vuelve a Espafia y es testigo de la defensa de Madrid. Escribe varios valfimenes sabre sus experiencias durante la guerra. Participa en el Segundo Congreso de Escritores, en Va1encia. 367 1938 Colabora en la revista Conducta de Buenos Aires. 1941 Inicia un periado de colaboraciones en la revista Nueva Gaceta, argana de la Agrupacian de Inte1ectua1es, Artistas, Periodistas y Escritores de Buenos Aires. 1946 Trabaja en la revista marxista Expresian. 1952 Colabora en la revista Ventana de Buenos Aires. Poesia: E1 violin de1 diabla. Buenos Aires: M. Gleizer, 1926. Miércales de ceniza. Buenos Aires, M. Gleizer, 1928. La calle del agujera en la media. Buenos Aires: M. Gleizer, 1930. Buenos Aires: Ediciones La Rosa Blindada, 1965. E1 otra lada de la estrella. Buenos Aires: Sociedad de1 Libra Riapla- tense, 1934. Tadas bailan; las poemas de Juancita Caminadar. Azul, Argentina: Don Quixote, 1935. La rasa blindada. Buenos Aires: Imprenta Federacian Grafica Banaerense, 1936. ' Buenos Aires: Horizonte, 1962. La muerte en Madrid. Buenos Aires: Ediciones Feria, 1939. Canciones del tercer frente . . . Poemas de Juancita Caminadar. Buenos Aires: Editorial Prablemas, 1941. Primer canto argentina. Santiago: El Mundo, 1943. Buenos Aires, 1945. Himno de palvara. (Tiempas de1 hérae, Las nuevas mativas del laba, Poemas de la guerra.) Santiago: Nueva América, 1943. Hay alguien qge esta esperanda; El penfiltimo viaje de Juancita Caminadar. Buenos Aires: Editorial Carabelas, 1952. Todas las hombres del munda san hermanos. Buenos Aires: Editorial Poemas, 1954. A la sambra de las barrios amados. Buenos Aires: Lautara, 1957. 368 La cueva caliente. Buenos Aires: Editorial Quetzal, 1957. Antologia. Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas, 1962. Demanda contra el olvido. Buenos Aires: Horizonte, 1963. Argentina 1964; poemas. Buenos Aires: Schiaro-Gatala, 1964. Cranicas de1 pais del nunca jamas: Nuevos caprichas de Juancita Caminadar y otros testimonias. Buenos Aires: La Rosa Blindada, 1965. Poemas para el atril de una pianala. Buenos Aires: Horizonte, 1965. Dialaga del hombre con su tiempo. Seleccian de poemas, 1925-1965. Buenos Aires: Editorial Hay en la Cultura, 1965. Poesia. Buenos Aires: Editorial Universitaria, 1965. La luna can gatilla. Antologia paética. 2 vols. Buenos Aires: Edi- ciones Cartaga, 1967. El rumba de las islas perdidas. Ediciones del Alta Sol, 1969. La veleta y la antena. Buenos Aires, 1971. Antologia poética. Buenos Aires: Losada, 1974. Prosa: 8 Documentas de Hay. Buenos Aires: Fegraba, 1936. Las puertas del fuego; Documentas de laggperra de Espafia. Santiago: Ercilla, 1938. Argentina: tiempo de vialencia. Buenos Aires: C. Pérez, 1969. La 1iteratura resplandeciente. Buenos Aires: Baeda-Silbalba, 1976. 369 JORGE GUILLEN ALVAREZ 1893 Nace en Valladolid e1 18 de enero. Cursa e1 bachillerato en el Instituta San Gregorio. 1909 Estudia en Friburgo (Suiza). 1911 A las 17 afias, hace su primer viaje a Italia. En Madrid empieza la carrera de Filosofia y Letras y reside en la Residencia de Estudiantes. 1913 Obtiene e1 titula de Licenciatura par la Universidad de Granada. 1917 Viaja a Paris donde trabaja en la Sarbona coma lectar del espafial hasta 1923. 1923 Se casa con la francesa Germaine Cohen. 1924 Recibe el titula de Doctor en Letras par la Universidad de Madrid. 1926 Gana 1a aposician a catedratica de Lengua y Literatura Espafiala en la Universidad de Murcia. Nace su amistad can Juan Guerrero Ruiz can quien edita la revista Verso ygprasa. 1929 Se traslada a Oxford donde desempefia e1 cargo de lectar. 1931 Es nombrado catedratica en la Universidad de Sevilla. 1934 Dicta una serie de conferencias en Rumania. 1936 En septiembre es detenida unas dias en Pamplana. 1937 Par motivas politicos, se ve abligado a abandonar su catedra en Sevilla, y se retira a vivir en Malaga. 1938 Inicia un exilio valuntario, trasladandase a las Estados Unidos. Trabaja de profesor de espafial en Middlebury College (Vermont). 1939 Dicta clases de espafial en McGill University de Montreal. 1940 Es profesor de 1iteratura espafiala en Nellesley College (Massachu- setts) donde permanece hasta 1957. 370 1947 Muere su espasa Germaine. Es "Visiting Professor" en Yale University. 1950 Es profesor en El Colegio de México. 1951 Es "Visiting Professor" en la Universidad de California (Berkeley). 1952 Es "Visiting Professor" en la Ohio State University. 1957 Ocupa 1a catedra de poesia "Charles Eliat Norton" en Harvard Univer- sity. 1961 Es profesor de la Universidad de las Andes en Bogota. Se casa con la italiana Irene Machi Sismandi. 1976 Regresa a Espafia par primera vez desde el comienza de su exilio. 1977 Recibe e1 Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes. 1980 Trabaja en un libro de poemas que se titulara "Final." Reside habitualmente en Cambridge, Massachusetts y en Malaga. Poesia: cantica. Madrid: Revista de Occidente, 1928. d‘Etudes Hispaniques, 1962. . (Edician facsimil de Claude Cauffan) Paris: L‘Institut 197a: (29 ed. aumen.) Madrid: Cruz y Raya, 1936. (Edician critica de Jasé Manuel Blecua) Barcelona: Labor, cantica; Fe de vida. (39 ed.) Méxica: Litora1, 1945. cantica; Fe de vida. (49 ed. definitiva) Buenos Aires: Editorial Sudame- ricana, 1950. Barcelona: Seix Barra1, 1974. Ardar. (Pliego suelta) Paris: Manuel Altolaguirre, 1931. Pasa a la aurora. New York: Aurora, 1944. Variaciones sabre temas de Jean Cassou. Méxica: Graficas Panamérica, T9511 371 La partida de1 baile. Méxica: Edician privada, 1951. Huerta de Melibea. Madrid: Insula, 1954. Luzbel descancertada. Milan: All‘Insegna del Pesce d’Ora, 1956. Del amanecer y el despertar. Valladolid: Edician de Fca. Pino, 1956. Clamar; Tiempo de histaria. Maremagnum. Buenos Aires: Sudamericana, 1957. La Venus de Italica. Malaga: Ed. de Rafael de Lean, 1957. Lugar de Lazaro. Malaga: Dardo, 1957. Vivienda y otros poemas. Barcelona: Seix Barra1, 1958. El abanica de Solita. Cambridge, Massachusetts: Edician privada, 1960. Historia natural. Madrid-Palma de Mallorca, Papeles de San Armadans, 1960. Clamar; Tiempo de histaria. . . . Que van a dar a1 mar. Buenos Aires, Sudamericana, 1960. Anita. Edician de Javier Salarugen, 1961. Flares. Valladolid, 1961. Segfin 1as horas. Rio Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1962. ' Las tentacianes de Antonia. Santander: Pablo Beltran de Heredia, editor, 1962. Clamar; Tiempo de histaria. A la altura de las circunstancias. Buenos Aires: Sudamericana, 1963. Suite Italienne. Milan: All’Insegna de1 Pesce d’Ora,l964. IEEQQIEE: Santander: La isla de las ratanes, 1964. Seleccian de poemas. Madrid: Gredas, 1965. Homenaje; Reunian de vidas. Milan: All’Insegna del Pesce d’Ora, 1967. Aire Nuestro. cantico. Clamar. Homenaje. Milan: All’Insegna del Pesce d‘Ora,1968. Guirnalda civil. Cambridge, Massachusetts: Halty Ferguson, 1970. Y otros poemas. Buenos Aires: Muchnik, 1973. Convivencia. Madrid: Turner-Trece de Nieve, 1976. 372 Plaza Mayor; Antologia civil. Madrid: Taurus, 1977. Prasa y ensaya: La paética de Bécquer. New York: Hispanic Institute, 1943. fi1ms, 1970. . (Edician facsimil) Ann Arbor, Michigan: University Micro- Federica en persona. Buenos Aires: Emecé, 1960. Language and Poetry. Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1961. Lenguaje y poesia. Madrid: Revista de Occidente, 1962. Madrid: Alianza, 1969. Relatas. Malaga: El Guadalhorce, 1966. E1 argumenta de la obra. Barcelona: Llibres de la Sinera, 1969. 373 MIGUEL HERNANDEZ GILABERT 1910 Nace e1 30 de octubre en Orihuela, provincia de Alicante. 1924 Estudia en el Colegio de Santa Domingo de Orihuela. 1925 Abandana sus estudios farmales para atender al rebafia de su padre. Lee en la biblioteca pfiblica obras de las clasicos espafioles, Daria, Machado, Juan Raman Jiménez y Gabriel Mira. Publica sus primeras versas en el periadica local El Pueblo. 1931 En un viaje a Madrid toma contacto par primera vez con las poetas del grupo del 27. 1932 Vuelve a Orihuela y baja 1a influencia de su amigos gongaristas (A1berti, Guillén), compone las poemas de Perita en Lunas, que publica el afia siguiente. 1933 Par invitacian de Carmen Cande y Antonio Oliver, da lectura de su nueva obra en la Universidad Popular de Cartagena. Alentada par su amigo Raman Sijé (Jasé Marin Gutierrez) cantinfia sus lecturas de1 teatro clasica. Escribe e1 auto Quien te ha vista y quien te ve y sambra de la que eras. 1934 Conoce a Josefina Manresa y su amor par ella se canvierte en una fuente de inspiracian paética que se evidencia en sus obras Imagen de tu huella, E1 silba vulnerada y El rayo que no cesa. Reside en Madrid y trabaja coma secretario de Jasé Maria de Cassia. Estrecha su amistad con las poetas madrilefias y especia1mente can Lorca, Neruda y A1eixandre, alejandase de la influencia de Raman Sijé y su revista nea-catalica, E1 Gallo Crisis. Edita su auto en la editorial Cruz y Raya de Jasé Bergamin. 1935 Muere su amigo Sijé. Crece su interés por las prablemas politicos y sociales. 374 1936 Aparece El raya que no cesa en la caleccian "Hérae." Escribe El labradar de mas aire. A1 esta11ar la guerra ingresa en el Ejércita Republicana. 1937 Se casa can Josefina Manresa. Escribe Teatro en la guerra. Participa en el Congreso de Escritores de Valencia. Viaja a Rusia para asistir a1.V Festival de Teatro Saviética y a la vuelta pasa par Londres y Paris. Publica Vienta de1 Puebla. Nace su primer hija. 1938 Muere su primer hija antes de cumplir un afia. Se imprime su libro E1 hombre acecha que queda sin encuadernar cuando 1a imprenta cae en manos de las trapas nacianalistas. 1939 Nace su segunda hija. En un intenta de escapar a Portugal es capturada y encarcelada. Pasa par las presidios de Huelva, Sevilla, y Torrijas (Madrid). Par gestiones de Neruda y otros es puesto en libertad provisional, pero a1 volver a su pueblo es detenida de nuevo, y trasladada a la Prisian del Conde de Tarena (Madrid). 1940 Es juzgada y candenada a muerte, sentencia que se canmuta par la de treinta afias de carcel. 1941 Es traslada a la carcel de Alicante. 1942 Muere en la carcel de tuberculosis. Poesia: Perita en lunas. Murcia: Sudeste, 1933. Perita en lunas. Poemas de adolescencia. Otras poemas. Buenos Aires: 1963. El rayo que no cesa. Madrid: Hérae, 1936. El rayo que no cesa y otros poemas. Buenos Aires: De mar a mar, 1944. 375 E1 rayo que no cesa. Madrid-Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1949. Madrid-Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1959. Madrid-Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1966. Madrid-Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1969. Madrid-Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1977. El rayo gue no cesa. Vienta del pueblo. El silba vulnerada. Buenos Aires: Losada, 1963. Vienta de1 pueblo. Valencia: Ediciones de Sacarra Raja Internaciona1, 1937. A Buenos Aires: Lautara, 1957. Barcelona: Lumen, 1977. Sina sangrienta y otros poemas. La Habana: E1 Cierva Herida, 1939. Seis poemas inéditas y nueve mas. Alicante: Graficas Gutemberg, 1951. Obra escagida. Madrid: Aguilar, 1952. Cancionero y ramancera de ausencias. Buenos Aires: Lautara, 1958. Barcelona: Lumen, 1977. Cancionero y ramancera de ausencias. 'Otras poemas. El hombre acecha. Buenos Aires: Losada, 1963. Obras Completas. Buenos Aires: Losada, 1960. (2% ed.) Buenos Aires: Losada, 1973. Poemas de amor. (ed. de Leopoldo de Luis) Madrid: Alfaguara, 1968. Madrid: Alianza-Alfaguara, 1974. Poemas sociales depguerra y de muerte. Madrid: Alianza, 1977. Poesia y prosa de guerra y otros textos olvidadas. Madrid: Ayuso, 1977. Obra paética campleta. (ed. de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia) Madrid: Zero, 1977. Teatro: Quien te ha vista y quien te ve y sambra de la que eras. Madrid: Cruz y Raya, 1934. 376 El labradar de mas aire. Valencia: Editorial Nuestro Puebla, 1937. Madrid: Edicusa, 1968. Teatro en lagguerra. Valencia: Editorial Nuestro Puebla, 1939. Las hijas de la piedra. Buenos Aires: Quetzal, 1959. Prasa: Dentra de luz y otras prasas. (ed. de Maria de Gracia Ifach) Madrid: Arian, 1958. 377 EUGENIO MEDIANO FLORES 1912 Nace en Salamanca. Cursa estudios de Filosofia y Letras. 1933 Participa en la agrupacian teatral "La Barraca." 1943 Colabora en la revista Garcilaso. En la pasguerra cultiva e1 periodisma y la critica literaria, y escribe poesia y prosa. Poesia: Desierta y camina. Madrid: Biasca, 1947. Prasa: Este que ves aqui. (novela) Madrid: Cultura clasica y maderna, 1963. Mia Cid Campeadar. (Guian literaria de la adaptacian Cinematografica, de Eugenia Mediana Flares y Adolfo Arenaza Basanta) Madrid: S.E.C.Y.M., 1949. El musea naval. Madrid: Publicacianes Espafialas, s.n.d.f. 378 CONCHA MENDEZ CUESTA 1898 Nace en Madrid. 1926 Publica su primer libro de poesias, Inquietudes, dedicado a A1berti. 1928 Aparece su segunda obra paética, Surtidar. 1929 Comienza una estancia en la Argentina que dura das afias. 1930 Publica en Buenos Aires las poemas de Canciones de marry tierra. 1931 Federica Garcia Lorca 1a presenta a1 poeta malaguefia Manuel Altola- guirre. Aparece su obra teatral Elppersanaje presentida. 1932 Se casa can Altolaguirre y juntas instalan una imprenta en su casa de la calle Viriato, donde publican la revista Heree, 1933 Muere su primer hija. Comienza su estancia en Londres donde publica can Altolaguirre la revista bilingfie 1§1§, 1935 Nace en Londres su hija Paloma.’ De vuelta a Madrid imprime can Altolaguirre la serie poética "Hérae" y la revista Caballo Verde para la Poesia. 1936 Pasa 1a guerra civil en Madrid y Barcelona. 1939 Se exilia de Espafia junta con su hija. Vive en Paris en casa del paeta Paul Eluard. Reunian can Altolaguirre y salida hacia Méxica. A causa de una enfermedad de su hija, las Altolaguirre desembarcan en La Habana donde residen varios afias. Publica alli las poemas de Lluvias enlazadas y el auto sacramental E1 salitaria. 1943 Traslado a Méxica donde reside en la actualidad. 1944 Publica en Méxica dos libros de poesia, Sombras y suefias y Villancicas de navidad. 1976 Aparece una Antologiapaética de su abra en la editorial de Joaquin Mortiz en Méxica. 379 Poesia: Inquietudes. Madrid, 1926. Surtidar. Madrid: Imprenta Argis, 1928. Canciones de mar y tierra. Buenos Aires: Talleres Graficas L. J. Rassa, 1930. Vida a vida. Madrid: La Tentativa Poética, 1932. Nifia y sombras. Madrid: Hérae, 1936. Lluvias enlazadas. La Habana: La Veranica, 1939. Sombras y suefias. Méxica: Rueca, 1944. Villancicas de navidad. Méxica: Rueca, 1944. Espafia. Antologiagpaética. México: Joaquin Mortiz, 1976. Vida a ria. Teatro: Historia de un taxie (Argumento Cinematografico). Madrid: Durcazcal-H. Gonzalez, 1927. El personaje presentida y el angel cartera. Madrid: CIAP, 1931. E1 carban y la rasa. (Teatro infantil). Madrid: Imprenta de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, 1935. (22 ed.) La Habana. El salitario; misteria en un acto. (Auto sacramental). La Habana: La Veranica, 1941. (Pralago de Maria Zambrana.) 380 RICARDO E. MOLINARI 1898 Nace en Buenos Aires. 1915 Colabora en la revista literaria La Nata. 1924 Se incarpara al grupo literaria que gira alrededor de la revista Martin Fierra y que incluye a Barges, Gonzalez Lanuza, Oliveria Giranda y Leopoldo Marechal. 1933 Conoce a Lorca en Buenos Aires. El poeta granadino ilustra dos libros suyos. 1934 Pasa una temporada en Madrid donde conoce a las poetas espafiales amigos de Lorca. Poesia: E1 imaginera. Buenos Aires: Praa, 1927. El pez y la manzana. Buenos Aires: Praa, 1929. Panegirica de Nuestra Sefiara de Lujan. Buenos Aires: Praa, 1930. Delta. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1932. Hasteria de la rasa y el clavel. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1933. Nunca. Madrid: Ediciones Hérae, 1933. Canciones de Principe de Vergara. Buenos Aires: Francisco A. Calamba, 1933. Paloma. 1934. . Buenos Aires: Ediciones Astra y Espina, 1935. Libra de la E1 desdichada. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1934. Una rasa para Stefan George. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1934. E1 tabernacula. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1934. Epistola satisfactoria. Buenos Aires: Edici6n de1 autar, 1935. La tierra y el hérae. Buenos Aires: Edici6n de1 autar, 1936. 381 Nada. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1937. Elegias. Buenos Aires: Ediciones de la Asaciacian Cultural Ameginho de Lujan, 1937. La muerte en la llanura. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1937. Elegias de las altas torres. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1937. (Cantiene varios titulas ya pub1icados en ediciones limitadas: Libra de la palama, Cancionero de Principe de Vergara, Una rasa para Stefan George, E1 desdichado, Elegia, Nunca, Epistola satisfactoria. Le_ muerte en la llanura. Casida de la bailarina.)* Dos sonetos. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1939. Cinca canciones de amigo. Buenos Aires: Ediciones de Angel Gulab, 1939. Elegia a Garcilaso. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1939. La corona. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1939. Libra de las saledades de1 poniente. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1939. (Refine las siguientes obras: Anacleta, 1936; El ansiasa, 1937; In finem carminibus, 1938.) Odas a orillas de un vieja ria. Buenos Aires: Asaciacian Cultural Ameginho de Lujan, 1940. Cuaderno de la madrugada. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1940. Oda de amor. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1940. Seis cantares a la memoria. Buenos Aires: El Uripante, 1941. E1 alejada. Buenos Aires: Francisco A. Colombo, 1943. Buenos Aires: Albatras, 1957. Mundas de la madrugada. Buenos Aires: Losada, 1943. (Refine las poemas de Hasteria de la rasa y el clavel, 1933; Elegia de las altas tarres, 1937; La corona, 1939; Libra delg saledades de1 paniente, 1939 y Odas a orillas de un vieja ria, 1940.) E1 huésped y la melancalia, 1944-46. Buenos Aires: Emecé, 1946. Esta rasa ascura de1 aire. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1949. Sanetos a una camelia cartada. Buenos Aires: Edici6n del autor, 1949. Sanetos partugueses. Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1953. Dias donde la tarde es un pajaro. Buenos Aires: Emecé, 1954. 382 Inscripcianes y sonetos. Tucuman: La Torre en Guardia, 1954. gee, Buenos Aires: Edici6n de1 autor, 1954. Romances de las palmas y las laureles. Buenos Aires: Ediciones E1 Mangrulla, 1955. Cinca canciones a una paloma que es el alma. Buenos Aires: Edici6n del autor, 1955. Inscripcianes. 1955. Elegia a la muerte de un poeta. 1955. Oda a la pampa. Buenos Aires: Edici6n de Federica Vogelius, 1956. gee, Buenos Aires: Edici6n manuscrita del autor, 1956. Unida noche. Buenos Aires: Emecé, 1957. Poemas a un rama de la tierra purpfirea. Montevideo: Cuadernos Julio Herrera y Reissig, 1957. Arboles muertas. Buenos Aires: Ediciones Colambo-Castagna, 1960. Alfonso Reyes, elegia. Buenos Aires: Edici6n del autor, 1960. Un rio de amor muere. Buenos Aires, 1960. E1 ciela de las alandras y las gaviatas. Buenos Aires: Emecé, 1963. Un dia, el tiempo, las nubes. Buenos Aires: Sur, 1964. Una sambra antigua canta. Buenos Aires: Emecé, 1966. La hoguera transparente. Buenos Aires: Emecé, 1970. 383 JOSE MORENO VILLA 1887 Nace en Malaga e1 16 de febrero. Estudia e1 bachillerato en el colegio jesuita El Pala. 1904 Inicia un periodo de estudios de Ciencias Quimicas en Alemania. 1910 De vuelta a Madrid, inicia la carrera de Historia. Trabaja en la Seccian de Bellas Artes y Arquealagia de1 Centro de Estudios Histaricas. 1913 Publica su primer libro de poemas, QEEQE: 1916 Trabaja en la Editorial Saturnina Calleja de Madrid. 1921 Ocupa e1 cargo de Bibliotecaria del Instituta Javellanas de Gijan donde edita un catalaga de dibujas del instituta. 1922 Vuelve a Madrid donde acupa el cargo de bibliotecaria de la biblio- teca de la Facultad de Farmacia. 1924 Comienza su carrera de pintar. 1927 Dirige 1a revista Arquitectura entre 1927 y 1933. Viaja a las Estados Unidos. 1931 Es nombrado director de1 Archiva de Palacia en Madrid. 1933 Viaja a Buenos Aires enviada par la Junta de Relaciones Culturales de1 Ministeria del Estado para dar una serie de conferencias en la Exposician del Libra Espafial. 1935 Inicia una serie de trabajas periodisticas de critica a la sociedad espafiala titulada "Pabreteria y lacura" que aparece en la prensa diaria madrilefia. 1939 A1 finalizar 1a guerra civil, se exilia en Méxica dande une su labor de poeta y pintar con la de critica de arte realizanda varios estudios sabre escultura y arquitectura mexicana. 1955 Muere en Méxica. 384 Poesia: Garba. Madrid: Imprenta J. F. Zabala, 1913. E1 pasajera. Madrid, 1914. Luchas de "Pena" y “Alegria” y su transfiguracian. Madrid: 1915. Evalucianes. (prosa y verso.) Madrid: Calleja, 1918. Flarilegia. San Jasé de Costa Rica: Garcia Mange y Cia., 1920. Coleccian. Madrid: Cara Raggia, 1924. Jacinta 1a pelirraja. Malaga: Litora1, 1929. (edician facsimil) Madrid: Turner, 1977. Carambas. Madrid: Helios, 1931. Puentes que no acaban. Madrid, 1933. Salan sin muras. Madrid: Hérae, 1936. Puerta severa. Méxica: Tierra Nueva, 1941. La noche de1 verba. Méxica: Tierra Nueva, 1941. La mfisica que llevaba. Antologia paética 1913-1947. Buenos Aires: Losada, 1949. (Contiene seleccianes de Poemas escritos en America, 1938-1947; Garba, 1913; E1 Pasajera, 1914; Luchas de Pena y Alegria, 1915; Coleccian, 1924; Jacinta la pelirraja, 1929; Carambas, 1931; Puentes que no acaban, 1933; Salan sin muras, 1936; Romances de la GUerra Civil, 1936-37). Voz en vuela a su cuna. Malaga: El Guadalhorce, 1961. Méxica: Ecuador O°,O', O", 1961. Prasa: Patrafias. (cuentos) Madrid: Cara Raggia, 1921. La camedia de un timida. Madrid: Imprenta Ciudad Linea1, 1924. Pruebas de Nueva York. Malaga: Sur, 1927. Cornucopia de Méxica. Mexico: La Casa de Espafia en Méxica, 1940. (29 ed.) Mexico: Parrua y Obregan. 385 Dace manos mexicanas. Méxica: R. Laera y Chavez, 1941. Vida en clara. (Autobiografia) Méxica: El Colegio de Méxica, 1944. Méxica: Fonda de Cultura Econamica, 1976. Pabreteria y lacura. Méxica: Editorial Leyenda, 1945. Lo qye sabia mi lara. (Cal. folklarica infantil) Méxica: Litografia E1 Crama, 1945. Madrid: Alfaguara, 1977. Leyenda a San Juan de la Cruz, Garcilaso, Fray Luis de Lean, Bécquer, Rubén Daria,_Juan Raman Jiménez,,Jarge Guillégg F. Garcia Lorca, Antonia Machado, Goya, Picasso. Maiica: E1 Colegio de MéXico, T9447y 1946. Las autores coma actares. Méxica: E1 Colegio de Méxica, 1951. Méxica: Fonda de Cultura Ecanamica, 1976. Estudios sabre e1 arte: Velazguez. Madrid: Calleja, 1920. Dibujas de1 Instituta Javellanas de Gijan. (catalaga) Madrid: Imprenta Artes de la I1fistraci6n, 1926. Locos, enanas, negras y nifias palacjegas; gente depplacer que tuvieron las Austrias en la carte espafiala desde 1563-1700. Méxica: La Casa de Espafia en Maxica--Editoria1 Presencia, 1939. La escultura colonial mexicana. Méxica: El Colegio de Méxica, 1942. La mexicano en las artesgplasticas. Méxica: E1 Colegio de México, 1948. 386 PABLO NERUDA 1904 Nace e1 12 de julia en Parral e1 nifia Ricardo Eliecer Neftali Reyes Basaalta. Su madre muere poca después. 1907 Se traslada con su padre y madrastra a1 pueblo de Temuco. 1910 Ingresa en el Liceo de Hombres donde permanece hasta terminar sus estudios en 1920. 1917 Aparece su primera pub1icaci6n, un articula en el periadica Le. Mefiere_de Temuco. 1918 En la revista Carre-Vuela de Santiago publica su primer poema. 1920 Adapta definitivamente el nombre "Pablo Neruda" para sus publica- ciones. Gana e1 premio de la Fiesta de Primavera en Temuco. 1921 Se traslada a Santiago donde comienza 1a carrera de profesor de francés en el Instituta Pedagagica. Colabora can poemas en varias revistas literarias estudiantiles. 1923 Aparece Crepuscularia, su primer libro de poesia. 1924 Publica la primera edician de Veintegpgemas de amor y una cancian desesperada. 1925 Dirige 1a revista Caballo de bastas y da a la pub1icaci6n Tentativa del hombre infinito. Cantinfia su vida bahemia de estudiante. 1926 Aparecen Anillas y El habitante y su esperanza. Publica 1a versian definitiva de Crepuscularia. Traduce a Rilke. 1927 Es nombrado cansul en Rangfin, Birmania. En rumba a este destino conoce a Buenos Aires, Lisbaa, Madrid, y Paris. Publica cranicas en La Nacian de Santiago. 1928 Se traslada al cansulada de Colombo, Ceilan. 1929 Asiste a1 Congreso Panhindfi en Calcutta. 387 1930 Ocupa el puesto consular de Batavia, Java. Aparecen tres poemas suyas en la madrilefia Revista de Occidente. Se casa can Maria Antanieta Hagenaar. 1931 Ocupa el puesto consular en Singapur. 1932 Regresa a Chi1e donde aparece la edician definitiva de sus Veinte 20811135 . 1933 Publica El handera entusiasta y la primera edician de Residencia en la Tierra. Se traslada 3 Buenos Aires coma cansul y alli conoce par primera vez a Federica Garcia Lorca. 1934 Pasa a un puesto consular en Barcelona y es recibido calurasamente entre los poetas y escritores madrilefias. Nace en Madrid su hija Malva Marina. Conoce en casa de Carlos Marla Lynch la que seria su segunda mujer, Delia del Carril. 1935 Es trasladada a1 cansulada de Madrid. Las poetas de la capital 1e rinden hamenaje con la publicacién de sus "Tres cantas materia1es." Aparece la segunda edician de Residencia en la Tierra en las ediciones de Cruz y Raya. Dirige la revista Caballo Verde para la Poesia. 1936 Paco después del estallida de la guerra civil, se traslada a Paris donde can Nancy Cunard edita una revista Las poetas del mundo defienden al pueblo espafial. Se separa de Maruca Hagenaar. 1937 Participa en Paris en el Grupa Hispanaamericana de Ayuda a Espafia. Vuelve par filtima vez en su vida a Espafia para asistir al Segundo Congreso de Escritores. Regresa a Chi1e donde publica Esgafia en el corazan y preside 1a Alianza de Inte1ectua1es para la Defensa de la Cultura. 1938 Mueren su padre y su madrastra. 1939 El gobierno de Aguirre Cerda 1e nombra cansul para la emigracian espafiala. 388 1940 Ocupa e1 puesto consular en Mexico. 1942 Muere en Europa su hija Malva Marina. 1943 En el viaje de regresa a Chi1e, conoce Panama, Colombia y las ruinas de Machu Picchu en el Perfi. 1945 Es elegido senadar de la repfiblica par las pravincias de Tarapaca y Antofagasta. Recibe e1 Premio Nacional de Literatura. Ingresa en el Partido Comunista de Chile. Viaja a Brasil, Argentina y Uruguay. 1946 Conoce a Matilde Urrutia. Adapta legalmente el nombre "Pablo Neruda." 1948 Pranuncia en el senada su celebre discurso "Ya acusa." Las tri- bunales ordenan su desafuero coma senadar y su detencian. Pasa a la clandestinidad. 1949 Sale de Chile. Asiste a1 Primer Congreso Mundial de Partidarias de la Paz. Viaja a la URSS, Palania, Hungria y 1uego a Méxica. 1950 Aparece en Méxica su Canto General. Viaja a Guatemla, Praga, Rama, Paris y Nueva Delhi acompafiada par Matilde Urrutia. Recibe e1 Premio Internacional de la Paz par su poema "Que despierte e1 lefiadar." 1951 Viaja a Italia, Moscfi, Praga y a la Repfiblica Popular China. 1952 Aparece ananimamente Las versas del capitan. 1953 Recibe e1 Premio Stalin de la Paz. 1954 Publica sus Odas elementales y Las uvas ygel viento. 1955 Se separa de Delia de1 Carril. 1956 Aparece Nuevas adas elementales. 1957 Primeras ediciones de sus Obras Comp1etas y Tercer libro de Odas. Vuelve a visitar Rangfin,Calamba y otros lugares de Oriente. .389 1958 Participa en las campafias electorales y publica Estravagaria. 1959 En Venezuela conoce a Fidel Castro. Publica Navegacianes y regresas y Cien sonetos de amor. 1960 Aparece Cancian de gesta, elagia de la revolucian cubana. 1961 Es nombrado miembro carrespandiente del Instituta de Lenguas Romances de la Universidad de Yale. Aparecen Las piedras de Chile y Cantos ceremoniales. 1962 Publica Plenas poderes. Viaja par Italia, Francia, Bulgaria y la URSS. 1964 Aparece Memorial de Isla Negra. 1965 Reside en Europa. Es nombrado dactar honoris causa en la Univer- sidad de Oxford. Pasa temporadas en Budapest y can Miguel Angel Asturias escribe Camienda en Hungria. 1966 Viaja a las EEUU invitado par e1 PEN Club. Da recitales en Nueva York, Washington y Berkeley. Se casa can Matilde Urrutia. Publica Arterge pajaras y recibe e1 Premio Atenea, de la Universidad de Concepcian. 1967 En Italia es atargada e1 Premio Internaciona1 Viarreggia. Aparecen La bacarala y Fulgar y muerte de Joaquin Murieta, su finica drama. 1968 Publica Las manos del dia y comienza a colaborar en la revista Ercilla. 1969 Es designada miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Recibe la naminacian coma candidata a la presidencia de Chile. 1970 Renuncia su candidatura a favor de1 doctor Salvador Allende. Publi- ca La espada encendida y Las piedras de1 ciela. 1971 Es designada embajadar de Chile en Francia. E1 21 de octubre recibe e1 Premio Nabel de Literatura. 390 1972 Publica Geagrafia infructuosa. 1973 Par motivas de salud, renuncia a la embajada de Paris y vuelve a Chile. Muere e1 23 de septiembre. Poesia: Crepuscularia. Santiago: Claridad, 1923. Santiago: Nascimento, 1926. Veinte poemas de amor y una cancian desesperada. Santiago: Nascimento, 1924. Tentativa del hombre infinito. Santiago: Nascimento, 1925. El habitantey_Su esperanza.' Santiago: Nascimento, 1926. Anillas. Santiago: Nascimento, 1926. E1 handera entusiasta. Santiago: Empresa Letras, 1933. Residencia en la Tierra. Primera edician privada, 1933. 2 Vols. Madrid: Cruz y Raya, 1935. Espafia en el carazan. Santiago: Ercilla, 1937. Las furias y las penas. Santiago: Cruz del Sur, 1947. Tercera Residencia en la Tierra. Buenos Aires: Losada, 1947. Canto General. Méxica: Oceana, 1950. Las versas del capitan. Buenos Aires: Losada, 1954. Las uvas y el viento. Santiago: Nascimento, 1954. Odas elementales. Buenos Aires: Losada, 1954. Nuevas adas elementales. Buenos Aires: Losada, 1955. Tercer libro de las adas. Buenos Aires: Losada, 1957. Estravagaria. Buenos Aires: Losada, 1958. Navegaciones y regresas. Buenos Aires: Losada, 1959. Cien sonetos de amor. Buenos Aires: Losada, 1960. Cancion de gesta. La Habana: Ministeria de Educacian, 1960. 391 Las piedras de Chile. Buenos Aires: Losada, 1961. Cantos ceremoniales. Buenos Aires: Losada, 1961. Plenasgpoderes. Buenos Aires: Losada, 1962. Memorial de Isla Negra. Buenos Aires: Losada, 1964. Arte deppajaras. Santiago: Sociedad de Amigos del Arte Contemporanea, 1966. Una casa en la arena. Barcelona: Lumen, 1966. La bacarala. Buenos Aires: Losada, 1967. Las manos del dia. Buenos Aires: Losada, 1968. Fin de munda. Santiago: Sociedad de Arte Contemporanea, 1969. Age, Santiago: Nascimento, 1969. La espada encendida. Buenos Aires: Losada, 1970. Las piedras del ciela. Buenos Aires: Losada, 1970. Geagrafia infructuosa. Buenos Aires: Losada, 1972. Incitacian a1 nixanicidia y alabanza de la revolucian chilena, 1973. La rasa separada. Buenos Aires: Losada, 1974. Jardin de invierno. Buenos Aires: Losada, 1974. 2000. Buenos Aires: Losada, 1974. El carazan amarilla. Buenos Aires: Losada, 1974. Libra de las preguntas. Buenos Aires: Losada, 1974. Elegia. Buenos Aires: Losada, 1974. El mar y las campanas. Buenos Aires: Losada, 1974. Defectas escogidas. Buenos Aires: Losada, 1974. Drama: Fulgar y muerte de Jaaqgin Murieta. Santiago: Zig-Zag, 1967. 392 Prasa: Viajes. Santiago: Nascimento, 1955. Camienda en Hungria. (can Miguel Angel Asturias) Barcelona: Lumen, 1970. La capa de sangre. Alpignone, Italia: A. Tallane, 1970. Canfiesa que he vivida. Barcelona: Seix Barra1, 1974. Para nacer he nacido. Barcelona: Seix Barra1, 1978. 393 LEOPOLDO PANERO TORBADO 1909 Nace el 17 de octubre en Astorga (Lean). Cursa e1 bachillerato en el Colegio de las Hermanas de la Dactrina Cristiana en San Sebastian. Inicia la carrera de derecha en las universidades de Madrid y Salamanca, carrera que finaliza en la Universidad de Ovieda. 1931 Estudia lengua y 1iteratura francesa en las universidades de Tours y Portiers, y lengua y 1iteratura inglesa en la Universidad de Cambridge. Colabora en las revistas literarias mas destacadas de la épaca: Nueva Revista, Nareste, Sudeste, Brfijula, Isla, Literatura, Haja Literaria, etc. 1937 Muere su hermana Juan, también poeta, en la guerra civi1. Paca después de la cantienda se casa con la escritora Felicidad Blanc. 1944 La revista Escarial publica una edician limitada de su abra Le_ estancia vacia. 1945 Su libro Versos de1 Guadarrama, que camprende poemas escritas entre 1930 y 1939, aparece pub1icada en la revista madrilefia Fantasia. 1949 Recibe e1 Premio Fastenrath de la Real Academia Espafiala par su libro Escrita a cada instante. 1953 Aparece su Canto personal (Carta perdida a Pablo Neruda) que es galardanada con el Premio Nacional de Poesia Jasé Antonia Primo de Rivera. En la épaca de la pasguerra ejerce varios cargos, entre ellos: director del Instituta Espafial de Londres, director de1 Departamenta de Coaperacian Intelectual del Instituta de Cultura Hispanica, Secretaria General Permanente de las Bienales Hispano- americanas de Arte y Secretaria General de1 Museo de Arte 394 Contemporanea de Madrid. Colabora en la prensa espafiala e hispa- naamericana; escribe critica literaria en la revista Blanca y Negro; acupa e1 cargo de Director editorial de Selecciones de Reader's Digest. 1962 Muere en Astorga e1 27 de agosto. Poesia: La estancia vacia. Escarial, Madrid, 1944. Versos del Guadarrama (1930-1939). Fantasia, Madrid, 1945. Escrita a cada instante. Madrid: Cultura Hispanica, 1949. Madrid: Bullan, 1963. Canto persona1 (Carta perdida a Pablo Neruda). Madrid: Cultura Hispa- nica, 1953. Poesia 1932-1960. Madrid: Cultura Hispanica, 1963. Obras completas. Vol. 1. Madrid: Editara Naciona1, 1973. (Incluye ademas de las obras arriba citadas: Primeras poemas, Epistolas para mis amigos y enemigas mejares, Navidad en Caracas, Siete poemas, Desde e1 umbral de un suefia, Romances y canciones, Candida puerta, Poemas inéditas, Poemas pastumas, Versianes paaticas.) Antologia. Barcelona: Plaza y Janés, 1973 y 1977. Prasa: Obras completas. Vol. II. Madrid: Editara Naciona1, 1973. (Cantiene obras de Panera en prosa.) 395 FELIX PITA RODRIGUEZ 1909 Nace en Bejucal, provincia de La Habana, Cuba. 1926 Hacia este afia, se dan a conocer sus poesias a través de colabora- ciones en el suplementa literaria de Diaria de la Marina y mas tarde en Revista de Avance, Bohemia y Areei, pub1icaci6n de van- guardias que funda can Enrique Delahaza. A las veinte afias viaja a Europa; vive en Francia, Espafia, Bélgica, Italia y Marruecos. 1938 Se salidariza con la Repfiblica durante la guerra civil y figura en el camité de redaccian del periadica "Vaz de Madrid" de Paris junta can Antonia Machado, Jasé Bergamin, Ramon J. Sender y Victoria Kent. 1940 Vuelve a La Habana donde se dedica a1 periodisma. Escribe cuentos y colabora en revistas de vanguardia. 1946 Recibe el Premio Nacional de Literatura Hernandez Cata. 1980 En la actualidad es miembro de la Unian de Escritores de Cuba y colaborador asidua en su revista, Gaceta de Cuba. Poesia: Carcel de1 fuego. La Habana: Coleccian Cafre, 1948. Las cranicas; Poesia baja cansigna. La Habana: La Tertulia, 1961. TGraficas, 1963. . 3é ed. aumen. La Habana: Empresa Cansalidada de Artes Las noches. La Habana: La Tertulia, 1964. Cuentas: San Abul de Mantecallada. Méxica: Talleres Bartalamé Costa, 1945. Tobias. La Habana: Editorial Lex, 1955. Cuentas. Godfrey, Illinois: Monticello Press, 1960. 396 Cuentas completas. La Habana: Ediciones Unian de Escritores y Artistas de Cuba, 1963. Poemas y Cuentas. La Habana: Ediciones Unian de EscritoresyrArtistas de Cuba, 1965. Historia tan natural. La Habana: Ediciones Unian de Escritores y Artistas de Cuba, 1971. Teatro: El relevo. Ensayo: Joaquin Ordgguia; Biagrafia de una valuntad. La Habana: Tipagrafia * Flecha, 1943. _ Literatura comprometida, detritusgy buenas sentimientas. La Habana: 1956. Carlos Enriquez. La Habana: Editorial Lex, 1957. Nifios de Viet Nam. La Habana: Unidad Praductara 03 Evelia Rodriguez Curbela, 1968. Viet Nam; Natas de un diaria. La Habana: Ediciones Unian de Escritores y Artistas de Cuba, 1968. 397 EMILIO PRADOS SUCH 1899 Nace en Malaga el 4 de marzo. Comparte las estudios primarios con el javen Vicente Aleixandre. Su salud precaria 1e abliga a largaS periadas de repaso. A las quince afias pasa a la "Pequefia Residencia" del Instituto Libre de Ensenafiza en Madrid para cam- pletar las estudios secundarios. Ingresa en la Universidad de Madrid en la Facultad de Ciencias. Conoce a Lorca, Bufiuel y Morena Villa en la Residencia de Estudiantes donde reside. Debida a una enfermedad pulmonar, pasa una temporada en un sanatoria suizo donde escribe sus primeras versas. Cursa la carrera de ciencias en la universidad alemana de Friburgo en Brisgavia. Viaja a Paris donde toma contacto can Picasso y el mavimienta surrealista. 1926 Después de una breve estancia en Madrid, vuelve a instalarse en Malaga. Publica 1a revista Litoral can Manuel Altolaguirre en la imprenta Sur (hay Dardo). Crece su interés par las prablemas de las pescadares y trabajadares malaguefias y escribe sus primeras poesias de indole social. 1933 Colabora en la revista Octubre de Rafael A1berti. 1934 Ante las sucesos de la Revalucian de Asturias, se acentfia su pastura comprometida con el libro Llanto de Octubre. 1936 En Madrid colabora can A1berti en "Altavaz del frente.” 1937 Evacuada a Valencia, trabaja en la revista Hora de Espafia. Recibe e1 Premio Nacional de Literatura par su libre Destina Fiel. 1939 Pasa a Francia y luega a Méxica. Cantinfia su labor de poeta. Amistad can muchos intelectuales mexicanas, entre ellos, Octavia Paz. Colabora en el Instituta Luis Vives. 1962 Muere en México e1 24 de abril. 398 Poesia: Tiempqe Viente poemas en verso. Malaga: Sur, 1925. Malaga: El Guadalhorce, 1960. Canciones de1 farera. Malaga: Litoral, 1926. Malaga: E1 Guadalhorce, 1960. Vuelta. Malaga: Litoral, 1927. E1 llanta subterranea. Madrid: Hérae, 1936. E1 llantapen 1a sangre. Romances. 1933-36. Valencia: Ediciones Espafialas, 1937. Cancionero menar para las cambatientes,yl936-1938. Barcelona: Ediciones literarias del Camisariada del Ejércita del Este, 1938. (edician facsimil) Madrid: Hispamerca, 1977. Memoria de1 olvido. Méxica: Seneca, 1940. Minima muerte. Méxica: Tezantle, 1944. Jardin cerrada. Méxica: Cuadernos Americanas, 1946. Buenos Aires: Losada, 1960. Darmida en la yerba. Malaga: Dardo, 1953. Antologia (1923-53). Buenos Aires: Losada, 1954. Rio natural. Buenos Aires: Losada, 1957. Circuncisian del suefia. Méxica: Tezantle, 1957. La sambra abierta. Méxica: Suplementa de Ecuador 0°, 0', O“, 1961. Lappiedra escrita. Méxica: Universidad Nacional Autanama, 1961. Transparencias. Malaga: El Guadalhorce, 1965. Cuerpagperseguida. Barcelona: Labor, 1971. Poesias Campletas Igy II. Méxica: Aguilar, 1975. (Cantiene algunas obras no publicadas anteriormente en libro coma Andanda, andanda por el munda (1930-1935), No padréis, La vaz cautiva, La tierra que no alienta (1934-36), Penumbras, Sonora enigma, La fuentegy la mujer, Signas del ser y Cita sin limites. 399 ARTURO SERRANO PLAJA 1909 Nace en San Lorenzo de El Escarial. Estudia e1 bachillerato en el Instituta Cardenal Cisneros de Madrid. 1931 Inicia su carrera literaria can colaboraciones en La Gaceta Litera- r_i_a_y El Sol. 1932 Funda la revista Haja Literaria can Enrique Azcaaga y Antonia Sanchez Barbuda. 1933 Publica su primer libro de poemas, Sombra indecisa. Colabora en la revista Octubre. 1934 Se licencia en Filosofia y Letras en la Facultad de Madrid. Cala- bara en Frente Literaria. 1936 Publica Destierra infinito. A1 estallar la guerra se alista en el 59 Regimento de1 Ejércita Republicana. Trabaja en la seccian de Cultura Popular en colaboracian con la Alianza de Intelectuales Antifascistas.repartienda libros en el frente del sur. Calabara- cianes en El mono azul. En el frente del Taja edita un periadica Hajas degguerra, argana de1 Partido Comunista de Espafia. 1937 Es una de las organizadares del Congreso de Escritores de Valencia. Calabaracianes en Hora de Espafia. 1938 Es herida en la bata11a de1 Ebro. Publica E1 hombre y el trabaja. 1939 El 8 de febrero cruza la frantera can Francia y es internada en el campa de cancentracian de St. Cyprien. Sale para Chi1e donde reside durante un afia en Santiago. Colabora en varias de las revistas del exilio coma Romance (Méxica), Cabalgata (Buenos Aires), Eepefie_ Ljere_(Santiaga), Boletin de la Unian de Intelectuales Espafioles e Independencia (Paris) y La novela espafiola (Toulouse). 400 1941 Se traslada a Buenos Aires. Publica poesia, cuentos y trabajas de critica del arte. 1945 Estancia de un afia en Francia. 1946 Regresa a Buenos Aires durante un afia. 1947 Inicia una 1arga estancia en Paris que dura hasta 1961. Escribe poesia en francés y castellana. 1961 Es profesor de 1iteratura espafiala en la Universidad de Wisconsin en Madison, E.E.U.U. 1963 Es profesor en la Universidad de Minnesota, E.E.U.U. 1967 Se traslada a la Universidad de California en Santa Barbara, E.E.U.U. donde es profesor. Publica a partir de esta fecha una serie de trabajas de critica literaria. 1979 Muere a finales de junio en su casa en California. Poesia: Sombra indecisa. Madrid: Haja Literaria, 1934. Destierra infinito. Madrid: Hérae, 1936. E1 hombre y el trabaja. Barcelona: Hora de Espafia, 1938. Madrid: Ediciones de la Torre, 1978. Chant a la liberté. Argel: Charlat, 1944. Les mains fertiles. Paris: Charlat, 1948. Phakas e1 americano. Buenos Aires: Nova, 1948. Galape de la destinée. Paris, 1954. Galape de la suerte. Buenos Aires: Losada, 1958. La mana de Diasgpasa par este perra. (Cadena de blanca-spirituals para matar el tiempo coma Dias manda. Madrid: Rialp, 1965. La cacatfia atmasférica. Méxica: Joaquin Mortiz, 1977. 401 Narrativa: Del ciela y de1 escambra. Buenos Aires: Ediciones Nueva Romance, 1942. Dan Manuel de1 Lean. Buenos Aires: Emecé, 1946. Ensaya y Critica: El Greca. Buenos Aires: Poseidan, 1942. Realisma espafiol. Buenos Aires: Editorial Phac. 1943. Espafia en la Edad de Ora. Buenos Aires: Atlantida, 1944. Escultura espafiola (desde las arigenes hasta el siglo xvii). Rosario: Editorial Rosario, 1946. Antologia de las misticas espafioles. Buenos Aires: Shapire, 1946. Manuel Ortiz. Buenos Aires: Poseidan, 1945. El arte camprametidagy el compromiso en el arte, y otros ensayos. Barce- lona: Delas-Ayma, 1967. Realisma magjca en Cervantes. "Don Quixote" vista desde "Tom Sawyer" y El idiata.“ Madrid: Gredas,Tl967 y 1971. . 402 JOSE MARIA SOUVIRON 1904 Nace en Malaga. Estudios en el colegio de Miraflores de1 Pa10' donde es campafiera de Manuel Altolaguirre y Jasé Maria Hinajasa. 1920 Pasa un periada de convalecencia en Davas-Platz (Suiza) donde conoce al poeta malaguefia Emilia Prados. 1922 Patracinada por el poeta José Maria Hinajasa, publica su primer libro de poesias Gargola en el taller de Manuel Altolaguirre. El libro es favorablemente recibido par Juan Raman Jiménez y Federica Garcia Lorca. 1923 Can Altolaguirre funda 1a revista de poesia £9922: Es campafiera de Lorca en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada. 1928 Aparece su libro de poemas Conjunta en la caleccian de "Litoral," que merecia elagias de "Azarin" en un articula de ABE, 1931 Viaja a Paris donde Altolaguirre 1e presenta a algunas de las poetas surrealistas. Se casa y se marcha con su mujer a Chi1e. 1933 Inicia su estancia en Santiago, donde desarralla una fuerte labor literaria escribienda varias obras de poesia y danda a conocer en Chile a la javen poesia espafiola a través de su Antologia de poetas espafiales. Publica su primera novela. 1936 Vuelve a Espafia cuando comienza 1a guerra civi1. 1938 A finales de este afia regresa otra vez a Chile, que seria su residencia habitual, salvo estancias cartas en Espafia, hasta 1953. Ejerce la dacencia coma profesor de la Universidad Catalica de Chile, y es nombrado Académica Hanoraria de la Academia de la Lengua de Chile. Durante este periodo escribe varias obras de verso y prosa. 403 1953 Regresa definitivamente a Espafia. Trabaja coma director de la catedra Ramiro de Maeztu del Instituta de Cultura Hispanica. Escribe libros de poesia, novelas, y ensaya. Se asacia, par amistad y par afinidades literarias, al grupo de poetas de la llamada "gene- racian del 36" y en especia1 a Panera, Vivanca, Rosales y Ridrueja. 1974 Muere en Madrid. Poesia: Gargala. Malaga, 1922. Conjunto. Malaga: Litoral, 1928. Fuega a borda. Santiago: Nascimento, 1932. Plural belleza. Santiago: Nascimento, 1936. Romances americanos. Santiago: Nascimento, 1936. Olvida apasianada. Santiago: Nascimento, 1941. Del nueva amor. Santiago: Imprenta Universitaria, 1941. . Sefial de vida. Madrid: Uguina, 1948. E1 corazan durante un afia. Malaga: Ediciones Caracala, 1954. Las letanias de Fatima. 1954. Estancia de la hija. Malaga: Dardo, 1957. Don Juan e1 Loco y otros poemas. Madrid: Revista de Occidente, 1957. El salitario y la tierra. Palma de Mallorca: Papeles de San Armadans, 1961. E1 desalajada. Madrid: Editara Naciona1, 1969. Poesia entera (1923-1973). Madrid: Cultura Hispanica, 1973. Novela: Rumor de ciudad. 1935. La luz no esta lejas. Santiago: Zig-Zag, 1945. Barcelona: Planeta, 1952. 404 E1 viento en las ruinas. Santiago: Zig-Zag, 1946. Isla para dos. Santiago: Zig-Zag, 1950. La danza y el llanta. BarCelana: Luis de Caralt, 1952. Las vacacianes de Tana. Santiago: Zig-Zag, 1953. Crista en Tarremalinos. Madrid: Bullan, 1963. Madrid: Fermin Uriarte, 1964. Un hombre y unas mujeres. Madrid: Fermin Uriarte, 1964. Ensayo y critica: La nueva poesia espafiala. Breve camentario expasitiva y antalagica. Santiago: Nascimento, 1932. Antologia de poetas espafioles contemporaneas, 1900-1933. Santiago: Nascimento, 1933. Amarilis (Un amor de Lape de Vega). Santiago: Ercilla, 1935. Campramisagy desercian (El hombre actual y las artes). Madrid: Taurus, 1959. Malaga persona1 en cuatro tiempas. Malaga: El Guadalhorce, 1961. Historia breve de la 1iteratura francesa. Barcelona: Credsa, 1965. Cuatro malaguefias ilustres. Malaga: E1 Guadalhorce, 1966. El principe de este siglo. La 1iteratura maderna y el demania. Madrid: Cultura Hispanica, 1967. APENDICE D INDICE DE LA REVISTA CABALLO VERDE PARA LA POESIA 405 406 Nfim. l--actubre, 1935 (Pablo Neruda) ........... "Sabre una poesia sin pureza" Vicente Aleixandre ................. "La tristeza" Robert Desnos .................. "Quel fauillis!" Ricardo E. Malinari ....... I......... "Naa d'amares" Federica Garcia Lorca ............ "Nacturna de1 hueca" Miguel Hernandez .............. "Vecina de la muerte" Rafil Gonzalez Tufian .............. "Paema caminanda" Arturo Serrano Plaja ........... "Estas son las aficias" (Fragmentas) Leapalda Panera ............. "Par el centro del dia“ . 2--naviembre, 1935 (Pablo Neruda) .................... "Las temas" Luis Cernuda ................ "Himno a la tristeza" Hans Gebser ...................... "La rasa" (Traduccian de Hans GebSer y Luis Cernuda) Jorge Guillén .................. "El handa suefia“ Rafael A1berti ............... "El taro de la muerte" Luis Enrique Délana .............. "Oda Lautréamant" A. Aragan .................... "Fin de elegia" Arturo Serrano Plaja ............ "Estas son las aficias" L.C. (Luis Cernuda) .................... (Nata) 407 . 3--diciembre, 1935 (Pablo Neruda) ................ "Conducta y poesia" Emilia Pradas ............... "Negacian a un viaje" (Fragmento) André Bernard Delans ...... "Une ville dart dans ma paitrine" Concha Méndez ...................... "Ya sé" Jasé Maria Sauviran ................ llEl luchadar" Felix Pita Rodriguez ................... "Paema" Cayetana Aparicia .............. "Cantar de la luna" "Valle Inclan--5 de enero, 1936" . 4--enera, 1936 (Pablo Neruda) ................ "G.A.B. (1836-1936)" José Morena Villa .............. "Cartas sin carrea" Rafael A1berti ....... Sanetos: "El terror y el confidente" "Perra rabiosa" Jasé Gonzalez Carbalha ........... "La muerte verdadera" Eugenia Mediana Flares ........... "Pera mueren 1as almas" Miguel Angel Gamez ................ "Costa mortal" Rosa Chacel ....................... "Saneta" Angel Cruchaga Santa Maria .......... "Presencia del sur" Manuel Altolaguirre .................. "Romance" APENDICE E CATALOGO DE LAS REVISTAS LITERARIAS Y CULTURALES DE LA EPOCA REPUBLICANA 1930-1936 408 409 Se refinen aqui, en forma de cataloga, una serie de datos de tipo técnica sabre mas de 50 revistas literarias y culturales de la épaca repub1icana que han sido, en su mayoria, cansultadas en la elaboracian de esta tesis. El cataloga incluye datos sabre las directores y calabaradares de la revista y las géneras literarias pub1icados, e1 lugar, duracian y frecuencia de pub1icacian y alga sabre su arientacian literaria y su farmata. Coma ayuda para futuras estudiosos, y dada 1a dificultad de encontrar algunas de estas revistas, citamas las bibliotecas a hemeratecas donde hemas podido cansultarlas, aunque esta no significa que la biblio- teca citada sea la finica que conserve ejemplares de la revista en cues- tian. También incluimas infarmacian sabre la existencia de reimpresiones de algunas de estas revistas y una nota sabre las estudios criticas que se han dedicado a varias revistas aisladas. El cataloga se divide en dos partes. La primera se acupa de las revistas prapiamente literarias que van desde la revista de poesia minori- taria hasta el periadica literaria de alta divulgacian. La segunda parte esta dedicada a atras pub1icaciones de la épaca repub1icana que sin ser prapiamente literarias cantienen un gran nfimero de articulos de interés literaria y han apartado alga a nuestra estudio. San revistas "culturales" en un sentida mas amplia de la palabra, a revistas de indole palitica que cantienen articulos dedicados a algfin aspecta de la 1iteratura. La informacian sabre las revistas literarias que damas a continua- cian pracede casi en su totalidad de la investigacian personal llevada a caba para documentar e1 presente trabaja. En las casas en que nos ha sido impasible localizar una revista, para hacer canstar su existencia y para hacer este cataloga lo mas campleta pasible, reproducimos datos pub1ica- dos en el Nfim. 140-141 (agosto-sept., 1964) de Poesia Espafiala dedicado 410 a las revistas espafialas de poesia. En algunas casas, 1a infarmacian dada pracede de notas tamadas de periadicas y revistas de la épaca a de atras fuentes secundarias y, en este caso, citamas e1 titula de esta fuente. Al camentar e1 farmata de las revistas, amitimas las medidas en centimetras de las partadas, sustituyenda en su lugar las términas des- criptivas "tamafia cuartilla," "tamafia halandesa," "folio" y "farmata periadica." Cancibimas este apéndice, junta con el Capitula IV, coma esbaza de un futura estudio sabre las revistas literarias de la Segunda Repfiblica. En su forma actual na intenta ser exhaustiva; no ha sido ese nuestra prapasita ni entra dentro de las contarnas de1 presente trabaja. Preten- demas que sea arientativo, canstituyenda una ayuda para las estudiosos de la épaca, hasta el momenta en que se pueda examinar estas revistas con el detenimienta que merecen, canscientes de que representa la mas cam- pleta recapilacian de datos sabre las pub1icaciones literarias de la Segunda Repfiblica realizada hasta la fecha. 411 I. REVISTAS LITERARIAS DE LA EPOCA REPUBLICANA l. A LA NUEVA VENTURA. (Amistad. Poesia.) Valladolid. 1934. Nfims. 1-4. Francisco Pina y Jasé Maria Luelma, directores. Comentaria: Publicaba exclusivamente poesia. Un cuaderno para cada estacian. Fuentes: Poesia Espafiala, pag. 1; Almanaque Literaria 1935, Noreste. 2. AGORA. (Revista de Ensayos.) Albacete. 1934-1936. Nfims. 1-3. Trimestral. Gabriel Arcas, Eleazar Huerta, Jasé Gamez R. de Vera, Matias Gator, Jasé Maria Requena, Jasé Prat Garcia y José S. Serna, editares. Principales calabaradares: Félix Urabayen, Pedro Pérez Clatet, Rafael Urbano, Augustin Sandoval, Tamas Seral y Casas, R. Olivares Figueroa, Lucia Ballesteras, Maruja Falena, Enrique Azcaaga, Juan Acaide, Jasé Luis Sanchez Trincada, Jorge Guillén, Joaquin Entram- basaguas, José Maria Peman y R. Catala Llaret. Contenida: Ensayo, poesia, una seccian de resefias de libros titulada "Escaparate literaria," "Revistas." Formata: Cuadernilla de tamafia cuartilla de unas 52 pagi- nas, partadas en cartulina de colores. Comentaria: Se anunciaban cuatro nfimeras al afia can seis suplementas, aunque no llega a publicarse can esta frecuencia. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (Invierna, 1935). 412 ALFIL. Va1encia. 1933. Andrés Ochanda, director. Comentaria: El primer nfimera es de junio, 1933. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 3. .‘ ALMENA. (Organa de la Facultad de Filosofia y Letras.) Madrid. 1936. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 4. ATALAYA. Lesaca en el Bidasaa, Navarra. 1934-35. Nfims. 1-2. Francisco y Alfonso Rodriguez Aldave, directores. Principales calabaradares: H. R. Romero Flores, Antonia Marichalar, Eladia Esparza, Pedro Mourlane Michelena, Guillermo Fraile, Jasé Luis Sanchez Trincada, Jasé Maria Semprfin y Gurrea, Victoriana Juaristi, Jasé Caman Aznar, Ivan de Tarfe, Angel Maria Pascual, Unamuna, Luis Maldonado Banati, Jose Maria Luelma, Pedro Salinas, Rafael Urbano, Tomas Seral y Casas, Joaquin Arbeala, y Benjamin Jarnés. Contenida: Prasa, poesia, ensayos, critica y notas sabre libros nuevas, teatro y poesia. Formata: Cuandernilla de tamafia cuartilla de unas 80 paginas apraximadamente: dibujas de Juan Cabanas Erauskin; fatagrafias de Jasé Suarez; partadas de Francisco Xavier Frutas. Comentaria: Se anuncia, en el primer nfimera, 1a intencian' de ser e1‘"partavaz de las inquietudes juveniles de nuestra provincia" y el desea de que en sus paginas se reflejaran "las afanes intelectuales de Navarra, Espafia y del Munda." 413 Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. l (dic., 1934); Nfim. 2 (ene., 1935). 6. ALTOZANO. (Periadica literaria mensual.) Albacete. 1935-1936. Nums. 1-5. Mensual. Raman Castellanas, Matias Gator, Eleazar Huerta, Emiliana Moreno, Jasé Ramirez Befit y Enrique Sariana, editares. Contenida: Seccianes de "Poesia y lenguaje," "Guian de libros nuevas," "Naticiaria albacetense," "Bibliotecas," "Teatro," "Cine," y ensayos de critica y camentaria literaria. Formata: Tamafia periadica de cuatro paginas, can fatas. Comentaria: En el primer nfimero las editares explicaron que el nombre de1 periadica Altazano, "elevada y fértil pero suave y madesta, dice nuestros propasitas a todas, prapios y extrafias. Su otra significado, local, que fuera de Albacete pasara inadvertida, es una resanancia ciudadana y filial grata a la intimidad de quienes la hacemos." Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (dic., 1935); Nfim. 2 (ene., 1936); Nfim. 3 (feb., 1936); Nfim. 5 (abril, 1936). 7. AZOR. Barcelona. 1932-1936. Luys Santa Marina, director. Principales calabaradares: Angel Valbuena Prat, Gerardo Diego, Jasé Maria Alfara, Narcisa Alonso Cartés, Félix Delgado, Agustin Espinoza, Max Aub, Rafael UrbanaaAmdrés Calzada, Josefina de la Torre, Antonia Marichalar y otros. 414 Contenida: Poesia, ensayos, critica literaria y cinemato- grafica. Comentaria: Reaparecia brevemente en 1942 y volvia a imprimirse de nueva en 1961. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 9. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 10 (15 ju1i0, 1933). 8. AZUL. (Periadica de 1iteratura y divulgacian). Madrid. 1934- 1935. Nfims. 1-6. Mensual. Vicente G. Satela, director-prapie- tario. Principales calabaradares: Rosa Espafia, Julia Sanmartin, Vicente Lahuerta, Eugenio Mediana Flares, Enrique R. Perales, Lucia del Alamo, Rafaela Gonzalez, E. Otera y Magra, Herminia Maya. . Contenida: Cuentas, poesia, critica teatral y artistica. Formata: Periadica que 1uego pasa a tamafia folio, de 4 a 6 paginas impresas en tinta azul. Comentaria: E1 director-literaria fue Eladia Lices y Turifia; e1 redactor-jefe, J. Méndez Herrera; e1 secretario-redactor, Adelina Gamez Latorre; la critica teatral y artistica era obra de Diego Alba Catrina. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (agosto, 1935); Nfims. 2-3 (sept.-act., 1934); Nfim. 4 (nov., 1934); Nfim. 5 (dic., 1934) y Nfim. 6 (feb., 1936.) 415 BOLETIN. (Organa de1 Ateneo Popular de Burgas). Burgos. 1935. Eduardo de Ontafian, director. Fuente: Almanaque Literaria 1935. 10. BOLETIN ULTIMO. (Perfil de la Nueva Generacian). Madrid. 1932. Nfim. l. Ildefansa-Manuel Gil, Ricardo Gullan y Lorenzo Martinez Juarez, directores. Comentaria: Segfin Gullan, la revista publica un nfimera y tuvo un solo suscriptar: Juan Raman Jimenez. Fuentes: Poesia Espafiala, pag. lO; Ildefonsa-Manuel Gil, "Ricardo Gullan y la revista Literatura," Insula, Nfim. 295 (junio, 1971), pag. 1. 11. BOLIVAR. (Revista quincenal de la vida hispanaamericana). Madrid. febrero-julia, 1930. Nfims. 1-8. Pablo Abril de Vivera, director. Principales calabaradares: César Vallejo, Jasé Carlos Mariategui, Pablo Neruda y otros. Contenida: Ensayo, poesia, critica. Comentaria: Alberta Taura se acupa de esta revista en su articula, "Cuatro revistas de tana menar." Boletin Bibliografico de la Biblioteca Central de la Univer- sidad Naciona1 Mayor de San Marcos, Lima, Peru, 1940, pags. 286-322. Dispanible en: Biblioteca de1 Congreso de las Estados Unidos; edician en facsimil de la Camara de Comercio y Praduccian Venazolana-Espafiala (Caracas), 1971. 416 12. BRUJULA. Madrid. enero-abri1, 1932. Nfims. 1-4. Ricardo Gullah, Ildefonsa-Manuel Gil y Julia Angula, directores. Principales calabaradares: Vicente Domingo Romero, Enrique Cande Salazar y Lorenzo Martinez Juarez. Comentaria: Se proyecta un quinta nfimera dedicado a Goethe que no llega a publicarse. Poesia Espafiala da erraneamente 1934 coma fecha de pub1icaci6n de Brfijula, confundiéndala can otra revista de1 mismo nombre que aparecia en 1934 dirigida par Carlos Pittaluga. (Véase mas abaja.) Fuente: Ildefansa-Manuel Gil, "Ricardo Gullan y la revista Literatura," Insula, Nfim. 295 (junio, 1971), pag. 1. l3. BRUJULA. Madrid. enero-febrero, 1934. Nfims. 1-2. Carlos Pittaluga, director. Manuel Aznar, sub-director. Principales calabaradares: El camité de redaccian incluia a Luis E. Arnillas, Javier Aznar, Alvaro D'Ors, Gregorio Marafian Maya, Joaquin Martinez de Velasca, Alvaro Maura y Emilio Mezquita. Otras calabaradares fueron Jorge Luzuriaga, Fernanda Alvarez Aguirre, German Plomante, Dianisio Fernandez, Francisco Tarras Serrataca, Rafael Sancho, Héctar Maravall, Carlos Gil de Avila, Juan Hernandez Sampelaya, Rafael Beltran Lagrafia, Tamas Sesefia Palacios, Jasé Luis Gonzalez y German Izna. Contenida: Prasa, poesia, ensaya, cranicas de viaje y una seccian de critica sabre "Teatro, cinema, departe y el 1ibro." 417 Formata: Cuaderno de unas 50 paginas de tamafia halandesa can partadas de cartulina de calores; dibujas y fatagrafias. Dispanible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. l (enero, 1934); Nfim. 2 (feb., 1934). 14. CABALLO VERDE PARA LA POESIA. Madrid. oct., l935-ene., 1936. 4 Nfims. Pablo Neruda, director. Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, impresares. Principales calabaradares: Vicente A1eixandre, Robert Desnos, Ricardo E. Malinari, Federica Garcia Lorca, Miguel Hernandez, Rafil Gonzalez Tufian, Arturo Serrano Plaja, Leapolda Panera, Luis Cernuda, Hans Gebser, Jorge Guillén, Rafael A1berti, Luis Enrique Délana, Jasé Maria Sauviran, Félix Pita Rodriguez, Aparicia Cayetana, Jasé Morena Villa, Jasé Gonzalez Carbalha, Eugenia Mediana Flares, Miguel Angel Gamez, Rosa Chacel, A. Aragan, Emilia Prados, André Bernard Delans, Concha Méndez y Manuel Altolaguirre. Contenida: Poesia; ensayos en prosa de Neruda. Formata: Cuadernos de tamafio folio de unas 20-24 pags., impresas en tinta negra, raja, verde y azul; can vifietas de José Caballero, Raman Pantanes, y Jasé Morena Villa. Comentaria: Estuva proyectada un Nfim. 5-6, hamenaje a1 poeta uruguayo Julia Herrera y Reissig, que no llega a publicarse. 418 Dispanible en: Edici6n facsimilar (Glashfitten im Taunus, Alemania: Detlev Auvermann y Nendeln, Liechtenstein: Kraus Reprint, 1974) con una intraduccian de Jan Lechner. Una caleccian campleta de las origina1es se encuentra en Sala Zenabia-Juan Raman Jimenez de la Biblioteca Jasé M. Lazaro de la Universidad de Puerto Rico en Rio Piedras. 15. CIERZO. (Letras, Arte, Palitica). Zaragoza. 1930. Nfims. 1-4. Tamas Seral y Casas y Valera Mufiaz, directores. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 12. l6. "5" (CINCO) Vitaria. 1934. Quincenal. Principales calabaradares: Manuel Garizabal, Ricardo de Apraiz, 0driazala Far Adani y Obdulia Uralde. Contenida: Textas en castellana y vascuense. Fuentes: Poesia Espafiola, pag. 12, Almanaque Literaria 1935. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. 17. CIPRES. Burgos. 1935. Gerardo Diego, director. Comentaria: Publicado par las cantertulias del Café Burgalés de Burgas, aparecia su primer nfimera e1 21 de marzo de 1935. Algunos miembras de la tertulia se trasladaran a Madrid donde establecieran atra tertulia simultanea a la primera (las jueves par la tarde) y donde siguieran editanda la revista, en el verano de 1935. Fuentes: Poesia Espafiala, pag. 12. Heralda de Madrid. 419 18. CLAMOR DE LA VERDAD. (Cuaderno de Oleza cansagrada a Gabriel Mira). Orihuela. 1932. Comentaria: Migue1 Hernandez via impresas algunas de sus primeras poemas en esta revista.. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 12. 19. LAS CUATRO ESTACIONES. Madrid. 1935. Fermina B. Elduayen y Eduardo Olasagasti, directores. Comentaria: Fue proyectada un nfimero para cada estacian del afia. Aparecia el primer nfimero en marzo de 1935, y el segunda en agosto del mismo afia. Fuentes: Heralda de Madrid. Noreste. 20. L05 CUATRO VIENTOS. Madrid. 1933. Nfims. 1-3. Pedro Salinas, director. Principales calabaradares: Garcia Lorca, Cernuda, Damaso Alansa, Jose Maria Quiroga Pla, Jasé Antonia Mufiaz Rojas, Jasé Bergamin, Gerardo Diego, Jase Morena Villa, Miguel de Unamuna, Manuel Altolaguirre, Maria Zambrana, Luis Felipe Vivanca, Leopoldo Eulagia Palacios, Luis Rosa1es, Claudia de la Torre, Vicente Aleixandre, Antonia Marichalar, Jaime Torres Badet, Lina Novas Calva, Miguel Pérez Ferrera, Jorge Guillén y Emilia Gamez Orbaneja. Contenida: Poesia, ensaya, narrativa, teatro. Formata: Cuadernos de tamafia halandesa en cartulina beige. Comentaria: Las tres nfimeras carrespanden a febrero, abri1 y junio de 1933. El Almanaque Literaria 1935 calificé 1a revista de "demasiada superflua, sin polémica," pero segfin Vivanca, su importancia reside en su revelacian incampleta de El Pfiblico de Lorca, su anticipacian de1 Cancionero de Unamuno que no se publica en su totalidad hasta afios después, y su anuncia del mundo paética surrealista de Aleixandre. Disponible en: Edici6n en facsimil de la editorial Detlev Auvermann (Alemania) y Kraus Reprint (Liechtenstein), 1976 can ensaya intraductario de Luis Felipe Vivanca. Una coleccian completa del original se halla en la Sala Zenabia-Juan Raman Jimenez de la Biblioteca Jasé M. Lazaro de la Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras. 21. 000055. Valladolid. 1931. Nfims. 1-2. Jasé Maria Luelmo y Francisco Pino, directores. Contenida: El primer nfimera contenia exclusivamente poesias con la excepcian de una prosa de A1berti y otra de "Azorin." Fuentes: Poesia Espafiola, pag. 14. Revista de las Espafias. 22. DIABLO MUNDO. Madrid. 1934. Semanal. Nfims. l-9. Corpus Barga, director. Principales calabaradares: José Bergamin, Antonio Mari- chalar, Eugenio Imaz, Guillermo de Torre, Pablo Hernandez Coronado, José Maria Quiroga Pla, Eduardo Ugarte, Antonio Espina, Gustavo Pittaluga y Gil Bel. Contenida: Noticias y articulos sabre ciencia, departes, cine, mfisica, arte, critica literaria, resefias de libros recién aparecidos. Formata: Periadico can ilustracianes de Benjamin Palencia. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (28 abril, 1934). 23. ECO. (Revista de Espafia). Madrid. junio, 1933-marzo, 1935. Nfims. l-lO. Rafael vazquez Zamora, director literaria; M. Benet, director artistica; F. Rodriguez Delgado, secretario de redaccian. Principales calabaradares: Marcelo Calderan, J. Moran Cerrejan, M. V. Carrasco, Manuel Hidalgo, Luis Amaya, Antonio de Obregan, José Luis Sanchez Trincada, F. Martinez de Laguna, Carlos y Pedro Caba, Raman Ledesma Miranda, Miguel Pérez Ferrero y otros. Contenida: Seccian de "Museo Literaria" dedicada a escri- tores de tiempos pasados; "Jiranes de la vida literaria mundial," ensayos y articulos de critica literaria; poesias; cuentos, "Vitrina de libros," "Natas Biblio- graficas." Formata: Cuadernillas de tamafia halandesa de unas 28 paginas; tapas de cartulina de color beige. Comentaria: A partir de1 Nfim. 9, e1 subtitulo cambia a "Revista de 1iteratura." E1 Nfim. 3-4 esta dedicado a las actividades de la Universidad Internacional de Santander. Dispanible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. l (junio, 1933); Nfim. 2 (julia, 1933); Nfims. 3-4 (agosto-sept., 1933); Nfim. 5 (dic., 1933); Nfim. 7 422 (marzo-abri1, 1934); Nfim. 8 (mayo-junio, 1934); Nfim. 9 (oct., 1934) y Nfim. 10 (marzo, 1935). 24. EN ESPARA TODO ESTA PREPARADO. (Para que se enamoren las sacerdates) Madrid. mayo y junio, 1931. Nfims. 1-2. Juan-Manuel Diaz-Caneja y José Herrera Petere, directores. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 18. 25. EXTREMOS A QUE HA LLEGADO LA POESIA EN ESPARA. Madrid. 1931. Nfim. 1. Fuente: Poesia Espafiola, pag. l9. 26. FLORESTA DE PROSA Y VERSO. Madrid. enero-junio, 1936. Agustin Robreda, Joaquin Diez-Canedo, Francisco Giner de las Rios y Antonio Jiménez-Landi, editares. Comentaria: Garcia Lorca fue uno de las calabaradares. Fuentes: Poesia Espafiola, pag. l9, Obras Comp1etas de Federico Garcia Lorca. Madrid: Aguilar (l9é ed.), 1974, pag. 1286. 27. FRENTE LITERARIO. (Periadica quincenal de 1iteratura). Madrid. 1934. Francisco Burgos Lecea, director. José Luis Sanchez- Trincado, secretario. Principales calabaradares: Pedro Pérez Clatet, Juan Pérez Creus, Adriana del Valle, R. Olivares Figueroa, Rafael Urbano, Rogelio Buendia, Alejandro Casana, César M. Arconada, Rafael Laffan, Juan Raman Jiménez, Julio Angula, Julia Gamez Mesa, Guillermo Diaz Plaja, Pablo C. Valle, Rafael Cansinos-Assens, Benjamin Jarnés, Raman Feria y otros. Contenida: Varias secciones habituales coma "La naranjada humana," dedicada a poesia; "E1 repeso," seccian de critica teatral a cargo de Julio Angulo y de critica Cinematografica a cargo de Julia Gamez Mesa; paginas de "Enfaques," "Ventanales" y "Vértice" can articulos de critica literaria, entrevistas, cuentos y alga de teatro; "Altavaz," una seccian de informacian biblio- grafica con su "Revista de libros," "Revista de nati- cias,f "Revista de paginas," y "Revista de revistas"; y "El tabagan de las libros, dedicada a resefias de libros de reciente aparician. Formata: Impresa en papel y farmata de periadico, de ocho paginas can dibujas y caricaturas de las artistas Villanueva y Carnicero. Comentaria: Aunque se anunciaba coma periadico quincenal, de hecho su frecuencia de pub1icacian era mas bien mensual. De especia1 interés es el nfimera tres, nfimero hamenaje a Juan Raman Jiménez. Segfin e1 Almanaque Literaria 1935, Frente Literaria prentendia ser una continuacian de La Gaceta Literaria. A partir de1 Nfim. 3, pasa a ocupar e1 puesto de Secretaria- adjunto de la revista Eugenia Mediana Flores. Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. l (5 ene. 1934), Nfim. 2 (5 feb. 1934) y el Nfim. 3 (5 mayo 1934). 424 28. LA GACETA LITERARIA. (Iberica: Americana: Internaciona1. Letras-Arte-Ciencia). Madrid. enero, 1927-mayo, 1932. Quince- nal. Nfims. 1-123. Ernesto Giménez Caballero y Pedro Sainz Rodriguez, directores. Guillermo de Torre, secretario. Principales calabaradares: Casi todas las escritores espafiales de renambre calabararon en algfin momenta en La Gaceta Literaria. En el Camité Redactor figuraron: (Literatura) Raman Gamez de la Serna, Antonio Mari- chalar, José Moreno Villa, José Bergamin, Antonia Espina, Melchor Fernandez Almagro, Benjamin Jarnés, Enrique Lafuente, Juan Chabas, César M. Arconada, (Ciencia) F. G. Vela, T. R. Bachiller, M. A. Catalan, J. Pérez de Barradas, A. Alonso, A. Garrigues, J. Segovia Caballero, A. Ballesteras, R. Urgaiti, C. Arniches, (Obrerisma) Julian Zugazagoitia, y (Deportes) Edgar Neville. Hubo ademas calabaradares de todas las provincias espafialas, de Portugal, de Europa y de las paises americanos. Contenida: Poesia, narrativa, critica literaria y teatral, encuestas, entrevistas, resefias de libros nuevas, una extensa "Bibliografia de la quincena" y noticias lite- rarias de Portugal, Europa y las Américas. Formata: De 1927-1929, farmata periadico de 8 pags. (33 x 50 cm.) y de 1930-1932 farmata periadico de 16 pags. (27 x 39 cm.), dibujas de G. Garcia Maroto, José Vazquez Diaz, Barradas, Bares, Bagaria, Bastolazzi, Ban y otros. 425 Comentaria: Ha sido objeto de varios estudios: Lucy Tandy y Maria Sferrazza, Giménez Caballero y “La Gaceta Literaria" (Madrid: Turner, 1977); Carmen Bassalas, _La ideologia de las escritores: Literatura ygpolitica en "La Gaceta Literaria," 1927-1932 (Barcelona: Fanta- mara, 1975); Miguel Angel Hernando, La Gaceta Literaria, 1927-1932 (Valladolid: Universidad de Valladolid, 1974) y Prasa vanguardista en la generacian del '27: Gecé y "La Gaceta Literaria" (Madrid: Prensa Espafiola, 1975); y varios articulos firmados par Giménez Caballero, Guillermo de Torre y el critica italiana Franco Meregalli. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. (Coleccian incompleta) Nfim. 1 (1 ene., 1927); Nfims. 40-41 (15 agosto y 1 sept., 1928); Nfims. 43-47 (1 oct.-1 dic., 1928); Nfim. 49 (l ene., 1929); Nfims. 52-59 (15 feb.- 1 jun., 1929); Nfim. 61 (1 julio, 1929); Nfims. 63-66 (1 agosto-15 sept., 1929); Nfims. 68-69 (15 oct.-1 nov., 1929); Nfims. 72-89 (15 dic., 1929-1 sept., 1930); Nfim.9l (1 oct., 1930); Nfim. 98 (15 ene., 1931); Nfims. 101-102 (15 mar., 1931); Nfims. 106-108 (15 mayo-15 jun. 1931); Nfims. 110-119 (15 ju1.-l dic., 1931); y en edician facsimilar de Ediciones Turner de Madrid con una intro- duccian de Ernesto Giménez Caballero, 1978. 29. GACETA DEL LIBRO. Valencia. nov., 1934-jul., 1936. Nfims. 1-21. Disponible en: Biblioteca Pfiblica de la Ciudad de Nueva York. Nfims. 1-5, 8, 14, 17-21. 426 30. HEROE. (Poesia). Madrid. 1932-1933. Nfims. 1-6. Manuel A1to- laguirre y Concha Mendez, impresares. Principales calabaradares: Juan Raman Jiménez, Pedro Salinas, Federico Garcia Lorca, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rosa Chacel, Jasé Moreno Villa, Carlos Martinez Barbeito, Concha Méndez, Manuel Altolaguirre, Unamuno, Ernestina de Champurcin, Julia Supervielle. José Antonio Mufiaz Rojas, Margarita Ferreras, Jorge Guillén, Gerardo Diego, José Maria Quiroga Pla, Jasé Maria Alfara, Genara Estrada, Margarita de Pedroso, Alfonso Reyes, Agustin de Faxa, Luis Amado Blanca y Rafael A1berti. Contenida: Poesias; ensayos en prosa de Juan Raman Jiménez. Formata: Cuadernos de tamafio cuartilla de unas l6 pags. can partadas de cartulina verde e ilustrados can dibujas. Dispanible en: Edici6n facsimilar (Vaduz, Liechtenstein: Tapas Verlag y Madrid: Ediciones Turner, 1977) con un epiloga de Dietrich Briesemeister. Coleccian original campleta en la Sala Zenobia-Juan Raman Jiménez de la Biblioteca José M. Lazaro de la Univer- sidad de Puerto Rico, Rio Piedras. 31. HOJA LITERARIA. (Poesia y Critica.) Madrid. 1932-1933. Enrique Azcaaga, Arturo Serrano Plaja y Antonia Sanchez-Barbuda, directores. Principales calabaradares: Maria Zambrana, José Antonio Maravall, Antonia Oliver Belmas, Leopoldo Panera, 427 Rafael Dieste, Raman Gamez de la Serna, Federico Muelas, Jasé Raman Santeiro, Andrés Ochanda, Jorge Carrera Andrade, Rafael de Urbano, Luis Cernuda, Max Jiménez, Pedro Pérez Clatet, Rafael A1berti, Ildefonsa- Manuel Gil, Ragelia Buendia, Tomas Seral y Casas, Vicente Aleixandre, Julia Angulo, Luis Rosales y Concha Méndez. Contenida: Poesia, articulos de critica literaria, infor- macian bibliografica sabre libros y revistas de reciente aparician, entrevistas. Formata: Las primeras dos nfimeros estan impresas en farmata de periadico de cuatro pags; a partir de enero, 1933, se cambia a cuadernillos de tamafio halandesa de 10 pags. can tapas de cartulina de calares. Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrfid. Nfims. l y 2 (sin fecha) y seis nfimeros mas, sin numerar pero carrespandientes a ene., feb., mar., abril, mayo, y junio-julia de 1933. 32. HOJA LITERARIA. Barcelona. 1935. Nfims. 1-3. Principales calabaradares: José Ferrater Mora, Enrique de Juan, Enrique Calleja, Oliver Brachfield, Enriquez, Maeztu, Fernandez Serra. Comentaria: El primer nfimera aparecia en sept. de 1935. Fuentes: Heralda de Madrid, Nareste. 33. HOJAS DE POESIA. Sevilla. enero y abril, 1935. Nfims. 1-2. Principales calabaradares: Jasé Bella Lasierra, Manuel Diez Crespo, Carlos Garcia Fernandez, Antonia Gonzalez Meneses, Antonio Mantes y Pablo Sebastian. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 22. 34. HUMANO. Lean. 1934. Nfims. 1-2. Manuel G. Linacera, director. Principales calabaradares: Victoriana Cremer Alonso, Onofre Garcia, Vitalico Espeso, Antonia Palau. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 23., Alamanaque Literaria 1935. 35. INDICE LITERARIO. (Archivos de Literatura Contemporanea). Madrid. 1932-1936. Contenida: Ensayos de critica literaria y resefias de las libros mas significativos del mes, agrupadas en las categorias de "Navelas y narraciones." "Poesia," "Ensayos literarias," "Antologia," "Dramatica," "Biagrafias" y "Temas contemporaneos." Formata: Folleto tamafia cuartilla de unas 40 paginas. Comentaria: Fue una publicacidn de la Junta de Ampliacian de InveStigacianes Cientificas y el Centro de Estudios Histaricas de Madrid. Aparecia diez veces al afio. Se edita un "Indice Alfabética de Autares" de las resefias publicadas entre 1932 y 1936, que aparecia en 1936. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Afias 1933, 1934, 1935, 1936 (hasta mayo) y el "Indice." 429 36. ISLA (Haja de Artes y Letras.) Cadiz. 1933-1935. Pedro Pérez Clatet, director. Principales calabaradares: Guillermo Diaz-Plaja, José Antonio Mufiaz Rojas, Rafael Laffan, Enrique Azcaaga, José Maria Peman, Maruja Falena, Max Aub, Antonio de Obregan, Arturo Serrano Plaja, Rafael Urbano y otros. Contenida: Poesia, cuentos, ensaya. Formata: Cuadernilla tamafio folio. Comentaria: Hubo una segunda épaca de lele, pub1icada en Jerez, con el subtitulo "Verso y prosa," las Nfims. 10 (1937) al 20 (1940). Fuente: Poesia Espafiola, pag. 24. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfims. 2, 3, 4 (1933); Nfim. 5 (1934); Nfims. 6, 7, 8 (1935); Nfim. 9 (1936). 37. LAZARILLO. (Arte y Letras.) Salamanca. 1933-1934. Antonio Tovar y Rafael Santos Tarroella, directores. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 28. 38. LETRA. Madrid. 1935. Principales calabaradares: César M. Arconada, Guillermo Tieza, Jean Cassau, Manuel Villegas-Lapez, Carlos Maria de Vallejo, Sofia Kramsty, V. I. Pudowkin, Eusebio Luengo, Luis Gamez Mesa, Pierre Mac Orlan, Julian Bautista, Pedro Garrigas, Enrique Mann, André Suares, Guy de Mazeline. 430 Contenida: Articulos sabre teatro, novela, cine, mfisica y arte; secciones de "Carreo Literaria," "Critica de Libros," "Critica de Films," "Critica Teatral," "Noticias," "Informacian" y "Palémica." Fuentes: El Sol, Nuestro Cinema. 39. LETRAS. (Periadico semanal literaria y de noticias.) Plasencia. 1932-1933. F. Garcia Mateas, director. Principales calabaradares: J. Fernandez de las Heras, ' Pedro Garcia sanchez, Buco, Cande Nuedo, Romero, Alkazar, Graug, Ana Cardina, Sequeira, Domingo Sanchez Marquez y J. Castro Duque. Contenida: Poesia, reportajes y noticias literarias. Formata: Ocho paginas impresas en tamafia folio. Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. l (5 nov. 1932), Nfim. 2 (12 nov.), Nfim. 3 (19 nov.), Nfim. 4 (26 nov.), Nfim. 5 (3 dic.), Nfim. 6 (19 dic.), Nfim. 7 (26 dic.), Nfim. 8 (31 dic.), Nfim. l3 (6 febrero 1933) y el Nfim. 14 (14 febrero). 40. LETRAS. (Revista sevillana cultural y apolitica.) Sevilla. 1935-1936. Antonia Suarez, director. Principales calabaradares: C. Quirce Delfa (redactor), Alejandro Martinez (dibujante) y otros. Contenida: Critica literaria, resefias de libros y revistas, noticias de interés local. Formata: Cuadernos de tamafio folio. 431 Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. 1 (30 sept. 1935), Nfim. 2 (15 nov. 1935) y el Nfim. 5 (4 abril 1936). 41. LITERATURA. Madrid-Daroca. ene.-dic., 1934. Nfims. 1-6 Ricardo Gullan y Ildefonsa-Manuel Gil, directores. Principales calabaradares: A1eixandre, Jasé Maria Alfara, Enrique Azcaaga, Francisco Javier Ciria, Gerardo Diego, Ferrater Mara, Raman Gaya, Jorge Guillén, Benjamin Jarnés, Jasé Antonio Maravall, Alfredo Marquerie, Jasé Maria Moran, Andrés Ochanda, Leopoldo Panera, Juan Panera, Pedro Pérez Clatet, Rafael Laffan, Antonia Sanchez-Barbuda, Angel Sanchez Rivera, Jasé Raman Santeiro, Raman J. Sender, Tamas Seral y Casas, Jasé S. Serna, Arturo Serrano Plaja, Luis Torre, Rafael Urbano, Francisco Valdes, Maria Zambrana, Louis Parrot, Max Jacob. Contenida: Poesia, teatro, ensaya, "Natas," ”Indices de revistas." Formata: Cuaderno tamafia cuartilla grande, de unas 32 paginas can tapas de cartulina color azul-gris; dibujas de Xavier Ciria y Maruja Malla, reproduccianes de aleos de Norah Borges. Comentaria: Segfin I.-M. Gil, e1 proyecto fue casteado en su mayoria par Gullan y recibia grandes estimulos de Benjamin Jarnés. Literatura también patrocina una serie de libros de poesia, ensaya y novela llamada "PEN Coleccian” y en la cua1 cada autar casteaba su volumen. La "PEN Coleccian" se publica hasta dic. de 1935 y sus trece nfimeros incluian San Alejo de Jarnés, Fin de semana de Gullah, Meditaciones politicas de Angel sanchez Rivera, Baladas de1 Quijote de Andrés Ochanda, Identidad de Rafael Laffan, E1 futura imper- fecto de Fernando Vela, La voz calida de Ildefonsa- Manuel Gil, C6ctel de verdad de José Ferrater Mora, A la sombra de mi vida de Pedro Pérez Clatet, Primera de enero de Torres Badet, Una lagrima sobre la Gaceta de Félix Ros, E1 tiempo manual de Jorge Carrera Andrade y Entre luna y acequia de Vicente E. Pertegaz. Fuente: Ildefonsa-Manuel Gil, "Ricardo Gullan y la revista Literatura," Insula, Nfim. 295 (junio, 1971), pags. l, 5. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (ene.-feb., 1934); Nfim. 4 (julia-agosto, 1934); Nfims. 5-6 (sept.-dic., l934--ejemplar muy deteriorado); Indice de las Nfims. 1-6. 42. LA LUNA Y EL PAJARO. Islas Canarias. Raman Feria y Hernani Rassi, directores. I Principales calabaradares: Juan Raman Jiménez, Pedro Racamar, Juan Guelbenzu, Juan Villa, Jasé Raman Santeiro, Carmen de Esquiras, José Antonio Maravall, Javier de Echarri, José Pérez Vidal. Fuente: La Gaceta Literaria. 433 43. MEDIODIA. Sevilla. 1933. Eduardo Llosent y Marafian, director. Comentaria: Esta revista tuvo tres épocas, la primera de 1926-1929, la segunda en 1933 cuando aparecia durante cuatro meses, y la tercera en 1939 en que aparecieron dos nfimeras mas. Victor Jaén ha elaborado un "Indice bibliografica de la revista Mediadia," Archiva Hispa- leree, Sevilla, Nfim. 33 (1960), pags. 409-425 y Nfim. 34 (1961), pags. 57-84 y 161-194. Fuentes: Poesia Espafiola, pag. 31. Rafael Osuna, "Las revistas espafiolas durante la Repfiblica (1931-1936)." Ideologies and Literature, Nfim. 8 (sept.-oct., 1978), pags. 49, 54. Juan Cano Ballesta, La poesia espafiala entre pureza y revolucian, pag. 128. 44. "1616." Londres. 1934-1935. Nfims. 1-10. Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, directores e impresares. Principales Colaboradores: Cernuda, Moreno Villa, Lorca, A1berti, Neruda y Mufiaz Rojas. Contenida: Textos de poetas espafioles, clasicos y contem- poraneos, y de algunas poetas ingleses. Formata: Cuadernillas impresas en papel blanca can tintas de negro, rojo y azul. Comentaria: La revista tuvo destinada a colegias y centras docentes ingleses para dar a conocer la poesia espafiala en Inglaterra. Contenia de las poetas clasicos selec- cianes de Lope de Vega, Garcilaso de la Vega y Gil Vicente; también textos de las ingleses Drummand, 434 Hawthornden, Stanley Richardson, A. E. Housman, T. S. Eliot, Lawrence Clark, John Moor y Barker Fairley. En las nfimeras 5, 6, y 7 Altolaguirre dio a conocer la primera parte de su traduccian de Adonais de Shelley. El titula 1§1§_rememoraba la fecha de1 fallecimienta de Cervantes y Shakespeare. Fuente: Carmen Hernandez de TrelleS, Manuel Altolaguirre: Vida y 1iteratura, pag. 51. Disponible en: Edici6n en facsimil de la editorial Hispa- merca de Madrid, 1977. La caleccian campleta del original se encuentra en la Sala Zenobia-Juan Raman Jiménez de la Biblioteca Jasé M. Lazaro de la Univer- sidad de Puerto Rico. 45. MURTA. (Mensuario de Arte). Va1encia. 1931-1932. Rafael Duyas, Raman Descalzo Faraldo y Pascual Pla y Beltran, directores. Comentaria: El primer nfimero es de nov. de 1931. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 31. 46. NORESTE. (Cartel de Letras y Arte del Noreste). Zaragoza. 1932-1936. Nfims. 1-14. Tomas Seral y Casas, Ildefonso-Manuel Gil, Antonia Cano y Raimundo Gaspar, directores. Principales calabaradares: Pascual Pla y Beltran, Pedro Pérez Clatet, Antonio Oliver Belmas, Maruja Falena, Rafael Urbano, Antonia Sanchez-Barbuda, Leopoldo Panera, Eleazar Huerta, Maria Dolores Arana, Carmen Cande, Mercedes Ballesteras, Josefina de la Torre, Vicente A1eixandre, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, 435 Federico Garcia Lorca, Rafil Gonzalez Tufian, Pablo Neruda, Concha Méndez, Rafael Laffan, Enrique Azcaaga, Juan Ruiz Pefia, Jorge Carrera Andrade, Andrés Ochanda, Julio Angulo, Rafael A1berti, Marina Romero, Rogelio Buendia y otros. Contenida: Poesia, cuentos, resefias extensas de libros de poesia y de revistas de reciente publicacian. Formata: Cuaderno tamafio halandesa; ilustracianes de Xavier Ciria, Norah Barges, José Morena Villa y Jasé Caballero. Comentaria: No se publica el nfimero 13. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. 8 (otofia, 1934); Nfim. 9 (invierno. 1935); Nfim. 10 (primavera, 1935); Nfim. ll (verano, 1935); Nfim. 12 (otafio, 1935); y Nfim. l4 (invierno. 1936). 47. NOS. Orense. 1926-1936. Vicente Risca, director. Comentaria: Impresa totalmente en gallega. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 33. 48. NUEVA CULTURA. Va1encia. enero, 1935-julia, 1936. Nfims. 1-13. Mensual. Principales calabaradares: José Renau, Juan Gil-Albert, Armando Bazan, César M. Arconada, Alberto sanchez, Max Aub, Bernardo Clariana, Eusebio Garcia Luengo, Mi- gue1 Alejandro, Raman Sender, Angel Gaas, Xavier Abril, Margarita Nelken, Pascual Pla y Beltran, Francisco Carrefio, José Bueno, Antonio sanchez Barbuda y otros. Contenida: Critica literaria, Cinematografica y de libros; trabajas sabre narrativa y teatro fuera de Espafia; articulos de indole politico; secciones fijas de "Editariales," "Indice de la prensa espafiala," "Cinema," "Libras," "Revista," "Testigos negros de nuestros tiempos" y "Aleluyas de Nueva Cultura." Formata: Periadico generalmente de unas 16 paginas, can fatamantajes de Jasé Renau, dibujas y fatografias. -Comentaria: Nueva Cultura fue proyecto de la Uni6n de Escritores y Artistas Proletarios de Valencia y, segfin Renau, era e1 finica periadico literaria de su época directamente vinculada a1 Partido Comunista de Espafia. Tuvo una 29 época, publicando ocho nfimeros entre marzo y act. de 1937. Otra proyecto de las redactores fue la edician de una serie de cuadernos orientativas de tipo literaria baja e1 titula Problemas de la Nueva Cultura. El primera, que aparecia en abri1 de 1936, estaba dedicado a1 Romanticisma con el fin de "ayudar a la juventud a comprender e1 siglo XIX en su valara- cian artistica y literaria." Fue obra de Arconada, Serrano Plaja, Maria Teresa Lean y A1berti y contenia colaboraciones de Antonio Espina, Luis Cernuda, Raman Gamez de la Serna, Lorca, Migue1 Pérez Ferrero, Sender, Luis Enrique Délana, Altolaguirre, Lean Felipe y otros. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. 9 (dic., 1935); Nfim. 11 (mar.-abri1, 1936); Nfim. 12 (mayo-jun., 1936) y Nfim. l3 (jul., 1936). Hemerateca 437 Municipal de Madrid. Nfim. 7-8 (act.-nov., 1935); Nfim. 10 bis (feb., 1936); Nfim. ll (mar.-abril, 1936); Nfim. 12 (mayo-jun., 1936) y Nfim. 13 (jul., 1936). Edician en facsimil (Vaduz, Liechtenstein: Tapas Verlag y Madrid: Ediciones Turner, 1977) con una intraduccian de José Renau. 49. NUEVA POESIA. Sevilla. oct., 1935-mayo, 1936. Nfims. 1-4. Juan Ruiz Pefia y Francisco Infantes Florida, directores. Principales calabaradares: Jorge Guillén, Luis F. Pérez Infante, Manuel Rojas Marcos, J. Rodriguez Duarte, J. Romero y Murube, X. Feutantes Merino, Pedro Pérez Clatet, Tomas Seral y Casas y Antonio Aparicia Errerre. Fuentes: Poesia Espafiala, pag. 34. Heralda de Madrid. 50. NUEVA REVISTA. Madrid. 1929-1930. NfimS. 1-5. José Antonio Maravall, José Raman Santeiro y Manuel Diaz Berrio, directores. Comentaria: Segfin Ricardo Gullan, esta revista tuvo su comienza entre un grupo de alumnos de la Facultad de Derecho de Madrid que incluia a Leopoldo Panero. Fuentes: Poesia Espafiola, pag. 34. Ricardo Gullan, Le_ invencian del 98 y otros ensayos, pag. 169. 51. OCTUBRE. (Escritores y Artistas Revolucionarias). Madrid. 1933-34. Nfims. 1-6. Rafael A1berti y Maria Teresa Lean, directores. Principales calabaradares: César M. Arconada, Emilia Prados, Juan Piqueras, Pascual Pla y Beltran, Raman Sender, Armando Bazan, Joaquin Arderius, Luis Cernuda, Antonio 438 Machado, Arturo Serrano Plaja, Rosario del Olma, Pedro Garfias, Rodrigo Fanseca, Ilya Ehrenberg, Henri Barbusse, Louis Aragon, Alejo Carpentier, Langston Hughes, Rolland Romain, Johannes Becher, Naldo Frank, Michael Gold y otros. Contenida: Poesia, teatro, cuento; reportajes de indole palitico y social; notas criticas sabre 1iteratura, arte y revistas. Formata: Cuadernos tamafio folio de unas 30 pags. con una abundancia de dibujas y fatografias. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfims. 1-6. Edici6n facsimilar (Vaduz, Liechtenstein: Tapas Verlag y Madrid: Ediciones Turner, 1977) con una introduccian de Enrique Montero. 52. P.A.N. (Revista epistolar y de ensayos). Madrid. 1935. J. O. Espasadin, director. A1berto Fernandez Mezquita, secretario. Principales calabaradares: Eduardo y Rafael Dieste, Gerineldos Delamar, Fernandez Mazas, Juan Parra del Riego, L. Ferson, Enrique Casaravilla Lemos, E. F. Granell, Emilio Oribe, Antonio Sanchez Barbuda, Manuel Antonio, Ventura Gassol, Vicente Basso Maglia, Jasé Alvarez-Prida, Antonio Espina, Manuel Manrique y otros. Contenida: Ensayos, secciones de "Cartas," "Epistolaria," "Cuestionaria del Dr. Syntax,“ "Infarmacian de Arte," "Bibliografia," y "La Nata Internaciona1," poemas, traducciones de seleccianes de Shakespeare, Shelley y Chesterton. 439 Formata: Cuaderno tamafia cuartilla con la partada de cartulina beige impresa en tinta roja y negra. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. l (ene., 1935); Nfim. 3 (marzo, 1935); Nfim. 4 (abril, 1935); Nfim. 5 (mayo, 1935) y Nfim. 6 (jun., 1935). 53. PAPEL DE COLOR. Mondafiedo. 1936. Alvaro Cunqueira, director. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 36. 54. PASQUIN. (Haja Mensual de arte y literatura). Madrid. 1930- 1931. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. 55. PLIEGOS RECOLETOS. Madrid. 1932. Alfredo Marquerie, director. Comentaria: Se cancibierOn los "Pliegos" coma forma de dar a conocer las versas de las miembros de la tertulia "Las'Recaletas." Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (8 agosto, 1932). 56. POESIA. Malaga y Paris. 1930-1931. Nfims. 1-5. Manuel Alta- 1aguirre, director e impresor. Principales calabaradares: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael A1berti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Gerardo Diego, José Morena Villa, Jasé Antonia Mufiaz Rojas, Matilde Pomes y Jules Supervielle. Contenida: Poesia Formata: Cada nfimero cansta de tres cuadernos, una dedicado a la obra de un poeta espafiol clasica, uno a la de un 440 poeta contemporanea, y un tercera dedicado a la obra del mismo Altolaguirre. Comentaria: El Nfim. 4 es una antalagia de poetas espafioles contemporaneos y el Nfim. 5 es una antalagia de poesia uruguaya. Disponible en: Edici6n facsimilar de Ediciones Turner, Madrid, 1978 con una introduccian de Juan Manuel Rozas. La coleccian completa se halla en la sala Zenabia-Juan Raman Jimenez de la Biblioteca José M. Lazaro de la Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras. 57. PREGON LITERARIO. Madrid. 1936. José Méndez Herrera y José Luis Gallega, directores. Principales calabaradares: Rafael Manzana, Jose Asuncian, Leopoldo Urrutia de Luis, A. Gamez Latorre, Ricardo Blasco Pallares, Francisco Carrasca Sanchez, Juan Briones Ortfin y Antonio Cano. Contenida: Poesia, ensaya, secciones de "Turismo," "Tiranda a dar," "Pregan de1 libro" y "Pregan de revistas." Formata: Cuaderno de tamafia cuartilla de unas 32 paginas. Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 1 (feb., 1936). 58. PRESENCIA. ("Cuadernos de afirmacian de la Universidad Popular de Cartegena"). Cartegena. 1933-1934. Nfims. 1-4. Antonia Oliver Belmas y Carmen Cande, directores. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 38. 441 59. PRESENTE. Madrid. 1933. Nfims. 1-20. Juan Raman Jiménez, director. Comentaria: Contiene exclusivamente origina1es de1 poeta maguerefio. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 39. 60. PRISMA. (Revista de Estudios.) Madrid. 1935. Principales calabaradares: J. J. de Lecanda, Juan Sarrailt, Pedro Lapez Lapuente, Arturo Serrano Plaja, Asera Navel, Alfonso de la Torre, Rafael Garcia Serrano, Arturo de Hoyo, D. Clemencin, Luis de Sosa y otros. Contenida: Ensayo, poesia, reportajes y articulos criticas, secciones sabre "Deportes" y "Bibliografia." Formata: Folleto de tamafio cuartilla grande de unas 20 paginas, can fotografias y vifietas de Isern. Comentaria: Es revista de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Madrid. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. l (ene., 1935); Nfim. 2 (feb., 1935) y Nfim. 3 (marzo, 1935). 61. QUADERNS DE POESIA. Barcelona. junio, 1935-marzo, 1936. Nfims. 1-8. J. V. Faix, Tamas Garcés, Maria Manent, Carles Riba y Joan Teixidor, directores. Principales calabaradares: Federica Garcia Lorca, Manuel Altolaguirre, Jules Supervielle, Josep Carner, Pedro Salinas, Marti de Riquer, Josep M. de Segarra, 442 Umberto Saba, Stephen Spender, Clifford Dyment, S. sanchez Juan, Paul Eluard, Nadia Salokava, C. A. Jordana, Joan Vinyali, Robert Gerhard, Max Jacob, Gabriela Mistral. Contenida: Poesias en catalan, castellana, francés e inglés; secciones de camentaria y critica literaria. Comentaria: E1 Nfim. 4 esta dedicado exclusivamente al poeta mallorquin Raman Llull. Disponible en: (Edici6n.facsimi1ar de la editorial barcela- nesa Leteradura. 62. RESOL. (Hojilla valandera de1 pueblo). Santiago de Compostela. Maya, 1932-febrero, 1935. Nfims. 1-9. Fuente: Poesia Espafiala, pag. 40. 63. LA REVISTA. Barcelona. 1915?-l936. Quincenal. José Lapez Pica, director. Principales calabaradares: Pere Corominas, Joan Estelrich, Alfons Maseras, Josep Carner, Ramon Esquerra, Ignasi Augusti, Salvador Espriu, S. Juan Arba y otros. Contenida: Poesia, cuento, ensaya, articulos de critica. Formata: Cuaderno tamafio halandesa. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfims. carrespandientes a las afios 1931 (Afio XVII) a 1936 (A60 XXII). 64. EL ROBINSON LITERARIO DE ESPANA. (o la Repfiblica de las Letras). Madrid. 15 agosto, 1931-15 feb. 1932. Nfims. 1-6. Ernesto Giménez Caballero, director. 443 Principales calabaradares: Escrita enteramente por Giménez Caballero. Contenida: Articulos de toda indole, cartas, entrevistas, poemas. Formata: Periadica de unas l6 paginas can fotografias y dibujas; farmata idéntico aT de La Gaceta Literaria. Comentaria: A raiz de unos canflictos que surgieron después de la proclamacian de la Repfiblica entre Gecé y algunas de sus redactores de tendencias socialistas, Giménez Caballero decidia imprimir par cuenta propia unas nfimeros de La Gaceta Literaria baja el ratulo §l_ Robinson Literaria de Espafia a la Repfiblica de las Letras. Cada uno de las seis nfimeras lleva e1 farmata de la Gaceta (e1 nfimero 1 del Robinson carrespande a1 nfimero 112 de La Gaceta Literaria, del 15 de agosto de 1931; el nfimera 2 a1 nfimera 115, de1 una de octubre; el tres a1 nfimero 117, del uno de noviembre; e1 nfimera 4 al 119, del una de diciembre; e1 nfimero 5 a1 nfimero 121, del 15 de enero de 1932 y el nfimera 6 a1 nfimero 122, del 15 de febrero de 1932. Jean Bécarud y Evelyn Lapez Campillo tratan la revista en su estudio "Ernesto Giménez Caballero y El Robinson Literaria," Los intelectuales espafiales durante la II Repfiblica (Madrid: Sigla XXI de Espafia, Editores, 1978), pags. 69-73. Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid, coleccian completa, Nfims. 1-6 en una "Edici6n de Bibliafilo de La Gaceta Literaria." 444 65. SILBO. Orihuela. mayo y junio, 1936. Nfims. 1-2. Carlos Fenoll, director. Principales calabaradares: Justina Marin, Jesfis Poveda, Raman Castellanas, Carmen Cande, Lucio Ballesteros Jaime, Raman Pérez Alvarez, Luis Enrique Délano, Pablo Neruda y otros. Contenida: Poesia Formata: Cuatro paginas de tamafia periadico, impresas en papel color naranja; el primer nfimera contenia vifietas de Maruja Malla y Francisco Die. Comentaria: Hemos podido consu1tar e1 Nfim. 2, fechado en junio de 1936, y por eso, es de suponer que las dos finicos nfimeras de la revista aparecieron en mayo y junio de 1936 y no en 1935 coma cansta en varias fuentes. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfim. 2 (junio, 1936). 66. SUCESION. (1896-19XX-1932). Madrid. 1932. Juan Raman Jimenez, director. Comentaria: Contiene exclusivamente poesias de JRJ. Fuente: PoesiaEspafiala, pag. 42. 67. SUDESTE. (Cuaderno murciana de 1iteratura universal). Murcia. julia, 1930-julia, 1931. Raimundo de los Reyes y José Ballester (en Murcia); Antonia Oliver Belmas (en Cartegena) y Juan La comba (en Valencia), directores. Comentaria: Segfin Migue1 Pérez Ferrera, la revista intenta ser una repetician de la revista murciana Verso y Prasa. 445 Fuentes: Poesia Espafiola, pag. 42, y Revista de Las Espafias. 68. SUR. (Revista de Orientacian Intelectual). Malaga, 1935-1936. Sanin y Alfonso S. vazquez, directores. Principales calabaradares: Rafael A1berti, Manuel Alta- laguirre, César M. Arconada, Armando Bazan, José Luis Cano, Jean Cassau, Romain Rolland y otros. Contenida: Poesia, ensaya, noticias literarias. Formata: Dibujas de Sanin y Prieta. Comentaria: El primer nfimera aparecia en dic. de 1935. Fuentes: Pregan Literaria, Heralda de Madrid. 69. SURCOS. Andujar. 1933. Jose Gallega Diaz, director. Principales calabaradares: Melchor Fernandez Almagro, . Rafael Lainez Alcala, Corpus Barga, y otros. Comentaria: El primer nfimero es de sept., 1933. Fuentes: Poesia Espafiala, pag. 42. Frente Literaria. 70. TAREA. (Cuadernos-de Poesia y Prasa). Madrid. 1934. Francisco Valsés, director. Comentaria: El primer nfimero es de enero, 1934. Fuente: Poesia Eepafiola, pag. 43. 71. EL TIEMPO PRESENTE. (Revista de Literatura, Arte, Critica y Palémica). Madrid. 1935. César M. Arconada, Enrique Delgado y Arturo Serrano Plaja, directores. Principales calabaradares: Rafael A1berti, Federico Garcia Lorca, Luis Cernuda, Leopoldo Panera, Jesfis Prados 446 Arrate, A. Bazan, Juan Chabas, J. Castellan Diaz, Romain Rolland y otros. Contenida: Poesia, articulos de critica literaria y secciones de "Editariales," "Comentarios," "Exposi- ciones," "Teatras," "Cine," "Libros" y un "Indice de revistas." Comentaria: El primer nfimera contenia ademas de una seleccian de poesias, articulos sobre la muerte de Tolstoi, e1 contenido social de la obra de Lope de Vega, Torres Naharro, Juan Maragall, etc. y dibujas de Migue1 Prieta. Fuentes: Poesia Espafiala, pag. l8. Heralda de Madrid. Nueva Cultura. 72. TINTA DE LITERATURA Y ARTE. Sevi11a. 1935-1936. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 43. 73. VEA. (Revista de la Facultad de Letras). Madrid. 1930-1936. 74. LA VIDA LITERARIA. (Suplementa de la revista "Espafia y America"). cadiz. 1927-1935. Mensual. Eduardo de Ory, director. Principales calabaradares: Rogelio Alonso, Angel Dotor, Maria Enriqueta Olga Bricefio, H. Curiel, Carlos Valverde, Alejandro Quijana, Juan Miranda, C. Santos- Redonda L6pez,Antonia Prats y otros. Contenida: Ensayo, poesia, reportajes, articulos criticas. Formata: Revista tamafia folio grande, ilustrada can foto- grafias y dibujas. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. 447 II. Otras pub1icaciones de interés literaria 75. ALMANAQUE LITERARIO 1935. Madrid (Editorial Plutarco) 1935. Guillermo de Torre, Migue1 Pérez Ferrero y Esteban Salazar Chapela, editares. Principales calabaradares: Federico Garcia Lorca, José F. Montesinos, Enrique Diez Canedo, Bernardo G. de candamo, José Caman Aznar, Juan Chabas, Manuel Abril, Adolfo Salazar, Manuel Sanchez Arcas, Fernando Viola, José Maria Marafian, Antonio ESpina, Maria Zambrana, Francisco Vera, Eusebio Oliver Pascual, Luis Santullano, Luis de Sosa, Rafael Peregrino, Elena Fartfin, Pablo Hernandez Coronado, Jasé Bergamin, Isaac Pacheco, Raman Gamez de la Serna, Melchor Fernandez Almagro, Agustin Espinosa, José Maria de Cassia, Juan José Domenchina, Ledesma Miranda, Federica Sainz de Robles Cipriano Rivas Cherif, Arturo Serrano Plaja, Rafael R. Rapfin, Eduardo de Ontafian, Rafael vazquez Zamora, Félix Ros, Antonio Oliver Belmas, Roberto Blanca Torres, Ildefonso-Manuel Gil, Emilio Mistral, Alfonso Rodriguez Aldave, Eduardo Nesterdahl y otros. Contenida: Articulos criticas y articulos que versan sabre la produccian cultural de afio coma "E1 afia literaria y artistica en Espafia," las libros de educacian, pedagogia y palitica aparecidas en 1934, "E1 afio literaria en el extranjero," en "Hispanoamérica," y un "Mapa regional de Espafia" que documenta 1as acti- vidades literarias fuera de la capital, encuestas de 448 interés literaria, homenajes a Unamuna, a Raman y Cajal y a unos ocho criticas desaparecidas, poesias, infarmacion sabre tertulias literarias, etc. Formata: Extensa libro de casi trescientas paginas can ilustracianes de Norah Borges, Santa Cruz, Maruja Malla y Angel Ferrant; partada y confeccian de Mauricio Amster. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Biblioteca de la Universidad de Michigan, Ann Arbor. 76. EL AVISO DE ESCARMENTADOS DEL AfiO QUE ACABA Y ESCARMIENTO DE AVISADOS PARA EL QUE EMPIEZA DE 1935. (Almanaque). Madrid. (Editorial Cruz y Raya). 1935. José Bergamin, editor. Principales calabaradares: Unamuna, Juan Larrea, Pablo Neruda, Leopoldo Eulagia Palacios, Jasé Antonia Mufiaz Rojas, Raman Gamez de la Serna, Luys Santa Marina, Rafael Sanchez Mazas. Contenida: Poesia, prosa, textos de autores clasicos, traducciones. Formata: Libra impresa en tamafia halandesa, en papel blanca y de color, ilustrada can dibujas, fotografias, y algunas fato-mantajes de Benjamin Palencia. Disponible en: Edici6n en facsimil de Verlag Detlev Auvermann (Glashutten im Taunus, Alemania) y Kraus Reprint (Nendeln, Liechtenstein), 1974. 77. CIUDAD. Madrid. 26 dic. 1934-17 abril 1935. Semanal. Victor de la Serna, director. Eduardo Blanca-Amor, Redactor-Jefe. ' 449 Colaboradores literarias: Federico Garcia Lorca, Valle- Inclan, Unamuno, Andrés Carranque de Rios, José Diaz Fernandez, Benjamin Jarnés y otros. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. 78. CRUZ Y RAYA. (Revista de Afirmacian y Negacian). Madrid. abri1, 1933-junio, 1936. Nfims. 1-39. Jasé Bergamin, director. Eugenia Imaz, secretario. Principales calabaradares literarias: Damaso Alonso, Cernuda, Neruda, Melchor Fernandez Almagro, José F. Montesinos, Raman Gamez de la Serna, Migue1 Hernandez, Luis Rosales, Leopoldo Panera, Migue1 Pérez Ferrero, Ortega y Gasset, José Antonio Mufioz Rojas, Julian Marias, Antonio Marichalar, Unamuno, Luis Felipe Vivanca, Maria Zambrana y otros. Contenida: Ensayos, articulos de critica literaria, teatro, narrativa, secciones de resefias ("Criba") y camentarios de actualidad ("Cristal en el tiempo"). Formata: Cuaderno de tamafia cuartilla de unas 150 paginas. Comentaria: Figuraron coma fundadores de Cruz y Raya ademas de Bergamin, Migue1 Artigas, Manuel Abril, José Maria de Cassia, Manuel de Falla, Alfonso Garcia Valdecasas, Emilia Garcia Gamez, Antonio Garrigues, Carlos Jimenez Diaz, Antonio de Luna, Juan Llada, Alfredo Mendizabal, Eusebio Oliver, Jasé Maria Parda, Jasé R. Manent, F. Romero Otaza, Eduardo Rodriguez, Jasé Maria Semprun y Manuel Torres. De inspiracian repub1icana y neocata- lica, 1a revista ha sido comparada con la revista 450 francesa "Esprit." Existe un indice de Cruz y Raya realizada par R. Benitez Claras, (Madrid: C.S.I.C., 1947), y una antalagia can praloga de Bergamin (Madrid: Ediciones Turner, 1974). Dispanible en: Ateneo de Madrid. Biblioteca Nacional de Madrid. Hereroteca Municipal de Madrid. Edici6n facsimil (Madrid: Ediciones Turner, 1976), con una intraduccian de Jasé Bergamin. 79. GACETA DE ARTE. (Expresian contemporanea de1 Circulo de Bellas Artes de Tenerife). Tenerife. 1932-1936. Mensual. Eduardo Nesterdahl, director. Pedro Garcia Cabrera, secretario. Principales calabaradares: Francisco Aguilar, Jasé Arazena, Emeterio Gutierrez Albelo, Domingo Lapez Torres, Domingo Pérez Minik, Oscar Pestana Ramos, . Agustin Espinoza, René Crevel, Amedée, René Char, Paul Eluard y otros. Contenida: Articulos criticas, ensayos y resefias sabre arte, arquitectura, 1iteratura, politica y temas afines, poesia, narrativa. Formata: Revista de tamafio folio grande can dibujas y abundantes fotografias. Comentaria: A partir de 1933, toma coma subtitulo "Revista Internacional de la Cultura." Aunque tradicionalmente asaciada con el surrealismo, la revista estaba abierta a1 debate sabre muchos temas literarias y artisticas distintas. Quizas la actividad mas significativa que 451 realiza el grupo de Gaceta de Arte fuera la exposi- cian de arte surrealista en mayo de 1935 en el Ateneo de Santa Cruz de Tenerife y a la cua1 asistia André Breton. Sabre este grupo existe un estudio de Domingo Pérez Minik, Faccian espafiola surrealista de Tenerife (Barcelona: Tusquets, 1975). Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid (Coleccian completa). 80. EL GALLO CRISIS. (Libertad~y Tirania.) Orihuela. 1934-1935. Nfims. 1-6. Raman Sijé, director. Juan Bellad Salmeran, secre- tario. Principales calabaradares: Jesfis Alda Tesan, Juan Colom, Tamas Lapez Galinda, Jasé Maria Quilez y Sanz, Fray Buenaventura de Puzal, Félix Ros, Luis Rosales y Migue1 Hernandez. . Comentaria: Revista de inspiracian catalica, sus nfimeros carrespanden cada una a una fiesta litfirgica: e1 Nfim. 1, "Corpus de 1934"; el Nfim. 2, "Virgen de Agosto de 1934"; el Nfim. 3-4, "San Juan de Otofio de 1934" y el Nfim. 5-6, "Santa Tamas de la Primavera, Pascua de Pentecostés de 1935." El valor literaria de la revista reside en haber pub1icada unos de las poemas tempranos de Miguel Hernandez (firmados "Miguel Hernandez Giner") y su corta pieza teatral en dos escenas, El taro mas valiente. Hay, ademas, poesias de Luis Rosales y trabajas criticas sabre Gabriel Mira y Rafael A1berti. 452 E1 Nfim. 5-6 incluye una "Suma Amarilla" (par e1 color de1 papel)--indice de todas las trabajas publicadas a la largo de las seis entregas. Dispanible en: Edici6n facsimilar editada par e1 Ayunta- miento de Orihuela, 1973. 81. HERALDO DE MADRID. Madrid. Diaria. Migue1 Pérez Ferrero, director literaria. Principales calabaradares literarias: Pedro Garfias, Jasé Maria Maraflan, Eugenio Imaz, Alfredo Mufiaz, Arturo Serrano Plaja, Eduardo de Ontafian y otros. Contenida: Articulos sabre poesia, novela, teatro y revistas literarias. Comentaria: La pagina literaria de este diaria madrilefio titulada simplemente "Literatura" aparecia cada semana, generalmente los jueves a las viernes. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. 82. LEVIATAN. (Revista Mensual de Hechas e Ideas). Madrid. mayo, 1934-julia, 1936. Nfims. 1-26. Luis Araquistain, director. Comentaria: Revista tearica de un determinado grupo dentro de1 Partido Socialista, e1 valor literaria de Leviatan es haber servido de fora para airear la palémica que surgia entre Jasé Bergamin y Arturo Serrano Plaja a raiz de1 Primer Congreso para la Defensa de la Cultura. Hay ademas un articula de Juan Falces Elarza sabre "Las intelectuales y la 1ucha social en Francia," y dos de Raman Sender, "E1 teatro nueva" y "El novelista y las masas." 453 Dispanible en: Biblioteca Nacional de Madrid--1a coleccian original y la edician facsimilar (Glashatten im Taunus: Verlag Detlev Auvermann y Nendeln, Liechtenstein: Kraus Reprint, 1974). 83. LINEA. (Publicacian Quincenal de Hechas Saciales). Madrid. 1935. Julio Just, director. Comentaria: Unos de las mas significativos hombres de letras aparecieron coma "amigos y calabaradares“ en el primer nfimero de este periadico: Manuel Altolaguirre, César M. Arconada, Enrique Azcaaga, Luis Bagaria, Luis Bufiuel, Andrés Carranque de Rios, Juan Chabas, Luis Cernuda, Antonio Espina, Lean Felipe, Pedro Garfias, Federico Garcia Lorca, Gabriel Garcia Maroto, Rafil Gonzalez Tufian, Benjamin Jarnés, Luis Lacasa, Eusebio G. Luengo, Antonio Machado, Eugenia Mediana Flores, Pablo Neruda, Miguel Pérez Ferrero, Emilia Prados, Raman J. Sender, Arturo Serrano Plaja y otros. Entre sus paginas se encuentran reportajes sobre el Primer Congreso de Escritores firmados par Carranque de Rios y Alvarez de1 Vayo, Serrano Plaja, Neruda y Gonzalez Tufian; un articula sobre "el sentida social de1 cine" de Arconada; e infarmacian sabre la educacian, las bibliotecas y otros temas culturales. Hay ademas una curiosa "Novela picaresca de nuestros dias" titulada "Suma y sigue a el Cuento de nunca acabar" que es obra colectiva en varias entregas de Julia Just, Arconada, Francisco Cruz Salida, Gonzalez Tufian, Pérez Ferrero y Sender. 454 Formata: Periadico de ocho paginas can dibujas e ilustra- cianes de Bagaria, Raman Puyol, Miguel Prieta y Rabledana, y fotos de Francisco Soya. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. l (28 act. 1935); Nfim. 2 (15 nov. 1935); Nfim. 3 (29 nov. 1935); Nfim. 4 (14 dic. 1935) y Nfim. 5 (31 dic. 1935). 84. NUESTRA RAZA. (Revista Hispanica de Estudios Internacionales). Madrid. -l936. Mensual. Manuel L. Ortega, director. Olga Bricefio, sub-directora. Emilio Gasca Cantell y Gil Benumeya, redactores-jefes. Principales calabaradares: Pedro Sainz Rodriguez, Ernesto Giménez Caballero, Eduardo de Ory, Alfonso Hernandez Cata, Rufino Blanca Fambana, Concha Espina, Henceslaa Fernandez Flarez, Rosa Arciniega y otros. Contenida: .Repartajes sabre Espafia, Portugal, America, el munda sefardi y musulman; ensaya, narracian breve; secciones sobre el teatro, e1 cine y resefias de libros recientes. Formata: Revista tamafio folio de unas 25 paginas ilustrada can fotografias, dibujas y grabados. Disponible en: Hemerateca Municipal de Madrid. 85. NUEVA ESPANA. (Semanario Politico y Social.) Madrid. 30 enero 1930-l7 junio 1931. Antonio Espina, Adolfo Salazar y Jasé Diaz Fernandez, directores. Comentaria: Incluye origina1es de Antonio de Obregan, Vicente Salas Viu, Teafila Ortega, Francisco Pino, Isidoro 455 Acevedo, Miguel Angel Asturias, Raman Sender, César Vallejo, Julian Gorkin y Joaquin Arderius. Fue una de las primeras revistas espafiolas en acuparse de la "1iteratura de masas" coma atestiguan articulos de Julian Zugazagaitia, reportajes sobre la 1iteratura de avanzada alemana a cargo de Felipe Fernandez Armesta, y otros tantos sobre la 1iteratura saviética, ademas de traducciones de cuentos rusas. Gozaba de gran popularidad, llegando a agatar una edician de 35.000 ejemplares del primer nfimero. Formata: Revista de tamafio folio de unas 24 paginas. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfims. 1-27 (30 enero-26 dic.) de 1930 y Nfims. 28-49 (2 enero- 17 junio) de 1931. De esta coleccian faltan las nfimeros 8, 16, 23, 44 y 47. 86. ORTO. (Revista de Dacumentacian Social.) Valencia. 1932-1934. Mensual. Marin Civera, director. Comentaria: De orientacian libertaria, contiene varios articulos sobre la 1iteratura de avanzada de esta época, dentro y fuera de Espafia. La revista pub1icaba ademas una serie de Cuadernos de Cultura en las cuales calabararon Juan Gil-Albert, Julian Zugazagaitia, Raman Sender, Gonzalo de Raparaz y otros. Formata: Cuadernos de tamafio cuartilla de unas 64 paginas can tapas de pasta blanca impresas en color can foto- montajes de José Renau. 456 Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfims. 1 (marzo, 1932) al 20 (enero, 1934). 87. LAS PROVINCIAS. Huelva. Diaria. Adriana del Valle, director literaria. Comentaria: El primer nfimero de1 suplemento.literario de este diaria, titulado "Letras," aparecia en 1935. Fuente: Poesia Espafiola, pag. 28. 88. RESIDENCIA. (Revista de la Residencia de Estudiantes.) Madrid. 1926-1935. Comentaria: Esta revista, editada por las alumnas de la "Resi," contiene articulos sabre 1as actividades culturales de1 centro y durante la épaca repub1icana aparecia seis veces a1 afia. De interés literaria son e1 texto de una canferencia de Lorca sabre Gangora (oct., 1932), un repartaje sabre Unamuno y un trabaja de Moreno Villa sabre pintura (dic., 1932), entre otros. También hay noticias de las actividades de las Misiones Pedagagicas en una seccian titulada "Par tierras de Espafia." En 1935, hubo un nfimera de Reej; eereie_dedicada integramente a Lope de Vega en su cen- tenaria. Formata: Cuadernos de tamafio halandesa. Dispanible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Coleccian incompleta que incluye nfimeras de 1926, 1927, 1928, 1933 y 1934. 457 89. REVISTA DE LAS ESPAfiAS. (Organa de la Unian Ibero-Americana.) Madrid. 1927-1936. Comentaria: Esta revista bi-mensual (tri-mestral en 1936) tuvo en su conseja de redaccian a Américo Castro, Ramiro de Maeztu y Eugenio d'Ors, entre otros. Manuel Abril escribia en cada nfimero la "Cranica de Arte" y Ernesto Giménez Caballero y F. Carmana Nenclares la "Revista Literaria Ibérica" y la "Revista Literaria Americana" respectivamente. Entre 1931 y 1936 apare- cieron en la revista articulos de indole literaria de las plumas de Jacinta Benavente, César Gonzalez-Roano, E. Gamez de Baquero, Raman Pérez de Ayala, Enrique Diez Canedo, E. Marquina y Emilia Catarelo. Formata: Revista de tamafia halandesa. Dispanible en: Biblioteca Nacional de Madrid. 1931-1936, completa. 90. REVISTA DE OCCIDENTE. Madrid. julia, 1923-julia, 1936. Primera épaca. Nfims. 1-157. José Ortega y Gasset, director. Principales calabaradares: Durante la época repub1icana 1as paginas de esta revista estuvieron abiertas a las mas prestigiosas firmas literarias de1 dia, entre ellos Federico Garcia Lorca, Manuel Altolaguirre, Rosa Chacel, Melchor Fernandez Almagro, Benjamin Jarnés, Francisco Ayala, Pablo Neruda, Raman Gamez de la Serna, Damaso Alonso, Juan Chabas, Antonia Machado, Edgar Neville, Vicente A1eixandre, Juan José Domenchina, Jorge 458 Guillén, Antonia ESpina, José Maria Quiroga Pla, Pedro Salinas, Luis Cernuda y Guillermo de Torre. Contenida: Aunque la revista daba énfasis a las temas filosaficos, entran en su contenido ensayos de toda indole, poesia y narrativa. Comentaria: Hay indices de1 contenido realizados par Tomas Gurza y Bracho, Indices 1923-1936 de la "Revista de Occidente" (México: Imprenta Universitaria, 1946) y E. Segura Cavarsi, Indice de la "Revista de Occidente" (Madrid: C.S.I.C., 1952). Disponible en: Ateneo de Madrid (caleccian completa). Edici6n facsimil (Madrid: Turner, 1977) con una introduccian del Camité Editorial de 1a 2a época. 91. EL SOL. Madrid. 1 die. 1917-27 marzo 1939. Diaria. Contenida: Seccian "Las Libros" que incluia resefias de navedades camplementada par "Autares del dia," una caricatura hecha por el dibujante R. Fuentes de algfin autor cuya praduccian literaria queria resaltar. Otras secciones habituales fueron "Conferencias," "Las artes y las dias," "Escenas y bastidares," "La vida musical," De ensefianza," "Pantallas y estudios" y "Vida cientifica." Disponible en: Ateneo de Madrid. 92. TENSOR. (Infarmacian Literaria y Orientacian.) Madrid. 1935. Raman J. Sender, director. 459 Principales calabaradares: César Falcan, Xavier Abril, Rafael A1berti, César M. Arconada, Isidoro Acevedo, Joaquin Arderius, Paul Nizan, Emilio Prados, Arturo Serrano Plaja y otros. Contenida: Dos ensayos extensas en cada nfimera y secciones de "Tribuna libre," "Cranica" y “Nuestros Libros." Formata: Folleto tamafia cuartilla; partadas en gris y raja. Comentaria: Aunque 1a revista se anuncia quincenal, aparecia mensualmente en nfimeros dables. "Tensor" también edita una coleccian de libros, "Ediciones Econamicas" cuya primer volumen fue el drama en un acto El Secreto de Raman Sender. Dispanible en: Hemerateca Municipal de Madrid. Nfims. 1-2 (agosto, 1935); Nfims. 3-4 (sept., 1935); Nfims. 5-6 (oct., 1935). 93. TIERRA FIRME. (Organa de la Seccian Hispanoamericana del Centro de Estudios Histaricos. Madrid. Nfims. 1-8. enero, 1935-dic., 1936. Trimestral. Enrique Diez Canedo, director. José F. Montesinos y Raman Iglesia Parga, redactores-jefe. Antonio Moron, J. Francisco Cirre y Manuel Ballesteras-Gaibrois, secretarios. Principales calabaradares: Américo Castro, Gonzalo R. Lafora, Angel Rasenblat, Gustavo Pittaluga, N. Pérez Serrano, Raman Carande, A. Tovar, R. Baran Castro, Antonio Rodriguez Mafiina, Silvia A. Zavala, Genara Estrada, Alfonso Reyes, Fernanda Ortiz, V. Loriente Cancia, J. Dantin Cerecedo, Juan Larrea, 460 Jose Maria Ots, Manuel Garcia-Pelayo, Luis de Zulueta, Julio Alvarez del Vayo, José Morena Villa y otros. Contenida: Articulos sabre temas histaricas, juridicos, politicos y Cientificas. De interés literaria se destacan las trabajas de Migue1 Perez Ferrero (sabre Neruda, A1berti y Lorca) y Jorge Mafiach (sobre el madernismo). Hay una seccian de "Natas Bibliograficas" de resefias de libros de temas hispanos, y un indice de pub1icaciones periadicas "America en las revistas." Formata: Cuaderno tamafio cuartilla de unas 180-200 paginas. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Nfim. l (ene.-feb.-mar.), Nfim. 2 (abril-maya-junio), Nfim. 3 (julio-agasta-sept.) y Nfim. 4 (oct.-nav.-dic.) de 1935; Nfim. 1 (ene.-feb.-mar.), Nfim. 2 (abri1-mayo- junio) y Nfim. 3-4 (julia-dic.) de 1936. 94. UNIVERSIDAD Y TIERRA. (Boletin de la Universidad Popular Segaviana). Segovia. 1934, 1936. Trimestral. Principales calabaradares: Celso Arévalo, Alfredo Mar- querie, Arturo Hernandez y otros. Contenida: Trabajos sabre historia, arquitectura y personalidades segovianas; articulos bibliograficos, de_ciencia y del arte; poesias de Alfredo Marquerie y Mariana Grau. Formata: Folleto tamafia cuartilla can fotografias y dibujas. Disponible en: Biblioteca Nacional de Madrid. Toma I, Nfims. 1, 2, 3, 4, de 1935; Toma II, Nfim. 1 de 1936. BIBL IOGRAFIA CONSULTADA 461 462 BIBLIOGRAFIA CONSULTADA I. Estudios Generales Abellan, José Luis. El exilio espafial de 1939. Vols. I y III. Madrid: Taurus, 1976. A1berti, Rafael, Imagen primera de . . . . Madrid: Taurus, 1975. Alonso, Damaso. Cuatro poetas espafiales. Madrid: Gredas, 1962. Estudios y ensayos gangorinos. Madrid: Gredas, 1955. Paetas espafiales contemporaneos. Madrid: Gredas, 1969. Aub, Max. Poesia espafiala contemporanea. 2a ed. aumentada. México: Ediciones Era, 1969. Aznar Soler, Manuel y Luis Maria Schneider. 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